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Ellos venden placer: construcción de identidad en hombres que ejercen el trabajo sexual en

el centro de Bogotá

Leidi Leivis Asprilla Carrillo

Indira Camila Córdoba Acero

Trabajo de Grado para optar por el título de Comunicador Social

Énfasis de periodismo

Director

Mario Morales Rincón

Bogotá, 2020
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ARTÍCULO 23. RESOLUCIÓN 13 DE 1946

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en

sus trabajos de grado, sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la moral

católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien,

se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.


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Bogotá, junio de 2020

Doctora
MARISOL CANO BUSQUETS
Decana
Facultad de Comunicación y Lenguaje

Apreciada Decana,

Nos permitimos presentar nuestro trabajo de grado “Ellos venden placer: construcción de
identidad en hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá”, elaborado por Leidi
Leivis Asprilla Carrillo e Indira Camila Córdoba Acero, para optar por el título de
comunicadoras sociales con énfasis en periodismo.

Cordial saludo,

Leidi Leivis Asprilla Carrillo Indira Camila Córdoba Acero


C.C 1018506668 C.C 1019143049
Bogotá D.C, junio 4 de 2020

Doctora
MARISOL CANO BUSQUETS
Decana
Facultad de Comunicación y Lenguaje

Formalmente hago entrega del trabajo de grado Ellos venden placer: construcción de
identidad en los h01nbres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá, de las
estudiantes Leidi Leivis Asprilla Carrillo, identificada con cédula de ciudadanía
No.1.018.506.668 e lndira Camila Córdoba Acero, identificada con cédula de ciudadanía
No. 1.019.143.049, en el que se aborda cómo es la construcción de identidad en hombres
trabajadores sexuales.

E Jrique MoÁales Rincón


Asesor
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AGRADECIMIENTOS

Ante todo, queremos agradecer a los hombres trabajadores sexuales, que hicieron parte de

esta investigación, por ser la base de este trabajo de grado y permitirnos contar sus historias. Por

brindarnos de su tiempo y abrirnos un espacio de conversación. Gracias por hacer este trabajo de

grado posible.

También agradecemos a las personas, cuyo conocimiento sobre el trabajo sexual, permitió

un análisis integral para este trabajo.

Un agradecimiento especial a Mario Morales por guiarnos y motivarnos durante este

trabajo de grado. Gracias por su acompañamiento.

Por último, agradecemos a todas las personas que, de una u otra forma, estuvieron presentes

en todo este proceso.


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DEDICATORIA

Este trabajo de grado va dedicado, en primer lugar, a Dios, por su compañía y sabiduría. A
nuestros padres por su amor incondicional y por enseñarnos a forjar nuestro futuro. También a
nuestros amigos que nos acompañaron durante este proceso y nos dieron su apoyo.
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Contenido
Introducción ...................................................................................................................... 8

Objetivos .......................................................................................................................... 10

Capítulo 1. Estado del arte ............................................................................................. 11

1.1. Prostitución y sus Implicaciones Jurídicas ............................................................. 11

1.2. Construcción de Identidad ...................................................................................... 12

1.3. Caracterización del Trabajo Sexual Masculino y Salud Pública ............................ 12

1.4. Problema y Fenómeno Social ................................................................................. 13

1.5. Relatos de Vida y Perfiles: Casos Específicos ....................................................... 15

1.6. Turismo Sexual ...................................................................................................... 15

Capítulo 2. Marco Teórico ............................................................................................. 17

2.1. Marco Histórico...................................................................................................... 17

2.1.1. Prostitución en América Latina ....................................................................... 20

2.1.2. Prostitución en Colombia ................................................................................ 21

2.1.3. Prostitución en el Caribe colombiano y turismo sexual .................................. 24

2.2. Marco Conceptual .................................................................................................. 26

2.2.1. Identidad .......................................................................................................... 26

2.2.2. Masculinidad ................................................................................................... 32

2.2.3. Prostitución ...................................................................................................... 34

2.2.4. Representación................................................................................................. 36

2.2.5. Imaginarios Sociales ........................................................................................ 41

2.2.6. Percepción ....................................................................................................... 43

2.2.7. Estigma ............................................................................................................ 45

2.2.8. Autopercepción ................................................................................................ 46


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2.2.9. Investigación Periodística ................................................................................ 48

2.2.10. Reportaje Multimedia .................................................................................... 49

2.3. Marco Metodológico .............................................................................................. 52

2.3.1. Participantes..................................................................................................... 54

Capítulo 3. Ellos venden placer ..................................................................................... 55

3.1. Home ...................................................................................................................... 56

3.2. Reportaje ................................................................................................................ 57

3.3. Podcast ................................................................................................................... 58

3.4. Reseña .................................................................................................................... 60

3.5. Sus historias............................................................................................................ 61

3.6. Equipo .................................................................................................................... 62

Capítulo 4. Conclusiones ................................................................................................ 63

4.1. Conclusiones temáticas: una identidad fragmentada ............................................. 63

4.2. Conclusiones académicas: un vacio académico ..................................................... 66

4.2. Conclusiones periodísticas: la pandemia un nuevo desafio para el periodismo .... 68

4.2. Conclusiones personales: retos y aprendizajes....................................................... 70

Referencias....................................................................................................................... 72
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Introducción

Sobre el trabajo sexual masculino existen investigaciones que abordan este fenómeno

desde perspectivas como: caracterización del problema, antecedentes e historia, causas y

motivaciones, estudios demográficos y diferencia entre la población de hombres y mujeres. A

partir de esto, se observó que el trabajo sexual masculino ha sido estudiado desde la generalidad

de su ejercicio como trabajo. Por lo tanto, el hombre trabajador sexual se ha analizado como

sujeto perteneciente a un plural y no como sujeto individual. Por esto, el presente trabajo

pretendió estudiar a los individuos que ejercen el trabajo sexual desde una perspectiva individual,

para comprender las dinámicas que contribuyen a que cada sujeto se narré a sí mismo y la forma

en cómo su oficio contribuye a la construcción de su identidad.

Para observar esta construcción de identidad se tuvo en cuenta la relación de cada

individuo con su entorno social y su vida familiar. Asimismo, se estudió la importancia del

trabajo sexual como un elemento relevante en esa construcción de identidad individual y social.

Esto se logró a través del análisis de seis entrevistas realizadas a hombres que ejercen el

trabajo sexual en el centro de Bogotá. Al inicio de la investigación el campo de reportería había

sido planeado en diferentes escenarios y con una muestra de participantes más amplia, pero

debido a la emergencia sanitaria del país, causada por el covid-19, se redujo el número de

entrevistas y la forma de realizarlas; las entrevistas a expertos en trabajo sexual se hicieron de

manera virtual y no se pudo continuar con más entrevistas a otros hombres.

Los resultados de este trabajo de grado se plasmaron en un reportaje multimedia,

publicado en una página web, que permite describir y comprender la forma en cómo construyen

su identidad los hombres que ejercen el trabajo sexual, en el centro de Bogotá.


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Al finalizar esta investigación se pretendió contribuir al estudio del trabajo sexual

masculino y, específicamente, al estudio de los hombres que ejercen este oficio, teniendo en

cuenta la influencia del trabajo sexual en la construcción de identidad.


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Objetivos

Tema: Construcción de la identidad en hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro

de Bogotá.

Objetivo general:

Realizar un reportaje multimedia que permita describir cómo construyen identidad los

hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá (Colombia).

Objetivos específicos:

1. Presentar las características que definen la identidad de los hombres que ejercen el

trabajo sexual.

2. Identificar los elementos que influyen en la construcción de identidad de los trabajadores

sexuales a partir de sus relatos de vida.

3. Aportar elementos que informen sobre el ejercicio del trabajo sexual masculino en el

centro de Bogotá.
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Capítulo 1. Estado del arte

El trabajo sexual es un tema abordado por la academia debido a su pertinencia social. Se estudia

desde diferentes perspectivas: salud, turismo, trata de personas, explotación infantil, entre otros

tópicos. Asimismo, la gran mayoría de investigaciones enfocan su estudio en el trabajo sexual

femenino.

1.1. Prostitución y sus Implicaciones Jurídicas

La ONG Parces (Pares en acción-reacción con la exclusión social) publicó en 2016 “Ley

entre comillas”: un informe en el que se expone la realidad de las trabajadoras sexuales en

Colombia, cómo son violentados sus derechos humanos; también explican las diferentes

sentencias que han hablado sobre el tema y casos importantes que han abierto puertas al debate

sobre la legalidad del trabajo sexual.

En cuanto a la prostitución está abierto un debate sobre su reconocimiento como trabajo y

la garantía de condiciones laborales. En países como Colombia, esta actividad no cuenta con una

normatividad jurídica que le permita regular su ejercicio. Esta ausencia legal se debe, en parte, al

significado negativo que se le ha dado a esta actividad. En “El ejercicio de la prostitución como

trabajo sexual, implicaciones sociales y régimen jurídico”, Guerrero (2017) explica la

complejidad de considerar esta actividad como un trabajo.

Otra perspectiva desde la cual se ha tratado el trabajo sexual es la importancia del

reconocimiento de los derechos humanos y fundamentales de las mujeres que lo ejercen, ya que

han sido invisibilizadas por el estigma a esta actividad, tema tratado por Alomía (2018) en

“Prostitución: La actividad económica que lucha por ser trabajo sexual”.

En “Prostitución: una apuesta en escena hacía el reconocimiento de las personas

trabajadoras sexuales en Colombia” Aguilar (2015) expone el estado jurídico en el que se


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encuentra la prostitución en Colombia: explica la importancia del reconocimiento de los

derechos humanos en los trabajadores de este oficio por medio de una reglamentación

debidamente planeada, en la que, además, se regule esta actividad económica.

1.2. Construcción de Identidad

Otro punto fundamental a estudiar es la construcción de identidad en las mujeres que

ejercen el trabajo sexual. Trabajos como “La configuración discursiva de los relatos de vida de

las mujeres que han ejercido la prostitución”, de Sosa (2012), explica cómo a través de la

oralidad: modismos, expresiones, sintaxis, lenguaje, se configura una identidad en las mujeres

que ejercen esta actividad. En “Construcción de Identidades en Mujeres que ejercen la

Prostitución” Paz et al. (2010) y en “Construcción de identidad en mujeres adultas que ejercen la

prostitución vinculadas a un programa de ayuda estatal” Toro et al. (2005) explican cómo la

construcción de identidad de una mujer es atravesada por el trabajo que ejerce, en estos casos, el

trabajo sexual y el medio en el que se desarrolla.

1.3. Caracterización del Trabajo Sexual Masculino y Salud Pública

En las investigaciones en torno al trabajo sexual masculino, se menciona cómo la

sociedad excluye al hombre que lo ejerce de ser estudiado. Las pocas investigaciones realizadas

sobre el trabajo sexual ejercido por hombres son de tipo cualitativo, centradas en la

caracterización de esta población. Esto se puede observar en “Perfil psicosocial de los

trabajadores masculinos del sexo”. Salmerón (2011) menciona en su tesis características

sociodemográficas, aspectos sobre historia sexual y trabajo sexual, conductas de salud y aspectos

relacionados con la prevención e infección de VIH.

La salud pública ha sido una de las razones para investigar a esta población. Por esto,

algunas investigaciones han surgido de la preocupación por observar la tasa de crecimiento de


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VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y otras enfermedades de transmisión sexual. En el

trabajo “Trabajadores masculinos del sexo: aproximación a la prostitución masculina en Madrid

2006” de Zaro et al. (2006) se expone el crecimiento en las tasas de VIH y de otras infecciones

de transmisión sexual, debido a múltiples factores como: el apego emocional al cliente, las tarifas

que se generan al no utilizar preservativos, la residencia ilegal, o el simple miedo de saber si se

ha contagiado de alguna ETS.

Según el artículo del periódico El Tiempo La prostitución masculina en Bogotá va más

allá de los pirobos, maricas y gigolós Salamanca (2018), la primera referencia que aborda el

tema de la prostitución ejercida por hombres es “La prostitución en Colombia” en la que el autor,

Sepúlveda (1970), hace explícito que dentro de su análisis no tomó a los hombres como grupo

que ejerza dicha actividad, ya que era una fenómeno, que para ese entonces, estaba fuera del

alcance y de todo estudio. Por otro lado, si reducimos el estudio de este fenómeno a nivel local,

Morales (2008), realizó la investigación “La prostitución masculina en Chapinero”, en esta,

analizó cómo se conforma el mercado sexual, la relación de categorías de la sexualidad y las

percepciones de los propios sujetos acerca de su oficio en la ciudad y la invisibilización que,

como sociedad, se tiene frente a este fenómeno. Siguiendo con este tema, Morales (2008) agrega

que el primer trabajo investigativo que se realizó en Bogotá sobre la prostitución masculina,

teniendo una mirada incluyente, fue “Los pirobos del Terraza” de Carlos Iván García.

1.4. Problema y Fenómeno Social

El enfoque de fenómeno social es otra de las características de los estudios sobre

prostitución masculina. Asimismo, las categorías: derechos humanos, calidad de vida, exclusión

social, vulnerabilidad, sujeto y desarrollo, son fundamentales para analizar a los sujetos. Ejemplo

de esto es artículo de investigación (Barrera y Fúquene, 2018) “¡Yo también puteo!”: realidades
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del trabajo sexual en Bogotá D.C., en el que se aborda el trabajo sexual masculino como

fenómeno. El texto muestra las diversas dinámicas del trabajo sexual en Bogotá y algunas

características de este trabajo, mencionando algunos relatos de personas que trabajan en dicho

campo. Otro ejemplo de esto, es de Osorio et al. (2006) “Prostitución masculina:

manifestaciones, características y problemas asociados en las localidades de Mártires, Santafé y

Teusaquillo de Bogotá D.C.”. Una investigación focalizada en tres localidades de la capital, en el

que la prostitución masculina estuvo tratada desde la línea de estudio del trabajo social:

abordando, de esta manera, cuestiones trascendentales y básicas del ser humano como lo son su

importancia como individuo, su calidad de vida y su relación directa con la sociedad.

