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F - "y a los que te maldijeren maldeciré". Esto se ha cumplido de modo maravilloso en la historia
de la dispersión de Israel. Los pueblos que han perseguido a los judíos han sufrido
inevitablemente fracaso, en tanto que las naciones que han protegido este pueblo han prosperado.
Esta verdad se demostrará de manera más notable en el futuro (Dt 30:7; Is 14:1,2; Jl 3:1-8; Mi 5:7-
9; Hag 2:22; Zac 14:1-3; Mt 25:40,45)
G - "y serán benditas en ti todas las familias de la tierra". Esta es la gran promesa evangélica que
se cumplió en la Simiente de Abraham, el Cristo (Ga 3:16; Jn 8:56-58), y que hace más específica
la promesa del Pacto Adámico concerniente a la Simiente de la mujer (Gn 3:15)
La dádiva de la tierra se modifica por la profecía de tres desposeimientos y tres restauraciones
(Gn 15:13,14,16; Jer 25:11,12: Dt 28:62-65; 30:1-3). Dos desposeimientos y restauraciones han
tenido ya lugar. Israel está experimentando actualmente la tercera dispersión, de la cual será
restaurado en la venida del Señor como Rey bajo Pacto Davídico (Dt 30:3; Jer 23:5-8; Ez 37:21-
25; Lc 1:30-33; Hch 15:14-17)
El Nuevo Pacto se basa en el sacrificio de Cristo y garantiza la bendición eterna, bajo el Pacto de
Abraham )Ga 3:13-29) a todo aquel que cree. Es un pacto absolutamente incondicional, y puesto
que en su establecimiento no se impone ninguna responsabilidad al hombre, su naturaleza es de
carácter final e irrevocable.
La relación que Cristo tiene con los ocho pactos mencionados es la siguiente :
1. En cuanto al Pacto Edénico, Cristo, como "el segundo Hombre", el "último Adán" (1Co 15:45-
47), asume el lugar de supremacía sobre todas las cosas que el primer Adán perdió (Col 2:10; He
2:7-8) 2. Cristo es la "Simiente de la mujer" mencionada en el Pacto Adámico (Gn 3:15; Jn 12:31;
1 Jn 3:8; Ga $:4; Ap 20:10), y Él cumplió las condiciones del trabajo (Mr 6:3) y obediencia
impuesta por dicho pacto. 3. Como el más grande entre los hijos de Sem, en Él se cumplió de
manera suprema la promesa hecha a este patriarca y a su descendencia en el Pacto de Nóe (Gn
9:1, nota; Col 2:9) 4. Él es la "Simiente a quien las promesas fueron hechas" en el Pacto de
Abraham; Él es el hijo de Abraham, obediente hasta la muerte (Gn 22:18; Ga 3:16; Fil 2:8) 5. Él
vivió sin pecado bajo el Pacto Mosaico y llevó sobre Sí mismo la maldición pronunciada por este
pacto (Ga 3:10-13) 6. Él vivió obedientemente como un judío en la tierra, bajo el Pacto Palestino,
cuyas promesas de bendición Él cumplirá en el futuro (Dt 28:1-30:1-9) 7. Cristo es la "Simiente", el
"Heredero", y el "Rey" bajo el Pacto Davídico (Mt 1:1; Lc 1:31-33) 8. Su sacrificio es el fundamento
del Nuevo Pacto (Mt 26:28; 1 Co 11:25)
HEBREOS 9 – EL ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO COMPARADOS
A. Las características del Antiguo Pacto son descritas.
1. (Hebreos 9:1-5) El tabernáculo del Antiguo Pacto y su mobiliario.
Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el
tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el
candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del
tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del
pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el
maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines
de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en
detalle.
a. Un santuario terrenal: El tabernáculo ordenado por el Antiguo Pacto fue planeado por Dios,
pero planeado para un servicio terrenal.
b. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: El tabernáculo era una carpa de 45 pies de
largo, 15 pies de ancho, y 15 pies de alto, dividido en dos habitaciones. La habitación más grande
(la primera parte) era el “lugar santo” de 15 por 30 pies. Tras el segundo velo estaba la
habitación más pequeña, de 15 por 15 pies, llamada El Lugar Santísimo.
c. El candelabro, con una caña central y seis brazos, estaba en la primera parte y no tenía una
medida específica, fue hecho de oro puro; proveía de la única luz en el tabernáculo (Éxodo 25:31-
40).
d. La mesa estaba en la primera parte y fue hecha con madera de Acacia cubierta con oro, tenía
3 pies de largo, 1½ pies de ancho y 2 pies 3 pulgadas de alto. Sostenía los doce panes de
la proposición, cada uno representando la comunión de Dios con las doce tribus de Israel.
(Éxodo 25:23-30).
e. El santuario se refiere a la primera parte, conocida como el “Lugar Santo.” Un velo (una
cortina gruesa) separaba a la primera parte del Lugar Santísimo (Éxodo 26:31-33).
f. El incensario de oro fue hecho de madera de Acacia cubierta con oro, tenía 1½ pies
cuadrados, y 3 pies de alto. Estaba delante del velo en el “lugar santísimo”, y era usado para
quemar incienso (Éxodo 30:1-8).
g. El arca del pacto estaba dentro del Lugar Santísimo, y era un cofre hecho de madera de
acacia cubierto de oro, de 3¾ pies de largo, 2¼ pies de ancho, y 2¼ pies de alto, con cuatro
anillos, dos de cada lado, donde iban las varas que sería utilizadas para cargarla. (Éxodo 25:10-
22).
i. Dentro del arca estaban la urna de oro que contenía el maná (Éxodo 16:33), la vara de Aarón
que reverdeció (Números 17:6-11), y las tablas del pacto (Éxodo 25:16).
ii. El maná le recordaba a Israel la provisión de Dios y su ingratitud. La vara de Aarón les
recordaba de su rebelión contra la autoridad de Dios. Las tablas del pacto les recordaban de su
fracaso al tratar cumplir con los Diez Mandamientos y el resto de la ley.
h. El propiciatorio era la “tapa” ornamentada del arca del pacto, hecha con diseños de
querubines sobre ella; la sangre del sacrificio era rociada sobre él para el perdón de los pecados
de Israel en el día de la expiación (Éxodo 25:17-22).
i. Cuando Dios miraba dentro del arca, Él veía los símbolos de la rebelión y el fracaso de Israel.
Pero cuando se aplicaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio, su visión del pecado de
Israel era cubierta con la sangre del sacrificio.
2. (Hebreos 9:6-7) El servicio sacerdotal en el tabernáculo en el Antiguo Pacto.
Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes
continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo
sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de
ignorancia del pueblo;
a. En la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los
oficios del culto: Los sacerdotes, como se les había designado, entraban diariamente al “Lugar
Santo” para realizar sus funciones sacerdotales, tales como cuidar el candelero y sustituir los
panes de la proposición.
b. Pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año: Al “Lugar Santísimo” se
entraba solamente una vez al año, lo hacía sólo el sumo sacerdote, en el Día de la Expiación.
c. El sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre: Su entrada a la segunda parte no era
para tener comunión, sino solo por expiación, primero por sus propios pecados, y luego por los
pecados de su pueblo.
i. El acceso al Lugar Santísimo estaba severamente restringido, e incluso cuando alguien podía
entrar, no era para tener una verdadera comunión con Dios.
ii. Los antiguos Rabinos judíos escribieron acerca de cómo el sumo sacerdote no hacía muy
prolongada su oración dentro del Lugar Santísimo, porque podía hacer que el pueblo pensara que
había muerto. Cuando él salía, ofrecía una fiesta para todos sus amigos, porque había salido sin
peligro de la presencia de Dios.
d. Los pecados de ignorancia del pueblo: Los pecados de la ignorancia eran el objetivo
principal del Día de la expiación. Se asumía que ya se habían ocupado del pecado conocido a
través de las ofrendas regulares por el pecado y los sacrificios diarios.
i. En este aspecto, el trabajo de Jesús es mucho más grande que el trabajo hecho en el Día de la
Expiación. La obra de Jesús en la cruz es suficiente para expiar los pecados de la ignorancia y
también aquellos que conocemos.
3. (Hebreos 9:8-10) El Espíritu Santo da entendimiento sobre el servicio sacerdotal bajo el Antiguo Pacto.
Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al
Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual
es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que
no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que
consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la
carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
a. Aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera
parte del tabernáculo estuviese en pie: El viejo tenía que desaparecer antes de que el nuevo
camino de Dios pudiera ser revelado.
b. Lo cual es símbolo para el tiempo presente: Símbolo es la palabra griega antigua parabole.
El tabernáculo mismo y todo lo que el Antiguo Pacto representaba sugerían verdades más
profundas, parábolas del Nuevo Pacto.
c. No pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto: El servicio
sacerdotal realizado hoy (en el tiempo del escritor) no hace limpios ni perfectos en cuanto a la
conciencia.
i. Si la purificación es incompleta para el sacerdote, ¡qué tanto más para la persona, en cuyo
beneficio trabajaba el sacerdote!
c. Ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas : La
debilidad del servicio sacerdotal bajo el Antiguo Pacto era su incapacidad para hacer frente a la
necesidad de una transformación interna en el hombre; por lo tanto sólo era impuesta hasta el
tiempo de reformar las cosas.
B. Las características del Nuevo Pacto son descritas.
1. (Hebreos 9:11) El santuario superior del Nuevo Pacto
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
a. Por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos: Jesús, como nuestro
Sumo Sacerdote, ministra en un santuario superior- en el trono mismo de Dios, un lugar más
grandioso que cualquier cosa que manos humanas pudieran hacer.
2. (Hebreos 9:12-15) El sacrificio superior del Nuevo Pacto.
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez
para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la
sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el
cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador
de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones
que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
a. La sangre de machos cabríos y de becerros eran suficientes para cubrir el pecado
temporalmente; pero solo un sacrificio perfecto podía obtener eterna redención.
i. El sacrificio de Jesús fue superior en que era perfecto, voluntario, racional, y motivado por el
amor.
b. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos… santifican para la purificación
de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo?: Si estos sacrificios imperfectos eran
considerados como suficientes por Israel, ¿Cuánto más deberían considerar la máxima suficiencia
del sacrificio perfecto?
i. Las cenizas de la becerra se refiere a los restos de una ofrenda de holocausto que eran
preservados y echados en la fuente de bronce para lavar, para proveer del agua adecuada para la
ceremonia de purificación (Números 19:1-10).
ii. Esto era una sombra, que fue cumplida y terminada cuando Jesús ofreció una purificación
perfecta; no hay ningún valor en el “agua bendita” usada por la Iglesia Católica Romana.
iii. Supuestamente, hay una búsqueda de una “vaca roja” que puede ser sacrificada, y sus cenizas
utilizadas como parte de la restauración de las funciones sacerdotales para un reconstruido templo
en Jerusalén.
c. ¿Cuánto más la sangre de Cristo… limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo? El sacrificio de Jesús es suficiente para restaurar incluso a nuestra
dañada conciencia.
i. Nuestra conciencia es una maravillosa herramienta de Dios. Pero no es perfecta. Nuestra
conciencia puede ser cauterizada (1 Timoteo 4:2). Nuestra conciencia puede ser corrompida (Tito
1:15). Nuestra conciencia puede ser mala (Hebreos 10:22).
d. Limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo: Obras
muertas probablemente lleva la idea del pecado en general, en el sentido de “obras que traen la
muerte.” Pero también debe hablar de la vana continuación del Antiguo Pacto, lo que ciertamente
es una obra muerta – y el tipo de cosas a las que estos desalentados cristianos estaban tentados
a regresar.
e. Es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte: El trabajo de Jesús como
mediador fue fundamentalmente logrado con su muerte. Su trabajo celestial como mediador se
basa en ese sacrificio perfecto.
f. Para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto: El pago de Jesús en
la cruz logró la remisión de las transgresiones para aquellos que estaban bajo el primer pacto.
Cada sacrificio por el pecado hecho por fe bajo el mandato Mosaico fue un pagaré cobrado en la
cruz.
3. (Hebreos 9:16-22) La necesidad de la muerte de Jesús
Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el
testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado
Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y
de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también
a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además
de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi
todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión.
a. Porque el testamento con la muerte se confirma: Un testamento (en el sentido de “última
voluntad y testamento”) solo entra en vigor cuando la persona que lo hizo muere. Por lo tanto
Jesús tenía que morir para que el testamento –el pacto- entrara en vigor.
b. Recuerde que la palabra que ha estado siendo utilizada para pacto en realidad es la
palabra testamento. La idea es esencialmente la misma que la de un pacto, excepto que sólo
está dictada por una de las partes, no negociada por las dos partes.
c. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre: Evidentemente, la muerte era
necesaria para el Antiguo Pacto. Prácticamente cada parte del sistema de sacrificios bajo la Ley
de Moisés era tocada por sangre de una u otra forma.
d. Se declara un principio importante: sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de
pecado].
i. La gente moderna piensa que el pecado es remitido (perdonado) por el tiempo, por nuestras
buenas obras, por nuestras vidas decentes, o simplemente por la muerte.
ii. Pero no hay perdón sin derramamiento de sangre, y no hay perdón perfecto sin
sacrificio perfecto.
4. (Hebreos 9:23-28) El santuario perfecto recibe el sacrificio perfecto.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero
las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse
ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo
sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido
necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la
consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo
para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una
sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con
el pecado, para salvar a los que le esperan.
a. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así : Era
aceptable para las figuras de las cosas celestiales en el santuario terrenal, el ser “purificadas”
con sacrificios imperfectos. Pero las cosas celestiales mismas solo podían ser purificadas con
una ofrenda perfecta.
b. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano… sino en el cielo mismo: El
sacrificio de Jesús fue hecho en la tierra, pero es la base su trabajo continuo como nuestro
mediador y Sumo Sacerdote en el cielo. El autor de los Hebreos lo proclama: para presentarse
ahora por nosotros ante Dios. No es difícil creer que él se presenta ahora por nosotros ante
Dios. Pero creer que él se presenta ahí por nosotros ¡es glorioso!
c. Y no para ofrecerse muchas veces: El ministerio de Jesús por nosotros continúa en el
cielo, pero no en el sentido de continuar con la expiación por nuestros pecados. Su ministerio
continúa por nosotros en intercesión y defendiéndonos contra el acusador del pueblo de Dios
(Apocalipsis 12:10). Pero no continúa en el sentido de que tenga que ofrecerse muchas veces.
Su sacrificio fue una vez por todas, y satisfizo a la perfección la santa justicia de Dios.
i. Este pasaje y principio es una reprimenda directa para la práctica y teología Católica Romana de
la Eucaristía. En la Eucaristía, la Iglesia Católica Romana desea repetir – no recordar,
sino repetir – el sacrificio expiatorio de Jesús innumerables ocasiones. Esto es absolutamente
indefendible en las Escrituras, y niega el trabajo terminado de Jesucristo en la cruz. Las Escrituras
lo han dejado muy claro: no para ofrecerse muchas veces.
d. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del
mundo: Si el sacrificio de Jesús no hubiera sido perfecto, entonces hubiera tenido que ser algo
continuo y constante – incluso desde el principio del mundo. Los sacrificios imperfectos deben
ser repetidos continuamente, pero un sacrificio perfecto puede ser hecho una sola vez y para
siempre, y genuinamente quitar de en medio el pecado (no solo cubrir el pecado, como con el
sacrificio bajo el Antiguo Pacto). El mensaje es claro: se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
i. Este principio del sacrificio explica por qué el sufrimiento del infierno debe ser eterno para
aquellos que rechazan el sacrificio expiatorio de Jesús. Ellos están en el infierno para pagar la
pena por su pecado, pero como seres imperfectos son incapaces de hacer un pago perfecto. Si el
pago no es perfecto, entonces tiene que ser continuo y constante – ciertamente, por toda la
eternidad. Un alma podría ser liberada del infierno en el momento en el que su deuda de pecado
sea pagada completamente – lo cual es otra forma de decir nunca.
e. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos: Tan cierto como que morimos una sola vez y luego enfrentamos el juicio,
así Jesús solo tuvo que morir una vez (no repetidamente, no continuamente) para llevar nuestros
pecados.
i. No es la intención del autor de Hebreos discutir sobre el asunto de la reencarnación. Eso es una
parte del asunto; él simplemente da a notar este evidente punto: está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio . Así como eso es tan obvio,
también lo es que Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. Para
el autor de Hebreos, la verdad de que está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio es un principio indisputable.
ii. A pesar de que no era realmente el punto del escritor discutir la reencarnación, sin duda
la descarta por completo. Nosotros no morimos y vivimos y morimos y vivimos y algunas vidas a lo
largo del camino enfrentan un eterno ajuste de cuentas. Solo tenemos esta vida, y luego
enfrentamos el juicio. Esto significa que no hay segundas oportunidades más allá de la tumba.
