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La Historia Del Salto de Millares
La Historia Del Salto de Millares
1ª parte
Salto de Millares
"Como en la Alpujarra, como en el macizo de Peñagolosa y en el alicantino de Aitana, los
caminos son solitarios; de pueblo a pueblo, en esta comarca (del cañón del Júcar), menos aún
que en aquéllos, no hay caseríos, ni casas, ni ventas, ni bosques, ni fuentes, éstas por
excepción y poco visibles. Pero aventajan en la amplitud de los horizontes, porque se han
trazado, ó mejor abierto á lo largo de extensas mesetas, desde las cuales se tiende la vista en
todas direcciones para contemplar y gozar, no una llanura monótona, sino segundos y ulteriores
términos formados por un conjunto de montañas que en dirección parecida á la del Júcar
atraviesan la provincia de Valencia, ó tambien un espacio más abierto, limitado por la Muela
de Bicorp. Y los que han viajado por las montañas saben cuánto atenúa las molestias producidas
por el estado del camino aquella impresión que nace de contemplar horizontes grandiosos que,
por serlo, hasta llegan á subyugar el ánimo"
E. Soler (1905): Por el Júcar. Notas y apuntes de viaje, p. 11
"Pero ¡qué cerca y a la vez qué lejos estábamos de Molinar! El paisaje (de Millares) es otro,
otros los vecindarios, las costumbres, las tradiciones y el nivel económico del medio ambiente.
A fines del XVIII, el P. Cabanilles reprobaba a los habitantes de Millares que postergaran el
cultivo de sus tierras a las artes industriales. El religioso enciclopédico habría preferido que sus
anfitriones (¡ya era ha hazaña en aquellos tiempos recorrer a fondo el valle del Júcar!) se
dedicaran a la nutricia labranza en vez de al oficio de fabricar alpargatas. Pero ¿qué habría
escrito el autor adivinando que dos siglos después iban la industria y la agricultura a
emparejarse y caminar de consuno, que una empresa española concienzuda y audaz habría de
civilizar, habría de industrializar, no ya en detrimento de la agricultura, sino en beneficio de los
regantes, las aguas histéricas del Júcar?" (Hidroeléctrica Española, S.A. (1907-1957), p. 40)
La garganta del Júcar, encajada entre muelas y sierras medias mediterráneas, es un paisaje
sublime. En las abruptas laderas del cañón afloran masivas secuencias rocosas y se desarrolla
una amplia diversidad de nichos ambientales. Durante siglos, el congosto fue un desierto
marginal e incomunicado, un refugio casi inexpugnable, pero también un camino de agua,
vigilado desde castillos y atalayas, y arriesgada ruta de almadías y gancheros. Entre Cofrentes
y Tous, el río Júcar - alimentado por la sostenida inercia del caudal de base en régimen natural
- salva un desnivel de 300 m, un valioso recurso para los saltos hidroeléctricos pioneros en la
primera mitad del siglo XX. Desde entonces hasta hoy, la hidroelectricidad ha transformado
muchos elementos dominantes del paisaje del cañón. De la gestión energética de la garganta
dependen muchas actividades de nuestra sociedad postindustrial. El paisaje del cañón del
Júcar, además de agua y roca, y de chorradores y reciales, también es un complejo
hidrotecnológico que ha impreso nuevas dimensiones al paisaje.
Un aislado congosto
La garganta del Júcar entre Cofrentes y Tous se encaja mayoritariamente entre bordes
recortados de mesas y muelas calcáreas (sur) y de sierras plegadas y fracturadas (norte). En
las vertientes, desniveles pronunciados, escarpes y cantiles, bien registrados por la toponimia
(cinto, cingla, ceja, morro, cuchillo, muralla, cortada, alto, rialto, puntal, etc.), alternan con
cuestas y taludes de marcado gradiente sobre rocas más blandas. También hay marcas de
desprendimientos y desplomes. En todo caso, el perfil transversal y la anchura de la garganta
cambian en cada tramo.
