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Imagina que estás en una playa, cerca del mar.

Ves esa inmensa masa


azul a lo lejos: está tranquila y es transparente. Te vas acercando, poco a
poco, caminando con los pies descalzos sobre la arena.

Ya estás muy cerca. Observas sus pequeñas y suaves olas, cómo van y
vienen hacia ti. Sientes los pies sobre la arena brillante y dorada y, de a
poco, el agua se acerca a tus pies y los masajea.

Ahora, levanta la vista y observa las gaviotas que vuelan lentamente


sobre el agua. Disfruta de sus movimientos. Mientras lo haces, respira
profundamente y siente cómo el aire llena tus pulmones con la sensación
pura y salada del mar. Siente esa energía y disfruta el momento,
respirando con profundidad varias veces.

Abre tus brazos, sonríe y gira un par de veces sobre tu eje. Expresa con
una voz potente: Soy… (dices tu nombre y una cualidad positiva que
tengas).

Ahora te ves caminando por una enorme playa de arena dorada. Sientes
una brisa suave y cálida sobre tu cara y cuerpo y te sientes en calma.
Tus pies rozan la arena húmeda y juegan con las pequeñas olas que
vienen hacia ti.

Pisas con fortaleza y decisión la arena. Miras atentamente las huellas


que dejas sobre ella. Son huellas bien definidas, de confianza, libertad y
poder personal.

Se te ocurre entonces dibujar un símbolo en la arena, uno que significa


mucho para ti. Tú debes saber cuál es, la respuesta aparecerá. Al lado
del símbolo que dibujaste, escribe unas palabras positivas, que
representen tu poder y motivación personal.
Sigue caminando por esta enorme playa de arena dorada con la cabeza
en alto y con una gran sonrisa. Ahora miras hacia el mar y descubres que
viene flotando hacia ti un objeto que no distingues muy bien . Viene
lentamente, suavemente, con el ir y venir de las olas. Es un regalo que
hace latir a tu corazón con energía. ¿Qué será?

El regalo finalmente llega a ti, gracias a una pequeña ola que lo empuja
hacia tus pies. Lo tomas entre tus manos y decides abrirlo. Descubres
algo precioso, bello y positivo, algo muy importante para ti. Sabes que
ese regalo que han traído las olas del mar te representa: eres tú.

Te reconoces como una persona valiosa, que confía en sí misma y en su


poder personal y en la vida. Llevas el regalo contigo mientras te alejas
poco a poco y te despides de la playa y el mar.
Entonces, respiras profundamente tres veces y cuentas hasta cinco.
Empiezas a mover tu cuerpo poco a poco: espalda, brazos, piernas,
cabeza. Cuando sientas que estás listo, abre los ojos lentamente. Estira
los brazos hacia arriba y bosteza varias veces.

Después de cada visualización pregúntate: ¿de qué me doy cuenta?


¿cómo me ayuda este ejercicio en mi autoestima?

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