(Barrera y Fúquene, 2020) en su artículo Migración y trabajo sexual masculino. El caso

de venezolanos en Bogotá 2017-2018 abordan el trabajo sexual masculino como fenómeno social

relacionado con la migración. En el artículo plantean, a través de análisis y conclusiones desde

una investigación cualitativa, cómo frente a la crisis migratoria, esta actividad se vuelve una

forma de adquirir ingresos económicos. De esta manera se demuestra, además, que esta acción

económica no radica en una profesionalización como en muchos otros casos, sino en la

necesidad de solventar el abastecimiento de sus necesidades básicas.

En cuanto a la perspectiva de los consumidores de estos servicios sexuales, el estudio

realizado en la tesis de Carvajal et al. (2017) “Prácticas y significados del consumo de servicios

sexuales en hombres jóvenes de Bogotá” se muestra que socialmente hay una aceptación por

parte de los jóvenes frente al consumo de servicios sexuales puesto que, por lo general, lo toman

como parte de sus actividades de exploración y diversión.


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1.5. Relatos de Vida y Perfiles: Casos Específicos

Las motivaciones o razones que llevaron a ejercer la prostitución masculina también son

foco de estudio. Estas motivaciones se han analizado de forma paralela con los perfiles y

caracterizaciones de algunos hombres. El trabajo sexual masculino, visto como un fenómeno

social, ha preocupado a la academia sobre las causas, el contexto y el desarrollo de esta actividad

como un trabajo. Ospina (2010) en su tesis “Ellos también venden placer. Género, motivación y

prostitución masculina heterosexual en estratos altos de Medellín” busca hallar, a través de un

estudio fenomenológico, “las motivaciones por las cuales un hombre heterosexual elige practicar

la prostitución (...)” (p. 5). A través del análisis de los relatos de vida de los diferentes

entrevistados, llegó a la conclusión de que la prostitución masculina heterosexual es ejercida

como profesión de forma autónoma y libre. Siendo propiciada por la necesidad de aumentar o

mantener la solvencia económica o el estatus social.

1.6. Turismo Sexual

Debido a su relevancia en el desarrollo de la economía de un país, el turismo es un factor

que se ha venido teniendo en cuenta en algunos estudios. Bello (2012) en su trabajo “El turismo

como participante en la prostitución. Perspectiva de los residentes del Centro Histórico de la

Ciudad de México” aborda la relación entre el trabajo sexual y el turismo y explica cómo los

sitios turísticos lentamente se van convergiendo en espacios sociales que propician el trabajo

sexual.

La prostitución en Latinoamérica y el Caribe de Ramírez (2014), explica esta actividad

desde la perspectiva de una postura económico-capitalista, puesto que el mercado sexual

enriquece a personas o grupos que trafican con el cuerpo. Además, muestra el fenómeno de la

trata de personas y su relación directa y dominante con el trabajo sexual.


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Como ha podido observarse, en las diferentes tesis, investigaciones, estudios y artículos

encontrados sobre trabajo sexual, este es un fenómeno que mayormente se vincula a las mujeres:

dentro del imaginario colectivo hay una asociación mucho más directa de la asociación con el

género femenino. De esta manera el trabajo sexual ejercido por los hombres se encuentra

mínimamente investigado y, en un buen número de casos, estos trabajos se han dedicado a

estudiar el fenómeno desde una perspectiva social o de salubridad y no al hombre que lo ejerce,

ignorando así, al individuo tras el acto sexual.


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Capítulo 2. Marco Teórico

2.1. Marco Histórico

El origen de la prostitución se remonta al siglo XVIII a.C. en la antigua Mesopotamia.

Bajo el “Código de Hammurabi”, la constitución de ese entonces, se regulaba los derechos de

todas las mujeres prostitutas. En el caso de Babilonia, Heródoto en su libro Historias (I 199)

narra la prostitución sagrada: en aquel momento, que todas las mujeres debían presentarse, una

vez en su vida, al templo de Afrodita para tener relaciones con el primer hombre que las

cortejase. Este hombre les pagaría una cantidad de dinero que tendría valor al ser la

representación del acto, mas no por su representación económica. Las mujeres no podían

marcharse del lugar hasta haber conseguido su cometido, sin importar si tardaban meses o

incluso años.

Los fenicios y griegos de la Edad del Bronce tenían como ritual dicha práctica, pues lo

hacían en honor a Astarté, diosa de la fertilidad y considerada madre de la naturaleza. Las

mujeres debían entregarse a un hombre, las veces que este lo requiriera, a cambio de una ofrenda

que después era entregada por estas mujeres a la diosa Astarté.

En la Grecia Clásica aparece por primera vez el término porne que significa vender. En

este tiempo, hombres y mujeres jóvenes ejercían la prostitución: debían portar un atuendo que

los diferenciara de las demás personas, así como también debían pagar impuestos sobre lo que

ganaban en el ejercicio de la prostitución. La prostitución femenina se ejercía sin tener un punto

de encuentro en específico, contrario a la masculina, la cual era practicada, principalmente, por

jóvenes y lo hacían en burdeles atenienses.


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Se dice que Solón, poeta griego, fue quien fundó el primer burdel en Atenas en el siglo

VI a.C., y que lo que recaudado por este burdel fue utilizado para la construcción de un templo

en honor a Afrodita, diosa del amor, belleza y sexualidad.

Por otro lado, en Roma nace otro término importante, Prostitutere que se traduce como

exhibir para la venta, en este caso se hablaba del cuerpo. Allí existía gran libertad sexual, por lo

que, tanto hombres y mujeres podían tener relaciones sexuales con quienes quisieran. Las

prostitutas romanas eran mujeres educadas que estaban capacitadas para brindar placer y cobrar

por sus servicios. En la Roma Clásica la prostitución también era ejercida por hombres, quienes

esperaban en las esquinas de los baños a mujeres que solicitaban salmau servicio sexual. Se

encontró documentación que, registraba en el año I d.C., una población cercana a 32.000

prostitutas en Roma. Estas mujeres poseían la Litentia Strupri, una licencia dada por el Imperio

para que ejercieran su oficio. Carlo Magno, en el siglo IX, dio la orden de cerrar todos los

establecimientos en donde las mujeres tenían relaciones sexuales a cambio de un pago, así

dispuso el destierro de las prostitutas.

En la Edad Media, periodo caracterizado por el dominio de la Iglesia Católica, existían

ciertas contradicciones frente al tema de la prostitución: para la iglesia era pecado; para otros un

tema tolerado. En Venecia, el Gran Consejo, uno de los máximos órganos de gobierno de esta

ciudad, declaró en el año 1358 que “la prostitución es absolutamente indispensable para el

mundo”. Aunque las mujeres que lo ejercían debían usar una vestimenta que las diferenciara de

las demás.

Siguiendo la línea de tiempo, el Renacimiento fue un periodo histórico caracterizado por

el surgimiento de un nuevo pensamiento del mundo respecto al ser humano, este surgimiento se

vio reflejado en la prostitución. Sin embargo, aún traía vestigios de la Edad Media, por lo que
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seguía siendo considerado como un mal necesario, más específicamente para satisfacer las

necesidades básicas especialmente en los hombres; siendo así, surgió una nueva condición: ahora

la prostitución no se podía ejercer con judíos, únicamente con cristianos.

Llega un punto en la Historia en la que la figura de la prostituta pierde importancia y es

medianamente reemplazada por la cortesana. Desde el Barroco comenzó a crearse la figura de

una bella e inteligente mujer que satisfacía las necesidades sexuales del Rey y, en muchos casos,

de los aristócratas. Fueron conocidas como prostitutas de lujo y, varias llegaron a ser

emperatrices, como: Madame du Barry en el siglo XVIII y Lola Montez en el siglo XIX.

Más adelante, en el año 1870 los países anglosajones y protestantes promueven la

prohibición de la prostitución dado la problemática de salud pública que esta contrae. Entonces,

en 1885, Inglaterra clausura las llamadas casas de tolerancia, en donde se ejercía la prostitución.

Luego, países como Alemania, Bélgica y Holanda toman la misma decisión. Este cierre llevó a

que las prostitutas siguieran ejerciendo su oficio, pero ahora, bajo la clandestinidad y miseria.

En Francia, la ley del 13 de abril de 1946, trajo consigo el cierre de cerca de 1500

establecimientos en donde se realizaba esta práctica sexual. Aunque estas medidas apuntaban a la

abolición de la prostitución, esta tuvo un resurgimiento a finales del siglo XX con el desarrollo

del turismo sexual en el Tercer Mundo.

En la historia de la prostitución, los hombres no solo han jugado un papel como

consumidores, pues en la Antigua Grecia, la prostitución masculina era casi tan común como la

ejercida por las mujeres. Los hombres ofrecían su cuerpo a mujeres, aunque el auge de esta

actividad estaba en complacer los deseos sexuales de individuos de su mismo sexo. En este

sentido, existían dos formas de la práctica masculina de la prostitución: putos sin derecho y

hombres de compañía, los segundos con un estatus más alto.


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La Historia ha evidenciado que la prostitución es una práctica que existe desde tiempos

remotos, en la antigüedad era una actividad normalizada ejercida tanto por mujeres como por

hombres. Aunque no se conoce el origen histórico de esta práctica debido a la inexistencia de

registros, se reconoce que la prostitución es un oficio ancestral y ha existido prácticamente en

todas las sociedades. Esto ha llevado a que sea considerado como uno de los oficios más

antiguos del mundo, pero esto no se ha podido comprobar.

Más recientemente, en Estados Unidos, en el siglo XVII existían prácticas de prostitución

masculina, esta se ejercía en bares, en donde los hombres que vendían licor eran los mismos que

prestaban servicios sexuales a cambio de una comisión.

En Asia esta práctica era más común entre los hombres de 12 a 16 años, quienes

realizaban danzas eróticas. Por otro lado, los hermafroditas, en India, casualmente ejercían la

prostitución.

2.1.1. Prostitución en América Latina

En América Latina la prostitución masculina sigue siendo invisibilizada, aunque se ha

hecho más evidente gracias al crecimiento del turismo sexual entre los países latinoamericanos.

Por ejemplo, en Cuba, los jóvenes buscan turistas. En los países del Mar Caribe, los prostitutos

encuentran a sus clientes en las playas y en ciudades que son reconocidas como destinos

sexuales, como el caso de Sosúa y Santo Domiengo, en República Dominicana. En ciudades

latinoamericanas más grandes como Buenos Aires, Sao Paulo, Quito, Ciudad de Panamá y,

especialmente en Ciudad de México, existen ciertos lugares reconocidos como zonas rojas: en su

mayoría son calles y parques en los que los hombres venden sus servicios sexuales.
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Según Camilo Morales (2008), antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, la

prostitución masculina es invisible en las culturas latinoamericanas porque su ejercicio vulnera el

ideal de lo masculino.

Para el caso de México, la prostitución masculina es un negocio muy lucrativo, por lo

tanto, algunos de los hombres deciden ejercer este oficio por el buen pago que reciben (incluso

se llegan a ganar en una noche lo equivalente a un salario mínimo). En el caso de Ciudad de

México, es una de las ciudades que cuenta con mayores garantías para ejercer la libertad sexual

Fregoso (2017).

2.1.2. Prostitución en Colombia

La primera referencia que se encuentra sobre la prostitución masculina en Colombia

aparece en “La prostitución en Colombia” del autor Saturnino Sepúlveda (1970), allí advierte

que no incluyó la prostitución entre los hombres porque para ese entonces era un fenómeno que

existía en una magnitud tan mínima que estaba fuera del alcance de su estudio.

En Colombia no existen registros históricos que permitan esclarecer en qué momento

llegó la prostitución masculina en Colombia, ni cómo fue su ruta. Según Gloria Pedraza “ya

existían casas de lenocinio con este servicio específico, además del trabajo que se negociaba en

la calle y se efectuaba dentro de residencias u hoteles de la misma zona” (1993). En 1986, en la

Revista Latinoamericana de sexología, se publicó una encuesta psicosocial realizada a un grupo

de 22 travestis de Cali, de los cuales la mayoría se desempeñan como prostitutos en la calle. En

los años 90 el tema irrumpe gracias a algunos testimonios de unos prostitutos que aseguraban la

existencia de la prostitución infantil. Nora Segura (1992), en su artículo La prostitución infantil y

la educación en Colombia, plantea un primer acercamiento al estudio de la prostitución infantil.


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Según un artículo de Fernando Salamanca (2018) publicado en El Tiempo, algunos

testimonios dan cuenta de la existencia de prostitución masculina en los años 50 en el centro de

Bogotá. Existe una referencia más evidente en los años 70 en los bares Alerquín y El Farol

ubicados en el centro de Bogotá y otro llamado Yango en Chapinero. En 1977 se habla de la

existencia de prostitutos en la Plazoleta de Las Nieves y en los alrededores de la calle 24 con

carrera séptima.

Camilo Morales (2008), para su investigación sobre prostitución masculina en Chapinero,

realizó una etnografía en los lugares donde se ejerce la prostitución y las especialidades del

oficio, según él son tres: pirobo, stripper y masajista. En su estudio evidencia que la rentabilidad

del negocio depende del cuerpo del trabajador sexual, los lugares a los que tiene acceso y su

disciplina en el trabajo. Expone también que las tarifas por las que ofrecen sus servicios varían

desde tres mil hasta cien mil pesos.

