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La Línea Negra (o Lección de Humildad).

Lección intermedia

Hace miles de millones de años, nació el Sol, una de


las millones de estrellas que forman nuestra galaxia,
la Vía Láctea. Nuestra galaxia es parte de trillones
de galaxias que giran en el espacio y que forman
parte del Universo.

El Sol no es la estrella más grande ni la más


pequeña, pero para nosotros es la más importante,
ya que sin su luz y su calor no podría haber vida
en nuestro planeta Tierra.

(Se comienza a estirar la tela).

¿Recordáis cómo hace miles de millones de años


nuestra Tierra aún era una gran bola de fuego
rodeada de nubes de polvo y gases que giraban
continuamente? ¿Y os acordáis cómo estaba tan
caliente que no podía existir ni un ser vivo sobre
ella, ni plantas, ni animales, ni personas?
Gruesas capas de nubes de vapor, polvo y gases
escondían al Sol. (extender un cuarto). Pasaron miles de
millones de años y gradualmente la Tierra comenzó
a enfriarse, se inició la formación de una corteza de
rocas que poco a poco empezó a encogerse, arrugarse
como una manzana vieja, formando así los valles,
las montañas y el fondo del océano. Esas primeras
rocas, debido al calor y a la presión de unas contra
otras, se empezaron a transformar. Las nubes se
dividieron y la lluvia cayó a torrentes sobre la
Tierra ya fría, llenando las cavidades de los océanos
y llevando por los ríos pequeños pedacitos de rocas
calcáreas hasta depositarlas en el fondo del mar.
Si se hubieran mantenido así muchos
(Tres cuartos).

