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Vll Congreso Internacional de Convergencia

Tucumán 2018
El Psicoanálisis no-todo, inserto en la Polis
Alfredo Ygel
Grupo de Psicoanálisis de Tucumán

Este trabajo es producto de los intercambios realizados por los miembros de nuestra
institución en relación a la temática de la convocatoria de este Vll Congreso
Internacional de Convergencia. Es efecto entonces del pensamiento y la práctica del
Psicoanálisis que sustentamos en nuestra polis aquí en Tucumán, a la vez que lleva
el sello singular de mi enunciación.
El Psicoanálisis inserto en la polis es una afirmación. En tanto tal viene a manifestar
del lugar que el Psicoanálisis, a casi 120 años de su descubrimiento, ocupa en su
práctica con el sufrimiento humano.
“El psicoanálisis continúa. Fundado por Freud y después de la muerte de Lacan,
existe en su discurso”. Así da inicio el Acta fundacional de nuestro movimiento en su
fundación en 1998. Hoy, a 20 años de este acto inaugural, seguimos afirmando que
el Psicoanálisis está inserto en el mundo, en cada ciudad donde su discurso de
despliega. Es este el fundamento y origen de la convocatoria de este Congreso que
hoy desarrollamos en Tucumán. Nos proponemos debatir las cuestiones que
emergen de la inserción del Psicoanálisis y de los psicoanalistas en su ciudad, es
decir en las prácticas que se desarrollan a partir del saber de Psicoanálisis y de los
efectos que generan allí donde cada analista desarrolla su práctica. Se trata de dar
fundamento a esta inserción del Psicoanálisis en la polis.
Si buscamos en un diccionario encontramos que insertar refiere a:”incluir, introducir
una cosa en otra, a intercalar, especialmente un texto en otro”. Así, si se trata de un
texto que se introduce en otro, que no es de la misma estofa, es algo diferente,
diverso, de aquello donde se introduce. El lugar del Psicoanálisis en la polis es a-
tópico, extraterritorial. Se ubica en las antípodas del discurso hegemónico, no
responde a las demandas que se le formulan. Más bien se ubica en el lugar de
establecer una interrogación de aquello que emerge en los intersticios de un
discurso, allí donde lo real del síntoma o las manifestaciones sintomáticas portan
esa verdad enigmática que es necesario descubrir para que un sujeto se libere del
goce parasitario que lo mantiene atrapado

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¿Y qué viene a significar Polis? Polis refiere a las ciudades estados de la antigua
Grecia. Se trata de ciudades independientes gobernadas con autonomía de las otras
ciudades. Los habitantes de la Polis se dividían en 3 grupos. Los ciudadanos, que
disfrutaban de todos los derechos; Los metecos, que eran libres, pero no tenían
derechos; y los esclavos, quienes estaban privados de la libertad careciendo de todo
derecho. Las mujeres no eran consideradas ciudadanas y no tenían ningún derecho.
Entonces podemos afirmar que la Polis como organización política territorial
constituía un universo, un todo, un conjunto que precisaba para su funcionamiento
de elementos que se encontrabas excluidos, segregados del conjunto.
Hoy las ciudades ya no constituyen esa unidad territorial y política independiente y
han tenido una evolución en la historia. El discurso capitalista ha globalizado y
uniformado a las ciudades dentro de su inclusión en los estados modernos. Esta
homogeneización de las ciudades que, aun conservando su diversidad a partir de
características históricas, geográficas, sociales y culturales, ha puesto a todos los
ciudadanos en pos del objeto común: el objeto a consumir. Las ciudades se han
convertido en gran mercado de los objetos a consumir. Además se ha hecho entrar
en la política la aspiración a la felicidad, con la promesa de felicidad para todos. La
política en la polis sostiene que el goce puede ser alcanzado en un escenario donde
todo es posible, pero manteniendo una gran masa de excluidos. En un intento de
dominar lo real a través de los recursos de la ciencia y la tecnología, se propone
suturar y remedar todo aquello que se presenta como disruptivo.
Para lograr esto convoca a los profesionales, entre ellos los analistas, a hacer andar
lo que falla, a aliviar el malestar, a acallar el síntoma. Lo que demanda a los
analistas es que curemos a aquel que sufre, que adaptemos al inadaptado a la
norma educativa, que encaucemos al que delinque. Encausar los restos del propio
sistema sin interrogar la causa, silenciando los gritos de aquello que no anda
colaborando con la armonía y la paz social.
¿Qué tarea nos cabe a los analistas frente a esta demanda de normatización y
control? ¿Cuál es la posición ética que debemos sostener en cada polis donde
estamos insertos? ¿Será nuestro horizonte el de incluirnos como parte del sistema y
adaptarnos a las reglas y requerimientos del mercado ofreciéndonos como un
producto más a consumir?

