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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE

DCP Y DDHH
MATERIAL DE LECTURA SESION 1
EL CONSTITUCIONALISMO

Características de nuestro constitucionalismo histórico. Nociones básicas de Derecho Constitucional.


Antecedentes políticos de la Constitución de 1979. Antecedentes Políticos de la Constitución de 1993.
Nociones generales y doctrinarias de los derechos humanos. Evolución. Definición. Principios
Fundamentales de los derechos humanos. Características. Clasificación de los derechos humanos.
Fundamento jurídico de los derechos humanos. Los Derechos Humanos y el Derecho Humanitario. Los
Derechos Humanos en la Constitución de 1993

I. CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO CONSTITUCIONALISMO HISTÓRICO

La Constitución Política del Perú o también llamada "Carta Magna" es la ley fundamental sobre la que
se asientan el Derecho, la justicia y las normas de la República del Perú y sobre la base de la que se
organiza el Estado del Perú. El constitucionalismo peruano es el estudio de la constitución política –la
vigente y las anteriores–, sus principios fundamentales, ideales, implicancias e imperfecciones. La historia
del constitucionalismo peruano se remonta a la primera constitución española y llega hasta la actualidad.

Las Constituciones que ha tenido la República Peruana, desde su establecimiento, han sido doce en total,
si no se toman en cuenta Estatutos ni Reglamentos Provisorios, ni las Constituciones de los Estados Nor
y Sud peruanos de la Confederación Perú-Boliviana:

1. Constitución Política de la República Peruana (1823)


2. Constitución Vitalicia (1826)
3. Constitución Política de la República Peruana (1828)
4. Constitución Política de la República Peruana (1834)
5. Constitución Política del Perú (1839)
6. Constitución de la República Peruana (1856)
7. Constitución Política del Perú (1860)
8. Constitución Política del Perú (1867)
9. Constitución para la República del Perú (1920)
10. Constitución Política del Perú (1933)
11. Constitución para la República del Perú (1979)
12. Constitución Política del Perú (1993)

Además, es necesario considerar otras constituciones que fueron aplicadas, nominal o efectivamente, en
el territorio peruano: una antes de su independencia: la Constitución española de 1812; otras dos durante
el breve lapso de su escisión en los Estados Nor-Peruano y Sud-Peruano, respectivamente (1836-1839),
y una Ley fundamental para la Confederación Perú-Boliviana, que no tuvo aplicación.

Constitución española de 1812


Artículo principal: Constitución de Cádiz

Constitución jurada en todas las intendencias del virreinato y aplicada parcialmente por el virrey José
Fernando de Abascal durante los años 1812 - 1814 y en el periodo de los virreyes Pezuela y La Serna
durante los años 1820 - 1824.

La importancia de las Cortes de Cádiz y de la Constitución de 1812 radica en que sirvieron de cauce para
la difusión de la libertad de pensamiento y el ejercicio de las prácticas electorales. En efecto, gracias a la
libertad de imprenta surgieron diversas publicaciones políticas difusoras de las nuevas corrientes de

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pensamiento herederas de la ilustración. Asimismo, mediante las prácticas electorales para la elección de
alcaldes y regidores, diputados provinciales y representantes a las Cortes, los "peruanos" empezaron a
ejercer los derechos de ciudadanía y considerarse "iguales" a los peninsulares.

Durante el periodo de 1812 - 1814 hubo varios procesos electorales para elegir a los miembros de los
ayuntamientos constitucionales de las principales ciudades del Perú (sin contar la infinidad de elecciones
en los ayuntamientos de los demás pueblos y ciudades). Hubo dos procesos electorales para elegir a los
diputados del Perú ante las Cortes españolas (22 propietarios y 10 suplentes) y para elegir a los
miembros de las Diputaciones Provinciales (Diputaciones Provinciales de Lima y del Cuzco). Del mismo
modo, durante la época de su restauración, el año de 1820, es decir la época conocida como "trienio
liberal", tuvo incidencia en el país, al punto que se crearía en la Real Universidad de San Marcos una
cátedra destinada al estudio de la Constitución Política de la Monarquía Española. Así, entre los cursos
que se dictaban en la universidad figuraba la cátedra de vísperas de leyes y “de la Constitución Política de
la Monarquía Española”, cátedra que le fue asignada a Manuel de Urquijo, como sustituto del titular Justo
Figuerola, el 15 de enero de 1821. No duraría mucho, sin embargo, dicha cátedra. La proclamación de la
independencia en Lima estaba por hacerse realidad. Tendrían también amplia difusión las elecciones y,
en el caso de los territorios sometidos al dominio español (Cuzco, Arequipa, Huamanga y Puno), se
instalarían Diputaciones Provinciales en cada una de ellas. Por tanto, la Constitución de Cádiz y sus
instituciones fueron la escuela de muchos de los políticos que forjarían nuestra vida republicana. En ello
radica su importancia.

