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Editorial Unillanos.

Propuesta de una editorial para la Universidad de los Llanos

Autora:

Catalina Ramírez Ajiaco

Trabajo de grado para optar por el título de:

COMUNICADORA SOCIAL

Campo profesional:

Producción Editorial

Director:

Jose Luis Guevara

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Comunicación Social

Bogotá, 2014

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Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana Artículo 233

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos
en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y
la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente
personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.

2
Bogotá, 24 de noviembre de 2014

Señora:
MARISOL CANO BUSQUET
Decana Académica
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana

Cordial saludo,

Me dirijo a Usted para presentar el trabajo de grado Editorial Unillanos. Propuesta de una editorial
para la Universidad de los Llanos con el que opto por el título de Comunicadora Social, con énfasis
en Producción editorial.

Esta monografía teórica presenta una propuesta de editorial universitaria para la Universidad de los
Llanos, partiendo de múltiples reflexiones correspondientes a la producción académica e
investigativa en el país. Con lo anterior se pretende aportar un análisis respecto al oficio de la
edición universitaria, y brindar herramientas teóricas que contribuyan a la creación de la Editorial
Unillanos.

Agradezco la atención prestada.

Atentamente,

Catalina Ramírez Ajiaco


Estudiante de Comunicación Social
Énfasis en Producción Editorial
Pontificia Universidad Javeriana

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Dedicatoria

A Dios por la posibilidad de cumplir un sueño


A mis padres por apoyarme y hacerlo realidad
A mi familia y amigos por no abandonarme en el proceso
A Unillanos por aportar a mi formación profesional

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Tabla de contenido

Introducción....................................................................................................................................... 6

Capítulo 1. – El editor universitario: Una aproximación a la comunicación de la ciencia y el


contexto de la producción intelectual en Colombia y la Orinoquía .............................................. 9
La comunicación de la ciencia ...................................................................................................... 10
La producción intelectual de las universidades: la comunicación de la ciencia en Colombia y la
Orinoquía ...................................................................................................................................... 15
Medición y validación de la producción intelectual .................................................................. 17
La Universidad de los Llanos en el contexto nacional .............................................................. 20
El editor de Unillanos ................................................................................................................... 23

Capítulo 2. – Programa editorial: propuesta del catálogo editorial y las colecciones desde la
producción intelectual de Unillanos............................................................................................... 28
Grupos de investigación y la producción académica ................................................................... 29
Tipos de publicaciones en la producción intelectual de una editorial universitaria .................... 35
El libro como objeto ...................................................................................................................... 37
Las colecciones de la editorial Unillanos ..................................................................................... 39

Capítulo 3. – Estructura interna y proceso editorial ................................................................... 41


Estructura editorial ....................................................................................................................... 42
Estructura interna de la editorial Unillanos ................................................................................. 44
Comité Editorial ........................................................................................................................ 44
Consejos de Facultad................................................................................................................. 46
Área administrativa de la editorial ............................................................................................ 48
Proceso editorial ........................................................................................................................... 49

Capítulo 4. – Los lectores, las prácticas de lecturas y los canales de distribución .................... 52
Los lectores y sus prácticas........................................................................................................... 53
Distribución y circulación del libro académico: de la editorial a las manos de los lectores ....... 58

Conclusiones .................................................................................................................................... 63

Bibliografía ...................................................................................................................................... 65

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Introducción

La edición académica y universitaria no es uno de los temas de mayor interés durante el proceso
formativo, y a pesar de que como miembros de una institución de educación superior se está
directamente involucrado con la producción intelectual, no se llega a concebir completamente la
importancia de este organismo en las universidades.

El acercamiento como estudiantes a este tipo de edición se produce a partir del consumo o lectura
de los contenidos como herramientas bibliográficas. No obstante, no se hace una reflexión profunda
sobre lo que una editorial en el campo académico representa. Lo anterior, precisamente, fue uno de
los objetivos de este documento.

El tema de investigación de esta tesis surge ante el acercamiento al problema de la producción


intelectual de la Universidad de los Llanos, y lo que representaba para los investigadores de esta
institución no contar con una editorial que abalara sus libros resultado de investigación. La
producción parcializada; sin estrategias de difusión y distribución; la ausencia de procesos
editoriales establecidos y un consejo editorial consolidado que garantice una selección adecuada de
los manuscritos, fueron los elementos de los que partió la iniciativa de diseñar una propuesta de
editorial para Unillanos.

Para lograr el propósito de la tesis, se partió de hacer una serie de preguntas que serían abordadas en
cada parte del documento: ¿qué es la comunicación de la ciencia y su relación con la edición
académica? ¿Cómo configurar una propuesta de editorial universitaria sin que esté desvinculada al
contexto local y nacional? ¿Qué características deben tener el equipo de trabajo de una editorial?
¿Cómo hacer llegar la producción intelectual de Unillanos a públicos más amplios? ¿Quiénes son
los lectores y los autores, así como sus prácticas de lectura y escritura respectivamente?

De esta manera, para poder lograr el propósito de la tesis y responder a estas incógnitas, se
abordaron distintos conceptos y temáticas relacionadas con la edición universitaria en el país y de la
Orinoquía, para que a partir de ellos, se propusieran reflexiones en torno a estos. Este conjunto de
elementos permitirán contextualizar la propuesta de la editorial teniendo en cuenta la realidad
nacional y regional, apuntando a que responda a la producción intelectual de Unillanos y la de sus
lectores.

Por este motivo, la tesis se dividió en cuatro capítulos, los cuales contienen reflexiones sobre temas
como el editor universitario, las directrices gubernamentales para la medición y validación de la
6
producción académica, el proceso y la estructura de la editorial así como los posibles lectores
relacionados con las prácticas de investigación de la universidad.

El editor universitario de Unillanos: Una aproximación a la comunicación de la ciencia y el


contexto de la producción intelectual en Colombia y la Orinoquía es el primer capítulo de la tesis,
donde se presentara la problemática de la comunicación de la ciencia como un fenómeno que afecta
la transmisión y apropiación del conocimiento científico socialmente. Además se aborda la
normatividad alrededor de los procesos de investigación en el país, desde las convocatorias de
medición y validación de grupos de investigación y editoriales que realiza Colciencias. Igualmente
se brinda un panorama del contexto local de la Orinoquía frente a la producción académica,
deteniéndose en cómo se desarrollan las investigaciones y las áreas de conocimiento dentro de
Unillanos. Todo lo anterior con el objetivo proponer un editor universitario para la Universidad de
los Llanos con una serie de características que le permitan responder a las dinámicas y retos en los
que está inmersa la investigación y producción editorial de la institución.

El segundo capítulo, Programa editorial Unillanos: una aproximación a las colecciones desde la
producción intelectual de la universidad, se presenta la propuesta del programa editorial de
Unillanos, partiendo del acercamiento a la producción intelectual de la universidad. Su objetivo es
proponer las colecciones como parte esencial dentro de una editorial universitaria. Para desarrollar
este tema se realizó un reconocimiento de los grupos de investigación de la universidad y sus
publicaciones registradas en GrupLac, la plataforma en línea de Colciencias donde se puede acceder
y conocer la información de los grupos de investigación de acuerdo a la institución en la que están
registrados. El capítulo finaliza con la propuesta de las colecciones para la editorial Unillanos, en
las cuales se organizan las publicaciones de acuerdo al área de conocimiento y la tipología del texto.

En Propuesta de estructura interna y proceso editorial para Unillanos, el tercer capítulo de la tesis,
se organiza una propuesta de la estructura organizacional y administrativa, la cual es responsable
del cumplimiento de las actividades del proceso editorial. Con esto se orientan las tareas, acciones y
actores dentro de la universidad que serán los encargados de velar por la calidad, edición y
distribución de las publicaciones.

Por último, Los lectores, las prácticas de lecturas y los canales de distribución para acercar las
obras a sus públicos finaliza la tesis, en donde se hace una reflexión en torno a los lectores y su
importante labor en la difusión de la ciencia, porque gracias a sus prácticas de lectura son los
encargados de la apropiación cultural de los conocimientos. Este acercamiento a los lectores se

7
realiza con el objetivo de conocer su contexto y determinar canales de distribución que acerquen la
producción académica de la universidad a los públicos propuestos.

De esta manera se analizan distintos elementos que deben componer una editorial universitaria, así
como aspectos que deben ser tenidos en el campo de la edición académica. Además de la propuesta
editorial, la tesis también pretende aportar una reflexión sobre la realidad investigativa y científica
en el país, así como el contexto en el que se encuentra inmersa la edición universitaria. Lo anterior
para entender su importancia en la generación y difusión de nuevos conocimientos, que aporten al
desarrollo científico y cultural de la sociedad.

8
Capítulo 1

El editor universitario de Unillanos:

Una aproximación a la comunicación de la ciencia y el contexto de la producción


intelectual en Colombia y la Orinoquía

La producción de nuevos conocimientos hace parte esencial de la labor de las instituciones de


educación superior, en los que los claustros académicos se transforman en los escenarios donde
parten proyectos de investigación frente a distintas problemáticas o casos de estudio que afectan
tanto a la ciencia como a una comunidad específica. Esta responsabilidad con el desarrollo
científico y social busca que toda respuesta y hallazgo pueda ser trasmitida a un grupo mayor de
personas, ya sea dentro del círculo académico o fuera del mismo. Sin embargo esta acción requiere
de mecanismos que contribuyan a difundir el conocimiento e introducirlo socialmente, como una
práctica cultural.

Respecto a la anterior idea, Anaya (2010) maneja un concepto similar, donde define las
universidades como “una comunidad académica que desempeña tres funciones primordiales
relacionadas con el saber: docencia, investigación y difusión cultural: es decir, le corresponde
contribuir al avance, a la preservación y diseminación del conocimiento en la sociedad” (p. 2). No
obstante, esta importancia no solo radica en el diseminar el conocimiento dentro de la comunidad
científica, sino poner los saberes a disposición del público fuera del círculo académico. Esta labor
recae sobre el proceso de producción y publicación del texto académico y es en la edición
universitaria donde la culminación imprescindible de toda investigación es legitimada como parte
del universo de la actividad científica (Anaya, 2010, p. 2).

De esta forma, al hablar de la producción intelectual de una universidad y los procesos de


transmisión de la misma, se debe hacer referencia a la comunicación de la ciencia y su problemática
frente al reto de hacer el conocimiento académico accesible a la sociedad. Esto involucra una serie
de actores y acciones que serán garantes y condicionantes de que todo producto investigativo sea de
calidad y que se dispongan los medios necesarios para que llegue a su público lector. Por tal razón,
en el proceso editorial también se deposita el papel de la transmisión del conocimiento, liderado por

9
el editor universitario, quien encamina la producción intelectual y su divulgación con el propósito
de hacer asequibles los nuevos saberes en el espacio social.

Por consiguiente en este capítulo se presentarán diversos referentes respecto a la labor editorial: la
comunicación de la ciencia como elemento articulador entre la universidad y la esfera social, y el
editor universitario como precursor de la transmisión del cocimiento científico y la apropiación
cultural del mismo a través de prácticas que contribuyan en el desarrollo de la sociedad. Además, se
hará una aproximación inicial a la reflexión de la actividad editorial en el contexto nacional y
regional de la Orinoquía, lo anterior con el objetivo de presentar una propuesta de un editor
universitario que corresponda a la realidad académica y social de la Universidad de los Llanos.

La comunicación de la ciencia

Durante el último siglo, la ciencia ha realizado innumerables hallazgos que han revolucionado la
forma en la que se concibe el mundo. Desde el bosón de Higgs —la denominada “partícula de
Dios”— del cual depende que la teoría que actualmente explica el universo visible exista, hasta la
culminación del Proyecto Genoma Humano el cual descifró la secuencia completa del ADN, el
conocimiento científico ha avanzado, permitiendo el desarrollo de nuevas capacidades y un futuro
cercano más prometedor.

La labor social de la ciencia, más allá de la comprensión de los fenómenos, es la de disponer sus
hallazgos ante la esfera social, a partir de espacios ‘democratizantes’ en los que el acceso a los
saberes se extienda a la comunidad en general. Para ello, se requiere de una comunicación efectiva,
es decir, añadir elementos de lenguaje y contenido que permitan comprender la información. De
esta manera se facilita el traspaso de nuevo conocimiento al plano social, donde se pueden brindar
respuestas técnicas a los problemas.

Por esta razón, se debe vincular en este escenario a la academia, porque es el espacio donde
participan múltiples actores que involucran su conocimiento dentro de proyectos de investigación
que inventiva el desarrollo científico. Además el diálogo constante entre el entorno académico y la
sociedad permite el acceso al conocimiento y, a su vez, la apropiación de este como parte de la
cotidianidad de los sujetos, contribuyendo al desarrollo cultural y científico (Roland, 2005, p. 65).

Sin embargo, la comunicación dinámica entre academia y sociedad puede presentar distintos
problemas, debido a que aún la habilidad de comunicar los resultados de una investigación es

10
limitado (Henderson-Sellers, 1998, p. 301). En efecto, las prácticas de escritura de los científicos
en ocasiones muestran una prioridad en la producción de datos divididos en
“conclusiones/perspectivas/implicaciones”, mas no en el desarrollo y proceso de la investigación,
así como elementos metodológicos.

Marie-Claude Roland (2007) y Percy H. Tannenbaum (1963) identifican la dificultad de los


investigadores de distanciarse de sus procesos científicos y comunicar de forma adecuada
según los públicos los hallazgos de sus estudios. En primera medida, Roland afirma la
contraposición de intereses e implicaciones en el trabajo académico: “muchos críticos han
señalado en sus informes que frecuentemente, los autores no parecen ser conscientes del
interés y significado de sus investigaciones” (2007, p. 67). Por su parte, Tannenbaum
enfatiza otro elemento de la problemática citando a J. Robert Oppenheimer, quien afirmaba
que “la ciencia está definida en palabras y frases las cuales son ‛al menos imposibles de
traducir’ en un lenguaje convencional. En efecto, esta es la razón por la que varios campos
de la ciencia han desarrollado su propio vocabulario especializado; el lenguaje existente era
inadecuado para expresar nuevos conceptos con la necesaria especificidad y precisión”
(1963, p. 581). Estos dos autores plantean cómo el problema de la transmisión del
conocimiento desde la producción científica presenta varias aristas, muchas de ellas
relacionadas con el lenguaje y las estructuras de los contenidos, tal vez, por un
desconocimiento del tipo de lectores a los que les apuntan sus publicaciones, ya que parece
que gran parte de los textos académicos están diseñados para lectores del ámbito científico.

Añadiendo a lo anterior, el lenguaje científico también representa una barrera en el proceso del
“traducción” del texto académico, ya que intentar hacer más asequible el texto académico a un
público amplio puede hacer que se genere un uso indiscriminado de clichés y frases que
estandarizan el verdadero significado de un hecho científico (Tannenbaum, 1963, p. 581). La
justificación de este hecho, aunque recae en mejorar el alcance con una mayor audiencia, puede no
facilitar la trasferencia del conocimiento de forma adecuada, ya que puede sobrentender la realidad
de la investigación en sí. Sin embargo, el escenario es difícil de explicar si no se concibe dentro de
un proceso en el que inciden factores como el lenguaje y el público objetivo, dentro de la
producción científica.

