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Arqueoastronomía y religión ibérica

César Esteban

RESUMEN ABSTRACT
En este trabajo se presenta una puesta al día de los resultados más im- This paper presents an update of the most relevant results of a thorough
portantes del estudio arqueoastronómico llevado a cabo desde 1997 en archaeoastronomical study conducted since 1997 in several tens of Ibe-
varias decenas de yacimientos ibéricos, la mayoría de ellos santuarios si- rian archaeological sites, most of them located on the eastern part of the
tuados en el levante peninsular. Encontramos que los edificios de culto Iberian Peninsula. We found that the Iberian religious buildings show a
ibéricos muestran un patrón de orientación bien definido, similar al de los well-defined orientation pattern, similar to that of the Punic temples or
templos púnicos o los griegos de Magna Grecia y Sicilia. Una fracción im- the Greek ones of Magna Graecia and Sicily. A substantial fraction of the
portante de los santuarios estudiados, todos ellos dedicados a una diosa sanctuaries studied, all of them dedicated to a feminine goddess, shows
femenina, muestran marcadores del orto u ocaso solar sobre elementos a marker of the sunrise or sunset on conspicuous elements of the horizon
destacados del horizonte en los equinoccios o una fecha muy cercana a at the equinoxes or a date very close to it, possibly the temporal midpoint
estos, posiblemente el punto medio temporal entre solsticios. Esta rela- between solstices. This equinoctial relationship, the clearest astronomi-
ción astronómica equinoccial, la más clara de todas las encontradas en el cal one found so far in the Iberian world, suggests the existence of ritu-
mundo ibérico, sugiere la existencia de ritos asociados a la estacionalidad, als associated with seasonality, agrarian festivities of fecundity similar to
festividades agrarias de la fecundidad similares a otras bien conocidas del other well-known ones of the ancient Mediterranean, as the mythic cycle
Mediterráneo antiguo, como el ciclo mítico del rapto de Koré. La crono- of the rape of Kore. The earliest chronology of the sanctuaries related to
logía más temprana de los santuarios, relacionados con los equinoccios, the equinoxes indicates that they became operational around mid-fourth
indican que comenzaron a funcionar alrededor de mediados del siglo IV century BC, coincident with the happening of major ideological changes
a.C., momento de cambios importantes en la ideología de la sociedad in the Iberian society and increased Punic influence in the area. The global
ibérica y de un incremento de la influencia púnica en la zona. El análisis analysis of the results seem to indicate a possible influence of Greco-Punic
global de los resultados parece barruntar una posible influencia de las beliefs on the astronomical aspects of Iberian ritual.
creencias greco-púnicas sobre los aspectos astronómicos del ritual ibé-
rico.
Palabras clave: Arqueoastronomía, iberos, religión, templos, santuarios,
orientación astronómica.
Keywords: Archaeoastronomy, Iberians, religion, temples, sanctuaries, as-
tronomical orientation.

1
Instituto de Astrofísica de Canarias y Departamento de Astrofísica.
Universidad de La Laguna, cel@iac.es

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 465


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
1. EL CIELO IGNORADO DE LOS ANTIGUOS IBEROS nunca ha sido explorada. Los elementos que más obviamente
se pueden interpretar como celestes son las denominadas ro-
Desafortunadamente, las fuentes históricas griegas y ro-
setas que decoran las caras internas de ciertos platos cerámicos
manas de la antigüedad son silentes acerca del conocimiento
de Sant Miquel de Llíria o de El Amarejo (ver por ejemplo Ara-
astronómico que desarrollaron los antiguos iberos e incluso del
negui, 1997: 56) y que podrían identificarse como símbolos so-
papel que los astros jugaron en su religión y en su calendario.
lares. Tenemos otras posibles representaciones astrales no tan
La mayoría de las escasas citas de que disponemos hacen refe-
explícitas, como el caso de las rosetas esculpidas en las figuras
rencia a la importancia que pudo tener la Luna aunque, posible-
de toro que encontramos en algunas necrópolis, que podrían
mente, por influencia céltica. Estrabón (III 3, 7; 4, 16) nos habla
tener un significado solar, así como, por ejemplo, las figuras de
que los celtíberos del noroeste de la Península Ibérica y otros
deidades femeninas aladas, como la representada en uno de
pueblos limítrofes celebraban danzas en honor a una deidad
los relieves del monumento funerario de Pozo Moro (López Par-
innominada asimilada a la Luna. Por otro lado, Ptolomeo (II 5,
do, 2006: 113-136).
3) informa sobre la existencia de una isla consagrada a la Luna
en esa misma zona geográfica, mientras que Avieno, en su Ora Como sabemos, la sociedad ibera era eminentemente
Marítima (428-431: 366-368) cita otra isla consagrada a Noctilu- agrícola y la ordenación temporal de sus actividades principa-
ca (la Luna) en la costa cercana a Málaga. Blázquez (1975:119- les venía marcada por el ciclo estacional de las plantas y anima-
120) recoge algunos otros testimonios, como el canon LXXII del les de los que se alimentaba. Este tiempo cíclico, determinado
segundo concilio de Braga, que prohibía a los creyentes el uso de forma precisa por la posición cambiante de los astros, debió
del calendario lunar para la construcción de casas, la siembra llevar aparejada la elaboración de algún sistema de cómputo
o incluso el matrimonio y la enorme popularidad de los amu- del tiempo, es decir, de un calendario (ver Chapa Brunet y Ma-
letos con formas lunares entre las antiguas mujeres hispanas yoral Herrera, 2007: 27-33). Como ya hemos dicho no tenemos
del interior peninsular (Isidoro de Sevilla, Etym., XIX, 31, 7). Las ninguna información directa de cómo los iberos organizaban
fuentes clásicas también hacen referencia a enclaves y templos su tiempo social o ritual pero, como veremos en lo que sigue, la
costeros consagrados a Venus/Afrodita en la costa de la Penín- arqueoastronomía puede ayudarnos de una forma muy eficaz a
sula Ibérica, sitios que tradicionalmente se han relacionado con encontrar algo de luz2.
Astarté (Pérez López, 1998; Marín, 2010: 492).
Las representaciones astrales explícitas en la cerámica y
escultura ibérica son poco abundantes y casi siempre secun-
darias. Los motivos con forma de estrella o aspa son frecuentes
en la decoración de la cerámica de Llíria, aunque flotando en
el campo de las escenas junto a otras figuras (Pérez Ballester, 2
Ver los trabajos de Cerdeño Serrano y Rodríguez Caderot (2009),
1997: 130). Desconocemos absolutamente cómo eran las an- Iwaniszewski (2009), Belmonte (2009) o Esteban (2009), todos publicados en
el mismo volumen especial de la revista Complutum, para encontrar distintas
tiguas constelaciones iberas, pero quizás alguna de ellas esté definiciones de la arqueoastronomía e información abundante sobre su
representada en la rica decoración figurada, una hipótesis que desarrollo y estado actual.

