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Resultados exponenciales.

Más allá de cualquier competencia, es importante comprender qué dilemas traen


aparejados un cambio de consciencia. En los módulos anteriores, ahondamos en la
importancia de la responsabilidad y la toma de consciencia para interrogarnos
acerca del qué queremos ser. Ahora llegó el momento de aprender a enfrentarnos al
cambio. 

Resultados exponenciales. El dilema del cambio. Redes profesionales.

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Resultados exponenciales. El dilema del cambio.


Redes profesionales.

Una charla Tedx que nos adentra al


mundo de los hábitos y su
incorporación. Un resumen de una
investigación llevada adelante en
Guatemala 

A veces es posible que la sola declaración de cambio no alcance para producirlo.


En este espacio entre el deseo de cambiar y las acciones que efectivamente
somos capaces de emprender, ocupan lugar los hábitos.   En el año 2007,
Stephen Covey publicaba uno de los best seller que nos adentraba en el mundo
de los hábitos “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”. En el mismo, el
autor planteaba la idea de que un hábito se cambia por otro hábito. El tiempo
que nos lleva generar un hábito depende tanto de la disciplina que seamos
capaces de sostener con voluntad y esfuerzo, como del desafío. Aquellos que
han experimentado hacer ejercicios, saben que luego de tres o cuatro semanas
comienzan a sentir que les motiva haber regresado al gym  y, posteriormente,
luego de tres meses, podrán decir que la rutina del gym se hace necesaria. 
Para otros desafíos, como por ejemplo controlar la violencia, la ciencia ha
identificado los beneficios de las técnicas de respiración consciente. Estas
técnicas son milenarias y suelen dar sus resultados efectivos posteriores a los
ocho meses. Mindfulness es la técnica más difundida en la actualidad. 

A continuación, se presenta un video sobre el mundo de los hábitos y los


caminos alternativos para cambiarlos o incorporarlos. 

El foco en el centro de influencia, donde somos los protagonistas no las


víctimas. ¿Qué estrategias podemos considerar para emprender un cambio o
incorporación de hábitos?

Video 1. Atrévete a cambiar un hábito

Atrévete a cambiar un hábito | Yesid Barrera | TEDxUFM


Fuente: Yesid Barrera [TEDx Talks.] (6 de febrero de 2015). Atrévete a cambiar un hábito. [YouTube]. Recuperado de

https://www.youtube.com/watch?v=fE8y9V-XyWw 

Visto el video, ¿qué crees que necesitas para cambiar?

Nuestros modelos mentales poseen un mecanismo interno de autopreservación.


Para comprender mejor lo mencionado, pensemos en el funcionamiento de un
termostato. El mismo, enciende la calefacción cuando determinados grados
bajan demasiado o enciende el aire acondicionado cuando, por el contrario, los
grados suben lo suficiente. En ambos casos se encienden para uno u otro
sentido, según necesitemos, es decir, ambos aseguran tener una constante en
temperatura automáticamente. 

Ahora bien, los seres humanos también actuamos automáticamente, aunque no


seamos conscientes de ello, para mantener ciertas formas, justamente,
constantes en nuestras vidas. Sin embargo, el problema surge si en alguna
oportunidad el termostato queda pegado para uno u otro lugar, frio o calor, ya
que comenzaríamos a sentirnos incómodos. Lo mismo ocurre cuando tenemos
un modelo mental fijado y llevamos con éste una conducta improductiva.

Pensemos otro ejemplo: si intentáramos caminar distribuyendo el peso


equitativamente en ambos pies no podríamos hacerlo. Para poder avanzar,
necesitamos depositar el peso en uno de los pies, elevar el otro y así no caernos;
esa equivalencia entre movimiento y desequilibrio se hace evidente. 
Con esto queremos representar que para poder avanzar es necesario abandonar
la seguridad de estar en equilibrio. Para ello, es importante comprender el
sistema, el impacto de la posible acción. Solo tener buenas intenciones no será
suficiente para intentar cambiar algo. Cada vez que buscamos generar un
cambio, nos enfrentaremos a la antagónica decisión de conservarlo. El primer
gran desafío, será descubrir las fuerzas internas que no nos impulsan a cambiar
y que son, en gran medida, fuente de sufrimiento para muchos.

