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La historia del Salto de Millares - 1ª parte - El proceso de

integración de las sociedades eléctricas valencianas


La historia del Salto de Millares

1ª parte

El proceso de integración de las sociedades eléctricas valencianas

Salto de Millares
"Como en la Alpujarra, como en el macizo de Peñagolosa y en el alicantino de Aitana, los
caminos son solitarios; de pueblo a pueblo, en esta comarca (del cañón del Júcar), menos aún
que en aquéllos, no hay caseríos, ni casas, ni ventas, ni bosques, ni fuentes, éstas por
excepción y poco visibles. Pero aventajan en la amplitud de los horizontes, porque se han
trazado, ó mejor abierto á lo largo de extensas mesetas, desde las cuales se tiende la vista en
todas direcciones para contemplar y gozar, no una llanura monótona, sino segundos y ulteriores
términos formados por un conjunto de montañas que en dirección parecida á la del Júcar
atraviesan la provincia de Valencia, ó tambien un espacio más abierto, limitado por la Muela
de Bicorp. Y los que han viajado por las montañas saben cuánto atenúa las molestias producidas
por el estado del camino aquella impresión que nace de contemplar horizontes grandiosos que,
por serlo, hasta llegan á subyugar el ánimo"
E. Soler (1905): Por el Júcar. Notas y apuntes de viaje, p. 11

"Pero ¡qué cerca y a la vez qué lejos estábamos de Molinar! El paisaje (de Millares) es otro,
otros los vecindarios, las costumbres, las tradiciones y el nivel económico del medio ambiente.
A fines del XVIII, el P. Cabanilles reprobaba a los habitantes de Millares que postergaran el
cultivo de sus tierras a las artes industriales. El religioso enciclopédico habría preferido que sus
anfitriones (¡ya era ha hazaña en aquellos tiempos recorrer a fondo el valle del Júcar!) se
dedicaran a la nutricia labranza en vez de al oficio de fabricar alpargatas. Pero ¿qué habría
escrito el autor adivinando que dos siglos después iban la industria y la agricultura a
emparejarse y caminar de consuno, que una empresa española concienzuda y audaz habría de
civilizar, habría de industrializar, no ya en detrimento de la agricultura, sino en beneficio de los
regantes, las aguas histéricas del Júcar?" (Hidroeléctrica Española, S.A. (1907-1957), p. 40)
La garganta del Júcar, encajada entre muelas y sierras medias mediterráneas, es un paisaje
sublime. En las abruptas laderas del cañón afloran masivas secuencias rocosas y se desarrolla
una amplia diversidad de nichos ambientales. Durante siglos, el congosto fue un desierto
marginal e incomunicado, un refugio casi inexpugnable, pero también un camino de agua,
vigilado desde castillos y atalayas, y arriesgada ruta de almadías y gancheros. Entre Cofrentes
y Tous, el río Júcar - alimentado por la sostenida inercia del caudal de base en régimen natural
- salva un desnivel de 300 m, un valioso recurso para los saltos hidroeléctricos pioneros en la
primera mitad del siglo XX. Desde entonces hasta hoy, la hidroelectricidad ha transformado
muchos elementos dominantes del paisaje del cañón. De la gestión energética de la garganta
dependen muchas actividades de nuestra sociedad postindustrial. El paisaje del cañón del
Júcar, además de agua y roca, y de chorradores y reciales, también es un complejo
hidrotecnológico que ha impreso nuevas dimensiones al paisaje.

Un aislado congosto

La garganta del Júcar entre Cofrentes y Tous se encaja mayoritariamente entre bordes
recortados de mesas y muelas calcáreas (sur) y de sierras plegadas y fracturadas (norte). En
las vertientes, desniveles pronunciados, escarpes y cantiles, bien registrados por la toponimia
(cinto, cingla, ceja, morro, cuchillo, muralla, cortada, alto, rialto, puntal, etc.), alternan con
cuestas y taludes de marcado gradiente sobre rocas más blandas. También hay marcas de
desprendimientos y desplomes. En todo caso, el perfil transversal y la anchura de la garganta
cambian en cada tramo.

En su recorrido por el cañón, el Júcar es un río alóctono con una notoria influencia atlántica en
su régimen, con nevadas invernales en las serranías de cabecera y frecuentes tormentas
primaverales. Antes de la regulación del Júcar, el caudal medio a la entrada del congosto era
de 55 m3/seg. y a la salida (en Sumacàrcer) era de 60. Si el caudal era relativamente
importante, más significativa era la regularidad cárstica de los ríos Júcar y Cabriel,
dependientes de los acuíferos de cabecera y de la Mancha oriental. De otra parte, la influencia
mediterránea introduce rasgos de torrencialidad. Las crecidas extraordinarias destruían los
puentes y arrasaban precarias infraestructuras, que colapsaban la comunicación entre ambas
márgenes (así sucedió en 1864, 1884, 1898, 1923). En tiempos más recientes, el desastre de
la riada de 1982 aceleró la reordenación hidroeléctrica aguas arriba de Tous.

El congosto se halla comprendido entre los pisos bioclimáticos termo y mesomediterráneo, con
ombroclimas de subhúmedos a secos. Al mismo tiempo, el encajamiento condiciona los
contrastes entre solanas y umbrías y una rica alternancia de nichos ecológicos. En
consecuencia, hay numerosos microambientes con una flora muy representativa; algunos más
accesibles fueron aprovechados como recurso por los habitantes de Tous, Dos Aguas, Millares,
Cortes de Pallás y Cofrentes.

El territorio que rodea la garganta fue descrito por Cavanilles como un desierto "sin cultivo y
sin colonos". La difícil accesibilidad y los escasos recursos siempre limitaron la densidad
demográfica. No obstante, durante la época islámica se implantó a lo largo del congosto un
sistema defensivo de castillos, torres vigías y fortificaciones, de los que dependían alquerías y
otros asentamientos dispersos. Los sitios defensivos son espectaculares e insólitos, sobre
acantilados y cerros (castillo de Tous-Terrabona, Castillet, castillo de Cabas y castillo de
Millares, castillos de Ruaya, la Pileta, Otonel y Chirel en Cortes de Pallás y castillo de Cofrentes).
El emplazamiento más impresionante es el arruinado castillo de Madrona, sobre una aguda
peña junto al cierre de la presa del Naranjero, con restos de estructuras apoyadas en el borde
de un abismo de 300 m sobre el Júcar.
Tras la conquista cristiana del siglo XIII, los márgenes del cañón del Júcar siguieron poblados
por mudéjares. Forzados a bautizarse en 1525, se produjo la primera sublevación de la muela
de Cortes. Posteriormente, la orden de expulsión de los moriscos (1609) originó la gran rebelión
con un resultado dramático para los sublevados. La expulsión produjo el abandono generalizado
de casas y tierras, algunas de las cuales se transformaron en eriales durante la gran crisis del
siglo XVII. Pese a los intentos de repoblación, algunos lugares quedaron definitivamente
deshabitados. A fines del siglo XVIII, Buguete (Boxet) y Rugaya (Ruaya) estaban despoblados
y en Otonel quedaba una sola casa. El patrón del poblamiento actual, pese a los despoblados,
es herencia de época medieval. Las poblaciones que rodean el congosto (Cofrentes, Cortes,
Dos Aguas, Millares, Tous) crecieron en el siglo XIX y alcanzaron el máximo demográfico
durante las primeras décadas del siglo XX (debido a las obras relacionadas con la construcción
de los saltos hidroeléctricos).

