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Elementos constitutivos del delito de concierto para

delinquir

para que se tipifique el delito de concierto para delinquir, la presunta


conducta delictiva debe contener los siguientes elementos, a saber: 1.
la Pluralidad de personas; 2. Acuerdo de voluntades; 3. El propósito
sea la comisión de ilícitos y 4. Vocación de permanencia y durabilidad
de la empresa criminal, sin la presencia de alguno de estos elementos
sería imposible afirmar la existencia del delito mencionado.

Comencemos por la Pluralidad de personas: Uno de los elementos


característicos del concierto para delinquir es la pluralidad de actores, es
decir, deben existir varias personas que de manera voluntaria se unen para
realizar conductas delictivas, esto se refiere a que, si solo es una persona
que influye a otra a realizar el ilícito, no se está en presencia del delito de
concierto para delinquir.

La existencia de un acuerdo de voluntades: El delito de concierto para


delinquir exige que, los autores hayan convenido de manera previa, libre,
voluntaria e inequívoca, su voluntad de participar en este acuerdo con la
finalidad de cometer cualquier conducta tipificada como delito por la Ley
penal, por lo cual, si el ente acusador no demuestra el previo acuerdo de
voluntades, no es posible tipificar la conducta como concierto para
delinquir.

El acuerdo no necesariamente debe ser tácito o existir un contrato o acto en


que se demuestre dicha concertación de voluntades, ya que, desde un punto
de vista práctico eso nunca sucede, por el contrario, lo que se debe probar
es que a través de las actividades, elementos materiales probatorios,
evidencia física, contactos, comunicaciones, procedimientos, se pueda
concluir de manera razonable que dichas personas habían acordado realizar
acciones delictivas, y no simplemente una coincidencia, por lo cual, a través
de dichos comportamientos se pueda concluir la existencia de una presunta
organización criminal en la que todos tenían el conocimiento y la voluntad
de pertenecer a la misma.
Tener como fin la comisión de ilícitos: Esto quiere decir que
necesariamente el acuerdo de voluntades se realiza con el único propósito
de cometer una o varias conductas delictivas, las cuales, no se hace
necesario que sean explícitas desde el acuerdo de voluntades, ya que puede
que a través de las conductas realizadas por la banda criminal se lleguen a
tipificar las mismas como delitos.

Por regla general, el concierto para delinquir conlleva la existencia de otro


delito, ya que como lo establece el tipo, el único fin para concertarse es la
comisión de otros ilícitos, por lo que si no existe otro delito o al menos la
posible existencia del mismo, no se estaría en presencia del concierto para
delinquir

Debemos tener en cuenta que las personas que normalmente están siendo
investigadas por este ilícito también se les investiga por otro delito que es el
fundamento del concierto para delinquir.

Vocación de permanencia y durabilidad de la empresa criminal


Este elemento consiste en que, el acuerdo criminal entre las partes debe
tener un carácter de permanencia y durabilidad, es decir, el acuerdo debe
mantenerse y de esta forma ir ejecutando actuaciones para concretar el
único objetivo consistente que es realizar las conductas delictivas, por lo
cual, es fundamental esta característica en el presente delito.

la doctrina y la jurisprudencia utilizan la expresión “ empresa criminal” para


referirse al mencionado delito, ya que si se define la empresa como una
unidad económico – social de personas, bienes materiales y técnicos, y
recursos financieros, con ocasión de la cual varios individuos se unen con el
fin común de perdurar y consolidarse, mediante el desarrollo de actividades
colectivas organizadas para obtener beneficios, resulta apropiado utilizar tal
vocablo para aludir al concierto para delinquir, en cuanto supone
estabilidad, permanencia y durabilidad.
el concierto para delinquir es ejemplo de delito de carácter permanente,
pues comienza desde que se consolida el acuerdo de voluntades para cometer
delitos indeterminados, y se prolonga en el tiempo hasta cuando cesa tal
propósito. Bien puede ocurrir que los asociados deciden finalizarlo porque
consiguieron sus objetivos o se ha dificultado la realización de los delitos
propuestos; esta última puede ser porque las autoridades desmantelan la
empresa criminal; o por otra razón que cierra la vocación de permanencia del
propósito ilegal.

El delito de concierto para delinquir no requiere un resultado específico, sino una


conducta extendida en el tiempo con el objeto de perfeccionar la finalidad de su
creación y razón de ser criminal de la empresa delictiva, es decir es un delito de
tracto sucesivo como lo expone la Corte Suprema de Justicia en la jurisprudencia
22515 de 23 de febrero de 2005 de la siguiente manera “El concierto para
delinquir es uno de los llamados delitos permanentes y éstos se caracterizan,
entre otras cosas, porque se van consumando durante todo el tiempo en que
perdura el pacto, y porque, como es obvio, culminan una vez desaparece la
ofensa al bien jurídico tutelado. Así, mientras ésta no termine, el delito se está
cometiendo. Consecuencia de lo anterior, la conducta se prolonga tanto en el
tiempo como en el espacio”.

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