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El teatro

Se denomina teatro (del griego Theatrón, "lugar para contemplar") a la rama del
arte escénico, relacionada con la actuación, que representa historias frente a
una audiencia usando una combinación de discurso, gestos, escenografía,
música, sonido y espectáculo. Es también el género literario que comprende las
obras concebidas en un escenario, ante un público.

ORIGENES DEL TEATRO

El teatro nace en Grecia, pero antes de su nacimiento ya existían


manifestaciones teatrales en el mundo: los bailes, las danzas, que constituyen
las más remotas formas del arte escénico. Estas primeras manifestaciones
dramáticas son las prehistóricas danzas mímicas que ejecutaban los magos de
las tribus, acompañándose de música y de masas corales en sus conjuros con
objeto de ahuyentar los espíritus malignos, y otras antomimas y mascaradas,
así como las danzas córicas en honor de Dionisos, renovación del culto de
Príapo, que se celebraba al pie de la Acrópolis de Atenas. La estatua de Baco
era llevada procesionalmente, entre himnos al macho cabrío que era
sacrificado al retorno de la procesión, en un altar colocado bajo una encina. Los
himnos, entonados por sátiros y náyades que no cesaban de danzar durante el
trayecto, eran de un poeta del Peloponeso, llamado Arión, que puede ser
considerado el precursor de los autores dramáticos. Estos festivales fueron
luego modificándose, y se introdujeron, en lugar del ya anacrónico mito, héroes
y reyes, primera piedra del arte escénico, colocada casi simultáneamente por
Tespis, por Epigenes y por Arión.
El ballet, es, pues, la primera manifestación teatral que se conoce, y la única
que existe todavía en los países salvajes o de rudimentaria civilización. Con
anterioridad a Tespis, el teatro se reducía a un corifeo que narraba las
aventuras de un héroe o de un dios y un coro que le acompañaba y le
interrumpía de vez en cuando con preguntas y con exclamaciones de júbilo o
de dolor. Tespis imaginó representar al héroe, encarnarlo. Tespis era natural de
Icaria y nació hacia el año 540 antes de Jesucristo. El maquillaje en su más
rudimentaria forma surge, también con Tespis, que obligaba a embadurnarse el
rostro con las heces del vino a todos los componentes del coro.
Primero hubo un solo actor –corifeo-, y sólo necesitaba una mesa junto al altar
de Dionisos para dialogar con los chorentae, mesa o carro que se colocaba en
el centro de la orchestra. Cuando, aumentan los actores la mesa se convierte
en plataforma, y al fin la importancia de la representación requiere ya una
habitación o barraca donde los actores se disfrazan. También entonces se
levantan gradas de madera para el público, ya que éste aumenta cada vez más
y ya no puede situarse en filas, de pie, alrededor del altar (thymele).
Parece ser que un día, representándose obras de Esquilo y Pratinas, se
hundieron las gradas. Ante el temor de que pudiera repetirse la catástrofe, se
acordó construir, con planos de Anaxágoras y Demócrates, un teatro con
graderío de piedra.
Vitrubio, en su libro V, describe las tres partes principales del teatro griego: el
muditorio, la orchestra y la barraca o scena. Las localidades estaban colocadas
en semicírculo, apoyadas sobre la pendiente rocosa de la Acrópolis. Al final del
graderío existía una columnata y detrás continuaban los asientos. En el centro
de la orchestra estaba el altar de Dionisos. A su alrededor danzaba el coro.
La scena estaba enmarcada por tres muros. Uno de frente y otro a cada lado.
El muro del centro solía adornarse con columnas, estatuas y frisos. Tenía tres
puertas. Por la central, de mayor tamaño, entraban los dioses y los héroes. Las
otras dos eran para los personajes secundarios. En los muros laterales había
también sendas puertas.
El teatro de Dionisos, cuyo emplazamiento se había perdido por completo con
el tiempo, fue descubierto en el año 1765 por el investigador R. Chandler,
prosiguiendo luego las excavaciones J. H. Strack en 1862 y Dorpfeld en 1886.
En la época de Sófocles ya existía el telón: una cortina doble que se
desplegaba hacia los lados. Los decorados -invención de Agatardo- estaban
colocados a guisa de forrillos, tras las puertas de enfrente. Estos decorados
-prismas (periaktes) atravesados por un eje- eran giratorios y en cada una de
sus caras tenían pintado un motivo diferente conforme a los tres géneros
teatrales de entonces: tragedia, comedia y sátira. Se suponía que la tragedia
ocurría en templos o en palacios; la comedia, en interiores, en calles, en
plazuelas, en mesones; y la sátira, en grutas o arboledas.
Había también una tarima pequeña con ruedas -enkyklema- que se hacía
avanzar desde una de las puertas del fondo y que servía para las escenas
nocturnas, desapareciendo cuando acababa la escena. Junto al enkyklema
estaban los exostras, cuyo uso es hoy desconocido, y una especie de tribuna
-teologeión- en la que aparecían las divinidades. En el teatro de Atenas cabían
17,000 espectadores, en el de Dfero, 30,000 y alrededor de las 35,000
personas en el de Megalópolis. Había una silla reservada al sumo sacerdote y
varios puestos de honor en torno a él. El graderío recibía el nombre de "bajo"
en los lugares reservados a los altos dignatarios, "medio", el sitio que ocupaban
los ciudadanos, y "alto", la parte de las gradas destinadas a la plebe. En la
parte más alta estaban los "pórticos", cubiertos siempre y que se reservaban a
las mujeres.
En estos teatros se habían introducido ya notables mejoras y adelantos. Eran
ya suntuosos y amplios y tenían abundantes recursos escénicos y decorados
que aún se perfeccionaron después, sobre todo desde que Apolodoro
descubrió en el año 200 antes de Jesucristo las leyes de perspectiva.
Las primeras tragedias griegas ensalzaban las virtudes de los dioses. Esquilo
(525- 456), Sófocles (496-406) y Eurípides (480-406) se inspiraron para sus
concepciones en los poemas homéricos, primer cantor de dioses, semidioses y
héroes.
En la comedia griega se puede considerar tres etapas: antigua, media y nueva.
La primera era esencialmente satírica. Los autores presentaban en escena,
perfectamente descritos, con sus nombres auténticos incluso, a los jefes de
Estado, a los filósofos, poetas, magistrados y generales. Muchos autores
fueron castigados por sus audaces mordacidades, entre ellos el poeta Eupolis,
al que Alcibíades mandó arrojar al mar. Por fin se puso coto a estos desmanes
cuando cayó el gobierno de Atenas en poder de una oligárquica tiranía que
empleó la censura, prohibiendo que se llevasen a la escena personajes
públicos.
De todos modos, no se consiguió que los autores desistieran de sus propósitos
de expresar lo que libremente sentían. Continuaron sus acres censuras a los
gobernantes y hombres de Estado, poniendo nombres supuestos a los
personajes, pero el público los reconocía fácilmente. A este período pertenece
la "comedia media". No duró mucho, sin embargo, porque, considerando que
era igualmente peligrosa, fue también prohibida.
