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El segundo objetivo intenta localizar alelos o genes específicos, o putativos, que determinen
características fenotípicas del hongo
ADN de cloroplasto (clADN) En los organismos fotosintéticos con cloroplastos existe un ADN
típicamente bacteriano circular, de 120 a 200 kb (Brown et al. 1979), con intrones y exones que se
considera muy conservado, ya que se trata fundamentalmente del mismo genoma desde las
hepáticas hasta las plantas superiores. Cada cloroplasto contiene varias regiones nucleotídicas,
cada una con 8 a 10 moléculas de ADN. Un organismo unicelular como Euglena puede contener de
40 a 50 cloroplastos, por lo que la celula entera puede contener más de 500 copias del genoma del
cloroplasto (Stansfield, 1992). ADN mitocondrial (mtADN) El genoma mitocondrial (mtADN) tiene
un tamaño de 15 a 17 kb (Brown et al. 1979) y su longitud varía considerablemente entre especies:
20 micrómetros en Neurospora; 25 micrómetros en levaduras; 30 micrómetros en plantas
superiores; 5 micrómetros en algunos animales metazoarios (multicelulares). Se considera que la
mayoría del mtADN de hongos y plantas no codifica, ya que el mtARN contiene intrones. El mtARN
de animales carece de intrones y 544 Las herramientas moleculares se transcribe como ARN
policistrónico que se parte en ARN monocistrónico antes de la traducción (Stansfield, 1992). Las
moléculas de cloroplasto y mitocondria son especialmente importantes para trazar historias
filogeográficas y de estructura poblacional genética estrechamente relacionada al linaje, porque
son de herencia uniparental y no recombinan. También nos permiten inferir cambios demográficos
y de dispersión entre especies (Dirienzo y Wilson, 1991). ADN ribosomal (RADN) El rADN puede
encontrarse en mitocondrias, cloroplasto y núcleo. Contiene la información para el ARN que
conforma los ribosomas, por lo que es información que se transcribe pero no se traduce. El rADN
se presenta en repeticiones tándem y está formado por tres subunidades altamente conservadas
(18 rADN, 5.8 rADN y 28 rADN), separadas por dos espaciadores con elevadas tasas de sustitución
(ITS1 e ITS2). Estas repeticiones en tandém se encuentran conservadas a lo largo de todo un
genoma y evolucionan concertadamente, lo que se atribuye a eventos recombinatorios como
entrecruzamiento desigual y conversión génica. Estas secuencias, por la baja tasa de sustitución
que presentan, son extremadamente útiles en el planteamiento de hipótesis de relaciones
filogenéticas de taxa con tiempos de divergencia muy antiguos (Hills et al., 1991).
Isoenzimas/aloenzimas Las isoenzimas fueron originalmente definidas como formas moleculares
múltiples de las enzimas que tienen funciones idénticas o similares y están presentes en el mismo
individuo (Market y Moller, 1959). Las isoenzimas pueden presentar varias formas alélicas,
conocidas como aloenzimas (Prakash et al., 1969). En su mayoría son selectivamente neutras y se
utilizan como marcadores hereditarios para cuantificar las frecuencias alélicas y genotípicas de los
individuos, que son los estimadores básicos de la composición genética de una población. En
estudios de genética las isoenzimas fueron usadas desde 1966, cuantificando la variación genética
en poblaciones humanas y de Drosophila y un poco más tarde en estudios de plantas superiores
(Harris, 1966; Johnson et al., 1966; Hubby y Lewontin, 1966; figura 1). La aplicación de las
isoenzimas está dirigida a la cuantificación de heterocigosis, diversidad genética, diferenciación
genética y otras medidas de variación genética intra e interpoblacional. También han sido
aplicadas exitosamente Breve revisión de los marcadores moleculares 545 para evaluar y entender
aspectos de biología evolutiva como los sistemas de reproducción y patrones de fecundación
cruzada, relaciones entre fenotipo y ambiente, filogenias, endemismo, diversidad en plantas
clonales y apomícticas e interacciones planta-animal (Pérez-Nasser y Piñero, 1997) (véanse los
capítulos 6 y 7 de este libro). Por ejemplo, en el estudio de los sistemas reproductivos de plantas
las aloenzimas tienen las siguientes ventajas: 1) son expresadas codominantemente, por lo que los
genotipos homócigos y heterócigos pueden ser distinguidos con mucha precisión, y es poco
probable que afecten el comportamiento del polinizador; 2) muchos de sus loci son polimórficos,
casi cualquier especie presenta al menos uno o dos; 3) probablemente no están sujetas a fuertes
fuerzas selectivas, por lo que se consideran buenos marcadores (Brown et al. 1989); 4) la técnica
es barata en comparación con otras. Por otro lado, presentan algunas limitaciones: revelan poca
variación y la técnica es muy laboriosa, requiere de mucho tiempo y entrenamiento y, sobre todo,
es poco reproducible entre laboratorios. En la electroforesis de enzimas se utilizan cuatro métodos
principales: a) gel de almidón (horizontal y vertical); b) gel de poliacrilamida; c) gel de agarosa y d)
gel de acetato de celulosa. La electroforesis horizontal en geles de almidón sigue siendo la
preferida, ya que es relativamente barata, de fácil manipulación, buena resolución, no es tóxica y
se puede analizar de forma rápida la variación para uno o varios loci. Para un locus dado, el
número de bandas varía entre individuos homócigos y heterócigos (figura 1) y también varía en
función de la estructura cuaternaria de la enzima; si es monomérica los individuos homócigos
representan una sola banda y los heterócigos presentan dos bandas; si es una enzima dimérica, los
heterócigos presentan tres bandas (dos homodímeros de los padres y un producto adicional de
movilidad intermedia); en las enzimas tetraméricas se observan 5 bandas en los individuos
heterócigos.
