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Revista de Psicopatología y Psicología Clínica

Vol. I. N» 2, pp.123-133, 1996

SOBRE LOS PRINCIPIOS ÉTICOS EN


CONSEJO PSICOLÓGICO Y PSICOTERAPIA
Mark H. Bickhard,
Lehigh University

RESUMEN

Las cuestiones y principios éticos son de fundamental inrtportancia para las rela-
ciones interpersonales que se dan en el contexto de la psicoterapia. Afirmamos, de
hecho, que la relación terapéutica no es solamente una relación a la que se aplican
consideraciones éticas, sino que también, y sobre todo.es una relación que, en si
misma, se constituye éticamente. Sin embargo, los fundamentos conceptuales domi-
nantes en la actualidad para la comprensión de la ética y la creación de políticas
coherentes son confusos e inadecuados. En particular, la noción de relaciones duales
como algo que supone aspectos antiéticos, es conceptualmente vacía. A lo largo de
este trabajo argumentaré que esta vacuidad en el concepto no es meramente un error
neutro en lo que al pensamiento ético se refiere, sino que es manifiestamente dañino
y conlleva consecuencias, ellas si, antiéticas. El hecho es que siendo conceptualmente
vacia, la noción de relación dual es fácilmente invocada para ponerla al servicio de
valores intrínsecamente antiéticos o al menos, no revisados con anterioridad. A cam-
bio, yo sugiero una explicación alternativa aplicada particularmente a las violaciones
éticas involucradas en las relaciones sexuales entre terapeuta y paciente.

PALABRAS CLAVE: Ética, principios éticos, psicoterapia, consejo psicológico, re-


laciones duales, paternalismo, relaciones sexuales, relación terapeuta-cliente, relacio-
nes sexuales terapeuta-cliente.

ABSTRACT

Issues of ethics and of principies of ethics are of fundamental importance for the
relationships involved in counselling and psychotherapy. The author argües that the
therapy reiationship is not only a relationship to which ethical considerations apply, but
that it is, more deeply, a relationship that is ethically constituted. Nevertheless, the
dominant contemporary conceptual foundations for understanding these issues, and for
creating policy, are muddied and inadequate. in particular, the notion of a dual relationship
as somehow intrinsically involving unethical aspects is conceptually empty. In this paper
the author argües that this emptiness is itself not merely a neutral error in ethical
thought, but that it is expressiy harmful and yields unethical consequences. In particular,
in being conceptually empty, the dual relationship notion is easily invoked in the service
of intrinsically unethical background valúes or unexamined valúes. The author offers
an alternative explanation about the ethical violations involved in therapist-client sexual
relationships.

KEY WORDS; Ethics, ethical principies, psychotherapy, counseling, dual relationships,


patronization, sexual relationships, therapist-client relationships, therapist-client sexual
relationships

Correspondencia: Prof. Mark H.Bickhard, Department of Psychology, Lehigh University, Bethlehem, PA 18015. USA. E-mail:
mhbO lehigh.edu
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RELACIONES DUALES principio aceptado que tenga como implica-


