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Las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión
Internacional © 1999 por Biblica, Inc. Todos los derechos reservados. Las
citas marcadas con la sigla RV60 han sido tomadas de La Santa Biblia,
Versión Reina Valera © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina;
© renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas.
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SDG
CONTENIDO
Introducción
1. La magnitud del problema
2. Cambiando el significado de las Escrituras
3. La perspectiva bíblica sobre el homosexualismo
4. Cómo ayudar a tu adolescente
Conclusión: esperanza suprema
Ejercicios prácticos de aplicación personal
Notas de texto
INTRODUCCIÓN
L a única vez que Juan recordaba haberse sentido así fue cuando
supo que su hermano menor había muerto en un trágico
accidente de bicicleta. Los recuerdos inundaban su mente, y se dio
cuenta de que el futuro iba a ser muy diferente de ahora en
adelante. Sintió enojo por no poder hacer nada para cambiar la
situación; enojo por no haber intervenido cuando vio las primeras
señales para así evitar que esto sucediera. Todo esto y más le
pasaba por la mente, dándole la sensación de que se ahogaba, de
que se alejaba cada vez más de la superficie del agua.
La conversación con su hijo Mateo había comenzado de manera
muy inocente. Recordó que Mateo se había acercado a él a
principios de la semana y, con una expresión avergonzada, le había
preguntado a Juan si podía hablar con él sobre algo. Juan estaba
seguro de que se trataba de citas, chicas y todo lo demás
relacionado a la edad de Mateo. Mateo tenía trece años y estaba en
la pubertad. Juan decidió que era mejor salir a comer hamburguesas
para así poder estar solos y tener la charla con la que él había
soñado. No podía imaginar un mejor escenario mientras desenvolvía
su hamburguesa y miraba a Mateo sumergir sus papas fritas en la
salsa de tomate.
No fue hasta que Mateo habló extensamente sobre la clase que
recibió en la escuela acerca de la biología del sexo, la clase de la
escuela dominical acerca de Alberto (quien tenía dos padres) y la
noche que había dormido en la casa de Diego, que la realidad lo
abrumó. Juan escuchó muy poco después de la frase: “Papá, creo
que soy gay”. Intentó comprender lo que estaba pasando, pero era
demasiado para él. No tenía idea de qué hacer ni de a dónde acudir.
¿Puedes identificarte con Juan? Si es así, créeme que no estás
solo. Este minilibro está diseñado para ser una guía para cualquier
padre cristiano cuyo hijo o hija le revele que está luchando con la
atracción hacia el mismo sexo. Espero que responda algunas de tus
preguntas sobre qué hacer en una situación como esta. Sin
embargo, más que simplemente encontrar respuestas a las
preguntas, deseo fervientemente que recibas una esperanza real
que conduzca a un cambio real.
1
LA MAGNITUD DEL PROBLEMA
(v 5, RV60)
Hay tres palabras descriptivas que deben ser explicadas para que el
adolescente pueda comprender lo más posible la condición en la
que vive.
Primero, “nada hay tan engañoso” como nuestros corazones.
Esto significa que no hay una sola cosa que sea más engañosa en
el mundo que la que reside dentro de cada uno de nosotros. La
implicación es que la persona en quien reside este corazón
engañoso no es capaz de saber exactamente cuáles son sus
motivaciones ni por qué está haciendo algo en particular. La
naturaleza engañosa de ese corazón ocultará las verdaderas
motivaciones de los pensamientos y las acciones. Para el
adolescente que tiene estas luchas, esto significa que no hay
ninguna posibilidad de que él pueda saber exactamente por qué
elige tener pensamientos pecaminosos sobre la homosexualidad o
cometer actos de homosexualidad.