años (unos 600 millones de años), el agua y la


tierra sin vida se hubieran vuelto a unir en un
lodazal, de no aparecer al rescate entonces unos seres
que se dedicaban a tomar el agua llena de sales
venenosas, limpiando así los océanos de tal manera
que permitieron la aparición de otros tipos de
animales que a su vez, ayudaron a seguir purificando
el agua: los trilobites y los nautilus. Estos nuevos
seres eran tan pequeños que aparentemente podrían
parecer poco importantes, pero aunque los
protozoarios se encontraban formados por una célula,
tenían la posibilidad de tomar miles de litros de
agua reproduciéndose de tal manera que llegaron a
formar un gran ejército de trabajadores. Este trabajo
lo siguen haciendo desde entonces sin cambio ni
rebelión. Al morir, sus cuerpos quedaron como
partículas sólidas de calcio depositadas donde ellos
habían vivido, entre la tierra y el agua, ayudando
así a la formación de los continentes.
Se sigue necesitando ayuda y aparecen entonces los
corales, pero como si hubieran puesto condiciones
para trabajar, se quedaron a vivir alejados de las
corrientes turbulentas de agua en las bocas de los
ríos y se dedicaron a la importante tarea de
mantener el equilibrio necesario en el agua de los
océanos sin moverse de su lugar. Mientras, en la
tierra no existía la vida, sólo pequeñísimos líquenes
aferrados a las piedras para subsistir.
Poco a poco el escenario comenzó a cambiar, los
continentes empezaron a emerger, los océanos a
disminuir, ya bastante preparados para permitir la
aparición de otras especies de animales que tendrían
cada una un trabajo especial que realizar.
Algunas plantas quedaron sobre la tierra más alta
y seca, pero como el aire estaba muy contaminado
estas primeras plantas fueron dotadas de una
sustancia verde llamada clorofila que les permitía
respirar el dióxido de carbono del aire y
transformarlo en el oxígeno necesario para que los
pequeños anfibios pudieran, al llegar a adultos, salir
del agua y vivir respirando el aire más puro de
nuestro planeta.
Ahora la Tierra era verde y cubierta de helechos,
hepáticas, y algunos árboles. Han pasado millones
de años.
Los mares, lagos y ríos se encontraban poblados de
peces de muchos tamaños, algunos desarrollaron
pulmones y se arrastraron a los charcos que había
en la tierra. El clima era húmedo y cálido, como en
los pantanos. A medida que las plantas morían
habiendo terminado su trabajo de purificar el aire, se
iban amontonando unas con otras apretándose,
formando así el carbón, el mismo que ahora nos
sirve para calentarnos, cocinar y para las industrias.
Los anfibios necesitaron comer, así es que los insectos
aparecieron en grandes cantidades.
Empezó a hacer cada vez más frío y la tierra
comenzó a secarse. Se formaron los glaciares y los
pantanos se convirtieron en desiertos. Era un
momento de crisis en nuestro planeta. Para sobrevivir
era necesario adaptarse o cambiar.
Los árboles de los pantanos se fueron cambiando
por coníferas que tienen semillas más duras.
Los grandes reptiles hicieron su aparición y sus
huevos, un poco más duros que los huevos de los
peces y de los anfibios, podían ser depositados en
tierra seca.
El clima se hizo más benigno.
Los ríos encerraron las montañas. Los dinosaurios,
de la familia de los reptiles, en lugar de arrastrarse
sobre el vientre, se levantaron y caminaron a cuatro
o dos patas, algunos regresaron a la vida en el
agua.
Han pasado millones de años.
Nuevamente el clima se ha hecho húmedo y tibio.
Algunos de los dinosaurio herbívoros habían crecido
muchísimo, desarrollando pieles muy resistentes, como
armaduras, que los protegían de sus familiares
carnívoros. Otros dinosaurios desarrollaron alas y
aprendieron a volar. Aparecen en escena las
primeras aves, animales de sangre caliente que cuidan
más a sus crías.
Las montañas vuelven a hacer su aparición. Se
inicia nuevamente una época de mucho frío y
aparecen por primera vez las plantas con flores.
Cada vez hace más frío. Las aguas menos
profundas retroceden dejando a su paso desiertos.
Uno a uno comienzan a desaparecer para siempre
los grandes reptiles, cuyo trabajo ya no es necesario.
Han pasado aproximadamente 2.000 millones de
años.
El escenario cambia nuevamente, las tierras más
altas, ahora son bajas, el clima frío se vuelve
caliente y húmedo. Densos bosques tropicales cubrían
la mayor parte de las tierras bajas. Los pocos
supervivientes de los reptiles ahora tienen poco
trabajo. Los papeles principales son de las aves y
los mamíferos. Estos últimos, seres más evolucionados,
traen a sus crías vivas al mundo y las cuidan con
gran amor hasta que son capaces de hacerlo por sí
mismas.
El planeta se ha preparado para recibir a seres con
necesidades más delicadas. Su tierra es rica en
sustancias orgánicas para su alimento; pastos, y
espigas forman la alfombra para su pastoreo.
Nuevos árboles y plantas se han desarrollado
propagándose por semillas en vez de esporas y bellas
flores aparecen adorando el nuevo hogar vital. La
ayuda de tribus voladoras para la fertilización se
asegura adoptando atractivos colores y aromas que
son llevados hasta muy lejos por el trabajo del
viento. Variedades sin fin para los diferentes gustos
tenían que ser consideradas, cada flor tuvo su amigo
especial entre los insectos.
La planta preparó el néctar y el insecto se embelleció
para la fiesta. La abeja agregó pelo como de
terciopelo a su abrigo y la mariposa brilló con
alegres colores y tonalidades en sus alas. La
colaboración era perfecta entre plantas y animales.
Las abejas acarreaban el polen en sus cuerpos
peludos para fertilizar las semillas de las flores que
visitaban recolectando su pago de cera y miel. Así
las necesidades de ambas fueron satisfechas sirviendo
a la vez a los más profundos propósitos de la
naturaleza.
El clima templado prevalecía en todas partes. La
Tierra debió haber estado verdaderamente hermosa, se
estremecía de expectación. Nuevos volcanes empezaron
a hacer erupción, trayendo a la superficie regalos
metálicos en abundancia para su futuro nuevo
poblador.
Algunas rocas al enfriarse se solidificaron en forma
de piedras preciosas: diamantes, zafiros, esmeraldas.
La resina de los árboles se transformó en ámbar
dentro del cual quedaron prensados y solidificados
algunos insectos. La temperatura se hizo más
variable, aparecieron valles templados mientras que
la nieve y el hielo cubrieron las altas montañas.
Un manto de hielo se esparció a cámara lenta
pulverizando a su paso la cima de las montañas y
cubriendo los continentes, dejando las tierras bien
fertilizadas.
Cuatro veces cambia drásticamente la vida en el
planeta, grandes masas de hielo se han formado y
cuatro veces se han derretido, una fría recepción para
el nuevo habitante (toda). La Tierra recibe a sus
nuevos hijos e hijas: los humanos. Este pedacito
chiquito rojo al final de la cinta, simboliza el tiempo
que los seres humanos hemos estado sobre la Tierra.
Todas las personas que alguna vez han vivido,
están contenidos en este poquito de tiempo.
¿Te das cuenta de qué poco tiempo ha pasado desde
que el ser humano aparece sobre la faz de la Tierra
hasta el día de hoy, comparado con todo el tiempo
que transcurrió y todo lo que sucedió para que el
ambiente estuviera preparado para ello?
Traducción Olga Dantus

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