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Pacto bíblico

El pacto en la Biblia, según el estudio de algunos teólogos y eruditos, se presenta de dos formas:


 La primera aparece en el Antiguo Testamento, cuando Adán1 desobedece junto con su
mujer Eva2, fue un pacto condicional con Dios, en el cual la vida y la muerte la bendición y la
maldición le fue dada al hombre con la posibilidad de escoger su propio camino. (Genesis
3:15-17; Deutoronomio 30:15-20)

 La segunda aparece en los evangelios, cuando Jesucristo viene a la tierra como Hijo de


Dios y se entrega a Sí mismo como el nuevo pacto, también simbolizado con el pan y el vino
como su carne y su sangre (Lc 22, 10-23).3 Para la Iglesia católica, el pacto se materializa en
la misa mediante la Eucaristía o comunión. Para los protestantes, el término del pacto es el
compromiso con Dios por medio de Jesucristo para la salvación. Dicho pacto se conmemora,
para la mayoría de ellos, mediante el ritual de la Santa Cena, celebrado desde el tiempo de
Jesús y sus apóstoles.

1 - EL PACTO EDÉNICO. Génesis 1:28-30
Es el primero de los ocho grandes pactos bíblicos que determinan la vida del hombre y su
salvación, y en los cuales todas las Escrituras se concretan, tiene siete elementos.
En el huerto del Edén el hombre y la mujer eran responsables de lo siguiente :
A - Poblar la tierra con una nueva especie, la especie humana.
B - Sujetar la tierra para el provecho del hombre mismo.
C - Tener dominio sobre la creación animal.
D - Comer hierbas y frutos.
E - Labrar y cuidar el huerto.
F - Abstenerse de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
G - El castigo : muerte.

2 - EL PACTO ADÁMICO. Génesis 3:14-19


El pacto Adámico gobierna la vida del hombre en su estado caído.
Las condiciones de este pacto establece han de continuar hasta la edad del reino milenial, cuando
"la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos
de Dios" ( Romanos 8:21 ).

Los elementos del Pacto Adámico son los siguientes :


A - La serpiente, el instrumento de Satanás, cae bajo maldición ( Génesis 3:15 ), y llega a ser de
este modo la ilustración que Dios pone en la naturaleza en cuanto a los efectos del pecado.
¡ Habiendo sido la más hermosa y astuta de todas las criaturas se convierte en un reptil
asqueroso. ¡Aquí se insinúa el más profundo misterio de la expiación. La serpiente de bronce es
un tipo de Cristo quien "se hizo pecado por nosotros" cuando sufrió en la cruz el juicio que
nosotros merecíamos ( Num 21:5-9; Jn 3:14, 15; 2 Cor 5:21 ). El bronce representa juicio: en el
altar de bronce, el juicio de Dios; en el lavacro, el juicio que el pecador hace de sí mismo.
B - La primera promesa en cuanto al Redentor (Génesis 3:15) Aquí comienza la línea de
ascendencia de la simiente", Abel, Set, Noé (Gn 6:8-10). Sem (Gn 9:26,27), Abraham (Gn 12:1-4),
Isaac (Gn 17:19-21), Jacob (Gn 28:10-14), Judá (Gn 49:10), David (2S 7:5-17), Emanuel, el Cristo
(Is 7:9-14; Mt 1:1, 20-23; Jn 3: 8; Jn 12: 31)
C - La condición de la mujer se cambia (Gn 3:16) en los tres siguientes particulares :
a - La concepción es multiplicada; b - La maternidad es acompañada de dolor; c - El hombre
recibe autoridad sobre la mujer (comp Gn 1:26, 27). La entrada del pecado, el cual significa
desorden, hizo necesario que hubiera autoridad, y esta es conferida al hombre. (1 Timoteo 2:11-
14; Efesios 5:22-25; 1 corintios 11:7-9)
D - La tierra es maldita (Gn 3:17) para beneficio del hombre. Es mejor para el hombre caído luchar
con una tierra que le ofrece resistencia, que vivir en ociosidad.
E - El inevitable dolor de la vida (Gn 3:17)
F - La tarea liviana que el hombre tenía en el Edén (Gn 2:15) se cambia en trabajo oneroso (Gn
3:18,19).
G - Muerte física (Gn 3:19; Romanos 5:12-21) Véase muerte espiritual (Gn 2:17; Efesios 2:5)
3 - EL PACTO CON NOÉ. Génesis 9:1-17
Los elementos de este pacto son los siguientes :
A - Se confirma la relación que bajo el Pacto Adámico el hombre tenía con la tierra. (Gn 8:21)
B - Se confirma el orden de la naturaleza ( Gn 8:22)
C - Se establece el gobierno humano. (Gn 9:1-6)
D - Se asegura que la tierra no ha de ser juzgada por medio de otro diluvio universal (Gn 8:21;
9:11)
E - Se declara proféticamente que la descendencia de Cam será inferior y servil (Gn 9:24,25)
F - Se declara proféticamente que Sem estará relacionado con Jehová de una manera muy
especial (Gn 9:26,27). Toda revelación divina ha venido por medio de individuos de raza Semítica,
y en cuanto a su humanidad, Cristo es un descendiente de Sem.
G - Se declara proféticamente que de Jafet descenderán las razas que serán "engrandecidas" (Gn
9:27). Hablando en términos generales, el gobierno, la ciencia y las artes han venido de Jafet, y
por lo tanto la historia es el documento indisputable tocante al exacto cumplimiento de estas
declaraciones proféticas.

4 EL PACTO CON ABRAHAM. Gn 15:18


Según su formación (Gn 12:1-4) y confirmación (Gn 13:14-17; 15:1-7; 17:1-8), el Pacto con
Abraham se divide en siete distintas partes :
A - "Y haré de ti una nación grande". Esto se ha cumplido de tres maneras :
a - En la posteridad natural de Abram : "como el polvo de la tierra" (Gn 13:16; Jn 8:37), es decir, el
pueblo Hebreo. b - En la posteridad espiritual de Abram : "Mira ahora los cielos... Así será tu
descendencia" (Jn 8:39; Ro 4:16,17: (Jn 8:39; Ro 4:16,17; 9:7,8; Ga 3:6,7,29), es decir, todos los
hombres de fe, ya sean judíos o gentiles. c - Esa promesa se cumplió también por medio de
Ismael (Gn 17:18-20)
B - "te bendeciré". Esto se cumplió de dos maneras : a - materialmente (Gn 13:14,15,17; 15:18;
24:34,35); b - espiritualmente (Gn 15:6; Jn 8:56)
C - "y engrandeceré tu nombre". El nombre de abraham se encuentre entre los nombres de fama
universal.
D - "y serás bendición" (Ga 3:13,14)
E - "Bendeciré a los que te bendijeren". El cumplimiento de esta promesa se halla estrechamente
relacionado con la siguiente cláusula

F - "y a los que te maldijeren maldeciré". Esto se ha cumplido de modo maravilloso en la historia
de la dispersión de Israel. Los pueblos que han perseguido a los judíos han sufrido
inevitablemente fracaso, en tanto que las naciones que han protegido este pueblo han prosperado.
Esta verdad se demostrará de manera más notable en el futuro (Dt 30:7; Is 14:1,2; Jl 3:1-8; Mi 5:7-
9; Hag 2:22; Zac 14:1-3; Mt 25:40,45)
G - "y serán benditas en ti todas las familias de la tierra". Esta es la gran promesa evangélica que
se cumplió en la Simiente de Abraham, el Cristo (Ga 3:16; Jn 8:56-58), y que hace más específica
la promesa del Pacto Adámico concerniente a la Simiente de la mujer (Gn 3:15)
La dádiva de la tierra se modifica por la profecía de tres desposeimientos y tres restauraciones
(Gn 15:13,14,16; Jer 25:11,12: Dt 28:62-65; 30:1-3). Dos desposeimientos y restauraciones han
tenido ya lugar. Israel está experimentando actualmente la tercera dispersión, de la cual será
restaurado en la venida del Señor como Rey bajo Pacto Davídico (Dt 30:3; Jer 23:5-8; Ez 37:21-
25; Lc 1:30-33; Hch 15:14-17)

5. EL PACTO MOSAICO. Éxodo 19:25.


A - Este convenio es hecho con Israel
B - En tres divisiones, cada una de las cuales es esencial para las otras dos y que forman lo que
se conoce como el Pacto Mosaico. Dichas divisiones son las siguientes :
a. Los mandamientos, que expresan la justa voluntad de Dios. (Ex 20:1-26);
b. Los juicios que gobiernan la vida social de Israel (Ex 21:1-24:11)
c. Las ordenanzas que gobiernan la vida religiosa de Israel (Ex 24:12-31:18)
Estos tres elementos forman la "LEY", según el sentido genérico que se da a esta frase en el
Nuevo Testamento (Por ej: Mt 5:17,18)
Los Mandamientos y las ordenanzas formaron un sistema religioso. Los Mandamientos eran un
"ministerio de condenación" y de "muerte" (2 Co 3:7-9)
En la persona del Sumo Sacerdote, las ordenanzas dieron al pueblo un representante que
intercedería por ello delante de Jehová; y en sacrificios, una "cubierta" (véase "Expiación", Lv 16:6,
nota) para los pecados, como una anticipación de la cruz (He 5:1-3; 9:6-9; Ro 3:25,26) El cristiano
no está bajo el Pacto Mosaico, que es un pacto condicional y de obras; es decir, que no está bajo
la Ley, sino bajo el Nuevo Pacto, que es un pacto incondicional y de pura gracia (Ro 3:21-27;
6:14,15; Gá 2:16; 3:10-14, 16-18, 24-26; 4:21-31; He 10:11-17)

6 - EL PACTO PALESTINO. Deuteronomio 30:3


Señala las condiciones bajo las cuales Israel entró a la tierra prometida. Es importante observar
que la nación no ha poseído nunca esta tierra bajo el pacto incondicional de Abraham, ni nunca la
ha poseído toda la tierra de Palestina. (comp Gn 15:18 con Nm 34:1-12). El Pacto Palestino en su
aspecto futuro se divide en siete partes principales :
A - Dispersión a causa de la desobediencia, v1 (Dt 28:63-68. Véase Gn 15:18, nota)
B - El arrepentimiento futuro de Israel, cuando este pueblo se hallará todavía disperso
C - El Regreso del Señor (Am 9:9-14; Hch 15:14-17)
D - Restauración de Israel a la tierra prometida (Is 11:11,12; Jer 23:3-8; Ez 37:21-25)
E - Conversión Nacional de Israel (Ro 11:26, 27; Os 2:14-16)
F - El juicio de los opresores de Israel (Is 14:1,2; Jl 3:1-8; Mt 25:31-46)
G - Prosperidad Nacional (Am 9:11-14)

7 - DAVÍDICO. 2 Samuel 7:8-17


Este pacto sobre el cual se basa el reino glorioso de Cristo, "de la simiente de David según la
carne", da seguridad de :
A - Una "casa" davídica; es decir, posteridad, familia.
B - Un "Trono"; es decir, autoridad real.
C - Un reino; esto es, una esfera de gobierno.
D - Perpetuidad, "para siempre"
E - Estas cuatro promesas tienen sólo una condición : la desobediencia en la familia davídica
traerá el castigo sobre el, pero no la abrogación del pacto (2 S 7:15; Sal 89:20-37; Is 24:5; 54:3).
El castigo vino; primero en la división del reino bajo Roboam, y finalmente en los cautiverios (2R
25:1-7). Desde aquel entonces solamente un rey de la línea davídica ha sido coronado en
Jerusalén, y Él fue coronado de espinas. Pero el Pacto Davídico, confirmado a David por el
juramento de Jehová y renovado a María por el ángel Gabriel, es inmutable (Sal 89:30-37), y el
Señor Dios dará todavía a aquel que fue coronado de espinas "el trono de David su padre" (Lc
1:31-33; Hch 2:29-32; 15:14-17)
8 - NUEVO PACTO. Hebreos 8:8
Es "mejor" que el Pacto Mosaico, no moralmente, sino en cuanto a su eficacia (he 7:19; Ro 8:3,4).
El Nuevo Pacto se halla establecido sobre "mejores" promesas, es decir, promesas
incondicionales. En el Pacto Mosaico, Dios dijo : "si guardareis" (Ex 19:5); en obediencia era
producida por el temor (He 2:2; 12:25-27); bajo el Nuevo Pacto, ella es el fruto espontáneo de una
mente y un corazón voluntarios (v.10). El Nuevo pacto garantiza la revelación personal del Señor a
cada creyente (v.11); el completo olvido de los pecados (v.12; He 10:17; comp He 10:3); el
descanso espiritual en una redención ya consumada (Mt 26:27, 28; 1Co 11:25; He 9:11, 12, 18-
23); y asegura la preservación futura y bendición de Israel (Jer 31:31-40; véase también "Reino
(A.T.)", y 2S 7:8-17). El Nuevo Pacto es el octavo, en su número de orden y de esta manera nos
habla de resurrección y perfección eterna.

El Nuevo Pacto se basa en el sacrificio de Cristo y garantiza la bendición eterna, bajo el Pacto de
Abraham )Ga 3:13-29) a todo aquel que cree. Es un pacto absolutamente incondicional, y puesto
que en su establecimiento no se impone ninguna responsabilidad al hombre, su naturaleza es de
carácter final e irrevocable.

La relación que Cristo tiene con los ocho pactos mencionados es la siguiente :
1. En cuanto al Pacto Edénico, Cristo, como "el segundo Hombre", el "último Adán" (1Co 15:45-
47), asume el lugar de supremacía sobre todas las cosas que el primer Adán perdió (Col 2:10; He
2:7-8) 2. Cristo es la "Simiente de la mujer" mencionada en el Pacto Adámico (Gn 3:15; Jn 12:31;
1 Jn 3:8; Ga $:4; Ap 20:10), y Él cumplió las condiciones del trabajo (Mr 6:3) y obediencia
impuesta por dicho pacto. 3. Como el más grande entre los hijos de Sem, en Él se cumplió de
manera suprema la promesa hecha a este patriarca y a su descendencia en el Pacto de Nóe (Gn
9:1, nota; Col 2:9) 4. Él es la "Simiente a quien las promesas fueron hechas" en el Pacto de
Abraham; Él es el hijo de Abraham, obediente hasta la muerte (Gn 22:18; Ga 3:16; Fil 2:8) 5. Él
vivió sin pecado bajo el Pacto Mosaico y llevó sobre Sí mismo la maldición pronunciada por este
pacto (Ga 3:10-13) 6. Él vivió obedientemente como un judío en la tierra, bajo el Pacto Palestino,
cuyas promesas de bendición Él cumplirá en el futuro (Dt 28:1-30:1-9) 7. Cristo es la "Simiente", el
"Heredero", y el "Rey" bajo el Pacto Davídico (Mt 1:1; Lc 1:31-33) 8. Su sacrificio es el fundamento
del Nuevo Pacto (Mt 26:28; 1 Co 11:25)
HEBREOS 9 – EL ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO COMPARADOS
A. Las características del Antiguo Pacto son descritas.
1. (Hebreos 9:1-5) El tabernáculo del Antiguo Pacto y su mobiliario.

