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Tribunal : 26° Juzgado Civil de Santiago

Rol : C-23.176-2019
Caratulado : “Poller/Rosenberg”
Cuaderno : Principal

Observaciones a la prueba.

S.J.L. de Santiago (26°)

CLAUDIO MATUTE ESPINOZA, abogado, en representación de la parte


demandada de BIRGIT POLLER ROSENBERG y SILKE POLLER
ROSENBERG, en autos ordinarios caratulados “Poller con Rosenberg.”, Rol N° C-
23.176-2019, cuaderno principal, a S.S. respetuosamente digo:

Conforme a lo dispuesto en el artículo 430 del Código de Procedimiento Civil, en


relación a la prueba rendida en autos y al tenor de la interlocutoria de prueba de 16 de
octubre de 2019, observo y hago presente a S.S. las siguientes consideraciones que
demuestran i) que la parte demandante no logró acreditar el único punto de prueba de
autos, que era de su cargo; ii) que la parte demandante no logró acreditar la existencia
de una sentencia penal condenatoria previa, requisito sine qua non para la
procedencia de su acción de indignidad; y, iii) que la prueba aportada por esta parte
logró desvirtuar por completo la pretensión contraria; todas razones por las cuales se
deberá necesariamente rechazar la demanda, con costas.

I. HECHO PERTINENTE, SUSTANCIAL Y CONTROVERTIDO


FIJADO POR S.S.

Con fecha 16 de octubre de 2019, S.S. dictó la interlocutoria de prueba, fijando como
único hecho substancial, pertinente y controvertido, el siguiente:

1. Hechos y circunstancias que configuran respecto de los demandados de autos


la causal de indignidad para suceder a la causante doña Liselotte Rosenberg
Callies, contemplada en el artículo 968 N° 1 del Código de Civil.

II. ANÁLISIS DEL PUNTO DE PRUEBA QUE DEBÍA ACREDITAR LA


PARTE DEMANDANTE

PUNTO DE PRUEBA Nº 1: “Hechos y circunstancias que configuran

respecto de los demandados de autos la causal de indignidad para suceder a

la causante doña Liselotte Rosenberg Callies, contemplada en el artículo 968

N° 1 del Código de Civil”

1
 Este punto de prueba básicamente exigía a los demandantes probar la causal
de indignidad que alegan en su demanda, cual es, la del artículo 968 N° 1 del
Código Civil.

 El artículo 968 N° 1 del Código Civil establece tres supuestos de hecho


diversos de indignidad, a saber, literalmente:

i. “El que ha cometido el crimen de homicidio en la persona del


difunto”;

ii. “o ha intervenido en este crimen por obra o consejo”;

iii. “o la dejó perecer pudiendo salvarla”.

 Como se ve, no se trata de una causal genérica. Por el contrario, la causal de


indignidad del N° 1 del artículo 968 del Código Civil contempla tres hipótesis
específicas y diversas entre sí.

 El caso es que la parte demandante, luego de modificar y ampliar el


objeto de su demanda por medio de su escrito de réplica, fundó la
indignidad sucesoria que pretende en dos causales: a) la causal de
homicidio por medio de una conducta activa (“crimen de homicidio en la
persona del causante”); y, ii) la causal de homicidio por omisión (“o la
dejó perecer pudiendo salvarla”).

 Tal como se demuestra claramente en los párrafos de la demanda que se


exhiben a continuación (páginas 65 a 67), la demanda de indignidad de autos
se funda en las imputaciones del delito de homicidio a mis representadas,
tanto por conductas activas como omisivas, ambas imputaciones que
corresponden a dos de las hipótesis contempladas en el artículo 968 N° 1 del
Código Civil. Veamos.

2
 En concreto, como es fácil apreciar, los demandantes, sin mediar siquiera
una denuncia o querella penal previa, construyeron su caso en base a
imputaciones de homicidio a sus hermanas.

 Por el contrario, esta parte controvirtió expresamente la procedencia de la


causal de indignidad del artículo 968 N° 1 del Código Civil, no sólo negando
la falsa relación de hechos efectuada por los demandantes, sino también,
haciendo presente que la única probanza que admite la ley para que la
demanda de indignidad fundada en el homicidio del causante sea acogida, es
la sentencia penal condenatoria previa.

