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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO – FILIAL QUILLABAMBA


ESTUDIOS DE FORMACIÓN GENERAL
PREÁMBULO A LA REALIDAD NACIONAL
El Perú entre los siglos XV al XIX (generalidades)
El descubrimiento de América

¿Qué siglo era en el año 1492? Para la historia, el siglo XV es el último siglo de la Edad Media , el puente entre la Baja Edad Media, el Renacimiento temprano y la
Edad Moderna, tomándose convencionalmente como momento de división entre ellas el año 1492 (encuentro de dos mundos)
En cualquier sociedad la economía es la que moviliza cualquier actividad social y es en este plano de la economía que se percibe mejor que en ningún otro hasta
qué punto la Conquista separa la historia del Perú. La Conquista aparece en este terreno, más netamente que en cualquiera otro, como una solución de continuidad. Hasta
la Conquista se desenvolvió en el Perú una economía que brotaba espontánea y libremente del suelo y la gente peruanos. En el Imperio de los Inkas, agrupación de comunas
agrícolas y sedentarias, lo más interesante era la economía. Todos los testimonios históricos coinciden en la aserción de que el pueblo inkaico -laborioso, disciplinado,
panteísta y sencillo- vivía con bienestar material. Las subsistencias abundaban; la población crecía.
Es entonces que para hacer un estudio de la realidad peruana es necesario detallar algunos aspectos importantes de nuestra historia. Si algo tiene de relevante,
por ejemplo, la celebración europea del 'encuentro de dos mundos', es hacernos recordar la importancia del problema nacional en el destino de la sociedad peruana.
Efectivamente, con la llegada al Caribe del "Almirante de la mar océano" y sus carabelas, se abre el periodo colonial de nuestra historia.

El Perú es producto del choque violento de dos culturas nacidas en el Viejo y Nuevo Mundos, respectivamente; es decir, el Perú nace a partir de la invasión
española. Antes de eso lo que existía era el Tahuantinsuyo, la sociedad inca, que fue una suerte de culminación de la civilización generada a lo largo de siglos, por los
primeros pobladores de nuestro territorio. Estrictamente hablando, el Perú ya es un producto mestizo, ubicado totalmente en la etapa colonial de nuestra historia que se
extiende hasta el presente, en que sufrimos la dominación neocolonial del capital imperialista. Pero esto que eufemísticamente se ha venido a llamar "encuentro de dos
mundos", no fue sino una contradicción muy violenta que abrió un abismo de diferencias sociales, culturales, raciales, ideológicas y políticas, que hasta hoy no se subsanan.
De nada sirvió la emancipación criolla para superar este abismo: por el contrario, la miserable actuación de las clases explotadoras durante todo el período de la República,
profundizó la brecha. Nuestra raquítica burguesía que hasta hoy no puede constituirse en clase dirigente, no logró cumplir una tarea que dio autoridad a las burguesías de
otros países: plasmar un Estado nacional y la nación peruana, claro está. Ante la incapacidad histórica de la burguesía, esta tarea pasó a manos del proletariado, a manos
del pueblo que al fin de cuentas, es la base de toda nación.
Para que exista nación peruana es menester un territorio, una fluida trama económica que le dé base y la articule internamente, una personalidad
cultural definida y una tradición histórica. Como puede verse, sólo algunos de estos aspectos existen actualmente, pero ni la base económica articulada, ni
el definido perfil cultural, existen; ni qué hablar de la diversidad de lenguas, con marginación y menosprecio de la mayoría de ellas. Este es un
problema por resolver y viene desde la conquista del mismo modo que desde la invasión española data la dominación colonial del Perú. Entonces,
los publicitados "500 años", nos pusieron frente a un reto: solucionar el problema nacional, que significa plasmar la nación peruana con sentido progresista
y destruir la denominación neocolonial del imperialismo.
Debemos recordar también durante más de 500 años, los indígenas carecieron de autogobierno efectivo y les impusieron Ayuntamientos,
Audiencias, Visitadores, Virreyes y Gobernadores, permaneciendo durante siglos sin voz en sus propios territorios ancestrales. Despojándolos de
sus tesoros como el oro, la plata y las piedras preciosas, saqueando sus recursos naturales tales como el caucho, el hierro y el petróleo, explotando
su fuerza de trabajo en diferentes modalidades como el esclavismo, las encomiendas, el vasallaje y el peonaje, y al mismo tiempo destruyendo o en
el mejor de los casos distorsionando su propia historia.
En general, los pueblos originarios han participado en los grandes movimientos y trasformaciones sociales, a nivel nacional, participaron
en importantes hechos de rebelión durante la época colonial, en la lucha por la independencia de México, contra la invasión norteamericana y
francesa, en la Guerra de Reforma, en la Revolución Mexicana y en importantes insurgencias cívicas en distintos momentos del Siglo XX.
Así mismo, ante el supuesto festejo por el V Centenario del descubrimiento de América, se generan e impulsan enormes movilizaciones
indígenas en todo el Continente Americano, con acciones de tomas de tierras, cierre de caminos, tomas de oficinas, marchas, plantones, vigilias,
asambleas, para hacerse presentes y reivindicar sus demandas históricas y la exigencia de sus derechos como pueblos originarios. De ahí que el 12
de octubre no es el día del descubrimiento de América, ni día de la raza, es el Día de la Dignidad y Resistencia Indígena, día en que se celebra que
después de 587 años, pese a los sistemáticos intentos de destrucción, los pueblos originarios continúan preservado su organización comunitaria, su
cultura y su idioma. Escribiendo hoy por hoy, gradualmente pero a paso firme, su propio devenir histórico.
Para los pueblos originarios, el 12 de octubre es la fecha en que recuerdan el inicio del genocidio, sometimiento y discriminación indígena.
La llegada de los españoles significó la interrupción y destrucción de diversas civilizaciones originales, que de forma singular y aislada de la
interacción existente entre África, Asia y Europa, elaboraron sus propias concepciones de mundo, Estado, escritura, idioma, educación, ciencia y arte.

El Perú estaba lleno de políticos corruptos, cobardes y traidores.


La historia nos recuerda que el presidente Mariano Ignacio Prado se fugó, con el pretexto de comprar armas a Europa y nunca volvió,
abandonó su cargo en plena guerra, le interesó más sus grandes negocios que tenía en Chile y no quería que se los expropiaran. El vicepresidente La
Puerta no asumió su cargo.
El traidor de Piérola muy amigo también de los chilenos da un golpe de estado y asume la presidencia luego de regresar de su destierro en
Chile.
Nicolás de Piérola envía al buque independencia para entregar a nuestros defensores del sur, cajones con 2 ametralladoras viejas y
abundantes telas blancas, pero nada, absolutamente nada de logística; ni municiones, ni medicinas para sostener la guerra. Después de hacer tanto
daño a la patria, huye del país tras la captura de Lima.
Luego que el Ejército Chileno ocupó Lima en 1881, fue ungida Arequipa como capital del Perú. El enemigo chileno decidió entonces tomar
la ciudad blanca defendida por Lizardo Montero, que había establecido su gobierno en la ciudad. Sin embargo este marino extrañamente realiza
acciones en favor de los chilenos, como ordenar el desarme de la guardia nacional y el retiro de las tropas asentadas en Moquegua, lo que permitió el
avance de los chilenos hacia territorio mistiano. Luego huyo junto a su tropa a Puno. .
Miguel Iglesias firma la paz con Chile, al no haber esperanza y en las condiciones que el enemigo quería.
Luego de la traición de Lizardo Montero, Arequipeños dejaron entrar a los chilenos, luego de que sus representantes pusieron la ciudad a
disposición del jefe del Ejército Chileno.
Otro coronel llamado Manuel Leiva Velasco abandonó a Bolognesi, pues estando con su tropa en Arequipa nunca llegó a la batalla de Arica
a pesar de los desesperados mensajes de pedidos de ayuda de Bolognesi.
El Perú en los momentos más cruciales de su historia se mostró desunido, indiferente, cobarde y lleno de traidores, salvo honrosas
excepciones.
El comandante francés Petit Thouars le manda una carta al presidente francés, donde le dice que los políticos y líderes peruanos son egoístas,
que sólo buscan su interés personal, y pide autorización para intervenir y evitar que chilenos bombardean la costa de Lima.
Perú lucho solo, porque su aliado Bolivia abandono la guerra. Chile hizo lo que quiso con el Perú, apoyado por los ingleses, se preparó para
la guerra 10 años antes, y nos siguen aventajando ahora, no solo con las armas sino también con sus inversiones.
La historia del Perú no es tan maravillosa ni real como nos lo contaron, donde traidores aparecen como héroes, incluso algunas importantes
Av. de Lima llevan sus nombres como si fueran un buen ejemplo para nuestros jóvenes, entre más se investiga más cólera, rabia e impotencia nos da,
y nos preguntamos:
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Como pasó esto?, Como lo permitieron?.

