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En el año 29 a. C. Augusto fundó en el mismo lugar una colonia romana con el nombre
de Colonia Iulia Concordia Carthago, que se convirtió en la capital de la provincia
romana de África, una de las zonas productoras de cereales más importantes del
Imperio romano. Su puerto fue vital para la exportación de trigo africano hacia
Roma. La ciudad llegó a ser la segunda en importancia del Imperio con 400 000
habitantes.3
Índice
1 Geografía y urbanismo
2 Sociedad y economía
3 Política
3.1 Cartago, capital del Estado púnico
3.2 Monarquía cartaginesa
3.3 República cartaginesa
3.4 Cartago bajo el poder de Roma
3.5 Cartago capital del reino vándalo
3.6 Cartago bizantina
4 Ciudad
4.1 Desarrollo
4.2 Fundación
4.3 Puertos
4.4 Devenir de sus ruinas
5 Leyenda
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
8.1 Fuentes
8.2 Obras modernas
9 Enlaces externos
Geografía y urbanismo
Cartago fue construida sobre un promontorio con entradas de mar al norte y al sur.
La ubicación de la ciudad la convirtió en dueña del comercio marítimo del
Mediterráneo. Todos los barcos que cruzaban el mar debían pasar entre Sicilia y la
costa de Túnez, donde se construyó Cartago, lo que le otorgaba un gran poder e
influencia. Se construyeron dos grandes puertos artificiales dentro de la ciudad,
uno para albergar la enorme flota de 220 buques de guerra de la ciudad y el otro
para el comercio mercantil. Una torre amurallada dominaba ambos puertos. La ciudad
tenía muros enormes, de 37 km de largo, que eran más largos que los muros de
ciudades comparables. La mayoría de las murallas estaban en la costa, por lo que
podrían ser menos impresionantes, ya que el control cartaginés del mar dificultaba
el ataque desde esa dirección. Los 4 a 4.8 km de muro en el istmo al oeste eran
realmente masivos y nunca fueron penetrados.
Cartago fue una de las ciudades más grandes del período helenístico y estuvo entre
las ciudades más grandes de la historia preindustrial. Mientras que en el 14 d. C.
Roma tenía al menos 750.000 habitantes y en el siglo siguiente puede haber llegado
a 1 millón, las ciudades de Alejandría y Antioquía contaban con sólo unos pocos
cientos de miles o menos.4 Según la historia no siempre confiable de Herodes,
Cartago rivalizó con Alejandría por el segundo lugar en el imperio romano.5
Sociedad y economía
La cultura púnica y las ciencias agrícolas, cuando llegaron a Cartago desde el
Mediterráneo oriental, se adaptaron gradualmente a las condiciones africanas
locales. El puerto mercantil de Cartago se desarrolló después del asentamiento de
la cercana ciudad púnica de Útica y, finalmente, el campo africano circundante se
puso en la órbita de los centros urbanos púnicos, primero comercialmente y luego
políticamente. Siguió la gestión directa del cultivo de las tierras vecinas por
parte de los propietarios púnicos.9 Una obra de 28 volúmenes sobre agricultura
escrita en púnico por Magón, un general retirado del ejército (c. 300), fue
traducida al latín y luego al griego. El original y ambas traducciones se han
perdido; sin embargo, parte del texto de Magón ha sobrevivido en otras obras
latinas.10 Algunos temas discutidos por Magón fueron el cultivo de olivos, árboles
frutales (granado, almendro, higo, palma datilera), vitivinicultura, abejas,
ganado, ovejas, aves de corral, implementos y manejo de granjas.11
En la sociedad agrícola púnica, según Magón, los pequeños propietarios eran los
principales productores. Eran, escriben dos historiadores modernos, no propietarios
ausentes. Más bien, el probable lector de Magón era «el dueño de una finca
relativamente modesta, de la cual, mediante un gran esfuerzo personal, extrajo el
máximo rendimiento».11 Sin embargo, en otros lugares, estos escritores sugieren que
la propiedad de la tierra rural proporcionó también una nueva base de poder entre
la nobleza de la ciudad, para los residentes en sus villas de campo.7
Los problemas relacionados con la gestión de la tierra rural también revelan las
características subyacentes de la sociedad púnica, su estructura y estratificación.