Una relación dual es aquella que. sosteni- ción la conclusión de que la confluencia de
da entre dos personas, supone dos o nnás terapia y relaciones sexuales es antiética. Por
roles relaciónales. Más concretamente, el tér- ejemplo, podemos extender este razonamien-
mino suele aplicarse cuando hay poder dife- to para el principio de que "cualquier relación
rencial entre las dos personas y según los en la que las partes bajo consideración están
múltiples roles que asuman -con una persona respirando es antiética". Esto ciertamente
asumiendo uno o varios roles que suponen conllevaría la conclusión deseable que la tera-
una gran diferencia de poder en comparación pia y las relaciones sexuales son antiéticas, lo
con la otra persona involucrada. Una relación que sin embargo no adoptamos como princi-
dual en este sentido es tomada como intrín- pio. ¿Por qué? Porque es absurdo: toda rela-
secamente antiética, generalmente por la ción implica necesariamente que haya respi-
potencial explotación a la que la persona con ración; este principio es cumplido por todas
el rol de mayor poder podría someter a la otra. las relaciones, por tanto el principio no distin-
Un caso paradigmático de esta explotación gue lo ético de lo antiético.
del diferencial de poder existente en una re- ¿Por qué, sin embargo, nos vemos tan
lación de terapia, es el de las relaciones se- tentados a aceptar esta forma de razonamien-
xuales que pueden darse entre terapeuta y to en el caso de las relaciones duales? La
cliente. Esta explotación es universalmente respuesta, por supuesto, puede diferir entre
condenada y la aplicación de la noción de aquellos que lo aceptan, pero la mayor fuente
relación dual en esta situación -una relación para dicha tentación parece ser la intuición de
terapéutica sostenida simultáneamente con que el diferencial de poder dentro de las re-
relaciones sexuales entre los involucrados es laciones duales intrínsecamente supone ries-
una clara relación dual con un diferencial de gos. En particular, está el ríesgo de que la
poder-. Aquí, el principio de relación dual juzga explotación potencial a la que puede someter-
como antiético algo que de hecho es univer- se a quien tiene menos poder será extrema-
salmente considerado como tal. damente tentadora para el más fuerte; o que
Sin embargo, este es un razonamiento falaz tal explotación se dé inadvertidamente; o que
y peligroso. Constituye una instancia de la la explotación sea percibida por parte del
clásica falacia que se basa en el siguiente miembro menos poderoso, así sea incorrecta-
razonamiento: "Si A entonces B"; si acorda- mente; o que el potencial de explotación será
mos 6, entonces concluimos A. Una versión per se preocupante o confuso. Por lo tanto,
simple de esto mismo sería: "Si Johnson mató parece haber poca duda en cuanto a que éstos
a Jones (A), entonces Jones está muerto(B)"; son riesgos potenciales de las relaciones
si por otra parte decimos que "Jones está duales.
muerto(B)", entonces, concluímos que La existencia de riesgos, sin embargo, no
"Johnson mató a Jones(A)". La falacia, ilus- significa inevitablemente que algo es antiético:
trada de esta manera, es aún más clara. En tampoco sirve para diferenciar lo ético de lo
el caso de la noción de relación dual, tenemos antiético. Sin embargo, el someter a alguien
una versión implícita de esta misma falacia. a un riesgo innecesario o sin su consentimien-
Comenzamos con algo como "Si la noción de to, sí puede ser considerado como algo anti-
relación dual es un razonamiento válido para ético. Luego, quizás, es más bien esto último
explicar una relación intrínsecamente antiética, lo que determina que una relación dual sea
entonces, como la existencia de una relación antiética.
sexual entre terapeuta y cliente es una rela- Como las relaciones duales involucran sus
ción dual, la relación sexual entre ellos es propias formas particulares de riesgos, enton-
antiética"; estamos de acuerdo en que una ces someter innecesariamente a alguien a
relación sexual entre terapeuta y paciente es dichos riesgos o sin su consentimiento puede
antiética, por tanto, concluímos que la noción ser señalado como antiético. El criterio "sin su
de relación dual explica intrínsecamente una consentimiento" no es el más adecuado para
forma antiética de relación. Este estilo de abogar por el principio de relación dual. Cier-
razonamiento, sin embargo, apoya cualquier tamente, puede aceptarse que hacerie algo a
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alguien, o con alguien, o por alguien sin o en puede emplearse para diferenciar entre ético
contra de su consentimiento es, claramente, y antiético sin importar qué tanto se aplica
antiético o muy peligroso éticamente. Pero lo también en instancias paradigmáticas como la
que ocurre es que basarse en cuestiones de de terapia y las relaciones sexuales. Las re-
consentimiento para hacer juicios éticos impli- laciones duales, al ser inevitables en general,
ca que el aspecto antiético de las relaciones también son inevitables en muchas otras cir-
duales sea la violación del consentimiento y cunstancias menos triviales. En el caso de
no la relación dual per se. La noción de rela- una relación profesional, consideremos el caso
ción dual entonces será éticamente irrelevan- de un terapeuta que vive en un pueblo o ciudad
te. pequeña: muchos de sus clientes inevitable-
La cuestión ética de la explotación per se mente serán personas que él o ella conozca.
no puede apoyar el principio de relación dual. La aplicación de la noción de relación dual
Se aceptará que la explotación es algo anti- como criterio de ética en tal caso no es algo
ético, pero con este principio solo una relación meramente trivial, sino potencialmente muy
dual en la que se dé explotación será antiética dañino. La negación de los servicios en tales
en virtud de tal explotación, no debido a la comunidades, la preocupación del terapeuta
dualidad. Y las relaciones duales en las que por la aplicabilidad de tales "principios éticos"
tal explotación no ocurra no serán intrínseca- en su práctica, y la confusión por falta de una
mente antiéticas. De nuevo, la noción de rela- guia ética por parte de un principio tan vacio,
ción dual per se será éticamente irrelevante. son unos de los peligros posibles. Qué signi-
De manera similar, el criterio de exponer ficado puede tener una base moral que sola-
a alguien a un "riesgo innecesario" es inade- mente es aplicable en una gran ciudad y en fun-
cuado para explicar un carácter intrínsecamen- ción del anonimato de una comunidad, como
te antiético de las relaciones duales. La razón por ejemplo, la ciudad de Manhattan?
aquí es, simplemente, que para tener fuerza En un ambiente educativo, en situaciones
ética, el criterio de "riesgo innecesario" requie- de supervisión, cursos experienciales, cursos
re que tal riesgo sea razonablemente evitable tutoriales y evaluaciones profesionales hechas
-que de hecho sea "innecesario". Y es aquí a los estudiantes, habrá combinaciones de roles
donde encontramos la mayor vacuidad de la de profesor-terapeuta y de profesor-evaluador,
noción de relación dual. y en todas ellas habrá relaciones duales con
Las relaciones duales suponen sus propios diferencias de poder. Todas poseen intrínse-
riesgos particulares. Por tanto, mientras una camente los riesgos particulares de las rela-
relación dual sea evitable, el involucrar a al- ciones duales -todos los riesgos concemientes
guien en ella supondrá que se le está exponien- a posible explotación, miedos de explotación
do a riesgos innecesarios. Desafortunadamente y demás, propios de la diferencia de poder da-
da en tales relaciones. De nuevo, esto no lleva
las relaciones duales, y con ellas los riesgos
a la condenación ética de tales roles -aunque
particulares que suponen, no son evitables. La
puede alertar en cuanto a algunos riesgos
dualidad y, más específicamente, la dualidad
posibles. En cambio, esto proporciona aún más
en cuanto al diferencial de poder de los roles
ejemplos de la absoluta vacuidad de la rela-
involucrados, es inevitable en cualquier rela-
ción dual como criterio ético.
ción posible. La dualidad es vacía, como lo es
el hecho de respirar, como criterio para diferen- La abolición de "la relación dual" como
ciar lo ético de lo antiético. criterio ético es muy importante, pero es sólo
Intercambiar saludos con la persona en la una parte de la tarea. Es únicamente la parte
registradora de un supermercado constituye conceptual de la tarea. Queda pendiente la
una relación dual. Incluso sin intercambiar el parte ética de deshacer y prevenir el gran
saludo, los roles duales de la transacción fi- daño que se ha hecho, y que puede ser hecho,
nanciera y el de respetar el espacio del otro como consecuencia de la popularidad de un
existen. Estos ejemplos son triviales, pero sus principio tan vacío dentro de la ética. El daño
implicaciones no lo son: si la noción de rela- es, en gran parte, resultado del hecho de que
ción dual se aplica en instancias de interac- al aplicar como principio ético algo que es
ción tan triviales, entonces es claro que no conceptualmente vacío y que es aplicado a
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todo, todos los criterios reales para diferenciar por tanto es antiético y debe ser prohibido y
