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CONTRICCIÓN Y DESGARRO

DEFINICIÓN
El desgarro muscular o rotura fibrilar se trata de la distensión o rotura de un
músculo o de un tendón causada por forzar el tejido muscular, ya sea estirándolo o
contrayéndolo demasiado. Este tipo de lesiones se suele producir cuando se practica
ejercicio o alguna actividad deportiva (fútbol, rugby o baloncesto, por ejemplo).
También es usual que ocurra si se levanta un objeto de un peso considerable en una
mala postura (levantamiento de peso o trabajos forzados) y es cuando se produce el
tirón muscular. Los desgarros musculares suponen más del 30% de todas las lesiones

ETIOLGÍA

El desgarro muscular o rotura de fibras musculares viene provocado por una


contracción o un estiramiento inusuales o demasiado exagerados para nuestro músculo.
Correr, saltar, patear o realizar algún movimiento brusco de este tipo son actividades
que propician la aparición de esta lesión. Asimismo, aunque no realices ningún
movimiento exagerado, tu músculo puede sufrir un desgarro si:

 No calientas lo suficiente antes de empezar a practicar cualquier ejercicio físico


o deporte.
 No has dejado pasar el tiempo suficiente entre dos sesiones de entrenamiento,
siendo insuficiente el tiempo de recuperación del músculo.
 Tus músculos ya están cansados o fatigados antes de realizar otra actividad
física.
 La musculatura ya presenta tensión o rigidez por causas previas.
 Tus músculos están débiles, lo cual puede tener diversas causas.

FISIOPATOLOGÍA

El desgarro muscular se produce por mecanismos de contusión o de distensión.


Habitualmente cuando se produce por contusión, es decir, por un golpe en la masa
muscular, se provoca una rotura irregular en el músculo, el que puede darse en
segmentos distintos y de diferentes tamaños. En este caso, los desgarros no pueden
prevenirse porque se producen por hechos puntuales durante la práctica de deportes de
contacto. Ahora bien, si se produce por distensión o tensión, que es conocido como el
típico ‘tirón’ que da al correr, se presenta con mayor frecuencia en cuadriceps e
isquiotibiales.

TRATAMIENTO MÉDICO

 Medicamentos: Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol o el


ibuprofeno, pueden aliviar el dolor leve o moderado. Si el dolor es agudo, su
médico de cabecera pudiera recetarle analgésicos más fuertes. Además de aliviar
el dolor, los analgésicos pueden reducir la inflamación y la hinchazón. Lea
siempre el prospecto de información al paciente que viene con el medicamento,
y si tiene preguntas, consulte a su médico o farmacéutico.
 Cirugía: Si la lesión es grave, quizá requiera cirugía para reparar el músculo o
ligamento desgarrado, seguida de un largo período de reposo y recuperación.

TRATAMIENTO DEL FISIOTERAPEUTA

 Frío: Se puede aplicar hielo en el área lastimada, de 7 a 10 minutos cuatro veces


al día, durante varios días después de la lesión. No se debe aplicar el hielo
directamente en la piel, para evitar que se extienda el hematoma y reducir la
inflamación.
 Calor: El uso de calor debe restringirse únicamente para cuando se esté
regresando a la actividad. Posteriormente se lo puede usar antes de hacer el
calentamiento para el ejercicio.
 Estiramiento: Cuando el dolor agudo ha desaparecido, se debería comenzar con
un estiramiento ligero, hasta donde el dolor lo permita. Se debe sostener cada
estiramiento durante 10 segundos y repetir hasta 6 veces, haciendo esto hasta 4
veces al día

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