Los recursos tradicionales en el entorno de la garganta han sido la ganadería extensiva, los
productos forestales y la práctica de la agricultura. Como las cuidadas huertas en el ruedo de
los pueblos y los cultivos del secano (algarrobo, olivo, vid) no proporcionaban lo necesario, la
actividad agrícola se completaba con la ganadería trashumante, la explotación del monte
(carboneo, leña, cal, miel, etc.) o la recolección de esparto para la manufactura de alpargatas,
y de palmito para cuerdas, escobas, etc. Algunos vecinos redondeaban sus ingresos con otros
oficios a tiempo parcial (arriería, gancheros, jornaleros en la Ribera, etc.).

Otro rasgo ha sido el aislamiento y la dificultad de las comunicaciones. Las vías más comunes
eran las veredas de ganado y las sendas de los arrieros. Los pasos más complicados se
encontraban en los cintos que bordeaban las muelas. De otra parte, el carácter inaccesible del
congosto se veía acentuado por los escasos pasos para cruzar el río Júcar: en Cofrentes, Cortes
de Pallás y Millares hubo precarios puentes de madera que, de forma recurrente, eran
arrastrados por las mayores crecidas. En Tous había una barca para cruzar el Júcar.
La historia del Salto de Millares - 2ª parte - El proyecto
hidroeléctrico del Salto de las Agujas
LA HISTORIA DEL SALTO DE MILLARES

2ª PARTE
El Salto de Millares en construcción - Año 1932

EL PROYECTO HIDROELÉCTRICO DEL SALTO DE LAS AGUJAS

El proceso de electrificación inicial de la Comunidad Valenciana sufre un salto cualitativo con la


explotación de la energía hidroeléctrica. El río Júcar ha supuesto y supone la mayor fuente
de energía hidroeléctrica en la provincia de Valencia. A partir de 1882 se empieza a atisbar el
negocio eléctrico y diferentes concesionarios se reparten los saltos aprovechables de la cuenca.
Uno de los más relevantes, por la potencia eléctrica que podía suministrar, era el denominado
Salto de las Agujas, próximo a la población de Millares. La Sociedad Hidroeléctrica de Valencia
adquirió la concesión en 1897 con el objetivo de construir el aprovechamiento, pero el proyecto
se demoró por las dificultades técnicas que presentaba y la incapacidad financiera del
concesionario, y la concesión pasó a manos de Hidroeléctrica Española. Esta última presentó
un nuevo proyecto de unificación con el salto anterior aguas arriba, conocido como Dos
Aguas, aunque el proyecto tampoco resultó viable técnicamente y se retrocedió a la idea
inicial, dividiendo la obra en dos actuaciones. El proyecto definitivo se finalizó en 1921. El
presente trabajo analiza el devenir histórico de este emblemático proyecto y su
repercusión en la electrificación temprana de la provincia de Valencia.

El Río Júcar - 1932


EL PROCESO DE INTEGRACIÓN DE LA SOCIEDADES ELÉCTRICAS VALENCIANAS

Introducción

La electrificación inicial de la actual Comunidad Valenciana es todavía una materia poco


conocida y sin embargo muy relacionada con el proceso de industrialización que ha recibido en
su conjunto, mayor atención de los investigadores. La generación hidroeléctrica fue
decisiva en la competencia con el gas para iluminación ya que permitía una política
de precios contenida e independiente de las oscilaciones del mercado del carbón y del petróleo.
La generación hidroeléctrica vino acompañada de los avances en la tecnología del
transporte eléctrico que posibilitó la distribución de la electricidad a las zonas más pobladas y
alejadas de los grandes centros de producción. En la provincia de Valencia, tanto el río
Turia como el Júcar fueron los principales apoyos del mercado eléctrico a comienzos del
siglo XX siendo este último por su especial orografía y caudal, el que tuvo una mayor
relevancia.

El Río Júcar

La explotación de los saltos hidroeléctricos suponía grandes inversiones en obra civil e


instalaciones y requería de una concesión administrativa otorgada por el Gobernador de la
provincia. Así, las concesiones y en su caso las prórrogas a las mismas aparecen recogidas en
el Archivo de la Diputación Provincial de Valencia (ADPV).

El presente artículo analiza el desarrollo de uno de los grandes saltos del Júcar conocido
como Salto de las Agujas que actualmente se denomina Salto de Millares, por su proximidad a
la población valenciana del mismo nombre.

El Río Júcar

El proceso para llevar a cabo su explotación involucró a una de las principales empresas
eléctricas valencianas de finales del siglo XIX, la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, pero la
fuerte inversión requerida y las dificultades para su construcción impidieron que esta
mercantil pudiera culminar su proyecto que fue finalmente trasferido a Hidroeléctrica
Española, una empresa fundada posteriormente dentro de un mercado evolucionado y más
maduro.
Este artículo da a conocer los diferentes agentes que intervinieron en el desarrollo del
proyecto, el porqué de su puesta en marcha, y las dos grandes dificultades que debieron
solventarse, en primer lugar, la financiera y en segundo lugar la constructiva. La información
que ha permitido la redacción del mismo se ha obtenido fundamentalmente del Archivo
Histórico de Iberdrola en el Salto de Alcántara (AHISA) (García y Diego, 2005).

El Río Júcar
La historia del Salto de Millares - 3ª parte - La Sociedad
Hidroeléctrica de Valencia

LA HISTORIA DEL SALTO DE MILLARES

3ª PARTE

La industria de la molturación se había desarrollado con éxito en la segunda mitad del siglo
XIX, particularmente en la provincia de Valencia. Los tres hermanos Pons Forés, Manuel,
Francisco y José, cuya familia poseía el Molino Grande de Silla o Molino de Forés (Serna y Pons,
2012), habían diversificado y orientado su actividad hacia el novedoso negocio eléctrico.
Tras un primer comienzo como modesta “Sociedad en Comandita Pons y Forés” fundaron en
1894 la más ambiciosa “Sociedad Hidroeléctrica de Valencia”. El objeto social era la
producción, explotación y distribución de energía eléctrica para alumbrado y fuerza motriz
en los términos municipales de Gandía y Alcoy, pudiéndose dedicar a otros negocios
relacionados con la electricidad. Para ello, previamente habían obtenido la concesión de un
salto en el río Serpis, el Salto del Moro. Allí establecieron la central hidroeléctrica de Lorcha
que podía proporcionar hasta 680 kW de potencia mediante tres turbinas. Esta sociedad
contaba con importantes miembros de la burguesía valenciana de la época entre sus 25
accionistas iniciales. Su despliegue fue rápido y en 1896 la Sociedad Hidroeléctrica de
Valencia ya había tendido dos líneas de media tensión necesarias para su plan de empresa,
primera a Gandía y la segunda a Alcoy. La corriente generada era alterna monofásica a una
tensión de 6.000 voltios (Trénor, 1900). La línea hasta Gandía bordeaba la plataforma del
nuevo ferrocarril entre ambas poblaciones mencionadas.