aquello que se condena y aquello que no se sancionado en caso de violación. Esto, de por
condena son, inevitablemente, intuitivos, es- sí, ya es una situación extremadamente peli-
condidos tras el alegado principio y por tanto, grosa. Incluso en este nivel preliminar de
no abiertos a una discusión racional. Las ra- análisis, encontramos que una consideración
zones reales, por ejemplo, por las que la terapia racional por parte del individuo y una discu-
y las relaciones sexuales son condenadas o sión racional en la comunidad son inhibidas
deben serio, y por las que las relaciones pro- simplemente porque las cuestiones reales están
fesor-evaluador, no lo son y no deben serio, escondidas.
no están disponibles para consideración ni Cuando cuestiones genuínas son esquiva-
discusión. Esto es, el daño patrocinado por el das en favor de principios vacíos, se abre una
principio de relación dual no puede ser enten- amplia puerta para cometer abusos -tanto de
dido sin reconocer primero que es solamente manera intencional como no intencional. In-
un principio particular y no un valor. La noción clusive para una persona bien intencionada es
de que las relaciones duales son intrínseca- difícil escapar al efecto dañino del principio
mente antiéticas es un principio conceptual vacio de las relaciones duales sin que, de al-
puesto al servicio de ciertos valores. Es un guna manera, ignore y evada las aseveracio-
intento de imposición de dichos valores, inven- nes hechas a favor del mismo principio. Una
tado precisamente con tal propósito; no tiene vez que se le da algún crédito a dicho prin-
una fuerza moral por sí misma, pero parece cipio, es imposible pensar claramente o permi-
que la adquiriera sólo por estar al servicio de tirte a alguien más hacerio, en cuestiones con-
tales valores, en virtud de su aplicabilidad cernientes a las relaciones -después de todo,
como un sustituto de esos otros valores. En el principio siempre aplica y, por tanto, siem-
este caso, los valores relevantes históricamen- pre habrá que darie crédito. El abuso enton-
te son aquellos concernientes a la ética de la ces, intencional o no, se da cuando se usa el
relación terapéutica. La noción de relación dual principio al servicio de valores que -si son
supuestamente proporciona un principio por el examinados clara y justamente- serán, en el
cual las relaciones antiéticas pueden ser de- mejor de los casos, debatibles y en el peor,
finidas, distinguidas y sancionadas, y que sus- totalmente antiéticos. Tal examen y discusión
abierta sin embargo, es precisamente lo que
tituye a valores éticos subyacentes menos
se ha excluido al aceptar una premisa de pen-
claros. Notemos que esta función de la noción
samiento vacía.
es, de hecho, la única manera posible de
introducida, ya que ella no diferencia -estric-
tamente- ninguna relación de otra. Sin ios
valores subyacentes en cuyo servicio el prin- PATERNAUSMO
cipio de relación dual supuestamente es apli- Uno de los valores más pemiciosos en este
cado, no habria forma de diferenciar la rela- campo, al servicio del cual se invoca con
ción con la empleada del supemnercado de las frecuencia el principio de relación dual, es aquel
relaciones sexuales en una situación de tera- de cuidar a otros "por su propio bien". Este
pia. es un valor positivo prima fácil en cuanto hace
Lo contrario de esto, sin embargo, es que alusión a la vigilancia hecha en favor del
al ser vacia la noción de relación dual, puede bienestar de los otros. Desafortunadamente,
ser aplicada al servicio de cualquier conjunto con frecuencia es una preocupación por el
de valores. Aún más, su función de máscara bienestar de otros en donde tal bienestar es
como valor ético en sí misma opaca tanto la definido, supervisado e impuesto por una per-
existencia como el contenido de los valores sona o personas externas que asumen tal rol
reales subyacentes a ella. Oscurece los valores sin importar el conocimiento o consentimiento
al servicio de los cuales es aplicada -quizás que aquellos protegidos tengan sobre el hecho
incluso los oscurece para quienes la están de que se les está cuidando. Esto, usualmen-
aplicando!. te. constituye una práctica de patemalismo.
Algo no gusta y parece malo y -muy segu- El patemalismo está entre los valores más
ramente- viola el principio de relación dual, peligrosos que constituyen vicios y excesos
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morales. Es algo muy difícil de combatir, pues en contra de su propia voluntad, para prevenir
se basa en -así lo proclama- una rectitud moral violaciones éticas. En el aspecto que estamos
que se hace "por el propio bien" de alguien. discutiendo, se da una violación flagrante del
Es algo que es deshumanizante y minimizante. derectio fundamental a la intimidad que cual-
Que se plantea desde una asunción de supe- quier adulto tiene. Entre los derechos de los
rioridad de un alguien que infantiliza a otro. ciudadanos adultos a la igualdad en sociedad,
Viola intrínsecamente los dere-chos de los está el derecho a tomar las propias decisiones
adultos y perpetúa tal violación, ya que las aun cuando los protectores autodesignados
victimas dejan de ser consideradas como seres arguyan que se trata de decisiones equivoca-
humanos adultos, para pasar a ser protegidos das. Sólo consideraciones serías, cuidadosas
por unos benefactores más sabios y conoce- y racionalmente constituidas -y abiertamente
dores que los primeros. debatidas- pueden justificar violaciones de este
En ciertas instancias, este paternalismo es derecho. Tal debate abierto, por supuesto, no
apoyado por modelos de personalidad y psi- es patrocinado por principios éticos ofuscados
coterapia en donde los individuos, principal- y vacíos puestos al servicio de valo-res
mente los que son clientes, son concebidos paternalistas encubiertos.
como intrínsecamente regresivos e infantiles Un segundo exceso moralista se deriva de
-al menos con relación a su terapeuta-, y la instancia paternalista y consiste en la abo-
condenados a permanecer así para siempre. lición de cualquier distinción entre cuestiones
El tratamiento dado a clientes o estudiantes - éticas y de voluntad, por un lado, y cuestiones
-o a razas o grupos étnicos o clases sociales, de intrusión legítima de interés por parte de
entre otros- como seres intrínsecamente in- una autoridad constituida -o no constituída-
fantiles, frágiles, regresivos, débiles, ingenuos por otro. Ni la inmoralidad ni la falta de vo-
e impotentes, es una forma de moralismo luntad justifican per se la intrusión del estado,
autoritario que pretende presentarse a sí mis- o de un "comité de examen" de psicólogos,
ma, y ante aquellos a quienes involucra, como o de la comunidad de psicólogos, en la vida
caridad y sensibilidad moral. Se basa en la privada de los adultos. Ciertamente las intru-
premisa de que se debe proteger a esos otros. siones son justificadas, pero no en virtud de
Desafortunadamente, desde esta perspectiva, la inmoralidad o la falta de juicio únicamente,
los "otros" son "cuidados" ya sea que quieran pues se requieren muchas más condiciones
o no serlo -porque después de todo, desde un para ello. El paternalismo, por supuesto, presu-
primer momento los juicios de aquellos a pone la legitimidad de tal intrusión en cual-
quiera y todos los casos en los que el pater-
quienes se protege son asumidos como irre-
nalista siente que hay inmoralidad o falta de
levantes. En el mejor de los casos, esto sim-
juicio involucrados. El paternalismo intrínse-
plemente perpetúa sentimientos personales de
camente excluye el derecho a la privacidad y
impotencia e inadecuación; en el peor de los
a la autodeterminación en la "búsqueda de la
casos, y más comúnmente, lesiona cualquier
felicidad" de aquel a quien se protege- al igual
sentido de poder o legitimidad que los indivi-
que se excluyen dichos derechos a los niños.
duos puedan haber tenido. Este moralismo
Tanto en la naturaleza del paternalismo como
autoritario divide en dos cualquier tipo de
en principios éticos vacíos, se excluyen,
sociedad libre y excluye cualquier posibilidad inherentemente, consideraciones sobre el dere-
de igualdad en una comunidad. Constituye una cho a la interferencia -o la falta de ese dere-
de las formas más extremas de elitismo ya cho- en la vida de los demás. Simplemente,
que se basa en supuestos de diferencias in- nunca se considera. El patemalismo destruye
trínsecas y permanentes, y porque permea la relevancia de las libertades individuales.
todos los dominios de la vida -después de
todo, los niños deben ser protegidos por su Más aún, en una atmósfera paternalista
propio bien en todas las áreas de su vida. nunca hay condiciones para discusiones abier-
El paternalismo favorece directamente tas y racionales en las que -de acuerdo con
muchos excesos subsidiarios. Primero, anula un curso normal de los eventos- las opresio-
explícitamente la distinción entre ética y vo- nes y los problemas del paternalismo puedan
luntad: cuidar a infantes es protegerlos, aún ser cuestionados. Una discusión abierta y
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racional, precisamente, requiere de respeto y los individuos. El paternalismo, por el contra-