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Lo que tanto Freud como Lacan nos legaron es la peste dando lugar al sujeto y su
deseo en la búsqueda de los objetos que lo causan. Lo que también nos enseñaron
que en este camino nos topamos con la angustia, la inhibición, el síntoma, que se
manifiestan en el ser humano o en el lazo social. Estas manifestaciones se expresan
según los ropajes de la época y en el tejido social que habita cada uno, y se hace
necesario que el analista pueda poner nombre a dichas manifestaciones develando
el sentido que estas sostienen.
Freud y Lacan se hicieron cargo del horizonte de la época que les toco vivir. El
maestro vienés situó los fundamentos del malestar en la cultura; investigó el porqué
de la guerra a partir de los efectos devastadores de la gran guerra; se atrevió a
establecer el origen del antisemitismo en el propio sentimiento inconsciente de culpa
del pueblo judío, aún cuando su propio pueblo estaba sufriendo el exterminio,
incluyendo sus familiares. Lacan avanzó en establecer la lógica del discurso
capitalista y los mecanismos segregativos que este genera, señalando el único
síntoma social: todos somos proletarios y estamos coaccionados a consumir. Ambos
desentrañaron los enigmas de las neurosis, las psicosis, las perversiones, y los
diversos mecanismos que constituyen el padecimiento subjetivo, inventando los
caminos posibles para que cada ser humano se libere de su sufrimiento a través del
dispositivo del análisis.
¿Cuáles son los desafíos con los que nos enfrentamos hoy los analistas? Debemos
hacernos cargo de nombrar y poner palabras en lo real que irrumpe tomando las
formas del padecimiento singular o de las problemáticas sociales. ¿Seremos
capaces los analistas de nombrar los efectos en la subjetividad de las condiciones
sociales y económicas en nuestros países de América con repetidas crisis
económicas, inflación, corrupción generalizada, inseguridad? ¿Pondremos a trabajar
las cuestiones relativas a la sexualidad indagando en la lógica constitutiva de las
llamadas nuevas sexualidades en travestis, transexuales, lesbianas, pan-sexuales?
Al mismo tiempo ¿Tenemos algo para decir desde el Psicoanálisis acerca de las
consecuencias en la subjetividad a partir de las conquista de los derechos sociales
de las mujeres que les estaba vedado por la cultura patriarcal y machista? ¿Cuáles
son los efectos de estos movimientos que en su reclamo legítimo de igualdad de
derechos terminan promoviendo una anulación de las diferencias? Se hace
necesario entrar en conversación con las teorías de género para escuchar sus
aportes e intercambiar con nuestra perspectiva acerca de la sexuación.

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¿Nuestras instituciones psicoanalíticas dejarán sus posiciones conservadoras
funcionales a las políticas de exclusión social o de discursos que ocultan la realidad,
y nos expediremos sobre cuestiones públicas como la ley de despenalización del
aborto incluyéndonos desde la perspectiva del psicoanálisis en los debates que
circulan en lo social? ¿Cuál es nuestra posición y nuestro aporte desde la lógica
psicoanalítica sobre temas tan candentes hoy como los efectos de los matrimonios
igualitarios, las nuevas formas de la relación entre los sexos a partir del nuevo lugar
de la mujer en cuanto a la conquista de sus derechos laborales, jurídicos y sociales?
Las denuncias sobre acoso sexual y femicidios de los colectivos de mujeres como
#metoo o #niunamenos dan cuenta del avance de la mujer. ¿Los Psicoanalistas
hemos dicho algo que dé cuenta de este fenómeno y sus efectos en lo social?
He señalado algunos de las manifestaciones sociales y subjetivas que hoy nos
interpelan a los analistas. Podemos afirmar que las reivindicaciones de algunas
minorías hasta hoy excluidas del sistema, al modo del síntoma revelan aquello que
no anda, que trastabilla, que gritan una verdad hasta ahora escamoteada. Y es el
psicoanálisis el que debe aportar al develamiento de esa verdad oculta.
Lo que quisiera señalar finalmente es que considero que hacernos cargo del legado
de nuestros maestros Freud y Lacan es hoy más que nunca incluir la diferencia.
Desde nuestra lógica lo femenino viene a nombrar la diferencia, a presentificar el
conjunto abierto, a descompletar los discursos cerrados, a situar lo singular en lo
universal totalizante. El rechazo a lo femenino, que se remonta a la polis griega con
la mujer excluida de todo derecho y su continuidad en la historia con las diversas
formas de la segregación hasta los extremos de su asesinato en las hogueras
públicas, viene a mostrar algo de la estructura en tanto lo femenino hace objeción a
la lógica fálica del todo, introduciendo el no-todo en las relaciones con el Otro. Lo
femenino en un movimiento incesante pide ser incluida pero no solo en términos
igualitarios y sociales sino para incluir la diferencia y el alojamiento de lo Otro. Se
trata de una posición discursiva que apunta a la diferencia en el lazo social.

