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Karl Marx

(Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883) Pensador socialista y activista revolucionario de
origen alemán. Karl Marx procedía de una familia judía de clase media; su padre era un abogado
convertido recientemente al luteranismo. Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena,
doctorándose en filosofía por esta última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx quedaría
asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una concepción
materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura subyacente que
determina, en última instancia, fenómenos «superestructurales» como el orden social, político y cultural.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas
racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un
demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le
obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843). Por entonces estableció una duradera amistad
con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue
expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para
apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más
estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a
la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda
económica de Engels. Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de
«utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (particularmente, de autores
como Saint-Simon, Robert Owen o Charles Fourier). Tales pensadores se habían limitado a imaginar
cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del
convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas. Por el contrario, Marx y
Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido
y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la revolución (y
no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) sería la forma de acabar con la civilización
burguesa. En 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes,
Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica incendiaria
situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.

El capital

Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política


clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina
económica, que plasmó en El capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen
(1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en
orden los manuscritos preparados por Marx. Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo
humano produce valor, Marx señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la
plusvalía,es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge
la acumulación del capital. Denunciaba con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema
económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía. Sin
embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y
no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido
de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por
sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de
las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual
derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la
sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas
proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la revolución que daría paso al
socialismo.
En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de
carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la
historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque
revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el
desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de
producción.

También indicó Marx el objetivo último de la revolución socialista que esperaba: la emancipación definitiva
y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la
alienación de los trabajadores), completando así la emancipación meramente jurídica y política realizada
por la revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés). Sobre esa base, Marx apuntaba
hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y
fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del proletariado» tendría un carácter
meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el reforzamiento del poder estatal con la
nacionalización de los medios de producción, sino el paso (tan pronto como fuera posible) a la fase
comunista en la que, desaparecidas las contradicciones de clase, ya no sería necesario el poder
coercitivo del Estado.

La Primera Internacional

Marx fue, además, un incansable activista de la revolución obrera. Tras su militancia en la diminuta Liga
de los Comunistas (disuelta en 1852), se movió en los ambientes de los conspiradores revolucionarios
exiliados hasta que, en 1864, la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) le dio la
oportunidad de impregnar al movimiento obrero mundial de sus ideas socialistas.

En el seno de aquella Primera Internacional, gran parte de sus energías las absorbió la lucha contra el
moderado sindicalismo de los obreros británicos y contra las tendencias anarquistas continentales
representadas por Pierre Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin. Marx triunfó e impuso su doctrina como línea
oficial de la Internacional, si bien ésta acabaría por hundirse como efecto combinado de las divisiones
internas y de la represión desatada por los gobiernos europeos a raíz de la revolución de la Comuna de
París (1870).

Retirado desde entonces de la actividad política, Marx siguió ejerciendo su influencia a través de sus
discípulos alemanes, como August Bebel o Wilhelm Liebknecht; desde su creación en 1875, ambos
fueron figuras de peso en el Partido Socialdemócrata Alemán, grupo dominante de la Segunda
Internacional que, bajo inspiración decididamente marxista, se fundó en 1889. Muerto ya Marx, Engels
asumió el liderazgo moral de aquel movimiento y la influencia ideológica de ambos siguió siendo
determinante durante un siglo.

Sin embargo, el empeño vital de Marx había sido el de criticar el orden burgués y preparar su destrucción
revolucionaria, evitando caer en las ensoñaciones idealistas de las que acusaba a los visionarios
utópicos; por ello no dijo apenas nada sobre el modo en que debían organizarse el Estado y la economía
socialistas una vez conquistado el poder, dando lugar a interpretaciones muy diversas entre sus adeptos.
Dichos seguidores se escindieron entre una rama socialdemócrata cada vez más orientada a la lucha
parlamentaria y a la defensa de mejoras graduales salvaguardando las libertades políticas individuales
(Karl Kautsky, Eduard Bernstein, Friedrich Ebert) y una rama comunista que dio lugar a la Revolución
bolchevique en Rusia y al establecimiento de Estados socialistas con economía planificada y dictadura de
partido único (Lenin y Stalin en la URSS y Mao Tse-tung en China).
Pensamiento

En 1864 pasó a ocupar un puesto destacado en la Asociación Internacional de Trabajadores, de reciente


creación; puesto que abandonó cuando el fracaso de la Commune de Paris, y la oposición interna de los
grupos anarquistas acaudillados por Bakunin le hicieron creer inútil la persistencia en la lucha.