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el
tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el
candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del
tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del
pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el
maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines
de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en
detalle.
a. Un santuario terrenal: El tabernáculo ordenado por el Antiguo Pacto fue planeado por Dios,
pero planeado para un servicio terrenal.
b. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: El tabernáculo era una carpa de 45 pies de
largo, 15 pies de ancho, y 15 pies de alto, dividido en dos habitaciones. La habitación más grande
(la primera parte) era el “lugar santo” de 15 por 30 pies. Tras el segundo velo estaba la
habitación más pequeña, de 15 por 15 pies, llamada El Lugar Santísimo.
c. El candelabro, con una caña central y seis brazos, estaba en la primera parte y no tenía una
medida específica, fue hecho de oro puro; proveía de la única luz en el tabernáculo (Éxodo 25:31-
40).
d. La mesa estaba en la primera parte y fue hecha con madera de Acacia cubierta con oro, tenía
3 pies de largo, 1½ pies de ancho y 2 pies 3 pulgadas de alto. Sostenía los doce panes de
la proposición, cada uno representando la comunión de Dios con las doce tribus de Israel.
(Éxodo 25:23-30).
e. El santuario se refiere a la primera parte, conocida como el “Lugar Santo.” Un velo (una
cortina gruesa) separaba a la primera parte del Lugar Santísimo (Éxodo 26:31-33).
f. El incensario de oro fue hecho de madera de Acacia cubierta con oro, tenía 1½ pies
cuadrados, y 3 pies de alto. Estaba delante del velo en el “lugar santísimo”, y era usado para
quemar incienso (Éxodo 30:1-8).
g. El arca del pacto estaba dentro del Lugar Santísimo, y era un cofre hecho de madera de
acacia cubierto de oro, de 3¾ pies de largo, 2¼ pies de ancho, y 2¼ pies de alto, con cuatro
anillos, dos de cada lado, donde iban las varas que sería utilizadas para cargarla. (Éxodo 25:10-
22).
i. Dentro del arca estaban la urna de oro que contenía el maná (Éxodo 16:33), la vara de Aarón
que reverdeció (Números 17:6-11), y las tablas del pacto (Éxodo 25:16).
ii. El maná le recordaba a Israel la provisión de Dios y su ingratitud. La vara de Aarón les
recordaba de su rebelión contra la autoridad de Dios. Las tablas del pacto les recordaban de su
fracaso al tratar cumplir con los Diez Mandamientos y el resto de la ley.
h. El propiciatorio era la “tapa” ornamentada del arca del pacto, hecha con diseños de
querubines sobre ella; la sangre del sacrificio era rociada sobre él para el perdón de los pecados
de Israel en el día de la expiación (Éxodo 25:17-22).
i. Cuando Dios miraba dentro del arca, Él veía los símbolos de la rebelión y el fracaso de Israel.
Pero cuando se aplicaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio, su visión del pecado de
Israel era cubierta con la sangre del sacrificio.
2. (Hebreos 9:6-7) El servicio sacerdotal en el tabernáculo en el Antiguo Pacto.
Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes
continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo
sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de
ignorancia del pueblo;
a. En la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los
oficios del culto: Los sacerdotes, como se les había designado, entraban diariamente al “Lugar
Santo” para realizar sus funciones sacerdotales, tales como cuidar el candelero y sustituir los
panes de la proposición.
b. Pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año: Al “Lugar Santísimo” se
entraba solamente una vez al año, lo hacía sólo el sumo sacerdote, en el Día de la Expiación.
c. El sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre: Su entrada a la segunda parte no era
para tener comunión, sino solo por expiación, primero por sus propios pecados, y luego por los
pecados de su pueblo.
i. El acceso al Lugar Santísimo estaba severamente restringido, e incluso cuando alguien podía
entrar, no era para tener una verdadera comunión con Dios.
ii. Los antiguos Rabinos judíos escribieron acerca de cómo el sumo sacerdote no hacía muy
prolongada su oración dentro del Lugar Santísimo, porque podía hacer que el pueblo pensara que
había muerto. Cuando él salía, ofrecía una fiesta para todos sus amigos, porque había salido sin
peligro de la presencia de Dios.
d. Los pecados de ignorancia del pueblo: Los pecados de la ignorancia eran el objetivo
principal del Día de la expiación. Se asumía que ya se habían ocupado del pecado conocido a
través de las ofrendas regulares por el pecado y los sacrificios diarios.
i. En este aspecto, el trabajo de Jesús es mucho más grande que el trabajo hecho en el Día de la
Expiación. La obra de Jesús en la cruz es suficiente para expiar los pecados de la ignorancia y
también aquellos que conocemos.
3. (Hebreos 9:8-10) El Espíritu Santo da entendimiento sobre el servicio sacerdotal bajo el Antiguo Pacto.

Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al
Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual
es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que
no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que
consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la
carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
a. Aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera
parte del tabernáculo estuviese en pie: El viejo tenía que desaparecer antes de que el nuevo
camino de Dios pudiera ser revelado.
b. Lo cual es símbolo para el tiempo presente: Símbolo es la palabra griega antigua parabole.
El tabernáculo mismo y todo lo que el Antiguo Pacto representaba sugerían verdades más
profundas, parábolas del Nuevo Pacto.
c. No pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto: El servicio
sacerdotal realizado hoy (en el tiempo del escritor) no hace limpios ni perfectos en cuanto a la
conciencia.
i. Si la purificación es incompleta para el sacerdote, ¡qué tanto más para la persona, en cuyo
beneficio trabajaba el sacerdote!
c. Ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas : La
debilidad del servicio sacerdotal bajo el Antiguo Pacto era su incapacidad para hacer frente a la
necesidad de una transformación interna en el hombre; por lo tanto sólo era impuesta hasta el
tiempo de reformar las cosas.
B. Las características del Nuevo Pacto son descritas.
1. (Hebreos 9:11) El santuario superior del Nuevo Pacto

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
a. Por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos: Jesús, como nuestro
Sumo Sacerdote, ministra en un santuario superior- en el trono mismo de Dios, un lugar más
grandioso que cualquier cosa que manos humanas pudieran hacer.
2. (Hebreos 9:12-15) El sacrificio superior del Nuevo Pacto.

Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez
para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la
sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el
cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador
de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones
que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
a. La sangre de machos cabríos y de becerros eran suficientes para cubrir el pecado
temporalmente; pero solo un sacrificio perfecto podía obtener eterna redención.
i. El sacrificio de Jesús fue superior en que era perfecto, voluntario, racional, y motivado por el
amor.
b. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos… santifican para la purificación
de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo?: Si estos sacrificios imperfectos eran
considerados como suficientes por Israel, ¿Cuánto más deberían considerar la máxima suficiencia
del sacrificio perfecto?
i. Las cenizas de la becerra se refiere a los restos de una ofrenda de holocausto que eran
preservados y echados en la fuente de bronce para lavar, para proveer del agua adecuada para la
ceremonia de purificación (Números 19:1-10).
ii. Esto era una sombra, que fue cumplida y terminada cuando Jesús ofreció una purificación
perfecta; no hay ningún valor en el “agua bendita” usada por la Iglesia Católica Romana.
iii. Supuestamente, hay una búsqueda de una “vaca roja” que puede ser sacrificada, y sus cenizas
utilizadas como parte de la restauración de las funciones sacerdotales para un reconstruido templo
en Jerusalén.
c. ¿Cuánto más la sangre de Cristo… limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo? El sacrificio de Jesús es suficiente para restaurar incluso a nuestra
dañada conciencia.
i. Nuestra conciencia es una maravillosa herramienta de Dios. Pero no es perfecta. Nuestra
conciencia puede ser cauterizada (1 Timoteo 4:2). Nuestra conciencia puede ser corrompida (Tito
1:15). Nuestra conciencia puede ser mala (Hebreos 10:22).
d. Limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo: Obras
muertas probablemente lleva la idea del pecado en general, en el sentido de “obras que traen la
muerte.” Pero también debe hablar de la vana continuación del Antiguo Pacto, lo que ciertamente
es una obra muerta – y el tipo de cosas a las que estos desalentados cristianos estaban tentados
a regresar.
e. Es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte: El trabajo de Jesús como
mediador fue fundamentalmente logrado con su muerte. Su trabajo celestial como mediador se
basa en ese sacrificio perfecto.
f. Para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto: El pago de Jesús en
la cruz logró la remisión de las transgresiones para aquellos que estaban bajo el primer pacto.
Cada sacrificio por el pecado hecho por fe bajo el mandato Mosaico fue un pagaré cobrado en la
cruz.
3. (Hebreos 9:16-22) La necesidad de la muerte de Jesús

Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el
testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado
Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y
de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también
a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además
de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi
todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión.
a. Porque el testamento con la muerte se confirma: Un testamento (en el sentido de “última
voluntad y testamento”) solo entra en vigor cuando la persona que lo hizo muere. Por lo tanto
Jesús tenía que morir para que el testamento –el pacto- entrara en vigor.
b. Recuerde que la palabra que ha estado siendo utilizada para pacto en realidad es la
palabra testamento. La idea es esencialmente la misma que la de un pacto, excepto que sólo
está dictada por una de las partes, no negociada por las dos partes.
c. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre: Evidentemente, la muerte era
necesaria para el Antiguo Pacto. Prácticamente cada parte del sistema de sacrificios bajo la Ley
de Moisés era tocada por sangre de una u otra forma.
d. Se declara un principio importante: sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de
pecado].
i. La gente moderna piensa que el pecado es remitido (perdonado) por el tiempo, por nuestras
buenas obras, por nuestras vidas decentes, o simplemente por la muerte.
ii. Pero no hay perdón sin derramamiento de sangre, y no hay perdón perfecto sin
sacrificio perfecto.
4. (Hebreos 9:23-28) El santuario perfecto recibe el sacrificio perfecto.

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero
las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse
ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo
sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido
necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la
consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo
para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una
sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con
el pecado, para salvar a los que le esperan.
a. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así : Era
aceptable para las figuras de las cosas celestiales en el santuario terrenal, el ser “purificadas”
con sacrificios imperfectos. Pero las cosas celestiales mismas solo podían ser purificadas con
una ofrenda perfecta.
b. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano… sino en el cielo mismo: El
sacrificio de Jesús fue hecho en la tierra, pero es la base su trabajo continuo como nuestro
mediador y Sumo Sacerdote en el cielo. El autor de los Hebreos lo proclama: para presentarse
ahora por nosotros ante Dios. No es difícil creer que él se presenta ahora por nosotros ante
Dios. Pero creer que él se presenta ahí por nosotros ¡es glorioso!
c. Y no para ofrecerse muchas veces: El ministerio de Jesús por nosotros continúa en el
cielo, pero no en el sentido de continuar con la expiación por nuestros pecados. Su ministerio
continúa por nosotros en intercesión y defendiéndonos contra el acusador del pueblo de Dios
(Apocalipsis 12:10). Pero no continúa en el sentido de que tenga que ofrecerse muchas veces.
Su sacrificio fue una vez por todas, y satisfizo a la perfección la santa justicia de Dios.
i. Este pasaje y principio es una reprimenda directa para la práctica y teología Católica Romana de
la Eucaristía. En la Eucaristía, la Iglesia Católica Romana desea repetir – no recordar,
sino repetir – el sacrificio expiatorio de Jesús innumerables ocasiones. Esto es absolutamente
indefendible en las Escrituras, y niega el trabajo terminado de Jesucristo en la cruz. Las Escrituras
lo han dejado muy claro: no para ofrecerse muchas veces.
d. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del
mundo: Si el sacrificio de Jesús no hubiera sido perfecto, entonces hubiera tenido que ser algo
continuo y constante – incluso desde el principio del mundo. Los sacrificios imperfectos deben
ser repetidos continuamente, pero un sacrificio perfecto puede ser hecho una sola vez y para
siempre, y genuinamente quitar de en medio el pecado (no solo cubrir el pecado, como con el
sacrificio bajo el Antiguo Pacto). El mensaje es claro: se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
i. Este principio del sacrificio explica por qué el sufrimiento del infierno debe ser eterno para
aquellos que rechazan el sacrificio expiatorio de Jesús. Ellos están en el infierno para pagar la
pena por su pecado, pero como seres imperfectos son incapaces de hacer un pago perfecto. Si el
pago no es perfecto, entonces tiene que ser continuo y constante – ciertamente, por toda la
eternidad. Un alma podría ser liberada del infierno en el momento en el que su deuda de pecado
sea pagada completamente – lo cual es otra forma de decir nunca.
e. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos: Tan cierto como que morimos una sola vez y luego enfrentamos el juicio,
así Jesús solo tuvo que morir una vez (no repetidamente, no continuamente) para llevar nuestros
pecados.
i. No es la intención del autor de Hebreos discutir sobre el asunto de la reencarnación. Eso es una
parte del asunto; él simplemente da a notar este evidente punto: está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio . Así como eso es tan obvio,
también lo es que Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. Para
el autor de Hebreos, la verdad de que está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio es un principio indisputable.
ii. A pesar de que no era realmente el punto del escritor discutir la reencarnación, sin duda
la descarta por completo. Nosotros no morimos y vivimos y morimos y vivimos y algunas vidas a lo
largo del camino enfrentan un eterno ajuste de cuentas. Solo tenemos esta vida, y luego
enfrentamos el juicio. Esto significa que no hay segundas oportunidades más allá de la tumba.
Ahora es el tiempo de elegir a Jesucristo, porque cuando morimos, viene después de esto el
juicio.
iii. Es importante resaltar que el principio de: está establecido para los hombres que mueran
una sola vez no es un principio absoluto. Hay algunas excepciones únicas y extraordinarias. Enoc
(Génesis 5:24) y Elías (2 de Reyes 2:11) nunca murieron. Varias personas en la Biblia fueron
levantadas de los muertos (1 de Reyes 17:22, 2 de Reyes 13:20-21, Mateo 9:25, Juan 11:43-
44, Hechos 20:9-11), y por lo tanto murieron dos veces. Aquellos que sean arrebatados en el
rapto (1 Tesalonicenses 4:17) nunca experimentarán la muerte. Sin embargo estas extraordinarias
y únicas excepciones no niegan el principio de: está establecido para los hombres que mueran
una sola vez; sino que son excepciones que prueban la regla.
f. Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado: El enfoque de la primera venida de
Jesús fue hacer frente al problema del pecado a través de su sacrificio expiatorio. Pero ahora,
habiendo solucionado a la perfección el problema del pecado, viene otra vez sin relación con el
pecado – para la salvación (en el sentido de rescate) de su pueblo.
i. Para salvar a los que le esperan: Se asume que todos los creyentes le esperan. Es un caso
triste que esta suposición no siempre resulta verdad.
©2016 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.

¿Qué es el Antiguo Pacto?
La Biblia habla de un Antiguo y un Nuevo Pacto. ¿Qué era el Antiguo Pacto? ¿Fueron
abolidas las leyes de Dios junto con el Antiguo Pacto?

