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La Universidad del Siglo XXI, Competencias Básicas del Estudiante

Elizabeth Manchego, Mariana Sologuren, Enrique Flores, Sebastián Poma y Shiomy Lozada

Escuela profesional de Ingeniería Ambiental, Universidad Nacional de Moquegua UNAM

Ing. Jose Antonio Rodríguez García

18 de Mayo de 2021
Índice

LA UNIVERIDAD DEL SIGLO XXI, COMPETENCIAS BÁSICAS DEL ESTUDIANTES .. 3

Introducción .................................................................................................................... 3

Los tres Factores que Impulsan el Cambio Universitario ............................................... 4

Como se envidenciará el cambio que Impulsan eso Factores ......................................... 8

Competencias de un Alumno Universitario ................................................................... 12

Características y Metas de un Alumno Universitario .................................................... 15

Requisitos para formar Profesionales Competentes ...................................................... 16

Propuesta Metodológica para formar Profesionales Competentes................................ 19

Consideraciones finales ................................................................................................. 25

Referencias bibliográficas ............................................................................................. 26


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UNIVERIDAD DEL SIGLO XXI, COMPETENCIAS BASICAS DEL ESTUDIANTES

La Universidad del Siglo XXI, Competencias Básicas del Estudiante

Introducción

Exponemos en este trabajo acerca de las perspectivas de la universidad en el siglo

XXI. Período probablemente largo, pero cuya referencia permite poner en perspectiva los

retos actuales para la modernización de la entidad universitaria tradicional que se

encuentra en camino. Quizás, este trabajo debiera llamarse: "Las perspectivas de la

universidad en las primeras dos o tres décadas del siglo XXI" tiempo en el cual es factible

aventurar algunas hipótesis sobre los desarrollos, las perspectivas y las necesidades de

cambio en la universidad como la institución que concebimos actualmente.

La presentación se divide en tres partes. La primera, consiste en un análisis acerca

de las fuerzas que están dinamizando un cambio en el sistema universitario y en el

quehacer propiamente académico de la institución universitaria. En la segunda se discute

los elementos en que incide dicho cambio, esto es los aspectos del trabajo universitario en

que ese cambio se está empezando a mostrar y que, muy probablemente, se evidenciará

de manera mucho más definitiva en el curso de los próximos años.

Además en la tercera parte, tocaremos sobre las competencias básicas de un

estudiante universitario.

En la actualidad, las instituciones de educación superior (IES) se han visto en la

necesidad de transformarse, como consecuencia de la globalización y de la aparición de la

sociedad de la información y del conocimiento. Existe una gran brecha entre los

conocimientos y destrezas de los egresados de las IES y las necesidades que demanda la

sociedad actual, razón por la que se les exige formar a profesionales con habilidades,

destrezas y capacidades, acordes con los cambios que se están produciendo, de modo que

puedan integrarse a sus puestos de trabajo articulando la creatividad y la innovación para

solucionar las problemáticas complejas reales que se presentan en los diferentes ámbitos
de la vida, cuya solución no se encuentra en respuestas altamente estructuradas

aprendidas de manera acrítica en las instituciones educativas.

Como bien lo señala Llano , la institución universitaria tiene como principal fin

proporcionar una adecuada preparación técnica y profesional a quienes se están

formando, y no solo limitarse a la transmisión de saberes instrumentales. Esto amerita,

para Veldhuis ; y Naval , el desarrollo de competencias, las cuales, según Ruiz Pimentel,

Ruiz Vallejo & García Oramas , «están vinculadas a la actividad laboral, en una tríada

importantísima: el saber, el saber hacer y el hacer».

Por eso los programas educativos de las IES deben gestionar el desarrollo de tales

competencias, con una visión holística e integral, que modele un proceso docente capaz de

formar ese profesional versátil, creativo y competente al que se aspira . Por supuesto, todo

ello implica concebir un currículo que conciba las competencias profesionales en la

formación del graduado, en correspondencia con las características y naturaleza de los

procesos productivos.

De allí que esta investigación se haya planteado, como objetivo general, determinar

el nivel de desarrollo de la competencia profesional de los estudiantes . Esto es el grado de

desarrollo de la competencia en términos de desempeño idóneo que responde a un proceso

dinámico de interacción disciplinar.

La última sección contiene las conclusiones que derivo de este análisis.

Los tres Factores que Impulsan el Cambio Universitario

Las fuerzas que imponen la necesidad de un cambio universitario son

fundamentalmente tres. La primera. Se refiere al proceso de creciente

internacionalización que experimenta el mundo, y Perú como un claro exponente de ello,

y que en la actualidad resulta muy evidente. Principalmente a la internacionalización que


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se manifiesta en la movilidad de mercancías, como asimismo de capitales, que se produce

activamente entre países y que hoy ya no resulta necesario explicarlo sobre la base de

aspectos teóricos o estadísticas sofisticadas. Cualquier ciudadano puede constatarlo

directamente, como nunca en muchas décadas, puesto que observa que operan bancos

venidos de todo el mundo, empresas transnacionales que se desarrollan en todo tipo de

ámbito productivo; y que se desenvuelven en áreas de comercio y servicios, además del

ámbito propiamente industrial, y basta con que uno recorra un par de pasillos en un

supermercado o en una tienda de departamentos para darse cuenta que se está en un

mundo muy distinto de aquél que caracterizó a la década del 60 e incluso la del 70 en

nuestro país en el siglo pasado, dado la gigantesca diversidad de productos importados.