En su recorrido por el cañón, el Júcar es un río alóctono con una notoria influencia atlántica en
su régimen, con nevadas invernales en las serranías de cabecera y frecuentes tormentas
primaverales. Antes de la regulación del Júcar, el caudal medio a la entrada del congosto era
de 55 m3/seg. y a la salida (en Sumacàrcer) era de 60. Si el caudal era relativamente
importante, más significativa era la regularidad cárstica de los ríos Júcar y Cabriel,
dependientes de los acuíferos de cabecera y de la Mancha oriental. De otra parte, la influencia
mediterránea introduce rasgos de torrencialidad. Las crecidas extraordinarias destruían los
puentes y arrasaban precarias infraestructuras, que colapsaban la comunicación entre ambas
márgenes (así sucedió en 1864, 1884, 1898, 1923). En tiempos más recientes, el desastre de
la riada de 1982 aceleró la reordenación hidroeléctrica aguas arriba de Tous.
El congosto se halla comprendido entre los pisos bioclimáticos termo y mesomediterráneo, con
ombroclimas de subhúmedos a secos. Al mismo tiempo, el encajamiento condiciona los
contrastes entre solanas y umbrías y una rica alternancia de nichos ecológicos. En
consecuencia, hay numerosos microambientes con una flora muy representativa; algunos más
accesibles fueron aprovechados como recurso por los habitantes de Tous, Dos Aguas, Millares,
Cortes de Pallás y Cofrentes.
El territorio que rodea la garganta fue descrito por Cavanilles como un desierto "sin cultivo y
sin colonos". La difícil accesibilidad y los escasos recursos siempre limitaron la densidad
demográfica. No obstante, durante la época islámica se implantó a lo largo del congosto un
sistema defensivo de castillos, torres vigías y fortificaciones, de los que dependían alquerías y
otros asentamientos dispersos. Los sitios defensivos son espectaculares e insólitos, sobre
acantilados y cerros (castillo de Tous-Terrabona, Castillet, castillo de Cabas y castillo de
Millares, castillos de Ruaya, la Pileta, Otonel y Chirel en Cortes de Pallás y castillo de Cofrentes).
El emplazamiento más impresionante es el arruinado castillo de Madrona, sobre una aguda
peña junto al cierre de la presa del Naranjero, con restos de estructuras apoyadas en el borde
de un abismo de 300 m sobre el Júcar.
Tras la conquista cristiana del siglo XIII, los márgenes del cañón del Júcar siguieron poblados
por mudéjares. Forzados a bautizarse en 1525, se produjo la primera sublevación de la muela
de Cortes. Posteriormente, la orden de expulsión de los moriscos (1609) originó la gran rebelión
con un resultado dramático para los sublevados. La expulsión produjo el abandono generalizado
de casas y tierras, algunas de las cuales se transformaron en eriales durante la gran crisis del
siglo XVII. Pese a los intentos de repoblación, algunos lugares quedaron definitivamente
deshabitados. A fines del siglo XVIII, Buguete (Boxet) y Rugaya (Ruaya) estaban despoblados
y en Otonel quedaba una sola casa. El patrón del poblamiento actual, pese a los despoblados,
es herencia de época medieval. Las poblaciones que rodean el congosto (Cofrentes, Cortes,
Dos Aguas, Millares, Tous) crecieron en el siglo XIX y alcanzaron el máximo demográfico
durante las primeras décadas del siglo XX (debido a las obras relacionadas con la construcción
de los saltos hidroeléctricos).