Nació entonces la "comedia nueva", o de costumbres, que adquiere en
Menandro su expresión más completa. Son llevados al teatro, como medio de
exposición, las corrupciones y vicios de la sociedad. La comedia carece del
coro y, aunque no tiene ya el cariz personal de las primeras obras griegas,
conserva aún su prístico ímpetu henchido de aticismo. El público griego gozaba
también con el espectáculo de pantomimas y con el "drama satírico", género
bufo, cuyos personajes principales y obligados tenían que sersatíricos y faunos.
Las representaciones empezaban muy temprano, poco después de la salida
del sol.
El precio de las localidades, el teorikón, era de dos óbolos. Desde los tiempos
de Pericles el gobierno daba un óbolo para la entrada y otro para la merienda a
los pobres. Los gastos de sostenimiento del teatro eran sufragados por los
ciudadanos pudientes. Los que pagaban para el sostenimiento del teatro se
llamaban coregas, eran elegidos por los arcontes y tenían que mantener a los
individuos necesarios para componer el coro. Los coros entraban enconcurso
antes de las fiestas y al sostenedor del coro que vencía se le colocaba una
corona de hiedra.
Esta costumbre se fue perdiendo a medida que el coro intervenía cada vez
menos en las representaciones dramáticas, quedando al cabo relegado a un
papel muy secundario: danzar y cantar en los entreactos.
En un principio, el autor y el actor eran una misma persona. Esquilo elevó a dos
el número de actores que intervenían en la representación dramática. En la
época de Sófocles eran tres ya los actores, e incluso más, ya que a veces
sucedía que en alguna representación se precisaban más intérpretes.
Esquilo nació en Eleusis el año 525. Fue Soldado y poeta. De él se ha dicho
que su lenguaje poético es inimitable, y su estilo uno de los más vigorosos que
se han conocido.
Murió en Gela, cerca de Sicilia, el año 456. De las setenta u ochenta comedias
que escribió, apenas quedan hoy siete conocidas: Los persas, Las suplicantes,
Los siete contra Teabas, Prometeo encadenado, Agamenón, Las coéforas, Las
euménides... Sófocles, nació en Colona, cerca de Atenas el año 496. Primero
fue sacerdote y el año 468 se reveló como autor dramático al serle premiada su
trilogía Triptolemo. Dotado de un espíritu renovador y revolucionario, su
aportación dramática significó un avance definitivo para el teatro griego.
Suprimió las enormes y ampulosas tiradas de versos; aumentó el número de
actores y dio a sus personajes cierta humanidad. Escribió más de cien
tragedias, aunque a nosotros sólo han llegado Edipo Rey, Edipo en Colona,
Ayax, Antígona, Electra, Filoctetes, Las traquinias, etc. Sus obras han sido
vertidas a varios idiomas y se siguen representando en todo el mundo.
Eurípídes nació en Salamina, el año 480. Fue pintor, orador, filósofo, poeta y
dramaturgo. Sus principales obras son: Ifigenia en Aulis, Ifigenia en Táurida,
Hipólito coronado, Alcestes y Las troyanas. Poética y literariamente quizá sea
inferior a Esquilo y Sófocles, pero teatralmente fue superior a ellos.
En Aristófanes se puede y debe considerar al político, al crítico y al satírico.
Como político escribió Lisístrata, Los acanienses, Los Caballeros y La Paz.
Como crítico -duro, implacable- escribió: Las aves, Las ranas, Las nubes y
Ceres. Como satírico: Las avispas y Las junteras son las más características.
Escribió poco en relación con los demás y apenas queda una docena de obras
suyas. Aristófanes es quizás el menos interesante de todos ellos y alguna de
sus piezas, por ejemplo Lisístrata, es hoy irrepresentable a causa de la forma
en que la concibió y expresó.
Está escrita de un modo áspero, crudo obsceno en muchos momentos, y no se
detiene ante ninguna expresión del lenguaje por fuerte y atrevida que sea, ni
ante ninguna escena más o menos inmoral.
Teatro y sociedad
El propósito principal de esta escrito es hacer un breve recorrido por
la historia del teatro, así como hacer especial énfasis en la repercusión que la
representación teatral tiene en la sociedad. Hago una pequeña pausa en lo
descuidado que está la actividad teatral y el poco merito que se les atribuye a
las personas que hacen teatro, no como un entretenimiento sino como una
forma de vida.
Como hipótesis este trabajo se plantea conocer las repercusiones (en caso de
que existan) que la práctica teatral tiene sobre las sociedades.
Se analizaran no solo sociedades actuales, sino haciendo un breve recuento a
través de la historia teatral, con el propósito de percibir un avance o retroceso
tanto en el pensamiento cultural de las sociedades, así como la sociedad de
nuestros días. El método que se utilizará para plasmar información acerca de
nuestra actualidad, fue con una serie de entrevista, con la intención de
recolectar testimonios de personas involucradas con la práctica teatral
(escritores, actores, espectadores, estudiantes y críticos).
Además de hablar de las repercusiones que la televisión como medio
de comunicación masiva tiene en las sociedades y el no menos despreciable
retroceso cultural que nos atañe en nuestros días, por las producciones baratas
que la gente encargada de hacer tele, cada vez apoyan más. Fomentando
una cultura barata y dejando cada vez más de lado la verdadera apreciación de
lo artístico.
Historia del teatro
Tratar con la historia no escrita del teatro implica remontarnos a la historia
misma de la humanidad ya que, en su esencia, ese conglomerado
de acciones humanas que los antiguos griegos codificaron como teatro, no
pertenece a ninguna raza, período o cultura en particular. Antes bien, es una
forma de lenguaje por medio del cual, originalmente, el mundo fenoménico es
imitado y celebrado. Esta forma de lenguaje, que subyace inequívocamente en
lo más profundo del rito, ha sido un patrimonio común a todos los hombres -si
bien con diferencias de grado- desde que el hombre existe. El brujo que imita
un ciervo, en una escena pintada sobre la pared de la caverna, y el actor de
Broadway que imita a Sir Winston Churchill, tal como aparece en una cartelera
de Broadway, tiene un lazo común a pesar de los veinte mil años que lo
separan.
Necesariamente, una historia completa del teatro abarcaría varios volúmenes y
exigiría la amplia colaboración de expertos en una serie de materias como
la literatura, la historia y la arqueología, la sicología, la sociología,
la antropología y la religión, entre otras. El propósito de este trabajo, por ende,
es solamente el de presentar el mundo del teatro en una visión panorámica,
mostrando, de un modo confesamente somero, la forma en que el teatro -uno
de los índices más sensibles del desarrollo cultural del hombre- altera
constantemente sus formas, se desarrolla, entra en crisis y redescubre
sus fuentes.
Orígenes del teatro occidental
Teatro griego. La historia del teatro en occidente tiene sus raíces en Atenas,
entre los siglos VI y V A. C. Allí, en un pequeño hoyo de forma cóncava -que
los protegió de los fríos vientos del Monte Parnaso y del calor del sol matinal-