Karl Marx, discípulo de Ricardo, vive la primera gran crisis del capitalismo industrial en la década de 1830
y la consecuente crisis política de 1848. Tiene por tanto que dar una explicación de esas convulsiones.
La teoría que elabora predice la evolución socioeconómica futura e invita a los trabajadores a participar
activamente acelerando la transformación del sistema.

Partiendo de la teoría ricardiana del valor-trabajo, deduce que el salario percibido por los trabajadores es
exactamente el coste de producirlo. La plusvalía es la diferencia entre el valor de las mercancías
producidas y el valor de la fuerza de trabajo que se haya utilizado. Las relaciones de producción en el
sistema capitalista y la superestructura jurídica que emana de ellas determinan que la plusvalía sea
apropiada por la clase burguesa, los propietarios de los medios de producción. Las fuerzas del sistema
empujan a la clase dominante a una continua acumulación de capital lo que provoca la disminución de la
tasa de beneficios a la vez que la concentración del capital en muy pocas manos. La progresiva
mecanización crea un permanente ejército industrial de reserva que mantiene los salarios al borde de la
depauperación. La contradicción entre la concentración de capital en pocas manos y la organización por
la industria de masivas estructuras disciplinadas de trabajadores provocará necesariamente el estallido
de la revolución social y la "expropiación de los expropiadores".

Aportaciones a la economía
Marxismo: Doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y sus seguidores,
indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo.

Concepto

Se entiende por marxismo:

1. El pensamiento de Marx: que incluye un método, una serie de supuestos, un conjunto de ideas de muy
diversa índole y numerosas reglas de aplicación tanto teóricas como prácticas.

2. Un grupo de doctrinas filosóficas, sociales, económicas, políticas, etc. fundadas en una interpretación
del marxismo. Este grupo de doctrinas adquirió forma definida en Engels (1820-1895) y fue transformado
por Lenin dando origen al llamado "marxismo ortodoxo".

3. Métodos doctrinas e ideales políticos adoptados en varios países y por numerosos grupos en la época
de la lucha contra el imperialismo y el colonialismo. 4. Incluso se ha llamado marxismo todo programa
revolucionario.

Historia

El marxismo tiene su origen en la obra de Marx (1818-1883) . Marx pretendía desvelar las leyes
inherentes al desarrollo del capitalismo. Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de
producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una
clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Las ramificaciones de la doctrina marxista
podemos encontrarlas en ámbitos filosóficos, económicos, históricos, políticos y de la mayoría de las
ciencias sociales. Ningún otro teórico ha sido tan estudiado y tan discutido durante el siglo XX como Karl
Marx. La razón de este interés está lejos de ser exclusivamente académica. Ningún otro pensador
moderno ha tenido tanta influencia sobre los movimientos políticos y sociales.

Conceptos

El marxismo es el reconocimiento de las relaciones de dominación de capitalistas sobre obreros