Tannenbaum describe este proceso denominado la “cadena de la ciencia”:

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El científico es el recurso inicial del proceso. A menudo hay un profesional, el science writer, cuya
tarea distintiva es traducir el mensaje científico en términos en los que el público pueda entender. Sin
embargo, con excepción de algunos casos específicos, es el editor de los periódicos (o su homólogo en
otros medios) quien es el árbitro final, quien define qué entra o sale en el texto y la manera en que este
debe ser manejado; hay más de este “gate-keeping” en relación con las agencias de noticias donde hay
un equipo de producción. Finalmente se encuentra el lector, quien selectivamente ve qué es finalmente
impreso. (1963, p. 580)

A partir de esta descripción del proceso, se puede establecer una reflexión sobre los elementos que
componen este cadena y la forma en que se desarrollan los procesos de edición dentro de ella, lo
anterior debido que desde la comunicación de la ciencia se debe pensar en cada uno de los públicos
y la implicación de la “traducción” de la producción científica.

Por una parte, el autor determina que, contrario a lo que generalmente se asume acerca de que el
público lector está interesado específicamente en los resultados y la aplicación de la ciencia, las
personas pueden encontrar más afinidad con documentos en los que se describe el proceso de
investigación puro. Este elemento cuestiona la selección de textos académicos teniendo en cuenta
criterios como “fascinante” o “excitante”, ya que en ocasiones reduce la realidad científica del
producto (Tannenbaum, 1963, p. 581).

Entonces, si el lenguaje representa un obstáculo en la apropiación del conocimiento a nivel social,


¿cómo asegurar un acceso correcto y efectivo de la ciencia en la comunidad? Para responder esta
pregunta es necesario discutir acerca de la audiencia y el science writer.

Aunque el lenguaje represente un obstáculo en el acceso y agenciamiento de la ciencia por parte de


la comunidad general, esto corresponde en parte al desconocimiento de la audiencia a la que se
quiere llegar. Carol L. Rogers explica esta situación con respecto a la relación entre la
comunicación pública de la ciencia y la tecnología:

“La comunidad científica ha estado cada vez más concentrada en comunicar a un mayor y no-técnico
público a través de los años. Al mismo tiempo, los periodistas se han interesado en investigar el mismo
grupo, el cual a su vez, constituye la audiencia de los medios masivos. Aún, los científicos y
periodistas buscan tener una pequeña comprensión de las necesidades, intereses y preocupaciones de
esta variedad de personas. De hecho, aunque los científicos denuncian regularmente la falta de
conocimiento científico por parte del público, también es el caso de que los científicos en sí mismo
conocen muy poco sobre el público que a menudo critican” (2000, p. 554)

12
Asimismo, el interés por el público es un eje fundamental en la comunicación de la ciencia, ya que
se buscan abrir caminos que acerquen la producción intelectual fuera del círculo académico. Para
comprender este panorama con mayor claridad, se debe reflexionar sobre el lector y la importancia
de este dentro de la trasmisión del conocimiento y su aplicación social. Para ello se requiere hacer
una aproximación al lector donde se interprete su labor a partir de su práctica de lectura. Pierre
Bourdieu hace referencia a esta idea a partir de la comparación entre dos tipos de lectores:

En efecto, Foucault dijo que había leído a este o aquel autor no para obtener conocimientos, sino para
sacar de allí reglas para construir su propio objeto. Hay que distinguir entre los lectores, los comentadores,
que leen para hablar en seguida de lo que han leído; y los que leen para hacer alguna cosa, para hacer
avanzar el conocimiento, los auctores” (1997, p. 13).

De acuerdo a lo anterior, al último concepto de lector que brinda Bourdieu implica considerar a este
actor como un participante dentro de la “cadena del libro”, no aislado o simplemente transmisor de
información, sino como alguien cuya labor es contribuir al desarrollo de la ciencia e introducirla
dentro de un público más amplio. Esto se debe a que el lector hace parte de un sistema de
apropiación del conocimiento a través de su práctica lectora, lo que permite una construcción
compleja de interpretaciones que involucra la interacción con distintos grupos y contextos sociales.

Por ende, le lector se convierte en un puente entre la ciencia y su aplicación social, en el que la
comunicación de la ciencia debe apuntar a que el conocimiento no se exclusivo del escenario
académico, sino incorporar estrategias que aporten a la creación de nuevas relaciones culturales y
científicas.

Paralelamente, aunque entender al lector es una parte importante de la comunicación de la ciencia y


de la producción académica, también se debe entender al autor, como miembro imprescindible de la
cadena cuyo valor científico es el desarrollo de nuevos conocimientos. Para ello también se requiere
comprender sus antecedentes, su relación con el área de conocimiento en la que trabaja y, al mismo
tiempo, su práctica como lector, ya que no se puede entender al autor lejos de las relaciones y
vínculos en el plano científico, las cuales le permitieron innovar en investigaciones cuyos resultados
son aportes para el avance de la academia y, a través de sus lectores, la sociedad.

A partir de esta premisa, este tipo de diálogos puede tener dos posibles receptores, con
interpretaciones que difieren en distintos sentidos; en primer lugar se encuentran los públicos
objetivos que son aquellos directamente relacionados con el conocimiento, es decir los auctores, y
la finalidad de este individuo es la creación de nuevos saberes desde de la exploración bibliográfica

13
y práctica en su quehacer científico. Por su parte, el lector es un sujeto que difiere de la anterior
caracterización. Su producción consiste en hablar de las obras de los demás (Bourdieu, 1997, p. 13).

Sin embargo, más allá de cumplir funciones cercanas a las del crítico, el lector es el elemento clave
de las prácticas lectoras, las cuales se han consolidado a través de las condiciones que han
producido al sujeto como lector. A pesar de esto, no se considera a este tipo de individuo como un
decodificador, sino como quien determina el uso social del texto (Bourdieu y Chartier, 2003, p. 12).

Esta caracterización permite identificar un punto clave dentro del panorama de la producción
intelectual: el público lector, ya sea lector o auctor. Estas dos clases de personas son los receptores
de los contenidos que se producen, ya que además de los posibles consumidores del conocimiento,
son agentes de reproducción y apropiación del mismo. Pero, para que esta práctica se acentúe como
parte de su experiencia lectora, existe un conjunto de hechos que determinan esta situación, entre
los que se encuentran el proceso de la producción intelectual dentro del escenario académico que la
constituye. No obstante, ¿cómo la ciencia llega al sujeto e influye en su transformación como
agenciador cultural de la misma? Tal vez, la clave de esta pregunta se encuentra en lo que se podría
creer que es el nicho del conocimiento: la universidad.

De esta forma, parte de relación ciencia-sociedad, reside en explorar las maneras en que las
personas entienden la ciencia, permitiendo encontrar vías de participación de la comunidad en el
proceso de la comunicación de la ciencia, ya que no basta con conocer los intereses del público por
los avances tecnológicos y científicos (Rogers, 2000, p. 555).

Por consiguiente, el público debe ser concebido como un ser activo, que contiene una serie de
prácticas y contextos que influyen en su precepción de la realidad. Por ello es importante incorporar
en la producción científica las formas dinámicas en las que las personas procesan la información
para dar sentido a su mundo, y gestionar las incertidumbres que son parte de sus vidas (Rogers,
2000, p. 556). Entender esta situación permite revaluar el objetivo de las investigaciones en la
comunicación de la ciencia y el “cómo” hacer que la sociedad hable sobre ciencia.

En este contexto, el mejor mediador e intérprete entre la audiencia y la ciencia es el editor, quien es
el encargado de los procesos de edición de los textos académicos y su “traducción” de acuerdo al
tipo de lector que se busca alcanzar. Con esto se evidencia la cercanía que debe existir entre el
editor y el lector, porque esta relación permite conocer los intereses y el contexto que rodea al
público, construyendo canales de comunicación para acerquen la producción intelectual a la esfera
social. Por este motivo, la labor del editor transita entre la necesidad de difusión del hecho
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académico y su alcance como transformador de esta realidad. Para ello, dispone de la capacidad de
entender ambos escenarios —la audiencia y la producción intelectual—, y al mismo tiempo dialogar
entre estos para trasmitir información favoreciendo la comunicación de la ciencia.

Paralelamente, el editor posee una estrecha relación con el entorno académico, con la cual
desarrolla su quehacer profesional en lugares que estimulen la investigación y productos como
resultado de esta. La universidad es uno de estos nichos del conocimiento, ya que centra parte de su
actividad académica en la producción intelectual con el propósito de estimular el desarrollo
científico de una sociedad. Para el cumplimiento de esta misión, cuenta con espacios en los que
realizan proceso de creación y diseminación de los saberes, a través de la actividad editorial.

Teniendo en cuenta lo anterior, para la adecuada edición y difusión de los contenidos científicos
producidos en las universidades o dentro de la esfera académica, requiere de un intensivo trabajo
profesional, en el que se asegure el cumplimiento de esta tarea. El editor universitario es el
encargado de la selección, publicación, producción de los artículos y libros resultado de
investigación. A su vez, también está bajo su responsabilidad, la promoción y divulgación de su
fondo editorial, de la manera “más imaginativa y eficaz, para propiciar ‛encuentros felices’ con sus
lectores naturales y potenciales” (Anaya, 2010, p. 16-17).

Por lo anterior, el editor universitario es pieza clave del engranaje de la cadena de la comunicación
de la ciencia, ya que es el “control de calidad” este proceso. Además, su trabajo es estratégico
porque debe generar acciones para el acceso a la producción intelectual por parte de los públicos, y
que al mismo tiempo contribuyan al agenciamiento cultural de los conocimientos.

Pero este editor y los procesos editoriales, así como la producción científica de las universidades no
es ajena o aislada de determinados contextos y normatividades que regulan su trabajo a nivel
nacional. De esa forma, a continuación se realizará una aproximación a la producción intelectual de
las instituciones de educación superior en Colombia, y posteriormente en la región de la Orinoquía,
orientada a entender el panorama de la producción universitaria y acercándola a la realidad de la
Universidad de los Llanos.

La producción intelectual de las universidades: la comunicación de la ciencia en Colombia y la


Orinoquía

La producción intelectual resultado de los proyectos de investigación es un componente esencial en


las universidades. Su labor es aportar nuevos conocimientos que sean aplicables en distintos
15
contextos, favoreciendo el desarrollo de la sociedad. En Colombia, estos productos académicos
hacen parte de la riqueza científica del país, y los libros resultado de investigación brinda
herramientas teóricas que brinden soluciones a distintos públicos y comunidades. De esta manera,
existen determinadas regulaciones y registros que permiten medir la producción de las
universidades y garantizar que el aporte a la ciencia y a la sociedad sea significativo.

Según datos de la Cámara Colombiana del Libro, en el 2002 se registraron 14.531 ISBN, de los
cuales el 18 % pertenecen a la participación universitaria. A nivel latinoamericano, el país concentra
el 26 % de la oferta de títulos académicos en la región. A su vez, en Colombia existen cerca de 200
universidades e instituciones universitarias/escuelas tecnológicas (Ministerio de Educación
Nacional, 2013), de las cuales 58 se encuentran adscritas a la Asociación de Editoriales
Universitarias de Colombia —ASEUC—. Las anteriores cifras ubican la edición universitaria de
Colombia en un lugar preponderante dentro de la producción de libros a nivel nacional e
internacional. De tal modo, la producción y las entidades que trabajan en este sector, evidencian ser
espacios en el que el proceso académico e intelectual encuentra su razón de ser.

No obstante, este destacado papel de la edición académica se ve fuertemente afectado por distintos
aspectos que varían entre lo económico y lo social; por ejemplo, el bajo consumo de los productos
científicos y la capacidad de la comunicación de la ciencia repercuten en la supervivencia de este
sector del libro. En Colombia, el 44 % de las personas no se consideran lectoras, uno de los
porcentajes más altos seguidos por Venezuela y Brasil. Asimismo, los colombianos leen un
promedio cercano a 2 libros, anualmente uno de los más bajos de América Latina según las cifras.
Además, entre las motivaciones del 56 % de los lectores en el país se destacan la actualización
cultural y conocimientos generales (9 %) y por exigencia escolar o académica (24 %) (Cerlac,
2012). Esto hace referencia a que existe una tendencia en los lectores que los vinculan a las
publicaciones científicas, desde el ámbito de la formación académica o intereses propios, pero que
no es realmente significativa con respecto a otras motivaciones de lectura.

Lo anterior refleja un panorama complicado para la producción académica en la país, ya que a pesar
de que el una cifra significativa de nuevos títulos provenientes de editoriales universitarias
anualmente, no hay un alto consumo o lectura de los mismos. En ¿Para qué se lee y se escribe en la
universidad colombiana? Un aporte a la consolidación de la cultura académica del país de Pérez y
Rincón, se relaciona esta crisis de la producción académica con las prácticas de lectura y escrita.
Para desarrollar esta idea, los autores abordan la “cultura académica”, desde de su doble
dimensionalidad:
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Esta doble dimensión de la cultura, como producción simbólica y como práctica, permitiría entender su
carácter estable por los códigos que están en juego y por la tradición heredada que se transmite, se
comunica o se entrega a otros; pero también su carácter variable dado que son las prácticas las que dan
existencia material a la cultura y general posibilidades de enriquecerla o modificarla (2003, p. 74)

El problema de la práctica de la lectura y escritura puede variar según los aspectos culturales en que
tiene lugar, pues estas se configuran de acuerdo al escenario en el que se dan las interacciones entre
los discursos y aspectos cotidianos del campo universitario. Allí se comparten usos y
representaciones de las prácticas, haciendo que su presencia en las comunidades académicas se
enmarque con la historia social e institucional (Pérez Abril & Rincón Bonilla, 2013, p. 123).

En este sentido, Pérez Abril y Rincón Bonilla diferencian dos tipos de prácticas dentro del espacio
universitario: académicas e investigativas. La primera se encuentra orientada a cumplir las
funciones universitarias de docencia y proyección social, las cuales tienen que ver con los procesos
de enseñanza y aprendizaje, la producción intelectual y la difusión del conocimiento. Las prácticas
investigativas están constituidas por el conjunto de actividades que desarrolla la comunidad de
investigadores para producir conocimiento científico. Lo que diferencia la comunidades académicas
de las investigativas es que la investigativa necesariamente incorpora un elemento de innovación y
aporte teórico o práctico de un conocimiento ya existente (2013, p. 127).

Esta práctica investigativa hace parte vital de la producción científica de una comunidad y un país,
ya que propicia escenarios para la creación de nuevo conocimiento ligado a las ciencias y la
innovación. Además, son recursos importantes dentro del avance de la sociedad, que contribuyen al
desarrollo de estrategias que mejoren índices relacionados a múltiples problemáticas a nivel
nacional. Debido a lo anterior, existen una serie de mecanismos de regulación que se encargan de
medir y validar el aporte de esta producción intelectual a un campo de conocimiento. Con esto se
busca conocer cómo se configura y realiza la práctica científica en el país, para tomar medidas
políticas y gubernamentales que estimulen y mejoren la calidad investigativa de Colombia.

Medición y validación de la producción intelectual

El Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e Innovación —Colciencias— tiene como


misión el fomento de la ciencia y la tecnología en Colombia, y bajo este elemento, ha realizado una
serie de acciones que contribuyan al desarrollo investigativo y académico del país. Entre las
iniciativas de la entidad por el cumplimiento de su misión, se encuentran la regulación y validación

17
de la producción intelectual en Colombia, a través de medidas que estimulen el mejoramiento en la
calidad investigativa y científica del país. Estas acciones abarcan desde los autores de las obras
hasta el proceso editorial universitario.