El crecimiento a largo plazo no era sencillo. Las empresas eléctricas formaban un mercado
segmentado y territorializado. En cada población de tipo mediano se había establecido un
primer productor con un mercado cautivo. En Alcira y Carcagente se extendía la red
eléctrica de José Vicente Pardo, en Játiva la de Serra y Ramírez, en Enguera operaba “La
Electricista Enguerina” y así el patrón se repetía a lo largo de la Comunidad (Armero, 2016).

Ante esta situación, la forma de crecimiento que además permitiera aplicar economías
de escala, se basaba en la apertura de redes en nuevas poblaciones o en la adquisición
de otras sociedades competidoras. Otra estrategia que se apuntaba a más largo plazo y que
finalmente resultó decisiva, era la apuesta por gran generación hidroeléctrica (Bartolomé,
2007). Durante la última década del siglo XIX el transformador había evolucionado y al
mismo tiempo, los aislamientos en el transporte también habían mejorado por lo que
se podían alcanzar tensiones más altas en el punto de generación y así reducir las pérdidas en
el transporte, dando así solución a uno de los grandes problemas que presentaba la
distribución eléctrica a tensiones bajas. Los saltos potencialmente más valiosos pero
alejados de las grandes poblaciones estaban alcanzando su umbral de explotación. Las
empresas pioneras como la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, eran conscientes de la
gran necesidad de capital que suponían las obras hidráulicas, empezando por las
concesiones y siguiendo con la construcción de embalses, edificios anexos, la maquinaria
eléctrica e instalaciones. Sobre esta inversión se debía añadir el coste del trasporte
eléctrico. Cuando mayor era la capacidad del salto y mayor la distancia al punto de
consumo, mayor era la inversión.

El interés que despertaba el Júcar entre los primeros empresarios valencianos era grande
por las enormes posibilidades que ofrecía (Arroyo, 2012). La estrategia de crecimiento de la
Sociedad Hidroeléctrica de Valencia se basaba en aprovechar el Júcar para mejorar su
capacidad de generación. La sociedad se había planteado adquirir un valioso salto en
la parte alta de dicho río y mediante dos líneas principales, trasportar el fluido generado a
la ciudad de Valencia y a Gandía.
Todo ello era necesario para posicionarse en el mercado pues la generación térmica a gran
escala, mecánicamente más sencilla, resultaba cara por el coste y la logística del
combustible y no permitía competir en precio con la hidráulica, quedando relegada a
suministros de apoyo para momentos de estiaje. Solamente aquellas empresas que ya
producían gas como las de José Campo y Eugenio Lebón y que además estaban ubicadas en la
ciudad de Valencia, podían permitirse producir electricidad de origen térmico a precios
competitivos.
La historia del Salto de Millares - 4ª parte - El Salto de las Agujas
LA HISTORIA DEL SALTO DE MILLARES

4ª PARTE

El Salto de las Agujas

Uno de los saltos importantes identificados en el Júcar era el de las Agujas, en un


valle estrecho rodeado de barrancos que en época de lluvias recogen abundante agua. Este
salto se encontraba aguas abajo de Millares y poco antes de la actual presa de Tous,
aproximadamente donde se ubica hoy el salto de Millares propiedad de Iberdrola (Armero,
2016).

En 1897, la Sociedad Hidroeléctrica de Valencia, adquirió de María del Pilar Andrés Casans, la
concesión de este aprovechamiento en el término de Millares por un importe de 71.725,26
ptas., gastos incluidos. La concesión inicial a la Sra. Andrés databa del 13 de octubre de
1894. Con arreglo a ésta, el salto utilizable era de 13,82 metros, que con el caudal
concedido de 25.000 litros por segundo produciría una potencia bruta de 3.386 kW, la
primera a Gandía y la segunda a Alcoy. La corriente generada era alterna monofásica a una
tensión de 6.000 voltios (Trénor, 1900). La línea hasta Gandía bordeaba la plataforma del
nuevo ferrocarril entre ambas poblaciones mencionadas.

El crecimiento a largo plazo no era sencillo. Las empresas eléctricas formaban un mercado
segmentado y territorializado. En cada población de tipo mediano se había establecido un
primer productor con un mercado cautivo. En Alcira y Carcagente se extendía la red
eléctrica de José Vicente Pardo, en Játiva la de Serra y Ramírez, en Enguera operaba “La
Electricista Enguerina” y así el patrón se repetía a lo largo de la Comunidad (Armero, 2016).

Tras dos años de estudio, en 1899 Manuel Pons Forés solicita modificar el proyecto original de
aprovechamiento y una prórroga de dos años pues no tenía el suficiente apoyo económico
para iniciarlo.
La Sociedad Hidroeléctrica de Valencia concesionaria del aprovechamiento de aguas del Salto
de las Agujas para producir energía eléctrica solicita se modifique el proyecto base de la
concesión situando la presa un poco más arriba del emplazamiento aprobado contada
una Altura de 9 metros a fin de que alcance el embalse hasta 100 metros antes del barranco
de la Paredona, con lo cual el salto utilizable será de 17,45 metros. Solicita también prórroga
de dos años. (Exp. 10372, Negociado: Aguas, 1899, ADPV)

Con esta modificación se obtenía una potencia bruta de 4.275 kW, un 20% superior. Pero
era necesario construir un túnel de desagüe con una longitud de 728 metros, lo que
complicaba la obra y requería una inversión más importante.
El salto estuvo unos años en el activo de la sociedad sin que se pudieran acometer
las obras de construcción de la presa. Así, Manuel Pons se vio obligado a solicitar en 1903 una
nueva prórroga de la concesión por 4 años (Expediente 10.436. Negociado de Aguas.
ADPV).

El Salto estaba valorado por la sociedad en 85.832.56 ptas. según el inventario de cierre de
1903. Aunque no ejecutaría la obra, tras esta última prórroga, sí mandó que se redactara
el proyecto técnico para su construcción. El proyecto firmado en Septiembre de 1905
por el ingeniero de caminos J. Ignacio Despujols contemplaba la obtención de la energía
mediante 4 turbinas de 2.300 CV (1.716 kW) cada una y dos pequeñas de 130 CV (96
kW) para el movimiento de las excitatrices. La generación estaba prevista a 5.000 V en
corriente alterna trifásica y el transporte a 40.000 V. En el proyecto se hace mención a lo
escarpado del terreno y a la necesidad de construir un camino para poder llevar las 4.000
toneladas de cemento necesarias para construir la presa. Puesto que entonces no había
fábrica en Valencia, el cemento debía arribar por el puerto. La primera fábrica de cemento
Portland en la provincia de Valencia promovida por Emilio Albiol, iniciaría su construcción en
1912 (Sánchez, 2009).