Y lo peor es que el Perú no ha cambiado nada, si ahora hubiera guerra, Perú perdería otra vez, analicemos a nuestros líderes, cobardes,
timoratos, ladrones, corruptos, tenemos ignorantes hasta con grado de doctorado y lo peor improductivos, como el falso “líder” Cesar Acuña Peralta
que quiso ser presidente. En las próximas Elecciones congresales y Presidenciales cual será el comportamiento de la población al elegir a sus
representantes?. Hay peruanos que nunca aprenden y más parecen que tiene amnesia mental-política y eligen a aquello políticos que más les importa
sus interese políticos que los del pueblo.
Por otra parte los chilenos, se llevan nuestras riquezas a precios irrisorios y sin pagar impuestos, tienen al Perú como colonia, ponen los
políticos que a ellos les conviene, tienen dominado la estructura económica, política y social del Perú, como si nuevamente nos hubieran ganado la
guerra.
Si Chile invadió Lima es porque Perú que despreciaba a sus nativos, amaba a los criollos blanquiñosos y a los de clase alta, muchos de los
cuales se coludieron o se comportaron cual cobardes con el enemigo, y hasta ahora lo siguen haciendo.
Cuando hubo servicio militar obligatorio sus padres pagaban para que sus "hijitos" no hagan el servicio militar., y nunca estuvieron
preparados para la guerra.
Mientras los hijos de los pobres, los nativos e indígenas, que forman grandes masas, y son los más discriminados, y los que menos se
benefician con las políticas económicas de todas las gestiones de gobierno; tuvieron que luchar al mismo tiempo, contra el enemigo invasor,
ofrendando su vida por este país llamado PERÙ.

NOCIONES Y TEORÍA DE LA ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD

El estado y sus fuerzas productivas determinan el carácter de las relaciones de producción de los hombres. Es decir. El régimen "económico
de la sociedad. Este régimen económico es, a su vez, la base sobre la cual surgen las más variadas relaciones sociales, ideas e instituciones. Las ideas
sociales, políticas, jurídicas, filosóficas, religiosas, etc. y las instituciones y organizaciones (el estado, la iglesia, los partidos políticos, etc.) surgidos
sobre una base concreta forman una superestructura de la sociedad. La teoría de la base y la superestructura aplica de manera cómo el modo de
producción determina en última instancia todos los espacios de la vida social, y muestra la relación que existe entre las relaciones sociales
económicas y todas las demás relaciones de una sociedad concreta. Cada sociedad históricamente concreta tiene su base específico y la
superestructura que le corresponde.
De la forma de propiedad imperante depende la división social de la sociedad. Las clases que la integran, y esto a su vez, determina el
carácter de las instituciones políticas y de las normas jurídicas. En la monarquía es inconcebible en el socialismo y el sufragio universal habría sido
imposible en la sociedad esclavista. Las relaciones feudales de producción presuponen, la dependencia no solo económica, sino también personal
del campesino también respecto del dueño de la tierra (servidumbre), en el derecho feudal esto toma cuerpo en la desigualdad jurídica de campesino
y señores: los primeros, además de apropiarse el trabajo de los segundos, intervenían en todos los aspectos de su vida, mientras que el siervo carecía
de derechos.
El paso a las relacione capitalistas de producción trae consigo los cambios consiguientes en las relaciones jurídicas. La coerción directa y
la dependencia personal son sustituidos por la "disciplina del hombre, y esto jurídicamente se traduce en la igualdad formal que la ley establece
entre el obrero y el capitalista, no hace en el fondo más que robustecer la situación dominante de las clases propietarias quiere decirte que las
relaciones políticas y jurídicas derivan de las relaciones económicas y vienen determinadas por estas últimas.
Lo mismo ocurre con las concepciones filosóficas, religiosas, morales, artísticas y otras ideas sociales, sabemos por ejemplo. Que en la
sociedad primitiva los prisioneros capturados en las guerras entre las tribus eran muertos y a veces devorados, más tarde comenzaron a reducirlos
a la esclavitud, ¿Por qué se dulcifican así las costumbres sociales? Sencillamente, porque el aumento de la productividad trabajo hizo posible la
apropiación del trabajo ajeno, la explotación del hombre por el hombre. Esta base económica dio origen a nuevas costumbres, a concepciones nuevas
propias de la época esclavista.
De la misma manera, los cambios operados en las relaciones de producción bajo el socialismo conducen a una transformación radical de
las concepciones la moral y las normas de conducta de los miembros de la sociedad. Bajo capitalismo la especulación es una profesión como
cualquiera otra, como podría ser la de médico o de abogado; en el mejor de las cosas es reglamentada (en interés de los especuladores grandes y en
perjuicio de los pequeños), pero siempre se halla respaldada por la ley, lo mismo que las instituciones que se hallan a su servicio (como por ejemplo
la bolsa) no puede ser de otra manera en una sociedad en la que la explotación del trabajo ajeno se ve protegido por la ley y el dinero es el valor
supremo. El nivel por el que se miden todas las virtudes, con el socialismo, en cambio tales acciones no solo tiene la condena moral de la sociedad.
Si no son perseguidos por la ley.
La circunstancia de que la base predetermina el carácter de la superestructura nos lleva a la conclusión de que cada cambio de la base-
relaciones de producción - . Está claro. Por ejemplo, que las instituciones políticas de las burguesías modernas (en primer lugar el estado), su
derecho y su ideología contribuyen en gran manera a conservar la propiedad capitalista y frenan institución por la propiedad social.
En la superestructura de toda sociedad de clase las ideas e instituciones de la clase dominante son las que prevalecen. A su lado, sin
embargo, reencuentra las ideas y organizaciones de las clases oprimidas, a las que ayudan a defender a sus intereses.
Así, la escisión de la sociedad burguesía en obreros y capitalistas halla tarde o temprano reflejo en la conciencia en unos y otros. Esto
hace que junto a la ideología de clases y a las organizaciones de la burguesía - es estado, los partidos políticos, la prensa, etc. Aparezcan y se
desarrollen en la sociedad, la ideología y las organizaciones de la clase obrera tarde o temprano, los obreros adquieren conciencia de que son una
clase específica, de la comunidad de sus intereses de clase hace y de la incompatibilidad que estos presentan son los intereses de los capitalistas
la conciencia de su interés de clase hace que los obreros se unan para la lucha en común contra las capitalistas. La parte política de avanzada de la
clase obrera se agrupa en un partido político. Aparece los sindicatos, otras organizaciones de masas de los trabajadores las relaciones que unen a
los proletariados en una organización de clase partido - político, sindicato - son ya relaciones que antes de establecerse pasaron por la conciencia
de los hombres pues los obreros ingresan en el partido conscientemente, por su propia voluntad y movidos por motivos ideológicos, entre los
obreros se desarrollan la solidaridad de clase, su propio moral de la burguesía dominante.
El concepto de formación política-social tiene un valor formidable para la ciencia de la sociedad. Nos permite comprender porque, a
pesar de toda la gran variedad de detalles concretos, la totalidad de los pueblos recorren en líneas generales un mismo camino.

ESTRUCTURA POLÍTICA, SOCIOECONÓMICA DEL PERÚ AMBIENTE ECONÓMICO PERUANO.

Es aquí donde se deben analizar la estructura económica y la distribución del ingreso. Al hablar de estructura económica se refiere
básicamente a la etapa de desarrollo en que se encuentre el país y el grado de industrialización, lo cual ayudará a determinar los tipos y características
de los productos que se pueden comercializar, así como también el volumen que puede absorber el mercado dependiendo de la capacidad de compra
de los distintos extractos del mercado. El conocer los tipos de estructuras económicas permite tener una noción de las principales peculiaridades de
consumo de los países en sus diferentes etapas de desarrollo y es que en la medida en que se conozca las principales características de consumo se
tendrá pues, una idea más clara de las actividades de mercadeo que se llevarán a cabo.

Ambiente Político Peruano.- El comercio entre naciones resulta más complejo que el local, debido a las barreras políticas que se puedan encontrar.
El grado de actividad económica que una nación posee en los mercados internacionales depende en gran parte de las actividades y políticas
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económicas internacionales que ejecuta el gobierno de dicho país. Lo cierto es que las influencias políticas pueden obedecer a diversas razones, como
son: la protección de las empresas nacionales con tal de asegurar el empleo, las contribuciones o impuestos en muchos casos tienen como objetivo el
logro de cierta estabilidad económica, en otras casos se imponen para aumentar la recaudación de fondos públicos. En cualquiera de los casos el
adoptar una política fiscal el gobierno debe estar consciente de que el dinero que se recauda en contribuciones tiene un impacto sobre las actividades
económicas del país.

Ambiente Cultural Peruano.- Aunque la selección es una expresión individual, cada persona es producto de la cultura en que vive. Las reacciones y
los hábitos de compra del consumidor pueden tener un carácter individual, pero se encuentran fundamentalmente matizados por las numerosas
fuerzas que lo rodean. Por consiguiente el plan de mercadeo debe estar de acuerdo con los valores de la cultura, la tradición, el nivel de educación,
los usos y costumbres de la población; todos estos son algunos de los principales factores a considerar para un programa de mercadeo internacional.

La intervención del Estado en el Perú.- La intervención del Estado, a través de la aplicación de una política social que fomente la ampliación del
aparato productivo y que eleve la calidad de la salud y educación de la población, es requisito indispensable para que el crecimiento económico tenga
el impacto deseado sobre el nivel de los más pobres.