Con el objetivo de promover la investigación y la escritura científica en los docentes de las


instituciones de educación superior estatales del país, Colciencias estableció un régimen salarial y
prestacional (Decreto 1279 de 2002) en el que crea un sistema de asignación de puntajes que incide
en la remuneración salarial de estos profesionales. Por consiguiente, el reconocimiento de puntos
por producción académica es uno de los factores de mayor relevancia en este sistema, ya que
Colciencias asigna una valoración de acuerdo al tipo de producto científico que desarrolle el
docente. Desde artículos publicados en revistas indexadas, hasta libros resultado de investigación se
reconocerán con puntos salariales, incrementado así el salario de los investigadores (Ministerio
Nacional de Educación, 2002). De esta manera los docentes vinculados a las prácticas investigativas
de la universidad, deben integrar en su producción intelectual determinados aspectos que le
permitan validarla y obedecer a estos criterios de clasificación y medición, para obtener una
retribución salarial de sus estudios científicos.

Además de lo anterior, el trabajo de los docentes universitarios está vinculado generalmente a los
grupos de investigación, los cuales ejecutan investigaciones de alto nivel y relevancia a nivel
nacional e internacional. Por ello, durante el periodo comprendido entre 2010 y el 2011, esta
entidad trabajó en el diseño de un instrumento de medición para los grupos de investigación, en los
que se incluyeron los productos obtenidos por medio los procesos de investigación y desarrollo
tecnológico. Esta herramienta de trabajo tendría como fin desarrollar una estrategia para “construir
un instrumento que permita tener conocimiento claro y oportuno de las capacidades que tiene el
país para el desarrollo de la CTI” (Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e
Innovación, 2013, p. 7).

Tras su validación y consideración de la comunidad científica y académica del país, se aprobó el


Modelo de medición de grupos de investigación, desarrollo tecnológico y/o de innovación, con el
propósito de desarrollar un instrumento que permita conocer la realidad investigativa del país, así
como aportar información que oriente el diseño de políticas de apoyo, fortalecimiento y
sostenimiento de los grupos y centros de investigación. En 2013, Colciencias abrió la convocatoria
para reconocer los grupos de investigación del país, a través de esta nueva herramienta.

18
A partir de esta política de medición, se desarrollaron estrategias de validación y valoración para la
los libros resultado de investigación de los grupos de investigación en los que se establecieron dos
criterios básicos: (i) que el libro presente resultado de una investigación, (ii) que haya sido
publicado por una editorial reconocida (Colciencias, 2013). De esta manera, se ve la necesidad de
definir ambas características para consolidar el proceso de evaluación.

Teniendo en cuenta esta iniciativa, Colciencias realizó un acercamiento a los procesos de


producción intelectual e incluyó en el proceso a las editoriales universitarias, teniendo en cuenta
aspectos como el aval institucional, los procesos de evaluación para la publicación de libros
resultado de investigación y la trayectoria de la misma (2013). Inicialmente la entidad realizó un
llamado para que las editoriales universitarias se registraran y determinar cuáles contaban con
procesos que aseguraran la calidad del producto académico. A mediados de 2013, cerca de 28
editoriales tuvieron el aval inicial de Colciencias.

En 2013, la institución pública realizó la convocatoria de reconocimiento de las editoriales con el


objetivo “reconocer las editoriales que garanticen la calidad científica y editorial de los libros
resultad de investigación que se publiquen con el propósito de que estos sean valorados como un
producto de nuevo conocimiento”. En contraste con la primera iniciativa, en esta ocasión tan solo
tres editoriales lograr el reconocimiento: las universidades Nacional de Colombia, Simón Bolívar y
el Fondo Editorial Remington. (Colciencias, 2013)

Entre los requisitos exigidos por Colciencias, se encontraba tener un único reglamento público de
procesos editoriales vigente, en el que se debía hacer explícito que los libros resultado de
investigación publicados por la editorial pasaron por un riguroso proceso de evaluación de
contenido de por lo menos dos pares evaluadores.

La Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia –Aseuc— se pronunció respecto al


desalentador resultado de la convocatoria, evidenciando el inconformismo de este sector del libro
frente a la iniciativa de Colciencias:

La conceptualización sobre libro de investigación como producto de nuevo conocimiento requiere una
nueva mirada que demanda un mayor debate con los investigadores/grupos de investigación y no solo
con las editoriales, porque el libro de investigación no es solamente una publicación inédita, resultado
de investigación, que en dos o más procesos de evaluación por pares ha sido seleccionada por sus
cualidades científicas como una obra que hace un aporte significativo al conocimiento en su área y da
cuenta de un proceso de investigación maduro. Además, esta publicación ha pasado por

19
procedimientos editoriales que garantizan su normalización bibliográfica y su disponibilidad (2014, p.
5)

Además, Aseuc consideró que en el proceso de la convocatoria existen evidencias de fallas en la


construcción del modelo que mide la calidad académica y editorial de los libros de investigación,
así como debilidades conceptuales, inconsistencias de aplicación de los criterios y en el alcance de
las funciones y competencias administrativas para realizar este tipo de calificaciones (2014, p. 7).

A pesar de que la iniciativa de Colciencias es un punto clave en el reconocimiento de las acciones y


resultados de las editoriales académicas, el panorama anterior evidencia la actual necesidad de
procesos de evaluación y regulación de la práctica de la edición universitaria, a partir de la
referencia de las actividades que se desarrollan dentro del sector y el diálogo entre los miembros del
círculo del libro académico y las entidades reguladoras de estos procesos.

La Universidad de los Llanos en el contexto nacional

La misión de la Universidad de los Llanos es la formación integral de ciudadanos, profesionales y


científicos con sensibilidad y aprecio por el patrimonio histórico, social, cultural y ecológico de la
humanidad, competentes y comprometidos en la solución de problemas de la Orinoquia y el país
con visión universal, conservando su naturaleza como centro de generación, preservación,
transmisión y difusión del conocimiento y la cultura (Universidad de los Llanos, 2010).

Bajo esta perspectiva y gracias a su trayectoria en la región, Unillanos ha logrado consolidar su


misión y posicionarse como una de las instituciones de educación superior con mayor nivel
académico, frente a universidades con sede en la Orinoquía como lo son la Cooperativa de
Colombia, la Santo Tomás, la Minuto de Dios y Antonio Nariño.

Esta situación le ha permitido ser pionera en la construcción de iniciativas que orienten la


institución a ser pieza clave del desarrollo académico de la región, y a su vez, posicionarse a nivel
nacional gracias a su proyección investigativa. Entre las estrategias se encuentra la consolidación de
la primera editorial universitaria propia de la región.

Como antecedente a este proyecto institucional se encuentra el Sistema de Publicaciones, el cual es


un organismo que se encarga de regular y organizar la producción intelectual de la Universidad. El
acuerdo superior No 020 del 2012 define a este organismo como “el medio que permite organizar y

20
divulgar los productos de la actividad intelectual en el ejercicio de la investigación, proyección
social y la docencia” (Universidad de los Llanos, 2012, p. 1).

El Sistema se rige por cuatro objetivos principales, los cuales plantean las labores que debe
desempeñar la oficina (Universidad de los Llanos, 2012):

1. Establecer los mecanismos que garanticen la difusión del conocimiento entre y desde los miembros
de la comunidad académica.

2. Establecer los criterios para la clasificación de las publicaciones de la Universidad de los Llanos.

3. Promover en la institución la cultura de la expresión escrita como práctica cotidiana de la


comunidad académica.

4. Garantizar la infraestructura física y financiera que permita la continuidad y el surgimiento de las


publicaciones de la Universidad.

Desde de su creación hasta el 2013, el Sistema de Publicaciones ha editado 37 libros impresos y 3


en medio magnético. De la anterior cifra, el 40% pertenecen al área de las ciencias básicas y
agropecuarias; el 38% a las ciencias humanas, pedagogía y literatura, y el 22% son memorias
resultado de seminarios, diplomados o jornadas académicas (Universidad de los Llanos, 2014).

Los docentes e investigadores son los principales gestores de la producción intelectual de Unillanos.
En 2014 fueron reconocidos por Colciencias 22 grupos de investigación y 24 investigadores, de los
cuales dieciocho docentes fueron clasificados en la categoría Junior, cinco como Asociados y uno
en la máxima categoría: Sénior (Universidad de los Llanos, 2014).

Áreas del conocimiento como la acuicultura y las ciencias agropecuarias son las abanderadas de la
Universidad. El Instituto de Acuicultura de los Llanos —IALL— es uno de los centros de
investigación en este campo más importantes del país, junto con Federación Colombiana de
Acuicultores —Fedeacua— y Centro de Investigación de la Acuicultura en Colombia —Ceniacua.

Por su parte, el primer doctorado en la región se encuentra en la Universidad de los Llanos y su eje
de formación se encuentra en las ciencias agropecuarias. Este programa de posgrado nace gracias a
la capacidad investigativa y docente de la institución en esta área, ya que es una de líder en la región
en proyectos referentes al desarrollo agrícola y pecuario de la región de la Orinoquía.

21
Sin embargo, a pesar de contar con profesionales destacados a nivel nacional por su trabajo
científico, e invertir el 5% del presupuesto general de la institución en las labores del Sistema de
Publicaciones, gran parte de la producción intelectual de la Universidad de los Llanos no tiene la
difusión ni el alcance apropiado en el contexto académico, con respecto a su capacidad institucional
y la calidad profesional de su planta docente. De los libros, revistas, guías, memorias y cartillas que
se han publicado a partir del Sistema de Publicaciones de Unillanos y los convenios
interinstitucionales, el 89% del catálogo se encuentra almacenado en la bodega de la biblioteca
(Universidad de los Llanos, 2014).

A su vez, la producción académica del claustro educativo es aislada y fragmentada, los docentes e
investigadores ejecutan sus proyectos de investigación fuera del entorno institucional, lo que no
permite la integración de procesos de edición publicación unificados dentro de la Universidad. Parte
del problema radica en que la institución aún cuenta con una editorial que lidere y regule esta
actividad académica, lo que ocasiona que parte de la producción científica de Unillanos no sea de
amplio conocimiento público.

Por esta razón, y respondiendo a la problemática, aparece la propuesta del sello editorial Unillanos,
la cual se encuentra en trámite esperando la aprobación del Consejo Superior Universitario y,
posteriormente, su ejecución. Las siguientes son las políticas editoriales que se formularon en el
documento maestro del sello editorial (2014, p.2):

a. Difusión amplia del conocimiento generado por la comunidad.

b. La apropiación de lo simbólico como expresión profunda de la cultura.

c. El fortalecimiento de las publicaciones como el medio ideal para el ejercicio y desarrollo del
pensamiento.

d. La construcción de una cultura lecto-escritora que sustente las prácticas, símbolos y tradiciones de
la Universidad.

La editorial Universidad de los Llanos estará coordinada por el Consejo Editorial, el organismo que
autoriza la producción, distribución y comercialización de las obras académicas. Esta instancia está
conformada por el vicerrector académico, los directores de proyección social, investigaciones,
currículo, bibliotecas, los editores de cada publicación seriada de la institución y el representante de
los estudiantes ante el Consejo Académico (2014, p.2).

22
No obstante, dentro de la estructura organizacional no se contempla la figura del editor —con
excepción del editor de las publicaciones seriadas— como líder de los procesos editoriales y de
“control de calidad” del producto académico. Asimismo, los lineamientos que rigen a la editorial
son iguales al del Sistema de Publicaciones —desde las políticas hasta los objetivos—, lo que puede
repercutir en una serie de problemas a largo plazo, ya que no se establecen diferenciaciones entre
ambos tipos de estructuras.

Anaya describe esta situación como un “afán editorial”, donde no se estructura un plan u
organización adecuada (estructura, autoridad, reglamentación, capacidad), “lo cual conduce
fácilmente a la improvisación y el estancamiento. La actividad editorial universitaria ha dado origen
a departamentos de publicaciones (o a simples programas de publicaciones), que en realidad no son
verdaderas editoriales. Persiste una confusión funesta que equipara editar con imprimir, siendo esta
última solo la fase final del complejo proceso editorial” (2010, p. 50-51).

De tal forma que se requiere un equipo que establezca procesos editoriales que eviten el “afán
editorial” a partir de un plan de trabajo adecuado al entorno y la producción de la institución de
educación superior. Esta es la razón por la que el papel del editor universitario cumple un papel de
vital importancia: él debe articular los procesos y trabajar para que cada actividad ejecutada en la
editorial sea garante de calidad de las publicaciones. En consecuencia el editor debe tener un
conjunto de destrezas y habilidades que le permitan cumplir a cabalidad esta tarea, las cuales
corresponden al escenario en el que se ve inmersa la editorial.

El editor de Unillanos

El editor universitario es, tal vez, uno de los miembros más importantes dentro de la edición
académica, ya que su valor radica en que sus decisiones definen el éxito o desastre la una
publicación, de la editorial e, incluso, de la institución misma. El accionar de este profesional
trasciende a través de la evaluación y edición del libro, ya que por medio de este proceso, y la
difusión adecuada del producto, puede estimular la apropiación del conocimiento dentro y fuera del
círculo académico. Aseuc plantea el valioso aporte de este actor a partir de su papel en la transición
del conocimiento científico:

“Los diferentes tipos de textos que produce la universidad, por medio de su editorial, son patrimonio
científico y cultural; en tal sentido, el editor debe propender por que los científicos y los lectores en
general consulten, lean, rebatan y citen esos libros, para que así los diferentes grupos humanos que

23
conforman nuestras sociedades puedan conocer la producción que tenemos sobre ciencia y cultura. De
esta manera, y desde el papel como editores, hablamos de una verdadera transferencia y apropiación
del conocimiento” (2014, p. 5)

La labor del editor que describe Aseuc expresa la importancia de la evaluación y selección del texto
académico, pues los criterios del profesional se convierten en el primer filtro entre el conocimiento
y su posterior apropiación por parte de los lectores. Igualmente, características del editor
universitario pueden variar en su proceso formativo y su programa editorial. El perfil que maneje
debe adaptarse al contexto de la producción académica, sin perder de vista la misión de la
universidad y los recursos con los que cuenta la misma —tanto humanos como físicos y financieros.

Teniendo en cuenta la descripción anterior, se considera que el perfil del editor universitario deben
ajustarse a las características de la institución de educación superior, y diseñar líneas de trabajo con
respecto a su producción intelectual. En consecuencia, antes de definir al editor Unillanos, se debe
articular con la misión de la universidad, la cual orientará también el trabajo de la editorial.

La misión de la Universidad de los Llanos apunta a la construcción de espacios de interacción


social en los que la comunidad llanera se apropie del conocimiento gestado en la academia, con los
que se puedan construir procesos de comunicación que permitan mejorar la calidad la producción
intelectual en instancias nacionales e internacionales.

El escenario anterior enmarca el propósito de la labor del editor dentro de la institución llanera y, al
mismo tiempo, desarrolla pautas y lineamientos para establecer unos criterios de selección y una
propuesta editorial acorde con las demandas locales. A partir de estos elementos, es necesario
detenerse en un perfil o propuesta de un posible editor para Unillanos, tomando como referencia el
contexto de la producción en el que se encuentra inmerso y la comunicación de la ciencia como
instrumentos para enmarcar una serie de características y actividades que debe desempeñar este
editor.

En primer lugar, se debe entender que la institución no es una entidad aislada a la producción
intelectual del país, por lo que está inmerso en un contexto nacional que está orientado bajo los
lineamientos de Colciencias. Lo anterior le da directrices al editor para un trabajo que permita un
beneficio doble: el reconocimiento de la producción gracias a su aporte científico y el incentivo
salarial que obtienen los docentes por la validación y medición de su trabajo investigativo. Y en
segunda medida, el editor debe responder a desarrollar acciones que permitan una adecuada
comunicación de la ciencia. Para esto debe tomar como punto de partida las prácticas lectoras e
24
investigativas de la Universidad de los Llanos, para así desarrollar procedimientos editoriales que
sean garantes de la calidad académica, y afiancen las estrategias de difusión, distribución y
apropiación del conocimiento científico de Unillanos.

