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CUANDO CURABAN A LOS NIÑOS CON REMEDIOS CASEROS

El curado de empacho con la pomada de “Pan puerco”, los espíritus de untar y tomar, la pulsera de hilo
rojo para “el mal de ojo” son algunos de los remedios caseros con los que se curaba antes a los niños. Las
nuevas generaciones están dejándolos en el recuerdo

tenían que ver con la superstición.

Los remedios caseros no son solo simples “recetas”, son conocimientos empíricos comprobados que
se fueron transmitiendo por generaciones, y aún son parte de varias culturas en el mundo.

Algunos de los remedios caseros

De pequeños al menos una vez nos curaron de empacho “tronándonos el pellejo”, nos pusieron una
pulsera de listón rojo para “el mal de ojo y las malas vibras”, o nos dieron a tomar algún té para la
gripe o los dolores de estómago.

Algo muy común entre los bebés o niños pequeños es el “empacho” o cuando se dice que tiene
“algo pegado en las tripas”, como fue el caso de la señora Martina Hernández de 67 años quien nos
contó que curaba a sus nietos untando en su pecho y espalda aceite de oliva o la pomada llamada
“de pan puerco”, haciéndoles un masaje, para después jalarles “el espinacito” (piel a lo largo de la
columna) desde el cuello hasta la cintura, y darles un té de manzanilla.

texto acerca de las enfermedades populares y su “cura” que eran estudiadas por la medicina
científica.
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Curar de “empacho”

Medicamente el “empacho”, es una infección, bacteriana o viral, que causa diarrea y deshidratación,
Francisco Martínez, pediatra con 32 años de experiencia, médico en la Unidad Médico Quirúrgicas
(UMQ), no cree en la utilidad de las prácticas caseras, él recomienda para su tratamiento pro
bióticos para no dañar la flora intestinal del bebé, jamás utilizar antibióticos, y menos la auto
medicación, ya que un bebé no puede soportar las mismas dosis o medicamentos que un adulto.

“empacho” más común en infantes es una severa indigestión por comer alimentos no adecuados
(golosinas como el chicle, chocolate o “chetos”), también puede ser por residuos de leche, saliva o
ingesta de mucosidad. Los síntomas principales son dolor abdominal, nausea, vómito y diarrea,
entre otros.

Bebé siendo “curado de empacho”

, lo más recomendable es llevarlo con el pediatra para evitar un cuadro infeccioso o una severa
deshidratación”.

La pomada de “pan puerco” para el “empacho” está hecha de raíces de hierbas como jalapa,
jengibre, manzanilla, aceite esencial de clavo, mezcladas con grasa de cerdo, es un producto
naturista de efecto antiinflamatorio y analgésico, la cual no provoca daño ni efectos secundarios.

Otro tipo de medicina tradicional es la acupuntura, milenaria técnica china que mezcla lo empírico
con el esoterismo a través de estímulos nerviosos en zonas específicas del cuerpo.

pomada de pan puerco o la pomada de la manzana, untándola en la espalda, en las zonas lumbar y
dorsal, incluso también en la planta de los pies y “jala” la piel de la espalda del bebé; después, dice,
se les da una cucharada de aceite de ricino o de oliva, así como una taza de té de rosa de castilla o
con una pizca de tequesquite.

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acupuntura y herbolaria afirma que estimulando con presión o agujas ciertas zonas del cuerpo
(puntos nerviosos) se pueden lograr reacciones positivas a ciertos padecimientos, menciona que con
este procedimiento lo que se hace es estimular nervios del estómago e intestinos, para “remover” lo
que sea que se tenga “atorado” o “pegado”, se crean reacciones químicas y así el cuerpo lo
desecha, “es un tipo drenaje” que ayuda a desintoxicar de forma natural lo causado por una
indigestión.

Pomada “pan puerco”, utilizada para el masaje previo a la “tronada” para curar el empacho. Crédito:
Mariana Rojas Nagore. 

