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SUGEL MICHELÉN

Elegidos para salvación “desde antes de la fundación del


mundo”
SUGEL MICHELÉN  |  3 AGOSTO, 2009
  
Por Sugel Michelén
Actualmente estoy impartiendo el curso de Teología Propia (Doctrina de Dios) a un grupo de pastores y
líderes de iglesias diversas, y uno de los temas que más frecuentemente sale a colación en el tiempo de
preguntas y respuestas es el de la elección divina. ¿Ha elegido Dios a todos aquellos que se han de
salvar o a final de cuentas la salvación depende de la elección del pecador?

Uno de los textos clave del NT con respecto a la doctrina de la elección es Efesios 1:3-6. Pablo nos
dice allí que todas las bendiciones espirituales que hemos recibido de la mano de Dios han venido a
nosotros de acuerdo a Su plan eterno de salvación.

Él nos bendijo con toda bendición espiritual “según nos escogió en Él antes de la fundación del
mundo”. Él nos bendijo “en conformidad con el hecho” (esa es la idea de la palabra que RV traduce
como “según” en el vers. 4) de que nos escogió conforme a un plan que Él trazó en la eternidad.

Muchos crujen sus dientes contra esta doctrina; se sienten profundamente molestos cuando nos
escuchan hablar de un Dios soberano que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad. En
otras palabras, no soportan la idea de que de que Dios ejerza Su prerrogativa de ser Dios.

Y es que pocas doctrinas de la Biblia aplastan tan rotundamente el orgullo y la soberbia del hombre que
esta doctrina. La Biblia enseña con toda claridad que nuestro Dios es soberano, y que antes de la
fundación del mundo Él escogió libremente a un grupo de personas para salvación, y a los otros los
dejó sumidos en su justa condenación.

Y es obvio que Pablo no pensaba que esta doctrina solo debía ser estudiada en un seminario teológico.
Esta carta fue escrita a una iglesia, compuesta por hermanos comunes y corrientes, quienes debían
unirse a Pablo bendiciendo a Dios y alabando Su nombre, por haberlos escogido, predestinado para
salvación desde antes de la fundación del mundo.

“Escoger” significa “hacer una selección”. Esta palabra se usa en Lc. 6:13 para hablar de la selección
que hace Cristo de los doce apóstoles. Ellos no decidieron ser apóstoles de Cristo; Cristo los seleccionó
soberanamente de entre la multitud que lo seguía, para ser Sus apóstoles (comp. Jn. 15:16).

En cuanto a la palabra “predestinación”, es la traducción del vocablo griego “proorizo”, palabra


compuesta de “pro” que significa “de antemano”, y “horizo” de donde proviene nuestra palabra
“horizonte”. El horizonte es la línea que divide el cielo de la tierra. De manera que la idea de esta
palabra es “trazar un límite de antemano”.

Soberanamente Dios trazó una línea demarcadora en la raza humana, y a algunos los destinó de
antemano para ir al cielo. Podemos revelarnos contra esta verdad de las Escrituras, pero es imposible
evadir el hecho de que eso es lo que la Biblia enseña (comp. Rom. 8:28-30; 9:16; 11:32-36).

El punto que debemos determinar aquí es ¿quién está en las manos de quién? ¿Es Dios quién está en las
manos del pecador, o es el pecador que está en las manos de Dios? La Biblia enseña con toda claridad
que es el pecador quien está en las manos de Dios, y no al revés. Veamos lo que Pablo nos enseña en
este pasaje con respecto a la elección.

La base de la elección. “Según nos escogió en Él”. Cuando Dios nos incluyó en Su plan soberano Él
sabía que no merecíamos ser incluidos. Pero Cristo se comprometió de antemano a pagar
completamente nuestra deuda. De no haber sido por la segunda Persona de la Trinidad nunca
habríamos sido parte del plan redentor de Dios.

El momento de la elección: “desde antes de la fundación del mundo”. En otras palabras, esta selección
se hizo en la eternidad. Antes del inicio del tiempo, antes de la creación de todas las cosas, Dios nos
incluyó soberanamente en Su plan de redención.

El propósito de la elección. ¿Para qué nos escogió Dios? Pablo responde dos cosas: por un lado nos
dice que Dios nos escogió “para ser santos y sin mancha delante de Él”. No fue que Él vio algo bueno
en nosotros y por eso nos escogió, no. Él nos vio más bien en nuestro pecado, en nuestra impiedad, y
nos escogió para hacernos santos (comp. Ef. 2:1-3 y 1P. 1:1-2). La santidad es un fruto de la elección,
no su causa.

El mejor comentario de este texto es el que encontramos en la carta de Pablo a Tito (2:11-14). Dios el
Padre nos escogió, y Dios el Hijo murió en una cruz, para que nosotros fuésemos un pueblo santo, un
pueblo de hombres y mujeres apartados para Dios, viviendo bajo los principios de Su voluntad
revelada.
Pero Pablo nos dice también que fuimos escogidos, predestinados en amor, “para ser adoptados hijos
suyos por medio de Jesucristo”. Hoy día, cuando hablamos de adopción pensamos de inmediato en
niños pequeños, pero en el tiempo de Pablo no se solían adoptar bebés, sino personas adultas. Si un
hombre rico no tenía herederos, buscaba una persona que fuese digna a quien dejarle toda su herencia,
y lo adoptaba como su hijo. De inmediato esa persona tenía derecho sobre todos los bienes del hombre
rico.
Y eso es lo que Pablo tiene en mente cuando habla aquí de adopción. Nosotros somos ahora hijos de
Dios, con todos los derechos filiares de un hijo, porque Dios nos adoptó. Sólo que cuando Dios decidió
hacer eso nosotros no éramos dignos herederos Suyos. Por eso primero nos justificó, poniendo en
nuestra cuenta la justicia perfecta de Cristo, y luego nos adoptó ahora que hemos sido perdonados.

Y una vez más Pablo nos dice que todo eso ocurrió en Jesucristo. En virtud de la obra redentora de Su
Hijo, que nos es aplicada por la fe, el Juez de toda la tierra nos declara “sin culpa”, y luego nos recibe
como hijos en Su familia y nos concede liberalmente un sinnúmero de beneficios, porque ahora Él es
nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos.

La razón de la elección: “… según el puro afecto de Su voluntad” (vers. 5). La elección de Dios no
fue arbitraria o caprichosa. Una decisión arbitraria es aquella que se toma sin razón alguna. Pero en el
caso de Dios, Él sí tenía una razón para escogernos, solo que esa razón se encuentra en Él, no en
nosotros.

