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Cuando se me viene la palabra “utopía” a la mente, se me viene una serie de palabras agradables,
por así decirlo, o tranquilizantes, bellas, positivas, etc. Como utopía se denomina la idea, ideación o
representación de una civilización ideal, fantástica, imaginaria e irrealizable, paralela o alternativa al
mundo actual. En este sentido, como utopía también se puede considerar un modo optimista de
concebir cómo nos gustaría que fuera el mundo y las cosas.
Ahora si me preguntan a mí, que es lo que yo considero como utópico, lo considero como un escape
para la mente, para las personas, un escape de los problemas que uno tiene que enfrentar en el día a
día o acaso no se han cuestionado por qué no hay problemas dentro de la utopía? Peleas? violencia?
Porque estamos en el lugar perfecto, nos desestresamos cundo pensamos en eso, lo soñamos, lo
anhelamos, hasta idealizamos cosas que son imposibles, un ejemplo claro de esto es la abadía de
thelema dentro de la obra de Rebelais, estamos ante un sitio sin muros protectores, porque donde se
presentan éstos siempre habrá envidias, chismes y mudas conspiraciones. Un lugar donde no hay
relojes ni horarios ni trabajo obligatorio. Y en el cual hombres y mujeres viven ajenos a cualquier
manipulación relacionada con el poder. Amor libre, alergia a todo tipo de gobierno, juegos y
múltiples lecturas, higiene perfecta y, sobre todo, risas son otras de las características que goza la
abadía de Gargantúa y Pantagruel. Claro está que allí hay algunas prohibiciones. A la abadía no
pueden entrar los hipócritas, los tramposos y corruptos; ni los beatos, los retrógrados y los
ampulosos; ni los papanatas y aguafiestas. Se acepta todo lo bueno, claramente y se deja de lado lo
malo. La verdad que me gustaría mucho estar en este lugar, me hace acordar a cuando me acuesto
todas las noches a dormir y tengo una serie de sueños, algunos de los cuales no quisiera despertar
nunca y quisiera que esa fuera mi realidad pura. El Locus amenus dentro del Decamerón, otro lugar
perfecto, el Valle de las Damas, además de ser perfecto, se encuentran los seres perfectos y con esto
me refiero a las mujeres, demás esta aclarar esto. El valle donde los jóvenes, se trasladan podemos
encontrar multitud de símbolos de este proceso de regeneración y purificación que experimentan los
mismos (los vivaces laureles y los bellos árboles como símbolo de fecundidad, que recuerda que a
una gran mortandad le sigue una época de bonanza y felicidad, o el bello lago, símbolo de
purificación, ya que Jesús se bautizó en un lago y el bautismo en la tradición cristiana es el perdón de
todos los pecados). El Valle de las Damas, un idílico y bello lugar concebido para el disfrute y deleite.