 Así, de conformidad al artículo 1698 del Código Civil, la parte


demandante tenía la carga de acreditar que la causal de indignidad que
alegó era efectiva, es decir, era completamente carga de los demandantes
probar que mis representadas habían cometido el delito de homicidio -
activo o pasivo- en la persona de la causante, lo cual únicamente podían
hacer acompañando la sentencia penal condenatoria respecto de ellas.

 Lo anterior se encuentra confirmado por la jurisprudencia. En efecto, en


aquellos casos en que se ha declarado la indignidad de los herederos o
legatarios por el delito de homicidio, se ha acompañado al procedimiento una
sentencia penal condenatoria ejecutoriada que acredita tales acusaciones1, la
cual “por ser medio de prueba en el juicio de indignidad y el único que la
ley admite, no puede ser la misma que se pronuncia en dicho juicio”2.

1
Véase Sentencia de fecha 19 de marzo de 2008, dictada por Corte de Apelaciones de Rancagua, causa
Rol N° 324-2007; Sentencia de fecha 03 de noviembre de 2011, dictada por la Corte de Apelaciones de
Valdivia, causa Rol N° 617-2011; y Sentencia de fecha 15 de diciembre de 2014, dictada por la Corte
de Apelaciones de Concepción, causa Rol N° 349-2014.
2
C. Santiago, 26 abril 1938. R., t. 36, sec. 2ª, pp. 56-57, Considerando Primero.
3
 A pesar de lo anterior, es decir, de tener por completo la carga de la
prueba del único punto fijado por S.S., la parte demandante no aportó
ninguna prueba sustancial o pertinente que probara su caso, ni mucho
menos acompañó la sentencia penal condenatoria previa que exige la ley.

 Por el contrario, tal como se lee en su escrito de observaciones a la prueba


(folio 73), la contraria tomó una posición probatoria absolutamente
pasiva, observando sólo la prueba rendida por esta parte, como si fuese
carga de esta parte demandada descargar una suerte de “presunción de
indignidad,” lo cual no sólo es insólito, sino derechamente improcedente
bajo cualquier punto de vista, más aun, cuando se trata de una causal de
indignidad que envuelve acusaciones tan graves como las formuladas de
contrario.

 Como veremos a continuación, los actores fueron completamente incapaces de


acreditar la base de su acción de indignidad, para ello, a) primero se analizará
la objetada prueba documental acompañada por la contraria, y, b) luego, se
observará la declaración del único testigo aportado por los demandantes.
Veamos.

a. Prueba documental (objetada) rendida por la parte demandante:


el mal denominado “Informe Pericial Forense”

 Con fecha 10 de septiembre de 2019, los actores acompañaron junto a su


escrito de Replica (folio 19), el instrumento privado denominado “Copia de
Informe Pericial, elaborado por don Luis Orlando Ravanal Zepeda”.

 En primer lugar, cabe señalar que, mediante presentación de fecha 24 de


septiembre de 2019 (folio 21), este instrumento privado fue objetado por
falta de autenticidad, por no constar a esta parte su autenticidad material ni
ideológica, al constituir una mera copia de un instrumento privado emanado
de un tercero ajeno al presente juicio; así como también fue objetado por
falta de integridad, dado que ninguno de los antecedentes “clínicos y
bibliográficos” que supuestamente analizó el autor del mal denominado
“informe forense”, y que justamente constituyeron objeto de su evaluación,
fueron acompañados junto al documento como anexos, por lo que dicho
documento constituye un instrumento parcial, insuficiente e incompleto.

