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Especialización en Derecho Penal – Facultad de Derecho – Universidad de Buenos Aires

Estudiante: Rosario Martínez Sobrino (DNI N°33.826.629) – Caso final asignado n°7

Sumario: I. Introducción II. Planteo del problema III. Solución dogmática a)


Situación de A b) Situación de J IV. Conclusiones V. Bibliografía final.

I. Introducción
El caso 7 (se adjunta como anexo) presenta como problemas determinar si la
conducta de A es penalmente relevante y en su caso, el grado de participación de J. Ello
será analizado desde la teoría del delito.

II. Planteo del problema


Principalmente será necesario determinar si el acto material desplegado por A,
ofrecer documentos falsos como prueba de la inocencia de J en un debate en el que
ejerció el rol de su abogado defensor, es pasible de reproche penal.
En segundo lugar, habrá que establecer si A obró motivado en percibir como
honorarios una gran suma de dinero ofrecida por J. Es decir, si J reviste el carácter de
instigador.

III. Solución dogmática


III. a) Situación de A
A continuación se analizará desde la teoría del delito el accionar de A quien
ofreció como prueba en un debate en el que ejercía el rol de abogado, documentos falsos
para acreditar la inocencia de su defendido J.
En primer lugar, bajo los parámetros de la imputación objetiva 1cabe afirmar que
el usar documentos falsos está prohibido por el art.296 del CP, por lo tanto A creó un
riesgo no permitido que produjo como resultado lesivo un perjuicio contra la fe pública.
Al respecto, cabe señalar que A estaba en ejercicio de la profesión de abogado,
por lo tanto defraudó las expectativas de su rol, ya que esa conducta no está aceptada ni
es un comportamiento adecuado socialmente.
Por ello es dable aseverar que las características de la acción llevada a cabo por
A se corresponden con la previsión del tipo penal aludido, conducta típica que fue

1JAKOBS, Günter, Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación, Marcial
Pons, Madrid, 1997, pp.226-307.
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causal determinante del resultado típico. En otras palabras, se verifican tanto la


imputación objetiva del comportamiento como la imputación objetiva del resultado2.
A ello cabe agregar que, el tipo objetivo 3 requiere, como acción típica, que el
autor use un documento falso de acuerdo a su propia función (perpetuación probatoria y
de garantía), lo cual aconteció aquí pues, A usó documentos falsos invocando su
eficacia jurídica4 en el marco de un debate en el que ejercía como abogado la defensa de
J, con el fin de probar su inocencia, generando un perjuicio para la fe pública5.
A su vez, corresponde señalar que también se verifican tanto el elemento
normativo como el requisito del sujeto activo previstos en el tipo ya que A utilizó
documentos falsos y no es el autor de la falsedad6.
En consecuencia, la conducta de A queda subsumida en la descripción del
resultado específico del delito previsto en el art.296 del CP, resultado que fue causado
por medio de una acción en forma imputable.7
En cuanto al tipo subjetivo cabe mencionar que A tuvo el conocimiento de todo
el acontecer delictivo descripto en el tipo objetivo 8 y ejecutó la acción precisamente con
el fin de producir el acontecer típico9.
Ampliando lo expuesto, A tuvo la decisión consciente en favor del acontecer
descripto en el tipo objetivo10 y actuó con el dolo directo de primer grado11 exigido por
la norma, pues, obró en función de la consecuencia principal, tuvo intención y quiso
lesionar la fe pública. Además sabía que la producción de lo querido no era
improbable12.
Como fundamento de lo expuesto, cabe destacar que A es abogado y al
emprender la acción ejecutiva (al ofrecer prueba en el debate) además de los
conocimientos propios de su profesión, contaba con la información suministrada por su
defendido J quien expresamente le dijo que los documentos eran falsos. Por lo tanto
2
CANCIO MELIÁ, Manuel, Líneas básicas de la Teoría de la Imputación Objetiva, Ediciones Jurídicas
Cuyo, Mendoza, 2001, p.97-98.
3
FRISTER, Helmut, Derecho penal. Parte General, Hammurabi, Buenos Aires, 2016 pp.166-172.
4
D’ALESSIO Andrés José (Dir.), Código Penal de la Nación comentado y anotado, Tomo II, Buenos
Aires, La Ley 2009, p.1516.
5 DONNA, Edgardo Alberto, Derecho Penal. Parte Especial, Tomo IV, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,