Los recursos tradicionales en el entorno de la garganta han sido la ganadería extensiva, los
productos forestales y la práctica de la agricultura. Como las cuidadas huertas en el ruedo de
los pueblos y los cultivos del secano (algarrobo, olivo, vid) no proporcionaban lo necesario, la
actividad agrícola se completaba con la ganadería trashumante, la explotación del monte
(carboneo, leña, cal, miel, etc.) o la recolección de esparto para la manufactura de alpargatas,
y de palmito para cuerdas, escobas, etc. Algunos vecinos redondeaban sus ingresos con otros
oficios a tiempo parcial (arriería, gancheros, jornaleros en la Ribera, etc.).
Otro rasgo ha sido el aislamiento y la dificultad de las comunicaciones. Las vías más comunes
eran las veredas de ganado y las sendas de los arrieros. Los pasos más complicados se
encontraban en los cintos que bordeaban las muelas. De otra parte, el carácter inaccesible del
congosto se veía acentuado por los escasos pasos para cruzar el río Júcar: en Cofrentes, Cortes
de Pallás y Millares hubo precarios puentes de madera que, de forma recurrente, eran
arrastrados por las mayores crecidas. En Tous había una barca para cruzar el Júcar.
La historia del Salto de Millares - 2ª parte - El proyecto
hidroeléctrico del Salto de las Agujas
LA HISTORIA DEL SALTO DE MILLARES
2ª PARTE
El Salto de Millares en construcción - Año 1932
Introducción
El Río Júcar
El presente artículo analiza el desarrollo de uno de los grandes saltos del Júcar conocido
como Salto de las Agujas que actualmente se denomina Salto de Millares, por su proximidad a
la población valenciana del mismo nombre.
El Río Júcar
El proceso para llevar a cabo su explotación involucró a una de las principales empresas
eléctricas valencianas de finales del siglo XIX, la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, pero la
fuerte inversión requerida y las dificultades para su construcción impidieron que esta
mercantil pudiera culminar su proyecto que fue finalmente trasferido a Hidroeléctrica
Española, una empresa fundada posteriormente dentro de un mercado evolucionado y más
maduro.
Este artículo da a conocer los diferentes agentes que intervinieron en el desarrollo del
proyecto, el porqué de su puesta en marcha, y las dos grandes dificultades que debieron
solventarse, en primer lugar, la financiera y en segundo lugar la constructiva. La información
que ha permitido la redacción del mismo se ha obtenido fundamentalmente del Archivo
Histórico de Iberdrola en el Salto de Alcántara (AHISA) (García y Diego, 2005).
El Río Júcar
La historia del Salto de Millares - 3ª parte - La Sociedad
Hidroeléctrica de Valencia
3ª PARTE
La industria de la molturación se había desarrollado con éxito en la segunda mitad del siglo
XIX, particularmente en la provincia de Valencia. Los tres hermanos Pons Forés, Manuel,
Francisco y José, cuya familia poseía el Molino Grande de Silla o Molino de Forés (Serna y Pons,
2012), habían diversificado y orientado su actividad hacia el novedoso negocio eléctrico.
Tras un primer comienzo como modesta “Sociedad en Comandita Pons y Forés” fundaron en
1894 la más ambiciosa “Sociedad Hidroeléctrica de Valencia”. El objeto social era la
producción, explotación y distribución de energía eléctrica para alumbrado y fuerza motriz
en los términos municipales de Gandía y Alcoy, pudiéndose dedicar a otros negocios
relacionados con la electricidad. Para ello, previamente habían obtenido la concesión de un
salto en el río Serpis, el Salto del Moro. Allí establecieron la central hidroeléctrica de Lorcha
que podía proporcionar hasta 680 kW de potencia mediante tres turbinas. Esta sociedad
contaba con importantes miembros de la burguesía valenciana de la época entre sus 25
accionistas iniciales. Su despliegue fue rápido y en 1896 la Sociedad Hidroeléctrica de
Valencia ya había tendido dos líneas de media tensión necesarias para su plan de empresa,
primera a Gandía y la segunda a Alcoy. La corriente generada era alterna monofásica a una
tensión de 6.000 voltios (Trénor, 1900). La línea hasta Gandía bordeaba la plataforma del
nuevo ferrocarril entre ambas poblaciones mencionadas.