Ahora es el tiempo de elegir a Jesucristo, porque cuando morimos, viene después de esto el
juicio.
iii. Es importante resaltar que el principio de: está establecido para los hombres que mueran
una sola vez no es un principio absoluto. Hay algunas excepciones únicas y extraordinarias. Enoc
(Génesis 5:24) y Elías (2 de Reyes 2:11) nunca murieron. Varias personas en la Biblia fueron
levantadas de los muertos (1 de Reyes 17:22, 2 de Reyes 13:20-21, Mateo 9:25, Juan 11:43-
44, Hechos 20:9-11), y por lo tanto murieron dos veces. Aquellos que sean arrebatados en el
rapto (1 Tesalonicenses 4:17) nunca experimentarán la muerte. Sin embargo estas extraordinarias
y únicas excepciones no niegan el principio de: está establecido para los hombres que mueran
una sola vez; sino que son excepciones que prueban la regla.
f. Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado: El enfoque de la primera venida de
Jesús fue hacer frente al problema del pecado a través de su sacrificio expiatorio. Pero ahora,
habiendo solucionado a la perfección el problema del pecado, viene otra vez sin relación con el
pecado – para la salvación (en el sentido de rescate) de su pueblo.
i. Para salvar a los que le esperan: Se asume que todos los creyentes le esperan. Es un caso
triste que esta suposición no siempre resulta verdad.
©2016 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.
¿Qué es el Antiguo Pacto?
La Biblia habla de un Antiguo y un Nuevo Pacto. ¿Qué era el Antiguo Pacto? ¿Fueron
abolidas las leyes de Dios junto con el Antiguo Pacto?
Los pactos son comunes en nuestros días, como lo fueron en los tiempos bíblicos. Un pacto es un contrato o
acuerdo formal vinculante entre dos o más partes, en el que cada una de ellas se compromete a cumplir con
los términos específicos establecidos en el pacto.
Entonces, ¿qué es el Antiguo Pacto?
Un pacto matrimonial
Muchos han escuchado acerca del Antiguo Pacto, pero pocos han entendido que era similar en muchos
aspectos a un pacto matrimonial. ¡Aún más sorprendente para muchos, fue un pacto entre Israel y el Dios del
Antiguo Testamento, que más tarde vino a la Tierra como Jesucristo! Analice las siguientes escrituras:
“Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras
que el Eterno le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el Eterno ha dicho,
haremos. Y Moisés refirió al Eterno las palabras del pueblo” (Éxodo 19:7-8).
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron
el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento
espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la
roca era Cristo... Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las
serpientes” (1 Corintios 10:1-4, 9, énfasis añadido).
“Porque tu marido es tu Hacedor [de Israel]; el Eterno de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de
Israel; Dios de toda la tierra será llamado” (Isaías 54:5, énfasis añadido).
Como cuando la novia y el novio dicen “sí, acepto” al escuchar las expectativas de cada uno en el
matrimonio, así mismo Israel aceptó someterse a su esposo, y Dios prometió amar y proveer a Israel.
Después de Éxodo 24, Dios continuó elaborando sus leyes y como esperaba que Israel viviera. En otras
palabras, se añadieron leyes después de que Israel dijera “sí, acepto”. Algunas eran ampliaciones de los Diez
Mandamientos; otras eran leyes civiles adicionales; otras eran sentencias adicionales.
Dios también añadió un tabernáculo y un sacerdocio, con un grupo de leyes o regulaciones específicas para
que fueran cumplidas por el sacerdocio y para administrar el tabernáculo. Entre ellas estaban las leyes que
rigen los sacrificios y las ofrendas (Éxodo 25-30).
Démonos cuenta que el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad no estaban entre las promesas que se
hicieron en este pacto. Es importante tener esto en cuenta más adelante al mirar el Nuevo Pacto.Además de
heredar la tierra prometida a Abraham y a sus descendientes Dios también añadió más promesas para la
obediencia de Israel (por ejemplo, ver Levítico 26:3-12).
Démonos cuenta que el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad no estaban entre las promesas que se
hicieron en este pacto. Es importante tener esto en cuenta más adelante al mirar el Nuevo Pacto.
El pueblo falló, no el pacto
Hebreos 8:6 se refiere a Jesucristo como “mediador de un mejor pacto”. ¿Se basa ese pacto en
mejores leyes (como muchos suponen hoy en día)? No. “establecido sobre mejores promesas” (énfasis
añadido). Estas promesas incluyen el perdón de los pecados, el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad. Los
versículos 7-8 dicen que la culpa no fue del pacto, sino de “ellos” (el pueblo).
Finalmente veamos el versículo 13, que dice que el primer (antiguo) pacto “Al decir: Nuevo pacto, ha dado
por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” (énfasis
añadido). Lo que se da y está próximo ¡fueron escritas aproximadamente tres décadas después de que Cristo
dejara la Tierra! Esto habla de los asuntos pendientes del Antiguo Pacto y la introducción del Nuevo Pacto a
todas las personas poco después del regreso de Cristo.
Entonces el Nuevo Pacto se va a iniciar con la nación de Israel y posteriormente con todas las naciones.
Mientras tanto, Dios le está ofreciendo por adelantado, la participación en el Nuevo Pacto a un grupo
relativamente pequeño de personas que ha llamado de este mundo para formar parte de su Iglesia. Sus mentes
fueron abiertas al conocimiento de la verdad y a la necesidad de arrepentirse y recibir el don del Espíritu
Santo de Dios, el cual permite interiorizar las leyes justas de Dios.
El cumplimiento total del establecimiento del Nuevo Pacto no tendrá lugar hasta el regreso de Jesucristo,
cuando todos los que tienen la ley escrita en sus corazones nazcan en la familia de Dios.
Lea más acerca del Nuevo Pacto en nuestro artículo “El Nuevo Pacto: ¿qué es lo nuevo de él?”
A través de la historia, Dios hizo varios pactos o acuerdos, con los seres humanos. Estos pactos establecieron
los términos de la relación que Dios quiere tener con la humanidad. Dos pactos claves registrados en la Biblia
son:
1. El pacto que Dios hizo con el antiguo Israel en el monte Sinaí, también llamado como “el Antiguo Pacto”.
2. El “Nuevo Pacto”, que fue inaugurado por Jesucristo, y es el pacto que está vigente actualmente con la Israel
espiritual, la Iglesia.
La Escritura afirma que el Nuevo Pacto ha hecho obsoleto al Antiguo Pacto (Hebreos 8:13). ¿Qué significa
esto? ¿Creó Dios una serie diferente de términos en este nuevo pacto? ¿Qué es exactamente lo “nuevo”
acerca del Nuevo Pacto?
Este artículo subraya cuatro cambios claves del Antiguo Pacto en el Nuevo Pacto. Aunque estos cuatro
asuntos no abarcan todas las diferencias, ellos ilustran la distinción fundamental entre los dos pactos.
Un cambio en el sacerdocio
En el Antiguo Pacto, los sacerdotes venían de la familia de Aarón, de la tribu de Leví. En el Día de
Expiación, se requería que el Sumo Sacerdote ofreciera un sacrificio por los pecados de los israelitas
(Levítico 16:29-34). Únicamente a Él se le permitía entrar al Lugar Santísimo (el lugar que estaba más al
fondo), en el tabernáculo y aproximarse al trono de gracia —que representaba el trono de Dios.
Todos los israelitas merecían la pena de muerte por sus pecados y el Sumo Sacerdote tenía la responsabilidad
de hacer intercesión por ellos. Ya que él también estaba “rodeado de debilidad”, entendió cuán fácil era pecar
y podía mostrar compasión por las personas (Hebreo 5:1-4).
Sin embargo, tal como vimos, la sangre derramada provenía de los sacrificios de animales en el sistema
físico. Así, los sacerdotes en el Antiguo Pacto no podían lograr que las personas estuvieran bien delante de
Dios y fue necesario un cambio (Hebreos 7:11-12).