Hay una idea que rige este dilema de cambio y no cambio y es que todo lo que
uno hace, lo hace por algo. Muchas veces estas razones son conscientes y
elegidas, pero otras son inconscientes y automáticas.

Como plantea Rainer Maria Rilke (citado en Kofman, 2001, p. 24): “Quienquiera que seas, alguna noche da un
paso y sal de tu casa, que conoces tan bien. Allí está el espacio enorme, tu casa yace donde él comienza”. 

A continuación, propondremos un ejercicio que nos ayudará, a través de un método autoexploratorio, a


afrontar el desafío de cambiar.

1 ¿Qué aspectos de tu vida te impiden ser más efectivo, conectarte mejor con los demás y
sentirte más satisfecho como persona?

2 ¿Qué valores o convicciones se desprenden de la respuesta anterior?

"Creo firmemente que…" o "valoro…".

"Estoy comprometido con crear un entorno en el que prevalezca…".


3 ¿Qué actos llevas a cabo, o no, que impidan que priorices tus valores y principios? ¿Qué
acciones llevas adelante en contra de tus compromisos?

4 Cuando consideras cambiar, respecto de lo que respondiste anteriormente, ¿sientes temor o


preocupación por algo? ¿Qué crees que podría suceder?

5 ¿Qué aspiraciones o compromisos escondes detrás del miedo?

"Estoy preocupado por impedir que… eso indica que aspiro a…".

"Mi temor o miedo a…nace de mi compromiso con…".

6 Si estamos ante una negación, como por ejemplo: “estoy comprometido con no aparecer como
un ignorante frente a mi profesor”, se recomienda cambiar la negación, a lo que obtendríamos:
“supongo que si pareciera un ignorante frente a mi profesor…”. Si la frase está en positivo,
entonces escribimos el negativo. Completado este punto, es momento de preguntarse ¿cómo
te sentirías entonces?

7 Debemos ver a los supuestos como hipótesis que nosotros mismos apoyamos, en vez de
verdades que nos sustentan. Algunas prácticas para lograrlo son:

a. Buscar grietas en los supuestos, es decir, situaciones que los pongan en duda o
descubriendo condiciones para que sean válidos.
b. Diseñar y llevar a cabo un sencillo experimento para probar el supuesto.
c. Explorar la historia del supuesto que antes era incuestionable.

Los hábitos suelen ser una fuente de eficiencia para economizar; la mente se habitúa a pensar a partir de
supuestos fundamentales. Buscamos, por ejemplo, un buzo perdido de manera persistente, porque
sabemos que las cosas no desaparecen en el aire, sino que debe estar en algún lugar. Toda explicación
razonable que podamos considerar será tenida en cuenta y, por consecuencia, será descartada aquella que
no se vea razonable.
La transformación de un modelo mental comienza por investigar las verdades dogmáticas que lo sostienen.
Si nos retomamos a las lecturas del módulo 3 recordaremos que nuestras experiencias no son la verdad de
lo que pasa, sino lo que interpretamos que nos pasa. Tal como plantea el neurofisiólogo Donal Hebb (citado
en Kofman, 2001, p. 15): “El mundo real es una construcción, y algunas peculiaridades del pensamiento
científico se hacen más inteligibles cuando este hecho es reconocido”.

La distinción está entre el mundo y nuestra experiencia y visión del mismo. Todo inicio de transformación se
despierta cuando somos capaces de ver los supuestos como lo que son y ponerlos siempre a revisión y
examen.

Tabla 1. Verdades dogmáticas y supuestos cuestionables

Verdades dogmáticas Supuestos cuestionables

Producidas automáticamente. Producidos con cuidado y reflexión.

