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Programa Pastoral Familiar

Módulo 02. Pastoral de la pareja matrimonial

Editor general:
Jorge Galli

© 2016 FADEAC-FIET (Fundación Argentina de Educación y Acción


Comunitaria - Instituto Teológico FIET)
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. Diseño Gráfico: Ana Inés Guzmán Palacio
. Edición Audiovisual: Luis Adonis
contenido

MÓDULO 02. PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Unidad 1. EL víNcULO DEL AMOR bíbLIcO


EN EL MATRIMONIO. Docente: Lic. claudia Doddo 05
Clase 1. El matrimonio y el amor erótico (eros) 07
Clase 2. El matrimonio y el amor del servicio (ágape) 19
Clase 3. El matrimonio y el amor del perdón (caris) 29
Bibliografía de la Unidad 1 39

Unidad 2. RESOLUcIÓN DE cONFLIcTOS EN


EL MATRIMONIO. Docente: Lic. Federico Mazzone 41
Clase 4. Análisis de conflicto 45
Clase 5. Aspectos subjetivos del conflicto 55
Clase 6. La intervención del consejero pastoral 65
Bibliografía de la Unidad 2 74

Unidad 3. LA cOMUNIcAcIÓN MATRIMONIAL.


Docente: Lic. Gustavo valiño 75
Clase 7. La comunicación asertiva 77
Clase 8. La escucha activa 93
Clase 9. El desarrollo de la intimidad 111
Bibliografía de la Unidad 3 127

Unidad 4. LA SEXUALIDAD EN EL MATRIMONIO.


Docentes: Dra. Lucía Pérez, Ing. carlos Jacobs,
Lic. María Elena Mamarian 129
Clase 10. Dimensiones de la sexualidad humana y fases
de la relación sexual 131
Clase 11. Disfunciones sexuales, «matrimonio blanco» 153
Clase 12. Fertilidad, fecundación y reproducción asistida 177
Bibliografía de la Unidad 4 199
Una fl or
8.

VIDEO 01
EL MATRIMONIO Y EL AMOR ERÓTIC O
LIC. CLAUDIA DODDO
introducciÓn

01. Las actitudes de este víncuLo


_ el lenguaje

_ el entorno

_ Los estímulos

_ Los ritmos

_ conclusión
_ no hay rutinas

.9
2. La excLusividad de La pareja
_ respeto y confianza

_ pertenencia y seguridad

_ renunciar a seducir
10.
_ conclusión

3. cuidar La intimidad

_ crisis evolutivas de la vida

• el casamiento

• Los hijos

• La mediana edad

• personas que dependen de nosotros

_ dificultades internas y externas

_ uso del tiempo


_ necesidad de recreación

_ intimidad y autoestima

_ conclusión

concLusiones integradoras
12.

CLASE 1

eL MAtRiMonio
Y eL AMoR eRÓtico
(eros)
«POR ENcIMA DE TODO, víSTANSE DE AMOR, qUE ES EL víNcULO
PERFEcTO». cOLOSENSES 3.14 (NvI)

Al referirnos al matrimonio bíblico nos proponemos describir el consejo de Dios


con respecto a dicho vínculo destinado a mediar en la expresión de la plenitud de
vida que Él mismo quiere que vivamos.

El matrimonio bíblico, atravesado por tres formas de amar (eros, ágape y


caris), es un buen ámbito donde los hijos aprenden a relacionarse y reciben
inspiración. El esfuerzo girará en torno a sostener las conductas que logran esto,
que no son espontáneas ni vienen dadas en el inicio sino que llegan como
resultado de decisiones y se llevan a cabo con esfuerzo y dedicación.

Cada pareja es exclusiva como binomio aunque estructuralmente las pautas


para lograr una mejor relación sean las mismas. Así como no hay una persona
idéntica a otra tampoco ocurre con los matrimonios. Cada pareja revisará el amor
desde el área que sienta más débil o vulnerable. Podríamos pensar el vínculo
como una relación entre llave y cerradura: a lo largo de la vida es necesario pulir,
aceitar y ajustar. Esto se logra mediante la guía del Hacedor de la vida; Él es
quien define al amor y le da sentido a la
14. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

vida matrimonial y a los modos vinculares dentro de ella (1 Juan 4.7 expresa: «…
porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce»,
NVI). Al hablar del amor erótico desde la perspectiva bíblica es necesario
remitirnos al libro de Cantares, que relata dicha clase de amor en su máximo
esplendor.

En el primer capítulo, versículo nueve, el amado se refiere a su mujer como


«amiga», y a lo largo del libro la nombra repetidas veces del mismo modo,
además de otros roles y adjetivos que le expresa. Podemos pensar que la
condición de amiga/amigo es parte indispensable dentro del abanico de roles
que los amantes desempeñan y se asignan mutuamente. Y esto es así aun al
desarrollar el amor eros.

El amado la llama «amiga mía»; la palabra hebrea es vaghah. Tiene dos


significados similares: (1) el de guardar, cuidar y (2) el de deleitarse al tener
relaciones sexuales con alguien. Al llamarla por ese nombre el autor indica su
deseo de hacerle el amor y, al mismo tiempo, afirma su amor, protección y
cuidado para con ella (ver Dillow, Joseph, Cantar de los Cantares, Guía
matrimonial). Pero esta condición de amistad es recíproca: si ella es su amiga,
si él es su amigo.

Amor y protección van de la mano; una mujer se sentirá amada si también se


siente protegida.

La palabra amor utilizada en Cantares se emplea para significar amor sexual,


amor eros. A lo largo del libro, los calificativos con que se describen y llaman
ambas personas son exaltadores de belleza física y belleza en el trato mutuo.
Hay descripciones profusas de los espacios en donde despliegan su amor así
como descripciones de la propia protagonista en cuanto a la hermosura de su
desnudez, lo cual muestra la preeminencia del estímulo visual en el hombre
por sobre otros estímulos. Aunque se manifiestan estímulos para todos los
sentidos (por ejemplo, hay aromas exquisitos, los mejores de la época, texturas,
gustos, sonidos, etc.). El detalle de las caricias y los abrazos estratégicos son la
clase de estímulos que prevalecen en la excitación femenina.

Ambos amantes se piden formas sobre cómo amarse, se muestran deseosos


uno del otro, se dicen cuánto necesitan consumar la relación (el encuentro
sexual); no hay pudores que lo impidan aunque sus deseos se expresen en
palabras poéticas y metáforas que aluden al contexto histórico social en que fue
escrito. Podemos tomar estos modos explícitos de hablar y pedir ser estimulados
como ejemplos relacionales en la vida conyugal actual para evitar que se espere
que el cónyuge «adivine» cuándo, cómo, cuánto, dónde y hasta por qué hacer el
amor.

Es importante notar que, por momentos, los modos en que se solicitan estos
deseos de acercamiento suelen indicar suavidad y lentitud, así como mayor
EL MATRIMONIO Y EL AMOR ERÓTICO (EROS)cLase 1 .15
apresuramiento, aludiendo a imágenes de la naturaleza. Cada encuentro recorrerá
su propio trayecto, con distintos ritmos.

Del mismo modo la misma pareja habrá de tener encuentros sexuales de


diferentes estilos que ambos integrantes se permitan y disfruten. No todos los
encuentros serán iguales, lo que no implica habilitar pensamientos de fracaso
cuando las relaciones no sucedan con tanto éxito ni ocurran de acuerdo a un
ideal autoimpuesto pero no realista.

Un principio para reforzar las conductas del cónyuge es resaltar, notar y


marcar sus acciones, sean marcas positivas o negativas. De acuerdo al tipo al
que pertenezcan tales conductas tenderán a repetirse o desecharse: para bien sin
son halagadas o para mal si son censuradas. Por ello, si el deseo pasa por repetir
una y otra vez aquellas situaciones amorosas que son dignas de volver a vivirse
en pareja, el halago por parte del esposo o la esposa será un recurso muy
apropiado para que eso suceda y se instale. Esto es lo que la esposa de Cantares
hace cuando halaga al esposo, y destaca su destreza y las sensaciones que le
hace sentir.

El clima emocional del libro es de total fluidez; nada aparece como forzado.
El recorrido de las descripciones sensoriales aporta al clima de sensualidad en el
marco de la pareja marital. Pleno de imágenes cinésicas, gustativas, visuales,
olfativas, auditivas, táctiles, se involucran todos los sentidos dentro de la
relación sexual y el encuentro íntimo. Es una intimidad que trasciende el
atractivo físico, un espacio y una experiencia donde hay confianza (evidente en
el diálogo y la comunicación de pedidos), respeto (los tiempos no se aceleran ni
tampoco se retrasan, por momentos se apresuran para ajustarse cuando hay
desencuentros), admiración (con descripciones explícitas de ella hacia él y de él
hacia ella, lo que indica simetría en esta disposición), exaltación de los atributos
femeninos (su belleza, modo de actuar, disposición sensual) y masculinos
(destreza como amante, virilidad), y pertenencia y exclusividad en el vínculo
(«…mi amado es mío y yo suya…» 2.16; «…yo soy de mi amado, y mi amado
es mío…» 6.3.).

Leemos en Proverbios 5.15 y 17: «Bebe el agua de tu propio pozo; comparte


tu amor únicamente con tu esposa [...]. Deben reservarla solo para los dos;
jamás la compartan con desconocidos». (NTV)

Y en el Nuevo Testamento, Hebreos 13.4: «Tengan todos en alta estima el


matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a
todos los que cometen inmoralidades sexuales». (NVI)

Hombres y mujeres necesitan sentir pertenencia y confianza en un vínculo


maduro que brinde seguridad.

Asimismo, en medio del idilio como pareja se muestra la realidad del cuidado
de este amor. Se manifiesta a modo de advertencia el hecho de cuidarse de las
16. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

«zorras», como símbolo de un factor que ocasiona daños en los viñedos en flor
(2.15). Esto ocurre principalmente en los inicios de la relación: representan
peligros pequeños que roen, lastiman, impiden echar raíces, socaban lo
plantado/conseguido hasta ese momento. Pero este cuidado vale considerarlo y
activarlo no solo al inicio de la relación sino que también durante toda la vida. Si
bien los motivos de atención se modificarán a lo largo del tiempo cada momento
evolutivo tendrá sus propias «zorras» y no siempre vendrán de afuera; podrían
surgir del interior de cada uno, por ejemplo: orgullo, egoísmo, soberbia,
subestima (propia y del otro/a), celos, terquedad, seducción sensual (fuera de la
pareja, aunque no se consumara) y una lista propia, que cada pareja podrá
visualizar de acuerdo a la propia vulnerabilidad de las tentaciones particulares.

Saber que estas realidades existen y que seguirán allí nos permite estar alerta
y poner atención cotidiana a fin de prevenir males que se podrían instalarse
para aniquilar el matrimonio. Aun las crisis evolutivas tienen mejor pronóstico
cuando existe un vínculo de confianza consolidado donde ambos integrantes se
comprometen para la superación de los conflictos.

Hay actividades nobles, altruistas y dignas de realizar como parte de la labor


cristiana pero que podrían ser causa de la desatención de la relación
matrimonial. Es un riesgo llenar calendarios y agendas con múltiples
actividades que impidan disfrutar del relax necesario para distenderse junto a la
pareja e invertir tiempo para que surja el deseo del encuentro sexual. La
actividad del adulto que se equipara al juego en el niño es el ejercicio pleno de
la sexualidad. El aspecto lúdico de la vida no desaparece cuando crecemos sino
que a veces se oculta o nubla sin que nos demos cuenta.

Proverbios 5.18-19 dice: «¡Bendito sea tu manantial! ¡Alégrate con la mujer


de tu juventud, con esa cervatilla amada y graciosa! ¡Sáciate de sus caricias en
todo tiempo! ¡Recréate siempre con su amor!» (RVC). En esta versión bíblica
nos llama la atención el término «recréate», en principio como imperativo de
deseo y también en la acepción de recreo, recreación y recrear, esto es, volver
a crear. Ambas acepciones convocan al juego y la creatividad, dos condiciones
esenciales en la relación sexual. Por un lado el juego del niño, convertido en
actividad de placer en el adulto, y por otro la salida de la rutina y el agobio
mediante la recreación de un acto conjunto en el que ambos hacen su aporte.

En otras palabras, aunque suene a paradoja se trata de tomar en serio el


hecho de jugar.

Planificamos nuestros recursos económicos y a veces nuestro tiempo, pero no


solemos tomar en cuenta que nuestra energía vital tiene un límite y, al no
considerarlo, podríamos dedicar al cónyuge migajas de esa energía. Al considerar
que determinadas actividades que no perdurarán en el tiempo en ocasiones son
receptoras de nuestra mejor dedicación, es importante reconocer que también hay
que invertir en la realidad sexual matrimonial en el largo plazo.
EL MATRIMONIO Y EL AMOR ERÓTICO (EROS)cLase 1 .17
Si solo valoramos las actividades productivas podríamos perder la noción del
juego. ¡Y jugar exige tiempo, del mejor tiempo invertido! Pero si no
priorizamos nuestro tiempo, desaparecerá o solo quedará un mínimo que no
alcance para continuar el crecimiento en intimidad.

En medio de la vorágine de la vida laboral, las obligaciones sociales, la


formación profesional, el apoyo a la familia de origen (cuando se encuentra en
situación de dependencia por edad o enfermedad), la provisión para las
necesidades de los hijos en edad escolar (incluyendo sus múltiples actividades y
su vida social), el trabajo ministerial (dentro y fuera de la iglesia) y un listado de
las propias necesidades individuales que suelen resultar interminables, estar a
solas con el cónyuge implica un refugio en el cual reponer energía y reordenar
la dirección hacia donde nos dirigimos. Un ámbito donde podemos proyectar,
soñar, reír, pensar, consolar y sobre todo amar en el sentido más profundo que
hayamos podido desarrollar.

En otras palabras, elaborar la vida que nos sucede mientras corremos según
el paradigma sociocultural de nuestro tiempo. El estrés, por ejemplo, es un
enemigo bajo el que la sociedad actual vive sometida. Atenta en forma directa
contra las relaciones de pareja y sobre todo produce desgano ante el posible
encuentro sexual.

Pero si no apartamos tiempo para atender nuestro matrimonio (como si se


tratara de una viña que hay que cultivar y cuidar), corremos el riesgo de que
otros absorban nuestro tiempo y dispongan de él: «…mis hermanos se
enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña
descuidé!» (1.6, NVI).

De todos los recursos disponibles el tiempo es irrecuperable. Necesitamos


optimizarlo al colorar nuestro esfuerzo, nuestra mirada y nuestra meta en este
vínculo que es base de una familia, una iglesia y una sociedad saludables.
Asimismo, el ejercicio del amor eros a través de las relaciones sexuales cumple
funciones diseñadas para el desarrollo de la vida integral. Estas funciones son:

• Biológica: Reproductiva
• Fisiológica: Generación de placer
• Social: Desarrollo de intimidad
• Psicológica: Edificación de autoestima

De estas funciones las menos divulgadas parecieran ser el desarrollo de


intimidad, en relación al área social, y la edificación de autoestima, que afecta el
área psicológica. La intimidad se genera en un recorte con respecto a la vida
cotidiana y pública, hacia adentro y a puertas cerradas, en relación a lo social. Es
decir: esta función se lleva a cabo en privado pero incide en lo social en tanto una
vida sexual plena matrimonial permitirá desempeñar relaciones interpersonales y
sociales saludables. Por el contrario, una vida sexual insatisfecha podría
18. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

expresarse en lo social mediante conductas que evidencien insatisfacción (por


ejemplo, irascibilidad o estados depresivos).

Por otro lado, la edificación de autoestima (aspecto psicológico de las


funciones expuestas) promueve una autoestima saludable siempre y cuando el
registro subjetivo del encuentro físico, emocional y espiritual sea positivo.

En el ejemplo de Cantares se ven con claridad estas funciones excepto la


reproductiva, lo que tiene sentido al considerar que se relata el comienzo de una
relación.

Al iniciar la vida matrimonial es importante enfatizar el diálogo sobre


gustos, desagrados, proyectos, objetivos, necesidades y deseos. Hacer esto es
estratégico y evitará suposiciones y malentendidos. La propuesta es un
descubrimiento paulatino en el sentido emocional y físico.

Antes de comenzar la relación marital es necesario conocer al ser amado


desde el primer momento, esto es, desde la confirmación de que el futuro
cónyuge es la persona que Dios nos ha dado y por lo tanto es valioso crecer en
el conocimiento de ella y de uno mismo en relación ella. Porque las personas se
conocen cuando se relacionan pero sobre todo cuando comparten tiempo juntos
con el propósito deliberado de conocerse. Aunque estemos en un paso anterior
a la sexualidad genital ya vivimos el amor eros, que es el que nos apega a esta
persona, recortándola del resto, en forma exclusiva.

La monogamia está implícita en el relato de Adán y Eva, ya que Dios creó


una sola mujer para Adán (ver Nuevo diccionario bíblico Certeza, 2003).
Entendemos que esto para poder conocer a la pareja y disfrutarla a lo largo de la
vida.

No todo, ni siempre, es espontáneo en las parejas. Se necesita un plan. No


deberíamos esperar la espontaneidad ni tampoco sobrevaluarla, mucho menos
cuando han transcurrido varios años de convivencia. Por el contrario, debemos
tomar decisiones y trabajar para lograr el encuentro. Esto permitirá que
aparezca la creatividad ¡y sobre todo el deseo!

La sexualidad marital implica reciprocidad: se necesita pensar y actuar para


el placer del cónyuge. El marido debe satisfacer las necesidades sexuales de su
esposa, y la mujer debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposo. Ella
concede a su marido la autoridad sobre su cuerpo, y el esposo concede a su
esposa la autoridad sobre su cuerpo.

«El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa


debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido. La esposa le da la
autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su
cuerpo a su esposa. No se priven el uno al otro de tener relaciones sexuales, a
menos que los dos estén de acuerdo en abstenerse de la intimidad sexual por un
EL MATRIMONIO Y EL AMOR ERÓTICO (EROS)cLase 1 .19
tiempo limitado para entregarse más de lleno a la oración» (1 Corintios 7.3-5,
NTV).

Los textos citados confluyen en la promoción de una vida sexual activa


dentro del marco de la monogamia marital como diseño divino.

Una recomendación de C. S. Lewis: «…La pareja cuyo matrimonio sí puede


verse en peligro […] y, posiblemente, quedar expuesto al fracaso, es la que ha
idolatrado el eros…».

Por otro lado, Romanos 1.25 señala: «Cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es
bendito por siempre. Amén». (NVI)

La sexualidad es una creación maravillosa de Dios pero la adoración se debe


al Creador, quien no solo nos ha creado sino que dispone que disfrutemos de
ella: «Goza de la vida con la mujer amada cada día de la fugaz existencia que
Dios te ha dado en este mundo» (Eclesiastés 9.9, NVI).

EJERCICIOS
1. Mencione tres roles que los cónyuges desempeñan en su relación mutua.

2. En las relaciones sexuales, ¿qué estímulos prevalecen en el hombre y cuáles


en la mujer?

3. ¿Es necesario el diálogo en el juego amoroso? ¿Por qué?

4. ¿Todos los encuentros sexuales deben ser exitosos?

5. Describa un vínculo matrimonial maduro.

6. Exprese dos motivos externos y dos internos (en relación a la pareja) que
podrían perjudicar el matrimonio.

7. Describa las funciones de la sexualidad.

8. Si el encuentro sexual no fuera espontáneo, ¿significaría que no hay amor en


alguna de las partes?
Unir
20.

VIDEO 02
EL MATRIMONIO Y EL AMOR DEL SERVICI O
LIC. CLAUDIA DODDO
introducciÓn

01. pensar, actuar y sentir

_ el sostén y el suplir

_ conclusión
.21
2. sostener para ser sostenidos

_ sostén y plataforma
_

conclusion

3. equidad y dedicaciÓn

_ conclusion

concLusiones integradoras
CLASE 2

eL MAtRiMonio Y eL
AMoR de SeRVicio
(ágape)
«AMADOS, AMéMONOS UNOS A OTROS, PORqUE EL AMOR ES DE DIOS. TODO AqUEL
qUE AMA, hA NAcIDO DE DIOS y cONOcE A
DIOS. EL qUE NO AMA, NO hA cONOcIDO A DIOS, PORqUE DIOS
ES AMOR […]. AMADOS, SI DIOS NOS hA AMADO ASí, NOSOTROS
TAMbIéN DEbEMOS AMARNOS UNOS A OTROS [...]. SI NOS AMAMOS
UNOS A OTROS, DIOS PERMANEcE EN NOSOTROS, y SU AMOR SE PERFEccIONA EN
NOSOTROS». (1JUAN 4.7-8; 11-12, Rvc)

El ágape es el tipo de amor cristiano por excelencia, el que nos une entre nosotros por el
amor de Dios en nuestras vidas. Nos une a la distancia, en cercanía, es heterogéneo en
cuanto a grupos sociales, raciales, de género y etarios. Se manifiesta en multiplicidad de
personas de la misma manera. Nos une y sentimos fraternidad de un modo sobrenatural
porque procede de Dios. Es necesariamente expresable: no hay amor si no se manifiesta, si
no se hace visible. Sea en forma positiva, de lo que hablamos aquí, o en forma negativa (el
desamor), se pondrá en evidencia aquello que sea genuino.

«No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a
conocerse públicamente» (Lucas 8.17, NVI).
28. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Si establecemos una analogía con el texto de Santiago 2.18 (sobre la expresión de la fe a


través de las obras), podemos afirmar que el amor solo puede mostrarse mediante las
acciones, con hechos visibles y objetivos. El amor ágape es una demostración que resulta
difícil definir, porque se trata del amor más grande y la obra mayor demostrados por
Jesucristo al dar su vida por la humanidad.

El deber cristiano de amarnos unos a otros se ha expresado siempre en reuniones


fraternales. En tiempos antiguos tal fraternidad se manifestaba mediante la participación en
una comida común y en fiestas de amor, o agapai (mencionadas en Judas 1.12 y 2 Pedro
2.13). Entre los judíos, las comidas para expresar comunión y hermandad eran
habituales, y entre los gentiles las reuniones tenían un carácter similar. Resultó
natural, por consiguiente, que los cristianos, tanto judíos como gentiles, adoptaran
dichas prácticas. Posteriormente se le dio el nombre de agapê a la comida que
expresaba dicha comunión (ver Nuevo diccionario bíblico Certeza, 2003).

Este amor se manifiesta en el aspecto fraternal que une a los cónyuges, amor que
los insta a estar juntos y compartir la vida. Es lo que impulsa al servicio mutuo y esto
en cuanto a las dos acepciones del verbo «servir»: servicio y utilidad hacia quien
tenemos a nuestro lado. Pero esta acción de dar es mucho más que ofrecer algo en
términos de cosas o acciones. Es dar amor entregándose uno mismo, dándose de lleno
al vínculo sin esperar retribución ni agradecimiento.

La perspectiva de servicio cambia cuando pensamos en que si es de corazón


¡servimos a Jesucristo mismo! Colosenses 3.23-24 lo dice así: «Trabajen de buena
gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden
que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es
Cristo» (NTV).

El salmista destaca la bendición que encierra la práctica de este amor: «¡Cuán


bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! [...] Donde se da
esta armonía, el Señor concede bendición y vida eterna» (Salmos 133.1,3, NVI)

El amor ágape solo es posible luego de recibir el amor de Dios en nuestra vida. Es
un fruto del Espíritu, algo sobrenatural, y únicamente puede experimentarse si dicho
amor nos ha alcanzado. Lejos de la transformación que Dios obra en las vidas, es
prácticamente imposible sostenerlo.

Durante la celebración de Pentecostés los que se encontraban reunidos «estaban


todos unánimes juntos» (Hechos 2.1, RVR60). No solo compartían un mismo espacio
sino que además tenían un mismo sentir. Podríamos tomar este acontecimiento como
clave de convivencia para esperar grandes cosas de parte de Dios, quien nos incluye
en el vínculo de pareja.

En los matrimonios, como en toda entidad viviente, el equilibrio es inconstante, las


diferencias en el modo de actuar, pensar y sentir desestabilizan la armonía de forma casi
permanente. Aunque la cotidianeidad favorezca esa circunstancia, si ambos integrantes
sienten lo mismo, la premisa a seguir será que mientras uno esté caído el otro lo levante. Sin
embargo, si uno está caído y el otro por orgullo decide esperar a que se levante por su
cuenta, corre el riesgo de caerse también. Ante un malestar en la pareja que impida
EL MATRIMONIO Y EL AMOR DE SERVICIO (ágAPE) .25 cLase 2

sentir esta hermandad y compañerismo, será mejor asumir el rol de apoyo, lugar que
seguramente más tarde ocupará la otra parte. Al respecto, Eclesiastés 4.9-12 señala:

«Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el
éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo,
ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas,
pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor?
Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de
espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no
se corta fácilmente» (NTV).

En el matrimonio bíblico, la «cuerda» es triple porque Dios tiene relación personal


con cada uno de los integrantes.

La transmisión de este sentir, que definimos como una entrega total (o lo más total
de lo que somos capaces), se expresa con todo el ser. Se comunica verbalmente, es
cierto, pero lo que decimos se afianza con todo el cuerpo. Si digo «te amo», el tono de
voz debe ser acorde a lo dicho y también la postura corporal (por ejemplo, invitar al
abrazo). Muchas veces el lenguaje es mecánico porque decimos las cosas por mera
formalidad y no porque procede del corazón (como habitáculo del sentir).

En otras palabras, implica cuidar del cónyuge en todos los aspectos de la


convivencia al conocer y colaborar en cuanto a las siguientes necesidades:

• Físicas, de salud;
• Emocionales, cuando atraviesa algún tipo de crisis;
• Sociales, en cuanto al crecimiento personal y el esparcimiento;
• Y sobre todo espirituales, en principio al asociarnos para buscar juntos a Dios
como guía y respuesta de toda problemática pero también al procurar de forma
activa ser la persona idónea (que Él mismo eligió) para el cónyuge, siempre de
manera recíproca.

No es otra cosa que el servicio a Dios, el ministerio llevado al ámbito más


importante: nuestro hogar (y en orden de prioridades, la pareja en primer lugar).

El amor ágape nos habla de hermandad, equidad, compañerismo y comunión.


Podemos aplicar el texto de Gálatas 6.2 al matrimonio, recordándonos esta realidad:
«Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley
de Cristo» (Gálatas 6.2, NVI). Compartir el peso y expresar palabras que infundan
ánimo, no derrota. El verbo está en imperativo, lo cual no nos permite otra opción, en
obediencia.

Por otra parte, cabe preguntarnos si este «llevar [...] las cargas» es equitativo, para
ambos, o solo para uno de los dos mientras que el otro se acomoda a la situación. A lo
largo del tiempo compartido ¿ambos pudimos eventualmente encontrar apoyo en el otro?
30. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

¿Pude ser contenido, alentado, consolado, aconsejado por mi cónyuge? ¿Pude llorar en su
abrazo (tanto mujeres como hombres)? Si las respuestas fueran negativas, siempre podemos
reflexionar en ello, como primer paso, y luego obrar para revertir lo incorrecto y añadir esta
actitud a nuestro matrimonio.

«Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen» (1 Tesalonicenses
5.11, NTV). Quizá si consideráramos tener estas mismas actitudes con nuestros amigos o
nuestros hijos, no nos costaría pensarlas ni llevarlas a cabo, pero con nuestro cónyuge, con
quien convivimos y tenemos roces cotidianos, nos costaría más o aparecerían como
desvirtuadas u omitidas.

Es necesaria una comunicación efectiva, abierta, sincera y simple. Se trata de


potenciar al cónyuge, es decir, encontrar su potencial y alentarlo a que crezca (en
principio, que se incremente su fe) y despliegue sus capacidades. Hay momentos en
que estamos inmersos en una espiral y es nuestro cónyuge quien puede intervenir
para que dicha espiral sea descendente o ascendente. Mucho antes de acudir a alguien
externo somos nosotros quienes cumplimos el rol de coach mutuo.

En Proverbios 31.10-31 el escritor habla de una mujer que reúne tantas cualidades
y habilidades que distintas traducciones la denominan como «mujer virtuosa». Se la
describe como alguien que despliega un gran potencial. Pero si nos detenemos en los
versículos 28 y 29 probablemente hallemos la clave de esta vida plena de entusiasmo,
energía y talento:

«Sus hijos se levantan y la bendicen. Su marido la alaba: “Hay muchas mujeres


virtuosas y capaces en el mundo, ¡pero tú las superas a todas!”». (NTV)

¡Qué expresión estimulante de parte de su amada familia!

Quizá el secreto de que la pareja logre lo mejor de sí misma resida en el


reconocimiento previo del otro, de su potencial. Sería algo así como «dar crédito», un
crédito que también damos a la pareja porque el bienestar recaerá allí, se
retroalimentará, creará un círculo virtuoso y provocará deseos de proceder igual con
el cónyuge.

Lamentablemente, lo contrario a este estímulo también crea una circularidad...


negativa.

Estos modos de proceder parten del amor ágape; solo al haber recibido este amor,
del Supremo Amor que es Dios mismo. De otra manera es muy difícil, sino
imposible, que se pueda querer vivir de esta manera y luego sostener la decisión a lo
largo de la vida. Únicamente podemos lograrlo mediante el fruto que el Espíritu
Santo produce:

«En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor,
alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen
leyes contra esas cosas!» (Gálatas 5.22, NTV)

El amor es la necesidad humana más básica y Dios estableció que nos nutriéramos de él
a través de las diferentes formas de amor que se manifiestan y superponen en el vínculo
matrimonial. Necesidades como ser escuchados y respetados hablan de ser aceptados más
allá de las diferencias individuales. Es el espacio donde las debilidades de cada uno no
escandalizan ni dejan a la deriva la relación sino que ambos las sobre-

EL MATRIMONIO Y EL AMOR DE SERVICIO (ágAPE) .27 cLase 2

llevan y, cuando la situación excede la capacidad de la pareja para encontrar solución,


juntos procuran ayuda.

Que ambos integrantes de la pareja confíen en que su intimidad no será avasallada


y que haya confianza y seguridad de que las «desnudeces» de cada uno no se pondrán
al descubierto, son actitudes que enaltecen la relación porque ambos cónyuges
experimentan la necesidad de resguardar lo más propio que tienen y que han edificado
juntos. Porque no se trata solo de construir un matrimonio sino también de resguardar,
cuidar, velar (en términos bíblicos). Como en la reconstrucción de los muros de
Jerusalén, relatado en el libro de Nehemías 4.17-18: «Los que edificaban en el muro,
los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la
otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus
lomos, y así edificaban» (RVR60).

El respeto, el compromiso y la confiabilidad forman una tríada compleja pero


sólida sobre la cual podemos edificar la pareja. En ese marco muchas carencias
pueden verse, reflexionarse y ajustarse con el fin de resolver diversas situaciones.

Provenimos de familias diferentes y junto con lo propio que traemos al matrimonio


los ajustes serán indispensables (concesiones, tolerancia, diálogos, cambios en el otro
que disgustan, conductas nuevas por realidades nuevas, etc.). Esto no solo en los
primeros tiempos de convivencia sino también a lo largo de la vida, porque siempre
estaremos en proceso de amoldamiento.

«A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el


alfarero. Todos somos obra de tu mano» (Isaías 64.8, NVI)

Este amor, a modo de «plataforma de despegue», es desde donde los hijos lograrán
independizarse y tendrán deseos de construir un matrimonio pues vivieron el gusto
por este tipo de vida. Es dar dedicación para ver los resultados a corto mediano y a
largo plazo:

«Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no


sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra, o quizá de ambas»
(Eclesiastés 11.6, NTV)

El sacerdote Louis Évely, en su libro El amor adulto, explica esta clase de amor:
«… es precisamente un amor que ama al otro y no a sí mismo. Es un amor que puede
cargar con las dificultades y los defectos del otro. Es un amor que acepta sufrir […].
Este amor es el que saca del corazón todo aquello de lo que somos capaces».

El amor ágape es la aceptación del otro con todo su ser. Lo más genuino solo
aparece cuando hay aceptación. Es más que un sentimiento: hay renuncia a lo propio para
32. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

ser «de y para» los dos. Aun los logros individuales, al reconocerse como equipo, son
alegremente compartidos.

Esta forma de amar, este amor ágape, irradia y predica la buena noticia del evangelio
desde el matrimonio hacia la sociedad.

EJERCICICOS
1. ¿Es posible sentir amor por alguien sin expresarlo?

2. ¿Cómo aparece el amor ágape en nuestra vida?

3. Describa el clima espiritual de Hechos 2.1.

4. Una vez alcanzada la armonía y el equilibrio relacional entre los cónyuges, ¿es
adquirida para siempre?

5. ¿Qué importancia tiene el tono de voz con que decimos cosas valiosas a nuestro
cónyuge?

6. ¿En qué aspectos de la convivencia puedo cuidar a mi cónyuge?

7. ¿Por qué es importante ser aceptados tal como somos?

8. Una pareja que ha alcanzado la madurez, ¿podría dejar de hacer ajustes en su


matrimonio?
Un corazón
34. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL
VIDEO 03
EL MATRIMONIO Y EL AMOR DEL PERDÓ N
LIC. CLAUDIA DODDO
introducciÓn

1. beneficios deL perdÓn


36.

_ conclusión

2. eL ejercicio deL perdÓn

_ conclusión
.31

03. La importancia deL perdÓn

_ conclusión
38.
concLusiones integradoras
40. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

CLASE 3

eL MAtRiMonio
Y eL AMoR deL
PeRdÓn (caris)
«EN ESTO cONSISTE EL AMOR: NO EN qUE NOSOTROS hAyAMOS AMADO A DIOS,
SINO EN qUE éL NOS AMÓ y ENvIÓ A SU hIJO
PARA qUE FUERA OFREcIDO cOMO SAcRIFIcIO POR EL PERDÓN DE NUESTROS
PEcADOS» (1 JUAN 4.10, NvI)

Amor y perdón son indivisibles del mensaje del Evangelio. Al proponernos describir el
amor del perdón desde el matrimonio cristiano encontramos que el compromiso de
perdonar en el vínculo matrimonial nos permite ver la interdependencia de los otros amores
descritos hasta aquí (eros y ágape) también como indivisibles. Porque todas las formas de
relacionarnos mediante los distintos roles o funciones que ejercemos en nuestra pareja
necesariamente generarán motivos de perdonar al otro.

Para formar una pareja hay que estar decidido a perdonar. La elección de «caminar
juntos» es simultánea a perdonar de forma cotidiana. Forma parte del amor maduro,
comprometido; el romanticismo no alcanza para soslayar la necesidad de perdonarse
mutuamente.
Los cristianos somos personas reales, no ideales, y vivimos como el resto, atravesados
por diversas exigencias que muchas veces nos hacen cargar expectativas desmedidas en el
otro. Tomar la decisión de perdonar es un buen antídoto para esta realidad.

El momento de comenzar la vida matrimonial (con ilusiones y también realismo) es una


buena ocasión para perdonar cuestiones con nuestra familia de origen, si las hubiere. Si
llevamos años juntos y aún no lo hemos hecho, siempre es un buen momento para empezar
a perdonar, para transitar la vida con menos peso, como nos aconseja la Palabra de Dios:

«… quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan
fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha
puesto por delante» (Hebreos 12.1, NTV)

La falta de perdón hacia las personas de quienes procedemos (padre, madre, hermanos,
abuelos y familia ampliada, como tíos y primos) podría retenernos en el desarrollo de la
familia que fundamos con nuestro cónyuge. Lo mejor que podemos crear es una familia
libre, sin rencores que nos aten al pasado ni nos hagan repetir conductas que detestamos:
«Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán un solo
ser» (Génesis 2.24, RVC).

La forma real de «dejar» y no seguir ligados, atados ni sujetos a los padres y, a la vez,
formar un solo ser con el cónyuge, es mediante el perdón de todas las heridas recibidas
(porque aun como buenos padres, bienintencionados, siempre habrá dolores generados
por la convivencia). Cabría mencionar que desde el lugar de padres es un momento
óptimo para hacer una revisión y también liberar a los hijos.

El enojo genera resentimiento y amargura, sentimientos de los que será imposible


deshacernos si no fuere mediante un corte con decisión, y ese corte no es otra cosa que el
perdón. El enojo es como una maleza que se arraiga y contamina los vínculos, las
relaciones interpersonales ocasionales y permanentes, las posibles amistades (se intenta
establecerlas pero no se logra), y sobre todo contamina a la persona y lo que transmite a
su alrededor, a modo de malestar o enseñanza. El enojo se cristaliza en la falta de perdón:
«Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios.
Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne
a ustedes y envenene a muchos» (Hebreos 12.15 NTV).

Esta afirmación podría parecer exagerada o mágica, sin embargo la falta de perdón
hace que coloquemos a la persona en una cárcel simbólica (de la que nunca tal vez se
entere) pero para mantenerla allí, una parte de nosotros también estará encarcelada con
ella. Entonces, queremos ser libres y disfrutar de la libertad con que Cristo nos hizo
libres, pero muchas veces seguimos aferrados a tener bien guardados, cuidados y hasta
justificados estos rencores. No se trata de atenuar las razones justificables de castigo, pero
no está en nosotros efectuar dicha justicia: «Y los que procuran la paz sembrarán semillas
de paz y recogerán una cosecha de justicia» (Santiago 3.18, NTV). Dios es quien obra
justicia y podemos confiar en su sabiduría: «Él juzgará a cada uno según lo que haya
hecho» (Romanos 2.6, NTV). Por ello, en tanto hagamos nuestra parte (soltar, dar libertad,
perdonar), tendremos más libertad y salud espiritual y emocional.

En el Nuevo Testamento, algunas de las acepciones de la palabra «perdón» son: tratar


benévolamente, soltar, remitir, liberar, pasar por alto. Podemos pensar en ellas en torno a
acontecimientos de una persona, nuestro cónyuge, a quien decidimos liberar.
42. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

EL MATRIMONIO Y EL AMOR DEL PERDÓN (CARIS) .35 cLase 3

Al iniciar el matrimonio debemos pensar en liberar los vínculos primarios mediante el


perdón. Pero el asunto no concluye allí: apenas comencemos a transitar la vida conyugal
¡tenemos motivos para perdonar y ser perdonados por nuestro cónyuge!

Y con el paso del tiempo, ¿ha cambiado el otro? ¿He cambiado yo? ¿O acaso no hemos
visto lo más real de cada uno?

En este recorrido del perdón es necesario recordar si alguna vez pasó por nuestro
pensamiento el perdonarnos a nosotros mismos. Podría ocurrir que admitamos el perdón
de Dios en nuestra vida pero no perdonarnos por hechos que vuelven una y otra vez en el
recuerdo. Nuestra personalidad, todas las áreas de la vida, están expuestas al dolor
continuo si no decidimos ser misericordiosos con nosotros mismos.

Además del perdón al otro y a nosotros mismos debemos considerar la posibilidad de


perdonar a Dios. Inmediatamente, y en especial si somos cristianos, levantamos las
preguntas: “¿Cómo voy a perdonar a Dios? ¿Es posible esto? Es de ayuda para responder
a estas preguntas que reflexionemos sobre las veces que nos enojamos con Dios. El
reconciliarnos con Dios es tan importante como reconciliarnos con nuestro cónyuge y con
nosotros mismos. De esta manera la relación esposo-esposa será bendecida por la relación
de ambos con Dios.

La decisión de perdonar batalla con el resentimiento para que no se produzca la


liberación. Batallamos en nuestra mente porque en los pensamientos donde encontramos
argumentos a favor y en contra: «Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este
determina el rumbo de tu vida» (Proverbios 4.23, NTV).

La palabra «corazón» significa la persona interior en sentido amplio. Los hebreos


consideraban la experiencia subjetiva más que la observación objetiva y científica. El
carácter, la personalidad, la voluntad, la mente, son términos modernos que reflejan algo
del término «corazón» en su uso bíblico. Volición o propósito son los usos más
característicos en el Antiguo Testamento (ver Nuevo diccionario Bíblico Certeza, 2003).

Los pensamientos cuya sede es el corazón son quienes primeramente nos inducirán
(intención, tendencia a) y luego se expresarán en los actos que generen, para bien o para
mal. Quiere decir que si cuidamos nuestros pensamientos, los elegimos, los decidimos
mediante el dominio propio prevendremos actos negativos o, mejor aún, promoveremos
actos buenos.

Por otra parte, es bueno saber que el perdonar puede convertirse en hábito. Cuando
nuestras actividades pasan a la categoría de hábito, provocan menos esfuerzo. Porque
sostener el resentimiento quita energía: «Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor,
¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces? —No siete
veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete» (Mateo 18.21-22, NTV).

En la relación de pareja cada día surgen motivos para perdonar y ser perdonados, y
muchas veces la entrega hacia el otro puede darse con escasez, por temor a sufrir, como si
el sobreprotegernos nos garantizara cierto bienestar. Dar crédito es confiar que nuestra
relación puede ser cada vez mejor, más armónica, más plena, con más amor. En definitiva
se trata de creer en fe que si Dios está en medio de nosotros todo lo bueno es posible. El
texto de Eclesiastés 11.4 y 6 nos alienta en esta dirección: «El agricultor que espera el clima
perfecto nunca siembra; si contempla cada nube, nunca cosecha. Siembra tu semilla por la
mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no sabes si la ganancia vendrá de una
actividad o de la otra, o quizás de ambas» (NTV).

No significa que en nuestra vida conyugal no haya enojos sino que cuando surjan
podamos posponer la conversación hasta estar más aplacados. Pero hablar para deshacer el
enojo siempre será imprescindible: «Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se
ponga estando aún enojados» (Efesios 4.26, NVI).

En otras palabras, es necesario resolver la situación del enojo lo más pronto posible,
porque en cuanto nos descuidamos, ¡la amargura echa raíces!

Se trata de hablar y también de no hablar. Encontrar el modo de comunicar en tiempo


y modo adecuados, o elegir no hablar hasta encontrar el momento oportuno: «Panal de
miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo» (Proverbios 16.24,
NVI).

En las discusiones, uno de los dos tiene que ceder, aunque sea mediante una palabra
que descomprima el enojo: «La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa
leña al fuego» (Proverbios 15.1, NVI).

Perdonamos y somos perdonados también con palabras y sin palabras. A veces es un


acto que hacemos a solas y la otra persona ni se entera de la causa de nuestra herida. En
otras situaciones es posterior a la irritación manifiesta. Lo mismo ocurre cuando somos
perdonados. Pero que nuestro cónyuge nos perdone, porque comparte la fe o porque sabe
que es una actitud liberadora, no nos exime de no situarnos en la posición de tener que ser
perdonados.