El crecimiento a largo plazo no era sencillo. Las empresas eléctricas formaban un mercado
segmentado y territorializado. En cada población de tipo mediano se había establecido un
primer productor con un mercado cautivo. En Alcira y Carcagente se extendía la red
eléctrica de José Vicente Pardo, en Játiva la de Serra y Ramírez, en Enguera operaba “La
Electricista Enguerina” y así el patrón se repetía a lo largo de la Comunidad (Armero, 2016).
Ante esta situación, la forma de crecimiento que además permitiera aplicar economías
de escala, se basaba en la apertura de redes en nuevas poblaciones o en la adquisición
de otras sociedades competidoras. Otra estrategia que se apuntaba a más largo plazo y que
finalmente resultó decisiva, era la apuesta por gran generación hidroeléctrica (Bartolomé,
2007). Durante la última década del siglo XIX el transformador había evolucionado y al
mismo tiempo, los aislamientos en el transporte también habían mejorado por lo que
se podían alcanzar tensiones más altas en el punto de generación y así reducir las pérdidas en
el transporte, dando así solución a uno de los grandes problemas que presentaba la
distribución eléctrica a tensiones bajas. Los saltos potencialmente más valiosos pero
alejados de las grandes poblaciones estaban alcanzando su umbral de explotación. Las
empresas pioneras como la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, eran conscientes de la
gran necesidad de capital que suponían las obras hidráulicas, empezando por las
concesiones y siguiendo con la construcción de embalses, edificios anexos, la maquinaria
eléctrica e instalaciones. Sobre esta inversión se debía añadir el coste del trasporte
eléctrico. Cuando mayor era la capacidad del salto y mayor la distancia al punto de
consumo, mayor era la inversión.
El interés que despertaba el Júcar entre los primeros empresarios valencianos era grande
por las enormes posibilidades que ofrecía (Arroyo, 2012). La estrategia de crecimiento de la
Sociedad Hidroeléctrica de Valencia se basaba en aprovechar el Júcar para mejorar su
capacidad de generación. La sociedad se había planteado adquirir un valioso salto en
la parte alta de dicho río y mediante dos líneas principales, trasportar el fluido generado a
la ciudad de Valencia y a Gandía.
Todo ello era necesario para posicionarse en el mercado pues la generación térmica a gran
escala, mecánicamente más sencilla, resultaba cara por el coste y la logística del
combustible y no permitía competir en precio con la hidráulica, quedando relegada a
suministros de apoyo para momentos de estiaje. Solamente aquellas empresas que ya
producían gas como las de José Campo y Eugenio Lebón y que además estaban ubicadas en la
ciudad de Valencia, podían permitirse producir electricidad de origen térmico a precios
competitivos.
La historia del Salto de Millares - 4ª parte - El Salto de las Agujas
LA HISTORIA DEL SALTO DE MILLARES
4ª PARTE
En 1897, la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, adquirió de María del Pilar Andrés Casans, la
concesión de este aprovechamiento en el término de Millares por un importe de 71.725,26
ptas., gastos incluidos. La concesión inicial a la Sra. Andrés databa del 13 de octubre de
1894. Con arreglo a ésta, el salto utilizable era de 13,82 metros, que con el caudal
concedido de 25.000 litros por segundo produciría una potencia bruta de 3.386 kW, la
primera a Gandía y la segunda a Alcoy. La corriente generada era alterna monofásica a una
tensión de 6.000 voltios (Trénor, 1900). La línea hasta Gandía bordeaba la plataforma del
nuevo ferrocarril entre ambas poblaciones mencionadas.