Este cambio se produjo con el sacrificio de Jesucristo por toda la humanidad, que cumplió el simbolismo de
la ofrenda anual por el pecado en el día de Expiación. Pero Cristo además cumplió el papel de Sumo
Sacerdote al ofrecerse él mismo. Continua sirviendo como nuestro Sumo Sacerdote, intercediendo a nuestro
favor (Hebreos 7:23-28).
En el Nuevo Pacto, Cristo no sirve en un tabernáculo físico (Hebreos 9:11). En vez de ello, Él hace sus
labores como Sumo Sacerdote en “el verdadero tabernáculo” (Hebreos 8:1-2). Actualmente, la Iglesia es la
“casa de Dios” y el “Templo Santo” (Efesios 2:19-22).
Debido al cambio del sacerdocio levítico y el tabernáculo físico, los rituales asociados con el tabernáculo y el
templo en el Antiguo Pacto ya no se requieren —incluyendo varias clases de ofrendas de comida y bebida,
así como los lavamientos ceremoniales.
Estos rituales físicos solo estuvieron “impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:8-10).
En el Nuevo Pacto, el pueblo de Dios ahora tiene un Sumo Sacerdote en Jesucristo quien intercede por él
continuamente. Ya que Cristo vivió como ser humano, Él entiende nuestras debilidades, puede ayudarnos
cuando somos tentados y puede mostrarnos compasión cuando pecamos. Podemos ir de una manera confiada,
buscando perdón cuando nos arrepentimos (Hebreos 2:17-18; 4:14-16).
Un cambio de corazón
Dios dio a Israel sus leyes eternas que definen el pecado —con los 10 mandamientos como base de la
responsabilidad que tenía Israel en el Antiguo Pacto (Éxodo 34:27-28; Deuteronomio 4:13). Sin embargo,
hay un problema fundamental en este arreglo: aunque la ley de Dios era y es perfecta (Salmo 19:7), las
personas no lo eran.
Dios sabía por anticipado que a los israelitas les faltaba algo muy importante. Ellos no tenían el corazón que
necesitaban para ser verdaderamente obedientes a Él (Deuteronomio 5:23-29). Los israelitas estuvieron de
acuerdo en obedecer a Dios por una motivación externa. Ellos tenían miedo del castigo de Dios (Éxodo
20:18-21), pero esta clase de motivación no garantiza una conducta correcta. A menos que una persona esté
internamente convencida de hacer lo que es correcto, fácilmente puede escoger hacer lo que es incorrecto.
El Antiguo Israel desafortunadamente cayó en esta trampa y desobedeció repetidamente a Dios en toda su
historia, a pesar de recibir un severo castigo como resultado de ello. Vez tras vez, los israelitas rompieron el
pacto que hicieron con Dios, poniendo de manifiesto una falla garrafal en el pacto. La falla no tiene que ver
con las leyes que ellos estuvieron de acuerdo en obedecer, sino en las personas mismas (Hebreos 8:7-8).
Los israelitas no tenían un corazón que conociera verdaderamente a Dios, porque todavía no era el momento
para que Dios les diera esa clase de corazón (Deuteronomio 29:4). Pero aun sin un corazón correcto, todavía
era posible para los israelitas responder a la corrección de Dios cuando ellos tomaban malas decisiones.
Desafortunadamente, ellos fallaron y no cambiaron su comportamiento. Sin embargo, su ejemplo nos da una
poderosa lección para nosotros, acerca de lo fácil que es pecar (1 Corintios 10:11-12).
En el Nuevo Pacto, el pueblo de Dios tiene la oportunidad de recibir un corazón para obedecerle a Él. En el
Antiguo Testamento, Dios anunció que vendría una época en la que su pueblo interiorizaría sus leyes y serían
escritas en sus corazones —cuando verdaderamente ellos pudieran conocerlo a Él (Jeremías 31:31-34).
Cuando el Espíritu De Dios estuvo disponible extensamente en el día de Pentecostés, esa meta era posible.
Por medio del poder del Espíritu Santo, los cristianos pueden aprender a pensar como Dios (1 Corintios 2:11,
16). La mente de Dios —reflejada en su ley de amor— puede ahora ser interiorizada en su pueblo.
Un cambio de promesas
En el Antiguo Pacto, Israel estuvo de acuerdo en obedecer a Dios; y a cambio, Dios estaba de acuerdo en
tratar a Israel como “un especial tesoro” (Éxodo 19:5-6). Le hizo a Israel promesas específicas, incluyendo la
lluvia a su debido tiempo; la victoria en las batallas; libres de enfermedad; un temor de Israel entre otras
naciones; y una prosperidad tan grande que Israel le iba a prestar a otras naciones y no tendría que pedirles
prestado (Levítico 26:3-13; Deuteronomio 7:12-15; 28:1-14).
Estas promesas eran increíbles. Pero también estaban limitadas a la existencia física. No había oportunidad
en el Antiguo Pacto para que la nación de Israel pudiera recibir acceso al don de la vida eterna. De esta
forma, los Israelitas sólo podían disfrutar las bendiciones del Antiguo Pacto mientras tuvieran la vida física
aquí en la tierra.
¿Por qué no fue ofrecida la vida eterna en el Antiguo Pacto? Porque Jesucristo no había venido todavía a esta
tierra como el Salvador de la humanidad, y “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos” (Hechos 4:12). El sacrificio de Cristo proveyó a los seres humanos el camino para
resolver el hecho de que no habían vivido perfectamente (todos nosotros) y evitar la pena de muerte. El
perdón era un requerimiento clave para que los seres humanos “reciban la promesa de la herencia eterna”
(Hebreos 9:15) —la vida eterna (Tito 3:7).
Otro componente esencial que hacía falta es el Espíritu Santo. Jesucristo lo llamó el “Consolador” (Juan
16:7), una “promesa” de Dios, que Él derramó en el Día de Pentecostés (Hechos 1:4-5; 2:1-4).
Como hablamos anteriormente, el Espíritu Santo permite que las leyes de Dios sean escritas en nuestros
corazones. Pero más allá de esto, el Espíritu Santo hace posible que nosotros seamos “herederos de Dios”,
para que “juntamente con él [Cristo] seamos glorificados”(Romanos 8:16-17). El Espíritu Santo sirve como
garantía, como hipoteca, de nuestra herencia prometida de la vida eterna en la familia de Dios (Efesios 1:13-
14).
El Espíritu Santo fue hecho disponible para unos pocos seleccionados como siervos de Dios que vivieron
antes de la inauguración del Nuevo Pacto que hizo Jesucristo (1 Pedro 1:10-11). Sin embargo, la inmensa
mayoría de los israelitas no tuvieron acceso a ese Espíritu, y por lo tanto no tuvieron acceso a la vida eterna.
Pero Dios, desde el principio pretendía que todos los seres humanos tuvieran esa oportunidad (Tito 1:2) —su
propósito es “llevar muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10) y así expandir su familia.
El acceso a la “salvación” con el Nuevo Pacto hace de este “un mejor pacto” que el pacto del monte Sinaí,
porque el Nuevo Pacto fue “establecido sobre mejores promesas” (Hebreos 8:6). Finalmente, todos los seres
humanos que hayan vivido en la historia de la humanidad tendrán la oportunidad de vida eterna como parte
del Nuevo Pacto. Aquellos que se conviertan en parte de la familia de Dios van a morar con Él para siempre,
y no habrá más muerte (Apocalipsis 21:1-4).
El Nuevo Pacto
Introducción
La Biblia, como la tenemos hoy, está dividida en dos secciones que han sido llamadas el Antiguo Testamento y el
Nuevo Testamento. Obviamente, estos nombres vienen de las palabras que Dios le habló a Jeremías, 'He aquí que
vienen días, dice Jehová, en los cuales hare nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá'. Las palabras
testamento y pacto en español son diferentes traducciones de la mismas palabras originales.
Pienso yo que muchos cristianos viven bajo el antiguo pacto. Sin dudas que han leído el Nuevo Testamento y
basan dus doctrinas en el contenido del mismo, pero muchos aspectos de su vida y experiencias son del antiguo pacto
en lugar del nuevo. Es vital tener un apropiado entendimiento de la diferencia entre los dos pactos para poder tener un
verdadero crecimiento espiritual.