Dice que esta práctica, es más usada en bebés y niños, en los adultos ya es un poco más
complicado ya que se tiene la piel más pegada y no se tiene la misma grasa para jalar. No es un
procedimiento agradable, pero tampoco hace daño.

La mollera sumida

Otro padecimiento común en los bebés que también se “curaba” con remedios caseros es la “mollera
sumida o hundida”, condición médicamente llamada “fontanela anterior deprimida” - producto de
deshidratación o desnutrición, naturalmente es porque las suturas craneales de los niños aún no
cierran, lo cual ocurre a la edad de 9 meses o al año y medio.

El método de las abuelitas era ponerlos de cabeza, “zarandearlos” o golpear con firmeza las plantas
de sus pies, método que el pediatra Francisco Martínez considera no es el correcto porque se podría
causar una hemorragia y otras complicaciones de riesgo, ya que la “mollera sumida” es natural y con
el crecimiento del bebé ésta se va acomodando.

Jeni, quien le explicó que el conocimiento empírico dicta que el bebé tiene “aire” en la cabeza, a Jair
le pasó que alguien tocó la mollera de su hija la cual se hundió un poco y que el ponerla de cabeza y
golpear las plantas de sus pies, sí funcionó. Lo mismo dijo la señora Martina, además de presionar
un poco hacia arriba con los dedos el paladar del bebé, zona donde están los huesos de la base del
cráneo.

El mal de ojo

¿Alguna vez te regalaron una pulsera roja? “el mal de ojo, las malas vibras” o “las miradas fuertes”.
Se trata de esas conocidas pulseras rojas con la semilla de la planta "trepadora" o "bejuco",
comúnmente llamada “ojo de venado o de buey"  junto con una imagen religiosa, normalmente de la
Virgen de Guadalupe que aún es común ver a la venta.

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Pulsera de hilo rojo con semilla de “ojo de venado”, utilizada para proteger a los menores de las
llamadas “malas vibras”.

los bebés y niños son más vulnerables a padecer “el mal de ojo” por ser más sensibles, dice que
éste se da por exceso de calor en el cuerpo, se puede manifestar con diarrea, vómito, mucho llanto,
calentura, debilidad, sed y a veces hasta se les ve un ojo más pequeño o caído que el otro.

En el siglo XIX para evitar el llamado “mal de ojo” algunas personas llevaban consigo un pelo de la
cola de un elefante, pues se creía que eran cosas de brujas o hechiceros. eran utilizados para
prevenir “el mal de ojo”.

Otro remedio casero de dominio popular es la “limpia con huevo o ruda”, baños con preparados de
hierbas medicinales, acompañados de la ingestión de algún té o incluso hasta lavados
intestinales.Las limpias con huevo u otras hierbas son utilizadas comúnmente para curar el llamado
mal de ojo.

Contra el hipo, un hilo rojo con saliva

También existen otros remedios caseros para quitar el hipo, un hilo rojo con saliva en la frente o los
cubría con papel de estraza; pero para Concepción, enfermera en el hospital Siglo XXI, esta no es la
solución, ya que el hipo es un estímulo provocado por los pulmones que hacen un esfuerzo brusco
para expulsar aire, son contracciones regulares del músculo diafragma, que puede darse por comer
en exceso, muy rápido o por alguna emoción repentina, en el caso de los bebés recomienda darles
pecho, o un poco de agua tibia.

Curar de “espanto”

Se dice que alguien “está espantado” cuando se vive algo desagradable que provocó algún susto o
cuando se está distraído o se pasa por alguna situación o ruido sorpresivos. Los síntomas son que el
niño llore continuamente, sobre todo por las noches, no duerme bien, sufre de escalofríos,
irritabilidad y tiene una marcada pérdida de apetito.

Los Espíritus de tomar es una preparación de las plantas de epazote, poleo, orégano, manzanilla en
un cuarto de litro de aguardiente. todo se mezcla y se muele; se le da a tomar al niño dos
cucharadas, el resto se unta en el cuerpo del pequeño, en sienes, corvas (atrás de rodillas y codos),
nuca y en la mollera.