RAPDs Los RAPDs (polimorfismos de ADN amplificados al azar) son marcadores que amplifican
aleatoriamente segmentos de ADN en una gran variedad de especies. Los RAPDs se basan en la
probabilidad estadística de que se presenten sitios complementarios al oligonucleótido de 10
pares de bases (pb) a lo largo del genoma. El polimorfismo de las bandas entre los individuos se
debe a cambios en la secuencia de los nucleótidos en los sitios de acoplamiento del 546 Las
herramientas moleculares oligonucleótido y por inserción o deleción de los fragmentos en estos
sitios (Williams et al., 1990; figura 2). Estos marcadores son dominantes, es decir, no pueden
discernir los homócigos dominantes de los heterócigos para un segmento particular (Whitkus et
al., 1994; Backeljau et al., 1995), por lo que la estimación de las frecuencias alélicas se debe hacer
de manera indirecta, asumiendo equilibrio de HardyWeinberg (Aagaard et al., 1998). Los RAPDs
son útiles en la elaboración de mapas genéticos, en el estudio de parentesco y en el análisis de la
estructura poblacional, ya que ayudan a estimar tamaño efectivo, aislamiento reproductivo y
niveles de fecundación cruzada (Otero et al., 1997; Parker et al., 1998; véanse también los
capítulos 2, 3 y 6 de este libro). Dado el gran polimorfismo que detectan una de sus mejores
aplicaciones es la identificación genética de individuos, que incluye casos de clones, híbridos
somáticos y mutantes. Otra aplicación paralela es la detección de uniformidad genética con un
marcador eficiente y rápido, lo cual puede ser útil en la determinación de estabilidad en
programas de reforestación (Otero et al., 1997). Figura 1. Patrones de la fosfoglucosa isomerasa
para ecotipos de arroz rojo y variedades de arroz en gel de almidón de papa agarosa al 12% (foto
de Ortiz et al., 2002) Breve revisión de los marcadores moleculares 547 Entre las principales
ventajas de los RAPDs esta que amplifican regiones tanto codificantes del ADN como las no
codificantes y revelan niveles de variación más altos que los RFLPs e isoenzimas (Williams et al.,
1990; Lynch y Milligan, 1994; Otero et al., 1997; Russell et al., 1997; Parker et al., 1998); es una
técnica relativamente fácil que no necesita conocimiento previo de la secuencia de ADN, no
requiere la construcción o el mantenimiento de una librería genómica, el número de loci que
puede ser examinado es ilimitado y no requiere pruebas radiactivas (Reiter et al., 1992; Whitkus et
al. 1994). Sin embargo los problemas prácticos detectados con los RAPDs son la presencia de
bandas “erróneas” (artefactos), la reproducibilidad de los resultados y la comigración de bandas.
Asimismo, muchos de los alelos raros presentes en las poblaciones estudiadas con RAPDs no son
detectados o pueden ser mal interpretados (Zhivotovsky, 1999). Por otro lado, como los loci son
dominantes, los RAPDs dan menos información genética por locus que los marcadores
codominantes. Al analizar los datos obtenidos con RAPDs se deben tener en cuenta dos supuestos:
1) cada uno de los marcadores representa un locus mendeliano en el cual el marcador visible, el
alelo dominante, está en equilibrio de HardyWeinberg con un alelo recesivo y 2) los alelos
marcados para diferentes loci no migran a la misma posición en el gel (Lynch y Milligan, 1994).
Figura 2. Patrones de bandeo con RAPDs en Ferocactus robustus en gel de agarosa y tinción con
bromuro de etidio (foto de Israel Carrillo). 548