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Catalina Wainerman

Ruth Sautu
(Compiladoras)

LA
TRASTIENDA
DELA
INVESTIGACIÓN
3ª . edición ampliada

--:: ..
��111,,

Ediciones Lumiere
Diseño de tapa: Grupo M - Comunicaciqn Visual Índice
Comp.9sicjón' y armado: Eduardo San Martin
. .

1ª edición junio de 1997,/


2 ª edición setiembre de 2000.
3ª edición julio de 200 l.

1ª Reimpresión de la 3ª edición Prefacio a la 3ª. edición ampliada .......................................... 11


ampliada: Septiembre de 2004. Prefacio .................................................................................... 13

Capítulo 1: Acerca de laformación de úwestigadores


en ciencias sociales
Catalina Wainerman .........................·............................. 15
© 2001 Ediciones Lumiere SA.
e-mail: edicioneslumiere@infovia.com.ar El "modelo Germani" de formación de investigadores
sociales .......................................................................... 16
El fracaso de la formación de investigadores sociales ...... 21
Printed and made in Argentina Errores comunes en la formulación de investigaciones
Hecho e impreso en la República Argentina sociales .......................................................................... 25
Lo que enseñan los errores más frecuentes y
recomendaciones para superarlos .............................. 34
I.S.B.N.: 950-9603-41-4 Aprendiendo a hacer investigación de la mano de
maestros ................................................................... 37
Bibliografia ............................................................................... 42
Queda hecho el depósito que previene la ley 11. 723.
Capítulo 2: Estrategias teórico-metodológicas en un estudio
de la herencia y el desempeño ocupacional
Prohibida la reproducción total o parcial de este libro, o su almace­ Ruth Sautu ............................................... :.................... 45
namiento en un sistema informático, su transmisión por cualquier
medio electrónico, mecánico, fotocopia, registro u otros medios sin el La elaboración de un proyecto de investigación: teoría y
permiso previo por escrito de los titulares del copyright. metodología en la definición de los objetivos ................... 46
Todos los derechos de esta edición reservados por Ediciones Lumiere, l. El encuadre teórico general del proyecto ................... 47
Buenos Aires, Argentina. 2. Las chances de vida y los estilos de vida .................... 51
96 Ricardo Sidicaro

del historiador inglés Denis Mack Smith (1978) sobre_ el Corriere


·della Sera. Sobre la dinámica comparada de dos grandes diarios, Capítulo 4
Le Monde y el Washington Post, cabe citar el trabajo de Padioleau
(198,5)�a aproximación global y didáctica para quien quiera
�rdar 7 relación entre diarios y política puede encontrarse en
Estrategias de vida en hogares rurales
orrat 89). Sobre la cuestión del vínculo entre poder intelectual
ni os de comunicación encontrará sugerentes ideas en Debray Floreal H. Fomi
(1991). Me he limitado aquí a hacer sólo referencia a textos que
acercan a la intersección entre la naturaleza de un diario en tanto
soporte material y la difusión de ideas políticas. Para el resto, el
� lector interesado está invitado a consultar las dieciocho páginas de
\ bibliografía sobre debates políticos argentinos y teoría sociológica
\que forman parte de�mi libro La política mirada desde arriba
\(Sidicaro, 1993).
Inti:oducción

Bibliografía Hace un par de años, Catalina Wainermam me invitó a par­


ticipar de un curso en el IDES sobre "La trastienda de la inves­
Berelson B. y H. Janowitz, Reader in Public Opinion and tigación social". En ese momento, la tarea coincidió con la com­
Communication, Glencoe, The Free Press, 1955. paginación de un libro en que· varios autores presentábamos un
'x orrat, H., El periódico actor político, Barcelona, Gustavo Gilli, Mass estudio sociodemográfico sobre la población rural de la provincia
{ Media, 1989.
de Santiago del Estero (Fomi, Benencia y Neiman, 1993). Al
ebray, R., Cours de médiologie générale, Paris, Gallimard, 1911. abocarme al trabajo editorial, me inspiré en un libro muy influyente
Mack Smith, D., Storia di cento anni di vita üaliana visti attraverso en el momento en que realicé mi doctorado en la Universidad de
ü Corriere della Sera, Milán, Rizzoli Editare, 1978. Chicago, en el que varios investigadores contaban el proceso de
Padioleau, J. G., "Le Monde" et le "Washington Post", Paris, PUF, generación de sus ideas y la maduración de su libro o tesis
1985. (Hammond, 1967). Escribir un capítulo introductorio sobre la
Pineda, F., En tiempos de la República, Buenos Aires, Mundo historia de la investigación hizo coherente nuestro propio libro.1
Forense, 1946. En las líneas siguientes voy a presentar la historia y algunos
Sidicaro, R., La política mirada desde arriba. Las ideas del diario resultados de la investigación llevada a cabo en Santiago del Estero
La Nación, 1909-1989, Buenos Aires, Sudamericana, 1993. para reflexionar, a partir de esa experiencia, sobre los procesos de
descubrimiento o generación de hipótesis en ciencias sociales.

La historia de la investigación

Cuando visité por primera vez la ciudad de Santiago del Estero

1 Este capítulo reproduce con algunas modificaciones los capítulos I y III de


Forni. Benencia y Neiman (op. cit.).
98 Floreal H. Fomi Estrategias de vida en hogares rurales 99

con la fmalidad de dictar un curso de metodología, de la investi­ familias rurales en Santiago de Estero. Raúl Nordio, del I.nstituto
gación, organizado por la Universidad Católica (UCS�), en 1979, de Economía de la Universidad Nacional de Córdoba y del Centro
encontré a un grupo de sociólogos y estudiantes trabajando en sus de Estudios de Población (CENEP), junto a Alejandra Pantelides,
tesis; a través de ellos y del relato de sus investigaciones comencé de esta misma institución, realizó el análisis de la encuesta
a captar las peculiaridades de la población rural de esa provincia demográfica. Con Carlos Borsotti discutimos sobre el tema de
de antiguo poblamiento y de tenaz persistencia campesina. tipología de hogares al comienzo del estudio. Guillermo Neiman y
Las visitas al campo, en las que fui guiado por quienes eran Mónica Gogna, especialmente, pero también Nora Mendizábal y
entonces docentes de la UCSE, Alberto Tasso y Carlos Zurita, Héctor Angélico, del Centro de Estudios de Investigaciones Labo­
fueron el inmediato contraste entre las interpretaciones teóricas rales (CEIL-CONICET). contribuyeron significativamente a la rea­
vigentes y esa realidad. En ese primer viaje tomé contacto también lización del trabajo de campo. Los ya mencionados Alberto Tasso
con pequeños productores y colonos del departamento Robles y Carlos Zurita, en primer lugar, Julio Marcos, Jorge Rosenberg
-a través de la Escuela de la Familia Agricola (EFA) de esa y muchos otros colegas santiagueños fueron los que hicieron
localidad- y con trabajadores zafreros en sus residencias de la posible la investigación.
estancia Los Sotelos, en el departamento de Río Hondo. Ellos iban En estas notas quiero exponer los entretelones del trabajo con
a ser, fmalmente, los sujetos del estudio al que dedico este capítulo. la intención de hacer más comprensibles sus resultados y, a la vez,
La evidencia de la continuidad, en esta provincia, de una población concretar una contribución a la necesaria codificación de las
rural con alta potencialidad demográfica, y su ligazón a proces�s estrategias de investigación. Esto no es, infortunadamente, una
migratorios con importantes elementos de estacionalidad, tema práctica común en nuestro medio, pero nosotros pensamos que en
antecedentes de excelencia en los trabajos de investigación que nos ocasión de presentar el conjunto de los trabajos en que culminó
precedieron,2 que entonces leí con provecho. De ellos emergí� con este estudio era oportuno hacer esta narración. ·
nitidez interrogantes sobre formas específicas que asurma esa Hacer conocer los puntos fuertes y débiles de un trabajo, sus
relación. encrucijadas y sus momentos creativos es también un aporte a la
La oportunidad casi inmediata -a través de una financiación comunidad de investigadores. Por un lado, porque la narración del
del Intemational Development Research Centre (IDRC), de Cana­ desarrollo de una investigación y sus procedimientos es una
dá- de realizar una investigación, con los medios adecuados para contribución no sólo a la confiabilidad, sino también a la validez
producir información -a través de trabajo de campo, nos �e��ó de los resultados si, como es nuestro caso, creemos que la ciencia
producir conocimiento original sobre el tema y proponer hi?otes1s social es un ejercicio de objetividad (Kirk y Miller, 1987). La
explicativas plausibles. La participación en una red de eqmpos de consistencia lógica y la elegancia de la presentación no es suficien­
investigación similares latinoamericanos (también auspiciados por te; es preciso "mostrar las puntadas" y las imperfecciones para que
el IDRC) nos proporcionó una muy buena perspectiva de compa­ el producto sea realmente creíble. Por otro lado, en el proceso de
ración y contraste teórico y metodológico (Vlassoff y Barkat-e­ investigación, la interacción entre conceptos y datos no suele seguir
Khuda, 1988). Esta experiencia de trabajo, que compartimos con los caminos canónicos (Glaser y Strauss, 1969) y es una experien­
colegas de nuestro equipo y de la provincia, fue muy enriquecedora, cia que desde cada investigación se vive de manera irrepetible, pero
tanto en lo sustantivo como en lo metodológico. Con Roberto que nosotros, junto a un creciente número de investigadores,
Benencia compartimos todas las etapas de este trabajo sobre creemos que es pasible de codificación en sus procedimientos. Tal
como en otra generación los plantea Robert Merton en su "oferta
para la fraternidad sociológica de la práctica de incorporar a las
2
Entre los antecedentes b ibliográficos deseo destacar: Lescano (1970). Hadis investigaciones una reseña detallada de los modos cómo se hizo
{1975). Tasso (1978). Vessuri (1976. 1979), Bilbao (1964-65. 1967, 1971) Y Geller
{1979). en realidad el análisis cualitativo" (Merton, 1967, pág. 390).
Florea! H. Fomi Estrategias de vida en hogares rurales 101
100

El proyecto: las ideas originales. m�nte por cambios de valor en la variabl� independiente (econo­
mia), ?oseen_ autonomia
_ relativa, expresada en efectos de rezago de
- A partir de una iniciativa del IDRC de propiciar investigaciones �� t nores s1tuac10nes que persisten en el nuevo contexto y en
comparadas sobre hogares (especialmente rurales) como unidades ongmales arreglos institucionales que pueden asumir en cada
"mediadoras" entre procesos económicos y comportamientos demo­ situación formas particulares.
gráficos -elaborada por Alan B. Simmons (entonces director del La cultura del grupo provee patrones que, se han demostrado,
Centre for Research on Latin America and the Caribbean) y pueden adaptarse y generar variaciones, dentro de un mismo
continuada por Carol Vlassoff-, que nos fue expuesta en una visita repertorio, a situaciones más disímiles.
a Buenos Aires, en 1979, por Luis Leñero Otero, del Instituto Desde alli, y como sucede con muchos proyectos, sin haber
Mexicano de Estudios Sociales, preparamos un primer esbozo del puesto todavia los pies sobre el terreno ni haber establecido
proyecto de investigación, cuyo titulo resume nuestros pensamien­ contacto con el contexto de investigación, hacíamos una propuesta
tos sobre el tema en aquel momento: "Santiago del Estero, una de trabajo en varios niveles, con una lógica explícita de
provincia productora de mano de obra: migraciones internas y "triangulación".4
estructura familiar" .3 El objetivo básico de este proyecto es estudiar en un área poco
Partíamos de la constatación de que Santiago del Estero era desarrollada de la Argentina el rol de la familia como variable
la provincia de la República Argentina señalada por los indicadores m�diadora entre una estructura socioeconómica y los comporta­
_
económicos más deprimidos. Desde comienzos del siglo XIX, cuan­ rmentos demográficos. A la inversa, nos proponemos producir
do su población era una décima parte de la actual, pero represen­ conocimiento acerca del efecto de la estructura demográfica sobre
taba cerca de un 10 por ciento del total nacional, sea por razones l�s comportamientos económicos. Los contextos geográficos (rega­
ecológicas o como consecuencia del modelo de desarrollo que se d10 Y secado, en este caso), sistemas de producción y tipos sociales
iba imponiendo en el país, sus excedentes poblacionales emigraban agrarios involucrados permiten una observación sistemática y
definitivamente o adoptaban un patrón de migración estacional que comparativa en un área culturalmente homogénea... Por otro lado,
iba a perdurar hasta la actualidad. De ese punto partía la hipótesis el proyecto de la Corporación de Río Dulce (1964-1978) es un
orientadora que presentamos a continuación. aspecto de colonización que ofrece un parámetro cuasiexperimental
El resultado de este desarrollo "deformado" ha sido la confor­ de comparación.
mación de estructura� familiares que no siempre corresponden al El diseño se plantea a niveles macro y micro, siendo la familia
patrón nuclear sobre el cual se elaboran los instrumentos censales el tema central de ambos. A nivel macro, se propuso confeccionar
ni los razonamientos clásicos sobre el comportamiento económico". un registro de hogares utilizando para ello los datos definidos en
[...] En esta investigación trataremos de vincular, en primer lugar, la cinta censal de 1970. En una segunda etapa se propuso realizar
situaciones y procesos económicos con comportamientos demográ­ una encuesta demográfica (incluyendo datos sobre estructura
ficos (reproductivos y migratorios). Partimos del supuesto de que familiar, ocupación, migraciones y una historia de la fecundidad).
la interacción entre estas variables es medida significativamente Esta encuesta se planteó a partir de una muestra estratificada, de
por el sistema productivo y la estructura ocupacional resultante, acuerdo con la inserción ocupacional del jefe de hogar [... ] El
por un lado, y por las formas típicas de organización familiar, por
el otro.
Si bien las estructuras demográficas son afectadas indudable- 4 El anteproyecto fue presentado y discutido en marzo de 1980. en un seminario

desarrollado en Cartagena. Colombia, donde se benefició especialmente de los


comentarios de Elsa Berquó, Vilmar Farias, Susana Torrado, Luis Leñero, Carlos
Aramburú, Lea Melo da Silva y. naturalmente, Alan Simmons y Carol Vlassoff, del
3 En la elaboración de la presente sección nos basamos extensamente en dicho IDRC. En sucesivos talleres, contamos también con los aportes de Diego Giralda
Sarnper.
proyecto.
102 Florea! H. Fomi Estrategias de vida en hogares rnrales 103

objetivo final del proyecto consistirá en la elaboración de encuestas de vida" (Forni, 199).). Las entrevistas prolongadas y las historias
en profundidad y muestras temporales sobre el uso del tiempo de de vida laboral y ciclos familiares que íbamos recogiendo y discu­
los miembros de la unidad doméstica [... ] De esta manera, nos tiendo en el equipo de investigación nos presentaban patrones
proponemos producir conocimiento sobre estructuras familiares; regulares, y a la vez sugestivos "casos desviados", que se nos
tipos e intensidad de lazos de parentesco; relación entre tipos de ímpbnían como una trama a develar a través de esta herramienta
familia y conductas económicas de las mismas (para el caso de la heuristica (la estrategia).
agricultura, relación con las estrategias productivas de los "tipos Los sujetos de esta investigación son familias rurales: campe­
sociales agrarios" -campesinos semiproletarios, campesinos, co­ sinos, productores familiares y asalariados, y nos interesa com­
lonos-); conductas demográficas (reproductivas, de conformación prender las lógicas o estrategias implícitas que orientan sus
de hogares y migratorias) y su relación con el contexto económico conductas económicas y demográficas. [...] Estas familias pasan,
y, finalmente, evaluar el efecto de una política agraria -el proyecto además, por distintas etapas en el ciclo de vida, y su aporte a la
de colonización- sobre las estructuras demográficas y sociales, y actividad económica variará en los distintos momentos de acuerdo
viceversa. a las necesidades y a la disponibilidad del trabajo. [...] La lógica
o la estrategia de vida aparece así como una variable explicativa
para la actividad productiva de la familia, y la inserción de sus
El conta�to con el campo y la primera reformulación miembros en los mercados laborales -por una parte- y para las
conductas demográficas (tanto reproductivas como migratorias),
El comienzo del trabajo, hacia 1981, coincidió con un periodo por otra. A partir del desarrollo de esta tradición de estudios sobre
de actividades convergentes desde nuestro Centro en la provincia familias rurales y migraciones, del conocimiento obtenido en es­
de Santiago del Estero. Por un lado, la realización de una inves­ tudios anteriores y de nuestra experiencia en la provincia, hemos
tigación sistemática sobre empleo y migraciones (Forni et.al., 1982), elaborado las hipótesis de trabajo que organizan la investigación
que incluyó una regionalización y una encuesta a una muestra de y que exponemos a continuación.
hogares rurales. Este estudio nos permitió certificar la existencia I) La alta fecundidad de estas familias encuentra su explicación
de corrientes migratorias establecidas y la vigencia de ciclos en una estrategia de vida que maximiza el aporte de trabajo de los
ocupacionales. Por otro lado, tuvimos la oportunidad de conocer distintos miembros a lo largo de su ciclo vital.
a fondo el área rural del Departamento de Robles, en ocasión de II) Inversamente, en el caso de las unidades domésticas ligadas
efectuar una evaluación de la escuela agraria EFA. Finalmente, a las explotaciones campesinas, el aporte en trabajo variará en
durante la realización de entrevistas abiertas, y la prueba de función del número de miembros ( de su edad) y del momento del
cuestionarios para las encuestas, nos fuimos familiarizando con el ciclo vital por el cual pase la familia.5
territorio y los personajes. En este periodo elaboramos los instru­ III) Los tipos de familia representan ajustes con el medio
mentos de recolección de datos, precisamos los grupos a ser (estructura económica). En este caso, vamos a encontrar arreglos
estudiados (colonos de El Simbolar y campesinos del área de riego que hacen a la crianza de los hijos por familias adoptivas -que
del departamento de Robles; trabajadores agricolas del mismo tiene que ver con la situación socioeconómica de las partes-;
lugar; y trabajadores zafreros del departamento de Río Hondo); crianza de nietos (hijos de padres ausentes) por abuelos -que
adoptamos una estrategia viable para abordar a esos grupos; implica el mantenimiento de relaciones entre generaciones y de
tomamos una decisión muestra! (25 mujeres por cada grupo y
tramo de edad), y formulamos un conjunto de hipótesis encade­
nadas que constituyeron la teoria provisoria a partir de la cual
emprendimos la investigación. 5 Esta hipótesis. (señalábamos) está implícita en la obra de Chayanov (1971),