En el contexto mundial actual la inversión social debe permitir a las personas más pobres tener la oportunidad de ser beneficiarias del
progreso del país, ello implica dirigir los recursos públicos hacía esta población, mediante una estrategia que les permita superar su situación e
incorporarse de manera eficiente y productiva a la economía. De otro lado, se considera que la política social no es sólo responsabilidad del Estado,
sino que debe aprovecharse la participación de la sociedad civil, a través de las ONG, la empresa privada y la propia comunidad.

En el plan universal, las metas se establecen, para 1996 y para el período 1996-2000, en las siguientes áreas: educación básica, salud básica
y justicia básica. En el plano focalizado, la meta es reducir la pobreza extrema en 50 por ciento para el año 2000, es decir del 20 a 10 por ciento de la
población peruana. Además, se definen metas específicas y cuantificadas en cada una de las siguientes áreas: Nutrición, Infraestructura educativa,
Infraestructura de salud, Saneamiento, Electrificación, Vías de comunicación y Sistemas de riego. En el plano universal, el Plan de Mejora del Gasto
Social Básico tiene como instrumentos al Programa de Salud Básica para Todos, al Programa de Educación Básica para Todos y el Programa de Justicia
Básica para Todos. En el plano focalizado, los instrumentos son las instituciones que dependen del Ministerio de la Presidencia. En cuanto a la
elaboración de indicadores sociales, en los últimos años se han confeccionado mapas de pobreza y de inversión social, censos escolares y de talla,
entre otros.

Se plantea que la política de desarrollo a aplicarse deberá estar orientada a relacionar de la forma más eficiente posible los aspectos sociales con
los económicos. Los aspectos claves de la política social son:
 La importancia del desarrollo del capital humano, es decir, la inversión en educación, nutrición y salud, de manera tal que permita superar
las barreras que impiden a determinados grupos poblacionales incorporarse en igualdad de condiciones al desarrollo del país. La creación
de condiciones para la igualdad de oportunidades que promuevan la responsabilidad individual y la participación comunal.
 La promoción de incentivos económicos positivos para el incremento de la producción y la productividad y para el desarrollo de nuevas
actividades productivas de bienes y servicios como fuentes de generación de ingresos que permitan a los muy pobres dejar de serlo.

CONOCIMIENTOS BÁSICOS
NACIONALISMO, PATRIOTISMO, CHAUVINISMO, CULTURA…

El nacionalismo es una ideología que tiene como propósito que un país tenga como único referente de identidad a la nación. Se basa en dos
principios fundamentales, de la nacionalidad y el principio de la soberanía nacional. Según el primero, el interés de la nación es la única base
legítima para la actuación del Estado y los ciudadanos. Según el segundo, cada Estado debe fijar sus fronteras de cara a sus ciudadanos y los demás
Estados. El patriotismo en cambio, es el amor al lugar en el que uno nació, no es una ideología, es un sentimiento.
La diferencia entre uno y otro radica en que el primero es una doctrina colectivista que concede al azaroso hecho de haber nacido en un
determinado lugar, la insoportable relevancia de tener un papel preponderante en el destino de nuestras vidas. Como todos los colectivismos,
superpone el “interés público” (en este caso el de la nación) al individual. Es decir, superpone el interés del gobernante, que personifica a la nación,
al de los individuos. Sin embargo, el “interés de la nación” o el “interés público” debería ser en realidad la suma de los diversos intereses individuales
que sólo los sujetos, mediante su actuación libre, pueden expresar. De lo contrario, aquello que se denomina “interés nacional” termina siendo que el
antojo del gobernante de turno acerca de que es lo mejor para los demás. Mientras que el segundo no requiere de un régimen jurídico o un sistema
económico, no requiere de un tipo de gobierno. El patriota lo es con independencia del sistema político imperante.
Lo triste del nacionalismo es que en su búsqueda por lograr que los demás estén sometidos a la voluntad del gobernante, puede llevarnos a
las más absurdas situaciones. Más de una absurda guerra se ha librado tomando como excusa el “interés nacional”. Las guerras mundiales, las debacles
de Latino América, la violencia en el Medio Oriente, son sólo lagunas de las muchas desgracias que este pensamiento ha generado. Lo bello del
patriotismo radica en su espontaneidad. El cariño que sentimos por el que nacimos es natural y es fruto de él que nos identificamos con nuestros
compatriotas.
Es por eso no debemos ser partidario del nacionalismo, pero sí un patriota. No creer en los sentimientos forzados, sino en los sinceros, así
como no creer en la planificación, sino en el orden espontáneo. Si el nacionalismo busca inspirar la solidaridad entre los ciudadanos, lo hace mal. Si
ésta se da, debe ser espontánea, no compelida, como espontáneo es el amor a la patria. El altruismo no tiene como guía principios territoriales o
imposiciones gubernamentales, sino la libertad del individuo. Las fronteras nos separan lo suficiente, como para hacerlas infranqueables muros de
contención con sentimientos segmentarios y excluyentes.
Josep Pla escribió "El nacionalismo es como un pedo, sólo le gusta al que se lo tira". "Amo demasiado a mi país para ser nacionalista", palabras
de Albert Camus. "El nacionalismo es una enfermedad infantil, es el sarampión de la humanidad", Albert Einstein. "Todo imbécil execrable, que no
tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad",
Arthur Schopenhauer. "El nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia", Miguel de Unamuno. En
tanto que George Bernard Shaw sostiene que “El nacionalismo es la extraña creencia de que un país es mejor que otro por virtud del hecho de que
naciste ahí”. "El nacionalismo es un invento de la burguesía para dividir al proletariado", sostuvo Karl Marx; citas de esta índole hay por centenares,
lo importante es comprender que no debe sentirse vergüenza al autoconsiderarse patriota y amar la patria, más bien, lo incorrecto es "luchar por
ella", contra otras naciones, usando de excusa el prostituido Bien Común, eso señores es como matar en nombre de Dios, la patria es tan importante,
que mancharla de sangre, es una decepción nacional, lástima que aquellos indulgentes ensucien el nombre del país con su falsa modestia y política
(como en la imagen adjunta), lástima que no se le tome el peso a esta palabra que identifica a cada humano en la faz de la tierra, sea cual sea su nación,
PATRIOTISMO no debe ser confundido con el nacionalismo que hace surgir un pueblo hundiendo a otro, el patriotismo es completamente autónomo,
es cultural, por ende no vamos a hacer pelear la cumbia colombiana con el tango argentino, no se dirige a una superioridad étnica, ni nada por el
estilo, y ni mucho menos con el Huayno peruano.

Hace no mucho tiempo Mario Vargas Llosa diferenciaba al nacionalismo del patriotismo, calificando al primero como una“(…) ideología –o,
más bien, religión– provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas,
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pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento”. Mientras que al segundo como
un “(…) sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños (…). La
patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que
pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver”.
No confundamos el nacionalismo con el patriotismo“.
Primero entiéndase Patria como la tierra que nos legaron nuestros padres, para conservarla y heredarla, son los hombres y territorios
unidos por la historia, tradición, mitos y hasta leyendas, la Patria es lo que nos une como grupo humano a través de elementos en común, como
nuestra gastronomía, nuestra música, nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia.
La patria suele designarse a la tierra natal o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de diversa índole, como afectivos,
culturales o históricos o lugar donde se nace. También se llama patria a la tierra natal de los padres de una persona, a la cual se siente ligado
afectivamente sin necesariamente haber nacido en ella. El significado suele estar unido a connotaciones políticas e ideológicas.

Nación es un grupo humano con características en común.


El patriotismo es el amor a la Patria, ser patriota es conocer nuestras raíces y aceptarnos dentro de esta, es sentirse orgulloso por nuestros
orígenes y valorar nuestra condición. Que dentro del conjunto de factores concurrentes para que se produzca este fenómeno -alienación artística-,
van a converger todo un conglomerado de causas: el colonialismo, el neocolonialismo, la clase social, la raza, la casta, la concepción del mundo, la
concepción del arte, etc. Las raíces a partir de las cuales los 'constructos' -en este caso- novelísticos dan cuenta o no de la multifacética realidad, al
final de cuentas tienen como premisas, las señaladas.