Él nos escogió conforme a Su benevolente soberanía, por Su bondad que es santa y que no posee
motivos impuros en ella. Eso es todo lo que nos ha sido revelado al respecto, y por lo tanto, es todo lo
que debemos decir por ahora. Dios se deleitó en amarnos desde antes de la fundación del mundo, y
conforme a ese amor soberano nos eligió. Por eso dice en el vers. 5 que fuimos predestinados en amor.
El propósito final de la elección: “para alabanza de la gloria de su gracia” (vers. 6). La meta final
hacia la cual se mueve todo lo antes dicho es el reconocimiento en adoración (eso es alabanza) de la
excelencia divina (eso es gloria) manifestada en favor de los indignos (eso es gracia).
Como bien señala Hodge: “El propósito de la redención es exhibir la gracia de Dios de una manera tan
eminente que llene todos los corazones de sobrecogimiento y todos los labios de alabanza”.

Y una vez más, Pablo conecta todo esto con la persona de Cristo: “con la cual nos hizo aceptos en el
amado” (vers. 6b); literalmente el texto dice que esa gracia nos fue bondadosamente conferida,
gratuitamente impartida sobre nosotros “en el Amado”. Dios el Padre ama a Su Hijo, con un amor
eterno e inalterable, y nosotros estamos en Él. En virtud de esa unión, nosotros somos ahora el objeto
del amor del Padre, y beneficiarios de todas Sus bendiciones.

Y a la luz de todo esto yo me pregunto, ¿acaso existe un privilegio más grande que ser cristiano? ¿Es
que acaso hay algo que sea más glorioso que conocer a nuestro Señor Jesucristo, y tener nuestra vida
escondida en Él? Nuestro Dios nos ha bendecido “con toda bendición espiritual”; nosotros somos ahora
los beneficiarios de las riquezas de Su gracia, somos coherederos de Dios juntamente con Cristo, y
algún día entraremos en el disfrute pleno y eterno de esa herencia. Y todo eso porque Dios, de pura
gracia, nos amó cuando no había nada digno en nosotros que nos hiciera merecedores de ese amor.
¿Cuándo era antes de la fundación del mundo?

RESPUESTA

La Biblia se refiere a la "fundación" del mundo en varios pasajes. Fundar algo es establecer
una cosa o sentar las bases o asegurar los cimientos de la misma. La "fundación del mundo"
es una referencia al acto de la creación de Dios. Cuando la Escritura se refiere a algo que ha
sido cierto "desde la fundación del mundo", significa "durante toda la historia de la
humanidad". Pero cuando la Escritura se refiere a algo que ocurrió "antes de la fundación del
mundo", el acontecimiento en consideración ocurrió antes de que algo fuera creado, en la
eternidad pasada.

En Efesios 1:4, leemos algo que ocurrió en la eternidad pasada: "[Dios] nos escogió en él
[Cristo] antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él". Este es un pasaje asombroso, con su énfasis en la elección de Dios -antes de que el
mundo fuera creado- de aquellos que se convertirían en creyentes. Antes de que Dios creara
algo, al menos tres cosas ya eran ciertas: Dios vio a la humanidad perdida y necesitada de un
Salvador; el Salvador eterno estaba presente; y se habían planeado los detalles de la obra de
redención. En todo esto, Dios tenía en mente nuestra transformación a la santidad (ver
también 2 Timoteo 1:9).

Otro pasaje que muestra el plan eterno de Dios es 1 Pedro 1:20, que dice que Jesucristo, "un
cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del
mundo" (1 Pedro 1:20). El apóstol Pablo habla de "sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría
oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (1 Corintios 2:7).

La naturaleza eterna de Dios Hijo y Su relación eterna con Dios Padre son evidentes en la
oración sacerdotal de Jesús: "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy,
también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo" (Juan 17:24). El Hijo de Dios no es un ser
creado; poseía la gloria con el Padre, era amado por el Padre y habitaba con el Padre antes de
que el universo fuera creado (ver también Juan 1:1-2).

Los destellos bíblicos de lo que ocurrió antes de la fundación del mundo deberían dar al
creyente un gran consuelo. Tenemos un Salvador que es eterno. La gracia de Dios se extendió
a nosotros desde la eternidad pasada. El plan de salvación de Dios, siendo eterno, es
inmutable; nada puede frustrar, enmendar o impedir ese plan. Desde antes de la fundación
del mundo, Dios trazó Su plan para amarnos, redimirnos, colmarnos de gracia y hacernos
santos. " Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo... a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos" (Gálatas 4:4-5). "Bendito su nombre glorioso para siempre"
(Salmo 72:19).
Estudio bíblico de Efesios 1:4-5
Efesios 1:4-5
Regresamos hoy, amigo oyente, al primer capítulo de esta Carta a los Efesios. Estamos avanzando lentamente aquí, y nos
encontramos en una sección bastante difícil. Vimos en nuestro programa anterior este maravilloso versículo 3, de este
primer capítulo, donde hemos recibido una gran bendición. Allí dice:

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo"

Todas las bendiciones espirituales son una bendición triple, digamos. En primer lugar se nos dice: toda bendición espiritual.
Esto es como un paquete que se ha envuelto en los lugares celestiales. Y finalmente, son colocados en una esfera más
grande, esto es en Cristo. Y el pensamiento completo es que uno debe abrir este regalo para ver lo que Dios ha hecho por
usted, para poder entonces, vivir por la fe, y asirse de ello, y vivir en el día de hoy en los lugares elevados a los cuales Dios
lo ha llevado a usted. Él le ha hecho a usted un hijo; lo ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales. Y nosotros
necesitamos vivir de esa manera en el mundo del presente.

En esta sección vemos que todo este proceso se ha llevado a cabo siguiendo un plan. Dios el Padre planeó la iglesia. Dios El
Hijo pagó con Su sangre por la Iglesia, y Dios el Espíritu Santo protege la Iglesia. La fuente de todas nuestras bendiciones
es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Él nos hace pensar en la eternidad pasada, y hace que nos demos cuenta que
la salvación es completamente de Dios, y que allí no hay nada de nosotros mismos. Cuando hacemos eso nos damos cuenta
de que usted y yo no somos originadores de esto, ni tampoco los promotores, ni los consumadores de nuestra salvación. Él
lo hizo todo, amigo oyente.