 En segundo lugar, el instrumento privado antes individualizado no tiene ni


podría tener la aptitud de probar el punto de prueba N° 1, el cual, como ya
vimos, exigía a los demandantes acreditar la efectividad de supuestas
conductas activas u omisivas imputadas a mis representadas, que configuraran
el delito de homicidio -activo o pasivo- en la persona de la causante, cual es la
causal de indignidad alegada.
4
 Lo anterior, por una muy simple y evidente razón: el objeto del “informe
forense” era “valorar actuaciones sanitarias” otorgadas por la Clínica
Tabancura y su personal médico, “con el fin de determinar si éstas se
sujetaron a los estándares del debido cuidado y lex artis”, tal como se ve en
el capítulo denominado “Objeto”, y que se muestra a continuación:

 S.S., lo anterior es de radical importancia para demostrar la completa


IMPERTINENCIA de la supuesta prueba clave de la parte demandante,
a saber: el “informe forense” tuvo por objeto valorar conductas y
actuaciones clínicas y sanitarias atribuibles a personas distintas de las
demandadas en estos autos. Así de simple.

 Así lo confirman también las conclusiones del “informe forense”, el cual,


luego del supuesto análisis realizado, determina que habría una supuesta
infracción de la lex artis atribuible al personal de la Clínica Tabancura:

5
 Así, del objeto y de las conclusiones del “informe forense”, queda
claramente demostrado que dicho instrumento privado evaluó conductas
de terceros ajenos a este pleito, y no conductas atribuibles a las
demandadas, por lo que mal podría dicho documento probar que mis
representadas incurrieron en conductas activas u omisivas que
configuren el delito de homicidio, tal como lo exige el único punto de
prueba de autos.

 La conclusión precedente fue confirmada por el propio autor del “informe


forense” y único testigo de la parte demandante, Sr. Luis Ravanal, quien en
declaración testimonial de fecha 03 de febrero de 2019 (folio 62), reconoció
expresamente que él no había valorado ni analizado conductas atribuibles a
mis representadas, tal como se ve a continuación:

 Una declaración tan relevante para el presente conflicto fue rápidamente


integrada al juicio por S.S., quien, al momento de resolver la oposición a una
contra interrogación formulada por esta parte al mismo testigo, resolvió la
incidencia en el siguiente sentido:

6
 No hay mucho más que decir S.S. La parte demandante se equivocó de juicio.
Al parecer los demandantes erradamente creyeron que se encontraban en un
juicio de responsabilidad médica contra la Clínica Tabancura, demanda que
curiosamente tampoco han iniciado, a pesar de acusar con tanta seguridad y
vehemencia, que se habría incurrido en negligencia médica al aplicar el
protocolo de “Límite de Esfuerzo Terapéutico” (en adelante “LET”) a la
causante Sra. Liselotte Rosenberg C.

 Todo lo expuesto, junto con la ausencia de una denuncia o querella penal, es


un antecedente más que da cuenta de la instrumentalidad, frivolidad y
crueldad de la presente demanda. La patente impertinencia de la supuesta
pieza clave del caso de la contraria, debe ser considerada por S.S. al momento
de condenarla expresamente en costas.

b. Prueba documental (objetada) rendida por la parte demandante:


las supuestas fichas médicas de la Sra. Liselotte Rosenberg C.

 Con fecha 30 de enero de 2020, los actores acompañaron (folios 53, 54 y 55),
instrumentos privados consistentes en supuestas copias simples de fichas
médicas y certificados emitidos por Hogares Alemanes S.A., Clínica Red
Salud Vitacura S.A., Help S.A., y SK Medical Care S.A.

 En primer lugar, cabe señalar que, mediante presentación de fecha 05 de


febrero de 2020 (folio 63), todos aquellos instrumentos privados fueron
objetados por falta de autenticidad, por no constar a esta parte su
autenticidad material ni ideológica, al constituir meras copias de instrumentos
privados emanados de terceros ajenos al presente juicio, quienes no
concurrieron a reconocerlos de modo alguno, por lo que carecen de todo
mérito probatorio conforme a lo sostenido por la jurisprudencia unánime.3

 De otro lado, cabe recordar también que, mediante la misma presentación


referida anteriormente, esta parte objetó por falta de integridad, el
documento denominado “Ficha Clínica Hogares Alemanes S.A.”, dado que no
se trata de una cadena cronológica y coherente de anotaciones, exámenes y
atenciones recibidas por la Sra. Rosenberg desde su ingreso al Hogar el año
2006, sino más bien de anotaciones aisladas, sin fecha, incompletas e
insuficientes.