La tragedia de este debate -dura seis milenios- reside, -insistimos- en que se produce sólo al interior de las élites -microélites- de
intelectuales procedentes -básicamente- de la pequeña burguesía, porque las masas de obreros y campesinos, y la casi totalidad de la pequeña
burguesía está ausente, ajena, extraña al debate y lo que agrava el problema es de que, los de arriba, las guindes editoriales, los medios de
comunicación.
“Que el nacionalismo difiere, y a menudo profundamente, del patriotismo es una realidad a la que deberíamos dedicar mayor atención,
especialmente en los Estados Unidos, donde los dos términos aún se confunden en muchas ocasiones: cuando los americanos hablan de un
superpatriota en realidad quieren decir un nacionalista extremista. En el siglo XVIIl, cuando el inglés Dr. Samuel Johnson pronunció su célebre frase:
“El patriotismo es el último refugio de los bribones” quería decir nacionalistas ya la definición del término en inglés aún no existía en aquel tiempo.
Cuando Adolf Hitler, escribiendo sobre su filosofía política en Mein Kampf, dijo que “Soy un nacionalista, pero no soy un patriota” sabía exactamente
qué estaba diciendo. El patriotismo (como ya notó George Orwell) es defensivo, mientras que el nacionalismo es agresivo; el patriotismo está
enraizado en la tierra, en un país particular, mientras que el nacionalismo está conectado al mito del pueblo; el patriotismo es tradicionalista, el
nacionalismo es populista. El patriotismo no es un sustitutivo de la fe religiosa, mientras que el nacionalismo a menudo lo es; puede colmar, al menos
superficialmente, las necesidades espirituales de la gente.
Puede además combinarse bien con el odio (Como Chesterton sabiamente señaló, no es el amor, que es personal y particular, sino el odio lo
que une a hombres tan dispares. “El ardiente nacionalista, escribió Duff Cooper, es siempre el primero en denunciar a sus compatriotas como
traidores”). Hace cien años parecía que el nacionalismo y el socialismo eran antitéticos, respectivamente en la Extrema Derecha y la Extrema Izquierda
del espectro político.
Esto no se debía a sus diferencias económicas o incluso sociales. La razón era que los socialistas, en esa época, eran internacionalistas,
anclados en su creencia de que la conciencia de clase era más fuerte que su sentido de nacionalidad. Estaban equivocados. El marxismo fracasó no en
1989 sino en 1914, cuando el socialismo internacionalista se fundió en el calor de los entusiasmos nacionales. Pero ya unos años antes Mussolini
había descubierto que era italiano primero y socialista después; esto es, un socialista nacionalista, no internacionalista. Todo esto corresponde a un
cambio importante acaecido en el lenguaje político occidental. A lo largo del siglo XIX las palabras pueblo y popular eran patrimonio de la Izquierda.
Poco después de 1890 esos términos (en Alemania, Austria y después por todas partes) empezaron a ser utilizados por la Derecha. En 1914, cuando
abandonó el Partido Socialista Italiano, Mussolini bautizó su periódico nacionalista como Il Popolo d’Italia. Esto sucedió cinco años antes de que
formara un nuevo partido, el Fascista, y también cinco años antes de que Hitler se uniera a un pequeño partido Nacional Socialista (völkisch, esto es,
populista) en Munich. El nacional socialismo, y no sólo en Alemania, se estaba convirtiendo en un fenómeno generalizado. La aplicación universal del
adjetivo “fascista” a lo que la gente considera “extrema derecha” es errónea y provoca confusión. El fenómeno mundial no fue el fascismo; fue el
Nacional Socialismo. Ni Hitler ni Stalin fueron fascistas; ambos fueron nacionalistas extremos, a pesar de que el segundo se cuidó muy bien de
reconocerlo abiertamente.
Cincuenta años después el nacionalismo sigue siendo la fuerza política más potente en el mundo. En todo el mundo, nacionalismo y el
socialismo, se presentan juntos, reconciliados, sin violencia ni guerra. El socialismo internacionalista sigue siendo un espejismo. Todos somos nacional
socialistas hoy en día, aunque sea teóricamente.

CHOVINISMO O CHAUVINISMO
Dentro de la esfera netamente político social el chauvinismo resulta un razonamiento falso o paralógico, una falacia de tipo etnocéntrico o
de ídola fori. En tanto que en la retórica, constituye uno de los argumentos falsos que sirven para persuadir a la población (o a un grupo determinado
de personas) mediante la utilización de sentimientos, muchos de ellos exacerbados, en vez de promover la razón y la racionalidad. Se utiliza
generalmente por parte de políticos, medios de comunicación y empresarios para condicionar la formación de expectativas.

Hannah Arendt lo describe así:


El chauvinismo es un producto casi natural del concepto de Nación en la medida en que proviene directamente de la vieja idea de la
"misión nacional" [...] La misión nacional podría ser interpretada con precisión como la traída de luz a otros pueblos menos afortunados que, por
cualquier razón, milagrosamente han sido abandonados por la historia sin una misión nacional. Mientras este concepto de chauvinismo no se
desarrolló en la ideología y permaneció en el reino bastante vago del orgullo nacional o incluso nacionalista, con frecuencia causó un alto sentido de
responsabilidad por el bienestar de los pueblos atrasados. El Perú es un mendigo sentado en un trono de oro”. Pero pues más allá de lo que pueda
hablar bien o mal del Perú algo que llama la atención de sobremanera, después del fenómeno social (como así describiese Daniel Dennett en “Breaking
the Spell”) llamado religión, es el patriotismo con tendencias maniacas, lo que es conocido como “Chauvinismo”.
El chovinismo, chauvinismo o patrioterismo nace a partir de la creencia (si, creencia) de que el país en donde se vive es el mejor en todo
aspecto, viene camuflado de patriotismo y a menudo se suele confundir con tal (el punto es, cuándo se es patriota y cuándo se es un desequilibrado
que vive en la mentira de la frase “Somos los mejores”). El problema es que la magnitud de tal creencia sobrepasa la magnitud real de lo que se está
hablando, dicho de palabras sencillas, el chauvinismo contemplaría con buenos ojos el que las contrariedades que uno pueda tener de su propio país
deban tenerse como un delito (y esto hace que dicha creencia por ratos se ponga muy de dogmas informales), las palabras claves claro son “propio
país”.
Recordemos pues el caso de Ivan Thays (Vano Oficio), un escritor que, sinceramente, hasta el día de este caso desconocía por completo, que
se limitó a dar un apunte de la comida peruana y cómo ciertas gastronomías no son de su agrado. A continuación el efecto chauvinismo-Perú desató
una ciberguerra unidireccional que consistía en levantar la voz al son de “¡SACRILEGIO!”. Ya que el efecto chauvinismo (o “patriotismo de parroquia”,
como Ivan Thays le llama) hace en la gente un pensamiento y mentalidad tan incoherente que matar por un celular de 20 soles es tan normal (algo
que, se ve todos los días en los periódicos de este país), pero que se metan con la comida de bandera, es motivo para cadena perpetua por delito de
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“Meterse con el Perú” y fomentar indignación en la gente. Ejemplo de chauvinismo: La Municipalidad de Lima busca promover el respeto a los
símbolos patrios, la identificación y la festividad por las Fiestas Patrias que se celebra este mes, por ello es importante que los vecinos coloquen sus
banderas”
Por último, pero no menos importante entre los ejemplos, de cómo los periódicos y medios de comunicación en este país informan
sólo del mundo más peruanísimo que pueda haber, dándole mediana o pequeña importancia a todo lo que no “lleve la marca Perú”, aunque la realidad
pueda ser otra. Es claro, en este país es más importante que un cantante juvenil se ponga el chullo típico peruano. El patrioterismo es malo, para
empezar, porque es falaz, toma un modo argumentativo de pretender que el país en donde se vive es el mejor del mundo, y fuera de que eso fuese
verdad o no, crea un sentimiento de odio y repulsión hacia alguien que no contemple esa ideología. Pongámonos pues con los turistas, a los turistas,
por ser turistas, el Perú les va a parecer muy exótico e interesante, pero un peruano de turista en otro país por lo general suele , antes terrorista, hoy
ladrón, violador o pandillero, de los hay que cuidarse.

LA MULTICULTURALIDAD PERUANA

Es la primera expresión del pluralismo cultural, que promueve la no discriminación por razones de raza o cultura, la celebración y
reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella.
El multiculturalismo se ubica dentro de la filosofía del pluralismo cultural, es tanto una situación de hecho como una propuesta de
organización social. Dentro del paradigma pluralista, el multiculturalismo surgió como un modelo de política pública y como una filosofía o
pensamiento social de reacción frente a la uniformización cultural en tiempos de globalización.
Se ha concebido como una oposición a la tendencia presente en las sociedades modernas hacia la unificación y la universalización cultural,
que celebra y pretende proteger la variedad cultural, al tiempo que se centra sobre las frecuentes relaciones de desigualdad de las minorías respecto
a las culturas mayoritarias.
En la génesis y expansión del multiculturalismo, fueron especialmente influyentes las líneas seguidas en Norteamérica y en algunos países
de Europa Occidental, particularmente el Reino Unido. Posteriormente han venido a sumarse importantes consideraciones pluri y multiculturales,
desde las propuestas latinoamericanas en relación con la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas. El multiculturalismo ha sido
puesto en cuestión desde posiciones directamente políticas y desde posiciones teóricas de fuerte calado crítico-ideológico.
Hablar de multiculturalidad en un país como el nuestro es muy difícil y a la vez grandemente complejo. La enorme diversidad de culturas
existentes en nuestro medio debido a la existencia de diferentes grupos étnicos- así como las diferentes lenguas y realidades de extrema complejidad,
son producto del mestizaje que se ha desarrollado dentro del proceso histórico del Perú. Según los historiadores, el Perú no ha logrado consolidar su
identidad ni menos formarse incluso como una nación auténtica. La razón se encuentra en las profundas diferencias y desigualdades sociales
producidas a través de la historia.
El imperio del Tawantinsuyo presentaba ya una serie de contradicciones sociales debido a las relaciones de dominación entre los Incas y los
pueblos sojuzgados.
La dominación española acrecentó estas diferencias sociales, las cuales propiciaron la aparición de una nación de blancos y otra de
indios. Dentro del grupo dominado existen nuevas divisiones sociales, tales como los mestizos, los indios, los negros y las etnias amazónicas. Ante
estos hechos existe un reto, conservar las culturas ancestrales que han sobrevivido a la dominación española o dejar que la globalización las anule
por completo. En muchos casos lo que se globaliza son los elementos de la cultura dominante, no de la dominada, más aún aquello tiende a
desaparecer. Es por ello que es importante generar la identidad nacional, reconociendo y valorando la multiculturalidad existente. Aquello deberá
servir para proyectarnos al mundo, globalizando nuestra cultura y no condenándola a la extinción.