Hay una canción que lo expresa de la siguiente manera. "No he sido yo, Señor, quien te eligió, porque eso no podía ser. Mi
corazón aun te rechazaría, pero tú me has elegido a mí". Y otra canción dice: "Jesús me buscó cuando era in extraño,
alejándome del redil de Dios. Y Él, para rescatarme del peligro, interpuso su preciosa sangre". Dios es quien planificó
nuestra salvación, amigo oyente, en la eternidad en el pasado, mucho antes de que usted y yo llegáramos a este mundo. El
Señor Jesucristo es quien vino a este mundo y cuando se cumplió el tiempo determinado, logró nuestra salvación sobre la
cruz del Calvario. Y luego Dios el Espíritu Santo es quien nos convence de culpa y de pecado en el presente. Él es quien nos
lleva al lugar de fe en Cristo y al conocimiento salvador de la gracia de Dios que es revelada en el Señor Jesucristo.

Se cuenta la historia de un joven que se presentó ante las autoridades de una Iglesia y dijo que quería pertenecer a esa
congregación. Los diáconos lo examinaron y le hicieron las siguientes preguntas: "¿Cómo es que llegaste a ser salvo?"
"Bien", dijo el joven, "Yo hice mi parte y Dios hizo la Suya". Y esos diáconos pensaron que este joven estaba equivocado.
Y le dijeron: "¿Cuál fue tu parte y cuál la parte de Dios?" Y el respondió sin titubear, respondió: "Mi parte fue la de pecar,
huí de Dios tan rápido como me pudieron llevar estas piernas rebeldes que yo tengo, y donde mi corazón pecaminoso me
llevara. Me escapé de Él. Y, ¿saben una cosa? Él corrió detrás de mí y me alcanzó."

Dios es quien salva. Nuestra parte es la de pecar. También, el desaparecido Dr. Henry Ironside, dijo en cierta ocasión, que a
un muchacho se le había preguntado: "¿Has encontrado a Jesucristo?" Y el joven respondió: "Bien, señor, yo no sabía que
Él se había perdido. Pero yo estaba perdido y Él me encontró". Y amigo oyente, usted no encuentra a Jesucristo, es Él quién
lo encuentra a usted. Él es quien salió a buscar la oveja que se había perdido. Y Él es quien la encontró. Escuchemos lo que
dice aquí este versículo 4, del capítulo 1, de la epístola a los Efesios:

"Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él."

La palabra "según" es un conectivo que modifica la declaración anterior del versículo 3. Las bendiciones espirituales que
usted y yo recibimos están de acuerdo con la voluntad divina. Todo se hace en consonancia y armonía con el propósito de
Dios. Este mundo y el universo operarán de acuerdo con el plan y propósito de Dios. Así la palabra "según" mira hacia atrás
a las tres bendiciones del versículo 3.

Dios escogió a los creyentes en Cristo antes de la fundación del mundo. Y esto quiere decir antes de todo tiempo, allá en la
eternidad pasada. Permítanos decirle, estimado oyente, que eso quiere decir que ni usted ni yo hicimos la elección. Él no nos
eligió porque fuéramos buenos, sino que nos eligió para que pudiéramos hacer algo bueno. Y toda la elección pertenece
total y exclusivamente a la soberanía, a la sabiduría, y también a la bondad de Dios.

El predicador Spurgeon, dijo lo siguiente en cierta ocasión: "Dios me escogió antes de que yo viniera a este mundo, porque
si Él hubiera esperado hasta que yo llegara aquí, entonces Él nunca me hubiera escogido". Es Dios quien nos ha escogido y
nosotros no le hemos escogido a Él.

Recuerde usted lo que el Señor Jesucristo les dijo a Sus discípulos en el aposento alto: "No me elegisteis vosotros a mí, sino
que yo os elegí a vosotros".(Juan 15:16). Como solía decir el Dr. Campbell Morgan: "Eso pone toda la responsabilidad en
Él. Si Él fue quien nos escogió, entonces Él es responsable". Y eso es algo realmente maravilloso, amigo oyente.

Israel es un ejemplo de la elección divina. Recordemos lo que Dios dijo acerca de los hijos de Israel; en el libro de Amós,
capítulo 3, versículos 1 y 2, dice: "Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la
familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra;
por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades". Dios escogió a Israel en el tiempo. Él escogió a la Iglesia en la
eternidad. Dios hizo esa elección en la eternidad, y no se ha presentado nada inesperado que haya causado que Dios cambie
su programa, o su forma de pensar. Él supo el fin de todo desde el mismo principio (ver Hechos 15:18).

Él lo hizo con cierto propósito; para que nosotros llegáramos a ser santos y sin mancha ante Él. Dios nos escogió para
santificarnos. Él nos salva y Él nos santifica, para que seamos santos. Éste es lado positivo de Su propósito. Y esto tiene que
ver con la vida interior del creyente. La elección de Dios requiere una vida santa. Hay muchas personas hoy que dicen:
"Bueno, yo soy uno de los elegidos, he sido salvado por gracia y puedo hacer lo que quiera". Pablo respondió a las personas
que opinan de esa manera cuando dijo en Romanos 6:1-2, "1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la
gracia abunde? 2¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" Usted no
puede usar la gracia como una licencia para pecar. Si usted continúa viviendo en el pecado es porque usted es un pecador y
no ha sido salvo. Un pecador que ha sido salvo mostrará un cambio en su forma de vivir.

No sólo nos eligió Dios para que fuéramos santos sino también para que fuéramos sin mancha. Éste es el lado negativo. El
creyente en Cristo es visto ante Dios como sin mancha. Otra vez vemos un ejemplo de esto en Israel. Dios no permitió que
Balaám maldijera a Israel o que encontrara alguna falta en Su pueblo. Escuchemos lo que dijo en el libro de Números 23:21,
"No ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel. El Señor su Dios está con él, y ellos lo aclaman como
rey". Luego, nosotros tenemos que ser sin mancha. Ése es el lado negativo. Sí, pero si usted hubiera descendido al
campamento de Israel, habrá visto que Dios encontró faltas en ellos, y los juzgó. Y Él estaba santificando y purificando ese
campamento.