Los pactos son comunes en nuestros días, como lo fueron en los tiempos bíblicos. Un pacto es un contrato o
acuerdo formal vinculante entre dos o más partes, en el que cada una de ellas se compromete a cumplir con
los términos específicos establecidos en el pacto.
Entonces, ¿qué es el Antiguo Pacto?

Antecedentes del Antiguo Pacto


Las raíces de la Antiguo Pacto se remontan a Abraham, el progenitor de Israel. Dios inició un pacto con
Abraham en el que le prometió hacer de sus descendientes una nación especial. Son estos descendientes los
que más adelante se involucraron en un pacto con Dios en el Monte Sinaí.
Veamos las siguientes escrituras en las que Dios explica las promesas específicas a Abraham y a sus
descendientes. Estas promesas incluyen:
 Convertirse en una nación populosa y un conjunto de naciones (Génesis 12:2; 15:5; 17:2-7; 35:11).
 Territorio específico —la Tierra Prometida (Génesis 13:15; 15:18-21; 17:7-8).
 Grandeza nacional (Génesis 22:17; 27:28-29; 28:13-14).
Estas promesas pactadas pasaron de Abraham a su hijo Isaac (Génesis 17:19), a Jacob, el hijo de Isaac (a
quien Dios le cambió el nombre por el de “Israel” —véase Génesis 35:10-12; 28:3-4, 13-14), a los 12 hijos
de Israel (Génesis 49) y a su descendencia (que se convirtió en las 12 tribus de Israel).
Después de la muerte de Abraham, la familia se estableció en Egipto y se multiplicaron considerablemente.
Éxodo 1 narra que mientras estaban en Egipto, se vieron atrapados en una vida de esclavitud. “Y oyó Dios el
gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob” (Éxodo 2:24, énfasis añadido).
Los siguientes 10 capítulos registran la intervención de Dios para sacar a Israel de Egipto, a través de las
famosas 10 plagas y el nombramiento de Moisés como portavoz de Dios.
Luego, 430 años después de confirmar el pacto con Abraham, Dios sacó a sus descendientes de la esclavitud;
finalmente eran libres para empezar a vivir como una nación independiente (véase Éxodo 12:40-41).

La introducción formal de Israel al pacto


La última amenaza de Egipto se ahogó en el Mar Rojo (Éxodo 14). En las semanas siguientes, Dios guió a
Israel lejos de Egipto, hasta que finalmente llegaron al Monte Sinaí, un lugar especial donde Dios le iba a
explicar formalmente el pacto a Israel. Habían pasado muchos siglos desde que los antepasados de Israel
habían estado en contacto con Dios, y la mayoría de las cosas que estaban a punto de escuchar eran “nuevas”
para ellos. Éxodo 19 registra la preparación del pueblo para reunirse con Dios y escuchar su propuesta.
Recuerde que un pacto es un acuerdo formal y vinculante, en el que cada parte acuerda términos o
expectativas específicas. En resumen, Dios requería que Israel obedeciera todo lo que Él dijera. A cambio,
Dios haría de Israel la principal nación de la Tierra.
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos
los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas
son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxodo 19:5-6). ¡Esto es extraordinario, ya que a ninguna otra
nación se le había ofrecido la oportunidad de ser partícipe de un pacto con el Creador del universo!
La escena fue muy dramática, con el sonido de una trompeta, truenos, relámpagos y una nube espesa
cubriendo la montaña. Era el momento en el que Dios mismo se iba a dirigir a la nación: “Y habló Dios todas
estas palabras, diciendo...” (Éxodo 20:1).

Condiciones del pacto


Los capítulos 20-23 del Éxodo registran las principales condiciones del pacto. Incluyen:
 Las leyes preexistentes de Dios. En Éxodo 20 Dios comienza con los Diez Mandamientos. Éstas no eran leyes
nuevas. Por ejemplo, veamos en Éxodo 16:4-5, 22-30 que la obediencia al mandamiento del sábado estaba
claramente vigente antes de que el pueblo llegara al Monte Sinaí. (Para más información acerca de esto, ver
“¿Existían los Diez Mandamientos antes de Moisés?”.)
Además de los Diez Mandamientos, había otras leyes imperativas para los seres humanos mucho antes de
que Israel llegara al Monte Sinaí. Entre ellas estaban estatutos como el del diezmo y las carnes limpias.
Analicemos que, siglos antes, Dios dijo en Génesis 26:5: “por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi
precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (énfasis añadido).
 Leyes que formaban parte de la vida civil dentro del contexto nacional. Ahora que Israel era una nación
completamente desarrollada, se necesitaban ciertos estatutos y juicios para mantener la paz y el orden dentro
de la nación. Muchos estatutos se desprendían de las leyes preexistentes de Dios. Por ejemplo: “A ninguna
viuda ni huérfano afligiréis” (Éxodo 22:22) es una aplicación de la ley fundamental de Dios del amor al
prójimo. “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso” (Éxodo 23:1) es una
ampliación del Noveno Mandamiento.
Los juicios son precedentes que los jueces de la nación debían emitir en caso de conflicto o violación de las
leyes de Dios. Por ejemplo: “Cuando alguno hurtare buey u oveja...” (Éxodo 22:1) establece la pena por esa
violación en particular del Octavo Mandamiento.
El acuerdo de Israel
Las leyes que hacían parte de los Diez Mandamientos estaban vigentes mucho antes de que Dios estableciera
este pacto con Israel (véase “¿Existían los Diez Mandamientos antes de Moisés?”). Fueron incluidos en (o se
convirtieron en uno de los requisitos de) el Antiguo Pacto, y continuaron en el Nuevo Pacto también.
Éxodo 20-23 es llamado “el libro del pacto” (Éxodo 24:4, 7). Después de escuchar la explicación de estos
términos básicos, era el turno de Israel para expresar su acuerdo. “Haremos todas las palabras que el Eterno
ha dicho”, fue su respuesta (Éxodo 24:3, 7).
Después de que Israel aceptó los términos de Dios, el pacto fue ratificado entonces (oficialmente válido y
vinculante) con sangre. Hoy en día firmamos un contrato, por ejemplo, para formalizar nuestro acuerdo con
los términos. La “tinta” de este pacto —por así decirlo— era sangre animal. “Entonces Moisés tomó la
sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que el Eterno ha hecho con vosotros sobre
todas estas cosas” (Éxodo 24:8).
Por supuesto, la sangre de los animales prefiguraba la sangre que Jesucristo iba a derramar un día, y que se
iba a convertir en la sangre del Nuevo Pacto.

Un pacto matrimonial
Muchos han escuchado acerca del Antiguo Pacto, pero pocos han entendido que era similar en muchos
aspectos a un pacto matrimonial. ¡Aún más sorprendente para muchos, fue un pacto entre Israel y el Dios del
Antiguo Testamento, que más tarde vino a la Tierra como Jesucristo! Analice las siguientes escrituras:
 “Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras
que el Eterno le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el Eterno ha dicho,
haremos. Y Moisés refirió al Eterno las palabras del pueblo” (Éxodo 19:7-8).
 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron
el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento
espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la
roca era Cristo... Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las
serpientes” (1 Corintios 10:1-4, 9, énfasis añadido).
 “Porque tu marido es tu Hacedor [de Israel]; el Eterno de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de
Israel; Dios de toda la tierra será llamado” (Isaías 54:5, énfasis añadido).
Como cuando la novia y el novio dicen “sí, acepto” al escuchar las expectativas de cada uno en el
matrimonio, así mismo Israel aceptó someterse a su esposo, y Dios prometió amar y proveer a Israel.
Después de Éxodo 24, Dios continuó elaborando sus leyes y como esperaba que Israel viviera. En otras
palabras, se añadieron leyes después de que Israel dijera “sí, acepto”. Algunas eran ampliaciones de los Diez
Mandamientos; otras eran leyes civiles adicionales; otras eran sentencias adicionales.
Dios también añadió un tabernáculo y un sacerdocio, con un grupo de leyes o regulaciones específicas para
que fueran cumplidas por el sacerdocio y para administrar el tabernáculo. Entre ellas estaban las leyes que
rigen los sacrificios y las ofrendas (Éxodo 25-30).
Démonos cuenta que el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad no estaban entre las promesas que se
hicieron en este pacto. Es importante tener esto en cuenta más adelante al mirar el Nuevo Pacto.Además de
heredar la tierra prometida a Abraham y a sus descendientes Dios también añadió más promesas para la
obediencia de Israel (por ejemplo, ver Levítico 26:3-12).
Démonos cuenta que el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad no estaban entre las promesas que se
hicieron en este pacto. Es importante tener esto en cuenta más adelante al mirar el Nuevo Pacto.

Abandonaron el pacto —de nuevo en cautiverio


Israel tuvo serios problemas con Dios, incluso antes de llegar a la Tierra Prometida. Después de entrar a la
Tierra Prometida, la rebelión y la falta de fidelidad fueron la constante durante los siguientes siete siglos. Fue
tan flagrante, que efectivamente, Israel abandonó el pacto matrimonial.
Veamos la respuesta de Dios ante este rechazo:
“Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no
tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó… Convertíos, hijos rebeldes, dice
el Eterno, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os
introduciré en Sion... Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh
casa de Israel, dice el Eterno” (Jeremías 3:8, 14, 20, énfasis añadido).
Finalmente, en el 700 a.C. Dios permitió que las 10 tribus del norte fueran conquistadas y deportadas en
cautiverio a Asiria. Alrededor de un siglo después, Babilonia conquistó las tribus del sur y también las llevó
en cautiverio.
Y hasta el día de hoy, no hay ningún pacto activo entre Dios y alguna nación física. Ya que las leyes de Dios
son espirituales y no están limitadas al Antiguo Pacto, las naciones de Israel tienen la responsabilidad de
obedecerlas y van a ser castigadas si no lo hacen.

Asuntos pendientes y transición a un nuevo pacto


Hay muchas profecías en las que Dios se refiere a las promesas que hizo en el pacto original con el Israel
físico y, al mismo tiempo, señala el momento en que Jesucristo va a regresar a la Tierra y declara que él va a
revivir esas promesas iniciales.
En otras palabras, aunque Israel abandonó el pacto hace mucho tiempo, Dios le va a restituir la Tierra
Prometida a sus antepasados, y todas las demás bendiciones físicas que le prometió a Abraham —y a sus
descendientes— hace muchos siglos.
Por ejemplo, Deuteronomio 30:1-5 habla de ese tiempo futuro en el que los israelitas de la actualidad (de las
12 tribus) van a estar cautivos en varias naciones, y tan pronto Cristo regrese, los va a rescatar y los va a
llevar de vuelta a la Tierra Prometida.
Veamos el siguiente versículo: “Y circuncidará el Eterno tu Dios tu corazón, y el corazón de tu
descendencia” (énfasis añadido). Esto se refiere a una nueva promesa que se va a ofrecer en ese momento —
la conversión por medio del Espíritu Santo de Dios, que va a ser parte del Nuevo Pacto que se va a ofrecer en
ese momento.
Pero analicemos también el versículo 8: “Y tú volverás, y oirás la voz del Eterno, y pondrás por obra todos
sus mandamientos que yo te ordeno hoy” (énfasis añadido). ¡Vemos que cuando el Nuevo Pacto este en
vigencia, no va a abolir las leyes de Dios!
También en Jeremías 31:31-33, vemos que introduce el Nuevo Pacto y claramente no va a abolir la ley de
Dios:
“He aquí que vienen días, dice el Eterno, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de
Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice el Eterno. Pero este es el pacto
que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Daré mi ley en su mente, y la escribiré
en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (énfasis añadido).
Ezequiel 36:24, 27-28, otra profecía de este tiempo futuro después del regreso de Cristo, también se refiere a
asuntos pendientes en el Antiguo Pacto, mientras se hace la transición al Nuevo Pacto:
“Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país... Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis
por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a
vosotros por Dios” (énfasis añadido).
El Antiguo Pacto contiene sólo promesas físicas y materiales: la bendición de Dios para prosperar, la salud y
la sanidad, la protección de sus enemigos, buen clima, etcétera. Es posible que el Nuevo Pacto también
incluya esas promesas, pero también añade la promesa de un perdón absoluto, el don de su Espíritu y el poder
y la vida para toda la eternidad.

El pueblo falló, no el pacto
Hebreos 8:6 se refiere a Jesucristo como “mediador de un mejor pacto”. ¿Se basa ese pacto en
mejores leyes (como muchos suponen hoy en día)? No. “establecido sobre mejores promesas” (énfasis
añadido). Estas promesas incluyen el perdón de los pecados, el Espíritu Santo de Dios y la inmortalidad. Los
versículos 7-8 dicen que la culpa no fue del pacto, sino de “ellos” (el pueblo).
Finalmente veamos el versículo 13, que dice que el primer (antiguo) pacto “Al decir: Nuevo pacto, ha dado
por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” (énfasis
añadido). Lo que se da y está próximo ¡fueron escritas aproximadamente tres décadas después de que Cristo
dejara la Tierra! Esto habla de los asuntos pendientes del Antiguo Pacto y la introducción del Nuevo Pacto a
todas las personas poco después del regreso de Cristo.
Entonces el Nuevo Pacto se va a iniciar con la nación de Israel y posteriormente con todas las naciones.
Mientras tanto, Dios le está ofreciendo por adelantado, la participación en el Nuevo Pacto a un grupo
relativamente pequeño de personas que ha llamado de este mundo para formar parte de su Iglesia. Sus mentes
fueron abiertas al conocimiento de la verdad y a la necesidad de arrepentirse y recibir el don del Espíritu
Santo de Dios, el cual permite interiorizar las leyes justas de Dios.
El cumplimiento total del establecimiento del Nuevo Pacto no tendrá lugar hasta el regreso de Jesucristo,
cuando todos los que tienen la ley escrita en sus corazones nazcan en la familia de Dios.
Lea más acerca del Nuevo Pacto en nuestro artículo “El Nuevo Pacto: ¿qué es lo nuevo de él?”

El Nuevo Pacto: ¿qué es lo nuevo de él?


¿Cuál fue el problema con el Antiguo Pacto y qué cambió realmente con el Nuevo
Pacto? ¿Qué dice la Biblia que es nuevo en el Nuevo Pacto?

A través de la historia, Dios hizo varios pactos o acuerdos, con los seres humanos. Estos pactos establecieron
los términos de la relación que Dios quiere tener con la humanidad. Dos pactos claves registrados en la Biblia
son:
1.  El pacto que Dios hizo con el antiguo Israel en el monte Sinaí, también llamado como “el Antiguo Pacto”.
2. El “Nuevo Pacto”, que fue inaugurado por Jesucristo, y es el pacto que está vigente actualmente con la Israel
espiritual, la Iglesia.
La Escritura afirma que el Nuevo Pacto ha hecho obsoleto al Antiguo Pacto (Hebreos 8:13). ¿Qué significa
esto? ¿Creó Dios una serie diferente de términos en este nuevo pacto? ¿Qué es exactamente lo “nuevo”
acerca del Nuevo Pacto?
Este artículo subraya cuatro cambios claves del Antiguo Pacto en el Nuevo Pacto. Aunque estos cuatro
asuntos no abarcan todas las diferencias, ellos ilustran la distinción fundamental entre los dos pactos.