Constitución de 1823
Artículo principal: Constitución Política de la República Peruana (1823)

Instalación del Congreso Constituyente en la capilla de la Universidad de San Marcos el 20 de septiembre


de 1822. Cuadro de Francisco González Gamarra.

El 3 de agosto de 1821 el libertador José de San Martín asumió el poder político y militar del Perú con el
título de Protector, dando así origen al Estado Peruano, al que dio su primera bandera, su himno, su
moneda, así como su administración primigenia y sus primeras instituciones públicas. Pero faltaba una
Constitución política. Mientras tanto, rigió un Reglamento Provisorio.

El 27 de diciembre del mismo año, San Martín convocó por primera vez a la ciudadanía con el fin que
eligiera libremente un Congreso Constituyente, con la misión de establecer la forma de gobierno que en
adelante regiría al Perú, así como una Constitución Política adecuada.

El Primer Congreso Constituyente del Perú se instaló el 20 de septiembre de 1822; entre sus miembros
se contaban los más destacados miembros del clero, el foro, las letras y las ciencias. Ante este congreso,
San Martín renunció al protectorado y se alistó para abandonar el Perú.

Los legisladores empezaron a realizar su principal labor: la redacción de la Primera Constitución del Perú
independiente; asimismo, encargaron el poder ejecutivo a un grupo de tres legisladores, que conformaron
un cuerpo colegiado denominado la Suprema Junta Gubernativa (integrada por José de La Mar, Manuel
Salazar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado).

El primer paso fue la elaboración de las «Bases de la Constitución Política», a manos de una comisión del
Congreso, integrada por los diputados Justo Figuerola, Francisco Xavier de Luna Pizarro, José Joaquín

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de Olmedo, Manuel Pérez de Tudela e Hipólito Unanue. Estas «bases» fueron promulgadas por la Junta
Gubernativa el 17 de diciembre de 1822; constaban de 24 artículos, que a grandes rasgos, declaraban
que todas las provincias del Perú, reunidas en un solo cuerpo, formaban la nación peruana, que a partir
de entonces se denominaría «República Peruana»; asimismo, establecía que la soberanía residía en la
Nación, siendo independiente de la monarquía española y de cualquier otro tipo de dominación extranjera;
su religión sería la católica, con exclusión de cualquier otra; y en cuanto al Poder Nacional, estaría
dividido en tres poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.

Discutido el texto constitucional, fue aprobado y promulgado por el presidente Torre Tagle, el 12 de
noviembre de 1823. Pero un día antes, el mismo Congreso dispuso la suspensión de sus artículos que
fueran incompatibles con las facultades otorgadas al libertador Bolívar, que ya se hallaba en camino de
instaurar la dictadura. En la práctica no estuvo en vigencia mientras duró el régimen bolivariano.

Esta Constitución, de inspiración liberal, se basaba en la soberanía popular: «La soberanía reside
esencialmente en la nación, y su ejercicio en los magistrados, a quienes ella ha delegado sus poderes.»
(Artículo 3). Establecía el sistema republicano de gobierno (desechando así el monarquismo); la división
de los poderes del Estado en Legislativo, Ejecutivo y Judicial; la elección de las municipalidades; la
libertad de comercio y de industria, la inviolabilidad de domicilio y el derecho a la propiedad, sentando,
además, el principio de que nadie nace esclavo en el Perú y de que todos somos iguales ante la Ley.

Finalizado el régimen bolivariano, la Constitución de 1823 fue restaurada el 11 de junio de 1827 por el
Congreso. El vicepresidente de la República Manuel Salazar y Baquíjano, encargado del Poder Ejecutivo,
mandó a cumplirla el 16 de junio del mismo año. Rigió hasta el 18 de marzo de 1828, cuando fue
reemplazada por otra Constitución.

La Constitución de 1828
Artículo principal: Constitución Política de la República Peruana (1828)

La tercera Constitución Política del Perú fue, como su antecesora, de tendencia liberal. Fue discutida y
aprobada por el segundo Congreso General Constituyente del Perú reunido de 1827 a 1828, siendo
promulgada el 18 de abril de 1828 por el Presidente Constitucional de la República, mariscal José de La
Mar. Su juramentación pública, fijada para el día 5 de abril, fue diferida a raíz de un tremendo terremoto
que asoló Lima el 30 de marzo. La ceremonia se realizó finalmente el 18 de abril, en los cuatro ángulos de
la Plaza Mayor, en la plazuela de la Constitución y en las plazuelas de San Marcelo y San Lázaro.