En segundo lugar, este versículo describe el corazón humano
como algo que “no tiene remedio”. No hay absolutamente nada que
algún ser humano pueda hacer para remediar esta afección. Al igual
que una persona que es diagnosticada con insuficiencia cardíaca
congestiva solo puede salvarse con un trasplante de corazón, el
adolescente que alberga pensamientos y deseos homosexuales
solo puede ser salvado al recibir un remedio que resuelva el
problema del corazón, no solo el síntoma de la homosexualidad.19
La tercera y última descripción, la cual está de manera implícita,
es que nuestros corazones no pueden ser conocidos por otro ser
humano. Esto coloca el sello final de la desesperanza en la
condición del corazón humano. El corazón humano no solo es
incognoscible para la persona misma, sino que también lo es para
cualquier otra persona que intente comprenderlo. La lógica de esto
es bastante profunda. Si todos los corazones humanos son iguales y
ningún ser humano puede entender su propio corazón, se deduce
que ningún ser humano puede conocer ni comprender el corazón de
otro ser humano. Esto coloca a toda la terapia y la psicología
centrada en el hombre bajo la categoría de “ignorancia” cuando se
trata de ayudar al adolescente. Si la Palabra de Dios dice que las
motivaciones del corazón humano son indescifrables para toda
persona, todos los intentos humanos fracasarán.
Jesús hizo todo lo posible para asegurarse de que Sus
discípulos entendieran exactamente qué es lo que contamina a una
persona y de dónde provienen nuestras motivaciones al actuar (Mr
7:14-23). Todo pecado, incluyendo la homosexualidad, es un asunto
del corazón. El corazón del adolescente es engañoso y le impedirá
saber por qué se inclina hacia la homosexualidad y no hacia otros
pecados. El corazón es incurable, lo que significa que las
motivaciones del adolescente seguirán siendo malvadas hasta que
reciba un nuevo corazón. Además, no hay otro ser humano que
pueda ayudar al adolescente a entender por qué está pecando de
esta manera. La imagen que presenta la Palabra de Dios es
desesperanzadora sin la ayuda de Dios.
El origen del corazón pecaminoso
Así que ¿de dónde viene este corazón? ¿Uno nace con este
corazón o lo desarrolla durante un período de tiempo? El rey David
declara en el Salmo 51:5 que nació siendo pecaminoso y que
incluso fue concebido como pecador. Romanos 5:12 declara que
debido a que el pecado entró al mundo a través de Adán, ese
mismo pecado se extendió a toda la humanidad. Efesios 2:3 (RV60)
dice que somos “hijos de ira” por naturaleza. Estos tres pasajes de
las Escrituras, junto con muchos otros, describen al corazón
humano como pecaminoso desde el mismo momento de la
concepción.
Es muy importante que tu hijo adolescente y tú, como padre, lo
sepan porque significa que esta afección no se debe a alguna fuerza
externa que haya victimizado a tu adolescente de alguna manera.
Tu adolescente tiene una tendencia a pecar en el área de la
homosexualidad debido a la naturaleza pecaminosa que heredó de
Adán.
También es importante que tu hijo adolescente sepa que aun si
él no luchara contra la homosexualidad, lucharía con alguna otra
expresión del pecado. Tu adolescente es un pecador en lo más
profundo de su ser, y es por eso que peca; no es de otra forma. En
su libro A Biblical Guide to Counseling the Sexual Addict [Guía
bíblica para aconsejar al adicto sexual], Steve Gallagher declara
correctamente lo siguiente:
No existe ni una sola persona que no tenga que vencer
alguna atracción inherente al pecado. El hecho de que
algunas personas sean propensas a la lujuria homosexual no
debería sorprendernos. La lujuria homosexual es el resultado,
directo o indirecto, de la Caída [de tener un corazón
pecaminoso].20
Romanos 10:9-10
Romanos 1:28-31
Este acto final de aprobar a otros que siguen sus acciones sella lo
que han tratado de hacer desde hace tiempo. Comenzaron
intercambiando la adoración de Dios por la adoración de algo
creado. La meta siempre fue autogobernarse. Este fue el objetivo de
Adán y Eva en el jardín del Edén y, desde entonces, toda la
humanidad ha buscado lo mismo. No solo deciden qué adorar, sino
que también le dicen a otros qué deberían adorar. El resultado final
es que las personas se ven a sí mismas como Dios y quieren que
otros las perciban de esa manera.