formalizada por Shalin como "regla de Chayanov", y empíricamente comprobada por


El concepto central de la misma fue la noción de "estrategia Caldwell en su investigación de Bangladesh.
104 Floreal H. Fomi Estrategias de vida en hogares rurales 105

prestaciones mutuas-; coexistencia d e colaterales_ en la familia la vida,, la dinámica de cambio en estructuras familiares entre_ sexo
nuclear: sistemas d e interayuda que constituyen formas de 'segu­ y ed ades. [... J El camino de realizar una encuesta profund a de
ridad social', etcétera. empleo y uso del tiempo -excelente para otros fines, especialniente
IV) Una parte central de presupuesto que estas familias obtie­ para el conocimiento de la estructura de los mercados labora­
nen proviene del trabajo fuera del pred io e incluso de la provincia les-6 o la realización periód ica de encuestas de hogares a una
0 región; este hecho afecta la división del trabajo interna en la muestra representativa -de indud able utilida d para el d iagnóstico
familia, especialmente en la contribución d e mujeres y niños. de coyuntura de merca dos laborales- no parecen aconsejables.
V) La e ducación de los hijos aparece fuertemente condicionada En cambio, nos inclinamos por el estudio profundo de casos
por la d ivisión interna d el trabajo en la familia; no obstante, mediante visitas reiteradas, en el cual se intentará reconstruir días
aparecen conductas d iversificadas a este respecto y sectores que de trabajo de cad a familia (me d iante la técnica del día de ayer}
valorizan la educación· como "inversión:·.. (Mueller, 1978). Tal como ya lo señalábamos, este estudio en
VI) Es posible que este nuevo elemento (V), que se integra a profun didad se efectuará sobre la base de una encuesta demográ­
las estrategias de vida de las familias, depend a de actores estruc­ fica,. de empleo y de uso del tiempo a un conjunto poblacional más
turales y d e la-_disponil;>ilidad de oportunid ad es e_ducacionales, pero vasto_ de las comuni d ades a inc_luir en este trabajo (Fomi, 1991).
pensamos que, a. la-v_rt'i.;: éste pµ�de afe�tar la condricta demogi;áfica- ba segunda _ decisión- fue; en principio, meramente práctica, y
(fecund idad y. migraciones) de - las: familias. . · estuvo referid a al diseño: del cuestionario de las encuestas: la
. VII} A pautir: de-:considerar: que la migració.ri corresponde a d emográfica-y la laboral., Debid o a .la, complejidad de los hogares,
procesos d e toma de·,d�isión a nivel famil,iar,- n(js �lanteamos la y a 1a indagación sobre los· miembros del hogar migrantes o
posible existencia- de órdenes de migraciones; segim. sexo y e dad; temporariamente ausentes, se recurrió al registro y d ibujo -previo
entre los hijos a lo :largo . del ciclo· d e vida (amilíar. a la realización de la entrevista- de un "árbol familiar" ordenado.
Dos decisiones metodológicas iban á in�uir de mal'lera signh Tarea que resultó normalmente placentera y facilitad ora de una
ficativa en la investigación. La primera, planteada ·desde el comien­ buena relación entre encuestad ores y encuesta dos. Pero más allá
zo del proyecto, pero hecha efectiva en ese momento, estaba-basada d e su utilida d para la ejecución de la encuesta, se probó luego como
en la tradición de investigación sobre hogares, y nos llevó a una impensad a fuente de información sintetizad a. En la etapa d e
privilegiar - el estudio en profundid ad de los mismos con una análisis, trabajar con tipologías de árboles resultó ser singularmen­
herramienta de observación y registro. te fértil, como puede apreciarse en el artículo sobre migraciones
Los estudios cuya unid ad de análisis son familias/unidades desde Río Hond o que integra el libro al que nos referimos en las
d omésticas -que· se inician con la obra c�ásica de Le Play sobre
primeras lineas de esta presentación (Benencia y Forni, 1987).
la situación de los obreros en Europa en el siglo XIX- han
privilegiado el uso del tiempo y los recursos materiales en la vida
familiar como ind icadores de los procesos estructurales que ocu­ El análisis de los datos y la profundización del trabajo de campo
rren en la misma en. relación con el medio. Estas monografias de
Le Play (1879) y continuadores son los modelos sobre los que se El análisis de las encuestas confirmó las hipótesis d e trabajo,
asienta el estudio de caso como estrategia de investigación social. centralmente sobre el hecho de la fecundidad (retrospectiva y
Las investigaciones d e los etnógrafos -detallad as observaciones actual} entre grupos ocupacionales. Esto resultó un d ato muy
sobre la vid a cotid iana d e los pueblos primitivos- persiguen el convincente sobre la i dea central en tomo de la cual giraba la
mismo fin de comprender la conformación y el funcionamiento de investigación: que la alta fecundid ad no era meramente atribuible
las estructuras sociales básicas. Más mo dernamente, el estudio
sistemático d e presupuestos-tiempo se d esarrolla como instrumen­
to para entender, además de los procesos en muchas esferas de 6 Seguida en el estudio paralelo sobre empleo y migraciones ya mencionado.
106 Floreal H. Fomi Estrategias de vida en hogares rnrales 107

a un contexto cultural "tradicional". o explicable por variables un hogar. Un nuevo análisis de los datos desc;le esta perspectiva
singulares (educación, etcétera). En este cuadro, los campesinos probó la validez de este hallazgo.
tienen menos hijos que los trabajadores sin tierras, y cada grupo El análisis de los datos fue minucioso y se enriqueció mucho
presenta "historias de fecundidad" (momento de iniciación, con las entrevistas "en profundidad". Pero un gran esfuerzo fue
espaciamientos) diferentes. puesto en la revisión de la "regla de Chayanov", tomando en cuenta
Una comprobación adicional fue la recuperación en nuestros la relación "productores-consumidores" dentro de los grupos.
datos de una hipótesis sobre una tasa "anormalmente" alta de Combinando estos hallazgos con las estructuras de los hogares fue
masculinidad entre hijos nacidos vivos del grupo de campesinos posible obtener las· "estrategias de subsistencia" de los distintos
que habíamos leído en un trabajo de Geller (op. cit.), basado en tipos sociales. El aporte efectivo del trabajo doméstico y productivo.
datos de registro de la Corporación del Río Dulce. Tratamos el tema de las mujeres y las hipótesis sobre "el valor económico de los
en el capítulo IV de Forni, Benencia y Neiman (op. cit.) sobre niños" fue establecido con rigor.
estrategias de reproducción. Pero no estamos aún conformes con Pese a representar un considerable avance en el conocimiento,
las conclusiones a las que llegamos en este tema que aún nos pues permitió aprender sobre estrategias de supervivencia e inferir
intriga, que requeriría una investigación especial. elementos de las estrategias de vida, los resultados no nos resul­
Un hallazgo importante y no previsto surgió de una reiterada taron suficientes para captar la diferenciación (que percibíamos)
revisión de las encuestas que efectuamos obsesivamente con dentro de cada estrato, los procesos que llevan a la diferenciación
Benencia, convencidos de que éstas tenían más elementos de la y los diversos diseños de estrategias de vida dentro de cada uno.
realidad que habíamos captado en nuestro trabajo de campo, que Esta primera contrastación de las hipótesis, si bien encontró
las que habíamos previsto en el diseño. Mientras que las historias importante evidencia de las conductas diferenciales, hizo notorio
de fecundidad permitieron obtener tasas diferenciales, fue posible un alto grado de generalidad y racionalismo de las proposiciones
también obtener de las mismas (como de un negativo) una visión planteadas previamente (situación normal en todo proceso de
longitudinal y períodos de espaciamiento entre partos. Especial­ investigación), incitándonos a reformularlas en términos de la
mente, los períodos que superaban los dos años eran una evidencia especialidad de cada una de las situaciones tratadas. Por otro lado,
de "control" que dio mucha fuerza al argumento de las estrategias. luego del análisis de la encuesta, surgió con más nitidez la
También obtuvimos la combinación de ocupaciones de los dificultad metodológica de la captación de las estrategias a través
distintos miembros de la familia; la morfología de las familias y su de los instrumentos convencionales, siendo necesaria la innovación
relación con las etapas 9-el ciclo vital, e información detallada sobre metodológica en este terreno, a fin de captar, aunque fuera
el destino de los migrantes definitivos, primeros trabajos y trabajos parcialmente, la espontaneidád y la diversidad.
actuales, así como la intensidad del contacto con la familia origi­ Los estudios de caso (aproximadamente 10 hogares en cada
naria y la magnitud de la ayuda monetaria que enviaban. En este grupo, incluyendo seguimientos periódicos) nos permitieron, en
punto, la conjunción de la oportuna lectura del trabajo de Lourdes cambio, "una fina observación, más grande que la de los métodos
Arizpe (1975) sobre la migración por relevos y una muy iluminadora cuantitativos" (Boudon, 1969).
entrevista e historia de vida con una pobladora nos permitió poner Esta profundidad en la observación y entrevista, y la calidad
carne a la esquemática hipótesis VII. Efectivamente, también requerida por la misma -que forzó a concentrar la realización de
comprobamos una lógica de "tumos" en las migraciones. En el caso las entrevistas en los miembros del equipo de investigación Y
de las hijas mujeres, esa lógica, que incluye una fuerte responsa­ personal interiorizado sobre los objetivos, en un número ne�esa­
bilidad en las tareas hogareñas, comprendiendo la crianza de riamente restringido de casos- dieron, por un lado, un caracter
hermanos menores, la contribución durante un período prolongado casi antropológico al trabajo; por otro, permitieron pasar de tipos
a la economía doméstica, desde el lugar de trabajo, es extrema­ ideales, de carácter muy estilizado (minifundistas, 'Jarmer") a tipos
damente rígida, tanto que sólo cesa con la tardía constitución de construidos que representan procesos reales de consolidación y
108 Floreal H. F omi
Estrategias de vida en hogares rnrales 109

cambio entre categorias _(campesinización de asalariados transito­


azúcar en Tucumán fue convirti�ndo a la población, en general, en
Iios; P:º�etari�ciói:1 de minifundistas; mantenimiento del equilibrio
asalariada y a sus parcelas (pequeñas, dado que el territolio está
del 1mmfund10). Fmalmente, esto hizo posible un avance desde
en su mayoria sin desmontar) en meras explotaciones de subsis­
�pótesis olie�tadoras de carácter muy general y oligen teóiico (por tencia y residencia. A partir de ese vuelco, han desarrollado un
eJe1:1plo, el 1:�mero y composición de las fuerzas en la explotación
patrón de conducta migratolia estacional y definitiva -incluyendo
agncola fannliar o minifundio, determinan la estrategia productiva)
estrechos lazos entre familias residentes en distintos puntos del
a proposiciones específicas válidas por observaciones repetidas,
país y las generaciones mayores radicadas en el terruño-, que
confirmadas por informantes claves y no sujetas a la falsificación
constituyen una situación paradigmática de la configuración fami­
de los casos seleccionados (por ejemplo, aquellas familias de
liar a la que este estudio se abocó.
col�nos que disponen de dos miembros trabajadores adultos si
. En el diseño seleccionamos el área y la población zafrera, que
están mecanizados, o tres o cuatro trabajadores en los minifundios
constituyó uno de nuestros cuatro grupos de comparación. En el
de te�nología ��sa�� en tracción animal, constituyen óptimos que
estadio de trabajo de campo fuimos advirtiendo modificaciones en
permite� l a utihzac10n de todo el recurso tierra y aun la expansión
_ _ el patrón migratolio. La reducción de oportunidades laborales en
con ��sibihdad de movilidad hacia un tipo supelior). Lo mismo
Tucumán impulsó a los residentes a diiigir su migración hacia
ocumo con el �encionado "valor económico de los niños"; pudimos
otros destinos, apareciendo también alternativas de trabajo no
pasar de una pnmera cuantificación a una apreciación más efectiva
agropecuario. La cercanía de la ciudad turistica (de invierno) Río
�e su r'.;3-1 función . "socializadora", y de la lógica de los deberes y Hondo abrió un sistema de "capacitación" en actividades
tumos , que nos iba a llevar a producir una hipótesis definitiva
de familias de "ciclo largo", con necesaria multiplicidad de edades gastronómicas y hoteleras, que se continúa en otras temporadas
y sexos. en un patrón de migraciones -definitivas y temporales, de acuerdo
al modelo clásico- cuyo destino es Mar del Plata y otros puntos
turisticos. En un principio, supusimos que esta corriente abarcaba
Procesos de transformación y descubrimiento de estrategias
primordialmente a hijas solteras; después comprobamos que tam­
bién incluía a jefes de hogar y que marcaba profundamente
caracteristicas diferenciales a los poblados y hogares donde este
El trabajo de campo fue proporcionando hallazgos a lo largo
tipo de migración prevalecía. Julio Marcos, colega santiagueño que
de todo �u tra�ecto. El paralelo proceso de codificación y análisis
_ actuaba entonces como trabajador social en el área del campo de
fue sug1nendo mterpretaciones que requilieron volver repetidamen­
Los Sotelos, nos introdujo en la zona, nos puso al tanto de estas
�e al _ terreno. Dentro de ellas, seleccionamos para discutir las que caracteristicas y compartió con nosotros su amplia experiencia.
rmplicaron un cambio importante o una contribución central al
resultado final. Marcos nos señaló las diferencias que él notaba entre los inmigrantes
a la zafra en Tucumán y los que iban a Mar del Plata. Puso énfasis
En el área del departamento de Río Hondo, el estudio se centró
en la mayor frecuencia de introducción de mejoras en las viviendas
en una antigua finca transmitida por derecho consuetudinario a
un elevado conjunto de pobladores -aproximadamente 800 fami­ y de predominio de conductas más individualistas con referencia
lias- distribuid ?s �n 1� poblados de desigual tamaño. Este seg­ a las labores comunitarias entre los segundos que entre los
mento es muy sigmficativo de una vasta área de monte semiárido primeros. Estas observaciones nos fueron confirmadas por las del
ubicada al oeste de la provincia, poblada secularmente en funció� sacerdote norteamelicano a cargo de la pastoral del área de Vinara.
del desarrollo de una agroindustria con alta demanda estacional Allí encontramos dos casos contrastantes, lo que nos permitió
de mano de obra en la franja subtropical húmeda de Tucumán. practicar una especie de inducción analítica. Se trata de un hogar
Es posible que la ganaderia fuera la plimitiva ocupación del lugar, cuyo jefe, por diversos motivos, comenzó a ir a Mar del Plata a
pero el vuelco hacia el mercado laboral de cosecha de caña de trabajar como gastronómico muchos años atrás, y cuyos hijos
siguieron su rumbo. Este trabajador ya jubilado, y cuya vivienda
llO Floreal H. Fomi Estrategias de vida en hogares rurales lll

reflejaba.pautas de pulcritud casi urbanas, nos presentó a otra En un área mµy cercana, alrededor de la localidad de Forres,
familia contemporánea suya, que había persistido en la captamos "en vivo" el proceso de descampesinización, y fue en él
estacionalidad zafrera, quedando apresada en un círculo vicioso de donde nos centramos. El importante desarrollo de una agricultura
pobreza. Este contraste nos llamó a elaborar una hipótesis sobre capitalista en el área, incluyendo la fábrica, contrasta con la
la diferenciación observada y discutirla con los propios pobladores, marginación productiva y el vuelco de excedentes demográficos del
con algunos de los cuales compartimos varios días de su vida minifundio. Una minünvestigación que llevamos a cabo en este área
cotidiana y establecimos una amistad. nos permitió producir un estudio sobre cambio en las "condiciones
El caso contribuyó, en buena medida, a nuestra conceptuali­ de trabajo y vida" que abarca muchas otras situaciones similares
zación final -especialmente del punto de diferenciación de estra­ de aumento de empleo rural precario.ª
tegias a partir de "elecciones" que luego tienen carácter irreversi­ Pero el hallazgo más significativo que logramos en este área de
ble-, aunque no disponíamos de evidencia estadística suficiente riego fue la repetida constatación de una lógica de reproducción
para validarlo. En ocasión de un seminario sobre Migraciones de la explotación -incluida, en cierto sentido, en la estrategia
Temporarias en Latinoamérica, organizado por el Programa de demográfica del ciclo permanente, pero diferenciada cualitativamente
Investigación sobre Población en América Latina (PISPAL) en Ecua­ de la misma- que recuperamos del texto clásico de Le Play (y
dor (Reboratti, 1987), preparamos con Benencia un trabajo para repetidamente encontrada en distintas culturas donde se combina
sintetizar un caso que tiene mucho de "collage" entre la investi­ la economía campesina con migración), que habla de la "familia
gación macro de empleo y elementos rescatados de la tipología de troncal". En estas familias, uno de los hijos -esto vinculado a la
hogares y de los estudios de caso. Dicho trabajo (incluido en el estrategia de turnos- forma su hogar junto al paterno, hereda la
capítulo V de Forní, Benencia y Neiman, op.cit.) tiene, a nuestro explotación, mientras que los otros hijos son ayudados a emigrar
parecer, un alto valor de generalidad para muchas situaciones en la mejor condición posible (fusión mejorada).
similares en el universo de la población rural. A continuación quiero ejemplificar nuestro abordaje de análi­
Contrastando con esta zona se presenta el área de riego, con sis. Lo haré alrededor de las estrategias de subsistencia de los
una estructura agraria en la que coexisten explotaciones pequeñas hogares caracterizados por su actividad económica predominante,
con excedentes de mano de obra y explotaciones horticolas mayo­ comenzando por los tres tipos del área de riego ---campesinos,
res, ocasionalmente demandantes de la misma. Esto establece asalariados, colonos- y siguiendo por el de los de trabajadores
complejos mercados laborales, con fuerte presencia de asalariados zafreros.
sin tierra residiendo en localidades.
En esta región se llevó adelante, a comienzos de la década del
'60, un ambicioso proyecto de colonización, que se concretó en la Un ejemplo de análisis: estrategias de subsistencia
actual colonia El Simbolar, con la fmalidad explicita de transformar de los diversos tipos de hogares9
al amplio sector campesino en productores de tipo colono (farmer). 7
Guillermo Neiman presenta -en el capítulo VII de Fomi, Benencia Nuestro punto de partida fue considerar que la conducta
y Neiman (op. cit.)- los procesos real\:!s que transformaron este cotidiana de los grupos domésticos se organiza en un balance de
proyecto y la diferenciación de estrategias productivas en su obtención y consumo de recursos (bienes y servicios) que puede
interior.
s El R.P. Giorgio, cura italiano radicado en la localidad de Forres desde hace
varios años, y muy cercano a la población desesperadamente pobre, fue quien
7 En la bibliografia internacional. porfanner se conoce al productor agropecuario _
compartió su experiencia con nosotros, discutió nuestra hipótesis y nos introduJO
medio que trabaja con mano de obra familiar, puede alcanzar cierto nivel de en los hogares.
capitalización (sea en animales, máquinas. etcétera), pero no puede ser caracterizado 9 El presente análisis fue llevado a cabo, y sus conclusiones publicadas, con
como un empresario agrícola. Neiman (Fomi y Neiman, 1993).
112 Floreal H. Fomi
Estrategias de vida en hogares rnrales
113