los atenienses celebraban los ritos en honor Dionisio; estas primitivas
ceremonias rituales irían luego evolucionando hacia el teatro, constituyendo
uno de los grandes logros culturales de los griegos. Lo cierto es que este
nuevo arte estuvo tan estrechamente asociado a la civilización griega que cada
una de las ciudades y colonias más importantes contó con un teatro,
cuya calidad edilicia era una señal de la impoTeatro Romano
Los romanos, grandes admiradores de los griegos, establecieron sus propios
"juegos oficiales" desde el año 364 a. C. Pero la significación cultural que, por
así decirlo, presidio la evolución del teatro ateniense no tuvo lugar en Roma.
Por el contrario, los romanos vieron en el teatro un aspecto pragmático y
político que no habría comprendido los atenienses. Para los romanos el teatro
era un lugar de reunión conveniente para el entrenamiento y la ostentación. En
consecuencia, las primitivas estructuras de madera modeladas en el siglo V a.
C. por los griegos fueron pronto reemplazados por edificios de piedra, grandes
e imponentes, erigidos como monumentos a la República. Los romanos
también hicieron uso de escenografías pintadas en forma realista; en verdad el
tratado escenográfico más antiguo que existe fue escrito por el romano Vitruvio
alrededor del año 100 a. C. Estos amplios y nuevos edificios teatrales eran
lugares excelentes para reunir al pueblo y autoridades romanas pronto
advirtieron sus posibilidades políticas, decretando que todas las ciudades del
Imperio debían incluir un teatro en su proyecto urbanístico. Con la creación de
estas cadenas de teatro, los actores romanos vieron asegurada una buena
manera de ganarse la vida si decidían hacer giras por las provincias y en efecto
muchos lo hicieron.
Teatro Español
Orígenes. El teatro medieval. El teatro español, como el europeo, surge
vinculado al culto religioso. La misa, celebración litúrgica central en la religión
cristiana, es en sí misma un ‘drama’, una representación de la muerte y
resurrección de Cristo. Serán los clérigos los que, en su afán didáctico por
explicar los misterios de la fe a los fieles mayoritariamente incultos y
analfabetos, creen los primeros diálogos teatrales: los tropos, con los que
escenificaban algunos episodios relevantes de la Biblia. Estas
representaciones, que tenían lugar dentro de las iglesias, en el coro o parte
central de la nave, se fueron haciendo más largas y espectaculares dando
lugar a un tipo de teatro religioso que fue el teatro medieval por excelencia.
Poco a poco se fueron añadiendo elementos profanos y cómicos a este tipo de
representaciones que, por razones de decoro, terminaron por abandonar las
iglesias y comenzaron a realizarse en lugares públicos: en los pórticos y atrios
de las iglesias, plazas, calles y cementerios.
En España se conservan muy pocos documentos escritos y menos obras
teatrales de estos siglos. La muestra más antigua de teatro castellano es
el Auto de los Reyes Magos de finales del siglo XII, escrito en romance y
probablemente de origen franco. Pero puede decirse que hasta el siglo XV no
empezó a cultivarse como tal el género, con Juan del Encina, Lucas Fernández
y Jorge Manrique, si se exceptúan los juegos juglarescos populares.
Siglo XVI
Los parámetros medievales seguirán siendo la clave del teatro español hasta
que, en el siglo XVI, se inicia el camino de la modernización que culminará en
la creación de un género: la comedia nueva del siglo XVII. El siglo XVI es, por
tanto, un momento de búsqueda y convivencia de varias tendencias: la
dramaturgia religiosa (Gil Vicente), el clasicismo (Juan de la Cueva), los
italianizantes (Juan del Encina, Bartolomé Torres Naharro) y la tradición
nacionalista (Juan de la Cueva). La obra dramática más importante de este
período es La Celestina de Fernando de Rojas. En realidad es una comedia
humanista, hecha más para la lectura y reflexión que para la escena. Se trata
de una obra excepcional, magnífico retrato de la época y modelo de la literatura
galante posterior. Es, sin embargo, una obra de tan
complicada estructura dramática (alrededor de 20 actos) que no fue
representada en su época y que sigue teniendo enormes dificultades para su
puesta en escena.
Siglo de oro
El siglo XVII es el siglo de oro del teatro en España. Es un momento en el que
las circunstancias sociales y políticas determinan una situación excepcional: la
representación pública se convierte en el eje de la moral y la estética. Las
‘apariencias’ son fundamentales. El mundo es un gran teatro y el teatro es el
arte más adecuado para representar la vida. Se crean las primeras salas
teatrales llamadas corrales de comedias, que eran gestionadas por las
Hermandades, verdaderos precedentes del empresario teatral moderno. Van a
proliferar los autores, las obras y las compañías. El teatro deja de ser un
acontecimiento restringido para convertirse en un producto competitivo, sujeto
a las leyes de la oferta y la demanda. Un interesante debate teórico acompaña
el nacimiento y desarrollo de esta forma nueva de entender el teatro. Dos
autores de la época nos sirven para ilustrar el sentido y la evolución de este
debate y del arte teatral: Cervantes y Lope de Vega.
La Ilustración
El siglo XVIII estuvo marcado en España, por primera vez, por la intervención
del Estado en la orientación teatral del país. Bajo el influjo de las ideas de
la Ilustración, se creó un movimiento de reforma de los teatros de Madrid,
encabezado por Leandro Fernández de Moratín. El cometido principal de este
movimiento era recomendar una serie de obras y prohibir otras, bajo la premisa
de fomentar exclusivamente ideas que amparasen la verdad y la virtud,
apoyando las representaciones que supusieran enseñanza moral o
adoctrinamiento cultural. Entre las obras prohibidas figuraban algunas del siglo
de oro, pero sobre todo se censuraba a aquellos autores contemporáneos que
insistían en la fórmula del siglo anterior. Es preciso señalar que, pese a la
censura ejercida, los objetivos de la reforma tenían tintes que hoy llamaríamos
progresistas. El estado de la comedia española era francamente deplorable,
cumplida cuenta de ello dio Moratín en La comedia nueva o el café (1792),
contundente ataque contra los excesos del posbarroquismo. Entre las
propuestas de la reforma estaba la obligación de hacer repartos de papeles
fundados en las aptitudes de los intérpretes, la dignificación del poeta y la
valoración de la figura del director. Sin embargo, y pese a los
bienintencionados programas ilustrados, las que triunfaron en el siglo XVIII
fueron las llamadas comedias de teatro y las comedias de magia. En ambas,
los recursostramoyísticos tenían un protagonismo casi absoluto. Había
encantos, duendes, diablos, enanos que se convertían en gigantes. Los lugares
de la acción competían en exotismo. Por más que el género fue objeto de la
ironía y el desprecio de los neoclásicos, que veían en él todas las
exageraciones de un posbarroquismo mal asimilado, el público respaldaba con
entusiasmo este tipo de comedias.
El movimiento romántico