No podemos negociar lo no negociable, es decir, debemos abordar todos los aspectos


para que la convivencia sea armónica, en la medida en que no contradiga lo que Dios nos
dice. Perdonar no coarta la acción de poner límites.

El cónyuge nunca puede estar por encima de Dios con respecto a la adoración, pero
tampoco en cuanto a desviarse de su consejo: «Sométanse unos a otros por reverencia a
Cristo» (Efesios 5.21, NTV).

Si estamos en medio de un hogar turbulento no debemos acostumbrarnos ni naturalizar


el hecho de estar o vivir mal. Dios quiere y puede hacer «nuevas todas las cosas» por
medio de una renovación mutua del pacto matrimonial donde primero se haga una
revisión para perdón. Pero el perdón muchas veces debe acompañarse con un cambio de
conducta en dirección opuesta por parte de quien ha sido perdonado. Es decir que se
manifieste el arrepentimiento y, si hubo dolores, ya no se los inflija.

Dios me amó, aprendí a amarme, amé a mi cónyuge, pero no puedo amarlo más de lo
que amo a Dios. Ese es el orden, y así el control del matrimonio no lo tendrá ninguna
persona aparte del Señor.
44. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

EL MATRIMONIO Y EL AMOR DEL PERDÓN (CARIS) .37 cLase 3

Por otro lado, en cuanto a las palabras dichas o no dichas, Gálatas 6.7 afirma: «Siempre
se cosecha lo que se siembra». Y si bien se siembra con hechos, las palabras también lo
son: son hechos porque los generan.

El libro de Proverbios abunda en consejos sobre cuidar las palabras que usamos. Por
ejemplo: «Hay gente cuyas palabras son puñaladas, pero la lengua de los sabios sana las
heridas» (Proverbios 12.18, RVC).

En la relación con nuestro cónyuge debemos (y podemos) elegir a cada momento qué
palabras evitar para no lastimar. Porque al prevenir situaciones en las que el otro tendrá
que perdonarnos impediremos que su corazón se cierre a que la relación crezca por miedo
a sufrir nuevamente: «El hermano ofendido es más impenetrable que una ciudad
amurallada; persisten más los pleitos entre hermanos que los cerrojos de una fortaleza»
(Proverbios 18.19, RVC).

Al hablar la verdad con amor para restaurar, no para ganar peleas ni tener razón, no
debemos perder la motivación primera: permanecer y crecer juntos.

En el caso de la infidelidad conyugal también debe abordarse un proceso integral de


perdón. No alcanza solo con la decisión de dar por terminado el tema sino que debe
procurarse que se asuma una actitud continua de responsabilidad y compromiso.
Probablemente se necesite el apoyo de un consejero cristiano que ayude a procesar la
problemática y funcione como mediador. Y aun en el peor de los casos, si el matrimonio
llegara a terminarse, el perdón será un elemento liberador para alcanzar la sanidad
personal.

Todo período de crisis involucrará una medida de perdón. Es importante considerarlas


como tiempos de crecimiento. Lo opuesto a crecer sería la indiferencia. Si esto no se
detecta oportunamente ni se obra en consecuencia, puede llevar a que ambos cónyuges se
aíslen y se conozcan cada vez menos.

Al experimentar la liberación no debemos mirar hacia atrás. Si esa fuera la tendencia,


necesitamos volver a tratar el tema en cuestión para finalmente perdonar y conceder
libertad. Porque al «saldar las cuentas» no debe exigirse volver a «pagarlas».

Nos cuesta perdonar por orgullo y egoísmo. El rencor enfervoriza y el dolor se padece.
Por este motivo es más fácil permitirse sentir resentimiento o ira en lugar de dolor y
sufrimiento, cuando en realidad son las dos caras de una misma moneda. La Palabra dice:
«No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto
fueron llamados, para heredar una bendición» (1 Pedro 3.9, NVI)

Solo Jesucristo pudo pagar la deuda por nuestra libertad ¡y pagó de forma completa!
No nos metamos en prisiones emocionales ni encarcelemos allí a nuestros seres queridos
ni a nadie: «En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados
según las riquezas de su gracia» (Efesios 1.7, RVC).
EJERCICIOS:
1. ¿Quiénes son las personas que debemos perdonar?

2. ¿Qué es lo que produce finalmente amargura?

3. La falta de perdón, ¿a quién o a quienes perjudica?

4. ¿Qué integrantes pueden faltar en mi lista de perdones?

5. ¿Dónde se produce la batalla entre perdonar o guardar rencor?

6. ¿Qué generan los pensamientos?

7. Cuando estamos enojados ¿es necesario que hablemos de inmediato?

8. ¿Qué importancia tienen las palabras que usamos?

9. ¿Cuál es el riesgo de expresar una palabra ofensiva?

10. ¿Siempre es necesario perdonar?


46. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

BiBLioGRAFÍA
(UnidAd 1)
Andiñach, P. R. (1997). Cantar de los cantares, el fuego y la ternura. Buenos Aires,
Argentina: Editorial Lumen.
Beck, A. T. (2011). Con el amor no basta. Madrid, España: Editorial Paidós.
Cook, J. (1981). Amor, aceptación y perdón. Miami, EE. UU.: Editorial Vida.
Ceberio, M. R. (2006). La Buena Comunicación. Barcelona, España: Editorial Paidós.
Dillow, J. C. (1981). Cantar de los cantares, una guía matrimonial. Miami, EE. UU.:
Editorial Logoi.
Evely, L. (1983). Amor Adulto. Salamanca, España: Ediciones Sígueme.
Leman, K. (2003). Música entre las sábanas. Miami, EE. UU.: Editorial Unilit.
Lewis, C. S. (1960, 2012). Los cuatro amores. Madrid, España: Ediciones Rialp.
Nuevo diccionario bíblico Certeza (2003). Buenos Aires, Argentina: Ediciones Certeza.
Smalley, G. y Trent, J. (1990). El amor es una decisión. Miami, EE. UU.: Editorial Betania.
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Wheat, E. y Wheat, G. (1980). El placer sexual ordenado por Dios. Miami, EE. UU.:
Editorial Betania.

REFERENCIAS BÍBLICAS:
NTV: La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
Todos los derechos reservados.
RVC: Reina Valera Contemporánea. Copyright © 2009, 2011 por Sociedades Bíblicas
Unidas.
48. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL
intRodUcciÓn
Las comunidades de fe están integradas por matrimonios que pese a haber enfrentado crisis,
problemas y conflictos no solo han logrado superarlos sino que también han salido
fortalecidos, enriquecidos y consolidados. ¿Qué es lo que permite que estas parejas
resuelvan sus conflictos y salgan victoriosas? Sin duda los valores cristianos que dirigen
su relación, los cuales constituyen el gran recurso de apoyo y sostén para triunfar en los
conflictos. El amor, la paciencia, el perdón y la reconciliación, el compromiso y aun el
humor pueden ser nuestros aliados a la hora de enfrentar las diferencias matrimoniales.

Pero en ocasiones estos valores pueden estar relegados, olvidados o postergados por los
antivalores, el desánimo, el cansancio, el fastidio y hasta la crispación. Cuando un
matrimonio enfrenta sus conflictos desde los antivalores podemos pronosticar (con alto
grado de certeza) que no solo ambos cónyuges terminarán derrotados sino que además el
vínculo quedará resentido.

El propósito de la Unidad 2 es ofrecer recursos bíblicos y científicos para que el pastor


de matrimonios o el consejero cristiano pueda animar a las parejas a fortalecer los valores
cristianos a fin de enfrentar y acometer los conflictos con la seguridad de que estos
pueden superarse.

Esta unidad se compone de tres clases en las que nos proponemos elaborar un análisis
de los conflictos en el matrimonio y la intervención del consejero pastoral. Cada clase está
compuesta por una reflexión que nos aporta una perspectiva bíblica y un abordaje
científico del tema. Este abordaje lo haremos desde los aportes de Carl Rogers y John
Gottman.

En la primera clase haremos un examen de la situación de conflicto, en la segunda


continuaremos con ese análisis pero con énfasis en los aspectos subjetivos y, en la tercera
clase, abordaremos el tema de la intervención del consejero en el contexto de esta
problemática.
Montañas
46.

VIDEO 04

ANáLISIS DE CONFLICTO
LIC. FEDERICO MASSONE
introducciÓn

1. perspectiva bíbLica deL confLicto

2. aporte científico: joHn gottman

_ Los cuatro jinetes


• 01. Las críticas
3. aporte científico: carL rogers

.47
concLusiones integradoras
_ Hablar los conflictos es sanador
CLASE 4

AnÁLiSiS de conFLicto

PERSPEcTIvA bíbLIcA: SALMOS 32.8-9 y hEchOS 7.54-60.

A fin de prestar un servicio eficiente es menester acotar nuestro campo de acción. En esta
clase y las dos siguientes haremos referencia al servicio hacia los matrimonios que desean
recibir ayuda. Es decir, trataremos los malentendidos y los conflictos surgidos en torno a
los aspectos comunicacionales y emocionales.

Pero antes debemos hacer una advertencia: damos por entendido que las personas a
quienes servimos desean solucionar sus problemas a fin de recomponer el vínculo y por ello
están dispuestas a revisar y cambiar sus pautas comunicacionales o de pensamiento si fuera
necesario. Jesús mismo preguntó: «¿Quieres ser sano?».

En relación a lo antedicho creemos pertinente la siguiente reflexión: solo podemos


ayudar a quienes desean ser ayudados y no a quienes se empecinan en mantener su
posición. A estos últimos la Biblia los llama «necios».

En efecto, el análisis de los pasajes señalados nos enfrenta con una realidad muy
humana: la necedad. Es lo contrario a la sabiduría. Es distinta de la ignorancia dado que el
necio no es alguien que «no sabe». También es distinta de la torpeza en tanto que quien
incurre en esta última lo hace contra su propio deseo.

Por el contrario, el necio no lo es por desconocimiento ni por torpe sino por efecto de su
propia voluntad. Así vemos como en el Salmo 32 el mismo Dios ofrece su enseñanza y
requiere que el ser humano se haga dócil a ella. Dios exhorta al ser humano a prestar
atención y no ser como el caballo o el mulo que deben ser forzados a obedecer mediante el
freno o el cabestro. Así también vemos que en los primeros capítulos del libro de
Proverbios se ofrece la Sabiduría y clama ser escuchada. Esto nos dice que está siempre
58. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

disponible y no es difícil hallarla (ver Proverbios 1.20 y 21). El asunto es que el corazón
humano no quiere buscarla.

Para pecar de cualquier manera y en cualquier ámbito de la vida es necesario ser un poco
necio. La necedad, por decirlo de algún modo, es el «aspecto cognitivo» del pecado. El
libro de Proverbios presenta al pecado como una falta contra la sabiduría. Ser sabio es tener
temor de Dios, lo que significa ser dócil de corazón.

La necedad nos incita a pecar y aferrarnos a nuestra voluntad en contra de la voluntad de


Dios aunque eso signifique colocarnos en situaciones de desdicha y dolor. Esto es
posible porque implica cierto grado de desconocimiento artificial y voluntario de lo
que Dios quiere. Por ello la necedad es el primer obstáculo que debemos identificar y
vencer en las situaciones de conflicto familiar. En pocas palabras, descartemos querer
ayudar a un necio.

Es necesario que las personas que deseamos ayudar tengan esto en claro. ¿Quieren
ser ayudadas? ¿Realmente lo desean? ¿Su corazón es sincero? ¿Están dispuestas a
renunciar a lo que se aferran y ser sinceras con Dios, ellas mismas y su cónyuge?
¿Están dispuestas a escuchar al otro y hacer un análisis honesto de sus propias
motivaciones? Este autoanálisis de las motivaciones por parte de cada cónyuge es
fundamental e ineludible para determinar los pasos a seguir y las estrategias del
trabajo de consejería.

Ahora bien ¿cuál debe ser la actitud pastoral para atender aun a quienes no quieren
ser ayudados? Muchas veces «no queremos» recibir ayuda porque tal vez perdimos la
esperanza o estamos muy cansados. A veces hay que trabajar un poco como auxiliar
hasta llegar al punto en que la persona se abra a la ayuda.

Una vez establecido el hecho de que quienes están en conflicto desean recibir
asistencia podremos cooperar. En ese caso, comenzamos por describir la estructura
de la situación conflictiva.

La situación
Comenzaremos por presentar una descripción de la situación de conflicto. Lo
haremos basándonos en los aportes de las observaciones de John Gottman y la teoría
del proceso de convertirse en persona de Carl Rogers.

Los aportes de john gottman


John Gottman es profesor emérito de la Universidad de Washington (EE. UU.) y experto en
temas relacionados con la estabilidad matrimonial. Sus aportes teóricos derivan
fundamentalmente de la observación directa y de su experiencia especializada en este
campo.

ANáLISIS DE CONFLICTO .51 cLase 4


Según Gottman es importante enfrentar los hechos de forma realista. Este autor plantea
que el conflicto es una realidad que está presente en todos los matrimonios. Ante esta
declaración solo cabe una pregunta: ¿Qué es lo que hace que algunas parejas fracasen en su
matrimonio y otras sean felices? Gottman responde así:

«Los matrimonios felices están basados en una profunda amistad. Los cónyuges se
conocen íntimamente, conocen los gustos, la personalidad, las esperanzas y los sueños
de su pareja. Muestran gran consideración el uno por el otro y expresan su amor no
solo con grandes gestos sino también con pequeños detalles cotidianos».

Gottman es abiertamente crítico con respecto a los enfoques del conflicto


matrimonial que centran su atención únicamente en las pautas de comunicación de la
pareja. Su argumento es que aunque las parejas aprendan a discutir «mejor» o con
menor frecuencia, esto por sí solo no garantiza la supervivencia de la relación.

Para Gottman la clave de la estabilidad matrimonial radica en la «amistad» y la


intimidad desarrolladas por los cónyuges, lo que constituye una especie de «cuenta
bancaria emocional» de la pareja. Según el autor esta es la mejor protección contra los
sentimientos negativos en la pareja. Volveremos más adelante sobre este punto.

En dicho contexto el autor describe algunos indicadores que permiten predecir un


desenlace negativo de la relación de pareja. Veamos una síntesis de estos:

A. El planteamiento violento: las discusiones comienzan y se desarrollan


mediante críticas, sarcasmos, etc.

B. «Los cuatro jinetes del Apocalipsis»: son cuatro formas de expresión tan
negativas que, si no se controlan, resultan letales para la relación:

1. Las críticas: son distintas de las quejas en tanto que, a diferencia de estas
últimas, no se relacionan con hechos puntuales ni acciones específicas en
las que el cónyuge se haya equivocado sino que se refieren al carácter
mismo de su persona incluyendo la difamación.

2. La actitud defensiva: se relaciona con la atribución de la responsabilidad


de las fallas, las caídas y las frustraciones que se dan en la pareja. Cada
cónyuge pretende quitarse la responsabilidad y culpar al otro. Esto
incrementa la escalada del conflicto.

3. El desprecio: actitudes como el sarcasmo, el ignorar al otro, el humor


socarrón, etc. Según Gottman es el peor de los «cuatro jinetes» porque
implica disgusto y resulta imposible tratar de resolver un problema si uno
de los integrantes de la pareja percibe disgusto en el otro. El disgusto
siempre aumenta el conflicto.

4. La actitud evasiva: por lo general aparece en forma más tardía. La


persona evasiva no da señales de reconocimiento de los mensajes del
cónyuge. Actúa como si no le importara lo que diga el otro.

C. Sentirse abrumado: este sentimiento aparece cuando la negatividad del


cónyuge (que se manifiesta mediante los «cuatro jinetes») aparece de forma tan
abrumadora que supera el umbral de tolerancia de la pareja y la hace sentirse
60. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

indefensa, de modo que haría cualquier cosa por evitar la réplica. Quien tiene este
sentimiento solo puede pensar en protegerse de la agresión y el mecanismo para
lograrlo es distanciarse emocionalmente de la relación.

D. El lenguaje del cuerpo: es el correlato orgánico de la tensión emocional sufrida


por la situación de conflicto. Se manifiesta en incremento de la presión arterial y
del ritmo cardíaco, cambios hormonales (secreción de adrenalina, por ejemplo),
etc. El estrés produce daños en el cuerpo si la situación que lo genera perdura en el
tiempo.

E. Los intentos de reparación fracasados: son los mecanismos de reparación


que la pareja implementa para intentar reparar o resolver los conflictos.
Pueden ser exitosos o fallidos pero su eficacia depende más del estado de la
relación que de la calidad del mecanismo. Es decir, si los «cuatro jinetes»
gobiernan la comunicación es muy probable que los intentos de reparación
no sean advertidos. Un aporte que quizá convenga agregar desde la terapia
sistémica es que la acumulación de intentos de reparación fallidos conduce a
la convicción de que el restablecimiento de la relación de pareja es cada vez
más improbable.

F. Malos recuerdos: cuando una relación está en crisis no solo se ve el


presente y el futuro como algo oscuro sino también el pasado. Los recuerdos
del pasado y la historia de la relación toman matices cada vez más negativos.
La historia de la pareja se reescribe con el horizonte de la negatividad.

Los aportes de carl rogers

Carl Rogers (1902-1987) fue un psicólogo norteamericano fundador de la «Psicología


centrada en la persona» y un referente de la «Psicología humanista», junto a
Abraham Maslow. A partir de su enfoque teórico procuraremos hacer una breve
descripción de la subjetividad de la persona en conflicto desde el punto de vista
individual.

el proceso de convertirse en persona

Desde el punto de vista de Rogers, el hombre y la mujer deben recorrer un camino


para llegar a ser ellos mismos. A ese proceso de progresiva integración de la
personalidad y de descubrimiento de las potencialidades de uno mismo Rogers lo
denomina «Proceso de convertirse en persona». Es decir, llegar a ser uno mismo es
un punto de llegada y no de partida.

¿Cómo llegamos a este estado de cosas? Tendríamos que decir que los mensajes de
amor condicional que recibimos desde nuestra más tierna infancia, es decir, mensajes del
tipo «papá te va a querer si te comportas bien», producen un efecto alienante
cLase 4

ANáLISIS DE CONFLICTO .53


en nuestra subjetividad y generan que ciertas partes de nuestro mundo interior queden
aisladas y negadas. Volveremos sobre este punto en la próxima clase.

Estos aspectos aislados y negados de nuestra interioridad generarían efectos adversos en


la integración de nuestra personalidad y quedarán a la espera de ser nuevamente integrados.
El proceso de integración de estos aspectos aislados es nuestro «Proceso de convertirnos en
personas». Este proceso atraviesa por siete fases progresivas en las que la persona
avanza en dirección a la integración.

Las fases iniciales se caracterizan por una elevada desintegración de la


personalidad que se manifiesta de la siguiente manera:
• Existe una elevada reticencia a hablar de uno mismo. La persona es renuente a
comunicar sus emociones, su pensamiento, su mundo interno.

• La comunicación se refiere a solamente a hechos externos.

• Los puntos de vista propios son extremadamente rígidos.

• Las relaciones íntimas y comunicativas se ven como peligrosas.


• No hay deseos de cambiar. El «diálogo interno», es decir, la capacidad de
reflexionar sobre uno mismo, se encuentra bloqueado, con lo cual también está
bloqueada toda capacidad de recapacitar o cambiar de opinión. Aquí se
evidencia que hay personas que «no quieran cambiar» por falta de recursos
(además de mucho temor) para efectuar una introspección. La tarea paciente de
un pastor, consejero o profesional puede ayudar a abrir un corazón herido,
junto con la asistencia milagrosa de Dios.
• Las opiniones contrarias a mis puntos de vista las vivo como ataques
personales y me defiendo con mucha pasión, una actitud que bloquea el
diálogo.

El mundo interno de la persona que atraviesa una relación conflictiva también


puede describirse en esos términos y es evidente que ese estado de situación no
resulta propicio para una restauración de la pareja.

Además, esa realidad se duplica. Es decir que para comprender la circunstancia en


su complejidad habría que agregar el aspecto vincular. Desde este punto de vista se
hace evidente que la falta de integración de la personalidad que la situación suscita en
cada cónyuge se manifiesta en la relación y repercute en el otro de modo negativo, lo
que genera un estancamiento o una escalada en el conflicto.

Conforme avance el proceso de acompañamiento se puede esperar que esto cambie


y conduzca hacia un escenario más equilibrado y favorable. Pero eso será tema para la
próxima clase.

EJERCICIOS
1. Es posible tratar con un matrimonio en el que alguno de los cónyuges, por alguna
razón que no puede revelar a su pareja, no quiera realmente solucionar el confl
icto. ¿Cómo debería intervenir el consejero?
62. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

2. ¿Puede recordar alguna situación de confl icto en la que haya asistido pastoralmente a
un matrimonio? ¿Se ajusta dicha situación a la descripción de Gottman?

3. ¿De qué manera la posibilidad de una reconciliación se ve obstaculizada por el hecho de


que los cónyuges estén en las primeras fases del «Proceso de convertirse en persona»
descritas por Rogers?

4. ¿De qué modo concreto podríamos acompañar pastoralmente a una persona o un


matrimonio que se encuentre en esa condición?
Yo soplo
64. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL
introducciÓn
66.

VIDEO 05
ASPECTOS SUBJETIVOS DEL CONFLICT O
LIC. FEDERICO MASSONE
1. perspectiva bíbLica deL confLicto

2. aporte científico: joHn gottman


.57

03. aporte científico: carL rogers


68.

concLusiones integradoras
70. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

CLASE 5

ASPectoS
SUBJetiVoS deL conFLicto
En esta clase trataremos la situación de conflicto desde el punto de
vista vincular y el punto de vista subjetivo. Procuraremos abordar
los siete principios de Gottman para vivir en pareja. Esto nos
permitirá orientarnos en el orden de los pasos estratégicos a seguir
para lograr un proceso de acompañamiento eficaz. Luego
volveremos a la teoría de Rogers para destacar algunas pautas de
comunicación a tener en cuenta en el acompañamiento y en la
consejería pastoral, con miras a facilitar la expresión de significados
personales, sentimientos y aspiraciones dentro de la pareja.

PERSPEcTIvA bíbLIcA: GéNESIS 3.

Este capítulo de la Biblia narra el momento más espantoso de la historia: el momento en


que el pecado ingresó al mundo. Este pasaje puede leerse de diferentes maneras. Para esta
reflexión, en lugar de adoptar un enfoque histórico que nos indique de qué manera pecaron
Adán y Eva en aquel tiempo primordial, adoptaremos un enfoque distinto. Tomaremos la
situación de Génesis 3 como un prototipo que nos ayude a describir la dinámica del pecado
y la acción de Dios.

Este relato posee una gran riqueza simbólica y son muchísimos los elementos típicos y
los temas que se abordan. Entre otras cosas se nos habla de Dios, la fe, la tentación, la duda,
la culpa, el diablo, la vergüenza, la justificación y la redención. En esta clase hablaremos de
un elemento central: la gracia.

La mayoría de las personas asistimos a una iglesia evangélica escuchamos, en alguna de


sus distintas versiones, la frase «el pecado es una barrera que separa al ser humano de
Dios». Pero esta fórmula no es del todo exacta en tanto que da la impresión de que «el
pecado» es una realidad que opera por sí misma y de forma automática, distanciando a las
personas que intervienen en la relación: Dios y el ser humano.

Más allá de esta aclaración, consideramos que si en algún sentido esa frase es cierta no lo
será porque Dios no quiera encontrarse con la humanidad. Por el contrario, Él sale al
encuentro del ser humano. Es la humanidad quien ya no está allí (Génesis 3.8-9), quien
decide huir. ¡Y he aquí la barrera! Se trata de la barrera de la culpa y la vergüenza y es el
ser humano quien erige este impedimento.

La actitud que Dios manifiesta en Génesis 3 recuerda la del padre de la parábola de


Lucas 15.11-32: el padre que espera y sale a buscar al hijo menor (que había abandonado
el hogar llevándose su parte de la herencia) y al hijo mayor (a quién su arrogancia le
impide participar del festejo por el regreso de su hermano).

Esta actitud manifiesta una característica esencial del amor de Dios: su


incondicionalidad. Dios ama aunque el ser humano coma del fruto prohibido. El padre
ama aunque el hijo menor derroche la herencia y desprecie su amor. Ama también aunque
la soberbia tome la absurda dimensión que tiene en el corazón del hijo mayor.
¡Simplemente ama! Y esa clase de amor es el que ofrece la confianza básica para un
desarrollo psicológico íntegro. Por el contrario, los mensajes de un amor condicional
resultan alienantes.

En la película Shine (en algunos países titulada Claroscuro) vemos un ejemplo


excelente de este amor condicional. La película cuenta la historia del pianista David
Helfgott, un niño prodigio del piano a quien su padre lo atormenta con un trato arbitrario
y unas exigencias absurdas. En un momento de la película David regresa de un concurso
que acaba de perder y su padre lo abraza (y ese abrazo hace más perversa la acción) y le
dice algo así como: «No te preocupes hijo. Algún día serás el mejor pianista y tu padre
amará». Este tipo de mensajes que subordinan el amor al comportamiento producen una
enorme carga en la formación del carácter. Este ser humano procurará amoldarse a lo que
«se espera» de él, hecho que generará un efecto disociativo en su personalidad. De este
modo los aspectos de la personalidad que no se ajusten al modelo de «lo esperado»
quedarán relegados, lo que tiene graves consecuencias. Solamente el amor incondicional
puede volver a permitir una nueva integración en esa personalidad dañada. Y esto
abordamos en la clase de hoy.

En la obra de Carl Rogers se percibe la importancia de la «aceptación incondicional»


como catalizador que facilita la integración de la personalidad y que ofrece la
confianza básica que le permite a la persona un análisis interno de sus propios
sentimientos. Sin dudas esto facilita una forma de comunicación fluida que disuelve los
nudos conflictivos. Podemos entender esta aceptación incondicional como la expresión
de

ASPECTOS SUBJETIVOS DEL CONFLICTO .61 cLase 5


72. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

un amor incondicional. Pero antes nos ocuparemos de los principios de


Gottman que enfatizan la amistad en la pareja. Esta «amistad» también será
fortalecida si se logra aprender la «aceptación incondicional».

abordaje de la situación de conflicto matrimonial

El análisis de una situación de conflicto en el matrimonio incluye una multiplicidad


de factores. Tanto es así que los abordajes teóricos disponibles resultan, por lo
general, insuficientes. No obstante procuraremos arribar a una comprensión
que sea de utilidad a los fines de la intervención pastoral. Nuevamente veremos
que John Gottman y Carl Rogers ofrecen valiosas herramientas.

Los siete principios de gottman

Desde el punto de vista de Gottman la clave de la estabilidad y la felicidad del


matrimonio radica en fortalecer la «amistad» dentro de la relación. Gottman
asegura que los «intentos de reparación» (es decir, los intentos que cada
cónyuge realiza para recomponer una buena relación luego de un conflicto)
son eficaces solo en el contexto del buen clima y la buena disposición de ánimo
que genera dicha amistad. Asimismo, el autor nos proporciona siete principios
que pueden ayudar a enfrentar los conflictos y hacer que las relaciones de
pareja funcionen.

1. Mejorar los «mapas del amor»


El «mapa del amor» es la parte de nuestra mente que almacena la
información relevante de la vida de nuestra pareja. Se trata del conocimiento
que cada uno de los cónyuges tiene del «mundo» del otro. Este elemento es
esencial para edificar la amistad dentro del matrimonio. Este principio
implica preguntas del tipo: ¿Conoces el mundo de tu pareja? ¿Qué cosas le
gustan a tu pareja? ¿Qué temas le interesan? ¿Qué le preocupa?

2. Cultivar el cariño y la admiración


Es sustancial crear y fortalecer el sistema de cariño y admiración recíprocos
dentro de la pareja. Ambas cosas son correlativas a la valoración que cada
uno haga del otro y del vínculo. Por eso es importantísimo fortalecer este
aspecto. Este principio incluye preguntas del tipo: ¿Cómo recuerdan el
pasado de su pareja? ¿Qué recuerdos lindos pueden evocar de la historia de
su pareja? ¿Qué detalles satisfactorios de la pareja puede recordar cada uno?

3. Acercarse al otro
Acercarse de forma cotidiana también es sustancial. Pero Gottman se
interesa por aclarar que este acercamiento cotidiano no implica
necesariamente un diálogo siempre profundo sobre algún tema existencial o
alguna situación dramática. Por el contrario, Gottman le da mucho valor a
las «trivialidades cotidianas» que cada pareja comparte. Por ejemplo:
palabras que tienen significado solo para los cónyuges, recuerdos o
anécdotas graciosas que les agrada repetir, actividades diarias triviales
compartidas, etc. Estos elementos incrementan la «cuenta bancaria
emocional» entendida como el caudal de experiencias compartidas que
generan una disposición afectiva y emocional favorable para resistir la
aparición de los «cuatro jinetes». Este principio conlleva preguntas como:
¿Qué cosas recuerdan con cariño de su pareja? ¿Qué cosas sienten como
propias y de nadie más? ¿Qué cosas entienden que nadie más comprendería?

4. Predominancia del sentimiento positivo


Si se dan los principios anteriores, la consecuencia lógica es una predominancia de los
sentimientos favorables para la felicidad y la estabilidad de la pareja. En este contexto,
las interacciones negativas pierden su efecto de desgaste, los intentos de reparación
resultan eficaces y es poco probable que, ante situaciones de conflicto, la negatividad se
salga de control. Asimismo, cada cónyuge experimenta alivio fisiológico que se
manifiesta en una normalización de las variables metabólicas (la presión arterial por
ejemplo) consecuente con una vivencia más satisfactoria de la vida matrimonial y la
sexualidad. Este principio comporta preguntas como: ¿Qué tanto están dispuestos a
acercarse al otro? ¿Qué tanto están dispuestos a ceder por el otro? ¿Cuánto valora cada
uno del otro?

5.Manejo de losconflictos
Según Gottman si hay una buena reserva en la «cuenta bancaria emocional» entonces
es posible que la pareja pueda sobrellevar los grandes conflictos, aquellos que parecen
irresolubles. Y sobrellevarlos no significa necesariamente resolverlos. Las parejas
felices pueden aprender a vivir con esos problemas que no pueden solucionar y generar
mecanismos que eviten que esas situaciones empeoren. Las parejas que no tengan
reservas en esa «cuenta» quedarán estancadas en los problemas. Por otro lado, existen
aquellos problemas que sí tienen solución, los cuales son tratados con mayor fluidez y
eficiencia cuando hay reservas y recursos emocionales. Este principio implica preguntas
como: ¿En qué puntos importantes están en desacuerdo? ¿Pueden llegar a un acuerdo o
pueden vivir unidos sin llegar a ese acuerdo? ¿Qué problemas consideran que tienen
solución? ¿Cómo solucionarlos? ¿Cuándo lo harán?

6. Compartir objetivos y aspiraciones


Dados los principios anteriores, surge un escenario favorable para que la pareja
comience a ocuparse de sueños compartidos y que cada uno comprenda los objetivos
del otro como propios. La pareja pasa a entender que un matrimonio conlleva también
objetivos comunes. Este principio incluye preguntas como: ¿Cuáles son los sueños y
objetivos de tu pareja? ¿Tienen objetivos o sueños en común?

7. Crear un sentido de trascendencia


El autor señala que si un matrimonio cumple con los seis primeros principios es posible
que su relación sea estable y feliz. Pero aún pueden sentir que falta algo. Ese «algo»
faltante puede ser la sensación de trascendencia. Por eso es importante que la pareja
comprenda que su matrimonio tiene dimensiones espirituales que necesita desarrollar.
En este sentido el autor nos habla de la necesidad de desarrollar una «cultura» propia
del matrimonio, plena de símbolos
74. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

ASPECTOS SUBJETIVOS DEL CONFLICTO .63 cLase 5

y rituales (por ejemplo, costumbres como el brindis y las palabras del padre de
familia en navidad, etc.). Aquí podríamos agregar, desde el punto de vista cristiano,
la importancia de compartir momentos de culto familiar, meditación bíblica y
oportunidades de servicio conjunto. Este principio comporta preguntas como:
¿Alguna vez se plantearon el hecho de que la pareja tenga una función más allá de
la propia satisfacción? ¿Han descubierto una causa o un propósito para la pareja?

Al repasar este esquema de análisis, advertimos que los siete principios están
ordenados de modo que cada uno sea condición de posibilidad para el siguiente. Así,
por ejemplo, para lograr una disposición que permita acercarse al otro (principio tres) es
necesario que, previamente, se genere el «mapa del amor» (principio uno) y cultivar
cariño y admiración (principio dos), en ese orden. Desde luego, el lector podrá advertir
que nadie objetaría la idea de que este tipo de análisis deba leerse y aplicarse con
flexibilidad y sin dogmatismos.

comunicación y relaciones interpersonales desde el punto de vista de rogers

En este punto nuevamente viene Carl Rogers a nuestro auxilio para ayudarnos a hilar un
poco más fino en la comunicación de la pareja. Su enfoque es perfectamente compatible y
complementario con los puntos centrales del análisis de Gottman y aporta elementos
sumamente valiosos para la comprensión del conflicto interpersonal. Haremos referencia a
una serie de factores que Rogers pone de relieve y que formulamos de la siguiente
manera:

• La verdadera comunicación, en el sentido más acabado, se da cuando cada uno de


los que pretenden comunicarse procura comprender lo que el otro dice desde el
«mundo» del otro. Es decir, procura ver el mundo con la mirada del otro y adoptar
su punto de vista de las cosas.
• En una situación de conflicto emocional, cuanto más intensos sean los sentimientos
en juego, cada uno tiende a aferrarse a sus propios puntos de vista. Por lo tanto, se
reducen las posibilidades de una verdadera comunicación.
• Si se puede establecer una verdadera comunicación, es decir, si cada uno puede
escuchar lo que el otro dice y apreciar el significado y el matiz emocional que tiene
para su persona, eso ayudará a ambos a modificar lo que fuere necesario para
establecer relaciones armoniosas.
• Al permitir que la otra persona «sea ella misma» y expresar sus propios
pensamientos y sentimientos sin ser juzgados, entonces se le permite poner esos
sentimientos en juego en la relación. De modo que esta relación se torna más
«real», íntima y gratificante porque siempre es más agradable relacionarnos con
personas con las que podemos «ser» como somos.
• Al permitirle al otro «ser él mismo», cada cónyuge puede comprender cuáles son los
elementos de su propia conducta que molestan al otro y repercuten negativamente en
la relación.

• Cuando las personas advierten que en una disputa alguien está dispuesto a hacer el
esfuerzo por comprender y no juzgar, sus afi rmaciones tienden a ser menos
exageradas, absolutas y defensivas, y así «desaparece la necesidad de aferrarse a la
idea de que “yo tengo la razón y tú estás completamente errado”». Es decir, la
discusión toma el rumbo de búsqueda de la verdad y no de una simple disputa por el
poder.

• Cuando durante un confl icto alguien advierte que su interlocutor está dispuesto a
hacer el esfuerzo por entender y no juzgar, tiende a ser más auténtico y así resulta
posible eliminar las hipocresías, por lo que el encuentro se torna más profundo. Dice
Rogers: «Si una de las partes logra despojarse de sus defensas, ello induce a la otra a
imitarla».

De regreso a la perspectiva bíblica del comienzo de la clase, vemos la importancia de


permitirle al otro «ser él mismo». Es decir, amarlo sin necesidad de que el amor dependa
de que sus puntos de vista sean idénticos a los nuestros. Valorar y amar al otro sin
condicionamientos le permite abrirse, mostrar su ser y, por todo lo expuesto por Rogers,
entablar una «verdadera comunicación».

El amor condicionado aliena mientras que el amor incondicional integra a las personas
y a los vínculos. Procuraremos abordar este asunto en detalle durante la próxima clase.

EJERCICIOS
1. ¿Cuál es el primer objetivo que debemos plantear en una estrategia de
acompañamiento durante un confl icto de pareja?

2. ¿Qué actitudes se requieren en las entrevistas de acompañamiento?

3. ¿Cómo deberíamos proceder si notamos que los cónyuges están demasiado alterados a
nivel emocional?
76. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Buscando el rumbo
78.
introducciÓn
VIDEO 06
LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJER O
LIC. FEDERICO MASSONE
1. perspectiva bíbLica deL confLicto

2. aporte científico: joHn gottman


80.
. 67

03. aporte científico: carL rogers


concLusiones integradoras
CLASE 6

LA inteRVenciÓn deL
conSeJeRo PAStoRAL
En esta clase nos ocuparemos específicamente de las entrevistas en el
proceso de acompañamiento en situaciones de conflicto conyugal.
Comenzaremos con la base bíblica para establecer un punto fundamental
de la consejería en situación de conflicto. Se trata de la lógica de la ética
de la gracia que supera a la «justicia de los fariseos». Continuaremos con
las actitudes que el consejero debe sostener en las entrevistas
individuales y de pareja con vistas a que los cónyuges las asimilen como
pautas estables para enriquecer sus propios vínculos. Por último
abordaremos el vínculo entre la teoría de Gottman y la de Rogers.

PERSPEcTIvA bíbLIcA: 1 cORINTIOS 13, MATEO 5.17-20.

Uno de los temas principales de la enseñanza de Jesús es su postura en relación a la ley mosaica.
Esta postura se manifiesta especialmente en el Sermón del Monte (Mateo 5,6 y 7) y en la famosa
controversia que sostenía con la secta de los fariseos. Una buena manera de comprender este
asunto es interiorizarse en esa disputa.

70. mÓduLo 02

PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL


Por una serie de factores los fariseos llegaron a adoptar una postura frente a la ley mosaica
que Hans Küng describe con el término de compromiso. Es decir, buscaban cumplir con la ley y,
a la vez, con sus propios deseos dando un rodeo legal. Ante la demanda clara de la ley, el fariseo
buscaba una definición precisa, es decir, una aclaración sobre cómo aplicarla en cada caso
particular. Procuraba acotar al máximo el sentido de la ley y hacerla practicable al pergeñar una
salida legal para eludir la voluntad de Dios cumpliendo la letra del mandato divino. Así podían
saber claramente hasta dónde cumplirían sus propios deseos «sin llegar a pecar». Incluso
adquirieron la habilidad de litigar y utilizar la misma ley divina contra el mismo Dios para
justificar sus propias acciones egoístas. En Marcos 7, por ejemplo, Jesús demuestra cómo los
fariseos invalidaban el mandamiento de honrar a los padres excusándose de ayudarlos
económicamente al esgrimir que el dinero con que podrían ayudarlos estaba reservado
para las ofrendas (Marcos 7.10-13). Jesús expresó: «Y hacen muchas cosas parecidas»
(NVI). De este modo el Señor muestra con claridad de qué manera el instinto religioso del
ser humano busca llegar a un arreglo, un compromiso, entre su propio egoísmo y la ley de
Dios.

Es cierto que pagaron un precio caro por ello. Crearon un complejísimo sistema legal
que resultó esclavizante.

Por el contrario, lejos de flexibilizar la ley de Dios, la propuesta de Jesús es tomarla en


su sentido más radical. Desde su punto de vista, quien se enoja contra el hermano es tan
culpable como quien mata, y quien codicia a la mujer del prójimo es tan culpable como
quien comete adulterio (Mateo 5.21-28). En ese sentido debe entenderse la expresión de
que nuestra justicia debe ser mayor que la de los escribas y los fariseos (Mateo 5.20).

La justicia de la persona que sigue a Jesús no puede conformarse con cumplir la letra
de la ley. Por lo expuesto, el fariseo mantiene una lógica moral que consiste en cumplir
aquello que es estrictamente obligatorio. De ese modo encuentra que puede hacer lo que
se le da la gana con aquello sobre lo cual existe un «vacío legal», y así la voluntad del
hombre encuentra un espacio de cumplimiento por fuera de la voluntad de Dios
amparándose en la propia ley divina.

Los seguidores de Jesús, al igual que su maestro, deben procurar ir más allá de lo que
es estrictamente obligatorio. La lógica del amor al prójimo perdona infinitamente más de
lo que es obligatorio, ama al enemigo y da sin medida al necesitado.

La lógica de la gracia y del amor de Jesús supera la lógica moral del fariseo en el hecho
de que el creyente, al igual que su maestro, no busca defensa y refugio en su propio
derecho ni lo toma como algo a lo cual aferrarse. Podría dejar de perdonar si así lo
quisiera. También podría dejar de amar o de dar porque nadie lo obliga a ello. Pero lo
hace porque tiene incorporada la lógica del amor.

Cuando surge un conflicto matrimonial y una pareja pide consejo, no es raro que
lleguen al encuentro del consejero o el pastor instalados en la lógica «farisaica». Es
decir, que cada uno llegue por su lado con el objetivo de hacer valer sus propios
derechos y razones. Por lo general las razones que exponen son válidas por igual y, si
fuera el caso, aparentemente nos encontramos ante un dilema irresoluble.

LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PASTORAL .71 cLase 6


Pero quizá la solución se encuentre al quitar el foco de atención de las razones y los
argumentos que cada uno exponga y dirigirlo hacia la lógica que subyace bajo dichas
razones. Si ambos son seguidores de Jesús deberían razonar con la lógica de la gracia y
el amor y superar la lógica de la defensa del propio derecho que lleva al estancamiento.
Y es sustancial que el consejero tenga la habilidad de poner de relieve este punto, de
modo que la pareja reflexione en ello sin poner en juego mecanismos evasivos.

La entrevista pastoral debería permitir la expresión y la exploración de los


sentimientos y los pensamientos más profundos de la pareja con vistas enriquecer los
«mapas del amor» señalados por Gottman y permitir la mutua comprensión. Esto solo es
posible en el contexto de una disposición de ánimo lo suficientemente abierta gracias a
la asimilación de la lógica superadora de la gracia.

Hasta aquí hemos desarrollado algunos aportes de John Gottman y Carl Rogers para
la comprensión de las relaciones interpersonales y las situaciones de conflicto en el
matrimonio. Procuraremos ahora introducirnos en el modo de intervenir y aconsejar en
estas situaciones basándonos en los aportes de los mismos autores.

Las condiciones de la entrevista

Para comenzar digamos que las entrevistas deben reunir una serie de condiciones
importantes. Destacaremos algunas que consideramos con mayor relevancia. Las
entrevistas requieren que el consejero presente tres actitudes fundamentales, a saber:

1. Aceptación incondicional. Si deseamos que las personas en conflicto hablen y


reconstruyan su relación es necesario abstenerse de juzgarlas o expresar amor
condicional. Las personas deben experimentar un clima de seguridad que les
permita mirar su mundo interior y comprender (y aun exponer) sus sentimientos.
Solo es posible si perciben que quien las escucha lo hace con calidez y sin deseos
de juzgarlas.