La inserción del psicoanálisis en la polis es, en posición femenina, no-todo inserto en


la polis. No se trata de insertarse a lo universal totalizante, sino desde la a-topía
alojar la diferencia, de interrogar, de ceder la palabra al otro para que se produzca
no un cierre de sentido sino de la apertura que desanude los sentidos coagulados.
Considero que este es el aporte que el Psicoanálisis puede realizar produciendo una
tramitación simbólica de lo real pulsional posibilitando la inclusión de lo diferente en
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el lazo social, aún a sabiendas que la tendencia a la exclusión y la segregación
persistirán.
Por último quiero señalar que en este tiempo social donde prevalece el rechazo del
inconsciente hoy, donde ponemos a debatir e interrogar la inserción del Psicoanálisis
en la polis, venimos a poner en acto nuestra apuesta al sujeto y al lazo social,
nuestra oferta a la palabra y el deseo, nuestra convicción de que es el síntoma la
baliza que nos guía en el develamiento de la verdad elidida, allí donde lo real del
sufrimiento se manifiesta.
Jacques Lacan en su única definición poética del inconsciente en el Discurso de
Baltimore en 1966 decía “El inconsciente es Baltimore al amanecer”, señalando
poéticamente a mi entender al inconsciente como eso de lo real que se ordena en
discurso y se dirige a Otro. Hoy, en primavera de 2018, en este Congreso de
Convergencia donde apostamos una vez más a la vigencia del inconsciente, aquí en
el norte de Argentina, podemos parafrasear a Lacan y afirmar “El inconsciente es
Tucumán al amanecer”.

Tucumán, Octubre de 2018

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Vll Congresso Internacional de Convergência
Tucumán 2018

A Psicanálise não-todo inserta na Pólis

Este trabalho é produto dos intercâmbios realizados pelos membros da nossa


instituição em relação à temática proposta deste VII Congresso Internacional de
Convergência. É, portanto a do pensamento e da prática da Psicanálise que
sustentamos em nossa pólis, aqui em Tucumán, ao mesmo tempo em que possui
uma marca singular de minha enunciação.
A Psicanálise inserta na Pólis é uma afirmação. Portanto se manifesta a partir do
lugar da Psicanálise, quase de se completar 120 anos de seu descobrimento, ocupa-
se em sua prática com o sofrimento humano.
“A psicanálise continua. Fundada por Freud e depois da morte de Lacan, existe em
seu discurso”. Deste modo dá início o documento de nosso movimento em sua ata
fundacional em 1998. Atualmente, há 20 anos deste ato inaugural, continuamos
afirmando que a Psicanálise está inserta no mundo, em cada cidade em que seu
discurso se expressa. Este é o fundamento e origem da convocação deste
Congresso que hoje desenvolvemos em Tucumán. Propomo-nos a debater as
questões que emergem da inserção da Psicanálise e dos psicanalistas em sua
cidade, isto é das práticas que se desenvolvem a partir do saber da Psicanálise e
dos efeitos que geram ali onde cada analista desenvolve sua prática. Trata-se de dar
fundamentos para esta inserção da Psicanálise na pólis.
Se procurarmos no dicionário encontramos que inserir se refere a: “incluir, introduzir
uma coisa em outra, intercalar, especialmente um texto em outro”. Então, se se trata
de um texto em que se introduz em outro, que não é do mesmo estofo, é algo
diferente, diverso daquilo onde se introduz. O Lugar da Psicanálise na pólis é
atópico, extraterritorial. Localiza-se nas antípodas do discurso hegemônico, não
responde às demandas que lhe são formuladas. Ao contrario, encontra-se em um
lugar em que estabelece uma interrogação daquilo que emerge nos interstícios de
um discurso. Ali onde as realidades do sintoma ou das manifestações sintomáticas
portam essa verdade enigmática que é necessária descobrir para que um sujeito se
libere do gozo parasitário que o mantém preso.