Si el infante sigue con malestares, a la mezcla se le suman “limpias” con pirul macho, ruda y romero
seco, este es uno de los remedios que las curanderas dan, con las “limpias” se le “llama” al espíritu y
también se dice que se “limpian los cuerpos energéticos” de la persona.
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Otro método que utilizaban las abuelas, eran los "espondios" (polvos medicinales) con el llamado
“hueso de gigante”, una infusión que se decía estaba hecha con el polvo de huesos, colmillos de
mamut o mastodonte prehistórico. Hoy en día se le sigue llamando "hueso de gigante" pero la
infusión es hecha de fósiles de mamíferos grandes, como caballos.

curado de espanto con limpias de hierbas de alumbre, limón, huevo, hueso de gigante, o con
“empazotada” (ramo hecho de epazote común, epazote morado y de zorrillo), previo a la limpia, el
que cura se hecha sal de grano y jerez en la boca y “succiona” la mollera del paciente para luego
escupir, ella recomienda que la persona que haga la limpia debe tener un carácter fuerte.

Otro procedimiento para curar de espanto, es justamente volver a espantar al paciente, y llamar a su
espíritu, lo cual se hace gritando de forma sorpresiva tres veces el nombre completo del paciente en
su cabeza y decir “¡(nombre completo) vuelve!” o “¡(nombre completo) regresa!” al tiempo que se le
arroja alcohol o los espíritus de untar en la nuca.

Para curar el resfriado en casa…

“un remedio casero” pero que ahora es más un medicamento, el famoso “Vick Vaporub” pomada
hecha de alcanfor, eucalipto y mentol, que se usa untándola en el pecho y espalda en caso de
resfriados y tos. Con el tiempo y la demanda de los consumidores pasó de ser un remedio a un
medicamento reconocido.
 
Antes de que existiera este y otros productos de este tipo, la congestión nasal, dolores de pecho, y
todos los síntomas para resfriados o infecciones respiratorias se trataban por las abuelitas o
curanderos, cubriendo el pecho y espalda del bebe con papel de estraza o ventosas o trapos
húmedos calientes, y vaporizaciones con el té de eucalipto, y así ayudar a abrir las vías respiratorias
y sacar flemas.
Otro remedio casero para acabar con la congestión nasal o lo “mormado” era untar aceite de gallina
en la nariz.

coinciden en que tanto los remedios caseros, como la medicina alópata son buenos, ya que a su
parecer, en ocasiones, los métodos de antaño funcionan más que el medicamento o viceversa.

, tales como la leche con malvaviscos o con cebolla y ajo para la gripe, coca con limón o la
cucharada de aceite de olivo para la diarrea o dolores de estómago.

 El “espanto” o “susto” en el medio popular y bajo el enfoque médico

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na de las expresiones psicosomáticas frecuentes en comunidades tradicionales rurales e incluso
urbanas en México, es el llamado “susto” o “espanto”. El “susto” puede dañar en cualquier edad y a cualquier
persona. Con base en la sintomatología que se presenta cuando se sufre de “espanto”, creemos pertinente que el
médico adquiera conocimientos acerca de este fenómeno aún tan común en nuestros días, ya que de este modo
puede brindar una atención integral al paciente y evitar que dicho evento enmascare otra patología orgánica. En
la medida en que el médico esté consciente de la existencia de creencias populares de enfermedades (en este
caso el “espanto”) también será capaz de poseer una visión integral del paciente y podrá prevenir padecimientos
y complicaciones ulteriores que pueden incluso tener impacto en la salud pública. Pensamos que se trata de un
tema relevante debido a que en no pocas ocasiones nuestros pacientes recurren a curanderos por distintos
motivos antes que al médico alópata, y para poder ayudarlos es importante comprender los diagnósticos y
tratamientos que utiliza la Medicina Alternativa.