Así también el ciudadano medio puede verificar las múltiples asociaciones con empresas

extranjeras, y la creciente oferta nacional de exportaciones que acuden a todas partes del

mundo. Hay un proceso de internacionalización en marcha en el país que alcanza a los

servicios, como también a la cultura, lo cual constituye una realidad aplastante y que

ciertamente condiciona el hacer de la universidad. La misma se desenvuelve en un marco

totalmente distinto de aquel que tuvo lugar durante su modelación vigente.

Indudablemente está empezando a condicionar el trabajo universitario, que debe ya

ponerse en perspectiva comparativa a nivel internacional o que obliga a transformaciones

basadas en la propia experiencia internacional.

Un segundo elemento que destaca, tiene que ver con el proceso de globalización -

más allá de una internacionalización en sentido estricto- que vive el mundo. Recuerdo

haber leído de Keynes, destacado economista británico, en su libro «Las consecuencias

económicas de la paz» escrito en la tercera década del siglo pasado, una descripción acerca

del temprano proceso de internacionalización en el siglo XX, en el contexto de lo que él

llamó la mundialización, y que ejemplificaba con aquel hombre londinense que en la

mañana tomaba un té llegado de la India, abría el periódico que traía noticias de todo el
mundo, levantaba el teléfono para hablar con su agente de la bolsa, porque ya había

recibido también noticias a través de un telegrama de lo que estaba ocurriendo en la bolsa

de Nueva York. Este hombre seguramente cenaba alimentos que venían de todas partes de

Europa, se ponía ropas que eran fabricadas con telas de Portugal, y fumaba habanos

provenientes de Las Antillas. Es lo que hoy observamos, de modo muy similar, cuando

compramos cosas venidas de todo el mundo como lo más natural en nuestra vida

cotidiana.

Las nuevas generaciones, están familiarizadas con el Internet y con todas las

opciones que representa desde el punto de vista informacional y comunicacional. No es

poco común que un joven en la clase levante la mano para preguntar sobre algo que bajó

el día anterior de la red, y que a lo mejor contradice totalmente lo que el profesor le está

enseñando. Eso pasa hoy en las universidades, pasa en la enseñanza media, y será una

situación que sucederá crecientemente, obligándonos a tener que empezar a enseñar de

una manera distinta a los jóvenes. La educación enfatizará más bien la enseñanza sobre lo

que se ha de buscar de nuevo sobre cada tema, y respecto a cómo se debe procesar la

información para buscarla e interpretar los hechos.

Pero hay una fuerza también indetenible como aquel segundo elemento, y que va

junto con otra cuestión innegablemente vinculada, que consiste en el progreso en la

sociedad del conocimiento. Si bien es cierto que cuando estudiábamos en la década del 60,

se estimaba que se producían revoluciones tecnológicas, probablemente cada 50 años.

Hoy esas revoluciones tecnológicas se producen cada 5 años y se estima que en una década

se van a producir cada cinco meses. Es evidente que nuestra actitud en el estudio, en la

enseñanza, en la investigación tiene que ser distinta, potenciada y cimentada de otra

manera de lo que fue tradicionalmente. Estamos en un mundo distinto, hay medios

comunicacionales muy masivos, y la velocidad de transmisión del nuevo conocimiento es

gigantesca. El cambio en las tecnologías educativas, así como en cuanto al potencial de la


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investigación, están produciendo una verdadera revolución en cuanto al aspecto formativo

y al desarrollo universitario.

Pero todavía hay un tercer factor que impulsa el cambio a la universidad, que tiene

que ver con el proceso de cambio social en varias dimensiones, lo que podemos referir

como desarrollo económico en un sentido conceptual amplio. Se puede hablar en forma

muy extendida sobre los elementos que implica este concepto. Pero, en términos generales

y simples, se puede definir como el crecimiento que va experimentando el nivel de ingreso

de un país. Ese proceso impulsa a más gente hacia la educación superior, concebida ella

como un bien superior. Se trata de un tema importantísimo y vigente independientemente

de sus implicancias, resulta claro que prevalece un enorme crecimiento y lo seguirá

habiendo en nuestro país en materia de cobertura. Se ha mostrado que la cobertura de la

educación superior chilena en 20 o 30 años ha ido de 100.000 a 300.000 personas,

aproximadamente. Es decir, un crecimiento que es preocupante desde el punto de vista de

cuan sostenibles es una oferta académica de calidad y del financiamiento necesario para

que esa expansión sea efectivamente posible y rinda el fruto que la sociedad debiera

esperar en cuanto a formación de capital humano y producción del conocimiento. Cuando

se observan las perspectivas a futuro, se concluye que tenemos una cobertura en términos

de la población de 18 o 24 años que está aún muy lejos de aquella que se ha logrado en los

países industriales. Cuando se analizan las posibilidades de evolución, se percata que

efectivamente la cantidad de estudiantes que podemos tener en las universidades de aquí

al año 2010 pueden ser 600.000, y de 800.000 en el conjunto de la Educación Superior,

esto es incluyendo también los Institutos Profesionales, y Centros de Formación Técnica.

Es lo que los economistas llaman una presión de demanda que se constituye en un proceso

inevitable derivado del mayor ingreso. Por cierto se trata de una situación preocupante,

porque al mismo tiempo que hay una presión de demanda debe existir una respuesta de
oferta, la cual no puede consistir solamente en adicionar más sillas a las salas de clases,

sino que ha de requerir un enriquecimiento global en insumos académicos.