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O que significa Pólis? Pólis se refere a cidades-estado da antiga Grécia. Trata-se de
cidades independentes governadas com autonomia das outras cidades. Os
habitantes da Pólis se dividem em 3 grupos. Os cidadãos que desfrutam de todos os
direitos, os metecos que eram livres e os escravos que estavam privados da
liberdade, carecendo de todo o direito. As mulheres não eram cidadãs e não tinham
nenhum direito. Então podemos afirmar que a Pólis como organização política
territorial constituía um universo, um todo, um conjunto que necessitava para o seu
funcionamento de elementos que se encontravam excluídos, segregados do
conjunto.
Atualmente as cidades já não constituem essa unidade territorial e política
independente e tiveram uma evolução na história. O discurso capitalista globalizou e
uniformou as cidades dentro de sua inclusão dos estados modernos. Esta
homogeneização das cidades que, ainda conservando a sua diversidade, a partir de
características históricas, geográficas, sociais e culturais, colocou a todos os
cidadãos em prol do objetivo de consumir. As cidades se converteram em grandes
mercados de objetos para consumir. Além disso, se incorporou à política a aspiração
à felicidade com a promessa de felicidade para todos. A política na pólis sustenta
que o gozo pode ser alcançado em um cenário em que tudo é possível, mas
continua mantendo uma grande massa de excluídos. É uma tentativa de dominar a
realidade através de recursos da ciência e da tecnologia, propõe-se a suturar e
remendar tudo àquilo que se apresenta como disruptivo.
Para conseguir isto convoca aos profissionais, entre eles os analistas, para colocar
em funcionamento aquilo que falha, aliviar o mal-estar, aplacar os sintomas. Aquilo
que se demanda aos analistas é que curemos aquele que sofre e adaptemos o
inadaptado às normas educativas, emendemos ao delinquente. Encaminhar os
restos do próprio sistema sem interrogar a causa, silenciando os gritos daquilo que
não está colaborando com a harmonia e a paz social.
Que tarefa nos cabe aos analistas diante desta demanda de normatização e
controle? Qual é a posição ética que devemos sustentar em cada pólis onde
estamos insertos? Será nosso horizonte o de incluir-nos como parte do sistema e
adaptar-nos às regras e requerimentos do mercado? Oferecendo-nos como um
produto a mais para consumir?

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O que tanto Freud como Lacan nos legaram é a peste em que dá lugar ao sujeito e
ao seu desejo na busca dos objetos que o causam. Também nos ensinaram que
este caminho nos topa com a angustia, a inibição, o sintoma que se manifestam no
ser humano ou no laço social. Estas manifestações se expressam segundo as
roupagens da época e no tecido social que habita em cada um. Faz-se necessário
que o analista possa colocar nome a estas manifestações e desvelar o sentido que
essas sustentam.
Freud e Lacan assumiram o horizonte da época em que viveram. O mestre vienense
situou os fundamentos do mal-estar na cultura, pesquisou o porquê da guerra a
partir dos efeitos devastadores da grande guerra. Atreveu-se a estabelecer a origem
do antissemitismo no próprio sentimento inconsciente de culpa do povo judeu, ainda
quando seu próprio povo estava sofrendo o extermínio, incluindo a seus familiares.
Lacan avançou em estabelecer a lógica do discurso capitalista e os mecanismos
segregativos que esse gera. Assinalando o único sintoma social: todos somos
proletários e estamos coagidos a consumir. Ambos desentranharam os enigmas das
neuroses, das psicoses, das perversões e dos diversos mecanismos que constituem
o padecimento subjetivo, inventando os caminhos possíveis para que cada ser
humano se libere de seu sofrimento através do dispositivo de análise.
Quais são os desafios que enfrentamos hoje os analistas? Devemos assumir
nomear e colocar em palavras a realidade que irrompe, tomando as formas do
padecimento singular ou das problemáticas sociais. Seremos capazes de nomear os
efeitos na subjetividade das condições sociais e econômicas em nossos países da
América com as repetidas crises econômicas, inflação, corrupção generalizada e
insegurança? Poremos para trabalhar as questões relativas às denominadas novas
sexualidades? Indagando na sua lógica constitutiva em travestis, transexuais,
lésbicas, pansexuais? Ao mesmo tempo, temos algo a dizer, sob a óptica da
Psicanálise sobre as consequências na subjetividade, a partir das conquistas dos
direitos sociais das mulheres que estavam vedadas pela cultural patriarcal e
machista? Quais são os efeitos destes movimentos de reclamação legítima de
igualdade de direitos que terminam promovendo uma anulação das diferenças? É
necessário entrar em diálogo com as teorias de gênero para escutar suas
contribuições e intercambiar com nossas perspectivas acerca da sexuação.

