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8 Principios de La Neurodivergencia
8 Principios de La Neurodivergencia
Desde esta perspectiva las personas con trastornos mentales con base neurológica no son
consideradas discapacitados sino neurodiversos o neurodivergentes. Si eres neurodivergente o
compartes tu vida personal o profesional con alguien que lo sea, te resultará muy interesante
leer los principios que fundamentan esta idea y que son explicados en el famoso libro “El poder
de la Neurodiversidad”.
Nuestro cerebro está formado por un conjunto de neuronas que conforman un ecosistema
capaz de adaptarse a los cambios y con ello modificar la propia estructura cerebral. Estos
cambios se producen como respuesta a emociones, recuerdos, olores e infinidad de estímulos
y activan en cada persona reacciones específicas que no pueden ser predecidas al 100 por
100.
Más que con una máquina, podríamos comparar nuestro cerebro con Internet y todos sabemos
que su crecimiento es exponencial, imparable e impredecible. Entonces, afirmar que una
persona es incapaz de estudiar una carrera por el hecho de ser Autista, TDAH con alta
impulsividad o disléxico sería algo bastante arriesgado, ¿no?
Esto significa que las diferencias humanas con respecto a una cualidad en particular se dan a
lo largo de un continuo en cuyo extremo está lo patológico, se pasa por la normalidad y en el
otro están los individuos considerados como especialmente dotados.
3. La competencia del ser humano se define a partir de los valores de la cultura a la que
pertenece.
Según el Dr. Thomas Armstrong, cada uno de los trastornos con base neurológica
diagnosticados en occidente atenta contra valores o virtudes contemporáneos. Así, el autismo,
va en contra del valor se ser sociable, el TDAH contradice el valor de la tranquilidad y la
discapacidad intelectual se opone directamente al valor de la inteligencia.
Si algo que cualquier padre o madre de niños, niñas, adolescentes e incluso adultos con un
diagnóstico de trastorno mental con base neurológica comparte, es el hecho de que a su hijo o
hija no se le dan los estudios, pero sí que destaca en otras muchas áreas.
En otras palabras, el hecho de haber nacido en una cultura que educa a los alumnos en las
escuelas principalmente para que sepan reproducir contenidos curriculares, condiciona en gran
medida las posibilidades de que un profesor observe lo que el alumno sí que es capaz de hacer
en la vida extraescolar.
5. El éxito en la vida se basa en la adaptación del cerebro a las necesidades del entorno.
Una adaptación integral no se opone en absoluto a la medicación, sino que la contempla como
una muleta que permite, cuando la persona no está preparada para comenzar un proceso de
evolución personal, dar los primeros pasos que le demuestren que sí es posible, que puede
brillar gracias a su neurodiversidad y no a pesar de ella.
Además de adaptarse a las necesidades de la sociedad y cultura en la que viven, las personas
neurodivergentes, pueden crear o elegir nichos de trabajo o estilos de vida que requieran unas
características personales específicas.
De esta forma, una persona con TDAH, puede ser un activista incansable a la vez que un buen
padre o madre y formador de futuros miembros de una ONG determinada, sin sufrir el mismo
nivel de estrés negativo o distress en su organismo que una persona normotípica en la misma
situación.
Una persona con Asperger puede ser el mejor bibliotecario del mundo, atento, considerado e
incluso mentor de estudiantes que sientan curiosidad por un tema que coincida con una de sus
áreas de interés.
7. La construcción de nichos es específica para cada individuo neurodiverso.
Para conseguir este objetivo es fundamental que la persona neurodiversa se rodee de otros
seres humanos que valoren sus cualidades positivas por encima de las negativas y que
colabore con el resto de la red de personas y profesionales que forman parte del individuo
neurodivergente para facilitar su integración en cualquier contexto o nicho en el que participe.
Es por eso que los familiares y profesionales que trabajamos con personas neurodiversas
debemos esforzarnos en construir nichos en los que puedan maximizar sus aspectos positivos
y minimizar los negativos, con el fin de que se adapten a las características de su aula, su
grupo familiar o su entorno de trabajo sin sacrificar aquello que les hace únicos y que puede
facilitar su desarrollo evolutivo.
Pero no soy la única que ha conseguido convertir lo que parecían desgracias en habilidades y
te aseguro que cualquier persona con o sin un diagnóstico de trastorno mental con base
neurológica puede lograrlo si se compromete a trabajar de dentro para afuera, paso a paso y
con constancia.