Este mismo estudio lo llevó a confirmar que la prostitución masculina es un oficio poco

estudiado en Colombia. Los estudios realizados sobre el tema se encuentran dentro de la rama de

las ciencias de la salud y de programas gubernamentales, que únicamente se enfocan en la

cuantificación del problema y evidencias la precariedad de una política pública que cobija la

prostitución masculina. Para Morales (2008) es importante y pertinente que las ciencias sociales

también se ocupen de estudiar esta práctica, puesto que:

La prostitución no es vista como un trabajo sino como un problema de la sociedad o

como una situación de la que se quiere salir, siempre posicionándose desde el punto de

vista de quien está fuera de esta dinámica. El primer trabajo en Bogotá sobre prostitución

masculina con una mirada incluyente fue en 1993: “Los pirobos del Terraza” de Carlos
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Iván García; desafortunadamente después no se ampliaron los estudios desde las ciencias

sociales con ese enfoque.

En Colombia, las leyes y la prostitución han tenido varias luchas para que esta sea

reconocida como un trabajo, “sin embargo, como se señaló no hay un marco jurídico específico

que regule y proteja los derechos de las personas que ejercen la prostitución” (Guerrero, 2017, p.

1). Esto a su vez, genera que no haya una regularización o cuidado específico frente a estas

personas que, en muchas ocasiones, están en condición de vulnerabilidad.

Según la georreferenciación realizada por el Departamento Administrativo de Bienestar

Social, determinó que los lugares donde más se evidencia el ejercicio de prostitución en hombres

son las localidades de Mártires, Santa fe y Teusaquillo, sin desmeritar que en localidades como

Kennedy y Chapinero se visualiza también esta actividad, pero en menor proporción y con

mayor dificultad para el acceso a ella Osorio et al. (2006).

“Ley entre comillas” es un informe realizado por PARCES, una ONG dedicada a luchar

en contra de la discriminación de personas marginadas y vulneradas por la sociedad en

Colombia, que ha tratado el tema del trabajo sexual. En este informe, a través de relatos de vida,

visibilizan la situación del trabajo sexual en Colombia. Hacen un recorrido histórico en el que

mencionan que “el trabajo sexual ha sido reglamentado por el Código Nacional de Policía

(Decreto 1355 de 1970) de manera que jurídicamente está prevista su existencia…” (PARCES,

2016, p.21). Aunque desde 1970 ya se hablaba de trabajo sexual en Colombia, PARCES (2016)

afirma que “según el Código, la prostitución es un mal menor, es decir, algo que se tolera, pero

que se reconoce como nocivo, como lo establece el artículo 178 del mismo” (p. 22). Asimismo,

realizan una caracterización socio-espacial del trabajo sexual en el que mencionan los lugares de
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Bogotá más emblemáticos en donde es ejercido este trabajo, de los cuales mencionan: el sector

de La Mariposa, el barrio Santafé, Terraza Pasteur, Chapinero, Santa Bibiana y La Carrilera.

“Ley entre comillas” hace un recorrido histórico por todo el proceso jurídico que ha

suscitado a que la prostitución sea legal en Colombia y pase a ser llamada: trabajo sexual. Allí

explican las diferentes sentencias de la corte que han llevado a un cambio en el abordaje de los

derechos de esta población. Además, explica las cuatro posturas principales frente al abordaje del

trabajo sexual en Colombia, estas son: postura prohibicionista, abolicionista, laborista y

reglamentarista.

Dentro del oficio de la prostitución masculina existen varios tipos de actividades, la que

acoge a más hombres dentro de este ejercicio es el turismo sexual: este se da en lugares con alto

índice de turismo como las playas. Cartagena, Colombia es escenario más conocido de estas

prácticas sexuales. Así como también, Medellín, Cali y Bogotá han sido epicentros de mayor

concentración de la prostitución.

2.1.3. Prostitución en el Caribe colombiano y turismo sexual

Según un artículo publicado por Latinamericanpost, Colombia es el cuarto país de

América Latina en donde es más fuerte y rentable el negocio del turismo sexual en ciudades

como Cartagena, Medellín y Bogotá. Según Mónica Casilla, columnista de El Universal,

Cartagena es la tercera ciudad del país en donde más se practica la prostitución masculina. La

Corporación Caribe Afirmativo se ha encargado de investigar esta actividad mediante relatos de

vida y trabajo de campo. Dentro de estas investigaciones se encontró que hay hombres que le

prestan servicios sexuales a hombres, pero no se consideran homosexuales. Frente a esto la

Organización de las Naciones Unidas creó la sigla HSH, hombres que tienen sexo con otro
25

hombre, para referirse a aquellos hombres que ejercen la prostitución a personas de su mismo

sexo sin necesariamente ser homosexuales.

En las campañas que realizamos, encontramos a un montón de chicos que tienen sexo con

otros hombres y que no se consideran homosexuales, por eso empezamos a hacer uso de

la categoría HSH (que la creó Naciones Unidas), sobre todo para entender a esta gente

que ofrece servicio a las personas del mismo sexo por negocio, explicó Wilson

Castañeda, director de Caribe Afirmativo (Casilla, 2014).

Según estadísticas estudiadas por Casilla, Cartagena, después de Barranquilla, es la

segunda ciudad en la que más se practica sexo entre hombres, a cambio de dinero. En el país

ocupa el puesto número tres. “Cartagena tiende a crecer más por el tema del turismo. En la

información que Corpoleón tiene de 2013, en comparación con 2012, Bolívar creció un 22 % en

estadísticas de HSH que fueron hacerse exámenes pruebas rápidas de VIH” (Castañeda, citado

por Casilla 2014).

Gracias a las investigaciones y al trabajo de campo que ha hecho Caribe Afirmativo se ha

concluido que existen redes de trabajo sexual masculino en las que Cartagena aparece como un

destino turístico que ofrece sexo entre hombres. La prostitución masculina en Cartagena se

promociona en lugares del centro histórico como el Parque del Centenario, la Torre del Reloj, el

Parque de la Marina y la Calle de la Media Luna. También existen otros lugares ubicados en el

sur de Cartagena como la Plaza de Toros y la Bomba del Amparo, en donde esta actividad es

visibilizada.
26

2.2. Marco Conceptual

Para hablar de cómo se genera la construcción de identidad en los hombres que ejercen el

trabajo sexual es importante abordar los conceptos que logran explicar esto. Asimismo, es

preponderante establecer un análisis interdisciplinario y conceptual, que permita hacer un análisis

basándose en los diferentes conceptos. Este trabajo estará enmarcado por las siguientes categorías

conceptuales.

2.2.1. Identidad

Para Stuart Hall (1996) la construcción de la identidad implica la relación de la historia,

la cultura y la lengua con el individuo, ya que se forma a través de la vida, las experiencias y la

forma en cómo se interactúa consigo mismo y los otros. Según Hall, para entender la cultura es

indispensable vivirla y en esta experiencia es donde se construye una identidad.

En la construcción de identidad, la historia es un elemento importante. Respecto a esto el

autor plantea que las preguntas ¿quiénes somos? y ¿de dónde venimos? Esto debe responderse no

desde una perspectiva histórica, sino desde la forma en la que hemos sido representados a través

del tiempo.

El ser humano se identifica en la medida en que se guía por ciertos tipos de estímulos que

son presentados por la cultura misma, en ese sentido, esos estímulos se perciben por cada

persona en forma diferente. La cultura se piensa como una serie de estímulos que guían a cada

ser humano a actuar de una forma determinada; sin embargo, el concepto de identidad para

Stuart Hall (1996) ha estado en declive con el pasar de los años, por lo que es importante volver

a abordarlo y pensarlo desde otras perspectivas, desde la historia, la lengua y la cultura. La

identidad es un proceso de devenir y no del ser, es decir, no se construye bajo el quiénes somos o
27

de dónde venimos sino en cómo nos representamos y en qué podríamos convertirnos (Hall,

1996).

Según Hall (1996) la identidad se desarrolla en la esfera pública y privada: en la primera,

convergen los significados y los valores que se adquieren desde la relación con el otro; en la

segunda, se refiere a cómo nos representamos a nosotros mismos en términos de identidades

culturales propias.

El autor plantea la identidad como un punto de convergencia, en el que se encuentran dos

partes: los discursos y prácticas que nos interpelan para ponernos en un lugar como sujetos

sociales con un discurso en particular y, por otro lado, los procesos que suscitan subjetividades

que nos convierten en sujetos susceptibles de decirse (Hall, 1996).

Las identidades se construyen en la diferencia. Sin embargo, aunque sea un factor común

no las convierte en un solo grupo como unidad. Hall (1996) afirma:

E1 concepto acepta que las identidades nunca se unifican y, en los tiempos de la

modernidad tardía, están cada vez más fragmentadas y fracturadas; nunca son singulares,

sino construidas de múltiples maneras a través de discursos, prácticas y posiciones

diferentes, a menudo cruzados y antagónicos. Están sujetas a una historización radical, y

en un constante proceso de cambio y transformación (p. 17).

Las identidades modernas están siendo descentradas, como lo llama Hall (1996), es decir,

están fragmentadas debido al fuerte impacto que tiene la globalización en la construcción de

identidad cultural.

Debido a su complejidad, la identidad ha sido una problemática abordada desde diferentes

disciplinas: dentro de su estudio, se ha hablado de diferentes elementos que ayudan a la

construcción de la identidad, desde el individuo en sí mismo y su relación con la otredad. Para


28

Leonor Arfuch (2005) hay una variable de gran relevancia que debe ser tenida en cuenta: la

narración. Sus estudios resaltan la importancia del relato o narración como objeto de estudio.

Arfuch (2005) expone que no hay identidad sin representación: el cómo somos o de

dónde venimos cambia por el cómo nos desarrollamos en conjunto con el lenguaje, la historia y

la cultura. Para representarse es necesario la existencia de un otro, por lo que la identidad

subyace en la existencia del otro. “Porque toda identidad -o identificación-, en tanto relacional,

supone un otro que no es "lo mismo" y a partir del cual puede afirmar su diferencia” (Arfuch,

2005, p. 31).

Leonor Arfuch también sostiene que la identidad no es algo que se tenga o se pierda, es

una transformación “en arena de confrontación teórica, ética y política” (2005, p. 14).

La identidad sería entonces no un conjunto de cualidades predeterminadas -raza, color,

sexo, clase, cultura, nacionalidad, etc.-. sino una construcción nunca acabada, abierta a la

temporalidad, la contingencia, una posicionalidad relacional sólo temporariamente fijada

en el juego de las diferencias (Arfuch, 2005, p. 24).

Jesús Martín-Barbero plantea una identidad comprendida bajo la metáfora del

palimpsesto, este es definido como un manuscrito primitivo en el que se ha borrado parte de su

contenido y tiempo después se reescribe sobre el mismo. Esto quiere decir que la identidad está

en constante cambio y se transforma a través del tiempo. En este sentido Martín-Barbero (2002),

en su texto Jóvenes: comunicación e identidad, se cuestiona sobre si existe algo nuevo en la

juventud actual y si así fuere cómo se debería pensar. Martín-Barbero explica:

Estamos ante la formación de comunidades hermenéuticas que responden a nuevos

modos de percibir y narrar la identidad, y de la conformación de identidades con

temporalidades menos largas, más precarias, pero también más flexibles, capaces de
29

amalgamar, de hacer convivir en el mismo sujeto, ingredientes de universos culturales

muy diversos (2002).

2.2.1.1 Identidad Social. El psicólogo Henri Tajfel (1981) es quien propuso la Teoría de

la identidad social, la cual afirma que, los grupos a los cuales se pertenece definen a la persona y

forman parte de su auto valoración configurando lo que se conoce como autoestima. Tajfel la

define como la parte del autoconcepto del individuo que deriva del conocimiento de su

pertenencia a un grupo social (o grupos sociales) junto con el significado emocional y valorativo

asociados a dicha pertenencia. Esta teoría revela que las personas tienden a maximizar su

autoestima en tanto logran identificarse con ciertos grupos sociales específicos aquellos a los que

pertenecen, intentando de cierta forma ser valorados positivamente, en comparación a su forma

de relacionarse con otros grupos (Peris y Agut, 2007). Según Peris y Agut es importante

mencionar el concepto de categorización (2007), puesto que de esta manera se comienza a

especificar quién es una persona por medio de sus vínculos sociales; según Gómez (2006), es un

proceso de simplificación y orden de la realidad social. En este sentido, se podría dividir el

mundo social en dos categorías: el endogrupo, que se refiere a nosotros; y el exogrupo, que hace

referencia a ellos.

La teoría de la identidad social explica que esta identidad se construye por la pertenencia

a un grupo y que el concepto de un individuo sobre sí mismo se explica según el grupo al que

pertenezca. “Esto lleva al sujeto a categorizar al grupo (endogrupo), con cualidades positivas y a

categorizar a los que pertenecen a los otros grupos (exogrupos), como adversarios o diferentes

dotándolos de cualidades negativas” (Tajfel, 1981).

Tajfel (1981) afirma que el autoconcepto de un individuo está formado en gran parte por

su identidad social. La idea central de Henry Tajfel es exponer que, el hecho de que un individuo
30

pertenezca a determinado grupo o categoría social, le aporta aspectos y herramientas para la

construcción de su identidad individual. Es decir, esa pertenencia a un grupo social define e

influye en quiénes somos individualmente.

2.2.1.2. Identidad Sexual. El ser humano se construye a sí mismo por medio de

diferentes factores. La identidad sexual hace parte de esa construcción y está relacionada con

muchos términos tales como sexo, género, hombre, mujer, masculino, femenino, orientación

social e identidad de género. Por esto, para hablar sobre identidad sexual, en primer lugar, es

importante abordar tales conceptos para tener una comprensión holística sobre el tema.

En el artículo Orientación sexual e identidad de género en el derecho internacional de

los derechos humanos (2013), hecho por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones

Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) , se generan los siguientes conceptos acerca del

género y el sexo: el sexo es un hecho biológico, mientras que el género es el resultado de una

construcción social. (p.2) El sexo está relacionado con las diferencias biológicas que hay entre el

hombre y la mujer; mientras que el género apunta a las características, identidades, funciones o

atributos que han sido construidos socialmente sobre la mujer y el hombre, es decir, aquel

significado social y cultural que se le atribuyen a esas diferencias biológicas (ACNUDH, 2013,

p.2).