Un cambio en la ley sacrificial


La Biblia afirma que los pecadores merecen la pena de muerte (Romanos 6:23). El perdón de estos pecados
requiere que la sangre sea derramada para satisfacer este castigo (Hebreos 9:22). Bajo el Antiguo Pacto, los
Israelitas sacrificaron animales como ofrendas por el pecado, derramando la sangre de esas criaturas como
Dios ordenaba.
Sin embargo, los sacrificios animales eran insuficientes como substitutos de los seres humanos. Los
sacrificios no limpiaban verdaderamente a los israelitas de su mal obrar, “porque la sangre de los toros y de
los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Hebreos 10:4).
Ya que los animales no podían borrar los pecados, ¿por qué Dios los requería en el Antiguo Pacto? Porque
estos sacrificios le recordaban a Israel sus pecados y representaban una época en la cual sería posible
remover la pena de muerte. Dios nunca pretendió que estos sacrificios estuvieran vigentes en forma
permanente. Él tenía un plan listo “desde el principio del mundo”, en el que Jesucristo haría el sacrificio
definitivo (Apocalipsis 13:8).
El sacrificio de Jesucristo hizo posible “quitar el pecado del mundo” (Juan 1:29). Debido a que Él es Dios, y
los seres humanos fueron creados por Él (Colosenses 1:16), su vida es de un valor inconmensurable, más que
todas las otras vidas de los seres humanos que han vivido a lo largo de la historia. Así, su sacrificio fue
suficiente para pagar por completo la pena de muerte en que habíamos incurrido por el pecado.
Cuando Cristo instituyó el Nuevo Pacto con su sangre derramada (Lucas 22:20), Él hizo posible que
fuéramos limpiados completamente del pecado (Hebreos 9:13-14; 1 Juan 1:7). El resultado fue que los
sacrificios de animales ya no se requerían como símbolos, ya que Cristo era el cumplimiento definitivo de
ese simbolismo. En el bautismo, aceptamos el sacrificio de Cristo. Aunque todavía
debemos arrepentirnos cada vez que pecamos, el sacrificio de Cristo se aplica de acuerdo con nuestro
arrepentimiento —no se necesitan más sacrificios por nuestros pecados (Hebreos 9:24-28; 10:12).

Un cambio en el sacerdocio
En el Antiguo Pacto, los sacerdotes venían de la familia de Aarón, de la tribu de Leví. En el  Día de
Expiación, se requería que el Sumo Sacerdote ofreciera un sacrificio por los pecados de los israelitas
(Levítico 16:29-34). Únicamente a Él se le permitía entrar al Lugar Santísimo (el lugar que estaba más al
fondo), en el tabernáculo y aproximarse al trono de gracia —que representaba el trono de Dios.
Todos los israelitas merecían la pena de muerte por sus pecados y el Sumo Sacerdote tenía la responsabilidad
de hacer intercesión por ellos. Ya que él también estaba “rodeado de debilidad”, entendió cuán fácil era pecar
y podía mostrar compasión por las personas (Hebreo 5:1-4).
Sin embargo, tal como vimos, la sangre derramada provenía de los sacrificios de animales en el sistema
físico. Así, los sacerdotes en el Antiguo Pacto no podían lograr que las personas estuvieran bien delante de
Dios y fue necesario un cambio (Hebreos 7:11-12).
Este cambio se produjo con el sacrificio de Jesucristo por toda la humanidad, que cumplió el simbolismo de
la ofrenda anual por el pecado en el día de Expiación. Pero Cristo además cumplió el papel de Sumo
Sacerdote al ofrecerse él mismo. Continua sirviendo como nuestro Sumo Sacerdote, intercediendo a nuestro
favor (Hebreos 7:23-28).
En el Nuevo Pacto, Cristo no sirve en un tabernáculo físico (Hebreos 9:11). En vez de ello, Él hace sus
labores como Sumo Sacerdote en “el verdadero tabernáculo” (Hebreos 8:1-2). Actualmente, la Iglesia es la
“casa de Dios” y el “Templo Santo” (Efesios 2:19-22).
Debido al cambio del sacerdocio levítico y el tabernáculo físico, los rituales asociados con el tabernáculo y el
templo en el Antiguo Pacto ya no se requieren —incluyendo varias clases de ofrendas de comida y bebida,
así como los lavamientos ceremoniales.
Estos rituales físicos solo estuvieron “impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:8-10).
En el Nuevo Pacto, el pueblo de Dios ahora tiene un Sumo Sacerdote en Jesucristo quien intercede por él
continuamente. Ya que Cristo vivió como ser humano, Él entiende nuestras debilidades, puede ayudarnos
cuando somos tentados y puede mostrarnos compasión cuando pecamos. Podemos ir de una manera confiada,
buscando perdón cuando nos arrepentimos (Hebreos 2:17-18; 4:14-16).
Un cambio de corazón
Dios dio a Israel sus leyes eternas que definen el pecado —con los 10 mandamientos como base de la
responsabilidad que tenía Israel en el Antiguo Pacto (Éxodo 34:27-28; Deuteronomio 4:13). Sin embargo,
hay un problema fundamental en este arreglo: aunque la ley de Dios era y es perfecta (Salmo 19:7), las
personas no lo eran.
Dios sabía por anticipado que a los israelitas les faltaba algo muy importante. Ellos no tenían el corazón que
necesitaban para ser verdaderamente obedientes a Él (Deuteronomio 5:23-29). Los israelitas estuvieron de
acuerdo en obedecer a Dios por una motivación externa. Ellos tenían miedo del castigo de Dios (Éxodo
20:18-21), pero esta clase de motivación no garantiza una conducta correcta. A menos que una persona esté
internamente convencida de hacer lo que es correcto, fácilmente puede escoger hacer lo que es incorrecto.
El Antiguo Israel desafortunadamente cayó en esta trampa y desobedeció repetidamente a Dios en toda su
historia, a pesar de recibir un severo castigo como resultado de ello. Vez tras vez, los israelitas rompieron el
pacto que hicieron con Dios, poniendo de manifiesto una falla garrafal en el pacto. La falla no tiene que ver
con las leyes que ellos estuvieron de acuerdo en obedecer, sino en las personas mismas (Hebreos 8:7-8).
Los israelitas no tenían un corazón que conociera verdaderamente a Dios, porque todavía no era el momento
para que Dios les diera esa clase de corazón (Deuteronomio 29:4). Pero aun sin un corazón correcto, todavía
era posible para los israelitas responder a la corrección de Dios cuando ellos tomaban malas decisiones.
Desafortunadamente, ellos fallaron y no cambiaron su comportamiento. Sin embargo, su ejemplo nos da una
poderosa lección para nosotros, acerca de lo fácil que es pecar (1 Corintios 10:11-12).
En el Nuevo Pacto, el pueblo de Dios tiene la oportunidad de recibir un corazón para obedecerle a Él. En el
Antiguo Testamento, Dios anunció que vendría una época en la que su pueblo interiorizaría sus leyes y serían
escritas en sus corazones —cuando verdaderamente ellos pudieran conocerlo a Él (Jeremías 31:31-34).
Cuando el Espíritu De Dios estuvo disponible extensamente en el día de Pentecostés, esa meta era posible.
Por medio del poder del Espíritu Santo, los cristianos pueden aprender a pensar como Dios (1 Corintios 2:11,
16). La mente de Dios —reflejada en su ley de amor— puede ahora ser interiorizada en su pueblo.

Un cambio de promesas
En el Antiguo Pacto, Israel estuvo de acuerdo en obedecer a Dios; y a cambio, Dios estaba de acuerdo en
tratar a Israel como “un especial tesoro” (Éxodo 19:5-6). Le hizo a Israel promesas específicas, incluyendo la
lluvia a su debido tiempo; la victoria en las batallas; libres de enfermedad; un temor de Israel entre otras
naciones; y una prosperidad tan grande que Israel le iba a prestar a otras naciones y no tendría que pedirles
prestado (Levítico 26:3-13; Deuteronomio 7:12-15; 28:1-14).
Estas promesas eran increíbles. Pero también estaban limitadas a la existencia física. No había oportunidad
en el Antiguo Pacto para que la nación de Israel pudiera recibir acceso al don de la vida eterna. De esta
forma, los Israelitas sólo podían disfrutar las bendiciones del Antiguo Pacto mientras tuvieran la vida física
aquí en la tierra.
¿Por qué no fue ofrecida la vida eterna en el Antiguo Pacto? Porque Jesucristo no había venido todavía a esta
tierra como el Salvador de la humanidad, y “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos” (Hechos 4:12). El sacrificio de Cristo proveyó a los seres humanos el camino para
resolver el hecho de que no habían vivido perfectamente (todos nosotros) y evitar la pena de muerte. El
perdón era un requerimiento clave para que los seres humanos “reciban la promesa de la herencia eterna”
(Hebreos 9:15) —la vida eterna (Tito 3:7).
Otro componente esencial que hacía falta es el Espíritu Santo. Jesucristo lo llamó el “Consolador” (Juan
16:7), una “promesa” de Dios, que Él derramó en el Día de Pentecostés (Hechos 1:4-5; 2:1-4).
Como hablamos anteriormente, el Espíritu Santo permite que las leyes de Dios sean escritas en nuestros
corazones. Pero más allá de esto, el Espíritu Santo hace posible que nosotros seamos “herederos de Dios”,
para que “juntamente con él [Cristo] seamos glorificados”(Romanos 8:16-17). El Espíritu Santo sirve como
garantía, como hipoteca, de nuestra herencia prometida de la vida eterna en la familia de Dios (Efesios 1:13-
14).
El Espíritu Santo fue hecho disponible para unos pocos seleccionados como siervos de Dios que vivieron
antes de la inauguración del Nuevo Pacto que hizo Jesucristo (1 Pedro 1:10-11). Sin embargo, la inmensa
mayoría de los israelitas no tuvieron acceso a ese Espíritu, y por lo tanto no tuvieron acceso a la vida eterna.
Pero Dios, desde el principio pretendía que todos los seres humanos tuvieran esa oportunidad (Tito 1:2) —su
propósito es “llevar muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10) y así expandir su familia.
El acceso a la “salvación” con el Nuevo Pacto hace de este “un mejor pacto” que el pacto del monte Sinaí,
porque el Nuevo Pacto fue “establecido sobre mejores promesas” (Hebreos 8:6). Finalmente, todos los seres
humanos que hayan vivido en la historia de la humanidad tendrán la oportunidad de vida eterna como parte
del Nuevo Pacto. Aquellos que se conviertan en parte de la familia de Dios van a morar con Él para siempre,
y no habrá más muerte (Apocalipsis 21:1-4).

El Nuevo Pacto amplifica los términos del Antiguo Pacto


Este artículo no ha cubierto todas las diferencias que existen entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. Sin embargo,
los cambios que hemos examinado ilustran una tendencia consistente: contrario a lo que piensan muchos, ¡el
Nuevo Pacto no anula todos los términos del Antiguo Pacto!
Ambos pactos incluyen sacrificios por el pecado, un sacerdocio que sirve en el tabernáculo, obediencia a las
leyes de Dios, bendiciones prometidas por Dios. Sin embargo, en cada caso, los cambios en el Nuevo Pacto
amplifican los términos del Antiguo Pacto.
En el Antiguo Pacto, Dios les ofreció a los israelitas dos opciones y les dijo que “escogieran la vida”
(Deuteronomio 30:19-20). Dios ofrece lo mismo en la actualidad, para aquellos que él llama al Nuevo Pacto.
Lo que hace “nuevo” al Nuevo Pacto es que es un acuerdo muchísimo mejor que el ofrecido en el monte
Sinaí.
Finalmente toda la humanidad tendrá la oportunidad de ser parte del Nuevo Pacto. Pero Dios lo está
llamando a usted para que sea parte de ese Pacto ahora, al ayudarle a entender su “verdad”, usted tiene que
tomar una decisión. ¿Escogerá la vida —la vida eterna? La decisión está en sus manos.