El material eléctrico necesario, alternadores, transformadores, etc, también sería de


importación. En el proyecto se hace referencia a que se traería de Francia, Alemania o
Suiza, descartando de inicio y por su ausencia, la tecnología española. (Proyecto de
aprovechamiento del “Salto de las Agujas”, 1905, AHISA)

El presupuesto del proyecto era de 2.946.840 ptas. descompuesto en los capítulos que se
muestran en la Tabla 1.

Tabla 1. Presupuesto desglosado. Fuente: Proyecto del Salto de la Agujas, Despujols, 1905.
AHISA.

Concepto/Importe (ptas.)

Canal, presa y fábrica (obra civil): 1.317.496 ptas.

Turbinas: 224.200 ptas.


Instalación eléctrica y línea de transporte: 1.014.050 ptas.

Presupuesto de ejecución material (PEM): 2.655.746 ptas.

Gastos de contrata, administración y dirección (11%): 291.094 ptas.

Presupuesto de ejecución por contrata: 2.946.840 ptas.

La historia del Salto de Millares - 5ª parte - El Salto de las Agujas II

La historia del Salto de Millares - 5ª parte


El salto de las Agujas II

En cuanto al transporte y distribución del fluido eléctrico, estaba previsto que la línea que
partía del Salto de las Agujas se bifurcara al comienzo del trazado, de manera que
un extremo se dirigiera a Valencia pasando por Montroy (Línea de Valencia) y el otro
hacia Carlet (Línea de la Ribera). Esta segunda línea a su vez alcanzaba las poblaciones
de Alginet, Algemesí, Alcira, Alberique, Carcagente, Cullera, Sueca y finalmente Gandía.
En todas las zonas que atravesaba la instalación entraba en competencia con los suministros
locales, siendo el competidor más importante, Juan Vicente Pardo que dominaba la
distribución eléctrica en Alcira, Carcagente y poblaciones próximas. La línea prevista aunque
permitiría reforzar el suministro a Gandía, atravesaba de norte a sur el territorio dominado
por Pardo, amenazando su mercado.

Mientras intentaba reunir el capital necesario para construir el aprovechamiento adquirido,


en 1903 se otorgó a D. Francisco Trilla la concesión de otro aprovechamiento conocido
como “Salto de Dos Aguas”, inmediatamente aguas arriba del de las Agujas (Dicenta, 1923).

Los Sres. Planas y Flaquer también habían presentado un proyecto para un


aprovechamiento en la misma zona pero se no estimó aprobable por la Jefatura de Obras
Públicas. El proyecto de Trilla aprobado en el negociado de aguas el 30 de mayo de 1899
estaba firmado por el ingeniero de Caminos Pedro García Faría. (Expediente 10.373.
Negociado de Aguas. ADPV)

Estos años (1903-1913) fueron decisivos para el devenir de la Sociedad Hidroelécrica


de Valencia. Manuel Pons no conseguía reunir el capital necesario y una tercera prórroga no
parecía viable. El proyecto previsto no se pudo llevar a cabo y la Sociedad Hidroeléctrica de
Valencia se vio obligada a transferir la concesión. En 1909 Manuel Pons se aparta de
la presidencia que recae en el empresario, arquitecto e ingeniero Luis Santonja Faus,
cargo que ostentó hasta la disolución de la misma.

A partir del relevo en la presidencia, se pierde el rastro de los hermanos Pons y Forés que
probablemente se mantienen como accionistas, pero sin ocupar cargos de responsabilidad.

El antiguo molino de Silla


Al poco tiempo también venden el Molino de Silla. La Sociedad pretendía alcanzar el mercado
de la ciudad de Valencia con el objetivo probable de presentarse a la subasta del
alumbrado eléctrico de 1908, que se adjudicaría finalmente Hidroeléctrica Española. La
estrategia de crecimiento en el río Júcar era la misma que la de Pardo. Éste obtuvo
autorización en junio de 1900 para aprovechar un salto hidráulico de 6,25 metros y
2.000 CV (1.470 kW), cerca de Cofrentes más arriba de la concesión otorgada a Trilla.
Este salto tampoco se pudo llevar a término tal como estaba planificado. Ambas empresas
fracasaron en este último paso al no conseguir reunir el capital necesario para llevar a cabo las
obras. De haber conseguido culminar ambas sus proyectos en el Júcar, el panorama de
distribución en la ciudad de Valencia y de generación, habría sido todavía más disputado.

El río Júcar
La historia del Salto de Millares - 6ª parte - La aparición de
Hidroeléctrica Española

La historia del Salto de Millares

6ª parte

La aparición de Hidroeléctrica Española

Hidroeléctrica Española (HE) se crea en Madrid en 1907 con un capital de 12 millones de


pesetas (Inglada, 2012). Entre sus accionistas se encontraba, Hidroeléctrica Ibérica que
aportaba a la nueva empresa la concesión del Salto del Molinar a unos 80 km de Valencia, y el
Banco de Vizcaya, entidad que desde su fundación en 1901 se había orientado
especialmente hacia el sector eléctrico (Valdaliso, 2006). El Salto del Molinar explotaba los
rápidos fluviales cercanos a Villa de Vés y aprovechaba un gran desnivel. La obra resultó
difícil por lo escarpado de los accesos, escasez de medios técnicos y el uso de herramientas
rudimentarias. Los transportes de materias primas y maquinaria debieron hacerse con ayuda
de ganadería (Arroyo, 2012). En 1908 se instalaron tres grupos iguales de turbina-alternador
de 4.500 kW cada uno.
En 1911 la central se amplió con otro grupo. En 1909 la primera línea de alta tensión
con generación hidroeléctrica conectaba Valencia con el Molinar. En 1912, la Sociedad
adquirió a Juan Casanova la concesión de Víllora en el río Cabriel y dos años después entraría
en funcionamiento con una potencia de 12.000 kW. Hidroeléctrica Española demostraba
así que podía acometer obras hidráulicas de gran envergadura.

Por otra parte, los proyectos hidroeléctricos de las empresas valenciana seguían estancados
por falta de apoyo financiero. Con esta situación, las hasta entonces inabordables
concesiones del Salto de la Agujas y el de Dos Aguas fueron transferidas en 22 de
diciembre de 1913 a la Sociedad Hidroeléctrica Española, que presentó en fecha 2 de enero de
1915 a la Dirección General de Obras Públicas, un proyecto para su unificación. Sería el tercer
gran proyecto de HE y probablemente el más costoso.

El proyecto de unificación resultó tremendamente complejo. La Sociedad no consiguió


la autorización administrativa para su primera propuesta y en el segundo intento
surgieron problemas con la estabilidad del terreno en el punto escogido para la realización de
la presa por lo que hubo de abandonarse tras meses de trabajo invertidos. Dichos
sondeos de cimentación de la presa se prolongaron tres años ya que hubo que desviar el
río de su cauce natural y tras el tiempo invertido y el coste, no resultaron favorables. Por
ello debió volverse sobre el proyecto original del Ingeniero García Faría y definirse una
ampliación en el trazado del canal. En dicho proyecto se establecía una presa de
derivación de 7,25, 200 metros aguas abajo del antiguo puente metálico de la carretera de
Almansa a Requena.

