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manejar los contenidos del periodo preescolar y escolar, los adolescentes están preparados
Página
también para:
a. Definir con mayor riqueza aspectos de su auto-concepto, identidad, estilo de
funcionamiento e historia de vida. Logrando reconocer sus habilidades, valores y
talentos, sus defectos y características a mejorar, eventos vitales significativos y
figuras valiosas en la vida.
b. Conocer y utilizar formas asertivas de comunicación, tanto para expresar sus
sentimientos e ideas, como para resolver desacuerdos con otros, respetar las
diferencias y colaborar con los demás en metas comunes (con pares y adultos).
c. Reconocer la búsqueda de placer sexual como una motivación humana valida.
Aunque acompañada de responsabilidad por los derechos de otros, el propio
bienestar integral y la capacidad por responder ante las consecuencias de los
propios actos. Asimismo, los adolescentes ya pueden conocer algunas formas de
regulación y expresión adecuada del deseo sexual.
d. Comprender la respuesta sexual humana como una serie de etapas flexibles (deseo,
excitación, meseta, orgasmo y resolución) aceptando las variaciones, reconociendo
los cambios físicos-biológicos, y distinguiendo la experiencia subjetiva asociada.
e. Comprender el desarrollo humano de la adolescencia y adultez, tanto en las
dimensiones biológicas, psicológicas y relacionales. Integrando todas estas
dimensiones en la comprensión de sí mismos y sus pares.
f. Conocer métodos de protección del embarazo y de las enfermedades de transmisión
sexual, algunos indicadores o síntomas tempranos, posibles tratamientos o
primeros pasos a seguir de encontrarse en estas situaciones. Además del uso
correcto de los métodos de protección más utilizados.
g. Reconocer el valor de la diversidad humana y el trato igualitario, esto incluye
diversidad sexual y de género. Junto a la consolidación de un juicio crítico hacia las
ideas estereotipadas o violentas (machismo, homofobia, transfobia, etc.). Además,
el adolescente puede distinguir formas nuevas de violencia sexual, formas más
encubiertas y menos evidentes (neosexismo, sexismo benevolente, discriminación
latente, entre otros).
h. Identificar y validar la importancia del consentimiento sexual y las conversaciones
sobre sexualidad en una relación de noviazgo, tanto para proteger la expresión de
sus propios deseos como para respetar la libertad de los otros. Los jóvenes pueden
conocer fenómenos como la violencia machista en el noviazgo adolescente y la
coerción o manipulación sexual en los noviazgos. Junto a esto, los adolescentes
deben lograr reconocer figuras de apoyo a quienes recurrir en caso de ser víctimas
de esto (pares y también adultos de confianza).
dismorfofobía, etc.).
positivamente su cuerpo.
Tabla 5: En las 3 columnas de la página anterior se ordenan distintas conductas sexuales separadas en
esperables (son saludables y pueden ser toleradas), preocupantes (requieren ser monitoreadas y abordadas
con respuestas formativas) y graves (necesitan una evaluación o tratamiento especializado).
Especificaciones de CSP y PAS en la Adolescencia: Desde los años 80 se conoce que los
adolescentes son responsables de un porcentaje significativo de los abusos sexuales hacia
niños y niñas (entre el 20 a 30%) (Righthand y Welch, 2001; Epps y Fisher, 2004). Si bien, se
han creado distintas tipologías y perfiles de los jóvenes, existe un reconocimiento
mayoritario por señalar que estamos frente a un grupo heterogéneo de adolescentes (Boyd,
Hagan y Cho, 2000; Díaz Morfa, 2003; Rigthand y Welch, 2004; Rasmussen, 2004).
Asimismo, se ha enfatizado en distintos artículos y libros especializados que no es posible,
ni éticamente correcto, abordar las PAS ejercidas por los adolescentes con las mismas
intervenciones desarrolladas para adultos agresores sexuales (Chaffin y Bonner, 1998;
Zimring, 2004; Jenkins, 2005; Letournea y Borduin, 2008). Los adolescentes son más
permeables al cambio, se encuentran en etapas del desarrollo, y los elementos familiares y
comunitarios tienen una importancia mayor durante el tratamiento (Chaffin y Bonner,
1998; Díaz Morfa, 2003; Letournea y Borduin, 2008). La intervención además se muestra
como altamente efectiva reportándose un porcentaje de reincidencia bajo para aquellos
niños, niñas y adolescentes que participan de un tratamiento; alrededor del 10% volvería a
agredir, interrumpiéndose los abusos en el 90% de los casos (Díaz Morfa, 2003; Sánchez y
Siria, 2011).
Algunos datos comunes o más reiterados sobre los adolescentes que abusan
sexualmente tienen relación a dificultades para el reconocimiento de las emociones y la
regulación de la impulsividad (Rasmussen, 2004; Camp et al., 2005). Además, se presentan
como morbilidades frecuentes los diagnósticos de déficit atencional con hiperactividad y
trastornos de conducta (Boyd, Hagan y Cho, 2000; Rasmussen, 2004; Camp et al., 2005;
Pratt, Greydanus y Patel, 2007). Los jóvenes autores de PAS también presentarían a nivel
interpersonal dificultades para vincularse con sus pares, mostrando competencias sociales
deficientes, timidez y retraimiento (Boyd, Hagan y Cho, 2000; Righthand y Welch, 2004;
Nelson, 2007). Con respecto a la integración a sus familias, los adolescentes que abusan
sexualmente presentarían distanciamiento afectivo con sus padres o adultos cuidadores y
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conflictos recurrentes con los adultos (Duante y Morrison, 2004; Camp et al., 2005). Sobre
Página
las características de las agresiones sexuales, la evidencia indica que las víctimas