El “susto” es una variante del fenómeno conocido en diversas partes del mundo como pérdida del alma, sin
embargo en México y Latinoamérica (en el medio popular) adopta un carácter muy particular pues es
considerado una enfermedad. El “espanto” o “susto” puede definirse como un “impacto psicológico” de
intensidad variada que se padece a consecuencia de factores diversos entre los que se encuentran los de índole
sobrenatural, fenómenos naturales y circunscritos en experiencias personales que emergen como eventualidades
fortuitas del todo inesperadas.(1) Si bien el “susto” es una entidad nosológica de filiación tradicional.
El “susto” es a la vez causa y enfermedad. Una persona que recibe un “susto” contrae la enfermedad conocida
como “susto”: es decir, el padecimiento es designado con el mismo término que se aplica a la vivencia
traumática”, señala Carlos Zolla.(2) A diferencia de otras enfermedades que afectan principalmente a los niños,
el “susto” puede afectar en cualquier edad y a cualquier persona.

Los síntomas y signos que produce el “susto” son diversos:


Sintomatología del “susto”(2)
■ Visible ataque al estado general
■ Falta de apetito
■ Decaimiento
■ Tendencia a sentarse o acostarse en lugares donde pueden recibir sol
■ Frío en las extremidades
■ Somnolencia
■ Tendencia a dormir muchas horas
■ Inquietud en la vigilia y en el sueño
■ Insomnio
■ Palidez
■ Tristeza
■ Angustia

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■ Hipersensibilidad en el trato con terceros
■ Esfuerzo al caminar
■ Ocasionalmente desvanecimientos
■ Temor a los sueños en los que se repiten estereotipos amenazadores
■ Ataques repentinos de “locura”
■ Fiebres leves
■ Ocasionalmente diarreas y vómitos
■ Dolores de cabeza
■ Dolores en el “corazón”*

Los tratamientos del “susto” o “espanto” son variados y conservan, empero, ciertas coincidencias. A diferencia
del “mal de ojo”, cuya curación puede ser realizada por cualquier persona que conozca el ritual del tratamiento,
el “susto” deberá ser tratado por el terapeuta tradicional. La etiología del “susto” no es la pérdida del “ánimo”,
sino la pérdida de una entidad anímica.

A diferencia de la concepción cristiana que considera una alma única, los nahuas suponen que existen tres
almas; ellos creen que la primera tonalli, localizada en la cabeza, está relacionada con los dioses, en ella se
ubica la razón y la conciencia y se le considera la productora del pensamiento. La segunda, teyolia, se encuentra
en el corazón, ahí están la vitalidad y los afectos. Una tercera, ihiyotl, se ubica en el hígado, en el que se
encuentra el vigor del hombre, las pasiones; una vez muerta la persona regresa como “aire de noche”. Las ideas
acerca de la pérdida de un alma específica, lo mismo que de la captura de ésta por seres del inframundo están
presentes en casi todas las culturas prehispánicas del continente americano, lo que demuestra su gran
antigüedad.(3)

Para comprender los vestigios actuales de tales creencias y su relación con la salud y la enfermedad hay que
enfatizar que una de estas almas tiende a separarse durante la vida del individuo, mientras que las otras dos lo
hacen hasta la muerte del mismo. La falta de tonalli o sombra, cuando es capturada o perdida como efecto del
“espanto”, provoca padecimientos y debilitamiento por carencia.  Ante tal estado suele suceder que agentes
extraños, como la emanación del alma en un cadáver o ihiyotl que sale en forma de gas denso, penetren en el
organismo y ataquen a la persona desprovista de sombra.

La enfermedad está vinculada con el lugar donde se sitúa la persona cuando el alma se ha desprendido del
cuerpo: si la sombra fue capturada por la tierra se presenta la enfermedad, si no se sabe su paradero, sobreviene
una enfermedad aún más grave, si entra la emanación de un cadáver u otro elemento extraño al sujeto se
enferma todavía más. La pérdida de la sombra o el alma a causa del “susto” o “espanto” produce por lo general
síndromes muy claros, pues emocionalmente la persona se siente incompleta, además de los síntomas orgánicos
antes descritos. La curación tiende a restituir a la sombra ausente por lo que está cargada de actos mágicos que
en pueblos mestizos se han vuelto ininteligibles, pues han perdido las ideas médicas que en la época
prehispánica las sustentaban.(4)