El remanso producido por la presa obligaba a expropiar alguna instalación como el Molino de
Pardo. Las dificultades de la obra retrasaron el proyecto hasta el 28 de noviembre de
1921, fecha en la que se finalizó la redacción del proyecto definitivo a cargo del ingeniero D.
Cayetano Úbeda. La solución finalmente consistió en dividir la obra en dos actuaciones:
Millares y Cortes de Pallás (Proyecto de unificación, 1915, AHISA). El Salto de las Agujas se
transformó en el de Millares y el de Dos Aguas en el Salto de Cortes de Pallás o Rambla
Seca por el lugar donde se vertía el agua.
El poblado de Rambla Seca

La explotación se mantuvo hasta 1988 fecha en la que se desmanteló para dar paso a la actual
configuración de mayor envergadura. Sólo el proyecto de Cortes de Pallás que se abordó
primero, podía proporcionar hasta 30.000 kW de potencia. En 1922 entraba en
funcionamiento el primer grupo de la central de Cortes y poco después (julio de 1923) se
ponía en marcha el segundo grupo.

A los pocos años de iniciar la actividad, tenía en explotación las centrales hidroeléctricas de
Molinar, Villora, Tranco del Lobo y Cortes de Pallás; además de las centrales
termoeléctricas de Madrid, Valencia y Cartagena; las centrales de recepción y
transformación de Madrid (Tranvías), Sagunto, Alcoy, Alcira y Alicante; así como varias
líneas de transporte de energía eléctrica desde los saltos antes mencionados a los
principales centros de consumo, como eran Madrid, Valencia, Alicante o Cartagena (García y
Pérez, 2009).

El proyecto de Millares se abordó posteriormente. Se retomó cinco años después y tras


otros cinco de construcción, en 1933 se inauguró la central dotada de dos grupos verticales,
de 20.000 kW cada uno. En 1935 todavía se amplió con un tercer grupo (Hermosilla, 1999 y
Los ingenieros del Júcar y los usuarios del agua, n.d.).
Pese al cambio de proyecto se trataba de ejecutar una obra titánica, sin apenas recursos y con
prisa. En unas pocas semanas, el estruendo de los barrenos sustituyó al de las aguas
abriéndose paso al Mediterráneo y hubo que inventar caminos y carreteras a lo largo del trazado
del río por los que se llevaban materiales y equipos de las centrales.

La construcción de Rambla Seca y Millares obligó a movilizar ingentes recursos y a trasladar


hasta el cañón del Júcar a cerca de 4.000 personas procedentes de todos los rincones de
España, algunos con habilidades adquiridas en condiciones extremas como las que se iban a
encontrar en el cañón del Júcar. Así, en la central de Millares existe todavía una escalera
imposible que desciende por el precipicio construida por "los gallegos", un pequeño grupo de
albañiles, quizá portugueses, a los que se atribuye capacidades similares a la de los apaches,
inmunes al vértigo, empleados en la construcción de rascacielos en Nueva York.

Cobertizos para alojar obreros.


(Imagen de 1930/32)

Se construyeron cobertizos a lo largo del río para alojar a los obreros y cada pocos kilómetros
se abría un hueco en el túnel de 17 kilómetros de longitud que llevaba las aguas hasta la central
de Millares para arrojar por ellos los escombros.

Con cuatro turbinas y 80.000 kilovatios hora de potencia instalada, Millares fue a partir de 1932
un elemento insustituible en la generación de energía. De Millares salen cuatro líneas a Alcoi,
Alzira, Madrid y Valencia que permitieron el despegue industrial valenciano.

Durante todo ese proceso, la demanda energética siguió creciendo en parte asociada al
aumento que supuso el inicio del de la guerra europea.

La historia del Salto de Millares - 7ª parte - La construcción del


Salto de Millares I
La historia del Salto de Millares

7ª parte

La construcción del Salto de Millares I

Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34


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La historia del Salto de Millares - 8ª parte - La construcción del
Salto de Millares II

La historia del Salto de Millares

8ª parte
La construcción del Salto de Millares II

Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34

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La historia del Salto de Millares - 9ª parte - La construcción del
Salto de Millares III - La rejilla
La historia del Salto de Millares

9ª parte

La construcción del Salto de Millares III

La construcción de "la rejilla"


Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34

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La historia del Salto de Millares - 10ª parte - La construcción del
Salto de Millares IV - El depósito de carga
La historia del Salto de Millares

10ª parte

La construcción del Salto de Millares IV

La construcción del depósito de carga

Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34

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La historia del Salto de Millares - 11ª parte - La construcción del
Salto de Millares V - El poblado
La historia del Salto de Millares

10ª parte

La construcción del Salto de Millares V

El poblado

Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34

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El poblado 1932/1934

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EL POBLADO
La casa del Médico
La residencia
La historia del Salto de Millares - 12ª parte - La construcción del
Salto de Millares VI - La central
La historia del Salto de Millares

12ª parte

La construcción del Salto de Millares VI


La Central

Fotografías extraídas del documental "El Salto de Millares", rodado en 1932/34

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La construcción de la Central
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La Central
La historia del Salto de Millares - 13ª parte - La construcción del
Salto de Millares VII - Horrible catástrofe en Millares
La historia del Salto de Millares

13ª parte

La construcción del Salto de Millares VII

Horrible catástrofe en Millares

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LA VOZ. Madrid. Lunes, 20 de febrero de 1933. AÑO XIV, Núm. 3792. Pág. 12
EN EL PUEBLO DE MILLARES

Se desprende un peñasco, aplasta varias casas y de ellas van extraídos seis


cadáveres

VALENCIA 20 (3’30 t.).- En la población de Millares se ha desprendido un peñón,


que fue a caer sobre unas barracas habitadas por varios obreros. Hasta ahora van
extraídos seis cadáveres y se supone que hay algunos más sepultados entre los
escombros. En el Gobierno Civil no han facilitado más detalles de esta catástrofe.

NOTA: Bajo el título “LAS ROCAS MORTALES DE MILLARES”, se dio amplia y


detallada información de este infortunio, en las páginas del diario LAS
PROVINCIAS, de Valencia, de fechas 21, 22, 23 y 25 de febrero de 1933, que
reproducimos a continuación.

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LAS PROVINCIAS. Martes, 21 de febrero de 1933. Páginas 2 y 12

INFORMACIÓN LOCAL.

NOTICIAS

(…) Cerca de Millares ocurrió el desprendimiento de un peñón que causó la muerte


de varios obreros y algunos heridos. El hecho ha producido en nuestra ciudad
dolorosísima impresión, y como de costumbre duélese la gente de que no se
advirtiese con antelación el peligro (…)

EN EL GOBIERNO CIVIL. DESPRENDIMIENTO DE TIERRAS

El Gobernador Civil, señor Doporto, al recibir ayer a los periodistas, manifestó que
un grave suceso había tenido lugar en las proximidades de Millares, acarreando la
muerte de varias personas, cuyo número exacto todavía no se conoce. El suceso
había tenido lugar a consecuencia del desprendimiento natural de tierras
ocasionando la caída de un peñón de grandes dimensiones sobre unas chabolas
de obreros. Los muertos que pudo contarse fueron seis, y varios heridos, pero se
supone que entre los escombros habrán quedado tres o cuatro muertos. El lugar
del suceso está próximo a la residencia del médico, y merced a ello los heridos
estuvieron muy bien atendidos desde los primeros momentos.