2014, p.275.
6
D’ALESSIO, Ob. cit., p.1514.
7
FRISTER, Ob. cit., pp.168-9.
8
Ídem, p.172.
9
Ibídem, p.224.
10
Ibídem, p.220.
11
JAKOBS, Ob. cit., pp.321-322.
12
Ídem, p.323.
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conocía las circunstancias que realizan el tipo13, su conocimiento fue actual (no
meramente potencial) y como hecho psíquico tuvo una imagen de con qué
consecuencias actuaba14. Es decir, el dolo existió al cometer el hecho15.
Culminado el análisis de la tipicidad, desde la óptica de la antijuridicidad
corresponde señalar que el disvalor típico del delito previsto por el art.296 del CP no se
anuló por una causa de justificación.
Considerando entonces que el uso de documento falso por parte de A no está
justificado, cabe afirmar el injusto.
Continuando con el análisis, en cuanto a la culpabilidad cabe destacar que A
conoció el injusto16 y tuvo capacidad de culpabilidad17.
Al respecto, corresponde indicar que el abogado, en razón de su constitución
psíquica tuvo al momento del hecho la capacidad para decidirse en forma auto-
determinada en favor o en contra de la comisión del hecho.
Es decir, A tuvo la capacidad de tomar posición respecto de una norma de
manera auto-determinada, evaluó de forma sensata la cuestión y tomó su decisión de
infringir la ley.
No se verifica en él falta de madurez, ni perturbación psíquica, por el contrario,
A tuvo la capacidad de comprender el ilícito del hecho y de comportarse según esa
comprensión18.
En otro orden de ideas, cabe señalar que el delito previsto en el art.296 del CP es
instantáneo, por lo tanto su consumación se agotó en el momento en que A uso los
documentos al ofrecerlos en el debate como prueba.
El cuadro descripto se completa señalando que A ostenta el carácter de autor
individual19 -art.45 del CP- porque cometió el hecho por sí mismo, pues, ejecutó de
propia mano la acción fáctica dolosamente, sin sufrir error y presenta las necesarias
cualificaciones de autor (objetivas y subjetivas) específicas del delito20 previsto en el
art.296 del CP, pues como se dijo con anterioridad, no fue el autor de la falsedad.

13
FRISTER, Ob. cit., p.233.
14
JAKOBS, Ob. cit., p.319.
15
FRISTER, Ob. cit., p.220.
16
JAKOBS, Ob. cit., p.311.
17
FRISTER, Ob. cit., p.363.
18
Ídem., p.367.
19
DONNA, Edgardo Alberto, Derecho Penal. Parte general, Tomo V, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2013,
p.358.
20
JAKOBS, Ob. cit., p.744.
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En esa línea argumental, cabe afirmar que A ejercitó una soberanía de


configuración por actuación corporal21 pues, usó documentos falsos de propia mano.
De lo expuesto se desprende el dominio de la acción 22 por parte de A: obró con
dolo y concurrieron los elementos objetivos y subjetivos de requeridos por el tipo. Por
lo tanto, el ejecutar el hecho de propia mano es condición suficiente de su
responsabilidad plena23.