No intencionales. Crean dudas saludables.

Estamos sujetos a ellas. Sirven de palanca para cambiar.

Crean certidumbre de la realidad percibida. Proponen revisar y convalidar.

Permiten modificar nuestra interpretación


Sustentan el sistema de no cambio. sobre el mundo, en función de nuestras
necesidades e intereses.

Amenazan con terribles consecuencias.

Mantienen una perspectiva del mundo


congelada.
Fuente: Elaboración propia

Cómo afrontar el cambio en tiempos de


redes sociales
Estos mismos supuestos, en ocasiones nos sesgan y no nos permiten pensar distinto. Por lo tanto, también
nos impiden construir redes sociales potentes que nos habiliten a hacer más en conjunto con otros. Al
parecer, la idea actual sobre hacer y aprender con otros puede parecer cursi, casi una utopía, pero si le
echamos de cerca un vistazo es posible que descubramos que, desde los inicios de la humanidad, el
hombre ha construido comunidades, se ha movido en colectivos para organizarse, cazar, cultivar, festejar, y
avanzar. 

Con la aparición de las redes sociales y la virtualidad pareciera que algunos individuos, en lugar de acercarse
a comunidades y con ello hacer más poderosos sus círculos de influencia, se alejan de otros y pierden la
capacidad para entablar conversaciones poderosas.  

Cuando hablamos de conversaciones poderosas nos referimos a aquellas que nos habilitan a expandir
nuestro círculo de influencias, con las que logramos mejores resultados y con las que nos sentimos más
plenos con nosotros mismos. 

Vivimos en la actualidad la mayor crisis de sentido que hemos experimentado en el mundo occidental,
debido a la inmediatez por obtener lo que queremos y a las ganas de vivir con comodidades sin entender
demasiado como obtenerlas y los costos que ellas implican. El ocio se instala como una forma de
distracción para no ocuparnos de vacíos que experimentamos, aumentando niveles de ansiedad, miedo, y
finalmente sin sentido. Usamos el lenguaje economizando no solo palabras sino también sentidos. La
palabra, con ella el lenguaje, nace frente a la necesidad de coordinar acciones con otros. 

Hoy en día usamos diversos canales disponiendo la palabra, la internet ha liberado la conectividad y ha
acrecentado la vinculación, creando modelos conversacionales que condicionan la calidad de
conversaciones que tenemos con otros. Así vivimos más conectados paradójicamente desconectados, ya
que nuestras conversaciones, son precarias en ocasiones. Tanto en el dominio personal como profesional.
Afrontando incompetencias sobre temas difíciles como son la equidad en las organizaciones, la libertad, la
responsabilidad, el poder, etcétera. Nos resulta complejo trazar mapas conversacionales con sentidos que
sirvan como escultores de decisiones que modelan el tipo de ser humano que queremos ser. Asumiendo el
protagonismo que esto implica.

El camino de construir el devenir profesional y, también, la vida personal, implica necesariamente


planificación, si lo que buscamos es construir responsablemente oportunidades. Así, alguien que planifica
tener una pareja no lo/a elige en la primera oportunidad que se presenta, sino que busca características en
el otro/a que sean similares a sí mismo. Por ello, quienes solo se dejan llevar por la atracción inmediata
probablemente paguen más tarde los costos de no haber tomado las precauciones necesarias, como son
los problemas emocionales de las rupturas.   Lo mismo sucede con los amigos que, a diferencia de la
familia, son relaciones que uno si puede elegir y que, por lo tanto, remite a hacer uso de la libertad con
responsabilidad.

Sin compromiso, la relación con uno mismo y con los otros no tiene lugar posible.

Imaginarnos que vivimos nuestro propio mundo es tan falaz como querer convencernos de que todo será
posible. Muchas veces creemos que somos producto de lo que queremos, descuidando que llegamos a este
mundo a familias que ya estaban constituidas, con creencias y costumbres que nos fueron modelando.
Nuestras historias, nuestros aprendizajes, nuestras elecciones y las interacciones que llevamos con
diferentes sistemas nos van formando poco a poco. La capacidad de construir redes nos habilita
posibilidades y, al mismo tiempo, las restringe. 

