PERU 1824 – 2021

SE REPITE LA
TRAICION A LA Peruano, que dices amar al Perú y vistes la
blanquirroja cuando hay futbol. Ahora es

PATRIA cuando debes demostrar tu amor a la patria,

contribuyendo a la derrota del enemigo
común: La delincuencia fujimorista.

Poniendo los puntos a las ies de la

historia
ESCENARIO DEL 9 DICIEMBRE 1824
Es la mañana del 9 de diciembre de 1824,
es un amanecer nublado en la Pampa de
Ayacucho, y que al pasar las horas se va
despejando, dando paso a una escena
vergonzosa para la historia peruana. Por la
fardería del cerro Condorcunca están las
fuerzas españolas, comandadas por el
Virrey La Serna. Eran batallones
uniformados de rojo, comandados por
oficiales españoles y tropa de indígenas y
cholos peruanos, así como negros esclavos.
Los batallones de negros eran muy
notorios por ser bulliciosos; pero los
indígenas, cholos y negros todos clamaban
fidelidad al rey de España, y estaban
dispuestos a derramar su sangre
defendiendo a sus opresores y aceptar
esclavizadores, para mantener el sistema
colonial. Un caso único en la historia
universal.
Al frente estaba en menor cantidad, las
fuerzas autodenominadas “patriotas”
uniformados con color azul, comandadas
por el general venezolano Antonio José de
Sucre. Los oficiales eran criollos de origen
español, y la tropa estaba formada por
mercenarios venezolanos, colombianos,
argentinos e ingleses; todos pagados por la
logia inglesa Lautaro ubicado en Chile. Ellos
luchaban por amor al dinero y el reparto
del botín. Su sueño era convertirse en los
nuevos colonizadores del Perú. No eran
libertadores como dice la historia
fraudulenta, sino los nuevos buitres que
soñaban ser ricos con las riquezas del Perú.
Así, se produjo la batalla de Ayacucho,
defendiendo unos el sistema colonial
español, y el otro bando, queriendo
establecer un sistema neocolonial, bajo la
dirección de los criollos de origen español e
italiano. En consecuencia, fue una batalla
donde el indígena y el cholo traicionaban
a su naciente patria el Perú, y se pusieron
del lado de su opresor y humillador
español, expresando su deseo de seguir
viviendo en el sistema colonial. Igual el
negro expresaba su deseo de seguir como
esclavo, humillado y excluido. Ninguno
aspiraba la libertad.
La participación de los Montoneros de
Pampa Cangallo en la batalla de Ayacucho
fue en su condición de criollos, porque
eran rezagos de los Almagristas, y por lo
tanto les convenía independizarse de su
madre patria y usufructuar los territorios
despojados de los pueblos originarios. No
eran patriotas.
¿Qué pasaría en la mente de los indígenas,
cholos y esclavos en ese momento? Sus
cerebros habrían sido devorados por los
españoles durante siglos de opresión, para
comportarse de esa manera irracional? ¿Ya
no tenían dignidad ni amor propio para
su autodestrucción? ¿Era
abrumadora el complejo de inferioridad
que era preferible defender al opresor y
esclavizador?
Bueno, el resultado de la batalla era
totalmente previsible. Fue favorable a
españoles, italianos y sus hijos los criollos.
En realidad fue un teatro político, donde se
acordó que los españoles seguirían
manteniendo sus haciendas, minas,
esclavos y todos los privilegios obtenidos,
mientras los criollos asumirían la
conducción política de la nueva república.
Pero, el detalle más importante es que de
allí en adelante, tanto españoles, italianos
y criollos se convertían en “peruanos” de la
noche a la mañana, para continuar
disfrazados el proceso de colonización del
territorio peruano.
Con la Batalla de Ayacucho nace la
república del Perú, fundado por los mismos
condes, marqueses, generales, hacendados
y curas españoles, dando inicio a un una
etapa neocolonial: Una república sin los
peruanos y contra los peruanos, tal como
conocemos hasta la actualidad. Es una
república de los criollos (españoles,
italianos, ingleses, japoneses, chinos),
donde reina la pobreza, la desigualdad,
injusticia, la corrupción y el sistema de
privilegios, con la aceptación de los mismos
peruanos.
ESCENARIO DE 1990 - 2000
El peruano amante de ser gobernado por
extranjeros, el 28 de julio de 1990 entregó
la presidencia de la república al japonés
Alberto Fujimori, quien a través de
reelecciones fraudulenta gobernó al Perú
por 10 años y 116 días, pero tenía
intención de quedarse por más décadas.
Durante este tiempo, el japonés destruyó
el país mediante tres actos concretos: 1) La
aprobación de una constitución política
que favorecía el abuso de las grandes
empresas extranjeras y el ingreso del
crimen organizado para corromper al país;
2) Venta de las empresas públicas
estratégicas a empresas extranjeras y
testaferros como Rafael López Aliaga, a
precios regalados; y 3) La
institucionalización de la corrupción, como
estratégia de enriquecimiento rápido y
destrucción de los servicios públicos, para
facilitar la privatización de éstos.
Al final de este periodo, Alberto Fujimori
de simple profesor universitario llegó a ser
el sexto hombre más rico del mundo,
gracias a la ceguera y complicidad de los
mismos peruanos. Los frutos de esta
riqueza mal habida goza hoy la familia
Fujimori sin trabajar. Lo peor, seguirán
aumentando su riqueza, porque muchas