466 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


2. ORIENTACIONES Y ASTRONOMÍA plos con una misma orientación como “familia de 55°” y podría
ser producto de tradiciones fenicias relacionadas con el culto a
Las evidencias estadísticas de que la orientación de las
los dioses Baal, Astarté o a ambos. (fig. 1) (Tabla 1)
tumbas megalíticas (desde el Neolítico medio hasta la Edad
del Bronce) de la Península Ibérica puede tener una motivación No se disponía de ningún estudio sistemático sobre la orien-
astronómica son muy numerosas. La inmensa mayoría de las tación de los edificios de culto ibéricos hasta que, a mediados de
entradas de los dólmenes se orientaban hacia el sol naciente los años 90, el autor de estas líneas comenzó a visitar algunos
o ascendente en algún momento del año (Hoskin, 2001, Bel- yacimientos y realizar medidas sobe el terreno con teodolito y
monte y Hoskin, 2002), encontrándose claros patrones locales y brújula de precisión. Hasta la fecha y con la colaboración de un
posibles relaciones entre ellos (González García, 2009). gran número de arqueólogos, hemos estudiado varias decenas
de santuarios en todo el antiguo territorio ocupado por la cultura
Los aspectos astronómicos del mundo religioso y funera-
ibérica, desde Andalucía hasta Cataluña. En la Tabla 1 mostramos
rio del Hierro Antiguo hispano han sido escasamente investiga-
la lista de todos los yacimientos analizados, donde se han inclui-
dos. M.L. Ramos Sainz (1986: 32) ya indicó que la mayoría de
do también los yacimientos tartésicos estudiados por Esteban y
las tumbas del período fenicio arcaico en la Península Ibérica se
Escacena (2013). En la tabla se distinguen tres tipos de lugares
hallan dispuestas con sus ejes longitudinales cercanos a la línea
arqueológicos: santuarios, edificios clasificados como singulares
este-oeste y, en muchas ocasiones, con sus entradas orientadas
y necrópolis. Algunos santuarios no disponen de restos de edi-
hacia el este, hecho también constatado en las necrópolis de
ficios cuya orientación se haya podido medir, bien porque este
Villaricos (Belmonte, 1999: 186) y de Málaga (González García
no existía inicialmente o bien porque han desaparecido. En estos
et al., 2007), que muestran una distribución con dos picos bien
casos, el estudio arqueoastronómico se limitó al análisis del ho-
diferenciados, relacionables respectivamente con el orto solar
rizonte, basado en la medida de la posición de elementos topo-
en el solsticio de invierno y en los equinoccios. Escacena (2007;
gráficos destacables. El estudio del horizonte también se llevó
2009) fue el primero en explorar las relaciones astronómicas en
a cabo en los yacimientos que contaban con edificios medibles
santuarios tartésicos de dicha época, como el de Carambolo y
(un buen ejemplo se presenta en Esteban y Moret, 2006). En la
Coria del Río, encontrando posibles orientaciones hacia el orto
Figura 1 se muestra la distribución geográfica de los yacimientos
solar en el solsticio de verano que sugerirían ritos dedicados
estudiados e incluidos en la Tabla 1; por motivos operativos, la
al dios fenicio Baal. En un artículo reciente, Esteban y Escacena
mayor densidad se encuentra en la zona de las provincias de Ali-
(2013) realizan un estudio detallado de varios santuarios tarté-
cante, Murcia, sureste de Albacete y noreste de Jaén. Hay algu-
sico-fenicios del valle del Guadalquivir y el ibérico de El Oral
nas zonas muy poco representadas, como por ejemplo Cataluña,
encontrando un grupo de ellos orientados hacia un acimut de
donde sólo se ha alcanzado a estudiar un santuario. En Esteban
55° que podría relacionarse, hacia el oeste, con el ocaso del
(2002 y 2003) se analizó el patrón de orientación que mostraban
planeta Venus en el momento que alcanza su declinación más
las entradas de los edificios de culto ibéricos estudiados hasta
meridional y que sugeriría un culto a Astarté, asimilada a la dio-
entonces, pero la tendencia se mantiene con los datos obtenidos
sa Venus en época romana y personificada en el planeta homó-
posteriormente. En la Figura 2, se muestra la recopilación de los
nimo. Esteban y Escacena (2013) refieren a este grupo de tem-

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Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
Fig. 1: Mapa de situación de los yacimientos ibéricos y tartésicos estudiados hasta la fecha e incluidos en la Tabla 1.

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Tabla 1. Resultados arqueoastronómicos encontrados en los yacimientos estudiados.
Yacimientos ibéricos
Tipo Provincia Yacimiento Relación astronómica Ref.b
Santuario Albacete El Amarejo Marcador equinoccial 1
Cerro de los Santos ¿Orientación este-oeste? 1
Alicante Alcudia Orientación ejes cardinales 1
El Chorrillob Orientación ejes cardinales 2
La Escuerab Orientación solsticios 1
Illeta des Banyets (templo B) Orientación solsticio invierno 1
La Malladeta Marcador equinoccial 3
El Oral (casa IIIJ1) Familia 55° y marcador Venus 4
La Serreta Marcador equinoccial 5
Badajoz Cancho Roano n/e n/p
Girona Ullastret Orientación solsticio verano 1
Jaén Las Atalayuelas n/e n/p
Castellar Marcador equinoccial en cueva 6
Cástulo n/e n/p
Collado de los Jardines n/e n/p
Murcia El Cigarralejo Orientación sols. inv./ Familia 55° 1
Coimbra del Barranco Ancho ¿Marcador equinoccial? 1
La Encarnación (templo B) n/e 1
La Luz n/e 1
La Naríz Marcador sols. inv. en cueva 7
Teruel Azaila n/e n/p
Tossal Redó n/e n/p
Valencia La Bastidab (conjunto 5) Familia 55° 1
La Carraposa Marcador equinoccial 8
Sant Miquel de Llíria Orientación y marcador equinoccial
Edificios Alicante Illeta des Banyets (templo A) n/e 1
singulares Tres Hermanas n/e n/p
Castellón El Perengil n/e n/p
Huelva Tejada la Vieja Orientación ejes cardinales 4
Necrópolis Alicante Cabezo Lucero Patrón de orientación ejes cardinales y marcador 1
equinoccial
Peñon del Rey ¿Marcador solsticio invierno? 2

