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ENSAYO

LAS PRESCIPCIONES CAMERALISTAS Y DE LA CIENCIA DE LA POLICIA


(DOCTRINAS) Y SU INCIDENCIA EN LA ADMINISTRACION PUBLICA

MAESTRANTES

EDWIN ALEXANDER OSPINA RIAÑO

C.C. NO. 80.240.354 DE BOGOTÁ D.C.

JORGE ALBERTO SIERRA

C.C. No. 80.123.463

MARCO ARNOLD PARDO DIAZ

C.C. No. 3.170.218

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, ESAP

MAESTRIA EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

DRA. MARYOLY MEJIA PEREZ

12 de septiembre de 2021.
INTRODUCCIÓN

Este ensayo tiene como objetivo resaltar la importancia de la Administración


Pública como ciencia, dentro de la interacción humana, lo que ha llevado a la
construcción de una sociedad diferente, establecida en sus propios valores y
principios universales, tendiente a lograr como asociados los recursos
necesarios para lograr la dignificación de la vida y la felicidad.
La administración es resultado del surgimiento del Estado social, es decir, de
una asociación de individuos, cuyo objetivo principal es la conservación del
hombre en sociedad, mediante la aplicación de la ley a la que le “corresponde
crear la acción administrativa, impulsar la administración según lo exija la común
necesidad, dirigir sus procedimientos y vigilarlos como lo pide el bien público”.

Por otra parte, la acción de la administración dentro de la vida social de un


Estado, evita que este caiga en la arbitrariedad y el desorden, que surge a partir
de los diversos intereses de los individuos, así como de aquellos que, en la
búsqueda del poder, dejan los interés comunes de la sociedad para establecer
los intereses particulares, en este sentido la administración es entendida como
un instrumento regulador.

Cabe mencionar que la Administración Pública es la base de todo Estado, ya


que tiene entre sus principios conservar el orden social y garantizar el bienestar
de las personas y sus propiedades.
LAS PRESCIPCIONES CAMERALISTAS Y DE LA CIENCIA DE LA POLICIA
(DOCTRINAS) Y SU INCIDENCIA EN LA ADMINISTRACION PUBLICA

Charles Bonnin, establece a grandes rasgos que para la existencia y


conservación de una comunidad o estado social es necesaria la presencia de
individuos que lo compongan, relaciones establecidas entre los ciudadanos, la
implantación de un orden social (mediante reglas) y el conjunto de necesidades
propias de los individuos, la administración en este ámbito va a promover el buen
desarrollo de las relaciones sociales, con apoyo de las leyes que son propuestas
como un mecanismo para la conservación del orden social.

La administración tiene sus principios en el siglo XVI, época en la cual muchos


intelectuales se dieron a la tarea de pensar la manera en cómo debían ser
creados y administrados los recursos y las riquezas, estas ideas posteriormente
tuvieron una fuerte influencia en acontecimientos históricos como: la Revolución
Francesa, la emancipación y posterior independencia de las colonias españolas
en américa latina y la independencia de los angloamericanos.

En Alemania, a mediados del siglo XVIII, Juan Enrique Von Justi refirió que la
voz pólice, tenía dos sentidos, uno estricto, otro lato. El primero “comprende todo
lo que puede contribuir a la felicidad de los ciudadanos, y principalmente a la
conservación del orden y la disciplina, los reglamentos que miran hacerles la vida
más cómoda, a procurarles las cosas que necesitan para subsistir”. En el
segundo significado, “se comprende bajo el nombre de policía, las leyes y
reglamentos que conciernen al interior de un Estado, que tiran a afirmar su poder,
a hacer un buen uso de sus fuerzas, a procurar la felicidad de los súbditos; en
un apalabra: el comercio, la hacienda, la agricultura, el descubrimiento de minas,
las maderas, los bosques, etc., entendiendo que la felicidad del Estado depende
de la inteligencia con que todas estas cosas están administradas”. Fue a partir
de este siglo cuando surgió la idea de que los recursos y las riquezas debían ser
administrados de forma ordenada e igualitaria, para poder beneficiar a todos los
componentes del Estado, esto con base a leyes y reglamentos.