Amigo oyente, si Dios lo ha escogido a usted es para hacerlo santo, para convertirlo en una persona sin mancha. Y si no hay
evidencias de cambio, entonces, usted no es uno de los escogidos. Dios quiere que Sus hijos vivan vidas que no estén
marcadas o manchadas con el pecado, y Él ha hecho toda la provisión necesaria para que ellos sean absueltos de toda culpa.
Recordemos que Juan dijo en su primera carta 2:1 y 2, "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; pero si
alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es el sacrificio por el perdón de nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo". (1 Juan 2:1-2)

Y a propósito, eso responde al interrogante de una expiación limitada, es decir, que Cristo sólo murió por los escogidos.
Este versículo de Primera de Juan aquí deja bien claro que Él murió por el mundo. Y no interesa quién sea usted. Aquí hay
una oferta legítima que le ha sido enviada a usted hoy, de parte de Dios, y esa oferta es que Jesucristo ha muerto por usted.
Usted no se puede ocultar y decir: "Yo no soy uno de los elegidos". Usted forma parte de los escogidos si escucha Su voz.
Usted también tiene una voluntad libre para no oír Su voz. ¡Y es algo maravilloso y glorioso que el Dios del cielo escogiera
a algunos de nosotros aquí abajo y nos salvara! Ahora, yo no me propongo comprender esta verdad. Yo simplemente la
creo.

Usted recuerda la ilustración que nos dio el Señor Jesucristo de un camino amplio, grande, y a un lado del camino hay una
entrada muy angosta, y sobre esta entrada se ha puesto el anuncio: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al
Padre sino por mí. (Juan 14:6) Lo interesante es que el camino ancho, por donde la mayoría de la gente transita, lo lleva a
uno hacia abajo y se hace cada vez más estrecho, hasta que finalmente lleva a la destrucción. Usted puede continuar
andando por ese camino ancho, pero también puede salirse de él si así lo desea. Usted puede abandonar ese camino al ver la
invitación que dice: El que a mí viene, no le echo fuera, (Juan 6:37). Usted puede entrar por ese camino angosto y lo
interesante es que la entrada es muy estrecha pero luego el camino se amplía. El Señor dijo: "Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia". (Juan 10:10). Se habla acerca del camino ancho; pero el camino ancho, amigo
oyente, comienza después que usted ha pasado por esa puerta estrecha. Es que usted tiene que hacer su propia elección.
Todo aquel que quiera, puede venir, y esta declaración le incluye a usted. Es una invitación legítima.

El Señor Jesucristo le ha extendido a usted una invitación, y todo aquel que quiera puede entrar. No trate de decir que usted
ha sido dejado a un lado, porque eso no es así. En el evangelio según San Juan, capítulo 3, versículo 16, leemos: "Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna". La frase "todo aquel" nos incluye a usted a mí. Donde dice: todo aquel, allí puede usted poner su propio
nombre. Ahora bien, el hecho de que haya elegidos no quiere decir que sepamos quienes son, y usted no tiene ningún
derecho a decir que usted es uno de los que no son elegidos. Si usted abre su corazón, puede entrar. Y eso es todo que usted
tiene que hacer. No creemos en la idea de que usted pueda tener reservas mentales. El problema es que hay pecado en su
vida y que la Biblia lo condena. Pero, si usted acude a Cristo, quiere decir que usted tiene que apartarse de ese pecado, y
algunas personas, sencillamente, no quieren apartarse de su pecado.

"Nos escogió en Cristo". Una y otra vea la Biblia enfatiza la elección soberana de Dios. Y el mismo apóstol Pablo dijo en
Segunda de Tesalonicenses 2:13 y 14, "13Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad. 14Para esto él os llamó por medio de nuestro evangelio: para alcanzar la gloria de nuestro
Señor Jesucristo". Y el apóstol Pedro en su Primera Carta, capítulo 1, versículo 2 dice: "elegidos según el previo
conocimiento de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y
paz os sean multiplicadas". Llama la atención el ver que la elección y la santificación parecen ir juntas y ambas tienen lugar
en el Señor Jesucristo. Si Dios le ha salvado a usted, no lo ha hecho porque usted sea bueno, sino precisamente por que no
lo es. Creemos que el apóstol Pablo lo explicó en una manera clara en su Epístola a los Romanos (9:14-16) cuando dijo:
"¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que
yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre,
sino de Dios que tiene misericordia". Moisés se dirigió a Dios en oración, y Dios le respondió: "Moisés, Yo voy a escuchar
y a contestar tu oración. Pero no porque tú seas Moisés, el libertador, sino porque Yo voy a mostrar misericordia en quien
quiera y mostraré compasión en quien Yo quiera". Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano
sino de la misericordia de Dios. ¿Le agradaría a usted, amigo oyente, experimentar la compasión de Dios? Entonces usted
tendrá que volver hacia Él.

Creemos que una de las mejores ilustraciones que podemos tener de este tema, la encontramos en el libro de los Hechos de
los apóstoles, capítulo 27, versículos 22 al 24. Recordemos que el apóstol Pablo, luego de haber padecido una tormenta
huracanada y cuando su barco estaba inclinado peligrosamente, listo para hundirse, cuando los marineros ya habían arrojado
algo de los aparejos de la nave, Pablo dijo al capitán de la nave: "Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá
ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave, pues esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de
quien soy y a quien sirvo, y me ha dicho: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; además, Dios te ha
concedido todos los que navegan contigo". Ésa era la presciencia de Dios, eso era elección. Dios había escogido que
ninguno de los que había en ese barco, se perdiera. Un poco más tarde, Pablo encontró a un grupo de marineros que estaban
tratando de abandonar el barco en un pequeño esquife para llegar a tierra de esa manera. Pero, Pablo dijo al capitán y a los
soldados: "Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros". (Hechos 27:31) Bueno, el capitán de la nave
podría haberle dicho a Pablo: "Un momento. Ya me has dicho que ninguno perecería"; y él estaba en lo correcto, eso es lo
que Pablo había dicho. Y ese era el lado de Dios: nadie perecería. Pero la condición era que si aquellos no permanecían en
la nave, los demás no podrían salvarse. Y ese era el lado del hombre: ellos debían permanecer en el barco.

Debemos decir, amigo oyente, que Dios es quien conoce a los escogidos. Yo no sé quienes son. En cierta ocasión, alguien
se dirigió a ese gran predicador que fue Spurgeon y le dijo: "Señor Spurgeon: si yo creyera lo que usted cree, no predicaría
de la forma en que usted lo hace. Usted dice que cree que hay aquellos que son escogidos, pero usted predica como si todos
pudieran ser salvos". "Bueno", le dijo el señor Spurgeon, "ellos pueden serlo. Pero, si Dios hubiera pintado una línea
amarilla, digamos, en la espalda de aquellos que han sido escogidos, yo podría andar por la calle y levantar las camisas de
esa gente, para ver si están pintados con esa línea amarilla en su espalda. Entonces, yo les presentaría a ellos el evangelio,
pero Dios no hizo eso; Él me dijo a mí, que predicara el evangelio a toda criatura y todo aquel que cree, puede ser salvo".
Amigo oyente, ésas son nuestras órdenes y en cuanto a mí se refiere, y mientras Dios no nos entregue la lista de los
escogidos, vamos a continuar presentando este evangelio a todos, diciéndoles que todo aquel que crea en Dios puede ser
salvo. Este es el evangelio que nosotros debemos predicar hoy.