legitimización de todos aquellos involucrados rio, inhibe y viola desde el principio tal auto-
lo cual es desde el principio excluido, por la nomía.
autoafirmación de poder y legitimidad que el Es un hecho, sin embargo, que existen
paternalista se acredita. La perpetuación de muchos que quieren ser cuidados -que buscan
actitudes y posturas paternalistas depende de el sentido de pertenencia, seguridad y cer-
hecho de evitar o suprinnir la pregunta "¿quién tidumbre de ser protegidos, y que, por tanto
vigilará a los vigilantes?". El patemalismo anula están listos a sacrificar sus propios derechos
toda discusión en la que surjan tales pregun- al igual que los derechos de los otros, al servicio
tas, negando la igualdad sobre la que dichas de tal beneficio de refugio y protección. Se
discusiones deben basarse. trata de aquellos que, en otras palabras, inten-
Un caso paradigmático de tal confusión tan permanecer niños y evadir las responsabili-
paternalista es el de las relaciones de pareja dades adultas. Y, aunque esta postura presu-
establecidas entre profesores y alumnos. Cier- me evidentemente un nivel inferior al del ser
tamente, esto involucra un diferencial de poder humano adulto, el costo y el insulto de ser
por ser una relación dual con riesgos inminen- objeto de paternalismo no se sienten con la
tes -incluyendo nesgas de explotación antiética misma fuerza. Es un autoengaño existencial
o de intentos de explotación. Incluso, es algo en que se incurre para evitar tomar las propias
que puede ser considerado improcedente. Pero decisiones y cometer los propios errores, que
ninguna de estas consideraciones -per se- resulta bastante dramático. Pero sin importar
justífica cualquier intrusión en la vida de los qué tan dramático, ni qué tan fuerte y qué
individuos involucrados. Sólo una presunción tanto sentido tenga ese deseo de evadir la
patemalista puede llevar a la conclusión de responsabilidad adulta, no puede erigirse como
que tal intrusión es justificada y, en tal caso, un juicio ético para acogerse o defenderse de
con frecuencia se desconoce que los dere- otras personas. En ningún terreno es válido
chos de los estudiantes están siendo violados, como criterio para imponer como obligación
que los estudiantes están siendo tratados como ética que haya algunos que deseen someterse
niños incompetentes a quienes se puede con- al paternalismo.
trolar y en cuyas vidas es posible involucrarse La noción de relación dual, por supuesto,
con el argumento de que se les está cuidando está diseñada idealmente al servicio de tales
por su propio bien. actitudes y valores paternalistas. Son actitu-
Otro paradigma de relevancia es el de las des que, de hecho, parecen haber sido útiles
relaciones terapéuticas entre profesores y en la constitución inicial del principio vacío del
alumnos. De nuevo, hay que tener en cuenta que hablamos: la noción de relación dual da
que hay riesgos potenciales, pero también, la apariencia de una preocupación por el
que es una cuestión que no concierne a nadie miembro más débil en una relación en la que
más que a los que están directamente involu- hay un diferencial de poder involucrado. Pero
crados. Es aún más perjudicial la intrusión debido al hecho de que se trata de un principio
patemalista en la decisión del estudiante de vacío, es una noción que da vía libre al
si debe o no comenzar una relación terapéu- paternalismo encubierto -o cualquier otro va-
tica con un miembro de su profesorado, que lor conveniente que sea enmarcable dentro
los riesgos implícitos que tal relación pudiera del marco de la relación dual.
tener. La actitud paternalista viola directamen- Otra palabra muy sonada, invocada al servi-
te la legitimidad y la integridad, e ignora la ma- cio de tales valores, es la de "profesionalismo".
durez de las personas objeto del paternalismo Como un principio moral o ético per se, pro-
-lo cual es un perjuicio explícito para cualquier fesionalismo es una palabra ambigua -consi-
involucrado. deremos la noción de profesionalismo aplica-
La educación que se proporcione acerca da a los guardias de los campos de concentra-
de los riesgos posibles, los derechos de los ción. Claramente, la palabra puede ser invo-
demás -por ejemplo, guías y criterios de cau- cada al servicio de otros valores, los cuales
tela- es el enfoque apropiado que se debe dar deben ser explícitos, defendibles y abiertos a
a estas cuestiones relativas a la autonomía de debate por derecho propio. Pero argüir
ÉTICA Y PSICOTERAPIA 129