Esta constitución ha sido considerada la “madre” de las constituciones del Perú, porque sirvió de modelo
a las mismas, hasta muy avanzado el siglo XX. En lo civil puso término a ciertos rezagos de la vida
colonial como los empleos hereditarios, mayorazgos, vinculaciones y privilegios. Se abolió la tortura y las
penas infamantes y solo hubo pena de muerte en los casos de homicidio calificado. En lo político
estableció la elección indirecta del presidente y el vicepresidente, para un período de cuatro años,
inmediatamente renovable; cámaras de senadores y diputados, cuya renovación se efectuaría cada dos
años por tercios y mitades, respectivamente; creación de un Consejo de Estado, al cual se encargaba la
misión de observar y asesorar al poder ejecutivo; creación de las Juntas Departamentales, como medio
de satisfacer y atenuar las tendencias federalistas. Pero especialmente debe resaltarse que esa
Constitución autorizó al Presidente de la República suspender las garantías constitucionales e investirse
de facultades extraordinarias, por un tiempo determinado y con cargo de informar al Congreso acerca de
las medidas adoptadas durante el ejercicio de dichas facultades. Finalmente, ofreció el fomento de las
industrias y la educación, la realización de estadísticas, la civilización de los indígenas y el apoyo a la
inmigración, entre otras buenas intenciones que poco o nada se materializaron.

Constituciones de la República del Perú según duración

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Constitución Duración

Constitución Política del Perú (1860) 59 años, 2 meses

Constitución Política del Perú (1933) 47 años, 5 meses

Constitución Política del Perú (1993) VIGENTE

Constitución Política del Perú (1839) 15 años, 7 meses

Constitución para la República del Perú (1979) 13 años, 5 meses

Constitución para la República del Perú (1920) 13 años, 2 meses

Constitución Política de la República Peruana (1828) 6 años, 1 mes

Constitución Política de la República Peruana de


4 años, 4 meses
1823

Constitución de la República Peruana de 1856 4 años, 1 mes

Constitución Política de la República Peruana (1834) 2 años, 1 mes

Constitución Política del Perú de 1867 4 meses, 8 días

Constitución Política del Perú de 1826 50 días

Constitución vigente

II. EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

El Estado Constitucional de Derecho, como se ve al incorporar ciertas garantías de


aseguramiento de la Constitución y  reconocer  el carácter de norma jurídica de esta y su fuerza
vinculante,   no sólo acogió el principio de legalidad o primacía de la ley, sino que lo perfecciono
con el principio de la supremacía de la Constitución sobre la ley  o principio de
constitucionalidad, entendido como la existencia, plena vigencia y respeto al orden
constitucional, a partir de allí las leyes quedaron subordinadas al texto constitucional, así como
todos los actos de los particulares, de  los órganos del Estado siendo contraria e
inconstitucionales y consecuentemente nulos los que no se adecuan ella.

La  primacía de la Constitución sobre la ley se sustenta,  según la doctrina adoptada por Kelsen
y hoy incuestionablemente admitida por un gran sector de doctrinarios,  en que el orden jurídico
es un sistema jerárquico que, iniciándose en la Constitución, se extiende por los sucesivos
momentos en el proceso de su creación a través de la ley, el reglamento, el acto administrativo,
la sentencia y la ejecución.

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II.1. Las características del Estado Constitucional de Derecho:

Las características más resaltantes del estado constituciónal de derecho pude afirmarse que son
las siguientes:

a) La división de poderes

A diferencia del Estado de Derecho donde se hacia la distinción clásica entre los poderes
legislativos, ejecutivo y judicial en el Estado Constitucional de Derecho, la denominada
separación de poderes  se da dentro de una relación distinta, ya que si bien es cierto  en ambos
casos se mantiene la  división primaria y fundamental entre el poder constituyente y los poderes
constituidos, de la que habla Sieyès, al demostrar la  realidad  que, no existía garantías  de su
cumplimiento, en  el Estado  Constitucional de Derecho, teniendo en cuenta el presupuesto de
que los  poderes constituidos fueron fundados por el  constituyente quien normativamente a
través de la constitución estableció sus competencias y límites de acción,  el respeto a los
mismos es la garantía de  la diferencia entre poderes.

Como se recuerda en clásico sistema  de división de poderes, el legislativo, amparándose en el


principio de legalidad,  poseía un poder de disposición prácticamente ilimitado sobre la ley por
ser quien la aprobaba, acentuándose más este problema  cuando no existía el derecho de veto
por parte del Jefe del Estado.

