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Yampayec es un cholu de seis años de edad, su piel cobriza hace resaltar sus vivaces

ojos rasgados. Les gustaba correr por los valles, trepar árboles, nadar en las olas del
mar, jugar con caballitos del tup y atrapar lagartijas
Yampayec vivía en un hermoso territorio de señoríos con imponentes
pirámides truncas rodeado de extensos bosques de algarrobo.
Una tarde, Yampayec regresaba a su casa cruzando un
bosque de algarrobos. Los Fuertes vientos venidos del
mar formaban remolinos de arena y tierra que dificultaba
el caminar y arrastraba cuántas ramas secas se
encontraba en el camino.
A mitad del Bosque de algarrobos, Yampayec divisó un grupo de
zorrillos, quienes miraban con atención una de las ramas de un
algarrobo, Yampayec levantó la mirada y vio que había entre ellas
un nido, los fuertes vientos estaban a punto de hacerla caer y los
pequeños zorrillos esperaban ansiosos para así poder comer al
pichón que estaba en su interior.
Yampayec, miraba alrededor para ver
si estaban sus padres cerca, pero no
los encontró, el pichón estaba
completamente solo y corría un gran
peligro. Rápidamente organizó un
plan para salvarlo, agarró unas ramas
seca de algarrobo que el aire
arrastraba y con ella se empezó a
soltar a los zorrillos.
Si lo dejo solo tal vez
regresen los zorrillos y
puedan comerselo decía
para así mismo Yampayec.
Entonces decidió esperar
hasta que sus padres
llegarán. Pasaron las horas
y los padres del pichón no
aparecían estaba apunto
de anochecer y él tenía
que regresar a casa
¿Qué hago ahora? volvió a
pensar.
Las espinas del algarrobo causaban un dolor
agudo a los zorrillos lo que huyeron
presurosos abandonando a su presa. La
intervención de Yampayec no impidió que el
fuerte aire desplome el nido al suelo, el pichón
quedó sucio y próximó a una muerte segura.
Yampayec se compadeció de pequeño pichón,
lo levantó, lo puso en su morral y presuroso lo
llevó su casa. Al llegar le contó la historia a su
padre y a su madre.
Hijo, ese es un pichón de ñanpal, no
se pueden criar en casa -dijo el papá.
¿por qué no se puede criar un
ñampal? preguntó Yampayec -
Porque son aves carnívora, además
vuelan para conseguir su comida -
respondió la mamá
Pero si lo dejaba iba a morir, tenía que
salvarlo -señaló Yampayec.
Tal vez tengas razón pero va a ser
difícil que sobreviva el pichón
necesita del calor y del cuidado de
sus padres -dijo el papa. Además a
esa edad debe comer
gusanos…¿Quién va a conseguirlos
para alimentarlo? -expresó la mamá
yo haré todo eso dijo Yampayec.
Sus padres no insistieron más y
dejaron que su hijo asuma esa gran
responsabilidad.
Al día siguiente Yampayec cobijó el pichón debajo de su
túnica para que recibe el calor de su pecho. Luego visitó
a sus amigos y les contó lo sucedido, todos se quedaron
sorprendidos y prometieron ayudarlo.
- Yo he visto que en el maizal hay gusanos podemos ir a
buscarlo entre las mazorcas -dijo Ialan.
Claro, podemos ir por las mañanas
- agregó Xeque
-Gracias -dijo el pichón con una suave voz.
Así, todas las mañanas iban los amigos en
busca de gusanos para alimentar al pichón.
Los cuidados brindados por elloS lograron
salvarle la vida. Pronto el pichón cambio de
plumas y ya Parecía un ñampal un pequeño y
ñampal.
Hijo, el ñampal ha crecido y ahora los gusanos no
son suficiente para alimentar - dijo el padre.
Ya debe empezar a volar y aquí no hace ningún
intento para lograrlo -agregó la mamá.
¿Qué debo hacer ahora? pregunto Yampayec.
Me parece que ya sabes qué hacer respondió la
mamá.

Yampayec con las


lágrimas en los ojos
entendió el mensaje de
su madre. Salió en busca
de sus amigos y con ellos
se dirigió al bosque de
algarrobos para devolver
al pequeño y ñampal a su
hogar.
Cuando llegaron al Bosque de
algarrobos, los amigos
comentaron:
-No podemos dejarlo en la
rama, se puede caer dijo Firru.
Debemos hacerle su nido
agrego Ylli.