CULTURA E INTERCULTURALIDAD

CULTURA.- "Una cultura es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir,
comportarse, organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrínseco a las
culturas el encontrarse en un constante proceso de cambio." (Heise, Tubino, Ardito: 1994, p.7).
"Una cultura es una variedad de sistemas desarrollados por las sociedades humanas como medio de adaptación al ambiente en el cual se
vive; como totalidad, un sistema cultural constituye el medio a través del cual el grupo al cual pertenece dicho sistema consigue su supervivencia
como una sociedad organizada..." (Robert W. Young en: Abrahams y Troike, 1972).
Todo aquel que recorre el territorio del Perú ahora encuentra pueblos de habla y de conducta cultural diversa. A simple vista, son los
vestidos, o las creencias culturales, o los patrones de comportamiento, etc., o las variedades de una misma lengua, o las diferentes lenguas existentes
a lo largo y ancho del país, los que nos hacen ver el gran mosaico de variedad que es el Perú. La diversidad del Perú fue tan evidente a la llegada de
los españoles que obligó a que muchos cronistas lo anoten por escrito. Uno de ellos, Cieza de León, para hacer patente lo diverso y plural que era el
Perú al tiempo de su llegada, habla de las muchas naciones y lenguas que existían en el territorio peruano. Lamentablemente, aquella riqueza real o
imaginaria percibida por Cieza de León hoy se nos aparece muy disminuida, pues ya no están presentes las naciones y lenguas de la costa, y muchas
de la sierra y de la selva son ahora extintas o en vías de desaparecer.

INTERCULTURALIDAD.- Según Gustavo Solís Fonseca, la interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de relación de
culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en situaciones de multiculturalidad. Se trata de un saber manejarse entre
miembros de diferentes culturas con quienes se interactúa. La interculturalidad no implica a priori el "saber manejarse bien o mal", sólo implica saber
manejarse, pues una u otra alternativa específica dependerá de la política sobre interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos.
Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común, estará implícitamente vigente. En este contexto, el prefijo inter no hace
referencia sino a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el grupo humano.

La interculturalidad es, en tanto realidad, una realidad cultural; y como todo fenómeno cultural, la conducta intercultural se aprende sea
como miembro de una determinada cultura, o de un grupo de culturas en contacto. Esa conducta intercultural puede tener una realización adecuada
o no adecuada en su propósito de permitir desenvolverse en situaciones de interculturalidad. EI juicio sobre adecuación depende de un determinado
sistema cultural. La primera condición para que exista interculturalidad es el contacto de culturas. Pero para que la interculturalidad sea una
conducta, lo que debe ocurrir es un proceso de aprendizaje, ya sea natural -como parte de la socialización de las personas- o planificado, es decir,
formalmente.
Conviene aclarar que la educación en general puede ser intercultural y no ser bilingüe, tanto como puede ser bilingüe y no ser intercultural.
La vigencia de cualquiera de estas alternativas concretas responderá a políticas específicas que asumen las sociedades para la educación de sus
miembros.

ASPECTOS, ESTRATEGIAS Y CONDICIONES INTERCULTURALES

 Aspectos de una conducta intercultural positiva y práctica


No puede haber práctica intercultural positiva si es que los miembros de los grupos humanos no asumen una conducta de tolerancia hacia
la diversidad cultural. La intolerancia niega al otro, haciendo que la relación intercultural sea prácticamente inexistente. La tolerancia en sí es
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insuficiente, pues sólo asegura que el otro exista. Un paso más avanzado para propiciar la interculturalidad será el respeto mutuo de los componentes
de la posible relación intercultural. Tolerancia y respeto hacen bastante, pero no todo. Se necesita un esfuerzo cognoscitivo y de comprensión del otro
como diverso de uno para construir una relación intercultural creativa, duradera y positiva. En el marco de tolerancia, conocimiento y comprensión
del otro como diverso, los seres humanos estamos descubriendo y enriqueciendo nuestra percepción de la humanidad, reconociendo a la diferencia
y a la especificidad como un derecho humano, tal vez el más importante, que está en la base de la increíble diversidad de la vida misma en el planeta.
A partir de esta aserción, resulta fácil identificar a la diversidad como un bien intrínseco y como un recurso para el desarrollo de la vida y de las
sociedades humanas.
Las relaciones interculturales que se establecen entre los grupos humanos pueden ser armónicas, pero también pueden estar marcadas por
desequilibrios que hacen que dichas relaciones sean inequitativas y atentatorias contra el desarrollo mismo de los grupos humanos. La discriminación
peyorativa entre culturas es uno de los factores nefastos para las relaciones interculturales equitativas. Estas discriminaciones pueden implicar
conductas racistas, antidemocráticas, genocidas, etnocidas, etc.
Algunos estudiosos señalan la vigencia de una interculturalidad negativa, con relaciones que no contribuyen a una convivencia armónica
entre las culturas y los grupos humanos. Frente a la interculturalidad negativa tenemos aquella que busca formas de relación que amplían el
conocimiento cultural sobre los otros, para que las personas y los grupos humanos puedan desenvolverse creativamente y con tolerancia en su
ambiente multicultural. Asimismo, podemos hablar de una interculturalidad pasiva frente a una interculturalidad activa. En todo caso, es deseable
para la construcción de la interculturalidad que los sujetos sean entes activos, antes que pasivos.

 Estrategias de interculturalidad
En los últimos tiempos comienza a hacerse presente en la preocupación de los estados la necesidad de plantearse políticas para el desarrollo
de la interculturalidad. Es sintomático que estas preocupaciones surjan en los estados multilingües, como los americanos, e incluso en aquellos
estados no necesariamente multilingües, pero cuyo desarrollo les ha planteado la necesidad de relaciones amplias y sostenidas con estados de
culturas diversas, con la evidencia de beneficios que derivan de la práctica de la interculturalidad. La preocupación por desarrollar la interculturalidad
en el Perú ha venido de la mano con el quehacer educativo con los pueblos amerindios involucrados en diversas modalidades de educación bilingüe.
Tal como se ha señalado antes, las limitaciones conceptuales de la educación bilingüe (e incluso bicultural) han sido la palanca para pensar en la
interculturalidad como necesidad para el desarrollo de relaciones cualitativamente superiores en términos de armonía entre los diferentes
componentes del multilingüismo y multiculturalismo. De un planteamiento inicial de educación bilingüe intercultural para los pueblos amerindios
peruanos, se ha pasado a percibir y plantear la necesidad de una educación intercultural para todos, aunque no necesariamente adoptando la
modalidad bilingüe.
Son muy pocos hoy los estados suramericanos que no se plantean una educación intercultural bilingüe para su población originaria
americana. También es verdad que en algunos estados se tiene conciencia de la necesidad de una educación intercultural para todos, tal como en el
Perú, o en Bolivia. La consigna "interculturalidad para todos" se hace cada vez más fuerte en muchos países, favorecida por el proceso de globalización
y por la exigencia de procurar un posicionamiento auspicioso en el contexto de un mundo globalizado. Una política intercultural para estados como
el peruano implica una labor de ingeniería social y cultural imaginablemente compleja, en razón a la diversidad de culturas, lenguas y relaciones
sociales vigentes al interior del país. Se trata de una tarea difícil en vista de la complejidad de nuestra diversidad y en razón a las fuerzas contrapuestas
que animan a la sociedad peruana, en la que el racismo, el machismo, el autoritarismo, la ausencia de democracia étnica, la falta de respeto a la
diversidad cultural, las múltiples formas de discriminación, deberán dar paso a una conducta de tolerancia y respeto mutuos entre todos los miembros
de los diversos pueblos que vivimos en este espacio geográfico que llamamos Perú. A todas luces, más que una labor de ingeniería social, se trata de
una reingeniería de las culturas y de la sociedad peruana. Es una reingeniería para la globalización, que deberá ser sin pérdida de nuestras identidades
específicas como pueblos peruanos.