2. Empatía. Es la capacidad de percibir el mundo desde los ojos de la otra persona.


El consejero debe hacer su mayor esfuerzo por comprender lo que la persona diga
en el sentido y con el matiz emocional que tuviera para ella. Si capta que el
consejero hace dicho esfuerzo, entonces será probable que también haga un
esfuerzo por expresar sus pensamientos y sentimientos con mayor precisión. De
este modo es posible que ella misma llegue a comprenderse mejor.

3. Congruencia. Equivale a la autenticidad. El consejero debe expresar con la


mayor autenticidad sus impresiones, sensaciones, emociones y pensamientos en
el contexto de la entrevista. Al hacerlo inducirá al interlocutor a efectuar lo
mismo porque este se sentirá habilitado para obrar de igual modo. De esta manera
incrementará su seguridad para explorar su propio interior.

Si el entrevistador pudiera demostrar estas tres actitudes cuando una pareja busque su
consejo y acuda a él para contar sus problemas, liberaría entonces poderosas fuerzas de
cambio. ¿Por qué? Porque estas actitudes inducen al otro a reproducirlas. De ese modo
generan un clima de comprensión que permite un acercamiento de las posturas.

72. mÓduLo 02
PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Cada uno puede escuchar al otro mientras describe sus propias sensaciones desde lo
profundo del corazón y eso facilita el entendimiento mutuo.

cambios en el modo de expresión

En este contexto se da otro fenómeno interesante. La clase anterior observamos que cuando la
situación de conflicto se encuentra en un punto crítico y la afectividad está muy
exacerbada, es poco probable llegar a un acuerdo o conversar sobre su posibilidad. Más
bien se observa que cada quien busca aferrarse a su postura con mayor empeño y las
comunicaciones suelen ser absolutas, exageradas y sin lugar para matices de ningún tipo.
En esos casos podemos escuchar frases del tipo: «Eres de tal o cual manera». Esa clase de
comunicación parece describir «hechos» que no dan lugar a opiniones contrarias. En ese
sentido decimos que son absolutas.

Ahora bien, en el contexto de una entrevista donde existe un clima de comprensión


generado por las tres actitudes antes descritas, suele darse el fenómeno que lo que antes se
relataba de forma absoluta como un «hecho» comienza entonces a entenderse por el
propio narrador como una experiencia. Los mapas del mundo se tornan menos absolutos y
cada uno se permite ponerlos en tela de juicio. Es decir, en lugar de decir: «Eres un idiota
porque siempre me dejas sola en las reuniones», puede que diga: «Cuando me dejas sola
en las reuniones me siento tan angustiada y tan poca cosa que siento que te llego a odiar».
Si bien lo que dice esta persona es grave y muestra una profunda crisis, es mucho más
alentador que la primera frase.

Vemos que ahora no insulta ni crítica al otro, lo cual no genera una reacción violenta ni
alimenta una escalada simétrica. Además expresa sus sentimientos, lo que permite que el
otro comprenda y se ponga en su lugar. Por otro lado, no expresa un hecho sino una
experiencia y, contra esto, no hay posibilidad de negación o contraofensiva, lo que de por
sí quiebra el ciclo de escalada simétrica.

Consideramos que este enfoque es perfectamente compatible con el de Gottman en


tanto que al cambiar el modo de expresión y generar este clima de comprensión se
previene el surgimiento de los «cuatro jinetes» y se generan momentos de comunicación
auténtica que incrementan la «cuenta bancaria emocional» y permiten tener mayor
precisión en el «mapa del amor».

Decíamos que el esquema de siete principios de Gottman está ordenado de tal forma
que cada principio logrado es la condición de posibilidad del avance sobre el siguiente.
De modo que los encuentros con la pareja en crisis deben apuntar a recomponer esos principios.
Y, por lógica, los encuentros deberían programarse con el orden de objetivos a cumplir que
describimos en la clase anterior. Gottman recomienda ejercicios específicos para abordar cada
principio (para un mayor detalle, ver Siete reglas de oro para vivir en pareja). En la clase
anterior, al explicar los principios, agregamos preguntas que pueden servir como disparadores
para la reflexión de la pareja.

Insistimos en el punto de que los encuentros deben darse en el contexto de la


aceptación incondicional, la empatía y la autenticidad o la congruencia.
LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PASTORAL .73 cLase 6

EJERCICIOS

En su libro, John Gottman nos comenta el caso de Dara y Oliver. Se presentaron


como un matrimonio recién casado que se ofrecía voluntariamente para la investiga-
ción que Gottman llevaba adelante sobre la vida matrimonial. Al estar recién casados
estaban llenos de entusiasmo sobre el futuro y afirmaban que si bien su matrimonio no
era perfecto estaban decididos a continuar juntos. Luego de un tiempo de entrevistas
Gottman llegó a la conclusión de que, tristemente, este matrimonio tarde o temprano
«naufragaría». Cuatro años después el autor recibió la información de que su predic-
ción fue acertada.

Por cuestiones de espacio no podemos desarrollar todos los factores que Gottman
tomó en cuenta para realizar dicha predicción, pero solo para dar un ejemplo transcri-
biremos una frase que Dara le dice a Oliver en relación a las tareas de la casa: «Para ti
no existen».

Es evidente que se trata de un sarcasmo (recordemos que es algo contemplado en-


tre los «cuatro jinetes»). Pero, además de esto, se trata de un «hecho» que ella relata y
no de una «experiencia» que percibe.

preguntas para reflexionar:

1. ¿Cómo podríamos intervenir si surgiera un comentario de este tipo en una en-


trevista matrimonial?

2. ¿Cómo podríamos facilitar que surja una forma de comunicación que, en vez de
aumentar el conflicto, favoreciera la posibilidad de una solución?
BiBLioGRAFÍA
(UnidAd 2)
Gottman, J. (2010). Siete reglas de oro para vivir en pareja. Madrid, España: Debolsillo.
Rogers, C. R. (2010). El proceso de convertirse en persona. Barcelona, España: Paidós.
Küng, H. (1996). Ser cristiano. Madrid, España: Trotta.
Tatángelo, E. Manual de Antiguo Testamento II. Buenos Aires, Argentina: IBBA.

REFERENCIAS BÍBLICAS:
NVI: La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 por Biblica,
Inc.® Usada con permiso. Todos los derechos reservados.
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78.

VIDEO 07

LA COMUNICACIÓN ASERTIV A
LIC. GUSTAVO VALIÑO
introducciÓn:

01. La comunicaciÓn

_ cuando falta la comunicación:

_ La palabra que falta:

_ forma y contenido:
_ preguntas para refl exionar:

.79
2. La asertividad

_ tres tipos de personas _ personas no

asertivas:
_ personas
agresivas:

_ personas asertivas:

_ comunicación asertiva en la pareja:

_ preguntas para reflexionar:

3. comunicaciÓn y espirituaLidad
CLASE 7

LA coMUnicAciÓn
ASeRtiVA
INTRODUccIÓN: DESDE LA TORRE DE bAbEL EN ADELANTE, LOS
SERES hUMANOS INTENTAMOS DISTINTAS SOLUcIONES (SIEMPRE
PARcIALES) AL PRObLEMA DE LA cOMUNIcAcIÓN. y NO SE
TRATA SOLO DE IDIOMAS DIFERENTES: AUNqUE hAbLEMOS EL MISMO
LENGUAJE NO LOGRAMOS ENTENDERNOS. TODOS hEMOS vIvIDO (y
vIvIREMOS) ESTA SITUAcIÓN. PAREcIERA UNA RAREzA ENcONTRAR GENTE
qUE «SE ENTIENDE»...

definamos «comunicación»
Todos le damos significado a nuestras experiencias cotidianas. La buena
comunicación es la habilidad de transmitir el significado que la experiencia tiene
para nosotros y recibir los significados que los demás dan a las cosas.
Dos desafíos: entender el significado de lo que expresa la otra persona y
respetarnos mutuamente al comunicarnos.
En las últimas décadas surgió una preocupación creciente por el estudio de las
relaciones interpersonales: el ser humano se desarrolla en el intercambio con su
medio social y el tipo de vínculo que logre establecer, lo que le permite alcanzar
un crecimiento armonioso o discordante. Así se desarrolló una investigación
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.97
intensa sobre las relaciones saludables bajo el concepto de asertividad:1 capacidad
de comunicarse respetándose y, al mismo tiempo, respetando a los demás.

Pareciera un objetivo imposible de alcanzar en nuestros días. Sin embargo, hay


muchas cosas que podemos aprender y mejorar. Veamos, a modo de
introducción, algunos aspectos de la comunicación. Las palabras que faltan

«Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que
rebosa, la fuente de la sabiduría». (Proverbios 18.4, RVR60)

El desafío es comunicarnos mejor. ¡Lo necesitamos! Pero... ¿y si


comenzamos al revés? ¿Qué es lo opuesto de la comunicación? Lo opuesto
es la adicción.

«Adicción» es una palabra compuesta: a (ausencia, carencia, falta de) y


dicción (discurso, palabra).

La adicción se relaciona con la imposibilidad que tiene una persona para


hablar de lo que le ocurre. No puede expresar sus frustraciones, sus dolores, sus
emociones; está encerrada, atrapada en su silencio.

Es difícil de creer que en un mundo globalizado, donde las comunicaciones


son el recurso más desarrollado y poderoso, lo que falta es la palabra. ¿Qué
palabra falta?

• Falta la palabra que comunica sentimientos, que da certeza de afecto y


aceptación, que expresa el sufrimiento y lo hace compartido.

• Falta la palabra que despliega los sueños y la creatividad.

• Falta la palabra reflexiva con la que intercambiamos y hasta


confrontamos ideas y valores.

• Falta la palabra cotidiana, con su simpleza, que nos hace saber que
quienes amamos «están allí» y que podemos compartir la vida con ellos.

• Falta la palabra del humor, de la distensión, del disfrute.

• Falta la palabra espiritual, la que desarrolla el encuentro con Dios, la


Palabra que recibimos de Él y la palabra con la que le damos respuesta y
expresamos nuestra necesidad más profunda.

Porque no debemos olvidar que cuando las personas no se expresan por la


palabra,

1 Castanyer, O. (1996). Capítulos 2, 5 y 6 en La asertividad: expresión de una sana autoestima. Bilbao, España: Editorial
Desclée de Brouwer.
98. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

hablan de otros modos: por sus adicciones, por sus enfermedades orgánicas, por
sus trastornos depresivos o ansiosos, por sus divorcios... Hablan mal, pero hablan.

Nos abocamos a reinstalar la palabra, esa que falta, en las familias, en la


educación, en los grupos de pertenencia, en la sociedad en su conjunto.
Trabajamos para reinstalar el diálogo con Dios, que inspira el cambio y la
esperanza. Nuestra salud, psíquica y espiritual, depende de que seamos capaces
de recuperar «esas palabras que faltan».

¿cómo nos comunicamos?

«La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor».
(Proverbios 15.1, RVR60)

La forma en que decimos las cosas es parte central de nuestra comunicación.


Hay muchas maneras de comunicarnos pero es necesario utilizar las que ayudan
a que el mensaje llegue al destinatario para que pueda asimilarlo y entenderlo.

Siempre encontramos argumentos para excusarnos por nuestras malas formas


de comunicación: «Soy así», o «No importa cómo lo diga, lo que vale es que
tengo razón».

Lo cierto es que cuando hablamos mal hacemos daño a los demás y a


nosotros mismos, y aún más: no nos comunicamos. No es cierto el pretexto de
decir: «Soy así».

La violencia verbal es una conducta aprendida (la forma mala de hablar es un


acto de violencia). Lo malo es que ya hemos aprendido a comunicarnos así. Lo
bueno es que, aunque se requiera un enorme esfuerzo, ¡podemos aprender otra
forma! No estamos condenados a hablar mal de por vida; podemos cambiar,
pero para eso se necesita que rompamos una falsa creencia que subyace bajo
nuestra violencia y dice: «Si hablo bien, no tiene efecto alguno».

Como el hablar mal causa impacto, creemos que debemos seguir haciéndolo,
porque así nos prestarán atención y las heridas que se producen «hay que
tomarlas como lamentables daños colaterales».

El texto de Proverbios no dice que hay que tergiversar el contenido del


mensaje para quedar bien. A veces es más fácil razonar bien que hablar de buen
modo, pero los buenos razonamientos se pierden en las malas formas. En otras
palabras: si tenemos razón pero lo decimos mal, dejamos de tener razón. La
mala forma impide que se escuche el contenido.

Los demás oyen nuestro maltrato pero no llegan a entender nuestras razones
porque los hemos herido y alejado de nosotros con violencia verbal,
descalificaciones o gritos. Lo primero que escuchan no es el contenido sino
nuestra mala manera de hablar; y así ya no escuchan el resto de nuestras palabras.
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.99
Entonces sentimos frustración y una profunda sensación de soledad, porque «no
nos entienden».

De nuevo: el maltrato verbal es un acto de violencia. Cambiar es difícil, pero


podemos encontrarnos con resultados maravillosos.

¿qué comunicamos?

«Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi


sabiduría; porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; si juntamente
se afirmaren sobre tus labios ». (Proverbios 22.17-18, RVR60)

En la comunicación, por supuesto, el contenido también está en juego. La


Biblia nos enseña que Dios es absolutamente coherente cuando se comunica
con el ser humano: lo que piensa es igual a lo que dice, y lo que dice es lo
mismo que lo que hace.

Es tan así que el relato de la creación, expresa: «... y Dios dijo [...] y fue
hecho...».

Es un concepto sorprendente porque nos hemos acostumbrado a una


sociedad donde se piensa una cosa, se dice otra y se hace una diferente. Al
escuchar los discursos de nuestro tiempo podemos tener la sensación que nos
ocultan más de lo que nos dicen:

• Cada vez que un político dice: «Les hablo con toda sinceridad», pareciera
que en realidad nos miente.

• Cada vez que una empresa de servicios nos llama por teléfono para
ofrecernos «un beneficio», lo primero que se nos ocurre pensar es: «¡Otra
vez quieren cobrarme más caro!».

• Cada vez que en los programas populares de televisión cuentan lo bien que
la pasan trabajando juntos, pensamos en la cantidad de insultos y gritos
que deben escucharse en los cortes publicitarios, sobre todo si el programa
de otro canal tiene mayor audiencia.

Vivimos el fastidio cotidiano de las comunicaciones mentirosas, interesadas


y manipuladoras. Esto hace que los conflictos se agiganten y nos sintamos
ahogados por la desesperanza. Pero Dios vuelve a ser nuestro mayor ejemplo y
fuente de inspiración:

• Respeta nuestras decisiones.

• Intenta, por todos los medios a su alcance, acercarnos a su persona.

• Siempre está dispuesto a perdonarnos.

• Nos dice la verdad aun cuando pueda ser difícil aceptarla.


100. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Se acerca a nosotros con palabras de amor e interés genuino por


ayudarnos.

• Siempre cumple lo que promete.

Leamos de nuevo los seis puntos anteriores y echemos mano de ellos para
entablar un diálogo con Dios, profundo y transparente. Merece la pena que
tomemos este modelo y lo apliquemos a nuestra vida cotidiana.

comunicación con bases sólidas

«Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en
misericordia y verdad, Mírame, y ten misericordia de mí». (Salmo 86.15-16,
RVR60)

La misericordia y la verdad deben ser los fundamentos de nuestra


comunicación. Son una sola cosa, no podemos usar una en un caso y otra en
otro. Cuando la misericordia y la verdad van de la mano, son sanadoras: nos
corrigen, nos transforman y nos dan confianza y seguridad.

La verdad nunca puede ser una expresión fría y calculadora de hechos


supuestamente «objetivos». En el concepto de Dios, la verdad que no va
acompañada de amor simplemente no es verdad, porque el amor es parte de la
verdad de Dios, no pueden disociarse.

No existe una ética cristiana que sostenga principios verdaderos sin el


fundamento de la misericordia. La ética de Jesús es la ética de la misericordia.
La misericordia es la expresión práctica del amor. Pero implica, necesariamente,
haberse confrontado primero con lo que uno es y haber encontrado en Cristo el
perdón y la entrega que hizo por nosotros «siendo aún pecadores...» (Romanos
5.8, RVR60).

Cuando enfrentamos la verdad de lo que somos y la misericordia que hemos


recibido, entonces nos convertimos en un canal de misericordia: somos capaces
de comprender la debilidad del otro, aceptarlo como es, consolarlo en su dolor y
perdonarlo en sus errores, tal como nosotros hemos sido consolados y
perdonados.

En su libro De adentro hacia fuera, Lawrence Craw dice: «... debemos


combatir duramente aquello que está detrás de la apariencia blanqueada de
nuestra vida. De la enseñanza de Jesús se desprende que no podemos lograr el
cambio si no nos enfrentamos a lo que somos...»2.

Misericordia no es tapar ni esconder sino mostrar la verdad con humildad y


juntos transitar, con la gracia de Dios, el camino de la transformación.

Así, el perdón se convierte en el producto más genuino de esta comunicación


sanadora; de hablar la verdad y descubrir con ella lo dañado y, en simultáneo,
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.101
ejercer la misericordia que restaura, comprende y anima a empezar otra vez.

definición de asertividad y sus alcances

Dijimos que la asertividad es la capacidad de comunicarse, respetarse y respetar a


los demás. Podemos establecer, a partir de la definición, tres tipos básicos de
respuesta: asertiva, no asertiva y agresiva, con las siguientes características:

2 Craw, L. (1992). De adentro hacia afuera. Miami, EE. UU.: Editorial Unilit, p. 36.
Personas no asertivas: son aquellas que no defienden sus derechos
personales, por tanto, respetan a los demás pero no se respetan a sí mismas. Son
personas inseguras, que tratan de evitar los conflictos y se considera como
«sacrificadas» en función de los demás, con una gran necesidad de aceptación
por parte de su entorno pero también, en ocasiones, con la sensación de ser
manipulados por otros. Sienten impotencia, culpabilidad y baja autoestima.
Ante situaciones críticas se bloquean o se sobreadaptan con altos niveles de
ansiedad.

A veces los conflictos no expresados, se traducen en síntomas somáticos a


causa de la carga emocional acumulada. Esa misma carga puede llevarlos a
tener estallidos agresivos que generan más culpa y menor autoestima.

Personas agresivas: defienden al extremo sus derechos personales aun en


desmedro de los demás. Se respetan a sí mismas pero no a los otros. En el
fondo también son personas inseguras pero que tratan de compensarlo con una
actitud de ataque hacia quienes las rodean como recurso para no sentirse
vulnerables. Sienten culpa y frustración, pero justifican sus reacciones
responsabilizando al entorno: si no se defienden, suponen que serán
avasalladas; eso les impone un constante estado defensivo.

Su respuesta ante la crisis es la agresión. Tienen temor de que las cosas no


salgan como creen que debieran ser, enojo permanente y una sensación de falta
de control. Tampoco pueden relajarse pues consideran que eso las dejaría en
una condición de debilidad.

Personas asertivas: dejemos en claro que no hay personas tan perfectas y


equilibradas que siempre logren mantener patrones asertivos de
comportamiento. Pero podemos inspirarnos en el modelo asertivo con la
intención de tener la mayor proximidad posible.

Las personas asertivas conocen y defienden sus derechos y, al mismo tiempo,


respetan a los demás tratando de generar acuerdos. Pueden defender su postura
sin agredir y plantear abierta pero respetuosamente sus diferencias. Son capaces
de poner límites y decir «no» a requerimientos que no les resulten adecuados pero
también son capaces de reconocer sus errores sin sentirse amenazadas por ello.
Pueden expresar gratitud, admiración y afecto, y también dolor o desconcierto.
Pueden pedir cuando es necesario. Tienen una autoestima equilibrada y sienten
102. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

satisfacción en sus relaciones interpersonales. Pueden valorar a los demás y


expresarlo.

Con solo mirar la clasificación anterior podemos pensar en la cantidad de


parejas que se han formado con una «complementación patológica» entre un
miembro no asertivo y otro agresivo. En algunos casos, este esquema enfermo
conduce hacia condiciones de violencia física y/o verbal donde uno de los
integrantes de la pareja procura evitar conflictos y el otro lleva al extremo la
agresividad para lograr que se cumplan sus exigencias.

Una pareja debiera ser algo «parejo», el sentido de simetría y de equilibrio


donde respetamos y somos respetados. La combinación «agresivo + no-
asertivo» lleva a relaciones asimétricas, donde el ejercicio del poder y el control
están en continua tensión. comunicación asertiva en la pareja: donde los
ideales se encuentran con la realidad

En la comunicación una pareja desarrolla gran parte de sus posibilidades como


tal. En mayor o menor medida, toda pareja tendrá puntos de desacuerdo e
incomprensión como producto de las diferencias en la historia de los integrantes
y sus modos distintos de dar significado a las cosas.

A partir de allí se abre un proceso de conocimiento y comprensión mutua,


con la necesidad de acuerdos que, en su desarrollo, también conlleva
desencuentros. Muchas veces el proceso puede estancarse: hay parejas que
simplemente conviven dolorosamente con su incomunicación a lo largo de los
años.

La asertividad es el recurso que permite desarrollar la tarea de sana relación y


acuerdo. No asegura un vínculo sin conflictos pero sí la posibilidad de un
avance a partir del respeto mutuo. Las diferencias son mucho más profundas
que una discusión conceptual y racional de argumentos. En realidad, ese es el
menor de los problemas. Es la carga emocional lo que dificulta el
entendimiento. Comprenden «con la cabeza» lo que se les dice pero no con su
ser interior.

Varias argumentaciones esconden una historia de sufrimientos que han


dejado heridas que perduran. Y esas personas dañadas ni siquiera son capaces
de relacionar sus argumentos con sus traumas.

Una esposa acusaba a su marido de ser «poco educado» y con falta de


dominio de sí mismo porque al final de cada comida familiar ingería las sobras
del resto de los comensales; el argumento del marido era «no hay que tirar los
alimentos». Pero detrás de la escena había una historia: aquel hombre había
pasado necesidades cuando era niño, época donde la única comida diaria (y no
demasiado abundante) era la cena. Había una fuerte carga afectiva bajo los
argumentos explícitos que le daban otro significado a las cosas. Y es allí donde la
asertividad opera como facilitadora: en la vocación de expresarnos y escucharnos
con amor y compromiso.
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.103
Hay falsas creencias que se construyen en base a experiencias dolorosas. Esto
daña la relación y favorece el surgimiento de problemas de comunicación.

creencias disfuncionales «no-asertivas»

• Necesidad de aceptación y la angustia que provoca cualquier posible


amenaza de rechazo. Esto genera una dependencia intensa a las reacciones
del otro y la evitación de cualquier conflicto o desacuerdo.

• Vivencia catastrófica de los errores. Cualquier error o mala decisión se


vive como un fracaso. Lleva al perfeccionismo o la parálisis ante
situaciones donde hay que correr «riesgos».

creencias disfuncionales «agresivas»

• Necesidad de reaccionar y defenderse ante aquellas cosas que


consideramos injustas. Las acciones del otro que dañan se evalúan desde la
intencionalidad: se hacen «a propósito», con mala motivación y por lo
tanto no deberían ser perdonadas. Dichas creencias llevan al
distanciamiento, la amargura y la desconfianza mutua.

• Intolerancia cuando las cosas no salen como esperábamos. La rigidez e


inflexibilidad conducen a un estado de enojo casi constante, de queja y
amargura. No aceptar la realidad es lo que también nos impide obrar
sanamente para intentar modificarla.

Estas y otras creencias falsas se sostienen en base a emociones dañadas que no


siempre salen a la luz o no podemos relacionarlas de modo directo con el hecho
actual. Sin embargo, condicionan la forma de dar significado a las experiencias.
Por tanto, es necesario reconocer las experiencias que han forjado tales creencias
y desarrollar modelos de respuesta «más asertivos».

algunas respuestas asertivas

• Expresar lo positivo de la pareja. Los halagos, el elogio de conductas, la


valoración de actitudes, son imprescindibles para generar un clima
favorable al diálogo. Algunas parejas creen que hablar lo positivo es
innecesario porque «ya se sabe». No obstante siempre es necesario y
enriquecedor explicitar lo bueno.

• Expresar de la manera más simple y clara posible las necesidades e


intereses. Evitar el reclamo y los argumentos defensivos. Es la expresión
más concreta del respeto por uno mismo. Más allá de que el planteo esté
equivocado, merece ser considerado en un diálogo respetuoso; el respeto
es innegociable. Los desacuerdos son válidos pero no lo son las
descalificaciones.
104. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Limitar las situaciones de discusión. Podemos:


_ reducir la cantidad de información que deseamos expresar (hablar de un
tema pero evitar que se derive hacia otras cuestiones);
_ aplazar una discusión pero con el compromiso de continuarla en otro
momento cercano y más adecuado (la postergación indefinida es
dañina);
_ centrarse en las soluciones en lugar de buscar un culpable;

_ reconocer el error sin que ello se convierta en una descalificación;

_ preguntar con genuino interés y respeto qué espera el otro de uno;


_ evitar generalizaciones del orden de «siempre» o «nunca» para
describir las conductas de la pareja; esto suele erigir barreras defensivas
y dificultar la escucha.
espiritualidad y comunicación: el trato transformador de dios

Muchas parejas tienen graves dificultades de comunicación porque uno o ambos


integrantes manifiestan respuestas no asertivas o agresivas que provocan
desajustes y respuestas emocionales inadecuadas. Estas dificultades tienden a
profundizarse con el correr del tiempo en la medida en que siguen sosteniendo
las mismas respuestas y por ello el problema se hace crónico y desgasta el
vínculo, llevándolos al aislamiento emocional.

Tenemos una idea más o menos clara de lo que deberíamos hacer a modo de
respuesta, pero a la hora de concretarlo vuelven a aparecer los antiguos
patrones de conducta arraigados desde nuestra infancia. Entonces apelamos, en
el mejor de los casos, al intento de cambio espiritual, porque aprendimos que si
nos aferramos a Dios y creemos en sus promesas, Él hará nuevas todas las
cosas.

No obstante, lo peor no es solo que la espiritualidad mágica no funciona sino


que además el daño se profundiza; no se resuelve el problema de diálogo de
pareja y genera una desilusión en la relación con Dios. No es que Él no
intervenga sino que no lo hace de acuerdo a nuestro formato.

Dios trabaja muchos aspectos de nuestra vida a través de procesos y no en


base a «sucesos milagrosos». Nos agradan más los acontecimientos milagrosos
porque no implican demasiado esfuerzo: creemos en Dios, Él obra y salimos
transformados. ¡Listo, asunto arreglado...!

Lamentablemente gran parte de la teología posmoderna se construye sobre


este tipo de argumentos mágicos: «declaramos», «reclamamos»,
«renunciamos», «legislamos», etc. Es cierto que las palabras tienen poder, pero
en ocasiones pretendemos a través de ellas ejercer la voluntad de Dios por nuestra
cuenta y así no solo le indicamos a Él lo que tiene que hacer sino también cómo y
cuándo. Pero la transformación espiritual es un proceso en el que se desarrolla el
cambio de forma paulatina.
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.105
El apóstol dice en 2 Corintios 3.18: «Así que, todos nosotros, a quienes nos ha
sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. Y el Señor, quien
es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos
transformados a su gloriosa imagen» (NTV).

Los procesos requieren de un tratamiento de tiempo, esfuerzo, entrega y


renuncia dolorosa; una y otra vez debo humillarme ante Él y ante mi pareja en mi
debilidad y mi incapacidad para modificar mi carácter. Es el «barro» que el
«alfarero» trabaja con sus manos. Y mientras lo hace, duele.

Jeremías 18.6: «Ustedes están en mis manos. Yo puedo hacer con ustedes lo
mismo que este alfarero hace con el barro» (TLA).

Este modelo no suele ser de nuestro agrado. ¿Dónde quedan el poder de Dios
y sus milagros? Debemos recordar que la mayoría de los milagros no son
espectaculares ni estruendosos. En cambio suelen realizarse en el silencio de
corazones cambiados donde el Espíritu Santo entra y genera vida.

No hay mejor lugar para el trato de Dios que el contexto de la relación de


pareja donde tenemos el desafío de «hacernos uno» desde la humildad y la
entrega al otro. A partir de la realidad cotidiana podemos construir una
comunicación de pareja sanadora, que nos estimule al crecimiento.

algunas reflexiones finales

1. Conversar sobre los conflictos es sanador. A veces


el silencio es el intento deliberado de no comunicarse o mantener un trato
superficial con el propósito de expresar enojo o implementar una
modalidad de castigo no explicitado. La amargura es el enojo sostenido y
alimentado a lo largo del tiempo, muchas veces acompañado por el
silencio. El silencio deja espacios que no siempre se interpretan de forma
adecuada («No sé lo que le ocurre», «No sé qué piensa»). Si se lo utiliza
como mecanismo de castigo, constituye una forma de abuso emocional.
Por ejemplo, no hablar a la pareja o a los hijos durante días, a veces
semanas. Padres que dicen: «Nunca les levanté la mano ni la voz» pero el
silencio indiferente durante días puede ser más dañino que una palmada o
una discusión franca y respetuosa con la esposa.

La mejor expresión para el enojo es la palabra porque desarticula la


violencia y los rencores. No olvidemos que «todo lo que no se habla se
actúa». Lo que no decimos de algún modo surge en otras circunstancias
como emergente de la frustración acumulada.

2. Comunicar nuestras necesidades. No expresamos nuestros deseos y


necesidades porque supuestamente el otro tendría que conocerlas. Pero ese
camino nos lleva a la frustración. A veces pensamos que si manifestáramos
nuestros deseos entonces se perdería el encanto. Sin embargo, en realidad
nos daríamos la oportunidad de encontrar satisfacción. Que una conducta
106. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

no sea espontánea no implica que sea artificial. Es algo que hacemos por la
persona que amamos, para agradarle y mostrarle nuestro interés. Es un acto
de entrega, de renunciamiento, de rechazar el egoísmo natural y
disponernos a hacerle un bien a nuestro cónyuge. Lo espontáneo es fácil y
no cuesta esfuerzo.

3. Comunicarnos con la mayor claridad posible. Si armamos un


«escándalo» por pequeñeces en realidad hablamos de otra cosa. Suelen
ser discusiones falsas que ocultan cuestiones más profundas que nos
afectan y no nos animamos (o no sabemos) plantear. De esta manera
alimentamos un estado de amargura y resentimiento. Es importante no
atribuirle ningún significado al otro sino hablar desde lo que a uno le
ocurre. En otras palabras, ser claros: el objetivo es que nuestra pareja nos
entienda. Por ello debemos comunicarnos con coherencia, humildad y
transparencia.

4. Vivir y comunicarnos con integridad. El peor veneno que podemos


sembrar en nuestra pareja y nuestros hijos en relación con la iglesia es
nuestra incoherencia. Muchos padres reclaman el respeto de sus hijos
pero al volver de la iglesia cada domingo lo único que escuchan en el
almuerzo familiar son murmuracio-

nes y críticas hacia los pastores o líderes. Por otra parte, en ocasiones
nuestros hijos ven que realizamos nuestro servicio a desgano y después
reclamamos que tengan responsabilidad y compromiso.

a manera de conclusión

Al revisar los conceptos que hemos abordado tal vez sintamos frustración. La
distancia entre nuestra realidad y un modelo saludable puede parecernos
abismal, inalcanzable. ¡Pero no lo es! Todo depende de nuestra entrega, del
compromiso y, sin lugar a dudas, de una enorme cuota de humildad personal.

Si de algo podemos estar seguros es de que Dios está dispuesto a


acompañarnos porque nuestra salud es siempre uno de sus objetivos. A fin de
cuentas, las antiguas traducciones bíblicas se referían a la salvación en términos
de «salud». Podemos experimentar salud, vivir mejor y con mayor plenitud. Por
nosotros, por nuestras parejas y también por nuestros hijos, quienes recibirán un
modelo mejor. Parece algo utópico, ¡pero es imprescindible lograrlo!

EJERCICIOS
1. La definición clásica de comunicación refiere a la interacción entre un
emisor y un receptor. Analice las diferencias entre ese modelo y otro que
involucre «el significado de la experiencia» como centro de la
comunicación.
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
cLase 7
.107
2. Describa las implicaciones que tiene «la forma» de comunicar el mensaje
respecto del «contenido» que se comunica.

3. En la clase de hoy se hace referencia a la forma en que Dios se comunica


con nosotros. Reflexione sobre los ítems propuestos y aprovéchelos para
tener un tiempo de devoción con Dios.

4. Analice las tres categorías de comunicación asertiva. Busque un ejemplo de


cada una de ellas en las Escrituras.

5. Reflexione sobre el impacto de una comunicación asertiva, no-asertiva y


agresiva en la pareja matrimonial.

6. Elabore ejemplos prácticos de las siguientes consignas en la pareja:

_ «hablar sobre los conflictos es sanador».

_ «comunicar nuestras necesidades».

_ «comunicarnos con la mayor claridad posible».

_ «comunicarnos con coherencia, humildad y transparencia».


Prestar atención
110.

VIDEO 08
LA ESCUCHA ACTIVA
LIC. GUSTAVO VALIÑO
introducciÓn

01. La escucHa activa en La pareja

_ el silencio no es salud

_ características de la escucha activa

• prestar atención

• Hablar sólo lo necesario


_ preguntas
para refl
exionar

.95
2. recursos básicos de La escucHa activa_ ¿qué debe evitarse en la escucha activa?

_ preguntas para reflexionar


112.

3. ¿qué debemos escucHar?

_ escuchar los significados

_ escuchar las historias

concLusiones integradoras

_ nuestra pareja necesita que escuchemos sus necesidades y preocupaciones


_ necesitamos escuchar que somos amados

_ Los conflictos son inevitables

_ cuando en una pareja uno gana, ¡los dos pierden!


114.
CLASE 8

LA eScUcHA ActiVA
«JEhOvá EL SEñOR ME DIO LENGUA DE SAbIOS, PARA SAbER hAbLAR PALAbRAS AL
cANSADO; DESPERTARá MAñANA TRAS
MAñANA, DESPERTARá MI OíDO PARA qUE OIGA cOMO LOS
SAbIOS». (ISAíAS 50.4, RvR60)

Así dijo el profeta sobre el Mesías varios siglos antes de que Jesús viniera a vivir entre los
seres humanos. Puso de manifiesto a la escucha como un elemento condicionante para el
desarrollo de su tarea redentora. Pareciera que la sabiduría en las palabras está supeditada a
la sabiduría en la escucha. En otros términos: no hay palabras sabias sin escucha sabia.

Después de siglos y, sobre todo, luego de tanta investigación en el ámbito de la


comunicación humana, volvemos a este antiguo principio: la comunicación saludable
empieza por la escucha. El arte de la escucha es, en gran medida, el arte de la espera. Esto
implica demorar el tiempo necesario la intervención para mostrar al interlocutor que uno lo
escucha sin interrupciones, una especie de moratoria en la que se comprende y analiza antes
de responder.

La idea de comunicar nos lleva casi intuitivamente al concepto de decir algo. Sin
embargo, el texto bíblico nos ayuda a pensar las cosas de otra manera: para decir primero
hay que escuchar. Por ejemplo, quien haya leído los Evangelios conocerá la sabiduría de
Jesús: transmitía con todo acierto en sus palabras el mensaje que necesitaban quienes
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.115
se acercaban a Él. Las multitudes que participaban de su enseñanza pública y las
personas que tenían conversaciones íntimas coincidían en lo maravilloso de su
manera de generar un vínculo y transmitir consuelo, desafío, esperanza, perdón y
misericordia. Cambiaba la perspectiva de las cosas, ayudaba a ver lo que nunca
habían visto.

Las palabras de Jesús transmitían descanso. ¡Cuánto necesitamos recuperar


este concepto en los tiempos que vivimos! Las palabras de Jesús comunicaban
vida a sus oyentes. De la misma gracia de Dios a veces nos encontramos con
personas que reproducen aquel don y al hablar con ellas recibimos algo más allá
de palabras: también nos infunden paz.

No obstante las palabras sabias solo se hacen posibles a partir de oídos sabios.
Hace falta escuchar como oyen los sabios para luego ser capaces de comunicar
descanso. Hará falta, entonces, que demos importancia a la escucha.

Pero en más de una ocasión sentimos que tenemos «tanto para decir», que es
tan importante que los demás «nos escuchen», que «tenemos derecho» a ser
escuchados... y así priorizamos nuestra palabra antes que nuestro oído.

Esto nos lleva a reflexionar en lo siguiente: el arte de la escucha también es el


arte de la humildad. Para escuchar es condición sine qua non ser humildes. Es
necesario «bajarnos» de una omnipotencia aparente para priorizar al prójimo. En
realidad, hace falta desprenderse de varias «omnipotencias», entre otras:

• Creer que soy lo suficientemente importante como para que otros tengan
que aprender de mí y sean iluminados por mis palabras.

• Enarbolar el narcisismo que me sitúa como centro del diálogo.

• Considerar que lo que tengo para decir es distinto y mejor que los demás.

El apóstol Pablo plantea dos conceptos que pueden orientarnos al respecto:

Romanos 12.3: «Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno» (RVR60).

Filipenses 2.3-4: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con
humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no
mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros»
(RVR60).

El primero texto bíblico está inserto en el marco del desafío que el apóstol hace
a favor de un nuevo estilo de vida, que se diferencia de la cultura imperante y es
coherente con la transformación espiritual a la que somos convocados por nuestra
experiencia en Cristo.
116. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

El segundo forma parte, nada más ni nada menos, de la sublime declaración de


entrega y despojo que Dios hace de sí mismo, en la persona de Cristo, a favor de
la humanidad.

Priorizar la escucha, entonces, es perfectamente compatible con el espíritu de


estas enseñanzas.

La escucha es un acto de humildad. Es mirarnos con la cordura necesaria,


reconocernos menos importantes de lo que pensamos. La inspiración que
podemos generar en otros simplemente fluye, nunca se impone; es el efecto
natural de nuestra vida y no una puesta en escena de nuestra necesidad de tener
protagonismo.

La escucha es un acto de entrega y generosidad. Así como Dios se despojó y


se humilló, su Espíritu nos convoca a tener la misma actitud con nuestros
semejantes.

Pero esta actitud espiritual requiere de una «conversión» de nuestra parte en


materia de comunicación: es la crucifixión de nuestro «yo» demandante de
atención y es el nacimiento del «ser humano nuevo» a la imagen de Jesús,
comprometido con el prójimo.

A veces hemos dado a estas verdades espirituales tanta altisonancia que se han
convertido en meras abstracciones. Sin embargo, la transformación espiritual se
traduce en la vida cotidiana transformada. Sin esto no somos muy distintos del
fariseísmo que Jesús condenó, religión formalista y vaciada de contenido.

La vida que no ha sido atravesada por la conversión tiene otros valores donde
la sabiduría y la humildad no son prioritarias. Todo lo contrario.

puesta en marcha de la escucha activa

En algunas situaciones de comunicación cada interlocutor se muestra más


interesado por transmitir sus mensajes que por comprender los de los demás. Cada
interlocutor es más activo en la emisión que en la escucha. En tal circunstancia es
frecuente que el mensaje de nuestros interlocutores sea recibido de forma parcial
y distorsionada debido a nuestro punto de vista sobre el tema en cuestión.

Coloquialmente nos referimos a situaciones de diálogo de sordos cuando cada


interlocutor emite sus mensajes sin integrar el mensaje de los demás
interlocutores. Cuando nuestro interlocutor percibe que no le prestamos atención
con la intensidad deseada para su mensaje es muy probable que, de manera más o
menos consciente, eleve el volumen de su voz, acelere la velocidad de emisión...
y acompañe su mensaje verbal con signos no verbales que reflejen tensión,
incomodidad, rechazo, desprecio...
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.117
Es cierto que nuestra palabra debe ser escuchada y que hay modelos de
relaciones abusivas y descalificadoras que quisieran callarnos como modo de
dominación. De ningún modo debemos aceptarlo ni someternos a ello. Pero
muchas veces la necesidad de imponer nuestras palabras procede de impulsos más
mezquinos: los miedos, la necesidad de controlar a los demás, la obsesión porque
las cosas se hagan a nuestra manera, la soberbia en creer que somos los únicos
que saben cómo hacer las cosas, etc.

Y así no escuchamos… Si parafraseáramos al apóstol Juan, diríamos: «Si no


somos capaces de escuchar a nuestros hermanos a quienes vemos, ¿cómo
escucharemos a Dios a quien no vemos?».

Decir es solo una parte de la comunicación. Por lo general le hemos dedicado


esfuerzos importantes al «buen decir». El estudio de la asertividad como modelo
de comunicar, en el sentido del buen decir, constituye un recurso formidable para
mejorar nuestros vínculos. Pero en simultáneo hemos desarrollado técnicas para
«decir» y no le hemos dado mayor atención a «escuchar». Porque escuchar es
simplemente eso: ¡escuchar!

Solemos pensar en la escucha como una acción absolutamente pasiva, carente


de alternativas o variantes. De forma errónea consideramos que lo activo está en
el decir y lo pasivo en la escucha. El título de esta clase es, justamente, «la
escucha activa».

Pero ¿qué tiene de activo la escucha? Estamos allí, frente a otra persona que
hace algo (hablar); en el mejor de los casos, escuchamos con paciencia y
atendemos lo que dice. Pareciera que eso no es algo activo pero si lo hacemos de
modo correcto, la escucha sí es activa.

una perspectiva de pareja

Si revisamos lo dicho hasta aquí veremos la importancia que tiene la escucha en


el trato matrimonial. Algunas parejas han convertido su comunicación en dos
monólogos, donde cada cónyuge le reclama al otro por múltiples cuestiones. Con
argumentos sólidos o débiles, los monólogos se encierran sobre sí mismos; se
encapsulan y se convierten en algo inmodificable. Pero esta rigidez es lo opuesto
al diálogo porque la suma de dos monólogos nunca da por resultado un diálogo.

La escucha activa nos previene del monólogo y nos abre a lo que diga nuestro
cónyuge y a su experiencia. Podemos expresar nuestro interés por su persona,
mostrar valoración por ella y sus dichos, y generar espacios de diálogo profundo.

«Profundo» no es lo mismo que «aburrido» o «dramático». A veces creemos


de forma errónea que hablar de nuestra pareja es plantear un listado interminable
de reclamos mutuos, experiencia de la que indefectiblemente saldremos peleados,
heridos y con una sensación de que la distancia emocional se ha incrementado aún
118. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

más. Sin embargo, el buen decir y la escucha activa pueden ayudarnos a que esto
sea de otra forma.