El romanticismo español no pasa de ser un movimiento arrebatado, con apenas
quince años de presencia en el teatro. Sin duda la guerra de
la Independencia y el posterior absolutismo de Fernando VII retrasaron la
aparición de un movimiento que, como es sabido, tenía tintes altamente
revolucionarios. No obstante, podemos decir que los románticos españoles
coinciden, en sus grandes directrices, con los alemanes y franceses: afán de
transgresión, que explica las frecuentes mezclas de lo trágico y lo cómico, el
verso y la prosa, tan denostadas por los neoclásicos; abandono de las tres
unidades; especial atención a temáticas que giran en torno al amor, un amor
imposible y platónico con el telón de fondo de la historia y la leyenda y
abundantes referencias a los abusos e injusticias del poder; unos héroes
misteriosos, cercanos al mito, abocados a muertes trágicas pero siempre fieles
a su motivo amoroso o heroico. En este sentido, el héroe romántico por
excelencia es el protagonista del Don Juan Tenorio de Zorrilla. En su romántica
versión del mito, Zorrilla dota a la leyenda de unos inusitados niveles de
teatralidad y, sobre todo, muestra a un personaje capaz de redimir con el
amor su condición de burlador, obteniendo así el consiguiente perdón divino
que dos siglos antes le negara Tirso de Molina.
En cuanto a las formas de representación, hay que destacar que es en este
período —y las ideas de Larra, que dedicó muchos de sus artículos a
los problemas que acosaban al teatro, influyeron en este sentido— cuando los
actores se plantean por primera vez la necesidad de renovar
las técnicas de interpretación. "Es preciso que el actor" —apunta Larra—
"tenga casi el mismo talento y la misma inspiración que el poeta, es decir que
sea artista". La inauguración, en 1830, del Real Conservatorio de Música, fue el
primer paso hacia la consolidación de los estudios de interpretación.
Siglo XX
A finales del siglo XIX y comienzos del XX no se produce en España la
renovación del arte dramático que sucede en otros países gracias a la obra de
directores y autores como Stanislavski, Gordon Craig, Appia, Chéjov o
Pirandello. Aquí el teatro es, sobre todo, un entretenimiento para el público
burgués que acude con asiduidad a las representaciones. Las compañías
teatrales formadas por las grandes actrices y actores del momento, que son
además empresarios, están dedicadas a complacer los gustos de este público
conservador y convencional. Los casos de Gabriel Martínez Sierra o de la
compañía de Margarita Xirgu, dispuestos a jugarse el dinero y el prestigio en el
descubrimiento de nuevos autores y en innovaciones estéticas, son
excepcionales. También resultan excepcionales las aportaciones de Adrià
Gual, creador del Teatre Intim que realizaba una programación de corte
europeo. Lo corriente fue el éxito de aquellos autores que como José
Echegaray, Premio Nobel de Literatura en 1904, complacían las expectativas
del público teatral burgués. Benito Pérez Galdós, otro autor de reconocido
prestigio, es un caso diferente. Galdós se atrevió a crear unos personajes
femeninos que, como la protagonista de su drama Electra (1901), se enfrentan
al fanatismo y al oscurantismo. Las obras de Jacinto Benavente señalan el final
del tono melodramático, grandilocuente y declamatorio en el teatro. Benavente
inicia con Los intereses creados (1907) o La malquerida (1913)
el realismo moderno.
La escena española actual
Con la vuelta de la democracia se produjo una renovación del teatro oficial.
Directores, hombres y mujeres de teatro hasta entonces vetados —Miguel
Narros, Nuria Espert— y otros nombres nuevos, como Lluís Pascual, acceden
a la dirección de los teatros nacionales, centrando sus programaciones en los
grandes dramaturgos clásicos y contemporáneos y recuperando a los autores
españoles del 98 y principios de siglo, como Lorca o Valle-Inclán.
El énfasis en la revitalización de textos considerados clásicos se ha asociado a
una crisis de producción de textos dramáticos originales. Sin embargo,
los grupos independientes van perdiendo vigor y presencia en la escena
española. Tan sólo unos pocos han subsistido y han podido mantener una
continuidad: Els Joglars, dirigido por Albert Boadella, cuyos montajes siempre
polémicos y provocadores cuentan con el apoyo incondicional del público;
Comediants, que reivindica un teatro festivo, de grandes máscaras, de gigantes
y cabezudos, un teatro que entronca con el folclore y las fiestas populares, un
teatro de espacios abiertos; o La Fura dels Baus, grupo que se autodefine
como "organización delictiva dentro del panorama actual del arte", y en cuyos
montajes se subvierten todos los supuestos de la representación teatral,
empezando por el espacio del público, constantemente violentado por la
acción. En consonancia con las tendencias internacionales, estos grupos tienen
una visión del teatro como espectáculo total, no exclusivamente textual,
incluyendo en sus montajes otras formas de expresión artística como
la fotografía, el vídeo, la pintura o la arquitectura.
Testimonios
A través de la recopilación de testimonios logré darme cuenta de algo
fundamental, el gran desinterés que atañe a la sociedad, Desinterés que es
causa de la pobre promoción de la practica teatral. Es una parte muy pequeña
de la sociedad la que se interesa verdaderamente por el teatro y
sorprendentemente ésta pequeña parte de la sociedad está íntimamente ligada
con el teatro, ya sea porque son actores, estudiantes, directores, promotores,
etc. Es decir que el teatro tiene muy poca influencia social.
Sin embargo los pocos espectadores teatrales, hablaron acerca de una
enseñanza o beneficios personales que el teatro a logrado dejar en ellos, de
esto se puede rescatar que el teatro en efecto es un gran medio de
comunicación y tiene el privilegio de interactuar directamente con su
espectador, pero padece la mala fortuna de no ser promovido y realmente
valorado.
Dentro del teatro existen diversas corrientes y polémicas, por lo cual no entre
teatreros logran ponerse de acuerdo, ejemplo de ello es la diversidad de
opiniones que la televisión el principal medio de comunicación masiva tiene,
pues hay quien opina que la televisión es un buen medio de control de las
masas, sin pasar por alto una fuerte crítica por como se ha manejado. Otros
opinan que es tan solo una aparatejo capaz de estupidizar y empobrecerlas
(culturalmente hablando) a las personas que gusta de ella. El teatro comercial
no está salvo de variadas opiniones, pues se le reprocha preocuparse por
lucrar con las representaciones teatrales, sin dejar ninguna aportación social.
La mejor postura sin duda es la de aquellos optimistas que piensan que
estamos en plena revolución teatral, y no solo en México sino a nivel mundial
pues cada vez más escritores, productores y actores de renombre opinan
públicamente acerca de su inconformidad, y esto junto con una verdadera
cultura teatral fomentada desde siempre ayudara a la plana recuperación del
teatro.
Tipos de Obras Teatrales

