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Los sindicatos tienen como finalidad representar a los afiliados en las diversas

instancias de la negociación colectiva, suscribir los instrumentos colectivos del


trabajo que corresponda, velar por su cumplimiento y hacer valer los derechos
que de ellos nazcan. También tienen como finalidad velar por el cumplimiento
de las leyes del trabajo o de la seguridad social, denunciar sus infracciones
ante las autoridades administrativas o judiciales, actuar como parte en los
juicios o reclamaciones a que den lugar a las aplicaciones de multas u otras
sanciones.

La importancia de los sindicatos radica en que estos establecen el camino a


recorrer para responder a las necesidades de quienes forman parte de estos.
Los objetivos dejan muy claro cuáles son las finalidades para las que fue
creada la organización sindical. Aunque cada organización sindical puede tener
objetivos muy variados, existen cinco de ellos que siempre le dan la razón de
ser a todo sindicato. Estos objetivos orientan toda acción de las organizaciones
sindicales en su lucha por dignificar las condiciones de vida de los trabajadores
y trabajadoras.

La libertad sindical reviste singular importancia entre las libertades y derechos


fundamentales que competen a la OIT. Constituye el fundamento de cualquier
nacionalidad democrática, permite a los trabajadores y trabajadoras manifestar
sus aspiraciones, los sitúa en mejores condiciones en las negociaciones
colectivas al restablecer el equilibrio de fuerzas entre las partes, es un
contrapeso útil del poder del Estado para dar a los trabajadores la posibilidad
de participar en la elaboración y la ejecución de la política económica y social.

Se puede partir del principio que los trabajadores tienen el derecho a


organizarse sin requerir ninguna autorización que los faculte para la defensa y
promoción y de sus intereses económicos y sociales. De tal forma que la
acción o actividad sindical debe desarrollarse en plena libertad sin más
restricciones que las expuestas por la Ley y en aquellas normas que
establecen el respeto a la convivencia democrática.

La libertad sindical se desarrolla en un escenario colectivo, que considera, a la


vez, la particularidad de sus integrantes, según los países y su normativa e
incluye una esfera que incluye las federaciones o confederaciones a nivel
nacional e internacional, incluyendo a Venezuela.

La libertad sindical tiene tanto trabajadores como empleadores a constituir y


afiliarse a las organizaciones de su elección para la promoción y defensa de
sus intereses, así como participar en sus procesos electorales, en
negociaciones colectivas, resolver sus conflictos y ejercer su derecho a la
huelga.

La libertad sindical es reconocida como un derecho fundamental tanto por el


derecho internacional de los derechos humanos como por el derecho
constitucional de distintos Estados. Este reconocimiento parte del supuesto de
que solo a través de una representación genuina de intereses de los
trabajadores es posible el dialogo social que permita generar las condiciones
de una mejor distribución del poder y del ingreso entre los diversos grupos
sociales, distribución necesaria para hablar de un Estado legítimo.

La defensa de los derechos sindicales fundamentales debe partir de los


trabajadores, a quienes les corresponde la dirección de sus procesos de
defensa y protección de sus intereses, así que un país que cercena la libertad
sindical está violando este derecho y poniendo de manifiesto que el ejercicio
democrático en esta materia está suspendido al lado de la violación de sus
constitución así como de leyes internacionales.

La unidad del sindicalismo mundial se ha presentado como un fenómeno


progresivo. El caso de Venezuela es particularmente complejo, la polarización y
profunda fragmentación agravada por el paralelismo sindical es quizás una de
las principales barreras a vencer.

El mapa o panorama actual del movimiento sindical así lo refleja. Se identifican


organizaciones de tercer grado (confederaciones) que política e
ideológicamente muestran profundas diferencias. Cada una de estas
organizaciones refleja particularidades que las hacen complejas, lo cual implica
que un acercamiento e intercambio estará determinado por una dinámica
particular (entre organizaciones y dentro de las organizaciones). A pesar de la
diversidad y de la cantidad de organizaciones el movimiento sindical se
encuentra muy debilitado y con una escasa capacidad de movilización, impacto
y participación en la toma de decisiones en el ámbito laboral. Además de su
vinculación con los partidos políticos y/o gobierno y la baja tasa de afiliación
ensombrecen aún más el panorama.

En la dirigencia sindical actual, existe un acuerdo en torno a la necesidad de


crear una central unificada, aunque no existe un criterio claro de cómo
implementarla. Existe, sin embargo una coincidencia en el hecho de que debe
hacerse desde las bases y ser los lideres quienes se conviertan en promotores
del debate. Esto sucede por superar barreras específicas: intereses
particulares, voluntad política, desconfianza, formación y respeto a la libertad
sindical. Se espera la consolidación de un movimiento sindical unitario, con
conciencia de clase, con propuestas innovadoras, mejor organizadas, con
mayor capacidad de respuestas y sin incidencia de grupos con intereses
particulares. En concreto, un movimiento autónomo orientado hacia la creación
de un nuevo proyecto mediante nueva estrategia.

Actualmente Venezuela atraviesa la peor crisis de movimiento sindical en toda


su historia. Además de las razones socio productivas que tienen arrinconado al
sindicalismo mundial y de las relativas a sus propias debilidades, ha venido
sufriendo una política sistemática de persecución desde 1999, acentuada con
el paso de los años.

Existen en Venezuela una política sostenida de intervenciones informales,


como es el caso del fomento al paralelismo sindical, o formales, como la
promoción de organismos parasindicales en todas las empresas públicas, aquí
se destacan los consejos de trabajadores, con competencias propiamente
sindicales, y las milicias obreras, que como su nombre lo indica, tienen un
cometido sindical.

Aquí en Venezuela el panorama es complicado, pues muchos de los dirigentes


sindicales que aspiran conformar un nuevo sindicalismo a su vez ocupan
posiciones de liderazgos en sus organizaciones políticas y en algunos de ellos,
hasta tienen responsabilidades de primera línea. Esto ha conducido a que en
sus apariciones públicas en los medios su participación suela confundirse entre
su rol como dirigente político y como dirigentes sindicales. Esto colide con el
establecimiento de prioridades en el momento de la acción política, e incluso,
con algo tan elemental como lo es la distribución del tiempo para abordar las
tareas concretas.
Bibliografía
https://www.monografias.com/trabajos51/libertad-sindical/libertad-
sindical2.shtml
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:ED-Pg-DeryCSoc-
Aahernandez/HERNANDEZ_ORTIZ_Alfonso_Antonio_Tesis.pdf
http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/portalIG/home_269/recursos/gene
ral/30042020/libertadsindical.pdf
https://www.ilo.org/global/topics/dw4sd/themes/freedom-of-association/lang--
es/index.htm

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