Aplicación de esta verdad
La comprensión de estos versículos puede proporcionarle gran
esperanza al adolescente que lucha. La mayor esperanza radica en
el hecho de que no está condenado a vivir como homosexual
durante toda su vida. La verdad que se encuentra en estos
versículos puede proporcionar instrucciones paso a paso para que
el adolescente pueda alejarse de los pensamientos que
probablemente dominan sus mentes. La causa de la
homosexualidad es el intercambio de la gloria de Dios por la gloria
de una imagen y la falta de agradecimiento a Dios. Si este
intercambio de adoración fue lo que causó este giro antinatural,
entonces cuando tu hijo empiece a adorar a Aquel que por
naturaleza debe ser adorado, glorificado y agradecido, tu hijo será
liberado del poder de las tentaciones homosexuales. Por supuesto,
habrá áreas en las cuales el adolescente necesitará ayuda, como su
interacción con sus amigos o compañeros de trabajo, sus formas de
entretenimiento, etc. Un adolescente verdaderamente arrepentido
estará dispuesto a dejar esas cosas y aferrarse a la esperanza que
se encuentra en Cristo.
La condición pecaminosa del corazón humano y el intercambio
de la adoración son las dos causas principales que las Escrituras
señalan como causantes del desarrollo de la homosexualidad en la
vida de un adolescente. Estas dos causas no tienen un límite de
edad, limitaciones culturales, limitaciones situacionales ni ninguna
otra restricción. “Todos han pecado y están privados de la gloria de
Dios” (Ro 3:23), lo que significa que todas las personas tienen el
potencial de caer en el pecado de la homosexualidad.
La única esperanza para el que lucha con la homosexualidad es
que se arrepienta de su pecado y crea en la vida, la muerte y la
resurrección de Jesucristo. Jesucristo vivió una vida perfecta porque
nosotros no pudimos hacerlo. Él murió una muerte horrible para que
no tuviéramos que pasar una eternidad experimentando la terrible
ira de Dios a causa de los pecados que cometemos a lo largo de
nuestras vidas. Cristo se levantó triunfalmente para vencer el
pecado y liberarnos a fin de que vivamos para Él por la eternidad.
No hay esperanza fuera de esta magnífica y gloriosa buena noticia.
Sin embargo, aquellos que se han arrepentido y han puesto su fe en
Cristo han sido lavados, limpiados, santificados y adoptados por
Dios como Sus hijos por la eternidad.
4
CÓMO AYUDAR A TU ADOLESCENTE
Ezequiel 18:1-4
Este versículo viene al final de una larga lista de personas que antes
no iban a heredar el Reino de los cielos, pero, gracias a la obra de
Cristo, ahora pasarían la eternidad con Él. Dentro de esa lista están
aquellos que han cometido actos de homosexualidad.
Es bueno mantener una perspectiva centrada en el evangelio
mientras acompañas a tu hijo adolescente a través del proceso de
arrepentimiento. Para hacer esto, tanto tú como tu hijo tendrán que
recordar el evangelio todos los días. El evangelio es simplemente la
vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Cristo vivió la vida
que no pudimos vivir. Él sufrió la ira de Dios en Su muerte para que
no tuviéramos que hacerlo nosotros. Y resucitó de entre los muertos
para que podamos tener vida. Si no recuerdas esto a diario, tú y tu
hijo adolescente lo olvidarán y comenzarán a regresar a una forma
de vida basada en las obras. Esto sucede cuando las personas solo
se preocupan por el comportamiento y olvidan el corazón. Si haces
esto, te cansarás de caminar y renunciarás. Tu adolescente enfrenta
esta misma lucha. Si él o ella no recuerda el evangelio a menudo,
alejarse de la homosexualidad será demasiado difícil, y simplemente
caerá de nuevo en pecado.