"profesionalismo" no es una forma legítima de plo, lo "profesional" acarrea connotaciones de


cerrar el debate. guía a lo largo de un excitante y arriesgado
Se ha insinuado que a mayor poder y camino en donde la exploración se hace con-
conocimiento en un profesional a cargo de juntamente, entonces las inquietudes mencio-
una relación con un cliente, hay mayor res- nadas no surgen y -en la misma medida- el
ponsabilidad de su parte que de parte del paternalismo no se ejerce.
cliente en el sostenimiento de tal relación. Esto Se ha sostenido, sin embargo, que la per-
es probablemente correcto y digno de ser sona responsable en la relación (profesional)
enfatizado. Pero también se dice que una re- profesor-estudiante es el profesor. Y esto es
lación profesor-alumno es una relación profe- bastante escandaloso. Tai responsabilidad sería
sional-cliente al igual que lo es la de terapeu- apenas defendible como una postura hacia los
ta-paciente. Y esta noción es potencialmente niños -los niños también pueden ser objeto de
atractiva, pero ciertamente más debatible, sin paternalismo, de condescendencia y también
ser establecida de manera a príori. En parti- de deshumanización, lo que de hecho, se
cular, depende profundamente de caracteriza- encuentra como uno de los daños más comu-
ciones más específicas de lo que es "pro- nes proferidos en la infancia-; pero pretender
fesionalismo" -y de la resolución de la ambi- que esta postura de responsabilidad sea asu-
güedad del concepto de profesionalismo. mida con los estudiantes es paternalismo en
Desafortunadamente, una perspectiva muy su forma más peligrosa. Es algo que nominal-
común dlB la relación profesional-cliente se mente se hace por el bien del estudiante, pero
construye sobre la base de que el profesional que de hecho lo despoja de sus derechos a
ejerce un conocimiento superior y está más la privacidad, a tomar decisiones libres y a
habilitado que su cliente para decidir sobre "el someterse al poder legítimo que hay en una
propio bien" de este último. Esto constituye relación profesor-estudiante. Es un manejo
una construcción trágica para casi todas las directo y equívoco del poder sobre el estu-
instancias que involucran profesionalismo -y, diante, tsajo la apariencia de algo que se hace
ciertamente, es igualmente trágica en la rela- 'por su bien'. Un estudiante, como cualquier
ción terapeuta-cliente y en la de profesor-alum- otra persona, debe estar alerta ante cualquiera
no-. Constituye una postura fundamentalmen- que venga a haceríe el bien. Thoreau sugiere
te patemalista hacia el cliente o el estudiante. que la respuesta apropiada en un caso así
El "cliente", según esta perspectiva, ha per- sería la de "correr para salvar la propia vida".
dido su derecho a tomar sus propias decisio- Una manifestación contemporánea de la
nes y ha sido infantilizado. En terapia, esto es actitud paternalista, generalizada a nivel
algo que perjudica el autonrespeto y la legitimi- institucional, es la propuesta de juzgar como
dad del cliente; en la educación, atenta contra oficialmente antiética, cualquier relación sexual
el autorrespeto y la legitimidad del estudiante. entre un terapeuta y cualquier persona que
En la educación, esta visión de profesio- alguna vez haya sido su cliente en cualquier
nalismo operando al servicio del cliente tam- momento del pasado. Aquí el supuesto del
bién reduce las funciones de los miembros del paternalismo y la noción de relación dual van
profesorado a una labor meramente instru- de la mano: prohibir una relación entre un
mental y limitada -lo que es una visión bas- terapeuta y alguien que anteriormente fue su
tante pobre de la educación-. Se pierde la cliente, únicamente sobre la base del principio
riqueza y la fascinación del cuestionamiento, de relación dual, implica correr el riesgo de
el reto, el descubrimiento, la crítica, la falsea- exponer cualquier otro tipo de relación a la
biíidad, el mejoramiento y todos los otros misma vacuidad peligrosa que la aplicación
aspectos vitales de la educación genuina. Se de dicho principio supone. Lo que hace falta
pierden todos los valores esenciales del cono- es una instancia en la que el concepto de
cimiento y de la búsqueda de éste. En la relación dual pueda ser aplicado en fomna
medida en que lo "profesional" es tomado como parecida al paradigma del paralelo terapia-
algo que implica algo que se hace sobre el relación sexual y. por consiguiente, continúe
cliente, más que con el cliente, el aplicario a confundiendo con su vacuidad fundamental.
la educación es algo insultante. Si, por ejem- En este punto, el paternalismo básico infan-
130 M.H. BICKHARD

