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Matemáticas
TEMAS:
NUMEROS NATURALES Y SU
HISTORIA
La matemática en Roma.
Los romanos eran un pueblo práctico, poco dado a las innovaciones
científicas. La mayor utilidad que sacaron a las matemáticas fue la
agrimensura que utilizaba el álgebra y la geometría para medir terrenos y
aplicar fronteras a las ciudades. Los agrimensores utilizaban
procedimientos ya conocidos antes, como el uso de triángulos congruentes
y otros tipos de procedimientos utilizados por los griegos.
Una de las causas del poco uso que tuvieron los romanos de las
matemáticas fue que, para los romanos, los astrólogos recibían el nombre
de mathematicii y la astrología era condenada en tiempos de los romanos.
Los romanos diferenciaban entre geometría y matemáticas, la primera se
enseñaba en las escuelas, pero el “arte de las matemáticas”, es decir la
astrología, fue condenado ya que se consideraría una herejía.
La matemática egipcia
Los matemáticos indios
Biografías
Alejandro Magno
Alejandro III de Macedonia (Pela, Grecia; 20 o 21 de julio de 356 a. C.nb 11
- Babilonia; 10 /11 de junio de 323 a. C.),nb 22 más conocido como Alejandro Magno (griego:
Μέγας Αλέξανδρος, romanización: Mégas Aléxandros) o Alejandro el Grande,nb 3 fue rey
de Macedonia (desde 336 a. C.), Hegemón de Grecia, Faraón de Egipto (332 a. C), Gran rey
de Media y Persia (331 a. C), hasta la fecha de su muerte.
Hijo y sucesor de Olimpia de Epiro y Filipo II de Macedonia, su padre lo preparó para reinar
proporcionándole experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual.
Su ascenso al trono no fue fácil, su padre lo exilió junto a su madre por considerarlo un hijo
adúltero. Su madre se exilió en Epiro y las amistades de Alejandro también fueron exiliadas por
una posible conspiración. Filipo muere asesinado, y Alejandro se hace con el poder, eliminando
adversarios que pudiesen reclamar el trono.
Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los
pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse.
Como hegemón de toda Grecia en concepto de sucesor de su padre, continuó el plan que
habían aprobado las polis griegas: conquistar el vasto imperio de Persia, para vengar todos los
daños que les habían causado a los griegos por siglos, incluyendo la recuperación de todas las
ciudades costeras de Asia Menor e islas del mar Egeo. Preparó un ejército de aliados griegos
(mayormente macedonios) y en el año 334 a. C. se lanzó con su pequeño ejército, de apenas
40 000 hombres, contra el poderoso Imperio persa: una guerra de venganza de los griegos —
bajo el liderazgo de Macedonia— contra los persas.3
Hipatia
(Ὑπατία: Alejandría, 355 o 370-ibíd., marzo de 415 o 4161) fue una filósofa y
maestra neoplatónica griega, natural de Egipto,2 que destacó en los campos de las
matemáticas y la astronomía,3 miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría a
comienzos del siglo V. Seguidora de Plotino, cultivó los estudios lógicos y las ciencias exactas,
llevando una vida ascética. Educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos
que ocuparon altos cargos, entre los que sobresalen el obispo Sinesio de Cirene —que
mantuvo una importante correspondencia con ella—, Hesiquio de
Alejandría y Orestes, prefecto de Egipto en el momento de su muerte.
Hija y discípula del astrónomo Teón, Hipatia fue una de las primeras mujeres matemáticas de
la historia.4 Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los
primitivos astrolabios —instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre
la bóveda celeste— e inventó un densímetro, por ello está considerada como una pionera en la
historia de las mujeres en la ciencia.5
Leonardo de Pisa
(Pisa, c. 1170 - ib., post. 1240),1 también llamado Leonardo Pisano, Leonardo
Bigollo Pisano (Leonardo el viajero de Pisa) o simplemente Fibonacci, fue
un matemático italiano de la República de Pisa, considerado "el matemático
occidental de mayor talento de la Edad Media". Difundió en Europa la utilidad
práctica del sistema de numeración indo-arábigo frente a la numeración romana, y
fue el primer europeo en describir la sucesión numérica que lleva su nombre. El apodo
de Guglielmo (Guillermo), padre de Leonardo, era Bonacci (simple o bien
intencionado). Leonardo recibió póstumamente el apodo de Fibonacci (por filius
Bonacci, hijo de Bonacci). Guglielmo dirigía un puesto de comercio en Bugía, en
el norte de África (hoy Bejaia, Argelia), y según algunas versiones era el cónsul de
la República de Pisa. De niño Leonardo viajó con él para ayudarle, y fue allí donde
aprendió el sistema de numeración árabe.3
Consciente de la superioridad de los numerales árabes (con un sistema de numeración
decimal, notación posicional y un dígito de valor nulo: el cero), Fibonacci viajó a través de los
países del Mediterráneo para estudiar con los matemáticos árabes4más destacados de ese
tiempo, regresando hacia el 1200.
En 1202, a los 32 años de edad, publicó lo que había aprendido en el Liber abaci («abaci» en el
sentido de aritmética y no del ábaco como instrumento, es decir, El libro del cálculo). Este libro
mostró la importancia del nuevo sistema de numeración aplicándolo a
la contabilidad comercial, conversión de pesos y medidas, cálculo, intereses, cambio
de moneda, y otras numerosas aplicaciones. En estas páginas describe el cero, la notación
posicional, la descomposición en factores primos, los criterios de divisibilidad. El libro fue
recibido con entusiasmo entre el público culto, teniendo un impacto profundo en el
pensamiento matemático europeo.