Este proceso de globalización, la revolución tecnológica y el proceso de ingreso a la

sociedad del conocimiento, además de las presiones crecientes de demanda por educación

superior, son los tres factores que modelan lo que va a ocurrir o lo que está ocurriendo con

el sistema universitario nacional. Parece que esta descripción somera sobre las fuerzas

dinamizantes del cambio universitario da cuenta de los elementos más importantes que

han de ser tenidos en cuenta.

Como se evidenciará el cambio que Impulsan eso Factores

¿Dónde se traduce y en qué tipo de direcciones se reflejan estas fuerzas que operan

sobre el cambio del sistema universitario y en las propias universidades? Esto se da

principalmente en seis dimensiones de nuestro trabajo. Hoy es difícil alejarse de la

realidad internacional del conocimiento, a menos que se elija ir detrás del avance científico

y tecnológico en forma premeditada. Sin embargo, no es fácil tener noción de cómo

podríamos enseñar medicina hoy en el contexto de 10 años atrás y no observando lo que

ocurre actualmente, especialmente considerando cuanto cambia el conocimiento en un

área como la bio-medicina, en el mundo que importa desde el punto de vista de la

generación del nuevo conocimiento. Se dice que en medicina cada día está saliendo algo

nuevo y distinto, y que se debe estudiar por sus implicancias directas en materia de

investigación y docencia. Para eso, los académicos deben estar menos en los libros y

mucho más en Internet y en la investigación.

Medicina es un buen ejemplo. Ingeniería y Ciencias también lo son. La pregunta

es: ¿habrá algunas áreas que estén excluidas de este impulso fundamental que apreciamos

hacia la adquisición de estándares internacionales? Creo que no: cada vez son menos las

áreas disciplinarias en que se puede aventurar la hipótesis que lo que ocurra en el resto
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del mundo es irrelevante. La experiencia mundial está al lado nuestro en todas las

disciplinas -no sólo en aquellas ligadas a la ciencia y la tecnología- y debemos estar en esa

línea, si verdaderamente queremos cumplir con la precondición de estar enseñando en la

frontera del conocimiento. Hay otra manera de hacerlo: basar la enseñanza en libros y con

la mirada en el pasado. Podemos hacer mucha investigación básica, mucho de

transferencia tecnológica para traer el conocimiento básico desde otras partes del mundo,

y trabajar en las aplicaciones a las problemáticas más relevantes para nuestra realidad.

Pero ello precisa crecientemente académicos cuya investigación esté en contacto con la

moderna investigación y la realidad internacional; ese es un reto significativo.

Esa es una primera consecuencia: se necesitan académicos con una cultura amplia,

conectados internacionalmente, bien recibidos entre sus pares de otras latitudes, y que

publiquen en el contexto relevante.

A lo anterior se adiciona un segundo factor cambiante producto de las nuevas

tendencias y que se relaciona con la creciente movilidad laboral internacional. Como

sabemos, Perú ha firmado convenios comerciales con varios países: con la Unión Europea,

también con Costa Rica, Corea, México, y los EE.UU. Esto va continuar y cada uno de esos

acuerdos comerciales está teniendo un avenimiento que va a ser cada vez más frecuente y

más explícito en términos de la movilidad laboral que se asocia al pacto comercial. Pero ya

en Europa está cambiando la rigidez institucional que restringe dicha movilidad; hoy un

francés puede trabajar en Alemania con mucho menos restricciones que aquellas que

existían hace 20 años. ¿Qué va a pasar aquí, al próximo quinquenio o la próxima década

en esta materia? Es muy probable que profesionales chilenos se desempeñen en cualquier

parte del mundo, donde operen inversiones nacionales, donde funcionen transnacionales

que también se desenvuelvan en Perú.

Por lo tanto, debemos preparar profesionales en esa perspectiva. Los profesionales

de otra parte del mundo podrán también venir a desempeñarse aquí, y eso va a ser una
realidad inevitable. Pero, pese a todo, la mayor movilidad internacional va a ocurrir,

aunque ello tenga lugar en cinco o diez años más; y se va a tener como un hecho normal el

que médicos argentinos trabajen acá, tal como médicos peruanos se podrán desempeñar

en otras partes del mundo. Eso también cambia bastante el esquema del trabajo

universitario. No se está preparando profesionales sólo para competir aquí, en nuestro

incipiente y reducido mercado, sino que, y dependiendo de su calidad, ellos podrán y

deberán competir en otras partes del mundo o enfrentar mucho mayor competencia en lo

doméstico.

Un tercer desarrollo que se observa en el sistema de educación superior se refiere

a la creciente competencia. Prevalece una clara competencia en la realidad nacional de la

educación superior, ciertamente limitada por la poca transparencia y la notable asimetría

de información que prevalece. Esa competencia irá aumentando junto con el crecimiento

e internacionalización del sistema. Podrán esas universidades abrir una carrera de

medicina, por ejemplo, y tendremos que competir con ellos. Eso tiene rasgos saludables

pero envuelve retos formidables para las instituciones locales. También podrá aumentar

el número de instituciones nacionales en vista al proyectado crecimiento en cobertura del

sistema universitario y de educación superior. Actualmente, este proceso se ha frenado

debido a las expectativas sobre la nueva ley de acreditación, como asimismo por las

falencias en materia de financiamiento estudiantil. Se trata de un cambio que está a la

puerta de nuestra realidad. Hoy en día se puede tener campos virtuales y educación a

distancia, así incrementando la competencia y el reto que ello significa para las

universidades del país. Hay varias universidades en que la enseñanza prácticamente no se

está produciendo en las salas de clases, sino a través de Internet, como asimismo los

trabajos de apoyo y las evaluaciones.