 En segundo lugar, aun de otorgársele algún mérito probatorio a las copias


simples, no reconocidas, acompañadas por la contraria, se debe observar que
las fichas médicas presentadas tampoco podrían -de modo alguno- tener por
acreditado el punto de prueba de autos.

3
Corte de Apelaciones de Santiago, 5.12.1980. RDJ. T. 77. Sec. 2. Pág. 154.
7
 En efecto, la contraria presentó supuestos antecedentes médicos de la Sra.
Liselotte Rosenberg de una forma incompleta, inconexa y antojadiza, con el
solo fin de crear la macabra historia que funda su demanda, esta es, que las
Sras. Birgit y Silke Poller, hermanas de los demandantes, habrían maquinado
el homicidio de su madre, tomando la decisión de no otorgarle los
tratamientos terapéuticos que necesitaba para seguir con vida.

 En concreto, los demandantes se apoyan en los referidos antecedentes


médicos, principalmente en la ficha médica de la Clínica Tabancura, para
sostener los siguientes argumentos, parte de su increíble teoría, a saber: i) la
decisión de aplicar el protocolo médico denominado “límite de esfuerzo
terapéutico” (LET), fue tomada exclusivamente por mis representadas,
causando la muerte de la causante; y, ii) no consta en antecedente médico
alguno que la Sra. Liselotte Rosenberg había decidido no someterse a la
terapia de diálisis.

 Veremos a continuación, cómo cada una de dichas afirmaciones es falsa e


incorrecta, en base a la propia prueba que consta en autos:

i. Respecto a la primera afirmación, los demandantes sostuvieron lo


siguiente en su escrito de observaciones a la prueba:

Como se lee claramente, los actores imputan a mis representadas la


decisión de haberle negado los tratamientos necesarios a su madre,
dejándola perecer pudiendo salvarla.

Lo cierto es que la ignorancia y liviandad con la que se realiza la


acusación sorprende, tal como todo el caso contrario.

8
S.S., es bien sabido que el protocolo médico denominado “Límite
de Esfuerzo Terapéutico” es una decisión médica, es decir, por
más que mis representadas lo hayan sugerido, en base a la propia
recomendación de los médicos, a razones humanitarias y
respetando estrictamente el deseo de su madre expresado en vida,
la decisión final y última la tuvo el personal médico a cargo de la
paciente, no sus familiares. No podría ser de otra forma, sino los
médicos serían meros instrumentos de los deseos de familiares sin
los conocimientos necesarios para tomar dichas decisiones clínicas.

Se debe hacer presente que la Sra. Rosenberg Callies siempre


manifestó a sus cercanos, entre ellas, sus hijas Birgit y Silke, su
voluntad de que su vida no fuera extendida artificialmente, y, por
sobre todo, que se le evitaran tratamientos o exámenes dolorosos, pues
ya no estaba en edad para soportarlos o querer recibirlos. El hecho de
que los demandantes -Astrid y Norbert- no hayan sabido de ese deseo,
da cuenta justamente de que ellos no eran cercanos a su madre. Eso
está fuera de toda discusión.

Así, al momento de la última hospitalización de la Sra. Liselotte


Rosenberg (28 de noviembre de 2018), personal médico de la Clínica
Tabancura le indicó a mis representadas que, si se le realizaban el
invasivo procedimiento de instalación de tubo pleural a la paciente, lo
más seguro es que no lo resistiera. Lo anterior, por dos motivos
brindados por el personal médico: i) el potasio altísimo (con el riesgo
de paro cardiaco); y, ii) las enfermedades preexistentes que padecía la
Sra. Rosenberg (enfermedad renal crónica etapa V, insuficiencia
cardiaca e insuficiencia hepática).

Bajo esas consideraciones médicas, y teniendo presente lo que ya


les había indicado su madre cuando estaba consciente en el sentido
de no hacerla pasar por procedimientos dolorosos e invasivos, las
hermanas Birgit y Silke Poller, acordaron junto al personal
médico de la Clínica Tabancura, iniciar medidas de confort que
incluyeran, analgesia, oxígeno y aporte hídrico.