HORRIBLE CATÁSTROFE EN MILLARES

Debido a los efectos del temporal hubo un desprendimiento de 1.200 metros


cúbicos de piedra que sepultó varias chabolas y con ellas a numerosos obreros
que allí se habían refugiado. Resultaron seis muertos y ocho heridos y permanece
todavía entre los escombros una mujer con sus tres hijos.

Una terrible catástrofe ocurrió ayer a primera hora de la mañana en el pueblo de


Millares y ha causado numerosas víctimas, todas ellas obreros de la Hidroeléctrica
Española, que se encontraban trabajando y que en el aciago momento de ocurrir
la desgracia habían buscado refugio huyendo del temporal en las chabolas allí
existentes. La fatalidad ha hecho presa una vez más en los humildes. Muchos son
los hogares que hoy quedan sin amparo o lamentan la pérdida de un ser querido.
En toda la zona de Millares ha producido el suceso honda consternación, lo mismo
que en Cofrentes y otros pueblos de donde eran naturales las víctimas del suceso.

EN LOS PRIMEROS MOMENTOS. A las cinco de la mañana, y cuando descargaba


sobre Millares un fuerte temporal de agua y nieve, las brigadas que trabajan en el
Salto de Millares en el punto denominado el Barranco del Agua [la localización no
es correcta; las chabolas se hallaban en una explanada junto al río, muy cerca de
la boca de entrada al túnel carretero que daba acceso a la central hidroeléctrica],
buscaron refugio en varias chabolas allí existentes, buscando un descanso y
refugio. Pocos momentos después, debido a las filtraciones del agua, el terreno
reblandecido cedió, arrastrando una superficie de unos 1.200 metros cúbicos de
piedras y tierra que se despoblaron sobre las referidas chabolas, destruyéndolas
y sepultando a los que allí se habían cobijado. Como el lugar donde ocurrió la
catástrofe está situado en una zona cercana a la Central, así como a las viviendas
de los empleados, Hospital de la Sociedad, talleres, fonda y otras dependencias,
el formidable ruido y los angustiosos gritos hicieron salir a los empleados que se
hallaban de guardia y levantar de sus lechos a los que se encontraban entregados
al descanso. Los primeros momentos fueron terribles, pues debido al agua
torrencial y a la poca luz aún existente, nada se podía ver y sólo adivinar la
desgracia que acababa de ocurrir por los lamentos y voces de socorro. Momentos
después, algunos que pudieron salvarse de la catástrofe, acudieron allí, y presas
de la excitación consiguiente, dieron cuenta de lo ocurrido. Inmediatamente se
dio la voz de alarma y, con inusitada rapidez, se organizaron los trabajos de
salvamento.

COMIENZAN LOS TRABAJOS. Todos los obreros de la Hidroeléctrica se presentaron


inmediatamente en las oficinas, donde el ingeniero jefe de obras, D. Joaquín
Guinea, secundado por D. Joaquín Bustamante y D. Ignacio Pinedo, personal
técnico y jefes de brigada se encontraban en aquel lugar. En pocos instantes
partieron al lugar del suceso varias brigadas con el material necesario para
proceder a su rápido desescombro. Los trabajos comenzaron con gran denuedo,
tanto es así que a las seis de la mañana se había logrado extraer a ocho heridos
y seis cadáveres.

LOS HERIDOS SON CONDUCIDOS AL HOSPITAL. Los heridos fueron conducidos al


Hospital que la Sociedad Hidroeléctrica Española posee, y al frente del cual figura
el competente médico D. José Malboysson, quien inmediatamente, y en unión del
médico titular de Millares, que había sido avisado telefónicamente, procedieron
con el resto del personal facultativo a curar a los heridos, con el siguiente orden:
Manuel Muñoz, que presenta la fractura abierta de la pierna y probable fractura
de cráneo; Enrique Gómez, fractura de ambas piernas, estos dos graves; José
Onrubia Jiménez, Francisco Onrubia, Plácido Arocas, Felipe Carpio, Emilio Arocas
y Eduardo Sobrino, estos últimos, uno presenta la fractura del codo, otro la
fractura de la octava, novena y décima costillas izquierdas, y el resto contusiones
de pronóstico leve. Todos ellos son naturales y vecinos de Cofrentes.

LOS MUERTOS. Los cadáveres extraídos son los siguientes: Eleuterio Jiménez,
casado; Benjamín Ródenas, casado; Pedro Saval, soltero; José Correcher, soltero;
Emilio Guipuy e Hilario Baeza. Los cinco primeros vecinos de Cofrentes y el último
natural de Fuentes (Cuenca).

ENTRE LOS ESCOMBROS SE CREE QUE EXISTE EL CADÁVER DE UNA MUJER CON
SUS TRES HIJOS. Durante todo el día de ayer continuaron sin descanso los
trabajos de salvamento. Los enormes bloques de piedra y la tierra que formaban
un inmenso montón sobre las chabolas han sido poco a poco excavados por las
brigadas de obreros, adoptando infinitas precauciones para que no ocurrieran
desprendimientos. Se busca a una mujer, llamada Rosa López, natural de
Albarracín (Teruel), que es esposa de un guardia nocturno de la Central, que en
el momento de ocurrir la desgracia estaba prestando servicio, debiendo su visa a
esta circunstancia. Con esta desgraciada mujer estaban sus tres hijos, y se supone
que los cuatro hayan perecido. Los trabajos continúan sin interrupción y unas
brigadas se suceden a las otras, y el vecindario de Millares más el de Cofrentes,
que han acudido en gran número al lugar del suceso, coopera con gran ardor a
los trabajos de salvamento. Durante la noche continuaron éstos, pues es el
propósito de no descansar hasta que haya sido encontrada la desgraciada mujer
y los tres pequeños. El juez de instrucción de Ayora, con el personal a sus órdenes,
instruye diligencias.

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LAS PROVINCIAS. Miércoles, 22 de febrero de 1933. Pág. 3

EN EL GOBIERNO CIVIL. ACERCA DEL DESPRENDIMIENTO DE TIERRAS

Las víctimas causadas por el desprendimiento de tierras fueron trasladadas a


Cofrentes, previa autorización del señor Doporto. Continúan los trabajos de
desescombro, suponiéndose que se hallan sepultados una mujer con sus tres
hijos.