Teniendo en cuenta lo anterior, este editor debe ser conocedor de las dinámicas locales, las cuales
varían entre paisajes, grupos humanos y diferentes niveles de desarrollo económico. Además debe
procurar integrar este contexto regional en el proceso editorial, entendiendo que los libros resultado
de investigación deben estar orientados a lectores diversos con prácticas de lecturas específicas.
Así, comprender el panorama descrito, puede incentivar la apropiación de conocimiento y el
posicionamiento institucional, consolidando un organismo autónomo económicamente, que
garantice el sostenimiento del proceso editorial.

Para conjugar estos elementos dentro de los procesos editoriales, es necesario que los criterios de
selección del texto partan de su relación entre el valor intrínseco de una obra académica su valor de
mercado:

Para contrarrestar estas dificultades se requiere entonces armar un catálogo editorial variado, que
combinen títulos especializados con series interdisciplinarias y obras de interés general; identificar a
los segmentos de lectores en los ámbitos nacional y regional, por especialidad, etc.; atender el mercado
de las bibliotecas, de los académico y estudiantes por institución, del amplio público académico. […]
De esta constatación se originó una tendencia reciente en el programa universitario: incluir títulos
“comerciales”, invadir áreas de interés general. (Anaya, 2010, p.34)

Sin embargo, una de las tareas de mayor relevancia es ser “un profesional capaz de ayudar a un
académico a escribir un libro […] una comunicación fallida del conocimiento generado significa
frustrar la tarea de diseminación cultural que es sustantiva a la institución universitaria” (Anaya,
2010, p. 22).

Por ello, el editor debe ser curador y un redactor capaz de preparar un texto de acuerdo al estilo y
perfil del claustro académico en el que habita, y gestionar medidas para que las publicaciones
encuentren su lector, quien será fin último del libro. Anaya Rosique describe distintas acciones que
debe ejecutar un editor universitario durante el proceso de edición de un libro, sin escatimar en
ninguna tarea:

Corregir varios tipos de errores, “negociar” las modificaciones necesarias con el autor, a veces hasta
reescribir el texto; revisores técnicos que marcan el original para su composición, formadores de
páginas y escrupulosos correctores de pruebas; diseñadores de portadas y responsables de la imagen

25
gráfica del programa editorial; supervisores del proceso de producción, que además calculan costos y
tiempos, eligen y adquieren los insumos convenientes (papel, etc.); expertos en comercialización,
marketing y promoción de libros; vendedor ad hoc; contadores y administradores que manejen el
intrincado cálculo editorial; personal técnico y administrativo de apoyo con experiencia editorial
(secretarial, almacén y transporte, etc.). (2010, p. 23)

En consecuencia, es necesario que la tarea de la selección corresponda a los deberes del editor
universitario, porque es a partir de esta función que se puede constituir un programa de
publicaciones cohesionado. En el caso de Unillanos, esta labor académica se encuentra en manos
del Comité Editorial y los Consejos de Facultad, quienes se encargan de determinar qué merece ser
publicado. No obstante, estos grupos normalmente carecen del “instinto” profesional que
caracteriza a un editor experimentado. Anaya enfatiza esta idea considerando que “los dictámenes
académicos muchas veces están determinados por razones de equilibrio político institucional que
por verdaderos criterios editoriales o incluso validez científica” (2010, p. 25). Dichos criterios
profesionales del editor son los que permiten construir un catálogo editorial consolidado que
caracterice la misión institucional y la producción intelectual de sus investigadores. Igualmente, el
proyecto académico debe constituirse al mismo nivel que la docencia y la investigación, partiendo
de lineamientos y propósitos en común de la editorial, los cuales se evidencian en las políticas
editoriales.

Por ello, se requiere estructurar unas políticas editoriales, las cuales se estructuran para establecer
las actividades de la editorial, su relación con los autores y editores y las directrices que orientan sus
metas y la visión. Además, ellas también asignan labores específicas del equipo de trabajo de la
editorial, con el fin de que se asegure una instancia autónoma, en la que no influyan decisiones en
las que los criterios de selección sean “favores” a determinados miembros de la comunidad
académica. A continuación se propondrán las políticas editoriales que se pueden acercar a los
requerimientos de la producción intelectual y contexto social de la Universidad de los Llanos,
teniendo en cuenta algunas que ya estaban establecidas dentro del documento maestro del sello
editorial Unillanos:

- La difusión amplia del conocimiento generado por la universidad en la sociedad

- El fomento de la producción intelectual de la universidad como medio para el desarrollo del


pensamiento y aporte social del conocimiento.

26
- El fomento de espacios que incentiven las prácticas de lectura y escritura en el contexto regional y
dentro de la comunidad académica, en las cuales se estimule la apropiación cultural del
conocimiento.

- Posicionamiento de la Editorial Unillanos.

27
Capítulo 2

Programa editorial: propuesta del catálogo editorial y las colecciones desde la producción
intelectual de Unillanos

Las políticas editoriales son los lineamientos que orientan las actividades que realiza una editorial.
Estas marcan pautas y acciones que regulan las labores de los miembros y dirigen esfuerzos de
acuerdo a su misión. Del mismo modo, dichas políticas marcan pautas para del programa editorial,
el cual es el eje del trabajo de las editoriales, ya que ahí se organizan y clasifican las publicaciones.

El programa editorial brinda a los textos una identidad y características gráficas uniformes,
conforme a los conceptos y referencias de cada una de las áreas de conocimiento a manejar. En este
sentido, las colecciones y series dotan de “personalidad” a una editorial universitaria y, a su vez,
dan herramientas para entender los procesos editoriales y los mecanismos de difusión y distribución
que se aplicarán respecto al tipo de documento y al público en específico que se desea alcanzar.

Asimismo, estructura el trabajo de una editorial a través de colecciones y series, además de las
revistas científicas o especializadas. Esta organización parte de la producción intelectual de la
universidad, la cual marca las pautas respecto a los temas y áreas del conocimiento que se abordan y
los lectores a los que se dirigen las publicaciones.

Los grupos de investigación son principales generadores de esta producción intelectual, ya que a
partir de sus proyectos de investigación desarrollan publicaciones, en las que evidencian los
resultados de sus estudios. Además, el objetivo de este tipo de obras es el de transmitir el nuevo
conocimiento a la sociedad, por medio de prácticas del lectura que promuevan la apropiación
cultural de la ciencia.

Este capítulo apunta a diseñar un programa editorial para la Universidad de los Llanos conforme a
su producción científica a través de los grupos de investigación. Desde este punto, se abordarán los
esfuerzos de Colciencias en organizar y medir los productos de nuevo conocimiento de acuerdo a
los aportes académicos a una determinada área del conocimiento.

En un segundo momento, se realizará una reflexión sobre el libro como objeto, desde la
formulación del catálogo editorial desde las colecciones y los tipos de publicaciones que
caracterizan las obras relacionadas con la edición universitaria. Lo anterior con el objetivo de

28
identificar los productos de generación de nuevo conocimiento desarrollados a partir de los
proyectos de los grupos de investigación.

Grupos de investigación y la producción académica

Colciencias define los grupos de investigación, desarrollo tecnológico e innovación como

Un grupo de personas que interactúan para investigar y generar conjuntamente productos de


conocimiento en uno o varios temas de acuerdo con un plan de trabajo de mediano o largo
plazo. Un grupo es reconocido como tal siempre que demuestre continuamente resultados
verificables fruto de proyectos y de otras actividades derivadas de su plan de trabajo (2013, p.
23)

A su vez, este reconocimiento es otorgado a partir de una serie de requisitos entre los que se
encuentra contar con una institución registrada en InstuLAC que avale al grupo, tener una
producción de nuevo conocimiento o de resultados de actividades de desarrollo en la ventana de
observación durante los últimos cinco años, y circulación del conocimiento o de la formación de
recursos humanos equivalente a la edad del grupo (Colciencias, 2013, pp. 13).

Igualmente, los productos de investigación de los grupos se valoran de acuerdo a los siguientes
elementos: productos de generación de nuevo conocimiento, resultados de actividades de
investigación, desarrollo e innovación, de apropiación social del conocimiento y de formación de
recursos humanos (Colciencias, 2013, 28). Estos elementos conforman la clasificación de los tipos
de publicaciones que se realizan a partir de los resultados de las investigaciones, las cuales hacen
parte del catálogo de las editoriales universitarias.

Respecto a lo anterior, Colciencias definió los productos de nuevo conocimiento, considerando que
son “aquellos aportes significativos al estado del arte de un área de conocimiento, que han sido
discutidos y validados para llegar a ser incorporados a la discusión científica, al desarrollo de las
actividades de investigación, al desarrollo tecnológico, y que pueden ser fuente de innovaciones”
(2013, p. 36). Además, estos se clasifican de la siguiente manera según el Modelo de Medición de
grupos de Investigación, Desarrollo tecnológico e innovación -2013 desarrollado por la entidad:

29
Tabla 1. Tomada de Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), (2013)
“Modelo de medición de grupos de investigación, desarrollo tecnológico y/o de innovación, año 2013”.

En la tabla anterior se presentan los tipos de productos de generación de nuevo


conocimiento, los cuales clasifican en subtipos como artículos de investigación, libros y
capítulos de libros. Esta clasificación de publicaciones debe cumplir con unos estándares de
calidad académica, que varían de acuerdo al tipo de obra que se desarrolla. Añadiendo a
esto, los productos deben ajustarse a una “ventana de observación”, es decir el periodo de
tiempo en que Colciencias observará la trayectoria y el impacto de cada uno de los
productos. Así, se establecen ventanas diferenciales de acuerdo a la categoría y el tipo de
publicación. (Colciencias, 2013)

Teniendo en cuenta estos lineamientos, Colciencias realizó en el 2013 la "Convocatoria nacional


para el reconocimiento y medición de grupos de investigación, desarrollo tecnológico y/o
innovación y para el reconocimiento de investigadores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología
e Innovación, 2013” (GrupLAC). En la convocatoria se buscaba identificar, validar, y medir a los
grupos de investigación de Colombia, donde se clasificarían de acuerdo con su producción de
generación de nuevo conocimiento y un conjunto de requisitos que deben cumplir.

De los 8.452 registros de GrupLAC, 4.304 cumplieron con los requisitos mínimos para ser
reconocidos como grupo de investigación. De los 4.304 grupos reconocidos, 3.760 participaron del
proceso de clasificación (Colciencias, 2014, p. 23).

30
A su vez, de los 4.219 grupos adscritos, solo 3.805 estaban avalados por instituciones de educación
superior, mientras que los restantes 414 grupos estaban avalados por otras instituciones del SNCTI
como centros de investigación, entre otras (Colciencias, 2014, p. 23). Esta cifra evidencia que la
gran mayoría de grupos de investigación están vinculados a las universidades, relacionando
directamente la creación de nuevo conocimiento a los centros educativos.

Por otra parte, gracias a la convocatoria se determinó que un 36% de los grupos reconocidos
pertenecen al área de las ciencias sociales; un 20% a las ciencias naturales; 15% a las ciencias
médicas y de la salud; un 15% a las ingenierías y tecnologías; 9% a las humanidades y un 5% a las
ciencias agrícolas (Colciencias, 2014, p. 23).

Como resultado de este proceso, Colciencias reconoció 47 grupos de investigación en el


departamento del Meta, de los cuales, cerca del 50% pertenecen a la Universidad de los Llanos.

Figura 1. Instituciones y universidades con grupos de investigación registrados en GrupLAC

31
Unillanos cuenta con 22 grupos de investigación reconocidos, clasificados de la siguiente manera:
cinco reconocidos, seis en categoría D, seis en C, dos en B y tres en A. Su producción,
generalmente desarrollada en torno a temas como las ciencias agrarias, veterinarias y piscícolas ha
permitido que la institución se convierta en uno de los centro de generación de conocimiento de
primera mano, relacionado con la región y sus sectores productivos (Colciencias)

Figura 2. Áreas de conocimientos con las que se registraron los grupo de investigación de Unillanos

Las ciencias agrícolas, como lo son las ciencias veterinarias, la agricultura, y la acuicultura,
representan las áreas del conocimiento que más grupos de investigación poseen. Esto respondiendo
a una trayectoria en estos temas, así como una gestión de recursos que poscionan tanto a las
facultades como a los institutos a nivel regional y nacional.

32
Figura 3. Producción intelectual de los grupos de investigación de Unillanos teniendo en cuenta la
unidad académica.

En la figura 1, se evidencia el número de artículos, libros y capítulos producidos por los grupos de
investigaciones de las distintas facultades e institutos de Unillanos. Allí se observa una alta
producción de artículos publicados en revistas indexadas de diferentes niveles, en comparación con
los demás productos resultados de investigación.

A su vez, la Facultad de Ciencias Ambientales y de Recursos Naturales (FCARN) y el Instituto de


Acuicultura de la Universidad de los Llanos (IALL) son los las dos dependencias académicas con
mayor producción científica reconocida por Colciencias. En el IALL las investigaciones se centran
en temas relacionados son el sector acuícola, y reúne a una serie de profesionales investigadores que
concentran su actividad académica en la generación de nuevo conocimiento. Por su parte, la
FCARN apunta a la creación de proyectos que permitan el desarrollo regional en el área
agropecuaria, ya que en esta facultad se encuentran las carreras de Ingeniería Agronómica,
Agroindustrial y Medicina Veterinaria y Zootecnia.

Los líderes de estos estudios son los investigadores, en su mayoría de planta u ocasionales, que
encuentran en estos trabajos la posibilidad de recibir retribución económica. De acuerdo con el
Decreto 1279 de junio de 2002, donde se establece el régimen salarial y prestacional de los docentes
de las universidades estatales, la remuneración mensual se da a partir de varios factores, entre los
que se encuentra la productividad académica.

33
Por consiguiente los reconocimientos en revistas especializadas a través de artículos u otras
modalidades; los libros resultados de investigación, de texto, de ensayo; y traducciones hacen parte
de la producción académica que es reconocida por Colciencias, sin que necesariamente cumplan el
requisito de crédito o mención a la universidad respectiva (Decreto 1279, 2002, p. 5).

Asimismo, en el sistema de puntos constituidos en el Decreto, por los reconocimientos de los


artículos tradicionales, completos y autónomos en la temática específica del investigador, se asignan
puntajes que van desde quince (15) puntos por cada trabajo publicado en revistas del tipo A, hasta
de tres (3) en una revista de categoría C.