En otros términos S.S., la decisión médica de limitar las medidas


terapéuticas a la paciente Sra. Liselotte Rosenberg, de 91 años, fue
una decisión médica correcta, conforme a lex artis, tomada por el
personal médico de la Clínica Tabancura que atendió en dicha
oportunidad a la Sra. Rosenberg, previa sugerencia de mis
representadas, en atención al precario estado de salud de la
paciente y a sus deseos expresados en vida.

9
Las afirmaciones anteriores se encuentran ratificadas por el testigo de
esta parte, Dr. Javier Gárate (no tachado), quien depuso en
audiencia de fecha 30 de enero de 2020 (folio 51), médico tratante de
la Sra. Rosenberg al ingreso en la Unidad de Pacientes Críticos de la
Clínica Tabancura, y también quien suscribió la epicrisis de su
fallecimiento, quien, repreguntado para que explicara el sentido y
alcance del “Límite de Esfuerzo Terapéutico”, fue tajante en señalar
que es una decisión del equipo médico, no de los familiares, sin
perjuicio de que éstos pueden sugerirlo, tal como se ve a continuación:

En el mismo sentido anterior, el testigo Dr. Javier Gárate confirmó


que, en el caso concreto de autos, la decisión de limitar el esfuerzo
terapéutico a la Sra. Liselotte Rosenberg, fue una decisión médica
tomada por el personal tratante de la Clínica Tabancura, tal como se ve
a continuación:

Por último, el testigo Dr. Javier Gárate, declarando al tenor del punto
de prueba de autos, fue elocuente en señalar que la decisión de aplicar
el LET, fue correctamente aplicada, considerando razones médicas
concretas y objetivas:

10
Adicionalmente, es pertinente destacar aquí la declaración de la testigo
de esta parte, Enfermera Sra. Flor María Hermosilla (no tachada),
quien depuso en audiencia de fecha 31 de enero de 2020 (folio 59),
enfermera a cargo de la Sra. Liselotte Rosenberg en Hogares
Alemanes, hogar de adultos mayores donde residía la Sra. Rosenberg,
quien, declarando al tenor del punto de prueba de autos, dio cuenta que
la sugerencia de limitar el esfuerzo terapéutico a la paciente no sólo
provino del personal médico de la Clínica Tabancura, sino también del
personal médico geriátrico que trataba a la Sra. Rosenberg en el propio
hogar donde residía, tal como se ve a continuación:

11
En suma S.S., la afirmación contraria de que “las decisiones e
instrucciones de las hijas Birgit Poller y Silke Poller condenaron a
la muerte a su madre Lisellote Rosenberg al negarle los tratamientos
necesarios para su restablecimiento dejándola perecer pudiendo
salvarla”4, no sólo es una afirmación desgarradoramente injusta y
calumniosa para mis representadas (las únicas que estuvieron al
cuidado de su madre); sino que es una acusación completamente
inconsistente con los hechos, tal como lo dan cuenta los testigos
involucrados en la decisión de aplicar el “LET”, y con el derecho,
pues desconoce absolutamente cómo opera el referido protocolo
médico.

ii. Respecto a la segunda afirmación, los demandantes sostuvieron lo


siguiente en su escrito de observaciones a la prueba:

S.S., tan falsa es la afirmación anterior, que ésta se contradice con lo


indicado en la propia ficha médica acompañada por la contraria, y más
aun, con lo afirmado por los demandantes en el mismo escrito de
observaciones a la prueba, tal como se ve a continuación:

4
Escrito de observaciones a la prueba de la parte demandante.
12
Es decir, primero la contraria alega que el hecho de que la Sra.
Rosenberg se hubiese negado a dializarse era una falacia inventada por
esta parte, que no constaba en ninguna parte de la ficha clínica. Sin
embargo, luego reconoce que en la propia ficha médica que acompaña,
sí consta que la paciente Sra. Rosenberg se negó a la terapia dialítica,
pero esta vez dice que se negaba por no necesitarla aún.

S.S., el argumento anterior raya en lo burdo y da cuenta del profundo


desconocimiento de los demandantes del desarrollo de la enfermedad
de su madre, así como del contexto que la rodeó sus últimos años.