La tragedia
Etimológicamente, la palabra tragedia viene del griego tragos, que quiere decir
macho cabrío y de ode, que quiere decir canción o canto. Por lo tanto tragedia
significa canción del macho cabrío.
Origen de la Tragedia
La tragedia tiene origen en el culto religioso que le hacia el pueblo griego al
dios Dioniso. Anualmente, durante la época de la recolecta de la uvas, se
celebraban grandes bacanales en su honra. Entre los cultos que se le rendían
al dios estaba una cantata ritual donde se narraba la vida del dios, el cual
estaba sometido a un proceso constante de vida y muerte. Además era
desmembrado, frente al altar, un macho cabrío por ser considerado un animal
dañino para las vides. Mientras se desmembrada al animal, un coro danzaba y
entonaba cantos.
La tragedia era un himno que elogiaba con gran solemnidad, pero al
mismo tiempo con tristeza, las aventuras del dios Dioniso, protector de las
viñas, quien habiendo tenido una existencia feliz, sufriría los mandatos de un
destino trágico o fatal.
La tragedia griega tenía, además, una finalidad educativa. Con ella se
pretendía enseñar al pueblo que la persona dominada por las fuerzas
espirituales negativas (el orgullo, la infidelidad, el irrespeto a los dioses…) era
llevada al desastre personal y familiar.
La tragedia griega ha ido evolucionando hasta terminar en la tragedia moderna,
en donde los seres humanos luchan contra sus pasiones, que los van
destrozando, hasta culminar en un desenlace desgraciado, no por el destino,
sino por la conducta que ellos escogieron libremente.
Características
La tragedia griega se caracteriza por tener los siguientes elementos:
El tema que plantea es el conflicto entre el ser humano y las fuerzas supremas
que condicionan su destino. Solo toma en cuenta lo trágico, la fatalidad, la
compasión, el horror, etc.
El propósito es producir "catarsis" en el público, al despertar sentimientos de
horror y de piedad.
La trama narra el paso de los personajes de un estado de felicidad a uno de
desgracia o infortunio.
El desenlace se produce con la desgracia del héroe, lo que en muchos casos lo
lleva a la muerte.
La acción es lenta para que el público pueda sentir lo que el héroe está
padeciendo, y, al mismo tiempo, es extraordinaria, grandiosa.
Los personajes son considerados héroes porque luchan en contra de un
destino fatal, que no se puede vencer.
El lenguaje es versificado, rítmico y apropiado al tema.
El destino es inexorable, invariable: es una fuerza superior que se ensaña
contra el héroe, al que inevitablemente vence.
Representantes obras
Los principales representantes de la tragedia griega son: Esquilo, Sófocles y
Eurípides.
Esquilo: autor dramático del siglo V, es el creador de la tragedia. Escribió más
de setenta tragedias y solo han llegado hasta nosotros siete de ellas. Las más
famosas son: Prometeo encadenado y la Orestiadia.
Sófocles: fue un tragediografo que presento personajes más humanos que los
de Esquilo. Escribió alrededor de ciento veinte tragedias y solo conservamos
siete; entre ellas: Edipo Rey, Electra y Antígona.
Eurípides: cuyas obras están centradas en problemas humanos, escribió unas
setenta y cinco tragedias y solo conservamos diecisiete. Entre las más
importantes tenemos: Medea, Hécuba, Helena y otras.
La comedia