Nossas instituições psicanalíticas deixarão suas posições conservadoras funcionais


à política de exclusão social ou de discursos que ocultam a realidade? Vamos nos
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pronunciar sobre questões públicas como a lei de despenalização do aborto, nos
incluindo a partir da Psicanálise, nos debates que circulam socialmente? Qual é a
nossa posição e nossa contribuição a partir da lógica psicanalítica sobre temas tão
candentes atualmente como os efeitos dos matrimônios igualitários? Das novas
formas de relação entre os sexos? Do novo lugar da mulher quanto à conquista de
seus direitos trabalhistas, jurídicos e sociais? As denuncias sobre assédio sexual e
femicídio realizadas pelos coletivos de mulheres como #metoo ou #niunamenos
mostram o avanço da mulher. Os psicanalistas disseram algo que abordam este
fenômeno e seus efeitos sociais?
Assinalei algumas das manifestações sociais e subjetivas que hoje interpelam aos
analistas. Podemos afirmar que as reivindicações de algumas minorias até hoje
excluídas do sistema, a exemplo de sintoma, revelam aquilo que não funciona,
titubeia e gritam verdades até agora escamoteadas. E, a Psicanálise é a que deve
contribuir com desvelamento dessa verdade oculta.
Aquilo que eu gostaria de assinalar, finalmente, é que assumir o legado de nossos
mestres Freud e Lacan é hoje mais que nunca incluir a diferença. A partir de nossa
lógica, o feminino nomeia a diferença para presentificar o conjunto aberto, para
descompletar os discursos fechados para situar o singular no universal totalizante.
Rechaçar o feminino, que se remonta a pólis grega, em que a mulher era excluída
de todo direito e sua continuidade na história com as diversas formas de segregação
até aos extremos de seu assassinato nas fogueiras públicas. Isto mostra algo da
estrutura enquanto o feminino objeta a lógica fálica do todo em que introduz o não-
todo nas relações com o Outro. O feminino num movimento incessante pede para
ser incluído, mas não só em termos igualitários e sociais, mais sim para incluir a
diferença e o albergar do Outro. Trata-se de uma posição discursiva que aponta
para a diferença no laço social.

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A inserção da Psicanálise na pólis é, em posição feminina, o não-todo inserto na
pólis. Não se trata de inserir o universal totalizante, senão a partir da atopia para
albergar a diferença, interrogar, ceder a palavra ao outro para que produza não um
fechamento de sentido, mas sim de abertura que desfaça os sentidos coagulados.
Considero que esta é uma contribuição que a Psicanálise pode realizar em que
produz uma tramitação simbólica do real pulsional, possibilitando a inclusão do
diferente no laço social, ainda que se saiba da tendência de exclusão e segregação
persistentes.
Por último quero assinalar que neste tempo social, em que prevalece o rechaço do
inconsciente, é que colocamos para debater e interrogar a inserção da Psicanálise
na pólis. Vimos para colocar no ato nossa aposta no sujeito e no laço social. Nossa
oferta na palavra e no desejo. Nossa convicção de que é o sintoma que baliza e nos
guia no desvelamento da verdade elidida, ali onde o real do sofrimento se manifesta.
Jacques Lacan, em sua única definição poética do inconsciente, no discurso de
Baltimore em 1966 dizia: “o inconsciente é Baltimore ao amanhecer”. Assinalando
poeticamente a meu entender o inconsciente como isto do real que se ordena no
discurso e se dirige ao outro. Hoje, na primavera de 2018, neste Congresso de
Convergência em que apostamos uma vez mais na vigência do inconsciente, aqui
no norte da Argentina, podemos parafrasear a Lacan e afirmar: “O inconsciente é
Tucumán ao amanhecer”.

