Está en la página 1de 3

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Este acto de genuina humildad que nos despoja de todo orgullo, trae como recompensa el
reino de los cielos. Este reino no lo ganamos por lo que hacemos sino por aquello que
somos y de todo lo que nos despojamos.

Dos ejemplos bíblicos de diferentes personas que fueron pobres en espíritu


Lucas 23:35-43
Esta es la historia que relata los minutos previos a que Jesus sea crucificado, la gente
insultandolo, degradandolo, sorteando sus ropas. También habían colgados dos criminales a
sus costados, uno lo insultó, pero el otro reprendió estos insultos y reconoció su propio
pecado, reconoció que había hecho cosas malas en esta tierra como para merecer tal
castigo, pero que Jesús estaba ahí injustamente, reconoció la inocencia de Jesús y reconoció
qué era El rey enviado por Dios, en fe y en humildad le dijo a Jesus que se acuerde de él
cuando venga su reino. Y Jesus le dijo: qué ese mismo día estaría con él en el paraíso.
Lucas 10:38-42 “La casa de Marta y Maria”
En esta escena podemos ver que Jesus va a visitar la casa de estas dos mujeres y que se
relatan dos diferentes formas de darle la bienvenida. Por un lado, Marta se cercioraba que
todo esté en orden, prolijo, ordenado, mientras que Maria, apenas Jesús entró, se sentó a
sus pies a escuchar lo que él decía, haciendo a un lado todo lo demás. Marta estaba
abrumada por lo que hizo su hermana y se lo remarcó a Jesús, diciendo también que la
incite a ayudarla. Jesús apaciguando el enojo de Marta, le dice que Maria estaba eligiendo
la mejor parte. Esa mejor parte era estar sentada escuchando, sin preocuparse por lo del
alrededor, sin inquietarse por todo lo externo, la mejor parte era ser completamente pobre
en espíritu, dejar de intentar hacer cosas por Jesús, sino más bien, ser humilde, sentarse y
oirlo. En el mundo donde vivimos, estar a los pies de alguien, postrarse ante otra persona se
ve como rendición/sumisión, mas que en los términos del cielo, que son totalmente
diferentes a los de la tierra, sentarse/postrarse ante los pies de Jesús hace que como
consecuencia recibamos el reino de los cielos, porque es en ese acto donde nos
deshacemos de todo orgullo y reconocemos nuestra pobreza espiritual
Preguntas para reflexionar
¿Cuántas veces intentamos por nuestras fuerzas hacer cosas por Dios para sentirnos
merecedores?
¿Qué estás haciendo hoy que creas que te va a acercar más a Jesús? (¿Que estas haciendo
por obras, que deberías creer por fe? El: ¿Crees que Dios te ama o buscas hacer cosas para
sentirte merecedor de su amor?)
¿En qué áreas no estamos siendo completamente dependientes de Dios? ¿En qué áreas no
estamos siendo pobres en espíritu?

Motivos por los que oramos el sábado 5-03


● Reconocer nuestra pobreza espiritual
● Elegir como Maria la mejor parte
● Gratitud a la cruz, que por ella pudimos tener una relación con Dios
● Que Dios nos haga completamente dependientes de Él
● Que podamos reconocer nuestro estado de pecadores y cuánto necesitamos de Jesús

En el antiguo testamento ya se hablaba de la pobreza espiritual en Isaías 57:15


“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo
habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir
el espíritu de los humildes (pobres en espíritu) , y para vivificar el corazón de los
quebrantados.”
Y en el nuevo testamento se nos dan unas acciones prácticas para poder desarrollar esta
pobreza espiritual
“Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a
Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón,
porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo. Derramen lágrimas por lo que han
hecho. Que haya lamento y profundo dolor. Que haya llanto en lugar de risa y tristeza en
lugar de alegría. Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor” Santiago 4:7-10

También podría gustarte