empresas supuestamente vendidas a
precio de regalo están en manos de sus
testaferros: minas, ferrocarril a organizado, las redes de la corrupción, los
Machupicchu y otros. Rafael López Aliaga
es uno de los testaferros de la familia
Fujimori.
De este modo, al igual que en la batalla de
Ayacucho, los peruanos del siglo XX
respaldaban a la gran mafia japonesa,
repitiendo la misma traición a la patria. Los
Comités de Autodefensa-CADs, formado
mayormente por campesinos pobres,
masacraron a su propio pueblo, para
defender el sistema neocolonial dirigido
por un japonés, pero incapaces para
defender su comunidad de la invasión de
empresas mineras. A pesar de los siglos
transcurridos no habían aprendido la
nefasta lección de los gobiernos criollos en
el Perú. Lamentablemente, el peruano
seguía dormido en los brazos de la pobreza
y la ignorancia.
El respaldo y reelección de Fujimori hasta
en 3 oportunidades era el mejor indicador
de que el patrón de comportamiento
autodestructivo del peruano no había
cambiado en nada, a pesar de los siglos
transcurridos. Ni los genocidios, ni las
esterilizaciones forzadas, ni los actos de
corrupción, ni el escandaloso saqueo de los
recursos naturales, ni los abusos de las
empresas transnacionales podían romper
la lealtad del peruano a Alberto Fujimori.
ESCENARIO DE MAYO 2021
En el viaje del tiempo, llegamos a mayo del
2021, año del llamado Bicentenario de la
falsa independencia nacional. Hoy en el
escenario de la batalla electoral están dos
fuerzas: 1) Las fuerzas patriotas, de las
mayorías humildes del Perú, comandadas
por Pedro Castillo, un humilde profesor
rural de Cajamarca, quien busca liberar el
Perú de siglos de dominio extranjero; y 2)
Keiko Fujimori, una criolla de origen
Japonés, comandando las fuerzas del
neocolonialismo, en cuyas filas están todas
las mafias empresariales (CONFIEP,
CAPECO, ADEX, Sociedad Nacional de
Minería, dueños de la televisión privada, la
prensa monopolizada, etc), el crimen
corruptos de cuello y corbata, y las bandas
del narcotráfico, que roban y empobrecen
al pueblo peruano desde los inicios de la
república.
Las armas que utiliza hoy el invasor
extranjero disfrazado de peruano (el
criollo) son las mismas desde hace siglos: la
mentira, la hipocresía, el chantaje, el
miedo al fantasma del comunismo, miedo
al modelo venezolano, miedo al modelo
cubano, etc. Es la estratégia de siempre, de
generar miedo y desconfianza hacia los
líderes del pueblo. El odio que muestra el
rostro de Keiko Fujimori, no es sólo a Pedro
Castillo, sino a los pueblos del Perú; su
prepotencia y soberbia es propio del
invasor que se cree dueño de este país.
Como hace 197 años atrás, se repite el
mismo patrón de comportamiento traidor,
porque en las filas de Keiko Fujimori están
muchos humildes peruanos de la costa,
sierra y la amazonia, defendiendo el
sistema neocolonial establecido por las
minorías criollas de origen extranjero. Son
peruanos provincianos, mestizos, mulatos y
negros, que viven en las barriadas
inhumanas de la costa, peruanos
marginados y pisoteados por el sistema
neocolonial, quienes a pesar de su miseria
tienen mentalidad de rico y se creen
modernos. Son sectores de peruanos que
no tienen voluntad de leer y culturizarse,
en cambio consumen telenovelas,
programas basura de la televisión y futbol.
Son peruanos que se compra y vende con
un plato de lenteja en el mercado de la
delincuencia política, dominado por los
partidos políticos de la derecha.
1. Elegimos a Pedro Castillo y tendremos
un Presidente del Bicentenario, que
iniciará un gobierno del pueblo para el
pueblo.
2. Elegimos a Keiko Fujimori, y tendremos
otro siglo de neocolonialismo, donde
las empresas extranjeras seguirán
saqueando las riquezas del país, las
bandas del crimen organizado seguirán
asaltando los presupuestos de las
instituciones públicas, seguiremos
comprando el gas más caro del mundo,
la salud será el negocio de las clínicas
privadas y la educación estará en
proceso de privatización.
Compatriota, de nuestra decisión de hoy
depende la suerte del Perú y los peruanos.
Nuestro presente y futuro está en juego. Lo
defendemos ahora o lo traicionamos como
el 9 de diciembre del 2024.
VIVA EL PERU !!!!!!!!

Son peruanos que al llegar a Lima y otras Chinchaysuyu, mayo del 2021.
ciudades de la costa se olvidaron su idioma
materno, adoptaron el estilo de vida
urbano, y luego dieron la espalda a sus
provincias de origen, y hoy están en las
filas de sus opresores. Son peruanos sin
autoestima, porque no han podido superar
el sentimiento de inferioridad, y están
convencidos que el invasor extranjero debe
seguir dirigiendo los destinos del país
aunque cometa atrocidades.

Sin embargo, hay un notable despertar del

pueblo peruano. Ahora sí tenemos un líder
del pueblo, respaldado por millones de
peruanos que aspiran la libertad y que
desean un país decente, y todo indica que
tomaremos la decisión histórica correcta.

LA DECISIÓN DEL BICENTENARIO

Ahora estamos en el 6 de junio del año

2021, y de esta batalla electoral depende
que haya una verdadera independencia
para el Perú, y se inicie un proceso de
recuperación del Perú para los peruanos.
Tenemos dos alternativas: