2/2/2021 Comprender el comportamiento sexual de los niños.

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sexualidad

Comprender el comportamiento sexual

de los niños.
En este artículo de dos partes, Toni Cavanagh Johnson presenta una discusión sobre
las preocupaciones relacionadas con el comportamiento sexual inapropiado y abusivo
entre los niños y jóvenes bajo su cuidado. Vea la Parte II aquí

Si uno le preguntara a un grupo de maestros, consejeros escolares o

trabajadores sociales, "¿Crees que los niños de hoy expresan más
comportamientos sexuales que hace una generación?", La mayoría de ellos
probablemente dirían "Sí". Sin embargo, documentar tal aumento sería
imposible porque, hasta hace poco, no ha habido una recopilación con able
de datos sobre el número y los tipos de comportamientos sexuales en los
que participan los niños; incluso ahora, esta investigación está en su
infancia.

No obstante, todos podemos señalar ciertos factores sociológicos que

pueden estar contribuyendo a los cambios en los comportamientos
sexuales, incluido el acceso de los niños a una programación televisiva más
amplia, videos para adultos e instalaciones de comunicación que brindan
experiencias sexuales en línea y por teléfono a las personas que llaman. Sin
embargo, sin una base de investigación establecida, ¿cómo pueden los
padres, maestros y consejeros determinar cuándo los comportamientos
sexuales de los niños se encuentran dentro de un rango aceptable de
comportamientos sexuales, o cuándo pueden requerir intervención y
tratamiento?

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Algunos profesionales continúan argumentando que la intervención en

torno a cuestiones sexuales nunca es necesaria para los niños, que todos los
comportamientos sexuales de los niños son, por su propia naturaleza,
benignos y sencillos. Sin embargo; Un creciente cuerpo de investigación, en
gran parte basado en dos poblaciones especí cas - niños que han sido
abusados sexualmente y niños que han usado algún tipo de coerción o
presión para forzar a otros niños a comportarse sexualmente - está haciendo
que muchos profesionales reconsideren ese argumento.

La mayoría de los profesionales que trabajan con niños conocen estudios

contemporáneos que sugieren que el aumento de los comportamientos
sexuales puede ser una indicación de que un niño está siendo o ha sido
abusado sexualmente. La creciente evidencia también apunta al hecho de
que es importante evaluar a los niños pequeños que están coaccionando a
otros niños para que adopten comportamientos sexuales no deseados; La
investigación sobre delincuentes adultos ha revelado que muchos
delincuentes comenzaron sus conductas sexuales coercitivas en la escuela
primaria y aumentaron el número y la violencia de sus conductas sexuales
durante la adolescencia. Dichos hallazgos indican que puede haber peligro
simplemente con esperar que los niños superen los comportamientos
sexuales coercitivos.

Por otro lado, reaccionar exageradamente a los comportamientos sexuales

de los niños también puede tener consecuencias negativas; podría hacer
que se sientan avergonzados y cohibidos por un interés natural y saludable
en su cuerpo y su sexualidad.

También es importante señalar que los adultos que trabajan con niños a
menudo asumen que "simplemente saben" si el comportamiento sexual de
un niño es natural y saludable. Sin embargo, lo que generalmente utilizan al
hacer sus evaluaciones son solo conjuntos de pautas intuitivas internas, y en
gran parte inconscientes, que se han extraído de sus propias experiencias
sexuales cuando eran niños, las actitudes de sus padres, sus creencias
religiosas y otros aspectos de su vida. historias personales y culturas.

Estas pautas preformadas en realidad pueden revelar más sobre el

evaluador adulto que sobre el niño en cuestión. Los estándares individuales
para la evaluación, como era de esperar, varían ampliamente: algunos
adultos piensan que cualquier comportamiento de un niño pequeño
relacionado con la sexualidad es inaceptable, mientras que otros aceptan

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una amplia gama de comportamientos sexuales entre los niños. Los

profesionales que trabajan con niños necesitan pautas prácticas basadas en
datos para determinar cuándo los comportamientos sexuales de un niño
están dentro de los límites aceptables y cuándo son motivo de
preocupación.