El camino del arrepentimiento podría estar lleno de muchas
luchas y recaídas en el pecado, y esto suele depender de qué tanto
tu hijo se haya involucrado en el pecado de la homosexualidad. El
evangelio es la esperanza a la que deben aferrarse en esos
momentos de fracaso. Habrá momentos en los que tu hijo
adolescente enfrentará la tentación y decidirá ser obediente debido
a la obra que Cristo ha hecho. Regocíjate y aprovecha esos
momentos con tu hijo adolescente. También habrá ocasiones en las
que tu hijo enfrentará la tentación y caerá. Luego tendrás que
recordarle el evangelio y la obra de Cristo a su favor para que no se
desanime y desista. En esos momentos, recuérdale a tu hijo el
proceso de arrepentimiento: pensar en el pecado que cometió,
confesar ese pecado y cambiar la forma en que vive.
EJERCICIOS PRÁCTICOS DE APLICACIÓN
PERSONAL
Para padres
1. Recuerda la verdad
Al tratar con cualquier adolescente rebelde, siempre es bueno
recordar dónde se origina la rebeldía: en el corazón de quien se
rebela. Lee los siguientes versículos y escribe con tus propias
palabras lo que dice Dios sobre el pecador y el origen del pecado:
Ezequiel 18:1-4; Romanos 6:23; Jeremías 17:9; Marcos 7:14-23;
Mateo 13:15 y Eclesiastés 9:3. Ahora lee esta próxima serie de
versículos y escribe con tus propias palabras lo que dice la Escritura
sobre el control soberano de Dios en toda situación, sea buena o
mala: Romanos 8:28-29; 1 Corintios 10:13; Isaías 55:8- 9; 2 Timoteo
1:9; Efesios 2:8-9; y Filipenses 4:4-7. Cuando hayas terminado,
dedica un tiempo a orar, agradeciendo a Dios por revelarte la
condición del corazón de tu hijo, así como por mantener cada
circunstancia bajo Su control.
2. Saca la viga
Aunque los padres nunca hacen que sus hijos pequen, sí
pueden influenciar a sus hijos y exasperarlos, algo que los empuja
hacia el pecado. Lee los siguientes versículos y escribe con tus
propias palabras lo que enseñan sobre cómo debes prepararte
personalmente para una confrontación con tu hijo: Mateo 7:1-5;
Filipenses 2:3-4 y Santiago 4:1-3. Dedica tiempo a orar y meditar, y
pídele al Señor que te revele las formas en las que has pecado
contra tu hijo adolescente. Esto podría tomar dos o tres horas.
Después de haber hecho esto, planifica un tiempo ininterrumpido
con tu hijo adolescente, buscando su perdón por los pecados que
Dios te ha revelado.
3. Restaura la relación
Al igual que con cualquier relación que haya sido dañada por el
pecado, es importante buscar la restauración. La restauración total
solo puede producirse con un arrepentimiento pleno por parte de tu
adolescente. Sin embargo, puedes hacer que sea más fácil para tu
hijo pedir perdón y buscar el arrepentimiento. Toma tu calendario y
aparta de treinta minutos a una hora cada día de la semana para
nutrir tu relación con tu hijo adolescente. Cumple con estas citas por
un mes completo. Además, planifica dos salidas extendidas, cada
una de cuatro horas o más, con el propósito de una comunicarte
mejor con tu hijo. Mantente alejado de películas, eventos deportivos
y otras actividades que fomenten la observación pasiva sin
comunicación. Asegúrate de comunicarle a tu hijo qué cambios vas
a implementar y mantener por el bien de su relación.
Para tu adolescente
Estos proyectos están diseñados para ayudar al adolescente
que lucha con la homosexualidad a reconocer que sus
pensamientos y/o acciones son pecaminosas, y a entender cómo ha
ofendido a Dios y ha herido a familiares o amigos cercanos.