Un cuarto desarrollo observado -aunque aún de forma muy preliminar- se refiere

al cambio en los enfoques docentes. Debe producirse un cambio fundamental en el perfil


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profesional de los profesionales universitarios que se deben preparar para el futuro. Antes,

un abogado, por ejemplo, estudiaba el 95% de su tiempo en la Escuela, cursos de derecho

que lo habilitaban y especializaban para un adecuado ejercicio. En general nuestros

profesionales toman largo tiempo en formarse y adquieren una formación profesional de

relativamente alta especialización.

Eso, en la práctica, sirve cada vez menos en términos de los desarrollos del

mercado laboral. Con la velocidad del cambio técnico, cuando salen con su título debajo

del brazo, lo único que a nuestros profesionales les ha de servir efectivamente consiste en

su formación general en el área disciplinaria y la actitud de investigación, de buscar y de

aprender más. En el pasado, una universidad preparaba un profesional que salía al campo

laboral luego de un extenso período de formación, cosa que facilitaba la gratuidad. Como

el cambio técnico era lento y, además, era poco significativo, el profesional se adaptaba

rápidamente al proceso productivo, y podía utilizar sus conocimientos por largo tiempo.

Pero hoy no es así.

Un quinto desarrollo que debe producirse en el sistema universitario se refiere al

aspecto docente. Esa vieja clase en la escuela de Derecho en que el profesor hablaba una

hora y media frente a sus estudiantes o aquella del profesor de Ingeniería que junto a la

pizarra estaba una hora y media escribiendo fórmulas, va a ser parte del pasado. Los

estudiantes van a tener que preguntar más y el grupo del curso va a tener que ser un grupo

de búsqueda de información y de respuesta a problemas, más que la pura entrega desde el

profesor al estudiante. Recientemente, el MIT, Instituto Tecnológico de Massachuset,

puso en su página web todo el programa y todo el material de respaldo de su trabajo

docente.

Es decir no hay secretos en lo que se proporciona a un estudiante. Un estudiante

puede tomar eso y preguntar acerca de lo que está pasando desde el punto de vista de su

profesor, quien muy probablemente no esté enterado. Ser efectivamente un líder en la


clase, porque la clase no se puede transformar en una conversación solamente, ese es uno

de los propósitos centrales del cambio en marcha. Él tiene que saber hacia dónde dirige la

investigación que promueve el curso y qué contenido quiere desarrollar pero sobre la base

de esta interacción con los estudiantes, conjuntamente con la interacción con la red.

Un sexto desarrollo se refiere al tema de la investigación. Se puede, como ha sido

hasta ahora, tener instituciones universitarias que replican conocimiento, porque todavía,

como he dicho, el cambio técnico, las revoluciones, se producen en tiempos aún largos.

Pero cuando se produzcan cada cinco meses, la única manera de estar al día no será

leyendo los artículos publicados, sino que haciendo investigación que tenga que ver con el

tema, en forma activa e integrada con los centros más relevantes. Por lo tanto, una

universidad debe estar más orientada a investigación como insumo para la docencia.

Las universidades más complejas del país se enorgullecen de decir que los

profesores dictan clases una vez que han salido del laboratorio, y parte de lo que están

enseñando corresponde a lo que han estado haciendo en aquel laboratorio. Creo que se va

a transparentar mucho más la diferencia entre tipos o estilos de universidades. Conocemos

algunas universidades en el país que hacen eso. Es decir, no todas las universidades

pueden ser iguales, grandes universidades que tengan un importante número de

departamentos, de facultades en todas las disciplinas desde la física nuclear hasta la danza

o el arte.

Competencias de un Alumno Universitario

Reflexionar sobre el modelo educativo que se desea brindar es especialmente

relevante, ya que la educación superior enfrenta diversos retos desde hace algunas

décadas.

Por ejemplo, la acelerada transformación del conocimiento y el creciente cúmulo

de información , así como su accesibilidad masiva a través de publicaciones científico


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académicas digitales hacen imposible mantener la concepción tradicional del

conocimiento como una entidad estática que debía encontrarse principalmente en las

aulas universitarias y ser reproducida por el estudiante conforme era transmitida por el

docente . Esta revolución en el campo del saber impacta el ámbito laboral. El anterior

modelo «taylorista» de producción en cadena requería la ejecución de tareas específicas y

aisladas. Por tanto, se requiere formar capacidades como analizar críticamente, aprender

constantemente por uno mismo, comunicarse eficazmente, trabajar en equipo y emplear

las tecnologías .

Adicionalmente, la educación superior, también, ha cambiado; se ha masificado en

el mundo y en la región. En nuestro país, desde la década de 1990, se observó un

incremento en la creación de instituciones de educación terciaria, lo que incluye

universidades.

La mayor oferta en educación superior se ha visto respaldada por el notable

incremento de estudiantes que buscan acceder a ella.

Este mayor acceso implica la recepción de estudiantes con capacidades y

antecedentes educativos, lo cual, en muchas ocasiones, supone un gran reto para los

docentes a la hora de mantener «el nivel académico» . Al respecto, en el Perú, los

resultados de la evaluación internacional PISA revelan que los estudiantes de educación

básica no necesariamente alcanzan las competencias científicas, matemáticas y de

comprensión lectora esperadas. Estos datos nos permiten suponer que los estudiantes que

acceden a las instituciones terciarias, incluidas las universidades, poseen rendimientos

distintos.