Por otro lado, tenemos los términos: orientación sexual e identidad de género. La

orientación sexual es independiente del sexo y de la identidad de género, aunque son diferentes,

se relacionan. La orientación sexual es la capacidad que tiene el ser humano de “sentir una

profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo, de

su mismo género o de más de un género, así como a la capacidad de mantener relaciones íntimas
31

y sexuales con personas” (ACNUDH, 2013, p.3). Hay diferentes tipos de orientación sexual. La

ACNUDH (2013), explica:

La heretosexualidad hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una profunda

atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo y a la

capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.

La homosexualidad hace referencia a la capacidad de cada persona de sentir una

profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un mismo género y a la

capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas. Se utiliza

generalmente el término lesbiana para referirse a la homosexualidad femenina y gay para

referirse a la homosexualidad masculina.

La bisexualidad hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una

profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al

suyo o también de su mismo género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas

y sexuales con estas personas (p.3).

Mientras que la orientación sexual se refiere a la atracción hacia alguien, la identidad de

género se refiere a cómo se siente identificado la persona que siente la atracción. Una persona se

identifica (en género) teniendo en cuenta sus vivencias, sus experiencias. La identidad de género

es una “vivencia interna e individual del género” (ACNUDH, 2013, p.3). Esa identificación

puede que corresponda o no con el sexo (biológico) asignado en el nacimiento, pues la vivencia

del cuerpo también influye en la identidad de género. Por ejemplo: un hombre identificado como

hombre en su nacimiento, es decir, su sexo es hombre, puede sentirse identificado como una

mujer. En casos como el anterior, la vivencia del cuerpo es modificado, es decir, puede haber una

transformación corporal, en la apariencia, el lenguaje, la forma de hablar y otras expresiones.


32

La identidad sexual es un concepto que también depende de factores como el ambiente

familiar, las vivencias y experiencias que rodean al sujeto. La sociedad y las construcciones que

hacen acerca de la realidad son elementos que influyen en la identidad sexual de las personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su documento Promoción de la salud

sexual: Recomendaciones para la acción, explica qué es identidad sexual:

La identidad sexual incluye la manera como la persona se identifica como mujer o como

hombre, o como una combinación de ambos, y la orientación sexual de la persona. Es el

marco de referencia interno que se forma con el correr de los años, que permite un

individuo formular un concepto de sí mismo sobre la base de su sexo, género y

orientación sexual, y desenvolverse socialmente conforme a la percepción que tiene de

sus capacidades sexuales (OMS/OPS, 2000, P.7).

La construcción de la identidad sexual está relacionada a la forma en la que se construye,

a través de las experiencias y el cuestionamiento propio, la identidad de género. La formación de

la identidad sexual se refiere a ese conjunto en el que se reconoce a sí mismo como un sujeto

(identidad de género), cómo se identifica frente a la sociedad y frente a sus preferencias y gustos

sexuales.

2.2.2. Masculinidad

Para el autor Octavio Salazar, el concepto de masculinidad se ha generado bajo un

enfoque machista, en el que se observa la supremacía del hombre en cualquier aspecto de la vida.

Salazar (2013) explica que la sociedad ha construido un concepto de lo que significa ser hombre

desde una perspectiva en la que el hombre tiene poder y dicho poder debe ser demostrado día a

día.
33

Los hombres hemos definido tradicionalmente nuestra identidad en torno a dos grandes

factores que, a su vez se han proyectado en otros que, de manera conjunta, componen el

puzzle de lo que aquí podíamos llamar “masculinidad hegemónica”. En primer lugar, los

hombres nos definimos por nuestras actividades, por lo que conseguimos, por el éxito que

alcanzamos: “el yo en los logros” (Fernández-Llebrez, 2004, p.37 como se citó en

Salazar, 2013, p.172).

La masculinidad se demuestra en la acción. “De esta manera, “la masculinidad no se

tiene, sino que se ejerce y el poder es el eje central de su constitución y ejercicio” (G. Cortés,

2004, p.42). Para el hombre, la masculinidad consiste en un constante ejercicio de poder y de

demostración de dicho poder. “Es decir, la masculinidad se construye, se fabrica, al ser

masculino se le desafía permanentemente con un ‘demuestra que eres un hombre’” (Badinter,

1993, p. 18, como se citó en Salazar, 2013, p.172).

El concepto de masculinidad está enmarcado en el concepto de fuerza: cuando un hombre

no demuestra dicha fuerza, se sale del concepto de esa masculinidad hegemónica, lo cual lo

convierte en un hombre débil.

Históricamente, la sociedad ha construido un único concepto sobre lo que significa la

masculinidad. Esta hegemonía representa una presión social sobre el hombre, lo cual lo obliga a

permanecer bajo un molde impuesto. Si el hombre no demuestra que pertenece a este molde, es

discriminado y señalado. Asimismo, este concepto de masculinidad exige demostrar ese poder a

través del éxito: “Hay que ser macho de manera constante, todo el tiempo, sin descanso. Hay que

hacer saber a los otros que se es macho” (Oscar Guasch, 200, p.129., como se citó en Salazar,

2013, p. 172).
34

La masculinidad representa ciertos privilegios y estatus dados por la sociedad. El hombre

se ve obligado a ser y actuar como una norma que, si es quebrantada, se le castiga con críticas y

estigmas. Además de tener esos privilegios de representación social del hombre como un ser

superior, el concepto de la masculinidad hegemónica también significa alineación. Como explica

Lonmas (como se citó en Salazar, 2013) “El modelo dominante de la masculinidad, significa no

solo poder y privilegios sino también dolor y alienación” (p. 179).

Pescador (2004) citado por Salazar, expresa la falta de pluralidad en la masculinidad: “En

nuestra sociedad la masculinidad constituye más que diversifica a los varones. Esto significa que

socialmente sólo existe una forma adecuada de representar la masculinidad, y si no corresponde

con la tuya entonces no eres un hombre de verdad” (Salazar, 2013, p.178).

La masculinidad se ha convertido en un concepto único e inquebrantable en el que el

ejercicio de ser y sus acciones son significadas con poder y supremacía; de esta manera, se pone

en oposición a la mujer y es significada como lo débil en esta dinámica. Debido a ello, cuando el

hombre no se alinea al concepto hegemónico de lo masculino es señalado como femenino, lo

cual posee una connotación negativa.

2.2.3. Prostitución

Según Salmeron (como se citó en Mendieta et al. 2015), etimológicamente el término

proviene de la palabra latina prostituere que significa “exhibir para la venta”. Para unos el

término se asocia a la esclavitud sexual y violación de los derechos de las personas involucradas,

dejando de lado a las personas que ejercen esta actividad como elección personal, elemento que

también se considera en debate. “Para otros autores es el intercambio entre dos o más personas

de una parte de su intimidad con independencia de que el trueque sea sexual o no y de que el

pago sea económico o por otros medios” (como se citó en Mendieta et al., 2015, p. 1374).
35

Ballester (1996) explica “Se puede hablar de prostitución cuando una persona alquila o

vende una parte importante de su intimidad (no necesariamente sexo o sexualidad) a cambio de

algo (no exclusivamente dinero)” (p. 234).

Respecto al término ‘prostitución’ hay distintas posiciones relacionadas con su

significado. Autores como Sevilla y Trifiró (2003) explican que la palabra lleva un cargo moral,

que ha tergiversado el significado de esta:

Algunos autores critican la palabra prostitución, porque no es lo suficientemente neutro

para referirse al comercio sexual por la aceptación negativa que la palabra ha tenido a lo

largo de diferentes épocas, argumentando que la palabra cuenta con una carga que la

condena a nivel moral (como se citó en Mendieta et al, 2015, p. 1374).

Los autores que defienden la expresión prostitución, explican que la connotación negativa

con la cual se asocia a la palabra “parece afectar más a los observadores políticamente correctos

que a las supuestas personas perjudicadas” (Salmeron, 2011, p. 45). Esta discusión llevó a que se

indagara por un término exacto, y que pudiera ser utilizado de manera universal, para referirse al

mercado sexual. (Rubio, M. 2008, p. 51).

La prostitución ha tenido una transformación en cuanto a su reconocimiento por parte de

la sociedad, puesto que, además de normalizarse cada vez más este oficio, hoy en día, es visto

como una opción de trabajo. Anteriormente, este no era observado como un trabajo, sino como

una entrada temporal y vergonzosa de dinero.

Las mujeres han sido el principal objeto de estudio entre la relación prostitución y

género. Herrera, Salazar, y Ramírez (como se citó en Mendieta et al., 2015) plantean que

históricamente la prostitución ha sido vista desde lo femenino: se ha entendido este fenómeno

como una afección hacia la mujer, como la única que comercializa su cuerpo; mientras que el
36

hombre es el que compra y está en búsqueda de placeres. La prostitución puede verse, además,

como un juego de poder en el que el hombre es el que tiene mayor control de la situación al ser

quien adquirió este servicio, mientras que la mujer queda a la espera de órdenes al ser quien

presta el servicio sexual.

La relación entre el hombre y la prostitución se ha basado en el hombre como cliente y no

como trabajador sexual, sin embargo, “La prostitución masculina es un fenómeno tan antiguo

como el practicado por mujeres” (Boswell, 1980, como se citó en Mendieta et al., 2015, p.1371).

Es importante aclarar que la prostitución masculina no debe ser enfocada en la

orientación sexual, sino que debe ser estudiada desde otras categorías y otros elementos, para

evitar encasillar este trabajo en estereotipos; de esta manera se pueden evitar afirmaciones sin

fundamentos teóricos o testimoniales como: la prostitución masculina es un trabajo

exclusivamente de hombres homosexuales.

2.2.4. Representación

En Viaje por el concepto de representación de Maritza Ceballos y Gabriel Alba (2003),

exponen que el concepto de representación nace dividido: explican que existe una parte que va

del interior del organismo de un individuo hacia el mundo exterior y otra que viene del mundo

exterior hacia el interior del sujeto.

En la “Poética” de Aristóteles se explica que hay diferentes medios, objetos y modos de

imitar la realidad, es decir, de representarla, lo que de allí sobresale es el cómo se imita dicha

realidad. Así mismo, Santo Tomás (1999) afirma que la representación funciona como un espejo

que refleja al objeto, en el que existe una semejanza. Señala que representar no indica conocer,

sino que forma parte del requisito para conocer. Sin embargo, Ockham plantea lo contrario,

representar es ya como tal, conocer (1992).


37

Por otro lado, para entender el concepto de representación es importante plantear su

definición desde un enfoque colectivo. Las representaciones colectivas se desenvuelven como

una forma de interiorización que permiten crear esquemas de percepción y juicio que influyen en

las maneras de pensar y de actuar de forma individual tanto colectiva (Ceballos y Alba, 2003).

Estos autores revisan la representación desde el punto de vista de la comunicación en el

cual hallan dos sentidos: el de la interacción y el de los objetos de comunicación. En el primero

está la que ellos llaman como representación teatral, explican esto citando a Goffman (1959)

quien considera la interacción como la manera en que el individuo hace su representación

escénica, cómo se presenta y presenta su actividad ante otros. Mientras que los objetos de

comunicación representan posibilidades con las que el individuo puede identificarse.

Ceballos y Alba (2003) concluyen que la representación no ofrece una imagen de la

sociedad, sino lo que una sociedad considera que es su imagen, pues son ellos mismos quienes

construyen dicha representación. No reproduce una realidad, sino la forma como esa sociedad la

trata.

Al ser un concepto tan amplio, puede tener varias vertientes, la cultural es una de ellas.

Stuart Hall (1997) afirma que el concepto de representación ha llegado a ocupar un lugar dentro

del estudio de la cultura, puesto que esta permite conectar el sentido al lenguaje y a la cultura. La

representación es una parte esencial del proceso mediante el cual se produce el sentido y se

intercambia entre los miembros de una cultura. Hall define, brevemente, el concepto como “la

producción de sentido a través del lenguaje” (1997, p.3). Él explica que por medio del lenguaje

se le puede dar representación a las cosas y reconocer a los demás. En este sentido:

Los signos visuales y las imágenes, aun aquellas que tienen una semejanza estrecha con

las cosas a las cuales se refieren, son signos: portan sentido y por tanto deben ser
38

interpretados y para hacer este proceso se debe hacer por medio de la representación”

(Hall, 1997, p. 6).

En conclusión, Stuart Hall (1997), define la representación como un proceso por el cual

los miembros de una cultura usan el lenguaje (ampliamente definido como un sistema que utiliza

signos, cualquier sistema de signos) para producir sentido. Y añade algo muy importante: esta

definición tiene como premisa de que las cosas (objetos, lugares, personas, eventos del mundo)

no tienen por ellos mismos ningún sentido fijo, final o verdadero, somos nosotros (dentro de las

culturas humanas) los que hacemos que las cosas signifiquen, somos quienes nos damos el

significado (p.42).

2.2.4.1. Representación Social. Según Jodelet (como se citó en Araya, 2002) representar

significa hacer equivalencia a algo, es decir, un objeto es representado en el momento en el que

haya una equivalencia mediante una figura. En este sentido, un objeto es representado en el

momento en el que encuentra alguna similitud en un otro. En este caso, existe un grado de

identificación y empatía con algo que no es precisamente el mismo objeto, pero se podría decir,

que es algo muy similar.