Yo creo que lo mismo fue cierto en los tiempos bíblicos. Algunos creyentes en los días del Nuevo Testamento
fallaron en recibir y experimentar la plenitud del nuevo pacto que Jesús inauguró con su sangre. Por otro lado, muchos
santos del Antiguo Testamento vivieron mucho más allá de los beneficios de sus días y tuvieron experiencias
tremendamente profundas con Dios. Ellos caminaron en los caminos del nuevo pacto.
Las condiciones del nuevo pacto son descritas en Jeremías capítulo 31 versos del 31 al 34 : 'He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice
con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque
fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos
me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y
no me acordaré más de su pecado'.
Este pasaje de Jeremías es citado completo en Hebreos 8:8-12. Mucho en la carta a los hebreos trata con el tema
del nuevo pacto y será útil para continuar el estudio.
¿Porqué era necesario que Dios hiciera un nuevo pacto?
Consideraremos este tema bajo los siguientes
títulos : ley, maestros, escrituras, pueblo, sacerdotes, edificios, festivales y el sábado.
La Ley
Dios hizo el primer pacto con el pueblo de Israel cuando los sacó de Egipto. Este primer pacto estaba basado en la
ley. La ley estaba resumida en los diez mandamientos y era ampliada en los libros de Exodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. Estos libros, junto con el libro de Génesis eran los libros que sirvieron de base para el Antiguo
Testamento, y son conocidos como el Torá o Ley.
Las leyes que Dios dio a través de Moisés eran justas y cabales y tremendamente superiores a las de los pueblos
que les rodeaban. Estas eran severas para los estándares actuales. La pena de muerte era llevada a cabo por casos de
brujería, adulterio, violación y golpear a los parientes y otros crímenes, así como por asesinato. Sin embargo, si fueran
impuestas hoy en día, estoy totalmente seguro que nos llevarían a una sociedad más feliz. Los culpables comenzarían a
sentir temor mientras que los inocentes podrían caminar por las calles con libertad.
Por muy excelentes que eran estas leyes, no produjeron un pueblo justo. Casi 1,000 años después de haber sido
dadas, el juicio de Dios cayó primero sobre Israel y luego sobre Judá. Ellos habían roto todos los mandamientos de
Dios y habían fallado totalmente en guardar su lado del pacto. Por encima de todo, habían quebrantado el primer
mandamiento, y se habían vuelto y adorado a otros dioses. Así que los asirios y los babilonios vinieron y devastaron su
tierra, atacaron Jerusalén y se llevaron al pueblo en cautiverio.
Fue en este momento crítico en la historia de Israel que Jeremías anunció la promesa de Dios para un nuevo
pacto.
La raíz del problema no radicaba en las leyes que Dios había dado. Radicaba en la naturaleza humana. Decía
Jeremías, 'Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?' La esencia del nuevo pacto
es la promesa de Dios de cambiar el corazón, '...dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón'.
Mientras el corazón humano sea orgulloso, codicioso e idólatra, no hay forma que pueda guardar las leyes de Dios, sin
importar lo disciplinado, exhortado o entrenado que sea. Tiene una ley de funcionamiento interna que está en conflicto
con las demandas de Dios.
Mucha gente nunca descubre esto. Puede ser que experimenten una conversión genuina. Pueden apartarse de
malos hábitos y cambiar totalmente su estilo de vida. A pesar de ello, el ser interior sigue siendo tan corrupto como era
antes.
Pablo sufrió una conversión dramática en el camino a Damasco. Su vida completamente cambió de dirección. El
celo que una vez tenía por perseguir a los cristianos comenzó ahora e invertirlo en predicar el evangelio. Pero allí no
terminaron sus problemas. De alguna forma, acababan de comenzar. El nos dice en el capítulo 7 de la carta a los
Romanos cómo luchó con la ley para descubrir que no podía guardarla. Yo no creo que se estuviera refiriendo a los
días antes de su conversión. Pienso que estas batallas vinieron después que él se había encontrado con Jesús en el
camino a Damasco. Finalmente encontró la victoria y proclamó triunfante : 'Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil
por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al
pecado...' En Romanos 8 Pablo describe el nuevo camino de victoria que él habia descubierto.
¿Qué significa tener la ley de Dios escrita en el corazón? Es nada menos que un cambio total de naturaleza. Es un
milagro sobrenatural. Usted puede entrenar a un perro a rogar y a pararse en sus patas traseras y a hacer todo tipo de
trucos. Con perseverancia y recompensas puede hacerlo actuar incluso en contra de su naturaleza. Pero nunca podrá
cambiarla. Por mucho que usted trate de hacerlo comportarse como un ser humano, seguirá siendo un perro. Dios hace
de nuevo nuestra naturaleza para que podamos actuar de acuerdo a Sus leyes. Se convierte en algo natural de hacer.
Pedro habla de esta verdad cuando escribe: '...por medio de las cuales [El] nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que
hay en el mundo a causa de la concupiscencia;' (2Pedro 1:4). Un animal nunca podrá convertirse en humano, pero un
humano puede, por la gracia de Dios, llegar a ser divino.
El corazón humano es pecaminoso por naturaleza. Puede ser que muchos factores hagan parecer como que esto
no es así. Una buena educación al crecer, buenas amistades e influencias, presión pública para hacer lo correcto y el
orgullo religioso pueden contribuir para mejorar el exterior ; pero ninguna de estas cosas puede cambiar el corazón. Un
nuevo nacimiento de lo alto es lo único que puede y esta es la esencia de la promesa del nuevo pacto.
Maestros
Después de hablar de la ley, Jeremías continua hablando acerca de enseñar: 'Y no enseñará más ninguno a su
prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de
ellos hasta el más grande'. Juan confirma estas palabras diciendo : 'no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así
como la unción misma os enseña todas las cosas...' (1 Juan 2:27)
Fundamentalmente, toda enseñanza humana es por naturaleza, del viejo pacto. El hombre es quien la hace y
solamente puede ser externa. La enseñanza del nuevo pacto es realizada por el Espiritu Santo y es interna. Jesús le dijo
a Sus discípulos, 'Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré... Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis
sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;...' (Juan 16:7,12,13) Jesús estaba
enseñando que el Espíritu Santo que habita dentro de nosotros es mejor que Su propia enseñanza, pues esta era, como
toda enseñanza humana, externa. Aunque él era el mejor maestro que el mundo había visto jamás, la enseñanza del
Espíritu Santo iba a ser mejor. A pesar de las apariencias, hasta ahora estaban listos para hacer esta transición de lo
externo hacia lo interno.
Podemos contrastar las palabras de Jesús con las de Moisés : 'Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente
os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado'. (Deuteronomio 31:29) Esa era la situación del antiguo
pacto (y del que prevalece para la mayoría de cristianos hoy en día); sin un maestro y un líder todo se rompería en
pedazos.
Encontramos el mismo contraste en la profecía de Joel, citada por Pedro en el día de Pentecostés : 'Y en los
postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne... hijos... hijas... jóvenes... ancianos... siervos...
siervas...'. Cada persona, hasta la sierva que no sabe leer ni escribir, podrá tener una relación directa, personal,
reveladora e interna con Dios. La dependencia a grandes líderes y maestros fue quitada.
La mayoría de líderes religiosos tienen una actitud que está más cerca en espíritu a las palabras de
Moisés : 'Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes
a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?'. Ellos quieren sentirse indispensables. Por supuesto que están
genuinamente interesados en el bienestar de su rebaño, pero les hace falta entender correctamente el nuevo pacto y
tener fe en que el Espíritu Santo los guardará en su poder. Lo peor sería que estuvieran preocupados de perder su
posición, ingresos y seguridad económica si nadie depende de ellos.
Entonces, ¿cuál es el lugar de los maestros en el Nuevo Pacto? Encontramos la respuesta a esta pregunta
en Efesios 4:11-16. Este pasaje describe a los maestros como uno de los cinco tipos de ministerio o servicio que son
dados por el Cristo ascendido a su iglesia -apóstoles, profetas, pastores, maestros y evangelistas. Pablo dice que el
propósito de estos ministerios es el de proteger a los nuevos creyentes del engaño y de llevar al Cuerpo de Cristo a la
madurez.