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Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
Yacimientos tartésicos
Tipo Provincia Yacimiento Relación astronómica Ref.a
Santuarios Sevilla El Carambolo Familia 55° 4
Coria del Río Familia 55° 4
Saltillo Familia 55° 4
Ed. singular Sevilla Mesa de Setefilla n/e 4
Necrópolis Sevilla La Angorrilla Patrón de orientación lunisolar 10
a
Las casillas con “n/e” (“no encontrada”) significa que no se ha encontrado relación astronómica en los yacimientos.
b
Referencias: 1-Esteban (2002); 2-Esteban y Poveda (1997-99); 3-Esteban y Espinosa (en prep.); 4- Esteban y Escacena Carrasco (2013); 5-Esteban y Cortell
Pérez (1997); 6-Esteban et al. (en prep.); 7-Ocharán y Esteban (en prep.); 8-Estudio de Esteban incluido en Pérez Ballester y Borredá Mejías (2004); 9-Esteban
y Moret (2006); 10-Esteban (2013) ); n/p- No publicado.
c
Posible santuario.

resultados actualmente disponibles para templos con medidas fuertes raíces prerromanas y fue el heredero del Baal Hammon
directas de su orientación y donde la posición de los accesos a púnico, con fuertes atributos celestes. (fig. 2)
los edificios ha sido bien determinada. A partir de la figura, se
puede observar que los templos ibéricos, localizados en un área
geográfica muy extensa, están orientados de una manera clara- 3. ALGUNOS RESULTADOS ARQUEOASTRONÓMICOS
mente no aleatoria. De hecho, la mayoría de ellos miran hacia En la Tabla 1 presentamos los principales resultados ar-
el intervalo del horizonte donde se produce el orto del sol (o la queoastronómicos obtenidos para todos los yacimientos estu-
luna) a lo largo del año3. Como ya se discutió en Esteban (2002 diados dentro de este proyecto de investigación, así como la
y 2003), el patrón de orientación de los santuarios ibéricos es di- referencia bibliográfica donde se publicaron dichos resultados.
ferente a la que muestran los templos romanos y etruscos, pero Se presentan separadamente los yacimientos de época ibéri-
similar a la de los griegos de la Magna Grecia y Sicilia y al de los ca y aquellos adscritos al horizonte cronológico tartésico, más
santuarios púnicos. Parece especialmente sugerente la similitud tempranos y localizados todos ellos en el valle del Guadalqui-
del patrón de orientación de los templos ibéricos con los dedica- vir. Para ambos grupos culturales, también se distinguen tres
dos al dios Saturno en el África romana (ver Esteban 2003, 2014). tipos de yacimientos: santuarios (ya sean con o sin restos de
Saturno era el gran dios de las provincias romanas de África pro- edificios de culto), edificios singulares4 y necrópolis5.
consular y Numidia (actual Túnez y Argelia oriental), su culto tenía

4
Este tipo de edificios no tienen una funcionalidad bien definida desde
el punto de vista arqueológico y se duda seriamente de que sean santuarios,
3
Los dos templos que apuntan hacia el cuadrante suroeste corresponden pueden tratarse de espacios de uso comunitario o, en algunos casos,
a edificios con dos entradas (La Alcudia y El Oral), donde una de ellas se relacionables con los denominados regia.
encuentra orientada según el patrón mayoritario del resto de santuarios.
5
El número de necrópolis estudiadas es todavía muy escaso, es nuestra
intención ampliarlo con el objetivo de analizar patrones de orientación de las
tumbas así como el análisis del horizonte que los rodea.

470 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


El trabajo de campo realizado en cada yacimiento se basó
en:
a) Localización precisa mediante un GPS (Global Positio-
ning System).
b) Determinación de la declinación magnética local (para
corregir las medidas obtenidas con la brújula de pre-
cisión) y del punto cero de ángulos horizontales me-
didos con el teodolito a partir de observaciones del
centro del disco solar o, en el caso de que no fuera po-
sible, de medidas de cotas topográficas distinguibles
sobre mapas detallados de la zona.
c) Medida de la orientación (acimut) de los edificios y/o
de elementos estructurales relevantes del yacimiento
con la brújula de precisión.
d) Obtención de pares acimut y altura de elementos to-
pográficos destacados del horizonte que rodea los
yacimientos o en direcciones astronómicamente re-
levantes con el teodolito. Medida del acimut y altura
de los puntos del horizonte hacia donde están orien-
tados los distintos elementos del edificio medidos en
el paso c).
e) Registro fotográfico detallado de las estructuras y del
Fig. 2: Diagrama de orientaciones de los edificios de culto ibéricos que dis- horizonte del yacimiento.
ponen de medidas precisas sobre el terreno y donde la posición de la puerta
de acceso está claramente establecida. SV: solsticio de verano; SI: solsticio de En la gran mayoría de los casos se contó con la colabora-
invierno; LMN: lunasticio mayor norte de la luna; LMS: lunasticio mayor sur ción de arqueólogos conocedores de los yacimientos, ya para
de la luna.
la preparación del estudio o para acompañarnos durante el tra-
bajo de campo. Esta colaboración ha resultado ser fundamen-
tal, lográndose en muchas ocasiones un feedback muy fructífe-
ro entre las visiones, siempre diferentes pero complementarias,
que del yacimiento y su contexto tienen el arqueólogo y el as-
trónomo.