Alfredo Ygel
Grupo de Psicoanálisis de Tucumán
Tucumán, Outubro de 2018.

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Vlle Congrès International de Convergence
Tucumán 2018
La psychanalyse pas-tout, insérée dans la Polis
Alfredo Ygel
Groupe de psychanalyse de Tucumán

Ce travail est le fruit des échanges entre les membres de notre institution liés au
thème de la convocation à ce VIIe Congrès international de convergence. Il s’agit en
effet du résultat de la pensée et de la pratique de la psychanalyse que nous
appliquons dans notre polis, ici à Tucumán, tout en portant le sceau singulier de mon
énonciation.
La psychanalyse insérée dans la polis est une affirmation. En tant que telle, elle
manifeste la place que la psychanalyse, à presque 120 ans de sa découverte,
occupe dans sa pratique contre la souffrance humaine.
« La psychanalyse continue. Créée par Freud et après la mort de Lacan, elle existe
dans son discours ». Elle lance ainsi l’Acte fondateur de notre mouvement lors de sa
création en 1998. Aujourd’hui, 20 ans après cet acte inaugural, nous continuons
d’affirmer que la psychanalyse est insérée dans le monde, dans chaque ville où son
discours se déploie. Il s’agit là du fondement et de l’origine de la convocation à ce
Congrès que nous organisons aujourd’hui à Tucumán. Nous allons débattre des
questions qui surgissent de l’insertion de la psychanalyse et des psychanalystes
dans leur ville, c’est-à-dire dans les pratiques qui se développent à partir du savoir
de la psychanalyse et des effets qu’ils y génèrent, là où chaque analyste exerce sa
pratique. Il s’agit de donner un fondement à cette insertion de la psychanalyse dans
la polis.
Si nous cherchons dans un dictionnaire la définition du verbe insérer, nous
découvrons qu’il signifie : « inclure, introduire une chose dans une autre, intercaler,
en particulier un texte dans un autre ». Il s’agit donc d’un texte introduit dans un autre
texte, qui n’est pas de la même étoffe, qui est différent, qui diverge de celui dans
lequel il s’introduit. La place de la psychanalyse dans la polis est atopique,
extraterritoriale. Elle se situe aux antipodes du discours hégémonique et ne répond
pas aux demandes qui lui sont formulées. Au lieu de cela, elle consiste à poser une
interrogation sur ce qui émerge dans les interstices d’un discours, là où le réel du
symptôme ou les manifestations symptomatiques portent cette vérité énigmatique