La mayoría de nuevos creyentes no son capaces de entrar directamente al nuevo pacto. Ellos primero tienen que
pasar por la experiencia del antiguo pacto. Muchos en los tiempos del Nuevo Testamento (y ahora también), eran
paganos que nunca habían conocido ni siquiera el antiguo pacto. Ellos tenían que venir bajo la ley que Pablo describe
como 'la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo'. Luego, lo amplía diciendo que, 'Entre tanto que el heredero es
niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo
señalado por el padre.' (Gálatas 4:1,2)
El nuevo creyente también puede caer presa del engaño con facilidad. Vivimos en un tiempo en el que Jesús dijo
que habrían muchos falsos profetas. El nuevo creyente (y muchos otros que debieran tener más discernimiento) a
menudo tiene gran dificultad en reconocer a un lobo vestido de oveja. Sus sentidos aún no éstán entrenados para
discernir. Si el ministerio quíntuple estuviera trabajando correctamente hoy en día entre nosotros, los engañadores
encontrarían que su trabajo no es tan sencillo. Es a causa de la falta de esos ministerios genuinos lo que hace que tantos
cristianos permanezcan en la niñez espiritual en donde son fácil presa de enseñanzas falsas y erradas.
Los hijos de padres cristianos se encuentran en una situación similar. Ellos todavía no pueden caminar en el
nuevo pacto. Les enseñamos y los disciplinamos y aplicamos la ley a sus vidas. Aunque ellos pueden demostrar un
genuino deseo de seguir a Jesús, no podemos dejarlos libres de la ley y permitirles hacer lo que deseen. Ellos no están
listos todavía. Deben primero aprender a obedecer una ley externa.
Los pastores y los maestros son necesarios para traer a cada nuevo creyente a través de una experiencia del
antiguo pacto hasta que la otra persona llegue a la madurez espiritual, y pueda caminar en la plenitud del nuevo pacto.
Es hasta entonces que ha terminado su tarea. El continuará disfrutando de la comunión con otros santos (aunque en un
nivel más enriquecedor y profundo que el nivel anterior) y él, entonces podrá enseñar y pastorear a creyentes jóvenes,
pero él ya no tendrá necesidad de un maestro.
Las Escrituras
La ley escrita en piedras y ampliada en papel era el fundamento del antiguo pacto. La ley escrita en nuestros
corazones es el fundamento del nuevo. En el antiguo pacto, las escrituras daban un grupo de leyes y reglas para la vida
diaria. ¿Todavía necesitaremos las escrituras en el nuevo pacto ? Si es así, ¿qué lugar ocupan?
Comencemos por hacer las mismas preguntas acerca de Jesús. ¿Necesitaba él las escrituras ? ¿Cuál era el lugar de
las escrituras en su vida ? Yo creo que la respuesta para él es que no, él no necesitaba las escrituras. La ley de Dios
estaba escrita perfectamente en su corazón. Su relación con Su Padre era perfecta, y él no necesitaba nada externo para
apoyarlo. Ellos caminaron en una comunión sin interrupciones en toda Su vida. El citó la escritura en sus
confrontaciones con los fariseos. El le abrió las escrituras a sus discípulos en el camino a Emaús. No tengo ninguna
duda en que él se deleitaba en las escrituras al ver en su mente el reflejo de sí mismo. Para él, 'Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia' (2Timoteo 3:16), pero yo
no creo que él la necesitara para sí mismo.
Jesús es nuestro Señor y Salvador, y también nuestro modelo y ejemplo. Dios, nuestro Padre desea que seamos
como El, y en la plenitud del nuevo pacto lo seremos. Es un error el pensar que lograremos esto al leer incesantemente
las escrituras. Así no fue con Jesús, ni tampoco lo será con nosotros. El heredó su caracter de Su Padre, y nosotros
también lo haremos.
Leer las escrituras no hará que su contenido esté escrito en nuestros corazones. Quizás nos queden grabadas en la
mente si tenemos mentes con mucha retentiva, pero eso no es lo mismo. Es más bien al revés como funciona. Cuando
Dios haya escrito su ley en nuestros corazones, venimos a las escrituras y reconocemos su contenido por lo que ya
tenemos dentro. Las entendemos y nos deleitamos en ellas tal y como lo hizo Jesús. También las encontramos 'útiles
para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia'. Podemos usarlas para enseñar y entrenar, para reprender y
exponer las obras de tinieblas y para la corrección de otros y de nosotros mismos. Si fuéramos lanzados en prisión y
nos quitaran nuestra Biblia, sin duda que la extrañaríamos, pero nuestra vida espiritual no dependen de ella. Ella refleja
lo que ya está en nuestro corazón, pero no son el medio por el cual Dios la pone allí. El hace esto por el Espíritu.
Hay muchos malentendidos a causa de referirse a la Biblia como la Palabra de Dios o simplemente como la
Palabra. La Biblia en sí nunca lo hace así. Se refiere a sí misma como las escrituras y quiere decir algo un tanto
diferente cuando habla acerca de la palabra de Dios. Si lo duda, escudriñe la Biblia con una concordancia y verá.
Observe en Hechos 17:11: 'Y éstos... recibieron la palabra... escudriñando cada día las Escrituras'. La palabra aquí es
claramente distinta de las Escrituras. También cuando leemos que la Palabra fue hecha carne, es obvio que no fue la
Biblia la que fue hecha carne.
Hay otros tres versículos que son citados frecuentemente como refiriéndose a la Biblia, 'No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios', '...la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios' - parte de
la armadura en Efesios 6. 'Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos.' Tomar estos versículos como que estuvieran refiriéndose a las Escrituras es forzar una interpretación del antiguo
pacto en ellas. Creer y enseñar un antiguo concepto de pacto de la Biblia nunca nos llevará a experimentar el nuevo
pacto. En lugar de ello, seremos como aquellos de quienes Jesús habló diciendo : '¡Ay de vosotros, intérpretes de la
ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo
impedisteis' (Lucas 11:52).
Si 'la palabra de Dios' no quiere decir la Biblia, ¿qué significa ? Cuando nos despojamos de nuestras ideas
preconcebidas, podemos comenzar a encontrar la respuesta. En griego, la palabra Logos tiene un significado muy
amplio, pero se centra en los conceptos de palabra y pensamiento. La palabra logos de Dios es lo que sea que Dios
piensa o dice. Es cualquier mensaje o pensamiento que se origina en El. Dios creó el universo al hablar. El habló a y a
través de los profetas de los tiempos antiguos. El habló en y a través de Su Hijo Jesucristo. El habla a y a través de Su
pueblo hoy. Todo esto es Su palabra. Cuando Su palabra viene a nosotros, es el alimento que nos sustenta. Es poderosa
y penetra nuestros corazones. Es la espada del Espíritu. No regresa a El vacía, sino cumple aquello para lo cual El la
envía.
Por favor no me malentienda. No estoy discutiendo ni la autoridad ni la inspiración de las Escrituras. Lo que
pretendo aclarar es el lugar de las mismas en el nuevo pacto. Yo quiero darles el lugar que Jesús les da y que ellas
mismas se dan.
Para más información acerca de este tema, por favor lea Las Escrituras y la Palabra de Dios.
Otros Cambios
¿Qué otros cambios vienen con el nuevo pacto ? Al estudiar el tema comenzamos a descubrir una maravillosa
consistencia en los caminos de Dios. A veces es tan sencilla que nos soprendemos de haberla pasado por alto por tanto
tiempo. Como ya hemos visto, nos hemos trasladado de una ley visible y externa hacia una que es interna e invisible.
Es así como los maestros humanos son reemplazados por la presencia del Espíritu de Dios haciendo su morada dentro
de nosotros.
Ahora procederemos y veremos que el nuevo pacto trae otros cambios paralelos y relacionados consigo.
Comenzaremos considerando al nuevo pueblo de Dios.
Un Pueblo Nuevo
Dios escogió un pueblo específico de entre todos los pueblos de la tierra bajo el antiguo pacto. Ellos eran el
pueblo de Israel, los descendientes físicos de Abraham, a través de Isaac y Jacob, posteriormente conocidos como los
judíos. Hasta el día de hoy, ellos continuan siendo el pueblo escogido de Dios de acuerdo al orden natural. Aunque las
personas pueden hacerse en judías al convertirse al judaísmo, el método normal para convertirse en un miembro de ese
pueblo es a través del nacimiento físico del vientre de una madre judía.
Cuando el Mesías vino a Israel, los líderes y la mayoría de la nación judía lo rechazó. Más aún, la mayoría
rechazó el testimonio puro y poderoso de la iglesia antigua. Por ello, el juicio de Dios descendió sobre los judíos y en
70 dC los romanos saquearon Jerusalén y los dispersaron por toda la tierra. Tanto sufrimiento físico como ceguera
espiritual descendió sobre el pueblo elegido pues fue por casi 1900 años que anduvieron errantes de país a país sin
encontrar descanso.