No pretendemos ser utópicos en nuestro abordaje. Hay cosas que no nos gustan
escuchar, que duelen y otras con las que no estamos de acuerdo. Pero es
importante recordar que el silencio no es salud. En el mejor de los casos será una
tregua sostenida en el tiempo, a veces casi permanente, que de vez en cuando
explota en nuevas hostilidades. ¡Pero no es salud!

El matrimonio ofrece la oportunidad de generar un vínculo al estilo de Jesús


donde se desarrolle el amor como un camino hacia la sanidad.

Nos conmueven las historias de personas que sufrieron abandonos y


padecimientos durante su infancia por haber nacido en familias disfuncionales. Al
respecto, no podemos dejar de hacer una salvedad: en muchas circunstancias, la
denominación «disfuncionales» sería casi una elegancia del idioma; tal vez la
expresión «atroces» se aproxime con mayor precisión a la realidad.

En algunos casos, dichas personas han formado matrimonios que luego


reiteraron la triste historia disfuncional. Pero en otros no: encontraron en sus
parejas la oportunidad de forjar un cambio para su historia. Salieron del
«infierno» y fueron capaces de edificar relaciones saludables. Al estilo de Jesús,
esta gente logra transmitir consuelo, desafío, esperanza, perdón y misericordia en
la intimidad de su pareja. Son hombres y mujeres que también son capaces, como
Jesús, de cambiar la perspectiva de las cosas, ayudándose mutuamente a
considerar lo que nunca habían visto.

Las palabras de Jesús transmiten descanso; la palabra de mi pareja también


puede hacerlo. Pero, tal como señala el profeta Isaías, para que mis palabras
transmitan descanso debo ser capaz de escuchar a mi cónyuge como alguien
«sabio». características de la escucha activa

El concepto de «escucha activa» se basa en investigaciones de Carl Rogers, entre


otros, y se utiliza en técnicas de comunicación y resolución de conflictos.

Michael Rost la definió como «un término genérico para identificar a una serie
de comportamientos y actitudes que preparan al receptor para escuchar,
concentrarse en la persona que habla y dar respuestas».3

Escuchar activamente involucra el acto de prestar atención especial, de modo


intenso, y detenerse a considerar qué ideas y sentimientos desea transmitirnos el
emisor, y esto antes de responder a su mensaje, incluso de plantearnos cómo
responder.

La escucha activa implica una actitud que nos lleva a hablar solo lo necesario,
emplear frases abiertas que inviten al cónyuge a ampliar sus explicaciones,
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.119
expresar el contenido de su mensaje con mayor espacio y hacerle notar que es
escuchado con autenticidad.

La atención es la actitud de interés al mensaje que se recibe, lo que ha de


motivar nuestra escucha activa y optimizar la eficacia en la comunicación.

Sin embargo, a veces se oye lo siguiente: «¡Ya sé lo que me va a decir! ¡Ya


escuché lo mismo cientos de veces!». Estas frases infieren que escuchar no vale
la pena. Es el mismo concepto encerrado en «todos los hombres son…», «todas
las mujeres son…», «tú nunca/siempre…», etc.

Son los prejuicios instalados que se ponen servicio de la imposibilidad de


cambiar solo por considerar que el cambio es inviable. En tal sentido, los
cónyuges no se escuchan porque suponen que saben lo que dirán, porque
«siempre es lo mismo», porque están cansados de los «mismos reclamos». Pero la
escucha activa se refiere a la capacidad de escuchar no solo aquello que la
persona expresa de forma directa sino también los sentimientos, las ideas o los
pensamientos que subyacen a lo que se dice.

3 Stapleton, L. M. (2008) (en inglés). Toward Present Listening: Practices and Verbal Response Patterns in Small
Groups of Teacher Candidates and University Supervisors. ProQuest. En Google Books. Consultado el 21 de julio de
2015, p. 15.
Es fácil que el emisor no diga exactamente lo que desea transmitir; el ruido del
ambiente o las distracciones hacen que los receptores no oigan íntegramente lo
que se ha dicho. Así, una parte de lo que se oye suele no ser comprendida y parte
de lo que se comprende puede ser olvidado a los pocos instantes.

Son defectos casi inevitables en nuestras comunicaciones debido a las


limitaciones humanas. No podemos eliminar los problemas de comunicación pero
podemos mejorar y hacer cambios que nos lleven a un modelo más sano, pleno,
íntimo y disfrutable.

recursos básicos en la escucha activa

Los investigadores de la comunicación nos plantean algunos recursos concretos:

• Conocer e interpretar el lenguaje verbal y corporal de las personas. Es


algo imprescindible en una pareja y es valioso que se desarrolle a través de
los años para lograr un mejor acercamiento.

• Generar un clima emocional acogedor. Así como Dios una y otra vez
verbaliza su amor por nosotros en las Escrituras, es necesario que lo hagamos
en la intimidad de la pareja, con palabras y acciones. Escuchar a mi pareja
activamente es una muestra de amor.
120. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Afirmar al cónyuge que uno lo escucha. Para esto se


debe desarrollar una expresión concreta al mostrar reciprocidad e interés
sobre lo que el cónyuge expresa. También desempeña un papel importante el
lenguaje no verbal (gestos con la cabeza, la mirada, las manos, etc.).

• Mostrar empatía («Entiendo lo que sientes», «Noto que...»). Ponerse en el


lugar del otro. Una actitud de renunciamiento y generosidad. Nos obliga a
salir de nuestra postura y actitud defensiva para intentar entender cómo se
siente el otro. Requiere humidad y valentía; es una de las actitudes más
difíciles de asumir y más cercanas al espíritu de Jesús porque nos obliga a
morir al «yo» para tomar en cuenta al otro.

• Resumir lo que ha dicho el cónyuge. Así demostramos que escuchamos y


entendemos lo que nos cuenta.

• Reflejar el estado emocional. Además de que lo hemos


entendido le mostramos que sabemos cómo se siente.

• Validar. Mostrar que aceptamos lo que dice aunque no se estemos de


acuerdo. Es aceptable lo que se dice, se entiende, aunque no estemos
totalmente de acuerdo.

• Dar señales a la otra persona mediante expresiones corporales adecuadas


que confirmen que escuchamos.

• Pedir que nos aclare aquellas cosas que no hemos comprendido.

• Proponer síntesis parciales que nos ayuden a centrar el asunto.

• Respetar los silencios que se produzcan de forma natural en la


conversación.
Ser pacientes y respetar el tiempo del cónyuge.

elementos a evitar en la escucha activa

• No distraernos. Para tener una conversación importante hay que dedicarle


toda la atención; no debiera efectuarse mientras se hace otra cosa ni con el
televisor prendido ni mientras contestamos mensajes en el teléfono móvil.
Ambos cónyuges deben tener disposición, tanto quien propone la
conversación (que no lo haga cuando el otro está concentrado en otra cosa)
como quien recibe la propuesta de diálogo, renunciando en algún momento a
sus intereses (o «escapes») para poder dialogar.

• No interrumpir al que habla. Esperar a que la otra persona nos dé lugar


aunque no estemos de acuerdo con lo que diga.

• No juzgar. Recordar el consejo bíblico que indica no juzgar para no ser


juzgados.
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.121
• No ofrecer ayuda ni soluciones prematuras. A veces durante un diálogo
nuestro cónyuge no nos pide que resolvamos nada sino que se trata de la
necesidad de hacer «catarsis» con nosotros. Necesita ser escuchado como
expresión de afecto o para ordenar sus propias ideas mientras habla.

• No contar nuestra historia cuando el otro necesita hablarnos. Recordar


que nadie escarmienta en «cabeza ajena». Además, si nos cuenta algo es
para que entendamos su problema y si contamos nuestra historia nos
centraremos en la nuestra.

• Evitar el «síndrome del experto», es decir, tener la respuesta antes


de que el otro cuente todo.

• No rechazar ni minimizar las emociones que


el cónyuge manifiesta. Las emociones son reacciones
automáticas que frecuentemente se dan en determinadas circunstancias;
pero que no son obligatorias y no las controlamos. Por eso, decir a una
persona que no debería sentir lo que siente implica un reproche sobre una
sensación interna, ante la cual la persona no tiene control. Hay que tener en
cuenta que no está en su mano modificar tal sentimiento. Lo que sí puede
controlar y modificar es cómo expresar esas emociones pero no las
emociones en sí mismas.

• No dar un consejo que no nos hayan pedido.

• No descalificar mediante opiniones.

¿qué debemos escuchar “activamente”?

1. Escuchar los significados. A veces reducimos la escucha a las


palabras. También deberíamos ser capaces de escuchar a la persona. Escuchar
quién es, de dónde viene, por qué cree lo que cree. Oír es mucho más complejo
que el mero proceso físico que involucra la recepción de ondas sonoras, su
transmisión y transformación en una señal nerviosa específica que se da a través
del oído; implica la puesta en marcha de procesos intelectuales y emocionales
que integran múltiples datos para la búsqueda de significados y la interpretación
de mensajes.

Para comprender mejor el mensaje recibido no basta con analizar su


contenido. También es necesario considerar las connotaciones y los significados
atribuidos por el emisor, tener en cuenta la carga afectiva que proyecta el
comunicante y sintetizar la esencia del mensaje. La relación con el mundo externo
implica darle un significado a lo que vivimos: desde un viaje en autobús hasta la lectura
de un libro tienen un significado. Puede ser interesante, obligatorio, insoportable,
desafiante, trascendente, rutinario o agobiante. Por eso, una de las consideraciones
122. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

básicas a tener en cuenta es la siguiente: «Cada sujeto es un dador activo de significado a


las experiencias».

Hablamos de experiencia y no de realidad porque nuestras experiencias son


subjetivas, es decir, son lo que nosotros vivimos de la realidad y no la realidad en
sí misma. Frente a una misma situación, en el mismo momento y en el mismo
lugar, nuestras vivencias pueden ser diferentes y estar asociadas al significado
que le damos a esa experiencia en particular. Cada persona le asigna a sus
experiencias su propio significado, bueno o malo pero propio. Para ayudar, lo
primero que necesitamos es entender y para eso debemos escuchar.

¿Tenía sentido que Jesús le preguntara a un ciego «qué quieres que te haga»?
Desde esta perspectiva consideramos que sí. Para Jesús es importante la
experiencia de cada persona, sus necesidades y la mirada que las mismas
personas tienen de esas necesidades.

Los significados que damos a nuestras experiencias afectan profundamente la


manera en que las abordamos. No es lo mismo enfrentar una decisión con temor
al fracaso (condicionados por la baja autoestima) que con impulsividad (por una
ansiedad desbordada) o con reflexión (aprendida en el diálogo y el análisis de
situaciones anteriores).

Resulta esencial escuchar el significado que tiene para nuestro cónyuge


aquello que nos dice. En primer lugar porque es una expresión concreta de
intimidad: entender sus significados es expresión de conocimiento y valoración
del otro, de interés por sus necesidades. Y segundo, escuchar los significados es
lo que nos permite avanzar en la comunicación y en la resolución de los
conflictos. No importa solo aquello que se dice sino también cómo se dice y
cuál es el mensaje subyacente a ese discurso.

2. Escuchar la historia. Los significados se han ido construyendo y


consolidando en la historia de la persona: una aprendió a verse incapaz, otra que
tenía que tener todo de forma urgente, otra que en su entorno familiar vio cómo las
decisiones se dialogaban y meditaban con anticipación, etc.

La historia personal y familiar condiciona, para bien o para mal, la forma de


dar significado a nuestras experiencias. En muchos casos necesitamos, a la luz de
la Escritura, aprender otra manera más saludable de dar significados, contando
con la ayuda del Espíritu Santo (ver Juan 14.26).

En nuestra historia infantil hemos recibido de nuestras familias un sistema de


creencias que es mucho más amplio que la presencia o la ausencia de experiencias
religiosas. El sistema de creencias familiar es un modo de ver la vida, de dar
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.123
significado a las experiencias que vivimos y que nos rodean. Proviene
principalmente de nuestros padres y con el correr de los años podremos
confirmarlo o desmentirlo, pero hay algo que no podremos evitar: ya ha sido
instalado en nosotros. Algunos ejemplos de creencias:

• Qué es el éxito en la vida

• Qué indicadores se usan para valorar a una persona

• Cuál es el valor del dinero

• Qué significa ser aceptados por Dios y cómo se alcanza esa aceptación

• Qué lugar ocupa la aprobación de los demás en nuestra vida

• Cómo disfrutar de la vida

• Qué lugar ocupa el sufrimiento y qué posición adoptamos frente a él

El listado incluye solo algunos aspectos. Podríamos agregar muchos más.


Tienen que ver con lo que hemos escuchado y observado. No son solamente los
discursos; en realidad, algunos discursos familiares son totalmente
contradictorios con las conductas que vemos en la práctica diaria. Esas
incoherencias son daños emocionales que a lo largo de la vida necesitan ser
sanados.

Cada familia, implícita o explícitamente, desarrolla respuestas ante las


cuestiones de la vida. Pueden ser más o menos elaboradas pero se expresan en
los comportamientos que tienen ante los hechos que involucran tales
significados.

Las familias también responden a las necesidades afectivas de modos muy


distintos:

• La forma de expresar los afectos. Con mayor o menor intensidad, con


palabras explícitas o de modo silencioso, con o sin contacto físico, etc.

• La validez o la censura en las expresiones afectivas. Cuáles afectos se


expresan y cuáles no; a veces hay expresiones emocionales que estás
censuradas o permitidas: el enojo, la alegría, la tristeza; tal vez se critique
el llanto o la euforia.

• Los momentos en que se expresan afectos. Puede haber situaciones en las


que la expresión emocional esté aprobada (o descalificada), por ejemplo,
mostrar enojo en una discusión, fastidio ante un episodio abusivo o
felicidad ante una buena noticia.
124. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Nadie hizo una reunión ni lo explicitó; la prohibición es tácita. En muchos


casos se aprende en base a la descalificación. Por ejemplo: mostrarse débil y
llorar trae como consecuencia recibir el reproche de alguno de los padres, a través
de la burla, el enojo o la indiferencia.

Es en nuestras familias donde, desde la más temprana infancia, aprendemos un


modelo de comunicación interpersonal. Es un sistema comunicacional propio
que está asociado con las creencias y las expresiones afectivas de tal modo que
los formatos de comunicación pueden ser violentos, descalificadores o
reparadores; que banalizan la comunicación o le dan trascendencia; que
consolidan o vulneran la autoestima.

En ese modelo también se incluye la «anticomunicación»: se trata de los


secretos familiares, lo «no dicho» que circula como fantasma. La trama de
secretos y silencios puede ser intrascendente en algunas familias y terrible y
hasta perversa en otras. Lo no hablado juega como trampa de desconfianza,
verdadera «atadura» emocional que impide la libertad y la transparencia, por
tanto, genera un gasto enorme de energía emocional para ser sostenido.

Va desde historias de abusos pasando por pecados inconfesados o rupturas


añosas de vínculos que nunca se restauraron; estos y otros contenidos ocultos
pueden ser parte de una construcción fantasmática esclavizante.

Es en la familia donde aprendemos a valorar los patrones de


comportamiento: en el desarrollo de la vida cotidiana se dio la introyección de
los comportamientos que son adaptativos o aceptados y cuáles son
desadaptativos o rechazados dentro de ese modelo familiar.

Así, los modos de conducta que en algunas familias serían inadecuados o


hasta escandalosos en otras son aceptados. Es importante evaluar dichos
comportamientos dentro de esa trama familiar particular. La propia historia
explica esas conductas (por ejemplo: una familia que no se reúne para Navidad,
porque en esa fecha falleció un integrante de la familia; pero en otra familia, eso
no sería aceptable y hasta se vería como contraproducente).

Es claro que cada familia tiene su propio modelo donde estos elementos
adquieren relativa importancia propia y tiene significados particulares. También
en el modelo familiar se consolidan formas de dar significado que serán la
influencia sobre nosotros.

Historia y pareja

Pensemos, entonces, en el valor de entender la historia de nuestro cónyuge y que


asimismo entienda la historia de donde procedemos. Entender nuestras
respectivas historias profundizará el conocimiento mutuo y nos permitirá
acercarnos, aceptarnos y ayudarnos a cambiar.
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.125
Entender cuál es la historia de mi cónyuge me ayudará a valorar sus esfuerzos
para mejorar los aspectos de su personalidad que han sido dañados. No es lo
mismo el buen trato que puede proponer alguien que provenga de una familia
donde se lo valoró como persona y se lo afirmó en su autoestima, que el
esfuerzo para expresar buen trato que debe hacer quien procede de una historia
donde abundó el abuso verbal, la violencia o el alcoholismo.

Nuestra historia nos condiciona, a veces muy fuertemente, pero no nos


determina. Hay un punto donde se juega la posibilidad de elegir nuestra
respuesta ante las situaciones de la vida. Por supuesto que esto no es fácil. A
veces hay que luchar contra condicionantes que se han grabado desde la más
temprana infancia y en algunos casos con marcas traumáticas. Hay quienes
quedan pegados al pasado, cargados de impotencia, convencidos de que el
cambio ya no es posible. Se han resignado a su historia y ya no se plantean una
nueva oportunidad. Nos recuerda al siervo de la parábola de los talentos que
enterró lo que tenía porque tuvo miedo (ver Mateo 25.25).

Hay personas que han enterrado su vida. No lo decimos desde el juicio ni la


descalificación sino desde cierto dolor porque han perdido la oportunidad de
tener una mejor calidad de vida. Han quedado en lo que hoy se llama «una zona
de comodidad» (que de cómoda no tiene nada) que no requiere modificaciones.
Una comodidad en tanto pasividad y resistencia. Otros han quedado «pegados» a
la amargura culpando a algunos actores de su pasado por la condición en la que
han quedado. La amargura es el enojo sostenido a lo largo del tiempo y también
es expresión de la impotencia.

¡Pero podemos elegir! ¡Podemos rebelarnos al daño sufrido! Por supuesto, no


lo haremos desaparecer porque el pasado no cambia. Tampoco podemos
renunciar a él como si nunca hubiera existido. En cambio, sí podemos
desarrollar recursos transformadores.

A esta altura el planteo sería el siguiente: «Bueno, ya sabemos lo que no


podemos hacer pero ¿habrá algo que sí podamos hacer?».

La fe es un recurso fundamental de transformación y desde la ayuda del


Espíritu Santo podemos poner en marcha nuestra decisión de cambio para ser
transformados mediante un proceso sanador. Como expresamos en la clase
anterior, 2 Corintios 3.18 expresa: «Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (RVR60).

Nuestra vocación de cambio pone en marcha la resiliencia. Según Grotberg,


«la resiliencia es la capacidad de enfrentar situaciones adversas, superarlas y ser
transformados positivamente por ellas».4 Podemos superar una historia adversa.
Tenemos muchas más oportunidades de lograrlo cuando contamos con una pareja
que «escucha activamente» nuestra historia con la disposición de comprendernos,
aceptarnos y, en base a ello, estimularnos al cambio.
126. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

4 Grotberg, E. (1997). La resiliencia en acción. Trabajo presentado en el Seminario Internacional sobre Aplicación del
Concepto de Resiliencia en Proyectos Sociales, Universidad Nacional de Lanús, Fundación Van Leer.
En definitiva, escuchar la historia es acercarnos a estas cuestiones para
encontrar caminos alternativos, tal como nos indica la resiliencia: enfrentar
situaciones adversas (que también implica entenderlas), superarlas y ser
transformados positivamente por ellas.

algunas reflexiones finales

1. Nuestro cónyuge necesita que escuchemos sus necesidades y


preocupaciones. Aprender a escuchar activamente implica un esfuerzo. No
es natural} pero eso no lo hace hipócrita ni artificial; simplemente es algo
que requiere adquirir un entrenamiento que aún no tenemos. Solemos creer
erróneamente que aquello que no es natural no sirve. Pero el verdadero
amor no es natural en el sentido que siempre nos salga espontáneamente.
Hacemos las cosas por nuestra pareja, por el bien de la persona que
amamos, y si eso requiriera cambio y esfuerzo, ¡es lo que deberíamos
hacer! Es amor verdadero que se entrega por el otro.

2. Necesitamos escuchar que somos amados. Todos, desde nuestra más


temprana infancia, necesitamos ser afirmados en amor. Y eso no deja de
ser necesario con el correr de los años. La escucha activa es un modo
concreto de hacerle saber a nuestra pareja que es importante para nosotros.
Y saber de parte de ella que también somos amados.

3. Los conflictos son inevitables. No hay posibilidad de


eliminar los conflictos. Son inherentes a la condición humana. No obstante
hay algo que sí podemos hacer: convertir los conflictos en oportunidades
de diálogo y crecimiento, hacer de las diferencias una herramienta de trato
y de transformación de nuestro carácter.

4. Cuando en una pareja uno gana, ¡los dos pierden! Es muy difícil decir
«te amo» en medio de una discusión acalorada. Pero no deberíamos
olvidarnos que discutimos con la persona que amamos. La idea de ser «una
sola carne» no tiene que ver solamente con el aspecto sexual sino también
con la construcción de una vida en común, con llevar adelante la vida y
vivir juntos cada día mejor. Si le «gano» a mi pareja, y somos uno,
entonces es una parte de mí la que pierde.

5. Si lo que nos preocupa es buscar quién tiene razón, nunca


encontramos soluciones. Hay personas que se dedican a tener razón casi
como una reivindicación. Pareciera que en cada conflicto se juegan su
dignidad y viven a la defensiva. Están convencidas de que tienen la razón y
creen que todo se solucionaría si quienes las rodean reconocieran que ellas
tienen razón. Pero hay un detalle en esta lógica: no son felices. Para tener
razón han arrasado sus vínculos. Se han quedado solos, cada vez hay más
distancia entre ellos y sus seres queridos. A veces hay que considerar que
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.127
encontrar soluciones es más importante que tener razón. Si recordamos la
definición de «escucha activa» descubriremos que es una herramienta
privilegiada para alcanzar soluciones.
LA ESCUCHA ACTIVA
cLase 8
.128
EJERCICIOS
1. Relacione, con sus propias palabras, el texto de Isaías 50.4 con la definición de
«escucha activa».

2. ¿De qué forma se relaciona la «escucha activa» con la humildad?

3. Reflexione sobre cómo puede incidir la «escucha activa» en la comunicación de


pareja.

4. Aplique los recursos básicos de la «escucha activa» a situaciones cotidianas de la


comunicación en la pareja.

5. Elija tres de los elementos a evitar en la «escucha activa» y aplíquelos a situaciones


concretas de su comunicación de pareja.

6. Reflexione sobre su propia historia familiar y analice algunos condicionantes que


pudiera detectar en su vínculo de pareja (no es necesario compartirlo).

7. Elabore ejemplos prácticos sobre las siguientes consignas en la pareja:

_ Nuestra pareja necesita que escuchemos sus necesidades y preocupaciones.

_ Necesitamos escuchar que somos amados.

_ Los conflictos son inevitables, pero…

_ Cuando en una pareja uno gana, ¡los dos pierden!

_ Si lo que nos preocupa es buscar quien tiene la razón, nunca encontramos


soluciones…
Una vela
112.

VIDEO 09
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDA D
LIC. GUSTAVO VALIÑO
introducciÓn

01. Los mundos de La intimidad

_ Los mundos de la intimidad

• intimidad emocional

• intimidad sexual

• intimidad intelectual

• intimidad estética

• intimidad creativa
• intimidad recreacional

.113
• intimidad de trabajado

• intimidad en las crisis

• intimidad espiritual

• del ideal a la realidad


• esta
b ilidad e
intimidad

• preguntas para reflexionar

2. fundamentos de La pareja matrimoniaL

_ cotidianeidad

_ proyectos en común

_ sexualidad

_ tendencia monogámica

_ preguntas para reflexionar

3. eL Lenguaje más aLLá de Las paLabras


_ La mirada directa

_ el contacto físico

_ La atención concentrada

_ preguntas para reflexionar

concLusiones integradoras
CLASE 9

eL deSARRoLLo de LA
intiMidAd
hAy EXPERIENcIAS hUMANAS qUE SON IMPOSIbLES DE AbARcAR
cON LAS PALAbRAS. LA INTIMIDAD ES UNA DE ELLAS. PODEMOS AcERcARNOS A SU
SIGNIFIcADO cON EXPRESIONES cOMO
AMISTAD, cOMPAñERISMO, cOMUNIÓN EN LO MáS PROFUNDO DEL SER, ETc. PERO
TODAS NOS DEJAN SAbOR A POcO.

Mucho peor es cuando usamos la palabra «intimidad» para definir una acción de un modo
«más elegante»: decimos que tuvieron intimidad cuando lo que queremos expresar es que
tuvieron relaciones sexuales. ¡Pero a veces la práctica sexual ni se acerca a la intimidad!

La intimidad requiere un grado de apertura en dos sentidos. Por un lado, la apertura a un


mayor grado de honestidad con la pareja; es la disposición interior a ser más sincero con
uno mismo y con los propios defectos y transmitirlo sin defenderse. Por otro lado es la
apertura del autoconocimiento, de poder «desnudarnos ante el otro» en nuestros
pensamientos y sentimientos más íntimos.

La intimidad emocional es el fundamento de todas las formas de intimidad. Genera una


conexión más allá de las palabras. La intimidad emocional nos hace sentir que «estamos en
casa».
136. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Desde otra perspectiva, siguiendo a Clinebell5, podemos ver la construcción de


variados mundos de intimidad:

• Intimidad sexual: la experiencia de entregarse mutuamente y


encontrar satisfacción sensual y emocional.

• Intimidad intelectual: compartir el mundo de las ideas, disfrutar del


diálogo sobre intereses en común, aprender el uno del otro.

• Intimidad estética: contemplar juntos la belleza, dondequiera que sea,


algo que constituye una experiencia de comunión para muchas parejas.

• Intimidad creativa: es la experiencia donde ayudamos al otro a crecer;


implica no ser los «reformadores» del otro sino colaboradores hacia una
experiencia de vida más profunda.

• Intimidad recreacional: la necesitamos como alivio y descanso,


imprescindible para nuestra salud mental.

• Intimidad de trabajo: surge de compartir las tareas comunes, desde la


casa, el acompañamiento del otro en sus proyectos y las actividades
comunitarias. Los matrimonios que aspiran a tener cierto grado de salud
deberán aprender a apoyarse mutuamente en la carga de responsabilidades.

• Intimidad en las crisis: saberse acompañados mutuamente al enfrentar


momentos difíciles de la vida. Las amenazas, las tragedias, las
incertidumbres ponen a prueba el grado de cohesión y compromiso de una
pareja.

• Intimidad espiritual: es el acercamiento frente al sentido de la vida y la


relación con Dios. Puede permear todos los otros niveles de intimidad con
un fuerte sentido de trascendencia.

Frente a un tema como el que abordamos, corremos el riesgo de quedar


atrapados en palabras agradables que solo nos «eleven» a una idealización de la
pareja y, al terminar de leer, lleguemos a la siguiente conclusión: «Hermoso,
pero no es para mí». No encuentro peor fracaso que este en el intento de
transmitir algunas reflexiones sobre la pareja: que quien lea se sienta distante,
incomprendido, solo.

Como los ideales son solamente eso, ideales, la realidad nos marca las
dificultades y las limitaciones que todas las parejas tienen por la simple razón de
estar constituidas por personas limitadas. Pero el reconocimiento de esa misma
condición puede ser el punto de partida de un cambio. ¡Convertir la resignación
en un desafío!
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.137

Tal vez sea de ayuda considerar la pareja desde aspectos de la realidad en la


que se desarrolla y, a partir de allí, recuperar la posibilidad de los cambios que
permitan el de-

5 Clinebell, H. y Clinebell, C. (1973, 1991). Intimidad: claves para la plenitud de la pareja. Buenos Aires, Argentina:
Editorial La Aurora, pp. 67-71.
sarrollo de una intimidad que hasta este momento no se alcanzó. Para tal fin
echamos mano del libro Psicoanálisis de la pareja matrimonial, de Puget y
Berenstein,6 publicado en 1989. Muchas cosas han sucedido desde aquel
momento, entre otras, diversos cambios de paradigmas. Por ejemplo, la llamada
sociedad posmoderna ha avanzado y nos ha puesto en una situación que requiere
que ejerzamos una reflexión continua. Es probable que hoy en día varios
conceptos expresados en el libro serían revisados por sus autores porque los
modelos de pareja y familia se han redefinido (estemos o no de acuerdo con
tales cambios).

En la clase de hoy tomaremos sus ideas como base aunque solo en


determinadas ocasiones citemos de forma textual. Puget y Berenstein plantearon
la siguiente definición de «pareja matrimonial»:

«El término “pareja matrimonial” designa una estructura vincular entre dos
personas de diferente sexo desde un momento dado, cuando establecen el
compromiso de formarla en toda su amplitud, lo puedan cumplir o no».7

No es mi intención discutir sobre el denominado «matrimonio igualitario»


(homosexual); simplemente menciono que los autores modificaron, con el correr
de los años, la idea de la diferencia de sexos en su definición.

Pero quiero centrar la atención en tres aspectos que los autores enfatizaron:

• El matrimonio designa una estructura vincular.

• Esa estructura entra en vigencia a partir del momento en que los cónyuges
establecen el compromiso de formarla en toda su amplitud.

• Puedan cumplir o no tal compromiso. Esto hace al grado de intimidad que


logren alcanzar en su vínculo.

Hay un anhelo general (o mayoritario) en los seres humanos de constituir


relaciones estables e íntimas. No sucede en todos los seres humanos ni en todas
las etapas de la vida. Pero es algo constante tener cierto anhelo de estabilidad.

En una aclaración posterior, los autores expresaron: «… reconocemos una


tendencia del ser humano a organizar su vida vincular en estructuras que van de
menor a mayor estabilidad». Nuestra sociedad pareciera desmentir esta
afirmación, también como si fuera cosa de otra época; sin embargo, no estamos
138. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

tan seguros de que sea algo obsoleto. Es cierto que hoy es más difícil sostener
vínculos estables pero eso no significa que no se deseen.

En muchas ocasiones hemos escuchado desde los púlpitos plantear que la gente
se separa «por falta de compromiso» o «porque elije lo más fácil». También nos
parece una simplificación errónea. Una separación nunca es fácil porque implica
en sí misma

6 Puget, J. y Berenstein, I. (1989). Psicoanálisis de la pareja matrimonial. Buenos Aires, Argentina: Editorial
Paidós, p. 13. 7 Ibidem.
una pérdida y toda pérdida acarrea dolor. En ocasiones, las parejas no agotan las
alternativas para la búsqueda de soluciones, pero eso no implica que no sufran.

La estabilidad de una pareja no es «la paz de los cementerios»: como nada


sucede, como vivimos como extraños que comparten una casa, pareciera que no
hay conflictos. En cambio, la estabilidad de una pareja se construye de forma
dinámica y positiva cada día, en diversos aspectos. En este sentido,
consideramos que la estabilidad de una pareja está fuertemente condicionada
por el grado de intimidad que dicha pareja alcance en el desarrollo de sus
parámetros fundamentales.

fundamentos constitutivos de la pareja matrimonial

Puget y Berenstein plantean cuatro parámetros fundamentales que definen a la


pareja matrimonial:
1. Cotidianeidad
2. Proyectos en común
3. Sexualidad
4. Tendencia monogámica

A continuación veremos cada uno de ellos.

1. Cotidianeidad. Incluye la actividad completa que define la vida diaria de


una pa reja. La vida cotidiana se construye con mucho trabajo. Los autores de
referencia hablan de la necesidad de tener elementos que se mantengan constantes
y otros variables para que lo cotidiano sea enriquecedor.

Se necesita cierta constancia positiva que favorezca el orden diario, permita


reducir el gasto de energía y haga la convivencia predecible en un buen sentido.
Por ejemplo, si donde estaban los tenedores «hasta ayer» hoy están las camisas y
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.139

donde estaban los documentos ahora están las herramientas, es una inconstancia
que genera caos.

Pero no todo debe ser constancia. Las variaciones adecuadas hacen al disfrute
de la vida y ayudan a que una pareja se refresque y renueve, sin caer en una
rutina donde todo es predecible, siempre igual, sin oportunidades.

La monotonía quita la motivación; por el contrario, las variaciones, el salir de


las conductas predecibles, el cambio de planes, la búsqueda de alternativas,
enriquecen a la pareja.

En general esto es parte del saber popular. La mayoría sabemos que


necesitamos realizar cosas nuevas con nuestra pareja, pero... ¡no lo hacemos!

El desgaste en la relación, la ausencia de motivación, la falta de tiempo, las


exigencias laborales o de servicio en la iglesia, las demandas de los hijos y
diversos factores más hacen que posterguemos aquello que necesitamos. No
obstante... ¿dejamos de comer? No por mucho tiempo. Pero «matamos de
hambre» a nuestra relación de pareja.

De algún modo hemos aprendido que la pareja es algo que puede postergarse.
Está mal y lo sabemos.

Hay otra conducta en la vida cotidiana de una pareja que es extremadamente


destructiva: consiste en un modo de discusión que pone en riesgo el vínculo ante
cada conflicto. Cada problema lleva a la pareja a cuestionarse el seguir juntos;
ante cada situación de desacuerdo aparece la amenaza de separación. Además
del daño a la estabilidad del vínculo, esta modalidad de discusión hace que
nunca se aborden las verdaderas cuestiones, lo que aumenta la angustia y cambia
el eje de la discusión.

Pero comunicar estabilidad es lo opuesto a la amenaza de disolución.


Comunicamos estabilidad con nuestras palabras y sobre todo con nuestras
actitudes y conductas. La inestabilidad y amenaza de separación afectan
emocional y espiritualmente a los niños: los pone en un estado de alerta
constante y los lleva a «hacerse cargo de la relación de los padres»: son ellos
quienes median y piden a los padres «que no se peleen». Cuando escuchamos
frases de ese estilo en nuestra casa de parte de los hijos, deberíamos detenernos
a reflexionar porque algo funciona mal.

Los temas cotidianos de conversación de una pareja nos revelan cuál es su


nivel de intimidad. No hacemos referencia a la cantidad de tiempo que cada uno
habla. ¡Pueden hablar largas horas! Lo importante es el contenido, aquello que
indica el grado de profundidad del vínculo.

Algunas parejas tienen niveles de comunicación apenas superficiales:


140. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Hablan de las cosas: los temas son externos a ellas, desde la condición del
clima hasta el intercambio de ideas y opiniones sobre temas diversos.
Puede ser charlas enriquecedoras pero no íntimas.

• Hablan de los demás: este es el mayor entretenimiento de la sociedad


actual. Se llenan horas de televisión con programas de este estilo. Es un
diálogo poco comprometido, donde no nos involucramos.

• Hablan de nuestras cosas: el grado de compromiso es mayor donde hay un


elemento en común compartido. Sin embargo, más que temas íntimos el
intercambio gira en torno a proyectos, hijos, cosas a resolver.

Otras parejas alcanzan niveles más íntimos de comunicación:

• Hablan de «nosotros»: esto posibilita ir más allá de los temas que tienen en
común para entrar en el diálogo sobre ellos mismos, es decir, cómo se ven,
qué necesitan, qué sienten y qué deben cambiar. También está en este
espacio el disfrute compartido.

• Hablan de «tú» y «yo»: es el punto donde cada uno se anima a desnudar el


alma frente al otro para expresar sus miedos más íntimos, sus secretos no
contados a nadie, las miserias personales que daría vergüenza que otros
descubrieran pero que es liberador encontrar en la pareja la aceptación, que
es expresión de la gracia de Dios. Abrir los sueños y los dolores y saber
que uno es escuchado y aceptado.

Lo cotidiano no se opone a lo profundo. Es en el andar de la vida diaria donde


encontramos las expresiones concretas de la intimidad, la estabilidad y el
crecimiento de una pareja.

2. Proyectos en común. Los cónyuges dejan de ser pareja al dejar de tener


«hijos». Los hijos no son solo los biológicos o adoptivos sino que también
existen los hijos simbólicos: cada proyecto de la pareja es un «hijo» que debe
llevarse adelante con el acuerdo y el apoyo de ambos.

Puede ser que uno en la pareja sea «el actor principal» en determinado
proyecto, pero para lograr el éxito se requiere el esfuerzo de ambos. Puede
tratarse de proyectos financieros, profesionales, materiales, académicos, de
servicio espiritual, etc. Son la mejor forma de construir compañerismo. Y es el
compañerismo lo que lleva a la intimidad y, a la vez, la alimenta. En algunas
cosas trabajan juntos, ahorran juntos o planifican juntos. En otras, uno apoya al
otro.
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.141

Por ejemplo, cursar una carrera de estudios puede verse como un proyecto
propio, y lo es, pero también puede constituirse como un proyecto en común
cuando el cónyuge acompaña, aguarda en la puerta de la institución educativa al
que estudia para salir a comer juntos o prepara la cena y cuida a los hijos mientras
el otro no está.

Se requiere de complementación: uno hace algo y el otro complementa con


otra cosa. También se necesita de la generosidad de aportar en el ámbito donde
uno no sea el actor principal. Se precisa de un genuino deseo de ver crecer a la
persona que tenemos al lado, con desprendimiento. Que nuestro cónyuge crezca
mientras apoyamos ese desarrollo.

Nuestra sociedad fomenta la competencia y el narcisismo, y lo hace a tal punto


que ya está en discusión que la personalidad narcisista es algo patológico. El
dogma es: «Yo me tengo que sentir bien». No parece tan malo hasta que, llevado
a la práctica, se convierte en una postura donde lo único que importan son mis
deseos e intereses y todo lo que no se acomode queda descartado. Porque el
narcisismo deja de lado toda oportunidad de intimidad. No se trata del sacrificio
de quien se coloca en posición de víctima sino de la generosidad mutua.

Tiempo atrás conocimos a una pareja de médicos, ambos talentosos y con


excelentes carreras profesionales. Con el correr del tiempo la esposa tuvo un
desarrollo profesional con mayores exigencias, en gran medida, producto de su
especialidad. Su marido no tuvo ningún problema en adecuar los horarios para
ocuparse de ciertas necesidades de la casa y los hijos (sin que eso lo anulara
profesionalmente) con el propósito de darle a su esposa la mayor amplitud y
libertad horaria que su tarea requería. Ella no podría haber hecho lo que hizo sin
el apoyo de su esposo, ¡y lo reconocía en todo lugar donde se lo preguntaran!

Es el espíritu de generosidad que tuvo Juan el Bautista frente a Jesús. Cuando


los discípulos de Juan vieron el incremento de la popularidad de Jesús se
preocuparon por el profeta. Pero Juan, con toda liberalidad, les pidió que se
despreocuparan: «Dejen que él crezca, eso es lo necesario» (ver Juan 3.30).

Las corporaciones se llenan la boca para hablar del trabajo en equipo, pero con
el doble discurso de animarnos a competir con los demás. Es un discurso
perverso: cooperamos o competimos. ¿Y en el matrimonio? ¿Competimos con
nuestra pareja? ¿Qué necesitamos demostrar?

Las personas con una autoestima saludable no compiten, cooperan. Y así,


mediante un verdadero trabajo de equipo, logran alcanzar medidas que otros ni
podrían soñar porque se desgastan comparándose, midiéndose con quien tienen a
su lado.
142. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

3. Sexualidad. El concepto incluye las relaciones sexuales pero excede el


mero acto sexual. Sexualidad es todo lo que hacemos como pareja:
comunicación, compañerismo, intimidad, complicidad, etc. La sexualidad es
central a la idea de pareja. No es un «mal necesario». Tampoco debería ser una
demanda que «hay que cumplir» ni «una descarga fisiológica». Es diálogo, juego,
complicidad, disfrute. Es el espacio de exclusividad para compartir y, en ese
sentido, puede convertirse en uno de los ámbitos más propicios de intimidad. Sin
embargo, esa no es una realidad mayoritaria... Las deformaciones van en muchas
direcciones...

Lograr la intimidad no implica solamente estar solos y desnudos. Para que la


vida sexual contemple la intimidad requiere de una entrega por encima del
cuerpo.

La versión devaluada de nuestra cultura occidental, que de tan «natural» ha


despojado a la sexualidad de lo exclusivamente humano, es la compleja
elaboración afectiva del amor. Otra idea muy occidental de la sexualidad es la que
va atada a la perfección estética, aunque nos preguntamos al respecto cuál sería la
perfección si cambiáramos el modelo de belleza cada cinco años...

Vivimos en una época visual. El consumo se hace por los ojos y se pretende
que el amor también. Eso induce a que queden fuera de la plenitud sexual las
personas menos agraciadas físicamente, las que tienen las marcas del paso de los
años en su cuerpo, etc. ¡Nada más lejos de la verdad! Porque la verdadera
sexualidad excede la vista y también la juventud.

Por otra parte están las deformaciones de la sexualidad como producto de los
abusos y las violencias, que dejan el sello de malo o perverso a cualquier
acercamiento a la libertad del disfrute. Desgraciadamente los abusos deforman y
arruinan lo saludable; por definición, alejan a quien los sufre de cualquier
intimidad posible. Se vive como amenaza porque es en los espacios íntimos pero
deformados donde se producen los actos abusivos. En palabras del papa
Francisco: «Las huellas del abuso en las víctimas son para llorar a gritos».8

8 Recuperado de: http://www.lanacion.com.ar/1755668 (27/12/2014).


La restauración de la salud emocional para la sexualidad en casos de abuso y
violencia puede implicar un proceso penoso y extendido en el tiempo. Pero es
necesario hacerle saber a quienes han sufrido que la restauración es un camino
posible.

La sexualidad es saludable en el marco del consentimiento y el compromiso


mutuos para vivirla. Todo lo que una pareja viva con libertad y respeto debería
experimentarse como un don de Dios.
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.143

Las relaciones sexuales tienen la oportunidad de llevar a un disfrute pleno


cuando el objetivo de cada uno sea el disfrute de su pareja y viceversa. Cuando
ambos se dedican al placer del otro, ambos reciben, se sienten valorizados y
amados. Pocas cosas son tan placenteras como experimentar el disfrute del
cónyuge en el acto sexual y saber que uno puede brindarle a la persona que ama
semejante regalo.

Es importante notar, por cierto, que este modelo de sexualidad no es apto para
narcisistas: si solo nos miramos a nosotros, nuestras necesidades, gustos y placer,
probablemente tendremos un acto sexual solitario, donde el cónyuge ocupe el
mero rol de objeto. No es de sorprenderse que parejas así sean insostenibles en el
tiempo.

La vida sexual en la pareja debe vivirse con plena libertad, alegría e interés.
Dedicarle tiempo debe ser una prioridad para los cónyuges. En tal sentido, las
dificultades sexuales no tienen por qué ocultarse ni mantenerse debido a la
vergüenza. Esto produce un daño doloroso en la pareja.