ser resumido y medido en el presupuesto familiai: del hogar. Para I. �trategias de subsistencia de los hogares
obtener estos recursos los miembros del hogar deben realizar una campesinos en áreas de riego
serie de tareas en la esfera privada, que requieren de una orga­
nización del tiempo, del esfuerzo y del nivel de consumo que se
establece sobre una serie de acuerdos básicos relacionados con la En la etapa de expansión, la estrategia de subsistencia de los
composición del hogar y de las obligaciones, recíprocas o no, de hogares elementales campesinos se basa principalmente en el
los miembros del grupo familiar. Así definimos las "estrategias de trabajo del jefe de la familia, ayudado en ocasiones por su esposa
subsistencia" (Duke y Pastrana, 1973; y Argüello, 1980) como esa que, en la mayor parte de los casos, debe cuidar a los niños
organización en la esfera de la producción y el consumo que permite pequeños. Esta situación se da solamente en el 25% de los casos.
la adecuación y subsistencia del grupo. De esta manera, la relación consumidores-trabajadores que pre­
Tales acuerdos básicos -cuya estructura normativa es de senta este tipo de hogares en este estadio de su ciclo de vida es
naturaleza cultural- son socialmente definidos y concretamente la más alta. Esta relación se hace menor en la medida que la familia
aplicados en relación con los cambiantes contextos ecológicos, avanza en su trayectoria de vida; a esto contribuye en el estadio
tecnológicos, económicos, ideológicos, simbólicos y políticos. Entre de fusión la incorporación de los hijos al trabajo. Esta decisión se
ellos debemos tener en cuenta especialmente el establecimiento y concreta de dos maneras: mediante la ayuda en la explotación, 0
permanente reformulación de los cuadros de referencia simbólicos por la contribución de los migrantes. 10
que hacen coherentes y dan sentido a la conducta de grupos Esta estrategia puede ser vista como un juego de reemplazos
humanos en contextos cambiantes. Estas actividades son quizás o postas: cuando los chicos alcanzan la edad activa se.incorporan
las que definen más radicalmente la naturaleza de las comunidades a tra?ajar �n _la explotación y cuando esta contribución sobrepasa
humanas (Geertz, 1973, págs. 4-5). La producción sociocultural y un cierto lírmte, uno de ellos se ve obligado a migrar. En general
biológica de las familias y de los grupos sociales más amplios que migran las mujeres y los primeros hijos, contribuyendo desde el
las incluyen, es el objetivo central que organiza el conjunto de las lugar en que se establecen a completar el presupuesto familiar.
actividades de toda la comunidad humana. Es en función de estos Estos envíos de dinero u otras ayudas suelen suspenderse por
supuestos que se hace necesario -para comprender la perspectiva causa de matrimonio, especialmente en el caso de las mujeres, o
y variación de patrones de creencias y conductas relacionadas con por causa de la migración de un nuevo miembro que va a
esta esfera- descifrar y hacer explícita la lógica que las orienta. reemplazar al anterior en sus obligaciones y así sucesivamente.
En este trabajo denominamos "estrategias de vida y reproduc­ Puede ser verificada, entonces, en las etapas de fusión o
ción" a los marcos de referencia persistentes, pero a la vez reemplazo, la creciente importancia de la contribución de los
dinámicos, que se refieren a la comunidad y a la reproducción de migrantes, o sea de los miembros más jóvenes de las familias. Esta
los grupos humanos. contribución reduce perceptiblemente la relación consumidores­
Una vez aclarados los términos conceptuales sobre los trabajos, trabajadores. El trabajo de la esposa del jefe, aparte de las
podemos pasar a desarrollar los distintos tipos de estrategias de actividades domésticas usuales, excepto en las primeras etapas del
· subsistencia que hemos identificado en el análisis de los datos de ciclo de vida, no es relevante para la estrategia de los hogares
nuestra investigación. Con este propósito, primero agrupamos los elementales.
hogares según su actividad económica predominante y su relación Pero cuando el jefe de la familia muere o está ausente, el trabajo
con la tenencia o propiedad de la tierra: hogares de campesinos, de de la esposa es esencial (40% de las mujeres jefas de hogar trabajan
asalariados, de colonos y de trabajadores migrantes. En el análisis cuando no reciben jubilaciones ni pensiones). siendo, por otra
de las estrategias de estos hogares consideramos el estadio del ciclo
vital por el que atravesaban, qué miembros desempeñaban actividades
10 Los datos a los que se hace referencia en esta sección se han tomado del
económicas y su contribución al sostenimiento del hogar. cuadro 4.6, pág. 93, de Fomi, Benencia y Neiman. {1993).
114 Floreal H. Fomi Estrategias de vida en hogares rnrales 115

parte, en este caso significativa la �yuda de los migrantes (43% de También en este caso, la relación entre consumidores y tra­
los hogares la reciben). Se observa aquí que en una situación de bajadores es la más elevada respecto de los otros grupos, · aunque
mayor necesidad la participación laboral del grupo familiar es más se reduce en los últimos estadios del ciclo de vida familiar.
alta, lo que produce una gran reducción de la brecha entre En el resto de los casos (excepto en los hogares elementales
consumidores y trabajadores. en periodo de reemplazo), la estrategia para constituir el presu­
Cuando los hogares adquieren una estructura más compleja puesto familiar es el resultado de una combinación de aportes de
(se transforman en extensos o compuestos) pueden aparecer ho­ niigrantes, jubilaciones o pensiones, y trabajo de mujeres y de
gares constituidos alrededor de hombres mayores jubilados, que niños entre 10 y 15 años. En una mayor o menor proporción, en
completan esta contribución al presupuesto del hogar con el todas esas situaciones están presentes todas esas fuentes de
trabajo intensivo de mujeres y de niños, u hogares donde es muy aportes, junto con el trabajo asalariado del jefe de familia y de sus
importante la contribución de los miembros migrantes, como es el hijos mayores.
caso de los hogares compuestos (el 45% de ellos reciben dicha Como en el caso previo, también la distancia entre consumi­
ayuda). dores y trabajadores es más estrecha en los hogares elementales
Pese a esto, si comparamos el modo en que se establecen las en etapa de reemplazo y en los elementales incompletos. Pese a
relaciones entre consumidores-trabajadores potenciales y consu­ esto, se observa que casi nunca se utiliza toda la mano de obra
midores-trabajadores reales para cada uno de los tipos de hogares disponible. Puede alegarse con respecto a esto que las caracterís­
y estadios en el ciclo de vida, podemos ver que es en los hogares ticas del trabajo asalariado en áreas rurales (estacionalidad y
elementales incompletos y en los hogares elementales completos en limitaciones por edad y sexo) no permiten, por un lado, que las
la etapa de reemplazo en donde se da la mayor utilización de la actividades cubran totalmente el año laboral y, por otro, que los
fuerza de trabajo disponible. En estas situaciones trabajan casi menores de 15 años no puedan, en razón de su edad, colaborar
todos los miembros del hogar que se hallan en condiciones de en el trabajo estacional fuera de la provincia como hacen habitual­
hacerlo, mientras que en las restantes situaciones esto no se mente los jefes de familia y los hijos mayores -que aún no han
produce. emigrado definitivamente-. Ellos no tienen tampoco la posibilidad
de realizar tareas de subsistencia por la falta de una parcela.

II. Estrategias de subsistencia de los hogares de


asalariados del- área de riego m. Estrategias de los hogares de colonos
del área de riego
Como en el caso de los campesinos, la estrategia en el período
de expansión de estos hogares elementales se basa en el trabajo Con respecto a este grupo, no es pertinente hablar de estra­
del jefe, a pesar de que se completa en algunos casos con el trabajo tegias de supervivencia. Es más correcto, en cambio, hablar de
de la esposa ( 10% de los hogares) y de los niños menores de 15 estrategias productivas porque estos productores hortícolas están
años, situación que no es usual entre los campesinos. En el 17,6% en condiciones de recibir buenos ingresos y tienen un estándar de
de los hogares hay niños de esta edad; éstos trabajan generalmente vida muy superior al de los otros grupos.
como ayuda familiar en los casos en que aún se retiene una parcela A pesar de esta situación, en todos los casos es constante la
de subsistencia. 11 participación de la esposa como ayuda familiar en las tareas
productivas de la explotación. Con referencia a otros grupos son
11 Los datos a los que se hace referencia en esta sección se han tomado del menos importantes, en cambio, los aportes de migrantes y la
cuadro 4.7. pág. 95 de Forní, Benencia y Neiman. op. cit. participación laboral de menores de entre 10 y 15 años. Hay que
116 Floreal H. Forni Estrategias de vida en hogares rurales 117

recordar, además, que entre los colonos la educación es conside­ situaciones, como la de los hogares elementales en estado de
rada como una inversión. 12 fusión, aparece en el 50% de los casos; c) el aporte de los migrantes
La relación entre las personas que trabajan realmente y los defmitivos (que entre los hogares elementales en estadio de reem­
consumidores tiende a asemejarse a la de los hogares del área de plazo alcanza al 50% de los casos); d) el ingreso por jubilaciones
riego, pero es más estrecha aún. Esta diferencia es causada por (que está presente en todas las situaciones con excepción de los
el constante, aunque probablemente menos intenso, trabajo de las hogares elementales en la etapa de expansión); junto con e) el
mujeres y por el tipo de actividad, que siempre presiona a cubrir
trabajo del jefe y de los hijos mayores en la "zafra" y en los varios
totalmente el ciclo laboral anual de todo los que participan en la
mercados laborales durante el resto del año, conforman una
explotación.
estrategia de subsistencia donde es evidente la minimización del
uso de la mano de obra familiar. Esta caracteristica da lugar a una
W. Estrategias de los hogares de los
tendencia a presentar diferencias menores en la relación trabaja­
trabajadores migrantes a la zafra
dores-consumidores que en otros grupos.
Antes de concluir quiero hacer un comentario de corte más
La estrategia de supervivencia de estos trabajadores, a diferen­ epistemológico que metodológico. Nuestro estudio, aunque cum­
cia de los grupos precedentes, está marcada por la migración pliendo con todos los requisitos de la "triangulación", se inscribe
familiar a la cosecha de caña de azúcar durante un periodo con claridad en un paradigma interpretativo, y lo hace pese al rigor
determinado del año, y por una tradición artesanal, también de del estudio demográfico que le da base. Los datos y las medidas
carácter familiar, durante el periodo de permanencia en los hoga­ cuantitativas con que trabajamos no fueron utilizados para esta­
res. Esta última actividad permite el intercambio de artesanías por blecer relaciones causales sino, en primer lugar, para hallar la
alimentos durante esos meses aparentemente inactivos. Además, magnitud y sentido del problema a estudiar y, en segundo lugar,
podemos observar que en todas las situaciones el trabajo de la para contextualizar y poder llevar adelante nuestra investigación
mujer es muy importante (ellas están registradas como trabajado­ cualitativa. Como dicen Dentzin y Lincoln (1994), "La investigación
ras en el 90% de los hogares). También es importante el trabajo cualitativa es inherentemente multimétodo en su foco. Sin embar­
de los niños de entre 10 y 14 años, o el aporte de los migrantes go, el uso del método múltiple de la triangulación refleja un intento
definitivos. 13 de comprender en profundidad el fenómeno en cuestión. La rea­
La posibilidad de los hogares de cultivar sus tierras, previo lidad objetiva no puede nunca ser capturada. La triangulacion no
desmonte, ha permitido también el desarrollo de una agricultura es una herramienta o estrategia de validación sino una alternativa
de subsistencia. En esta actividad participan también los hijos a la validación" (págs. 2-3).
menores.
Entre estos trabajadores aparece también nítidamente el sis­
tema de ocupación y migración "por relevos" que mencionamos con Bibliografía
frecuencia para los hogares campesinos.
El conjunto de los elementos mencionados: a) el trabajo de la Argüello, O., "Estrategia y supervivencia: un concepto en busca de
mujer (zafra y artesanías); b) el trabajo de los niños, que en algunas su contenido", Demogra.fia y Economía, XV, México, 1981.
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12 Los datos a los que se hace referencia en esta sección se han tomado del
cuadro 4.8, pág. 97 de Forní, Benencia y Neiman, op. cit.
Benencia R. y F. H. Fomi, "Los procesos de transformación de las
13 Los datos a los que se hace referencia en esta sección se han tomado del migraciones temporarias en el contexto de una provincia pro­
cuadro 4.9, pág. 98 de Forní, Benencia y Neiman. op. cit. ductora de mano de obra: Santiago el Estero, Argentina".
118 Floreal H. Forní Estrategias de vida en hogares rnrales 119

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Acerca del contexto del descubrimiento o


de cómo surgieron las ideas

A fines de los '70, más específicamente en 1979, Zulma


Recchini de Lattes y yo recibimos una invitación de la CEPAL para
llevar adelante una investigación. Se trataba de indagar en qué
medida los censos de América Latina y el Caribe estaban subes­
timando la actividad laboral de las mujeres o, para decirlo de otro
modo, estaban subregistrando a las mujeres que trabajan. La
pregunta no era casual. Pocos años antes, en 1975, las Naciones
Unidas habían convenido en designar a los años 1975-85 la
"Década de la mujer". Se trataba de un reconocimiento de que las
mujeres carecían de igualdad de oportunidades con los varones en
el trabajo, la educación, la participación política, etcétera. La
influencia del movimiento feminista en esta decisión fue evidente.
Con ese reconocimiento advino también la consciencia de la
invisibilidad de la verdadera contribución que las mujeres estaban
haciendo a la sociedad, fuera mediante la ignorancia del papel que
cumple el trabajo doméstico en la reproducción de la sociedad,
fuera mediante el ocultamiento (no necesariamente consciente ni
intencional) de la contribución económica hecha por las mujeres
que efectivamente engrosaban la fuerza de trabajo.
Entonces era poco frecuente que las estadísticas laborales, así
como las educacionales, las de salud y tantas otras se publicaran
separadamente para ambos sexos. No había conciencia de que en
.140 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 141

muchos aspectos los comportamientos de upas y de otros eran tan El primer estudio
disímiles que carecía de sentido tratarlos de modo conjunto. Otra
gente, más suspicaz, opinaría que no se trataba de falta de Lo que la CEPAL nos había pedido se condensaba en dos
conciencia sino de una intención (de base ideológica) deliberada de· objetivos específicos de investigación: indagar en qué medida los
impedir que la desigualdad de oportunidades por género se hiciera • censos de América Latina y el Caribe relevados en los '70 estaban
evidente. Fue en ese momento histórico, en ese clima de ideas que dando una imagen válida o, en cambio, una que subregistraba la
la CEPAL, agencia de las Naciones Unidas, nos propuso indagar contribución de las mujeres al mercado de trabajo; y, por otro lado,
en qué medida esta sospecha tenía asidero en el mundo de las indagar hasta qué punto las estadísticas laborales de origen censal
estadísticas censales de la región. recogidas y publicadas en la región, coincidían con las identificadas
Zulma y yo estábamos en inmejorables condiciones para inten­ como relevantes por los marcos teóricos vigentes sobre el tema.
tar dar una respuesta a estas inquietudes. Hacía cinco años que Esto supuso transitar dos caminos. En primer lugar, se trataba de
estábamos trabajando sobre los cambios ocurridos en el monto y evaluar la validez de las mediciones de la misma variable -parti­
la estructura de la participación económica de las mujeres y en la cipación en el mercado de trabajo- mediante instrumentos rela­
identificación de los factores que incidían sobre la.oferta de la mano tivamente estandarizados (cuestionarios censales). En segundo
de obra femenina al mercado laboral en la Argentina. En ese lugar, se habría de rastrear las variables que los marcos teóricos
tiempo, en 1974-75, junto con Ruth Sautu, habíamos dirigido vigentes entonces (teoría neoclásica de la New Home Economics,
equipos de investigadores de Bolivia y Paraguay para hacer lo enfoque del desarrollo económico y la mano de obra, la "curva en
mismo que nosotros en la Argentina (Brizuela de Ramírez, 1982; U", el enfoque del uso del tiempo, el enfoque marxista del trabajo
Galeano, 1982, Galeano y Morínigo, 1982; Lattes, 1982; Recchini doméstico) consideraban relevantes. Haciendo lo mismo con la
de Lattes, 1979, 1980, 1982; Recchini de Lattes y Wainerman, información pertinente recogida por los censos de la región (edad,
1977, 1978; Sautu, 1982, 1984; Torrez, 1977; Wainerman, 1979, estado civil, escolaridad, condición de actividad, etcétera), habría­
1980). Nuestro trabajo se basaba en datos censales que hasta el mos de evaluar cuánto las segundas satisfacían a las primeras. Nos
momento no habían sido analizados. Teníamos, por lo tanto, la proponíamos terminar formulando sugerencias a las direcciones de
destreza necesaria para el manejo de estadísticas laborales de estadística de los países de la región acerca de los vacíos de
origen censal producidas no sólo en la Argentina, sino también en información a llenar.
otros países de Amér_ica Latina. Y hasta el momento, como tantos En esa primera etapa, empezamos por realizar un exhaustivo
otros colegas, habíamos tomado estos datos como válidos y con análisis de las recomendaciones internacionales para la recolección
ellos habíamos operado confiadas, aun cuando teníamos algunas de estadísticas laborales (censos y encuestas de hogares) 1 y por
sospechas de que, en particular en áreas rurales, se estaba tomar contacto con los censos de la región mediante el banco de
subregistrando a las trabajadoras. El desafio entonces nos intere­ datos censales que tiene el Centro Latinoamericano de Demografia
saba (y preocupaba) sobremanera puesto que involucraba nuestro
propio trabajo, en el que habíamos estado comprometidas desde
hacía varios años. El pedido de la CEPAL se convirtió, sin que lo 1
Las recomendaciones contienen defmiclones conceptuales, pero no defmicio­
supiera en el momento, en el puntapié inicial no ya de un estudio nes operacionales. Estas últimas se dejan libradas al diseño que realice cada país.
La propuesta de las primeras tiene un objetivo primordial: procurar la comparabilidad
sino de un programa de investigación que iniciamos entonces con Internacional de las estadísticas. La defmición conceptual de población económica­
Zulma y que, tras su prolongada mudanza a Estados Unidos, mente activa vtgente hasta los '80 decía que: "comprende todas las personas de uno
continué yo de manera ininterrumpida durante algo más de una y otro sexo que aportan su fuerza de trabajo para la producción de bienes y servicios
durante el período de referencia escogido para la Investigación" (NU, 1967). Las
década, hasta 1991, cuando la Argentina relevó su séptimo censo personas activas incluían a las ocupadas (trabajando) y a las desocupadas (buscando
de población. trabajo), y las Inactivas a las dedicadas a quehaceres del hogar, jubiladas, pensio­
nadas o rentistas y enfermas.
142 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 143