asalariados desde el punto de vista de los dominados. Se trata de un reconocimiento, una toma de
conciencia de una situación dada, que se percibe, es decir que aparece a la conciencia de los que la
reconocen en su práctica social diaria, en su interacción social.. Dicho reconocimiento ó percepción de la
realidad se da en forma de manifestaciones de dominación de los propietarios de los medios de
producción, sobre los desposeídos; de modo que estos perciben, de uno u otro modo, que la capacidad
productiva de la sociedad no está al servicio de la sociedad entera, ó lo que es lo mismo; que de un modo
u otro, los propietarios de los medios de producción, utilizan su poder sobre estos medios para
dominarlos socialmente, para mantenerlos en la escasez, independientemente de las posibilidades
productivas de los medios de producción. Se trata de un reconocimiento que sólo es posible desde el
punto de vista de los dominados, que son los únicos que pueden percibir su situación de dominados, y
por tanto reconocerse como dominados, por lo que “ser marxista” es reconocerse como dominado en una
estructura social dada, de una determinada relación de dominación (capital-trabajo asalariado,
imperialismo-países pobres), cuya irreductibilidad a otros tipos de dominación (hombres sobre mujeres,
blancos sobre negros, etc.) da continuidad a dicho reconocimiento en sus cambios de forma (así, por
ejemplo, la dominación de países ricos sobre pobres tiene una continuidad respecto a la de capitalistas
sobre obreros asalariados, pero no la tiene, en principio, con respecto a la dominación de hombres sobre
mujeres). Se trata de una situación que en principio sólo se reconoce subjetivamente, de forma instintiva,
ó si se quiere intuitiva; siendo la característica definitoria del marxismo, el hecho de que pasa del
reconocimiento subjetivo, de la percepción de estar dominado, al conocimiento objetivo de dicha relación
de dominación.. En otras palabras: el marxismo es el proceso que va del reconocimiento subjetivo de las
relaciones de dominación capital-trabajo asalariado, de su certeza “moral”, al conocimiento objetivo de
dicha relación de dominación, como un objeto existente independientemente de la conciencia, de la
subjetividad. Ahora bien, el conocimiento y reconocimiento de ser el dominado en una relación de
dominación no puede darse sin lucha, es decir sin oposición a esa situación de dominación. Un marxista
es pues, alguien que se reconoce como dominado por el capital, reconocimiento que solo se da en su
lucha contra el capital, del mismo modo que un teórico del marxismo, es aquel que se reconoce como
dominado a nivel teórico, “ideológico”, por la ideología que reproduce las relaciones de explotación y que
traban el conocimiento de la realidad de dicha relación. En otras palabras, que el marxismo es la teoría
científica que investiga la objetividad de las relaciones de dominación capital-trabajo asalariado en todas
sus formas, pero sólo en el interior de dicha relación, de forma inmanente a la misma, en la lucha
económica, política o teórica que esa dominación produce como sus manifestaciones; ó lo que es lo
mismo: el marxismo es la ciencia de la lucha de clase proletaria contra la explotación capitalista, en todas
sus formas, económica, política y teórica (ó ideológica). Interpretaciones e influencias del maxismo. La
compleja, y a veces confusa, obra de Marx, permitió que se produjeran interpretaciones dispares de la
misma: - Ya antes de 1914, la ortodoxia dominante, representada en Alemania por Karl Kautsky y que
defendía la inevitabilidad del colapso del capitalismo a través de la revolución, fue puesta en duda por
Eduard Bernstein, auténtico fundador de lo que vino a denominarse revisionismo. - Tras la Revolución
Rusa (1917), Lenin (1870-1924) añadió a la doctrina marxista una interpretación del imperialismo, una
teoría del Estado y los principios de la organización revolucionaria liderada por el partido; la formulación
de leninismo permitió hablar de una doctrina marxista-leninista. Las posteriores aportaciones hechas al
marxismo por Stalin (el estalinismo, que negaba la internacionalización de la revolución), Trotski (el
trotskismo, que preconizaba justo lo contrario), Mao Zedong (el maoísmo, que suponía la adaptación del
marxismo al Tercer Mundo) o Antonio Gramsci (que subrayó el papel de la ideología en una sociedad civil
para la construcción de una hegemonía política), se sumaron a las distintas interpretaciones que en el
siglo XX se hicieron del pensamiento de Marx. - Es especialmente importante su influencia en la Escuela
de Frankfurt (Ver Teoría Crítica): Adorno, Horkheimer, Marcuse, Habermas.

Materialismo dialéctico
El materialismo dialéctico es la ciencia que estudia las relaciones entre la conciencia y el mundo
material objetivo, las leyes más generales del movimiento y desarrollo de la naturaleza, de la
sociedad y del conocimiento. La filosofía del marxismo se llama materialismo dialéctico porque
constituye la unidad orgánica del materialismo y la dialéctica. Es materialista porque parte del
reconocimiento de la materia como base única del mundo, considerando la conciencia como una
propiedad de la materia altamente organizada, como una función del cerebro, como un reflejo
del mundo objetivo; es dialéctico porque reconoce la concatenación universal de los objetos y
fenómenos del mundo, el movimiento y desarrollo de éste como resultado de contradicciones
internas que actúan dentro de él. El materialismo dialéctico refleja las leyes más generales del
ser y la conciencia y constituye un sistema integral del conocimiento filosófico, una concepción
del mundo. Al mismo tiempo, en la medida en que esta concepción del mundo refleja
acertadamente las leyes de desarrollo del ser y la conciencia, se vuelve hacia la investigación
científica concreta, hacia la práctica revolucionaria que transforma el mundo, por lo cual la
filosofía marxista se muestra como método científico de conocimiento y de transformación del
mundo. La dialéctica marxista-leninista no se concibe sin la interpretación materialista de la
naturaleza, de la sociedad y del conocimiento. Fuera del materialismo consecuente no hay
dialéctica científica, que por su esencia es ajena al idealismo. La dialéctica científica descubre
estas fuerzas en el propio mundo material, en la contradicción interna de las cosas, y considera
el movimiento y el desarrollo de la materia como automovimiento y autodesarrollo. La
conciencia, secundaria con relación a la materia, es una propiedad de la materia altamente
organizada, surge en determinada fase de su desarrollo y se perfecciona en dependencia de la
práctica material de los hombres. El materialismo metafísico resulta inconsecuente, unilateral, y
por eso siempre condujo y conduce, en última instancia, a la necesidad de postular un primer
impulso, una fuente no material del movimiento, es decir, conduce al idealismo.