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Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
Como podemos ver en la Tabla 1, la fracción de yacimien- con qué medios y precisión se realizó dicho mapa y, lo que es
tos donde hemos encontrado posibles relaciones astronómicas peor, si el norte indicado sobre él correspondía al norte geo-
es alta. Parte de ellos muestran sus edificios o ciertos elementos gráfico o magnético.
estructurales orientados, bien hacia los ejes cardinales, o ha-
Una objeción muy común entre arqueólogos y, en gene-
cia ortos u ocasos singulares de astros y están indicados con
ral, entre científicos que se enfrentan a un estudio arqueoas-
la palabra “orientación” en la última columna de la Tabla 1. En
tronómico es la posibilidad de que las presuntas relaciones
otro grupo de yacimientos, dichos ortos u ocasos se producen
astronómicas, aunque estén razonablemente bien medidas
sobre rasgos topográficos destacables del horizonte y están in-
y argumentadas, sean el producto de la simple casualidad, lo
dicados como “marcador”. Dos de los yacimientos estudiados
que podríamos considerar la hipótesis nula en nuestro contex-
están clasificados como cuevas-santuario (Castellar y La Naríz)
to. Como bien dice Schaefer (2000), si no refutamos la hipótesis
y, en ellas, se han encontrado marcadores basados en la ilumi-
nula u obtenemos una evidencia independiente a favor de la
nación de las zonas más internas en momentos astronómicos
relación astronómica encontrada, la Navaja de Occam nos con-
relevantes, los denominamos “marcador en cueva”. Es obvio
mina a aceptar la casualidad como la explicación más simple.
que la información astronómica que puede contener un lugar
Si nuestro estudio está basado en un único yacimiento también
arqueológico depende de la cantidad y calidad de los restos
deberemos aplicar la regla judicial de testis unus, testis nullus y
que todavía subsisten, por lo que un análisis estadístico simple
considerarlo un resultado, interesante quizás, pero sin capaci-
de los resultados mostrados en la Tabla 1 no tiene mucho sen-
dad probatoria. Las cosas cambian cuando la estadística juega
tido. Si, por ejemplo, en un santuario su edificio se encontraba
a nuestro favor y los mismos resultados se repiten en yacimien-
orientado astronómicamente y este ya no existe o se encuentra
tos similares. Pongamos el caso llamativo de los santuarios tar-
de nuevo bajo tierra, va a ser imposible descubrir esa relación a
tésico-fenicios estudiados por Esteban y Escacena (2013) en el
no ser que dispongamos de un plano suficientemente preciso.
valle del Guadalquivir. Aunque se midieron cinco yacimientos
En el caso de los santuarios tartésicos de Coria del Río y Saltillo,
en esta área geográfica, sólo tres de ellos están considerados
éstos se volvieron a enterrar tras su excavación arqueológica,
santuarios sin ningún género de dudas (Carambolo, Coria del
pero la existencia de planos con precisión topográfica y que in-
Río y Saltillo), encontrando el resultado sorprendente de que
cluían elementos todavía visibles del entorno inmediato permi-
todos ellos se encuentran orientados en la misma dirección
tió realizar un estudio suficientemente fiable de ellos. Otro caso
dentro de las incertidumbres de las medidas, a un acimut pro-
menos afortunado es el del importante santuario ibérico del
medio de 55° ± 2°. La probabilidad, p, de que, de forma azaro-
Cerro de los Santos, del que disponemos de un plano publi-
sa, todos ellos coincidan en estar orientados de dicha manera
cado por Savirón (1875) y reproducido en multitud de publica-
podemos calcularla utilizando la fórmula que nos proporciona
ciones. El plano sugiere que la orientación del templo coincidía
Ruggles (1999: 95, su fórmula S6.1): p = n × (!/360)n-1, donde n
con la dirección este-oeste y por tanto podríamos esperar una
= 3 (el número de templos u objetos orientados), ! el rango de
relación equinoccial similar, por ejemplo, a la que presenta el
acimutes en el que se distribuyen (en nuestro caso 4°, el doble
santuario de Sant Miquel de Llíria, sin embargo desconocemos
de la dispersión formal del valor promedio: 2°) y 360 los grados

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sexagesimales que cubre todo el horizonte. Con dichos valores, regulares que el resto de las estructuras contemporáneas de
la probabilidad resultante es 0,00037, es decir, algo menos de sus alrededores y muestra un alineamiento preciso respecto a
un 0.04%. En este caso, parece claro que existe un patrón de los ejes cardinales, con una entrada situada en su lado sur. Dos
orientación deliberado, claramente no aleatorio, que nos está de los restantes “edificios singulares” de uso todavía indeter-
diciendo a gritos que la orientación precisa era un elemento minado como el de El Perengil (Oliver Foix, 2001) o el de Tres
estructural esencial de ese conjunto de edificios de culto. Hermanas (García Gandía y Moratalla Jávega, 1998-1999) y que
presentan unas características comunes, como el de estar aisla-
En algunos casos de santuarios, que parecen estar orien-
dos y situados en la cumbre de cerros de cierta elevación con
tados astronómicamente, también disponemos de argumentos
un excelente campo visual, no parecen presentar una relación
adicionales que nos refuerzan dicha relación celeste como, por
astronómica. El último “edificio singular” por comentar, el recin-
ejemplo, la existencia de un marcador sobre el horizonte don-
to A de Illeta des Banyets, identificado actualmente como regia
de se produce el orto u ocaso hacia el cual el templo parece
o palacio ibérico (Almagro-Gorbea y Domínguez, 1988-1989)
estar orientado, como en los casos de Sant Miquel de Llíria y
tampoco muestra relaciones astronómicas evidentes. Como ve-
la habitación IIIJ1 de El Oral, yacimientos que disponen de los
mos, a falta de un estudio más completo y extenso de este tipo
dos tipos de relaciones astronómicas: “orientación” y “marca-
de estructuras, los pocos datos disponibles nos indican que el
dor” en la Tabla 1 o, por otro lado, la ocurrencia de fenómenos
interés arqueoastronómico tiende a estar asociado con las es-
de iluminación con un fuerte potencial simbólico como en el
tructuras dedicadas al culto.
caso de las cuevas-santuario de Castellar y de La Naríz, donde
los ocasos solares en los equinoccios o en el solsticio de in- De toda la muestra de santuarios ibéricos incluidos en la
vierno, respectivamente, producen la iluminación de las zonas Tabla 1, tres de ellos comparten la orientación de la familia de
más internas de las cuevas, que además disponen de pocetas y 55° típica de los santuarios tartésicos: la habitación IIIJ1 de El
canales artificiales justo en las zonas iluminadas; dichos espec- Oral, el santuario de El Cigarralejo y el conjunto 5 del poblado
táculos incrementan la verosimilitud de la relación astronómica. de la Bastida, clasificado como posible edificio cultual por Díes
Cusi y Álvarez García (1997). En el caso de El Oral, Esteban y Es-
El discutir los yacimientos donde no hemos encontrado
cacena (2013) muestran que por su temprana cronología, por la
una relación astronómica, los casos negativos, tiene también
presencia de un altar con forma de piel de toro y de un posible
interés, principalmente porque su comparación con los que sí
marcador de la puesta del planeta Venus sobre el horizonte así
la presentan puede proporcionar alguna información adicio-
como su cercanía al establecimiento fenico de La Fonteta, po-
nal. En la Tabla 1 podemos ver que en el grupo de yacimien-
demos argumentar una más que posible impronta fenicia sobre
tos clasificados como “edificios singulares” sólo hay uno que
el culto que se realizaba en el edificio. Esteban (2002) señaló
parece presentar resultados positivos, el denominado “edificio
que la orientación del templo de El Cigarralejo podría relacio-
público” de época turdetana de Tejada la Vieja, un conjunto
narse, hacia el este, con el orto lunar en el lunasticio mayor nor-
situado en la acrópolis del poblado y que excavó Fernández
te (la posición más septentrional que alcanza la Luna en su ciclo
Jurado (1987). Según concluyen Esteban y Escacena (2013), di-
de 18,6 años) y, hacia el oeste, con el ocaso solar en el solsticio
cho edificio tiene una disposición y proporciones mucho más