(CELADE) en Santiago d,e Chile. Dividimos nuestras tareas según se quiere medir y lo que efectjvamente se ha medido, es decir, a
nuestra experiencia: Zulma se ocupó de trabajar sobre los censos, la relación entre conceptos e indicadores, o entre el plano de la
yo sobre los marcos teóricos. Pero lo hicimos en consulta perma­ teoría y el de la empina, un tema crucial en la investigación. La
nente. Con el auxilio de una asistente socióloga con residencia en segunda acepción alude a la adecuación o a cuán espurias son las
Santiago de Chile (Eliana Barraza), que siguió puntualmente las inferencias hechas a partir de los datos Oas mediciones). Y esto se
instrucciones que elaboró Zulma, recogimos información sistemá­ relaciona con el grado en el que el/la investigador/a haya logrado
tica sobre aspectos conceptuales y operacionales relativos a la ejercer control sobre las variables extrañas, rivales de la, o las,
medición de la variable "condición de actividad". Se trataba de variables independientes cuyos efectos está estudiando. 5 En esta
rastrear en las cédulas censales, en los manuales de instrucción segunda acepción Campbell y Stanley (1963) distinguen la validez
para los censistas y en otras publicaciones de los diversos países interna y la validez externa. La primera tiene que ver con el grado
que hubieran relevado censos de población en los '70, la definición de confianza con que pueden hacerse inferencias causales acerca
conceptual de "trabajo", de "población económicamente activa" y de relaciones entre variables independientes y dependientes. La
de "población económicamente inactiva" que declaraban haber segunda tiene que ver con la representatividad o la posibilidad de
adoptado, en el marco de las recomendaciones internacionales, generalizar los resultados a otras poblaciones.
juntamente con las traducciones operacionales que efectivamente Para evaluar (e incrementar) la validez de las mediciones se han
habían adoptado. Esto exigió un trabajo sistemático de indagación propuesto cuatro abordajes: de contenido, predictivo, concurrente
del concepto de "trabajo", de la amplitud del "período de referen­ y conceptual. 6 El primero es de orden lógico (denominado en la
cia" 2 establecido para indagar la condición de actividad de la literatura inglesaface validity), y es el menos elaborado. El segundo
población y del "tiempo mínimo de trabajo requerido para consi­ y el tercero son pragmáticos. El predictivo funciona sobre la base
derar a una persona económicamente activa", 3 además de la edad de que se cumpla o no una predicción (por ejemplo de comporta­
mínima fijada para la población potencialmente activa, aquella de miento) hecha a partir de una medición de una variable (por
la cual se indagaba la "condición de actividad".4 Mientras se ejemplo actitudinal o de personalidad); el concurrente consiste en
realizaba esta tarea, me dediqué al rastreo de las variables inclui­ evaluar el grado de compatibilidad existente entre dos mediciones,
das en los marcos teóricos vigentes. la obtenida con el instrumento que se evalúa y con otro cuya validez
Para que no queden dudas, quiero detenerme un instante para fue corroborada reiteradamente con anterioridad, a la que se toma
recordar el significado del concepto de "validez". Voy a diferenciar como estándar o parámetro. El cuarto abordaje, el conceptual, es
entre la "validez de las mediciones" y la "validez de los resultados". el más elaborado y apela más a los conceptos y las teorías.
La primera alude al grado de coincidencia (adecuación) entre lo que Normalmente se aplica a la medición de no observables, construc­
ciones teóricas (actitudes, motivaciones, características de persa-

2 Se refiere a "la última semana". el "último mes", los "últimos seis meses", el

"último año", o a la no especificación de periodo alguno. La fijación de un periodo 5


Por ejemplo, si en un estudio acerca de la relación entre la clase social de las
de referencia respecto del cual indagar la condición de actividad es una característica madres y el tiempo que pasan con sus hijos pequeños no se controlara la condición
del enfoque que se denomina de "la fuerza de trabajo", el que procura conocer la de actividad de las madres, es decir. las circunstancias de que las madres dediquen
situación laboral actual y no la habitual de la población, como fue hasta la crisis de o no tiempo a actividades productivas, podría llevar a inferencias no válidas
los '30 en Estados Unidos. cuando se utilizaba el enfoque del "trabajador remune­ atribuyendo cualquier diferencia en el tiempo que pasan las madres con sus hijos
rado" que indagaba el status laboral habitual (por ejemplo, sacerdote, médico, (variable dependiente) a los valores que acerca de las relaciones madre-hijo sustentan
carpintero, etcétera) sin tomar en cuenta si el censado lo estaba ejerciendo o no al miembros de diferentes clases sociales (variable dependiente) y no también, o en
momento del censo. lugar de, a su mayor o menor disponibilidad de tiempo (variable rival asociada con
3
Se trata de "al menos una hora", "al menos 36 horas", "al menos un mes", la dependiente). Lo mismo ocurriría si en ese estudio no se controlara la edad de los
etcétera, durante el periodo de referencia fijado. hijos (variable rival asociada con la dependiente) y se mezclaran bebés, niños Y
4
La que los países fijan en 8, 10. 12, etcétera, años de edad. según sus adolescentes, que de hecho demandan muy diferentes tiempos.
respectivas realidades sociales. 6 Ver Crombach y Meehl (1976).
144 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 145

nalidad). Lo que se trata de determinar es en qué grado ciertos Acerca del $Urgimiento de las evidencias y
conceptos explican el desempeño de los sujetos en la medición. Se de las conjeturas sobre sus orígenes
utiliza para poner a prueba las relaciones que subyacen a alguna
teoría. La evaluación de la validez de contenido mostró abundantes
Retomando ahora a nuestro estudio, evaluamos la validez de y persistentes fuentes potenciales de amenazas a la validez de la
las mediciones censales laborales desde dos enfoques. Por un lado, medición de la "condición de actividad" diferenciales por género.
el de contenido, examinando la adecuación entre las definiciones Se las pudo agrupar en cuatro tipos que se relacionan con 1) la
conceptuales contenidas explicita o implícitamente en la d�cumen­ defmición conceptual y operacional de "actividad" e "inactividad
tación y las definiciones operacionales subyacentes a los 1tems de económica", 2) el entrenamiento de los censistas, 3) la amplitud
las cédulas censales de casi todos los países de la región. Por el del período de referencia y 4) la amplitud del tiempo mínimo de
otro lado, el concurrente, que consistió en comparar las cifras trabajo requerido de una persona para considerarla activa. Dare­
obtenidas por los censos con las de otros operativos que conside­ mos unos pocos ejemplos de esas amenazas a la validez.
ramos metodológicamente más válidos, como son las encuestas de La manera cómo el censo de Brasil de 1970 preguntó por la
hogares a las que tomamos como medidas "testigo". Ambos operativos condición de actividad quizás fuera la que contenía mayores
recogen información sobre la "condición de actividad" pero,_ mie;1- amenazas a la validez y a la confiabilidad de la medición entre los
tras los censos lo hacen con un cuestionario breve, en un solo d1a, censos de la región de los '70. Entre otras, me refiero a la redacción
cubriendo toda la población del país, con censistas poco (y a de la pregunta, que dice:
m"enudo mal) entrenados, reclutados entre empleados públicos y
estudiantes escasamente motivados, las encuestas de hogares lo Si no trabaja ni busca trabajo, ¿cuál es su ocupación o situación
hacen con un cuestionario más extenso, que incluye preguntas que que considera la principal?
permiten una medición más fina, a lo largo de varias semanas,
cubriendo una muestra de la población de todo el país o de la Quehaceres domésticos
residente en áreas urbanas, con la cooperación de encuestadores Estudiante
bien entrenados, que en muchos casos forman·parte del personal Jubilado
permanente de las oficinas de estadística. Rentista
Para llevar a cabo la evaluación concurrente de la validez de Enfermo o inválido
los datos censales tuvimos que detectar casos para los cuales Detenido
existieran pares de mediciones, una de origen censal y otra de Sin ocupación
encuesta de hogares o similar que, con la misma defmición con­ Trabaja o busca trabajo
ceptual de "condición de actividad" {incluyendo la misma amplitud
del período de referencia y del tiempo mínimo requerido de los Más allá de que la doble negación es desaconsejada por todos
económicamente activos), hubieran relevado la misma población en los manuales de técnicas de construcción de cuestionarios debido
el tiempo y el espacio, con diferentes instrumentos de recolección a que aumenta las dificultades de comprensión y, consecuentemen­
de información {traducciones operacionales). te, la amenaza a la validez y a la confiabilidad, la formulación de
La tarea no fue en modo alguno fácil. Debían detectarse los la pregunta y el orden de presentación de las categorías de
pares de mediciones que satisficieran los criterios antes mencio­ respuesta ponen más énfasis en detectar la población inactiva que
nados y, además, para los cuales existieran tabulaciones disponi­ la activa. Esto, que vale para toda la población potencialmente
bles. Nuestra búsqueda, hecha también desde el banco de fuentes activa, es más así para la femenina porque siendo "quehaceres del
estadísticas del CELADE, tuvo éxito para sólo tres países, Brasil, _hogar" la primera categoría que lee el censista en la entrevista,
Bolivia y Costa Rica. aumenta su visibilidad, importancia o prestigio, lo que contribuye
146 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras
147

a que, al momento de seleccionar una respue$ta -:Y_ �ola una, c?mo las residentes rurales- pero ni un solo varón_ trabajador en
.
demanda el censo-, las mujeres con doble condic1on de actividad comparación con la encuesta.
(amas de casa y trabajadoras) tiendan a elegirla con mayor frecuen­ Vale la pena reflexionar sobre dos cuestiones. Por un lado, ¿de
cia. dónde surgieron las cuatro fuentes potenciales de invalidez dife­
En los manuales de instrucción de los censos de Costa Rica rencial por género de la medición censal de la condición de
y Cuba de los '70, por otra parte, se indujo a clasificar actividad -la definición conceptual y operacional de "condición de
diferencialmente por sexo a quienes se dedicaban a los quehaceres actividad", es decir, las preguntas utilizadas en la cédula censal,
domésticos aclarando a los censistas que en esa categoria sólo el entrenamiento de los censistas, el período de referencia y el
excepcionalmente debían clasificarse varones. En los censos de El tiempo mínimo de trabajo exigido de una persona para definirla
Salvador, Haití y Panamá, al definir la categoria "quehaceres como activa-? Por el otro, ¿de dónde surgió la idea de examinar
domésticos", se decía que debían incluirse majeres, mientras que si el subregistro censal era mayor o menor entre sectores especí­
al definir las demás categorias la referencia era a "personas" en ficos de la población trabajadora.los de residencia urbana o rural,
general, sin distinción de sexo. los que trabajaban en actividades agrícolas o en los demás sectores,
· Hasta aquí lo que encontramos respecto de la evaluación de los que trabajaban con un miembro de la familia bajo condiciones
la validez de contenido. Por su parte, la evaluación de la validez precapitalistas sin remuneración o quienes lo hacían como asala­
concurrente de las mediciones reveló un subregistro sistemático de riados, etcétera?
mujeres trabajadoras por parte de los censos. País tras pais, en No salieron "de la galera" como los conejos de un mago.
los tres casos estudiados, descubrimos que las mujeres trabaja­ Salieron de la teoría, de conocimientos previos acerca de la par­
doras contabilizadas por los censos eran menos que las contabi­ ticipación económica de las mujeres acumulados por investigado­
lizadas por las encuestas que escogimos como parámetros de res que hicieron estudios y observaciones en distintos contextos
comparación; en cambio las cifras de los varones trabajadores eran de fuera Oa mayor parte) y dentro de América Latina, de paises en
prácticamente idénticas en ambos operativos de recolección de desarrollo y de otros desarrollados. Es decir, el conocimiento
datos. El subregistro se reiteraba sector tras sector de las pobla­ disponible en el mundo de la investigación que se había ocupado
ciones que escudriñamos. Por ejemplo, el censo de 1970 de San de las mujeres y el trabajo (de modo central o tangencial, inten­
Pablo, el estado más urbanizado e industrializado del Brasil, cional o casual) nos guió en la elección de los caminos a seguir
subregistró 18% entre las mujeres y sólo 3% entre los varones en y de las avenidas a transitar. Esta guía se combinó con la
comparación, con la -onda de la encuesta de hogares relevada en observación de la realidad que estudiábamos, es decir, los censos
la fecha más próxima a la del censo. El subregistro resultó mayor de América Latina y el Caribe relevados en los '70. Para entender
entre las mujeres ocupadas en el sector agricola (68%) que en los la cuestión cabe hacer un desvío teórico, en procura de la mejor
restantes sectores de actividad (10%) y mayor entre las trabajado­ comprensión de quienes no están familiarizados con la cuestión de
ras familiares no remuneradas (84%) que entre las asalariadas la participación económica de las mujeres.
(8%). A su vez, en el Nordeste, la región más atrasada del Brasil,
el mismo censo subregistró 53% de mujeres trabajadoras en
relación a la encuesta (tres veces más que en San Pablo), pero sólo Un desvío teórico
4% de varones trabajadores. Y otra vez, el subregistro femenino
resultó más alto entre las trabajadoras agrícolas (68%) que entre La construcción social de la división del trabajo entre mujeres
las restantes (36%) y entre las familiares no remuneradas (88%) y varones que prevalece en la mayoría de las sociedades conocidas
que entre las asalariadas (30%). La misma tendencia volvimos a asigna el liderazgo de la producción a los varones y el de la
encontrarla en Bolivia, donde el censo de 1976 subregistró un 30% reproducción a las mujeres. Pero, además de las actividades
de mujeres trabajadoras -prácticamente la mitad (49%) de todas domésticas y maternales, muchas mujeres desempeñan activida-
148 Catalina Wainerman
La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 149

des definidas como econón;:licas. 7 Para llevar adelante la "doble


jornada", las mujeres desarrollan mecanismos de articulación de de trabajo requendo de una persona para calificar como activa),
ambos roles. A causa de esto, así como de las menores oportuni­ y por lo tanto, la de la población económicamente activa, sesga la
dades de alcanzar altos niveles de educación formal y de entrena­ enumeración. Por otra parte, razones técnicas insertas en la
miento para el mundo del trabajo, es más frecuente (al menos hasta traducción operacional de "actividad económica" en ítems del
mediados de los '80) que las mujeres, cuando "trabajan", lo hagan cuestionario censal y en su aplicación por censistas, influyen los
a tiempo parcial, de manera estacional, entrando y saliendo del resultados censales. Analizaré unos y otros problemas, conceptua­
mercado de trabajo, en actividades que es difícil diferenciar de las les y técnicos, separadamente.
do�ésticas, en sectores tradicionales, informales, de la economia, Desde los '50, los censos de América Latina y el Caribe fueron
en empresas familiares sin remuneración o por cuenta propia en diseñados según las recomendaciones internacionales producidas
el propio hogar, de manera precaria. Todas estas características por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas y por el
contribuyen a la invisibilidad de la actividad productiva de muchas Instituto Interamericano de Estadística. Se trata de recomendacio­
mujeres. Es el caso de las que "ayudan" a sus maridos, hijos o nes sobre conceptos, no sobre su traducción operacional en ítems
padres en la atención de una verdulería o kiosco de golosinas de la cédula censal.
instalado en la propia vivienda, de las lavanderas o costureras o Como dije antes, hasta los '80 la defmición conceptual en uso
fabricantes de empanadas o chipá o las vendedoras de productos por los censos de todo el mundo era, con pocas variantes, la
de perfumería, de cosmética o vajilla a domicilio, en reuniones en adoptada en 1954 por la 8va. Conferencia de Estadígrafos del
casas particulares, en círculos de "amigas". Es aún más marcado Trabajo organizada por la OIT, según la cual "la población econó­
el caso en las áreas rurales, en especial en el sector agrícola, donde micamente activa comprende todas las personas de uno y otro sexo
las actividades laborales se realizan en unidades domésticas que, que aportan su fuerza de trabajo para la producción de bienes y
a diferencia de las urbanas, integran consumo y producción en servicios durante el periodo de referencia escogido para la inves­
procesos que a m�nudo son dificiles de distinguir. Estos factores tigación" (NU: 1967). Las personas definidas como "activas" eran
hacen que muchas mujeres no perciban su actividad económica ulteriormente clasificadas como "ocupadas", si están trabajando,
como tal, sino como parte de sus "deberes" de ama de casa o de o como "desocupadas", si estaban buscando trabajo. Las personas
la "ayuda" que le deben a los varones miembros productivos de su dedicadas a los quehaceres del hogar, los estudiantes, rentistas,
hogar. Así, en ciertos sectores, aunque realizando las mismas retirados o pensionados y los enfermos o inválidos permanentes se
actividades que los var-ones, las mujeres se ven a sí mismas como defmían como "inactivos".
amas de casa, es decir, económicamente inactivas para los censos, Estas recomendaciones de la Naciones Unidas fueron objeto de
mientras los varones no dudan en reconocerse como económica­ criticas severas por diversas razones que no expondré en detalle,
mente activos. pero sí me centraré en una de ellas: la fal�a de claridad conceptual.
Pero, ¿de qué manera las características del trabajo de muchas En efecto, la distinción entre actividad económica y actividad no
mujeres que acabo de enumerar afectan el subregistro de su económica (mayormente doméstica) no se basa en ciiterios claros.
participación en el mercado laboral? Por una parte, la naturaleza No es la presencia o ausencia de remuneración, porque la actividad
de la definición conceptual de "actividad económica" (incluyendo de los familiares sin pago es considerada económica; tampoco es
en ella la amplitud del periodo de referencia y del tiempo mínimo la naturaleza de la actividad o el contexto en que se desarrolla,
puesto que el trabajo doméstico es considerado económico si
remunerado pero no económico si no remunerado y realizado para
7
Como veremos más adelante. las estadísticas laborales. siguiendo la definición el consumo del hogar de quien lo realizó, mientras la producción
de las Cuentas Nacionales. defmen como "no económicas" a las actividades domés­ agrícola para el autoconsumo, de subsistencia, es definida como
ticas y del cuidado de los niños cuando son realizadas para la reproducción de la
propia unidad familiar de quienes las realizan. mayormente mujeres. económica aunque realizada para su propio hogar por trabajadores
sin remuneración. Pareciera que la distinción se basa en un
150 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 151