Esta última acepción de origen a la Ciencia Política o de policía, como eje de


estudios administrativos, que entonces se conocían como ciencias Camerales.
La Ciencia de la policía era una disciplina que en su origen se encontraba
destinada a preparar a los estadistas y funcionarios públicos para comprender el
modo en que se podía incrementar el poder del Estado y acrecentar a sus
fuerzas interiores. La Ciencia de la Policía se siguió cultivando en Alemania hasta
bien entrado el siglo XIX.

Sin embargo, el tránsito de la policía hacia la administración se había iniciado


hacia finales del siglo XVIII, tal como es observable en Francia en vísperas del
desplome del absolutismo. Si se observa el sentido de administración no se han
independizado aún del contenido de policía, que aún se preserva plenamente.
La administración es esa dirección general que mantiene el orden de la sociedad
política. Se relaciona con la naturaleza y principio del gobierno que busca
establecer un orden. Ella está interesada por la grandeza del Estado, por su
producción y riqueza, así como del carácter del pueblo, por sus costumbres,
idiosincrasia y maneras de desarrollar las artes, comercio o industria de sus
habitantes.

La actual concepción de la voz de administración pública hubo de esperar hasta


la emergencia de los regímenes constitucionales, cuando en 1808 Carlos Juan
Bonnin le dio un contenido distinto al de la policía. Al referirse a esta última – a
la que Bonnin ya le atribuía el sentido de seguridad pública-, explico que “es fácil
conocer que la policía de que se trata no es aquella inquisición política obra del
absolutismo, monstruo alimentado y formado con una predilección particular por
las monarquías europea”.

Se había extinguido el uso de la policía como ciencia y arte del gobierno en las
sociedades absolutistas de Europa occidental, usándose desde entonces la
noción de administración pública propia de un Estado basado en los derechos
del hombre y el ciudadano.

La primera concepción científica de la administración pública bajo un nuevo


rotulo, fue formulada en 1808 por Carlos Juan Bonnin. Entendía que:
“administración la que forma la acción propiamente del Estado” (…) “abraza todo
lo que constituye las relaciones de los administrados con Estado, dentro del
interés del orden social”, La administración no es un mero instrumento, púes está
dotado de autoridad; pero no se trata de una autoridad ordenante, sino ejecutiva.
Es pasiva como voluntad, pero activa como ejecución: “gobernar es dirigir,
ordenar, supervisar; administrar es obrar directamente”.

La administración pública hunde sus raíces en el seno de la sociedad y está


preñada de naturaleza social. Bonnin explicaba que “la administración es una
consecuencia natural del hombre; su naturaleza es un resultado de la
comunidad, pues desde el momento en que existe el pacto social, hay
administración; así es, que siempre encontramos la naturaleza, hasta en el
despotismo. Es púes evidente que la administración no toma su principio en
convenios humanos, sino que es un fenómeno precedente de la existencia
misma de la sociedad, sin que los convenios o leyes sirvan más que para
organizarla, es decir, para determinar su modo de existir, púes su existencia
procede de los mismos principios que de la sociedad”.

Tal es la razón por la cual el orden jurídico no instituye a la sociedad, ni a la


administración pública, sino solamente establece su organización; debido a que
la administración pública debe su vida al proceso social, dicha leyes únicamente
de dan su impulso vital en determinada dirección.

Con base en las ideas precedentes, Bonnin formulo la primera definición de


administración pública que aún sigue siendo vigente:

“La administración pública es la autoridad común que (…) ejecuta las


leyes de interés general que se estatuyen sobre las relaciones
necesarias de cada administrado con la sociedad, y de la sociedad
con cada uno de ellos; así como sobre las personas, los bienes y las
acciones, como interesantes al orden público”.
Con esta definición, se puede deducir que el objetivo de la administración es muy
amplio, debido a que va desde proteger los intereses de los individuos hasta
sancionar a aquellos que actúan en contra del orden y de los intereses sociales,
cuidando de manera perpetua la ejecución de las leyes, prediciendo hechos
futuros y corrigiendo aquello que no es funcional. En tanto la tarea de la
Administración debe ser realizada de manera continua, pues la sociedad que
tiene bajo su guarda tiene la característica de ser activa y permanente.