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qu’il est nécessaire de découvrir afin qu’un sujet puisse se libérer de la jouissance
parasite qui le maintient coincé.
Et que signifie Polis ? Polis fait référence aux villes-États de la Grèce antique. Il
s’agit de villes indépendantes gouvernées de façon autonome par rapport aux autres
villes. Les habitants de la Polis se divisaient en 3 groupes. Les citoyens, qui
jouissaient de tous les droits ; les métèques, qui étaient libres, mais n’avaient pas de
droits ; et les esclaves qui étaient privés de leur liberté et ne jouissaient d’aucun
droit. Les femmes n’étaient pas considérées comme des citoyennes et n’avaient
aucun droit. Nous pouvons donc affirmer que la Polis en tant qu’organisation
politique territoriale constituait un univers, un tout, un ensemble qui requérait pour
son fonctionnement des éléments qui se trouvaient exclus, discriminés de
l’ensemble.
Aujourd’hui, les villes ne constituent plus cette unité territoriale et politique
indépendante, et elles ont évolué au cours de l’histoire. Le discours capitaliste a
globalisé et uniformisé les villes dans leur inclusion dans les États modernes. Cette
homogénéisation des villes, qui même si elles conservent leur diversité de par leurs
caractéristiques historiques, géographiques, sociales et culturelles a mis l’ensemble
des citoyens à la recherche de l’objet commun : l’objet à consommer. Les villes se
sont converties en un grand marché des objets à consommer. En outre, elle a fait
entrer en politique l’aspiration au bonheur, avec la promesse du bonheur pour tous.
La politique dans la polis soutient que la jouissance peut être atteinte dans un
scénario où tout est possible, mais en maintenant une grande masse d’exclus. Dans
un effort pour dominer le réel grâce aux ressources de la science et de la
technologie, on se propose de suturer et de reproduire ce qui se présente comme
étant perturbateur.
Pour y parvenir, cela implique que les professionnels, parmi lesquels les analystes,
fassent fonctionner ce qui échoue, soulagent le mal-être, étouffent le symptôme.
Cela requiert de la part de nous autres analystes que nous soignions quiconque
souffre, que nous adaptions l’inadapté à la norme éducative, que nous guidions celui
qui commet des délits. Poursuivre les restes du système en lui-même sans en
interroger la cause, en passant sous silence les cris de ce qui ne collabore pas à
l’harmonie et à la paix sociale.
Quelle tâche nous incombe, à nous analystes, face à cette demande de
normatisation et de contrôle ? Quelle est la position éthique que nous devons
maintenir dans chaque polis dans laquelle nous sommes insérés ? Notre horizon est-
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il de nous inclure comme faisant partie du système et de nous adapter aux règles et
exigences du marché, en nous offrant comme un produit de plus à consommer ?
Ce que nous ont transmis tant Freud que Lacan, c’est le mal donnant lieu au sujet et
à son désir dans sa quête des objets qui en sont la cause. Ils nous ont aussi
enseigné dans ce cheminement que nous nous confrontons à l’angoisse, l’inhibition,
le symptôme, qui se manifestent dans l’être humain ainsi que dans le lien social. Ces
manifestations s’expriment selon les vêtements de l’époque et dans le tissu social
dans lequel chaque personne vit, et il est nécessaire que chaque analyste puisse
mettre un nom à ces manifestations en dévoilant le sens qu’elles revêtent.
Freud et Lacan ont pris en compte l’horizon de l’époque dans laquelle ils ont vécu.
Le maître viennois a situé les fondements du mal-être dans la culture ; a étudié les
raisons de la guerre à partir des effets dévastateurs de la Grande Guerre ; s’est
risqué à établir l’origine de l’antisémitisme dans le propre sentiment inconscient de
culpabilité du peuple juif, alors même que son propre peuple était victime de
l’extermination, y compris les membres de sa famille. Lacan continua en établissant
la logique du discours capitaliste et les mécanismes de ségrégation qu’il génère, en
signalant le seul symptôme social : nous sommes tous des prolétaires et sommes
obligés de consommer. Ils ont tous deux percé les énigmes de la névrose, des
psychoses, perversions et des divers mécanismes qui constituent la douleur
subjective, en inventant les voies possibles pour que chaque être humain se libère
de sa souffrance grâce au processus d’analyse.
Quels sont les défis auxquels nous, les analystes, sommes confrontés aujourd’hui ?
Nous devons nous charger de donner un nom et de mettre des mots au réel qui
surgit en prenant les formes de la souffrance singulière ou des problématiques
sociales. Serons-nous capables de donner un nom aux effets sur la subjectivité des
conditions sociales et économiques dans nos pays d’Amérique en proie aux crises
économiques périodiques, à l’inflation, à la corruption généralisée et à l’insécurité ?
Étudierons-nous les questions relatives à ce que l’on appelle les nouvelles sexualités
en recherchant la logique constitutive de celles-ci chez les travestis, les transexuels,
les lesbiennes et les pansexuels ? Dans le même temps, avons-nous notre mot à
dire du point de vue de la psychanalyse au sujet des conséquences sur la
subjectivité des hommes et des femmes à partir de la conquête des droits sociaux
des femmes qui leur étaient refusés en raison de la culture patriarcale et machiste ?
Quels sont les effets de ces mouvements, qui dans leur revendication légitime
d’égalité des droits, terminent par promouvoir l’annulation des différences ? Il est
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nécessaire d’entamer une discussion sur les théories du genre pour écouter leurs
contributions et avoir des échanges depuis notre point de vue sur la sexuation.
Nos institutions psychoanalytiques laisseront-elles leurs positions conservatrices
fonctionnelles aux politiques d’exclusion sociale ou de discours qui masquent la
réalité, et nous prononcerons-nous sur les questions publiques telles que la loi sur la
dépénalisation de l’avortement, en nous incluant du point de vue de la psychanalyse
dans les débats qui circulent au niveau social ? Quelle est notre position et notre
contribution depuis la logique psychanalytique sur des thèmes si brûlants de nos
jours comme les effets des mariages égalitaires, les nouvelles formes de la relation
entre les sexes depuis la nouvelle place de la femme en ce qui concerne la conquête
de ses droits du travail, juridiques et sociaux ? Les plaintes pour harcèlement sexuel
et féminicides des collectifs de femmes comme #metoo ou #niunamenos rendent
compte des progrès des femmes. Nous, psychanalystes, avons-nous dit quelque
chose qui rende compte de ce phénomène et de ses effets au niveau social ?
J’ai mentionné quelques-unes des manifestations sociales et subjectives qui nous
interpellent aujourd’hui en tant qu’analystes. Nous pouvons affirmer que les
revendications de quelques minorités jusqu’à aujourd’hui exclues du système, selon
le mode du symptôme, révèlent ce qui ne fonctionne pas, chancèle, et crient une
vérité jusqu’alors escamotée. Et c’est au psychanalyste qu’il revient de révéler cette
vérité cachée.
Enfin ce que je souhaiterais souligner est le fait que je considère que faire vivre
l’héritage de nos maîtres Freud et Lacan, consiste aujourd’hui plus que jamais à
inclure la différence. Du point de vue de notre logique, le féminin en revient à
nommer la différence, à rendre présent l’ensemble ouvert, à rendre incomplet les
discours fermés, à placer ce qui est singulier dans l’universel totalisant. Le refus du
féminin, qui remonte à la polis grecque où la femme se voyait refuser tout droit, ainsi
que sa continuité à travers l’histoire, des diverses formes de ségrégation aux
extrêmes de leur assassinat sur des bûchers publics, montre une part de la structure
tandis que le féminin fait objection à la logique phallique du tout, introduisant le pas-
tout dans les relations avec l’Autre. Le féminin, dans un mouvement incessant,
demande à être inclus non seulement en termes égalitaires et sociaux mais aussi
pour inclure la différence et l’hébergement de l’Autre. Il s’agit d’une position
discursive qui signale la différence dans le lien social.