El Nuevo Pacto
Introducción
La Biblia, como la tenemos hoy, está dividida en dos secciones que han sido llamadas el Antiguo Testamento y el
Nuevo Testamento. Obviamente, estos nombres vienen de las palabras que Dios le habló a Jeremías,  'He aquí que
vienen días, dice Jehová, en los cuales hare nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá'. Las palabras
testamento y pacto en español son diferentes traducciones de la mismas palabras originales.
Pienso yo que muchos cristianos viven bajo el antiguo pacto. Sin dudas que han leído el Nuevo Testamento y
basan dus doctrinas en el contenido del mismo, pero muchos aspectos de su vida y experiencias son del antiguo pacto
en lugar del nuevo. Es vital tener un apropiado entendimiento de la diferencia entre los dos pactos para poder tener un
verdadero crecimiento espiritual.
Yo creo que lo mismo fue cierto en los tiempos bíblicos. Algunos creyentes en los días del Nuevo Testamento
fallaron en recibir y experimentar la plenitud del nuevo pacto que Jesús inauguró con su sangre. Por otro lado, muchos
santos del Antiguo Testamento vivieron mucho más allá de los beneficios de sus días y tuvieron experiencias
tremendamente profundas con Dios. Ellos caminaron en los caminos del nuevo pacto.
Las condiciones del nuevo pacto son descritas en Jeremías capítulo 31 versos del 31 al 34 : 'He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice
con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque
fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos
me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y
no me acordaré más de su pecado'.
Este pasaje de Jeremías es citado completo en Hebreos 8:8-12. Mucho en la carta a los hebreos trata con el tema
del nuevo pacto y será útil para continuar el estudio.
¿Porqué era necesario que Dios hiciera un nuevo pacto?
Consideraremos este tema bajo los siguientes
títulos : ley, maestros, escrituras, pueblo, sacerdotes, edificios, festivales y el sábado.
La Ley
Dios hizo el primer pacto con el pueblo de Israel cuando los sacó de Egipto. Este primer pacto estaba basado en la
ley. La ley estaba resumida en los diez mandamientos y era ampliada en los libros de Exodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. Estos libros, junto con el libro de Génesis eran los libros que sirvieron de base para el Antiguo
Testamento, y son conocidos como el Torá o Ley.
Las leyes que Dios dio a través de Moisés eran justas y cabales y tremendamente superiores a las de los pueblos
que les rodeaban. Estas eran severas para los estándares actuales. La pena de muerte era llevada a cabo por casos de
brujería, adulterio, violación y golpear a los parientes y otros crímenes, así como por asesinato. Sin embargo, si fueran
impuestas hoy en día, estoy totalmente seguro que nos llevarían a una sociedad más feliz. Los culpables comenzarían a
sentir temor mientras que los inocentes podrían caminar por las calles con libertad.
Por muy excelentes que eran estas leyes, no produjeron un pueblo justo. Casi 1,000 años después de haber sido
dadas, el juicio de Dios cayó primero sobre Israel y luego sobre Judá. Ellos habían roto todos los mandamientos de
Dios y habían fallado totalmente en guardar su lado del pacto. Por encima de todo, habían quebrantado el primer
mandamiento, y se habían vuelto y adorado a otros dioses. Así que los asirios y los babilonios vinieron y devastaron su
tierra, atacaron Jerusalén y se llevaron al pueblo en cautiverio.
Fue en este momento crítico en la historia de Israel que Jeremías anunció la promesa de Dios para un nuevo
pacto.
La raíz del problema no radicaba en las leyes que Dios había dado. Radicaba en la naturaleza humana. Decía
Jeremías, 'Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?' La esencia del nuevo pacto
es la promesa de Dios de cambiar el corazón, '...dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón'.
Mientras el corazón humano sea orgulloso, codicioso e idólatra, no hay forma que pueda guardar las leyes de Dios, sin
importar lo disciplinado, exhortado o entrenado que sea. Tiene una ley de funcionamiento interna que está en conflicto
con las demandas de Dios.
Mucha gente nunca descubre esto. Puede ser que experimenten una conversión genuina. Pueden apartarse de
malos hábitos y cambiar totalmente su estilo de vida. A pesar de ello, el ser interior sigue siendo tan corrupto como era
antes.
Pablo sufrió una conversión dramática en el camino a Damasco. Su vida completamente cambió de dirección. El
celo que una vez tenía por perseguir a los cristianos comenzó ahora e invertirlo en predicar el evangelio. Pero allí no
terminaron sus problemas. De alguna forma, acababan de comenzar. El nos dice en el capítulo 7 de la carta a los
Romanos cómo luchó con la ley para descubrir que no podía guardarla. Yo no creo que se estuviera refiriendo a los
días antes de su conversión. Pienso que estas batallas vinieron después que él se había encontrado con Jesús en el
camino a Damasco. Finalmente encontró la victoria y proclamó triunfante : 'Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil
por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al
pecado...' En Romanos 8 Pablo describe el nuevo camino de victoria que él habia descubierto.
¿Qué significa tener la ley de Dios escrita en el corazón? Es nada menos que un cambio total de naturaleza. Es un
milagro sobrenatural. Usted puede entrenar a un perro a rogar y a pararse en sus patas traseras y a hacer todo tipo de
trucos. Con perseverancia y recompensas puede hacerlo actuar incluso en contra de su naturaleza. Pero nunca podrá
cambiarla. Por mucho que usted trate de hacerlo comportarse como un ser humano, seguirá siendo un perro. Dios hace
de nuevo nuestra naturaleza para que podamos actuar de acuerdo a Sus leyes. Se convierte en algo natural de hacer.
Pedro habla de esta verdad cuando escribe: '...por medio de las cuales [El] nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que
hay en el mundo a causa de la concupiscencia;' (2Pedro 1:4). Un animal nunca podrá convertirse en humano, pero un
humano puede, por la gracia de Dios, llegar a ser divino.
El corazón humano es pecaminoso por naturaleza. Puede ser que muchos factores hagan parecer como que esto
no es así. Una buena educación al crecer, buenas amistades e influencias, presión pública para hacer lo correcto y el
orgullo religioso pueden contribuir para mejorar el exterior ; pero ninguna de estas cosas puede cambiar el corazón. Un
nuevo nacimiento de lo alto es lo único que puede y esta es la esencia de la promesa del nuevo pacto.
Maestros
Después de hablar de la ley, Jeremías continua hablando acerca de enseñar: 'Y no enseñará más ninguno a su
prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de
ellos hasta el más grande'. Juan confirma estas palabras diciendo : 'no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así
como la unción misma os enseña todas las cosas...' (1 Juan 2:27)
Fundamentalmente, toda enseñanza humana es por naturaleza, del viejo pacto. El hombre es quien la hace y
solamente puede ser externa. La enseñanza del nuevo pacto es realizada por el Espiritu Santo y es interna. Jesús le dijo
a Sus discípulos, 'Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré... Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis
sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;...' (Juan 16:7,12,13) Jesús estaba
enseñando que el Espíritu Santo que habita dentro de nosotros es mejor que Su propia enseñanza, pues esta era, como
toda enseñanza humana, externa. Aunque él era el mejor maestro que el mundo había visto jamás, la enseñanza del
Espíritu Santo iba a ser mejor. A pesar de las apariencias, hasta ahora estaban listos para hacer esta transición de lo
externo hacia lo interno.
Podemos contrastar las palabras de Jesús con las de Moisés : 'Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente
os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado'. (Deuteronomio 31:29) Esa era la situación del antiguo
pacto (y del que prevalece para la mayoría de cristianos hoy en día); sin un maestro y un líder todo se rompería en
pedazos.
Encontramos el mismo contraste en la profecía de Joel, citada por Pedro en el día de Pentecostés :  'Y en los
postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne... hijos... hijas... jóvenes... ancianos... siervos...
siervas...'. Cada persona, hasta la sierva que no sabe leer ni escribir, podrá tener una relación directa, personal,
reveladora e interna con Dios. La dependencia a grandes líderes y maestros fue quitada.
La mayoría de líderes religiosos tienen una actitud que está más cerca en espíritu a las palabras de
Moisés : 'Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes
a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?'. Ellos quieren sentirse indispensables. Por supuesto que están
genuinamente interesados en el bienestar de su rebaño, pero les hace falta entender correctamente el nuevo pacto y
tener fe en que el Espíritu Santo los guardará en su poder. Lo peor sería que estuvieran preocupados de perder su
posición, ingresos y seguridad económica si nadie depende de ellos.
Entonces, ¿cuál es el lugar de los maestros en el Nuevo Pacto? Encontramos la respuesta a esta pregunta
en Efesios 4:11-16. Este pasaje describe a los maestros como uno de los cinco tipos de ministerio o servicio que son
dados por el Cristo ascendido a su iglesia -apóstoles, profetas, pastores, maestros y evangelistas. Pablo dice que el
propósito de estos ministerios es el de proteger a los nuevos creyentes del engaño y de llevar al Cuerpo de Cristo a la
madurez.
La mayoría de nuevos creyentes no son capaces de entrar directamente al nuevo pacto. Ellos primero tienen que
pasar por la experiencia del antiguo pacto. Muchos en los tiempos del Nuevo Testamento (y ahora también), eran
paganos que nunca habían conocido ni siquiera el antiguo pacto. Ellos tenían que venir bajo la ley que Pablo describe
como 'la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo'. Luego, lo amplía diciendo que, 'Entre tanto que el heredero es
niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo
señalado por el padre.' (Gálatas 4:1,2)
El nuevo creyente también puede caer presa del engaño con facilidad. Vivimos en un tiempo en el que Jesús dijo
que habrían muchos falsos profetas. El nuevo creyente (y muchos otros que debieran tener más discernimiento) a
menudo tiene gran dificultad en reconocer a un lobo vestido de oveja. Sus sentidos aún no éstán entrenados para
discernir. Si el ministerio quíntuple estuviera trabajando correctamente hoy en día entre nosotros, los engañadores
encontrarían que su trabajo no es tan sencillo. Es a causa de la falta de esos ministerios genuinos lo que hace que tantos
cristianos permanezcan en la niñez espiritual en donde son fácil presa de enseñanzas falsas y erradas.
Los hijos de padres cristianos se encuentran en una situación similar. Ellos todavía no pueden caminar en el
nuevo pacto. Les enseñamos y los disciplinamos y aplicamos la ley a sus vidas. Aunque ellos pueden demostrar un
genuino deseo de seguir a Jesús, no podemos dejarlos libres de la ley y permitirles hacer lo que deseen. Ellos no están
listos todavía. Deben primero aprender a obedecer una ley externa.
Los pastores y los maestros son necesarios para traer a cada nuevo creyente a través de una experiencia del
antiguo pacto hasta que la otra persona llegue a la madurez espiritual, y pueda caminar en la plenitud del nuevo pacto.
Es hasta entonces que ha terminado su tarea. El continuará disfrutando de la comunión con otros santos (aunque en un
nivel más enriquecedor y profundo que el nivel anterior) y él, entonces podrá enseñar y pastorear a creyentes jóvenes,
pero él ya no tendrá necesidad de un maestro.
Las Escrituras
La ley escrita en piedras y ampliada en papel era el fundamento del antiguo pacto. La ley escrita en nuestros
corazones es el fundamento del nuevo. En el antiguo pacto, las escrituras daban un grupo de leyes y reglas para la vida
diaria. ¿Todavía necesitaremos las escrituras en el nuevo pacto ? Si es así, ¿qué lugar ocupan?
Comencemos por hacer las mismas preguntas acerca de Jesús. ¿Necesitaba él las escrituras ? ¿Cuál era el lugar de
las escrituras en su vida ? Yo creo que la respuesta para él es que no, él no necesitaba las escrituras. La ley de Dios
estaba escrita perfectamente en su corazón. Su relación con Su Padre era perfecta, y él no necesitaba nada externo para
apoyarlo. Ellos caminaron en una comunión sin interrupciones en toda Su vida. El citó la escritura en sus
confrontaciones con los fariseos. El le abrió las escrituras a sus discípulos en el camino a Emaús. No tengo ninguna
duda en que él se deleitaba en las escrituras al ver en su mente el reflejo de sí mismo. Para él,  'Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia' (2Timoteo 3:16), pero yo
no creo que él la necesitara para sí mismo.
Jesús es nuestro Señor y Salvador, y también nuestro modelo y ejemplo. Dios, nuestro Padre desea que seamos
como El, y en la plenitud del nuevo pacto lo seremos. Es un error el pensar que lograremos esto al leer incesantemente
las escrituras. Así no fue con Jesús, ni tampoco lo será con nosotros. El heredó su caracter de Su Padre, y nosotros
también lo haremos.
Leer las escrituras no hará que su contenido esté escrito en nuestros corazones. Quizás nos queden grabadas en la
mente si tenemos mentes con mucha retentiva, pero eso no es lo mismo. Es más bien al revés como funciona. Cuando
Dios haya escrito su ley en nuestros corazones, venimos a las escrituras y reconocemos su contenido por lo que ya
tenemos dentro. Las entendemos y nos deleitamos en ellas tal y como lo hizo Jesús. También las encontramos 'útiles
para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia'. Podemos usarlas para enseñar y entrenar, para reprender y
exponer las obras de tinieblas y para la corrección de otros y de nosotros mismos. Si fuéramos lanzados en prisión y
nos quitaran nuestra Biblia, sin duda que la extrañaríamos, pero nuestra vida espiritual no dependen de ella. Ella refleja
lo que ya está en nuestro corazón, pero no son el medio por el cual Dios la pone allí. El hace esto por el Espíritu.
Hay muchos malentendidos a causa de referirse a la Biblia como la Palabra de Dios o simplemente como la
Palabra. La Biblia en sí nunca lo hace así. Se refiere a sí misma como las escrituras y quiere decir algo un tanto
diferente cuando habla acerca de la palabra de Dios. Si lo duda, escudriñe la Biblia con una concordancia y verá.
Observe en Hechos 17:11: 'Y éstos... recibieron la palabra... escudriñando cada día las Escrituras'. La palabra aquí es
claramente distinta de las Escrituras. También cuando leemos que la Palabra fue hecha carne, es obvio que no fue la
Biblia la que fue hecha carne.
Hay otros tres versículos que son citados frecuentemente como refiriéndose a la Biblia, 'No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios', '...la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios' - parte de
la armadura en Efesios 6. 'Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos.' Tomar estos versículos como que estuvieran refiriéndose a las Escrituras es forzar una interpretación del antiguo
pacto en ellas. Creer y enseñar un antiguo concepto de pacto de la Biblia nunca nos llevará a experimentar el nuevo
pacto. En lugar de ello, seremos como aquellos de quienes Jesús habló diciendo :  '¡Ay de vosotros, intérpretes de la
ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo
impedisteis' (Lucas 11:52).
Si 'la palabra de Dios' no quiere decir la Biblia, ¿qué significa ? Cuando nos despojamos de nuestras ideas
preconcebidas, podemos comenzar a encontrar la respuesta. En griego, la palabra Logos tiene un significado muy
amplio, pero se centra en los conceptos de palabra y pensamiento. La palabra logos de Dios es lo que sea que Dios
piensa o dice. Es cualquier mensaje o pensamiento que se origina en El. Dios creó el universo al hablar. El habló a y a