III. b) Situación de J
Tras haber afirmado la autoría individual de A en el apartado que antecede,
corresponde ahora indagar si J fue partícipe del hecho de A, en particular si es pasible
de responder como determinador directo24 en los términos del art.45 del CP.
Al respecto, se observa que J no realizó la acción típica prevista en el art.296 del
CP por sí mismo, ni tuvo el dominio del hecho 25, pues lo que hizo fue ofrecer una
abultada suma de dinero en concepto de honorarios a su abogado como condición de
que presente documentos falsos en un debate en el que ejercía su defensa.
Por definición, la participación nunca es autónoma26, lo cual se observa aquí,
pues J con su accionar contribuyó a la realización del delito (hecho ajeno) por parte del
autor A. La acción de J no es típica en sí misma porque no realizó por sí sola la acción
descripta en el tipo penal del art.296 del CP, sino que se monta sobre la tipicidad de A27.
Ejemplificando lo expuesto, cabe decir que determinar a otro a usar un
documento falso no es usar un documento falso. Por ello es que no es posible la
participación si no se la conecta a un hecho punible cuyo autor es otro, distinto del
partícipe28.
Por lo tanto el actuar de J se vincula al hecho punible ejecutado por A, pues, la
participación implica una colaboración arbitraria y dolosa en el delito de otro; y tiene
naturaleza accesoria29 respecto de la autoría, todo lo cual como se verá, quedó verificado
aquí.
21 DONNA, Ob. cit. nota 19, p.358.
22
BACIGALUPO, Enrique, Derecho Penal. Parte General, Hammurabi, Buenos Aires, 2020, p.500
23
JAKOBS, Ob. cit., p.730.
24
DIAS, Horacio, Código Penal de la Nación Argentina Comentado. Parte General, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2018, p.415.
25
BACIGALUPO, Ob. cit., p.517.
26
DIAS, Ob. cit., p.416.
27
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.413.
28
BACIGALUPO, Ob. cit., p.517.
29
CEREZO MIR, José, Derecho Penal. Parte General, B de F, Montevideo-Buenos Aires, 2008, p.950
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Cabe añadir que, para la determinación del injusto de la participación de J,


conforme la teoría de la participación en el injusto 30, hay que tener en cuenta que la
descripción del tipo penal prevista en el art.296 del CP (al igual que todos los delitos de
la parte especial) comprende sólo el concepto de autor, por lo tanto la punibilidad de la
participación supone una ampliación de la punibilidad.
En ese sentido, el comportamiento de intervención de J es el motivo por el que
se le imputa, en carácter de partícipe, la ejecución del hecho principal como obra
también suya. El partícipe no infringe la prohibición de realizar el tipo tal como está
descripto, sino sólo la prohibición ampliada por medio de las regulaciones de la
participación.31 A J se le puede imputar como partícipe la ejecución del injusto por parte
de A porque pretendió la consumación del hecho principal32.
La teoría mencionada se corresponde, en sus consecuencias, con la teoría de la
causación orientada a la accesoriedad33.
Retomando lo expuesto, la participación de J tiene carácter accesorio 34 porque
tomo parte en el hecho de A el cual le es ajeno. Ello se verifica tanto desde el punto de
vista del grado de realización que alcanzó el hecho principal como desde la óptica de los
elementos del hecho punible que se deben dar en el hecho principal.
Así, el delito previsto por el art.296 del CP, el cual no admite tentativa 35, se
consumó en el momento en que A usó el documento, razón por la cual la exigencia de la
accesoriedad cuantitativa36 relativa a que se verifique el comienzo de ejecución queda
absolutamente cumplida.
También se verifica la accesoriedad cualitativa37 ya que el hecho principal fue
típico y antijurídico, requisitos exigidos por la teoría de la accesoriedad limitada38.
Sentado lo expuesto corresponde avocarse al análisis específico de la figura del
instigador prevista en el art.45 del CP, en pos de verificar si J determinó dolosamente a
A a un hecho doloso39.

30
JAKOBS, Ob. cit.796.
31
Ídem., p.797.
32
Ibídem., p.797
33
Ibídem., p.798.
34
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.418.
35 Ídem., p.276.
36
CEREZO MIR, Ob. cit., p.950.
37
Ídem., pp.950-951.
38
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.419.
39
JAKOBS, Ob. cit., p.804.
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La expresión determinar a otro empleada en el CP debe entenderse como