La palabra comedia viene del griego come que significa aldea, y ode que
significa canto. Por lo tanto comedia significa canto de aldea.
Características de la Comedia
Las principales características de la comedia griega son:
El tema planteado por la comedia es el relato de acontecimientos de la vida
normal y corriente.
El propósito de la comedia es que el público enmiende o corrija sus acciones.
El desenlace es feliz, agradable, placentero.
La acción es más complicada que en la tragedia, pero menos grandiosa o
extraordinaria.
Los personajes son seres del pueblo que cubren sus caras con mascaras para
comunicar alegría, placer.
El lenguaje predominante es la prosa, aunque no deja de lado el verso. Este
lenguaje es sencillo, pero sin caer en lo vulgar.
El conflicto que plantea es la oposición del ser humano a alguna fuerza de
la sociedad.
Tipos de Comedia
Las comedias pueden ser de carácter, de costumbres o de intriga:
Las comedias de carácter personifican determinada conducta de los seres
humanos con la finalidad de criticarla, censurada
Las comedias de costumbre ridiculizan las desviaciones o tendencias de una
época con la finalidad de corregirlas.
Las comedias de intriga representan, a través de lo cómico, situaciones
enredadas, enfrentamiento.
El Drama

Drama es toda representación teatral que plantea la tristezas y alegrías de la


vida a través de lo trágico o lo cómico, y que puede tener un final infausto o
feliz, dependiendo de la acciones o de la intención del autor.
El drama, sin embargo, tiene mayor categoría que la comedia porque los
asuntos que plantea son muchos más serios, pero nunca llega a alcanzar la
grandeza y el impacto emocional de la tragedia, ni siquiera en los momentos en
donde las pasiones llegan a su mayor tensión.
Justamente por mezclar lo serio y lo alegre, al drama se le sitúa en un punto
intermedio entre la comedia y la tragedia. Así, drama es toda obra literaria
destinada a la representación.
Características del Drama
El drama se caracteriza por presentar:
Temas que plantean acontecimientos de la vida humana comunes y corrientes,
sin caer en el patetismo de la tragedia, ni en el jocoso de la comedia.
Desenlaces felices o fatales, dependiendo de los conflictos planteados o de la
intención del autor, pero nunca provocados por el destino.
Acciones que giran en torno a un conflicto de pasiones e intereses que se
resuelven generalmente mediante la razón y la justicia.
Personajes no tan elevados como lo de la tragedia, ya que están más cercanos
a los problemas de la vida cotidiana.
Un lenguaje sencillo y claro, expresados en verso o en prosa; o en ambos.
Tipos de Dramas
Los dramas se clasifican, de acuerdo con su contenido y su desenlace, en
trágicos, históricos, psicológicos, filosóficos, sociales, etc.
Trágicos: son dramas llenos de gran emotividad y con un desenlace infeliz.
Históricos: reflejan los conflictos de una época pasada.
Psicológicos: plantean las cualidades síquicas de los seres humanos.
Filosóficos: plantean problemas relacionados con el destino del hombre.
Sociales: plantean un problema de carácter social, de la época del autor.
De enredo: presentan situaciones cómicas o humorísticas, por medio de
acciones que se enredan y desenredan.
Elementos Esenciales del Teatro

El Texto
El texto es la parte literaria del teatro: es el guion que contiene todas las
acciones y la descripción de los personajes que los actores van a desarrollar a
lo largo de la representación teatral.
Los Actores
Los actores y las actrices son los seres reales que hacen posible la ilusión
teatral. Gracias a ellos, el texto teatral se convierte en una obra representada.
Los actores son las personas que encarnan a los personajes; ellos
momentáneamente prestan su cuerpo y se olvidan de sus personalidades para
dar vida a esos seres de ficción que solo existen dentro del texto teatral: deben
olvidarse de sí mismos y centrarse en los personajes que van a interpretar.
Característica de los Actores y Actrices
Los actores y las actrices deben:
Tener vocación, buena memoria, excelente voz y sensibilidad.
Identificarse con su personaje. Es decir, deben pensar, hablar y sentir como el
personaje que les corresponde para que puedan caracterizado en forma
adecuada.
Modular o vocalizar bien las palabras, sin llegar a exagerar. Esto se logra
hablando en forma pausada.
Emplear un tono de voz adecuado al lugar donde se representara la obra.
Realizar gestos con los ojos, la boca, la cara y las manos acordes con lo que
están diciendo.
Realizar preferentemente movimientos naturales, sencillos y cortos en el
escenario, y en todo caso seguir las indicaciones del director o la directora.
Hablar mirando al interlocutor, que puede ser otro personaje o el público, o
hacia donde señale el director.
No precipitar sus actuaciones.
El Público
Para que exista verdaderamente teatro, es necesario, que la representación
que llevan a cabo los actores se haga frente a un público. El público es la
audiencia que está dentro de la sala teatral observando con detenimiento la
puesta en escena de una obra. El público está conformado por personas de
diferentes condiciones sociales y culturales, de diversas sensibilidades, los
cuales se integran para dar respuestas sobre la representación que se realiza
frente a ellas. Entre los actores y el público se establece un sutil canal
de comunicación mediante el cual se transmite la aceptación o el rechazo de
la interpretación. Los aplausos o silbidos le indican al actor si la obra fue de la
aceptación del público.
Elementos Secundarios del Teatro

La escenografía
La escenografía es todo lo relacionado con la ambientación de la obra: la
utilería, el vestuario, el sonido, la iluminación, etc.
Para realizar una buena escenografía se debe:
Tener claro los lugares en donde se realizan las diferentes escenas.
Elaborar un esquema del montaje de la obra.
Destacar con la iluminación las áreas donde ocurre la acción.
Realizar un mobiliario y un vestuario acordes con la época representada.
Utilizar la iluminación y el sonido para crear la atmósfera que rodea la escena.
Evitar el empleo excesivo de recursos técnicos, que puedan opacar la
representación.
La Puesta en Escena
Representar una pieza teatral es una de las experiencias más enriquecedoras
que puede tener un grupo. Para llevarla a cabo se necesita que todos sus
miembros estén compenetrados, que exista un trabajo en equipo en efectivo,
que se acepten las opiniones de todos y que cada uno esté dispuesto a dar lo
mejor de sí mismo en pro de la obra.