conjunto de convenciones arbitrarias, no racionq}es, establecidas momento, si el trabajo doméstico debe o no SGr contabilizado como
por los economistas para estimar el ingreso nacional. Por ejemplo, económico e incorporado en las cuentas nacionales.8
¿por qué la producción de materia prima básica para cocinar es El período de referencia corto adoptado por los censos de fas
considerada una actividad económica, mientras la preparación y últimas décadas también contribuye a la subenumeración de las
elaboración de la misma materia prima para el consumo no lo es? mujeres trabajadoras porque, como ya dije, las mujeres, más fre­
Según piensan algunos autores, no estamos frente a un caso de cuentemente que los varones, entran y salen del mercado de trabajo
arbitrariedad sino en presencia de las ideas socialmente compar­ a lo largo de sus vidas, generalmente en asociación con el tránsito
tidas acerca de la división del trabajo entre ambos sexos. Es el caso por diferentes etapas del ciclo familiar (nacimiento de los hijos, in­
del economista norteamericano Blacker (1980), quien alguna vez greso de los hijos en el sistema escolar, desocupación del cónyuge,
escribió lo siguiente: etcétera). Varios investigadores (Horstmann, Standing, Durand,
Mueller, Dixon, etcétera) han descubierto notables diferencias en
Tomemos por ejemplo la cadena de procesos que lleva a la el recuento de la fuerza de trabajo femenina, pero no de la
masculina, dependiendo de que el período de referencia utilizado
producción de una hogaza de pan: la cosecha del trigo, el
para captar la condición de actividad sea tan corto como la semana
cernido del grano, la molienda del grano y su transformación
anterior o tan amplio como la temporada (o estación) anterior.
en harina, el amasado de la harina para obtener la masa y el
En cuanto a la amplitud del tiempo mínimo de trabajo reque­
horneado de la masa para lograr el pan. ¿Dónde, en esta
rido para considerar a una persona económicamente activa, debo
cadena de acciones, comienza la actividad económica y dónde
señalar que hasta los censos de los '80 las recomendaciones
termina? Sugiero que en la práctica la respuesta no depende internacionales no establecían ninguna, excepto para los trabaja­
de la naturaleza intrínseca de la operación -sino de la etapa en dores familiares no remunerados. De ellos se requería un mínimo
que es desempeñada por "amas de casa", es decir, por traba­ de 15 horas semanales o un tercio del total de las horas semanales
jadoras familiares sin remuneración (pág. 72). como si fueran los únicos que trabajaran menos que a tiempo
completo, ignorando todos los otros casos de trabajadores de
En la misma línea de sospechas, Anker (1983), economista de tiempo parcial entre los que, como dije, son más frecuentes las
la OIT que ha estudiado extensamente el trabajo de las mujeres mujeres que los varones.
en países en desarrollo, sugirió: Me he referido a las cuestiones conceptuales que a criterio de
ambas, Zulma y yo, incidían sobre el subregistro censal diferencial
Notar que esas actividades en las que las mujeres participan por género de la fuerza de trabajo. Ahora me referiré a cuestiones
(tal como la ganadería de subsistencia, la recolección y el técnicas presentes en la traducción operacional de "actividad
procesamiento de los alimentos) generalmente no se consideran
actividades económicas. Es como si los criterios fueran dise­
ñados sobre la base del conocimiento disponible acerca de las 8 El papel que juega este tipo de trabajo en la sociedad, su naturaleza productiva
pautas de actividad de hombres y mujeres (pág. 714). o improductiva y su capacidad de generar valor fueron objeto de un caldeado debate
a mediados de los '70 propiciado por un grupo de economistas feministas inglesas
(Harrison, Seccombe, Gardiner, Humphries, etcétera). El análisis que realizó
En suma, lo que estoy sugiriendo es que aún cuando las Goldschmidt-Clermont (1987) por solicitud de la OIT de los estudios realizados en
definiciones de "actividad económica" y de "condición de actividad" cuarenta países del Tercer Mundo sobre la contribución que hacen las actividades
domésticas a la satisfacción de las necesidades humanas, ha aportado evidencias
no han explicitado distinciones entre ambos sexos, los problemas irrefutables sobre la importancia de este tipo de trabajo. La conclusión de la autora
e inconsistencias de que adolecen afectan a las mujeres (también es que, si se le otorgara valor económico a las actividades no remuneradas como
a la población joven y a la anciana) de modo diferente. Entre cuidar a los niños, cocinar, servir, limpiar, lavar la ropa, planchar y remendar, buscar
y acarrear agua y recoger leña, las estimaciones del ingreso nacional aumentañan
paréntesis, quiero hacer notar que no estoy discutiendo, en este entre 25% y 50%.
152 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 153

económica" en ítems d_el cuestionario censal y en su aplicación por generalmente eran remisc;>s a leer, ni que hablar a estudiar, los
los censistas. manuales de instrucciones. Pero, además, los censistas traen a su
La mayoría de los censos relevados en los '70 y en los '80 en tarea censal sus preconceptos (que también comparten sus entre­
América Latina y el Caribe, incluyendo los de Argentina, utilizaron vistados) acerca de la adecuación de ciertas actividades para las
una pregunta (aparentemente) única del tipo "¿Qué hizo usted mujeres y los varones. Esto los lleva con frecuencia a inducir o
durante la semana pasada?", seguida de varias respuestas cerradas sesgar las respuestas de las mujeres, sobre todo cuando se trata
que indicaban la condición de actividad ("trabajó", "no trabajó pero de mujeres rodeadas de niños ante las cuales, antes de aguardar
tenía empleo"), o de inactividad ("buscó trabajo", "ama de casa", una respuesta a la pregunta "¿Qué hizo la semana pasada?",
"estudiante", jubilado o pensionado o rentista", "enfermo o inválido autorresponden "Ama de casa, ¿no?". Esta situación fue reconocida
permanente"). Las/os entrevistados debían ubicarse en una y sólo por la Naciones Unidas (1978) a las puertas de los censos de los
una de dichas categorías de respuesta. Aun cuando los censistas '80. En uno de sus documentos dijo:
fueron instruidos para leer las respuestas preestablecidas una a
una, deteniéndose cuando la persona entrevistada respondiera El estereotipo de que las mujeres habitualmente están confi­
positivamente, y aun cuando debieran regirse por la "regla de nadas a las tareas del hogar puede dar lugar a una pérdida
prioridad" según la cual, en caso de doble condición, debían dar importante de datos sobre la . actividad económica de las
prioridad a la de "activo", el formato del instrumento, unido al deseo mujeres en muchos países en los que esta actividad se está
de terminar la tarea censal lo antes posible, los inducía a presentar volviendo crecientemente significativa. A menos que, a los
las respuestas todas juntas (leyéndolas a toda velocidad, como un enumeradores se los instruya explícitamente para que pregun­
bloque). Esto, a su vez, inducía a los entrevistados a elegir una de ten acerca de la posible actividad económica de las mujeres en
entre el conjunto que se le ofrecía según su propio criterio. Como el hogar igual que se hace con los varones, pueden tender a
la mayoría de los censos sólo preguntan por la actividad principal, registrar automáticamente a las mujeres como amas de casa,
es decir, no admiten ni más de una actividad ni la doble condición especialmente si son casadas, sin preguntarles si participan en
de activo e inactivo, las mujeres, especialmente las casadas que alguna otra actividad. Esta tendencia parece ser más pronun­
habitualmente son amas de casa (también los estudiantes y los ciada en áreas rurales, donde la mayoría de los varones
jubilados y pensionados) que desempeñan alguna actividad econó­ participa de la agricultura y la contribución de sus esposas e
mica, tienden a declararse como inactivas privilegiando su condi­ hijas como familiares no remuneradas en la agricultura es
ción de amas de éasa, sea porque así responden a lo esperado social fácilmente ignorada, pero también en las áreas urbanas, donde
y culturalmente, sea porque es la actividad a la que le dedican más las condiciones de la fuerza de trabajó moderna está cambian­
tiempo, la que consideran más importante, etcétera. do el papel tradicional de las mujeres. En consecuencia, se
Muchos censos, además, utilizan en la formulación de las debe tomar un gran cuidado en instalar entre los censistas la
preguntas sobre la condición de actividad de la población términos importancia de investigar la actividad económica de las mu­
como "empleo", "pago o remuneración" y otros que inducen a los jeres" (parágr. 2190).
entrevistados a identificar la actividad económica con la actividad
económica formal, remunerada, de tiempo completo, menos fre­ Las críticas conceptuales y las evidencias empíricas acumula­
cuente entre las mujeres que entre los varones trabajadores. das acerca de la inadecuación de los censos de población para
Es poco lo que puede esperarse de los censistas en el sentido enumerar a las mujeres que proveen su fuerza de trabajo a la
de superar los efectos del formato y el fraseo de las preguntas economía fueron enfrentadas en 1982 en ocasión de la 8va.
censales. En América Latina y el Caribe, en los '70, la mayoría de Conferencia de Estadígrafos del Trabajo organizada por la OIT. De
los censistas estaban mal entrenados, pobremente o nada remu­ allí surgió una nueva recomendación para los censos de los '90.
nerados, carentes de motivación y de supervisión adecuada, y Esta modifica la definición de población activa que había estado
154 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 155

vig�nte hasta entonces en los siguientes aspectos pnn.c�pales: El �studio se concluyó en un tiempo récord de cuatro me�es,
1) inclusión explicita de los trabajadores por cuenta �ropia qu� con el trabajo a tiempo completo de Zulma y mío más el de la
_ _
producen para el propio consumo siempre que su actividad s¡gm­ ayudante en Chile. Las conclusiones a las que arribamos tenían
.fique una contribución importante al conswno total del hf:9ar. 2) la una enorme importancia. Esto nos llevó a intentar darle una
eliminación del tiempo mínimo de trabajo de un tercio de una difusión amplia. Y tuvimos éxito. Con el· apoyo económico de The
semana laboral como requisito para cualquier persona activa, Population Council, agencia norteamericana que impulsa la inves­
incluso las trabajadoras sin remuneración, y su reemplazo por una tigación social, y contando con el entusiasmo por el tema del
sola hora; y 3) el empleo de dos en lugar de un único periodo de entonces representante para América Latina de la oficina con sede
referencia, una semana y un año. en México, Axel Mundigo, Zulma y yo logramos disponer de una
Tras este largo desvío necesario para fundamentar e� origen �e pequeña suma de dinero para cubrir dos meses adicionales de
_
las fuentes de invalidez de la medición de la participac1on econo­ trabajo para reelaborar el informe final y preparar el manuscrito
mica de las mujeres que formulamos como hipótesis, retomo a los para su publicación. Esta se hizo en México, por un convenio entre
resultados de nuestra primera investigación. la Editorial Terra Nova y Toe Population Council, bajo el título de
El trabqjo femenino en el banquillo de los acusados. La medición
censal en América Latina y el Caribe, en. 1981. El libro se convirtió
Los primeros hallazgos en un clásico en su tema.

Como ya adelanté, la doble evaluación -de contenido y con­


currente- de las mediciones censales de la condición de actividad Surge el segundo estudio
mostró un resultado negativo: los censos de la región de los '70
subregistraban a las mujeres trabajadoras. Y lo hacían por (al Yo estaba muy consciente de que las evidencias del subregistro
_
menos) cuatro razones: la defmición conceptual y operac10nal de censal de las mujeres trabajadoras y las conjeturas acerca de su
"condición de actividad", la amplitud del periodo de referencia, la cuádruple origen habían surgido de un estudio con datos secun-.
amplitud del tiempo mínimo de trabajo requerido para calificar darios -documentales y numéricos-, producidos para otros pro­
como activo, y el entrenamiento de los censistas. pósitos y, consecuentemente, con un grado de control de su validez
El resultado comenzó por sorprendemos a nosotras mismas, interna no demasiado alto, lo que no otorgaba a la prueba toda la
usuarias de estos mismos datos y confiadas en su calidad. Sabía­ contundencia deseable. Entonces me propuse diseñar una inves­
mos del carácter impreciso y deficiente de las mediciones con las tigación que me permitiera satisfacer varios objetivos. Por un lado,
que trabajábamos, pero nunca nos habíamos· enfrentado con una producir evidencias del subregistro diferencial por género de la
cuantificación de tal imprecisión y deficiencia. El resultado fue tan población trabajadora (femenina y masculina) que tuvieran mayor
contundente, y apabullante, que quitó importancia al otro objetivo validez interna y externa.9 Por el otro, someter a prueba la veracidad
que había iniciado la investigación. En efecto, el balance entre las de las cuatro variables conjeturadas como responsables del
variables efectivamente medidas y las consideradas relevantes por subregistro y, al hacerlo, diseñar y someter a prueba un instru­
los marcos conceptuales vigentes acerca de la participación eco­ mento alternativo al censal útil para incluir en futuros censos de
nómica de las mujeres reveló una pobreza de datos verdaderamente población.
importante. Pero, ¿qué sentido tenía sugerir que se recogie��
_
datos adicionales cuando los básicos, resultantes de la med1c10n
de la variable condición de actividad, estaban fuertemente amena­ 9 La mayor validez interna se alcanzaría mediante el control de las variables

zados en su validez? Esto es lo que dijimos en nuestro informe a hipotetizadas como independientes y de la asignación al azar de las variables
la CEPAL. extrañas. La mayor validez externa, mediante la reiteración de la investigación en
diversos países.
La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 157
156 Catalina Wainerman

realidad, es decir, sin textura, sabor ni olor �acial. Es un diseño


Hay que notar que la nueva investigación surgió de las obser­
vaciones, resultados y conclusiones del primer estudio, lo que es muy poco usado en sociología, en gran medida debido a su extrema
posible cuando se trabaja en la investigación de un tema de modo complejidad, la que se podrá apreciar más adelante, cuando
persistente y durante un tiempo suficientemente largo. Para lograr­ incursione en el desarrollo de la investigación.
lo, contacté a varias instituciones donantes de fondos destinados Por sugerencia de la Fundación Ford, en particular de William
a promover la investigación social. La importancia del problema Saint, su representante para América Latina, entusiasta economis­
atrajo a varias, pero sólo una concretó su apoyo. Se trata de la ta agrario e inteligente y respetuoso interlocutor, planteamos
Fundación Ford, organismo privado norteamericano que por enton­ realizar la investigación en tres países. Esto aumentaba la validez
ces auspiciaba la investigación social en América Latina. El pro­ externa y convenía a la política de la Fundación, que de esta
yecto interesó mucho, pero la gestión de los fondos demandó cerca manera extendía su promoción a un ámbito más amplio que el de
de un par de años. la Argentina. Desde el punto de vista de los objetivos de la
Dada la envergadura de la investigación y de su presupuesto, investigación, la comparación internacional no era indispensable,
la Fundación otorgó un pequeño subsidio para preparar una pues bastaba llevarla a cabo en diversas poblaciones de la Argen­
propuesta más elaborada que, una vez concluida, someterla a una tina (urbanas, rurales, con diversos tipos de economía, de concep­
evaluación. No es frecuente tener la fortuna de encontrar un ciones de la división del trabajo por género, etcétera), aunque
"mecenas" de la ciencia que pague por la elaboración de una ciertamente aumentaba la validez externa de las conclusiones a las
propuesta de investigación; normalmente esto se hace gratuita­ que se arribara. Como ya dije, yo había adquirido experiencia en
mente. Sin embargo, en casos de inve_stigaciones de envergadura dirigir a distancia la labor de investigadores de Bolivia y Paraguay
como era ésta, no es infrecuente. El subsidio incluyó una partida en el estudio que habíamos llevado a cabo diez años antes, en
para establecer contactos personales con las direcciones de esta­ 1974-75, con Zulma Recchini de Lattes y Ruth Sautu. Había tenido
dística de varios países de la región con la intención de sensibilizarlas también la experiencia de dirigir un programa de capacitación en
respecto del subregistro de las estadísticas laborales y, por otro investigación a distancia que realizamos varios miembros del
lado, de interesarlas en participar de la investigación. CENEP en Posadas, a pedido de la Dirección de Estadística. Sabía
La propuesta fue evaluada favorablemente y los fondos otor­ de las dificultades que esta labor a distancia involucra y, con el
gados. Pero ahora Zulma, la colega con quien habíamos iniciado susto correspondiente, me lancé a hacerlo.
el estudio del tema, ya no estaba en el país. Entonces invité a La cuestión que enfrentábamos ahora era la de la selección de
incorporarse a mi equipo de trabajo a Martín Moreno, sociólogo a los dos países en los que realizar el estudio, además de la Argentina.
quien había conocido como alumno en un curso de metodología En esta tarea intervienen criterios teóricos, que son pertinentes a
de la investigación que había dictado años antes en Posadas los objetivos de la investigación, y también y de modo insoslayable,
(Misiones). Martín trabajaba en la Dirección de Estadística de esa criterios pragmáticos, pertinentes a las condiciones de posibilidad
provincia y allí había adquirido la experiencia en la producción de de ejecución de la investigación. Los primeros nos llevaron a tener
datos censales que tenía Zulma y de la que yo carecía. en cuenta situaciones con predominio de población rural, especial­
Elaboramos un estudio con un diseño de experimento de mente ocupada en actividades agricolas y, de ser posible, de
campo, ideal para investigar objetivos de naturaleza explicativa, subsistencia (que sabíamos especialmente invisible en las estadís­
como era nuestro caso. Se trata de un diseño con alto grado de ticas cuando son desempeñadas por mujeres), otras situaciones
control de la validez interna, sólo comparable al del experimento con predominio de población urbana, con abundancia de empleo
de laboratorio, aunque algo menor debido al realismo de las asalariado (que sabíamos muy visible estadísticamente hablando),
variables independientes manipuladas, lo que, por otra parte, le etcétera. Los segundos nos llevaron a tener en cuenta costos de
aumenta la validez externa en relación a la que se logra en el
viajes y de remuneraciones locales y, muy especialmente, la eficien-
laboratorio, donde el investigador crea un "como si" teatral de la
158 Catalina Wainennan
La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 159