Alguien lo explicó de esta manera: en la puerta del cielo, del lado nuestro, se puede leer: "Yo soy la puerta, el que por mi
entre será salvo; entrará y. . . y hallará pastos". (Juan 10:9) Pero luego, cuando usted pasa al otro lado de la puerta, cuando
usted entra al cielo, puede mirar hacia atrás y ver que en esa misma puerta dice: "Escogidos en Él, antes de la fundación del
mundo". Pero, amigo oyente, ya que yo todavía no he visto el otro lado de la puerta, le doy a Dios el derecho de planificar
Su iglesia.

Es como lo que ocurrió en una pareja que deseaba edificar una nueva casa. Y mostraron a unos amigos suyos, los planos
que habían elaborado para edificar esta casa. Esta pareja construyó un hermoso lugar, una hermosa casa. Luego de algún
tiempo, estos amigos fueron a visitarlos y vieron esa pareja había construido esa casa, tal como lo habían planeado. Ahora,
estas personas no tenían ningún conocimiento sobrenatural, pero nadie les discutió si ellos tenían el derecho de hacer y
disponer de algo que era de su propiedad, según el plan que habían elaborado. Dios ha planeado la Iglesia; después de todo,
este es Su universo y la Iglesia es Su Iglesia. ¿Y cuál es este plan? Como decía el versículo 4, según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Sigue diciendo el versículo 5 de Efesios 1:

"Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad"

Otra versión traduce la última parte de este versículo de la siguiente manera: "según el buen propósito de su voluntad".
Ahora, nos encontramos en una sección muy importante. Nos encontramos en esa división del Bosquejo General, en el
capítulo 1. Como ya vimos antes, al iniciar la consideración del versículo 3, nos encontramos en el párrafo de nuestro
Bosquejo General titulado Dios el Padre planeó la iglesia. (1:3-6). Nadie edificaría una casa sin haber preparado
previamente un proyecto. Ahora surgen las preguntas: ¿Cuál es el proyecto de Dios? ¿Qué hizo Dios al planear la iglesia?
La gran magnitud de su obra puede resumirse en la siguiente afirmación: Él hizo tres cosas: (1) Nos escogió en Cristo. (2)
Nos predestinó para ser adoptados como hijos, y (3) Impartió Su gracia sobre nosotros en el Amado.

Necesitamos saber que hemos sido escogidos en Él y debemos mantenernos firmes hoy por Dios, y eso causará una
diferencia en nuestra forma de vivir aquí en este mundo. Estimado oyente, le invitamos a establecer esa relación con Dios al
creer en el Señor Jesucristo como su Salvador. Y entonces comprobará usted cómo el poder de Dios, por el Espíritu Santo
puede transformar su vida, llenándola de significado, e impulsándola con una nueva motivación.
David Guzik :: Efesios 1 – El Plan Final de Dios
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Efesios 1 – El Plan Final de Dios


A. Introducción de la carta de Pablo a los Efesios.
1. El carácter y asunto de la carta de Pablo a los Efesios.

a. La carta de Pablo a los Efesios es diferente en comparación a muchas de las cartas del
Nuevo Testamento que él escribió. Como los Romanos, Efesios no fue escrita tanto como
para hablar de problemas de una iglesia en particular, más que eso, fue escrita para explicar
algunos de los grandes temas y doctrinas del Cristianismo.

i. Los temas sublimes de Efesios lo hacen digno de alabar y de condecorar por los
comentaristas. Efesios ha sido llamado “la Reina de las Epístolas”, “la quintaesencia del
Paulinismo”, “la composición más divina del hombre” y también “la derrota de los
comentaristas.” Algunos dicen que los Efesios se lee “como un comentario de las cartas
Paulinas” y probablemente se le ha dado un mejor término como “la corona del Paulinismo.”
(Bruce)

ii. “Hace un sumario en gran medida de los temas primordiales de los escritos de Pablo…
Pero hace más que eso; lleva el pensamiento de las primeras cartas hacia un nuevo
panorama.” (Bruce)

iii. “De entre las cartas que llevan el nombre de San Pablo, no hay ninguna tan grande como
esta, ni con un carácter como la presente…Hay una peculiar y sostenida altanería en su
enseñanza la cual se a impreso profundamente en las grandes mentes y se ha ganado el
título de “la Epístola de la Ascensión.” (Salmond)
iv. “Si Romanos es la expresión pura del evangelio (como lo dijo Lutero), entonces Efesios es
la expresión más sublime y majestuosa del evangelio.” (Lloyd-Jones) Lloyd-Jones también
dijo de los Efesios: “Es difícil hablar de ella de una manera controlada debido a su grandeza
y debido a su sublimidad.”

v. “La Epístola de los Efesios es un completo Cuerpo de Divinidad. En el primer capítulo tú


tienes las doctrinas del evangelio; en el siguiente tienes la experiencia de los Cristianos; y
antes de que termina la Epístola, tienes los preceptos de la fe Cristiana. Quienquiera que
viera al Cristianismo en un tratado, dejen que ‘lea, marque, aprenda y digiera’ la Epístola de
los Efesios.” (Spurgeon)

vi. Moule cita a Chrysostom: “Esta Epístola esta llena por completo de pensamientos y
doctrinas sublimes e importantes. Por las cosas de las cuales el escasamente en cualquier
otra parte él pronuncia, aquí él las hace manifiesto.”

b. Si la Carta de los Romanos se enfoca más en la obra de Dios en el Cristiano individual,


Efesios incluye los grandes temas de la obra de Dios en la iglesia, la comunidad de
creyentes.

i. Karl Marx escribió sobre un nuevo hombre y una nueva sociedad, pero el vio a ambos, al
hombre y la sociedad, en términos económicos, y ofreció únicamente respuestas
económicas. En su carta a los Efesios, Pablo también vio al nuevo hombre y a la nueva
sociedad, pero él la vio del todo consumado por la obra de Jesús.

c. Efesios tiene muchas similitudes con la carta de Pablo a los Colosenses. Ya que Pablo las
escribió ambas desde su encarcelamiento Romano, su mente pudo haber estado trabajando
en los mismos temas cuando él escribió cada carta.

i. “Él escribió a los Colosenses que tomaran una situación en particular y peligro en la iglesia
de Colosas. Luego, con su mente aún trabajando sobre el tema de la grandeza y gloria de
Cristo, pero moviéndose al considerar el lugar de la Iglesia en el propósito de Dios, él
escribió Efesios, y esta vez sin la limitación de objetos polémicos.” (Foulkes)

ii. Al ver los grandes temas, y majestuosos, de Efesios, es importante el recordad que Pablo
escribió esta carta ¡desde prisión!
d. Paul escribió en 1 Corintios 2:9-10: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que
le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios. Efesios es el cumplimiento de esto. Revela las cosas que
Dios ha preparado para aquellos que le aman.
2. (Efesios 1:1-2) El saludo de Pablo a los Efesios.

