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Por tanto, los valores se pueden clasificar por su importancia según las
prioridades de cada persona o de la sociedad.
Por ejemplo, la libertad es un valor humano que poseemos todas las personas
para tomar nuestras decisiones y poder expresar nuestros sentimiento y
opiniones.
Ahora bien, cuando se trata de aquellos valores que están aplicados a un grupo
de personas en los cuales se toman en cuenta las culturas y las características
sociales, entonces se hace referencia a los valores sociales y los valores
culturales.
Por otra parte, la axiología es la rama de la filosofía que tiene como objeto de
estudio los valores y los juicios de valor.
Escala de valores
Existen un gran número de valores, tanto generales como específicos, cuyo
orden de importancia varía en cada individuo o grupo social.
Por tanto, cuando se hace mención a una escala de valores, esto indica que
existe un sistema de valores jerarquizado en el que se priorizan unos valores
por encima de otros cuando existe un conflicto.
Asimismo, los valores que se consideran más importantes son aquellos que
engloban un significado más amplio o complejo, por ejemplo, el valor del amor
contiene el valor de la amistad.
Inteligencia emocional
El concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el
psicólogo estadounidense Daniel Goleman y hace referencia a la
capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. La persona,
por lo tanto, es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos.
Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades
básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos,
manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones
personales.
¿Qué Es la Inteligencia Emocional?
Se dice que las personas que han trabajado en sí mismos para adquirir
conciencia de su inteligencia emocional saben:
Percibir las emociones con precisión; quiere decir esto que hay que
aprender a leer las emociones no verbales como el lenguaje corporal
y/o las expresiones faciales, así como las emociones propias (saber
qué se siente en cada momento, el origen del sentimiento y la
conclusión de cómo ese sentimiento afecta el comportamiento y el
pensamiento).
Utilizar la lectura de las emociones para reaccionar ante las
situaciones; así se le da prioridad a lo que percibimos requiere
atención inmediata, y se relega a segundo plano lo que se percibe
como menor urgente. Aquí es de suma importancia saber controlar
los impulsos, evitar explosiones emocionales, abogar por la calma
cuando hay dificultad, y adaptarse a los cambios y fluctuaciones del
día a día.
Se dice que las personas con más éxito en sus vidas son aquellas con una
inteligencia emocional más alta, no necesariamente las que tienen un
altísimo coeficiente intelectual. Cuando las emociones no se manejan
correctamente, pueden acabar con el esfuerzo laboral de una persona, así
como con su vida privada. Quienes han trabajado para desarrollar esta
parte de su comprensión del mundo y de sí mismos encuentran que, en
general, la inteligencia emocional:
Ayuda a triunfar en todas aquellas áreas de la vida en las que hay que
relacionarse con otros;
Ayuda a elegir el estado anímico que más se acomoda a cada
situación y a desenvolverse armónicamente con lo que cada
momento requiere;
Ayuda a relacionarse con los demás y favorece el mantenimiento de
relaciones más satisfactorias;
Ayuda a mantener una mejor salud (manejo de estrés, ansiedad
y depresión);
Ayuda a mantener un estado anímico más estable, sin tantos
altibajos.