través de los profetas de los tiempos antiguos. El habló en y a través de Su Hijo Jesucristo. El habla a y a través de Su
pueblo hoy. Todo esto es Su palabra. Cuando Su palabra viene a nosotros, es el alimento que nos sustenta. Es poderosa
y penetra nuestros corazones. Es la espada del Espíritu. No regresa a El vacía, sino cumple aquello para lo cual El la
envía.
Por favor no me malentienda. No estoy discutiendo ni la autoridad ni la inspiración de las Escrituras. Lo que
pretendo aclarar es el lugar de las mismas en el nuevo pacto. Yo quiero darles el lugar que Jesús les da y que ellas
mismas se dan.
Para más información acerca de este tema, por favor lea Las Escrituras y la Palabra de Dios.
Otros Cambios
¿Qué otros cambios vienen con el nuevo pacto ? Al estudiar el tema comenzamos a descubrir una maravillosa
consistencia en los caminos de Dios. A veces es tan sencilla que nos soprendemos de haberla pasado por alto por tanto
tiempo. Como ya hemos visto, nos hemos trasladado de una ley visible y externa hacia una que es interna e invisible.
Es así como los maestros humanos son reemplazados por la presencia del Espíritu de Dios haciendo su morada dentro
de nosotros.
Ahora procederemos y veremos que el nuevo pacto trae otros cambios paralelos y relacionados consigo.
Comenzaremos considerando al nuevo pueblo de Dios.
Un Pueblo Nuevo
Dios escogió un pueblo específico de entre todos los pueblos de la tierra bajo el antiguo pacto. Ellos eran el
pueblo de Israel, los descendientes físicos de Abraham, a través de Isaac y Jacob, posteriormente conocidos como los
judíos. Hasta el día de hoy, ellos continuan siendo el pueblo escogido de Dios de acuerdo al orden natural. Aunque las
personas pueden hacerse en judías al convertirse al judaísmo, el método normal para convertirse en un miembro de ese
pueblo es a través del nacimiento físico del vientre de una madre judía.
Cuando el Mesías vino a Israel, los líderes y la mayoría de la nación judía lo rechazó. Más aún, la mayoría
rechazó el testimonio puro y poderoso de la iglesia antigua. Por ello, el juicio de Dios descendió sobre los judíos y en
70 dC los romanos saquearon Jerusalén y los dispersaron por toda la tierra. Tanto sufrimiento físico como ceguera
espiritual descendió sobre el pueblo elegido pues fue por casi 1900 años que anduvieron errantes de país a país sin
encontrar descanso.
Este siglo ha presenciado eventos de drama sin paralelo para con los judíos y su largo exilio terminó y su ceguera
espiritual comenzó a ser quitada. El holocausto de Hitler causó espanto en el mundo y el subsecuente nacimiento y
sobrevivencia de un Israel moderno lo ha sorprendido.
Los logros del pueblo judío han ido fuera de toda proporción. Ellos le han dado al mundo las escrituras, el
comunismo y las armas nucleares. Sus logros académicos, científicos y artísticos han sido sorprendentes. Todo esto ha
demostrado que ellos son un pueblo especial con un propósito especial de Dios.
Aunque la manifestación del poder de Dios en ellos ha sido dramática y maravillosa, el Israel natural sigue siendo
el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día grandioso cuando Aunque la manifestación del poder de Dios en ellos
ha sido dramática y maravillosa, el Israel natural sigue siendo el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día grandioso
cuando Yahweh con su brazo extendido y poderoso sacó a su pueblo del antiguo pacto de Egipto. Fue un día aún
mayor cuando Jesús con sus brazos extendidos y con el derramamiento de su sangre sacó a su pueblo del nuevo pacto
del pecado.
Ingresar a las filas del pueblo del antiguo pacto es por medio del nacimiento. El nacimiento espiritual nos lleva al
nuevo pacto. Todos aquellos, y sólo aquellos, que han nacido del Espíritu de Dios son su pueblo nuevo. Sólo el nuevo
nacimiento nos puede hacer hijos e hijas de Dios.
Aquí debemos hacer énfasis en que ni el bautismo, ni la membresía de cualquier grupo o denominación, ni las
buenas obras que hemos hecho, ni la nacionalidad, ni el color, ni cualquier otra cosa humana, puede hacer a alguien el
pueblo de Dios del nuevo pacto. La única forma es por medio del nacimiento espiritual.
Algunos miembros de esta nueva raza espiritual tienen dones naturales sobresalientes. Dios ha escogido
principalmente a los pobres y a los débiles de este mundo. Pablo nos recuerda que 'Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del
mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte;' (1Corintios 1:26,27).
En lugar de ello, el nuevo pueblo de Dios tiene dones y poderes espirituales. Muchos de éstos son invisibles al ojo
natural y están escondidos al ojo natural y a la mente natural. Sin embargo, su verdadero beneficio es mucho mayor.
Hasta que los libros del cielo sean abiertos y sus secretos sean revelados, los conflictos espirituales y las victorias de
muchos hombres y mujeres humildes de Dios permanecerán ocultos de sus semejantes. Solamente la eternidad revelará
aquello que ha traído bienestar duradero a la humanidad.
Es un privilegio nacer por nacimiento natural como parte del pueblo de Dios del antiguo pacto. Pero es aún un
mayor privilegio el nacer por nacimiento espiritual como parte del pueblo del nuevo pacto. Gloria a Dios, hay cada vez
cantidades mayores de personas que son pueblo de Dios tanto por nacimiento natural como nacimiento espiritual.
Un Nuevo Sacerdocio
Bajo el nuevo pacto no solamente hay un pueblo nuevo, sino también un sacerdocio nuevo. Los sacerdotes del
antiguo pacto fueron escogidos de la tribu de Leví y de la familia de Aarón. Ellos tenía tareas específicas en el
tabernáculo y en el templo, pues ellos servían como intermediarios entre Dios y los hombres. El capítulo 7 de Hebreos
nos deja ver clarametne que el nuevo pacto tiene un nuevo sacerdocio que es muy superior al anterior. Esta nueva
orden es llamada la orden de Melquisedec y Jesús es su Sumo Sacerdote.
La membresía del sacerdocio levítico era heredada de padre a hijo. Este sistema no siempre daba buenos
resultados. ¡Los buenos padres no siempre tenían buenos hijos! Los hijos de Elí eran totalmente corruptos y los hijos de
Samuel no fueron mucho mejores. La herencia basado en lo natural es poco confiable. Sin embargo, el sistema levítico
era funcional y suficiente para ilustrar el concepto del sacerdocio y Dios lo usó hasta que El trajo la nueva orden del
sacerdocio de Melquisedec.
Hebreos 7:3 describe a Melquisedec como 'sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni
fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.'  Jesús entró a este nuevo
sacerdocio, 'no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una
vida indestructible' (Hebreos 7:16). El entró, no porque su padre adoptivo José hubiera sido sacerdote, ni porque un
comité eclesiástico lo aceptó, sino por designio de Dios. El sencillamente cumplía con todos los requisitos de Dios para
el puesto de sacerdote. Su ordenación no fue una ceremonia religiosa, sino una proclamación de Dios en el momento
que fue bautizado, 'Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia', mientras que el Espíritu Santo descendió
sobre El en forma de paloma.
El sacerdocio levítico cumplía con su propósito. Los sacerdocios eclesiásticos nunca han sido más que una
falsificación de éste (a pesar de tener muchos hombres íntegros y sinceros conformándolo). Dios ordena sacerdotes en
este sacerdocio de Melquisedec del nuevo pacto bajo los mismos términos con los que escogió a su Sumo Sacerdote. El
unge con el Espíritu Santo a aquellos a los que El ha elegido para desempeñar las tareas que El les ha asignado.
Para más información sobre este tema ver El Sacerdocio de Melquisedec.
Un Nuevo Edificio
El nuevo pacto tiene un nuevo pueblo, un nuevo sacerdocio y también un nuevo edificio.
En la cima de la historia nacional de Israel, Salomón edificó el primer gran templo. Los ejércitos de David habían
sido victoriosos a donde quiera que fueran y Salomón estaba disfrutando de la paz y prosperidad consecuente. El
concentró sus energías en edificarle una casa al Señor. Dios nunca había ordenado esto, aunque sí le había dicho a
Moisés que edificiara un tabernáculo. Fue la bien intencionada idea de David la que Dios permitió que Salomón
implementara.
Pero Dios no miraba este templo con mucho agrado. El permitió que fuera dañado por un terremoto en los días
del rey Uzías. Nabucodonosor lo quemó hasta los cimientos durante el tiempo del cautiverio. Aquellos que volvieron
del exilio en Babilonia lo re-edificaron. Antiochus Epiphanes lo contaminó al colocar una estatua de Júpiter dentro del
mismo y ofreciendo un cerdo en el altar. Luego fue reconstruido por el impío Herodes el Grande, quien lo hizo ser una
magnífica estructura, en el tiempo de Jesús.
Los judíos de este tiempo lo reverenciaban. Jesús, Esteban y Pablo todos fueron acusados de blasfemar en su
contra. Cuando los discípulos lo estaban admirando, para su total desaliento, Jesús les dijo, '¿Veis todo esto? De cierto
os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.'
La mente de Dios estaba determinada a edificar otro templo - un templo del nuevo pacto.  '...si bien el Altísimo no
habita en templos hechos de mano', dijo Esteban en un discurso que lo llevó a ser el primer mártir por Jesús. El plan
divino era infinitamente mayor. Su templo real estaría hecho de seres humanos. El no quería habitar en el ladrillo y la
piedra, sino en la carne y sangre. El Nuevo Testamento está lleno de este mensaje: 'Porque vosotros sois el templo del
Dios viviente'. La idea de que Dios quiere un edificio especial en donde El pueda ser adorado se acabó para siempre. El
dio su veredicto final acerca del templo terrenal en el 70 dC cuando las legiones romanas cumplieron la profecía de
Jesús hasta la última palabra al no dejar piedra sobre piedra, pues buscaban oro escondido en sus cimientos.
Entonces, ¿qué pasa con los edificios de nuestras iglesias ? Sin duda que muchos de ellos tienen gran mérito
arquitectónicamente y muchas personas les tienen mucho aprecio. Pero, no podemos permitir que dichas
consideraciones obscurezcan nuestro juicio espiritual. El considerarlos casas de Dios o como lugare ssantos es negar el
nuevo pacto. El reverenciar un edificio es idolatría que solamente nos puede llevar a ceguera espiritual y confusión.
Muchas iglesias en el campo de Inglaterra (donde yo vivo) están edificadas en lugares que en el pasado fueron
utilizados para adoración pagana. Se dio una situación similar en los tiempos del Antiguo Testametno. Por largos
períodos de tiempo en la historia de Israel, Yahweh fue adorado en los lugares altos, en donde los paganos antes habían
ofrecido sacrificios. Incluso el profeta Samuel parece haber hecho esto, y sin dudas que Dios vio la intención de su
corazón y aceptó sus sacrificios. Muchos reyes justos de Judá en los últimos años permitieron que esta práctica
continuara. El rey Ezequías se destacó por encima de sus antecesores y destruyó estos lugares altos. El veredicto de
Dios, '...ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá... Porque siguió a Jehová, y no se
apartó de él, ... Y Jehová estaba con él; ...' (2Reyes 18:5-7)
Nuevos Festivales
Con los festivales se aplican los mismos principios que hemos estado viendo. Dios ordenó los festivales del
antiguo pacto. Los principales eran la Pascua, Pentecostés y el de los Tabernáculos. A través de Moisés, él le ordenó a
los israelitas que subieran tres veces al año a Jerusalén para observarlos. El guardar fielmente estos festivales requería
de mucho tiempo, esfuerzo y gasto financiero y fueron olvidados por varios siglos. Los reyes Ezequías, Josías y,
después Esdras, el escriba, recibieron estos festivales e instruyeron al pueblo que debían observarlos.
Jesús tenía algo mucho mejor que ofrecer. El trajo el cumplimiento al nuevo pacto. Pablo se refirió a esto con las
siguientes palabras : '...porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la
festival, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad
y de verdad'. Gradualmente, los seguidores de Jesús se apartaron de los festivales externos, pues descubrieron su
contraparte y ésta era mucho mejor. Yo hablo en mayor profundidad acerca de este tema en el artículo  Los Festivales
de Israel.
La iglesia organizada, especialmente después de haberse establecido bajo el emperador romano Constantino,
perdió las realidades del nuevo pacto y las revirtió a festivales paganos que nunca fueron ordenados por Dios. Navidad,
la Pascua y otros festivales en el calendario de la iglesia tienen sus orígenes en antiguas religiones paganas. En otro
artículo titulado Christmas and Other Festivals in the Old Covenant, New Covenant and Church (Navidad y otros
Festivales en el Antiguo Pacto, Nuevo Pacto y la Iglesia) he escrito acerca de estos temas.
Un Nuevo Sábado
Al igual que pasa con los festivales, también ocurre con el Sábado. Dios designó el sábado como el día de
solemne pacto entre El y el pueblo de Israel. El sábado era el séptimo día de la semana. El autor de la carta a los
hebreos veía claramente que el sábado hablaba de descanso espiritual, un día relativamente independiente de cualquier
día de la semana. El lo dijo de esta forma : 'Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado
en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo,
para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia' (Hebreos 4:9-11).
La iglesia, de nuevo, había ganado aceptación con el hombre y había perdido el favor de Dios, se había vuelto al
paganismo para encontrar inspiración y había adoptado el sábado como el día especial que había que guardar. Para
mayor información a este respecto, lea El Descanso del Sábado.
Resumen
Hemos estudiado la ley, los maestros, las escrituras, el pueblo, los sacerdotes, los edificios, los festivales y el
sábado. En cada uno de estos aspectos podemos ver los mismos tres aspectos : una orden del antiguo pacto, el
cumplimiento del nuevo pacto y una falsificación de la iglesia.
Hubo maestros genuinos del antiguo pacto, luego la gloriosa realidad del Maestro que habita dentro de nosotros,
luego la falsificación de la jerarquía religiosa con sus muchas y variadas manifestaciones. Dios le dio una ley buena y
justa a Su pueblo, seguido de la maravillosa realidad de una ley interna escrita en sus corazones. Tristemente después
vemos que por muchos siglos volvieron a las leyes humanas, rituales y libros de oración que nunca fueron inspirados
por Dios. Encontramos un pueblo del antiguo pacto descendientes de Abraham, a través de Isaac y Jacob, un pueblo
nuevo nacidos del Espíritu de Dios, y un pueblo falsificado basado en el bautismo o en la membresía de la iglesia.
Vemos a los sacerdotes levíticos, a los sacerdotes de Melquisedec y a los sacerdotes eclesiásticos. Hubo un tabernáculo
del antiguo pacto y después, un templo, un templo humano maravilloso del nuevo pacto que sobrepasaba al original y
luego edificios paganos reclamando ser las casas de Diuos. Tenemos las sombras de festivales levíticos, y las
realidades del nuevo pacto, y los festivales paganos falsos. Finalmente tenemos el sábado del antiguo pacto y un
descanso espiritual del nuevo pacto y el día domingo para la iglesia pagana.
Jesús inauguró el nuevo pacto con Su sangre. Muchos de sus primeros seguidores derramaron su sangre por el
privilegio de caminar en ella. La carta a los hebreos fue escrita, en su mayoría, para fortalecerlos en ese conflicto.
Tiene abundantes advertencias para aquellos que quieren volver atrás. Cada capítulo es importante para este tema.
Permítame terminar con una cita del capítulo 12, versículos 18 al 24 :
'Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y
a la tempestad,... sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la
compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a
Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que habla.'
Traducido por Karla Noriega.
 El Sacerdocio de Melquisedec
 Los Festivales de Israel
 Las Escrituras y la Palabra de Dios
 El Descanso del Sábado
 Versión de este artículo en inglés

