Está en la página 1de 6

INSTITUTO BÍBLICO DE TEOLOGIA EVANGÉLICA.

REV. “CELESTINO RODRÍGUEZ QUERO”.


EXTENSIÓN “CAMPO LARA”.
TRIMESTRE SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2021.
MATERIA: TEOLOGIA BÍBLICA III.
PROFESORA: DESIREE MOGOLLÓN.

LA VIDA,
NATURALEZA Y
NACIMI
OBRA DE
CRISTO
ENTO
VIRGINA
Realizado por: ERIKA GONZALEZ
L C.I. 15.401.140

SEPTIEMBRE, 2021
INTRODUCCION

La doctrina del nacimiento virginal de Jesús sostiene que el nacimiento de Jesús


fue el resultado de una concepción milagrosa en la que la Virgen María concibió un niño
en su vientre el poder del Espíritu Santo, sin intervención de un padre humano. El
nacimiento milagroso de Cristo nos está diciendo mucho su naturaleza. El hecho de que
haya nacido de una mujer demuestra que Jesús era verdaderamente humano y que se
convirtió en uno de nosotros. La humanidad de Cristo, sin embargo, no era precisamente
igual a la nuestra. Nosotros hemos nacido con el original, Cristo no.

El nacimiento virginal también está relacionado con la de Cristo. Si bien es posible


que la Deidad se incorpore a este mundo de otra manera que no sea un nacimiento
virginal, el milagro de su nacimiento nos demuestra la divinidad de Cristo, La anunciación
del ángel Gabriel a María subraya este Cuando le dijo a María que habría de tener un
María estaba sorprendida: "¿Cómo será esto? pues no conozco varón" (Lc. 1:34).

La respuesta de Gabriel a María tiene un significado decisivo para nuestro


entendimiento del nacimiento virginal: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder el
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios" (Lc. 1:35). Y momentos más tarde el ángel agregó: "porque nada
hay imposible para Dios" (Lc. 1:37).

Pero el hijo de María no fue generado por María misma. El "padre" del niño fue el
Espíritu Santo. El Espíritu descendiendo sobre María y "cubriéndola con su sombra" nos
recuerda la obra del Espíritu Santo en la creación original del mundo. Nos revela que este
niño será una creación especial porque su padre es Dios mismo.
LA VIDA, NATURALEZA Y OBRA DE CRISTO.

NACIMIENTO VIRGINAL

El nacimiento virginal de Jesús, tal como aparece en la Biblia, fue un nacimiento en


carne humana, de una madre humana normal quien era una virgen en el más estricto
sentido de la palabra. Esto significa que Jesús no sólo no tuvo un padre humano, sino que
no tuvo lugar ningún coito, de ningún tipo, natural o sobrenatural. El nacimiento virginal
fue un milagro especial hecho por la tercera Persona de la Trinidad, por medio del cual la
segunda persona de la Trinidad, el Hijo eterno de Dios, tomó para sí mismo una naturaleza
humana completa y genuina, y nació como un hombre, no renunciando en absoluto a su
total naturaleza divina.

El tipo de milagro se hace claro por el hecho de que ninguna rama de la iglesia
cristiana, ningún sector o herejía dentro del movimiento histórico cristiano ha considerado
alguna vez al Espíritu Santo como el Padre de Jesús.

Es probable que ninguna doctrina del cristianismo haya sufrido un escrutinio tan
extenso como el nacimiento virginal, por dos razones principales. En primer lugar, la
doctrina depende, en cuanto a su existencia, de la realidad de lo sobrenatural. Muchos
eruditos de los dos siglos pasados han tenido prejuicios contra lo sobrenatural; por esto,
han actuado prejuiciadamente al estudiar el nacimiento de Jesús. La segunda razón para la
crítica del nacimiento virginal es que la doctrina ha tenido una historia de desarrollo que
nos lleva mucho más allá de los sencillos datos que nos proporciona la Biblia. La misma
expresión “nacimiento virginal” refleja esta realidad. El nacimiento virginal significa que
Jesús fue concebido siendo María una virgen, y que ella seguía siendo virgen cuando Él
nació (no que las partes del cuerpo de María hayan sido preservadas sobrenaturalmente
del curso de acontecimientos que tienen lugar en un nacimiento humano).

Uno de los aspectos en disputa con respecto al nacimiento virginal es el origen del
concepto mismo. Algunos eruditos han tratado de explicar dicho origen por medio de
paralelos helenísticos. Se alega que las uniones de dioses y diosas con humanos en la
literatura griega de la antigüedad son los antecedentes de la idea bíblica. No obstante,
esto ciertamente equivale a ignorar el uso de Isaías 7 en Mateo 1.

Isaías 7, con su promesa de un hijo que habría de venir, es el fondo para el concepto
del nacimiento virginal. Abundantes controversias han girado en torno al término hebreo
almá, usado en Isaías 7:14. Se suele traducir esta palabra como “virgen”, aunque algunas
versiones la traducen “doncella” o “mujer joven”. En el Antiguo Testamento, cuando el
contexto da una indicación clara, se usa para referirse a las vírgenes en edad casadera.
Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los
hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? Por tanto, el Señor mismo os dará [plural, a
toda la casa de David] señal: He aquí que la virgen [almá] concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emanuel. (Isaías 7:13–14).