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 473


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
de invierno. A la luz de los nuevos resultados de Esteban y Es- resultados obtenidos para la necrópolis de La Angorilla, cuyas
cacena (2013) sobre la orientación de los templos tartésicos, no tumbas en forma de cista presentan un claro eje mayor de si-
podemos descartar una posible relación con el planeta Venus metría y que se encuentran orientadas en su mayoría hacia el
en El Cigarralejo. Algo similar podemos apuntar en el caso del arco del horizonte, donde se producen los ortos u ocasos del
conjunto 5 de La Bastida, pues el acimut del eje mayor del com- sol o la luna a lo largo del año (Esteban 2013), dicho patrón de
plejo es consistente con la familia de 55° ¿Influencias de viejas orientación, que denominamos lunisolar, es muy similar al que
tradiciones fenicias o simple casualidad? Es algo que debere- presenta otra necrópolis contemporánea como la de Cerrillo
mos explorar en el futuro. Blanco de Porcuna.
En cuanto a las necrópolis, comentar de nuevo que la
muestra estudiada es todavía muy limitada, aunque los resul-
4. EL SOL EQUINOCCIAL Y EL RITUAL IBÉRICO
tados son prometedores. En Esteban (2002) se presentaron
resultados sobre el importante yacimiento de Cabezo Lucero, Hasta la fecha, los resultados de nuestro estudio indican
donde las bases de los pilares-estela de las tumbas tienden a que el orto u ocaso del sol en los equinoccios (o en una fecha
estar orientadas sistemáticamente respecto a los ejes cardina- muy cercana a éstos) constituye el fenómeno astronómico que
les y la presencia de un posible marcador de la puesta de sol más claramente jugó un papel en el mundo cultual ibérico. Esta
en los equinoccios sobre un cerro cercano que domina el hori- aseveración se basa en el gran número de yacimientos en los
zonte hacia poniente. Un resultado que apunta en este mismo que se ha constatado dicha relación y que, en varios de ellos, es
sentido es el encontrado por Rodríguez Ariza y Pérez Gutiérrez realmente espectacular.
(trabajo publicado en este mismo volumen) en la necrópolis De los 25 santuarios ibéricos recogidos en la Tabla 1, siete
de Tútugi (Granada), donde los rayos del orto solar equinoc- de ellos presentan marcadores relacionados con los equinoc-
cial penetran por el interior del corredor de una de las cámaras cios, un 28% de la muestra. En cinco (El Amarejo, La Malladeta,
funerarias, indicando otra modalidad de marcador diferente a La Serreta, La Carraposa y Sant Miquel de Llíria) el marcador
las recogidas en este trabajo. La segunda necrópolis ibérica es- se basa en que el orto del sol en dichas fechas, visto desde el
tudiada por nosotros es la del Peñon del Rey, que carece de santuario, se produce sobre montañas conspicuas del horizon-
elementos estructurales cuya orientación pueda medirse, aun- te o, como en el caso del santuario costero de La Malladeta,
que es especialmente interesante debido a su cronología tem- sobre el perfil de la única isla visible desde el emplazamiento.
prana (desde el final de la época orientalizante y el principio En Coimbra del Barranco Ancho tenemos el problema de que
del ibérico pleno, finales del VI y principios del V a.C.; Poveda, el emplazamiento exacto del santuario se desconoce, aunque
1994-1995: 58). El estudio de Esteban y Poveda (1997-1999) se intuye su existencia a partir de fragmentos de terracotas di-
indica la presencia de un posible marcador del orto solar en el seminados por una ladera (García Cano et al., 1991-1992). Es-
solsticio de invierno sobre el perfil recortado de la Sierra de los teban (2002) realizó medidas sobre un cerro cercano a dicho
Altos del Cid, la montaña más conspicua del horizonte oriental. lugar encontrando posibles marcadores del equinoccio, tanto
Finalmente, aunque de época tartésica, podemos comentar los hacia el orto (montaña de El Carche), como al ocaso (Pico de