El crecimiento a largo plazo no era sencillo. Las empresas eléctricas formaban un mercado
segmentado y territorializado. En cada población de tipo mediano se había establecido un
primer productor con un mercado cautivo. En Alcira y Carcagente se extendía la red
eléctrica de José Vicente Pardo, en Játiva la de Serra y Ramírez, en Enguera operaba “La
Electricista Enguerina” y así el patrón se repetía a lo largo de la Comunidad (Armero, 2016).
Tras dos años de estudio, en 1899 Manuel Pons Forés solicita modificar el proyecto original de
aprovechamiento y una prórroga de dos años pues no tenía el suficiente apoyo económico
para iniciarlo.
La Sociedad Hidroeléctrica de Valencia concesionaria del aprovechamiento de aguas del Salto
de las Agujas para producir energía eléctrica solicita se modifique el proyecto base de la
concesión situando la presa un poco más arriba del emplazamiento aprobado contada
una Altura de 9 metros a fin de que alcance el embalse hasta 100 metros antes del barranco
de la Paredona, con lo cual el salto utilizable será de 17,45 metros. Solicita también prórroga
de dos años. (Exp. 10372, Negociado: Aguas, 1899, ADPV)
Con esta modificación se obtenía una potencia bruta de 4.275 kW, un 20% superior. Pero
era necesario construir un túnel de desagüe con una longitud de 728 metros, lo que
complicaba la obra y requería una inversión más importante.
El salto estuvo unos años en el activo de la sociedad sin que se pudieran acometer
las obras de construcción de la presa. Así, Manuel Pons se vio obligado a solicitar en 1903 una
nueva prórroga de la concesión por 4 años (Expediente 10.436. Negociado de Aguas.
ADPV).
El Salto estaba valorado por la sociedad en 85.832.56 ptas. según el inventario de cierre de
1903. Aunque no ejecutaría la obra, tras esta última prórroga, sí mandó que se redactara
el proyecto técnico para su construcción. El proyecto firmado en Septiembre de 1905
por el ingeniero de caminos J. Ignacio Despujols contemplaba la obtención de la energía
mediante 4 turbinas de 2.300 CV (1.716 kW) cada una y dos pequeñas de 130 CV (96
kW) para el movimiento de las excitatrices. La generación estaba prevista a 5.000 V en
corriente alterna trifásica y el transporte a 40.000 V. En el proyecto se hace mención a lo
escarpado del terreno y a la necesidad de construir un camino para poder llevar las 4.000
toneladas de cemento necesarias para construir la presa. Puesto que entonces no había
fábrica en Valencia, el cemento debía arribar por el puerto. La primera fábrica de cemento
Portland en la provincia de Valencia promovida por Emilio Albiol, iniciaría su construcción en
1912 (Sánchez, 2009).
El presupuesto del proyecto era de 2.946.840 ptas. descompuesto en los capítulos que se
muestran en la Tabla 1.
Tabla 1. Presupuesto desglosado. Fuente: Proyecto del Salto de la Agujas, Despujols, 1905.
AHISA.
Concepto/Importe (ptas.)
En cuanto al transporte y distribución del fluido eléctrico, estaba previsto que la línea que
partía del Salto de las Agujas se bifurcara al comienzo del trazado, de manera que
un extremo se dirigiera a Valencia pasando por Montroy (Línea de Valencia) y el otro
hacia Carlet (Línea de la Ribera). Esta segunda línea a su vez alcanzaba las poblaciones
de Alginet, Algemesí, Alcira, Alberique, Carcagente, Cullera, Sueca y finalmente Gandía.
En todas las zonas que atravesaba la instalación entraba en competencia con los suministros
locales, siendo el competidor más importante, Juan Vicente Pardo que dominaba la
distribución eléctrica en Alcira, Carcagente y poblaciones próximas. La línea prevista aunque
permitiría reforzar el suministro a Gandía, atravesaba de norte a sur el territorio dominado
por Pardo, amenazando su mercado.
A partir del relevo en la presidencia, se pierde el rastro de los hermanos Pons y Forés que
probablemente se mantienen como accionistas, pero sin ocupar cargos de responsabilidad.