Los trabajadores contratados podrían considerarse "proletariado rural", extraído de
los bereberes locales. No está claro si quedaron terratenientes bereberes junto a
las granjas dirigidas por los púnicos. Algunos bereberes se convirtieron en
aparceros. Los esclavos adquiridos para el trabajo agrícola eran a menudo
prisioneros de guerra. En tierras fuera del control político púnico, los bereberes
independientes cultivaban cereales y criaban caballos en sus tierras. Sin embargo,
dentro del dominio púnico que rodeaba la ciudad-estado de Cartago, había divisiones
étnicas además de las habituales distinciones cuasi feudales entre señor y
campesino, o amo y siervo. Esta inestabilidad inherente al campo atrajo la atención
no deseada de posibles invasores.8 Sin embargo, durante largos períodos, Cartago
pudo manejar estas dificultades sociales.7
Las numerosas ánforas con marcas púnicas encontradas posteriormente sobre los
antiguos asentamientos costeros del Mediterráneo dan testimonio del comercio
cartaginés de aceite de oliva y vino de producción local. La producción agrícola de
Cartago era muy apreciada por los antiguos y rivalizaba con la de Roma: una vez
fueron competidores, por ejemplo, por sus cosechas de aceitunas. Sin embargo, bajo
el dominio romano, la producción de cereales ([trigo] y cebada) para la exportación
aumentó drásticamente en África; sin embargo, estos cayeron más tarde con el
aumento de las exportaciones de cereales del Egipto romano. A partir de entonces se
restablecieron los olivares y viñedos alrededor de Cartago. Los visitantes de las
diversas regiones de cultivo que rodeaban la ciudad escribieron con admiración
sobre los exuberantes jardines verdes, huertas, campos, canales de riego, setos
(como límites), así como las muchas ciudades agrícolas prósperas ubicadas en el
paisaje rural.610
Política
Cartago, capital del Estado púnico
Artículos principales: Antigua Cartago, Ejército de Cartago y Flota cartaginesa.
La ciudad de Cartago desarrolló un gran Estado bajo su poder. En sus inicios, el
territorio cartaginés comprendía sólo la ciudad y una pequeña área de unos 50 km².
En el siglo VI a. C. los cartagineses fueron ocupando un territorio entre 30 000 y
50 000 km², que constituyó la base del Estado Cartaginés. Partiendo de esta área,
que se suele denominar metropolitana, se expandieron para crear entre los siglos V
y III a. C. un imperio mercantil marítimo, aprovechando las factorías y ciudades
existentes fundadas por los fenicios, o estableciendo otras nuevas, en Hispania,
Sicilia, Cerdeña, Ibiza y en el norte de África, consolidando además su poder sobre
Numidia y Mauritania. En su apogeo fue la primera potencia económica y militar en
el Mediterráneo occidental. La República Cartaginesa se enfrentó a la República
Romana por la hegemonía, siendo derrotada en el 146 a. C., lo que comportó la
desaparición del estado cartaginés y la destrucción de la ciudad de Cartago.
Si bien el territorio controlado por Cartago fue amplio, con numerosos vasallos y
asociados, la zona propiamente colonizada por Cartago nunca llegó a ser muy
extensa. El estado se dividía entre ciudades aliadas o socias como Útica, los
territorios autónomos y el imperio propiamente dicho de Cartago que, según ellos
mismos, contaba con unas 300 ciudades en la época de la primera guerra púnica. La
zona más rica y poblada era la llamada zona metropolitana; ésta a su vez se dividía
en 7 circunscripciones llamadas pagi. Más allá del territorio cercano a Cartago se
encontraba la Gran Sirte, un rico territorio costero en Libia-Túnez.
El poder de los sufetes —denominados reyes por algunos escritores griegos y latinos
— no era absoluto, solían ejercer de jueces y árbitros, ya que existían otras
instituciones como el Senado con el que debían compartir sus decisiones. Según
algunos el Senado fue creado durante el siglo V a. C. Su función era asesorar a los
sufetes en cuestiones de política y economía. Su organización nos es desconocida.
Según Heeren, era muy numeroso y se dividía durante la etapa monárquica en la
Asamblea (simkletos), y el Consejo privado la Gerusia, compuesto de los notables de
la Asamblea. Según Theodor Mommsen, el gobierno había pertenecido primeramente al
Consejo de los Ancianos o Senado, compuesto, como la Gerusía de Esparta, de dos
reyes que el pueblo designaba en la asamblea y de veinticuatro gerusiastas
probablemente nombrados por los propios reyes y con carácter anual. Se conoce la
existencia de reyes que dirigieron a las tropas en las guerras de Sicilia durante
los siglos VI y V a. C. pertenecientes a la dinastía de los Magónidas. En el 480 a.