cia, profesionalismo y_ buena disposición de las direcciones de


selección recayó sobre la provincia de Misiones, en la Argentina,
estadísticas locales, que cooperarían con nosotros para realizar el
y sobre Panamá y Paraguay.
trabajo de campo. Mientras aguardaba la respuesta de la Fundación Ford, una
Para el último aspecto consulté con informantes calificados, beca de The Population Council -la institución que había
demógrafos y economistas del CELADE, de la OIT y de otros cofinanciado la edición de El trabajoJemenino en el banquillo de los
organismos que, por su actividad profesional, tenían frecuente acusados- me dio la oportunidad de pasar tres meses durante
contacto con las direcciones de estadística de los países de la 1983 en la Universidad de North Carolina, lo que significó la
región. Mediante visitas y correspondencia (con todas las dificul­ oportunidad de revisar la estupenda biblioteca del Carolina
tades de la era pre-fax y pre-correo electrónico) contacté a las Population Center y de discutir mis ideas con colegas. Así constaté
oficinas de estadística de Barbados, Brasil, Colombia, Chile, Ecua­ que no había en el momento ninguna investigación sobre el tema
dor, Paraguay, Perú, Panamá y, en la Argentina, las de Misiones en el mundo, salvo la que estaba llevando a cabo, aún sin productos
y Tucumán. En nuestras visitas expusimos los resultados reunidos publicados, Richard Anker en la India y Egipto, en el marco del
en El trabajo femenino en el banquillo de los acusados y aprove­ Programa World Employment, con sede en la OIT, en Ginebra. 1º Se
chamos la oportunidad para indagar la existencia de mediciones trataba de una investigación acerca del subregistro de las mujeres
comparables a las censales para agregar a los tres pares de trabajadoras, y de sus causas. El tema era extraordinariamente
mediciones que habíamos detectado para los '70 en la etapa similar al que me preocupaba a mí, con dos diferencias: Anker no
anterior del proyecto, extendiendo así la evaluación de la validez se proponía diseñar instrumentos para mejorar los relevamientos
concurrente. Ahora procuré evaluar la validez de los censos de los censales sino sólo detectar el subregistro y explicarlo y, por otro
'80 tratando de indagar en qué medida el subregistro de los '70 lado, sólo incluía mujeres en su estudio. Desde entonces Richard
seguía presente en los censos de los '80. Esta etapa del programa Anker, con quien mantuve nutrida correspondencia y a quien
tuvo una duración de tres meses. recién conocí personalmente diez años más tarde en un congreso
Es importante comentar en este punto, por las consecuencias de población, fue mi "interlocutor fantasma". Es que cuando se
que tendría para la futura investigación, que el subregistro dife­ trabaja en un tema nuevo, se desea y se teme simultáneamente
rencial por género que habíamos encontrado con Zulma en los encontrar "compañeros de ruta". Se desea para asegurarse de estar
censos de los '70 en la región, no se había modificado de manera en la vía correcta, o al menos, no demasiado disparatada, y se teme,
sustancial para los '8Q. Con pequeñas variaciones de tamaño en porque se quisiera tener la exclusividad del descubrimiento, o al
los diferentes países, el subregistro subsistía. En comparación con menos ser la primera en llegar a colocar la banderita en el Himalaya
la encuesta de hogares, el censo de Panamá de ese año subregistró de algún corpus cientifico. Aparte de esto, la investigación de Anker
18% de todas las trabajadoras y sólo 7% de todos los trabajadores. (en un país musulmán y en otro hindú) me llamó la atención sobre
Las cifras respectivas de igual fecha para el estado de San Pablo, dos potenciales variables independientes en las que yo no había
en Brasil, eran de 11o/o y de 1%, también mucho mayores entre reparado: el sexo del entrevistador/a, y el contenido de "empleo
la población rural (41% y 2%) que entre la urbana (6% y 1%), formal" de las palabras claves utilizadas para mentar "empleo",
mientras para el Gran Buenos Aires, eran de 11o/o y 2% respec­ "trabajo", "remuneración", etcétera. Sus evidencias fueron suficien­
tivamente. Estos hallazgos reforzaban la vigencia de la problemá­ temente sugerentes como para que las tuviera en cuenta en esta
tica que nos interesaba. Si no se hubiera mantenido la actualidad segunda investigación.
del tema, no hubiera valido la pena invertir tiempo, dinero y energía
en. seguir investigándolo.
Debíamos entonces elegir dónde realizar la investigación. Po­
10 Debo a Richard Bilsborrow, del Carolina Population Center, haberme puesto
niendo en juego los requisitos teóricos y los pragmáticos, nuestra en contacto con el trabajo que estaba desarrol lando Richard Anker.
160 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 161

Ace�ca del contexto de la justificación pués") es _el que produce dos mediciones de la variable dependie11te
para ambos grupos, antes y después de la aplicación de la variable
Como dije antes, las variables que conjeturamos con �ulma experimental, para luego medir si hay o no diferencias significativas
­
como las (principales) responsables del subregis�? ��nsal diferen entre los valores de las segundas mediciones de los dos grupos,
la defmi ion concep � ual
cial por género de la mano de obra eran: � hay otros modelos que también son adecuados aunque no tan
y operacional de "condición de actividad", la �plitud �el penado poderosos. Uno de ellos es el "sólo después" con una única
de referencia, la del tiempo mínimo de trabaJO requendo de las medición de la variable dependiente para ambos grupos, el expe­
s
personas para considerarlas activas y el entrenamiento d� �? rimental y el de control. Si bien no da información sobre el "antes",
os adopta r una defimc 10n
censistas. Muy tempranamente decidim como los sujetos se asignan al azar a ambos grupos, se supone
la
conceptual de "condición de actividad" constante y similar a que cualquier diferencia inicial que hubiera existido en otras
Estadí grafos el Trabaj o
propuesta por la 13ava. Conferencia de � variables rivales de la independiente se habría distribuido al azar
la que me refen antes. Al
de 1982 para los censos de los '90 a entre los dos grupos. El efecto de la variable independiente se mide
de la
hacerlo mantuvimos constante una parte (la conceptual) también, como en el "antes-después", por la diferencia entre los
nsable el subregi str�.
primer� variable hipotetizada como res�? � valores obtenidos por ambos grupos en la dependiente. Variaciones
operac 10nal de condi-
Sólo examinamos el efecto de la traduccion de este modelo incluyen la presencia de más de dos grupos y el
ción de actividad. reemplazo del grupo control sin aplicación de la variable indepen­
Antes de continuar, es necesario que justifique la elección del diente por grupos control con diferentes valores de la variable
El
experimento de campo para realizar nuestra inv�stigación. independiente.
s ara est diar problem as
experimento es el diseño más podero ? � � Para estudiar el efecto de las cuatro variables sobre la medición
de causalidad debido al rigor que permite mtroducir. Postular una de la condición de actividad de las mujeres y los varones, lo ideal
:relación causal significa postular que los cambios en los valores es crear tantos grupos experimentales como surjan del cruce de
de una variable independiente son acompañados por cambios en los valores de las cuatro variable$ entre sí. En un primer momento
los valores de una variable dependiente. Para someterlo a prueba, pensamos a las variables como tricotómicas. Es decir, concebimos
el experimentador debe reunir al menos dos grupos, a uno de los tres modos de definición operacional de "condición de actividad"
_
cuales (experimental) le aplicará la variable independiente Y al otro -la del censo, la de la encuesta de hogares y una encuesta especial
los valores que adopta la vana _ �le
(control) no, para luego medir como la utilizada por los antropólogos-; tres períodos de referencia
dependiente en amb0s grupos. El diseño experim ental pe �te _ -una semana, un mes y un año-, tres tiempos de trabajo mínimos
satisfacer los tres criterios que requier e la prueba de una relac10n relativos a cada uno de los períodos de referencia para considerar
causal: establecer el orden temporal de las variables (ya que como a una persona activa -1 a 19 horas, 20 a 34 horas, o 35 o más
el/la investigador/a puede modificar los valores de la variable horas a la semana y sus equivalentes para un mes y un año-;
independiente a voluntad, puede asegurar que e�ta variable es y tres formas de entrenamiento de los censistas -la habitual de
anterior a la dependiente), eliminar las otras vanables causales los censos, corta y rápida, la de las encuestas de hogares, más
independientes rivales (asignando al azar los sujetos ª. las co13:�i­ extensa y con role playing, la de las entrevistas etnográficas menos
_
ciones experimental y de control de modo de lograr una di_s1:11buc10n estructurada y mucho más detallada-.
similar de todas las otras variable s en las dos condic1 0nes), Y La combinación de cuatro variables tricotómicas da origen a
constatar la existencia de variacio nes concom itantes (compar ando 27 posibilidades, es decir, 27 grupos experimentales en cada
los valores en la variable dependiente de los sujetos en los grupos localidad de cada país que se estudie. Aunque empiricamente
experimental y de control, es decir, con y sin variaciones en la posible, es inabordable en términos del costo en dinero, tiempo y
variable independiente). energía. Decidimos una drástica reducción por dos vías: por los
Si bien el modelo ideal del diseño experimental ("antes-des- valores de las variables, que transformamos en dicotómicas (16
162 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 163

grupos), y por el cambio de status de _una d� las v�ables de El efecto del instrumento se evaluaría com,parando las tasas
"manipulada" a "asignada". Se trata de la amplitud del tiempo de de actividad obtenidas de los grupos (1) y (2) y de los (3) y (4); el
_
trabajo, la que indagamos entre los ho�bres � muJeres �ue se efecto del entrenamiento, las obtenidas de los grupos (1) y (3) y (2)
declararon activos ocupados y que analizamos en el escntono _ ",
y (4); el efecto de la amplitud del período de referencia, las obtenidas
mediante tabulaciones. Es decir, en lugar de preguntar "¿Trabajó del grupo (4) y el (5), es decir, en las mejores condiciones de captar
usted al menos 19 horas en la última semana?" (o 20 a 34 horas, la condición de actividad; y el efecto de la amplitud del tiempo
0 35 o más horas) o "al menos un mes en el año" (o al menos seis trabajado, comparando las obtenidas en los grupos (4) y (5) para
meses, o al menos doce meses), les preguntamos cuánto tiempo tiempo corto, mediano y largo relativo a los dos períodos de
habían trabajado en el período de referencia. Estas decisiones referencia, semanal y anual. En este último caso, recodificamos las
reducían los grupos a ocho, lo que aún nos parecía excesivo. respuestas que obtuvimos ante la pregunta sobre el tiempo traba­
Finalmente optamos por eliminar tres de los grupos conservando jado en la última semana y en el último año por los ocupados del
aquellos en los cuales la prueba de los efectos de las variables fuera siguiente modo: menos de tiempo parcial -! a 19 horas semanales
más fuerte. Se trata de los cuatro grupos que combinan los dos o al menos un mes al año-, tiempo parcial -20 a 34 horas
valores de las variables instrumento (operacionalización) y entrena­ semanales o al menos seis meses al año-, y tiempo completo
miento para un período de referencia de una semana, es decir, (1)
-35 o más horas semanales o los doce meses al año-.
instrumento y entrenamiento censal (que denominamos CENSAL),
Decidimos crear los cinco grupos experimentales en dos loca­
(2) instrumento alternativo (que denominamos CENEP) y entrena­
IIllento censal (CENSAL), (3) instrumento censal (CENSAL) y entre­ lidades, una urbana y otra rural, de cada uno de los tres países
namiento alternativo (CENEP),(4) instrumento y entrenamiento al­ debido a la notablemente mayor invalidez que detectamos entre
ternativos (CENEP semanal) para una semana de referencia, y (5) las/os trabajadores agrícolas en relación con los no agrícolas en
instrumento y entrenamiento alternativos (CENEP anual) para un nuestra primera investigación con datos secundarios. Adeinás,
período de referencia de un año. Esto significa que uno de los gru­ como habíamos detectado en la investigación anterior que las
pos, el CENSAL (1) reproducía los censos habituales, el CENEP se­ trabajadoras agrícolas no remuneradas figuraban entre las peor
manal (4) representaba la alternativa a proponer para futuros cen­ captadas, elegimos deliberadamente zonas rurales con abundancia
sos manteniendo el período de referencia semanal, otro, el CENEP de trabajo de subsistencia.
anual (5), lo mismo que el (4) para un período mayor (ver figura 1).

Figura 1 Del primer gran tropiezo y de cómo


Estructura de los cinco grupos experimentales volvimos a ponernos en pie

Entrenwniento Instrumento Periodo de referencia Cuando la propuesta ya había sido aprobada (como se habrá
1 semana 1 año de recordar, tras una severa evaluación externa de la agencia
financiadora), el presupuesto acordado, la primera cuota pagada
CENSAL (1) y las celebraciones cumplidas (habituales en el CENEP cuando se
CENSAL obtiene un subsidio), nos encontramos con una primera dificultad,
CENEP (2) una de tamaño gigante. Es que desde un principio, para abaratar
costos y disminuir trabajo, habíamos planeado anexar nuestro
CENSAL (3) estudio como un módulo a una onda de la encuesta de hogares
CENEP que cada uno de los tres países realiza periódicamente. Pero, a poco
CENEP (4) (5) de trabajar sobre el instrumento, es decir, sobre las preguntas que
164 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 165

habrían de medir la conp.ición de actividad, caímos en la cuenta factores que explicaban el. subregistro censal de la fuerza de
que nuestro propósito era irrealizable. Dado que las encuestas de trabajo. Por otro lado, como en cada país habíamos decidido
hogares miden (además de otras variables) la condición de activi­ estudiar la población de dos localidades, una urbana y otra rural,
dad, no podíamos medir la misma variable reiteradamente entre la de hecho estábamos replicando la investigación en cada uno de los
misma población y en el mismo momento con tres formas de países, con lo cual, estábamos aumentando la validez externa de
operacionalización (de la encuesta permanente de hogares, CEN­ nuestros hallazgos.
SAL y CENEP). Hacerlo hubiera implicado atentar contra la validez Ahora había que someter el caso a la agencia donante de los
de nuestra medición y también la de la encuesta de hogares por fondos, lo que es de rigor siempre que se debe introducir una
efecto del ··aprendizaje" . 11 Esto es así porque una persona interro­ modificación sustancial en un proyecto que ha recibido un sub­
gada sobre cualquier tema, por el mero hecho de serlo, piensa, sidio.
reflexiona, aunque mínimamente, sobre el tema de modo que Mi razonamiento pareció sensato a la Fundación Ford. El país
cuando es interrogada nuevamente sobre el mismo es muy factible sacrificado fue Panamá, el más lejano y en el que el trabajo de
que dé una respuesta algo (si no muy) diferente a la que dio campo era más costoso. De esta manera, el proyecto se llevó a cabo
inicialmente, porque es como si fuera "otra persona". en la Argentina, en la provincia de Misiones, entre la población de
Por muchas vueltas que le dimos al tema, tuvimos que concluir más de 14 años de edad residente en la localidad capital, Posadas,
que era imposible utilizar el operativo de la encuesta de hogares. y entre la población rural de_ igual edad de_ Leandro N. Alem, y por
Esto significaba que debíamos montar nuestro propio operativo, lo otra parte, en Paraguay, entre la población de 12 y más años de
que significaba una gran cantidad de dinero, además de tiempo y edad residente en la localidad capital, Asunción, y entre la rural
esfuerzo. de Piribebuy. Las edades reiteraron las establecidas para los censos
Los imprevistos son siempre "previsibles" en la conducción de de los '80 de uno y otro país.
las investigaciones, especialmente en el ámbito de las ciencias
sociales. Pero éste era uno de tamaño mayor, y habrá de not_arse
que no fue advertido ni por los evaluadores de la Fundación Ford El escenario de la acción
ni por los expertos externos a los que la Fundación recurrió para
la evaluación. Aunque herederos de una tradición histórico-cultural común,
Con un presupuesto de dinero y tiempo ya acordados, era Argentina y Paraguay difieren de modo marcado con respecto a sus
evidente que el trabajo de campo debía reducirse. Las alternativas características sociales, económicas y demográficas. En contraste
eran dos: o bien reducir el número de países o bien reducir las con el alto nivel de urbanización de la Argentina, uno de los más
variables y, consecuentemente, los grupos experimentales. En el altos del mundo, Paraguay sigue siendo fundamentalmente rural.
primer caso se afectaba la validez externa, en el segundo, la validez La extendida alfabetización, amplia clase media, alto porcentaje de
interna. A mí no me cabía duda alguna: había que disminuir los población anciana y relativo grado de desarrollo socioeconómico del
países, puesto que era más importante salvar la validez interna de primero contrastan con un analfabetismo extendido, una estruc­
las conclusiones a que se arribara en el camino de identificar los tura joven de la población debida a la alta fecundidad y relativa­
mente baja mortalidad infantil del segundo. uno de los países de
menor desarrollo de la región. La estructura de la fuerza de trabajo
11 Me refiero a u:na de las ocho fuentes de amenaza a la validez interna de las
de ambos países refleja sus diversos niveles de desarrollo. Hacia
mediciones que identificaron Campbell y Stanley (op. cit.). Esta surge cuando se hace 1980, a pocos años de realizar nuestra investigación (en 1985) el
mas de u:na ·medición de la misma varia.ble entre los mismos individuos en un corto 13% de la fuerza de trabajo de la Argentina estaba ocupada en la
tiempo. El aprendizaje se produce porque en 'ciencias socia1es trabajamos con seres agricultura, 28% en la industria y 59% en los servicios, en tanto
hu:manos: y está en la naturaleza de ellos. no así de las piedras u otras entidades
inertes, 1a capacidad de aprender. las cifras respectivas para el Paraguay eran de 49%, 19% y 32%.
166 Catalina Wainerman la. invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 167