tilizante viene al rescate: una vez que se ha do en la prohibición de terapia-relación sexual


sido cliente, se seguirá siendo cliente -por tanto, en donde pudieran propiciarse relaciones de
siempre requerirá ser cuidado por una institu- explotación, con los terapeutas salvándose de
ción o por benefactores externos- a pesar, e ser caracterizados y sancionados por ello, sólo
incluso a costa, del conocimiento, el consen- por el hecho de que la relación terapéutica
timiento, la petición del individuo o cualquier estuviera técnicamente terminada. La expre-
otro aspecto incompatible con la, por defini- sión "una vez que se es cliente, se es cliente
ción, persona incompetente que se supone por s i e m p r e " ciertamente da lugar al
que es. Esta persona tan patética, con razón sancionamiento oficial de explotaciones de ese
necesitará ser cuidada por benefactores exter- estilo. La insinuación de esta afirmación, por
nos y protegida contra explotadores potencia- supuesto, es la de que el principio de "una vez
les con quienes tenga relaciones de poder cliente, se es cliente por siempre", no sería
diferenciales. Más aún, cualquier persona así tomado en serio y, portante, no sería aplicado
de infantil, necesariamente estará en una seria en situaciones en donde no pudiera hablarse
diferencia de poder en la relación con su ex- de explotación de la relación terapéutica ori-
terapeuta -por esto la supuesta necesidad de ginal. En otras palabras, la premisa se adop-
ser protegida y así, la aplicabilidad del prin- taria como tal, como una forma general de
cipio de relación dual-. Es decir que, la otorgar poderes rápidos a quienes censuran
infantilización del cliente, que es inherente a bajo el supuesto de que los usarían únicamen-
una actitud paternalista general, sirve como te para causas justas.
terreno para demostrar la supuesta aplica- Una simple prohibición ética hecha oficial-
bilidad del principio de relación dual al servicio mente por la APA en contra de un respiro por
de tal patemalismo. Los niños, después de parte del terapeuta, lograría el mismo objetivo
todo, son el paradigma de las personas que sin tanto ofuscamiento. Podríamos confiar a
necesitan ser cuidadas -por su propio bien e los comités de ética la aplicación de este
incluso si se requiere, a costa de sus propios principio solamente en casos real y claramen-
deseos-. Si alguno de los supuestos de esta te antiéticos -fueran los que fueran- y todos
desagradable cadena de razonamientos y "dormiríamos tranquilos" sabiendo que tales
motivaciones fuera cierto -si la terapia siem- problemas se evitarían. La racionalidad para
pre sometiera inherentemente a los pacientes el principio "una vez cliente, siempre cliente",
a ser menos adultos- entonces la terapia es absurda en el más peligroso aunque inge-
debería ser prohibida por constituir un azote nuo de los extremos. Oscurece totalmente
para la humanidad. cualesquiera que sean los principios de aplica-
Se ha sugerido que un motivo para la bilidad que se intenten, pues por ser un princi-
propuesta de "una vez que se es cliente, se pio arbitrario y vacío, puede distorsionarse
es cliente por siempre" es el asegurar que los ampliamente con el tiempo, con interpretacio-
terapeutas no terminen una relación terapéu- nes y reinterpretaciones, políticas, gustos,
tica en favor de una eventual relación sexual disgustos y caprichos personales y todas las
con sus clientes. Esto es, según esta sugeren- inevitables influencias de ese estilo. La vacui-
cia, que el intento no debe ser mantener o dad del principio de relación dual se recrea
presumir que los ex-clientes son intnnseca- aquí simple y, al menos parcialmente, con
mente infantiles y que permanentemente ne- base en el supuesto de que no todas las ins-
cesitan ser cuidados, sino más bien, proteger- tancias del principio deben ser o, de hecho,
los de influencias explotadoras indebidas por serán sancionadas.
parte de los terapeutas en el contexto de una La fe ingenua en que tan arbitrario poder
relación terapéutica -una influencia indebida será siempre ejercido "por el bien" de otros es
por parte del terapeuta durante la terapia podria aterrador. No lo es, de hecho, si usted se asu-
producir una explotación antiética de la rela- me a sí mismo como parte de aquellos que
ción en favor de una relación sexual que aplican los principios por el bien de unos u
técnicamente se comenzaría después de ter- otros, pero sí si se coloca en el paquete de
minada la relación terapéutica-. En otras pa- los que están siendo protegidos o sancionados
labras, puede haber un tecnicismo invo-lucra- por violar el principio. Es decir, no es aterrador
ÉTICA Y PSICOTERAPIA 131

mientras usted se asuma como parte de la terapeutas y clientes- envuelven fuertes y