C., tras la muerte de Amílcar I, derrotado por los griegos en la batalla de Hímera,
las grandes familias perdieron gran parte de su poder en manos del Senado,
creándose el Consejo de los Cien por un movimiento social que dio lugar a un mayor
control de los sufetes.
República cartaginesa
Artículo principal: República cartaginesa
La república cartaginesa era gobernada por varios órganos públicos, pero reservados
a la aristocracia, el más básico era la Asamblea de Ciudadanos (συγκλητος),
constituida por varios cientos de individuos pertenecientes a las familias más
acaudaladas e influyentes de la Cartago. La asamblea nombraba libremente a la mayor
parte de los cargos de la ciudad, como el Consejo de Ancianos o Senado de los Cien
(γερουσια), grupo de cien aristócratas formado de modo vitalicio, conocido desde el
siglo IV a. C. Estaban encargados de funciones judiciales y de la supervisión de
los funcionarios. Finalmente, la Asamblea de Ciudadanos se encargaba de la elección
de los sufetes, de los sumos sacerdotes y de los generales. Los sufetes y los sumos
sacerdotes eran miembros natos del Senado cartaginés, llegando así a la cifra de
104 miembros. El senado también dirigía todos los procesos de la Asamblea, o las
Pentarquías, grupos de cinco individuos que se ocupaban de los departamentos
estatales y cubrían vacantes en el Senado. El Senado era el órgano más poderoso,
compuesto en su totalidad por la más influyente aristocracia. Los sufetes eran dos
magistrados elegidos anualmente entre las familias aristocráticas. Sus cometidos
eran esencialmente civiles, la convocatoria del Consejo y de la Asamblea, y
funciones judiciales superiores.1
Tras la destrucción de la ciudad fue prohibido habitar el lugar. Tras pasar 25 años
hubo un intento de refundación de una ciudad, llamada Colonia Junonia, pero solo
duró 30 años y no prosperó, el lugar quedó habitado con pequeños asentamientos. El
enclave tuvo que esperar hasta el año 46 a. C., en el que Julio César visitó el
lugar durante el transcurso africano de la segunda guerra civil y decidió que allí
debía construirse una ciudad por su excelente situación estratégica. Octavio,
heredero de César, fundó la Colonia Julia Cartago en el 29 a. C. La ciudad creció y
prosperó hasta convertirse en la capital de la provincia romana de África,
desbancando a Útica. La provincia de África ocupaba el actual Túnez y la zona
costera de Libia, y en el futuro daría nombre a todo el continente. Esta provincia
se convirtió en una de las zonas productoras de cereales más importantes del
imperio. Su gran puerto era vital para la exportación de trigo africano hacia Roma.
Genserico, el fundador del Reino vándalo, puso las bases del apogeo del mismo, pero
también las de su futura decadencia. El cenit de su reinado y del poderío vándalo
en África y el Mediterráneo lo constituyó la paz perpetua conseguida con
Constantinopla en el verano del 474, en virtud de la cual se reconocían su
soberanía sobre las provincias norteafricanas, las Baleares, Sicilia, Córcega y
Cerdeña. No obstante, desde los primeros momentos de la invasión (429-430),
Genserico golpeó a la importante nobleza senatorial y la aristocracia urbana
norteafricanas, así como a sus máximos representantes en estos momentos, el
episcopado católico, llevando a cabo numerosas confiscaciones de propiedades y
entregando algunos de los bienes eclesiásticos a la rival Iglesia donatista y a la
nueva Iglesia arriana oficial. Tampoco pudo destruir las bases sociales de la
Iglesia católica, que se convirtió así en un núcleo de permanente oposición
política e ideológica al poder vándalo. Respecto de su propio pueblo, Genserico
realizó en el 442 una sangrienta purga en las filas de la nobleza vándalo-alana.
Como consecuencia de ello, dicha nobleza prácticamente dejó de existir.
Gradualmente el reino vándalo entró en decadencia. Las luchas internas por el poder
y la mala relación con la iglesia católica, muy asentada en la zona, junto con las
incursiones de tribus bereberes, debilitaron el reino y facilitaron la conquista
por el general bizantino Belisario en el año 534,13 sobre todo tras la importante
derrota del rey Gelimer el 13 de septiembre de 533 en la batalla de Ad Decimum
frente a Belisario.