Para Araya (2002) “cuando las personas hacen referencia a los objetos sociales, los

clasifican, los explican y, además, los evalúan, es porque tienen una representación social de ese

objeto” (p. 11). Araya (2002) también explica que, gracias a los procesos de comunicación y al

pensamiento social, las personas pueden conocer su realidad. Esto permite inferir que, por medio

de las representaciones sociales, el ser humano conoce la realidad que lo rodea, permitiéndole

representarse dentro de ella. Es decir: encuentran alguna similitud con sus pensamientos en otro

objeto y/o situación y se ven allí reflejados.


39

Entonces, “las representaciones sociales sintetizan dichas explicaciones y, en

consecuencia, hacen referencia a un tipo específico de conocimiento que juega un papel crucial

sobre cómo la gente piensa y organiza su vida cotidiana: el conocimiento del sentido común”

(Araya, 2002, p.11).

A grandes rasgos, las representaciones sociales, para Sandra Araya (2002), “constituyen

sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones,

creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa” (p.

11).

Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias,

principios interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen la llamada

conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y

las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo

(Araya, 2002, p.11).

En la sociedad es fundamental entender y estudiar las representaciones sociales, puesto

que, gracias a esta, cada individuo se puede identificar y aproximarse a una llamada “visión del

mundo”, para así tener un criterio frente a lo que se le presenta y actuar o tomar una decisión

determinada frente a las distintas representaciones sociales.

Moscovici (como se citó en Araya, 2002) define la representación social como “una

modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y

la comunicación entre los individuos” (p.17). De esta definición se puede entender que la

representación social puede definir la manera en cómo piensa y actúa el individuo, es decir, este

se ve influenciado por las conductas que allí predominan y luego repercuten en su actuar.
40

Por otro lado, Moscovici (como se citó en Mora, 2002) también define las

representaciones sociales como “universos de opinión”, en ese sentido, afirma que cada universo

se puede analizar bajo tres dimensiones: la información, el campo de representación y la actitud.

Mora (2002) citando a Moscovici define las dimensiones de la siguiente manera:

La información, también definida como dimensión o concepto, “se relaciona con la

organización de los conocimientos que posee un grupo con respecto a un objeto social” (p. 45).

En este sentido, son los conocimientos que tiene un grupo acerca de un hecho o un fenómeno de

naturaleza social. Dicho de otra forma: por medio de la información se obtienen conocimientos y

percepciones que tiene un grupo sobre determinado tema.

El campo de representación se define como “la idea de imagen, de modelo social, al

contenido concreto y limitado de las proposiciones que se refieren a un aspecto preciso del

objeto de representación” (p.46). Puede verse el campo de la representación como una

equivalencia a la imagen significante que poseemos sobre cualquier tema.

La actitud “es la dimensión que significa la orientación favorable o desfavorable en

relación con el objeto de la representación social” (p.47). De esta manera, la actitud se percibe

bajo juicios de valor que se tienen como individuos y sociedad.

Esta dimensión es la que más se relaciona con el universo de opinión, aquí existe un

criterio frente a un objeto social determinado que define cierta actitud. Para Moscovici (como se

citó en Mora, 2002) “es razonable concluir que nos informamos y nos representamos una cosa

únicamente después de haber tomado posición y en función de la posición tomada” (p. 49).

Entonces, se podría deducir que esta dimensión es la que abre paso a la representación social

cuando se genera una postura y/o punto de vista basándose en un criterio determinado frente a

cierto objeto social.


41

2.2.5. Imaginarios Sociales

En muchas ocasiones los términos representación social o imaginario social se utilizan de

manera equivocada, pues suelen significarlos de forma estereotipada y considerando que son

sinónimos, generando así que ambos términos no evoquen un pensamiento o actuar dado por la

sociedad frente a un acontecimiento sino un juicio de valor a otro individuo. El concepto de

imaginario social ha sido abordado de diferentes áreas, como la historia, la psicología social, la

teoría política, entre otros. Suceden dos errores, relacionados con estos términos. “Por un lado, la

banalización de estas, que suelen ser empleadas como sinónimos sin reparar en la distinción

entre ellas” (Segovia et al., 2018, p.83). Son conceptos que provienen de áreas diferentes en

cuanto a su epistemologías, por eso es importante aclarar y definir sus significados respectivos.

“Por otro lado, el encierro disciplinar o el comportamiento estanco en el cual se enmarcan estas

dos nociones. (Segovia, et al. 2018, p.83).

La confusión frente a estos términos, en parte, ha sido por decisiones de las disciplinas al

momento de utilizarlos. Por ejemplo, la Psicología Social y la Educación prefieren utilizar

representaciones; mientras que la Sociología prefiere imaginarios sociales. Alguna de las

explicaciones a esta diferencia en elección de nociones, la explican Pablo et al., en su libro

“Imaginarios sociales y representaciones: su aplicación a análisis discursivos en tres ámbitos

diferentes”.

La tradición disciplinar que ejerce una fuerte influencia al momento de trabajar con una u

otra noción. Otra causa reside en el peso epistemológico que poseen autores

emblemáticos, tal como Moscovici en Psicología Social, Jodelet en Educación, Durand

en Antropología y Castoriadis en Sociología. Esto último revela una reflexión más ligada
42

a la figura del autor en lugar de enfocarse sobre el problema de investigación y su objeto

de estudio (Segovia, et al. 2018, p. 83).

Manuel Baeza (como se citó en Segovia, et al. 2018) explica que “las representaciones se

encuentran en un plano de significación más aparente, mientras que los imaginarios sociales nos

remiten a un plano de significación fundante y constitutivo de la sociedad” (p. 84). Es decir, las

representaciones son una herramienta para la interpretación de la realidad, mientras que los

imaginarios significan la base de la sociedad. Baeza (como se citó en Segovia, et al. 2018)

explica los imaginarios como “múltiples y variadas construcciones mentales (ideaciones)

socialmente compartidas de significancia práctica del mundo, en sentido amplio, destinadas al

otorgamiento de sentido existencial” (p. 83).

Los imaginarios sociales nacen como respuesta a preguntas que la sociedad se cuestiona,

es decir, los imaginarios surgen de dilemas. Las respuestas a esos cuestionamientos se

construyen de forma colectiva, lo cual significa que los imaginarios sociales “funcionan como

homologadores de todas las maneras de pensar, de todas las modalidades relacionales, una suerte

de matriz común” (Segovia et al. 2018, p.83).

Como lo explican Segovia et al. (2018), los imaginarios están en la base de la pirámide de

la sociedad: constituyen la parte baja, en la que está la capacidad de creación, el plano de

significación fundante de la sociedad (p.84). En la punta de esa pirámide están las

representaciones sociales, las cuales son el plano de significación aparente de la sociedad y “nos

remiten a imágenes culturales que funcionan como marcos interpretativos de la sociedad”

(Segovia et al., 2018, p.84).

Para Cornelius Castoriadis, el concepto de imaginario social está vinculado a lo socio-

histórico, es decir, a esa construcción en el que los sujetos crean sus propios mundos: es una
43

relación entre imaginario y las formas de determinación social (Agudelo, 2011, p.2). Ese proceso

en el que los sujetos se reúnen para inventar su mundo, los imaginarios son la base, son el plano

de significación que funda la sociedad, que lo sostiene.

Los imaginarios sociales son máquinas de permanente producción, en la que la creación

de imágenes del sujeto sobre sí mismo y sobre la colectividad, que derivan en prácticas que

responden a preguntas como: “¿cómo nos imaginamos a nosotros mismos?, ¿cómo nos

imaginamos en la colectividad?, ¿qué somos los unos para los otros?” (Agudelo, 2011, p.8). Los

imaginarios hacen posible a las representaciones. Las representaciones hacen marcos

interpretativos de la realidad, mientras que los imaginarios producen las ideas e imágenes para

responder a aquellas preguntas que cuestiona la sociedad.

2.2.6. Percepción

La disciplina que más se ha encargado de estudiar el concepto de percepción ha sido la

psicología y la ha definido como:

El proceso cognitivo de la conciencia que consiste en el reconocimiento, interpretación y

significación para la elaboración de juicios en torno a las sensaciones obtenidas del

ambiente físico y social, en el que intervienen otros procesos psíquicos entre los que se

encuentran el aprendizaje, la memoria y la simbolización” (Vargas, 1994, p. 48).

Según Carterette y Friedman (como se citó en Arias, 2006), “la percepción es una parte

esencial de la conciencia, es la parte que consta de hechos intratables y, por tanto, constituye la

realidad como es experimentada”. En este sentido, el concepto de percepción puede ser definido

como “el resultado del procesamiento de información que consta de estimulaciones a receptores

en condiciones que en cada caso se deben parcialmente a la propia actividad del sujeto” (Arias,

2006, p.10).
44

La percepción según Barthey (como se citó en Arias, 2006) no es únicamente utilizada

por la psicología, también es una palabra cuyos diversos significados son de uso corriente en el

lenguaje común. Dice Barthey que, según el diccionario:

1. La percepción es cualquier acto o proceso de conocimiento de objetos, hechos o

verdades, ya sea mediante la experiencia sensorial o por el pensamiento; es una

conciencia de los objetos, un conocimiento. 2. La referencia que una sensación hace a un

objeto externo. 3. Un conocimiento inmediato o intuitivo, o juicio; un discernimiento

análogo a la percepción sensorial con respecto a su inmediatez y al sentimiento de

certidumbre que lo acompaña, frecuentemente implica una observación agradable o una

discriminación sutil (como se citó en Arias, 2006).

Durante el proceso de percepción, explica Luz María Vargas (1994), “se ponen en juego

referentes ideológicos y culturales que reproducen y explican la realidad y que son aplicados a

las distintas experiencias cotidianas para ser ordenadas y transformarlas” (p.49). Y adiciona que

es importante definir la percepción bajo el “reconocimiento de las experiencias cotidianas”

(p.49). Dicho de otro modo, el reconocimiento es un proceso de vital importancia dentro del

proceso de percepción, en la medida en que “permite evocar experiencias y conocimientos que

son adquiridos con antelación a lo largo de la vida de cada individuo, con los cuales después se

comparan las nuevas experiencias, permitiendo identificarlas y aprehenderlas para poder

interactuar con el entorno” (Vargas, 1994, p.49).

Como conclusión de los acercamientos al tema de la percepción de las personas, podemos

decir que hay varios enfoques de la percepción social desde un proceso selectivo,

dinámico y funcional, en el cual percibir consiste básicamente en formular hipótesis y

tomar decisiones, dicho proceso está determinado por necesidades, valores sociales,
45

aprendizajes y en general por las características permanentes y temporales de los

individuos (Arias, 2006, p. 20).

2.2.7. Estigma

Erving Goffman en su libro “Estigma: la identidad deteriorada” explora el concepto de

estigma. Inicia refiriéndose a la creación del término estigma, por los griegos, quienes la definen,

según Goffman (1963) como “signos corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo y

poco habitual en el status moral de quien los presentaba” (p.11). En la actualidad, dice el autor,

es una palabra aún muy utilizada con un significado muy parecido al original, “pero con ella se

designa preferentemente al mal en sí mismo y no a sus manifestaciones corporales” (Goffman,

1963, p.11).

Goffman (1963) define el estigma como “una clase especial de relación entre atributo y

estereotipo” (p. 14) y menciona la existencia de tres tipos de estigmas, diferentes entre sí: El

primero, las abominaciones del cuerpo, las cuales hacen referencia a las distintas deformidades

físicas. El segundo, los defectos dentro del carácter del individuo, que son percibidas como “falta

de voluntad, pasiones tiránicas o antinaturales, creencias rígidas y falsas, deshonestidad” (p. 14).

Y el tercero, lo llama estigmas tribales que hacen referencia a raza, nación y religión (p.14).

Aunque los plantea uno muy diferente de los otros, asegura que convergen en los mismos rasgos

sociológicos:

Un individuo que podía haber sido fácilmente aceptado en un intercambio social corriente

posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza a nuestra atención y que nos lleva a

alejarnos de él cuando lo encontramos, anulando el llamado que nos hacen sus restantes

atributos. Posee un estigma, una indeseable diferencia que no habíamos previsto

(Goffman, 1963, p.15).


46

A partir de esto plantea que el estigma genera, en los que él llama como personas

normales, incomodidad y de allí surge tomar como medida la discriminación. En este sentido,

Goffman afirma que se construye una teoría del estigma bajo el ideal de inferioridad y de dar

cuenta del peligro que representa esa persona (1963).

A la hora de llevar este tema a un espacio común, Goffman habla sobre algunos términos

que son usados en el discurso cotidiano y que inducen a la presencia de un estigma. Estos son:

inválido, bastardo, tarado. Y añade que se usan dichas palabras sin conocer realmente su

significado.

2.2.8. Autopercepción

La autopercepción se explica cómo el concepto que la persona tiene sobre sí mismo, es

decir, como se ve en aspectos cognitivos y descriptivos (López de Tkachenko y de Lameda,

2008, p.251). Para hablar de autopercepción es importante mencionar dos elementos básicos:

“aspectos cognitivos y descriptivos de sí mismos, y autoestima, para denotar aspectos

evaluativos-afectivos” (López de Tkachenko y de Lameda , 2008, p.251). Estos aspectos ayudan

a la construcción de un concepto de sí mismo.

El autoconcepto es un elemento que está presente en la autopercepción. Epstein (como se

citó en López de Tkachenko y de Lameda, 2008) lo explica como “un conjunto de conceptos

internamente consistentes y jerárquicamente organizados” (p. 252). La realidad de un sujeto está

construida por diversos autoconceptos que se hallan en diferentes áreas de su vida: en el ámbito

académico, en lo emocional, en lo físico y en su relación con la sociedad. Esos diferentes

autoconceptos que tiene sobre sí mismo cambian con el pasar del tiempo puesto que son

redefinidos y “se desarrollan de acuerdo con las experiencias sociales” (Epstein, como se citó en

López de Tkachenko y de Lameda , 2008, p.252).