élite de los verdaderos adultos, que tienen justifícadas emociones. Sin embargo, sin la
fervor y afición moral, santurronería y humil- clarificación de un discurso abierto, crítico y
dad propia y sentimiento del deber de cuidar racional, la intensidad de dichas emociones es
a todos aquellos patéticos y pobres indefensos aplicada, además, sobre cualquiera que cues-
infantes -los ex-clientes- del mundo. tione o tenga dudas acerca de dichos princi-
Estoy usando un fuerte sarcasmo en estas pios vacíos. El resultado aquí no es simple-
palabras. Algunos con seguridad sentirán que mente una inhibición de la discusión racional
estoy siendo desmesuradamente fuerte -que, en virtud del hecho de que los principios rea-
incluso si el análisis es correcto, las posicio- les y los valores involucrados están ocultos,
nes criticadas son tomadas de buena fe y, en sino la supresión explícita de la discusión por
el peor de los casos, son errores bien inten- intimidación emocional o culpabilizante ~la
cionados por parte de los involucrados. Este intimidación por la intensidad de la reacción
argumento se fundamenta en el supuesto de emocional ante una crítica o duda sobre di-
que las buenas intenciones presumiblemente chos principios vacíos es sentida como una de-
involucradas dejan los crímenes cometidos, si fensa de o excusa para la explotación sexual.
los hay, moralmente no viables. Como res- Es la intimidación por medio de la culpa de
puesta, yo cito la renombrada banalidad de la quienes critican o dudan de dichos principios
maldad. Mucha maldad, de hecho, se basa en acusándoles de estar defendiendo o excusan-
serias buenas intenciones mal guiadas, y son do algo en beneficio de los derechos de los
perpetradas y ejecutadas por funcionarios intrínsecamente machos rapaces. Esta inti-
banales. La Inquisición y Adolf Eichmannn son midación impone serias violaciones básicas
ejemplos pragmáticos de "buenas intenciones" de respetuo mutuo y discusión abierta. Esta
y banalidad. Mi argumento es, precisamente, intensidad, de hecho, puede ser mitigada me-
que la total vacuidad de principios tales como diante proteccionismo hacia el individuo que
el de las relaciones duales, y el rampante está cuestionando o dudando -él o ella es
patemalismo oculto que implica, han estimu- ignorante o simplemente está equivocado y
lado y perpetrado daños y perjuicios -daños y por ello necesita ser guiado hacia el camino
perjuicios moralmente reprensibles-. Estas ac- correcto del pensamiento y los valores. Este
titudes y orientaciones en el terreno son fuen- paternalismo es aún más sutil que la conde-
te peligrosa de maldad oficial y semi-oficial. nación directa, porque combina la confusión
En el más abstracto, pero quizás más im- conceptual de principios vacíos con la confu-
portante de los niveles, los principios vacíos sión moral de actitudes paternalistas.
que meramente sirven para ocultar las bases Hay aún otro nivel de evolución en lo perju-
reales de una decisión, no pueden ser útiles dicial de este "cáncer". La santurronería que
sino inhibidores de una exploración y debate es inherente a la actitud patemalista, junto con
racional de la ética involucrada -en cualquier la intensidad emocional de las cuestiones éticas
relación en cuestión. Esto es una profunda y paradigmáticas, más la vacuidad conceptual y
seria supresión de los derechos de la sociedad la supresión de racionalidad inherente en los
civil, y un entrenamiento profundamente pe- supuestos principios éticos, y el autoritarismo
ligroso para los estudiantes en cuanto a que intrínseco con el que dichas posiciones son
acepten irracionalmente los edictos y la auto- presentadas, se combinan para producir una
ridad. Es un entrenamiento para el vivir -al atmósfera social de moralidad excesiva, faná-
menos para el vivir profesional- en términos tica e irracional. La consecuencia directa es
de dogma, no en términos de deliberación una vigilancia chismosa, maliciosa, odiosa e
racional y crítica. Un dogma, sin embargo, es hiriente entre aquellos atrapados en el dogma
siempre perjudicial, y su promulgación es in- prevaleciente. En esto, no solamente hay con-
trínsecamente antiética. sideraciones reales escondidas, y no solamente
se enseña la condescendencia del paterna-
Aún más directamente, los casos para-
lismo, sino que se promueve la tragedia ética
digmáticos sobre los que se han construido
de mojigateria fanática en las masas.
éstos principios -relaciones explotadoras entre
132 M.H. BICKHARD