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo
Jesús que están en Éfeso: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo.

a. Pablo, apóstol de Jesucristo: La apertura de esta carta es breve, sin los saludos más
extensos de Pablo que se encuentran en otras de sus cartas.
b. A los santos…que están en Éfeso: En unos pocos antiguos manuscritos hay un espacio
en blanco en lugar de las palabras en Éfeso. Basado parcialmente en esto, algunos creen
que esta carta era en realidad una carta circular la cual no fue escrita para una congregación
en particular, pero tenía la intención de ser transmitida a muchas diferentes congregaciones
en ciudades diferentes.
i. Hay un pequeño margen de error de que esta carta fuera para Éfeso, y Éfeso era una
ciudad importante para Pablo. “Aquí esta su bien conocido Éfeso. Aquí, por espacio de tres
años enteros – una duración única de estación de trabajo para él – él había vivido y
trabajado, no solamente como un misionero apostólico, sino como un pastor apostólico. Aquí
él había tomado ese crítico e importante paso, la ‘separación’ de los discípulos de la
Sinagoga a un lugar distinto de enseñanza y sin duda de adoración, ‘la escuela de uno
llamado Tiranno,’ la sala de enseñanza, podríamos suponer, de un profesor amigable de la
cual podemos llamarla la Universidad de Éfeso. Aquí él había laborado, observado, y llorado,
por la comunidad y los individuos.” (Moule)

ii. Al mismo tiempo, podemos reunir o llegar a la conclusión de que la carta también tenía la
intensión de tener un sentido más general – para circular entre los Cristianos como una gran
declaración del plan eterno de Dios, obrando en la iglesia y en las vidas individuales de los
Cristianos. Si hay un espacio en blanco en un manuscrito en el cual en otros se lee en
Éfeso, es ciertamente porque debemos de poner nuestra ciudad en ese espacio en blanco.
c. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre: Este es un saludo típico de Pablo. El
apóstol sabía el lugar esencial de la gracia y la paz que viene de Dios a la vida del creyente,
y Él sabía que el recibir la gracia de Dios viene antes de un caminar en paz con Él.
B. La obra de la Trinidad de Dios a favor del creyente.
En el antiguo Griego (el lenguaje en el cual Pablo escribió), de  Efesios 1:3 hasta 1:14 forma
parte de una larga oración. Del modo que la ópera tiene una apertura, alistando el tono para
todas las melodías que vendrán, así  Efesios 1:3-14 prepara el tono para el resto de los
Efesios.
1. (Efesios 1:3-6) La obra de Dios el  Padre.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en
amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

a. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Pablo llamó por una
bendición sobre el Padre (en el sentido de reconocer Su gloria y honor y bondad), debido a
que el Padre ya había bendecido al creyente con toda bendición espiritual (que nos bendijo
con toda bendición espiritual).
i. Moule escribió que la idea detrás de bendito es, “Alabado con una adoración de amor.”
b. Que nos bendijo: Esta bendición es nuestra. Los recursos de Dios están siempre allí para
nosotros. Esto habla de una actitud de certeza y seguridad.
i. “No estamos sentados aquí, gimiendo, llorando, preocupándonos, y preguntándonos sobre
nuestra salvación. Él nos ha bendecido; y por lo tanto nosotros le bendeciremos a él; pero si
tú tienes una gran noción de su gran misericordia hacia ti, estarás en gran manera
agradecido hacia tu Dios de gracia.” (Spurgeon)

ii. El “nos” incluye a los Judíos y Gentiles en la iglesia de Éfeso y más allá. Es importante el
hacer notar que estas bendiciones son para los Judíos y Gentiles creyentes. Los Judíos del
primer siglo tenían un sentido fuerte de ser bendecidos, llamados y predestinados – Pablo
muestra que estas cosas son dadas ahora a los Cristianos, ya sean Judíos o Gentiles.
c. Con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo: Esto describe
ambas, el tipo de bendiciones y el lugar de esas bendiciones. Estas son bendiciones de
tipo espiritual, que son por mucho mejores que las bendiciones materiales. Estas
bendiciones son nuestras en los lugares celestiales en Cristo, estás son más sublimes, y
mas seguras que las bendiciones terrenales.
i. “Debemos nuestro agradecimiento a Dios por todas las bendiciones temporales; son más
de lo que merecemos. Pero nuestra gratitud debe de ir a Dios en truenos de aleluya por las
bendiciones espirituales. Un nuevo corazón es mejor que un nuevo abrigo. El alimentarse en
Cristo es mejor que tener la mejor comida terrenal. El ser un heredero de Dios es mejor que
ser un heredero de la nobleza. El tener a Dios por nuestra porción es bendición, infinitamente
más que el poseer acres enteros de tierra. Estas son las bendiciones más raras, ricas y
duraderas de todas; tienen un valor incalculable.” (Spurgeon)

ii. Si no tenemos apreciación por la bendición espiritual, entonces vivimos en el nivel de