Pierre de Fermat
(Beaumont-de-Lomagne, Francia; 17 de agosto de 16011- Castres, Francia; 12 de
enero de 1665) fue un jurista y matemático francés denominado por el historiador de
matemáticas escocés, Eric Temple Bell, con el apodo de «príncipe de los aficionados».2
Según Ian Stewart en su libro De aquí al infinito, Crítica, 2005, p. 39. y Singh (2007, p. 57) el
apodo fue dado por el propio Bell.
Fermat fue junto con René Descartes y Johannes Kepler uno de los principales matemáticos de
la primera mitad del siglo XVII.
Joseph-Louis Lagrange afirmó claramente que consideraba a Fermat como el inventor del
cálculo.3 Fermat fue cofundador de la teoría de probabilidades junto a Blaise Pascal e
independientemente de Descartes, descubrió el principio fundamental de la geometría
analítica. Sin embargo, es más conocido por sus aportaciones a la teoría de números en
especial por el conocido como último teorema de Fermat, que preocupó a los matemáticos
durante aproximadamente 350 años, hasta que fue demostrado en 1995 por Andrew
Wiles ayudado por Richard Taylor sobre la base del Teorema de Shimura-Taniyama.4
(pronunciación en francés: /ˈʒyl ɑ̃ˈʁi pwɛ̃nkaˈʁe/) (Nancy, Francia, 29 de abril de 1854-
París, 17 de julio de 1912),1 generalmente conocido como Henri Poincaré, fue un
prestigioso polímata: matemático, físico, científico teórico y filósofo de la ciencia, primo del
presidente de Francia Raymond Poincaré. Poincaré es descrito a menudo como el
último universalista capaz de entender y contribuir en todos los ámbitos de la disciplina
matemática. En 1894 estableció el grupo fundamental de un espacio topológico.
Jules Henri Poincaré nació el 29 de abril de 1854 en el barrio de Cité Ducale, en Nancy, en el
seno de una influyente familia. Su padre, León Poincaré (1828-1892), era profesor de medicina
en la Universidad de Nancy. Su adorada hermana menor, llamada Aline, contrajo nupcias con
el filósofo espiritualista Emile Boutroux. Su madre fue Eugénie Lanouis (1830-1897). Otro
miembro destacado de la familia fue el primo de Henri, Raymond Poincaré, quien ocupara la
presidencia de Francia entre 1913 y 1920, y llegaría a ser miembro de la Academia francesa.
Hiparco de Nicea
(griego antiguo: Ίππαρχος ὁ Νικαεύς, Hípparkhos ho Nikaéus; latín: Hipparchus Nicaeensis),
también conocido como Hiparco de Rodas (Ίππαρχος ὁ Ρόδιος, Hípparkhos ho
Ródios; Hipparchus Rodiensis) (Nicea, c. 190 a. C.-Rodas, c. 120 a. C.), fue
un astrónomo, geógrafo y matemático griego, que nació en la antigua ciudad griega de Nicea
(sus ruinas se encuentran próximas a la actual ciudad de Iznik, Turquía). Entre sus
aportaciones cabe destacar: el primer catálogo de estrellas; la división del día en 24 horas de
igual duración; el descubrimiento de la precesión de los equinoccios; la distinción entre año
sidéreo y año trópico, mayor precisión en la medida de la distancia Tierra-Luna y de la
oblicuidad de la eclíptica, la invención de la trigonometría (por lo cual es considerado el padre
de la trigonometría) y de los conceptos de longitud y latitud geográficas.[cita requerida]
Elaboró el primer catálogo de estrellas que contenía la posición en coordenadas eclípticas de
850 estrellas. Influyó en Hiparco la aparición de una estrella nova, Nova Scorpii, en el año 134
a. C. y el pretender fijar la posición del equinoccio de primavera sobre el fondo de estrellas.
[cita requerida]
Con el propósito de elaborar dicho catálogo, Hiparco inventó instrumentos, especialmente
un teodolito, para indicar posiciones y magnitudes, de forma que fuese fácil descubrir si
las estrellas morían o nacían, si se movían o si aumentaban o disminuían de brillo. Además,
clasificó las estrellas según su intensidad, clasificándolas en magnitudes, según su grado de
brillo.[cita requerida] Realizó observaciones del firmamento en Rodas y quizá también
en Alejandría, considerándosele el «fundador de la astronomía inductiva en el sentido
moderno».1
Aristarco de Samos
(griego antiguo: Ἀρίσταρχος ὁ Σάμιος, Arístarkhos ho Sámios; latín: Aristarchus; c. 310 a. C.-
c. 230 a. C.) fue un astrónomo y matemático griego, nacido en Samos, Grecia. Fue la primera
persona conocida que propuso el modelo heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol, y
no la Tierra, en el centro del universo conocido.1 Esta propuesta la hizo después de estudiar la
distancia y tamaño del Sol (determinó que el Sol era mucho más grande que la Tierra).2
Aristarco fue uno de los muchos sabios que hizo uso de la emblemática Biblioteca de
Alejandría, en la que se reunían las mentes más privilegiadas del mundo clásico.
Sus trabajos originales se perdieron probablemente en uno de los varios incendios que padeció
la Biblioteca. Del modelo heliocéntrico de Aristarco sólo nos quedan las citas
de Plutarco y Arquímedes.
La Biblioteca de Alejandría