Este siglo ha presenciado eventos de drama sin paralelo para con los judíos y su largo exilio terminó y su ceguera
espiritual comenzó a ser quitada. El holocausto de Hitler causó espanto en el mundo y el subsecuente nacimiento y
sobrevivencia de un Israel moderno lo ha sorprendido.
Los logros del pueblo judío han ido fuera de toda proporción. Ellos le han dado al mundo las escrituras, el
comunismo y las armas nucleares. Sus logros académicos, científicos y artísticos han sido sorprendentes. Todo esto ha
demostrado que ellos son un pueblo especial con un propósito especial de Dios.
Aunque la manifestación del poder de Dios en ellos ha sido dramática y maravillosa, el Israel natural sigue siendo
el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día grandioso cuando Aunque la manifestación del poder de Dios en ellos
ha sido dramática y maravillosa, el Israel natural sigue siendo el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día grandioso
cuando Yahweh con su brazo extendido y poderoso sacó a su pueblo del antiguo pacto de Egipto. Fue un día aún
mayor cuando Jesús con sus brazos extendidos y con el derramamiento de su sangre sacó a su pueblo del nuevo pacto
del pecado.
Ingresar a las filas del pueblo del antiguo pacto es por medio del nacimiento. El nacimiento espiritual nos lleva al
nuevo pacto. Todos aquellos, y sólo aquellos, que han nacido del Espíritu de Dios son su pueblo nuevo. Sólo el nuevo
nacimiento nos puede hacer hijos e hijas de Dios.
Aquí debemos hacer énfasis en que ni el bautismo, ni la membresía de cualquier grupo o denominación, ni las
buenas obras que hemos hecho, ni la nacionalidad, ni el color, ni cualquier otra cosa humana, puede hacer a alguien el
pueblo de Dios del nuevo pacto. La única forma es por medio del nacimiento espiritual.
Algunos miembros de esta nueva raza espiritual tienen dones naturales sobresalientes. Dios ha escogido
principalmente a los pobres y a los débiles de este mundo. Pablo nos recuerda que 'Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del
mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte;' (1Corintios 1:26,27).
En lugar de ello, el nuevo pueblo de Dios tiene dones y poderes espirituales. Muchos de éstos son invisibles al ojo
natural y están escondidos al ojo natural y a la mente natural. Sin embargo, su verdadero beneficio es mucho mayor.
Hasta que los libros del cielo sean abiertos y sus secretos sean revelados, los conflictos espirituales y las victorias de
muchos hombres y mujeres humildes de Dios permanecerán ocultos de sus semejantes. Solamente la eternidad revelará
aquello que ha traído bienestar duradero a la humanidad.
Es un privilegio nacer por nacimiento natural como parte del pueblo de Dios del antiguo pacto. Pero es aún un
mayor privilegio el nacer por nacimiento espiritual como parte del pueblo del nuevo pacto. Gloria a Dios, hay cada vez
cantidades mayores de personas que son pueblo de Dios tanto por nacimiento natural como nacimiento espiritual.
Un Nuevo Sacerdocio
Bajo el nuevo pacto no solamente hay un pueblo nuevo, sino también un sacerdocio nuevo. Los sacerdotes del
antiguo pacto fueron escogidos de la tribu de Leví y de la familia de Aarón. Ellos tenía tareas específicas en el
tabernáculo y en el templo, pues ellos servían como intermediarios entre Dios y los hombres. El capítulo 7 de Hebreos
nos deja ver clarametne que el nuevo pacto tiene un nuevo sacerdocio que es muy superior al anterior. Esta nueva
orden es llamada la orden de Melquisedec y Jesús es su Sumo Sacerdote.
La membresía del sacerdocio levítico era heredada de padre a hijo. Este sistema no siempre daba buenos
resultados. ¡Los buenos padres no siempre tenían buenos hijos! Los hijos de Elí eran totalmente corruptos y los hijos de
Samuel no fueron mucho mejores. La herencia basado en lo natural es poco confiable. Sin embargo, el sistema levítico
era funcional y suficiente para ilustrar el concepto del sacerdocio y Dios lo usó hasta que El trajo la nueva orden del
sacerdocio de Melquisedec.
Hebreos 7:3 describe a Melquisedec como 'sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni
fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.' Jesús entró a este nuevo
sacerdocio, 'no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una
vida indestructible' (Hebreos 7:16). El entró, no porque su padre adoptivo José hubiera sido sacerdote, ni porque un
comité eclesiástico lo aceptó, sino por designio de Dios. El sencillamente cumplía con todos los requisitos de Dios para
el puesto de sacerdote. Su ordenación no fue una ceremonia religiosa, sino una proclamación de Dios en el momento
que fue bautizado, 'Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia', mientras que el Espíritu Santo descendió
sobre El en forma de paloma.
El sacerdocio levítico cumplía con su propósito. Los sacerdocios eclesiásticos nunca han sido más que una
falsificación de éste (a pesar de tener muchos hombres íntegros y sinceros conformándolo). Dios ordena sacerdotes en
este sacerdocio de Melquisedec del nuevo pacto bajo los mismos términos con los que escogió a su Sumo Sacerdote. El
unge con el Espíritu Santo a aquellos a los que El ha elegido para desempeñar las tareas que El les ha asignado.
Para más información sobre este tema ver El Sacerdocio de Melquisedec.
Un Nuevo Edificio
El nuevo pacto tiene un nuevo pueblo, un nuevo sacerdocio y también un nuevo edificio.
En la cima de la historia nacional de Israel, Salomón edificó el primer gran templo. Los ejércitos de David habían
sido victoriosos a donde quiera que fueran y Salomón estaba disfrutando de la paz y prosperidad consecuente. El
concentró sus energías en edificarle una casa al Señor. Dios nunca había ordenado esto, aunque sí le había dicho a
Moisés que edificiara un tabernáculo. Fue la bien intencionada idea de David la que Dios permitió que Salomón
implementara.
Pero Dios no miraba este templo con mucho agrado. El permitió que fuera dañado por un terremoto en los días
del rey Uzías. Nabucodonosor lo quemó hasta los cimientos durante el tiempo del cautiverio. Aquellos que volvieron
del exilio en Babilonia lo re-edificaron. Antiochus Epiphanes lo contaminó al colocar una estatua de Júpiter dentro del
mismo y ofreciendo un cerdo en el altar. Luego fue reconstruido por el impío Herodes el Grande, quien lo hizo ser una
magnífica estructura, en el tiempo de Jesús.
Los judíos de este tiempo lo reverenciaban. Jesús, Esteban y Pablo todos fueron acusados de blasfemar en su
contra. Cuando los discípulos lo estaban admirando, para su total desaliento, Jesús les dijo, '¿Veis todo esto? De cierto
os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.'
La mente de Dios estaba determinada a edificar otro templo - un templo del nuevo pacto. '...si bien el Altísimo no
habita en templos hechos de mano', dijo Esteban en un discurso que lo llevó a ser el primer mártir por Jesús. El plan
divino era infinitamente mayor. Su templo real estaría hecho de seres humanos. El no quería habitar en el ladrillo y la
piedra, sino en la carne y sangre. El Nuevo Testamento está lleno de este mensaje: 'Porque vosotros sois el templo del
Dios viviente'. La idea de que Dios quiere un edificio especial en donde El pueda ser adorado se acabó para siempre. El
dio su veredicto final acerca del templo terrenal en el 70 dC cuando las legiones romanas cumplieron la profecía de
Jesús hasta la última palabra al no dejar piedra sobre piedra, pues buscaban oro escondido en sus cimientos.
Entonces, ¿qué pasa con los edificios de nuestras iglesias ? Sin duda que muchos de ellos tienen gran mérito
arquitectónicamente y muchas personas les tienen mucho aprecio. Pero, no podemos permitir que dichas
consideraciones obscurezcan nuestro juicio espiritual. El considerarlos casas de Dios o como lugare ssantos es negar el
nuevo pacto. El reverenciar un edificio es idolatría que solamente nos puede llevar a ceguera espiritual y confusión.