47

La realidad del sujeto es dinámica y está en constante cambio según las vivencias que

acontecen. “El mantenimiento de la organización del concepto de sí mismo es esencial para el

funcionamiento del individuo, al proporcionarle un sentimiento de seguridad e integridad”

(López de Tkachenko y de Lameda, 2008, p.252).

La autopercepción refleja la interpretación de las vivencias que acontecen en la vida de

los individuos. Para Burns (como se citó en López de Tkachenko y Lameda, 2008) la

autopercepción también tiene un aspecto importante: la autovaloración. El autor explica:

Con respecto a la autoestima y la autovaloración, Burns (ob. cit.), piensa que es el

proceso mediante el cual el individuo examina sus actos, sus capacidades y atributos, en

comparación a sus criterios y valores personales que ha interiorizado a partir de la

sociedad y de los otros significativos, de manera que estas evaluaciones dan una conducta

coherente con el autoconocimiento, por lo tanto, este autor ubica el autoconcepto en el

ámbito de las actitudes (p.254).

Para el individuo la autopercepción es un elemento con gran importancia en la dinámica

de su realidad, porque es un elemento que determina el éxito, tanto personal como profesional.

“Puede ser un factor de perturbación o equilibrio de la personalidad, según sea ésta

positiva o negativa” (López de Tkachenko y de Lameda, 2008, p.254). Por eso, la construcción

de la autopercepción debe ser modificada, a medida que el individuo crece, pues sus experiencias

cambian y el significado de ellas también. La autopercepción le brinda al individuo confianza

para creer en sí mismo y para relacionarse con la sociedad; el sujeto debe tener imágenes sobre

él, que le permitan salir a su realidad y enfrentarla.


48

2.2.9. Investigación Periodística

El inicio de una investigación periodística nace de dos formas. Una de ellas es gracias a

un elemento disparador, el cual es un documento o una información que suscita en el periodista

un interés particular sobre ello. Otra forma en la que surge una investigación periodística es

porque tiene interés en cubrir un tema o a un personaje.

Daniel Lizárraga (como se citó en Unfried) explica que, antes de empezar una

investigación periodística, se debe tener en cuenta con cuáles y qué tipo de información podemos

contar para acceder, fuentes, documentos, archivos útiles para iniciar: “para ahorrar frustraciones

es conveniente partir con los pies en la tierra y saber hasta dónde podemos llegar” (2018).

Luego de que el periodista conoce cuáles son los elementos con los que cuenta, identifica

qué tipo de información tiene acceso. Hay dos tipos de información según Lizárraga:

Si se trata de una investigación de primer grado, en la cual la información está a la vista

pero no se ha publicado, o si se trata de una investigación de segundo grado, en la cual es

necesario vencer resistencias personales e institucionales para revelar información que no

está a la vista (como se citó en Unfried, 2018).

La investigación periodística nace de una hipótesis, que surge por un dato disparador o

por un interés particular. Esta hipótesis es importante definirla porque orienta la investigación y

permite. Lizarra explica que “lo primero es confirmar la veracidad de ese dato disparador, a

partir de ello trazar una hipótesis, delimitarla espacial y temporalmente, y analizar la viabilidad

de acceder a las fuentes para planear hasta qué punto llegaremos” (2018). La hipótesis de una

investigación periodística es la que determina el rumbo del periodista y la estructura de la

investigación.
49

Para Lizárraga (como se citó en Fundación Gabo, 2019) la investigación periodística

debe tener 10 elementos fundamentales, que facilitan el desarrollo y el éxito de una

investigación. El primero es el elemento disparador, que ya se mencionó anteriormente:

información de la que nace la investigación. El segundo es la contrastación del dato disparador y

comparación sobre cómo sucedieron los hechos con el deber ser. El tercero es un plan de

investigación, para lograr éxito en lo que se busca. El cuarto es la definición de un alcance, según

la información a la que se accede y lo que se quiere lograr. El quinto es un trasfondo, en el que se

analicen los hechos de forma sistémica y a profundidad, uniendo cabos y desenmascarando

estructuras. El sexto elemento son las fuentes vivas, pues los testimonios reales le dan mayor

fuerza a la investigación. El séptimo son las fuentes documentales. El octavo una revisión

minuciosa. El noveno la estructura del informe/investigación. El décimo un hilo conductor.

La investigación periodística es inherente al periodismo investigativo, es su fundamento,

pues en ella está el ingrediente principal de esta especialización. Para hallar una definición sobre

periodismo investigativo, José María Caminos expone, que se entra en controversia, pues tanto

los profesionales que lo practican como los autores que hablan sobre esta la definen bajo puntos

de vista contradictorios, “las discrepancias surgen en el momento de caracterizar al periodismo

de investigación como una especialización periodística o simplemente como periodismo bien

realizado, perfectamente contrastado” (Caminos, 1997, p. 13).

2.2.10. Reportaje Multimedia

Tom Wolfe es considerado como el padre de lo que él mismo denominó como Nuevo

Periodismo: una corriente que rompió con todos los cánones que se tenían hasta entonces sobre

lo que debía ser el periodismo. El reportaje es, quizá, el género más sólido de esta nueva
50

corriente porque aquí se reinventó: pasó de ser un relato meramente informativo para convertirse

en un relato que converge con herramientas de la literatura.

El concepto sobre el periodismo que se reduce a dar información y datos cambió. Tom

Wolfe (1993) explica:

Cuando se pasa del reportaje de periódico a esta nueva forma de periodismo, como yo y

muchos otros hicimos, se descubre que la unidad fundamental de trabajo no es ya el dato,

la pieza de información, sino la escena, desde el momento en que muchas de las

estrategias sofisticadas en prosa se basan las escenas (p. 76).

Wolf (1973) señala cuatro características del reportaje dentro del Nuevo Periodismo: 1. la

construcción del relato por escenas; 2. la reproducción íntegra de los diálogos; 3. el uso de la

tercera persona; 4. el retrato general y detallado de los personajes, situaciones y ambientes.

Características que permiten darle vida al reportaje sin dejar de lado el fin periodístico.

Es por esto que el reportaje es el género periodístico que más se presta para contar

grandes historias. Un género que, así como se reinventó con la aparición del Nuevo Periodismo,

también lo hizo con la llegada del periodismo digital. En este, se habla de un nuevo género, el

reportaje multimedia.

Liliam Marrero (2008) lo define como “tipología específica de mensaje periodístico,

resultado de la práctica del periodismo para y con Internet, que incorpora los rasgos esenciales de

la comunicación en red –hipertextualidad, multimedialidad e interactividad– de diferentes

maneras y con niveles de desarrollo variables” (p.4).

Este género permite la convergencia de diferentes lenguajes para contar una misma

historia, a través de la utilización de texto, imagen, infografías, audio, imagen, video y mapas.

Cada lenguaje utilizado cuenta un segmento de la historia y cumple una función.


51

El reportaje es considerado el género más integral del periodismo, por esto, a medida que

el periodismo evoluciona, el reportaje también lo hace. Marrero (2008) afirma que

El largo recorrido por los medios tradicionales, desde la letra impresa de los periódicos

hasta la radio y luego, a la televisión, le han permitido al género maestro mantenerse

como uno de los más queridos y respetados por periodistas, lectores, radioescuchas y

televidentes. Ahora, en Internet, encuentra otra oportunidad para adaptarse a un medio de

comunicación diferente y emprender infinitas rutas expresivas (p.2).

El reportaje multimedia no pierde la esencia de ser un género periodístico y por

consiguiente debe seguir con los estándares de reportería para informar con hechos y datos reales

sobre un acontecimiento. Asimismo, en este género del periodismo digital existe una cierta

libertad del periodista para contar una historia en diferentes lenguajes, de esta manera, se permite

la interacción de sus lectores y la conexión con ellos. Sin embargo, no se debe olvidar que,

aunque la información puede ser contada desde diferentes lenguajes, no se pierde la esencia de

contar hechos reales. “El reportaje multimedia rescata muchos de sus rasgos tradicionales,

algunos los modifica y otros nuevos los va incorporando, pero mantiene su esencia como género

para la interpretación, así como sus virtudes expresivas y su carácter híbrido” (Marrero, 2008,

p.17).
52

2.3. Marco Metodológico

Esta investigación pretende describir, mediante un reportaje multimedia, la forma en que

los hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá, construyen su identidad. Para el

resultado de este trabajo de grado la investigación periodística fue la metodología principal para

lograrlo, la cual nos llevó a un ejercicio exhaustivo de reportería y de trabajo de campo sobre el

trabajo sexual masculino. Asimismo, se recurrió a fuentes vivas y fuentes documentales para

complementar la investigación.

Como este trabajo pretende identificar y presentar la forma en que los hombres que ejercen

el trabajo sexual construyen su identidad, se podrá abordará este tema desde una metodología

cualitativa. Según Bonilla-Castro y Rodríguez (1997) esta metodología hace posible emplear

conceptos sensibles por medio de los cuales se pueden capturar y preservar los significados y las

prácticas de los participantes.

Teniendo en cuenta esta metodología, el instrumento utilizado fue la entrevista. Para López

y Deslauriers (2011), “la entrevista tiene un enorme potencial para permitirnos acceder a la parte

mental de las personas, pero también a su parte vital a través de la cual descubrimos su cotidianidad

y las relaciones sociales que mantienen” (p.1).

Para esta investigación las entrevistas fueron semi-estructuradas, es decir, había un

cuestionario base, que se iba modificando según las conversaciones con los participantes. Además,

teniendo en cuenta el rumbo de la entrevista y las respuestas de los entrevistados, surgían nuevas

preguntas relacionadas con el tema.

En este sentido, nuestra finalidad fue entablar una relación cercana con estos hombres y así

llegar a que nos contaran sus historias y las experiencias de vida más significativas o influyentes.
53

Para el propósito de esta investigación se necesitó recoger información amplia y contar con relatos

de vida.

Este instrumento permitió saber, a través de testimonios y relatos de vida, cómo los

hombres que ejercen el trabajo sexual se representan a sí mismos y cómo construyen su identidad.

Asimismo, con estas entrevistas se logró evidenciar la influencia del trabajo sexual en su proceso

de construcción de identidad.

Dentro de nuestra investigación el relato de vida logró aproximarnos a la forma en cómo

estos hombres actúan frente a su entorno social, cómo se representan dentro de dicho entorno y

cómo construyen su identidad mediante el ejercicio del trabajo sexual. En este sentido, este

instrumento fue el indicado, pues permitió captar la realidad de los sujetos, mediante su

autopercepción respecto al contexto en el que laboran.

La historia de vida, como investigación cualitativa, permitió conocer la representación de

los sujetos a través de sus relatos. Sus experiencias vividas, cada una con particularidades, nos

llevó a observar tendencias y patrones, obtenidos en el ejercicio del trabajo sexual, que afectan la

construcción de su identidad. Con esta metodología se busca visualizar la conducta de estos

hombres, lo que dicen y hacen y cómo se interpretan y se definen a sí mismos dentro de su entorno

social, en este caso, el del trabajo sexual.

Para conocer las narrativas y las prácticas de los hombres que ejercen el trabajo sexual el

escenario escogido fue su espacio de trabajo: Terraza Pasteur, en Bogotá. Esto con el fin de

observar las dinámicas de esta actividad y su relación con el entorno. Esta técnica es conocida

como etnografía.

La etnografía requiere, esencialmente, de trabajo de campo. El etnógrafo debe

permanecer mucho tiempo con el grupo de observación y participar de sus prácticas. La


54

observación es un elemento muy importante para recolectar información y luego ser analizada.

Eduardo Restrepo, en su libro “Etnografía: alcances, técnicas y éticas”, explica la definición de

esta metodología:

De una forma muy general, la etnografía se puede definir como la descripción de lo que

una gente hace desde la perspectiva de la misma gente. Esto quiere decir que a un estudio

etnográfico le interesa tanto las prácticas (lo que la gente hace) como los significados que

estas prácticas adquieren para quienes las realizan (la perspectiva de la gente sobre estas

prácticas). La articulación de esas dos dimensiones es, sin lugar a dudas, uno de los

aspectos cruciales que ayudan a singularizar la perspectiva y el alcance de la etnografía

con respecto a otros tipos de descripción (2016, p.16).

Es importante aclarar que en esta investigación la etnografía fue utilizada con fines

periodísticos. El trabajo de campo fue un medio para obtener información, desde un enfoque de

reportería y no desde un enfoque sociológico.

2.3.1. Participantes

Esta investigación se realizó con seis hombres, entre los 18 y 29 años, que ejercen el

trabajo sexual en Terraza Pasteur. Las entrevistas fueron realizadas en persona (investigación

cualitativa), al mismo tiempo que se hacía observación en el lugar (etnografía). Por otro lado, se

entrevistó a personas externas del trabajo sexual que para esta investigación fueron denominadas

como expertos.

Sin embargo, debido a la emergencia sanitaria en el país, provocada por el virus Covid-

19, el aislamiento preventivo obligatorio no nos permitió contactar a más hombres trabajadores

sexuales y las entrevistas con los expertos fueron realizadas de manera virtual.
55

Capítulo 3. Ellos venden placer

El producto de este trabajo de grado es un reportaje multimedia. Lo podrá encontrar en la

siguiente página web https://trabajosexualhombres.wixsite.com/ellosvendenplacer. Este sitio

responde al objetivo principal de esta investigación, describir cómo construyen identidad los

hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá.

El contenido que constituye al reportaje multimedia fue el resultado de una labor de

investigación y reportería periodística. Dentro de la labor investigativa se recurrió a fuentes

documentales tales como informes de ONG e investigaciones académicas. Asimismo, gracias a

la reportería periodística se logró realizar entrevistas presenciales a seis hombres que ejercen el

trabajo sexual en el centro de Bogotá.