Cartago bizantina
Gregorio murió en ese mismo año, Cartago volvió a ser capital del Exarcado, y se
restauró la dependencia a Constantinopla. Durante cincuenta años el avance del
Islam fue frenado. Los musulmanes, en el año 670, fundaron la ciudad de Kairouan,
en la actual Túnez, que fue conquistada brevemente por los bizantinos. Durante este
tiempo las tribus bereberes fueron islamizándose, en parte por iniciativa de los
líderes musulmanes, lo que aumentó el poder del Islam en la zona. Finalmente, los
musulmanes iniciaron un asedio sobre Cartago, en la defensa de la ciudad participó
un gran contingente de visigodos, enviados por su rey para proteger el exarcado,
con la intención de mantener alejados a los árabes de sus dominios en la península
ibérica. Pero la ciudad fue tomada en el año 698.
El Imperio bizantino reconquistó la ciudad durante breve tiempo, pero fue la última
vez que la ciudad estuvo bajo poder cristiano. En el 705 un ataque musulmán devastó
la ciudad reduciéndola a cenizas y masacrando a todos sus habitantes, como había
sucedido siglos antes.
Ciudad
Fundación
Existen numerosas dataciones propuestas por los historiadores clásicos sobre la
fecha fundacional de Cartago.16171819 La leyenda clásica sobre la fundación de
Cartago cuenta que fue la princesa Dido quien la fundó en el año 814 a. C. Si bien
el consenso actual es afirmar que la ciudad fue fundada entre los años 825 y 820 a.
C.20 con el nombre de 𐤕𐤔𐤃𐤇 𐤕𐤓𐤒 Qart Hadašt ‘ciudad nueva’.21
Puertos
Artículo principal: Puertos púnicos de Cartago
El puerto civil era de forma rectangular. Allí fondeaban las naves comerciales, que
en su mayoría importaban garo, trigo, púrpura, marfil, oro, estaño y esclavos de
las factorías, de las colonias y de las explotaciones agrícolas creadas en
numerosos enclaves costeros a lo largo del Mediterráneo. Las exportaciones a otras
ciudades, colonias o pueblos costeros nativos de las costas del Mediterráneo
occidental fueron mercancías manufacturadas, vidrios, cerámicas, objetos de bronce
o hierro, y tejidos de púrpura.
Cartago en la actualidad.
Desde entonces el territorio de la antigua Cartago fue largamente dominado por el
islam. Sobre sus ruinas tuvo lugar la Octava Cruzada en 1270, con el propósito de
convertir al sultán de Túnez al cristianismo, en la que resultaría muerto el rey de
Francia Luis IX. Fue conquistado por el célebre pirata Barbarroja, brevemente
dominado por la España imperial de Carlos V, subyugado por el Imperio otomano,
colonizado por Francia y ocupada por la Alemania Nacionalsocialista. Forma parte
del territorio del Estado de Túnez desde que este alcanzó su independencia.
Ruinas de Cartago.
Desde entonces Cartago empezó a adquirir una gran importancia arqueológica, dando
lugar a la gran campaña internacional de excavaciones para la salvaguarda de
Cartago de 1975. Las ruinas de Cartago fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco en 1979.26Entre las piezas arqueológicas halladas hay restos
vándalos, bizantinos y, sobre todo, romanos, pero también aparecieron objetos
púnicos. Allí encontraron algunos de los más bellos y mejor conservados mosaicos de
la antigüedad, que datan de la época romana y se encuentran en el afamado museo de
El Bardo de la capital tunecina.
Leyenda
Cuando Troya cayó en poder de los aqueos, Afrodita dijo a su hijo Eneas, uno de los
caudillos del ejército troyano, que huyera de la ciudad y no muriera como un buen
troyano, pues Troya ya no existía y para él se había reservado otro futuro. Tras
varias escalas, llegó a Cartago, donde la reina Dido se enamoró locamente de él,
permaneciendo largo tiempo juntos. Pero Eneas recibió de Júpiter la misión de
fundar un nuevo pueblo, debiendo partir a su destino. La noche que Eneas embarcó
con su gente, Dido corrió a convencerle para que no partiera, sin que Eneas
mostrara la más mínima duda sobre su marcha. Dido, tras verle partir, ordenó
levantar una gigantesca pira donde mandó quemar todas las pertenencias de Eneas. Al
amanecer subió a la pira y, tras condenar a Eneas y a todos sus descendientes,
hundió en el pecho la espada de Eneas y se arrojó al fuego. Según la tradición,
Rómulo y Remo son descendientes de Eneas por medio de su madre, Rea Silvia, siendo
Eneas el progenitor del pueblo romano. En su muerte, Dido condenó no solo a su
amante, sino a todos los romanos.28
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