1._ El materialismo dialéctico parte del reconocimiento de la prioridad de la materia y del


carácter secundario de la conciencia, y considera que el mundo es la materia en movimiento. El
ser de la materia presenta un carácter abstracto. La materia no puede ser creada ni destruida:
es eterna e infinita. En la sucesión infinita de propiedades y formas relativas de existencia de la
materia se mantienen como permanentes sus formas universales de existencia, como son el
movimiento, el espacio y el tiempo. El mundo es la diversidad de formas de movimiento de la
materia, infinitas en el espacio y en el tiempo. El mundo ofrece un cuadro de diversidad
inagotable: la naturaleza inorgánica y orgánica, los fenómenos mecánicos, físicos y químicos, la
vida de las plantas y de los animales, la vida de la sociedad, el hombre y su conciencia. Pero,
con toda la infinitud de la diversidad cualitativa de las cosas y procesos que integran el mundo,
éste es único, por cuanto todo cuanto lo compone no es sino formas, clases y variedades
distintas de la materia en movimiento. En el mundo no hay ni puede haber nada más que
distintos estados de la materia, distintas propiedades, manifestaciones y relaciones de la misma.
La materia es lo que forma la unidad de todo el cuadro del mundo.

2._ El materialismo dialéctico parte del hecho de que el conocimiento es un reflejo del mundo en
la conciencia del hombre, inseparable del cambio del objeto de conocimiento en el curso de la
práctica social. Momentos iniciales de la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico son
la resolución materialista del problema de las relaciones entre el pensar y el ser y el
reconocimiento como base del proceso de conocimiento de la práctica social, la cual es la
interacción del hombre con el mundo que le rodea a través de las relaciones de los hombres
unos con otros en las condiciones históricas concretas de la vida social. El tipo fundamental de
práctica es la actividad productiva de los hombres, encaminada a la reproducción del proceso
material de su vida. La actividad práctica de los hombres afecta a todos los otros aspectos de la
vida social: lucha de clases dentro de la sociedad basada en la explotación, experimento
científico, etc. La práctica es base de la formación y desarrollo del conocimiento en todos sus
grados, fuente del saber, estímulo fundamental y meta del conocimiento, esfera de aplicación del
conocimiento, criterio de la verdad de los resultados del proceso de conocimiento y
"determinante de los vínculos del objeto con aquello que el hombre necesita" (Lenin)

3._ La dialéctica como ciencia de las formas y leyes generales de desarrollo del mundo objetivo
forma unidad inseparable con la lógica y con la teoría del conocimiento. Esta unidad tiene como
base objetiva la unidad de las leyes del ser y el pensar. La dialéctica, desarrollada sobre un
fundamento materialista, proporciona solución científica a problemas que antes eran aislados en
sectores apartados de la dialéctica: la lógica y la gnoseología. Refiriéndose a lo que es materia
de la filosofía del materialismo dialéctico y partiendo de las tesis de Engels, Lenin escribía que el
materialismo dialéctico no necesita de ninguna filosofía colocada sobre las otras ciencias. De la
filosofía anterior queda "la doctrina del pensamiento y de sus leyes, la lógica formal y la
dialéctica". Y la dialéctica, tal como la entendía Marx y de conformidad también con Hegel,
incluye lo que ahora se llama teoría del conocimiento, gnoseología, la cual debe examinar la
materia de que trata también históricamente, estudiando y generalizando el origen y el desarrollo
del conocimiento, el paso del no saber al saber."