Por otra parte, los libros resultados de investigación pueden llegar a equivaler hasta veinte (20) cada
uno, de acuerdo a las condiciones establecidas dentro de esta normatividad para su reconocimiento
y posterior asignación del puntaje (Decreto 1279, 2002, pp. 19):

1. Desarrollo completo de una temática, capaz de garantizar la unidad de la obra.


2. Adecuada fundamentación teórica con respecto al tema tratado.
3. Tratamiento metodológico del tema propio de las producciones académicas y científicas.
4. Aportes y reflexión personal de los investigadores.
5. Pertinencia y calidad de las fuentes y de la bibliografía empleada.
6. Carácter inédito de la obra.
7. Grado de divulgación regional, nacional o internacional.
8. Proceso de edición y publicación serio a cargo de una editorial de reconocido prestigio en el
nivel nacional o internacional y con un tiraje apropiado.
9. Tener número de identificación en base de datos reconocida (ISBN) asignado

Por otra parte, Colciencias define al libro resultado de investigación como:

Una publicación inédita resultado de investigación, que en dos o más procesos de evaluación
por pares académicos, ha sido seleccionada por sus cualidades científicas como un documento
que hace un aporte significativo al estado del arte en un área específica de conocimiento y da
cuenta de un proceso de investigación. Además esta publicación ha pasado por procedimientos
editoriales que garantizan su normalización bibliográfica y su disponibilidad. (Colciencias,
2013, p. 110)

34
Esta descripción evidencia que las universidades, como centros de la generación del conocimiento
académico, tienen la necesidad de constituir sus propios espacios editoriales que funcionen como
precursores de la labor científica y divulgativa de los resultados de los estudios de los
investigadores universitarios.

Estos procesos editoriales que aseguran la calidad de la publicación son criterios que parten de la
construcción del reconocimiento de las editoriales. Colciencias (2013) define cinco dimensiones
para este fin: el aval institucional, la clasificación de las publicaciones; la catalogación,
visibilización y distribución; la normalización bibliográfica y la evaluación del contenido.

Al mismo tiempo, el departamento administrativo enuncia los criterios de selección para el


reconocimiento de una editorial universitaria, donde se consideran aspectos como el aval
institucional, su organización interna y su trayectoria. Sin embargo, también se evalúan la estructura
del catálogo editorial y cuán definida están las colecciones de acuerdo a la producción intelectual de
la universidad y el tipo de publicación que se presenta. Por tal motivo, en la segunda parte de este
capítulo se abordarán los tipos de publicaciones en la producción intelectual de una universidad y la
organización del catálogo editorial de Unillanos de acuerdo a las áreas de conocimiento que
involucra la actividad científica de los grupos de investigación.

Tipos de publicaciones en la producción intelectual de una editorial universitaria

Un proyecto editorial debe apuntar a estructurar un programa en el que las colecciones y las series,
además de las revistas académicas, tenga un alcance dentro y fuera de la esfera académica. Este
aspecto resulta ser de gran importancia dentro del proceso editorial, porque presentan las
características específicas de cada tipo de publicación y se define el tipo de lectores a los que se
quiere llegar.

Las obras académicas deben ser incluidas de forma específica de acuerdo a sus características
dentro del programa editorial, permitiendo una organización de los contenidos que evidencie la
imagen y el perfil de la producción intelectual de la institución. Para ello se requiere manejar las
definiciones de los tipos de producción de conocimiento que se generan a partir de la proyección
investigativa de la universidad. Por ejemplo, el Diccionario de Oxford define los libros de texto
como “un libro usado como para el trabajo estándar en el estudio de un tema en particular” y a las
monografías como “un escrito detallado de un tema especializado o un aspecto específico”
(Donelan, 2001, p. 42).A continuación se clasificarán las publicaciones de acuerdo a una serie de
35
tipologías. Para esto se consultaron las definiciones y conceptos que elabora la Editorial del Rosario
dentro de sus políticas editoriales (2007, pp. 2-5) y se propondrán otras tipologías de acuerdo al
contexto de Unillanos:

- Revista científica: Son las publicaciones especializadas donde se publican los artículos
científicos relacionados con áreas de conocimientos específicas. Su público es limitada y en
general están dirigidas a lectores académicos. Además, “la finalidad de este tipo de
publicaciones es comunicar investigaciones y sus resultados, ideas y debates, de manera
clara, concisa y fidedigna” (Universidad del Rosario, 2007, p. 2)

- Monografías y textos sobre temas regionales: este tipo de textos resultan relevantes para
programa editorial de la Universidad de los Llanos, ya que apunta al desarrollo de
producción intelectual centrada en los aspectos regionales, acorde con el proyecto misional
de la institución. Estos trabajos proporcionan un análisis complejo que encierra una
problemática concreta. Su público en ocasiones es específico ya que abarca temáticas desde
lo local que involucran costumbres y conceptos propios de una región.

- Libros de ensayo: “estas publicaciones comprenden la producción intelectual de la


comunidad académica como resultado de inquietudes de su quehacer académico, y están
dirigidos a un público específico” (Universidad del Rosario, 2007, p. 4)

- Libros de texto para educación superior: este tipo de textos son publicaciones tienen una
finalidad pedagógica, porque pueden incluir contenidos de cursos de la universidad.
Generalmente son diseñados para población estudiantil, un público de gran tamaño
comparado con el lector promedio de los libros académicos.

- Tesis de grado: dentro de ciertas políticas editoriales se encuentra establecido la


publicación de determinadas tesis, en su mayoría las meritorias o laureadas. Este tipo de
textos generalmente son de baja circulación, pero en ocasiones puede ser el punto de partida
de futuros productos académicos de alto rigor científico.

Por otra parte, el Gobierno nacional en el Decreto 1297 de junio de 2002 estipula una serie de
criterios frente a esta producción académica, en la que se establecen parámetro de medición de la
calidad de los libros y artículos ofreciendo un estímulo económico a los docentes investigadores que
realicen estos aportes como resultados de sus proyectos.

36
Los libros derivados de investigación tienen varias características, entre las que se encuentra
abarcar de forma completa una temática, capaz de garantizar la unidad de la obra. A su vez, debe
contener un adecuado fundamento teórico, un tratamiento metodológico acorde al tema y al área de
trabajo; pertinencia y calidad de las fuentes bibliográficas; grado de divulgación regional; procesos
de edición y publicación a cargo de una editorial reconocida.

El libro como objeto

La actividad editorial en ocasiones considera el diseño de un libro como un procedimiento


irrelevante, excluyéndolo como un elemento textual que no hace parte del significado que contiene
la obra. Por ello, para consolidar un catálogo editorial se deben tener en cuenta este tipo de
aspectos, que le otorguen no solo una unidad visual, sino una real coherencia entre el libro, el área
de conocimiento o la investigación, y el público objetivo.
G. Thomas Tanselle (2009) en Bibliograohical Analysis sugiere tres aspectos que inciden en las
decisiones de diseño de un libro: lo psicológico, lo cultural y lo estético.

En primera medida, en el psicológico se examina qué efectos produce en el subconsciente frente a


un estilo particular de tipografía o a un tamaño, ya que en ocasiones los lectores son más propensos
—de pronto más inconscientes que conscientes— a pensar en las mismas ideas cuando ven un
diseño similar (Tanselle, 2009, pp. 68). Los espacios del interlineado, las márgenes y otros
elementos gráficos juegan un rol importante en la comprensión del texto. Respecto a lo anterior
Simon Garfield enfatiza que el efecto que la tipografía ejerce sobre el lector debe ser valorado en
contexto (es decir, en oraciones y párrafos), pues solo el conjunto de letras combinadas y su forma
podrán juzgarse de legibles o no (Garfield, 2011, pp. 67).

Paralelamente, lo cultural analiza las conexiones entre el diseño del libro y los contextos sociales e
históricos de estos, con el objetivo de comprender las formas por las cuales el conocimiento ha sido
compartido e interpretado. Tanselle cita a Bertrand H. Bronson (1958) para afirmar que la clave de
subyace en que los diseños de los libros reflejan el peso de una tradición operativa en una sociedad
en particular en la que el libro fue creado.

Por último, la estética analiza en mayor dimensión el diseño del libro, entendiendo el rol del diseño
y sus efectos en los lectores a través de significados específicos que se trasmiten. En este punto, el
autor llega a considerar como parte de la apreciación de la literatura el aspecto visual, en los que se
incluyen elementos como la tipografía. El lenguaje de lo tangible y visible es un componente que
hace parte de la física de un objeto. Esta materialidad dota de un contenido propio a una obra, no
37
solo concibiéndola desde la parte del texto y la creación literaria, sino como dos componentes que
constituyen un único significado.

Roger Chartier (2004) considera que “el mundo del texto es un mundo de objetos y formas cuyas
estructuras, dispositivos y convenciones dan asiento y ponen límites a la producción de sentido”
(pp. 482). De esta forma, es necesario detenerse a considerar la función expresiva de los recursos
“no verbales” del libro y la relación entre su forma y el sentido que otorga a una obra.

La tipografía, el interlineado y la composición visual de un libro son aspectos que están


directamente ligados a los géneros escriturales y al público. Esta diversidad permite que se piense
en los usos contrastados de un de los mismo géneros, en inclusive de las mismas obras en conjunto,
en las que las formas editoriales varían de acuerdo con el público al que estén dirigidas. (Chartier,
2004, pp. 480)

Libro, género y público es la estructura básica de una obra editorial y debe ser concebida desde este
todo y no de forma aislada, porque sin el lector el texto no es más que un texto virtual y el mismo
texto, fijo en su letra, no es el mismo si cambian los dispositivos del soporte que le transmite a su
público. (Chartier, 2004, pp. 481)

En el caso de la Universidad de los Llanos, la relación libro-género-público está directamente


vinculada con la producción de los grupos de investigación y al público regional, que a quienes está
dirigida la misión de la institución.

Las ocho áreas del conocimiento identificadas al inicio del capítulo son los referentes que permiten
que encaminar los procesos editoriales y su producción desde temáticas específicas y apuntar a
identificar lectores concretos. Sin embargo, el agro, la producción pecuaria y pesquera, así como la
coyuntura económica y social de la Orinoquía son un abanico de posibilidades en tanto a los tipos
de texto como a los públicos a los que se dirigen.

Sin embargo, la significación de estos textos depende de capacidades, códigos y de convenciones de


lectura propias de las diferentes comunidades que se convierten, en la sincronía o la diacronía, sus
diferentes públicos (Darnton, 2003, p.171). En el cuarto capítulo de este trabajo se realizará la
descripción de los lectores de las publicaciones de acuerdo al área de conocimiento, sobre su
universo de interpretaciones y las prácticas de lectura

38
Las colecciones de la editorial Unillanos

Según Ediciones Uniandes, las colecciones son el proyecto editorial que contempla la publicación
de una serie de libros, según algún criterio unificador. Dicho criterio puede ser disciplinar,
institucional, conmemorativo, tesis, informes de investigación, entre otros. Estos, a su vez, son
emparentados y complementarios y aspirar a brindarle a la editorial determinada rentabilidad,
cobertura temática y sostenibilidad en el tiempo. Además “reunen una variedad de publicaciones
que normalmente son límitadas o por determinadas caracteristicas, son excluídas de las revistas”
(Universidad de los Andes).

Este proyecto editorial debe estar acorde con la producción intelectual de la institución, es decir,
debe estar articulado con las áreas de conocimiento que los grupos de investigación abarquen. En el
capítulo anterior, se indagó sobre la producción intelectual de la Universidad de los Llanos a partir
de sus grupos reconocidos por Colciencias, se evidenciaron unos temas específicos en los que se
focaliza la actividad investigativa de la institución educativa. Ciencias agropecuarias, ambientales,
humanas, básicas, económicas y de la salud son algunas de las áreas del conocimiento en los
investigadores de Unillanos trabajan. La acuicultura, la agricultura y las ciencias biológicas son los
temas de estudio en que se centran la mayoría de los grupos de investigación y en las cuales se
produce la gran parte del catálogo de publicaciones.

En consecuencia con esta característica en la producción académica se proponen las siguientes


colecciones, las cuales están directamente relacionadas con estas áreas de conocimiento y pensadas
como el “espacio” en el que se relacionarán las producciones en diversos temas y conceptos para la
construcción de un conocimiento específico en un área determinada:

- Ciencias agropecuarias y forestales: esta colección contendrán obras relacionadas con


temas como la agronomía, el sector económico agropecuario, producción pecuaria así como
tecnología aplicada a la transformación de materia prima e industrialización del sector.

- Negocios y economía: en esta colección se incluirán obras concernientes a temas de las


ciencias administrativas como las finanzas, recursos, tecnologías de la información,
marketing y estrategia e innovación organizacional.

- Acuicultura, recursos pesqueros y ecosistemas acuáticos: esta área es una de las más
importantes de la Universidad, por ello se considera pertinente que una colección esté
dedicada a esta temática y no unirla con el sector agropecuario en general.
39
- Estudios ambientales, urbanos y rurales: para esta colección se toma como referencia
colección Environment and Urban Studie del The MIT Press. Allí se referencias obras que
relacionan el medio ambiente con aspectos sociales, económicos y culturales.

- Ciencias naturales, tecnología e ingeniería: la colección incluirá temas relacionados con las
ciencias básicas como la biología, así con la ingeniería eléctrica, electrónica y de sistemas.

- Historia y estudios sociales: la colección relacionará áreas del conocimiento como las
humanidades, la educación, la sociología, la historia y la psicología.

- Ciencias de la salud: la colección está orientada hacia líneas de investigación como salud
pública, salud ocupacional y en el trabajo.

- Revistas científicas: esta colección reunirá las publicaciones periódicas de este tipo de la
institución.

40
Capítulo 3

Estructura interna y proceso editorial

La difusión del conocimiento es el eje central de las editoriales universitarias, ya que gracias a su
papel dentro de la academia, tienen la responsabilidad de formular investigaciones que beneficien el
desarrollo de una población o una circunstancia en particular. Los grupos de investigación son los
principales productores de esta actividad científica, donde se generan productos de conocimiento en
uno o varios temas, de acuerdo con un plan de trabajo y se demuestra continuamente resultados
verificables, derivados de estos proyectos de investigación y actividades académicas. De ahí que
los grupos de investigación no solo involucra el proceso investigativo en sí, sino que debe tener una
producción de apropiación social y circulación de sus productos resultado de sus actividades, fin
que está directamente ligado a las universidades y a la comunicación de la ciencia. (Colciencias,
2013).

Dado lo anterior, conviene enfatizar que los productos resultado de los estudios de los grupos de
investigación, hacen parte de la actividad comunicativa formal, donde trasciende el ámbito
específico de la ciencia y se involucra a un público mayor. Esta producción intelectual se
caracteriza por que está mediado por procesos de selección rigurosos, donde las contribuciones
deben probar la originalidad y calidad necesarias para convertirse en publicaciones.

Paralelamente, Temporalidad, normalización, selectividad y disponibilidad son aspectos aplicables


a cualquiera de áreas de trabajo en una editorial, y que al tenerlos en cuenta dentro de los procesos y
políticas permitirán crear un horizonte y acciones pertinentes para el cumplimiento de las metas
propuestas. De igual modo, no se debe ignorar que este panorama debe estar construido teniendo en
cuenta el entorno y las características propias de la universidad y de los públicos a los que desea
alcanzar.

La configuración de este sistema de comunicación de la ciencia requiere de un equipo de trabajo


que desarrolle actividades desde la rigurosidad académica en la evaluación de las obras, que
responda a las necesidades científicas e investigativas (selectividad y disponibilidad), la pertinencia
de acuerdo al contexto y a el momento histórico (temporalidad), y las directrices estructuradas para
el adecuado funcionamiento de la editorial (normatividad)

41
Las cuatro dimensiones descritas evidencian que los procesos de comunicación académico son un
eje estratégico en la difusión del conocimiento como una acción que influye en la apropiación de la
ciencia, y vincula directamente públicos y sectores para el desarrollo de social. Teniendo en cuenta
esto, en este capítulo se presentará una propuesta de la estructura organización de la Editorial
Unillanos, de acuerdo a su producción académica, públicos y misión institucional. Para efectos del
desarrollo de esta parte del documento, se tuvo en cuenta elementos de la normatividad y políticas
de las editoriales de las universidades del Rosario, Eafit y Andes, debido a que su estructura
evidencia la calidad de su producción y de procesos que aseguran que el libro cumpla el objetivo
por el cual fue diseñado.