4. Tendencia monogámica. La idea de «tendencia» no significa que sea algo


«op cional» ni una expresión de buenos deseos. Intenta expresar el sentido
dinámico de la elección: aquello que un día expresamos como compromiso debe
sostenerse cada día. Es decir, todos los días con palabras y actos debemos «volver
a elegirnos».

Tiempo atrás leímos lo siguiente: «La intimidad crece en un clima de confianza


que se basa en el compromiso de fidelidad y continuidad. Las parejas que se casan
con la concepción de poder disolver fácilmente el matrimonio, obstaculizan de
antemano el éxito de la relación, por lo menos el de una relación íntima».9

Un concepto de nuestro tiempo dice que la monogamia es «antinatural». Se


explicaría así: «Lo natural es que me atraiga alguien, y después otra persona y tal
vez, al mismo tiempo otra...». La descripción se ajusta bastante a lo que vemos a
diario en nuestra sociedad pero no significa que sea algo «inevitable» ni tampoco
que la única forma oponerse a este modo de vida «natural» sea una represión al
estilo medieval. Entendemos que se trata de una confusión de términos: donde
dice «natural» significa «impulsivo». Porque no es cierto que la única forma de
amar sea dejarse llevar por los impulsos.

9 Clinebell, H. y Clinebell, C. (1973, 1991). Intimidad: claves para la plenitud de la pareja. Buenos Aires, Argentina:
Editorial La Aurora, pp. 62-63.
144. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Lo natural en el ser humano consiste justamente en su capacidad de elección


por encima de sus impulsos; es lo que le da esencia de «humano».

Que una persona no «elija» la monogamia no hace que sea alguien antinatural;
más bien, habla de su modo humano de elegir como también del modo humano de
elegir: la decisión de optar por la fidelidad y la exclusividad de pareja. Ambas son
opciones; si algo queda claro en la Biblia es que Dios respeta nuestras elecciones,
esté o no de acuerdo con ellas.

Volvamos al punto inicial: la tendencia monogámica es una elección continua.


Es una construcción cotidiana. Atraviesa, por tanto, diversos momentos de
incomodidad y cuestionamientos.

Pero muchas veces la decisión es cualquier cosa menos una verdadera elección.
En esos casos, cuando la pareja se sostiene por comodidad, por resignación, por
las pérdidas económicas que implicaría un divorcio o por los hijos (quienes sufren
el «infierno» de tener padres que no se soportan y son estos mismos hijos,
supuestamente protegidos, quienes luego dicen «lo mejor era que en su momento
se hubieran separado»).

Erróneamente se predica que mantener las formas, aunque carezcan de


contenido, es la voluntad de Dios. No compartimos tal concepto. Sería como decir
«no importa tu motivación al orar, lo importante es que ores» o «no importa qué
haya en tu corazón al ofrendar, lo importante es el dinero que des». ¡Es un modelo
opuesto a la enseñanza de Jesús!

Algunos podrían argumentar que tal postura favorece el dejarse llevar por los
sentimientos. Por el contrario. Insistimos en que sostener la decisión de seguir
juntos es, en muchos momentos, difícil y en apariencia insostenible. Pero en la
lucha por la preservación del matrimonio debe haber un compromiso por
recuperar el contenido del matrimonio: amor, respeto, valoración y
compañerismo. No sirve la batalla por mantener la fachada de un matrimonio.

Jorge Luis Borges tenía una frase lapidaria que bien podría ilustrarnos al
respecto: «No nos une al amor sino el espanto, será por eso que la quiero tanto».10
Hemos conocido parejas sostenidas por «el espanto». No es un modelo saludable
ni tampoco espiritual.

La cotidianeidad creativa, la construcción de proyectos en común y la


sexualidad saludable son los mejores recursos para sostener y consolidar la
exclusividad en la pareja. Es en estos ámbitos donde fundamos y desarrollamos la
intimidad. intimidad: el lenguaje más allá del alcance de las palabras

El lenguaje no verbal es un elemento ineludible de la comunicación. Para bien o


para mal, lo deseemos o no, nuestros gestos, tono y postura son parte de lo que
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.145

comunicamos, dándole énfasis o variantes a los significados de nuestros


mensajes.

10 Borges, J. (1974). Obras Completas (volumen 1).Buenos Aires, Argentina: Emecé Editores, p. 947.
Y en la intimidad el lenguaje no verbal ocupa un espacio central. Le da a las
palabras sentidos propios, específicos de esa pareja, de «esos» momentos que
ambos decodifican de modo exclusivo y excluyente del resto. Refleja
conocimiento mutuo, complicidad y espacio compartido. Sirve para expresar
sentimientos en «idioma propio de a dos». Porque el lenguaje no verbal puede
comunicar desde el sufrimiento hasta la diversión.

metacomunicación y significados varios

«Metacomunicación» es una palabra compuesta: implica comunicar por encima


de las palabras, excede lo dicho para transmitir más. El contenido del discurso
está por encima del contenido de las palabras. El lenguaje no verbal es el recurso
de «metacomunicación» por excelencia pues encierra mensajes más allá de
las palabras.

Por ejemplo, si una esposa le dice a su marido: «Creí que no volverías


nunca»...
___ ¿Se trata de un reproche o de una caricia?
___ ¿Qué respuesta espera ella de él?
___ ¿Una excusa por haber llegado tarde?
___ ¿Una respuesta cariñosa como «yo también te extrañé»?
___ ¿Una agresión como «déjame vivir tranquilo»?

Hay un ejercicio difícil de desarrollar cada día y con el que nos confronta el
ejemplo anterior: por un lado, decir lo que realmente nos ocurre de la forma más
clara posible a favor de nuestra comunicación; por el otro, recuperar el inigualable
sentido de intimidad que produce el lenguaje de pareja, que más allá de las
palabras guarda para sí códigos exclusivos.

Hay tres elementos para destacar con respecto al lenguaje no verbal que han
sido desarrollados por Ross Campbell en su libro Si amas a tu hijo.11 El autor
señala la mirada directa, el contacto físico y la atención concentrada en referencia
a la comunicación de los padres con los hijos. Aun así consideramos que podemos
tomarlos como recursos de intimidad para la pareja. Es más, si se fomentan en la
pareja es muy probable que se expresen luego con mayor efectividad hacia los
hijos.
146. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

1. La mirada directa. Mirar a la pareja en forma directa y sostenida durante


un diálogo facilita la fluidez de la comunicación. No se trata de una mirada
fija, rígida ni inquisidora, sino de una forma de relación, un modo de
acercamiento y de expresión de interés.

2. El contacto físico. Muchas veces el único contacto físico en una pareja es


el acto sexual. El contacto físico, más allá de la sola relación sexual, en
primer lugar, la anticipa, la alimenta y la favorece. Pero también es
expresión de afecto

11 Campbell, R. (1985). Capítulos 4, 5 y 6 en Si amas a tu hijo. Minneapolis, EE. UU.: Editorial Betania.
EL DESARROLLO DE LA INTIMIDAD
cLase 9
.147

y de intimidad cotidiana. Los abrazos y los besos facilitan el diálogo y


también el juego en la pareja. Además es una forma concreta de mostrar a los
hijos cómo se aman sus padres. Hay personas que jamás conocieron este

3. La atención concentrada. Al igual que la mirada directa se trata de una expre-


sión de interés, de valoración por el otro y de aprecio por lo que comunica. Los
recursos tecnológicos atentan contra este tipo de comunicación. Nos hemos
acostumbrado a hablar «mientras» atendemos otras cosas. Pero perdemos inti-
midad, la capacidad de dedicarnos con exclusividad al otro.

conclusión

Alguna vez leímos estas diez palabras que facilitan mucho una comunicación saludable:

«Estaba equivocado. Lo siento mucho. Perdóname, por favor. Te».


amo

No son mágicas, pero simplemente muestran la virtud…

___ de la expresión de los afectos

___ del compromiso con el otro

___ de la disposición a la reconciliación

___ de la vocación por el perdón

Sencillamente hacen al espíritu de la intimidad.

EJERCICIOS

1. Reflexione sobre «los mundos de intimidad» de Clinebell (pp. 1 y 2). Desarrolle


algunas sugerencias de cómo mejorar en forma práctica cada uno de esos aspec-
tos en la pareja.

2. Analice la definición de «pareja matrimonial» de Puget y Berenstein. Indique


acuerdos, desacuerdos y modificaciones que le haría a dicha definición.
modo de comunicación de parte de sus padres y han crecido carentes de
capacidad para expresar afectos, con el daño que esto implica para sí mismos,
sus parejas e hijos.
148. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

3. Evalúe los aspectos de «cotidianeidad», «proyectos en común», «sexualidad»


y «tendencia monogámica». Sobre ellos, realice aportes prácticos desde la
pastoral para promover el crecimiento de las parejas.

4. Analice cómo aplicar en la vida cotidiana los conceptos de «mirada directa»,


«contacto físico» y «atención concentrada». ¿Qué sugerencias haría desde la
pastoral?
BiBLioGRAFÍA
(UnidAd 3)
Castanyer, O. (1996). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Bilbao,
España: Editorial Desclée de Brouwer.
Craw, L. (1992). De adentro hacia afuera. Miami, EE. UU.: Editorial Unilit.
Clinebell, H. y Clinebell, C. (1973, 1991). Intimidad: claves para la plenitud de
la pareja. Buenos Aires, Argentina: Editorial La Aurora.
Clinebell, H. y Clinebell, C. (1999). Asesoramiento y cuidado pastoral.
Michigan, EE. UU.: Libros Desafío.
Puget, J. y Berenstein, I. (1989). Psicoanálisis de la pareja matrimonial. Buenos
Aires, Argentina: Editorial Paidós.
Campbell, R. (1985). Si amas a tu hijo. Minneapolis, EE. UU.: Editorial Betania.
Maldonado, J. (2006). Fundamentos bíblico-teológicos del matrimonio y la
familia. Michigan, EE. UU.: Libros Desafío.

REFERENCIAS BÍBLICAS:
RVR60: Reina-Valera 1960. Copyright © 1960 por American Bible Society.
NTV: La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House
Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
TLA: Traducción en lenguaje actual. Copyright © 2000 por Sociedades Bíblicas
Unidas.
Una pareja
132.

VIDEO 10

DIMENSIONES DE LA SEXUALIDA D
DRA. LUCÍA PEREZ E ING. CARLOS JACOBS
introducciÓn

01. formando nuestros conceptos de sexuaLidad

1. La cultura

2. La iglesia
3. La experiencia

.133
2. Los faLsos duaLismos

_ dicotomía entre cuerpo y espíritu

_ dicotomía entre varón y mujer


_ dicotomía entre libertad y estructura

3. La sexuaLidad y La respuesta Humana


CLASE 10

diMenSioneS de
LA SeXUALidAd
Y FASeS de LA
ReLAciÓn SeXUAL
el aporte de la sexología:

Para hablar de sexualidad humana desde una perspectiva actual necesitamos partir
de diversos hallazgos importantes hechos por las ciencias que la estudian y
conforman desde hace 180 años la denominada sexología humana, a saber:

1. Todo ser humano es un ser sexuadolas personas.


No solo nacemos genética y biológicamente diferenciados sexual-. El sexo y la
sexualidad son inherentes a
mente sino que además nos hacemos seres sexuales a través de nuestra
socialización. De ahí que se pueda distinguir entre sexo y sexualidad. Según
algunos sexólogos, sexo «es el conjunto de características anatómicas y
160. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

fisiológicas que diferencian al varón de la hembra» y sexualidad «es el conjunto


de características biológicas, psicológicas y sociales que contribuyen a la
identidad sexual del individuo y a su comportamiento sexuado». Podría decirse
que se refiere a todo lo que significa ser hombre o mujer en una sociedad
particular.

2. Todo ser humano vive y practica su sexualidad de acuerdo al


desarrollo fisiológico, psicológico, social, moral y espiritual en sus diferentes
etapas del desarrollo humano y conforme al contexto sociocultural donde crece y
se desenvuelve. Por ello hay que distinguir, en términos generales, las tendencias
de experimentar diferenciadamente la sexualidad en la niñez, la juventud, la edad
adulta y la edad avanzada.

3. La sexualidad se practica condicionada por el


impacto que la cultura ejer ce en las personas.
Nuestro entendimiento y nuestra experiencia de la sexualidad están condicionados
por las creencias y los valores de la cultura en lo referido a las dimensiones de la
sexualidad. En tanto las ideologías reflejan luchas de poder entre sectores
sociales, la experiencia de la sexualidad tiene un componente político. En
América Latina, como en otras partes del mundo, hay tres ideologías que
distorsionan nuestro entendimiento cultural del sexo y la sexualidad, como se
indica a continuación:

a) Sexofobia. Tendencia a no aceptar la sexualidad como algo natural y


positivo en la persona; desarrolla sentimientos de culpa y vergüenza ante
el nudismo y el comportamiento erótico, por ejemplo.

b) Hedonismo. Búsqueda del placer sexual como única razón de ser. Esto
promueve el libertinaje sexual y niega la posibilidad de dirigir la
conducta y las relaciones sexuales de forma responsable.

c) Sexismo. Ideología que otorga al varón la supremacía sobre la mujer y


propone una división tajante en los papeles que cada uno desempeña de
acuerdo al género y en la segregación física y psicológica de los sexos.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .161

4. La sexualidad humana no se reducea la


genitalidad ni al coito. Se puede hablar de cinco
dimensiones de la misma:
a) La identidad sexual es el estado psicológico de reconocer que
pertenecemos a uno u otro sexo, o sea, que se es varón o hembra

b) Las pautas culturales sobre lo que significa ser hombre o mujer, es decir,
la definición de masculinidad y feminidad, constituyen el
comportamiento genérico

c) El pensar y hacer cosas placenteras a los sentidos, autodefinidas como


sexuales, constituyen el comportamiento erótico

d) La orientación sexual se define como la atracción o preferencia hacia


personas de uno u otro sexo para establecer relaciones tanto afectivas
como eróticas.

e) El estilo de vida es el modo en que estructuramos nuestras relaciones


inter-personales y expresamos nuestra sexualidad.

5. La sexualidad debe entenderse dentro del concepto


más ampliade «salud holística». Es decir, la salud total del ser
humano que integra sus dimensiones física, emocional, intelectual, social y
espiritual, incluyendo el concepto de salud sexual. Según Gloria Mock
(Conceptos básicos de sexualidad), la salud sexual incluye tres componentes:

a) La capacidad de disfrutar y controlar la conducta sexual y reproductiva


de acuerdo a una ética social y personal

b) La ausencia de temor, vergüenza, culpa, creencias falsas y otros factores


psicológicos que inhiben la respuesta sexual y obstruyen las relaciones
sexuales

c) La ausencia de desórdenes orgánicos, enfermedades y deficiencias que


interfieren con las funciones sexuales y reproductivas.

el aporte de la teología

Una reflexión evangélico-protestante sobre el significado teológico de la


sexualidad humana debe darse mediante un diálogo crítico con los conocimientos
científicos de esta época, con el estudio críticos de la Escritura y la tradición
teológica, y con el aprendizaje y la confrontación de la realidad que vive la gente.
Esta visión teológica-ética de la sexualidad debe hacer referencia a una teología
de la creación, una teología de la salvación y una teología de la vida cristiana.
162. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Debemos reconocer que la Biblia no habla abundantemente sobre la sexualidad


infantil ni juvenil. Es un libro escrito por adultos para adultos; por lo tanto, tiene
como foco de atención la práctica de la sexualidad del mundo adulto. De ahí que
tengamos que hacer el esfuerzo hermenéutico para extraer algunos conceptos y
normas generales que constituyan un marco de referencia para la comprensión
teológico-ético-pastoral básica que dé orientación y guía a la enseñanza y la
consejería para la comunidad de fe en sus distintos grupos etarios.

A continuación compartimos algunos apuntes para una teología de la


sexualidad humana inspirados en el valioso aporte de James B. Nelson (Sexuality
and the Sacred: Sources for Theological Reflection).

sexualidad y teología de la creación

Somos seres sexuados y sexuales por la acción amorosa y creativa de Dios. La


sexualidad es un don de Dios al ser humano. Es parte integral y constitutiva de
nuestra identidad: «... varón y hembra los creó» (Génesis 1.27, RVR60).

• La sexualidad no solo sirve a un propósito


procreativo, sino también unitivo, es decir, con el objetivo de la
comunión, el disfrute, la sensualidad, la compañía y el amor en las parejas
(ver Génesis 2; libro de Cantares).

• El cuerpo humano no es la cárcel del espíritu ni la materia es mala ni


amenazante para el ser humano, sino que es en su realidad sexual un don de
Dios y parte integral del ser humano. El cuerpo sexuado es templo del
Espíritu de Dios (ver 1 Corintios 6.19-20)

• A través de la vivencia del amor eróticoy


la práctica sexual participamos del amor creativo de Dios;
nos convertimos en cocreadores de la vida (ver Génesis 1.28; 2.25).

• El contexto adecuado para la práctica de


la sexualidad en sus diversos grados de relación íntima debe
corresponder a los grados de madurez personal, relación amorosa,
respetuosa, de compromiso y responsabilidad mutua entre la pareja.

sexualidad y teología de la salvación

• Existe la alienación sexual como parte de nuestra


experiencia del pecado. La desnudez descubierta por Adán y Eva no
se refiere al sexo sino a la sexualidad alienada. Esta se expresa en términos
de:

a) la negación de nuestra realidad sexual como parte de nuestro ser (como


criaturas de Dios);
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .163
b) el extrañamiento de la sexualidad y la sensualidad del cuerpo por
mecanismos psicológicos y sociales de represión o en su modalidad de
hedonismo, que convierte al cuerpo en mera máquina del placer sin otra
razón de ser;

c) la perversión de la sexualidad y la sensualidad por medio de ideologías


y prácticas correspondientes a la sexofobia, el sexismo y el hedonismo;

d) la disociación de la sexualidad de nuestra comunión con Dios en un tipo


de dualismo espiritualista que niega nuestra realidad encarnada.

• La salvación cristiana, como se vive aquí y ahora, incluye la salud y la


integración de la sexualidad. La salvación de Dios en Cristo
debe conducir a:

a) la integración saludable (no neurótica ni represiva) de nuestra


sexualidad;

b) la práctica responsable de la sexualidad con el prójimo;

c) el mantenimiento y la mayordomía de la salud sexual;

d) la acción liberadora de las ideologías, las prácticas y las consecuencias


represivas y opresivas de la sexualidad en todas las etapas del desarrollo
humano.

sexualidad y teología de la vida cristiana

Un entendimiento de la vida cristiana, del discipulado y de la santidad debe


fomentar las siguientes pautas:

• La aceptación del cuerpo, de la sexualidad y


del placer sexual como dones de Dios. Cuando adoramos a Dios lo
hacemos en, desde y a través de nues-
tro cuerpo sexuado. Si los dones de Dios son motivos de gratitud y
alabanza, podemos dar gracias a Dios por nuestra sexualidad.

• La espiritualidad cristiana se debe definircomo


una espiritualidad encarnada donde se afirma que:

a) la persona sexuada en su relacionamiento sexual es templo del Espíritu


Santo;

b) es necesario vivir y practicar la sexualidad a la luz de los valores de la


vida en el Espíritu (ver Gálatas 5.22-23), sobre todo del amor;

c) el don del amor de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones


por el Espíritu, une y reúne las dimensiones del amor filial, erótico y
164. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

ágape. El amor ágape unido al amor eros nos libera de la alienación y la


explotación de nuestra sexualidad;

d) el amor es el criterio ético central (ver 1 Corintios 13.4-6) para la


práctica responsable de nuestra sexualidad con nosotros mismos y con
nuestro prójimo delante de Dios. La expresión íntima de nuestra
sexualidad con otras personas aumentará proporcionalmente en
relación al compromiso de amor donde se respete la integridad
corporal, psicológica.

A modo de síntesis: si las iglesias toman la decisión de ayudar en la


comprensión y la expresión de su sexualidad, deben desarrollar una estrategia
educativa con varios componentes:

• Se tendrá que llegar a un acuerdo convincente para la gran mayoría (al


suponer que no sea posible lograr consenso pleno) de que se trata de una
prioridad misional de la pastoral para toda la iglesia y su programación.

• Se deberá informar y procesar los hallazgos de los estudios sobre los


diferentes grupos etarios que componen la iglesia (ciclo vital) y los
resultados que estos revelan sobre la realidad que viven en su
complejidad, incluyendo el manejo de la sexualidad.

• Será necesario informar y procesar las contribuciones de las diferentes


ciencias humanas al entendimiento de la sexualidad humana y, en
particular, la de los jóvenes.

• Será clave repasar críticamente nuestra teología y ética de la sexualidad


en su contenido y comunicación. Será importante repasar el currículo
explícito, el implícito y el nulo, esto es, no solo considerar lo que se dice,
se afirma y se hace (o se niega) abierta y conscientemente sino también
identificar y analizar lo que se da por supuesto pero no se explicita así
como lo que se rechaza, se oculta o se niega sin decirlo abiertamente.
Estas son maneras en que las iglesias comunican su teología y su ética de
la sexualidad.

• Será fundamental que se definan las enseñanzas y los valores teológicos y


éticos de la sexualidad en un diálogo crítico con los aportes de las
disciplinas teológicas (estudios bíblicos, teología, ética, educación
cristiana) y los aportes de las ciencias que estudian la sexualidad humana,
con el contexto sociocultural en que se da la sexualidad en el país y con
la realidad de práctica de nuestra sexualidad.

• Será valioso llegar a acuerdos entre los padres, líderes eclesiales y la


juventud misma sobre un posible currículo de educación sexual o un
componente de la misma, que involucre a las familias y la iglesia.

• Se deberá escoger cuidadosamente a las personas que puedan capacitarse


para realizar la tarea educativa en esta área.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .165
fases de la relación sexual

La vida de pareja es una de las principales fuentes de satisfacción, creatividad,


experiencias integrales y trascendentes en la vida de las personas. No existe otro
vínculo más estrecho con otro ser humano que el matrimonio. En las primeras
páginas de la Escritura leemos:

«Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y
mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y
de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al
hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi
carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará
el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban»
(Génesis 2.18, 21-25, RVR60).

Por ello el matrimonio es el ámbito donde las necesidades sexuales de ambos


contrayentes deberían satisfacerse. Si no conocemos cuáles son las necesidades
personales o de nuestro cónyuge, nunca sabremos cómo satisfacerlas. Uno de
los muchos propósitos de la sexualidad es la unidad de la pareja.

También reconocemos que en diversas situaciones la sexualidad se vive


como algo negativo, autoritario, de sojuzgamiento, violencia e incluso puede
convertirse en una de las peores cárceles.

En otros casos no nos animamos a decir que la relación dista mucho de ser
satisfactoria y sentimos que la promesa se nos escapa de las manos. Por lo
general se sabe poco del manejo de la sexualidad y del acto sexual (coito) y por
ello nos parece oportuno, a continuación conocer con algún detalle la dinámica
del coito y de su influencia en las diferentes áreas de las personas.

Un matrimonio de científicos (Masters y Johnson) fueron los primeros en


describir la fisiología sexual con criterio científico mediante el estudio de la
dinámica del coito como otra respuesta humana (criterio similar con que se
estudia el sistema cardiovascular o el sistema respiratorio). Reconocemos que
es insuficiente, dada la complejidad de cada ser humano, pero es un punto de
partida insustituible y oportuno para conocer cómo funciona nuestro cuerpo
desde esta perspectiva.

Masters y Johnson investigaron la anatomía y la fisiología de la respuesta


sexual humana y, luego de once años de rigurosos estudios de laboratorio con
centenares de voluntarios,1 publicaron en 1966 la obra Respuesta sexual humana2,
donde sistematizaron sus hallazgos de la respuesta sexual en un modelo
tetrafásico. El conocimiento de estas fases, y sus elaboraciones posteriores así
como las vulnerabilidades de cada una, son esenciales para poder servir entre
matrimonios.

Se pudo determinar lo siguiente:


166. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• La función reproductiva y la función erótica o placentera tienen estructuras,


mecanismos y afectaciones diferentes. Si bien son pocas las parejas que
tienen dificultades con la función reproductiva (10 a 15 %) son muchas
más las que tienen dificultades con la función erótica, un motivo frecuente
de sufrimiento y deterioro de la pareja.

• El tamaño del pene nada tiene que ver con la satisfacción sexual del
hombre ni de la mujer. El pene pequeño duplica su tamaño en erección
mientras que el pene de gran dimensión en flaccidez aumenta poco su
tamaño durante la erección.

• No existen dos tipos de orgasmo, clitoridiano y vaginal, como lo


planteaba Freud. Hay un solo tipo de orgasmo como punto de partida de
cualquier zona erógena primaria o primarizada (demostraron
experimentalmente lo que había postulado Kinsey3).

• No hay saturación postorgasmo en la mujer, a diferencia del hombre. No


posee período refractario. Puede ser multiorgásmica.

• Las cuatro fases de la respuesta sexual que armonizan en un modelo son:


excitación, meseta, orgasmo y resolución. Descubrieron que las
contracciones tónicoclónicas del orgasmo siguen el ritmo primordial de
ocho décimas por segundo, propio de la especie humana. También que en
el hombre se registra, antes de la eyaculación, la emisión o sensación de
inevitabilidad eyaculatoria que integra el orgasmo masculino.

También estudiaron la respuesta sexual en mujeres embarazadas, personas


mayores y personas homosexuales.

Hay otros históricos investigadores destacados. John Money, neuropsiquiatra,


es quien acuñó los términos «Identidad de género» y «Papel o rol de género», y
estudió la androgenización fetal del cerebro, el «imprinting postnatal», la
diferenciación sexual y las parafilias4. Desde el punto de vista neurológico,
Olds5 en 1950 descubrió las áreas del

1 Un número de 382 mujeres entre 18 y 78 años y 312 hombres entre 21 y 89 años.


2 Masters W. y Johnson, V. (1967). Respuesta sexual humana. Buenos Aires, Argentina: Editorial Intermédica.
3 Kinsey, A,. et al. (1954). Conducta sexual de la mujer. Buenos Aires, Argentina: Editorial Médico-quirúrgica.
4 Money, J. y Ehrhardt, A. (1982). Desarrollo de la sexualidad humana. Madrid, España: Editorial Morata.
5 Olds, J. (1979). Centros del placer en el cerebro, en Thompson, R. F. (comp.) Psicología fisiológica. Madrid,
España: Editorial Trillas.
placer del tálamo, cercanas a las áreas del dolor. Esto explica que las
estimulaciones inadecuadas puedan despertar más bien dolor y aversión que
placer. Mc. Lean describió en 1962 el sistema límbico como sede de las
respuestas sexuales, los centros cerebrales de la eyaculación, la erección y la
importancia de la visión y de la olfacción en la respuesta sexual.

A partir de ese momento los estudios sobre la biología de la respuesta sexual


humana se han multiplicado hasta la fecha, destacándose los estudios de Helen
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .167
Kaplan6, Whipple y Ladas, pero los mencionados inicialmente no han perdido su
validez ni su importancia histórica.

Helen Kaplan propone inicialmente un modelo de respuesta sexual en dos


fases, teniendo en cuenta el mecanismo fisiológico predominante en cada una de
ellas:

• fase vasocongestiva (equivale a la de excitación y meseta de Masters y Johnson)


y

• fase motora (equivalente a las fases de orgasmo y resolución de dichos autores).

Posteriormente en 1979 antepuso a ambas otra fase: la del deseo. Si bien hay
otros modelos descritos, desarrollaremos el modelo trifásico de Helen Kaplan por
considerar que es el más adecuado para una aproximación clínica ya que
proporciona un modelo de normalidad de la respuesta sexual al cual referirse
desde diferentes miradas.

modelo trifásico de la respuesta sexual humana

En la respuesta sexual humana están involucradas estructuras cerebrales y


medulares, nervios periféricos, vasos sanguíneos, músculos, neurotransmisores,
hormonas y órganos de los sentidos. Es comparable con una cadena de muchos
eslabones los cuales tienen que estar indemnes para que la respuesta sexual pueda
darse. Algunos de estos eslabones son más frágiles que otros pero cualquiera de
ellos que no cumpliera su función impediría el paso al eslabón siguiente. Además,
cada una de las tres fases descritas por Kaplan está facilitada por estructuras
anatómicas y fisiológicas diferentes, por lo que pueden afectarse por separado (es
comparable con tres cadenas de eslabones o cascadas de acontecimientos, una
para cada fase).

El cerebro es el principal órgano sexual de los hombres y las mujeres. Nuestro


sistema nervioso tiene dos grandes áreas: una es voluntaria (con sede básicamente
en la corteza cerebral) y otra involuntaria o autónoma, que se denomina sistema
nervioso autónomo (SNA) y rige todas las funciones involuntarias de nuestro
organismo (por ejemplo, la función digestiva, la respiratoria, la hormonal, la
circulatoria, etc.). De igual manera rige la función sexual. A su vez, el SNA se
divide en dos ramas: SNA parasimpático y SNA simpático.

El SNA parasimpático rige la fase vasocongestiva y tiene relación con los


estados de relajación, bienestar, calma y distensión. Facilita la ternura, la
confianza y la aper-

6 Kaplan, H. (1978). La nueva terapia sexual. Madrid, España: Editorial Alianza.


tura. El SNA simpático predomina en la fase motora y tiene relación también con
los sentimientos de ansiedad, ira, vergüenza, culpa, así como indiferencia a la
privacidad, propensión a la actividad, la vigilancia y la defensa-ataque. Ambos
168. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

actúan en forma balanceada y cuando la función de uno aumenta, la del otro


disminuye. Esto significa que no es posible experimentar los sentimientos de ira,
vergüenza o culpa simultáneamente con calma, bienestar y placer. El balance
alterado entre ambas ramas, es de gran importancia para explicar los trastornos
sexuales.

Además, el SNA está conectado con la corteza cerebral que es donde se


procesan los datos que recibimos del exterior a través de los órganos de los
sentidos. Aquí intervienen nuestros pensamientos, creencias, ideas, voluntad,
afectos y emociones. Así se explica que la respuesta sexual, a pesar de ser
«involuntaria», esté fuertemente condicionada, ya sea facilitada u obstaculizada
por factores de este orden.

Frente a determinado estímulo efectivo el desarrollo de las diferentes fases de


la respuesta sexual tendrá que ver también con lo que hemos aprendido de muchas
maneras sobre la sexualidad y nuestras experiencias tempranas en ese sentido.
Aquí hay otra vertiente importante para entender los trastornos sexuales.

fase del deseo

El deseo sexual es el apetito o impulso producido por la activación del sistema


neuronal cerebral específico (definición de Kaplan). Es tener ganas, estar
motivado o expectante por el encuentro con el otro. Es el punto de arranque
necesario para que todo lo demás se produzca. Tiene que ver con fantasías,
predisposición, deseo de entrar en clima. En esta fase juega un papel decisivo la
calidad de la relación de pareja además de la situación personal e intrapsíquica de
cada uno de los protagonistas.

El deseo sexual se vive como sensaciones específicas que mueven a buscar


experiencias sexuales o mostrarse receptivo a ellas. Se caracteriza por una vaga
excitación, sensaciones genitales, interés por experiencias sexuales, disposición
abierta a las mismas, inquietud general, que concluyen con el orgasmo.

Si bien no sabemos exactamente qué es lo que despierta el deseo sexual sí


sabemos que el deseo sexual, tanto en el hombre como en la mujer, depende de la
indemnidad de lo siguiente:

• El funcionamiento apropiado de una estructura cerebral específica (centros


que controlan experiencias emocionales y sexuales del sistema límbico,
conectados con el hipotálamo, la hipófisis y centros que controlan el placer
y el dolor).

• Otros centros cerebrales que estimulan o inhiben los anteriores a través de


neurotransmisores específicos: la serotonina que lo inhibe y la dopamina
que lo estimula.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .169
• Estos centros tienen conexiones con otras áreas del cerebro que analizan
experiencias complejas junto con la memoria y con sistemas de
recuperación, lo

que permite la integración del impulso sexual con toda la experiencia


individual subjetiva. También tienen conexiones con centros reflejos
medulares genitales.

• Neuronas específicas que producen endorfinas (químicamente parecida a la


morfina) que actúan sobre los centros del placer y producen sensaciones
placenteras. Los centros del dolor tienen prioridad sobre los del placer. En
situaciones de dolor, tanto físico como psíquico, no se producen
endorfinas. Esto confirmaría que los impulsos reproductivos son
secundarios a los de la supervivencia. El enojo, la hostilidad o el miedo
también inhiben la secreción de endorfinas.

• Las hormonas tienen un rol favorecedor aunque no determinante en el


deseo sexual, en especial la testosterona, tanto en hombres como en
mujeres, así como el factor liberador de hormona luteinizante.

En otros aspectos de la fisiología del deseo, la existencia de una pareja


potencial, atractiva y receptiva aumenta el mismo, así como su accesibilidad y
excitación. La experiencia del enamoramiento también lo eleva. Los hombres
son más proclives al contacto físico espontáneo, rápido y hasta fugaz. Sus
necesidades se miden por cantidad e intensidad. La mujer, en cambio,
privilegia la calidad de la relación. Una mujer que no se sienta apreciada,
valorada y respetada tendrá menos deseos eróticos y boicoteará las relaciones
sexuales. Por eso se dice que, para la mujer, hacer el amor dura tanto como
veinticuatro horas. Las palabras amables, el trato cortés y las expresiones de
cariño favorecen los encuentros sexuales placenteros. Por otra parte, cada mujer
es única en la forma de percibir el placer. Hoy se habla de la huella dactilar del
orgasmo para explicar que no todas las mujeres son iguales ni tienen las
mismas necesidades sexuales.

Por otro lado es importante conocer que puede haber una inhibición o una
estimulación del deseo por factores experienciales que establecen una compleja
relación con la biología. El objeto de deseo puede ser condicionado por
experiencias, creencias, pensamientos, normas morales, enseñanzas, así como
por la estructura psíquica y los rasgos de personalidad. Lo que es deseable para
una persona puede ser despreciable para otra. Es de destacar que el ser humano, a
diferencia de los animales, puede comportarse de manera diferente a la que indica
su deseo ya que los mecanismos neurológicos involucrados en la producción del
deseo están bajo el control de estructuras neurológicas superiores, especialmente
de la corteza prefrontal.

La fase del deseo da lugar a la siguiente fase, vasocongestiva o de excitación.


La sede del deseo es básicamente el cerebro y sus funciones psíquicas, mientras
170. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

que la de la excitación y el orgasmo son los genitales y sus conexiones nerviosas


y vasculares.

fase vasocongestiva o de excitación

La fase del deseo, si es seguida por una eficaz estimulación física (caricias) o
psíquica (un recuerdo, una fantasía, un aroma), da lugar a la fase de excitación
donde fundamentalmente se producen una serie de fenómenos de dilatación y
llenado de sangre de zonas genitales como respuesta a órdenes dadas por el
cerebro a través de la innervación del SNA parasimpático, pasando por centros
medulares sacros. El cuerpo muestra, con su lenguaje, si este proceso se da o no,
lo que es fundamental en la comunicación sexual. Hay un aumento de tensión
sexual primero en todo el cuerpo que luego se localiza en los genitales.

En la mujer se produce primero la erección de los pezones, seguida luego del


aumento del tamaño de las mamas. A los treinta o cuarenta segundos de una
estimulación efectiva, la vasocongestión vaginal hace que aparezca un líquido
por trasudación que humedece la vagina y la vulva y es el comienzo de la
lubricación vaginal. El clítoris aumenta de tamaño y progresivamente los labios
menores también se vasocongestionan, aumentando su tamaño. La vagina se
ensancha y alarga, aumentando su tamaño en más de un tercio. El útero aumenta
de tamaño. Si la excitación continúa en aumento, el clítoris queda cubierto por
su prepucio congestionado. La vulva adquiere un intenso color púrpura. Las
paredes del tercio externo de la vagina se congestionan más, formando, junto
con los labios menores hinchados, la llamada plataforma orgásmica. Para llegar
a este nivel de excitación suelen necesitarse no menos de veinte minutos de
estimulación. La cantidad de sangre necesaria para llenar las estructuras
genitales, que posibiliten a la mujer llegar al orgasmo, es diez veces superior a
la que necesitan los hombres para la erección, por lo tanto se requiere más
tiempo. Es necesario, para que la excitación continúe, que la penetración se dé
cuando ya está formada la plataforma orgásmica. De esta manera la vagina
también se adapta al tamaño del pene, como un guante (no es imprescindible la
penetración para que se dé la respuesta sexual completa).

A nivel extragenital en la piel aparece el rubor sexual, que va en aumento a


medida que se incrementa la excitación efectiva. También se congestionan los
lóbulos de las orejas, aumentando su sensibilidad. Se da una tensión
generalizada de todos los músculos del cuerpo. Aumenta la frecuencia cardíaca,
la frecuencia respiratoria y la tensión arterial.

La estimulación efectiva de la mujer requiere tener en cuenta algunos


aspectos propios de su fisiología:

• Si bien todo el cuerpo es capaz de ser estimulado y ser fuente de


sensaciones placenteras, hay algunas zonas con una sensibilidad mayor (sin
considerar las zonas erógenas primarias como la boca, la lengua, la entrada
de la vagina, el clítoris, los labios menores, los pezones) que son llamadas
«zonas erógenas secundarias». Aunque hay una variabilidad individual, es
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .171
frecuente que estas sean los lóbulos de las orejas, la nuca, el cuello, las
plantas de los pies, las palmas de las manos, las axilas, las extremidades de
los dedos, el ombligo, la cara interna de los muslos, las nalgas, la zona
sacroilíaca y la ingle.

• El clítoris (formado por el cuerpo, cubierto por un repliegue de piel, y el


glande, a la vista), es la zona con mayor cantidad de terminaciones
nerviosas, cuyo único objetivo es recibir y transformar los estímulos
sexuales. Este debería estimularse luego de la estimulación general de la
mujer. Con mucha suavidad, manual u oralmente, se debería comenzar a
acariciar el cuerpo del clítoris y luego el glande, con lubricación suficiente,
natural o agregada. La estimulación, ya sea directa o indirecta, tanto del
clítoris como de la zona cercana o el tercio externo de la vagina, produce
mucho placer. Los dos tercios internos de la vagina no tienen sensibilidad.
En el coito, el pene puede estimular el clítoris a través del «tironeamiento»
de los labios menores. Generalmente, la mujer requiere estimulo directo en
la zona del clítoris para llegar al orgasmo. Esto puede hacerse
simultáneamente con la penetración del pene, en forma manual u oral, así
como en momentos previos o posteriores a la penetración. Una de las pocas
posturas coitales en las que el clítoris se roza con el pubis del hombre y
puede continuar la estimulación el mismo es la de Andrómaca, cara a cara,
con la mujer sobre el hombre.

• La piel y las glándulas de la vulva, segregan un olor especial en la


excitación que no debe confundirse con el olor producido por la falta de
higiene.

• Si hay alguna interferencia significativa para la mujer (pensamiento


distractor, timbre del teléfono, bebé que llora, dolor por maniobra brusca,
etc.) la excitación lograda hasta ese momento puede caer a «cero». Se
produce lo que se llama «paro sensitivo» e implica simplemente que debe
comenzarse la estimulación desde el inicio. El hombre no tiene esta
característica y generalmente puede continuar, luego de una interrupción,
en el nivel de excitación que estaba previamente.

En el hombre, la excitación se evidencia a nivel genital por el proceso de la


erección (esta no ocurre solo en el proceso de excitación sino también en forma
automática como mecanismo de nutrición profunda de los tejidos del pene así
como en situaciones de estrés, en el sueño o por razones patológicas).

Los estímulos eróticos que hacen posible la erección deben ser eficaces y estar
dentro del registro de cada persona. Suelen ser7:

• Estímulos visuales

• Estímulos táctiles en los genitales

• Contacto con una mujer sexualmente predispuesta


172. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Táctiles de zonas no genitales

• Olfativos y auditivos

• Gestos seductores de una mujer atractiva

• Fantasías eróticas

• Ambiente adecuado (según Kaplan, los afrodisíacos más poderosos son:


amor, tiempo y fantasías).

7 Flores Colombino, A. (1990). Respuesta sexual (4 edición). Montevideo, Uruguay: Editorial Dismar.
La erección es un proceso hidráulico con fluido sanguíneo controlado por el
SNA parasimpático (involuntario) donde hay una congestión de los cuerpos
cavernosos por entrada de sangre arterial y por bloqueo valvular de la salida
venosa. La dilatación de los cuerpos cavernosos está limitada por una cubierta
fibrosa que le da la rigidez al pene.

En un primer momento el pene aumenta de tamaño; a esta etapa se la llama


«tumescencia». Si la excitación continúa llega a la etapa de rigidez, donde es
posible la penetración. La erección puede aumentar y disminuir varias veces
según los estímulos de un juego sexual prolongado y puede ser interrumpida
conscientemente. Los centros neurológicos de la erección, además del cerebro,
se ubican en la medula sacra y en la cervical.

Junto con la erección se produce el engrosamiento de la piel del escroto y la


elevación de las bolsas y de los testículos hacia el periné. Internamente, el
semen de los testículos y el epidídimo asciende por el conducto deferente. La
uretra membranosa y la prostática se convierten en una cavidad cerrada, con el
semen a presión en la misma, sensación que es percibida por el hombre y que
anuncia la eyaculación. En ese momento se cierra el esfínter vesical interno y es
imposible la micción. Si la excitación no continúa y no hay eyaculación, el
esfínter vesical interno se abre y el semen pasa a la vejiga, se mezcla con la
orina y sale en la próxima micción. Si la excitación continúa se producen los
movimientos de embestidas pelvianas. Es el momento de máxima actividad
parasimpática. Los fenómenos extragenitales son similares a los de la mujer.

fase motora o de orgasmo

El orgasmo es una experiencia psicofísica y espiritual compleja en la que


participa la totalidad de la persona. La palabra expresa la descarga o liberación de
la tensión sexual. «Existe una pérdida de los límites del “yo”, una sensación de
flotar, levitar, de estar fuera del tiempo y del espacio, de totalidad, de plenitud,
que puede expresar la comunión total de dos personas»8.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .173
Kinsey9 señala que en ese momento existe una reducción de las percepciones
sensoriales llegando a pérdidas de conocimiento momentáneas. En el orgasmo, la
persona prescinde de las precauciones para no ser visto u oído y queda vulnerable.
Dicho autor encontró en sus estudios que el 6% de las mujeres no experimentaba
nunca el orgasmo, el 10 % lo experimentaba siempre y el 85% lo lograba en base
a la eficacia de los estímulos.