El pr9ducto bruto per cápita de Argentina (u$s 1.345) casi _dupli­ En esta lqcalidad paraguaya también hay alguna industria d�
caba el del Paraguay (u$s 633). productos agrícolas como la caña de azúcar, miel, almídón de
La provincia de Misiones, en la que llevamos a cabo el estudio mandioca, pero en unidades muy pequeñas.
en la Argentina, limítrofe con Paraguay, es una de las de mayor En suma, las dos localidades rurales que escogimos para
presencia de población rural del pais. Posadas y Asunción son· realizar la investigación son áreas agrícolas extremadamente po­
capitales, una provincial, otra nacional. Ambas son sitio de las bres en las que prevalece el minifundio y la economía de subsis­
autoridades gubernamentales. Para entonces, el área metropolita­ tencia, aunque la argentina es algo más desarrollada, con una
na de la primera albergaba 140.000 habitantes y el de la segunda economía algo más diversificada y mayores oportunidades de
800.000. Debido a su carácter de ciudades capitales, en ambas mercado para su producción agrícola que la paraguaya.
prevalecía la actividad económica ligada al sector terciario, servicios Realizamos el trabajo de campo simultáneamente en las cuatro
gubernamentales, ocupando el primer lugar, y comercio el segundo. localidades, entre agosto y septiembre de 1985. Elegimos la época
El Departamento de Leandro N. Alem está en un área subtropical, tomando en cuenta las localidades rurales, para hacer nuestra
sin estación seca, altas temperaturas y abundantes lluvias. El de prueba más fuerte dado que es el período de menor demanda de
Piribebuy, a 113 kilómetros de Asunción, tiene un clima templado mano de obra. Si aún en esas condiciones el procedimiento
con pocas variaciones en el año. Ambas localidades son esencial-_ alternativo que diseñamos detectaba más mujeres trabajadoras que
mente rurales, con 65% y 73% de población así calificada. Ambas el censal, el peso de la prueba de su mayor eficiencia sería superior
son de antiguo poblamiento, con prevalencia del minifundio como que si lo hubiéramos logrado en épocas de alta demanda de mano
consecuencia de las sucesivas divisiones que sufriera la propiedad. de obra. Esta postura es la que prefiero siempre que enfrento
La típica unidad de producción de Leandro N. Alem no supera las someter una hipótesis a prueba empírica. Me coloco en las peores
25 hectáreas; la de Piribebuy es aún más pequeña, apenas 9 condiciones, aquellas en las que es más dificil la corroboración de
hectáreas, pero algo más de la mitad no sobrepasa las 5 hectáreas. las hipótesis dado que, si esto efectivamente se produce, el peso
El trabajo en tan pequeño tamaño se satisface con la mano de obra de la prueba es aún mayor que en las condiciones en que la
de la propia unidad familiar. En Leandro N. Alem solo ocasional­ corroboración es más probable. Esta estrategia es obviamente
mente, durante la época de cosecha, se contrata mano de obra contraria a la que surge de los deseos más fervientes de cualquier
asalariada. investigador: corroborar sus conjeturas. Y ésta es la que recomien­
La economía de ambas localidades se basa en la agricultura; do a todo investigador que busque la verdad antes que el éxito.
la ganadería sólo ocupa un papel secundario. Pero en Leandro N. Hubo una segunda razón para elegir esta fecha: la proximidad
Alem los principales cultivos son agroindustriales -yerba mate, a la del relevamiento de los censos de los '80 de ambos países,
tung, tabaco, caña de azúcar y, en algunas áreas, té-. En octubre en Argentina y julio en Paraguay.
Piribebuy sólo algunos de los cultivos son agroindustriales, siendo El trabajo de campo lo llevamos adelante con la cooperación
los predominantes el maíz, el algodón, la mandioca y la caña de de dos direcciones de estadística, la de Misiones (en la que, como
azúcar. La naturaleza diversificada de la actividad agrícola de esta dije, había trabajado Martin Moreno hasta su incorporación a mi
localidad (en la que la producción de caña de azúcar se combina equipo) y la de Paraguay (con la que ya había tenido contacto en
con el té, el tung o el tabaco, y la producción de subsistencia del ocasión del estudio que realizamos en 1974-75 en Bolivia y
maíz y la mandioca) demanda mano de obra todo el año, excepto Paraguay con Zulma Recchini de Lattes y Ruth Sautu). Estos
entre mediados de julio y mediados de septiembre, cuando se organismos nos proveyeron las muestras y la cartografía de las
realizan las tareas de mantenimiento. Algo similar ocurre en cuatro localidades y realizaron el reclutamiento del personal de
Piribebuy, donde la producción de caña de azúcar, algodón y la de entrevistadores según los criterios que nosotros diseñamos, ade­
subsistencia continúa todo el año, menos en una época similar a más de proporcionarnos espacio fisico para establecer nuestra base
la de Leandro N. Alem cuando se requiere menos mano de obra. de operaciones y para llevar a cabo el entrenamiento. Nosotros
Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 169
168

hicimos lo demás, el diseño global, el p}an de tabulacione�, el encontrar el número de casos que demanqaba el plan de
diseño conceptual y el gráfico de los ins trumentos y de los dos tipos tabulaciones. El tamaño de los grupos experimentales variaba
de entrenamiento, sus correspondientes manu ales de ins trucción, entonces . Eran más grandes los de las localidades rurales, para
la dirección de la impresión de 5.000 cuestionarios (y de lo s la s cuales las estadísticas regis tran tas as femeninas de actividad
manuales de instrucción), el entrenamiento mismo del personal en menores que en áreas urbanas. En todos los casos, mues treamos
el lu gar, la s upervisión del trabajo de campo, el diseño de la hogares y entrevistamos a los individuos dentro de ellos .
codificación as í como la selección y entrenamiento del personal qu � ¿Cómo creamos los grupos experimentales? Como no podíamos
lo realizó, la s elección y dirección del que ingres ó y del que proces o asignar los s ujetos a los grupos experimentales al azar, como s e
la información, la administración de los fondos, etcétera. Y todo hace en el laboratorio, as ignamos los diversos cues tionarios (y
fue realizado por dos cabezas, la mía y la de Martín Moreno, con diversos periodos de referencia) y tipos de entrenamiento a los
qu ien formamos u n equipo con una capacidad de trabajo, eficiencia entrevis tadores al azar, y éstos a su vez, a los hogares al azar.
y grado de sincronización poco frecuentes . Diseñamos u n cues tionario CENSAL y dos cuestionarios CENEP.
Los dos últimos eran idénticos en todo s alvo en el periodo de
referencia que en un cas o era de una semana y en el otro de doce
Acerca del trabajo de campo meses . Además de medir la condición de actividad, indagamos o tros
que indagaban algunas caracteristicas s ociodemográficas de los
En total relevamos dato s de veinte grupos experimentales , entrevis tados : relación de parentesco en el hogar, s exo, edad, nivel
cinco en cada una de las cuatro l ocalidades. Es to significó entre­ de educación, e stado civil, grupo, rama y categoria de actividad (de
vistar cerca de 5.000 hogares y recabar información de casi 15.000 la actividad principal) para las personas activas ocu padas , además
personas . Determinamos el tamaño de las muestras en fu_nci?n de: del lugar y el tiempo de trabajo durante el periodo de referencia
1) el número promedio de miembros por hogar y el md1ce de y, por último, el des tino de la produ cción (mercado o pr opio
mascu linidad, 12 para es timar el número de mujeres por hogar, 2) consumo) en el caso de los /as trabajadores /as agrícolas .
las tas as de actividad económica de las mujeres 13 y 3) los requisitos La entrevis ta en los hogares comenzaba por u n cuesti onario
del anális is y del plan de tabu laciones (un mínimo de 20 mu jeres mu y breve que indagaba su composición. A continuación, s eguían
activas ocu padas en promedio para tablas de has ta 10 celdas). 14 los cuestionarios individuales , uno por cada persona en edad activa
Utilizamos las tas as de actividad femenina porque normalmente (12 y 14 años y más). Utilizamos los mismos cues tionarios en los
son menores que las mas culinas, p or lo tanto ellas debían defmir dos países con la única diferencia de que en el Paraguay los
el tamaño de las mues tras para as eguramos que habríamos de formulamo s en español y en jó pará, modalidad del guaraní
coloquial. Los entrevis tadores , todos bilingües, utilizaban una u
otra lengua s egún la competencia lingüís tica de sus entrevistado s.
12 Ambos de los cen so s de los '80 de ambos país es . El cuestionario CENSAL indagó la condición de actividad tal
13 De los mismos censos , para estimar el tamaño de los grupos CENSAL. Y de como lo habían hecho los censos argentino y paraguayo de los '80,
º localid�des para
las ondas má s recientes de la encuesta de hogares de las cua!-1°
sabíamos por el pnmer estudio que las mediante una pregunta única seguida por las varias res pues tas
estimar el d e lo s grupo s CENEP, pue sto que
encue sta s dan tasa s de actividad femenina
más altas que l� s �ensos . cerradas y precodificadas que ya comenté antes (ver figura 2).
sta para
14 La cifra d e 20 por celda fue es tablecida por el es tad1stico muestri Instruimos a los censistas para que las leyeran una a una,
por nosotros a
ase gurar la confiabilidad, en tanto la de 10 celdas fue establecida _
s s enan de do s deteniéndos e cuando la pers ona entrevis tada diera una respues ta
partir del plan de análisis que nos propu�imo�. T?d� s la s tabla
variables . una de ]as cuales siempre sena dicotom1ca (sex_?l
Y la otra (edad, afirmativa.
e ducación, etcétera) no podria exceder cinco
valores o categonas, C ?m ? es el cas o
_ Para dis eñar el cuestionario CENEP tuvimos en cuenta aspec­
(con su s cinco cat e goría s : profesi? nal es y te �mcos , v ende­
de · gru po de actividad "
dores y comerciantes, trabajadores d e los s ervicio s , trabaJador e s agncola s Y traba- tos del cues tionario que surgieron co mo posibles amenazas a la
jadores no agrícola s]. validez de la medición de la condición de actividad en el primer
170 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 171

estudio. Además consultcµnos extensamente sobre el fraseo con punto se los puede captar si $e hace un esfuerzo especial para
colegas del área de encuestas de hogares �el I�EC co� l�ga lograrlo, presentamos el módulo al terminar la entrevista a todos
experiencia de trabajo de campo. 15 El cuestionano contema �1ete (y no a cada uno de) los miembros del hogar. Esto evitaba el
preguntas, cuando el período �e r�ferencia era una s�m��• y cmco aprendizaje que hubiera ocurrido si lo hubiéramos preguntado al
cuando era un año. Para su diseno adoptamos el pnnc1p10 de que terminar la entrevista con cada miembro (fuera activo o inactivo)
"la persona entrevistada era activa en tanto demostrara lo contra­
dado que, como sucedía con frecuencia, si la entrevista transcurría
rio", al revés de lo que parecía hacer el cuestionario censal habitual en presencia de otros miembros y/ o un miembro respondía por
en el caso de las mujeres ("la entrevistada es ama de casa otros ausentes en el momento, se podía producir el efecto de test­
-inactiva- a menos que demuestre lo contrario"). Tenía, además, retest, como si se preguntara reiteradamente por el mismo ítem a
las siguientes características: desplegaba las respuestas de la la misma persona. Por eso, el módulo no se imprimió en el cuerpo
(aparentemente úníca) pregunta censal en un conjunto de pregun­ del cuestionario individual, sino al dorso del cuestionario sobre el
tas mutuamente excluyentes obligando a los entrevistadores a hogar, en el cual, por otra parte, los entrevistadores registraban
leerlas una a una y a los entrevistados a responderlas una a una, los nombres de quienes se declaraban inactivos a medida que
evitando así la lectura en bloque de parte de los primeros y la realizaban las entrevistas en cada hogar. Esto nos permitió, ade­
posibilidad de elección a su criterio por parte de los segundos. más, computar las tasas de actividad producidas con los cuestio­
Además, transmitía a los entrevistados la definición de "trabajo" y narios CENEP con y sin módulo de autoconsumo.
de "actividad económica" y lo hacía mediante ejemplos concretos Para mayor claridad, en las figuras 2 y 3 presento las secciones
de actividades generalmente invisibles como productivas (realiza­ sobre condición de actividad de ambos cuestionarios, CENSAL y
das dentro del hogar, por corto tiempo, como ayuda a otro traba­ CENEP semanal.
jador, de naturaleza similar a las actividades domésticas, etc�tera).
Finalmente, ponía énfasis en captar a los trabajadores agncolas
que producen para el propio consumo o el de su hogar. Esto último Figura 2
lo logramos mediante el agregado de lo que dimos en denominar
el "módulo para autoconsumo". Cuestionario CENSAL. Condición de actividad
Dada la importancia que le atribuimos a la captación de estos
trabajadores, muy mal medidos en general, pero muy especialmen­
te cuando se trata de mujeres, recurrimos a una estrategia verda­ ¿Qué hizo usted durante la última semana?
deramente creativa cuyo diseño nos costó muchas horas de pen­
samiento, cavilaciones y pruebas. Este módulo se aplicó a todos Trabajó
los miembros de los hogares rurales y a todos aquellos miembros No trabajó pero tema empleo
de los hogares urbanos que, teniendo un lote de terreno en el que Buscó trabajo
pudieran desarrollar actividades agrícolas en pequeña escala (plan­ Se dedicó a los quehaceres del hogar
tar maíz o mandioca o criar pollos, gallinas o chanchos o similar), Estudió
se hubieran declarado económicamente inactivos ante los ítems Es retirado, pensionado, rentista
pertinentes de los cuestionarios CENEP. Debido a nuestro especial Es enfermo o inválido
interés en evaluar hasta qué punto estos trabajadores, especial­
mente si femeninos, son mal enumerados, y de evaluar hasta qué

15 En particular Cynthia Pok y Ana Botta.


172 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 173

Figura 3 enfermo, _debido a malas condiciones del tiempo, o a alguna otra


razón?
Cuestionario CENEP. Condición de actividad
sí [fin]
no [pase a la siguiente]
Durante la última semana, ¿trabajó en algo?
¿Y durante esa semana
sí [saltee las siguientes]
no [pase a la siguiente] era ama de casa y no trabajó?
era estudiante y no trabajó?
estaba retirado, pensionado o era rentista y no trabajó?
y durante esa semana, ¿hizo o ayudó a hacer alguna actividad,
era enfermo crónico o inválido y no trabajó?
pagada o no pagada, dentro o fuera de su hogar, aunque fuera
por unas pocas horas? Por ejemplo, ayudar en una verdulería o
kiosco; vender artesanías, comida, verduras, diarios, billetes de Módulo de autoconsumo
lotería o cosméticos: plantar, cosechar, o criar pollos para vender,
lavar, planchar o coser ropa para otros: fabricar dulces, quesos Sólo para quienes se declararon como ama de casa. estudiante,
o tejidos para vender, cuidar niños o ancianos por un pago? retirado, pensionado o rentista, enfemw crónico o inválido.

sí [saltee las siguientes] Aunque ya me dijo que ...Fulano........ no realizó ninguna acti­
no [pase a la siguiente] vidad durante la última semana, ¿trabajó él/ella durante la
última semana en la chacra familiar o crió pollos para su
consumo o el de su familia. aunque sea por pocas horas?
Durante la semana pasada, ¿no trabajó debido a enfermedad,
licencia, huelga, malas condiciones del tiempo. o alguna otra

causa temporaria, aunque tenía un empleo u ocupación?
no

sí [saltee las siguientes]


no [pase a la siguiente]
La etapa de recolección de los datos comienza por el diseño de
Durante esa semana, buscó trabajo o alguna actividad hablando los instrumentos -en nuestro caso, los cuestionarios- y continua
con amigos, ofreciéndose en una empresa, poniendo o respon­ con el entrenamiento de sus aplicadores -en nuestro caso, los
diendo a anuncios, o de alguna otra manera? censistas-.
Entrenamos a los censistas de dos maneras, la censal habitual
sí [saltee las siguientes]
y una alternativa que no proponíamos para ser reproducida tal
cual, sino en su espíritu en los censos de población. Desconociendo
no [pase a la siguiente]
los verdaderos objetivos de la investigación y sólo sabedores de que
se trataba de un estudio sobre hogares y mano de obra, fueron
Durante esa semana, ¿dejó de buscar trabajo o una ocupa­ asignados al azar a los dos tipos de entrenamiento, así como a los
ción debido a que usted o algún miembro de su familia estaba dos tipos de cuestionarios, el CENSAL y el CENEP (con los dos
174 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 175

periodos de referencia). Es decir que creaIIJ.OS los grupos e�eri­ exclusivos del sexo, edad y relación de parentesco.de sus miembros,
mentales mediante la asignación de los censistas a las cmco además de la condición socioeconómica y la localización urbana o
condiciones experimentales al azar y, en segunda instancia, estas rural de los hogares. Para mayor claridad, describo uno de esos
a los hogares de la muestra también al azar. Para controlar hast:3- hogares.
donde fuera posible la contaminación entre las diferentes condi­
ciones, el entrenamiento, que estuvo a cargo de Martín Moreno, se La familia Yegros vive en Leandro N. Alem, en la colonia [el
realizó en horarios diferentes. campo]. El hogar está compuesto por el marido, Eligio, de 32
El entrenamiento CENSAL consistió en una sesión breve, de años, su esposa, Rosana, de 27, sus tres hijos (dos niños y una
tres horas, dedicada al manejo de los ítems de los cuestionarios niña) y los padres de Eligio. El mayor de los hijos tiene 10 años,
y la defmición de sus categorías sin evaluación posteri�r ni selec­ el que le sigue, 8 y la hija 6. El abuelo tiene 59 años y la abuela
ción del personal. El entrenamiento CENEP se desarrollo a lo largo 56.
de cinco sesiones en dos días y medio. Incluyó dos secciones bien
distintas. Una estuvo dedicada al manejo conceptual y técnico de Pedimos a los censistas que registraran en la planilla hasta tres
los cuestionarios e incluyó role playing, evaluación y selección del actividades que cada uno de los miembros hubiera realizado la
personal más apto; demandó cuatro sesiones de dos a tres horas semana anterior. Tras haber completado la tarea, distribuimos una
cada cual. La otra, realizada en una sesión de cuatro horas, se segunda planilla y les pedimos que, tomando en cuenta la actividad
propuso sensibilizar a los entrevistadores a las ideas compartidas (una) que cons'ideraran había sido la principal de cada miembro
socialmente acerca de la división del trabajo por género de modo de entre las listadas en la planilla anterior, las clasificaran en
de hacerlos conscientes de la existencia de grupos de población términos de sólo una de las siguientes alternativas: trabajó, buscó
(mujeres, jóvenes y ancianos) que tienden a ser definidos como trabajo, ama de casa, estudiante, jubilado, pensionado o rentista.
inactivos sobre la base exclusiva del sexo y la edad. Como dije, no Aquí terminaba la primera etapa del ejercicio. Se hacía un intervalo
durante el cual computábamos la frecuencia de actividad y de
era nuestra intención proponer que este tipo de entrenamiento se
inactividad atribuida a cada uno de los integrantes de seis pares
utilizara en todos sus detalles en los censos de población. Lo
de miembros de los hogares que tenían igual edad y relación de
diseñamos y sometimos a prueba como parte de nuestra búsqueda parentesco y diferente sexo. Por ejemplo, mujeres adultas casadas,
de maneras de limitar los efectos de los sesgos culturales sobre el ·con hijos adolescentes versus varones adultos casados con hijos
registro de trabajadoras-mujeres (y varones) y, por otra parte, para adolescentes. Como era de esperar, al llenar la primera planilla,
evaluar hasta qué punto estos sesgos estaban presentes entre los los censistas, tanto varones como rru.yeres, atribuyeron más fre­
entrevistadores. cuentemente actividades no económicas (domésticas) a las mujeres
El ejercicio de sensibilización progresó a lo largo de tres etapas: que a los varones. Y, en respuesta a la segunda planilla, cuando
estimulación, insight y conceptualización. 16 Lo presentamos como tenían que clasificarlos como activos e inactivos, hacían lo mismo
una investigación acerca de la relación entre cantidad de mano de aun cu�do en la primera planilla les hubieran atribuido a las
obra y tipo de hogar, es decir, acerca del número de personas que mujeres dos tipos de tareas, económicas y no económicas.
trabaja en hogares con diferentes tamaños y estructuras. Terminado el intervalo, comenzaba la segunda etapa, la del
En la etapa de elicitación distribuimos entre los censistas una insight. Les entregábamos a los censistas los resultados de las
planilla con una escueta descripción de cinco hogares en términos tabulaciones, destacando las regularidades encontradas: atribu­
ción frecuente de la condición de activos a los varones y de inactivas
a las mujeres de igual edad y relación de parentesco en el hogar
16 Una descripción de este ejercicio se encuentra en Wainerman y Moreno sobre la exclusiva base del sexo. Para estimular el insight pedimos
{1987). a los censistas contraejemplos de estas regularidades que conocie-
176 Catalina Wainennan La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 177