Parece que, en el contexto de los capítulos 7 y 8 de Isaías, la profecía acerca de la


almá tenía un significado para los tiempos de Isaías que era muy importante. En primer
lugar, la profecía no fue dicha para el rey Acaz, sino para toda la casa de David. El rey Acaz
se estaba enfrentando a una amenaza militar de parte de los ejércitos aliados del Reino
del Norte y de la nación de Aram (7:1–9). En un intento por asegurarle que la amenaza no
se convertiría en realidad, Isaías lo animó a pedir la señal espiritual que quisiera, pero él se
negó. Entonces, el Señor prometió una señal sobrenatural, no para Acaz, sino para toda la
casa de David; una señal que sería importante a lo largo de la historia.4 Recordemos que
el nombre del niño sería Emanuel, “Dios con nosotros”.

El uso de Isaías 7:14 en Mateo 1:18–22 señala su gran importancia para comprender
el nacimiento del Señor Jesucristo. Aquí se tratan la concepción virginal y el nacimiento de
Jesús con respeto y dignidad.

El Evangelio según San Mateo informa que María quedó encinta por la acción del
Espíritu Santo sobre ella, al concebir ella a Jesús en su vientre. José, el prometido de
María, no quiso creer esto hasta que el ángel se lo informó. Una vez ocurrida la
concepción, fue claro que era un cumplimiento divino de la profecía de Isaías 7:14.

Otro aspecto de las narraciones sobre el nacimiento de Jesús en los evangelios es el


enfoque tomado por cada escritor. Mateo se centra en el papel de José dentro del relato.
Describe las apariciones del ángel y las acciones justas de José en obediencia a los
mandatos. En cambio, Lucas parece contar la historia desde la perspectiva de María. Por él
conocemos los sucesos relacionados con Zacarías y Elisabet, y el parentesco entre María y
Elisabet. Lucas describe también la aparición del ángel Gabriel a María (Lucas 1:26–31) y la
hermosa respuesta de María en el Magníficat (Lucas 1:46–55).

Tanto Mateo como Lucas usan la palabra griega parzénos para describir a María
como una joven soltera y sexualmente pura. En Mateo 1:23, esta palabra griega traduce la
palabra hebrea almá, tomada de Isaías 7:14. Conlleva un claro significado contextual que
indica la virginidad corporal de María, quien entonces se convirtió en la madre de nuestro
Señor Jesús.

La doctrina bíblica del nacimiento virginal es única en la cultura humana. Se han


hecho intentos de argumentar que el nacimiento virginal no es más que otra leyenda,
como las historias paganas de héroes, quienes eran mitad dios y mitad hombre. Por el
contrario, la doctrina bíblica es la que plantea un nacimiento virginal en el más estricto
sentido. Sin excepción, las historias paganas con las cuales se ha intentado comparar
envuelven la convivencia de un dios con un ser humano. Además, para la doctrina bíblica
es esencial que Jesús no sea mitad dios y mitad hombre, sino que él es «Dios manifestado
en carne». «Reteniendo todos los atributos de Dios” él se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo» (Fil. 2:6–7).

Se alega algunas veces que la doctrina del nacimiento virginal es de relativa y poca
importancia para la iglesia cristiana.

Por el contrario, si la doctrina bíblica del nacimiento virginal no es históricamente


verdadera, no hay razón o base para sostener las otras doctrinas evangélicas, porque
entonces la Biblia debe ser rechazada como una autoridad para la fe y para la vida.
Además, no hay duda de que la Biblia presenta la encarnación como el haber tomado
lugar por medio del nacimiento virginal, y no en forma ficticia como se dice y sostiene tan
ampliamente en estos días. De hecho, no podemos concebir al Hijo de Dios, eterno y
preexistente, llegando a ser hombre por medio de una progenie normal, sin dejar de ser
Dios. En una progenie normal una nueva «persona» comienza a existir.
CONCLUSION

El relato de Mateo nos proporciona hasta el momento dos hechos indiscutibles.


Uno, que María está embarazada; y dos, que José no es el padre del niño. Un tercer hecho
crucial se manifiesta a través de una revelación angelical. El niño en el vientre de María
fue concebido por el Espíritu Santo. Eso significa que María aún es virgen.

El nacimiento virginal es también una imagen de nuestro papel en la salvación: la


aceptación. José no tuvo parte alguna en la concepción de Jesús. El papel de María era
pasivo; ella simplemente aceptó el regalo de Dios. Como Efesios 2:8-9 dice, la obra de la
salvación se realiza sólo por Dios. Ni tampoco la santidad ni la salvación pueden ser
logradas por el esfuerzo humano.

Los que rechazan el nacimiento virginal también rechazan la deidad de Jesús, la


naturaleza pecaminosa del ser humano, y la inspiración de la Palabra de Dios. Por lo tanto,
negar el nacimiento virginal es la antítesis de la fe cristiana. Dios es todopoderoso. Jesús
es Dios. La Biblia es la Palabra de Dios. Estos son puntos clave en la fe cristiana, y hacen de
un nacimiento virginal un asunto muy simple.

La Biblia enseña el nacimiento virginal claramente y sin ambages.

El nacimiento de Jesús de una mujer dirige nuestra atención a su humanidad y su


venida como el nuevo o el segundo Adán.

El hecho de que Jesús haya nacido sin la intervención de un padre humano nos
está indicando su naturaleza divina como el Hijo de Dios.

La negación del nacimiento virginal suele estar vinculada a la negación de los


elementos sobrenaturales y milagrosos en la Escritura.

También podría gustarte