El trabajo de campo y la reportería empezó con la búsqueda de hombres trabajadores

sexuales, para ello se hizo un primer contacto con Luz Mary Pardo, lideresa comunitaria,

defensora de derechos humanos y ex trabajadora sexual. Junto a ella se hizo un recorrido

denominado “reconocimiento de territorio”, el cual consistió en recorrer los lugares históricos en

los que se ha ejercido el trabajo sexual en Bogotá. El trayecto empezó en la Universidad Jorge

Tadeo Lozano, en la calle 22 con carrera cuarta, se pasó por el barrio santafé y los diferentes

sectores en los que las mujeres y las mujeres transgénero ejercen el trabajo sexual, y el recorrido

finalizó en el centro comercial Terraza Pasteur, en la carrera séptima con calle 24, donde

finalmente se contactó a algunos hombres que ejercen el trabajo sexual. Una semana después se

realizaron las entrevistas.

Las entrevistas a los hombres que ejercen el trabajo sexual se realizaron en el centro

comercial Terraza Pasteur, debido a que es el lugar de trabajo de ellos. Este lugar figura solo

como el escenario de trabajo en el que ofertan sus servicios, y luego se llevan a cabo en otro
56

lugar. Antes de realizar estas entrevistas se hicieron acercamientos previos con los participantes,

esto con el fin de garantizar un espacio seguro y poder generar conversaciones espontáneas. Los

participantes fueron: Andrés Rodríguez García, Steven Zuluaga, José Gil, Andrés Felipe

Rodríguez, Luis Torres y Yeison García.

Asimismo, se realizaron entrevistas a otras seis personas, que para este trabajo se

mencionan como expertos, debido al conocimiento y la experiencia que tienen sobre el trabajo

sexual, ya sea académica o vivencial. Estas conversaciones se dieron en un espacio virtual,

debido a la situación del país por la emergencia sanitaria, del covid-19.

Las entrevistas fueron a los siguientes expertos: Diana Navarro, abogada; Sulma Manco,

lideresa comunitaria y ex trabajadora sexual; María Elena Villamil, funcionaria de la Personería

de Bogotá; Johan Barrera y Jeny Fúquene, trabajadores sociales; y Emilia Márquez, miembro de

la ONG Temblores. El objetivo de estas entrevistas fue conocer su percepción sobre los

trabajadores sexuales, teniendo en cuenta el conocimiento de los expertos sobre este tema.

Todas las fuentes junto con el trabajo de campo fueron el fundamento para la producción

de la página web, cuyo contenido fue producto del análisis de las entrevistas realizadas a los

expertos y a los participantes. El cuestionario guía para las entrevistas semiestructuradas pueden

encontrarse en los anexos, además de las transcripciones.

Este sitio web se encuentra dividido en seis pestañas, en las que se encuentran diferentes

elementos que integran al reportaje multimedia. A continuación, se explicarán cada una de ellas

de forma más detallada.

3.1. Home

Todas las fuentes junto con el trabajo de campo fueron el fundamento para la producción

de la página web, cuyo contenido fue producto del análisis de las entrevistas realizadas a los Al
57

abrir la página, se encuentra la pestaña Home. En la parte superior se encuentra el menú

tradicional con las seis pestañas que integran al reportaje multimedia. Adicionalmente está una

franja interactiva en la que se explica con mayor detalle el contenido de cada pestaña, esto con la

posibilidad de que el usuario decida a cuál de ellas dirigirse.

3.2. Reportaje

En esta pestaña está el reportaje titulado “Ellos venden placer”, considerado la columna

vertebral del reportaje multimedia porque contiene el objetivo principal de la investigación:

describir cómo es la construcción de identidad en los hombres que ejercen el trabajo sexual en el

centro de Bogotá, que se narra a partir de un relato de la experiencia en un centro comercial en el

que se encuentran los protagonistas de la historia.

El usuario puede leer el reportaje a medida que va bajando el cursor. Asimismo, el texto

está acompañado de ilustraciones fragmentadas que hacen alusión a la identidad de la que se

habla durante el reportaje. Estas imágenes también figuran como separadores entre los

intertítulos.

El análisis de las entrevistas a fuentes vivas y fuentes documentales fue el material

utilizado para la construcción del reportaje escrito. En este texto, a través de las mismas voces de

los participantes y la observación del narrador se pretende describir la forma en cómo estos

sujetos construyen su identidad. A partir de las respuestas y las escenas que son contadas en el

texto, se puede observar esto. El reportaje utiliza los relatos de vida como una excusa para

mostrar los factores que han contribuido a la construcción de su identidad individual.


58

Los hombres entrevistados se paran en la entrada del centro comercial Terraza Pasteur

para ofrecer servicios sexuales. Este lugar solo figura como el punto de encuentro entre los

trabajadores sexuales y los clientes pues el servicio se lleva a cabo en otro lugar.

En el desarrollo del reportaje se leen varios relatos de los hombres entrevistados. Con

esto se pretendió que fueran los mismos sujetos quienes se narraran, a través de sus experiencias.

Asimismo, se pretendió contar cómo es la construcción de su identidad teniendo en cuenta sus

trayectorias de vida y sus vivencias en el trabajo sexual.

En este texto hay dos personajes principales que son Violeta, quien es trabajadora sexual

y la narradora, quien cuenta su experiencia conociendo a los participantes. El escrito está

estructurado por intertítulos, que le cuentan al lector sobre qué se va a hablar en esa sección. Este

reportaje presenta la historia de seis hombres que ejercen trabajo sexual y cuenta cómo este

oficio ha sido un elemento importante en la construcción de su identidad individual. El texto

recrea imágenes y escenarios que reflejan la identidad de estos sujetos y cómo influye el trabajo

sexual en la construcción de esta.

3.3. Podcast

En la segunda pestaña se encuentra “¡Qué putería!” un podcast de cuatro episodios, que

no corresponden a un orden en específico, sino que el usuario puede escucharlos de manera

independiente, sin depender de la información de los otros capítulos.

Este podcast es el resultado del análisis de las entrevistas realizadas a los expertos, sobre

su percepción del trabajo sexual y cómo consideran que se da la construcción de identidad de los

hombres que lo ejercen.


59

La interfaz de esta pestaña está constituida por dos franjas, en la primera está el nombre y

la información general del podcast, además de un botón que direcciona al reproductor de Spotify.

Sin embargo, dentro de la misma interfaz es posible reproducir cada capítulo. En la segunda

franja se encuentran los cuatro episodios con su respectiva descripción y tiempo de duración.

Allí es posible dar clic y automáticamente se reproducirá el capítulo que desee.

Este es un podcast, dirigido por la voz de Indira Córdoba y Leidi Asprilla, en el que se

conversa con los expertos sobre trabajo sexual y se abordan otros temas que se relacionan con

este oficio y los sujetos que la practican.

Los cuatro capítulos del podcast abordan una temática diferente. “Fragmentos de una

identidad” es uno de ellos y se considera como el capítulo más importante. Allí se habla sobre las

cualidades de la identidad de los hombres que ejercen este oficio y sobre cómo se da esa

construcción. Las intervenciones son de los expertos en trabajo sexual que fueron entrevistados

virtualmente, debido a la emergencia por el Covid-19.

“La vergüenza de vender placer” aborda el tema sobre los imaginarios sociales que

existen respecto al trabajo sexual y aquellas ideas que tienen como base el estigma y discriminan,

de alguna forma, a los hombres que ejercen este trabajo. Con este podcast se pretende explicar

cómo el trabajo sexual es visto, por parte de la sociedad, como un trabajo “diferente”, en todos

los sentidos, de los demás oficios. Aquí se explica cómo esos imaginarios sociales afectan el

ejercicio de este trabajo y cómo lo reciben las personas que lo practican.

“Al estilo del trabajo sexual” es un episodio que plantea el debate sobre si el trabajo

sexual es o no un estilo de vida. Aquí se habla sobre cómo el trabajo sexual influye en la

cotidianidad de las personas y se convierte en un elemento de construcción de identidad. Más


60

que un espacio para discutir, no se pretende dar una opinión radical frente al tema, sino presentar

argumentos que sean reflexionados por la audiencia y sea ella quien saque sus propias

conclusiones.

“Ellos venden placer” es un episodio especial del podcast. En este capítulo no participan

expertos, sino que hay una conversación entre quienes dirigen el podcast, Indira Córdoba y Leidi

Asprilla, y los hombres entrevistados, que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá. Este

episodio se considera diferente porque tiene como objetivo que los hombres, quienes son el tema

de conversación en los otros tres podcasts, tengan la oportunidad de dar su opinión y contar sus

historias. Con este especial se busca que la audiencia entienda la dinámica del trabajo sexual

desde la voz de quienes lo ejercen.

El objetivo de ¡Qué putería! es brindarle al usuario una perspectiva académica sobre el

trabajo sexual. La participación de los expertos y de los hombres que ejercen el trabajo sexual le

brinda al usuario una experiencia diversa, en la que puede reflexionar sobre la construcción de

identidad de los hombres que ejercen este oficio y también, conocer sobre el contexto de esta

ocupación.

3.4. Reseña

En esta pestaña de la página se encuentra una reseña crítica en la que se hace análisis a

cuatro películas que tienen como tema el trabajo sexual masculino. Esta reseña se presenta en

una pieza interactiva, en la cual el usuario puede dirigirse al intertítulo que más le interese y dar

clic en diferentes hipervínculos que lo direccionan a información que complementa la reseña,

como los trailers de cada película.


61

En este escrito se estudia la identidad que es representada en la industria cinematográfica

y la percepción que esta puede suscitar en los espectadores. El texto pretende hacer un análisis

crítico sobre las algunas de las películas más icónicas sobre el trabajo sexual masculino, por esto,

fueron escogidas las siguientes: Sauvage, My own private idaho, Strapped y American playboy.

Uno de los aspectos que más se tuvo en cuenta fue la forma en cómo los sujetos son

narrados en estas producciones y si dicha narración corresponde al contexto de la realidad

evidenciada durante el trabajo de campo de esta investigación.

Cabe resaltar que, aunque es un tema poco abordado por la industria del cine, las

películas que existen tienen miradas diversas sobre el tema. Algunas de esas perspectivas son

vistas desde el estigma y desde los imaginarios sociales. Otras, tienen elementos en común con el

contexto real del trabajo sexual. Esta reseña se desarrolla a partir de cuatro intertítulos que le

sugieren al lector sobre qué se va a hablar. “La familia, un vínculo muy importante”;

“Imaginarios sociales: vicios, alcohol y drogas”, “un ambiente para hombres gays”; “El amor, un

encuadre para cada historia”; y “Recrear la realidad, un reto para la industria del cine”.

3.5. Sus historias

Esta pestaña de la página web es una sección dedicada a los participantes que

contribuyeron al resultado de este trabajo de grado, cinco hombres que ejercen el trabajo sexual

en el centro de Bogotá. Allí los usuarios podrán conocer a los hombres protagonistas de esta

investigación.

La forma en que se presenta a los participantes es a través de una pieza interactiva que

contiene cinco libros. A ellos se les preguntó: “si usted escribiera un libro sobre su vida ¿cómo lo

titularía?” las respuestas de cada uno de los hombres entrevistados corresponden al título de cada
62

libro. Al hacer clic sobre cualquier libro que llame la atención del usuario, se va a encontrar una

dedicatoria y una breve historia que cuenta cómo empezaron en el trabajo sexual.

Con esto se buscó que fueran los mismos sujetos quienes se narraran y se presentarán,

que contaran algo de su historia y de quiénes son. Asimismo, esta actividad también tenía el

propósito de observar su autopercepción, quiénes son y cómo les gustaría ser reconocidos.

3.6. Equipo

En esta pestaña de la página web se presentan a las autoras de esta investigación, quienes

fueron las responsables de crear y diseñar el sitio web. Asimismo, el usuario encontrará la razón

de cómo nació la investigación y se le brinda la opción de que lea el texto completo que contiene

la fundamentación teórica del trabajo de grado.

Es importante mencionar que al principio de la investigación se tenía como objetivo

desarrollar un trabajo de campo más amplio; sin embargo, debido a la emergencia sanitaria,

causada por el Covid-19, dicho trabajo de campo tuvo que ser adaptado. Debido a esto, el

contacto con otros hombres que ejercen el trabajo sexual no pudo continuar, ya que solo puede

hacerse de manera presencial; al igual que no se pudo obtener registro visual y se debió recurrir a

ilustraciones.
63

Capítulo 4. Conclusiones

Los resultados de este trabajo de grado permitieron obtener conclusiones que son

clasificadas en cuatro categorías. Esto se debe a que hubo retos y aprendizajes desde el ámbito

temático, periodístico, académico y personal, que permitieron un análisis y abordaje integral para

esta investigación.

4.1. Conclusiones temáticas: una identidad fragmentada

Para llegar a las conclusiones de este trabajo de grado se hizo un análisis comparativo

entre las diferentes fuentes a las que se acudieron: investigaciones académicas, entrevistas

realizadas a expertos que conocen sobre el trabajo sexual y a hombres que ejercen este oficio.

Luego de analizar las entrevistas realizadas a fuentes documentales y fuentes vivas, como

expertos en trabajo sexual y hombres que ejercen este oficio se pudo observar cómo es la

construcción de identidad en estos sujetos.

Un análisis narrativo permitió, a través de sus relatos, comprender los factores que

influyen en su construcción de identidad. Conversar con ellos, conocer sus narrativas y la forma

en cómo se cuentan a sí mismos, permitió entender que los hombres (entrevistados) que ejercen

el trabajo sexual construyen su identidad bajo el estigma y el ocultamiento. Esto, a raíz de los

imaginarios sociales y estereotipos (negativos) que existen sobre el trabajo sexual y más cuando

es ejercido por el hombre.

En primer lugar, los hombres que ejercen el trabajo sexual construyen su identidad a

partir de los imaginarios sociales. La sociedad ha creado ideas negativas sobre esta actividad. Las

conversaciones e ideas que se escuchan están basadas en el estigma y el señalamiento negativo.