ran en su entorno familiar, laboral o amistoso. Surgieron entonces ción", uno de lo ocho tipos de apienazas a la validez interna que
casos de una mujer que toma pensionistas en su hogar y que les alude a la inestabilidad de los observadores o de los instrumentos
cocina sus comidas, otra que "ayuda" en la chacra, una lavandera de recolección de datos. Este hecho, que no hubiera ocurrido en el
en su domicilio, otra que vende billetes de lotería por la calle. Así ámbüo de un laboratorio, no pudo ser controlado en un experimento
concluía la segunda etapa. - de campo. La consecuencia fue grave, - otro imprevisto que, luego
En la tei:cera, solicitábamos a los censistas que formularan de concluir el trabajo de campo, nos impidió examinar el efecto
conjeturas acerca de las razones que los impulsaban a atribuir más separado de las variables cuestionario y entrenamiento (es decir,
frecuentemente la condición de actividad a los varones y la de la utilización de los resultados de dos de los cinco grupos expe­
inactividad a las mujeres miembros de los .hogares sobre la rimentales, el (2) y el (3). ¿Cómo caímos en la cuenta? Gracias a
exclusiva base del sexo. El objetivo era que conceptualizaran de haber hecho una supervisión directa del trabajo de campo. Cuando
manera verbal sus insights intuitivos. al momento de analizar las tabulaciones en la oficina encontramos
efectos poco claros del entrenamiento, recordamos conversaciones
casuales con censistas mientras los/as acompañábamos en el
Del segundo gran imprevisto campo, en las que nos contaron cómo, o a través de quiénes, se
habían enterado de que estábamos buscando entrevistadores para
Habiendo concluido el entrenamiento, los cuestionarios fueron nuestra investigación, o nos comentaron acerca de sus experiencias ·
aplicados por 36 censistas, más dos supervisores. A todos los anteriores como encuestadores de las propias direcciones de es­
reclutamos en cada una de las localidades del estudio, con excep­ tadística.
ción de quienes trabajaron en Leandro N. Alem, que residían_ en Este fue el segundo imprevisto de enorme importancia, tras el
Posadas y se trasladaron por las casi tres semanas que duro el descubrimiento que habíamos hecho inicialmente de la imposibi­
trabajo de campo. 17 lidad de anexar nuestro trabajo de campo a una onda regular de
Convocamos a maestros, estudiantes universitarios y estudian- encuesta de hogares. Allí perdimos un país, ahora perdimos la
tes secundarios avanzados (en Paraguay) de ambos sexos, como es posibilidad de evaluar los efectos separados de dos de las cuatro
habitual en los censos de población en la región. Establecimos el variables cuyos efectos sobre la medición de la condición de
requisito adicional de que no tuvieran experiencia previa como actividad estábamos estudiando. Para consuelo (o espanto) de los
entrevistadores porque de otro modo no podríamos estudiar el investigadores jóvenes, conviene que destaque que este imponde­
efecto de la variable tipo de entrenamiento, puesto que hubiera rable me ocurrió teniendo veinte años de experiencia en la inves­
estado confundida con el efecto de haber o no tenido experiencia tigación empírica. El duelo por la pérdida fue grande, pero nos
anterior. Otra vez, se trata de una variable rival de la independiente repusimos y seguimos adelante, algo maltrechos, con tres grupos
cuyo efecto estudiábamos y que debíamos controlar para no at�n�� experimentales que nos permitían evaluar el efecto compuesto (ya
contra la validez interna de nuestras mediciones de la cond1c10n no separado) del cuestionario y el entrenamiento, y el separado del
de actividad. Lamentablemente no lo logramos dado que el personal período de referencia y del tiempo de trabajo.
de las direcciones de estadística a cargo de la convocatoria permitió
(por favorecer a sus amigos desocupados) que contratáramos gente
con experiencia previa en relevamiento de encuestas de hogares. Lo que dijeron los datos: los resultados dél estudió
Es lo que Campbell y Stanley (op.cit.) denominan "instrumenta-
__ Ya he comentado acerca de los dos tipos de cuestic>ilariós que
utilizamos; los _dos tipos de entrenarrñento; ios cfos periodos de
17 En lugar de las dos previstas y presupuestadas debido
� las ll:1vias, que_ :n referencia creados y los tres tiempos de trabajo que medimos. Con
Misiones impiden transitar por las rutas y picadas de tierra no solo el día en cuestion
sino también uno o dos días después. estos elementos crearnos los grilpos experimenta:ies'.. El é:idto que
178 Catalina Wainennan la invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 179

obtuvimo$ en crear un "como si" del censo en el grupo CENSAL aún con la mlsma definición de actividad económica que el grupo
(1) fue notable. Cuando comparamos las tasas de acti�dad eco­ CENEP semanal (4), el grupo CENSAL (1) subregistraba cinco
nómica por sexo obtenidas por este grupo en los dos pruses y las sextos de las mujeres trabajadoras rurales y cerca de la mitad de
cuatro localidades con las obtenidas unos años antes por los censos las urbanas en Paraguay; sólo un décimo de los trabajadores
de población de ambos países, la sorpresa no tuvo límites. Prác­ varones, tanto urbanos como rurales, resultaron víctimas de igual
ticamente obtuvimos las mismas cifras, lo que nos dio confianza invisibilidad estadística. Las cifras correspondientes para las mujeres
en nuestros procedimientos. de la Argentina alcanzaron a dos tercios en el área rural y un quinto
Nuestra investigación consistentemente dio evidencias, ahora en la urbana. Las de los varones urbanos y rurales no alcanzaron
producto de un estudio especialmente diseñado y con alto nivel de a un décimo, como en Paraguay. Finalmente, el cuestionario
control, de que los censos de población de la región daban un alternativo al censal habitual que diseñamos con el objeto de
retrato considerablemente válido de la fuerza de trabajo masculina, incrementar la validez de las mediciones de la fuerza de trabajo de
pero uno sumamente distorsionado de la femenina. Y que ésto era mujeres y de varones, resultó efectivo.
mucho más así en el país menos, que en el más, desarrollado y, Habría mucho más para decir, por ejemplo, acerca de quiénes
en cada cual, más entre la población rural que entre la urbana. son las mujeres entre las cuales la invisibilidad estadística es
Además, el estudio aportó evidencias de que los censos brindaban mayor, o qué aspectos del cuestionario CENEP son responsables
un retrato bastante adecuado de los trabajadores asalariados, de de su mayor validez, pero razones de espacio lo impiden. El hecho
tiempo completo, ocupados en el sector formal de la economía. Así, es que esta segunda investigación, realizada con datos primarios,
entre la población rural, en Leandro N. Alem las tasas de actividad producto de un diseño ad hoc y alto grado de control de otras
femeninas del grupo CENSAL (1) llegaban sólo a 27% mientras las variables rivales de las independientes, produjo evidencias en la
del CENEP semanal (4) sin el módulo de autoconsumo alcanzaba misma dirección que lo había hecho la primera, realizada sobre la
a 42% y con el módulo a 81o/o. Las cifras equivalentes en Piribebuy base de datos secundarios documentales y estadísticos.
eran de 14%, 30% y 87%. En cambio, entre los varones de Leandro Hay algo a lo que sí quiero referirme porque me produjo un
N. Alem, las cifras respectivas fueron de 91o/o, 90% y 95% y entre gran impacto. Como toda profesora de metodología y técnicas de
los de Piribebúy, 84%, 87% y 93%. Es decir, los varones se la investigación que se precie, siempre había enseñado a mis
declararon trabajando con uno y otro instrumento, periodo de alumnos la necesidad de mantener la constancia del estímulo como
referencia, tiempo mínimo de trabajo y tipo de entrenamiento de medio de asegurar la confiabilidad en la producción de datos. El
los censistas, aun cuando lo hicieran para el autoconsumo. Nada trabajo de campo de esta investigación me enseñó de modo
de esto ocurrió entre las mujeres. Los resultados para las áreas inolvidable hasta qué punto las mismas palabras no significan el
urbanas son mucho más atenuados, pero siempre en la misma mismo estímulo. Cuando en Posadas preguntamos a un desocu­
dirección. pado de varios meses "La semana pasada, ¿trabajó?", sus ojos
Las cuatro variables independientes que conjeturamos eran revelaron una sorpresa tal como si le hubiéramos preguntado "La
causa del subregistro de las mujeres trabajadoras, efectivamente semana pasada, ¿viajó a la luna?". Entretanto, cuando en Leandro
mostraron serlo. De los cuatro, el tipo de cuestionario -en par­ N. Alem le formulamos la misma pregunta a una trabajadora de
ticular el despliegue en varias preguntas- y la amplitud del tiempo subsistencia, en una chacra extremadamente pobre donde todos,
mínimo de trabajo mostraron ser los de mayor efecto. El estudio niños, jóvenes, ancianos, varones y mujeres, trabajan para arran­
también aportó evidencias concluyentes acerca de que, aun cuando car su alimento diario a la tierra, nos miró con igual sorpresa, pero
las recomendaciones vigentes hasta los censos de los '80 ni incluían esta vez como si le hubiéramos preguntado "La semana pasada,
ni excluían la producción para el autoconsumo en la definición de ¿respiró?". Su respuesta fue inolvidable: "El año sale y el año entra
actividad económica, las prácticas nacionales la captaban cuando y nos encuentra trabajando".
era realizada por varones pero no, cuando por mujeres. En efecto, Bourdieu, Chamborendon y Passeron ( 1994), en la línea de las
180 Catalina Wainerman La invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 181

ideas de Cicourel (1964), advierten: "El cuest,ionario más cerrado Todo comenzó cuando en 1986 organizamos cc;m el INDEC, y
no garantiza necesariamente la univocid�d de las respuestas por los auspicios del CELADE y la CEPAL, unas jornadas para la
el solo hecho de que someta todos los suJetos a preguntas formal­ discusión de la medición de las caracteristicas económicas en los
mente idénticas. La critica [...] es pertinente siempre que se censos con vistas a la preparación del de población del '90. A dichas
desconoce el problema de la significación diferencial que las jornadas asistieron miembros de las direcciones de estadística del
preguntas y respuestas asumen realmente se�ún _la condici�n Y 1� país y de varios otros países de la región (México, Colombia,
posición social de las personas interrogadas... (pag. 64) '! anaden. Uruguay, Brasil, etcétera). La historia sigue con la influencia de
"Dado que se puede preguntar cualquier cosa a cualqmera y que los resultados del estudio sobre el diseño de la cédula censal de
casi siempre alguien tiene buena voluntad para_ re�ponder �u�do 1991, en la cual la condición de actividad fue la variable cuya
menos algo a cualquier pregunta, aun la mas irreal, s1 qmen medición sufrió un cambio de mayor envergadura. Por una parte,
interroga, carente de una teoria del cuestionario, no se plantea el siguiendo las huellas de nuestra investigación, la pregunta censal
problema del significado específico de sus preguntas, co�e el habitual del censo argentino se reemplazó por un despliegue en
peligro de encontrar con demasiada facilidad una garantía del varias preguntas, la segunda de las cuales transmitía el concepto
realismo de sus preguntas en la realidad de las respuestas que de "trabajo" con ejemplos. Por otra, por sugerencia de otros
recibe" (p. 63). Porque "ni siquiera las preguntas más objetivas, las expertos, 19 se eliminaron las categorias de inactividad económica,
que se refieren a las conductas, no recogen sino el : esultado d: las que se midieron a través de otras secciones de la cédula censal
una observación efectuada por el sujeto sobre su propia conducta (las de estudiante y jubilado o pensionado). en tanto la de ama de
(pág .66). casa no se midió por reconocerse innecesaria, aunque se la puede
computar por diferencia.
Interesa comentar cómo continuó esta historia. A la satisfac­
El sueño de "la piba" o de la transferencia del saber ción por el cambio introducido en el censo en pro del mejoramiento
de la captación de la mano de obra, se sumó una gran preocupación
Si hay una aspiración común a todo investigador social es por la interrupción de la serie histórica a consecuencia del cambio
lograr la transferencia de sus hallazgos a la sociedad, es log� que de instrumento de medición. Esto, que impide hacer análisis
sus resultados sirvan al cambio y al mejoramiento de la sociedad. históricos, motivó que, con anterioridad al relevamiento del censo
Esta investigación tuvo el mayor de los éxitos ei:i �s�e sentido. de 1991, con Alejandro Giusti, responsable del diseño conceptual
. Efectivamente, en gran -medida por el momento h1stonco en que de la cédula del censo, diseñáramos un experimento de evaluación
fue realizada -con la Argentina en democracia y un estado que del cambio introducido en la medición de la condición de actividad.
reconocía la importancia del conocimiento para la planificación Y El INDEC realizó el experimento en tres localidades: dos urbanas,
conducción-, también por la feliz situación de que por entonces La Matanza y Posadas, y una rural, Trancas (Tucumán). El diseño,
las autoridades del INDEC eran colegas investigadores y que, hasta similar al del segundo estudio que expuse, consistió en medir la
poco antes de asumir sus cargos en la institución pro�uctora de condición de actividad de dos muestras representativas de pobla­
estadísticas nacionales, habían sido ellos mismos usuanos de esos ción de cada una de las tres localidades con sendos cuestionarios,
datos y conscientes de los problemas de su producción (además el del censo del '80 y el del '91 (Wainerman y Giusti, 1995, 1996).
de fuertemente interesados en el tema del empleo), 18 es que la La comparación entre las tasas de actividad así obtenidas y las del
transferencia fue posible y exitosa. censo del '80, permitió estimar tres tipos de cambio: aparente, real
y técnico. Según ellos, las tasas de actividad femeninas en el
1s Por entonces el director del INDEC era Luis Beccaria y el subdirector Alberto
Minujín.
19 Me refiero a Adriana Marshall y Dora Orlansky.
Catalina Wainennan la. invisibilidad censal de las mujeres trabajadoras 183
182

periodo '80-'9 l (aparente) haprian crecido entre un 40% y un 60%, -, "Las mujeres como proveedo:r:as de fuerza de trabajo en el
mientras en verdad este crecimiento se deberla casi totalmente al Paraguay", en Galeano L. A. (comp.), op.cit.
cambio del cuestionario (técnico), antes que al de la realidad social. Galeano L. A. y J. N. Morinigo. "Cambios en la 'demanda' de la
Hemos hecho lo posible por hacer conocer estas circunstancias a fuerza de trabajo femenina en el Paraguay", en Galeano, L. A.
los usuarios de las estadísticas laborales surgidas del censo de (comp.), op. cit.
1991 para evitarles incurrir en inferencias espúreas. Goldschmidt-Clermont, L., Economic evaluations of W1paid household
Para concluir, quiero destacar que el programa de investiga­ work: Africa. Asia. Latín America and Oceanía. Geneva: ILO,
ciones que expuse ejemplifica de manera paradigmática la impor­ Women, Work and Development, 14, 1987.
tancia de la operacionalización en la investigación social y sus Lattes, Z. Recchini de, "Tendencia de la participación económica:
consecuencias para la validez de las mediciones y las inferencias indagación de diferencias y semejanzas aparentes", en Galeano,
que se formulen en base a ellas. Si la relación entre el plano L. A. (comp.), op. cit.
conceptual y el plano empírico es inválida, el conocimiento así Naciones Unidas, Principles and recommendations Jor the 1970
construido también lo es. population censuses, New York, UN (ST/STAT/SER.M/44),
1967.
Naciones Unidas, CEPAL, "Draft principles and recommendations
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tras el censo de 1991", 2das. Jornadas Argentinas de Estudios
de Población, Argentina, Senado de la Nación, Comisión de
Población y Desarrollo, 1996.
l. Introducción

En el presente texto nos proponemos recrear los principales


pasos de una investigación sobres los censos nacionales de
población argentinos del período 1869-1914, que se inscribe en
la confluencia de diversas disciplinas, en particular la sociología,
la demografia y la historia. Partiendo de la convicción de que los
errores tienen una capacidad de enseñanza superior a los aciertos
y de la notable diferencia que existe entre el orden lógico de una
investigación, aquél que se expresa tanto en los proyectos o
diseños preliminares como en la publicación y difusión de resul­
tados, y el orden psicológico de la creación, carente de reglas
claras y de secuencias precisas, priorizaremos en nuestra expo­
sición el análisis del conjunto de tensiones que la investigación
fue generando en su desarrollo. Estas remiten a cuatro tipos
básicos de problemas: la tensión -particularmente importante en
investigaciones exploratorias- entre los diseños preliminares y el
desarrollo de la investigación; la tensión entre los objetivos de
investigación y la conformación del corpus documental; la tensión
entre aproximaciones metodológicas más formalizadas y procedi­
mientos abiertos e inductivos; y las tensiones y ventajas genera­
das por la combinación de los enfoques de diversos marcos
disciplinares, en particular la sociología y la historia con especial
referencia a los problemas específicos de investigación de esta
última.

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