Origen y Evolución
El teatro nació en el momento en que el hombre por la creación de mitos,
dioses y seres superiores, tenía que rendirles algunas ofrendas para obtener
beneficios y parabienes.
Las primeras representaciones teatrales con base en textos dramáticos de
autores venezolanos tuvieron lugar en Caracas a partir de 1804. En este año
se estreno en la capital Venezuela consolada, de Andrés Bello, que puede
considerarse la primera obra dramática escrita por un venezolano. Cuatro años
más tarde con la llegada de la imprenta a la provincia, comenzó la edición de
obras dramatúrgicas. Se trataba de textos de autores españoles marcados por
el sello del costumbrismo, en la mayoría de los caso comedias cuyos
personajes y situaciones reflejaban diversas facetas de la realidad peninsular.
En tanto que instituciones sociales, la novedad de estas actividades proviene
del hacho de que el teatro comenzara entonces a recibir muestras de
reconocimiento por parte de las autoridades. Así en 1811 quedaron exentos de
servir en los ejércitos que emprendían las luchas por independencia aquellas
personas que se dedicaran a esta profesión. Pero en términos generales, el
teatro tardo en consolidarse durante un siglo que estuvo marcado por la
inestabilidad política y la violencia militar.
Aunque caracas contara con más de una docena de teatros hacia 1925 y
hubiera acogido ya a la compañía de teatro de Margarita Xingú, es sólo a partir
de la desaparición de Gómez cuando comienza a perfilarse una evolución que
conducirá al surgimiento de auténtica tradición teatral en Venezuela. Dos
etapas pueden distinguirse en este proceso. La primera conduce desde poco
antes de la muerte de Gómez hasta 1945; la segunda se inicia en este último
año y conduce hasta la actualidad. Según Leonardo Azparren Giménez,
historiador del teatro en Venezuela, antes de 1945, todo el teatro que siempre,
o casi siempre, se escribió e hizo (en Venezuela), fue provinciano, típico,
anecdótico, pendiente de la aventura simpática de la chispa venezolana.
Representantes obras
En este país destaca la actividad del grupo Rajatabla, así como la labor del
autor Román Chalbaud; su obra Los adolescentes (1961) es ganadora del
Premio Ateneo de Caracas; también destacan Caín
adolescente (1955), Réquiem para un eclipse (1958) y Sagrado y
obsceno (1961) que constituyen todas ellas una crítica contundente a la
realidad político-social venezolana.
Isaac Chocrón, quien además de dramaturgo ha destacado
como empresario teatral y como profesor universitario, formó parte, junto con
Cabrujas y Chalbaud, del Nuevo grupo, creado a partir de 1967. Este grupo,
consideraba primordial la figura del autor y la consideración al texto dramático.
Chocrón es uno de los renovadores del teatro venezolano con obras
como Mónica y el florentino (1959), Animales feroces (1963) y La
revolución (1972). Entre sus ensayos sobre teatro destacan: El nuevo teatro
venezolano (1966), Tendencias del teatro contemporáneo (1968) y Sueño y
tragedia en el teatro norteamericano (1984).
La creación del Nuevo grupo fomentó la aparición de nuevos autores como
Elisa Lerner, José Antonio Rial, Edilio Peña y Néstor Caballero.
IMPORTANCIA DEL TEATRO

El teatro es una de las formas artísticas más antiguas y primarias que conoce
el hombre. Ya en las sociedades antiguas, en las cuales todavía no existían
otras formas de arte más actuales, el teatro ocupaba un gran lugar ya que era
un fenómeno a partir del cual una sociedad podía exponer en tono de tragedia
o de comedia aquellos elementos que caracterizaban su cotidianeidad. El
teatro es considerada una forma de arte ya que cuenta con varios elementos
que tienen que ver con la subjetividad y la creatividad de los que toman parte
de él: guiones o historias, modos de interpretarlas, estilos pictóricos y arte
gráfico a la hora de establecer una escenografía, música, baile y muchos otros
elementos son los que forman parte del teatro y lo hacen un fenómeno muy
completo.
Podemos señalar que la importancia del teatro reside en el hecho de que, al
ser una de las formas artísticas más antiguas del ser humano, es quizás una de
las más accesibles pero al mismo tiempo más complejas. Cuando decimos
accesibles estamos haciendo referencia a que no hace falta poseer un gran
capital para poder representar una obra dramática (a diferencia de lo que pasa
por ejemplo, cuando se pinta una pintura o se hace una película). Sin embargo,
es también compleja porque supone un trabajo de elaboración muy elevado en
el cual se combinan distintas técnicas artísticas que pueden hacer que la
misma obra sea representada miles de veces con miles de significados
diferentes.
El teatro es importante para el ser humano ya que le permite expresar a través
de la interpretación de historias reales o ficticias emociones,
miedos, sensaciones, dudas, inquietudes y a través de ellas apelar a un público
que se siente más o menos cercano a esas realidades y que puede
identificarse con ellas.
El Teatro Escolar

El teatro escolar es una especialidad que requiere de disciplina, entrega,


pasión y de un amplio conocimiento de todas las expresiones artísticas. las
obras de teatro representan el mejor medio para la formación de públicos en
todo el país, además de complementar de manera importante los programas
educativos. Se le llama teatro escolar al teatro que se hace dentro de las
escuelas de enseñanza media y básica,
En las funciones los niños ven literatura, danza, expresión corporal,
escuchan música. El teatro escolar es sin duda una de las
mejores herramientas que existen para el aprendizaje y por ello debemos
mantenerlo vivo.
Se necesita una sensibilidad especial tanto en los actores, directores,
dramaturgos e incluso en los propios funcionarios de cultura, para mantener
un programa de teatro escolar. Hay que saber que temas les van a interesar a
los niños, cuáles son sus intereses, no se pueden ignorar las tendencias de la
cultura contemporánea, es un trabajo muy especializado en el que no son
posibles las improvisaciones
En países como España o Canadá el teatro escolar es una de las actividades
más apreciadas por la sociedad, recibiendo incluso la asistencia de sicólogos,
pedagogos y profesionales del arte escénico, en otros países
de Latinoamérica es visto como un mero entretenimiento para llenar programas
educativos.
Elementos

Los elementos básicos y fundamentales que conformas el teatro


son:•El Texto (dialogo)
•Actor
•Público Texto, actor y público integrados constituyen los elementos esenciales
que definen y singularizan el teatro frente a las demás artes, cada uno de estos
tres factores, por sí solo no producen el hecho teatral Por ejemplo, el texto y el
actor sin público pueden dar origen a una producción cinematográfica ó, a un
programa de televisión, pero no al teatro TEXTO:
El texto es la obra, el valioso aporte de la literatura al complejo hecho teatral.
La obra de teatro se describe para ser representada, para que unos personajes
creados por un dramaturgo sean interpretados por los actores. Además el texto
proporciona las palabras que los personajes dicen y señala los lugares donde
actúan
El texto mayormente reconocido como el libreto, debe ser bastante claro, con
un mensaje de carácter importante para el espectador, no confuso el cual
abarque demasiados temas. En algunos casos el texto menciona acotaciones
que indican lo que el autor nos aconseja para el montaje y pueden variar de
acuerdo a este. Hay acotaciones de fugar, de luces, de vestuario,
de movimiento, de actuación y otros. A veces los mismos actores anotan en el
texto acotaciones para el mejor desarrollo de su actuación.
ACTOR: El actor es aquel que interpreta un personaje a través del texto,
constituye uno de los elementos esenciales en el teatro, y sin duda el más
característico. Ellos dan vida a los personajes que se encuentran contenidos en
el texto.
Los actores deben tener mucha sensibilidad, buena voz, mejor memoria y una
correcta dicción. Aparte de estas cualidades, el buen actor necesita tener
presente dos circunstancias relacionadas con su trabajo:
•Los actores casi nunca se limitan a simple interpretación de los papeles de
una obra, sino que realizan versiones muy personales, sobre todo cuando se
trata de obras cuyo argumento no corresponde a nuestro tiempo.
•El actor no puede olvidar que su actuación debe estar en armonía con las de
sus compañeros de escena.
Dentro de este elemento existe otro que es muy importante El Director de
teatro, que así como una orquesta sinfónica requiere un conductor que adapte
la partitura y coordine la interpretación de todos los músicos, así también los
actores necesitan un director que supervise sus movimientos, gestos y
expresiones orales.
Aún cuando el director de teatro es de aparición reciente, su participación se ha
hecho tan importante que actualmente resultaría excepcional la representación
de una obra sin un director, que dé énfasis a tales y cuales rasgos, apruebe los
decorados y el vestuario, elija y ensaye los intérpretes
PUBLICO: Todo el trabajo de creación y representación que ejecutan
respectivamente dramaturgos o autores, directores y actores, tienen como
último destino el de ser contemplados por un público, sin cuya presencia y
participación no hay teatro posible.
Es el público el que va a tener la apreciación final de la obra de teatro que se
esté realizando, por el cual ellos entran en un ambiente de acción, suspenso
encanto o cualquier otro.
Producción teatral