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Para entender la manera en que los curanderos abordan este mal se entrevistó a una curandera, que realiza los
rituales necesarios para librar de esta enfermedad a las personas afectadas, Susana Ruiz Martínez, originaria de
San Pedro Tututepec, Oaxaca.**

“...Las personas que viven en pueblos se espantan porque ven cómo se desborda un río, por el mar al ver una
ola muy grande o porque una ola los avienta, al ver animales de campo como una culebra o cuando se caen del
caballo o el burro. Las que viven en la ciudad se espantan por un choque, un asalto, por ser o ver atropellados,
por ver un herido o muerto. Una persona espantada tiene la piel pálida, como amarilla, no tiene hambre, los
niños no crecen, están tristes, tienen mucho sueño, no tienen ganas de hacer nada. Cuando el “susto” es muy
fuerte la sangre se vuelve agua, tanto que ya no tiene fuerzas, tienen la mirada perdida, los ojos están tristes,
algunos dicen que tienen miedo y si son bebés brincan cuando están dormidos.

En mi pueblo aprendí a curar con velas de sebo; se piden 10 de estas velas, aguardiente, ruda y albahaca. Las
velas se ponen a fuego lento en una cacerola de peltre, se derrite la cera y ya derretida se le pasa por todo el
cuerpo al niño y se le llama tres veces Juan no te espantes y se reza para que salga la cosa mala que no lo deja
estar sano; después la cera se echa en una jícara con agua y la cera forma la causa por la que la persona está
espantada. Ya que se le pasó la cera, el niño empieza a dormirse, entonces se le unta principalmente en sus
coyunturas la mezcla del aguardiente, la ruda y el tabaco. Esta curación se hace a niños grandecitos y gente
grande, los días martes y viernes.

Para curar a un bebé, los días martes y viernes preparo una tina con agua calientita, le echo flores blancas, rojas
y un chorrito de alcohol; y aparte preparo un ramo de flores rojas y blancas. Ya preparado se encuera al bebé,
se voltea de cabeza y se dice Pedro no te espantes tres veces y se le pasa el ramo de flores formando una cruz a
la vez que se dice una oración. Después se baña y se tapa bien; si se duerme es que el “espanto” ya salió, y uno
se da cuenta porque cuando despierta está contento y ya come bien...”

El “susto” no es una enfermedad sino un síndrome de filiación cultural, es decir, un complejo mórbido que sólo
es reconocido, diagnosticado, clasificado y tratado como tal dentro de las claves culturales y médicas del grupo.
Los síntomas incluyen a menudo agitación, anorexia, insomnio, fiebre, diarrea, confusión mental y apatía, hay
datos depresivos e introversión. Puede presentarse ansiedad generalizada o estrés producidos por conflictos
sociales o por una autoestima baja.

En numerosos casos, los curanderos tienen logros en sus prácticas curativas. ¿Cuáles son las
razones? Numerosos padecimientos son autolimitados y su historia natural es que desaparecen
espontáneamente. Los curanderos no son totalmente ignorantes de la terapéutica utilizada por los médicos
alópatas: cuando lo consideran apropiado administran antimicrobianos, analgésicos, antialérgicos, purgantes,
etcétera.
Sin embargo, seguramente el recurso terapéutico más importante, aplicado con singular maestría por los
curanderos, es la psicoterapia, y en especial una rama de ella, la sugestión. ¿Cómo se explica el poder de la
sugestión? Podríamos decir que el efecto placebo tiene un supuesto ineludible: la integridad del organismo
requiere de la totalidad para hacerse patente. Actúa a través del nivel superior de la integración y por tanto
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constituye una serie concertada de acontecimientos extraordinariamente selectivos, precisos y limitados en el
tiempo, que modifican al propio organismo para mejorar o sanar.(5)

Un conjunto de factores se asocian para amplificar el efecto terapéutico del curandero. Para empezar, éste es un
miembro de la comunidad, con quien comparte la manera de vivir, idioma, costumbres, familia y amigos,
religión, mitos, creencias y sistemas explicativos. El acceso a él es fácil, desprovisto de los obstáculos
burocráticos y del proceso deshumanizante de la atención médica institucional. El curandero conoce y trata al
paciente, no como un órgano enfermo, sino como una totalidad biopsicosocial y como parte de sistemas aún
más altos: la familia y la comunidad. El curandero combate el padecer y no la enfermedad.

