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EN EL CALVINISMO
La doctrina calvinista de la depravación total del hombre halla su fundamento en ciertos pasajes
de la Escritura, entre ellos:
• 1 Corintios 2:14 “…Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente…”
• Génesis 2:17 “…Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás…”
• Romanos 5:12 “…Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…”
• 2 Corintios 1:9 “…Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no
confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos…”
• Efesios 2:1-3 “…Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza
hijos de ira, lo mismo que los demás…”
• Efesios 2:12 “…En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo…”
• Jeremías 13:23 “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis
vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”
• Salmos 51:5 “…He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
• Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios…”
• Romanos 3:10-12 “…Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No
hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo
bueno, no hay ni siquiera uno…”
• Job 14:4 “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie”.
De acuerdo con el calvinismo clásico la depravación del hombre, como consecuencia de la
caída, es total. Él no posee libre albedrío, porque él está obligado a Satanás que lleva al hombre
cautivo a su voluntad. Todos los hombres nacen en este mundo espiritualmente muerto en
delitos y pecados. El hombre es depravado en el sentido de que está muerto, ciego, sordo,
imposible de enseñar y aprender las cosas de Dios y gobernado por Satanás a través de su
corazón perverso y alma corrupta. En consecuencia, se necesita mucho más que la asistencia
del Espíritu para traer un pecador a Cristo, se necesita la regeneración por la cual el Espíritu
hace que el pecador viva y le da una nueva naturaleza. La fe no es algo con que el hombre
contribuya a la salvación, sino que es en sí mismo una parte del don de la salvación de Dios. Es
el regalo de Dios para el pecador, no el don del pecador a Dios.
EN EL ARMINIANISMO
Aqui voy a extender un poco la exposicion ya que erroneamente se ha divulgado y formado
cual mito, que el Arminianismo postula la Depravacion Parcial, LO CUAL ES FALSO. Ya
vimos que la Depravacion Parcial la postula el Semi-pelagianismo, al igual que Calvino,
Arminio creía en la Total Depravación, pero en el sentido de que las personas están totalmente
separadas de Dios y que son incapaces de responder a Él sin la obra del Espíritu Santo que
convence y atrae. Al igual que Calvino, Arminio también condenó la teología Pelagiana (del
monje Pelagio del siglo quinto) que enseñaba que las personas nacen sin Pecado Original se
convierten en pecadores cuando cometen su primer pecado y tienen la habilidad en sí mismos
de responder a Dios. Por el contrario, Arminio creía que el Espíritu Santo trabajaba en los no
creyentes para abrir sus corazones al evangelio y responder con fe. Algunas veces a esto se le
llama Gracia Preveniente, Gracia Habilitante, o Gracia Pre-regenerativa.
Arminio y Arminianismo –
Una Introducción al
Arminianismo Clásico –
Capítulo I
Gabriel Edgardo Llugdar Uncategorized febrero 1, 2018 28 minutos
Capítulo 1
El Arminianismo clásico distinguido de los sistemas
Pelagiano y Semipelagiano
“Que ningún hombre vocifere contra el arminianismo a menos que
sepa lo que él significa” John Wesley
Pelagianismo
¿Qué es pelagianismo? El término deriva de Pelagio (360-420 d. C.),
teólogo y maestro británico muy popular en Roma, y notable debido
a su erudición y alto patrón moral. Pelagio era un hombre de
carácter impoluto, dotado de mucha austeridad y temperamento
equilibrado. No se sabe con certeza la fecha de su nacimiento y de su
muerte. Posiblemente, él haya sido un monje, aunque sean grandes
las incertidumbres en cuanto a algún monacato ejercido por él. Para
el erudito J.N.D. Kelly (1909-1997), Pelagio no perteneció a ninguna
orden religiosa. Sin embargo, Kelly atribuye a Pelagio el título de
monje (monachus) como designación connotativa de “siervo de
Dios.” [KEELY, J.N.D. Patrística, 1994] “Sus doctrinas fueron
expuestas primero en Roma, de 409 a 411 d.C. Él elaboró un sistema
doctrinal controvertido incluyendo la defensa de la voluntad humana
como siendo libre para escoger el bien, y la negación del pecado
original. Para Pelagio, en lo que se refiere a la libre voluntad, Adán
no poseía una santidad positiva, o sea, originalmente Adán no estaba
en una condición de santidad o pecaminosidad, sino en un estado de
neutralidad pudiendo inclinarse libremente en cualquier dirección
que deseara, nos explica Louis Berkhof (1873-1957).[BERKHOF,
Luis. Teología Sistemática]
[1] [Pelagio se refiere al origen del alma. En su opinión, las almas son
creadas por Dios en el momento de la concepción. Esta teoría se
llama teoría creacionista. De acuerdo con esta teoría, el elemento
inmaterial constituyente del ser del hombre es creado directamente
por Dios. Es decir, siempre que haya la fecundación del óvulo por el
espermatozoide, Dios crea un alma nueva e intacta. Se opone a esta
teoría las teorías de la preexistencia y del traducianismo]
2. Semipelagianismo
En cuanto al sistema semipelagiano, su principal representante fue
el teólogo de la Alta Edad Media, Juan Cassiano (360-435). Cassiano
fue un monje del sur de la Galia responsable de la introducción del
monacato oriental en occidente. Después de la muerte de Agustín,
aquellos que lo habían apoyado en su embate contra Pelagio no
aceptaron sus doctrinas predestinacionistas y de la gracia
irresistible. Cassiano fue el más notable teólogo de su tiempo en
contestar las enseñanzas agustinas. De igual modo, se oponía al
pelagianismo. El uso de la terminología “semipelagianismo” indica la
adición de una forma modificada del sistema teológico pensado por
Pelagio. Sin embargo, tal término es inexacto. Para González,
“En este estado [de caída], el libre albedrío del hombre está herido,
mutilado, enfermo, curvado y debilitado para la realización de
cualquier bien verdadero […] está preso, destruido, y perdido. Sus
habilidades están debilitadas y son inútiles a menos que sea [el
hombre] asistido y estimulado por la gracia divina.” [ARMINIUS,
vol. 1, p. 384]
Conclusión
En cuanto a lo que se ha dicho hasta entonces, comprendemos que
son frívolas las acusaciones hechas contra Arminio y su teología
cuando son equiparados, o aproximados, al pelagianismo y al
semipelagianismo. Las premisas teológicas de las partes
involucradas son antagónicas.