Para efectos de esclarecer el punto a S.S., sólo basta decir que


resulta evidente que una paciente con insuficiencia renal en etapa
terminal (grado V), como la Sra. Rosenberg, sí requería de diálisis,
quizás no para salvar su vida en ese momento (que es a lo que se
refiere la descontextualizada cita de la parte demandante), pero
claramente sí para optar a la sobrevida de la que tanto habla la
contraria.

Es precisamente a esa opción de sobrevida, que le podría haber


otorgado la terapia dialítica, a la que se negó categóricamente la
Sra. Rosenberg y que sí consta expresamente en la ficha médica de
la Clínica Tabancura acompañada por los demandantes.

No solo eso. La circunstancia anterior fue confirmada por el testigo de


esta parte, Dr. Juan Delgado, quien depuso en audiencia de fecha 31
de enero de 2020 (folio 59), médico tratante de la Sra. Rosenberg
desde el año 2016, quien, repreguntado para que explicara a qué se
refería con que la Sra. Rosenberg no tenía opción terapéutica, indicó
claramente que la paciente se negaba a la diálisis como terapia, tal
como se ve a continuación

13
c. Prueba documental (objetada) rendida por la parte demandante:
el registro de transacciones bancarias desde marzo 2009 a
diciembre 2018, de la cuenta corriente perteneciente a la Sra.
Liselotte Rosenberg

 Con fecha 30 de enero de 2020, los actores acompañaron (folios 53),


instrumentos privados consistentes en supuestas copias simples del registro de
transacciones bancarias desde marzo 2009 a diciembre 2018, de la cuenta
corriente del banco Santander número 29-90887-7, perteneciente a la Sra.
Liselotte Rosenberg Callies.

 En primer lugar, cabe señalar que, mediante presentación de fecha 05 de


febrero de 2020 (folio 63), todos aquellos instrumentos privados fueron
objetados por falta de autenticidad, por no constar a esta parte su
autenticidad material ni ideológica, al constituir meras copias de instrumentos
privados emanados de terceros ajenos al presente juicio, quienes no
concurrieron a reconocerlos de modo alguno, por lo que carecen de todo
mérito probatorio conforme a lo sostenido por la jurisprudencia unánime.5

 En segundo lugar, aun de otorgársele algún mérito probatorio a las copias


simples, no reconocidas, acompañadas por la contraria, esta parte no ve de
qué modo los registros de los movimientos bancarios de la Sra. Rosenberg
(desde el año 2009), correspondientes a una cuenta corriente bipersonal que
mantenía con Birgit Poller, podría acreditar el punto de prueba de autos.

 Al igual que el denominado “informe forense”, esta prueba documental es


absolutamente impertinente al objeto del presente conflicto, cual es, la
declaración de indignidad por homicidio de la causante. Una vez más, los
actores se equivocaron de juicio, pretendiendo que este conflicto verse sobre
asuntos patrimoniales entre herederos, tal como un juicio particional.

 Sin embargo S.S., más allá de la impertinencia de la prueba aportada por los
demandantes, lo grave, es que se trata de información confidencial protegida
por el secreto bancario, es decir, se entiende que esta información es parte de
la privacidad de los clientes del sistema financiero.

 El secreto bancario se ha concebido como un verdadero derecho de la


personalidad, en la perspectiva del reconocimiento de un derecho general de
cada uno a la intimidad. El cliente, en cuanto titular de un derecho a la
intimidad, tiene el poder de pretender la máxima discreción en torno a los
hechos que él ha confiado a la banca, a exigir una defensa de su intimidad,
aunque sea de un carácter meramente económico.

5
Corte de Apelaciones de Santiago, 5.12.1980. RDJ. T. 77. Sec. 2. Pág. 154.
14
 En Chile actualmente existe una consagración expresa del secreto bancario. El
derecho a la intimidad se encuentra reconocido en nuestra Constitución en el
artículo 19 Nº5, estableciendo que “La Constitución asegura a todas las
personas: (..) 5º La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación
privada. El hogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y documentos
privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas
determinados por la ley”.