474 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


Tienda), siendo este último mucho más preciso. El no conocer los iberos y proponemos que quizás estuvieran interesados
el emplazamiento exacto es obviamente un serio problema, en el “punto medio temporal entre solsticios” (que abreviare-
pero los marcadores se producen sobre elementos muy lejanos mos como “día mitad”), que se basaría en dividir el número de
del horizonte (ambos a unos 14 km), y nos permite mantener un días transcurridos entre los solsticios de verano e invierno (o
error de localización de unos 100 metros para que la relación viceversa) entre dos. Los solsticios son fácilmente distinguibles
equinoccial siga siendo válida. Además de estos seis santuarios y corresponden a las posiciones extremas del sol sobre la bó-
con marcadores equinocciales sobre elementos del horizonte, veda celeste (los días por dónde éste sale o se pone más al
podríamos añadir muy probablemente el del poblado de San norte o al sur) y cuándo la diferencia entre las horas diurnas y
Cristóbal de Mazaleón (Teruel), pues su planimetría, las fotogra- nocturnas es más acentuada. Debido a que la órbita de la Tierra
fías obtenidas por nuestro colaborador Fernando Chavarría y es elíptica, la velocidad con que nuestro planeta se mueve alre-
medidas realizadas sobre Google Earth parecen indicar la posi- dedor del sol no es constante a lo largo del año y esto hace que
ble presencia de un marcador del orto equinoccial sobre el cer- la duración de las distintas estaciones no sea la misma y los ci-
cano Pico del Águila, perfectamente en línea con el muro nor- tados días mitad no coincidan con los equinoccios sino que se
te del denominado “espacio 2”, estancia situada en el extremo produzcan casi dos días después del equinoccio de primavera
oriental del poblado y que proporcionó materiales de tipología o antes del equinoccio de otoño. La posición del centro del sol
singular, que llevaron a Fatás Fernández (2004-2005) a clasifi- en los días mitad se encuentra ligeramente al norte de los equi-
carlo como “espacio diferencial” y que quizás pudiera tener un noccios astronómicos y depende de la forma particular en que
carácter ritual a la vista de su potencial arqueoastronómico. definamos dichas fechas (ver discusión en Esteban y Delgado
Cabrera, 2005). Si la declinación del sol en los equinoccios es "
Como ya se ha discutido en distintas ocasiones (Esteban,
= 0°, estimamos que en los días mitad estaba contenida dentro
2002; Esteban y Moret, 2006) es posible que el concepto ac-
del rango de " = +0,70° ± 0,3° en tiempos ibéricos, entre una
tual de equinoccio astronómico no fuera precisamente lo que
y dos veces el diámetro solar (que es de 0,5°). Conociendo la
buscaban los iberos. Cualquier libro de texto de astronomía lo
fecha del día mitad podríamos dividir el año solar (o trópico) en
define como los dos puntos en que intersectan los planos del
cuatro periodos de la misma duración (con una precisión de ±1
ecuador celeste6 y de la eclíptica7 sobre la esfera celeste. Dicho
día debida al redondeo) y que coincidiría muy aceptablemente
concepto tuvo su origen en la astronomía geométrica desarro-
con las cuatro estaciones astronómicas. Divisiones del año solar
llada en Grecia entre los siglos IV y III a. C. (cuando nuestros
en cuatro o más partes es algo que parece estar atestiguado en
santuarios estaban posiblemente ya en funcionamiento) y es
otras culturas europeas contemporáneas a la ibera como, por
un fenómeno difícilmente destacable para un observador a
ejemplo, la céltica (Le Roux y Guyonvarc’h, 1986: 304; Almagro-
ojo desnudo (ver Ruggles, 1999: 150-1). Es dudoso de que un
Gorbea y Gran-Aymerich, 1991: 201). (fig. 3)
concepto tan abstracto fuera de alguna utilidad práctica para
Entonces ¿cuál es el fenómeno que los marcadores nos
6
Proyección del ecuador terrestre sobre la esfera celeste. están indicando? ¿El equinoccio o el día mitad? En principio es
7
Plano de la órbita de la Tierra, zona del cielo por donde vemos difícil encontrar la respuesta, pues la separación entre ambos
trasladarse al sol.

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 475


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
Fig. 3: Amanecer desde el santuario ibérico de El Amarejo (Bonete, Albacete) el día 21 de septiembre de 2004, equinoccio de otoño. El sol tenía una declinación
de " = +0°09# en esos momentos. La foto de la izquierda muestra una vista general de la montaña Chinar justo en el momento en que aparecen los primeros rayos
del sol. Las tres fotos de la derecha muestran diferentes instantes en la trayectoria del sol ascendiendo en el cielo (el tiempo transcurre de arriba hacia abajo), que
es tangente a la ladera norte de la montaña.

476 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


puntos del horizonte es muy pequeña, del orden o menor a rior del propio santuario y que pudo, incluso, haberse recreado
un grado sexagesimal, como ya hemos dicho, entre uno y dos artificalmente a base de alterar la forma de la abertura por la
diámetros solares, por lo que hay que disponer de medidas que penetra la luz del ocaso en los equinoccios (Esteban et al.,
muy precisas o un número de marcadores muy elevado para en preparación). Aunque no disponemos todavía de observa-
obtener una tendencia significativa desde el punto de vista es- ciones en el interior de la cueva en el ocaso más cercano al
tadístico. En El Amarejo, tal como sugieren las figuras 3 y 4, la día mitad, la Figura 5 nos sugiere que la coincidencia entre la
impresión visual parece indicar que el equinoccio ajusta mejor mancha de luz solar proyectada y la hornacina más interna de la
el marcador; sin embargo Sant Miquel de Llíria, La Malladeta cueva podría llegar a ser total en dicha fecha. (fig. 5)
(Figura 4) y la Cueva de La Lobera (Figura 5) parecen indicar
Un dato de especial interés es la comparación de la cro-
que el día mitad sería el fenómeno que mejor se ajusta a los
nología aceptada para la muestra de los santuarios con mar-
marcadores. En el caso de La Serreta, ninguna de las dos fechas
cadores equinocciales. Los cuatro santuarios que parecen
parece ajustar mejor que la otra y, en La Carraposa, el no dispo-
tener una de cronología más temprana: El Amarejo (Moneo,
ner de fotografías del orto equinoccial sobre el horizonte nos
2003:111), Castellar (Rueda, 2011: 99), Coimbra del Barran-
impide ser precisos en las estimaciones, pues las posiciones del
co Ancho (Moneo, 2003: 141) y La Malladeta (Espinosa Ruiz,
disco solar indicadas en la Figura 4 para este yacimiento tienen
2013, comunicación personal) coinciden en que comenzaron
una incertidumbre del orden de 0,2° (0,6 diámetros solares). A
a funcionar alrededor de mediados del siglo IV a.C., mientras
la vista de los resultados globales, consideramos que el día mi-
que los otros tres: La Serreta (Moneo, 2003: 106), La Carraposa
tad tiene una mayor probabilidad de ser la fecha que se quiere
(Pérez Balleter y Borredá Mejías, 2004) y Sant Miquel de Llíria
recalcar en los marcadores, aunque no tenemos una gran cer-
(Moneo, 2003: 175), lo hicieron posteriormente entre el III y el II
teza en ello. (fig. 4)
a.C. La ausencia de santuarios con marcadores u orientaciones
Parece claro que la existencia de los marcadores debió ser equinocciales de cronología anterior podría estar indicándo-
determinante a la hora de la selección del emplazamiento de nos la fecha post quem en que este tipo de rituales aparecieron
alguno de los santuarios, sobre todo de aquellos que se en- en el mundo ibérico y que quizás podrían estar relacionados
cuentran en entornos más o menos aislados como La Mallade- con cambios en la ideología de la sociedad o por influencias
ta, La Carraposa o El Amarejo. En el caso de Sant Miquel de foráneas. Según distintos autores, los inicios del siglo IV a. C.
Llíria el fenómeno incluso determinó la orientación del propio son momentos de consolidación del sistema aristocrático y de
templo y, quizás incluso, el que el área de la ladera situada fren- expansión territorial de los oppida ibéricos, generándose un
te a su fachada se mantuviera libre de edificaciones (Esteban y modelo ideológico en la figura del antepasado heroizado (Ruiz
Moret, 2006). et al., 2010; Rueda, 2011).
Comparado con el resto de yacimientos que muestran Según los datos aportados por las excavaciones, los san-
marcadores equinocciales, el encontrado en la Cueva de la Lo- tuarios con marcadores equinocciales estaban todos ellos de-
bera (santuario de Castellar) resulta especialmente singular y dicados a diosas de la fertilidad. Según Bonet y Mata (1997) el
sugerente por basarse en un fenómeno que ocurre en el inte- templo de Sant Miquel estaría dedicado a una deidad femenina