UN PRINCIPIO ETICO ALTERNATIVO ser enteramente eliminados, pero, entre las


No he criticado, ni criticaré, la intuición obligaciones fundamentales del terapeuta, está
básica de que una mezcla de terapia y rela- la de minimizar sus intrusiones.
ción sexual es algo intrínsecamente antiético. Contrariamente, es una violación ética y
Desafortunadamente, cuando intuiciones váli- contractual de la relación de terapia permitir
das como ésta son fundadas en principios -y ciertamente promover o dar lugar a- la
vacíos como el de las relaciones duales, la de- intrusión de dichos aspectos extemos en el
nuncia de tal vacuidad deja la intuición subya- ámbito de la relación de terapia. Esta viola-
cente carente de una verdadera racionalidad. ción de los límites de la relación de terapia
Esto, en sí mismo, es peligroso: cualquier efectivamente la destruye como tal. Destruye
reconocimiento de tal vacuidad amenaza el la protección involucrada en la obligación de
soporte y la fuerza de una conclusión ética. minimizar tales irrupciones, porque los asun-
Yo quiero ofrecer, para consideración, un tos externos se involucran. La protección sólo
principio ético alternativo que apoye dicha in- funciona como una ayuda, un soporte para la
tuición. Es un principio que es intrínseco a la confianza y seguridad del cliente -y del tera-
naturaleza de lo que es una relación terapéu- peuta- de que tales asuntos extemos serán
tica. Es decir, yo resalto la inherencia de una minimizados y por tanto, no tendrán que ser
naturaleza ética que hay en la relación tera- tomados en cuenta. La confianza y la segu-
péutica per se, y no en un principio ético ridad son irremediablemente destruidas, es
aplicable a la relación terapéutica. Si esto es decir, su obligación es irremediablemente vio-
válido, entonces este principio es mucho más lada, con la intrusión de asuntos sexuales.
fuerte y convincente que la aplicación del Esta obligación de minimizar asuntos ex-
principio vacío de las relaciones duales. ternos ajenos a la terapia, es independiente de
Consideremos primero la pregunta de si cualquier forma, explotadora o no, en que
una relación sexual puede o no ser también dichas cuestiones puedan involucrarse. Un
una relación terapéutica. La respuesta, espe- terapeuta, como terapeuta, tiene la obligación
ro, es "sí". Si no, la vida de matrimonio estaría intrínseca de minimizar cualquier intrusión, sin
en serios problemas. Pero esto da lugar a la importar la manera en que se presenten. Una
siguiente pregunta acerca de qué diferencia intrusión ejercida en forma explotadora cons-
existe entre relación terapéutica -característi- tituye una violación ética adicional ala intrusión
ca que una relación sexual también puede en sí misma.
tener- y una relación de terapia. La explotación, en cualquier relación -tera-
En una relación terapéutica, entre otras pia-cliente, profesor-alumno o cualquier otra-
cosas, se alcanza un propósito o función tera- es en sí misma e intrínsicamente antiética.
péutica. Una relación de terapia es una rela- Nada en este análisis debe ser tomado como
ción contractualmente obligada a maximizar la que se está descontando o minimizando la
función terapéutica. Es precisamente dicha obli- importancia o validez de tales consideracio-
gación lo que para mí constituye una relación nes y principios éticos adicionales. Lo que yo
como relación de terapia, y no como otro tipo estoy proponiendo, además del rango amplio
de relación. de consideraciones éticas que puede ser
Dentro de las características más impor- aplicado a la relación de terapia, es un prin-
tantes de una relación de terapia al servicio cipio ético que es inherente y especifico de la
de tal obligación están las limitaciones intrín- relación de terapia per se (Bickhard, 1989).
secas que tiene. Es decir, las limitaciones Notemos que este principio conlleva un
relativas a las condiciones definidas de com- sentido intrínseco por el cual el paralelo tera-
promiso, tiempo y reducción de asuntos per- pia-relación sexual es antiético -con la posible
sonales entre el terapeuta y el cliente, como excepción de las relaciones sexuales sub-
una forma de proteger la habilidad de ambos, rrogadas, en las cuales la sexualidad hace
terapeuta y cliente, para explorar las cuestio- parte del contrato desde el principio. La volun-
nes del cliente con mínimas intrusiones y tad o eficacia de tales relaciones sexuales
distorsiones de aspectos externos no relacio- subrrogadas -o su carencia- no es abordada
nados. Estos asuntos externos nunca pueden por tales consideraciones.
ÉTICA Y PSICOTERAPIA 133

Es importante enfatizar que la obligación tiético es, para mí, correcta. Desafortunada-
es minimizar los asuntos externos, mas no mente, se la ha basado en principios y valores
asegurar su ausencia. Estos no pueden ser evi- que son vacíos, confusos, paternalistas y
tados del todo, y algunas relaciones los inclui- dañinos. El patemalismo, en particular, es des-
rán más que otras. Ejemplos incluyen las obli- humanizante así se trate de clientes, ex-clien-
gaciones éticas y legales de advertir a otros tes, estudiantes u otros -incluidos niños. Este
sobre peligros potenciales, o las relaciones de complejo de actitudes, valores y falta de ló-
terapia entre individuos que ya tienen una gica debe ser confrontado. Aún más, desafor-
o más relaciones. La obligación ética involu- tunadamente uno de los daños causados por
crada es la de minimizar, no eliminar, la in-
este complejo es precisamente la inhibición,
trusión de cuestiones extemas. Esto incluye una
la represión y el castigo infringidos a quienes
obligación de informar y educar a los indivi-
se atreven a cuestionarios -la abolición de la
duos en lo concemiente a los riesgos poten-
razón, la crítica y la discusión.
ciales involucrados en tales relaciones. Esto,
para mi, es la perspectiva ética correcta en Una vez confrontada, sin embargo, la in-
caso de relaciones de terapia entre individuos tuición básica concerniente al paralelo terapia-
que ya se conocen -como en sectores de relación sexual aparentemente queda sin un
provincia o comunidades pequeñas- o entre soporte racional. Yo ofrezco un soporte racio-
profesores y estudiantes. No es propio -de nal alternativo para esta intuición, que es
tiectio, es paternalista y dañino- prohibir \a\es mucho más fuerte, y mucho más intrínseco a
relaciones de terapia. la naturaleza de la terapia per se, que los
El principio que yo ofrezco, entonces, no estándares racionales. Es en efecto, "una
apoya todas las instancias que uno desearía simple" explicación de un aspecto de la rela-
cubrir bajo el principio de relaciones duales. ción de terapia, que es el de su carácter in-
Sugiero, sin embargo, que aquellas instancias trínsecamente ético.
excluidas no son necesariamente antiéticas. Más importante aún es mi deseo de esti-
Claramente pueden ser antiéticas -cualquier mular la discusión critica y racional de tales
relación puede serio-, pero el principio de cuestiones y la creación de una atmósfera
relación dual tía sido usado como si fuera algo facilitadora de tal discusión. De otra manera,
inherente e inevitablemente antiético, y eso es la consecuencia más insidiosa de las cuestio-
inaceptable. No se puede juzgar válidamente
nes "éticas" dominantes en este campo es un
como antiético algo cuya base está en un
autoritarismo paternalista y la resultante su-
principio vacío de relación dual, o sobre cual-
presión -algunas veces, viciosa- del debate
quier otro de sus valores paternalistas de base.
racional de tales cuestiones en sí mismas.
Como mínimo, cualquiera de aquellos argu-
mentos de violaciones éticas requiere un ree-
xamen cuidadoso de sus bases a la luz de las
consideraciones presentadas aquí.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CONCLUSIÓN Bickhard, M.H. (1989). Ethical psychotherapy and


La intuición central y paradigmática del psychotherapy as ethics: A response to Perrez.
paralelo terapia-relación sexual como algo an- New Ideas in Psychiology, 7(2), 159-164.

NOTAS

' Traducción de Sonia Jiménez Suárez

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