En el caso de la Universidad del Rosario y Eafit presentan estructuras similares con procesos
específicos que garantizan la calidad y, en cierto modo, el acceso a las obras. También configuran
políticas acordes a su accionar misional, no solo ajustándose a la normatividad nacional respecto a
la producción académica, sino estableciendo parámetros diferenciadores y específicos de acuerdo a
las áreas del conocimiento que maneja cada institución. Ediciones Uniandes planeta una serie de
definiciones de acuerdo a cada elemento y actividad a desarrollar, sirviendo de guía y referente para
comprender la importancia de cada aspecto dentro de una editorial.

Estructura editorial

Dentro de las editoriales universitarias hay un equipo de trabajo interdisciplinar, que es el


encargado de velar por todas las etapas del proceso editorial, desde la escritura del plan de obra, la
selección del manuscrito y su distribución. Cada miembro es responsable de determinadas
actividades y gracias a su perfil profesional, debe asegurar una producción intelectual de calidad. En
el caso de las editoriales universidades, generalmente las encabeza un comité editorial, el cual es el
encargado de establecer las políticas editoriales y la normatividad que rige dentro de cada una de las
tareas de la editorial. Un segundo organismo son los consejos de facultad, quienes manejan
directamente la selección de los manuscritos publicables. Ellos aseguran que el aporte científico de
una obra es importante para su posterior publicación. Por último se encuentra el equipo conformado
por los editores, quienes acompañan todo el proceso editorial, garantizando el cumplimiento de los
estándares de edición del contenido, y proyectando acciones para su distribución.

42
Este equipo de trabajo es el garante de la calidad académica de las publicaciones, porque como
explicaba Silva y Llanos, la credibilidad de una editorial está estrechamente relacionada con las
capacidades de la estructura editorial productora de los libros (2007, p. 111)

El reconocimiento social del que goza un comité editorial depende de diversos factores como los
criterios de selección estipulados para la publicación, las normas editoriales en la presentación
impresa, de los documentos y en sus servicios de información, la disponibilidad de un cuerpo de
editores especializados según temática y con una amplia trayectoria en investigación.

Conforme a la articulación de estos aspectos, se desarrollan las líneas de acción de una editorial,
donde el grado de rigurosidad de los procesos radica en varios elementos: en primer lugar, el comité
editorial, como cabeza de la estructura orgánica de la editorial, es el encargado de incluir y verificar
cada uno de los procedimientos por los que una obra debe pasar para hacer parte de un selecto
catálogo, el cual caracterizará la producción de la editorial.

En segundo lugar, los consejos editoriales, lo cuales se componen de expertos investigadores en


cada área del conocimiento, son los que seleccionan las obras. Este proceso se debería dar bajo una
serie de consideraciones: el grado de aporte científico, el desarrollo de una temática, el tratamiento
metodológico e investigativo y pertinencia de las referencias bibliográficas. Paralelo a esto, las
publicaciones deben tener varios niveles de evaluación: de contenido de los pares académicos,
editoriales y normalización básica de los libros de investigación (Colciencias, 2013, p. 112).

Añadiendo a lo anterior, Colcienicas tomó parte de la propuesta de criterios editoriales y científicos


de Silva y Llanos (2007), donde se caracterizan los libros publicados en esta institución e
identificaron las características de comunicación científica que debe tener un libro resultado de
investigación, agrupándolo en cuatro dimensiones:

1. Temporalidad: esta característica es determinante en la comunicación científica formal,


porque los libros de investigación requieren un periodo más amplio de análisis y reflexión,
por cuanto enfocan la organización y estructuración de resultados de investigación en
contextos más amplios que los unifican y se encuentran auto contenidos

2. Normalización: todo documento formal está condicionado por unas normas socialmente
aceptadas que adecuan su forma a las necesidades de circulación en una comunidad
específica. Es así como los documentos requieren descripciones efectivas de su contenido

43
de tal forma en que la transmisión de los mismos al público sea efectiva y acorde con las
intenciones del autor.

3. Selectividad: el aval y aceptación de los libros de investigación es un aspecto determinante


cuando existen estructuras editoriales que, con la orientación de las políticas y
procedimientos editoriales, garantizan la calidad y aseguran la circulación de los aportes
más relevantes de la investigación.

4. Disponibilidad: la cantidad apropiada de documentos asegura su circulación entre los


miembros de la comunidad y la incorporación en sistemas de información.

Los anteriores características hacen parte de los criterios de medición establecidos por Colciencias,
para determinar el grado de importancia de un producto resultado de investigación, puesto que se
requiere que las publicaciones estén respaldadas por una editorial que sea garante de la calidad de la
obra a través de sus procedimientos y su organización interna.

Colciencias define a una editorial reconocida como “aquella organización que cuenta con las
capacidades de gestionar, reconocer, producir, publicar, catalogar y distribuir libros que sean
resultado de investigación” (2013, p. 116). Este conjunto de aspectos vinculan cada una de las
aristas que corresponden al quehacer editorial, configurando no solo una línea de acción, sino la
visibilidad, credibilidad y alcance de las publicaciones. Por tal razón, a continuación se presentará
la propuesta de la estructura organizacional de la editorial Unillanos.

Estructura interna de la editorial Unillanos

Teniendo en cuenta el panorama presentado anteriormente sobre la estructura editorial de las


editoriales universitarias, y su importancia como garante de la calidad de la producción intelectual
de una institución de educación superior, se presentará a continuación la propuesta de la estructura
interna de la editorial Unillanos. Este equipo de trabajo lo conforman el Comité Editorial, los
consejos de facultad y los miembros del área administrativa de la editorial.

Comité Editorial

El Comité Editorial es el organismo regulador encargado de aprobar las políticas de la editorial, así
como el responsable de velar por su cumplimiento. Por este motivo la estructura de este organismo

44
busca asegurar que se establezcan criterios equitativos de selección y de direccionamiento, tanto en
el ámbito académico e investigativo hasta el económico.

Asimismo, al componen a los decanos de las facultades, quienes deberán asumir el rol de líderes de
cada una de sus áreas del conocimiento, con el objetivo de integrar puntos de vistas
interdisciplinares que permitan abarcar un espectro más amplio de las temáticas en la producción
académica en la Universidad. Cabe resaltar que este comité deberá regirse a partir de la
normatividad establecida por Colciencias, ya que esta es la entidad que finalmente avalará el trabajo
realizado por la editorial, lo que incluye los procesos, el comité mismo y los autores que conforman
su catálogo.

La Vicerrectoría Académica de la Universidad de los Llanos es la figura máxima en docencia e


investigación institucional, donde los procesos científicos y la producción del conocimiento son su
principal recurso y se orientan esfuerzos para mejorar es ambiente investigativo de la institución. Al
ser el líder en este aspecto en Unillanos, es quien lleva la batuta y tiene la capacidad de asegurar
instancias en pro del desarrollo intelectual de la universidad. Por ello, el vicerrector académico es
quien debe asumir una participación activa en el sello editorial, encabezando el Comité Editorial y
sus procesos de regulación.

El representante de los decanos será voz de los consejos de facultad dentro del comité, pues será el
vínculo directo con las actividades que se realizan a nivel investigativo en cada una de las áreas
académicas de la universidad. Por su parte, el jefe de la Oficina de Investigaciones deberá velar por
el cumplimiento de la normatividad institucional sobre la investigación, y vincular a esta, los
lineamientos de Colciencias.

El representante de los docentes será la voz de los investigadores de la universidad, y gracias a su


perfil profesional y académico, podrá tomar decisiones que favorezcan la producción intelectual en
la Universidad. Paralelamente se encuentra el representante de los editores de las revistas
científicas, quienes al estar directamente vinculados con la publicación de artículos científicos
resultado de investigación.

- Vicerrector Académico

- Coordinador editorial Unillanos (Editor)

- Jefe de la Oficina de Investigaciones

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- Representante de los decanos

- Representante de los editores de las revistas científicas

- Representante de los docentes

- Jefe de la Oficina de Presupuesto (opcional)

Funciones:

- Proponer e implementar las políticas editoriales de la editorial

- Determinar políticas administrativas y de funcionamiento de la editorial.

- Crear y direccionar las líneas editoriales y colecciones de la editorial.

- Determinar los procedimientos editoriales

- Servir de ente asesor ante los consejos editoriales

- Asesorar en la construcción del plan de publicaciones de la editorial.

Consejos de Facultad

La Universidad de los Llanos tiene dentro de su oferta académica 14 programas de pregrado y el


mismo número de especializaciones; cuatro maestrías y un doctorado completan la lista. Además,
en su conformación se destacan áreas del conocimiento como ciencias de la salud, económicas,
humanas, agropecuarias, acuicultura y pedagogía. Este variado panorama es una característica que
ha permitido que la institución se posicione como la de mayor trayectoria en la región, y cómo una
de las más importantes de este territorio.

Debido a esta multiplicidad de áreas del conocimiento en Unillanos, es necesario establecer


instancias de selección y de evaluación, con criterios específicos en determinados temas y
referencias conceptuales unificadas. Por ende, se requiere consolidar en los Consejos de Facultad un
organismo conocedor de las investigaciones que se están desarrollando en las diferentes disciplinas,
así como los paradigmas que rigen el escenario en cada área. En la cabeza de cada uno de estos
consejos se encontrará el decano de la respectiva facultad, así como los directores de los programas,

46
quienes además de ser directivas administrativas, tienen un vínculo fuerte con lo académico al tener
una relación cercana con los docentes de la facultad y sus proyectos de investigación.

Del mismo modo, integran los consejos de facultad un representante de los docentes, de los grupos
de investigación y los directores de los institutos adscritos a la facultad, quienes velarán por el
cumplimiento de los criterios de imparcialidad, de los libros resultado de investigación y artículos
para revistas científicas que se presenten para ser publicados bajo el sello editorial. Además, estos
miembros son los que mantienen el contacto directo con los estudios que se adelantan en las
distintas áreas del conocimiento, así como son quienes poseen el mayor respaldo académico y
científico para determinar el aporte real al conocimiento que puede brindar un determinado
proyecto de investigación.

En este orden de ideas, el coordinador del Sello Editorial acompañará en cada sesión a los comités,
pues a pesar de que no tenga una comprensión profunda de las investigaciones ni de los referentes
bibliográficos, es la persona que domina el área editorial, los procesos y la normatividad que la rige.
Por este motivo, su perfil y práctica en el sector dará una perspectiva más concreta de qué obras
pueden tener cabida dentro del catálogo y el perfil de la editorial, así como una opinión frente a
lectores, prácticas y canales de venta.

Estructura de los consejos de facultad:

- Decano de la Facultad

- Directores de programa

- Representantes de los docentes

- Representante de los grupos de investigación de adscritos a la Facultad

- Directores de los institutos adscritos a la facultad

Funciones:

- Mantener y actualizar una base de datos de pares académicos para la evaluación de


los libros resultado de investigación, artículos de revistas, entre otros.

- Proponer pares evaluadores de acuerdo al tipo de publicación y al área de


conocimiento de la misma.

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- Seleccionar manuscritos para su publicación bajo el sello editorial.

Área administrativa de la editorial

El Comité Editorial y los consejos de facultad son las dos figuras que regulan, selección y
direccionan al sello editorial, bajo un conjunto de normas y políticas que aseguran la calidad
científica de la producción académica de Unillanos. Estos dos organismos no solo deberán velar por
todo el cumplimiento de cada uno de los lineamientos establecidos para el funcionamiento de la
editorial, sino que a su vez servirán como espacio en el que se discutirán los paradigmas de las
ciencias y se desvelarán estrategias que posicionen a la Universidad por su nivel investigativo.
Paralelo a estas funciones, hay una serie de acciones que requieren de un equipo con habilidades en
el área editorial, el cual lleve a cabo las dinámicas de producción, distribución, visibilización y
comercialización.

Al respecto, cabe detenerse en el porqué es necesario que una editorial universitaria encuentre en su
área administrativa no solo una solución organizacional, sino una estructura que potencializará los
procesos y el alcance de las publicaciones. La Universidad de los Llanos es un caso particular, ya
que a pesar de que dentro de su actual Sistema de Publicaciones existen organismos que cumplen
funciones similares al del Comité y los consejos, muchos de los ejemplares de las obras publicadas
a través de este mecanismo se encuentran reservadas en la bodega de la biblioteca de la institución,
como se mencionaba en el primer capítulo de este documento. Este fenómeno es común que suceda
cuando no hay un conocimiento del alcance de la publicación, así como una definición clara de los
posibles públicos a los que se quiere llegar. Además, no es posible establecer una unidad editorial,
tanto a nivel gráfico como en los procedimientos, cuando no hay quien lidere estos procesos.

Paralelo a los criterios editoriales y de la unidad en las obras que permitan crear elementos de
identificación con el sello, se encuentra la posibilidad de crear espacios de visibilización de las
publicaciones. Atendiendo esta necesidad, se requiere tener claro cuál es el objetivo y lo que se
desea lograr con dicha obra y definir cómo será el encuentro del lector con la publicación.
Basándose en este elemento que resulta fundamental en la labor y misión de la editorial, se
considera necesario establecer una estructura administrativa que responda a las necesidades, no
solo a las de los autores, sino de los lectores.

En este punto radica la importancia del coordinador editorial, pues es quien articulará la producción
académica con el proceso editorial y las obras publicadas con su público lector, el cual debe ser el
48
fin último de la comunicación de la ciencia. Además, esta labor se ve acompañada con las
actividades relacionadas con los coordinadores administrativo y comercial, quienes entre sus
funciones deberán establecer las estrategias para una efectiva difusión, distribución y venta de las
obras, procurando mantener una estructura administrativa y presupuestal organizada, que sea
garante de la funcionalidad y sostenimiento de la editorial.

Junto con este equipo de trabajo está el editor de las publicaciones periódicas, quien será la cabeza
del proceso editorial respecto a las revistas, periódicos y demás publicaciones ligadas a una
periodicidad en su publicación. Asimismo, el asesor editorial trabajará de forma transversal a todas
las actividades y apoyará los requerimientos necesidades dentro y fuera del sello. A continuación se
presentará la propuesta administrativa descrita anteriormente:

- Coordinador editorial

- Editor de las publicaciones periódicas

- Asesor editorial

- Coordinador administrativo

- Coordinador comercial

Proceso editorial

La estructura organizacional son parte estratégica de la una editorial. De acuerdo como estas estén
configuradas, se determina una serie de características que son los elementos diferenciadores y que
le permiten encaminar actividades dirigidas a su visión. El proceso editorial es el paso a paso de
cómo se transforma un manuscrito en una publicación. En este cuadro de acciones se determina
cada uno de los puntos que configuran el quehacer de la editorial, y cómo a partir de este, de
organizan las actividades que se deben ejecutar para la producción de libros resultado de
investigación.