El curanderismo tiene orígenes primitivos, está saturado de ideas inexactas, de supersticiones y magia. Puede
ser útil para aliviar males menores, en su mayoría psicológicos y psicosomáticos, pero es ineficiente en el resto
de los casos. Lo importante es que la práctica del curanderismo incluye elementos valiosos que la Medicina
científica ha menospreciado injustamente. Estos elementos son: la visión del hombre en su totalidad
biopsicosocial, la atención a la persona y su entorno, la atención al padecer y no solamente a la enfermedad, la
utilización inteligente de la sugestión y el efecto placebo que, quiérase o no, desempeñan un papel de
importancia insospechada en todo quehacer de naturaleza médica.

Para concluir podemos decir que el “susto” en la Medicina Alópata debe ser clasificado y tratado como una
totalidad en la que pueden reconocerse elementos específicos, más o menos al determinar un complejo mórbido
e incluso complicaciones… es dentro de esta lógica que hay que comprender la diabetes por “susto”, la tisis
(tuberculosis) por “susto”, así como los  “sustos” retenidos en la garganta”, los retenidos en el corazón o en el
estómago, por lo cual no debemos olvidar que pueden derivar en enfermedades peligrosas “bilis”, “diabetes”,
“tisis”, “presión”, “hepatitis”, “úlceras” diversos grados de parasitosis intestinal y en general a un estado de
deficiencia inmunológica (anemia y síndromes mieloproliferativos) asociado a estados de desequilibrio
emocional (la depresión y el estrés), que afecta predominantemente a hombres y mujeres jóvenes, además de
anemia, apatía y pérdida de apetito. Si bien no existe el equivalente exacto de esta enfermedad popular dentro
de la Medicina Alópata, se trata de un padecimiento, que en ocasiones es confundido con diversos
padecimientos, e incluso puede llegar a ocultar distintas patologías orgánicas, atribuidas al “susto” o “espanto”.
(2)

Notas:
*El dolor del corazón es con frecuencia el dolor epigástrico, asociado a padecimientos gastrointestinales; gastritis y úlcera
gástrica principalmente.

Aprende a curar el espanto a bebés, niños y adultos

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Cualquier persona a cualquier edad podemos sufrir un susto y ese miedo llega a internalizarse y no
logramos seguir avanzando

Si notas que tu bebé actúa de forma distinta como llorar sin consuelo o está muy nervioso, incluso puede sentirse molesto sin
causa aparente lo más probable es que tenga espanto como dicta la creencia popular.

Uno de los métodos que usan los curanderos para aliviar a un bebé de espanto es sacudir un periódico nuevo alrededor de su
cuerpo.

También puedes hacerle una limpia con huevo.

Con los niños también puedes usar alumbre, un mineral que se usa en la cosmetología pues tiene propiedades astringentes y
desodorantes.

Pasa un trozo de alumbre por todo su cuerpo, comenzando con la cabeza hasta los pies. Al finalizar, ponlo al fuego lento en
una olla que no uses para cocinar. Cuando se consuma por completo, sobre el fondo de la olla aparecerá una figura ¡eso fue lo
que asustó a tu niño!

Si es un adulto quien no puede controlar el miedo que siente, deberá evitar consumir dulces, y bebidas dulces durante las 24
horas posteriores.

Es preferible comer un pan de sal o tomar un trago de alcohol fuerte como tequila, mezcal o whisky.

También funciona platicar sobre lo sucedido con una persona de confianza y hacer esta oración durante tres días seguidos:

ORACION

“Te santiguo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo , amén. ¡Jesús! Criatura de Dios, yo te corto el susto, no lo
corto con cuchillo, ni con hierro, ni martillo martillado, porque no puede ser cortado, te lo corto en el nombre del Padre , del
Hijo y del Espíritu Santo , amén.