En este sentido, el mundo de las redes sociales es un mundo peculiar que nos sumerge en experiencias que
en ocasiones se tornan falsas. En redes sociales como Instagram o Facebook nos resulta difícil discernir a
ciencia cierta la realidad, ya que se nos presentan entornos que aparentan ser de felicidad plena. En
ocasiones, la necesidad de publicar la vida como nos gustaría que fuera nos lleva a seleccionar algunos
fragmentos de ella y caemos en la trampa de imaginar realidades utópicamente perfectas. 

Por otra parte, las redes profesionales nos brindan otro tipo de oportunidades. Las mismas, aparecieron en
el mercado para quedarse, y poco a poco están generando una guerra de talentos, lo que las hará más
ávidas de ser consultadas. Estas redes permiten no solo encontrar posibilidades laborales, sino también
contactar a inversores y socios. 
A continuación, se presentan algunas redes profesionales:

LinkedIn

Permite cargar el perfil profesional, descargar artículos de personas e instituciones posicionadas y
conectar con posibilidades laborales.

Viadeo

Brinda la posibilidad de mostrar el curriculum vitae online, participar en grupos de antiguos alumnos,
emprendedores, etc. 

Xing

Es una plataforma de networking que, justamente, permite gestionar contactos y establecer relaciones
entre profesionales de diversos sectores. Fue creada en Alemania en el año 2003. En un principio su
nombre era OpenBc, pero en 2006 se modificó al nombre al actual.

About.me

Se trata de una especie de tarjeta personal online ya que unifica todos los vínculos de cuentas de redes
sociales y otros sitios web (por ejemplo, un blog) en una sola presentación. El objetivo de esta red social es
que los usuarios consoliden su marca personal.  
Friendsandjob

Funciona de manera similar a LinkedIn, incluso permite desarrollar blogs personales. Al igual que About.me,
el punto fuerte de esta red es el personal branding. Tiene por objetivo que graduados y estudiantes se
contacten con organizaciones, empresas y otros profesionales.

Womenalia

Se trata de la primera red social de networking para mujeres profesionales. El objetivo es hacer visible el
talento femenino en el mundo de los negocios. Fue fundada en septiembre de 2011 por María Gómez del
Pozuelo, Elena Gómez del Pozuelo, Juan José Azcárate y Concha Mayoral.

Universia

A diferencia de las mencionadas anteriormente, esta red social está conformada por universidades,
estudiantes y profesores. Fue creada en el año 2000 bajo el patrocinio de Banco Santander. Actualmente es
la red de universidades más grande de Iberoamérica.

Yammer

Es conocida como “Twitter de las empresas”, ya que es una red de microblogging y permite la interacción
instantánea entre sus miembros. Por medio de esta interacción se busca mejorar la productividad y
aumentar el trabajo colaborativo.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar a Twitter, ya que, entre otras funcionalidades, permite la
vinculación entre profesionales. 

De esta forma, a través de la conexión del mundo digital y de las posibilidades que nos brindan las
tecnologías, podemos abrirnos al mundo. Sin embargo, también existe un mundo más inmediato y cotidiano
que es la universidad, el club, el barrio, los colegios a donde fuimos, etc., en donde podemos crear una red
de contactos para beneficiarnos o aprovechar las oportunidades. Allí, las competencias que estarán en
juego no solo serán las de manejo digital, sino, y sin lugar a dudas, las conversacionales y las de empatía. Es
importante tener en cuenta que estas competencias no implican ser carismático para caer en aceptación,
sino ser confiables.