Una competencia es un conjunto de comportamientos y habilidades que permiten

desempeñar adecuadamente un papel, una actividad o una tarea. La competencia integra

un conjunto de capacidades, conocimientos, actitudes y valores que serán útiles para la

vida . Por tanto, permite que una persona pueda ser capaz de asumir situaciones de reto y
resolver situaciones problemáticas; todo ello se entiende como fruto de un proceso de

aprendizaje significativo y orientado a la autonomía del aprendiz.

El concepto de competencia es multidimensional e incluye distintos niveles como

saber , saber ser , saber estar y saber hacer . Como puede observarse, la formación basada

en competencias contribuye a explicitar el carácter integral de una propuesta formativa ,

pues propone que el estudiante desarrolle actuaciones o desempeños, es decir,

aprendizajes complejos que incluyen el uso combinado de distintos tipos de recursos o

saberes: conceptos, habilidades, procedimientos, valores, actitudes , así como la relación

con otras personas, equipos, software, documentos, entre otros . Es decir, una

competencia integra distintos tipos de saberes y es dinámica, lo que le permite al individuo

adaptarse a las características particulares de la situación que aborda para lograr un

desempeño eficaz en ella.

De esta manera, la formación basada en competencias representa un enfoque que

permite formar estudiantes más preparados para los cambios en la producción del

conocimiento y de tareas más complejas e interdisciplinares, como las que se

mencionaban anteriormente. En consecuencia, el quehacer docente debe enfocarse en

proponer actividades que requieran la integración de conocimientos, habilidades y valores

de los estudiantes aplicados a situaciones cercanas o similares a las tareas académicas y

profesionales reales.

Tradicionalmente la formación impartida en las universidades peruanas se han

caracterizado por la transmisión de conocimientos, la formación de profesionales

especializados en un determinado ámbito relacionado con un perfil profesional, para el

que la titulación obtenida acredita que un titulado puede ejercer, si lo desea, una profesión.

Sin embargo, algunas investigaciones recientes demuestran que esto no es suficiente, es

decir, los empresarios y los usuarios de los servicios públicos demandan otra serie de

competencias, que al parecer no se adquirieron durante los estudios universitarios. se


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descubre que los titulados universitarios peruanos suspenden en una serie de

competencias o habilidades que demandan las empresas, como son: competencias

académicas , competencias instrumentales , competencias interpersonales y competencias

cognitivas .

Probablemente, ante estas carencias se justifique la necesidad de un cambio,

tomando en consideración otras deficiencias que se pretenden corregir en este nuevo

contexto universitario, con lo que podemos estar seguros de que, tal y como se argumenta

, dicho cambio es posible.

Características y Metas de un Alumno Universitario

El alumno universitario, en el que se centra todo el proceso de convergencia del

nuevo diseño de universidad europea, se caracteriza por un perfil de estudiante

determinado, que es preciso conocer para que el cambio anunciado tenga un desarrollo

exitoso y se consigan los resultados esperados.

Algunos autores, como De la Cruz , nos aportan información sobre cuáles son las

características de este alumno, destacando su papel fundamentalmente activo en el

aprendizaje, su carácter autónomo en la búsqueda de información y en la generación de

nuevos conocimientos, su capacidad de reflexión, de aplicación de estrategias adecuadas

ante la resolución de problemas y dificultades que puedan acontecer, su talante

cooperativo y su sentido de la responsabilidad que le acompaña en todas las facetas del

aprendizaje.

Principalmente busca obtener calificaciones positivas, que podría considerarse

una meta importante si no fuese porque en muchos casos el alumno lo que quiere es

aprobar la asignatura, y no tanto obtener una buena calificación; lo que implica que se

aprende de forma memorística la materia, y en el menor tiempo posible. Busca preservar

su autoestima e incrementarla si es posible, preocupándose por tener éxito, tanto personal


como social; lo que a veces le distrae de la que debería ser su meta: comprender y dominar

la materia. Busca comprender y experimentar que su competencia aumenta al dominar la

materia, lo que le motiva ante la resolución de problemas o la superación de dificultades.

La aceptación, atención y ayuda del profesor es necesaria para motivarle frente al estudio,

lo que le estimula a estudiar intentando comprender y aprender, no sólo para aprobar.

El sentimiento de estudiar por propio interés es uno de los aspectos que más

satisfacen al alumno, mientras que cuando siente que debe aprender algo que se le impone

y no le interesa se desmotiva ante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Requisitos para formar Profesionales Competentes

Numerosos documentos elaborados hasta la fecha proponen un cambio en el rol

del profesor, el cual ha de dejar de concentrar su esfuerzo en la transmisión de

conocimientos, para lo que utiliza la lección magistral como principal estrategia

metodológica; convirtiéndose en facilitador, supervisor y guía del proceso de aprendizaje,

para alcanzar los objetivos y competencias previamente definidas. Ante este

planteamiento, coincidimos en que resulta sorprendente que no se establezcan propuestas

concretas sobre la formación del profesorado, cuando es sabido que toda reforma

educativa precisa de la actualización y formación de los docentes.

Es por esto por lo que consideramos fundamental el conocimiento y utilización de

otras técnicas o estrategias metodológicas que aseguren el proceso de enseñanza-

aprendizaje, en el que el alumno ha de ser el eje fundamental en torno al cual gire el diseño

del currículo de cada plan de estudios.