En Patiño Díaz (2013), el autor plantea el proceso de publicación de un libro, a través de una serie
de etapas y responsables que permiten calcular el tiempo aproximado que tomará el texto en estar
disponible al público lector, y reconociendo quiénes serán los encargados de ejecutar cada una de
las tareas establecidas para la publicar una obra. De acuerdo a esta guía de trabajo, se tomó como

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referencia las especificaciones del autor para diseñar los procesos editoriales para el sello editorial
Unillanos:

Actividad Responsable
Plan de obra Coordinador editorial y autor
Coordiniador editorial y Comité de
Evaluación del plan de obra facultad
Escritura de manuscrito Autor
Entrega de manuscrito al Comité
de Facultad Autor

Envío del manuscrito a evaluación Coordinador editorial


Evaluación Par académico
Envío de resultados de la
evaluación al autor Coordinador editorial
Ajustes según lo sugerido en la
evaluación Autor
Coordinador editorial y Comité de
Revisión de ajustes facultad
Aprobación de la obra Comité de facultad
Entrega del original definitivo Autor
Corrección de estilo Corrector de estilo
Aprobación de las correciones Autor
Inserción de correcciones al
archivo Corrector de estilo
Diagramación Diagramador
Revisión de obra diagramada Autor y equipo de edición

Inserción de correcciones firnales Diagramador

Cotejo de correcciones finales Corrector de prueas o equipo de edición


Redacción textos de cubierta Autor y Coordinador editorial
Diseño de cubierta Diseñador
Corrección de cubierta Corrector de pruebas
Inserción de correcciones de
cubierta Diseñador
Finalización de los archivos Diagramador
Envío de los archivos a la
imprenta Coordinador editorial
Pruebas para la imposición Impresor o coordinador editorial
Revisión de pruebas de
imposición Coordinador editorial y diagramador
Impresión Impresor
Distribución Coordinador comercial y distribuidor
Venta Equipo comercial y librero
Lectura Lector
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El plan de obra debe presentarse antes de escribir el libro. Los autores del mismo deben presentar
un proyecto editorial al consejo editorial de la facultad a la que pertenecen, esto como base para
escritura de la obra y para una oportuna evaluación y acompañamiento por parte del coordinador
editorial. En este plan se deberán incluir elementos como la información general de la obra,
información académica en la que se argumente su pertinencia frente al área de conocimiento en el
que se desarrolla, así como la descripción de la obra donde se muestra de forma ordenada cuáles son
los temas que tratará, el orden, capítulos, páginas, presupuesto, cronograma, entre otros aspectos
editoriales.

Este documento será evaluado por las instancias responsables quienes darán el primer aval para la
escritura de la obra. Al mismo tiempo, el consejo y el coordinador editorial deberán establecer
quiénes serán los pares evaluadores de la obra y establecerán las fechas y presupuesto que se
asignará para su publicación. Una vez entregado el manuscrito inédito, es nuevamente evaluado por
el consejo de facultad y enviado a los pares académicos.

Después este proceso, el resultado de la evaluación es entregado al autor y este determinará si aplica
o no las sugerencias realizadas, sustentándolas ante el consejo, quien finalmente decidirá la obra es
publicable. Si la respuesta es afirmativa, el coordinador y asesor editorial acompañarán cada una de
las etapas de producción del libro, junto con un equipo de trabajo que incluye el corrector de estilo
y de pruebas, el diagramador y el diseñador, los cuales contribuirán a establecer los parámetros
gráficos y de estilo del libro. Por su parte, el coordinador comercial debe diseñar la ruta de
distribución y venta de las obras, la caracterización y segmentación del público y los canales que se
utilizarán para que la publicación alcance al lector deseado.

Esta línea de producción permitirá que el libro haga parte del catálogo del sello y que a través de la
adecuada difusión, tenga un impacto y alcance social que visibilice no solo el producto de
investigación, sino el trabajo de la misma editorial.

51
Capítulo 4

Los lectores, las prácticas de lecturas y los canales de distribución

Consolidar una editorial universitaria como un espacio de producción académica de calidad, que
lidere procesos de difusión y apropiación del conocimiento a nivel regional, nacional e
internacional, hace parte de las labores conjuntas entre el Consejo Editorial, los comités de facultad
y los integrantes de la editorial. Ellos se convierten en garantes de que cada obra seleccionada
cumpla con determinados estándares de edición que posicionen a la Universidad a nivel nacional e
internacional. Sin embargo, el trabajo de una editorial no se reduce a la selección de manuscritos
bajo criterios de selección específicos, porque además debe asegurar espacios y herramientas donde
la producción llegue a su destinatario final: los lectores. Frente lo anterior, en el tercer capítulo de
este documento se explicó cómo cada actividad que involucra la propuesta del proceso editorial
para Unillanos funciona dentro del engranaje que permitirá acercar la obra hasta sus lectores,
quienes son los que finalmente se encargan de que el conocimiento adquirido, desde su práctica
lectora y su contexto, pueda ser apropiado a nivel cultural.

En este orden de ideas, se requiere de una serie de elementos que compongan una estrategia
editorial; desde canales de distribución diversificados para segmentos de población más amplios
hasta procesos de edición donde se prioricen aspectos de diseño y contenido dirigidos a lectores que
no estén directamente relacionados con el ámbito académico. De esta forma, se pretende brindar un
aporte en doble vía: a nivel científico, se contribuye al avance y desarrollo de distintas áreas del
conocimiento a través de destacados resultados de investigaciones; y desde el nivel social donde se
acerca este saber a los lectores quienes cumplen el papel de agentes culturales, es decir, puentes
entre los nuevos paradigmas científicos y su apropiación social como una herramienta que
promueva el desarrollo en distintos actores.

De esta manera, resulta prioritario preguntarse quiénes son los lectores, cómo son sus prácticas y
cuáles son los mejores canales para transmitir la información. Adicionalmente, se requiere pensar
cómo se configuran los contenidos de tal manera en que la ciencia no sea hermética a otras esferas
sociales e involucre a nuevos actores que contribuyan en la difusión del conocimiento. No obstante,
este punto requiere entender desde varias aristas a los lectores, de forma tal que al editar la obra, se
defina con claridad a quiénes va dirigida y se configure su estructura acorde con las preferencias de
sus públicos objetivos.

52
Si bien es necesario tener claro el diseño y el contenido a la hora de hacer el libro, el editor también
debe apoderarse de las estrategias que se necesitan para que los lectores accedan a este: canales de
distribución como bibliotecas, librerías e incluso la venta por catálogos online, los canjes y el open
access son alternativas a tener en cuenta que se piensan al paralelo en el proceso de edición y
corrección.

En este sentido, este capítulo presenta una reflexión en torno a estos dos elementos dentro del
proceso editorial: los lectores y la distribución de los libros. Estos dos elementos son tan relevantes
como la misma selección de manuscritos, tanto a nivel de impacto social como económico para la
Universidad. Lo anterior debido a que la Editorial Unillanos debe priorizar obras de calidad y
fomentar canales que estimulen la lectura de los contenidos científicos, con un alcance a públicos
que reproduzcan los conocimientos en forma de prácticas sociales y académicas. Además debe
posicionar la investigación de esta institución de educación superior a nivel nacional e
internacional. A su vez, estos aspectos repercuten, de forma directa o indirecta, a nivel económico,
porque de acuerdo a los canales seleccionados para la difusión del catálogo editorial, este influirá en
la planeación de los presupuestos, las ganancias resultado de las ventas de los libros o revistas e
invitaciones a círculos del libro académico, en los que se puede negociar la participación de la
editorial en nuevos escenarios y ferias.

Los lectores y sus prácticas

El lector es el eje central de la producción de una editorial, ya que su rol en los procesos de difusión
del conocimiento es fundamental para el desarrollo de conocimiento y el avance de la ciencia. Esta
característica hace de su labor una de las más importantes en la comunicación de la ciencia y en la
posibilidad de transmitir los saberes científicos en escenarios que en ocasiones no están dentro del
espacio académico. De esta forma, comprender la complejidad de este actor en la cadena del libro
se convierte en un punto clave dentro de los procesos editoriales, y acercarse a sus concepciones y
realidades puede ser una manera de garantizar una óptima transmisión, apropiación y práctica del
conocimiento adquirido a través de la lectura.

En el primer capítulo se hizo un acercamiento inicial al lector, partiendo de la reflexión que ofrecen
Bourdieu y Chartier (2003, pp. 4) en el que diferencian al lector como el sujeto cuya producción
consiste en hablar de las obras de los otros. A su vez, se enfatizó que este actor se encuentra sujeto a
un conjunto de supuestos inherentes a su condición y que para comprender las características de su

53
comportamiento hay que volcar los análisis sobre los usos sociales de la lectura y lo que es
socialmente legítimo. Este contexto permite pensar cómo se configuran una serie de actividades
dentro del proceso editorial que refuercen los contenidos y acerquen las obras al lector, quien,
finalmente, además de apropiar los conocimientos y consolidarlos como una práctica social, será un
canal de difusión de la misma obra.

A pesar de que normalmente se hace énfasis en el lector y en la práctica de lectura, en este trabajo
se hablará de lectores y prácticas de lectura; es decir, en plural. Esta caracterización se realiza,
porque no se puede considerar al público como un grupo de personas con pensamientos iguales. Por
tal razón, se consideran los lectores como sujetos heterogéneos y diversificados con características
históricas y culturales que los identifican, y le brinda una serie de conocimientos y formas de
interpretación que marcan su práctica de lectura individualmente. Con esto se pretende especificar
cómo al concebir los públicos a los que va dirigida una obra, se seleccionan intencionalmente cada
aspecto en la edición, con lo cual se permite un acercamiento a los intereses y concepciones de los
lectores.

Sin embargo, a pesar de que la anterior idea plantea una relación directa entre edición-difusión-
lector y da indicios sobre cómo pensar en el lector, es preciso detenerse y replantear la manera en
que este último es percibido en ocasiones. Lo anterior porque más allá de simplemente segmentar
un grupo objetivo para la venta de un libro, se requiere reflexionar en el actor final de la cadena de
producción del libro relacionándolo directamente con su práctica y contexto. Posteriormente se
entrará en materia con los temas la difusión y la edición.

Esta idea es desarrollada por Bernard Lahire (2004), quien destaca en esta diversidad la posibilidad
de elaborar esquemas de experiencia e identidad a los cuales se relacionar etapas de la vida, niveles
socioculturales, entre otros. Además, la sensibilidad de cada lector frente al texto depende de la
posibilidad que cada uno tiene de entrar en el mundo de la obra, lo que hace de este actor un
interlocutor que recibe la información, pero al mismo tiempo la interpreta de acuerdo a su realidad.

Este panorama permite comprender las dinámicas de las prácticas de lectura y cómo se configuran,
además de hacer un acercamiento a los lectores desde la producción académica. Con respecto a
esto, se orientan iniciativas para la construcción de conocimiento colectivo de las comunidades a
través de lo que se podría catalogar como la “democratización de la información”. Con ello se hace
referencia directa a uno de los principales problemas de la comunicación en el que, debido a ciertas
características de un texto, como el uso de determinado vocabulario u organización de las ideas, no

54
se facilita el acercamiento de lectores que no hacen parte del entorno académico se acerquen a los
libros científicos. Esto es en ocasiones contradictorio, porque muchos de los trabajos de
investigación definen como público objetivo a las comunidades.

En 2003, Bourdieu y Chartier resaltan este último aspecto desde la intención de difusión de la
lectura:

Un texto de largos párrafos se dirige a un público más selectivo, que un texto cortado en pequeños
parágrafos. Esto reposa sobre la hipótesis de que un público más popular pedirá un discurso discontinuo,
etc. Así, la oposición entre largo y corto, que puede manifestarse de múltiples maneras, constituye una
indicación sobre el público imaginado y al mismo tiempo una indicación sobre la idea que el autor tiene en
sí mismo. Otro ejemplo puede ser la significación del grafismo, que ha sido estudiada. Pienso en otro
ejemplo entre mil: el de la letra itálica, y más generalmente pienso en todos los signos que están destinos a
resaltar la importancia de lo que se dice. Ahí es necesario poner atención a las mayúsculas, a los títulos, a
los subtítulos, etc., que son tantas manifestaciones de una intención de controlar la recepción. Hay pues
una manera de leer el texto que permite saber eso que se quiere “hacer hacer” al lector. (p.6)

De esta forma, el trabajo del editor dentro del proceso editorial es configurar este tipo de aspectos
dentro de cada obra, trabajando cada uno de los elementos permitiendo a los lectores tener un
contacto con la obra y así su posterior apropiación social. Además se requiere tener en cuenta no
solo el área de conocimiento al que pertenece un libro, sino también el tipo de texto que se está
editando, ya sean monografías o compilaciones, entre otros.

Igualmente se deben pensar los posibles lectores de acuerdo a los catálogos que hacen parte del
proyecto de la editorial, en los que se pueden vincular públicos diversos de acuerdo a las temáticas
que se referencian. Por ejemplo, en el caso de la colección propuesta para la Editorial Unillanos
Estudios Ambientales, Urbanos y Rurales, donde se recopilarán obras relacionadas con el medio
ambiente y las consecuencias a nivel social como económico y cultural en un determinado espacio y
población, se pueden presentar libros resultado de investigación cuyos aportes pueden contribuir a
crear planes de ordenamiento territorial que ayuden a comunidades de determinados lugares adecuar
y entender las dinámicas ambientales que los rodean y plantear estrategias que permitan el
equilibrio entre los ecosistemas de la zona y sus habitantes. Este tipo de libros, presentados como
obras para públicos más amplios, podría editarse teniendo en cuenta factores tipográficos, de
diseño, estructura y lenguaje del contenido para ajustarlo a los propósitos de la obra y sus lectores.

Por tal motivo, es fundamental reconocer inicialmente quiénes son los posibles lectores de la
producción científica de la Universidad de los Llanos, los escenarios donde interactúan, teniendo en
55
cuenta los tipos de textos que se producen y las áreas de conocimiento de los proyectos de los
grupos de investigación de la institución de educación superior.

Según la misión de Unillanos, la universidad busca formar integralmente profesionales científicos


comprometidos en la solución de las problemáticas sociales, culturales, económicas y ambientales
de la Amazonía y Orinoquía colombiana. A partir de esta idea se puede inferir que los esfuerzos que
orientan el quehacer académico están directamente ligados al contexto regional; es decir, su
principal área de impacto son la comunidades locales.

En consecuencia, la mayoría de los proyectos que nacen a partir de los grupos de investigación
están relacionados con los principales sectores de producción de la región y su contexto geopolítico.
Un ejemplo claro es el de las áreas agropecuarias, acuícola y biológicas, en las cuales los casos de
estudio son las actividades económicas de influencia local y los sistemas ecosistémicos de la zona.
Por consiguiente, los públicos a los que van dirigidas son actores relacionados con estas actividades
y recursos naturales que se estudian.

No obstante, el panorama evidencia varias ventajas y desventajas en los procesos de difusión,


alcance y apropiación de los contenidos por parte de los públicos mencionados. En primer lugar, al
definir los grupos poblaciones de estas regiones se refieren a comunidades que en su mayoría son
rurales, ya que los asentamientos urbanos de gran tamaño son pocos. Asimismo, las características
demográficas descritas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en el
censo de 2005 demuestran que entre el 22 y 60 % de la población pertenece a grupos indígenas y
entre el 5 y el 10 % de la población es profesional. Además, el acceso a determinadas zonas es
difícil por la carencia de rutas terrestres en buen estado, y cuenta con un número limitado de
terminales aéreas. Añadiendo a esta situación, la Amazonía y Orinoquía cuentan con la presencia de
cerca de diez instituciones de educación superior, de las cuales las de mayor alcance son la
Universidad Nacional a Distancia y la Universidad de los Llanos.

Las características del contexto en el que Unillanos hace presencia, pueden ser oportunidades que
favorezcan el desempeño y visibilización de su producción intelectual, debido a que su relación y
trabajo académico vinculan, mejor que otras instituciones externas, a esta institución directamente
con la realidad local y a la comprensión de las dinámicas de la zona. No obstante, esta oportunidad
debe ser aprovechada para crear libros resultado de investigación que tengan en cuenta estas
características demográficas dentro de su proceso de edición, y así brindar herramientas que
favorezcan la transmisión del conocimiento. El problema radica en que actualmente este tipo de

56
conceptos y acciones no están siendo ejecutados, porque la mayoría de la producción académica
(libros y artículo) de Unillanos está dirigida a un público científico.