Esto ha cambiado radicalmente en el  Estado Constitucional de Derecho, en estos  no se 


permite a ningún poder la facultad de  tomar  decisiones absolutas, ya que la validad de las
mismas van a depender de su correlación con la Constitución, que los poderes des Estado e
incluso de los particulares deben ejercerse dentro de los límites fijados por la Constitución,
siendo los Tribunales constitucionales quienes jurídicamente tienen la misión de mantener y
defender jurisdiccionalmente la  constitucionalidad al resolver los conflictos entre los poderes
constitucionales del Estado.

b) La primacía de la Constitución sobre la ley

En el Estado de derecho,  si bien es cierto se asemeja el Derecho con la ley o con las normas
dictadas en función de una ley, sucedía que  frecuentemente se reconocía la significación
jurídica de la Constitución, pero sin que se conocieran remedios a sus posibles contravenciones
por parte de los poderes públicos. Sólo el Parlamento en cuanto representaba la soberanía
popular  en el desarrollo de su función legislativa se le reconocía competencia  para  interpretar
de la Constitución, lo cual no evitaba conflictos con otros poderes que habían de resolverse por
la vía política.

En el Estado constitucional de Derecho, no sucede esto, al elevarse  la Constitución  al mundo


de las normas jurídicas vinculantes  e incorporar el principio de la supremacía de la Constitución
sobre la ley y sobre todo el ordenamiento jurídico, se origina  la consiguiente anulación de las
normas  en la medida que en su totalidad  o en algunos de sus preceptos estas no se adecue a
la norma constitucional. Esta primacía de la Constitución sobre la ley se sustenta, en primer
lugar, en la doctrina adoptada por Kelsen y hoy generalmente admitida según la cual el orden
jurídico constituye un sistema jerárquico que, iniciándose en la Constitución, se extiende por los
sucesivos momentos en el proceso de su creación a través de la ley, el reglamento, el acto
administrativo, la sentencia y la ejecución, es decir, en el Estado Constitucional de derecho , todo
el orden jurídico  deriva de la Constitución y queda legitimado  por su concordancia directa o
indirecta con la Constitución.

c) La obediencia a la Constitución de la totalidad de los poderes públicos y de los


particulares.

Es propio del Estado constitucional de Derecho que todos los poderes públicos particularmente
los poderes legislativo, ejecutivo y judicial estén sujetos a la Constitución, es decir, que actúen 
dentro de los límites fijados por la constitución sin invadir la esfera de autodeterminación de las
personas y la de autorregulación de la sociedad,  también dentro de los límites de las
competencias específicas le señala la Constitución a cada uno de ellos frente a las competencias
atribuidas a los demás órdenes constitucionales.

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Pero la subordinación a la constitución no solamente  alcanza a las entidades públicas, sino que
se hace extensiva a los particulares, quienes en su facultad auto reguladora tiene la  obligación
de  respetar los preceptos constitucionales y en su calidad de ciudadanos deben
obligatoriamente defender la constitución.

d) La  existencia de una jurisdicción constitucional.

En el Estado Constitucional de Derecho, al ser la Constitución  una norma sustantiva


cualitativamente superior  y recurrible jurisdiccionalmente,  la estabilidad del régimen requiere
una serie de  dispositivos de control  para  asegurar que tanto  los poderes públicos como los
actos de los particulares se mantengan dentro de los  parámetros constitucionales, e
imposibiliten todas las posibles violaciones, en ese sentido serán válidos únicamente lo fielmente
coherente con la constitución.

Uno de esos controles es la existencia de  una jurisdicción especializada en materia


constitucional, representada por Tribunales Constitucionales que tienen la capacidad para decidir
la constitucionalidad o no tanto  de los actos del Estado como de los particulares, con ello se
puede colegir que  el Estado Constitucional de Derecho sólo será tal cuando se evidencia un
conjunto de mecanismos de control de constitucionalidad entre ellos principalmente una
jurisdicción especializada en materia constitucional, que se encargue de resolver los conflictos
que se presenten entre una norma de menor jerarquía con la constitución , o los actos tanto de
gobernantes como de gobernados que afecten derechos reconocidos constitucionalmente
haciendo de esta manera al derecho constitucional en un verdadero derecho y no un simple
postulado de principios políticos o de buenas intenciones.

Por último cabe resaltar que si no se respetan el principio de constitucionalidad y los pilares
fundamentales que  lo  sustentan, estaremos frente a un Estado con Derecho más no frente a un
Estado Constitucional de Derecho.  

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