El río Júcar
La historia del Salto de Millares - 6ª parte - La aparición de
Hidroeléctrica Española
6ª parte
Por otra parte, los proyectos hidroeléctricos de las empresas valenciana seguían estancados
por falta de apoyo financiero. Con esta situación, las hasta entonces inabordables
concesiones del Salto de la Agujas y el de Dos Aguas fueron transferidas en 22 de
diciembre de 1913 a la Sociedad Hidroeléctrica Española, que presentó en fecha 2 de enero de
1915 a la Dirección General de Obras Públicas, un proyecto para su unificación. Sería el tercer
gran proyecto de HE y probablemente el más costoso.
El remanso producido por la presa obligaba a expropiar alguna instalación como el Molino de
Pardo. Las dificultades de la obra retrasaron el proyecto hasta el 28 de noviembre de
1921, fecha en la que se finalizó la redacción del proyecto definitivo a cargo del ingeniero D.
Cayetano Úbeda. La solución finalmente consistió en dividir la obra en dos actuaciones:
Millares y Cortes de Pallás (Proyecto de unificación, 1915, AHISA). El Salto de las Agujas se
transformó en el de Millares y el de Dos Aguas en el Salto de Cortes de Pallás o Rambla
Seca por el lugar donde se vertía el agua.
El poblado de Rambla Seca
La explotación se mantuvo hasta 1988 fecha en la que se desmanteló para dar paso a la actual
configuración de mayor envergadura. Sólo el proyecto de Cortes de Pallás que se abordó
primero, podía proporcionar hasta 30.000 kW de potencia. En 1922 entraba en
funcionamiento el primer grupo de la central de Cortes y poco después (julio de 1923) se
ponía en marcha el segundo grupo.
A los pocos años de iniciar la actividad, tenía en explotación las centrales hidroeléctricas de
Molinar, Villora, Tranco del Lobo y Cortes de Pallás; además de las centrales
termoeléctricas de Madrid, Valencia y Cartagena; las centrales de recepción y
transformación de Madrid (Tranvías), Sagunto, Alcoy, Alcira y Alicante; así como varias
líneas de transporte de energía eléctrica desde los saltos antes mencionados a los
principales centros de consumo, como eran Madrid, Valencia, Alicante o Cartagena (García y
Pérez, 2009).
Se construyeron cobertizos a lo largo del río para alojar a los obreros y cada pocos kilómetros
se abría un hueco en el túnel de 17 kilómetros de longitud que llevaba las aguas hasta la central
de Millares para arrojar por ellos los escombros.
Con cuatro turbinas y 80.000 kilovatios hora de potencia instalada, Millares fue a partir de 1932
un elemento insustituible en la generación de energía. De Millares salen cuatro líneas a Alcoi,
Alzira, Madrid y Valencia que permitieron el despegue industrial valenciano.
Durante todo ese proceso, la demanda energética siguió creciendo en parte asociada al
aumento que supuso el inicio del de la guerra europea.
7ª parte
8ª parte
La construcción del Salto de Millares II
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La historia del Salto de Millares - 9ª parte - La construcción del
Salto de Millares III - La rejilla
La historia del Salto de Millares
9ª parte
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La historia del Salto de Millares - 10ª parte - La construcción del
Salto de Millares IV - El depósito de carga
La historia del Salto de Millares
10ª parte
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La historia del Salto de Millares - 11ª parte - La construcción del
Salto de Millares V - El poblado
La historia del Salto de Millares
10ª parte
El poblado
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El poblado 1932/1934
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EL POBLADO
La casa del Médico
La residencia
La historia del Salto de Millares - 12ª parte - La construcción del
Salto de Millares VI - La central
La historia del Salto de Millares
12ª parte
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La construcción de la Central
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La Central
La historia del Salto de Millares - 13ª parte - La construcción del
Salto de Millares VII - Horrible catástrofe en Millares
La historia del Salto de Millares
13ª parte
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LA VOZ. Madrid. Lunes, 20 de febrero de 1933. AÑO XIV, Núm. 3792. Pág. 12
EN EL PUEBLO DE MILLARES
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INFORMACIÓN LOCAL.