 Asimismo, la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y de Cheques, en su


artículo 1º, regula con amplitud el secreto bancario, estableciendo, además,
sus limitaciones, es decir, las instancias en que opera el levantamiento de este
secreto, exigiendo, en todos los casos, autorización judicial previa, quedando
en evidencia la relevancia de esta institución en nuestro país y el carácter
excepcionalísimo de su levantamiento.6

 Pues bien, es del caso que los demandantes no fueron capaces de respetar
el derecho a la intimidad, en su aspecto económico, de su madre, aun
después de fallecida, acompañando y publicando, sin autorización
judicial previa, todos los movimientos bancarios de la causante nada más
ni nada menos que desde el año 2009, en un juicio público como el de
autos, y sin ninguna utilidad aparente.

 De lo que hablamos aquí S.S., más allá de la infracción o no del secreto


bancario, es de un mínimo respeto por la memoria y la intimidad de la
causante Sra. Liselotte Rosenberg, lo cual, claramente no está dentro de
las preocupaciones de sus hijos demandantes.

 Otro tanto ocurre con el hecho de que la cuenta corriente, cuyos movimientos
los actores acompañan sin tapujos a un juicio público, también pertenece a mi
representada, la Sra. Birgit Poller, pues se trataba de una cuenta bipersonal.

 Al respecto, la contraria en su escrito de observaciones a la prueba se esforzó


por controvertir lo anterior, señalando que i) la cuenta corriente de la señora
Liselotte Rosenberg no era bipersonal, sino que sólo había autorizado la firma
de Birgit Poller; ii) que Astrid Poller, demandante en estos autos, tenía un
poder vigente en la misma; y, iii) que, el hecho de que el otro demandante, Sr.
Norbert Poller, haya podido cerrar la cuenta al fallecer su madre, demostraría
que ésta no era bipersonal. Todo lo anterior se ve a continuación:

6
Las excepciones al secreto bancario, contenidas en este artículo, son respecto de: (1) el titular o de
quien haya sido facultado expresamente por éste; (2) los Tribunales de Justicia en las causas civiles o
criminales seguidas contra el titular; (3) el Ministerio Público, en sus investigaciones, previa
autorización judicial; y (4) el Ministerio Público, también previa autorización judicial, en
investigaciones seguidas contra empleados públicos por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones.

15
 Como todo el caso contrario, todas las afirmaciones anteriores son
absolutamente falsas. Veamos.

i. Es falso que la cuenta no era bipersonal. Tal como da cuenta la


propia imagen del cheque acompañada por la parte demandante (folio
53), en la parte de la firma se indica claramente que ambas pueden
firmar, y, por lo tanto, demuestra que la cuenta es bipersonal.

ii. Es falso que Astrid Poller tenía un poder vigente en el Banco


Santander. Tal como se señaló en nuestra Contestación a la Demanda,
el año 2014, la Sra. Rosenberg revocó un mandato general que le había
otorgado previamente a la demandante Astrid Poller, debido a que ésta
le había hecho firmar dos cheques en blanco, que luego procedió a
completar con la suma de $50.000.000 cada uno, y posteriormente a
cobrar. A continuación, la imagen de la escritura pública de
revocación de mandato:

16
iii. Es falso que las cuentas bipersonales no pueden cerrarse por los
herederos y siguen activas con el segundo titular. Esto es
conocimiento común S.S. Al respecto, la página web del propio Banco
Santander, donde se mantenía la cuenta corriente bipersonal de la Sra.
Rosenberg con su hija Birgit Poller, señala lo siguiente: “Una vez que
se toma conocimiento de la muerte de uno de los titulares de una
cuenta pluripersonal, el Banco debe suspender respecto de los demás
titulares, la devolución de los fondos existentes en la cuenta, hasta que
los herederos hayan tramitado la posesión efectiva de los bienes
quedados al fallecimiento del titular y acrediten el pago del impuesto
a la herencia o la exención del mismo”.7 Sobran comentarios.

d. Prueba testimonial rendida por la parte demandante

 Increíblemente, el demandante presentó un solo testigo a declarar sobre el


punto de prueba de autos. Como era de esperarse, la contraria no pudo traer a
estrados ninguna persona que abonara su teoría del supuesto homicidio
cometido por las hermanas Birgit y Silker Poller en contra de su madre, salvo
el autor del “documento clave” de su caso, Dr. Luis Ravanal.