Algunas pautas generales

Si bien los datos de investigación sobre la sexualidad infantil aún se
encuentran en las etapas pioneras, existe su ciente información para
establecer algunas observaciones importantes sobre los comportamientos
sexuales de los niños de 12 años o menos. Al observar el continuo de
conductas sexuales que se presentan en este artículo, es importante
recordar que:

1. No existe un estándar único para determinar los comportamientos

sexuales normales en todos los niños, ya que existen diferencias individuales
debido al nivel de desarrollo del niño y debido a la cantidad de exposición
que el niño ha tenido a la sexualidad adulta, desnudez, televisión explícita y
videos. Las actitudes y valores de los padres y la sociedad, así como el grupo
de compañeros del niño y las condiciones de vida, ejercen in uencias
adicionales sobre los tipos y la gama de comportamientos del niño. No
obstante, un conjunto de pautas puede proporcionar una línea de base
mediante la cual los comportamientos sexuales de los niños pueden
evaluarse de manera algo objetiva en este momento y pueden ayudar a
abordar los problemas potenciales.

2. Los comportamientos sexuales de un niño representan solo una parte de

su ser total. Los comportamientos sexuales no deben usarse como el único
criterio para determinar si un niño tiene un problema importante. (Consulte
la sección sobre evaluación inicial).

Un continuo de conductas sexuales Los

profesionales que trabajan con niños necesitan tener perspectivas sobre el
espectro completo de conductas sexuales infantiles, desde la amplia
variedad de actividades que se perciben como saludables apropiadas para la
edad hasta patrones que pueden ser poco saludables o patológicos y que
pueden requerir atención. y / o tratamiento.

Después de analizar evaluaciones exhaustivas de cientos de niños y sus

familias, que fueron remitidos al autor debido a los comportamientos

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sexuales del niño, cuatro grupos o grupos de nibles de niños han

comenzado a emerger en un continuo de comportamientos:

El grupo I incluye a niños que participan en una exploración sexual

infantil natural y saludable;

El grupo II está compuesto por niños sexualmente reactivos;

El grupo III incluye a los niños que se involucran mutuamente en una

amplia gama de comportamientos sexuales de adultos; y

El grupo IV incluye a los niños que abusan de otros niños.

Este continuo de conductas sexuales se aplica solo a niños y niñas de 12

años o menos; que tienen pruebas de realidad intactas y no tienen
discapacidades del desarrollo.

Cada grupo incluye una amplia gama de niños, algunos están en el límite
entre los grupos y algunos se mueven entre los grupos durante un período
de tiempo.

La evaluación inicial La evaluación

inicial, para determinar en qué parte del continuo puede caer el niño,
incluye:

1. Una evaluación del número y tipos de comportamientos sexuales del

niño.

2. Una historia de los comportamientos sexuales del niño.

3. Si el niño participa en actividades sexuales solo o con otras personas.

4. Las motivaciones de los comportamientos sexuales del niño.

5. Descripciones, respuestas y sentimientos de otros niños con respecto a

los comportamientos sexuales del niño.

6. Relación emocional, psicológica y social del niño con los otros niños
involucrados.

7. Ya sea que se trate de engaños, sobornos, coacción física o emocional.

8. El afecto (niveles de sentimientos) del niño con respecto a la sexualidad.

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9. Un historial de desarrollo completo del niño, incluido el abuso y las

colocaciones fuera del hogar.

10. Acceso y lectura cuidadosa de los informes de los servicios de protección,

informes judiciales y documentos de libertad condicional (si
corresponde).

11. Una evaluación de los comportamientos escolares del niño, las relaciones
con los compañeros, los comportamientos en el hogar y los
comportamientos cuando participa en actividades fuera del hogar, como
la guardería o los programas recreativos.

12. Una historia de cada miembro de la familia; la historia familiar general y

una evaluación del clima emocional y sexual del hogar.

La evaluación de estas áreas ayuda a determinar si el niño pertenece al

Grupo I, II, II o IV.

Si el niño pertenece a los Grupos II, III o IV, será necesaria una evaluación
exhaustiva para evaluar las necesidades de tratamiento del niño y la familia.
Se recomienda que las evaluaciones sean completadas por un profesional
de salud mental que se especialice en abuso sexual infantil. Si bien es
posible que el niño no haya sido abusado sexualmente, los
comportamientos sexuales demostrados en estos grupos pueden ser
indicativos de abuso sexual previo o actual.

Grupo I: Juego sexual natural y saludable El juego

sexual infantil normal es un proceso de recopilación de información. Los
niños exploran, visualmente y a través del tacto, el cuerpo de los demás (por
ejemplo, jugar al doctor), así como probar los roles y comportamientos de
género (por ejemplo, jugar a la casa). Los niños involucrados en tales
exploraciones son de edad y tamaño similares, generalmente son de género
mixto; son amigos en lugar de hermanos, y participan de forma voluntaria
("¡Te mostraré el mío si me muestras el tuyo!"). El nivel de sentimiento típico
de estos niños, con respecto a los comportamientos relacionados con la
sexualidad, es alegre y espontáneo. En el juego o la exploración sexual
natural, los niños a menudo se emocionan, se sienten y actúan de forma
tonta y risueña.