NOTICIAS
El Gobernador Civil, señor Doporto, al recibir ayer a los periodistas, manifestó que
un grave suceso había tenido lugar en las proximidades de Millares, acarreando la
muerte de varias personas, cuyo número exacto todavía no se conoce. El suceso
había tenido lugar a consecuencia del desprendimiento natural de tierras
ocasionando la caída de un peñón de grandes dimensiones sobre unas chabolas
de obreros. Los muertos que pudo contarse fueron seis, y varios heridos, pero se
supone que entre los escombros habrán quedado tres o cuatro muertos. El lugar
del suceso está próximo a la residencia del médico, y merced a ello los heridos
estuvieron muy bien atendidos desde los primeros momentos.
LOS MUERTOS. Los cadáveres extraídos son los siguientes: Eleuterio Jiménez,
casado; Benjamín Ródenas, casado; Pedro Saval, soltero; José Correcher, soltero;
Emilio Guipuy e Hilario Baeza. Los cinco primeros vecinos de Cofrentes y el último
natural de Fuentes (Cuenca).
ENTRE LOS ESCOMBROS SE CREE QUE EXISTE EL CADÁVER DE UNA MUJER CON
SUS TRES HIJOS. Durante todo el día de ayer continuaron sin descanso los
trabajos de salvamento. Los enormes bloques de piedra y la tierra que formaban
un inmenso montón sobre las chabolas han sido poco a poco excavados por las
brigadas de obreros, adoptando infinitas precauciones para que no ocurrieran
desprendimientos. Se busca a una mujer, llamada Rosa López, natural de
Albarracín (Teruel), que es esposa de un guardia nocturno de la Central, que en
el momento de ocurrir la desgracia estaba prestando servicio, debiendo su visa a
esta circunstancia. Con esta desgraciada mujer estaban sus tres hijos, y se supone
que los cuatro hayan perecido. Los trabajos continúan sin interrupción y unas
brigadas se suceden a las otras, y el vecindario de Millares más el de Cofrentes,
que han acudido en gran número al lugar del suceso, coopera con gran ardor a
los trabajos de salvamento. Durante la noche continuaron éstos, pues es el
propósito de no descansar hasta que haya sido encontrada la desgraciada mujer
y los tres pequeños. El juez de instrucción de Ayora, con el personal a sus órdenes,
instruye diligencias.
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Los heridos a causa de este suceso que se hallan hospitalizados en el local que
para este objeto tiene la Compañía, continúan mejorando, dentro de su gravedad.
Uno de ellos, el que se halla más grave, fue intervenido ayer mañana por el doctor
Malboysson y el practicante, D. Bruno Mallen, con la cooperación del médico titular
de Cofrentes, D. Francisco Pardo. La labor de todos ellos ha sido eficacísima y
digna de los mayores elogios, pues a pesar del cansancio y del intenso trabajo
desarrollado, todos permanecieron en pie sin descansar un solo instante,
atendiendo a los heridos. El alcalde Valencia, D. Vicente Lambíes, haciendo honor
a la hidalguía y nobleza de todo valenciano, ofreció el concurso del coche
ambulancia municipal, caso de ser necesario para el traslado de algún herido.
Igual ofrecimiento hizo, en nombre de la Diputación, el presidente accidental, Sr.
Llerandi. Poco después salió en dirección a Millares el coche ambulancia del
Instituto Provincial de Higiene que posee más capacidad para el traslado de varios
heridos a la vez.