los animales. Los animales únicamente viven para comer, dormir, entretenerse y
reproducirse. Somos hechos a la imagen de Dios y Él tiene algo más sublime para nosotros,
pero aún así, muchos escogen el vivir al nivel de los animales. Dios quiere que sepamos
que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
iii. También vemos que esto incluye toda bendición espiritual.
· Esto significa que cada bendición que recibimos, la recibimos en Cristo.
· Esto significa que Dios quiere bendecirnos con toda bendición disponible para nosotros.
d. Según nos escogió en él: Nuestra posesión de toda bendición espiritual es cierta
como nuestro ser escogido por Él, y escogido antes de la fundación del mundo.
i. No nos atrevemos a disminuir lo que aquí escribió Pablo. Los creyentes son escogidos por
Dios, y ellos son escogidos antes de que ellos hicieran algo o que hayan sido algo para Dios.
“Es la infinita “libre voluntad” de Dios, (más sagrada que la libre voluntad del hombre;) un
plan y propósito más antiguo que los océanos y los cielos.” (Moule) La gran luz de esta
verdad proyecta algunas sombras – a saber, al tratar de reconciliar a la responsabilidad
humana con la soberanía divina. Pero el propósito de luz no es la de proyectar sombras sino
el guiar nuestros pasos. La luz de la selección de Dios nos da seguridad para la permanencia
de Su plan y de Su amor hacia nosotros.
ii. Las razones de las elecciones de Dios no son caprichosas ni hechas al azar. A pesar de
que están más allá de nuestro conocimiento, sabemos que todas son buenas y sabías, pero
todas las razones están en Él, no en nosotros. Su elección es de acuerdo al puro afecto de
su voluntad (Efesios 1:5).
iii. Somos escogidos en él. “Pues si somos escogidos en Cristo, esta fuera de nosotros
mismos. No es a vista de lo que merecemos, pero debido a que nuestro Padre celestial nos
ha implantado, por medio de la bendición de la adopción, al cuerpo de Cristo. En pocas
palabras, el nombre de Cristo excluye todo mérito, y todo aquellos que el hombre tiene en si
mismo.” (Calvin)
e. Para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor: Somos escogidos no
solamente para salvación, sino también para ser santos. Cualquier entendimiento de la
soberana elección de Dios la cual disminuye nuestra responsabilidad personal de santidad y
santificación esta alejado, por mucho, de todo el consejo de Dios.
i. “Las palabras [santos y sin mancha] son una metáfora tomadas de los sacrificios sin
mancha y perfectos los cuales la ley requería de la gente para que lo trajeran al altar de
Dios.” (Clarke)
ii. No podemos olvidar la palabra en amor. La santidad y sin mancha no son nada sin amor.
“Y ya que el amor es el cumplimiento de la ley, y el amor es la fuente de la cual fluye su
salvación, por lo tanto el amor debe de llenar su corazón hacia Dios y hacia los demás.”
(Clarke)
f. Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo:
Este es el destino del Padre para Sus escogidos – que disfruten el ser
adoptados como hijos suyos. El despliegue del plan de Dios para nosotros no solamente
incluye salvación y transformación personal, sino también una relación afectuosa y segura
con el Padre.
i. En la ley Romana, “cuando la adopción se completaba, en verdad se completaba. La
persona que había sido adoptada tenía todos los derechos de un hijo legítimo en su nueva
familia y por entero perdía todos sus derechos en su antigua familia. A los ojos de la ley esta
era una nueva persona. Era hecho nuevo, de tal modo que todas las deudas y obligaciones
que le conectaban con su familia anterior eran abolidas, como si nunca existieran.” (Barclay)

ii. Gaebelein toma el pensamiento aún más allá: “Los creyentes en el Señor Jesucristo no
son adoptados en la familia de Dios; ellos nacen en la familia. El Griego solamente tiene una
palabra para ‘el lugar de un hijo’. Somos puestos en el lugar de hijos.”

iii. Esta alta posición en la familia de Dios nos da algo en Jesús el cual Adán nunca tuvo.
“Cuándo las personas nos hacen la pregunta especulativa de porqué Dios siguió adelante
con la creación cuando él sabía que le seguiría la caída, una respuesta que tentativamente
podemos dar es que él nos destinó para una dignidad más alta la cual aún la creación nos
otorgaría.” (Stott)

g. Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado: El
aspecto racional vuelve a enfatizarse mientras Pablo describe el estatus de aceptos (charito,
“altamente favorecido” o “lleno de gracia” como en Lucas 1:28) el cual es otorgado a cada
creyente debido a la gracia de Dios.
i. Jesús fue completamente aceptado por el Padre. Todo Su carácter, todas Sus palabras,
toda Su obra fue aceptable a Dios el Padre. Y ahora somos aceptos en el Amado.
ii. Pablo se dio cuenta de que este plan daba gloria a la gracia de Dios. “Por medio de la
LEY, la justicia y santidad de Dios se hacían más gloriosas; por medio del EVANGELIO,
su gracia y misericordia son hechas de la misma manera gloriosa.” (Clarke) El plan de Dios
en el evangelio es muy a menudo rechazado debido a que glorifica a Dios y Su gracia, no el
esfuerzo o los logros del hombre.
iii. “Para que así Él pueda recibir de Sus criaturas que le adoran ‘alabanza’ debido a Su
‘gloria’, Su propio CARÁCTER manifestado en esta forma de fascinante belleza, Su ‘gracia’.”
(Moule)

iv. Bruce en la idea de aceptos por Dios en la posición de la gracia: “La gracia de Dios se ha
extendido a su pueblo y los ha envuelto: él los ha llenado de su ‘gracia’, dice Pablo (usando
un verbo que se deriva de la palabra Griega para ‘gracia’).”
v. Chrysostom, hablando de la obra por la cual Dios nos hace aceptos en el Amado: “Es
como si alguien tomara a un leproso y lo cambiara en un joven encantador.”
2. (Efesios 1:7-8) La obra de Dios el  Hijo.

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas
de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e
inteligencia,

a. En quien tenemos redención por su sangre: El en quien es el Amado de Efesios


1:6. En quien tenemos redención y en nadie mas. No hay posible redención fuera de Jesús
y de Su sangre redentora.
i. Redención siempre implica un precio que se paga por la libertad la cual es comprada.
Utiliza la antigua palabra Griega lootruo, el cual significa, “liberar con el recibo de rescate.”
(Gaebelein) Aquí el precio es su sangre, mostrando que la bendición del Padre y del Hijo
viene no solamente de un decreto divino, sino que también viene de acuerdo a Su justicia y
santidad. Él no puede bendecir oponiéndose a Su justicia y santidad.
ii. Jesús no nos redime por medio de Su vida sin pecado o por Su ejemplo moral, pero
solamente por Su muerte en nuestro lugar – por su sangre. “Observe, no es redención por
medio de su poder, es por medio de su sangre. No es redención por medio de su amor, es
por medio de su sangre.” (Spurgeon)
iii. No debemos de tomar una perspectiva supersticiosa o mística de “la sangre”. No fue la
sangre física de Jesús la que salvó a alguien, pero Su verdadero y pago total por los pecados
del hombre en toda Su persona en la cruz. Esto es lo que el Nuevo Testamento quiere decir
cuando habla de “la sangre.”
b. Según las riquezas de su gracia: La redención y perdón que se nos da viene de acuerdo
a la medida de las riquezas de su gracia. No es una redención o perdón “diminuto” la cual
Jesús ganó en la cruz. Es inmensa.
c. Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia: Muchos
piensan que no es sabio por parte de Dios el prodigar tal redención y perdón en los
pecadores culpables. Pero es en toda sabiduría y prudencia que Él nos ha dado esto a
nosotros.
3. (Efesios 1:9-12) El misterio de Su voluntad.