4._ La dialéctica materialista es la doctrina de las leyes generales de desarrollo tanto del mundo
exterior como de la conciencia del hombre. Dichas leyes se reflejan y fijan en el sistema de
categorías, las cuales son los conceptos fundamentales generales y, al mismo tiempo, las
definiciones sustanciales de las formas del ser y de las relaciones de las cosas; las categorías
expresan las formas universales de generalización del ser y el conocimiento. Por cuanto todas
las categorías se hallan vinculadas recíprocamente y se encuentran en constante desarrollo, y
en su desarrollo se hallan subordinadas a las leyes fundamentales de la dialéctica, estas
últimas, a su vez, expresan las relaciones entre las categorías como aspectos generales y
relaciones entre las cosas. Así, por ejemplo, las relaciones entre contenido y forma, esencia y
fenómeno, necesidad y casualidad, representan, además de su carácter específico, la
manifestación de la ley de la unidad y lucha de contrarios. Las categorías, como resultado que
son del conocimiento del mundo objetivo, se convierten en premisa, y, en su conjunto, en
método universal de la investigación científica. Ahora bien, no todas las categorías, lo mismo
que no todas -las leyes, cumplen el mismo papel metodológico. Tales categorías como, por
ejemplo, causalidad, desarrollo, contradicción y ley, no son simplemente formas universales del
pensamiento humano, sino también principios fundamentales del conocimiento del mundo.

5._ El materialismo dialéctico, más que ninguna otra filosofía anterior o ahora existente, se halla
unido con lazos internos e irrompibles a las ciencias concretas; se apoya sólidamente en los
avances de estas últimas y proporciona a los investigadores el único método científico de
pensar, el método de conocimiento adecuado a las leyes del mundo objetivo. Es la
generalización amplia y completa de las conquistas de todas las ciencias de la naturaleza y de la
sociedad, desarrollándose con ellas como ciencia filosófica independiente. Estos vínculos son
recíprocos y tienen una base objetiva. En cualquier región de los fenómenos actúan las leyes
específicas propias de dicha región y las leyes más generales, que son características del ser y
del conocimiento en su conjunto. Las ciencias particulares estudian las leyes específicas de una
región determinada de los fenómenos. En cuanto al materialismo dialéctico, trata de las leyes
más generales del movimiento y desarrollo del ser y del pensamiento.

6._ El materialismo dialéctico considera que el ser determina la conciencia y que los hombres
son capaces de conocer el mundo y sus leyes. El materialismo histórico, de completa
correspondencia con ello, considera que el ser social determina la conciencia social y que los
hombres son capaces de conocer la sociedad y las leyes de su desarrollo. El materialismo
dialéctico considera que el mundo se desarrolla en virtud de las contradicciones internas que le
son propias. El materialismo histórico, de completa correspondencia con ello, enfoca con un
espíritu dialéctico los fenómenos sociales, revelando en ellos las contradicciones internas como
fuente de desarrollo de la sociedad. Junto a las leyes generales del desarrollo, propias del
mundo en su conjunto, el materialismo histórico descubre las leyes y fuerzas motrices
particulares que sólo son propias de la sociedad: las fuerzas productivas, las relaciones de
producción en la interacción de sus elementos, etc. Las leyes generales de la realidad, que son
objeto de la filosofía marxista, se desprenden del análisis de los fenómenos no sólo de la
naturaleza, sino también de la vida social. El materialismo histórico es inseparable del
materialismo dialéctico e incompatible con cualquiera otra teoría o método filosófico. La tesis del
materialismo dialéctico de que la materia es lo primario y la conciencia lo secundario, se
diferencia del materialismo anterior al marxismo en que incluye el reconocimiento del carácter
primario del ser social y del carácter secundario de la conciencia social. Por ser social el
marxismo entiende el proceso real de la vida de los hombres, el trabajo, el proceso de
producción de los bienes materiales, las relaciones que se establecen entre los hombres en el
proceso de producción, etc. Por conciencia social entiende las concepciones políticas,
filosóficas, jurídicas y artísticas, la moral, la ciencia y la religión.

http://www.socialismo-chileno.org/febrero/Biblioteca/Spirkin.pdf

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