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 477


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
Fig. 4: Imágenes de las zonas del
horizonte donde se producen
los ortos solares alrededor de los
equinoccios en cinco santuarios
ibéricos. Los círculos representan
los puntos donde estimamos se
producen los ortos solares en los
equinoccios astronómicos (indica-
dos con “Eq.”) o en el punto medio
temporal entre solsticios (indicados
con “PMTS”, ver el texto). Las dis-
tintas fotos corresponden a: a) La
Malladeta, foto tomada por Anto-
nio Mingot el 21 de marzo de 2013,
un día después del equinoccio de
primavera, cuando el sol se encon-
traba a una declinación "$= +0°19#;
b) La Serreta, foto tomada por Emi-
lio Cortell el 23 de septiembre de
1996, cuando el sol estaba a una
declinación " = −0°12#; c) Tossal de
Sant Miquel de Llíria; d) La Carra-
posa, en este caso la posición esti-
mada de los puntos de los ortos so-
lares en los equinoccios y el PMTS
tienen una incertidumbre mayor
que en los casos anteriores (del or-
den de 0°20#, algo mayor a medio
diámetro solar); e) y f) El Amarejo,
orto solar en dos días sucesivos: e)
23 de septiembre de 1996, cuando
el sol estaba a una declinación "
= +0°09#$ (equinocio de otoño) y f)
22 de septiembre de 1996, con el
sol a " = +0°33# (posición cercana
al PMTS). La comparación de estas
dos últimas fotografías muestra el
desplazamiento tan apreciable del
sol alrededor de los equinoccios, el
mayor en todo el año.

478 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


Fig. 5: Comparación de la mancha de luz solar proyectada por la la abertura oeste de la Cueva de la Lobera segundos antes del ocaso en dos días
consecutivos: 20 y 21 de marzo de 2011 (el 20 correspondió al equinoccio de primavera). Podemos comprobar pequeñas variaciones en la forma
de la mancha de luz debido al desplazamiento de la posición del disco solar de un día a otro, especialmente en la zona señalada con la flecha.
La anchura de la cavidad sobre la que se proyecta la luz es de poco menos de un metro. Los cambios de tonalidad e intensidad de la mancha en
ambas imágenes dependen de las condiciones locales de la atmósfera y del momento exacto de observación. La posición del 21 de marzo es
más cercana al punto medio temporal entre solsticios (ver texto) que se produjo el 22 de marzo y cuyo ocaso no pudo ser observado en la cueva.

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 479


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
de carácter agrícola y en él se llevarían a cabo ritos colectivos estacionalidad. Festividades agrarias relacionadas con la fecun-
relacionados con la fecundidad del territorio. Una interpreta- didad fueron muy comunes en el Mediterráneo antiguo, como,
ción similar se le ha dado al santuario de La Serreta; Llobregat por ejemplo las de la “resurrección” o egersis de Melkart que
(1972: 57) sugiere que el culto estaba destinado a una Gran Dio- se celebraban en Tiro (y quizás también en Gades) y que, según
sa de la tierra. Pérez Ballester y Borredá Mejías (2004) proponen algunos autores, podrían haber tenido lugar en la Luna nue-
que en el santuario de La Carraposa se rendía culto a una divi- va más cercana al equinoccio de primavera (Cohen, 1993:401;
nidad femenina protectora de los animales y de la fertilidad de Moneo, 2003: 369, 442). Entre las celebraciones más famosas
la tierra, quizás entroncada con la Tanit/Deméter mediterránea. de la antigüedad se encuentran las relacionadas con la diosa
En El Amarejo donde, como en el caso del templo del Tossal de griega Deméter, cuyos Grandes Misterios se representaban en
Sant Miquel, también se encontró un gran pozo votivo o favissa Eleusis a comienzos del otoño (Espejo Muriel, 1995: 95). Estos
situado en la parte oriental del complejo cultual, el santuario misterios representaban el ciclo vegetativo anual mediante el
estaría dedicado a una divinidad protectora o relacionada con mito del descenso y salida de Koré del inframundo. Una narra-
las actividades femeninas (Broncano y Blánquez, 1985) a la que ción mítica similar, donde el protagonista sería un posible dios-
se ofrecerían las primicias de la tierra anualmente, a principios héroe de la vegetación, también podría estar representada en
del otoño. Finalmente, los santuarios de Castellar (Rueda, 2011: los relieves del monumento funerario de Pozo Moro (Moneo,
161-164) y de La Malladeta (Espinosa Ruiz, 2013, comunicación 2003:416). La simbología del ciclo de muerte y resurrección na-
personal) también estarían claramente destinados al culto de tural y divina tiene una clara inspiración en el movimiento anuo
una diosa de la fecundidad. Recientemente e independiente- solar sobre la esfera celeste. A lo largo del año, el Sol cambia su
mente de nuestro trabajo, Pérez Gutiérrez, Ruiz y Molinos (inédi- posición de orto y ocaso sobre el horizonte, así como la máxima
to) anunciaron el descubrimiento de una alineación equinoccial altura que puede alcanzar al mediodía. Este hecho repercute
en una de las puertas de entrada de la muralla del poblado ibé- en la distinta duración del ciclo día-noche. En primavera y ve-
rico de Puente Tablas (Jaén), no lejos de Castellar y asociada a rano el Sol sale y se pone sobre la mitad norte del horizonte
un santuario de entrada. El aspecto más destacable es el hallaz- (llegando a su posición más septentrional durante el solsticio
go de una estela de piedra con una posible representación de de verano), culmina a mayor altura y la duración del día es ma-
una diosa femenina dentro del poblado y alineada con dicho yor que el de la noche. Durante el otoño e invierno, el sol sale y
eje equinoccial. Como vemos, esta gran divinidad ibera tendría se pone sobre la mitad sur del horizonte (alcanza el punto más
un importante componente astral reflejado en las relaciones as- meridional en el solsticio de invierno), su culminación alcanza
tronómicas encontradas en los yacimientos. Parece claro que baja altura y la noche es más larga que el día. Es alrededor de
un momento importante en el ritual celebrado en honor a esta los equinoccios cuando se alcanza el equilibrio: el día tiene
diosa serían los equinoccios o una fecha muy cercana a éstos, igual duración que la noche, el orto y ocaso se producen en
como el día mitad. puntos prácticamente equidistantes a los solsticios. Estos mo-
mentos astronómicos podrían representar simbólicamente los
Así, los ritos celebrados en los santuarios arriba comen-
momentos de la muerte y caída al inframundo de la divinidad
tados estarían relacionados con los ciclos de la naturaleza y la