 Lista de estudios españoles


 English Home Page
Librete (en A5) de esta artículo -- instrucciones de la impresin
¿Dónde empieza el nuevo pacto?
El Nuevo Pacto se basa en el sacrificio de Cristo y garantiza la bendición eterna, bajo el Pacto de
Abraham )Ga 3:13-29) a todo aquel que cree. Es un pacto absolutamente incondicional, y puesto
que en su establecimiento no se impone ninguna responsabilidad al hombre, su naturaleza es de
carácter final e irrevocable.

El antiguo y nuevo pacto comparado


Ronald Hanko  [1]

Hemos demostrado en Hebreos 8:6-13 que los pactos antiguos como el nuevo no son al final dos pactos
separados y diferentes. En todos los puntos esenciales son iguales.
Las diferencias que existe entre ellos son sólo en lo que nosotros llamamos diferencias administrativas, o
detalles administrativos. Es sólo con respecto a estos detalles que uno es “viejo” y el otro “nuevo,” y que por
lo tanto el viejo perece y muere en este sentido. Un nuevo presidente es un cambio de  administración y por
lo tanto es un nuevo gobierno en ese sentido limitado, no es un cambio en el  tipo de gobierno referente a
la constitución  en sí.
Entonces, ¿Cómo son diferentes los antiguos pactos y el nuevo? Según Hebreos 8 de tres maneras:
Primeramente, hay un cambio de mediador (v.6). Cristo reemplaza a Moisés. Sin embargo, esta no es una
diferencia esencial ya que Moisés era un tipo de Cristo en el AT. En Hebreos 3:5 Moisés es llamado
un “testimonio de lo que se iba a decir.” En Deuteronomio 18:15 Moisés mismo habla de Cristo como
un “Profeta. . . como yo…” Por lo tanto, esta diferencia es sólo administrativa en el pacto.
Segundo, también hay un cambio en la forma en que la ley está escrita en el pacto (Hebreos 8:10). Como
hemos señalado ya, la ley misma no es removida; simplemente se re-escribe en las tablas del corazón del
pueblo de Dios en lugar de tablas de piedra. Esto también es sólo un cambio administrativo aunque tiene
gran significado y efecto para el creyente del Nuevo Testamento. Algo re-escrito no es algo diferente y
separado de lo que ya había sido escrito anteriormente.
Este segundo punto es de suma importancia ya que en Deuteronomio 4:13 y en Hebreos 8:10 el sólo hecho
de que Dios da Su ley a Su pueblo significa la entrega del pacto. No se puede entonces argumentar que
aunque la ley era la misma, los pactos son diferentes. Ambos se identifican tanto en Deuteronomio como en
Hebreos como el pacto de Dios con Su pueblo.
Tercero, el nuevo pacto trae también una revelación más plena  y completa del pacto de gracia. Esto es
precisamente lo que está hablando el autor de Hebreos en 8:11. Esta revelación más completa es de tal
naturaleza que todo el pueblo de Dios conoce directamente al Mediador y ya no más a través de la
intervención de mediadores terrenales. No hay bajo el nuevo pacto la necesidad de maestros como lo era
antes por medio de sacerdotes y levitas del Antiguo Testamento (ver Mal. 2:6-7 para la prueba de que ellos
especialmente eran los maestros del Antiguo Testamento). Esto también es un cambio meramente
administrativo. El nuevo pacto no trae una nueva (diferente y separada) revelación de Dios del pacto sino
una mejor revelación del pacto de gracia (Hebreos 8:6), es decir, una revelación que es completa y que
muestra las realidades profetizadas bajo el antiguo pacto.
Sólo hay un pacto eterno de Dios para Su pueblo.

Según la teología reformada, ¿cuándo comenzó


el Nuevo Pacto?
 Pactos
 Religión
 Teología-del-pacto
 Teología-reformada
Pajarito
Al instituir la Cena del Señor, Jesucristo dijo ( Lucas 22:20 , NVI):
De la misma manera, después de la cena, tomó la copa y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,
que se derramó por ti.
Y en Jeremías 31 también se menciona el nuevo pacto, con las bendiciones del pacto enumeradas. Hebreos
8 habla sobre el nuevo pacto que reemplaza al antiguo de alguna manera (cuyos detalles tal vez pondré en
otra pregunta).
¿En qué etapa este nuevo pacto reemplazó al antiguo pacto, según la teología reformada?
Nathaniel
La visión de la teología reformada de los "pactos" de las Escrituras es que son  administraciones de un solo
pacto, un pacto de gracia . Así, el "nuevo pacto" del que habla Cristo es visto como algo que, en muchos
sentidos, había existido mucho antes. Como Louis Berkhof escribe:
El pacto de gracia, como se revela en el Nuevo Testamento, es esencialmente el mismo que regía la relación
de los creyentes del Antiguo Testamento con Dios. [...] Si a veces se habla de un nuevo pacto, esto se explica
suficientemente por el hecho de que su administración difiere en varios detalles de la del Antiguo
Testamento. ( Teología sistemática , 2.3.5.C )
Las diferencias que Berkhof ve en el "nuevo pacto" son su naturaleza universal, su mayor énfasis en la gracia
y sus más ricas bendiciones. Pero en esencia es el mismo pacto que el que se le dio a Abraham, Moisés y
otros. Hablando estrictamente, mientras que el "nuevo pacto" comienza en el Nuevo Testamento con la
vida, muerte y resurrección de Jesús, es esencialmente el mismo pacto que el "antiguo pacto" que lo
precedió.
Robert Reymond está de acuerdo y cita a John Murray:
Las bendiciones del pacto de gracia que los creyentes disfrutan hoy bajo las sanciones de la economía del
Nuevo Testamento se basan en el pacto que Dios hizo con Abraham. Dicho de otra manera, el "nuevo
pacto" en sí mismo es simplemente la "extensión y desarrollo administrativo del pacto abrahámico". (  ST ,
cap. 14)
Reymond se refiere a Hebreos 8 para argumentar que el tabernáculo mosaico presagia el "verdadero
tabernáculo celestial en el que Cristo mismo entró con su propia sangre como el Sumo Sacerdote del
hombre redimido". Reymond ve específicamente la encarnación y la crucifixión como fundamentos del
"nuevo pacto":
La "entrada de Cristo al santuario celestial" ocurrió cuando asumió su papel de sumo sacerdote como
mediador del nuevo pacto en la encarnación, ¡y el Lugar Santísimo fue su cruz! ( ST , cap. 14)
John Frame explica útilmente cómo este "nuevo pacto" es "trascender el tiempo", cómo tiene un comienzo
en Cristo pero su eficacia se extiende hasta el pasado:
El nuevo pacto tiene una inauguración temporal. Los pactos generalmente se inauguran por el
derramamiento de sangre, y ese es ciertamente el caso con el nuevo pacto, por la sangre de Cristo, la sangre
que llena toda la sangre de toros y cabras en los otros pactos. [...]
Sin embargo, como vimos anteriormente, la eficacia del nuevo pacto, a diferencia de la de los pactos
anteriores, se extiende a los elegidos de Dios antes de la expiación de Jesús. Cuando los creyentes en el AT
experimentaban la "circuncisión del corazón", o cuando eran judíos "interiormente", estaban participando
del poder del nuevo pacto. ( ST , 80)
Para resumir, los teólogos reformados ven el "nuevo pacto" como una administración del "pacto de gracia"
más general, y en esencia idéntico a los pactos establecidos en el Antiguo Testamento. Pero mientras se
aplica a toda la historia redentora, el "nuevo pacto" tiene su inauguración histórica en la vida y
particularmente la muerte de Cristo en la cruz.
Paul Chernoch
En este sermón de James Orr, un destacado ministro presbiteriano del siglo XIX, tenemos algunas
orientaciones sobre esta cuestión:
http://biblehub.com/sermons/auth/orr/the_ratification_of_the_covenant.htm
Él hace algunos puntos, aquí citados:
(1) Moisés "construyó un altar debajo de la colina y doce columnas, según las doce tribus de Israel" (ver. 4).
(2) Los hombres jóvenes de su nombramiento sacrificaron holocaustos y ofrendas de paz al Señor. (ver. 5).
(3) La sangre de los animales sacrificados se dividió: la mitad se puso en cuencas y la otra mitad se roció
sobre el altar (ver. 6).
(4) Las palabras del libro del Pacto fueron leídas luego solemnemente en la audiencia de la gente; y estos
últimos les renovaron su asentimiento (ver. 7).
(5) La sangre fue arrojada sobre la gente fuera de las cuencas, y el Pacto fue declarado concluido (ver. 8).
Dos puntos aquí reclaman nuestra atención.
1. La ratificación del Pacto con sacrificio; y
2. La acción con la sangre.
Ambos fueron significativos.
El discurso de la Última Cena es la lectura del nuevo pacto. La carga y la erección de la cruz es la
construcción del altar. La crucifixión de Jesús es el sacrificio. La perforación de Jesús con la lanza y el flujo de
sangre es la aspersión de sangre sobre el altar. El acto final que se requiere es que la sangre también se
rocíe sobre las personas que se unen al pacto. Como Jesús llamó al vino de la mesa de la comunión su
sangre, se deduce que cuando los apóstoles y otros discípulos tomaron la comunión por primera vez
después de la resurrección, se ratificó el nuevo pacto. Esto puede ser cuando Jesús apareció y comió
pescado con ellos, o cuando los dos que estaban en el camino a Emaús partieron el pan con Jesús. Una
opinión alternativa es que esto sucedió el día de Pentecostés.
Como mínimo, sabemos que el nuevo pacto no comenzó hasta después de la crucifixión. HEBREOS 9: 14-17
NASB
14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, que a través del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, limpiará su
conciencia de las obras muertas para servir al Dios vivo? 15 Y por esta razón, Él es el mediador de un nuevo
pacto, a fin de que desde que se produjo la muerte por la redención de las transgresiones que se
cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.
. 16 Porque donde hay un pacto, debe haber necesariamente la muerte de quien lo hizo. 17 Porque un pacto
es válido solo cuando los hombres están muertos, porque nunca está vigente mientras el que lo hizo vive.
Paul Chernoch
Mi opinión personal es que el nuevo Pacto comienza para cada persona cuando acepta a Cristo, para la
mayoría a través de un signo visible como ser bautizado o recibir su primera comunión (acompañado de una
declaración verbal de fe), y para personas en circunstancias extremas en un momento determinado. mera
declaración de fe (ladrón en la cruz, persona a punto de ser martirizada, persona en el lecho de muerte, etc.).
Daniel1212
En cuanto a cuándo entró en vigor el Nuevo Pacto, la respuesta es simple:
Porque donde está un testamento, necesariamente debe haber la muerte del testador. Porque un
testamento tiene fuerza después de que los hombres están muertos; de lo contrario, no tiene ninguna fuerza
mientras viva el testador. (Hebreos 9: 16-17, KJV)
David VanDrunen (Profesor de Teología Sistemática y Ética Cristiana en el Seminario de Westminster), afirma
que "el acto redentor de la crucifixión de Cristo estableció el nuevo pacto". (Pactos divinos y orden moral:
una teología bíblica de la ley natural, p. 85) Asimismo afirma Gill y otros .
Esto reemplazó al Antiguo Pacto, en el que dice: Un nuevo pacto, él ha hecho el primero. Ahora lo que
decae y se vuelve viejo está listo para desaparecer. (Hebreos 8:13, KJV)
La desaparición se refiere a la práctica, prediciendo la destrucción del Templo, entre otras cosas, como
señala Gill, que incluía los registros genealógicos de los sacerdotes y otras cosas requeridas por la Ley.
Gracias a Dios.
Sin embargo, contrariamente a la anarquía, los creyentes son aquellos que buscan caminar no según la
carne, sino según el Espíritu, como el Señor lo permite y ordena: "Para que se cumpla la justicia de la ley en
nosotros, que anden no según la carne, pero según el Espíritu ". (Romanos 8: 4)
RC Sproul enseña,
Los cristianos no se atreven a tratar su ley a la ligera, porque la forma en que vemos la ley de Dios indica
cómo vemos a Dios mismo (Rom. 3:21). Por lo tanto, los cristianos están llamados a la obediencia gozosa a
su ley por amor a Cristo. Esta obediencia conlleva justicia práctica .
Esta justicia no es la base de nuestra salvación; no podemos merecer justificación por nuestras obras (Rom.
3: 21–22). Pero excede la de los fariseos porque su obediencia no vino del corazón. Y es una señal de que
realmente hemos sido salvos y así entraremos al reino de los cielos. ( fuente )
Tengo muchas maneras de ir prácticamente de corazón y de hecho.
Nathaniel ♦
Daniel, agregué un poco de formato a tu respuesta para aclarar qué es una cita y qué no. Es posible que
desee agregar un poco más (tal vez alrededor de Hebreos 8:13). Además, una nota: la última cita no es en
realidad de un artículo de Sproul, sino de alguien asociado con su ministerio. Dicho todo esto, ¡buena
respuesta!
Daniel1212
Gracias. Necesito aprovechar algunas de las opciones de formato limitadas.
Brandon
John Owen reconoció con razón que solo el Nuevo Pacto es el Pacto de la Gracia. Se estableció formalmente
como un pacto en la muerte de Cristo, pero efectivamente funcionó retroactivamente para salvar a los
santos del Antiguo Testamento antes de su establecimiento legal. Lea su tremendo comentario sobre
Hebreos 8 para una gran explicación.
https://contrast2.wordpress.com/2010/02/15/john-owens-commentary-on-the-old-and-new-covenants-
outline/

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https://www.youtube.com/watch?v=IIbZJ8qFWRA
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El Pacto de Dios a Través