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CRÓNICA DE SUCESOS
Señor Director de LAS PROVINCIAS. Sobre las 19 horas del día 21, llegaron a esta
localidad de Cofrentes, varios camiones de la Hidroeléctrica, conduciendo los
cadáveres y familiares de los mismos, esperando todo el pueblo en masa y
desarrollándose, a la llegada de los mismos, las escenas más conmovedoras que
se conocerán en la vida, siendo imposible el poder detener a los numerosos
familiares y amigos, a pesar de los grandes esfuerzos que por parte de las
autoridades se habían tomado, pues ya que la fuerza del puesto de la Guardia
Civil tenía tomadas todas las precauciones, de acuerdo con el celoso señor alcalde
y juez municipal, fue del todo imposible el contener la avalancha, teniendo que
desatender su cometido, dedicándose el médico titular a auxiliar a cuantas
personas eran víctimas de desmayos- En un lugar adecuado se constituyó la
capilla ardiente, en la que no sólo por los familiares, sino por centenares de
personas fueron acompañados durante toda la noche.
y 14ª parte
Rambla Seca
El aula
Lástima que acabadas desde hace bastantes meses, siguen sin dar la instrucción
escolar al tropel de chiquillos que viven en tal caserío”. Tras la ejecución del
capellán-maestro, D. Manuel Pastor Lozano, durante los primeros meses de la
Guerra Civil en la carretera que unía Millares con Rambla Seca, en las
proximidades del barranco de Cavera (la “Hidro” mandó levantar una cruz en su
memoria), la labor pastoral la desempeñó el cura párroco de la localidad de
Millares, ocupándose de la labor docente diversas maestras hasta el cierre de la
escuela.
La ermita, como hemos dicho antes, estaba dedicada a la Virgen del Carmen, tenía
una superficie de 190 m2 con planta de cruz latina, cuyo brazo izquierdo ocupaba
la sacristía, con puerta practicable al exterior. Se accedía al interior del templo por
un pequeño porche aporticado. Sobre la puerta existían cinco ventanas
escalonadas y sobre este frontis una espadaña que centraba la composición. El
interior era de nave única de tres tramos con bóveda de cañón, mientras que la
techumbre de la capilla de la derecha era de crucería. Presentaba un pequeño
ábside en el testero, que interiormente albergaba un baldaquino con la imagen de
la Virgen del Carmen, actualmente custodiado este conjunto, al igual que la
campana, en la iglesia del pueblo de Millares.
Todas las edificaciones que conformaban el poblado de empleados han sido
demolidas como consecuencia de quedar por debajo del nivel de las aguas del
embalse de Tous, en el caso de llegar a la cota de máximo llenado. Evidentemente,
la ermita, la escuela y la casa de las maestras han desaparecido también. En las
fotografías que acompañan este artículo puede apreciarse la belleza de este
edificio religioso y su situación en el conjunto de edificaciones. (Por FIDEL PÉREZ
BARBERÁ, Cronista Oficial de Millares)
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Con las riada de 1982, se decidió cerrar el salto de Millares, con la inauguración
de la nueva presa de Tous, parte de nuestro poblado quedó enterrado bajo las
aguas y derribada nuestra escuela, nuestra iglesia, nuestras casas ... pero no mis
recuerdos, mis olores, mis sensaciones.
Los que hemos tenido la suerte de crecer con la naturaleza de nuestro lado, ésta
llega a formar parte indisociable de nosotros y nos condiciona y nos marca de tal
manera, que cuando no la tenemos cerca, la echamos mucho de menos.
La mayoría de las personas lamentablemente ya no están, incluso la mayoría de
los lugares desaparecieron bajo las aguas o derribados, por lo que no puedo visitar
ni pasear para intentar visualizar y recordar. No puedo dejar de sentir una
nostalgia infinita y un sentimiento de calor y afecto, compartido con todos los que
recuerdan aquella etapa maravillosa de la vida que me tocó vivir... sin apenas
darme cuenta, que aquello era un verdadero paraíso.