480 Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


(equinoccio de otoño) y su posterior renacimiento o vuelta a la linunte, donde Belmonte y Hoskin (2002: 203-206) encontraron
tierra (equinoccio de primavera). que el edificio apunta hacia una montaña cónica muy llamativa
del horizonte, situada justo hacia el este. La fecha de erección
Resulta especialmente sugerente que la distribución geo-
del templo C se data alrededor de comienzos del siglo VI a.C.,
gráfica de los santuarios con marcadores equinocciales es muy
por lo que estaríamos en un precedente claro de los santua-
similar a la que presentan los monumentos turriformes ibéricos
rios ibéricos con marcadores equinocciales y sería consistente
estudiados por López Pardo (2006: 199)8 que coincide, a su vez,
con un presunto origen greco-púnico de dicho ritual religioso-
con las zonas de mayor presencia o influencia púnica. Tras la de-
astronómico.
rrota de Himilcón durante el intento de conquista de Siracusa,
a comienzos del siglo IV a.C., Cartago sufrió fuertes convulsio- La celebración recurrente de festividades en momentos
nes políticas que incluso afectan a la religión (Prados Martínez, determinados del año plantea la existencia de un calendario
2008: 39). Como comenta Prados Martínez (2008: 230) en esos y de individuos encargados de elaborarlo, quizás los propios
momentos se aprecia un aumento en la sensibilidad púnica ha- sacerdotes o sacerdotisas del santuario, entre cuyas activida-
cia el mundo de ultratumba que algunos autores asocian a la des deberíamos incluir la realización de ciertas observaciones
influencia de la introducción de los cultos griegos de Deméter astronómicas. El que hayamos encontrado marcadores del
y Koré en Cartago (Ribichini y Xella, 1994: 39) como expiación equinoccio sobre el horizonte en varios santuarios nos inclina
de la anteriormente citada derrota púnica en Sicilia. El culto a a pensar que quizás el calendario ibérico se elaboraba a partir
ambas diosas estaba muy extendido en Sicilia y Magna Grecia del seguimiento de la posición del disco solar respecto al relie-
(Zuntz, 1971) donde, según Diodoro (XIV, 63) se celebraban dos ve montañoso durante los ortos y ocasos, llevando a cabo un
festivales anuales, en primavera y otoño, en su honor y donde seguimiento constante durante largos periodos de tiempo, lo
una de las ofrendas más comunes eran las figuritas de terraco- que en arqueoastronomía llamamos calendarios de horizonte,
ta, también presentes en muchos santuarios ibéricos del área desarrollados por muy diferentes culturas (Ruggles, 1999: 152).
que nos ocupa (ver Ruiz de Arbulo 2000:37-39). En este con- Por otra parte, los anteriormente citados cambios socio-ideoló-
texto, parece pertinente recordar que marcadores equinoccia- gicos que se producen en la Cultura Ibérica durante el siglo IV
les de horizonte, análogos a los aquí discutidos (especialmen- a.C. y el desarrollo de cultos públicos y populares, que pudie-
te al de Sant Miquel de Llíria, donde tenemos la combinación ron servir de apoyo para las elites aristocráticas, parecen dar
de orientación y marcador equinocciales) se han encontrado sentido a la celebración de rituales o hierofanías para impresio-
en el templo de Apolo en Máctar (Túnez), construido sobre un nar a los fieles y escenificar así el control de la clase dirigente
antiguo lugar de culto libio-púnico dedicado a Baal Hamon y sobre las fuerzas de la naturaleza, en definitiva, la demostración
reutilizado en época romana como templo del dios solar Apolo del poder divino como garante del bienestar de la colectividad.
(Esteban, 2003) y el templo C9 de la ciudad greco-púnica de Se- El estudio de la interconexión entre ideología, ritual y astrono-
mía aparece como un campo de investigación interdisciplinar
8
Territorios de la Oretania, Bastetania, Contestania y Edetania. con un apasionante futuro.
9
Este templo también pudo haber estado dedicado a Apolo en época
romana.

Santuarios iberos: territorio, ritualidad y memoria. 481


Actas del Congreso “El santuario de la Cueva de la Lobera de Castellar. 1912-2012”
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Durante todos los años de trabajo de campo, he contado
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personas simplemente interesadas que sería muy prolijo de CHAPA, T. y MAYORAL, V. (2007): Arqueología del trabajo. El
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Carmen Rísquez y Carmen Rueda (Eds.)


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Primera edición, noviembre 2013

ISBN
978-84-616-7482-4

Depósito Legal
J-734-2013

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