No obstante, cabe mencionar que la administración por sí misma es insuficiente


sin la presencia de un gobierno, así como este requiere de la administración para
realizar sus labores, bajo esta lógica se puede entender que ambos comparten
un relación de complemento, siendo entonces “el gobierno es el pensamiento
que dirige y la administración el brazo que ejecuta”, de la adecuada relación entre
los dos, dependerá la organización, regularidad y el orden de la sociedad.

La administración entendida como una ciencia tiene por objeto el estudio,


análisis, observación y comparación de todo lo relacionado con la sociedad, esto
con el propósito de establecer principios que puedan ser aplicados y modificados
a las diferentes épocas, espacios, contextos y circunstancias. Esto ha permitido
determinar que la administración es de origen tan antiguo como la existencia de
los propios gobiernos, los cuales tienen como figura central el poder supremo.

El poder supremo tiene como función el cumplimiento de tres actos (pensar,


resolver y ejecutar) necesarios para mantener el orden dentro de un Estado.

La primera acción es pensar, esta incluye decir, preparar y proponer las leyes,
por su parte el segundo acto es resolver en el cual se proponen un conjunto de
soluciones que llevan a la formación de leyes y por último el tercer acto propio
del poder supremo es ejecutar, es decir, llevar a cabo las leyes o normas
propuestas.

La importancia de la administración a lo largo de la historia, es que ha logrado


prevalecer ante los diferentes cambios que se han dado en los Estados,
adaptándose a todos los tipos de sistemas y gobiernos. Cabe señalar que,
durante los diversos periodos la mejora administrativa ha requerido de mucho
tiempo y solo se ha dado parcialmente, esto porque ha procurado el bienestar y
control del gobierno, por encima de su organización y perfeccionamiento de
métodos, esto tiene como consecuencia que no se logren cumplir todos los
objetivos propuestos.

En cuanto al legado del anterior trasegar organizacional administrativo de los


estados europeos, a través de la ciencia de la administración, aterrizándola sobre
la órbita de la Constitucional Política Colombiano, observamos que el texto
constitucional se identifiquen características que correspondan a un modelo
administrativo burocrático y de gerencia pública, así como la anticipación de
algunos de los elementos propios de la gobernanza, en una especie de
sincretismo constitucional involuntario; que profesa la gobernanza a través de la
descentralización de las tres ramas del poder público ejecutivo, legislativo y
judicial.
La descentralización con autonomía de la organización territorial tampoco es un
elemento propio del modelo burocrático, y, por el contrario, es un punto de
inflexión que permite la introducción de elementos tanto de la gerencia pública
como y especialmente de la gobernanza, en la medida en que el
empoderamiento de la gestión pública por parte de los territorios se orienta a
lograr que la acción administrativa del Estado sea más eficaz y eficiente, y a la
vez más transparente y con mayor responsabilidad.
En la Constitución de 1991, no es identificable una opción normativa explícita por
un determinado modelo de administración pública, pero de reglas dispersas
principalmente en los títulos relativos a los principios fundamentales, la
organización del Estado y el régimen económico y de la hacienda pública, así
como para el desarrollo legal y en la práctica administrativa de los principales
elementos del modelo gerencial, pretendidamente armonizables con la sujeción
de los servidores públicos a la ética pública y la participación ciudadana en el
ejercicio y la vigilancia de la función administrativa, como ingredientes
adicionales propios de la gobernanza.

En últimas, el desafío que se le plantea hoy a la administración pública del siglo


XXI es hacer la gestión pública realmente operativa, recurriendo a instrumentos
y técnicas diferentes y novedosas, aun aquellas propias de la gerencia privada,
sin dejar de lado la esencia de su razón de ser como titular de la responsabilidad
general de garantía a cargo del Estado.

La sociedad moderna exige no solo la solución de las demandas, sino también


la eficacia, eficiencia y calidad de las mismas; es está y la perdida de legitimidad
lo que han orillado a los gobiernos y administraciones, a tomar medidas que
permitan mejorar la toma de decisiones y distribución de recursos. Ante estas
problemáticas se han propuesto diversas alternativas. Una de las más
reconocidas ha sido la mencionada gestión pública, que busca entre otras cosas
reformar los procesos, ideas, teorías, conceptos y modelos de la denominada
administración burocrática, esto con la intención de recuperar los principios
fundamentales de la administración pública, a partir de estructuras renovadas
que pongan como eje principal el bienestar colectivo.

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