El éxito de la aplicación de la metodología docente radica en la combinación

armónica de diferentes estrategias, que han de ser coherentes con los intereses y

necesidades de los alumnos. Esta complementariedad metodológica debe ligarse a la

práctica creadora desde la que se le ofrece al profesor la oportunidad de reflexionar y


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mejorar su competencia profesional. se propone un proceso creador a partir de la práctica

docente en el que el profesor debe trabajar de forma colaborativa con sus compañeros de

área, creando grupos de discusión, con el propósito de lograr los resultados previstos. La

forma de llevar a cabo esta práctica creativa es a través de la observación diaria de lo que

ocurre en el aula con los alumnos, y no sólo la observación de las relaciones profesor

alumno y entre los alumnos, sino la auto – observación del propio comportamiento del

profesor. Continuando con este planteamiento, podemos señalar que no existe un método

de enseñanza óptimo con el que lograr los mejores resultados, sino que cada profesor debe

adaptar su forma de enseñar a las distintas situaciones, a los diferentes grupos de alumnos,

a las diferentes materias; en definitiva, deben adaptar su forma de enseñar a la forma de

aprender del alumno, encontrando así la mejor manera de comunicar los contenidos

fundamentales y de enseñar aquellas competencias previamente establecidas. Se afirma

que cada método debe ajustarse a diferentes factores para lograr la excelencia; factores

como los objetivos que persigue, las características de los alumnos, las exigencias de la

asignatura, la personalidad del profesor, las condiciones físicas y materiales disponibles,

la aplicación de las nuevas tecnologías y el clima de la clase.

Respecto a la utilización de las nuevas tecnologías, imprescindibles para la

planificación de la metodología docente en la concepción del nuevo sistema universitario,

coincidimos en que el profesorado debería disponer de los siguientes conocimientos y

destrezas:

• Diferentes formas de trabajar las nuevas tecnologías en su disciplina y área de

conocimiento específica, adaptando los recursos disponibles a los objetivos y

procesos de aprendizaje de cada conocimiento.

• Desarrollo de la enseñanza con distintos recursos, como laboratorios de medios

audiovisuales, redes, biblioteca, sala multimedia, etc.


• Organización y planificación del aula, de manera que se conozcan y se optimicen

las posibilidades de los recursos y se ajusten éstos a las metodologías utilizadas en

el aula.

• Dominio en la inserción de las técnicas y medios para la formación en cualquier

espacio y tiempo, combinando la formación presencial con la formación a

distancia.

• Selección adecuada de los materiales, además de capacidad para rehacer y

estructurar los materiales ya existentes de manera que se adapten a sus

necesidades, incluso para elaborar nuevos materiales.

• Capacidad para incorporar las posibilidades de las nuevas tecnologías en la

investigación.

En cuanto al clima de la clase que señalábamos anteriormente, es necesario que el

profesor logre el ambiente adecuado en el aula, para lo que es preciso tener en

consideración una serie de aspectos que a continuación describimos:

• Los propósitos u objetivos que perseguimos, así como las capacidades que

queremos desarrollar.

• El tamaño del grupo al que nos vamos a dirigir, así como el curso.

• Las características de los alumnos, como la edad, las experiencias anteriores en la

utilización de las diversas técnicas, y en trabajos en grupo y su motivación.

• El aula, en cuanto a su tamaño, disponibilidad de medios…

• El tiempo con el que contamos, de manera que la programación establecida para

cada sesión se pueda cumplir.

• La personalidad del profesor y la experiencia, puesto que es preciso ser conscientes

de la capacidad real de cada uno y de las carencias existentes.


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Propuesta Metodológica para formar Profesionales Competentes

Tal y como señalábamos anteriormente, no existe una técnica mejor que otra, sino

que el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje radica en la selección y combinación

armónica de varias técnicas por parte del profesor. Se proponen una serie de estrategias

metodológicas que el profesor universitario debe dominar para conseguir los objetivos de

aprendizaje propuestos y llegar a desarrollar las diferentes competencias genéricas y

específicas en los alumnos: clase magistral, clase magistral participativa, visionado de

video, análisis de documentos, trabajo independiente, prácticas de laboratorio, prácticas

de campo, comentario de texto, simulación o role - playing, estudio de casos, trabajo por

problemas, trabajo por proyectos y seminario.

Algunas de estas técnicas son utilizadas habitualmente por gran parte del

profesorado, aunque es preciso combinarlas con otras más novedosas para controlar todo

el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si bien podrían establecerse otras estrategias, hemos optado por ajustarnos a esta

clasificación para continuar con nuestra exposición y llegar a establecer qué competencias

pueden desarrollar los docentes universitarios en sus alumnos, según las estrategias

metodológicas que se describen a continuación:

• Lección Magistral: Conferencia o exposición por parte del profesor conocedor de

la temática.

• Lección Magistral participativa: Exposición teórica acompañada de actividad

práctica de clarificación, profundización o reflexión sobre el contenido, logrando

la construcción personal y social del conocimiento.

• Visionado video: Visionar un documental, película o secuencias de un programa,

relacionado con un determinado conocimiento.

• Análisis de documentos: Diseccionar las partes de un determinado documento

(político, histórico, cultural, académico, etc.).


• Trabajo independiente: Proyecto que realiza un estudiante de manera individual,

a partir de unos objetivos planteados previamente por el profesor.