Durante toda la mañana de ayer se continuó trabajando con intensidad en busca


del cadáver de la infortunada Rosa López y sus tres hijos que permanecían
sepultados bajo los escombros de la chabola. La ansiedad de las gentes hacía
concebir halagüeñas posibilidades de que hubieran podido conseguir salvarse la
madre y los tres pequeños, pensando que quizá pudieran haberse refugiado en
alguna oquedad del terreno, ya que las construcciones o chabolas estaban
adosadas por su parte posterior a la montaña y ofrecían huecos posibles de
aprovechar. En previsión de que esto que decimos anteriormente pudiera ser una
realidad, la Compañía Hidroeléctrica Española dispuso que se practicasen unas
catas en el terreno por distintas partes y que se aprovecharan además todas las
ranuras existentes para introducir por ellas unos tubos de goma de una longitud
de más de mil metros, por los cuales, desde la Central, se inyectaba aire
incesantemente. Por desgracia, como se verá más adelante, todos estos trabajos
resultaron infructuosos. De todos los pueblos cercanos acudieron multitud de
vecinos que se reunieron en el lugar del suceso, y sus comentarios eran de viva
condolencia por lo acontecido. Uno de los que acudió desde los primeros
momentos fue el alcalde de Cofrentes, D. Segundo Pardo, que se dedicó a atender
a los familiares de las víctimas.
Los trabajos de desescombro se realizaban lentamente y con infinitas
precauciones para que no ocurriesen nuevas desgracias. A las once y media de la
mañana se descubrieron los primeros vestigios de nuevas víctimas. Sobre las
piedras, y horriblemente destrozados junto con restos de hojalata de la techumbre
y maderos, apareció parte de la cama y ropa de la misma. Más tarde, después de
quitar algunos pedruscos, apareció una masa informe que se supuso fuera una
cabeza, porque estaba adherida a la masa una larga mata de pelo. Esto hizo
suponer que la cabeza pertenecía a la desgraciada Rosa López. En aquel momento
un enorme pedrusco, que con la emoción del momento no había sido debidamente
apuntalado, comenzó a oscilar, dando el tiempo preciso a los obreros para
retirarse. El bloque de piedra, de un metro y medio de alto por dos de ancho, cayó
sobre los excavado entorpeciendo la labor. Fue preciso amarrar el bloque con
cadenas y cuerdas y que tiraran de ella unos cien hombres, y de esta manera se
pudo conseguir apartar el pedrusco y continuar la labor interrumpida a las cinco
de la tarde.

Una hora después era descubierto el cadáver de la infortunada madre y el de su


hijo pequeño. Ambos murieron aplastados horriblemente. Poco después eran
descubiertos los cadáveres de los dos hijos mayores, quienes también murieron
aplastados. La escena que se desarrolló fue desgarradora. El padre y marido de
las cuatro víctimas, Gregorio Tornero, a la vista de los cuerpos mutilados de su
familia estuvo a punto de enloquecer. El juez de instrucción de Ayora, D. Tomás
Pereda, y el actuario, D. Rafael Aparicio, fueron avisados en la habitación que en
el Hospital les ha sido destinada para instalar provisionalmente la oficina del
Juzgado, y acto continuo el Juzgado se constituyó en el lugar donde habían sido
extraídos los cuatro cadáveres, comenzando a instruir las correspondientes
diligencias y ordenó su traslado al depósito del Cementerio. Los seis cadáveres
extraídos el lunes en las primeras horas de la mañana y que, como éstos, también
estaban depositados en el Cementerio, fueron dispuestos para la diligencia de la
autopsia. Ésta tuvo logar a las diez de la mañana y les fue practicada por el
médico forense de Ayora, en unión del titular de Millares. El trabajo de estos
facultativos fue minucioso y duró hasta las cuatro de la tarde. Después de esta
diligencia, los cadáveres fueron trasladados en dos camionetas hasta Cofrentes,
en cuyo Cementerio serán inhumados. El ayuntamiento de Cofrentes se ha hecho
cargo de los cadáveres y ha decidido costear los gastos de entierro y habilitar el
salón de sesiones del ayuntamiento para instalar allí la capilla ardiente. Hoy, a las
once de la mañana, tendrá lugar el entierro. Al cadáver de la desgraciada Rosa y
a los de sus hijos les será practicada hoy la autopsia y sus cadáveres recibirán
sepultura en el Cementerio de Jalance.

Los heridos a causa de este suceso que se hallan hospitalizados en el local que
para este objeto tiene la Compañía, continúan mejorando, dentro de su gravedad.
Uno de ellos, el que se halla más grave, fue intervenido ayer mañana por el doctor
Malboysson y el practicante, D. Bruno Mallen, con la cooperación del médico titular
de Cofrentes, D. Francisco Pardo. La labor de todos ellos ha sido eficacísima y
digna de los mayores elogios, pues a pesar del cansancio y del intenso trabajo
desarrollado, todos permanecieron en pie sin descansar un solo instante,
atendiendo a los heridos. El alcalde Valencia, D. Vicente Lambíes, haciendo honor
a la hidalguía y nobleza de todo valenciano, ofreció el concurso del coche
ambulancia municipal, caso de ser necesario para el traslado de algún herido.
Igual ofrecimiento hizo, en nombre de la Diputación, el presidente accidental, Sr.
Llerandi. Poco después salió en dirección a Millares el coche ambulancia del
Instituto Provincial de Higiene que posee más capacidad para el traslado de varios
heridos a la vez.
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LAS PROVINCIAS. Jueves, 23 de febrero de 1933. Pág. 5

CRÓNICA DE SUCESOS

Dos heridos de la catástrofe de Millares ingresan en el hospital.

Ayer a última hora de la tarde ingresaron en el Hospital, donde fueron trasladados


con el coche ambulancia de la Diputación, los heridos de la catástrofe de Millares,
Enrique Gómez Muñoz y Manuel Muñoz Navarro.

LAS PROVINCIAS. Sábado, 25 de febrero de 1933. Pág. 3

EL ENTIERRO DE LAS VÍCTIMAS DEL DERRUMBAMIENTO DE MILLARES

(DE LA SECCIÓN CARTAS AL DIRECTOR)

Señor Director de LAS PROVINCIAS. Sobre las 19 horas del día 21, llegaron a esta
localidad de Cofrentes, varios camiones de la Hidroeléctrica, conduciendo los
cadáveres y familiares de los mismos, esperando todo el pueblo en masa y
desarrollándose, a la llegada de los mismos, las escenas más conmovedoras que
se conocerán en la vida, siendo imposible el poder detener a los numerosos
familiares y amigos, a pesar de los grandes esfuerzos que por parte de las
autoridades se habían tomado, pues ya que la fuerza del puesto de la Guardia
Civil tenía tomadas todas las precauciones, de acuerdo con el celoso señor alcalde
y juez municipal, fue del todo imposible el contener la avalancha, teniendo que
desatender su cometido, dedicándose el médico titular a auxiliar a cuantas
personas eran víctimas de desmayos- En un lugar adecuado se constituyó la
capilla ardiente, en la que no sólo por los familiares, sino por centenares de
personas fueron acompañados durante toda la noche.