Confiar y ser confiables son dos caras de la misma moneda, buscar en otros la confianza es un camino que
implica también construirla en nosotros primero. El camino del devenir auténtico es quizás uno de los
caminos más duros que tenemos los seres humanos en la era de la distracción y la apariencia. La falta de
autenticidad implica la disolución de uno mismo. Algunos confunden la autenticidad con ser sinceros e
interpretan bajo ese nombre el derecho de decir lo que piensan sin medir el impacto que ello causa. Otros
más especuladores, prefieren ser políticamente correctos y pagan el precio de no ser transparentes, es
decir, no logan ser confiables porque entre lo que dicen, piensan y hacen hay grandes diferencias o
incoherencias.

El camino de decir lo que pensamos es un camino de autorrealización, integración y plenitud. Ahora bien,
esto no implica decir tal cual lo que pensamos, puesto que ello es un rústico diamante sin pulir, que nos
hace pagar en ocasiones grandes precios, relaciones y oportunidades. La sinceridad tiene que ver con decir
lo que pensamos y sentimos pero mejorando nuestro lenguaje, de manera que, al hacerlo público, seamos
conscientes de que podemos dañar. No es lo mismo decir: “me haces sentir un inútil siempre que hablas”,
que decir: “cada vez que dices eso, no puedo dejar de sentirme inútil”. 

De esta forma, el otro puede escuchar que es nuestro problema, que de hecho lo es, pero también puede
elegir corregir la forma en la que dice lo que dice, si es que asume la corresponsabilidad que implica
conversar y estrechar una relación. Lo mismo sucede, en consecuencia, con aquello que decimos. En la era
en donde detrás de seudónimos aparecen declaraciones que no buscan resolver sino aumentar el conflicto,
muchas veces tomamos sin verificación elementos o declaraciones falsas de otros u oportunidades que,
sin más, solo desprestigian personas, instituciones, etc.
Ser confiables significa ser responsablemente coherentes entre lo que decimos y hacemos. También
implica replantearnos si nos queremos quedar en lugares donde nos sintamos parte, o bien no coincidan
nuestros valores. 

Todos somos parte responsable de la construcción de redes conversacionales haciendo o dejando de hacer.
Lo que publicamos o lo que no, lo que decimos, lo que callamos, nos permiten generar confianza, es decir,
ser confiables y poder confiar, sin ser ingenuos. No planteamos un mundo ideal, sino un mundo adulto.

No es posible, aun cuando lo deseemos, soltar la responsabilidad de introducirnos en el mundo profesional


y, como adultos, en una sociedad, pretendiendo sacar solo el usufructo de las oportunidades, sin que
formemos parte. Somos corresponsables de la sustentabilidad de las relaciones, de las instituciones, de las
organizaciones. Comprometernos con las interacciones humanas en cada sistema nos hace ser mejores
seres humanos, hacer realidad organizaciones profesionales más sustentables, más conscientes, más
humanas; ciudades, provincias y un país más coherente y colectivamente consciente de su lugar en el
mundo. No podemos pretender crear redes sin el esfuerzo de producir con ellas acciones sanas, cuidadosas
del medio y de otros seres humanos. Indefectiblemente llegará un momento en que quedarán al desnudo las
incompetencias profesionales y personales que tenemos porque no fuimos capaces de asumirlas para
aprender y ser mejores. 

Las redes profesionales son redes conversacionales que ponen en evidencia nuestras capacidades,
talentos y saberes, al servicio de nosotros mismos y de otros.Las redes, independientemente de su origen,
solo son provechosas si las usamos con consciencia, al servicio y no como esclavitud de segmentos que
solo garantizan la pérdida de autenticidad. No somos ni seremos nunca nuestros currículos, nuestras
fotografías, ellos solo representan recorridos que narramos, vivencias que experimentamos, pero no somos
eso; sino que es una parte de lo que somos y, sobre todo, lo que con ello podemos llegar a ser.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Kofma, F. (2001). El dilema del cambio. En Kofman, F. (2001). Metamanagment. [Tomo 3] “Filosofia”. Buenos
Aires, AR: Granica.

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