Jesús, señor mío Jesucristo, a los 33 años anduviste por el mundo que por los nervios y venas del cuerpo corren, y a los
ángeles del cielo y las misas del misal y las tres palabras fuertes, que el sacerdote dice en el altar o cualquier otro mal que
esta criatura en su cuerpo tenga llévaselo a lo más hondo del mar donde no crezca ni permanezca, donde no haga mal ni a ti,
ni a mí, ni ninguna criatura nacida.

Jesús entró en Belén y ningún mal sintió, así como estas palabras, susto te curo yo. ¡Jesús! criatura de dios, donde Jesús se
nombre todo el mal se asombra, donde Jesús es nombrado todo mal y quebranto, se ha quitado, donde Jesús se nombró todo
mal y quebranto se quitó, se despide de ti, se despide de mí lo aparto con la gracia de Dios y el Espíritu Santo”.

¿Cómo curar del susto a un bebé?

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Si nuestros bebés se muestran fastidiados, lloran por gusto, no logran conciliar el sueño y se despiertan
llorando, es momento de pasarle “el huevo”, es decir, utilizar la antigua costumbre de nuestros antepasados para
curar “el susto” o el “mal de ojo” y téngalo por seguro que verá buenos resultados.

La práctica de este mecanismo forma parte de la denominada Medicina Tradicional a través de la cual se
“curaba” innumerables males con el uso de plantas, productos de origen animal, aromaterapia o acunpuntura,
que lograron mejorar la salud de manera significativa.

Para quienes se muestran escépticos, les explicaremos por qué se cree que el origen de este mal está relacionado
al exceso de calor que tienen en la mirada ciertas personas, y que lo trasmiten, involuntariamente, al mirar a los
niños pequeños, ocasionándole una serie de molestias a la salud.

Con huevo
La pasada de huevo, como popularmente se le conoce, consiste en pasar un huevo fresco por todo el cuerpecito
del bebé. Esta práctica se realiza en la intimidad y tranquilidad de una habitación, se acuesta a la criatura –que
debe estar vestido con ropa ligera– en la cama y se inicia el procedimiento.

La persona encargada de pasarlo debe persignarse y empezar por la cabecita del bebé, mientras reza una
Padrenuestro, sigue por los brazos, la barriguita, tratando de formar una cruz avanza y finalmente llega a las
piernas y pies. Bajo ningún punto intente bañarlo ni tampoco salir de la casa.

En un vaso con agua eche el huevo y verá cómo se forma un ojo, telarañas u otras figuras.

Con periódico
Otra de las alternativas para quitar el “susto” que podemos emplear es el periódico, sí, aunque usted no lo crea,
de acuerdo a las costumbres de nuestras abuelas, un par de hojas resultan suficientes para poner en práctica la
curación del bebé de los males que lo aquejan.

Siga el mismo procedimiento que anteriormente le explicamos con el huevo, pero hágalo con suma delicadeza
toda vez que se trata de hojas de periódico que pueden incomodar al bebé. Incinere las hojas que usó y dicen los
expertos que se formará la cara o algún símbolo que nos llevará a identificar a la persona que lo asustó.
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Con alumbre
El alumbre está considerado dentro de la familia de los minerales, y se cree que contribuye a limpiar al bebé de
los molestosos síntomas que afectan su salud y causan preocupación en sus mamis.

Un generoso pedazo de alumbre se pasa por todo el cuerpo del menor mientras se procede a elevar la
tradicional oración al Altísimo, es decir, el Padrenuestro, se sigue la misma ruta, primera la cabecita, barriga,
brazos y se deja para el último los pies.

Finalmente, se coloca en una olla y se pone en la cocina a fuego lento, al igual que en el caso del periódico, el
alumbre formará una figura que nos permitirá conocer quién o qué cosa asustó a nuestro bebé.