A nivel fisiológico, los fenómenos en esta etapa, a diferencia de la anterior,


son de tipo muscular y sensitivo, y son controlados por el SNA simpático.
Intervienen estructuras cerebrales y centros medulares lumbares. En el hombre
se describen dos fases, y en la mujer solo una.

En el hombre, si bien podemos hablar de dos fases, transcurren en un


continuo progresivo y creciente. Se trata de la fase de emisión y la fase de
eyaculación. La fase de

8 Flores Colombino, A. (1990). Respuesta sexual (4 edición). Montevideo, Uruguay: Editorial Dismar.
9 Kinsey, A,. et al. (1954). Conducta sexual de la mujer. Buenos Aires, Argentina: Editorial Médico-quirúrgica..
emisión está dada por el pasaje de semen en muy pequeña cantidad a la uretra
peniana. Provoca la sensación de inevitabilidad eyaculatoria, que es seguida por
la eyaculación.

El orgasmo suele coincidir con la eyaculación; se caracteriza por la pérdida


del control muscular voluntario y la aparición de contracciones musculares
involuntarias en todo el cuerpo, pero especialmente en la zona genital. El ritmo
cardíaco, la frecuencia respiratoria y la tensión arterial se incrementan.

La sensación de inevitabilidad eyaculatoria es seguida por las contracciones


del conducto deferente, las vesículas seminales y la próstata, impulsando el
semen al exterior a través de la uretra. La fuerza de la eyaculación depende de
factores individuales y también de la frecuencia de las relaciones, el tipo de
estímulo, el estado de la próstata y la salud general. La distancia de expulsión
del semen, en el joven, puede llegar hasta uno o dos metros, y en el anciano ser
simplemente un corrimiento. El volumen del eyaculado es de aproximadamente
dos a tres centímetros cúbicos. Las contracciones iniciales tienen la frecuencia
ya mencionada, cada 0,8 segundos, especialmente las tres o cuatro primeras.
Luego los intervalos se alargan. También se contraen involuntariamente los
músculos del esfínter anal.

En el hombre, las sensaciones placenteras que acompañan al orgasmo suelen


estar más focalizadas en las zonas genitales, a diferencia de la mujer donde suelen
abarcar también el resto del cuerpo.

Si bien la eyaculación está controlada por el SNA simpático y puede ser


involuntaria, estos centros están en conexión con estructuras cerebrales que
incluyen la corteza cerebral, de modo que la eyaculación puede ser consciente y
voluntaria. Puede haber ocasionalmente una segunda eyaculación y un orgasmo,
174. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

que depende de la duración del período refractario del hombre. En general en el


hombre, el primer orgasmo es de mayor intensidad subjetiva.

Puede haber eyaculación sin orgasmo, como en el caso de los parapléjicos


(lesionados de médula espinal). También puede haber orgasmo sin eyaculación,
en los hombres operados de la próstata. En este caso, el semen va hacia la vejiga,
se mezcla con la orina y se expulsa en la siguiente micción. La erección y la
eyaculación pueden darse sin ninguna estimulación física o psíquica, como ocurre
en las erecciones y eyaculaciones nocturnas. El mecanismo de la erección
nocturna (tres o cuatro veces por noche) tiene la función de nutrir los tejidos del
pene con oxígeno que pasa a las células solo con presiones arteriales elevadas.
Hombres con problemas vasculares o neurológicos pueden perder esta capacidad,
lo que podría llevar a una atrofia del pene y de su capacidad de erección.

En la mujer, si la fase de excitación ha sido efectiva y el estimulo adecuado


continúa, se desencadena involuntariamente el orgasmo en forma refleja. El
orgasmo femenino es más prolongado. Los músculos que rodean la vagina y el
ano (periné) se contraen rítmicamente a la frecuencia de 0,8 segundos, con un
total de ocho a doce contracciones. El útero se contrae y se abre su orificio,
facilitando la fecundación, con un efecto de succión del semen depositado en la
vagina. También se contraen los esfínteres anales y la parte baja del abdomen.
Aparecen contracciones involuntarias y espasmos en grupos musculares de todo el
cuerpo, como la cara, el cuello, los brazos y las piernas. Uno de estos es el
espasmo carpopedal, que coloca los pies en hiperextensión y las manos en
posición de garras. Por contracción de los músculos vertebrales la columna se
curva en forma de arco convexo hacia delante y la cabeza se hiperextiende.

Al igual que en el hombre, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la


tensión arterial aumentan. En general la mujer que llega a esta etapa no está
totalmente consciente de sus movimientos físicos y se sumerge con la totalidad de
su persona en la experiencia orgásmica. La obnubilación del pensamiento
conduce a la exteriorización de expresiones guturales automáticas, características
de cada persona.10 En la mujer van desde quejidos tenues hasta gritos de diversa
intensidad. El varón emite desde un rugido atenuado hasta un grito suave.

En el orgasmo, las contracciones de los glúteos, los músculos abdominales y


los muslos producen un movimiento de vaivén rítmico y fuerte, que ya no es
voluntario, como en la fase anterior, que van aumentando en rapidez y energía, y
que culminan con una contracción espasmódica que impulsa la zona pélvica en
sentido anterior. Algunas mujeres deben realizar el aprendizaje de estas
embestidas pelvianas ya que culturalmente han sido condicionadas a permanecer
inmóviles y pasivas durante el coito.

La mujer puede experimentar más de un orgasmo si la estimulación continúa,


de menor intensidad el primero que el segundo o tercero.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .175
Gerald Zwang11 dice que el varón debería renunciar a su rol de maestro en la
ceremonia del coito que la cultura le impone. Es la mujer la que impone la mayor
cantidad y calidad de modificaciones a la biología, humanizando la respuesta
sexual y alejándola de la animal. Al ser más lenta la excitación de la mujer (por
razones culturales) es ella la que debería marcar las pautas de cómo y dónde ser
acariciada, el momento de la penetración así como la inminencia de su orgasmo.
Habitualmente el varón acepta de buen grado estas sugerencias.

La mujer posee varios patrones de orgasmo, que se pueden agrupar en cuatro


tipos, aunque tienen múltiples variantes. Es importante reconocer la normalidad
de cada uno.

Uno de ellos es el patrón tetánico: la fase de orgasmo se prolonga en su cima y


luego de treinta segundos pasa a la fase de resolución en forma abrupta y con
rechazo a toda otra estimulación. Los otros tres corresponden a los patrones
monorgásmico, poliorgásmico y multiorgásmico.

El orgasmo es seguido por la fase de resolución, donde gradualmente el


organismo vuelve a su estado de reposo. La mujer, a diferencia del hombre, no
tiene período refractario. Este período es un tiempo variable durante el cual el
hombre no puede excitarse nuevamente, aunque el estímulo sea apropiado. Va
desde minutos a días. La mujer, si lo desea, puede volver a tener un ciclo de
respuesta sexual.

10 Salerno, E. (1967). Fundamentos de la sexología. Buenos Aires, Argentina: Paidós.


11 Zwang, G. (1978). Manual de sexología. Barcelona, España: Toray-Masson.
El hombre sano se siente satisfecho, tranquilo, alegre, relajado. La mujer suele
experimentar ternura y deseos de comunicación en el plano más espiritual de un
diálogo amoroso.12 Si se logran armonizar estos afectos, el coito se transforma en
una expresión privilegiada y rica del lenguaje comunicacional de dos personas
totales, no solo de sus cuerpos.13

El coito es la cumbre del encuentro interpersonal, el dialogo integral más


completo de cuantos intercambios puedan concebirse, en el que la persona está
involucrada con su presente, su historicidad y su proyecto de futuro. Por eso, no es
igual un coito entre personas desconocidas que entre dos amantes; ni tampoco
entre dos amantes circunstanciales que entre dos amantes con pasado y futuro en
común.

Creer que los dos deberían culminar en un orgasmo al unísono es un mito,


aunque puede ocurrir en algunas ocasiones pero no es la finalidad de un encuentro
sexual. Cada pareja tiene sus tiempos de disfrute y de acompañamiento durante la
relación amorosa.

Puede suceder que no se llegue a la última fase orgásmica, lo que no debería


convertirse en un problema si sucediera de manera aislada a uno de los cónyuges
176. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

(ante situaciones de estrés por ejemplo) y la relación fuera satisfactoria porque el


vínculo lo es.

Sin embargo, cuando esto ocurre con frecuencia podríamos encontrarnos frente
a una disfunción sexual; ampliaremos este tema en la próxima clase.

Es importante pensar y luego comunicar a nuestro cónyuge qué cosas harían


más satisfactorio el encuentro: el lugar, el momento apropiado, las zonas que
necesitan de mayor estímulo o aquellas situaciones o estímulos que no nos
resultan agradables. El deber de cada marido es averiguar cuáles son las
preferencias de su esposa y satisfacerlas. De ahí que los hombres que han tenido
muchas parejas sexuales consideran que son mejores amantes, pero la verdad es
que no lo son. También es cierto que las mujeres creen que los hombres deben
saber cuáles son sus necesidades amorosas; pero a menos que la esposa le diga a
su cónyuge cuáles son sus gustos, no lo sabrá. Los hombres no son adivinos.

El que aprendamos a conocernos, a conocer a nuestra pareja y construir un


encuentro agradable redundará en una experiencia deseable y renovadora a través
del tiempo.

Una charla erótica es recomendable para aquellas parejas que deseen mejorar
su vida sexual. Consiste en apartar un tiempo sin interrupciones en el que se
fomenta el diálogo franco y se habla claramente de las necesidades íntimas.
Normalmente la gente cree que el sexo es algo natural y, por ende, tiene que
funcionar naturalmente. Pero eso no es cierto. La ignorancia en materia sexual
suele ser la causa más frecuente de los «matrimonios blancos» o no consumados,
además de los graves desajustes sexuales en la pareja.

12 Estas emociones, las caricias y el deseo de aproximación física placentera parecen relacionarse con la oxitocina
segregada en la etapa de excitación y durante el orgasmo.
13 Flores Colombino, A. (1990). Respuesta sexual (4 edición). Montevideo, Uruguay: Editorial Dismar.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD Y FASES DE LA RELACIÓN SEXUALcLase 10 .177
La sexualidad es una expresión más de nuestra espiritualidad. La intimidad sexual es
buena a los ojos de Dios. La dimensión del placer fue creado por Él para que el regocijo y la
alegría surjan en cada encuentro sexual.

EJERCICIOS
1. Diferenciar conceptos de sexo y sexualidad. Explicar brevemente las dimensio-
nes de la sexualidad humana.

2. Imagine que se presenta ante usted una pareja estable que sufre porque, si bien
en otros aspectos la relación marcha bien, los dos se encuentran insatisfechos
con respecto a sus relaciones sexuales. El hombre se queja de que su esposa es
demasiado fría en lo sexual. Ella dice que a él solo le interesa el «sexo express».
Teniendo en cuenta lo que aprendió de las fases de la respuesta sexual humana,
¿qué recomendaciones daría a esta pareja?

3. Seleccione uno de los siguientes grupos y escriba una carta pastoral hablándoles
del tema «sexualidad». Tenga en cuenta lo que aprendió en cuanto a teología de
la sexualidad: adolescentes, parejas de novios o matrimonios.
Pareja distanciada
154.

VIDEO 11

DISFUNCIONES SEXUALES Y MATRIMONIO BLANC O


DRA. LUCÍA PEREZ E ING. CARLOS JACOBS
introducciÓn

01. una educaciÓn sexuaL sana


_ una sana autoestima

_ Llamar a cada cosa por su nombre

_ sentido de trascendencia

_ desarrollar la afectividad
_ ser responsables con nuestros cuerpos

.155
_ estar dispuestos a hablar

2. La pornografía
3. como prevenir eL abuso sexuaL
CLASE 11

diSFUncioneS
SeXUALeS,
«MAtRiMonio BLAnco»

AL REvISAR LA bIbLIOGRAFíA DE LAS DISFUNcIONES SEXUALES


NOS ENcONTRAMOS cON DATOS cONDIcIONADOS POR LA EScASEz y LA
DIvERSIDAD DE LAS MUESTRAS. ESTOS DATOS SON MUy DISPARES SEGúN LOS
ESTUDIOS y LOS cONTEXTOS DONDE
FUERON REALIzADOS. ES MUy POcA LA EvIDENcIA PUbLIcADA y
GENERALIzADA SObRE INcIDENcIA y PREvALENcIA DE PRObLEMAS O
TRASTORNOS EN SEXUALIDAD.

Más adelante ofreceremos datos específicos para trastornos concretos. Algunos


estudios como el de Laumann (1999)14 reflejan que entre las mujeres de 18 a 59 años
existe

14 Laumann, E. O., Paik, A. y Rosen, R. C. (1999). Sexual Dysfunction in the United States prevalence and predictors. EE. UUU.:
JAMA, pp. 281, 537-544.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.185
un 43% con algún tipo de disfunción o problema sexual. Un estudio más reciente de La
Calle (2006)15 estima que entre las mujeres y según su edad hay una gran variabilidad
de prevalencia y tipo de disfunción sexual: desde los 20 a los 50 años el 11,8% presenta
algún problema, entre los 50 a 55 años el 29,4% (dispareunia un 36%, deseo sexual
inhibido el 22,4%, baja lubricación el 15,2% y anorgasmia un 8%).

Entre los varones, Ballester y Gil, en un estudio epidemiológico realizado en la


Comunidad Valenciana (1995)16, refieren que encontraron deseo sexual inhibido en
un 25% de la muestra, disfunción eréctil en el 14%, eyaculación rápida en el 39%,
eyaculación retardada en el 18%, anorgasmia en un 9% y dispareunia en el 6%
(Guirao, 2008)17 mantiene que un 40% de los varones tiene algún tipo disfunción
sexual.

Estudios internacionales, como el Análisis de la prevalencia de disfunciones


sexuales de la sociedad Española (2002), señalan que:

• Uno de cada tres hombres menores de 50 años padece de eyaculación precoz

• Uno de cada dos hombres mayores de 50 años padece de disfunción eréctil

• Una de cada tres mujeres presenta anorgasmia

• Una de cada tres mujeres presenta disminución del deseo sexual

En nuestro medio, la Dra. Alicia Casas Gorgal18 reporta que la mitad de las parejas
presenta alguna disfunción sexual a lo largo de su vida. Esto demuestra la
pertinencia de la pastoral familiar, de tener cierto conocimiento de las problemáticas
sexuales, de sus posibles causas y orientaciones para abordar cada situación
particular. Los pastores y los consejeros cristianos pueden desempeñar un rol
importante en la solución de muchas de las disfunciones leves, y esto en tres niveles
claros de intervención:

• Dar permiso. Un primer nivel de intervención está dado por el rol que tiene el
pastor frente a la pareja que consulta por una dificultad sexual. Este es una figura
de autoridad que puede cumplir la función de legitimar o «autorizar» la conducta
sexual adulta en sus manifestaciones saludables, lo que en ocasiones resuelve el
problema. Puede trabajar con las creencias y las cogniciones de la pareja sobre la
sexualidad, intentando dar una perspectiva diferente de la misma, vinculada al
placer, la comunión, la intimidad, etc.

• Dar información. Un segundo nivel, tiene que ver con los conocimientos que el
consejero pueda ofrecer sobre la respuesta sexual humana en el hombre y la
mujer en los diferentes momentos vitales. Muchas veces lo que existe no es una

15 La Calle, P. y otros (2006). Dificultades sexuales en la práctica ginecológica. Sexología Integral; 3 (4): 204-209; Ballester, R y
Gil, M.D. 1995.
16 Estudio epidemiológico sobre la prevalencia de disfunciones sexuales en la Comunidad Valenciana. (2008). Psicotema, vol. 7,
nº 1, 95-14, 12 Guirao. En 15 (mayo 2011)
17 Recuperado de: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/05/21/mujer/1211377785.html
186. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

18 Alicia Casas Gorgal, médica psiquiatra, sexóloga clínica, coordinadora del programa Claves de la Asociación Civil Juventud
para Cristo de Uruguay. El Programa Claves está orientado a la prevención del maltrato y la violencia sexual hacia niños, niñas
y adolescentes y a la promoción de la cultura del buen trato.
disfunción sino la ausencia de conocimiento en cuanto a lo que se requiere para
la existencia de la respuesta sexual.

• Derivar adecuadamente. Cuando se presuma que existe una disfunción sexual


(aunque el consejero no necesariamente deba dar un diagnóstico profesional),
podrá derivar adecuadamente hacia equipos interdisciplinarios que trabajen en
sexología clínica.

preguntas válidas

Es importante que el consejero evalúe sin ingenuidad el lugar que desempeña la


disfunción en la pareja, haciéndose algunas preguntas luego de hablar en conjunto y
por separado con los consultantes:

• ¿Tiene la pareja un problema sexual?


• ¿Qué ocurriría en esta pareja si el síntoma no existiera?
• ¿Es un problema de pareja o sexual?
• ¿Se trata de un matrimonio que tiene una disfunción sexual que se generalizó al
resto de la situación de pareja o es un problema matrimonial que derivó
posteriormente en una afectación de la vida sexual? (según qué haya sido
primero, el abordaje será diferente).
• ¿Qué importancia le da la pareja a esta disfunción? ¿Es igual en ambos?
• En la solución del problema, ¿idealizan la posibilidad de obtener una vida de
pareja perfecta?
• ¿Se le da una importancia excesiva a la disfunción?
• ¿Pueden convivir con la disfunción priorizando otras áreas de satisfacción de la
pareja?
• ¿Quieren realmente resolver el problema o procuran un juez o responsabilizar a
uno de los cónyuges por todos los males del otro?
• ¿Cómo cambiará la pareja si se resuelve la disfunción?
• ¿Qué lugar tiene la sexualidad en la pareja?
• ¿Qué relación hay entre el poder en la pareja y la disfunción?
• ¿Qué beneficios aporta a la pareja o a uno de sus miembros la disfunción? (por
ejemplo, «permiso» para la infidelidad...).
• ¿Tienen la motivación necesaria para lograr un cambio?
• ¿Por qué consultan ahora?
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.187
• ¿De qué manera afecta a cada uno?
• ¿En qué piensan que se les puede ayudar?

de la impotencia y la frigidez a las disfunciones sexuales


Antiguamente se englobaba a las disfunciones sexuales en dos grandes conceptos:
impotencia y frigidez, sea que las padecieran hombres o mujeres respectivamente. Esta
denominación peyorativa obedecía a la creencia (hoy superada) de que las causas y los
mecanismos de producción de las mismas se relacionaban con una sola patología
física o psicológica que se expresaba en diferentes grados. Hoy en día sabemos (sobre
todo desde la década del 60, a partir de un modelo de normalidad) que cada fase de la
respuesta sexual posee un sistema fisiológico, anatómico, neurológico, hormonal y
psíquico propio, lo cual condiciona la vulnerabilidad de esa fase, con mecanismos de
producción de la alteración bien definidos para cada una y, por ende, una terapéutica
también diferente y específica. Si bien esta separación no es absoluta, es de gran
valor didáctico y clínico.
«Las disfunciones sexuales son el conjunto de alteraciones (en su mayor parte por
inhibición) de alguna de las fases de la respuesta sexual del individuo o de su función
eficaz» (A. Flores Colombino).
Si bien la disfunción sexual es un trastorno esencialmente personal, se vive a nivel
interpersonal. Para comprender cabalmente sus causas y eventualmente abordar su
tratamiento, debe analizarse a la luz de la relación de pareja.

cLasificaciÓn de Las disfunciones sexuaLes

trastorno varÓn mujer


1. Fase del deseo - Deseo sexual hipoactivo o - Deseo sexual hipoactivo o
inhibido inhibido
2. Fase de - Disfunción eréctil - Disfunción excitatoria
excitación
3. Fase de orgasmo - Ausencia de control - Disfunción orgásmica
eyaculatorio (orgasmo (anorgasmia)
precoz conclusivo).

- Incapacidad o
retardo eya-culatorio u
orgasmo masculino inhibido
4. Espasmo de los - Dolor psicógeno - Calambres
músculos genitales eyaculatorio y musculares uterinos
posteyaculatorio.
- Vaginismo (ocurre
en todas las fases)
5. Dispareunia Dispareunia Dispareunia
(coito doloroso)
6. Evitación fóbica de Penetración, contacto oral,
la relación sexual /
188. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Fobias sexuales contacto anal, masturbación,


beso, caricias, mirar
genitales, semen,
secreciones vaginales,
desvestirse, vello púbico etc.
causas de las disfunciones sexuales

Se consideraba que una disfunción sexual se debía siempre a una enfermedad de


fondo de la que la disfunción era solamente un síntoma. Esto presuponía que al
diagnosticar y tratar la enfermedad de fondo, desaparecería la disfunción. Esto ya no
se acepta hoy en día. Desde que Masters y Johnson plantearon que la enfermedad de
fondo no era «obligatoria», ni biológica ni psicológica para que se instalara una
disfunción sexual, y luego Kaplan aportara que la mayoría de las disfunciones
corresponden a «causas inmediatas poco profundas», se ha llegado a plantear que las
disfunciones no solo no constituyen «enfermedades» sino que además las personas las
aprenden o no han estructurado una ideología concordante y armónica que los habilite
para tener una sexualidad gratificante. Si bien la clasificación de Kaplan sobre las
causas de las disfunciones sexuales en biológicas y psicológicas es un poco artificial
(ya que toda disfunción implica una vía final biológica afectada y no hay psiquismo
sin un sustrato biológico) sirve a efectos didácticos.

1. Causas biológicas
• Efecto de enfermedades: psiquiátricas, renales, vasculares, infecciosas,
hepáticas, metabólicas, hormonales, genitales locales, quirúrgicas,
neurológicas, musculares, etc.
• Agentes químicos: fármacos o drogas de abuso que actúan sobre el cerebro
o los genitales.

2. Causas psíquicas
Para que el funcionamiento sexual sea normal debe darse en un determinado
contexto donde la persona esté tranquila, se entregue a la experiencia y
abandone todo control de la situación así como el miedo. Además debe haber
una apertura y confianza recíproca en la pareja, dándose a la experiencia de
acuerdo a un sistema de valores particular. Los sistemas de valores sexuales
son, según Masters y Johnson, «el conjunto de valores sociales que hacen que
las experiencias sensoriales individuales investidas de un significado erótico,
sean convertibles y aceptables como estímulo sexual». No es posible esperar
una buena respuesta sexual si la persona está en un entorno contrario a los
mismos. Si bien la respuesta sexual tiene un sustrato fisiológico básico, es
interpretado por las sociedades, las religiones y las culturas de manera diferente.
Todo influye sobre esta respuesta sexual que tiene un nivel de vulnerabilidad
mayor que cualquier otro proceso fisiológico. Una visión integradora para la
comprensión de las disfunciones sexuales hace que se puedan reconciliar
abordajes y escuelas diferentes que pueden ser complementarias. Helen Kaplan
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.189
propone cuatro niveles de comprensión: causas inmediatas, causas
intrapsíquicas, causas diádicas y causas aprendidas.

A. Causas inmediatas. Las causas inmediatas actúan en el «aquí y ahora»


interfiriendo con la función sexual, actuando como obstáculo involuntario al
disociar el pensamiento intencionado y la acción sexual. Potencialmente son las
más fáciles de revertir. Incluyen:

A.1. La incapacidad de practicar una conducta sexual efectiva por:

• Ignorancia sexual (por ej.: el hombre ignora su capacidad de dar placer, la


mujer no es consciente de sus necesidades, la creencia del mito del orgasmo
simultáneo, el desconocimiento de la respuesta sexual masculina y femenina, la
información errónea, la creencia del mito del «solo coito», etc.).

• Evitación inconsciente del placer sexual (se evidencia en ahuyentar a


compañeros que podrían ser estimulantes, superinvolucramiento en actividades
no sexuales, disuasión a compañeros sexuales para estimularlos, desprecio al
erotismo no orgásmico, etc.).

• Ansiedad sexual: No se refiere a la ansiedad «común» sino a diversas fuentes


que evoquen emociones adversas al coito. Algunas pueden ser: temor al
desempeño sexual frente a su compañero, temor al rechazo o al fracaso, temor
al exceso de demanda de la mujer o del hombre, obsesión por complacer.

• Racionalizaciones contra los sentimientos eróticos: rol de espectador donde la


persona esté extremadamente pendiente de sus acciones, pensamientos
autocríticos obsesivos («soy un desastre, no le gusto, está conmigo por
lástima…», etc.).

A.2. Incapacidad para comunicarse tanto en lo verbal como en lo no verbal.


El temor al desempeño es uno de los obstáculos más importantes para un
funcionamiento eficaz. La ansiedad que genera este temor es contraria a las
reacciones químicas necesarias para una respuesta adecuada, en especial para el
hombre. El «rol de espectador» hace que la persona se «salga de la situación» y
observe ansiosamente su propia experiencia. La dificultad en comunicarse,
especialmente en los aspectos no verbales (gestuales, actitudinales, kinésicos y
táctiles), suele relacionarse con el estilo de crianza y educación, muchas veces muy
restrictivo con la expresividad corporal, de carácter antisexual y sexofóbico.

La ignorancia sexual es especialmente alarmante en nuestra cultura y merece una


consideración especial, ya que es generadora de miedos, culpas, distorsiones, mitos,
tabúes y prejuicios. La asociación sexo-pecado, tan enraizada en la cultura occidental
desde el tercer siglo, ha sido determinante en este aspecto. El solo desconocimiento
puede ser causa suficiente de graves disfunciones de toda clase.

B. Causas intrapsíquicas. Kaplan considera que no pueden abandonarse los


valiosos aportes del psicoanálisis pese a las hipótesis alternativas para la comprensión
190. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

de la conducta humana. En el inicio de la terapia sexual como tal, las aproximaciones


basadas en las leyes de la conducta y en la teoría del aprendizaje obtuvieron resultados
tan espectaculares en el tratamiento y la modificación de obstáculos específicos (que
actuaban como inhibidores de la respuesta sexual) que se pretendió negar toda validez
del psicoanálisis para comprender estos cuadros. Pero el carácter inconsciente de los
conflictos que impiden desear y experimentar el placer sexual, provocando
disfunciones resistentes a las terapias conductuales, cognitivas y educacionales, se
pueden explicar por causas psicológicas subyacentes. Entre ellas se encontrarían el
«complejo de Edipo» no resuelto, la angustia de castración, la culpa masturbatoria y
la represión sexual durante la crianza. La angustia relacionada con el sexo puede ser
la vía final común recorrida por múltiples elementos patógenos, produciendo una
disfunción sexual.

No obstante hoy en día no se acepta la concepción psicoanalítica de que invariablemente todas


las disfunciones sexuales obedecen a graves y profundos conflictos vividos en la infancia.

C. Causas diádicas-pareja. La sexualidad es un lenguaje de la comunicación


interpersonal. La disfunción sexual puede entenderse como un trastorno en la
comunicación sexual. La variable ecológica del sistema sexual (al determinar el tipo o
modelo de relación o interacción de la pareja del consultante) es de gran importancia.
Los problemas inmediatos o intrapsíquicos no se viven solamente a nivel de la
persona disfuncional sino que también se dan en el campo existencial de la pareja.
Muchas veces el modelo relacional es la única causa de la disfunción sexual de la
persona. Dentro de estas causas diádicas podemos encontrar lo siguiente:

• Rechazo del cónyuge

• Incompatibilidad de diferentes clases

• Discordia marital: si hay hostilidad, ira contra el otro, temor (no consciente) al
abandono o al rechazo

• Falta de confianza en el otro, ansiedad frente a la ejecución, dudas sobre sí mismo

• Luchas de poder no conscientes (cuando uno percibe que el otro quiere dominar
puede que responda con una disfunción sexual)

• Violencia doméstica a la que se responde con una disfunción sexual no consciente.

• Decepciones contractuales. Cada uno tiene un contrato marital diferente, no


explicitado, y se siente estafado por el cónyuge por presuponer que los contratos
son iguales (también puede ocurrir por la falta de cumplimiento de acuerdos
tácitos)

• Sabotaje sexual ejercido por uno de los cónyuges, ya sea por presiones y exigencias
por parte del otro, por inoportunidad permanente de este, por burla y desprecio de
los deseos expresados, por fracaso en la comunicación, etc.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.191
D. Causas aprendidas. Desde la teoría del aprendizaje, una experiencia sexual
asociada con vivencias negativas (miedo, agresividad, culpa, dolor), determina
un condicionamiento negativo o la inhibición subsiguiente de una parte o de
toda la respuesta sexual.

Esta inhibición no es consciente. La evitación de la actividad sexual hace que la


conducta sexual global se vea anulada, disminuida o afectada solo en ciertas
fases o conductas, como por ejemplo un determinado tipo de caricias. La
evitación de la conducta que genera ansiedad disminuye el malestar, lo que
significa una recompensa que refuerza la inhibición.
En este nivel solamente se explica la manera en que se adquieren los síntomas y la
forma de mantener su persistencia. Apunta al «cómo» y no al «por qué» de los
síntomas al describir los mecanismos psicofisiológicos de la disfunción sexual. Pero la
gran importancia terapéutica de este enfoque radica en que así como se aprende la
disfunción también se puede extinguir el síntoma sexual.

trastornos de la fase del deseo

El deseo es un apetito y un impulso que mueve a la avidez erótica, con búsqueda de una
pareja sexual, galanteo, cortejo, seducción y conquista, que lleva a la intimidad, al coito
o sus sucedáneos. Para que esto ocurra es necesario que el sistema anatómico y
fisiológico este intacto y no existan factores inhibitorios psíquicos para su expresión. El
deseo sexual puede existir a lo largo de toda la vida de una persona sana, pero hay factores
biológicos y culturales que determinan diferencias etarias importantes. Aunque
estadísticamente el pico máximo del deseo sexual se da en torno a los 17 o 18 años, y en la
mujer en torno a los 40 años (por predominio relativo de la testosterona al reducirse
normalmente la concentración de estrógenos), la capacidad de excitarse ante una pareja
atractiva y de sentir deseo sexual en forma espontánea se mantiene de modo constante. Para
la existencia del mismo son importantes la salud física, el estado de ánimo, el enamoramiento
(el mayor afrodisíaco descubierto hasta el momento según Kaplan) y la situación de la pareja
en sus diferentes dimensiones.

Es normal que el deseo fluctúe en una pareja equilibrada pero no que falte por un
tiempo muy prolongado. Es importante no confundir la disfunción del deseo con la
ausencia normal del deseo sexual. Algunas de estas situaciones de ausencia normal del
deseo pueden ser:

• Personas que se sienten cómodas con una frecuencia de deseo muy baja pero que
tienen problemas con una pareja con frecuencia diferente

• Personas que tienen una pareja desaseada, o a quien no se ama o que plantea una
relación destructiva o violenta (sería patológico que el deseo persistiera o
aumentara en estas circunstancias)

• El celibato sano por el cual se suprime el deseo hasta encontrar una pareja
adecuada o debido a tomar una opción religiosa
192. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Frente a personas diferentes a la pareja con la que se tiene un vínculo de afecto


(el deseo exclusivo por esta persona, dice Kaplan, es algo que debería ser
celebrado, y no constituir objeto de tratamiento)

• Cuando el deseo no aparece frente a un compañero o una situación inadecuada o


está carente de todo interés erótico

El deseo sexual inhibido es la inhibición persistente y profunda del deseo sexual.


El diagnóstico es clínico y deben tenerse en cuenta factores como la edad, la salud, el
género, la intensidad y la frecuencia del deseo sexual y el contexto de la persona. Este
diagnóstico nunca debe hacerse a no ser que la falta de deseo sea fuente de malestar
para el individuo o su pareja.

Esta disfunción puede estar presente mientras que las otras dos fases de la
respuesta sexual pueden no verse afectadas. Si bien están interconectadas y forman
parte de un proceso unitario con un generador común, cada fase tiene sus propias
implicancias neurofisiológicas y hormonales.

El deseo sexual puede inhibirse o estimularse, tanto consciente como


inconscientemente. Los centros del deseo están en el cerebro y en la médula por ser
enclaves neuroendocrinos que deben funcionar adecuadamente para que exista el
deseo.

La disfunción del deseo, se caracteriza por:

• Ausencia de interés en asuntos sexuales

• Ausencia de fantasías sexuales

• No procurar actividades sexuales, ni con una pareja ni autoeróticas

• Estimulación genital mínima o poco eficaz

• Excitación y orgasmo que se limitan a los genitales

• Sensación de comer sin hambre

• Rechazo y fastidio ante estimulaciones sexuales

El deseo sexual inhibido es de las disfunciones más frecuentes, tanto en mujeres


como en un número creciente de hombres. Se habla de disfunción del deseo primaria,
cuando hay una asexualidad permanente y/o nunca se experimentó deseo sexual. Es
mucho más común la disfunción del deseo secundaria, cuando se experimenta luego
de un tiempo de haber experimentado deseo sexual.

Otra variante es la disfunción del deseo situacional, por ejemplo, cuando no hay
condiciones de comodidad ni de seguridad, o frente a la pareja estable pero no ante una
pareja ocasional, o en el caso de que tener relaciones sexuales sea imposible por
factores externos.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.193
Las causas de la disfunción del deseo en varones y mujeres son prácticamente las
mismas, salvo las que dependen de la función testicular. Dentro de las causas de la
inhibición del deseo (que se pueden clasificar en las cuatro categorías mencionadas
anteriormente) se destacan:

• Angustia y ansiedad relacionadas con lo sexual y hostilidad clara hacia la


pareja. Supresión involuntaria del circuito sexual mediante pensamientos
negativos, activación de los circuitos del miedo y de la ira (rasgos físicos
desagradables para la persona, recuerdos de comportamientos pasados,
pensamientos negativos sobre sí mismo, pensamientos antisexuales, etc.). Otras
causas pueden relacionarse con no querer tener relaciones con esa persona y en
esa situación, el acoso o la violencia del compañero, el miedo inconsciente al
éxito, a la intimidad, al compromiso o con causas intrapsíquicas más profundas.

• Depresión. Por la repercusión neuroquímica y neurovegetativa se afecta


inicialmente la fase del deseo y luego las restantes. Es de las causas más
frecuentes de pérdida del deseo sexual.

• Estrés crónico. Por situaciones conflictivas prolongadas, por esfuerzos que


culminan en fracasos repetidos que agotan los mecanismos fisiológicos
defensivos (al reducir los neurotransmisores y disminuir la testosterona) tanto en
hombres como en mujeres. Se ve en pleitos judiciales, separaciones, divorcio,
desempleo, jubilación forzada, exilio, etc.

• Agentes químicos, tóxicos y medicamentosos. Alcohol y otras sustancias


psicoactivas de abuso, fármacos antihipertensivos de acción central,
betabloqueantes adrenérgicos, antiandrógenos, psicofármacos. La acción de los
fármacos es muy proteiforme; debe evaluarse en cada caso particular y valorarse
la posibilidad de cambios con el médico tratante. Es muy frecuente que los
médicos no pregunten a los pacientes por estos efectos secundarios y que los
pacientes no los mencionen. Es importante saber que en la gran mayoría de los
casos pueden hacerse ajustes o cambios para no afectar la función sexual, pero
siempre indicados por el médico tratante.

• Enfermedades crónicas. Importan las que reducen el nivel de testosterona, tanto


en hombres como mujeres. Dentro de estas se encuentran las relacionadas con la
alteración del hipotálamo y de la hipófisis, anomalías primarias de los testículos,
anomalías secundarias de los testículos por insuficiencia renal crónica, diálisis,
cirrosis, síndrome de Cushing, insuficiencia suprarrenal, hipotiroidismo,
diabetes, etc.

• También puede disminuir el deseo en los trastornos neurológicos que afectan


los centros sexuales del cerebro, como traumatismos, epilepsia, síndromes
paraneoplásicos, y en enfermedades debilitantes como hepatitis, cáncer y
enfermedades degenerativas y pulmonares.

El deseo sexual exacerbado patológicamente es mucho menos frecuente y puede


estar vinculado a intoxicaciones agudas por sustancias psicoactivas, a cuadros
194. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

psicopatológicos como la hipomanía o manía, en el contexto del trastorno bipolar o,


más raramente, a cuadros tumorales intracraneanos.

trastornos de la fase de excitación

La disfunción eréctil
Es la incapacidad persistente de conseguir y mantener una erección suficiente que
permita un rendimiento sexual satisfactorio. Aunque es un trastorno benigno, afecta la
salud física y psicosocial y tiene una repercusión importante en la calidad de vida de
quienes la sufren, de sus parejas y familias. Debe existir un juicio clínico de que el
hombre realiza actividades sexuales que son adecuadas en tipo, intensidad y duración.
La disfunción eréctil es primaria cuando implica la incapacidad permanente y desde el
primer coito: nunca se logró una introducción vaginal ni anal en la relación.

Es secundaria cuando aparece luego de un período corto o largo de buenas


relaciones sexuales. No bastan fallos ocasionales en la erección para hacer el
diagnóstico. Los fallos en la erección eficaz deben ser de más del 25% de las veces.
También puede ser parcial o absoluta, selectiva o con cualquier compañero.

La mitad de la población masculina experimenta episodios transitorios de


disfunción eréctil. La erección, símbolo universal de la potencia y la fuerza, es la base
de la autoestima de los varones de casi todas las culturas. «No existe otra condición
que sea potencialmente tan frustrante, humillante y traumatizante como la
impotencia», dice Helen Kaplan. El significado tan importante que nuestras culturas
asignan al pene en erección debe considerarse en el momento de las intervenciones.

En el otro extremo está el priapismo, que es la permanencia de la erección más allá


de una o dos horas. Se trata de una emergencia urológica que requiere atención
inmediata en un servicio de urgencia. Por encima de las cuatro horas comienzan los
fenómenos de necrosis de los tejidos del pene.

Causas de la disfunción eréctil


La disfunción eréctil es de las que más atención ha recibido (seguramente por la
valoración cultural de la erección) y de las más estudiadas. Dentro de sus causas, esta
disfunción comparte factores de riesgo comunes con las enfermedades
cardiovasculares, por ejemplo, falta de ejercicio, obesidad, tabaquismo,
hipercolesterolemia y síndrome metabólico. La prostatectomía radical en los pacientes
con cáncer de próstata causan un 75% de disfunción eréctil.

Otras causas de esta disfunción son:

• Genéticas y congénitas

• Urológicas

• Endócrinas (las más frecuentes son la diabetes y la disminución de la


testosterona en un porcentaje de los hombres en el climaterio masculino)
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.195
• Neurológicas (las más frecuentes son esclerosis múltiple, polineuritis diabética y
afecciones medulares)

• Orgánicas generales

• Por agentes químicos tóxicos y medicamentosos (plomo, hidrocarburos, tabaco,


morfina, cocaína, marihuana, alcohol, psicofármacos, antihistamínicos,
corticoides, antihipertensivos, betabloqueantes, antiespasmódicos, estrógenos,
anticolinérgicos, hipolipemiantes, medicamentos contra la gastritis)

En cuanto a las causas psíquicas de la disfunción eréctil, pueden ser aplicados los
cuatro niveles de las causas detalladas al inicio aunque algunas de ellas se registran
con mayor frecuencia. Dentro de estas se destacan:

• Ansiedad sexual anticipatoria (el temor al desempeño), que implica temor al


fracaso o al rechazo

• Demanda excesiva o presión desmedida

• Necesidad o el deseo excesivo de complacer a la pareja

• Rol de espectador que adoptan las personas perfeccionistas


• Conflictos infantiles no resueltos, sentimientos de culpa, pautas de crianza
represivas en lo sexual

• Ambivalencia hacia la compañera o franco rechazo


• Primeras experiencias sexuales, por ejemplo prostibularias, asociadas al temor, la
vergüenza o la culpa

En el caso de la mujer, la excitación inhibida es la inhibición recurrente y


persistente de la excitación durante la actividad sexual, manifestada por el fracaso
total o parcial en obtener o mantener la respuesta de lubricación y tumefacción de la
excitación hasta el final del acto sexual. Debe existir un juicio clínico de que la mujer
realiza actividades sexuales que son adecuadas en tipo, intensidad y duración.

Intentar una penetración en estas condiciones puede producir secundariamente


dispareunia (coito doloroso) y disfunción del deseo.

En cuanto a las causas de excitación sexual inhibida en la mujer, esta puede deberse
a:

• Estados de deficiencias de estrógeno (la lubricación y la vasodilatación dependen


del estrógeno)

• Trastornos neurológicos, similares a los masculinos

• Trastornos metabólicos y endócrinos (deficiencia de testosterona, hipotiroidismo


etc.)
196. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

• Agentes farmacológicos (antihistamínicos, anticolinérgicos, psicofármacos)

Entre las causas más inmediatas se señalan el empleo de técnicas rudimentarias y


por un tiempo insuficiente para la estimulación. Entre las causas más profundas, se
mencionan el temor o la ambivalencia frente al coito; y entre las diádicas, conflictos de
pareja inespecíficos, poco estudiados.

Existe un aumento de la consulta gracias a la existencia de mayor información de


estos temas a través de los medios. En todos los casos se debe consultar con
especialistas para recibir ayuda adecuada, sea que se trate de reeducación, cirugías
reconstructivas o acciones medicamentosas.

trastornos de la fase del orgasmo

1. Ausencia de control voluntario del reflejo


eyaculatorio o «eyaculación precoz»
Es la dificultad o imposibilidad que tiene el varón para lograr un control voluntario
sobre el reflejo eyaculatorio, acelerándose la respuesta y no permitiéndole tener el
tiempo necesario para que se pueda disfrutar del acto sexual, produciendo una
insatisfacción en ambos miembros de la pareja.

En el momento en que el hombre alcanza su punto máximo de excitación, que


puede llegar por una mínima estimulación antes o poco tiempo después de la
penetración, sobreviene la inminencia eyaculatoria, y es en este momento donde el
hombre ya no puede contener el semen y se produce la eyaculación, siempre antes de
que la persona lo desee. La eyaculación precoz es una disfunción sexual padecida por
un 15 a 20% de la población masculina. El control del reflejo debe ser razonable y ser
realizado clínicamente, teniendo en cuenta la edad, la novedad de la pareja sexual, la
frecuencia y la duración del coito.

Para Gindin y Huguet, «las causas reales de la eyaculación precoz son básicamente
dos: ansiedad y mal aprendizaje. Ambas interactúan y se refuerzan mutuamente». A
su vez, Masters, Johnson y Kolodny concuerdan con dicha afirmación y sugieren que
los elementos más importantes en el desarrollo de la eyaculación prematura son
«experiencias sexuales tempranas que condicionaron una respuesta rápida o ansiedad
que se ve activada por situaciones de naturaleza sexual». Otras causas psicológicas
pueden ser: mensajes antisexuales en la infancia, falta de información sexual, presión
por parte de la pareja, ambiente familiar problemático, estrés, miedo al fracaso y
dificultad en controlar los estímulos.