Los amigos juntaron ramas


secas y construyeron un
rústico nido. Luego escogieron
el árbol más alto para dejar el
nido. Yampayec subió por sus
ramas y colocó el nido lo más
alto que pudo y finalmente
dejó el pequeño ñampal en su
interior.
Antes de bajar, Yampayec dejó pedazos de carne
para que se alimente hasta que pueda volar para
conseguir su propio alimento.
Mi pequeño amigo, tengo que dejarte aquí en tu
hogar para que crezcas y aprendas a volar dijo
entristecido Yampayec.
El pequeño ñampal también miró con tristeza a
Yampayec y le dijo:
Tengo miedo de quedarme solo, no sé volar ¿Quién
me va a dar de comer?
Nosotros te traeremos comida todos los días hasta
que puedas conseguir la tuya… debes ser valiente…
eres un gran ave… un ñampal dijo Yampayec

El pequeño ñampal y todos los amigos


tuvieron que despedirse.
Cuando Yampayec
regresó a su casa vio
con tristeza el lugar
donde dormía en
ñampal, cogió las
plumas que había
sobre la manta y se
confeccionó unos
adornos para su
rodilla
Todos los días Yampayec y sus amigos le
llevaron comida al pequeño ñampal y
esperaban verlo volar pronto. Un día
cuando los amigos llegaron, no lo
encontraron, se preocuparon y
empezaron a buscarlo por todo el
bosque de algarrobos, pero nada al
parecer había desaparecido.
¿Qué habrá sucedido con el
ñampal? -Interrogó Firru
No sé, ¿qué le habrá
pasado? -dijo y Ialan ¿y si se
cayó y lo comieron los
zorrillos? pregunto Xeque
muy preocupado ¿Y si ya
sabe volar? - agregó y Ylli
Los amigos imaginaban muchas
situaciones, algunas alentadoras y
otras algo trágicas.
Estaban regresando muy triste
cuando de repente una sombra
daba vueltas formando grandes
círculos alrededor de ellos. La
sombra provenía del cielo y era de
una hermosa ave Yampayec alzó la
mirada y lo reconoció, esa ave que
volaba sobre ellos era su amigo
Ñampal
Amigo ñampal – gritó Yampayec
¿eres tú?
Xepe, Ialan, Firru, Ylli, levantaron la mirada y
gritaban de alegría, su amigo Ya podía volar.
Ellos observaron maravillados el vuelo
majestuoso de ñampal, lleno de belleza y
perfección, danzando entre las corrientes de
aire.
En ñampal empezó a volar en círculos hasta
posarse en el hombro de Yampayec y dijo:
Sí amigos. soy yo… por fin puedo
volar, he practicado diariamente y
hoy les doy la sorpresa.
¡Qué alegría…ya puedes volar…!
dijo Xeque.
¿y dónde estabas? nos tenías muy
preocupados -preguntó Firru.

Hoy estuve volando, empecé a seguir a


un kuntur que estaba pescando en el
mar, cuando me di cuenta ya estaba en
la Cordillera de los grandes Apus, fue
entonces que regresé, sabía que
estarían preocupados - comentó el
ñampal.
¿Cómo es, qué se siente volar?
–interrogó Ylli
Es hermoso, puedes ver todo
desde el cielo… he descubierto
que puedo aprovechar las
corrientes de aire para volar
más rápido y sin cansarme
tanto… ahora podré visitarlos
todos los días -respondió el
ñanpal ya pagué y sus amigos
muy contentos escuchaban las
hazañas de jean-paul por la
Cordillera
Pasaron las semanas y cada día el ñampal crecía y se
ponía más fuerte y hermoso, sus plumas eran muy
sedosa y brillaban. Su vuelo era majestuoso, a los
amigos le fascinaba verlo volar sobre las olas del mar
formando grandes círculos para luego, rápidamente
descender formando una espiral y zambullirse entre
las olas para salir de un xilac entré en su pico.
Se había convertido en muy buenos amigos.
Cuando pague y sus amigos no podían ir al
Bosque de algarrobos en lampa llegaba a verlos y
le narraba sus aventuras de al volar en Yanbal se
había transformado en el mejor narrador de
historias
El ñampal estaba muy agradecido con Yampayec, Ialan, Xeque, Ylli y Firru,
pues gracias a sus cuidados pudo sobrevivir, por eso siempre estaba
sobrevolando a sus amigos los cuidaba mientras ellos ayudaban a sus
padres en sus labores diarias.
También les advertía cuando estaban en peligro si se avecina va
una tormenta o si algún camino estaba interrumpido.
Juntos habían inventado muchos juegos, les encantaba hacer competencias
entre ellos, el ganador siempre señalaba las tareas a los demás.
Entre sus juegos estaban saltar con soga, trepar árboles, formar totems de piedras,
recolectar ramas secas, formar figuras con pitas de algodón nativo, hacer cadena de
semillas… en fin muchos. muchos juegos.
Una mañana Yampayec, Iaian, Firru, Xepe, Ylli y el ñampal acordaron
jugar uno de los dos juegos que le divertía mucho, llenar sus checos
con vainas de algarrobo, el ganador siempre se llevaba todas las vainas
recolectadas a su casa. Todos formaban un círculo y luego de gritar
pomac empezaba el juego.
El ñampal volaba con rapidez y traía en su pico una a una las vainas de
algarrobo, todos hacía su mejor esfuerzo para ganar.
Esa noche Ylli disfrutó de una porción de mote
con su deliciosa miel.

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