La producción de teatro y la gestión de estos espectáculos en vivo es una


profesión poco conocida y en ocasiones mal interpretada y relacionada con
conceptos inadecuados. La mencionada producción escénica surge por la
necesidad de un determinado espectáculo artístico el cual requiere una gestión
adecuada junto con la planificación necesaria de sus propios recursos para
así poder conseguir como resultado final la mayor rentabilidad de los mismos.
La labor despeñada por un productor de espectáculos es bastante polifacética,
pudiendo variar incluso dependiendo en la fase del proyecto en la que se
embarque. Puede ser un productor que desarrolle todas las fases conocidas en
el ámbito expuesto, o por el contrario ser el ayudante de producción al cual se
le asignan determinadas tareas asignadas por el mismo, o podría también
haber sido contratado para una fase ejecutiva, entrando en el proceso de
seguimiento de los ensayos y el desarrollo del espectáculo hasta el día del
estreno. No podemos olvidarnos del que es contratado para la venta del
espectáculo, con lo cual entraría en la fase de explotación.
La figura del productor es una figura moderna en este medio, ahora se le puede
contemplar desde dos perspectivas diferentes, la figura del empresario, y como
técnico especialista en las competencias y tareas propias de la producción
escénica del espectáculo en vivo.
A ambos se les a diferenciado las competencias y las responsabilidades en la
mayoría del los acaso, aún siendo compartida la misma meta.
En ocasiones la figura del empresario ha evolucionado en técnico especialista,
aunque he decir que este último punto de vista diferente al del empresario es
un perfil nuevo debido a que no todos los empresarios han sido capaces de
ponerse al día, prefiriendo los mismos delegar en personas más especializas
en el ámbito que estamos desarrollando.
En nuestro país este sector ha evolucionado conforme a las diferentes clases
de salas en la que se exponen, la tecnología, los medio de comunicación e
incluso la sociedad a la que va dirigida. Otros sectores del ocio como
la televisión y el cine ya lo hicieron antes.
Un productor tiene que tener conocimientos de empresa,
de administración y gestión contable, marketing, luz, sonido, maquillaje. . .pero
no es una persona que tenga que dirigir el espectáculo, porque para ello ya
existe el llamado director artístico, que configura esa idea, aunque de alguna
manera, sí es la persona que está coordinando todos los elementos que incluye
ese proyecto.
No cabe lugar a duda que el productor es básicamente quien consigue
los recursos necesarios. Si sus técnicas de comunicación no son las
adecuadas su trabajo tendrá un rendimiento inferior. Es cierto que deben estar
dotados de diversas disciplinas pero sin duda el trabajo de comunicación e
intercomunicación son imprescindibles.
Es importante para un productor entender que esta trabajando con un equipo
creativo con sus peculiaridades humanas y técnicas por lo consiguiente el
saber escuchar es un elemento básico para poder luchar y sacar adelante
el objetivo principal que es la producción teatral. También es básico que un
productor tenga la idea que quiere representar clara y para así poderlo
transmitir sin dificultad.
Caracterización de personaje

El proceso de caracterización trata del proceso donde el profesional garantiza


la caracterización del personaje realizando, mediante la aplicación de técnicas
de peluquería, implantes y maquillaje, los cambios que permitirán adaptar la
fisonomía del intérprete a las características del personaje que interpreta;
teniendo en cuenta los imperativos de la producción y/o escénicos.
Asimismo, define el proceso y establece los plazos para ajustarse a las
necesidades de la planificación general del espectáculo.
Este profesional también coloca las pelucas, postizos, prótesis, y cuando
procede, da las indicaciones técnicas al personal a su cargo o a los intérpretes
para su colocación.
Además debe ser capaz de realizar su labor teniendo en cuenta los
diferentes protocolos de actuación en relación con los actores y en los
diferentes géneros escénicos.
Los personajes son los actores literarios que desarrollan la acción. Pueden ser
reales (aquellos basado en personas que viven o han vivido realmente) o
ficticios (surgidos de la imaginación del escritor) y suelen presentarse mediante
una descripción o caracterización. Esta descripción puede ser:
Física. Se describe al personaje por su aspecto físico, constitución y atuendo.
Psicológica. Se realiza una descripción emocional y sicológica del personaje
atendiendo a su comportamiento y opiniones.
Mixta. Se trata de una mezcla de las dos anteriores que suele denominarse
retrato.
Atendiendo al nivel de intención o importancia en la narración de los distintos
personajes, pueden clasificarse como:
Principales o protagonistas. Son aquellos sobre los que recae el peso de la
trama.
Secundarios. Son personajes que sustentan a los principales, pero que no
aportan nada fundamental a la trama.
Portavoz. Es el personaje sobre el que recae la narración de la acción. Puede
ser el protagonista, un personaje secundario, o un narrador impersonal y
omnipresente que no participa de la acción.
Por último, si atendemos al tipo de caracterización, podemos encontrar una
clasificación diferente que dividiría los personajes en:
Personajes planos. Son aquellos descritos mediante una característica básica
que se comportan de la misma manera a lo largo de todo el relato.
Personajes redondos. Son aquellos que van caracterizándose a medida que
transcurre la acción, evolucionando de forma natural a lo largo del relato.

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