 Condiciones para una interculturalidad rica y creativa


Hay en el mundo espacios multiculturalmente pobres y ricos, pues unos contienen más diversidad cultural que otros. La riqueza de culturas
es una condición básica para una interculturalidad rica y creativa. En esta perspectiva, el Perú es un espacio rico en culturas, por lo que tenemos la
posibilidad de desarrollar en el país una interculturalidad que puede significar un aporte relevante para la humanidad. Para que esto sea posible
necesitamos construir conocimientos mutuos respetuosos de la diversidad de los peruanos, pues interculturalidad significa -como dice Heise, et alt.
(1994): diálogo, negociación permanente, reflexión cotidiana sobre derechos y modos de ser, aceptación del otro como legítimo para la convivencia.
El requerimiento para la interculturalidad es conocer la propia cultura y conocer las otras, para construir identidades desde las cuales nos
relacionamos los unos con los otros. Este conocimiento es respuesta a interrogantes fundamentales: sobre nuestro origen como pueblo, nuestras
creencias, nuestra lengua, sobre conductas cognoscitivas que nos hacen asumir, suponer, dar por entendido, o nos dicen de las realidades con las que
contamos en el mundo en que vivimos y convivimos. La diversidad radical entre las culturas peruanas, así como el número de estas culturas, es una
de las mayores riquezas de los peruanos. Gran parte de estas culturas son plenamente vigentes, con capacidad creativa alta; pero también hay varias
culturas peruanas que corren el peligro de la extinción a muy corto plazo.

 "Condiciones" adversas para el desarrollo de la interculturalidad


La interculturalidad tiene enemigos poderosos y mortales. Dos de estos enemigos son el genocidio y el etnocidio. EI genocidio desaparece
al otro en tanto entidad física y viva, y al desparecerlo, aniquila su cultura, anulando la posibilidad de establecer relación con una diversa. A su turno,
el etnocidio elimina a la otra cultura, o la discrimina. En la historia de la humanidad, las conductas etnocidas y genocidas son las causas más
recurrentes de la desaparición de pueblos y culturas, y del consiguiente empobrecimiento de la humanidad en su posibilidad de usufructuar los logros
generados con esfuerzos de miles de años. Aparte de estas dos conductas extremistas, también son adversas las prácticas de aculturación, que pueden
ocurrir de forma violenta e impositiva, pero también con delicada sofisticación.

POLÍTICA DE INTERCULTURALIDAD
Una política intercultural es en lo fundamental política sobre actitudes de personas y sobre relaciones interculturales. En este entendido, la
interculturalidad es de las personas; pues como en el bilingüismo, que se da en el habla; en este caso se da en la relación de las personas, pero marcada
por la gramática de la cultura. Tal como señala Xavier Albo, la política sobre interculturalidad tiene en cuenta y asume:
a. El derecho a la diferencia (que configura la identidad de las personas y de los grupos).
b. La conveniencia social de conocer al otro y de aprovechar (sus logros culturales, mediante el intercambio cultural).

De otro lado, es indispensable asumir la realidad de culturas tal como es, lo que en nuestro caso involucra:
 Culturas dominantes y culturas oprimidas, y las consecuencias de esta realidad, situación que implica asunciones y estrategias particulares
en la política de interculturalidad.
 La realidad peruana es de grandes desigualdades entre los componentes de la multiculturalidad, con actitudes profundamente
discriminatorias entre las personas de culturas diferentes. Conviene que nos examinemos sobre este nuestro carácter colectivo que se
percibe como de mutuo odio, tan chocante por evidente para un observador externo, ya que muestra a un colectivo social con partes
permanentemente de espaldas entre sí.

Objetivos de interculturalidad
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Considerando nuestra realidad específica -marcada por la inequidad étnica y cultural- deberemos considerar como fundamental:
 EI derecho a la propia cultura, en consecuencia desarrollar este derecho.
 La promoción de la interrelación respetando al otro, con miras a una mejor convivencia en la sociedad mayor.

Puede no percibirse adecuadamente esta propuesta de objetivos. Para aclarar, hagamos un ejercicio preguntándonos, ¿valen igual todos los
peruanos en el Perú?, ¿vale igual un huitoto frente a un aymara, a un quechua, o frente a alguien de origen español?, ¿valen igual los peruanos según
su color de piel?, ¿valen igual los peruanos según como se visten?.
En el Perú todos sabemos que la respuesta, es NO. Entonces, ¿no convendría formular una política para salvaguardar el derecho de ser
diverso, pero con equidad, sin discriminación que atente contra el otro, forjando así una convivencia más deseable? Si la quisiéramos tendríamos que
asumir precisamente una política de interculturalidad signada por determinados rasgos, que nos permitiría un estado multicultural con equidad
étnica entre sus miembros (democracia étnica); sin actitudes negativas entre las personas por razón de su especificidad cultural. Si puestos
imaginariamente en el futuro percibimos indicios tales como:
a. Todos en el Perú conocen la gramática de la cultura que se verbaliza a través del castellano.
b. Los miembros de la cultura dominante tienen una comprensión por lo menos básica de la gramática cultural de las culturas oprimidas
ahora, pero fortalecidas después, y esta comprensión orienta sus relaciones interculturales con miembros de las otras culturas peruanas.

Así estaremos participando de una convivencia cualitativamente más rica en el Perú. Si este panorama nos parece deseable, entonces, la
política de interculturalidad para el Perú puede apuntar como meta a:
 Preservar nuestra rica pluriculturalidad.
 Buscar el logro de la equidad cultural mediante la práctica de una democracia cualitativamente superior. (La gente llama a esto democracia
étnica).
 Avanzar en el logro del conocimiento mutuo entre los peruanos de distinta cultura.

INTERCULTURALIDAD PEDAGOGICA
Dentro de una propuesta pedagógica, lo intercultural puede entenderse como un interaprendizaje entre culturas que lleve a acercamientos
mutuos en los valores, conocimientos y actitudes; a generar niveles de diálogo, aceptación y respeto; a hacer que la tolerancia no apunte a la
indiferencia. Hacer ingresar lo intercultural dentro de una propuesta pedagógica y hacerla operativa en el aula significa muchas cosas y a distintos
niveles.
Los seres humanos en los últimos tiempos han llegado a la convicción de la condición positiva de la práctica de la interculturalidad como
estrategia de relación humana con miras a un desenvolvimiento armónico y creativo de las sociedades humanas. Este convencimiento induce a
plantearse estrategias para el aprendizaje de la interculturalidad, entendida ésta como práctica de un tipo de relación entre miembros de distintas
culturas, esencialmente positiva para el desarrollo humano. En tanto motivo de aprendizaje, la interculturalidad ha devenido en objeto de
preocupación de la actividad educativa, al mismo tiempo que sujeto de planeamiento en la tarea de enseñanza-aprendizaje.
Muchos estados marcados por la multiculturalidad y el multilingüismo comenzaron a generar en las últimas décadas espacios de
preocupación en sus sistemas educativos para enfrentar la educación de sus miembros teniendo en cuenta su realidad multicultural. Una estrategia
para la interculturalidad ha sido imaginada desde lo que ahora se llama precisamente la Educación Intercultural bilingüe, pensada especialmente en
vista de las limitaciones conceptuales de la llamada educación bilingüe e incluso de la educación bilingüe bicultural.
Lo intercultural alcanza a los contenidos, pero no se limita a ellos. La interculturalidad atraviesa entera y transversalmente toda la actividad
pedagógica. Impregna las actitudes personales, los contenidos curriculares, los materiales educativos y los medios de comunicación. De ese modo, el
currículo, por ejemplo, ya no se desarrolla sólo a nivel técnico o de gobierno, sino que tiene en cuenta también a los otros agentes de la educación.
Así, la escuela se convierte en lugar de encuentro; llega a ser una mediadora intercultural. ¿Cómo involucrar a los diferentes actores educativos en el
diseño, la ejecución y evaluación de las propuestas educativas interculturales?
La construcción de una propuesta pedagógica intercultural es un proceso de negociación consensual entre los diversos actores sociales del
país. Y algunos medios que pueden resultar útiles para tal negociación son, por ejemplo, los proyectos escolares a nivel local o la matriz curricular en
la cual se pueden concretar los consensos, implementar mecanismos de consulta y discusión desde los niveles locales y regionales hasta una instancia
representativa nacional.