de Moisés
Resource by 
John Piper
 Scripture: Exodus 19:1–9    Topic: The Covenants
El pacto que Dios hizo con Abraham fue renovado con su hijo Isaac. En Génesis 26:3 (LBLA) Dios le
dice a Isaac: "A ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré
a tu padre Abraham". Y luego, al hijo de Isaac, Jacob. Dios apareció en Betel (de acuerdo a Génesis
28:13-15) y le confirmó el pacto: "Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La
tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. También tu descendencia será como el
polvo de la tierra . . . y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. He aquí, yo
estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas". En ese momento, Jacob no podía saber que iría a
Egipto y que por cuatrocientos años sus descendientes serían esclavos, y que la promesa permanecería en
letargo hasta que fuese confirmada nuevamente con Moisés.
De la miseria en Egipto al pacto Mosaico
Pero las maneras de Dios raramente son las nuestras, y en verdad fue su plan llevar a su gente del pacto a
través de las miserias de Egipto hacia la tierra prometida (Ver la predicción de Génesis 15:13). Ese
principio divino no ha cambiado hasta hoy. "Si en verdad padecemos con Él, a fin de que también
seamos glorificados con Él" (Romanos 8:17, LBLA). Pero, después de una larga noche oscura del alma
de Israel, amanece. Dios llama a Moisés, y con mano poderosa y brazo extendido, Dios libera a su pueblo
de la esclavitud. Cruzaron el Mar Rojo sobre tierra firme. Recibieron alimento del cielo y agua de la roca.
Y en tres meses, arribaron al Monte Sinaí. Aquí, Dios hace un pacto solemne con Israel para confirmar y
afianzar el pacto que hizo con Abraham, Isaac y Jacob.
Virtualmente, todo de Éxodo 19-34 es concerniente a la creación de este pacto. Quiero que esta mañana
vean:
1. cómo fue establecido el pacto y luego
2. qué promesas divinas y condiciones humanas constituyeron el pacto, y
3. cómo en el plan de Dios, lleva a la obra de Jesucristo.
A. ¿Cómo fue establecido este pacto?
Examinemos juntos estos capítulos cruciales. Puntualizaré las principales características a medida que
avancemos. En Éxodo 19:3, Moisés por primera vez sube al Monte Sinaí y Dios le anuncia los términos
generales del pacto en los versículos 5 y 6: si me obedeces y cumples mi pacto, serás mi posesión
especial, un reino de sacerdotes, una nación santa. Moisés baja, le informa a la gente y en el versículo 8,
ellos aceptan el pacto: "Haremos todo lo que el Señor ha dicho". Moisés lleva al Señor esta aceptación y,
en el versículo 9, el Señor le dice que irá a hablar de manera que todos oigan para que crean a Moisés.
En Éxodo 19:10-15, Dios le indica a Moisés que consagre al pueblo. En tres días, tienen que acercarse al
monte. En tres días, el Señor desciende en fuego y el monte se envuelve de humo. Dios llama a Moisés a
la cima (v. 20) y le dice que descienda nuevamente y le advierta a la gente que no traspasen los límites y
perezcan (vs. 21-24). Luego, Dios mismo, (vs.20:22), se dirige al pueblo en 20:1-17 y les da los diez
mandamientos. Ellos están tan aterrorizados por la voz de Dios que (en los vs. 18-19) le suplicaron a
Moisés: "Habla tú con nosotros y escucharemos, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que
muramos". Por eso, en 20:21, Moisés se acercó a la densa oscuridad y recibe del Señor el resto de las
ordenanzas. Éstas se dan en los capítulos 21-23 e incluye muchas más especificaciones que los diez
mandamientos.
En Éxodo 24:1-2, Dios le dice a Moisés que junto con él suban al monte los sacerdotes y los ancianos.
Pero, primero, en Éxodo 24:3, Moisés le informa al pueblo todas las ordenanzas y nuevamente ellos
aceptan los términos del pacto: "Haremos todas las palabras que el Señor ha dicho". Luego Moisés escribe
todas las palabras que ha recibido en un libro (v.4), construye un altar, sacrifica varios bueyes y sella el
pacto con sangre. Vertió parte de la sangre sobre el altar, leyó el libro del pacto al pueblo y roció sangre
sobre el pueblo (vs.5-8). La implicación es probablemente que el pueblo toma un juramento y si rompen
el pacto, su sangre será derramada como la de los bueyes y estará sobre sus propias cabezas.
Luego (en Éxodo 24:9-10), Moisés, Aarón, Nadab y Abiú y los setenta ancianos subieron a medio camino
del monte, tuvieron un festín y vieron la gloria de Dios. Pero, en el versículo 12, Dios llama a Moisés que
subiera más arriba para recibir "las tablas de piedra" escritas por Él. Entonces, Moisés subió dentro de la
nube (v.18) y permaneció allí cuarenta días. Los capítulos 25-31 dan el mensaje de lo que Dios le había
dicho a Moisés, principalmente, un plan para construir el tabernáculo y el ministerio de los sacerdotes.
Cuando terminó de hablar, Dios le da a Moisés las dos tablas del testimonio (31:18) para que se las lleve a
la gente – una clase de documento del pacto de parte del Señor, firmado personalmente.
Pero, durante los cuarenta días, el pueblo ya había roto la promesa del pacto y hecho un ídolo. En Éxodo
32:8, Dios dice: "Bien pronto se han desviado del camino que yo les mandé". Moisés ora por el pueblo y
Dios detiene su destrucción (32:11-14). Cuando Moisés bajó al campamento (v.19), destrozó las tablas
para demostrar cómo el pueblo había roto el pacto. Los hijos de Levi matan 3000 hombres (32:28) y Dios
manda una plaga (v.35), pero la nación en conjunto es perdonada por las plegarias de Moisés.
Ahora, la pregunta es: ¿qué pasó con el pacto? Lo rompieron antes de que estuviese ni siquiera
completado. Si este pacto estuviese basado en obras o en justicia estricta solamente, Israel habría estado
acabado. Pero, para mostrar que el pacto está basado en la gracia, Dios renueva el pacto y usa palabras
que esclarecen este fundamento misericordioso. En Éxodo 34, Dios le dice a Moisés que haga nuevas
tablas de piedra y que vuelva a subir. En 34:6-7, Dios se revela y también revela las nuevas bases del
pacto renovado: "Pasó el Señor por delante de él y proclamó ´El Señor, el Señor, Dios compasivo y
clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad; el que guarda misericordia a millares,
el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado y que no tendrá por inocente al culpable; el que
castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta
generación'". En el versículo 9, Moisés suplica: "Perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado y tómanos
por posesión tuya". En el versículo 10, el Señor responde: "He aquí, voy a hacer un pacto. Delante de todo
tu pueblo, haré maravillas que no se han hecho en toda la tierra ni en ninguna de las naciones". Luego, en
34:27-28, el Señor concluye este último encuentro en el monte Sinaí de esta manera: "Entonces, el Señor
dijo a Moisés: Escribe estas palabras, porque conforme a estas palabras he hecho un pacto contigo y con
Israel. Y Moisés estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en
las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos ´". Y bajó con su rostro brillando debido al
tiempo que había pasado con Dios. El resto de Éxodo, relata la construcción del tabernáculo.
B. ¿Cuáles son las promesas y condiciones del pacto?
En esa reseña de cómo fue establecido el pacto entre Dios e Israel, podemos responder nuestra segunda
pregunta: ¿cuáles son las promesas divinas y las condiciones humanas de este pacto? ¿Qué se compromete
a hacer Dios? Y ¿qué requiere de su socio del pacto?
Encierra cinco promesas divinas
Primero, las promesas. Al menos hay cinco.
1. Israel será la posesión más preciada de Dios
En Éxodo 19:5, Dios dice: "si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro
entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra". Dios menciona que toda la tierra es suya, para
mostrar que cuando llama a Israel "su propia posesión", quiere decir más que el cuidado y autoridad
general que tiene sobre el mundo. Será el Dios de Israel y ellos serán su posesión de una manera especial.
Serán bendecidos por encima de todas las naciones. Serán la posesión más preciada de Dios –  si guardan
su pacto.
2. Israel será un reino de sacerdotes reales
En Éxodo 19:6, la segunda promesa es: "y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes". El privilegio
más impresionante de los sacerdotes era un acceso íntimo a Dios. Ellos se acercaban en representación del
pueblo. Su herencia no era la tierra, sino el Señor. Esto privilegia las promesas de Dios a toda la nación.
Este privilegio se intensifica cuando Dios lo denomina sacerdocio real o sacerdotes en los servicios
del Rey. No hay mayor privilegio que tener acceso íntimo al Rey del universo.
3. Israel será una nación santa
La tercera promesa del pacto, en 19:6, es que Israel también será una "nación santa". Israel sería santa en
dos sentidos: uno, se diferenciaría y distinguiría de todos los otros pueblos; dos, se le concedería una
semejanza moral a Dios. Compartiría el carácter de Dios. "Seréis santos, porque yo soy santo" (Levítico
19:2). Si Israel guarda el pacto con Dios, tendrá el privilegio de la semejanza a Dios, que todo lo
satisface. Será una nación santa.
4 Dios defenderá a Israel de todos sus enemigos
La cuarta promesa del pacto se encuentra en Éxodo 23:22: "Pero si en verdad obedeces su voz y haces
todo lo que yo digo, entonces seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios". Como el
gato que le hinca los dientes a un ratón y descubre que es la pata de un perro. Cualquiera que se oponga a
Israel tendrá que vérselas con Dios Todopoderoso – si Israel cumple el pacto. Esto es, probablemente, lo
que Dios quiere decir en Éxodo 34:10 cuando promete: "Haré maravillas que no se han hecho en toda la
tierra ni en ninguna de las naciones; y todo el pueblo en medio del cual habitas verá la obra del Señor". En
defensa de su pueblo, Dios hará maravillas para demostrar su gloria entre las naciones.
5. Dios será misericordioso, clemente e indulgente
Finalmente y como fundamento de todo lo demás, Dios promete ser misericordioso y clemente y perdonar
la iniquidad, la transgresión y el pecado. Éxodo 34:6-7 está entre las palabras más dulces del evangelio en
la Biblia. El hecho de que vienen del monte Sinaí y no del monte Calvario, el hecho de que son el prefacio
de los diez mandamientos (34:28) y no del libro de los Romanos, muestra que el mensaje de Cristo y el
mensaje de Moisés son un mensaje de gracia armonioso. "El Señor pasó por delante de Moisés y
proclamó: ‘El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y
fidelidad; el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado´”.
Por lo tanto, la quinta promesa del pacto mosaico es que Dios tratará a Israel con misericordia y
clemencia y perdonará sus pecados – si cumple el pacto.
En resumen, entonces, las cinco promesas divinas del pacto Mosaico, que vuelven a confirmar el pacto
con Abraham son:
1. Que Israel será la posesión especial de Dios.
2. Israel será un reino de sacerdotes para Dios.
3. Israel será una nación santa.
4. Dios luchará por Israel y vencerá a todos sus enemigos
5. Dios tratará a Israel con clemencia,y misericordia y perdonará sus pecados.
Estas son las promesas divinas del pacto. Pero, todas ellas dependen de que el pueblo cumpla ciertas
condiciones, como dice Éxodo 19:5: "Si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis . . . ", para
que experimenten todas estas gracias divinas.
Tres indicadores de las condiciones humanas del pacto
Por eso, ahora, volvemos a las condiciones humanas que tienen que cumplirse para disfrutar de las
bendiciones del pacto.
1. Basado en la gracia y ofreciendo perdón
Una cosa está clara desde el principio. La condición no es la perfección libre de pecado. El pacto
Mosaico no enseña que si alguien comete pecado pierde las bendiciones del pacto. Dice que el Señor
perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado (Éxodo 34:7). El fundamento del pacto es la gracia. Por
consiguiente, cuando Éxodo 19:5 dice que Israel "debe obedecer la voz de Dios y guardar el pacto" no
significa que deben ganar las bendiciones obrando para Dios. Significa que deben mantenerse en una
actitud de recibir la gracia, la misericordia y el perdón.
2 ¿Amando a Dios y ganándose la gracia?
Y ¿qué actitud es esa? En Éxodo 20:5-6, se da una respuesta en medio de los diez mandamientos: "Yo, el
Señor, tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a aquellos que me  aman y
guardan mis mandamientos". Israel mantiene su parte del pacto al amar a Dios y al no poner ningún otro
valor en su corazón en el sitio que pertenece a Dios. Y de este amor a Dios inevitablemente surge la
obediencia a su palabra, porque siempre uno sigue lo que valora. Por eso, esta obediencia no es  ganar la
gracia de Dios. Es la evidencia del amor por la gracia de Dios. No amamos a Dios cuando nos ponemos a
nosotros mismos en la posición de un empleado y a Él en la posición de un empleador que nos paga un
salario.
Cuando Dios dice que el amor por Él es la condición que Israel debe cumplir para participar de la gracia
del pacto, es como decir que la condición que debemos cumplir para beneficiarnos con nuestras
vacaciones es disfrutar de las puestas de sol. Es impensable que el mandato de amar a Dios pueda ser un
mandato para ganar sus bendiciones. Por el contrario, cuando se lo analiza detalladamente, el mandato de
amar a Dios, quien es misericordioso e indulgente (Éxodo 34:6-7), debe incluir el mandato de  confiar en
Él. La única manera de recibir perdón es confiando en el que perdona. Y la única manera de beneficiarse
de las promesas misericordiosas es confiando en el que promete. La condición fundamental que Israel
tenía que cumplir, para disfrutar de la misericordia de Dios, era la confianza.
3. El fracaso de incredulidad de Israel
En el Antiguo Testamento, una y otra vez, la rebelión de Israel contra el pacto se puede rastrear de vuelta
hasta la incredulidad (Números 14:11; Deuteronomio 1:32; 9:23; 2 Reyes 17:14; 2 Crónicas 20:20; Salmo
78:22, 32; 106:24). Por ejemplo, el Salmo 78:22 mira hacia atrás y dice que la ira de Dios se encendió
contra Israel en el desierto "porque no creyeron en Dios ni confiaron en su salvación". Y Hebreos
3:19 dice que la razón por la cual la generación del desierto no entró en la tierra prometida fue
la incredulidad. O como Hebreos 4:2 dice: "La palabra que ellos oyeron nos les aprovechó por no ir
acompañada por la fe de los que la oyeron".
Por lo tanto, hay al menos tres razones para llegar a la conclusión de que la condición básica requerida de
Israel es la fe.
1. Primero, porque el pacto es renovado sobre la base de la gracia y ofrece perdón misericordioso de los
pecados (Éxodo 34:6-7). El perdón solo se puede recibir por la fe.
2. Segundo, Dios promete misericordia a todos los que lo aman (Éxodo 20:6). Pero, amar a Dios es lo opuesto
de tratar de ganar salarios de un empleador celestial. Amar a Dios debe incluir deleitarse en su confianza como
alguien que "los lleva sobre las alas de águilas (fuera de Egipto) y los conduce hacia Él" (Éxodo 19:4).
3. Tercero, numerosos pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento dicen que el origen de la desobediencia de
Israel fue el fracaso en confiar en Dios. Por consiguiente, la obediencia que se requiere en el pacto Mosaico es la
obediencia que proviene de la fe.
Es la misma obediencia que se requiere en el pacto con Abraham cuando el Señor le dijo a Abraham: "En
tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra,  porque tú has obedecido mi voz" (Génesis
22:18). Y es la misma obediencia requerida en el nuevo pacto bajo el que nosotros vivimos. Hebreos 5:9
dice de Cristo que "Habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los
que le obedecen". El pacto con Abraham, el pacto Mosaico y el pacto que Jesús ha sellado con su propia
sangre son las varias expresiones de un gran pacto de gracia. Y bajo todos estos pactos, expresados de
varias maneras diferentes, una cosa se requiere del hombre para heredar las gracias del pacto: "la fe que
obra por amor" (Gálatas 5:6).
C. ¿Cómo puede tanta gracia provenir de este pacto?
Eso nos lleva a una última pregunta, la cual el pacto Mosaico deja sin responder. ¿Cómo se puede
dispensar tanta gracia bajo este pacto? ¿Cómo puede un Dios justo simplemente perdonar la iniquidad, la
transgresión y el pecado? ¿Cómo puede un juez dejar libres a pecadores culpables? Seguramente, los
sacrificios de toros y cabras no son justa satisfacción por todo el deshonor acumulado al nombre de Dios
por los pecados de Israel. Otra vez, la respuesta está en el futuro. Isaías lo vio más claramente y dijo:
"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor
hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros" (Isaías 53:6). ¿Cómo pudo un Dios justo, bajo el
pacto Mosaico, ser tan clemente y perdonar tan libremente? Respuesta: Él miraba adelante, hacia la
llegada de su Hijo y el sacrifico que repara todo el daño hecho al honor de Dios a través de la
desobediencia de los elegidos. No podría haber habido pacto con Abraham, ni pacto con Moisés, ni nuevo
pacto sin el advenimiento de Jesucristo. Lo que fue dado libremente bajo Moisés fue pagado por Cristo.
Si quieren una mirada nueva de Jesús en este tiempo de Adviento que los ayude a confiar en Él, amarlo y
obedecerlo, consideren estas dos cosas. Primero, cada pecado perdonado desde Adán hasta el fin de los
tiempos fue puesto en el inocente Cristo y lo aplastaron hasta el infierno. Él lo aceptó voluntariamente por
la gloria de su Padre y el bien de su pueblo. Segundo, si confían en Él y lo siguen en la obediencia de la
fe, entonces serán los herederos, no solo del pacto de Dios con Abraham, sino del pacto de Dios a través
de Moisés. Ustedes son la posesión especial de Dios. Son un reino de sacerdotes. Son una nación santa (1
Pedro 2: 9-10). Dios se opone a sus enemigos con un poder que obra maravillas. Y para ustedes, Él ahora
y siempre será "el Señor, el Señor. Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en
misericordia . . . el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado".
¡Oh, qué podamos amar a Jesús con un afecto sincero, renovado este tiempo de Adviento! "Cosas que ojo
no vio, ni oido oyo, ni han entrado al corazon del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los
que le aman" (1 Corintios 2:9).
John Piper

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