A las diez de la mañana de ayer llegaron en camiones los señores ingenieros de


la Hidro, juntamente con el jefe de la línea de la Guardia Civil de Ayora, y principió
la escena a dicha hora con el paso de los cuatro cadáveres del vecino pueblo de
Jalance, camino de su destino, y se procedió a formar la comitiva fúnebre; llegó
el clero parroquial, desarrollándose las escenas más conmovedoras de la vida,
haciéndose los responsos individuales, y eran sacados los cadáveres y
organizándose la comitiva, cada cual con sus familiares, hasta la iglesia, y detrás
figuraban en la presidencia las autoridades civiles, judiciales y militares, con los
jefes de la Hidro y perdonas visibles de la población; hubo desfallecimientos en
gran número. En el acompañamiento figuraba todo el pueblo sin excepción de
ninguna clase; los maestros, con sus niños a la cabeza, y seguidos del personal,
no sólo de la población, sino de los pueblos limítrofes, siendo muchos más los que
hubieran acudido, pero la falta de medios de locomoción les impidió el poderlo
hacer. En final, que las autoridades han dado una muestra de desvelo que jamás
el pueblo de Cofrentes olvidará el sacrificio del alcalde y Ayuntamiento, que no
han reparado en sacrificio alguno en el homenaje póstumo a sus hermanos.
Pidiendo mil perdones y esperando de su indulgencia perdone las faltas de
redacción cometidas, lo cual confío subsanará con arreglo a su alto criterio, pues
sería más lo que pondría, pero es la hora de la salida y no hay tiempo disponible
para repasar el original, queda de usted atento, su seguro servidor y suscriptor,
D.

NOTA: Terrible momento de la historia de Millares la que recogen estas cuatro


crónicas periodísticas extraídas del Boletín mensual editado por Miguel Aparici
Navarro.

No obstante lo anterior, hemos creído conveniente ampliar y corregir algunos


datos que aparecen en ellas. Concretamente los que se refieren a la identidad
exacta de las diez víctimas mortales (hay que hacer constar también el
fallecimiento en Valencia de uno de los heridos que fueron trasladados al hospital,
con lo que el total de fallecidos fue de once víctimas) y rendir un emotivo
homenaje de recuerdo, aunque ninguno de nosotros hayamos tenido ocasión de
llegar a conocerlos. Como el fallecimiento tuvo lugar en el término municipal de
Millares, es en el Registro Civil de este Ayuntamiento donde constan las
correspondientes actas de defunción, de donde hemos obtenido las identidades y
la edad de estas diez víctimas. Sus nombres eran:

Benjamín Ródenas García, 41 años. Casado.

José Correcher Gómez, 25 años. Soltero.

Pedro Lavall Pardo, 18 años. Soltero.

Eleuterio Jiménez Martínez, 56 años. Casado.

Emilio Guigó García, 32 años. Casado

Hilario Baeza Villanueva, 37 años. Casado.

Rosa Martínez Aspas, 28 años. Casada con Gregorio Tornero.

Ricardo Tornero Martínez, 6 años.

Miguel Tornero Martínez, 3 años.

Lucía Tornero Martínez, 6 meses.

La historia del Salto de Millares - y 14ª parte - La construcción del


Salto de Millares VIII - La Capilla de Nuestra Señora la Virgen del
Carmen y la Escuela.
La historia del Salto de Millares

y 14ª parte

La construcción del Salto de Millares VIII

La Capilla de Nuestra Señor la Virgen del Carmen y la Escuela

Desde siempre uno de los objetivos de Hidroeléctrica Española fue el de cuidar la


asistencia y protección social de sus empleados en todos los ámbitos. Muchos de
sus centros de trabajo, debido a que estaban apartados de núcleos urbanos, como
los poblados de Molinar(Albacete), Cofrentes, Rambla Seca y Millares, se
convirtieron en núcleos demográficos con casi todos los servicios propios de una
comunidad: escuela, ermita, economato y consultorio médico.

Rambla Seca

Fruto de ese celo es la presencia de pequeñas capillas, a modo de ermitas, en los


poblados residenciales de los obreros; la de Cofrentes (Basta), dedicada a la
Sagrada Familia; la de Rambla Seca, a San Juan Bautista y la de Millares a la
Virgen del Carmen. Respecto a la capilla del Salto de Millares, leemos en la
Topografía Médica de Millares, de D. Luis Báguena Corella, del año 1932, el
siguiente fragmento: “...en el punto donde lo ha permitido la constitución del
terreno, una pequeña explanada arreglada en jardín, está bordeada por una
elegante capilla católica y dos casas gemelas que se destinan a escuelala una, y
a vivienda del capellán-maestro la otra.
La escuela

El aula

Lástima que acabadas desde hace bastantes meses, siguen sin dar la instrucción
escolar al tropel de chiquillos que viven en tal caserío”. Tras la ejecución del
capellán-maestro, D. Manuel Pastor Lozano, durante los primeros meses de la
Guerra Civil en la carretera que unía Millares con Rambla Seca, en las
proximidades del barranco de Cavera (la “Hidro” mandó levantar una cruz en su
memoria), la labor pastoral la desempeñó el cura párroco de la localidad de
Millares, ocupándose de la labor docente diversas maestras hasta el cierre de la
escuela.

El poblado en 1932, al fondo, la Capilla, la escuela y la casa de la


maestra.

La ermita, como hemos dicho antes, estaba dedicada a la Virgen del Carmen, tenía
una superficie de 190 m2 con planta de cruz latina, cuyo brazo izquierdo ocupaba
la sacristía, con puerta practicable al exterior. Se accedía al interior del templo por
un pequeño porche aporticado. Sobre la puerta existían cinco ventanas
escalonadas y sobre este frontis una espadaña que centraba la composición. El
interior era de nave única de tres tramos con bóveda de cañón, mientras que la
techumbre de la capilla de la derecha era de crucería. Presentaba un pequeño
ábside en el testero, que interiormente albergaba un baldaquino con la imagen de
la Virgen del Carmen, actualmente custodiado este conjunto, al igual que la
campana, en la iglesia del pueblo de Millares.
Todas las edificaciones que conformaban el poblado de empleados han sido
demolidas como consecuencia de quedar por debajo del nivel de las aguas del
embalse de Tous, en el caso de llegar a la cota de máximo llenado. Evidentemente,
la ermita, la escuela y la casa de las maestras han desaparecido también. En las
fotografías que acompañan este artículo puede apreciarse la belleza de este
edificio religioso y su situación en el conjunto de edificaciones. (Por FIDEL PÉREZ
BARBERÁ, Cronista Oficial de Millares)

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Con las riada de 1982, se decidió cerrar el salto de Millares, con la inauguración
de la nueva presa de Tous, parte de nuestro poblado quedó enterrado bajo las
aguas y derribada nuestra escuela, nuestra iglesia, nuestras casas ... pero no mis
recuerdos, mis olores, mis sensaciones.

En 2002 se completó la demolición de la central y de los pabellones anexos de


viviendas.

Los que hemos tenido la suerte de crecer con la naturaleza de nuestro lado, ésta
llega a formar parte indisociable de nosotros y nos condiciona y nos marca de tal
manera, que cuando no la tenemos cerca, la echamos mucho de menos.
La mayoría de las personas lamentablemente ya no están, incluso la mayoría de
los lugares desaparecieron bajo las aguas o derribados, por lo que no puedo visitar
ni pasear para intentar visualizar y recordar. No puedo dejar de sentir una
nostalgia infinita y un sentimiento de calor y afecto, compartido con todos los que
recuerdan aquella etapa maravillosa de la vida que me tocó vivir... sin apenas
darme cuenta, que aquello era un verdadero paraíso.

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