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L’insertion de la psychanalyse dans la polis n’est, en termes de féminité, pas-tout
insérée dans la polis. Il ne s’agit pas de s’insérer dans l’universel totalisant, mais
depuis l’atopie, d’accueillir la différence, d’interroger, de céder la parole à l’autre afin
que se produise non pas une fermeture du sens sinon une ouverture qui démêle les
sens coagulés.
Je considère que c’est l’apport que la psychanalyse peut réaliser en produisant une
démarche symbolique du réel pulsionnel qui rend possible l’inclusion de ce qui est
différent dans le lien social, tout en sachant que la tendance à l’exclusion et la
ségrégation persisteront.
En dernier lieu, je souhaite souligner que, dans l’époque sociale d’aujourd’hui, où
prévaut le refus de l’inconscient, où nous pouvons débattre et interroger l’insertion de
la psychanalyse dans la polis, nous venons miser sur le sujet et le lien social, notre
offre à la parole et au désir, notre conviction que le symptôme est la balise qui nous
guide dans le dévoilement de la vérité élidée, là où la réalité de la souffrance se
manifeste.
Jacques Lacan dans son unique définition poétique de l’inconscient lors du discours
de Baltimore en 1966 déclarait : « L’inconscient c’est l’aube sur Baltimore »,
soulignant de façon poétique, à mon avis, l’inconscient comme cela du réel qui
s’ordonne en discours et se dirige à l’autre. Aujourd’hui, en printemps 2018, dans ce
congrès de convergence, où nous misons une fois de plus sur la validité de
l’inconscient, ici dans le nord de l’Argentine, nous pouvons paraphraser Lacan et
affirmer que « l’inconscient c’est l’aube sur Tucumán ».

Tucumán, Printemps 2018

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