• Practicas de laboratorio: Agrupa un conjunto de métodos de enseñanza que

comparten la experimentación, como fuente de acceso al conocimiento y la

comprensión de las más diversas realidades y como vía para la solución de

problemas que atañen a personas y cosas.

• Prácticas de campo: Realizar ejercicios prácticos en escenarios reales.

• Comentarios de texto: Responder de manera crítica a una serie de interrogaciones

acerca de un texto determinado.

• Simulación/Role playing: Dramatizar una situación de la vida real, mediante la

representación de roles diversos, para la posterior discusión y comprensión de la

situación.

• Estudio de casos: Analizar y solucionar un estudio de caso (en grupos pequeños),

en el que cada miembro del grupo extrae una conclusión diferente.

• Trabajo por problemas: Analizar y solucionar un problema real (en grupos

pequeños).

Potencia: Metacognición, el aprendizaje autodirigido, el pensamiento

crítico, destrezas en la resolución de problemas.

• Trabajo por proyecto: Elaborar un proyecto de trabajo.

• Seminarios: Discusión en pequeño grupo a partir de la presentación de un tema

por parte de uno o varios estudiantes /expertos.

Potencia: el juicio crítico, la capacidad de síntesis y la capacidad

comunicativa.

Además de la utilización complementaria de estas técnicas, es preciso utilizar otra

serie de recursos sin los que la enseñanza en competencias y conocimientos, es decir, la


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formación integral de los futuros profesionales, no tendría éxito, como son la tutoría y la

orientación, la utilización de los recursos tecnológicos o las prácticas en empresas, que si

bien no resultan novedosas, sí precisan de un cambio de planteamiento y de objetivos.

RESPONSABILIDAD

Capacidad de establecer un compromiso u obligación en la que se encuentra un

alumno para responder de sus actos. Esa responsabilidad asume diferentes grados a lo

largo del tiempo en el que el alumno se involucra en la vida universitaria, por lo que no

podemos entender lo mismo por el concepto de responsabilidad que pueda tener un

alumno de primer curso, con unos intereses, con unas características determinadas, que

un alumno de los últimos cursos, en los que sus intereses o necesidades están más

vinculados con el próximo acceso al mercado laboral. El estudiante desarrolla su sentido

de la responsabilidad participando en las exposiciones del profesor, cuando ve un vídeo

sobre un determinado tema del que posteriormente deberá extraer una serie de

conclusiones, cuando analiza los documentos que le facilita el profesor, cuando trabaja de

forma autónoma, cuando realiza prácticas de laboratorio o de campo en las que debe lograr

una serie de objetivos planteados por el profesor, cuando realiza un comentario de algún

texto en el que debe seleccionar algunas de las partes para posteriormente justificar tal

decisión, cuando participa en una simulación o role-playing asumiendo un rol

determinado, cuando estudia detenidamente un caso y extrae una serie de conclusiones,

cuando debe resolver un problema o cuando se involucra en un proyecto, o bien cuando

participa en un seminario aportando sus comentarios respecto al tema tratado.

AUTOCONFIANZA

Capacidad para confiar en las propias posibilidades. El alumno que desarrolla esta

capacidad es capaz de sentir que puede aprender con su esfuerzo, con su capacidad, con
su propio trabajo. No se esperan de fuera otros incentivos que sustituyan la propia

capacidad.

En el contexto universitario se puede potenciar o desarrollar esta competencia a

través de todas aquellas técnicas en las que el alumno vea recompensado su esfuerzo, en

las que obtiene los resultados esperados. Es muy importante que el profesor valore la

evolución del aprendizaje del alumno y del desarrollo de sus competencias en cada una de

las técnicas que utilice. Por lo tanto, si la técnica didáctica se lleva a la práctica de forma

adecuada, el alumno aprenderá a confiar en sus propias posibilidades.

CAPACIDAD DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Capacidad para tomar decisiones en una situación en la que existen dos o más

alternativas para lograr una meta determinada. Esta capacidad requiere de una serie de

capacidades implícitas como son la identificación o comprensión del problema planteado,

la identificación o generación de las posibles alternativas, la deliberación sobre la opción

más adecuada, la planificación o adopción de la decisión y finalmente la ejecución.

El docente universitario puede desarrollar en sus alumnos la capacidad para

resolver problemas utilizando principalmente la técnica de trabajo por problemas, la

técnica de trabajo por proyectos, el seminario, o las prácticas en el laboratorio o las

prácticas de campo, en las que se llegan a plantear situaciones bastante próximas a la

realidad.

HABILIDADES COMUNICATIVAS (COMPRENSIÓN INTERPERSONAL)

Capacidad para entender y ser entendido por los hablantes de una comunidad

lingüística, que implica competencias más específicas (de índole lingüística, pragmática,

psicolingüística y sociolingüística). Esta capacidad incluye el dominio de distintos

procesos (de codificación y descodificación) y su aplicación a diferentes hablantes y


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UNIVERIDAD DEL SIGLO XXI, COMPETENCIAS BASICAS DEL ESTUDIANTES

contextos. Resulta conveniente diferenciar entre la capacidad de expresar y la capacidad

de comprender al interlocutor, como los dos ejes que configuran el proceso de

comunicación entre el emisor y el receptor. La comunicación interpersonal desde el

ámbito de la comprensión de los mensajes recibidos de los interlocutores puede

desarrollarse por cualquiera de las técnicas en las que se interactúa con los compañeros, o

con el profesor, como es el caso de la lección magistral.