El arte de curar el espanto con plantas de monte

Proceso. Recolectando plantas para las ‘limpias. (TUNGURAHUA)

S e dice que pasar el huevo de una gallina criolla sobre el cuerpo cura el mal de ojo y el espanto. Miles de
creencias rotan en torno a las ‘limpias’ que se efectúan a bebés, niños e incluso a adultos que buscan renovar las
energías, alejando el mal que dicen que se pega.

Esta medicina ancestral relata que una buena ‘limpia’ quita el ‘mal de ojo’, ‘el espanto’, el ‘mal aire’, el llanto
continuo en los bebés; pero en los adultos aleja las malas vibras que hacen que le vaya mal en el amor, en la salud
y en la economía.

Muchos hábitos son parte de las costumbres, la interculturalidad y las creencias tungurahuenses y otras provincias
del país, que guardan muchos secretos y que han sido aplicadas desde los ancestros, puesto que no existe en
ningún registro médico una enfermedad que se llame ‘mal de ojo’ o ‘mal aire’.

 Las “limpia”

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Rosario Bravo, oriunda de la comunidad Tomabela, parroquia Pilahuín (Tungurahua), acude los martes y viernes a
diferentes lugares de la provincia a realizar las limpias. Esta actividad la viene desarrollando por más de 15 años.

Hasta su vivienda, ubicada en la comunidad Tomabela, llegan los martes y viernes aproximadamente de 10 hasta
20 personas de diferentes lugares, unos que creen en estos males, pero también llegan los escépticos que utilizan
las ‘limpias’ como última alternativa.

“Hay gente que está muy enferma, con dolor de cabeza, vómito, malestar general, otros mal diagnosticados por los
médicos. Yo les curo dos veces seguidas y se van sanitos”, afirma Rosario, muy convencida de sus habilidades.

Planta. El sauco es efectivo para los ‘espantos.


Proseso

Las plantas, hierbas y flores que utilizan los curanderos para llevar a cabo una ‘limpia’ son casi incontables, entre
las más comunes están el eucalipto, el sauco, los tallos de marco, la ruda, la santa maría, el chinchen, la hoja de
chímbalo, la chilca, las rosas, los claveles y otras.

 El uso de licor, colonias y esencias florales, que acompañan el ritual, son rociadas al paciente desde la boca del
curandero como complemento a la ‘limpia’ que busca combatir el ‘mal aire’, el ‘espanto’ y las energías negativas

que albergan en el interior de las personas.

“Un niño que está con ‘mal aire’ se pone llorón, le da vómito y quiere estar solo en brazos de la madre. Son más o

menos los mismos síntomas cuando se está ‘ojeado’ o con ‘espanto’, a ellos se les frota el huevo (si es del día

mejor) desde la cabeza hasta los pies. Luego el huevo se rompe y se lo pone en un vaso con agua. Allí se puede

ver si la persona está con ‘mal de ojo’, asustado o no. Si el huevo se hace en forma de vela es porque estaba

enfermo y la cantidad de velas es la medida del mal”, expresa Rosario.

 Indica que ella decidió dedicarse a este trabajo por un sacerdote que le dijo que si ella tenía conocimiento de la
medicina ancestral ayudara a la gente. Un día, su hija le pidió que le curara el espanto a un niño de una amiga y

desde allí Rosario adquiere este hábito.

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 Explica que para hacer ‘limpias’ Rosario todos los días reza a Dios y al Espíritu Santo, va a misa los domingos,
pues esta labor requiere de fe y confianza para aliviar estas enfermedades.

 Rosa Yanza, oriunda de la parroquia Santa Rosa (Ambato), manifiesta que cansada de acudir al médico, tomar
pastillas que empeoraron su salud, acudió para efecturse las ‘limpias’ y hoy se encuentra en perfecto estado, por lo que

cada cierto tiempo regresa. Señala que en esta alternativa ha encontrado el remedio de sus dolencias.
Datos

Los síntomas que presentan los niños por ‘mal aire’ son: falta de apetito, vómito, diarrea, temperatura y se levantan
llorando.

Los síntomas que presenta un adulto son: mal genio, mal de estómago, se estresa con facilidad, entre otros.
FIN

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