Muchas iglesias en el campo de Inglaterra (donde yo vivo) están edificadas en lugares que en el pasado fueron
utilizados para adoración pagana. Se dio una situación similar en los tiempos del Antiguo Testametno. Por largos
períodos de tiempo en la historia de Israel, Yahweh fue adorado en los lugares altos, en donde los paganos antes habían
ofrecido sacrificios. Incluso el profeta Samuel parece haber hecho esto, y sin dudas que Dios vio la intención de su
corazón y aceptó sus sacrificios. Muchos reyes justos de Judá en los últimos años permitieron que esta práctica
continuara. El rey Ezequías se destacó por encima de sus antecesores y destruyó estos lugares altos. El veredicto de
Dios, '...ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá... Porque siguió a Jehová, y no se
apartó de él, ... Y Jehová estaba con él; ...' (2Reyes 18:5-7)
Nuevos Festivales
Con los festivales se aplican los mismos principios que hemos estado viendo. Dios ordenó los festivales del
antiguo pacto. Los principales eran la Pascua, Pentecostés y el de los Tabernáculos. A través de Moisés, él le ordenó a
los israelitas que subieran tres veces al año a Jerusalén para observarlos. El guardar fielmente estos festivales requería
de mucho tiempo, esfuerzo y gasto financiero y fueron olvidados por varios siglos. Los reyes Ezequías, Josías y,
después Esdras, el escriba, recibieron estos festivales e instruyeron al pueblo que debían observarlos.
Jesús tenía algo mucho mejor que ofrecer. El trajo el cumplimiento al nuevo pacto. Pablo se refirió a esto con las
siguientes palabras : '...porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la
festival, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad
y de verdad'. Gradualmente, los seguidores de Jesús se apartaron de los festivales externos, pues descubrieron su
contraparte y ésta era mucho mejor. Yo hablo en mayor profundidad acerca de este tema en el artículo Los Festivales
de Israel.
La iglesia organizada, especialmente después de haberse establecido bajo el emperador romano Constantino,
perdió las realidades del nuevo pacto y las revirtió a festivales paganos que nunca fueron ordenados por Dios. Navidad,
la Pascua y otros festivales en el calendario de la iglesia tienen sus orígenes en antiguas religiones paganas. En otro
artículo titulado Christmas and Other Festivals in the Old Covenant, New Covenant and Church (Navidad y otros
Festivales en el Antiguo Pacto, Nuevo Pacto y la Iglesia) he escrito acerca de estos temas.
Un Nuevo Sábado
Al igual que pasa con los festivales, también ocurre con el Sábado. Dios designó el sábado como el día de
solemne pacto entre El y el pueblo de Israel. El sábado era el séptimo día de la semana. El autor de la carta a los
hebreos veía claramente que el sábado hablaba de descanso espiritual, un día relativamente independiente de cualquier
día de la semana. El lo dijo de esta forma : 'Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado
en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo,
para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia' (Hebreos 4:9-11).
La iglesia, de nuevo, había ganado aceptación con el hombre y había perdido el favor de Dios, se había vuelto al
paganismo para encontrar inspiración y había adoptado el sábado como el día especial que había que guardar. Para
mayor información a este respecto, lea El Descanso del Sábado.
Resumen
Hemos estudiado la ley, los maestros, las escrituras, el pueblo, los sacerdotes, los edificios, los festivales y el
sábado. En cada uno de estos aspectos podemos ver los mismos tres aspectos : una orden del antiguo pacto, el
cumplimiento del nuevo pacto y una falsificación de la iglesia.
Hubo maestros genuinos del antiguo pacto, luego la gloriosa realidad del Maestro que habita dentro de nosotros,
luego la falsificación de la jerarquía religiosa con sus muchas y variadas manifestaciones. Dios le dio una ley buena y
justa a Su pueblo, seguido de la maravillosa realidad de una ley interna escrita en sus corazones. Tristemente después
vemos que por muchos siglos volvieron a las leyes humanas, rituales y libros de oración que nunca fueron inspirados
por Dios. Encontramos un pueblo del antiguo pacto descendientes de Abraham, a través de Isaac y Jacob, un pueblo
nuevo nacidos del Espíritu de Dios, y un pueblo falsificado basado en el bautismo o en la membresía de la iglesia.
Vemos a los sacerdotes levíticos, a los sacerdotes de Melquisedec y a los sacerdotes eclesiásticos. Hubo un tabernáculo
del antiguo pacto y después, un templo, un templo humano maravilloso del nuevo pacto que sobrepasaba al original y
luego edificios paganos reclamando ser las casas de Diuos. Tenemos las sombras de festivales levíticos, y las
realidades del nuevo pacto, y los festivales paganos falsos. Finalmente tenemos el sábado del antiguo pacto y un
descanso espiritual del nuevo pacto y el día domingo para la iglesia pagana.
Jesús inauguró el nuevo pacto con Su sangre. Muchos de sus primeros seguidores derramaron su sangre por el
privilegio de caminar en ella. La carta a los hebreos fue escrita, en su mayoría, para fortalecerlos en ese conflicto.
Tiene abundantes advertencias para aquellos que quieren volver atrás. Cada capítulo es importante para este tema.
Permítame terminar con una cita del capítulo 12, versículos 18 al 24 :
'Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y
a la tempestad,... sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la
compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a
Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que habla.'
Traducido por Karla Noriega.
El Sacerdocio de Melquisedec
Los Festivales de Israel
Las Escrituras y la Palabra de Dios
El Descanso del Sábado
Versión de este artículo en inglés
Hemos demostrado en Hebreos 8:6-13 que los pactos antiguos como el nuevo no son al final dos pactos
separados y diferentes. En todos los puntos esenciales son iguales.
Las diferencias que existe entre ellos son sólo en lo que nosotros llamamos diferencias administrativas, o
detalles administrativos. Es sólo con respecto a estos detalles que uno es “viejo” y el otro “nuevo,” y que por
lo tanto el viejo perece y muere en este sentido. Un nuevo presidente es un cambio de administración y por
lo tanto es un nuevo gobierno en ese sentido limitado, no es un cambio en el tipo de gobierno referente a
la constitución en sí.
Entonces, ¿Cómo son diferentes los antiguos pactos y el nuevo? Según Hebreos 8 de tres maneras:
Primeramente, hay un cambio de mediador (v.6). Cristo reemplaza a Moisés. Sin embargo, esta no es una
diferencia esencial ya que Moisés era un tipo de Cristo en el AT. En Hebreos 3:5 Moisés es llamado
un “testimonio de lo que se iba a decir.” En Deuteronomio 18:15 Moisés mismo habla de Cristo como
un “Profeta. . . como yo…” Por lo tanto, esta diferencia es sólo administrativa en el pacto.
Segundo, también hay un cambio en la forma en que la ley está escrita en el pacto (Hebreos 8:10). Como
hemos señalado ya, la ley misma no es removida; simplemente se re-escribe en las tablas del corazón del
pueblo de Dios en lugar de tablas de piedra. Esto también es sólo un cambio administrativo aunque tiene
gran significado y efecto para el creyente del Nuevo Testamento. Algo re-escrito no es algo diferente y
separado de lo que ya había sido escrito anteriormente.
Este segundo punto es de suma importancia ya que en Deuteronomio 4:13 y en Hebreos 8:10 el sólo hecho
de que Dios da Su ley a Su pueblo significa la entrega del pacto. No se puede entonces argumentar que
aunque la ley era la misma, los pactos son diferentes. Ambos se identifican tanto en Deuteronomio como en
Hebreos como el pacto de Dios con Su pueblo.
Tercero, el nuevo pacto trae también una revelación más plena y completa del pacto de gracia. Esto es
precisamente lo que está hablando el autor de Hebreos en 8:11. Esta revelación más completa es de tal
naturaleza que todo el pueblo de Dios conoce directamente al Mediador y ya no más a través de la
intervención de mediadores terrenales. No hay bajo el nuevo pacto la necesidad de maestros como lo era
antes por medio de sacerdotes y levitas del Antiguo Testamento (ver Mal. 2:6-7 para la prueba de que ellos
especialmente eran los maestros del Antiguo Testamento). Esto también es un cambio meramente
administrativo. El nuevo pacto no trae una nueva (diferente y separada) revelación de Dios del pacto sino
una mejor revelación del pacto de gracia (Hebreos 8:6), es decir, una revelación que es completa y que
muestra las realidades profetizadas bajo el antiguo pacto.
Sólo hay un pacto eterno de Dios para Su pueblo.