RAZONAMIENTO CRÍTICO

Capacidad para valorar un objeto, obra, argumento, etc. en relación con criterios o

normas comúnmente admitidos; supone el análisis previo en el que se haya distinguido lo

principal de lo secundario e identificado las relaciones entre las partes. Todas las técnicas

presentadas pueden desarrollar esta competencia en el alumno, puesto que en todas ellas

se le plantea al alumno la posibilidad de adquirir una serie de conocimientos que

posteriormente le hagan reflexionar y elaborar sus propios juicios críticos,

independientemente de que exista o no interacción con los compañeros.

FLEXIBILIDAD

Capacidad de adaptación a diferentes situaciones, contextos o personas, en las que

se debe obtener un mínimo nivel de éxito, en función de los objetivos propuestos. El

alumno universitario posee esta competencia en la medida en que es capaz de aplicar

diversas habilidades o estrategias para adaptarse a las diferentes formas de enseñar de los

profesores con los que interactúa, cuando es capaz de realizar varias tareas a la vez, sin

demasiado esfuerzo, etc. Sin duda, esta es una competencia que requiere ser desarrollada

y afianzada en el perfil profesional que cada alumno está forjando en su etapa

universitaria.

TRABAJO EN EQUIPO
Conducta de un grupo en su conjunto, o bien conducta de un individuo en cuanto

que está influenciada por su pertenencia a un grupo. Supone la capacidad de organizar

diversas situaciones o problemas que se plantean, la capacidad de sentirse perteneciente

a un grupo y de participar en las tareas propuestas. El alumno universitario que posee esta

capacidad es capaz de organizar y dirigir reuniones de forma eficaz, además de trabajar de

forma autónoma para posteriormente aportar los resultados obtenidos a los del grupo.

INICIATIVA

Disponibilidad para asumir y llevar a cabo diferentes actividades. El alumno con

iniciativa es capaz de dar más de lo que el profesor le exige. Para que esta competencia se

desarrolle es preciso trabajar con técnicas didácticas que le planteen al alumno un reto al

que deba buscar posibles soluciones, tales como la participación en la clase magistral, el

análisis de documentos, o todas las técnicas que requieren de la colaboración de

compañeros para lograr los objetivos planteados.

PLANIFICACIÓN

Capacidad para analizar el trabajo a realizar, diseñando una estrategia adecuada

para lograr su consecución de una manera eficaz, sin desperdiciar recursos, tiempo o

esfuerzo. El alumno universitario debe organizar su trabajo a partir de los programas de

las diversas asignaturas y a partir del plan de trabajo planteado por el profesor.

INNOVACIÓN/CREATIVIDAD

Capacidad para crear nuevas posibilidades o soluciones ante un problema, según

líneas nuevas o no convencionales. Cuando un alumno universitario va más allá del

análisis de un problema e intenta poner en práctica una solución, se produce un cambio,

se está poniendo en marcha la capacidad de innovar, de crear algo nuevo o transformar las

posibilidades ya existentes, con un nuevo enfoque. Las estrategias metodológicas más


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adecuadas para desarrollar esta competencia son todas aquellas que le supongan al

alumno aplicar nuevos planteamientos y recursos para lograr la mejor solución, tales como

el trabajo por proyectos, el trabajo por problemas, etc. Podríamos destacar, en todo caso,

la lección magistral en la que el alumno tan sólo escucha y toma apuntes como aquella que

no favorece especialmente el desarrollo de esta competencia.

Consideraciones finales

➢ El sistema universitario peruano está sufriendo serios embates provenientes de los

cambios en el escenario nacional provocado por fenómenos internos y externos.

Cabe solucionar problemas de cierta gravedad a este respecto, como es el

financiamiento estudiantil y el que representa la insatisfactoria cobertura que aún

manifiesta la educación técnica superior en comparación al crecimiento en las

carreras universitarias tradicionales.

➢ Dentro de los factores externos, se ha mencionado en este trabajo la

internacionalización creciente del trabajo universitario, como asimismo el

profundo cambio tecnológico que está afectando lo comunicacional y los

instrumentos de enseñanza-aprendizaje a todo nivel. En este ámbito, la movilidad

internacional del trabajo, específicamente del trabajo a nivel profesional, impone

desafíos de significativa importancia a las universidades y a la calidad de estándar

internacional que logren incluir en su trabajo.

➢ En cada uno de ellos ha de primar la calidad en el hacer, puesto que existe una

enorme externalidad asociada al trabajo universitario que realiza cada institución,

y que se visualiza en la exposición internacional en el mundo de rápida

comunicación que se vive actualmente.

➢ Cada vez es menor el tiempo que nos falta para ver hecho realidad este proyecto de

convergencia europea, y cada vez es mayor la información de que disponemos


sobre cómo afrontar el reto que se nos plantea para cumplir con la misión de la

Universidad:

• Educar, formar e investigar.

• Formación integral de los alumnos.

• Formar profesionales competentes.

• Formar ciudadanos responsables.

• Formación cultural y ética.

• Función crítica.

➢ El propósito de este informe es, por un lado, contribuir a la concienciación del

cambio que supone para la función docente como artífice de la formación en

conocimientos y en competencias profesionales de los alumnos. Estos

planteamientos requieren de formación pedagógica por parte de los docentes.

Coincidimos en la necesidad de esta formación pedagógica, planteada como un

proyecto de formación permanente que debería ser apoyado y reconocido

institucionalmente del mismo modo que la función investigadora de los profesores

de universidad.

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