1. Registro de meditación
Lee los siguientes versículos y escribe el significado de cada
uno en tus propias palabras: Génesis 19:1-29; 39:1-12; Levítico
18:22; 20:13; Salmo 119:9-11; Proverbios 7:1-27; 13:20; 17:14;
18:10; 19:3; 22:3; 26:20-22; 29:18; Mateo 5:27-32; Hechos 20:32;
Romanos 1:24-32; Romanos 6:1-23; 8:32, 37; 12:1-2; 13:11-14;
Efesios 4:7-16; 1 Corintios 6:9-11; 10:13; 1 Corintios 9:24-27;
Gálatas 5:24; 1 Timoteo 1:8-11; Judas 7-8. Ahora tómate un tiempo
para escribir en tus propias palabras los pecados que has cometido
y cómo han impactado a tu familia. Si te resulta difícil de imaginar o
pensar, habla con tus padres y hermanos para descubrir cómo les
han lastimado tus acciones.
2. Registro de confesión
Esta tarea te ayudará a recordar las cosas por las cuales has
pedido perdón y las veces que se te ha otorgado el perdón.
Después de haber tomado tiempo para meditar, programa tiempo
con cada uno de los miembros de tu familia para pedirles perdón por
tu pecado en contra de ellos. El registro de meditación es una buena
herramienta durante este tiempo para que no te olvides de nada
mientras hablas con ellos. Asegúrate de decir: “Hice mal en
__________. ¿Me perdonas?”. Asegúrate de darles suficiente
tiempo para pensar en lo que has dicho. Está bien si necesitan
tiempo para pensar en tu solicitud. Continúa recordándoles que
estás cambiando y que quieres que se corrijan las cosas. Después
de haber pedido perdón y de haber sido perdonado, registra la
fecha, la hora, lo que fue perdonado y quién te perdonó. Este
registro te ayudará a recordar lo que ya has hecho bíblicamente, así
como lo que aún te falta por hacer. Además, si posteriormente te
sientes culpable por lo que has hecho, puedes regresar y recordar
que ya no eres culpable porque has sido perdonado.
3. Áreas de cambio de vida
Lee Efesios 4:1-32. Examina todas las áreas de tu vida para ver
qué se ha visto afectado por el pecado de la homosexualidad. Estas
incluyen el sexo, la vida social, la familia, la iglesia, el trabajo, la
escuela, el tiempo libre, las habilidades, el sueño y la nutrición. La
idea aquí no es encontrar la causa de tu comportamiento
homosexual, sino examinar esas áreas para ver si tu
comportamiento homosexual las ha influenciado. Una vez que has
examinado estas áreas, la meta es abandonar aquello que ha sido
afectado por el pecado y crear nuevas formas de vida. Por ejemplo,
quizás te quedabas despierto hasta altas horas de la noche
enviando mensajes de texto para mantener tu pecado en secreto.
Examinar tus hábitos de sueño revelará que el comportamiento
homosexual los ha invadido. Si quieres abandonar tu pecado, es
posible que tengas que abandonar tu teléfono y el hábito de
quedarte despierto hasta tarde. El resultado de examinar esta área
de la vida debería ser establecer una hora de dormir y mantenerla
estrictamente.
4. Presentación/Recordatorio del evangelio
Para recordar el evangelio, escribe la siguiente oración en diez
tarjetas: “Mi esperanza se encuentra solo en la vida, la muerte y la
resurrección de Cristo”. Coloca esas tarjetas en diez lugares visibles
para que puedas recordar el evangelio con frecuencia durante todo
el día. Puedes colocarlas en la pantalla de tu computadora, dentro
de tu casillero escolar, en la parte posterior de tu teléfono celular,
dentro de tu billetera, en el teclado de tu computadora portátil, en el
espejo del baño, en tu despertador, en la puerta de la nevera o en la
puerta de tu habitación.
NOTAS DE TEXTO
4 Simon LeVay, “Sex and the Brain” [“El sexo y el cerebro”] en Discover, 15/3
(Marzo 1994), 64.
11 Daniel A. Helminiak, What the Bible Really Says about Homosexuality [Lo
que la Biblia dice realmente acerca de la homosexualidad] (New Mexico:
Alamo Square Press, 2000), 45.
13 Ibíd.
18 Ibíd., 107.
22 Este término se utiliza no para indicar una enfermedad, sino para señalar
en términos actuales a quien la Biblia llama un “borracho”.