La situación actual
Como resultado de los mecanismos de dominación colonial y republicana, la sociedad andina y las comunidades selváticas fueron
desestructurándose y destribalizándose, respectivamente. El linguicidio corrió parejo con la política etnocida y genocida de los grupos gobernantes.
Muchas lenguas sucumbieron no sólo por la asimilación de sus hablantes a otros idiomas, en especial el castellano, sino también, sobre todo en el
caso de las comunidades idiomáticas de la selva por la reducción considerable de sus poblaciones respectivas, cuando no por el aniquilamiento total
de las mismas. Como es de esperarse, el impacto de la castellanización no es el mismo en el área andina que en la floresta amazónica, por razones que
responden a su distinta configuración socio-económica e histórica en relación con la sociedad englobante. En lo que sigue se harán algunas
apreciaciones referidas al contexto andino, particularmente en lo tocante a las lenguas quechua y aimara.
La situación actual del quechua y del aimara, en mayor medida en el primer caso, es la de ser lenguas venidas a menos, en franco retroceso
en relación con la castellana. En muchos casos, sobre todo allí donde el impacto de aquella es mayor, se trata de lenguas menospreciadas incluso por
sus propios hablantes.
Como resultado de ello, se viene generalizando un bilingüismo de tipo sustractivo que, a la par que incrementa el número de hablantes de
castellano (no importa qué tipo de castellano), disminuye la proporción de los hablantes de lenguas andinas. Tal es e1 hecho concreto que se infiere
del resultado de los últimos censos, que, si bien muestran un aumento de la población quechua-aimara hablante en cifras absolutas, su número
porcentual decrece a favor del incremento notorio de bilingües quechua aimara-castellano. De este modo, el bilingüismo no afianza al quechua ni al
aimara sino que les resta vigencia: consecuencia natural del enfrentamiento de lenguas y sociedades desigualmente pertrechadas.
Como efecto del carácter dialógico de la sociedad, en la que las lenguas ancestrales aparecen confinadas a su funcionamiento meramente
doméstico y local, el quechua y el aimara, en tanto sistemas lingüísticos, han devenido en idiomas empobrecidos. No otro resultado debía esperarse
de lenguas que, relegadas al mundo del campo y al ámbito estrecho de la comunicación intracomunitaria, fueran perdiendo jurisdicción en los
dominios del contexto urbano y en las esferas del intelecto.
Si ello ocurre con una lengua de tradición escrita milenaria como la castellana, en el suroeste norteamericano, ciertamente habría sido un
milagro que no sucediera otro tanto en el mundo andino. De donde resulta que si el estado actual de dichas lenguas es el de un sistema atrofiado,
incapaz de responder adecuada y eficazmente a las demandas de una sociedad contemporánea, ello se debe exclusivamente a la ausencia de un poder
real que las sustente. La sujeción de sus hablantes a la cultura dominante, codificada exclusivamente a través del castellano, es la causa fundamental
de su pauperización gradual y su eventual bancarrota idiomática.
Tal retraimiento empobrecedor no responde, como podría pensarse, a su falta de mecanismos de adaptación lingüística dentro del contexto
nacional: de hecho, el quechua como el aimara siguen siendo lenguas vigentes y tal vez han enriquecido sus estructuras a costa del castellano. Dicha
vigencia, sin embargo, tiene un rol subordinado y cada vez más restringido al contexto localista y rural: su carácter marginal es la condición misma
de su eventual extinción, pues, a medida que penetre la cultura dominante hacia las zonas de refugio, el rol secundario de la lengua ancestral
desaparecerá en favor de la entronización definitiva del castellano.
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Cabe señalar que este proceso de devaluación lingüística se ha visto favorecido grandemente por la ausencia de un sistema escrito de las
lenguas ancestrales. No es que la existencia de una tradición ortográfica garantice de por sí la supervivencia de una lengua; sin embargo, es cierto que
un sistema eminentemente oral está en situación de desventaja frente a otro de tradición escrita. El hecho de que una lengua como la quechua no
goce de una vasta tradición escrituraria, en el sentido más alto de la expresión, ha sido utilizado como un argumento más para denigrarlo.
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INTERCULTURALIDAD Y DEMOCRACIA
La cultura de un país representa uno de los máximos logros alcanzados por un pueblo o nación a través de su proceso histórico. Ante todo,
cabe preguntarse cómo entender las nociones de democracia e interculturalidad.
Por democracia podemos entender el ejercicio efectivo del derecho a la diversidad, a la participación y toma de decisiones, dentro de un
tejido de relaciones regidas por la equidad. Consecuencia de ello será el reconocimiento del derecho de las minorías para plantear su proyecto de
desarrollo histórico, articulado al proyecto de desarrollo nacional. Dicho esto, sin embargo, hay que indicar que, en tanto concreción histórica usual
en el mundo Occidental, la democracia no siempre asegura a los miembros de la sociedad participar en las decisiones que comprometen su vida
colectiva. En la actual circunstancia histórica, el modelo de democracia, como todo constructo o paradigma, debería estar sujeto a revisión, tanto en
su extensión como en su comprensión.
La interculturalidad puede ser concebida como paradigma o como estado de cosas. En tanto paradigma o utopía, la interculturalidad significa
un proceso dinámico que apunta a la instauración de relaciones democráticas, a la apertura total y a la igualdad de condiciones entre los actores de
una sociedad.
Una condición para acercarnos a ese ideal es la descentralización de los poderes y la igualdad de oportunidades para los diferentes grupos
sociales. En otros términos, se hace necesario construir un proyecto social participativo que genere relaciones sociales basadas en la convivencia
social y la equidad económica, lo cual implica el cumplimiento efectivo de los derechos humanos y políticos consignados en la legislación nacional e
internacional. En tanto estado de cosas, la interculturalidad implica la existencia de relaciones asimétricas entre los diversos grupos y poblaciones,
en todos los dominios: económico, social, político, lingüístico y cultural. Esto genera una situación de conflicto cuyos efectos son la intolerancia, la
marginación, la discriminación social, la dominación ideológica, la usurpación de derechos (lengua, tierras, educación, servicios) y la desigualdad
económica, susceptibles de expresarse, por ejemplo, en las relaciones de mercado.
De lo expuesto anteriormente, se deduce que la construcción de la democracia tiene que ver directamente con la interculturalidad en
tanto ideal deseado; y esto es particularmente válido para las sociedades fuertemente multiculturales. En ese sentido, democracia implica
necesariamente interculturalidad, e interculturalidad implica necesariamente democracia.

LA IDENTIDAD NACIONAL

La identidad nacional se refiere especialmente a la distinción de características específicas de un grupo. Para esto, muy diferentes criterios
se utilizan, con muy diferentes aplicaciones. De esta manera, pequeñas diferencias en la pronunciación o diferentes dialectos pueden ser suficientes
para categorizar a alguien como miembro de una nación diferente a la propia. Asimismo, diferentes personas pueden contar con personalidades y
creencia distintas o también vivir en lugares geográficamente diferentes y hablar idiomas distintos y aun así verse como miembros de una misma
nación. También se encuentran casos en los que un grupo de personas se define como una nación más que por las características que comparten por
aquéllas de las que carecen o que conjuntamente no desean, convirtiéndose el sentido de nación en una defensa en contra de grupos externos, aunque
éstos pudieran parecer más cercanos ideológica y étnicamente, así como en cuestiones de origen.

EL PERÚ: SUMA DE IDENTIDADES DIVERSAS


La peruanidad es concepto rico y múltiple, que abarca todos los milenios y todos los colores, desde los rojiblancos de la actual enseña patria
hasta los del arco iris del emblema de los Incas, así como la diversa cromática de nuestras pieles y ojos. Somos
"todas las sangres", según la feliz frase de
José María Arguedas. Todas las culturas: un pequeño planeta. En suma, la peruanidad es real y tangible. La identidad es un propósito.

A continuación citamos algunas referencias hechas por Jorge Basadre acerca de la identidad nacional:
"Los hombres que fundaron la República fueron generosos, idealistas y patriotas; pero les faltó tener una conciencia plena del Perú en el espacio
y en el tiempo. No tuvieron una conciencia plena del Perú en el espacio, porque sólo en 1829 quedaron estabilizados los límites en el norte; y
todavía, durante muchos años (hasta 1842) no quedaron fijos los límites por el sur y porque sólo en 1851 se firmó un tratado incompleto con el
Brasil, mientras quedaba sin deslinde definitivo hasta el siglo XX el resto de esa frontera y totalmente sin demarcación las de Colombia, Ecuador
y Bolivia."

"Tampoco tuvieron una conciencia plena del Perú en el tiempo. Creyeron inventar un país nuevo. Ignoraron que este país tenía precisamente un
privilegio envidiable: el privilegio de una vieja cultura. De la Colonia hablaron como si sólo hubiese sido el "largo tiempo", durante el cual "el
peruano oprimido, la ominosa cadena arrastró". Y si pensaron en los Incas, no vieron los problemas y las enseñanzas que de esa época emanaban."
"La efervescencia política, el predominio de abogados y de sacerdotes en las asambleas parlamentarias y en las antecámaras palaciegas tuvieron
su origen en la Emancipación."

"Las supervivencias de la época hispánica eran muy hondas. El Virreinato y la República hallábanse ligados por una comunidad de idioma, de
religión, de instituciones y de espíritu. El idioma castellano fue el idioma oficial de la República y en él se escribieron las leyes, los decretos, las
proclamas, los manifiestos, los periódicos, los folletos y los libros, aun aquellos que entre 1822 y 1825 y luego, entre 1862 y 1866, atacaron
duramente a España."

"La religión católica siguió como la religión oficial y el clero conservó su influencia, tanto sobre las clases populares, como sobre las clases
acomodadas. Si la República misma, como ya se ha dicho varias veces, se erigió sobre el Virreinato, las intendencias fueron el antecedente de los
departamentos. Al lado de la supervivencia del idioma y de la religión, se mantuvo la supervivencia del derecho."

"Cabe igualmente señalar de inmediato, que no hubo solución de continuidad entre la educación colonial y la educación republicana.
Perduraron el analfabetismo popular; la tendencia clásica y formalista en la instrucción, en todos sus grados; el alejamiento de la orientación
técnica; el régimen escolar que se iniciaba en las escuelas de primeras letras, continuaba en las aulas de latinidad y terminaba en los colegios,
mezcla estos últimos de planteles de enseñanza primaria, secundaria y profesional. Perduró también el descuido en la preparación intelectual de
la mujer."