Estos imaginarios en torno al trabajo sexual suscitan que los hombres que lo ejercen construyan
64

su identidad a partir de la clandestinidad y el estigma; esto genera una fragmentación en la

identidad debido a que los sujetos se representan de dos formas, según el contexto en el que se

encuentren. Por un lado, muestran la identidad aceptada socialmente y, por otro lado, se

encuentra la identidad que está atravesada por el trabajo sexual. Esta última, es ocultada para

evitar los rechazos y los señalamientos por ejercen el oficio.

El apego familiar es un elemento importante en la construcción de la identidad individual.

Para los hombres trabajadores sexuales (entrevistados) la familia se presenta como un símbolo

valioso en sus vidas. Por esto, la afectación a esta figura significa una decepción para ellos como

integrantes de ese núcleo familiar. Mencionar el trabajo sexual, para ellos, no es una opción.

La familia es uno de los pilares más importantes para ellos. De hecho, una de las razones

por las cuales llegaron al mundo del trabajo sexual fue para dar un mejor futuro a sus seres

queridos, en especial, a sus madres. Al hablar sobre el tema familiar, se toca una fibra sensible de

cada uno, pues evitan mencionar en su entorno familiar que son trabajadores sexuales, temen ser

una deshonra y deciden callar. Esto se configura como una identidad oculta, al menos, para su

familia.

Gracias a las entrevistas realizadas a los expertos se pudo observar y analizar desde otra

perspectiva la construcción de identidad en los hombres que ejercen el trabajo sexual. Los

expertos explicaron cómo los imaginarios sociales y la identidad social que se ha construido

alrededor de ellos contribuye a ese proceso de construcción de sí mismos. El estigma y las

representaciones que describen a esta población, de manera generalizada, han creado ciertos

patrones que esta población práctica, uno de los principales: la clandestinidad y el ocultamiento.

Esta información brindada por los expertos se comparó con las conversaciones realizadas a los

seis participantes, que son hombres que ejercen el trabajo sexual en el centro de Bogotá.
65

A partir de un análisis realizado a cuatro producciones cinematográficas que abordan el

tema del trabajo sexual masculino se logró estudiar la identidad representada en estas películas y

así compararlas con las entrevistas. Con ello, se evidenció que hay una parte de la narrativa que

concuerda con la realidad de un trabajador sexual, sin embargo, la otra parte representada en las

películas, refuerza los imaginarios sociales que se tienen sobre el trabajo sexual masculino y se

alimentan algunos de los estereotipos que definen a un hombre que vende su cuerpo a cambio de

dinero.

El trabajo sexual tiene imaginarios sociales basados en la vergüenza y el estigma. Cuando

se habla de este oficio, en muchas ocasiones, las conversaciones se concentran en señalarlo como

una actividad que va en contra de las buenas costumbres, de la moral y de lo socialmente

aceptado. Algunos de esos imaginarios sociales representan a los hombres que ejercen el trabajo

sexual como hombres homosexuales. Al analizar las entrevistas realizadas, a los hombres

trabajadores sexuales del centro de Bogotá, se observó que, en el proceso de su construcción de

identidad, su orientación sexual no está relacionada con su trabajo. Para estos hombres, las

preferencias sexuales no se determinaron a partir del ejercicio de este oficio, sino que estaban

claras mucho antes de ejercer esta actividad.

Por otro lado, durante la investigación se evidenció que hay una contradicción en los

relatos de los hombres. Ellos aseguran que se sienten orgullosos de ejercer el trabajo sexual y

que no se avergüenzan de ejercerlo, pues no les importan los imaginarios sociales y las opiniones

de las demás personas; sin embargo, aunque en su discurso lo afirman, esto difiere con su

actividad ya que siguen ejerciendo su oficio bajo el ocultamiento. De este modo, siguen

alimentando su identidad clandestina y alterna a la socialmente aceptada.


66

Es pertinente aclarar que estos resultados no pueden ser aplicados a todos los hombres

que ejercen el trabajo sexual, ya que estos son observados según el contexto específico, que para

este trabajo fue el centro de Bogotá. Al final de esta investigación las entrevistas dieron cuenta

de la influencia que tiene su oficio sobre la construcción de su identidad. El trabajo sexual es un

elemento importante en la forma como ellos se narran y tienen un estilo de vida.

Asimismo, luego de conversar con los hombres sobre su trayectoria de vida, la razón por

la que iniciaron en el trabajo sexual y sus vivencias en su entorno laboral se observó las diversas

narrativas alrededor de su identidad. En tanto, el ejercicio del trabajo sexual ha suscitado en ellos

una nueva forma de narrarse, pues lo que han vivido dentro y fuera de lo que escogieron como su

trabajo ha influido en la forma en cómo se ven a sí mismos y con ello en la construcción de su

identidad.

4.2. Conclusiones académicas: un vacio académico

Al inicio de este trabajo de grado se realizó una búsqueda de documentos, investigaciones

y estudios que abordan el trabajo sexual ejercido por hombres. Para esto, se acudió a bases de

datos y buscadores. Al indagar sobre el estado del arte que hay sobre el trabajo sexual se observó

que hay una atención especial con un enfoque femenino. Los documentos encontrados y las

investigaciones que hay sobre este tema lo abordan desde una perspectiva jurídica, sanitaria o

como un fenómeno social, dejando a un lado la importancia del estudio de los sujetos.

Respecto a esto, son importantes dos puntos. En primer lugar, que la academia comience

a investigar de manera exhaustiva el tema del trabajo sexual masculino, que se desarrolle una

fundamentación teórica y debates sobre este asunto. Es pertinente que se investigue el trabajo

sexual masculino como fenómeno social, pero también como una dinámica laboral.
67

En segundo lugar, se deben desarrollar trabajos investigativos respecto a los hombres

trabajadores sexuales. Al elaborar el estado del arte se evidenció que hay un vacío en torno a este

tema, pues las investigaciones, artículos académicos, tesis y demás, estudian el trabajo sexual,

pero desde un enfoque femenino. Por tal razón, este trabajo de grado abre paso para que futuras

investigaciones aborden el trabajo sexual masculino desde sus diferentes vertientes, así como se

hace con el trabajo sexual ejercido por mujeres. También, podría servir como insumo para

quienes quieran conocer y estudiar a los sujetos que practican esta actividad económica.

Asimismo, con el análisis del estado del arte se evidenció que los pocos trabajos e

investigaciones académicas que tienen como tema el trabajo sexual masculino se enfoca en

estudiarlo como un fenómeno social en el que estudian sus dinámicas, la caracterización de la

población que lo ejerce y los asuntos jurídicos y de salud pública que este tema enmarca. Es por

esto, que surge la iniciativa de abordar un tema poco estudiado y además hacerlo desde un

enfoque diferente, desde la construcción de identidad de los hombres que ejercen este trabajo.

Por otro lado, durante la elaboración del marco histórico y el estado del arte se encontró

que existe una controversia en tanto no es claro el término adecuado con el cual se puede

nombrar esta actividad. Existe un debate en torno a si es o no un trabajo, por lo cual, en algunas

investigaciones se dirigen a esta actividad como trabajo sexual y en otras como prostitución.

El uso de estos términos depende de la legislación de cada país, pues en algunos este

oficio no es reconocido como trabajo. Por esto, en el marco histórico de este trabajo de grado, se

inicia hablando de prostitución, el cual fue el término más antiguo, y luego se menciona trabajo

sexual.
68

En este sentido, para la elaboración de este trabajo de grado se decidió optar por utilizar

el término de trabajo sexual y nombrar a quiénes lo ejercen como trabajadores sexuales. Esto por

la sentencia T-629 de 2010, a partir de la cual, la Corte Constitucional de Colombia reconoce

esta actividad como un trabajo.

4.2. Conclusiones periodísticas: la pandemia un nuevo desafio para el periodismo

Esta investigación nació para cumplir el objetivo principal del periodismo, contar

historias, especialmente aquellas que han sido opacadas. El trabajo sexual masculino y los

hombres que lo ejercen es un tema que poco ha sido contado y es pertinente hacerlo. Como ha

sido un tema poco estudiado nuestra primera dificultad fue encontrar las fuentes primarias para

este trabajo, a los hombres trabajadores sexuales.

Por esto tuvimos retrasos con la reportería y el trabajo de campo, pues fue un arduo

trabajo lograr encontrar hombres que ejercieran el trabajo sexual y además que estuvieran

dispuestos a ser entrevistados. Asimismo, para lograr el contacto directo con ellos, primero,

tuvimos que acudir a fuentes terceras que, paulatinamente, nos fueron acercando a estos

hombres.

Después de haber superado esta dificultad, el siguiente reto fue lograr ganarnos la

confianza de ellos para que estuvieran en disposición de conceder su tiempo de trabajo para

realizar las entrevistas. De esto logramos únicamente seis entrevistas, de las cuales, solo cinco de

ellos autorizaron ser grabados.

Por otro lado, Uno de los mayores retos periodísticos fue tener que adaptarnos al tiempo

y espacio de los entrevistados, ya que las entrevistas fueron realizadas en su espacio de trabajo.
69

Esto implicó que algunos espacios de conversación fueran interrumpidos por las dinámicas que

corresponden al trabajo sexual masculino.

En un comienzo, el trabajo de campo se había pensado que fuera más amplio, sin

embargo, en medio de la reportería ocurrió la emergencia sanitaria, producto del Covid-19. El

confinamiento, debido a la pandemia, nos obligó a adaptar nuestro trabajo de grado a las nuevas

circunstancias, puesto que fue imposible seguir con el trabajo de campo. Tuvimos que pasar de la

reportería presencial a la virtual.

Con la reportería virtual no fue posible ubicar más hombres trabajadores sexuales, puesto

que, primero, no era posible contactarlos por teléfono o algún otro medio virtual, y segundo, la

virtualidad no permitió que se generarán espacios de confianza para que ellos aceptaran las

entrevistas, como sucedió en un primer momento. Tras este panorama las entrevistas a los

hombres trabajadores sexuales culminaron.

Por otro lado, para este trabajo de grado además de los hombres trabajadores sexuales

también fue necesario tener otras fuentes, las cuales fueron denominadas como expertos. Estas

fuentes son consideradas como fuentes secundarias, en tanto han estudiado y tienen una cercanía

al trabajo sexual desde diferentes perspectivas. Estas entrevistas tuvieron que ser realizadas de

forma virtual, debido a la emergencia sanitaria.

Esto representó un reto periodístico en la medida en que tuvimos que adaptarnos a

realizar una reportería que no es propia del periodismo, pues no es lo mismo realizar una

entrevista presencial, en la que el periodista puede darse cuenta de otros aspectos relevantes

como el espacio y el contexto del entrevistado, que hacer una entrevista en la que solo es posible
70

ver a la persona por medio de una cámara, o en la mayoría de nuestros casos, solo escuchar la

voz.

Con la situación de la pandemia por el Covid-19, aprendimos que el periodismo debe

adaptarse a las circunstancias de cada contexto. Esto implicó reinventarse y continuar con el

trabajo de una forma diferente, sin perder la calidad y la rigurosidad de la investigación

periodística. Asimismo, se pudo evidenciar la importancia del periodismo digital en esta

coyuntura. Por un lado, debido a las entrevistas que se realizaron por plataformas virtuales y por

llamadas telefónicas; y, por otro lado, la elaboración de los resultados de la investigación

publicados en una página web, con piezas digitales.

4.2. Conclusiones personales: retos y aprendizajes

Este trabajo de grado fue un reto para nosotras, debido a que nuestra postura frente al

tema del trabajo sexual no considera correcta la venta del cuerpo. Este reto fue asumido de

manera positiva porque el periodismo consiste en desligarse de las posturas ideológicas y narrar

las diferentes realidades que necesitan ser contadas. Precisamente, ese fue el resultado de la

investigación, logramos desarrollar un trabajo imparcial, en el que no es evidente nuestra postura

ni tampoco nuestra opinión personal.

Esa postura individual no impidió que pudiéramos acercarnos a esta realidad y lograr, a

nuestra consideración, un buen trabajo de campo. Asimismo, la reportería fue realizada con

rigurosidad y disfrutando la oportunidad de conocer este contexto y las historias que hay detrás

de los hombres que venden placer.


71

Aunque esta investigación no cambió nuestra postura frente al trabajo sexual, obtuvimos

nuevos conocimientos que nos permitieron comprender las diversas realidades y la complejidad

de las historias de vida de los hombres que ejercen el trabajo sexual.

Al realizar este trabajo en pareja nos dimos cuenta de la importancia de las capacidades

individuales de cada una, y fusionarlas permitió que se obtuvieran resultados más enriquecedores

y con un abordaje más amplio. El producto de esta investigación confirmó la importancia de un

buen trabajo en equipo y buenas relaciones personales.

Durante el desarrollo de esta investigación hubo un gran desafío relacionado con la

colaboración de los hombres entrevistados. Para obtener una entrevista, algunos de ellos pidieron

dinero a cambio de información. Frente a esto fue un gran reto porque como investigadoras

nunca pretendimos hacer un trabajo extractivista, en el que se pagara por recibir información;

sino que buscamos transformar el territorio a través de la visibilización de sus historias. Por esto,

se llegó a un acuerdo en el que se brindaron refrigerios después de cada encuentro con los

entrevistados, como forma de agradecimiento por su tiempo.

Con este trabajo de grado quisimos abrir un espacio para la investigación sobre los

hombres que ejercen el trabajo sexual. Esperamos que sea un insumo para la academia y para el

periodismo. Queremos que nuestro trabajo de grado motive a los investigadores y a los

periodistas a seguir narrando historias sobre aquellos que poco han sido contados, los hombres

trabajadores sexuales.

Al final de este trabajo de grado aprendimos que, aunque durante su desarrollo se nos

presentaron dificultades, el periodismo puede reinventarse y adaptarse a una pandemia mundial.


72

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