Cuando se habla de mal aprendizaje, nos referimos a que el hombre no aprendió


cómo demorar la eyaculación. Existe un grupo de hombres que aprendieron a eyacular
en medio de un contexto de ansiedad, miedo a ser descubiertos en su masturbación y
culpa. Había una premisa básica: «Gozar tan rápido como fuera posible». Las
situaciones básicas y clásicas condicionantes de la precocidad incluyen la relación
sexual que se realiza en los automóviles, la que se realiza con la prostituta que
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.197
«presiona» al cliente para que termine rápido, o la relación sexual practicada en el sofá
del living, mientras los dueños de casa duermen a menos de veinte o treinta metros de
allí, donde tienen miedo de ser descubiertos y donde la ansiedad, la culpa y la
expectación se combinan para hacer que la eyaculación rápida sea algo muy corriente.

El hecho de no cumplir en la primera relación con las expectativas sociales y las


propias, genera ansiedad por el desempeño en ocasiones futuras. Esta situación hace
olvidar que en la mayoría de los casos se trata de un tema donde el ensayo, el error y
el acierto son requisitos indispensables y para el cual aún no se han tenido
experiencias y aprendizajes previos. Es importante destacar que se trata de la
disfunción más frecuente de los varones pero una de las tratables con más éxito a
través de la terapia sexual.

En los eyaculadores precoces hay un déficit perceptivo, por lo cual los


tratamientos más eficaces hasta el presente son aquellos que utilizan los aprendizajes
y los procesos de reentrenamiento para (1) facilitar la discriminación de las
sensaciones que ocurren inmediatamente antes de cada eyaculación y (2) reducir la
ansiedad y mejorar el relacionamiento general en ambos miembros de la pareja. El
reaprendizaje consiste simplemente en habituar a la corteza cerebral para recibir dosis
crecientes de estímulos, y así ser consciente de ellos y «sacárselos de encima»
eyaculando cuando uno voluntariamente lo decida.

2. Retardo eyaculatorio u orgasmo masculino inhibido


Se caracteriza por la inhibición específica del reflejo de la eyaculación
manteniéndose una buena excitación y un buen deseo sexual. Puede ser primaria o
secundaria, situacional, selectiva o parcial. Para el varón suele ser una experiencia
muy dolorosa afectivamente. No hay eyaculación ni orgasmo.

Se debe distinguir de otros cuadros clínicos como el orgasmo aneyaculatorio y la


eyaculación retrograda, donde el semen va hacia la vejiga.

La gran mayoría de quienes padecen un retardo o una ausencia de la eyaculación


la logran mediante la autoestimulación. Cuando es primaria no deben pensarse
inicialmente en causas orgánicas. Por el contrario, cuando es secundaria cabe pensar
en la acción de medicamentos como psicofármacos, antihipertensivos, antiestrógenos.

Puede ser provocado también por lesiones de la parte inferior de la médula,


esclerosis múltiple y traumatismos. La enfermedad de Parkinson también puede
provocarla, así como una cirugía pélvica que haya seccionado nervios. A nivel
psíquico, la auto observación obsesiva, la incapacidad de abandonarse a la experiencia,
el miedo a la intimidad, al placer o a las mujeres, o la ambivalencia hacia las mismas
así como personalidades muy rígidas, pueden estar en el origen de la disfunción. Las
causas diádicas mencionadas también pueden estar presentes y en especial las que
expresan hostilidad, lucha y castigo en relación a la pareja.
198. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

3. Disfunción orgásmica femenina o anorgasmia


Es la más conocida, antigua, y discutida de las disfunciones sexuales de la mujer. En
cierto sentido el derecho al orgasmo es una conquista cultural del siglo xx en nuestras
sociedades. Se define a la anorgasmia como la inhibición recurrente del orgasmo
femenino, manifestado por una ausencia o un retraso del orgasmo tras una fase de
excitación sexual normal, en una actividad sexual que clínicamente es adecuada en
cuanto a tipo, intensidad y duración.

En sexología se acepta como una variante normal la necesidad de estimulación


clitorídea previa y/o concomitante para el logro del orgasmo. La anorgasmia es
primaria cuando nunca se ha alcanzado el orgasmo por ningún medio, ya sea
autoestimulación, estimulación manual por compañero, contacto vaginal, anal u oral.

En la mayoría de los casos la inhibición es psíquica, aunque existen causas


orgánicas. Dentro de estas últimas están las causas neurológicas y las farmacológicas
(psicofármacos, bloqueantes alfa adrenérgicos) y el alcohol. Las más relevantes son
las psíquicas, de las cuales las más frecuentes son:

• Vigilancia obsesiva del orgasmo durante el coito

• Incapacidad de entregarse a la experiencia sexual («dejarse ir»)

• Estimulación defectuosa o insuficiente, que es inadecuada para llegar al umbral


orgásmico particular de cada mujer

• Miedo a perder el control, no solo de contenidos sexuales sino agresivos

• Temores al fracaso orgásmico, al placer, al éxito así como pautas de crianza


represivas en lo sexual y antisexuales

• Dificultades de pareja, desconfianza, infidelidad, desagrado, conflictos no


resueltos

trastornos por espasmo de los músculos genitales

Dolor psicógeno eyaculatorio y posteyaculatorio. Es el dolor debido a espasmos


musculares de los genitales masculinos que aparece casi inmediatamente luego de
eyacular y dura minutos, horas o días. Es provocado por la contracción espasmódica
de uno o varios músculos. Puede ser situacional o aparecer todas las veces. Puede
acompañar al coito, la autoestimulación o ambas experiencias. Es un cuadro raro.
Posteriormente aparece miedo y evitación del coito. Son raras las causas orgánicas
pero se deben buscar (infecciosas, inflamatorias etc.). Las causas psíquicas no están
bien establecidas.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.199
1. Vaginismo
Esta disfunción no está vinculada con una fase de la respuesta sexual específica sino
que aparece en cualquier fase siempre que se intente penetrar la vagina. Se trata de un
espasmo involuntario de los músculos que rodean la entrada vaginal que se da siempre
que se intenta introducir un objeto en el orificio vaginal. Las relaciones de pareja
pueden ser satisfactorias en otros aspectos, hasta el punto en que desarrollen excitación
y orgasmo mediante caricias siempre y cuando no intenten el coito. Es causa frecuente
de «matrimonio no consumado» (que abordaremos en el siguiente apartado).

Para su diagnóstico se requiere de un examen ginecológico que revele una serie de


signos característicos. Hay casos excepcionales en que el vaginismo se da solo frente
al intento del coito y no en otras situaciones. Es una disfunción bastante frecuente.
Las causas orgánicas pueden ser:

• Ginecológicas (himen rígido o imperforado, tumores vaginales, lesiones por


episiotomía)

Las causas funcionales son las más frecuentes e incluyen:

• Traumas sexuales (violación, incesto, intento de realizar coito doloroso)


• Culpa o rechazo al acto sexual, ambivalencia frente al matrimonio y la pareja,
pareja agresiva o invasiva

• Rechazo o miedo al embarazo o el parto

El significado exacto o simbólico que representa la no penetración debe ser establecido en


cada caso particular.

2. Calambres musculares uterinos


Ocurren durante o después del orgasmo. Son muy comunes en la tercera edad. En
general se deben a la falta de estrógenos.

3. Dispareunia
El coito se halla asociado al dolor genital recurrente y persistente que se produce
justo antes, durante o después del coito, tanto en varones como en mujeres. Es muy
frecuente y las causas orgánicas son múltiples. Requieren de un cuidadoso examen
físico.

En los hombres puede deberse a lesiones del pene, lesiones dermatológicas,


infecciones e inflamaciones genitales, etc. Las causas psicológicas son frecuentes; se
debe buscar el significado simbólico de la evitación del coito. En las mujeres, las
causas orgánicas son múltiples, vinculadas a lo infeccioso, inflamatorio, cicatrizal, falta
de lubricación, artrosis, torpeza de la pareja que produce lesiones, etc. En las mujeres
las causas psicológicas pueden ser varias, pero se agregan los intentos de coito con
insuficiente excitación y lubricación vaginal.
200. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

4. Fobias sexuales
Es el miedo persistente e irracional y el deseo compulsivo de evitar sensaciones y
experiencias sexuales. El propio individuo reconoce este miedo como excesivo e
irracional. Requieren un tratamiento psiquiátrico específico.

«Matrimonios blancos» o no consumados (MNC)

Se define así al trastorno que presenta una pareja que, pese a intentar la realización del
coito de manera regular, no ha podido lograr nunca la penetración intravaginal luego
de un lapso de tiempo establecido arbitrariamente.

El Dr. Gindin considera que un matrimonio es «no consumado» si al intentar el


coito al menos una vez por semana durante cuatro meses no ha podido lograr la
penetración intravaginal. Algunos especialistas utilizan otros parámetros, por ejemplo,
si el matrimonio intenta el coito por lo menos una vez al mes durante seis a ocho
meses luego del primer intento sin lograr su objetivo.19

La expresión «matrimonio no consumado» (o «matrimonio blanco») proviene de la


literatura jurídica y religiosa (como una causa de disolución del vínculo marital para
los católicos). El concepto privilegia el objetivo copulativo-procreador y en otros
tiempos se aplicaba con connotaciones descalificatorias del desempeño sexual de la
pareja.

El Dr. Gindin postula que esta es una entidad clínica aparte y que debe
diferenciarse de las causas individuales reconocidas como vaginismo, fobias sexuales
o disfunciones sexuales masculinas (eyaculación precoz o disfunción erectiva) ya que
estas pueden coexistir con la posibilidad de coito penetrativo.

Sin embargo, cuando no se puede consumar, la solución del problema involucra


obligatoriamente a ambos miembros de la pareja.

En un estudio realizado entre 199 parejas no consumadas (de 1990 a 1999) en el


Centro de Educación, Terapia e Investigación de la Ciudad de Buenos Aires, los
autores encontraron que el 64% de los casos fueron causados por trastornos de la
mujer, el 16 % por desarreglos del varón y el 20% por dificultades sumadas de ambos
miembros de la pareja.

En dicho estudio se postula que la imposibilidad de concretar la penetración


vaginal durante largos períodos genera un nuevo problema que abarca a la pareja en
su totalidad y que no puede abordarse desde una perspectiva individual ni con las
técnicas habituales de psicoterapia de pareja. Se necesita una terapia activa por parte
del médico tratante en un equipo multidisciplinario que haga un abordaje muy rápido
del problema de la pareja.

El problema básico del «matrimonio blanco» es que no solo se bloquea la sexualidad


de la pareja, el acceso a la maternidad y la paternidad sino que además se genera un
vínculo disfuncional donde cada uno de los miembros lleva a la intimidad una historia
individual de miedo y una erotofobia compartida que justifica el síntoma.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.201
La desinformación sexual, las situaciones traumáticas infantiles, las fallas en la
constitución de la organización genital y la inmadurez de la pareja se suman para crear
un vínculo con elementos de masoquismo y sabotaje mutuo del erotismo.

19 Davidson, Sh. y Yftach, R. (1976). The therapy of the unconsummated marriage, en Psychotherapy Theory, Research and
Practice, Vol 13 (4), pp.. 418-419.
Su causa puede ser de origen orgánico (por enfermedades o anomalías anatómicas) o
debido a la ansiedad sexual de causa psicosocial, pero siempre abarcando a la pareja
consultante.

Kinsey, en una estadística realizada sobre un número relevante de casos, señala


que alrededor del 2% de las parejas en edad de copulación no consuman el acto
sexual. Otra cifra, confirmada en Estados Unidos, indica que en realidad por lo
menos el 5% de los casos de esterilidad se deben a la no consumación (Stallworthy,
Sturgis Malleson).

En estudios de personalidad se ha relatado que las mujeres con vaginismo tuvieron


madres autoritarias que les impusieron que el sexo era pecaminoso y no se podía
hablar de ese tema. Son, en general, jóvenes y bonitas, quisieran tener relaciones
sexuales pero viven la penetración como una violencia. Además sufren otras fobias
como el miedo a la oscuridad, el miedo a estar solas o el miedo a nadar. Las pacientes
con fobias sexuales (erotofobia) exhiben escasa curiosidad sexual, piensan que su
vagina es pequeña y vulnerable e imaginan que la penetración resultará dañina e
hiriente. Asocian el sexo con el sufrimiento y la muerte. Silverstein relata que las
mujeres con vaginismo tuvieron padres abusadores, dominantes, violentos, pero
también seductores que las obligaban a ser «buenas niñas» y evitar las expresiones de
agresividad. En la adultez estas mujeres mostraban la tendencia a escoger
compañeros con sus mismas características de gentileza, pasividad y ausencia de
agresión. Casi siempre hay conservación de libido. Desde el punto de vista clínico, el
vaginismo y la dispareunia se superponen a menudo. En el vaginismo los intentos de
penetración, por las contracciones musculares, producen dolor, y la dispareunia
desencadena mecanismos de contracción muscular como reflejo de defensa.

En su libro Virgin Wives (Esposas vírgenes), Friedman describió tres tipos de


mujeres:

1. «La bella durmiente del bosque». Mujer infantil que vive con su marido una
relación fraterna. Son parejas dependientes de los padres y, a menudo, eternos
estudiantes. Estos casos son los más frecuentes.

2. «Brunilda». La relación sexual se vive como una batalla entre sexos con la
angustia de que la feminidad sea un índice de debilidad y pasividad.

3. «La abeja reina». Estas mujeres quieren que el hombre les dé hijos pero rechazan
la sexualidad. El acto sexual es «sucio y humillante», no es más que una penosa
necesidad para quedar embarazadas.
202. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Nadine Grafeille describe las personalidades de los maridos de las mujeres con
vaginismo como sexualmente inhibidos (impotentes o eyaculadores precoces), con
intenso horror a la castración, homosexualidad latente y una moral de tipo masoquista
como consecuencia de una crianza represiva y de rasgos de carácter de tipo obsesivo.
Otros los describen como monogámicos, fieles y protectores, que representarían el rol
de madre frente a sus esposas. En los varones se descubren impotencias y falta de
deseo, en casos en los que el matrimonio se haya celebrado por razones sociales y con
un propósito exclusivamente reproductor. Se ve en casos de homosexualidad
egodistónica. Estas impotencias tienen un pronóstico muy grave.

Otras manifestaciones menos frecuentes son formas de eyaculación ultraprecoz que


suelen ir acompañadas de una erección insuficiente.

En los casos de fobias sexuales masculinas, la erección y el deseo están disociados.


Estos maridos, a menudo ansiosos y tímidos, se sienten atemorizados por la
penetración (fantasía de vagina dentada). También se ha señalado esta patología en
casos de varones homosexuales que, intentando luchar contra su orientación, se casan
con una mujer.

Coincidimos con la mayoría de los autores consultados que este padecimiento es el


secreto mejor guardado de la pareja. No le es confiado a nadie, ni siquiera a familiares
cercanos, médicos ni psicoterapeutas, hasta bastante tiempo después de padecer el
MNC.

Son muy pocas las referencias de causas orgánicas de MNC referidas en la


bibliografía específica. Algunos autores afirman que las afecciones orgánicas (himen
rígido, fusión de labios vaginales, atresia de órganos sexuales, etc.) se dan en menos
del 10% de los casos.

En cuanto a las situaciones de dificultades sexuales masculinas de tipo orgánico,


solo tenemos referencia (Dr. Lazzarini) de un caso de pene corvo congénito que
impedía la penetración.

Muchas parejas creen que el tiempo resolverá el problema por sí mismo, pero eso
no es verdad. Por lo general acuden cuando desean tener un hijo alrededor de los dos
años de celebrado el matrimonio. En otros casos se han recibido consultas de
matrimonios de quince años de relación. Algunos matrimonios no consumados han
llegado a concebir ya que si bien no existió nunca sexo penetrativo los juegos
sexuales y la eyaculación en la vulva o el introito vaginal permitieron que la mujer
quedara embarazada.

Existe terapia para el matrimonio no consumado, pero la pareja debe buscar ayuda
especializada. La terapia es de corta duración, tiene como base la reeducación,
técnicas de relajación y, en ocasiones, medicación sedante o ansiolítica.
DISFUNCIONES SEXUALES, «MATRIMONIO BLANCO»
cLase 11
.203
EJERCICIOS
1. «La mayoría de las disfunciones sexuales tiene una base orgánica». ¿Esta
afirmación es verdadera o falsa? Justifique y dé ejemplos.

2. Un hombre le comenta a usted que por recomendación de un compañero de


trabajo comenzó a tomar Viagra para solucionar su problema de impotencia.
¿Cuál sería su recomendación para esta situación?

3. ¿Cómo ayudaría a un «matrimonio blanco» a resolver su problema?

4. ¿Qué actividades podría realizar la iglesia para prevenir los «matrimonios


blancos»?
Coche de bebé
178.

VIDEO 12

ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL EN LA INFERTILIDA D


LIC. MARÍA ELENA MAMARIAN
introducciÓn

1. infertiLidaddilemas éticos

2. La bibLia y La infertiLidadana, elcana y penina

raquel y Lea

Zacarías y elisabet
.179

03. eL acompañamiento pastoraL

concLusiones integradoras
CLASE 12

FeRtiLidAd,
FecUndAciÓn Y
RePRodUcciÓn
ASiStidA
«¡qUé DIFícIL SER PADRES!» FREcUENTEMENTE hEMOS
USADO ESTA EXPRESIÓN PARA REFERIRNOS A LAS DIvERSAS
DIFIcULTADES qUE SE PLANTEAN EN LA cRIANzA DE LOS hIJOS,
SEAN PEqUEñOS, ADOLEScENTES O JÓvENES. SIN EMbARGO, EN
ESTA OcASIÓN NOS REFERIREMOS A LA DIFIcULTAD, cONcRETA y REAL,
qUE MUchOS MATRIMONIOS ENcUENTRAN A LA hORA DE cONcEbIR A
SUS hIJOS.

En esta clase abordaremos la problemática de la infertilidad o esterilidad de una


pareja, desde sus aspectos médicos, psicológicos y espirituales, a fin de aumentar
la comprensión de esta problemática y brindar herramientas que puedan servir de
utilidad en la pastoral entre matrimonios que atraviesan estas circunstancias (para
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .211
ampliar la información sobre algunos aspectos médicos, ver el apartado al final
de la clase). ilusiones y desilusiones

Es claro que no todos los proyectos y los sueños que nos proponemos en la vida
lograr concretarse. Con frecuencia tenemos que resignar algunos, modificar otros
y alcanzar algunos de ellos. Uno de los deseos más profundos e irresistibles (para
la gran mayoría de los seres humanos) es ser madre o padre en algún momento de
la vida. Este deseo responde a una marca que Dios mismo ha impreso en el
corazón de los hombres y las mujeres a través de los tiempos y de las culturas.
«Y los bendijo Dios, y les dijo: fructificad y multiplicaos...» (Génesis 1.28,
RVR60).

Todos los seres humanos transitamos por diferentes etapas a lo largo de


nuestra vida: niñez, adolescencia, juventud, madurez, vejez. Las familias que
constituimos también atraviesan diversas etapas en su ciclo vital: la formación
de la pareja, la llegada del primer hijo, la adolescencia y juventud de los hijos,
el «nido vacío».

Cuando una pareja ve frustrado su deseo de tener hijos, el ciclo vital normal
se ve interrumpido. Parece tan fácil y tan «natural» tener hijos, en el tiempo y
con la frecuencia que se decida, que no solemos prepararnos para esta
eventualidad que cambia dramáticamente la vida. Sin embargo, esto no es
excepcional. Por el contrario, un buen porcentaje de parejas no podrá hacer real
este deseo, al menos no sin complicaciones. Se estima que del 10 al 15% de las
parejas (porcentaje que va en aumento en las grandes ciudades) no acceden a la
paternidad/maternidad a pesar de desearlo con intensidad. En algunos casos no
se logra el embarazo y en otros, habiéndolo logrado, resulta inviable y se
pierde. Cabe aclarar que un embarazo que se interrumpe es un hijo que muere
antes de nacer; así lo experimentan los padres. Con frecuencia el entorno no
dimensiona la magnitud de la pérdida.

La interrupción del ciclo vital familiar porque el hijo deseado no llega no es


una cuestión menor. A diferencia de otros sueños e ilusiones que pueden
reformularse o cambiarse por otros, el deseo de ser madre o padre no se resigna
ni se cambia con facilidad, y provoca intenso sufrimiento a sus protagonistas.
«La esperanza que se demora es tormento del corazón; pero árbol de vida es el
deseo cumplido» (Proverbios 13.12, RVR60).

El espacio que se preparaba para la llegada de un hijo o una hija permanece


vacío. Cada mes se tejen ilusiones y esperanzas. Cada mes se experimentan
desilusiones y desesperanzas.

La soledad del duelo por un hijo que no llega

El duelo es un proceso psicológico normal y necesario que se desencadena cada


vez que sufrimos una pérdida y nos permite recuperarnos de ella. Un ser querido
que muere, el fracaso matrimonial, hijos que no cumplen con las expectativas de
212. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

sus padres, rupturas de vínculos significativos, pérdidas económicas, fracasos


diversos y también sueños que no se concretan, requieren de un trabajo de «des-
apego» (contrario al «apego») que duele, y mucho. El trabajo de duelo es algo así
como una «cicatrización de las heridas del alma» que permite que después de un
tiempo (variable según el caso) ya no duela la herida emocional producida por
la pérdida (siempre y cuando el proceso de duelo se haya completado de forma
adecuada).

El duelo por un hijo que no llega comparte características similares a otros


duelos por pérdidas, pero también tiene algunas marcas diferenciales. Es similar
a otros duelos por el hecho de producirse en etapas y cursar con diversos tonos
emocionales a través del tiempo (shock, negación, ira, depresión, aceptación).
Es diferente, entre otras cosas, porque suele transitarse en soledad. La pareja
que atraviesa esta vicisitud encuentra muy difícil compartir con otros lo que
experimenta. Se produce un gran silencio, tanto por parte de los protagonistas
como del entorno que no quiere hacer preguntas y, en general, no sabe cómo
acercarse a un tema tan delicado e íntimo.

«A diferencia de otros duelos donde los familiares, los amigos y los


hermanos en Cristo acompañan al que ha perdido a un ser querido,
animándolo, ofreciéndole sostén y cariño, el duelo por un hijo que no
podrá ser suele atravesarse en la soledad, y el que sufre, por lo
general, no se siente acompañado ni comprendido por los que lo
rodean. Es común que el matrimonio sin hijos sienta la presión
familiar y de amigos a través de las preguntas indiscretas o aun de las
miradas de compasión y lástima. Generalmente los amigos y los
familiares prefieren el silencio para no herir ni lastimar, pero las
miradas y los silencios también son elocuentes. Todos saben de “lo
que no se debe hablar”. Aun queriéndolo, no se sabe cómo ayudar.
Resultado: la pareja se siente sola. A veces ni siquiera el tema puede
ser profundamente tratado entre los miembros de la pareja, por miedo
a herirse mutuamente, con lo cual la soledad se agiganta».20

En la antigüedad, casi con exclusividad se adjudicaba a la mujer la


infertilidad o la esterilidad. Hoy se sabe que el origen de las dificultades para
concebir se comparte en porcentajes similares entre hombres y mujeres. Y
también hay un porcentaje de causas desconocidas.

Además, en muchos casos tampoco se trata de la infertilidad del hombre o de


la mujer sino de la pareja, es decir, como resultado de la combinación
incompatible entre ambos. Por otro lado, muchas causas de esterilidad e
infertilidad que eran irresolubles hasta hace unas décadas afortunadamente hoy
no lo son, y los diagnósticos y los tratamientos adecuados suelen posibilitar la
paternidad tan ansiada.

Si bien en nuestra cultura occidental no recae el estigma de la esterilidad como


una maldición sobre la mujer, es cierto que la pareja que no puede concretar su
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .213
deseo de paternidad y de maternidad se siente «diferente». Y en su diferencia,
también «sola».

20 Mamarian, M. E. (2003). Esperanza en medio de ilusiones perdidas, Ediciones Kairos, pp. 127,128.

renuncias y más renuncias...

A diferencia de otras pérdidas que se producen en su mayoría en forma bastante


definida, la crisis por la infertilidad de la pareja se instala poco a poco. A
menos que el diagnóstico sea definitorio (por ej.: «Él no produce
espermatozoides»), por lo general hay un recorrido por diagnósticos y
tratamientos médicos, de diferente grado de complejidad y costo, que no
permiten cerrar por completo la posibilidad de engendrar un hijo. Por lo tanto,
el duelo no puede elaborarse claramente.

En estos casos lleva un tiempo reconocer que se está ante una crisis. Como
en toda crisis, se produce una desestabilización, el equilibrio se rompe y es
necesario reordenar pensamientos y sentimientos. «Nunca pensamos que esto
pudiera pasarnos», «¿Por qué nos resulta difícil algo que es tan fácil para
otros?», «¿Por qué Dios no nos bendice con un hijo?», «¿Tenemos que seguir
esperando?», son algunos de los infinitos interrogantes planteados.

1. Es necesario elaborar el duelo. Lo que se pierde en estos casos es la


ilusión de acceder a la paternidad y la maternidad, al menos en la forma en
que se había soñado. El hijo deseado no llegará «con naturalidad», por la
vía privilegiada. Es muy complicado elaborar un duelo mientras todavía se
lucha por conseguir el embarazo. La pérdida no se asume en totalidad; de
allí surge la sucesión de los ciclos de esperanza y desesperanza.

2. Renuncia de la mujer a estar embarazada. Particularmente este hecho


afecta más a las mujeres, que no se sienten «como otras mujeres, que
pueden tener a su hijo en el vientre». Es increíble el peso emocional que
tiene este deseo (experimentado como «necesidad») y su consecuente
frustración. «Tres cosas que nunca se sacian:... la matriz estéril»
(Proverbios 30.15, RVR60). Esta renuncia provoca dolor, reducción de la
autoestima, sentimientos agresivos, depresivos, etc.

3. Renuncia del hombre a embarazar a su mujer. El hombre, que tiende a


resolver conflictos a través de la acción, en estos casos suele experimentar
impotencia y sombras sobre su virilidad (aunque entendamos que no pasa
por aquí la virilidad ni la falta de ella). Es particularmente difícil si es el
miembro estéril de la pareja.
214. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

4. Renuncia a la fecundidad en el miembro fértil de la pareja. A veces no


se conoce claramente la causa por la que no se produce el embarazo. En
otros casos, puede identificarse el problema en alguno de los dos miembros
de la pareja. Entonces es inevitable pensar que él o ella podrían ser padre o
madre con otra persona. Constituye una prueba para la pareja asumir
sanamente esta renuncia. Caso contrario, se producirán reproches
(velados o encubiertos), resentimientos, ira no confesada (de un lado) y
culpa e inferioridad (del otro), que podrían dañar el vínculo matrimonial.
De hecho, algunas parejas no lo soportan y terminan por separarse.

5. Renuncia a la herencia biológica. La pregunta típica cuando nace un


niño o una niña: «¿A quién se parece, a papá o a mamá, a la abuela tal
vez...?», revela

la importancia que le damos a la herencia biológica. Aun cuando se


acceda a la feliz paternidad por adopción, en muchas personas subsiste el
prejuicio de que los conflictos normales de crianza que pudieran
presentarse se deben a «la herencia que trae el niño». Suele parecernos
más seguro aquello que conocemos y susceptible de desconfianza lo que
no conocemos. Por lo tanto, renunciar a la herencia biológica no es una
tarea fácil.

6. 6. Renuncia a la satisfacción de «cumplir». Hay un mandato social, no


siempre identificable, por el que estamos llamados a cumplir ciertos roles
y mandatos. En ocasiones la pareja que sufre normalmente por su propio
deseo insatisfecho, carga además con el peso de «no poder darles un nieto
a mis propios padres» o «hacer tía a mi hermana», «que mi abuela vea a
su bisnieto antes de morir», y de esa manera tampoco ser capaces de
contribuir a «perpetuar el apellido familiar», etc. Los matrimonios en
estas condiciones suelen sentir que tienen menos valor que sus hermanos
y hermanas que sí han «cumplido» con la familia.

Un párrafo aparte merecen los cuestionamientos éticos y espirituales que se


ponen en juego al tener que decidir sobre opciones de tratamientos médicos.

El formidable avance científico, médico y tecnológico hace posible la


realización de diagnósticos y tratamientos antes impensados. Muchas parejas
acceden a la paternidad y la maternidad gracias a las posibilidades que la ciencia
ofrece hoy, y podemos verlo también como provisión de Dios ya que Él mismo
permite que la ciencia avance (ver Proverbios 22.12).

Hay todo tipo de ofertas en el «mercado médico», desde las más simples y
económicas hasta las más complejas y onerosas. Inseminación artificial,
fecundación in vitro, ovodonación, donación de esperma, alquiler de vientres,
óvulos congelados... son algunas prácticas que nos suenan lejanas y muy teóricas
cuando no necesitamos usarlas.

Sin embargo, para la pareja que ve frustrada su posibilidad de tener hijos con
naturalidad, es una nueva carga a asumir. Solo a título ilustrativo, mencionaremos
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .215
algunas de las preguntas frecuentes en este sentido: «¿Es lícito acudir a cualquier
técnica de reproducción?», «¿Hay límites en el uso de las técnicas disponibles en
el mercado?», «¿Estará bien que aceptemos la ovodonación?», «¿Cuánto dinero
invertiremos (si es que lo tenemos) para acceder a estas prácticas?», «¿Dios
aprueba el método que propusieron los médicos?».

«Los avances en cuanto a la tecnología de reproducción generan


nuevas oportunidades que asimismo dan paso a nuevas inquietudes
éticas. Hacer elecciones correctas exige tener una comprensión clara
y precisa de cada nuevo procedimiento médico. Los principios
teológicos ofrecen respaldo y guía fundamentales para orientar
nuestro pensamiento. Bien sea que las personas elijan creerlo o no,
nosotros somos creados a imagen y semejanza de Dios. La manera en
que nos tratamos a nosotros mismos y a los embriones que
producimos es importante para nuestro Creador y constituye un
reflejo de su interés y cuidado respecto de la vida humana. Él nos ha
dotado con la curiosidad y el intelecto para buscar tecnologías que
mejoren la salud y el bienestar del ser humano, pero debemos ser
conscientes de utilizarlas sin egoísmo y dentro de los límites del
amor. Debemos vivir con un sentido genuino de responsabilidad para
con Dios, nosotros mismos y los hijos con que somos bendecidos y
bienaventurados».21

No es el objetivo de esta clase dilucidar sobre las cuestiones éticas de estas


prácticas pero sí despertar conciencia de que el acompañamiento pastoral debe
incluir estas cuestiones. Será importante, entonces, estudiar responsablemente
estos temas, pedir asesoramiento a los profesionales del área, orar al respecto,
acompañar con gracia y alentar la libertad de conciencia de la pareja que debe
resolver también estos cuestionamientos.

Al acompañar, debemos evitar el juicio fácil, la culpabilización, la crítica. El


desafío es abrir el corazón y la mente para acompañar eficazmente en un proceso
tan doloroso como difícil.

Viene a nuestra mente el conflicto de Marcelo y Silvina frente a la opción de


donación de esperma. Luego del impacto inicial al ser informados de la
posibilidad médica, como eran jóvenes cristianos pusieron (una vez más) el tema
en oración y dedicaron un tiempo a buscar información y consejo. Su pastor se
comprometió responsablemente con ellos. Junto con su esposa les pidieron dos
meses para orar e investigar el tema, ya que no lo conocían en profundidad. Se
reunieron luego para acompañarlos en el proceso. Más allá de las decisiones que
Marcelo y Silvina tomaron al respecto, quedó la experiencia fuerte de la realidad
del acompañamiento pastoral comprometido, respetuoso y significativo.

sentimientos en juego
216. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Además de las renuncias a realizar, se deben enfrentar diversos sentimientos


propios de un duelo y aun ideas distorsionadas sobre la situación:

1. Culpa. Cuando surge un obstáculo en la vida, inmediatamente tendemos a


preguntarnos: «¿De quién es la culpa?». Sobre todo el miembro estéril de
la pareja suele cargar con sentimientos de culpabilidad. Debemos ser
cuidadosos de no aumentar la tristeza al adjudicar a «castigos divinos»
las situaciones dolorosas que cualquiera de nosotros pudiera atravesar. En
la antigüedad la imposibilidad de concebir se asociaba a al pecado o la
deficiencia de la mujer, así que a su propio dolor se sumaban el desprecio
y el rechazo de toda la sociedad. Sin embargo, la Palabra de Dios se
ocupa de aclarar, por ejemplo, que Zacarías e Isabel, «eran justos delante
de Dios y obedecían los mandatos y leyes del Señor de manera
intachable. Pero no tenían hijos...» (Lucas 1.6-7, DHH).

2. Tristeza. En la Biblia se describe el estado depresivo de una mujer


llamada Ana debido a su esterilidad: «Ana lloraba y no comía» (1 Samuel
1.7, DHH).

21 Varios autores (2000). Serie Bioética. Preguntas básicas sobre sexualidad y tecnología reproductiva. Grand Rapids,
EE. UU.: Editorial Portavoz, p. 90.
Su tristeza se acentuaba, además, por la burla y el desprecio de que era
objeto por parte de Peniná, la otra esposa de su marido. Ana tampoco se
calmaba por las palabras ni el consuelo de un esposo amoroso como Elcaná,
quien le decía: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué estás triste y no comes?
¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?» (1 Samuel 1.8, DHH). Ana,
que era una mujer piadosa, le expresa al sacerdote Elí lo siguiente: «... me
siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor. [...] he
estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida» (1
Samuel 1.15-16, DHH). Los creyentes en Cristo no son extraterrestres.
También es normal que experimenten sentimientos de tristeza y aun que
padezcan depresión.

3. Sentimientos de autocompasión y autorrechazo. Al comprobar que no se


ha sido capaz de concretar algo que la mayoría sí puede, es muy fácil pensar
erróneamente sobre uno mismo y su desempeño. «No soy capaz», «No soy
digno», «No soy valioso», «Soy inferior a los demás». Se trata de
pensamientos que, aunque distorsionados, pueden surgir en la mente y
acentuar el sufrimiento. La autoestima decae y el sentimiento de fracaso se
hace más real.

4. Ambivalencia en el trato con los demás. Suele hacerse difícil enfrentar el


medio familiar y social. Debido a los sentimientos encontrados, por un lado se
necesita el apoyo y el cariño de los demás, pero por otro lado se lo rechaza.
La mujer estéril desea estar en contacto con niños, a la vez que muchas veces
se siente herida porque la presencia de los mismos le muestra crudamente su
falta. El hombre o la mujer que no pueden tener sus propios hijos tal vez
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .217
experimenten sentimientos ambivalentes. Se alegran por los hijos de sus
amigos y familiares pero también sienten frente a ellos (con mayor agudeza)
su propia imposibilidad. Esta ambivalencia suele provocarles, entonces, culpa
y autodesprecio. No obstante es una experiencia normal. La iglesia, expresión
de la familia de Dios en la tierra, está para sostener al afligido y consolarlo,
pero muchas veces lo ignora o no sabe cómo acercarse a él. Es decir, tanto los
que sufren como los que intentan ayudar y acompañar frecuentemente se
desencuentran. Por lo tanto, es muy fácil que la pareja que no puede tener
hijos caiga en el aislamiento social.

5. Hostilidad. Se dice de Raquel que «tuvo envidia de su hermana» Lea


(Génesis 30.1, RVR60), justamente porque esta podía tener hijos
normalmente y ella no. A pesar de tener el amor especial de su esposo, su
esterilidad le causaba tanto dolor y tantos sentimientos de inferioridad que
llegó a tener envidia (expresión de hostilidad) de su propia hermana. La
irritabilidad y la ira, sean expresadas o contenidas, son emociones normales
en un proceso de duelo, y es necesario reconocerlas para tratarlas. La
hostilidad puede estar dirigida hacia uno mismo, hacia el cónyuge, hacia los
demás y hacia Dios, aunque resulte difícil admitirlo. En cualquiera de los
casos, es bueno identificarla, comprenderla y corregir los pensamientos
distorsionados que pudieran subyacer a la misma, y lograr superarla.

6. Dificultades en la relación de pareja y en


la sexualidad. Esta crisis tan particular y dolorosa hace que muchas
parejas se unan más y formen una relación sólida, afrontando juntos las
diversas contingencias de este proceso. Además, tienen en cuenta que el
vínculo de pareja precede al vínculo parental y lo cuidan. En otros casos,
esta situación crítica contribuye a una mayor fragilidad del vínculo y no es
infrecuente que el matrimonio se separe en forma definitiva, especialmente
cuando la paternidad o la maternidad se postularon (la mayoría de las veces
de forma inconsciente) como prioritarias en la relación. También el
ejercicio de la sexualidad de la pareja puede afectarse negativamente al ser
tan perturbado por los sucesivos tratamientos. Este también es un factor
distorsivo en la relación de pareja que hay que comprender y cuidar.

«Las parejas tratadas por infertilidad pronto descubren otra


fuente de estrés y dolor emocional. Se dan cuenta de que hay
una tercera persona en su matrimonio. Prácticamente, cada una
de estas parejas puede sentir la presencia invisible, pero muy
verdadera, del especialista en infertilidad. Incluso en sus
momentos más tiernos, esa presencia está entre ellos y dicta la
expresión de su amor [...]. Los cónyuges con problemas de
fertilidad encuentran que sus vidas sexuales han sido
transportadas de un dormitorio íntimo y acogedor a los límites
fríos y esterilizados de una clínica médica».22

7. Se detienen los proyectos. Al interrumpirse el normal ciclo evolutivo de la


familia, el hombre y la mujer que no han concretado su paternidad sienten que
218. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

«han perdido el tren». Mientras los amigos de su generación avanzan, tienen


hijos, los crían y evolucionan con ellos, estos padres frustrados se sienten
detenidos, sin proyectos ni cambios en su horizonte vital. No es verdad que
no puedan dedicarse a otros proyectos pero sí es cierto que, con frecuencia,
otros emprendimientos quedan supeditados a los costosos y largos
tratamientos que deben hacer si quieren acceder a la paternidad. Otras veces
el desánimo y la incertidumbre impiden tener la energía necesaria para
dedicarse a crecer en otras áreas de la vida. El resultado puede ser, en algunos
casos, que se sientan vacíos y estériles, no solo de hijos sino también de otros
proyectos de vida.

8. Cuestionamientos a Dios. «Durante los ocho primeros años de nuestra vida


matrimonial, Judy y yo no pudimos tener hijos. Algunos saben lo que esto
significa: la penosa reiteración del ciclo mensual. Orábamos con la esperanza
de que tal vez alguna nueva idea del médico o un artículo de una revista
trajera una solución. Tratábamos de mantener una actitud positiva al pensar
que tal vez ese sería el momento, que ese mes habría un buen indicio; pero las
esperanzas se derrumbaban otra vez al final del ciclo. Entonces uno trataba de
prepararse para comenzar nuevamente el penoso proceso. Recuerdo
vívidamente las preguntas que me hacía: “Dios, ¿dónde estás? ¿No nos
escuchas?
¿Por qué estás tan callado?”».23

22 Van Regenmorter, J. y S. (2005). Cuando la cuna está vacía. Miami, EE. UU:: Editorial Unilit, p. 40.
23 Eisenman, T. (2000). Trece tentaciones que enfrenta tu familia. Buenos Aires, Argentina: Editorial Certeza, p. 255.
Estas son algunas de muchas preguntas que no siempre esperan una respuesta
lógica (que tampoco sería suficiente). Aunque en algunos casos puede ser la
expresión del desánimo y el enojo, generalmente no expresan rebeldía ni
incredulidad sino que surgen de un corazón dolorido que se dirige a Dios, de
quien, en definitiva, se espera el don de un hijo.24

acompañamiento pastoral

Cada situación humana de dolor nos confronta con nuestros propios sentimientos,
nuestras creencias y nuestros límites.

Al acompañar a personas que sufren se impone, en primer lugar, abrazar una


actitud de humildad, compasión y respeto. Humildad porque debemos reconocer
que no sabemos mucho (más bien, casi nada) sobre la situación particular de esa
persona o, en estos caso, ese matrimonio. Compasión porque solo desde ahí
podemos sentir (o al menos intentarlo) lo que experimenta la persona que sufre.
Respeto para caminar al lado, al mismo tiempo y sin empujar ni dejar solo al
sufriente. También se respeta al no minimizar ni ignorar el problema o brindar
soluciones «cuasi mágicas». Se respeta mediante el abrazo, el silencio, la oración
y el acompañamiento.
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .219
En segundo lugar, se requiere ser responsables en cuanto a averiguar un poco
más sobre la problemática en cuestión. No es necesario ser expertos en todos los
temas. Sin embargo, profundizar en el conocimiento del tema por el que atraviesa
la persona nos ayudará a cometer menos errores.

Será importante ayudar a la pareja en los siguientes aspectos:

1. Animar la fe y reconocer que Dios está en control de la situación. Al


mismo tiempo, permitir las expresiones de angustia, enojo,
cuestionamientos, dudas hacia Dios. Estas experiencias son normales en
tiempos de dolor y no hablan negativamente de la espiritualidad de las
personas.

2. Instar a cuidar la unidad de la pareja. Los tiempos de crisis son


propicios para la generación de rupturas pero también para solidificar los
vínculos. No olvidar el cultivo del vínculo matrimonial, prioritario sobre
cualquier otra relación. A veces la frustración por el hijo que no llega o el
sufrimiento de los tratamientos médicos desdibujan y empañan este
vínculo que debe cuidarse y enriquecerse cotidianamente.

3. Ayudar a romper el aislamiento. Como mencionamos, el duelo vivido en


soledad incrementa el dolor. Como comunidad de fe tenemos que saber
incluir a quienes no pueden tener hijos haciéndolos sentir en familia. «Dios
hace habitar en familia a los desamparados...» (Salmo 68.6, RVR60).
¿Cómo ayudar? Entre otras cosas, al mencionar la problemática en los
sermones (y no dar por sentado

24 Mamarian, M. E., Op. cit., pp. 128-132.


que la bendición de Dios se expresará ineludiblemente en tener hijos),
enseñar sobre estas cuestiones, cuidar de no herir más a las personas ya
lastimadas por su situación, integrar, acompañar y comprender. Una de las
formas de romper el aislamiento es crear grupos de ayuda mutua sobre este
tema o inducir a que los matrimonios con esta dificultad busquen un grupo
de contención y acompañamiento (este punto se amplía al final del texto).