Pero, por otra parte, el Virreinato no había sido creado de la nada. Había, en cierta forma, reemplazado al Imperio de los Incas.

De ahí y aun de épocas más lejanas que, sin embargo, habían desembocado en el imperio, venían también importantes supervivencias.
Ellas estaban, sobre todo, en la presencia misma del elemento indígena, de alto porcentaje dentro del total de la población. Su caso
era, en forma trágica y formidable el de los que se llama en alemán Grundvolk, pueblo- raíz aferrado a la tierra a través de los siglos
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En las comarcas del interior manteníanse aún, por ejemplo, restos del antiquísimo ayllu o comunidad de tierras conservado y, a veces
alterado por las leyes de la metrópoli."
"La realidad histórica del Perú era, pues, el resultado de las distintas etapas que, a su vez, habían creado confluencias o superposiciones de
estratos culturales y sociales a veces integrados, a veces mal soldados y hasta separados por aislamientos y divergencias.
En primer término había sido posible una continuidad esencial a través de los siglos, bajo una unidad de gobierno político y
administrativo a pesar de las distancias geográficas y a pesar de las contradicciones características de las distintas grandes épocas (Preínca, Inca,
Conquista-Virreinato e Independencia). Pero, al mismo tiempo, surgía, con carácter patético, el problema primordial de la deficiente integración
nacional. Resultaba él de la difícil comunicación entre las distintas regiones, lo cual favorecía las semillas del particularismo. Provenía, asimismo,
de la permanencia de diversas capas étnicas y sociales y de sus formas de vida como sistemas culturales cerrados, a pesar de eventuales o cotidianos
contactos. Como tercera nota característica, ostentaba la proporción demasiada pequeña de los grupos dirigentes dentro del conjunto de la
población total. Estos tres elementos debían repercutir necesariamente en todos y en cada uno de los problemas sociales del país, así como en las
posibilidades de su desarrollo económico."

¿Existe identidad nacional en el Perú? ¿En qué se basa la "peruanidad"?

Según Eduardo Arroyo, dicen las malas lenguas que al peruano le falta identidad nacional. Es un craso error porque todo ser humano como toda colectividad
define siempre un modo de ser, un modo de pensar, de comportarse. No hay ser humano ni colectividad nacional sin rasgos propios, originales. Todo lo existente perfila,
pues, una identidad. Tal vez lo correcto sea decir que la identidad es sólida o débil, feble, ambigua, malaguosa o fuerte.
¿A quién le falta identidad nacional en el Perú? Si entendemos ésta como el arraigo de nuestras raíces, historia, valores, la experiencia peruana revela a una
sociedad, más bien, de identidades fuertes. ¿Podrá alguien decir que nuestros paisanos, los qosqorunas (Cuzco) no son claros y meridianos en su modo de ser? Si hasta
el centro, el ombligo del mundo se sienten.
¿Habrá alguien tan miope que no encuentre solidez en los aymaras, los hombres de bronce? ¿Y qué decir de las huancas como de nuestros paisanos de
Ayacucho o de Huancavelica, seguros de lo suyo pero desamparados tantas veces en nuestra historia patria? ¿Puede alguien ser tan despistado que encuentre falta de
carácter, de temperamento nacional en nuestros campesinos cocaleros?.
Y si cambiamos de región, ¿acaso los chiclayanos, los piuranos, los tumbesinos, los huaracinos, los trujillanos o los hombres y mujeres de Iquitos no están
escribiendo en los últimos tiempos y desde siempre páginas de lucha, de dignidad, de amor al terruño, a lo propio? Ni hablemos de los nacidos en la denominada
República de Arequipa, los que a partir de su entronque histórico con el Cuzco y Puno configuraron hace varios siglos una región semi-independiente poco ligada a la
capital, con mucha autonomía, circuitos comerciales propios, hasta tren regional y salida comercial hacia Bolivia como lo podemos encontrar en valiosos ensayos de
Tito Flores Galindo y Baltaco Caravedo Molinari.
¿Cómo ha podido difundirse esa monserga de falta de identidad del peruano cuando encontramos un tremendo potencial identitario? Lo que pasa es que la
llamada identidad nacional no es una sumatoria de identidades múltiples. Sumando identidades regionales fuertes no resulta una identidad nacional fuerte, menos en
un país que se caracteriza por tener una composición étnica muy heterogénea. ¿No serán los estamentos criollos los que no viven identificados con la historia patria y
sus valores nacionales? Porque que sepamos son ellos los que han gobernado nuestro país desde el grito libertario y han dado escasas muestras de solidez en sus
proyectos políticos, en sus plataformas gubernamentales. ¿Dónde pues la debilidad, la falta no de identidad sino de patriotismo, de amor por lo nuestro y la venta fácil
de nuestros recursos a los extranjeros? ¿Acaso no es desde Lima donde se ha dirigido el Perú a partir de 1532 y posteriormente a partir de 1821?
Tal vez en la regionalización y en el incipiente proceso de descentralización, se encuentre el camino para sacar adelante el país con su unidad y diversidad
simultáneas.

La peruanidad
Podemos considerar que la unidad de un país se basa en la diversidad de puntos en común que pueden tener sus habitantes. Cuanto mayor sea el número,
habrá una cohesión más firme, con una mejor manera de relacionarse entre sí. Estos factores comunes están íntimamente ligados con los valores éticos, morales,
culturales, étnicos, sociales, históricos y religiosos que comparte una población y generan su nacionalidad. La gran diversidad del Perú, en todos estos campos, hace
aparentemente difícil articularlos para establecer lo que nos identifique como una sola nación. Sin embargo, los miles de años de historia que han escrito o transmitido
verbalmente los peruanos nos permiten tejer ese hilo conductor al que llamamos peruanidad.
Este concepto está básicamente representado por un conjunto de símbolos cuya lista nunca va a ser completa ni oficial. Es apenas una selección -y, como tal,
arbitraria- de algunas de las principales imágenes ligadas con el trabajo, la naturaleza, la historia, las costumbres y las creencias de los peruanos. A estas
representaciones concretas se suman aquellas intangibles, las que están dentro del imaginario popular. Éstas nos permiten lograr una mejor identificación con las raíces
más profundas de nuestra idiosincrasia. Además permiten que tengamos una voz propia y singular, una personalidad social, que nos distingue de los demás habitantes
del planeta.
Sin embargo, los símbolos -salvo los formales, como nuestro himno y nuestra bandera- no se escogen de antemano, sino que deben cuajar y ser funcionales
en un espectro bastante amplio de la sociedad. ¿Qué hace que de tantos platos sea el cebiche el más distintivo de peruanidad? ¿Y por qué de las múltiples danzas el
huayno y la marinera se asocian más con nuestra identidad? Un país sin pasado, o que no rescate su pasado, es un país sin futuro, pues no tiene dónde reflejarse. Y el
Perú, a pesar de los numerosos problemas que sufre y ha sufrido, tiene todavía una memoria sólida. Ni la conquista ha hecho olvidar a Pachacuteq, ni la independencia
a la tapada limeña. Ahora, la manera como nosotros nos vemos no es necesariamente la manera como nos ven en el exterior. Y eso también forma parte de nuestro
mosaico simbólico, aunque no sean conceptos que manejemos cotidianamente. Por ejemplo, la expresión internacionalmente difundida "Vale un Perú" alude a toda una
mitología creada en torno al oro -imaginario y real- de los Incas.
Este tipo de afirmaciones apelan a un pasado grandioso, pero no reflejan que el Perú siga buscando internamente más elementos que cohesionen su identidad,
su peruanidad. El surgimiento de nuevos símbolos que representen los valores comunes de nuestros pueblos, conscientes de una realidad pluricultural, nos permitirá
avanzar juntos hacia un futuro común.

LA DIVERSIDAD CULTURAL
Pocos países como el Perú pueden exhibir el variado resultado cultural de un constante mestizaje gracias a la adaptación de numerosas razas, lenguas y
culturas provenientes de las geografías más diversas de la Tierra, ya que por múltiples razones nuestro país ha recibido, durante su historia, a tres principales grupos
de migrantes provenientes de África, China y Japón, que han aportado lo suyo a la peruanidad. Los idiomas oficiales son el castellano (que domina el 75% de la población)
y el quechua, considerándose también el idioma aymara, de uso muy difundido en el sur del Altiplano. Además, se debe tener muy en cuenta las más de 55 lenguas
amazónicas con las que se comunican igual número de tribus. La lengua es la más clara representación de nuestro mosaico cultural.
El Perú es el país de "todas las sangres", aunque la presencia indígena es muy fuerte. Y no sólo en la zona andina, sino también en la Amazonía, con numerosas
familias étnicas con un perfil propio (asháninkas, aguarunas, machiguengas y otras). Cada grupo étnico - incluyendo a los negros, blancos y mestizostiene sus propios
mitos y una particular cosmovisión. Pero no todo es estático; hay un proceso de cambio cultural que afecta a las poblaciones indígenas expuestas a la influencia de la
urbe y los valores occidentales.

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