influencia espiritual40 en el sentido de que ha de llevarse a cabo el hecho 41, lo cual se
comprobó aquí pues A adoptó su decisión y perseveró en ella con dependencia de la
voluntad de J42.
Se observa en J el llamado doble dolo del inductor, que abarca la propia
conducta y del hecho doloso inducido43, pues conocía los rasgos fundamentales 44 del
hecho que indujo, se dirigió a una persona determinada 45 (su abogado) y a su vez, sabía
que estaba determinando al autor principal a cometer ese hecho doloso46.
En otras palabras, J determinó dolosamente a A, a cometer intencionalmente el
delito previsto en el art.296 del CP, es decir, ejerció influencia espiritual sobre su
abogado, lo cual se concretó ya que A, motivado en percibir abultados honorarios
prometidos como recompensa, ofreció como prueba en el debate documentos falsos tal
como le indicó J que lo hiciera.
Por lo tanto cabe afirmar que la inducción de J tuvo éxito 47 porque A orientó su
conducta a la meta mencionada por J consistente en la lesión típica del bien jurídico fe
pública. Es decir, la exigencia de concreción del hecho que requiere la figura ha sido
satisfecha.
Para completar el análisis, cabe destacar que se cumplen los requisitos tanto de
la forma de inducción (una conducta activa 48 por parte de J) como de idoneidad del
medio, porque la promesa por parte de J de que A cobraría una gran suma de dinero fue
apta para influir su actuar49.
A modo de cierre, cabe afirmar que J ejerció influencia sobre la dirección del
comportamiento de A, quien orientó su conducta a la meta fijada por el inductor,
concretándose el influjo psíquico ya que el autor adoptó su decisión con dependencia de
la voluntad de J.

40
Ídem., p.804.
41
Ibídem., p.805.
42
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.447.
43
Ídem., p.450.
44
BACIGALUPO, Ob. cit., pp. 527-528.
45
D’ALESSIO Andrés José (Dir.), Código Penal de la Nación comentado y anotado, Tomo II, Buenos
Aires, La Ley 2009, p.793.
46 HARRO, Otto, Manual de Derecho Penal. Teoría general del Derecho Penal, Barcelona, Atelier,

2017, p.496.
47
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.454.
48
BACIGALUPO, Ob. cit., p.526.
49
DONNA, Ob. cit. cit. nota 19, p.449.
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IV. Conclusiones
Conforme lo expuesto, entiendo que J determinó de forma exitosa a A a usar
documentos falsos en el debate en el que ejercía su defensa. Gracias a la influencia
espiritual que ejerció J sobre A logró que se ejecutase el hecho.
Por lo expuesto es que J debe responder penalmente como determinador directo
(Art.45 del CP) de A, cuya conducta encuadra en el tipo penal de uso de documentos
falsos en carácter de autor (arts.45 y 296 del CP).

V. Bibliografía final
BACIGALUPO, Enrique, Derecho Penal. Parte General, Hammurabi, Buenos
Aires, 2020.
CANCIO MELIÁ, Manuel, Líneas básicas de la Teoría de la Imputación
Objetiva, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2001.
CEREZO MIR, José, Derecho Penal. Parte General, B de F, Montevideo-
Buenos Aires, 2008.
D’ALESSIO, Andrés José (Dir.), Código Penal de la Nación comentado y
anotado, Tomos I y II, Buenos Aires, La Ley 2009.
DIAS, Horacio, Código Penal de la Nación Argentina Comentado. Parte
General, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2018.
DONNA, Edgardo Alberto, Derecho Penal. Parte general, Tomo V, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2013.
DONNA, Edgardo Alberto, Derecho Penal. Parte Especial, Tomo IV, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2014.
FRISTER, Helmut, Derecho penal. Parte General, Hammurabi, Bs. As., 2016.
HARRO, Otto, Manual de Derecho Penal: Teoría general del Derecho Penal,
Barcelona, Atelier, 2017.
JAKOBS, Günter, Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y teoría de la
imputación, Marcial Pons, Madrid, 1997.
ANEXO

Caso 7
A, es un abogado importante del foro. J, ha cometido el delito de estafa en contra de
varias personas, y le relata tal hecho a A. Al mismo tiempo le ofrece como honorarios
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una alta suma de dinero, pero a condición de que A entregue como prueba de su
inocencia una serie de documentos falsos que acreditarían su inocencia. A, duda, pero al
final los ofrece como prueba, para el debate.
En el debate se demuestra que son falsos.
Nota. 1. Los hechos, como siempre están probados y no se modifican. 2. Debe Ud.
analizar la responsabilidad penal del imputado J y del abogado A.

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