 Respecto a la declaración del único testigo presentado por la parte


demandante, caben los mismos comentarios de impertinencia realizados
previamente al informe que elaboró, los cuales, por economía procesal damos
por expresamente reproducidos.

7
https://ayuda.santander.cl/personas/cuenta-corriente/funcionamiento-cuenta-plan/que-pasa-si-muere-
un-cliente-titular-de-una-cuenta-corriente-pluripersonal/
17
 Sólo recordar, que el único testigo de la parte demandante, Sr. Luis Ravanal,
en declaración testimonial de fecha 03 de febrero de 2019 (folio 62),
reconoció expresamente que él no había valorado ni analizado conductas
atribuibles a mis representadas, tal como se ve a continuación:

 Considerando el tenor del punto de prueba de autos, dicha declaración basta


para calificar como inútil la presencia y deposición del testigo en el presente
juicio, en los términos del artículo 359 del Código de Procedimiento Civil

 Sin embargo, hay mayores antecedentes declarados por el Sr. Luis


Ravanal, que demuestran que su testimonio no alcanza ni para un
testimonio de oídas.

 En efecto, de la parte de las contra interrogaciones efectuadas por esta parte el


Sr. Luis Ravanal en la audiencia respectiva (folio 62), quedan afirme las
siguientes circunstancias:

i. El Sr. Ravanal nunca trató ni conoció a la Sra. Rosenberg.

ii. Los antecedentes clínicos que evalúo el Sr. Ravanal en su informe


fueron otorgados directamente por el abogado de las
demandantes, no provinieron de parte de las instituciones médicas
o del algún canal médico oficial.

iii. El Sr. Ravanal jamás visitó algunas de las instituciones médicas en


las que se trató la Sra. Rosenberg, ni mucho menos se entrevistó
con el personal médico que la trató.

 En suma S.S., el supuesto “testigo” de la parte demandante, ciertamente no es


testigo de ningún hecho que pueda ser de relevancia, utilidad o pertinencia a
la presente causa, al tenor del punto de prueba fijado.

-----------------------

18
III. CONCLUSIONES

 La parte demandante no logró acreditar de modo alguno el punto de prueba


fijado por S.S., el cual exigía acreditar las gravísimas acusaciones de
homicidio formuladas en contra de mis representadas.

 Muestra de lo anterior, es que la contraria en su escrito de observaciones a la


prueba sólo observa la prueba rendida por esta parte, tratando de construir su
caso, invirtiendo acomodaticiamente la carga de la prueba.

 La falta de una sentencia penal condenatoria previa, la ausencia de una


denuncia o querella penal, así como la nula prueba rendida en autos, son
circunstancias que dan cuenta de que este es un caso instrumental y frívolo
levantado por dos hermanos ávidos de dinero, que descubrieron que el
testamento dejado por su madre les asignaba una porción menor que la de mis
representadas, sus hermanas.

 Las circunstancias anteriores demuestran la verdadera causa de la presente


demanda: una cruel estrategia destinada a entorpecer ilegítimamente el trámite
de la posesión efectiva testamentaria de la Sra. Liselotte Rosenberg, ejercer
presiones indebidas en mis representadas y, eventualmente, mejorar una
futura posición negociadora.

 Estas conductas no pueden ser permitidas dentro ni fuera de un juicio. Esta


forma de litigar debe ser sancionada y desincentivada con todo el rigor, en
aras de que las garantías de debido proceso y buena fe procesal sean
respetadas, debiendo, sólo por dicha razón, ser rechazada la demanda con
ejemplificadora condena en costas

POR TANTO, en mérito de lo expuesto,

A S.S. RESPETUOSAMENTE PIDO: tener por observada la prueba rendida en


autos, en los términos antes expuestos, de conformidad al artículo 430 del Código de
Procedimiento Civil, y en su mérito, rechazar íntegramente la demanda de indignidad,
con expresa condena en costas.

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