4. Aceptar los recursos médicos, con límites. A veces, en la


desesperación de conseguir de cualquier manera lo que deseamos, no
reparamos en los costos (emocionales, espirituales, monetarios) que
conllevan. Podemos ayudar a reconocer los límites sanadores, aun en
los tratamientos médicos.

«Tener hijos es más un privilegio que un derecho. Una pareja


que considere que tener un hijo es un derecho puede obstinarse
ciegamente y, como resultado, tomar decisiones imprudentes en
cuestiones reproductivas. El daño físico potencial que un
tratamiento continuado puede ocasionar en la mujer, los gastos
económicos derivados de múltiples intentos de embarazo, así
220. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

como la carga emocional que un tratamiento insistente puede


acarrear en detrimento de una relación de matrimonio, pueden
evitarse por parte de aquellas parejas que asuman la paternidad
como un privilegio más que como un derecho [...]. A pesar de
nuestras razones, los hijos son dones de Dios y Él puede
permitir la fertilidad, incluso de forma permanente, por razones
que desconocidas para nosotros. No había ninguna garantía por
parte del Señor de que Ana pudiera tener hijos. Se puede desear
y orar por hijos, así como dar todos los pasos disponibles para
tenerlos, pero el fruto del vientre está, en última instancia, en
manos de Dios y no en la tecnología».25

5. Ayudar a considerar otras opciones a la paternidad biológica.


Como cristianos, debemos tener un alto concepto sobre la adopción ya
que es la acción por la que Dios mismo nos hizo hijos suyos. «Dios
nos adoptó como sus hijos, en un acto de amor incondicional. Al
hacerlo nos dio muchísimas cosas: una identidad, una familia, una
herencia [...]. Gestar y gestionar son dos palabras que se parecen no
solo por el sonido sino también por las acciones que implican. En
ambas subyace la idea de inicio, desarrollo, espera y de acciones
encaminadas hacia el logro de un fin. La paternidad es gestión y
gestación, no importa si es biológica o por adopción [...]. El embarazo
adoptivo es, al igual que el embarazo sanguíneo, un tiempo
esencialmente de gestión, generación y construcción de vida» (Galli,
Jorge: Orientación pastoral
para la esterilidad y la adopción. Material inédito expuesto en el
taller titulad «Los caminos de la paternidad», organizado por
Eirene Argentina, mayo de 2006). Es cierto que los trámites para
la adopción son

25 Varios autores (2000). Serie Bioética. Preguntas básicas sobre sexualidad y tecnología reproductiva. Grand Rapids,
EE. UU.: Editorial Portavoz, pp. 21-22
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .221

engorrosos y largos. Sin embargo, merece la pena intentarlo


(suelen resultar más rápidos si se acepta adoptar niños o niñas de
mayor edad y si hay disposición a adoptar a dos o tres hermanos).

6. Alentar el desarrollo de la «generatividad». Las personas


adultas no solo somos generadoras de vida a través de la
paternidad o la maternidad. Todos y todas (también los solteros y
las solteras, los viudos y las viudas) podemos sentirnos fecundos a
través de otros proyectos. El psicólogo norteamericano Eric
Erikson nos dice que la «generatividad» es la virtud esencial de la
persona adulta. Producir «frutos» de todo tipo (no solo tener hijos)
nos llena de satisfacción y nos permite sentirnos plenos al
desarrollar nuestras potencialidades.

7. Pedir la intervención milagrosa de Dios. Como comunidad


podemos, tal como hizo Ana al presentar su carga y su deseo ante
Dios y como se nos aconseja en Santiago 5.14-16, ungir con aceite
y orar especialmente por la pareja estéril. Que la confianza en lo
que puede hacer la ciencia no empañe la fe en Dios, el hacedor de
milagros.

EJERCICIOS
1. Leer el testimonio de Elisa y Fernando incluido a continuación.

2. Identificar emociones y pensamientos que indican el duelo.

3. Mencionar las actitudes positivas que adoptaron los protagonistas.

4. Señalar los recursos (propios y del entorno) que ayudaron en su situación.


222. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

5. ¿Cómo se podría ayudar pastoralmente a una pareja que atraviese por una
experiencia parecida?

ELISA Y FERNANDO
COMPARTEN SU EXPERIENCIA:
Esta larga lista de luegos no es más Luego del primer resultado negativo
que el pequeño reflejo, en pocas pasaron cuatro meses para el
líneas, de lo que significa vivir segundo.
durante un lapso de tu vida poniendo
siempre una ilusión por delante para Luego del segundo resultado negativo
poder seguir: pasaron seis meses hasta el tercero.

Luego de cinco años de casados Luego del tercer resultado negativo


decidimos comenzar la búsqueda por decidimos buscar ayuda psicológica.
agrandar la familia.
Luego de seis meses nos inscribimos
Luego de catorce meses de búsqueda en el registro de adopciones.
«natural» comenzamos a hacernos
Luego de seis meses más hicimos un
análisis médicos.
cuarto tratamiento.
Luego de cinco meses de estudios
Luego del resultado negativo del
pudimos dar con un primer
cuarto tratamiento, pasó un año más
diagnóstico.
hasta que hicimos algunos viajes por
Luego de un año de indecisiones distintas provincias de nuestro país
hicimos nuestro primer tratamiento para llevar nuestra carpeta de
de fertilidad. solicitud de adopción.

Luego de esto tuvimos la posibilidad


de hacer un quinto tratamiento y
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .223

comenzamos a dialogar sobre esto que la sensación es que esto nunca


con los médicos. tiene fin...

Luego de un año más comenzamos a Más de una vez nos decíamos que el
poner foco en otras cosas de la vida reloj se había detenido, como que
como sueños o anhelos que teníamos estábamos estancados en una etapa
más allá de los hijos. que no se terminaba jamás.

Luego de siete meses más, en medio Entre tantas cosas tristes, hay otras
del trabajo por lograr estos anhelos, muy buenas que nos pasaron y que no
estar decepcionados del sistema de nos resultaba tan fácil de ver mientras
adopción y a punto de realizar otro esperábamos: cambió nuestra manera
tratamiento más, nos llamaron de un de considerar a los demás y el
juzgado dándonos la noticia de que sufrimiento o la espera ajena.
dos hermanitos, Abigail e Ismael, Simplemente por eso de que vivir la
mellizos de diecisiete meses, estaban misma experiencia te une. Cambió
esperándonos para ser nuestros hijos. nuestra manera de relacionarnos con
Dios: llegamos a puntos de enojo y
En tanto tiempo, nuestras sensaciones reclamos que nos permitieron vivir a
pasaron entre la euforia de que el Dios de cerca en muchas ocasiones.
próximo mes o año nos iba a Entendimos que Él comprende
encontrar con hijos, la desazón total nuestro dolor porque el mismo señor
por un nuevo resultado negativo Jesucristo experimentó el dolor en
(tanto de tratamiento como de carne propia.
adopción), nuestra mezcla de alegría
y dolor cada vez que algún amigo o Tanto fracaso aparente también te
persona cercana nos contaba que saca miedos a jugarte por sueños o
esperaba un hijo (alegría por él pero anhelos que tenías guardados. Te
al mismo tiempo dolor por nosotros), invita a luchar por mejorar áreas de tu
nuestro miedo a que esto nunca vida, cosa que a veces no saldría a la
terminara… porque llega un punto en luz si todo resultara como uno espera.
224. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

La dificultad puede ser un medio para vida de una manera extraordinaria!


que uno se fortalezca y encare la «Caminos» es un grupo de ayuda
realidad de otra manera. mutua que comenzó a funcionar en la
Ciudad de Buenos Aires, Argentina,
Gracias a Dios esto nos fortaleció en el año 2006. Su objetivo es que los
mucho como matrimonio y siempre matrimonios con dificultades en la
mantuvimos el diálogo; poder hablar, concepción de un hijo encuentren un
«filosofar» constructivamente sobre espacio de contención y ayuda en la
cómo actuábamos o reaccionábamos situación de vida que atraviesan.
frente a esta espera nos llevó a
conocernos y amarnos mucho más. Se realizan reuniones periódicas en
las cuales, de forma libre y
Un espacio que valoramos voluntaria, se comparten experiencias
muchísimo fue «Caminos», un grupo que son comunes a los miembros del
de ayuda mutua al que asistíamos grupo. Es un espacio para recibir y
regularmente con otras parejas que dar aliento, apoyo y comprensión,
también pasaban por la misma durante el recorrido por los caminos
situación. Es necesario sentirse (no siempre fáciles) de la
identificado con otros y conversar, paternidad/maternidad.
expresar sentimientos en un marco de A través del tiempo se ha generado
sinceridad, animar y dejarse alentar. un ambiente de confianza y amistad
de modo que las diversas emociones
Con respecto a la adopción de
puedan expresarse con libertad. A
nuestros hijos, ¿cómo decir tanto en
veces se comparte la tristeza, otras la
pocas palabras? ¡Son alegría pura,
rabia, otras la decepción y también el
sorpresa permanente, mucha vida
buen humor. Es un espacio saludable
junta, milagro de Dios hecho
que permite no sentirse solos al
realidad, la muestra permanente de
recibir ayuda y ayudar a los demás.
que la dificultad te puede cambiar la

¿DE QUÉ SE TRATA EL gRUPO


«CAMINOS»?
«Así dice el Señor, el que abrió un camino en el mar, una senda a
través de las aguas impetuosas; ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está
sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el
desierto, y ríos en lugares desolados». (Isaías 43.16,19, NVI)
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .225

Elisa y Fernando, cuyo testimonio que el grupo ofrece. Para mayor


incluimos anteriormente, ha sido el información, escribir al siguiente
primer matrimonio del grupo que correo electrónico:
accedió a la feliz maternidad y centrofamiliar@eireneargentina.com.
paternidad de Abigail e Ismael. Es un ar
motivo de enorme gratitud a Dios y
un llamado a la esperanza. En el
transcurso de los años otros
matrimonios han sido padres y
madres a través de diferentes
caminos.

Una característica distintiva de este


grupo es que se desarrolla dentro de
un marco cristiano, aunque su fin de
ningún modo es proselitista y no
excluye a nadie por sus creencias
religiosas. A veces se invita a
personas o matrimonios que ya han
transitado por diversos caminos en la
búsqueda de ser padres y madres para
que aporten sus vivencias en este
tema.

Creemos que la experiencia de


«Caminos» es muy positiva, por lo
que desearíamos que se abrieran
diferentes grupos en distintos lugares
para que muchas mujeres y hombres
reciban ayuda a través del servicio
226. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

anexo. FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN


ASISTIDA: ALgUNOS ASPECTOS MÉDICOS (DRA. LUCÍA PÉREz)

Entendemos por fecundidad a la capacidad que puede tener un hombre o una


mujer (también machos o hembras) para reproducirse y generar seres que
mantienen los rasgos de la especie a la que pertenecen. La fecundidad se da a
partir de la posesión de parámetros normales de fertilidad, es decir, de poder
efectivamente tener descendencia. En términos más metafóricos, la palabra
fecundidad también se usa para designar la capacidad de una persona de
producir elementos u obras a partir de su intelecto, de su habilidad, de su fuerza
(por ejemplo cuando se dice que la obra de un director de cine «es muy
fecunda»).26

La fertilidad es la capacidad fisiológica de una mujer, de un hombre o de


una pareja para producir un hijo o una hija vivo/a.

La diferencia entre ambos conceptos es similar a la existente entre la


realidad y su posibilidad. La fecundidad se refiere a los hijos habidos y la
fertilidad a la «capacidad» de tenerlos. Se puede ser fértil y no haber tenido aún
ningún hijo o se puede haber tenido hijos anteriormente (ser fecundo) y, en
cambio, haber perdido posteriormente la fertilidad.27

La Biblia de las Américas (LBLA) traduce Génesis 1.28 así: «Y los bendijo
Dios y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y
sojuzgadla…”». Otra traducción dice: «Y los bendijo Dios; y díjoles Dios:
“Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla...”» (RVA).28

En ambas versiones vemos que Dios bendijo a la humanidad con fecundidad


y fertilidad. Esto implica dar frutos en abundancia de todo tipo y
específicamente alude a la reproducción humana, o sea tener descendencia.
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .227

En distintos tiempos y culturas las decisiones de reproducirse han tenido


diferentes metas: desde la simple subsistencia de un pueblo, personas para el
trabajo y la guerra, hasta alianzas de pueblos y naciones.

Desde el advenimiento de los métodos anticonceptivos se ha logrado separar


la función reproductiva de la función placentera del coito. Esto ha permitido,
especialmente para la mujer, planificar su familia dando espacio para fecundar
en distintas áreas de su vida (personales, profesionales, etc.), mientras se
mantiene al margen su capacidad reproductiva. También se hizo posible lograr
tiempos saludables de espera entre los embarazos y, a consecuencia, nuevos
modos de crianza de los hijos.

26 Recuperado de: http://www.definicionabc.com/ciencia/fecundidad.php


27 Recuperado de: http://www.greenfacts.org/es/glosario/def/fertilidad.htm
28 Recuperado de: http://bibliaparalela.com/genesis/1-28.htm
Ahora bien, en el inicio de una nueva vida se produce la unión de un óvulo
con un espermatozoide. En la reproducción natural, tras la eyaculación,
millones de espermatozoides llegan a la vagina y se da inicio a una verdadera
carrera de obstáculos para llegar hasta el óvulo. Los espermatozoides viajan
desde la vagina hasta las trompas de Falopio, donde se encontrarán con el
óvulo. De los millones de espermatozoides solo uno podrá fecundar el óvulo
rompiendo su membrana. Una vez conseguido, el espermatozoide pierde la cola
y se fusiona con el núcleo del óvulo. Es entonces cuando se produce una
reacción que endurece la membrana del óvulo para evitar que ningún otro
espermatozoide pueda entrar. Esta nueva célula es capaz de generar un ser
humano completo cuando se dan las condiciones intrauterinas para que así
suceda.
228. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Cuando se comienza a conocer en detalle cada uno de estos sucesos uno no


puede dejar de maravillarse por el milagro de la creación divina. Es asombrosa
la manera en que todo ocurre de forma perfecta y sincrónica, el modo en que
cada célula se multiplica, genera tejidos y toma distintas formas y funciones
hasta llegar a constituir un ser humano completo. ¡Maravilla y milagro de Dios!

En la actualidad (recordemos que la cultura también nos atraviesa) sucede


que cuando una pareja desea tener un hijo puede encontrarse ante la posibilidad
de sufrir infertilidad. Esto puede ocurrir por diversas causas que algunas veces
son conocidas y otras no. Puede pasar que no haya desarrollo de la totalidad o
parte de los órganos reproductores, que por lesión o enfermedad se haya
perdido la capacidad de reproducción, que los espermatozoides o los óvulos no
sean funcionales, o que siéndolo y habiéndose producido la fecundación (es
decir la unión de ambas células) no hubo un crecimiento del nuevo ser. En fin,
son muchos los factores (femeninos, masculinos o combinados) que pueden
causar la infertilidad.

Gracias a los avances científicos, médicos y tecnológicos hoy en día se


abren nuevas posibilidades para la paternidad y la maternidad. La reproducción
asistida es la forma de reproducción en la que se cuenta con la asistencia
médica para poner en contacto el óvulo con el espermatozoide. Reconocemos
su importancia aunque no desconocemos las discusiones bioéticas pendientes,
como el congelamiento y selección de embriones, por mencionar algunas.

Para arribar al diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad de las parejas,


se emplean métodos sofisticados. Para ello la pareja se expone a reiterados
exámenes médicos, ginecológicos y urológicos. Se realizan numerosos
exámenes de laboratorio, como los niveles sanguíneos de distintas hormonas,
los recuentos de espermatozoides, los diagnósticos por imágenes (rayos X,
ultrasonografías, resonancia nuclear, y otros). En algunas ocasiones se logra
arribar a un diagnóstico y un tratamiento específico que puede ir desde la
FERTILIDAD, FECUNDACIÓN Y REPRODUCCIÓN ASISTIDAcLase 12 .229

farmacoterapia hasta las cirugías. El personal médico tiene una gran injerencia
sobre la vida sexual de la pareja a tal punto de indicar los días y horarios en
que deben practicar el coito.

Las técnicas de reproducción médicamente asistida comprenden a todos los


tratamientos o procedimientos para lograr el embarazo. Las técnicas de baja
complejidad, tales como la estimulación ovárica y la inseminación intrauterina,
son aquellas que tienen como objetivo la unión del óvulo con el
espermatozoide dentro del aparato de reproducción femenino.

Las técnicas de alta complejidad son las que tienen por objeto la unión entre
el óvulo y el espermatozoide por fuera del sistema reproductor femenino,
incluyendo a la fecundación in vitro, entre otras.

En la Argentina, por la ley 26.862 y su decreto de reglamentación 956/2013,


toda persona mayor de edad, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y
los procedimientos de reproducción asistida. La Ley de reproducción
médicamente asistida dice que una persona podrá acceder a un máximo de
cuatro tratamientos anuales de baja complejidad y hasta tres tratamientos de
reproducción de alta complejidad, con intervalos mínimos de tres meses entre
cada uno de ellos. Se deberá comenzar siempre con técnicas de baja
complejidad, al menos tres intentos, antes de acceder a las de alta
complejidad.29
230. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

29 Recuperado de: http://www.msal.gov.ar/index.php/0-800-salud-responde/371-reproduccion-medicamente-asistida


BiBLioGRAFÍA (UnidAd 4)
cLases 10 y 11:

Libros:
Carrobles, J. A. y Sanz, A. (1991). Terapia Sexual. Madrid, España: Fundación Universidad-
Empresa.
Kaplan, H. (1975, 2010). Manual ilustrado de terapia sexual. Barcelona, España: Grijalbo.
Olazabal, J. C. (ed.) (1990). Manual de sexualidad en atención primaria. Salamanca, España: Amaru
Ediciones.
Wespes, E. (1992). Ejaculation et ses troubles. Bruxelles, Francia: Editions techniques.

Referencias de instituciones especializadas:


The Electronic Journal of Human Sexuality: www.ejhs.org
Instituto Kinsey: www.kinseyinstitute.org
World Association for Sexual Health: www.worldsexology.org

200. mÓduLo 02

PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Artículos recuperados de Internet:


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(2000). Epidemiology of erectile dysfunction: results of the “Cologne Male
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Feldman, H. A., Goldstein, I., Hatzichristou, D. G., Krane, R. J. y McKinlay, J. B. (1994).
Impotence and its medical and psychosocial correlates: results of the Massachusetts
Male Aging Study. Recuperado de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed/8254833
Lue, T. F. y Tanagho, E. A. (1987). Physiology of erection and pharmacological management of
impotence. Recuperado de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/3553617
Oxford Centre for Evidence-based Medicine – Levels of Evidence (2009). Recuperado de:
http://www.cebm.net/index.aspx?o=1025
Rosenberg, M. T. y Sadovsky, R. (2007). Identification and diagnosis of premature
ejaculation. Recuperado de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17504352
Wespes, E., y otros (2002). European Guidelines on erectile dysfunction. Recuperado de:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11999460

Publicaciones recuperadas de Internet:


«Vaginismo»: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001487.
htm
«Dispareunia»: http://dispareunia.org/
«Eyaculación precoz»:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001524.htm y
http://medicalsex.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=59&Ite mid=44

«Guía clínica sobre la disfunción sexual masculina: disfunción eréctil y eyaculación


precoz»: http://uroweb.org/wp-content/uploads/12-GUIA-CLINICADISFUN-SEXUAL-
MASCULINA.pdf

«Matrimonio blanco»: http://www.placeresperfectos.com.ar/matrimonio-blanco/


«Hay 80.000 matrimonios no consumados en el país» (29/08/2011): http://www.
clarin.com/salud/matrimonios-consumados-pais_0_544745571.html
«Matrimonios no consumados: cuando no hay sexo en la pareja»: http://www.
revistaohlala.com/1348046-matrimonios-no-consumados-cuando-no-haysexo-
en-la-pareja

«Matrimonios no consumados: una entidad clínica especial y diferente»: http://


www.psygnos.net/biblioteca/articulos/sexualidad/gindin_consum.pdf
cLase 12

BIBLIOgRAFÍA(UNIDAD 4) .201
«Matrimonios sin sexo: Una realidad poco conocida» (28/12/2010): http://www.
guioteca.com/psicologia-y-tendencias/matrimonios-sin-sexo-una-realidadpoco-conocida/

cLase 12:

Grün, A. y Bogner, M.(2008). La aventura de la vida. Buenos Aires, Argentina: Editorial


San Pablo.
Hanes, M. y Hayford, J. (1985). Más allá del sufrimiento. Barcelona, España: Editorial Clie.
Love, V. (1988). Cuando los niños no llegan. Miami, EE. UU.: Editorial Betania.
Van Regenmorter, J. y S. (2005). Cuando la cuna está vacía. Miami, EE. UU.: Editorial
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Varios autores (2000). Serie Bioética. Preguntas básicas sobre sexualidad y tecnología
reproductiva. Grand Rapids, EE. UU.: Editorial Portavoz.

Referencia de institución especializada:


The Center for Bioethics and Human Dignity: https://cbhd.org/

REFERENcIAS bíbLIcAS:
LBLA: La Biblia de las Américas. Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman
Foundation.
NVI: La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 por Biblica,
Inc.® Usada con permiso. Todos los derechos reservados.
RVR60: Reina-Valera 1960. Copyright © 1960 por American Bible Society.
RVA: Reina-Valera Antigua (1909). Copyright de dominio público.
Una copa
CLASE 13

UnA conVeR-
SAciÓn QUe
tRAnSFoRMA A
LA FAMiLiA
TEMA DE LA cLASE:LA IMPORTANcIA DE LA MEDITAcIÓN bíbLIcA EN LA
TRANSFORMAcIÓN DE NUESTRAS FAMILIAS.

ObJETIvO GENERAL: qUE LAS FAMILIAS vALOREN y PRAcTIqUEN LA


MEDITAcIÓN bíbLIcA cOTIDIANA PARA UNA TRANSFORMAcIÓN
GENUINA EN SUS vIDAS y hOGARES.

ObJETIvOS ESPEcíFIcOS:

qUE LA FAMILIA vALORE LA MEDITAcIÓN bíbLIcA AL PUNTO qUE


DEDIqUE TIEMPO PARA ESTE EJERcIcIO ESPIRITUAL.
qUE LA FAMILIA PRAcTIqUE LA MEDITAcIÓN bíbLIcA cOTIDIANA AL
PUNTO qUE vEA cAMbIOS EN SUS vIDAS PERSONALES y SU DINáMIcA
FAMILIAR.
UNA CONVER-SACIÓN QUE TRANSFORMA A LA FAMILIA
cLase 13
.239
El Salmo 1 describe el deleite y la vitalidad de la vida del hombre y la mujer que
medita en la Palabra de Dios:

¡Cuán bienaventurado es el hombre que…

Señor está su deleite,


…en la ley del
y en su ley medita de día y de noche!
firmemeplantado junto a corriente
Será como árbol s de agua,
que da su fruto
ntea su tiempo,
y su hoja no se marchita;
en todo lo que hace,
prospera.
(Salmo 1:1a, 2-3. Nueva Traducción
) Viviente

A la luz de este pasaje, alguien la


dijo
meditaciónabre
que “ el suelo del alma y
el agua de la Palabra de Dios filtrepermite
”. que
profundamente en él
Hay muchos otros pasajes bíblicos que enseñan la importancia de escuchar atenta-
mente a Dios por medio de su Palabra. Lea los siguientes pasajes y escriba brevemente
lo que le llame la atención sobre escuchar con atención la Palabra de Dios.

Josué 1:8a

Salmo 63:6

Salmo
119:148

Jeremías 15:16

Santiago 1:25

Aquellos que practican cotidianamente la meditación en la Palabra de Dios dan


testimonio del inmenso valor que este ejercicio ha significado para la
transformación de sus vidas. A continuación dos testimonios que vale la pena
leer:
240. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

Entendí que la actividad más importante que tenía que hacer era
entregarme a la lectura de la Palabra de Dios y a meditar en
ella, para que así mi corazón fuera confortado, animado,
advertido, amonestado e instruido; y que así, mientras meditara,
mi corazón entrara en comunión experimental con el Señor.
Entonces, comencé a meditar en el Nuevo Testamento…
temprano en la mañana.Lo primero que hice, después de haber
pedido en pocas palabras la bendición del Señor sobre su
preciosa Palabra, fue comenzar a meditar en ella: escudriñando
en cada versículo para recibir una bendición, no para el
ministerio público de la Palabra, sino para obtener el alimento
para mi alma. Casi siempre el resultado que encontré fue que
después de pocos minutos mi alma fue llevada a la confesión, o
a la acción de gracias, o a la intercesión, o a la petición; de
manera que, aunque no comencé con la oración, sino la
meditación, sin embargo, me volví casi inmediatamente a la
oración”.(George Müller, 1805-1898). Fue un predicador y
misionero inglés, destacado por su dependencia total y
exclusiva de Dios para las necesidades de los orfanatos que
estableció a favor de los niños desamparados de Inglaterra.

“¿Por qué meditar? Porque yo soy cristiano. Por lo tanto, todos


los días en los que no penetro más profundamente en el
conocimiento de la Palabra de Dios, en la Sagrada Escritura, es
un día perdido para mí”.(Dietrich Bonhoeffer, 1906-1945). Fue
un pastor y teólogo luterano alemán que participó en el
movimiento de resistencia contra el nazismo. Fue ejecutado el 9
de abril de 1945, probablemente por orden especial del propio
Hitler, en el campo de concentración de Flossenbürg.
Momentos antes de su ejecución, Bonhoeffer se arrodilló, oró, y
luego subió tranquilamente los escalones de la horca preparada
para su martirio.

Con toda razón, cada vez que abrimos nuestra Biblia en el salterio sagrado, el
salmista nos recuerda el inmenso valor de la meditación bíblica en nuestras vidas.

¡Cuán bienaventurado es el hombre que…

…en la ley del Señor está su deleite,


y en su ley medita de día y de
noche!
UNA CONVER-SACIÓN QUE TRANSFORMA A LA FAMILIA
cLase 13
.241
Será como árbol fi rmemente plantado junto a corrientes de
agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita;
en todo lo que hace, prospera.

1. ¿qué significa meditar en la palabra de dios?

Meditar en la Palabra de Dios es pensar, considerar, asimilar, ser confrontado,


aplicar, adorar y decidir qué, cuándo y cómo hacer algo con respecto a lo que
leemos.

“La meditación es la actividad que consiste en recordar, en pensar, y en


reflexionar sobre todo lo que uno sabe acerca de las obras, el proceder, los
propósitos y las promesas de Dios, y aplicarlo todo a uno mismo. Es la actividad
del pensar consagrado, que se realiza conscientemente en la presencia de Dios, a
la vista de Dios, con la ayuda de Dios, y como medio de comunión con Dios.
Tiene como fin aclarar la visión mental y espiritual que tenemos de Dios y
permitir que la verdad de la misma haga un impacto pleno y apropiado sobre la
mente y el corazón. Se trata de un modo de hablar consigo mismo sobre Dios y
uno mismo”. (J. I. Packer, Hacia el conocimiento de Dios.)

La meditación bíblica no es solamente un ejercicio mental, sino un encuentro


con la persona de Dios que tiene mucho que decirnos.

2. ¿cómo podemos meditar en la palabra de dios como familia?

Aunque la práctica de la meditación bíblica suele ser un ejercicio practicado


individualmente, debido a que éste es un material orientado a la familia,
pensemos en algunos principios generales que nos ayudarán a meditar en la
Palabra como familia.

a) Busquemos el tiempo y el lugar más propicios. Para la meditación bíblica


necesitamos contar con un tiempo adecuado, sin prisa y presiones. Aparte
un mínimo de 20 minutos para hacerlo, de preferencia que sea diariamente
o varias veces a la semana. Pueden hacerlo diariamente como esposos y una
o dos veces a la semana hacer partícipes a sus hijos pequeños de este
tiempo especial que nunca olvidarán. Es de mucha ayuda escoger un lugar
sin distracciones. Piense en un espacio de su casa que le permita reunirse
con su cónyuge y sus hijos, y sin distracciones dediquen un tiempo especial
a la lectura y meditación bíblica. Si sus hijos son pequeños, identifique ese
lugar con un nombre que los niños siempre recuerden y busque una
actividad especial para ellos (leer una Biblia ilustrada, pintar dibujos con
enseñanzas bíblicas, una sopa de letras con las palabras que aparecen en el
texto, etc.).

b) Tengamos un cuaderno y bolígrafo a la mano para apuntar las ideas,


aplicaciones, decisiones, alabanzas o peticiones. El acto de escribir obliga a
ser específicos y concretos. También da la oportunidad de repasar y evaluar
242. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

el progreso el próximo día o al final de la semana o el mes. Pueden usar un


cuaderno en común a modo de diario familiar. Eso les permitirá escribir la
historia de su familia en esos encuentros especiales con Dios.

c) Evitemos los pensamientos que distraen. Cuando pensamos en un


quehacer que tenemos pendiente, apuntémoslo en una lista aparte para no
olvidarlo pero volvamos a enfocarnos inmediatamente en el pasaje que
estamos meditando. Si estamos preocupados por algo, podemos apuntar el
tema en una lista de oración para más tarde o de una vez entregarlo al Señor
en la oración y descansar en la paz de Dios (Fil. 4:6-7).

d) Seleccionemos el versículo o el pasajeen el que meditaremos. Es


recomendable escogerun mismo libro bíblico para leer y meditar desde
principio a fin. Sólo tengamos en cuenta que para interiorizarnos en el
pasaje, es mejor escoger un pasaje breve de 3-8 versículos y meditar en él
durante este tiempo especial. Si lo que deseamos es leer la Biblia en un año,
o leer porciones bíblicas extensas, podemos apartar tiempo en otra ocasión
para ese propósito. Si queremos leer un capítulo entero, podemos marcar
los versículos que consideramos más significativos para nuestra vida.
Entonces, al terminar la lectura, volvemos a uno de estos pasajes marcados
para meditarlo detenidamente.Para comenzar se recomienda, por ejemplo,
Filipenses, Santiago, 1 Pedro, Marcos, Juan, Salmos o Proverbios.
También, pueden seleccionar a un personaje bíblico y estudiarlo meditando
en las lecciones de su vida (Ej.: Job, David, Salomón). Elegir a un
personaje bíblico puede ser más atractivo para los tiempos de meditación
con los hijos.

e) Leamos el pasaje repetidas veces. Contemplemos detenidamente el pasaje


bíblico. Sugiero algunas maneras de captar el significado de los versículos:
Leamos cada claúsula varias veces cambiando el énfasis a otra palabra cada
vez. Que un integrante de la familia lea el texto una o dos veces en voz alta.
Luego todos visualizamos la acción y las figuras literarias del pasaje.
Participamos en el evento y nos involucramos con las emociones y
pensamientos de las personas en el pasaje. Nos preguntamos a nosotros
mismos y luego como familia ¿qué nos está diciendo Dios? y ¿cómo toca
nuestras vidas hoy estas verdades?

f) Si encontramosversículos que no entendemos y nuestro tiempo es


limitado no nos detengamos allí, sino busquemos los versículos que son
más claros para la meditación. Algunos versículos necesitarán más estudio
para poder aplicarlos correctamente a la vida. Sin embargo, una gran parte
de la Biblia es directa y clara. Si encontramos un versículo que no
entendemos, podemos apuntar la cita y volver más tarde a investigarlo en
un comentario bíblico o consultar con un maestro de la Biblia.

g) Sometamos nuestra vida al Señor. El Espíritu Santo es nuestro maestro y


por eso debemos estar en comunión con Dios. Para prepararnos para la
UNA CONVER-SACIÓN QUE TRANSFORMA A LA FAMILIA
cLase 13
.243
meditación, pidamos a Dios que su Espíritu nos ilumine, confesemos los
pecados que interrumpen la comunión con Dios. Acerquémonos a la
Palabra con apertura y esperanza, confiados que Dios tiene un mensaje
importante para nuestra vida.

3. ¿cómo respondemos familiarmente a la palabra de dios?

Meditar en la Palabra de Dios es tan sólo uno de los canales de la conversación.


Por medio de la lectura y meditación de la Biblia, Dios nos habla. Pero para que
exista una conversación se necesita que nosotros respondamos adecuadamente a
la voz de Dios.

Mientras meditamos en su Palabra, preparémonos entonces para responder a la


voz de Dios. Esta conversación con Dios, meditación y respuesta a la Palabra de
Dios, es un poderoso vehículo para que su Espíritu Santo nos transforme como
individuos, matrimonio y familia. Veamos cómo podemos prepararnos para
responder a la voz de Dios.

a) Mientras aprendemos las verdades de la Palabra de Dios, nos


preparamos para conocer más a Dios, darle gracias, amarle, adorarle y
agradarle. Es maravilloso aprender más sobre Dios, cómo es Él, cómo
piensa, cómo obra y cómo se relaciona con mi vida (Sal. 119:15).

b) Mientras meditamos en su Palabra, debemos permitir que Dios


ministre las necesidades más profundas de nuestra vida. Es probable
que necesitemos fe y esperanza en medio de las pruebas, sufrimientos,
relaciones difíciles o asuntos matrimoniales o familiares difíciles de
resolver. Quizás nos haga falta recibir su consuelo, su ánimo, su paciencia y
su paz. Los versículos pueden sugerir los pasos que debemos tomar para
sanar nuestra relación matrimonial o familiar. El pasaje puede relatar la vida
de personajes que experimentaron desafíos similares a los nuestros.
Asimismo encontraremos promesas y enseñanzas que Dios usará para
orientar nuestro corazón y conducta (Sal. 119:92).

c) A medida que meditamos en su Palabra, debemos ser sensibles a todo


lo que Dios quiere mostrarnos sobre lo que debemos ser y hacer. Dios
está formando en nosotrosa discípulos genuinosde Jesús, por lo tanto es
tiempo de revisar nuestros amores, valores, móviles, actitudes, planes y
pensamientos más profundos. Su Palabra nos mostrará lo que significa tener
humildad, amor, gozo, contentamiento, paz, paciencia, gentileza, control del
hablar, el espíritu de perdón, misericordia, honradez, veracidad, un espíritu
de servicio, pureza, coraje, sumisión a otros y mucho más(Ro. 12:2), no
sólo como individuos sino como parte fundamental que somos de una
familia. Meditar en Su Palabra permite a Dios la oportunidad de
confrontarnos con nuestros móviles egocéntricos, nuestras actitudes
incorrectas, la rebeldía contra lo que es su voluntad, el orgullo y la soberbia
244. mÓduLo 02PASTORAL DE LA PAREJA MATRIMONIAL

que influyen tanto en nuestras relaciones de matrimonio y/o familia. Él


ilumina el hablar que tanto lastima y desanima a quienes viven dentro de
nuestra misma casa, como también toda aquella conducta que no trae gloria
a Dios. Él nos lleva a la confesión y al arrepentimiento que inician ese
proceso de transformación familiar tan añorado en nuestros hogares (Sal.
51:17).

d) Mientras meditamos en su Palabra, debemos escuchar lo que Dios nos


enseña sobre la humildad y la sumisión a Él. Esto incluye muchas áreas
de nuestra vida, como la obediencia a lo que la Palabra de Dios manda; el
contentamiento en medio de las pruebas, circunstancias y personas que Dios
trae a nuestras vidas; el deseo de ser transformados; la obediencia a Su
dirección personal para nuestra vida y servicio como individuos pero sobre
todo como familia(Is. 53:6; Ro 12:1-2).

e) Al meditar en su Palabra, debemos escuchar con cuidado lo que Dios


quiere decirnos con respecto a servirle y servir a otros. ¿Cuál es la
participación que Él nos asigna cumplir dentro de sus planes soberanos para
este mundo?
Él nos puede guiar hacia una nueva manera de servir a un miembro de nuestra
familia, de la iglesia o un vecino o amigo no cristiano. El pasaje bíblico puede
señalar una responsabilidad de toda familia cristiana—una responsabilidad que
nosotros ignorábamos, que habíamos olvidado o descuidado. Dios nos puede
convencer de un pecado relacionado con nuestro servicio, un móvil egoísta o
un descuido. Posiblemente estamos siendo impulsados por el activismo, el
éxito o la ambición, es decir un “servicio” sin amor(Mr. 10:45).

f) Al meditar en su Palabra, debemos poner


muchaatención y reflexionar sobre nuestra necesidad
desesperante de depender total y humildemente de Dios. Nuestra
naturaleza pecaminosa nos guía a sentirnos capaces por nuestra preparación,
años de experiencia, dones, talentos, éxitos y confianza personal. Sin
embargo, debemos ser honestos con nosotros mismos y reconocer que
“separados de Jesús, nada podemos hacer” (Jn. 15:5). Necesitamos estar
convencidosde nuestra debilidad y nuestra incapacidad para ser cambiados
a la imagen de Cristo, para obedecerle y para confrontar los desafíos de la
vida familiar y matrimonial. Tenemos gran necesidad de Dios, de su gracia
y de su poder (He. 11:6; 1 P. 5:5).

g) Al meditar en su Palabra, debemos responder a Dios con respecto a los


temas que Él nos enseña hoy. Todo lo que “escuchamos” de Dios clama
para que respondamos a Él con nuestras decisiones y con nuestra oración.
Debemos ser guiados por los temas que vamos descubriendo en el pasaje
bíblico y los que hemos anotado en nuestro diario familiar. Estos temas
deben llevarnos a expresiones de amor, de adoración, de compromiso, de
confianza en Dios. Nos llevan a agradecerle por suplirnuestras necesidades
UNA CONVER-SACIÓN QUE TRANSFORMA A LA FAMILIA
cLase 13
.245
emocionales, físicas, materiales y espirituales. Nos llevan a la confesión y al
arrepentimiento sinceros. Nos impulsan a expresar nuestra sumisión a Él y a
otros, la aceptación de su voluntad, la obediencia a sus mandamientos,
nuevas decisiones y propósitos. Nos guían a formular peticiones por los
cambios que deseamos que él haga en nuestro corazón y a manifestar
nuestra dependencia total de él.

“Como [la meditación bíblica] es la hermana de la lectura, así


también es la madre de la oración. Aunque el corazón de un
hombre no esté dispuesto a orar, sin embargo, si se entrega a la
reflexión sobre Dios y los asuntos divinos, su corazón pronto le
llevará a la oración. Comienza con la lectura, sigue con la
meditación, finaliza con la oración. La lectura sin la meditación no
lleva fruto; la meditación sin la lectura es dañina; leer y meditar
sin orar no trae bendición”. (The Works of the Reverend William
Bridges, 1989)

h) Al meditar en su Palabra, debemos ser sinceros delante de Dios y de los


demás. Si Dios nos habla por medio del pasaje y señala algún pecado
personal, no perdamos tiempo para confesárselo y pedir perdón de manera
individual. En este tiempo tenemos libertad para expresarnos
individualmente a Dios. Si lo considera necesario, también puede
aprovechar la ocasión para pedir perdón
a los miembros de su familia que ha ofendido con sus palabras o acciones. No
subestime esta enseñanza que podría ser transformadora para toda su familia.
Recordemos que en esta conversación que transforma a nuestra familia, cada uno
de nosotros somos interlocutores valiosos para lo que Dios quiere lograr en
nuestros hogares.

4. un procedimiento fácil de seguir para meditar en la palabra de


dios

El Dr. Stanford Orth, por muchos años profesor de Vida Espiritual del Seminario
Teológico Centroamericano de Guatemalay escritor de muchas de los conceptos aquí
expresados, sugiere el uso de varias preguntas al texto bíblico mientras meditamos en
él.

a). ¿Qué encontramos en estos versículos que nos enseñan a… y nos llevan a…:
…conocer más a Dios, amarlo, adorarle y agradecerle?
…confesar y arrepentirme de una desobediencia o pecado en particular?
…someter a Dios alguna área de nuestra vida o matrimonio o familia?
…obedecer a Dios en algún aspecto específico?
…tomar una decisión en cuanto a algo que Dios nos está pidiendo?
…hacer cambios en algún aspecto de carácter, actitud, hablar, en nuestra relación
matrimonial, familiar o con terceros?
…aceptar, amar, servir, apoyar o edificar a otro miembro de la familia o alguna
persona cercana, sea cristiana o no cristiana?
…depender más de Dios en una circunstancia de prueba, tentación o desafío en
particular?

¡Al final, oremos al Señor lo que queremos decirle con respecto a cada respuesta!

b) Se pueden utilizar preguntas como las que siguen para profundizar nuestro
aprendizaje del pasaje a meditar. Recordemos que las preguntas sirven de guía
para descubrir mayores profundidades en la Palabra de Dios. También debemos
tomar en cuenta que no todo pasaje tendrá una respuesta a cada pregunta.
• ¿Hay una promesa en la cual debemos confiar?
• ¿Tiene la promesa una condición que necesitamos cumplir?
• ¿Hay un ejemplo que debemos seguir? O ¿Un ejemplo negativo que debemos
evitar?
• ¿Hay una oración en el pasaje que debemos orar como familia?
UNA CONVER-SACIÓN QUE TRANSFORMA A LA FAMILIAcLase 13 .247

• ¿El pasaje enseña una nueva actitud que debemos tomar en cuenta?
• ¿El pasaje indica algo sobre lo cual debemos tomar una decision en familia?

c) Al meditar en el pasaje, podemos reflexionar


sobre las necesidades en nuestra vida personal, matrimonial o
familiar:
• ¿El pasaje nos orienta sobre algún problema interpersonal que tenemos?
• ¿Nos orienta en la prueba que estamos experimentando?
• ¿Nos orienta en la tentación que estamos enfrentando?
• ¿Nos orienta en la decisión que debemos tomar?
• ¿Nos orienta en algún aspecto de nuestra vida en el hogar, el trabajo o el
ministerio en la iglesia?

Recordemos que la meditación debe llevarnos a la oración en la cual


conversamos con Dios sobre todo lo que él nos ha enseñado. Finalmente, la
meditación en su Palabra y la oración dependiente de su gran poder nos lleva a vivir
vidas transformadas.

Les animo a ser parte de esta maravillosa conversación que transformará su vida
personal, su matrimonio y su familia. Dios desea conversar con ustedes cada día,
como lo hacía en el principio con la primera parejacuando los visitaba al aire fresco
del día (Gn. 3:8-9) y como nos enseñó a través del ejemplo de su amado Hijo
Jesucristo (Lc. 11:2-12).

Agustín de Hipona dijo:

“Deseo conocer a Dios y el alma.


¿Ninguna otra cosa?
¡Nada más!
Permíteme conocerme a mí mismo.
Permíteme conocerte a ti”.

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