Si bien algunos niños del Grupo I pueden sentir cierta confusión y culpa, no
experimentan sentimientos de vergüenza, miedo o ansiedad. Los

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comportamientos sexuales de los niños que participan en el proceso natural

de exploración infantil también se equilibran con la curiosidad por otras
partes de su universo. Quieren saber cómo se hacen los bebés y por qué
desaparece el sol; quieren explorar las diferencias físicas entre hombres y
mujeres y descubrir cómo hacer sus tareas más rápidamente, para poder
salir a jugar. Si se descubre a niños mientras participan en juegos sexuales y
se les indica que se detengan, su comportamiento sexual puede, según
todas las apariencias, disminuir o cesar, pero generalmente vuelve a surgir
durante otro período del desarrollo sexual del niño.

La gama de comportamientos sexuales en los que se involucran los niños es

amplia; sin embargo, no todos los niños se involucran en todos los
comportamientos: algunos pueden no participar en ninguno y algunos solo
pueden participar en unos pocos. Los comportamientos sexuales en los que
participan pueden incluir: autoestimulación y autoexploración, besos,
abrazos, mirar a escondidas, tocar y / o exponer los genitales a otros niños y,
tal vez, simular relaciones sexuales (un pequeño porcentaje de niños, 12 años
o menos, tener relaciones sexuales.) Debido a esta amplia gama de posibles
comportamientos sexuales, diagnosticar a un niño basándose únicamente
en sus comportamientos sexuales puede ser engañoso. Aunque los niños
que tienen problemas sexuales suelen manifestar comportamientos
sexuales más variados y extensos que los niños del Grupo I, sus
comportamientos pueden, en algunos casos, variar solo en grado.

Grupo II: Comportamientos sexualmente reactivos

Los niños del Grupo II muestran más comportamientos sexuales que los
niños de la misma edad en el Grupo I; su enfoque en la sexualidad está
desequilibrado en relación con el de su grupo de pares; ya menudo sienten
vergüenza, culpa y ansiedad por la sexualidad.

Muchos niños del Grupo II han sufrido abusos sexuales; algunos han estado
expuestos a materiales sexuales explícitos; y algunos han vivido en hogares
donde ha habido demasiada sexualidad abierta. Los niños pequeños, que
ven una cantidad excesiva de telenovelas o televisión y videos, y que viven
en entornos sexualmente explícitos, pueden mostrar una multitud de
comportamientos sexuales. Algunos padres, que pueden haber sido
víctimas de abuso sexual o físico, expresan sus necesidades sexuales y
discuten abiertamente sus problemas sexuales con sus hijos pequeños. Esto
puede sobreestimular y / o confundir a sus hijos. Algunos niños no pueden
integrar estas experiencias de una manera signi cativa. Esto puede hacer
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que el niño exprese su confusión en forma de comportamientos sexuales

más avanzados o más frecuentes. o un mayor interés y / o conocimiento
más allá de lo esperado para un niño de esa edad. Los comportamientos
sexuales de estos niños a menudo representan una compulsión de
repetición o una recapitulación (a menudo inconsciente) de una sexualidad
o victimización sexual previamente sobreestimulada. El tiempo entre la
sobreestimulación sexual y los comportamientos sexuales es cercano y, a
menudo, se superpone o es contiguo.

Las conductas de los niños del Grupo II incluyen: masturbación pública o

excesiva, conductas sexuales mani estas con adultos, inserción de objetos
en los genitales propios o ajenos y hablar sobre actos sexuales.

Tal comportamiento sexualizado puede ser la forma en que el niño resuelve

su confusión sobre la sexualidad. Después de que se les dice que sus
comportamientos sexuales deben ser alterados, los niños del Grupo II
generalmente reconocen la necesidad de detener los comportamientos y
agradecen la ayuda.

Los comportamientos sexuales de este grupo de niños a menudo son

bastante fáciles de detener, ya que no representan un patrón largo de
comportamientos secretos, manipuladores y muy cargados, como los que
se observan entre los niños perpetradores (como se verá en el Grupo IV).

En el artículo nal del próximo mes, el Dr. Toni Cavanagh Johnson se

ocupará de los comportamientos sexuales más preocupantes del Grupo III
y del Grupo IV.

El trabajador de cuidado infantil , vol. 13 número 6

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