Figura 4. Producción intelectual de grupos de investigación de Unillanos de acuerdo al tipo de texto de 1994 a
2013

De acuerdo a la información de GrupLac que brinda Colciencias para conocer la producción


intelectual de los grupos de investigación reconocidos por la entidad en la última convocatoria, el
46 % de los documentos resultados de investigación de Unillanos son artículos publicaciones en
revistas indexadas externas a las de la universidad. Esta cifra indica que cerca de la mitad de la
producción académica de la institución está dirigida a lectores científicos, en su mayoría limitados a
investigadores de cada una de las áreas del conocimiento en la que se desarrollan las
investigaciones.

De esta forma, a pesar de que la Universidad apunta a atender las necesidades académicas de la
región, los esfuerzos no están orientados a las comunidades locales, sino a los miembros del sector
académico. Por tal razón, la labor del editor universitario es comprender este escenario y plantear
dentro el proceso editorial actividades que permitan organizar los contenidos siempre teniendo
presente los posibles lectores de cada texto. De esta manera, es posible ampliar el espectro de
públicos, en el que producción científica no solo requiere de lectores académicos para su
comprensión, sino también otro tipo de personas puedan acceder, interpretar y apropiar estos
contenidos.

57
De acuerdo a lo anterior, Bucchi recoge cuatro tipos de públicos dentro de la comunicación de la
ciencia que proponen en 1985 Cloître y Shinn: (i) el lector especializado en el área del
conocimiento de la publicación, quien posee y conocimiento específico de la temática que se
maneja en la obra; (ii) el lector especializado interesado en adquirir conocimientos
interdisciplinarios para abarcar distintas temáticas a partir de encuentro con investigaciones y
autores que trabajan distintas áreas; (iii) el lector es el no especializado quien está interesado en la
información puntual respecto a investigaciones científicas, el cual, según Cloître y Shinn, está
interesado en temas concernientes con la salud, tecnología y economía. (2008, p. 61)

En efecto, resultado de trabajos de edición de este tipo apuntan a vincular dentro de la lectura de los
libros académicos a agentes sociales con características diversificadas. No obstante, el proceso de
edición también debe concebir la distribución como una actividad preponderante, porque a pesar de
crear un libro con características adecuadas para su público objetivo, si no se participan en los
canales de distribución en los que este se encuentra, la obra puede no llegar a su destinatario. Por
esta razón, resulta pertinente reflexionar a través de qué medios y formatos debe proyectarse la obra
hacia sus lectores, esto por medio del acercamiento dirigido a entender las dinámicas de circulación
del libro académico en el país, y cómo proyectar estrategias desde la editorial Unillanos para
consolidar mercados y espacios para el alcance de la producción intelectual de la universidad.

Distribución y circulación del libro académico: de la editorial a las manos de los lectores

La distribución del libro académico representa un tema de relevante al momento de diseñar


proyectos para visibilización y alcance de los libros resultado de investigación y revistas científicas
que se producen en una editorial universitaria dentro y fuera del círculo académico. Si bien
reconocer a los lectores y las dinámicas en las que procesan la información para darle sentido dentro
de su contexto es una parte importante al momento de pensar en la edición de un manuscrito,
también es esencial reconocer los canales de circulación próximos a estos públicos, porque es por
medio de estos que se produce el encuentro entre los lectores y la obra.

Actualmente el Sistema de Biblioteca de Unillanos es la responsable de la distribución y venta de


los libros de la Universidad, a través de canje a nivel nacional e internacional, puestos de venta en
los eventos que organiza la institución, así como venta directa en la biblioteca. Gracias a que hace
parte de la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia (Aseuc), algunos libros y revistas
de Unillanos son distribuidos en otros espacios como las ferias de libros.

58
Estos espacios han permitido que la producción intelectual en escenarios vinculados con el sector
académico se visibilice. Sin embargo, el trabajo no ha sido permanente debido a que no hay una
estrategia editorial que afiance esfuerzos para trabajar en canales de distribución adicionales y
potencializar en los que actualmente se hacen presencia. Por tal motivo, a continuación se
propondrán algunas alternativas referentes a este tema, partiendo de las acciones que ya viene
ejecutando el Sistema de Bibliotecas, y a partir de esto, se reflexionará sobre la posibilidad de
consolidar nuevos canales de distribución que contribuyan a lograr un mayor alcance con las
publicaciones, no solo a nivel regional, sino también a nivel nacional e internacional.

- Canje: por medio de este mecanismo, se intercambian libros con distintas instituciones y
organizaciones. La Universidad de los Llanos remite cerca de 130 publicaciones a 91
universidades dentro del país, 10 en el exterior y 31 entidades nacionales. Sin embargo, más
que realizar canje de libros, se envían constantemente ediciones de la revista Orinoquía, y
en el caso de las instituciones de educación superior fuera de Colombia, este es el único
documento con el que se realizan canjes. A pesar de que Unillanos no tiene un catálogo
amplio de libros resultado de investigación, los pocos que se han editado desde el Sistema
de Publicaciones no son incluidos dentro de las estrategias de circulación y visibilización de
las publicaciones de la Universidad. Esto contrasta con Orinoquia y las demás revistas
científicas, las cuales al estar reconocidas por Colciencias, se pueden consultar a través de
bases de datos o en su edición digital.

Este panorama evidencia que no solo la baja producción es la problemática, ya que las
publicaciones que se editan no entran a circular en escenarios académicos, a excepción de
los eventos organizados por Unillanos en el punto de venta que instala el Sistema de
Bibliotecas. Por esta razón, se considera necesario reajustar el modelo que aplica la
universidad en este momento, involucrando nuevos títulos e invirtiendo en estrategias de
canje e intercambio de ejemplares impresos de libros resultado de investigación.

- ASEUC: es la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia en la que se busca


integrar las editoriales universitarias colombianas y fomentar la producción y distribución
del libro universitario, tanto impreso como electrónico. Aproximadamente 60 editoriales
universitarias pertenecen a ASEUC y sus publicaciones participan en ferias del libro a nivel
nacional e internacional a través de las gestiones de esta entidad.

59
- Ferias de libros: estas plataformas de circulación permiten reunir a diferentes actores de la
cadena del libro con diferentes propósitos, los cuales van desde comerciales hasta plantear
alianzas y negociaciones de derechos. En 2012, Uribe Schroeder clasifica tres tipos de
ferias de libros: las internacionales, las nacionales-locales y las especializadas. Las primeras
están enfocadas a realizar negocios de comercio y servicios; las segundas, están
organizadas para la venta de libros con distintos escenarios para el intercambio comercial,
como ruedas de negocios, además de contar con programación académica y cultural. Por
último están las ferias con venta de libros en las cuales se impulsa el encuentro de los
lectores con los autores.

Estos escenarios permiten, a su vez, procesos de internacionalización de las publicaciones


nacionales, en el que se desarrolla el mercado editorial. Además cumplen una importante
función social: garantizan la posibilidad del acceso al libro a poblaciones a las que la red de
comercialización tradicional, por razones económicas, no alcanza a cubrir (Cerlac, 2012, p.
35).

Respecto a lo anterior, las ferias del libro se convierten en escenarios importantes en los se
estimula la producción editorial, se acerca dicha producción a diferentes lectores, y se
promueve el intercambio y la diversidad cultural.

Los canales descritos son espacios que apoyarán y permitirán explorar nuevos mercados dentro del
sector editorial, y así acercar el libro académico a distintos públicos y escenarios. Sin embargo, hay
un último espacio, el cual ha brindado posibilidades de ampliar el alcance de la producción
académica: internet.

El rápido cambio de las tecnologías de la comunicación se ha planteado como un reto en el que


antes de una “crisis”, se presenta como una ventana de oportunidades para potencializar el sector
editorial. Desde nuevos mecanismos de distribución y venta, hasta canales que brindar mayor
acceso a la información y a los públicos, este medio se convierte en una herramienta que propicia el
encuentro entre la academia y lectores distintos. Bergman describe parte de este panorama
relacionado con las revistas científicas y la comunicación de la ciencia.

Primero, el nacimiento del internet y las nuevas tecnologías le han dado a la comunicación de la ciencia
herramientas a gran escala y acceso sin barreras para la investigación y las publicaciones académicas, sin
necesidad de utilizar commercial publisher. El internet ha permitido que los investigadores puedan
comunicar los frutos de su trabajo. Simultáneamente, tres desarrollos adicionales en el mundo editorial de

60
las revistas científicas colocan a la comunicación académica en una situación conocida como una "crisis":
la consolidación de la industria editorial; el alto costo de las revistas académicas; y la estructura de
precios. (2006, p. 2)

De esta forma, internet abre la posibilidad de implementar nuevas estrategias que van desde venta
en línea, o el acceso libre a catálogos editoriales o revistas científicas, cuyo valor cultural apremia
esta acción. Al mismo tiempo, esta plataforma es una herramienta que contribuye a que un número
mayor de personas conozcan y consulten la producción intelectual de la universidad, además de
compartirla y construir así una red de conocimiento donde se vinculan distintos sistemas de saberes
que aportan al desarrollo de la ciencia.

Un ejemplo de ello es la Librería de la U, un portal de referencia de libros, ebooks, contenidos y


soluciones editoriales, en el que ofrecen variadas formas de distribución brindando a los usuarios
soluciones que corresponden a sus intereses o necesidades (Librería de la U). Diferentes editoriales
universitarias trabajan de la mano con el portal ofreciendo su catálogo en línea para que los usuarios
puedan acceder a ellos. Esta iniciativa permite ampliar el alcance de las instituciones de educación
superior, ya que para muchas es difícil distribuir sus publicaciones en librerías a nivel nacional, y a
través de este portal pueden potencializar su visibilidad fuera de lo local y llegar a lectores que
pueden brindar nuevos conceptos desde sus prácticas de lectura.

Así, se puede considerar que además del canje con otras instituciones, las ferias de libro, las
asociaciones para el trabajo coordinado de la industria editorial, y el internet son canales que
contribuyan al sostenimiento económico y a la expansión de la producción intelectual de la
Universidad de los Llanos.

De esta forma se estructuran una serie de elementos que componen la propuesta de la Editorial
Unillanos desde distintas aristas. En primer lugar, una propuesta de editor que lidere los procesos de
edición y que comprenda del contexto y la producción intelectual de la institución. Posteriormente
un acercamiento a los grupos de investigación y las áreas de conocimiento en las que se desarrollan
los estudios y las publicaciones resultado de investigación. Desde esta aproximación, se propuso el
catálogo editorial compuesto por ocho colecciones. En un tercer momento, se planteó la estructura
de la editorial partiendo de la necesidad de consolidar un equipo de trabajo responsable de las
actividades que asegurarán la calidad de las obras. Finalmente se concluyó con un análisis sobre los
lectores y los posibles canales de distribución que podrían acercar el catálogo editorial a distintos
tipos de públicos.

61
Cada uno de estos componentes dentro del documento buscaron dar solución a distintas
problemáticas relacionadas con la comunicación de la ciencia, así como dificultades en los procesos
de producción investigativa en el país.

62
Conclusiones

La comunicación de la ciencia es una problemática que abarca los distintos contextos dentro de la
academia: desde la producción intelectual hasta la difusión de los nuevos conocimientos hacen parte
de una cadena que vincula diversos actores. Su importancia radica en que permite entender cómo
estos procesos permiten hacer más accesible la ciencia a distintos públicos. Partiendo de esta
premisa, se considera que este trabajo abordó distintos elementos que aportaron a la construcción de
una propuesta de editorial para la Universidad de los Llanos.

En primera medida, al abordar el problema de la comunicación de la ciencia se brindó un contexto


inicial de cómo se dan los procesos de producción científica, y la necesidad de mecanismos que
aporten a la edición y difusión de las publicaciones resultado de investigación. A partir de esta
reflexión se plantea una editorial como el organismo que puede enfrentar esta situación, debido que
por medio de procesos organizados y un equipo de trabajo con un perfil adecuado, se puede llegar a
garantizar la calidad académica de cada obra. Este aspecto se articuló con la necesidad de proponer
un editor universitario con características específicas acordes a la producción intelectual y el
entorno (públicos, autores, áreas de conocimiento, normatividad, etc.) donde se encuentra inmersa.

El panorama anterior permitió determinar que el acompañamiento del editor es fundamental dentro
de los procesos de producción del conocimiento, ya que no es un actor aislado de la cadena de la
comunicación de la ciencia, sino que su labor es transversal a dicha cadena. Esto asegura el
cumplimiento de las políticas editoriales y orientar esfuerzos conjuntos entre la institución y la
editorial, que apunten a posicionar las publicaciones científicas de la universidad.

Esta conclusión se logró a partir de la comparación entre la teoría relacionada con la comunicación
de la ciencia y la información de la producción de la Universidad de los Llanos. Además se tomó
como punto de partida el Sistema de Publicaciones de Unillanos, el organismo que desde el 2012 se
ha encargado de la publicación de los libros y revistas científicas. No obstante, debido a la ausencia
de un procedimiento editorial claro, se presentaron dificultades para una producción académica
continua y con amplia distribución. Gracias a estos hallazgos se pudo definir el perfil del editor y
establecer las políticas editoriales, las cuales serán la guía de acción de la editorial Unillanos. Desde
este punto de partida se fueron armando los demás componentes de la editorial, desde su programa
editorial hasta su estructura.

63
Además de lo anterior, este trabajo logró evidenciar las distintas caras de la edición universitaria y
la producción intelectual del país, desde el estudio de las políticas editoriales de diferentes
universidades y la aproximación a la normatividad y lineamientos frente a la investigación. Esta
situación, acercó la realidad nacional al contexto local de Unillanos, vinculándola a los procesos y
acciones que se vienen ejecutando en otras instituciones de educación superior. Todo esto con el
objetivo de entender cómo se mueve el sector académico en Colombia y aportar herramientas a la
propuesta de la Editorial Unillanos que puedan afrontar el panorama científico.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo en consolidar una propuesta completa de una editorial
universitaria, aún quedan algunos elementos por discutir que no se alcanzaron a abordar en este
documento. En primer lugar no se formuló la imagen gráfica de la editorial, la cual es importante
porque establecer lineamientos respectos la identidad de marca, representada en el diseño y
materialidad de las publicaciones. Un segundo aspecto fue que no se profundizó en la influencia de
las nuevas tecnologías de la información en la industria de la edición universitaria, un tema vital
frente a los retos que estas significan para la producción intelectual y los nuevos canales de
distribución que estas plantean. Además, tampoco de abarcó el tema de las empresas de distribución
como el Siglo del Hombre, cuyos esfuerzos independientes a las editoriales universitarias han
conseguido grandes resultados, como el caso de que permiten que se conozcan internacionalmente
las publicaciones académicas.

Finalmente, se espera que este documento aporte a la conformación de la Editorial Unillanos,


brindando herramientas y reflexiones que contribuyan a pensar y orientar el propósito de una
editorial universitaria para la Universidad de los Llanos. Con esto, no solo se potencializaría la
producción intelectual de la institución, sino que se pueden establecer garantías para la difusión y
posicionamiento de Unillanos como espacio de generación de nuevos conocimientos de valioso
aporte científico, que además contribuyan al desarrollo social de la región y el país.

64
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