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había


propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la
tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que
seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en
Cristo.

a. Dándonos a conocer el misterio de su voluntad: Parte de lo que nos pertenece bajo las


riquezas de Su gracia es el conocimiento del misterio de su voluntad, el gran plan y
propósito de Dios el cual una vez estaba escondido ahora nos es revelado en Jesús. A través
del Apóstol Pablo, Dios nos llama a considerar la grandeza del gran plan de Dios desde la
eternidad y nuestro lugar en dicho plan.
i. “En el Nuevo Testamento el sentido de misterio es algo que esta escondido para los
paganos pero esta claro para el Cristiano.” (Barclay)

ii. La idea detrás de la palabra dispensación también refleja un plan o estrategia. “El plan


del cual un amo de familia, o su mayordomo, ha establecido para el manejo de la familia…
esto también significa que se tiene un plan por cualquier tipo de negocio.” (Clarke)
b. En si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo…así las que están en los cielos,
como las que están en la tierra: El plan definitivo de Dios es el de reunir – para resolver en
última instancia – todas las cosas en Cristo, ya sea por medio de Jesús como un Salvador, o
Jesús como un Juez; esto ocurrirá en el cumplimiento de los tiempos.
i. La palabra reunir todas tiene la idea de “unificar”, o “sumar”. Era utilizada por el proceso
de sumar una columna de figuras colocando la suma en el tope. La idea de Pablo es que
Dios “añadirá” todas las cosas en el final, y ahora mismo Él esta en el proceso de llegar a
ese conteo final.
ii. Esto muestra que Dios quiere unificar todas las cosas en nuestras vidas debajo de Él. “Es
la herejía de nuestros tiempos el dividir la vida en lo sagrado y secular.” (Foulkes)

iii. Esta es la gran resolución y liberación la cual aún la creación o por que suceda (Romanos
8:18-22), el día en el cual cada mal será corregido y cualquier asunto será resuelto de
acuerdo con el amor santo y justicia de Dios.
iv. Bruce en el cumplimiento de los tiempos: “Cuando el tiempo este maduro para la
consumación de su propósito, en su rechazo providencial del curso del mundo, esa
consumación se habrá realizado.”
c. En él asimismo tuvimos herencia: Para los creyentes, Jesús no es un juez, pero Aquel
en quien tenemos una herencia. Los creyentes están predestinados para esto según el
designio de su voluntad – de nuevo, las razones de cómo Él escoge están en Él, no en
nosotros.
d. Habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad: Vemos tres aspectos del plan de Dios el cual obra en
conjunto. Comienza con Su propósito, sigue el designio de su voluntad, y finalmente
resulta en Su obra (del que hace). Dios hace Su plan cuidadosamente de acuerdo al
propósito eterno, tomando el designio dentro de la Deidad, y luego Él obra con toda
sabiduría.
i. “Nuestro Dios es un Dios el cual no solamente tiene voluntad; Él obra; y Él obra de acuerdo
a Su voluntad…La palabra designio tiene el significado de una planeación y arreglo
deliberada, en donde los medios y maneras de llevar a cabo la voluntad son consideradas y
son provistas.” (Morgan)
ii. Según el designio de su voluntad: “Dios hace todo por consejo (designio), y aún tiene
una razón de su voluntad, el cual en el presente no la vemos, lo haremos en el último día.
Por lo pronto sométete.” (Trapp)
e. A fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo: El propósito de Dios en todos esto es para que aquellos que han
confiado en Cristo existan para alabanza de su gloria. La meta del plan final de Dios es el
glorificarle a Él.
f. Nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo: Esto habla de los creyentes
Judíos. Las palabras también vosotros en Efesios 1:13 habla de los creyentes Gentiles. El
gran plan de Dios tiene lugar para ambos, Judíos y Gentiles, y trae a ambos hacia Jesús.
4. (Efesios 1:13-14) La obra del Espíritu Santo.

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra


salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria.

a. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad: La soberana elección de


Dios obra, pero no excluye la cooperación humana. Estos que fueran escogidos de una
manera soberana también son aquellos que esperaron, oyeron la palabra de verdad,
y creyeron.
b. Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa: También esencial en la obra de
Dios es la obra de sellado del Espíritu Santo. Su presencia en nuestras vidas actúa como un
sello el cual indica pertenencia, el cual es las arras de nuestra herencia.
i. “El sello es por lo tanto el mismo Espíritu Santo, y Su presencia en el creyente denota
propiedad y seguridad. El ser sellado con el Espíritu no es un sentimiento de emoción o una
experiencia interior misteriosa.” (Gaebelein)

ii. La palabra arras (“pago inicial”) es usado únicamente en el Nuevo Testamento de el


Espíritu Santo. Él es nuestro único pago inicial de la gloria venidera; no se provee nada más
– o se necesita.
c. Habiendo creído en él, fuisteis sellados: El ser sellado no viene antes de que creemos,
y aquellos que demandan alguna seguridad de Dios antes de que ellos crean tratan a Dios
como si Su palabra no fuera de fiarse.
i. “Para el sellado se necesita de una cera suave; la impresión del rostro del amado; la
presión sostenida. Podría eso el Espíritu imprimir el rostro de nuestro querido Señor en
nuestros corazones ablandados, ¡que esto pueda mantenerse por siempre!” (Meyer)
d. Hasta la redención de la posesión adquirida: Tenemos estas arras hasta que seamos
“completamente comprados” por Dios por medio de la resurrección y glorificación – de nuevo,
todo para la alabanza de su gloria.
C. Pablo ora a la luz del final plan de Dios y de la obra del Dios Trino.
1. (Efesios 1:15-16) La declaración de oración de Pablo y la declaración de acción de gracias.

Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de
vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros,
haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

a. Habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos
los santos: Cuando Pablo oyó de la fe y amorde los Efesios, no pudo hacer nada más dar
gracias por ellos. Esto fue porque su fe y amor eran evidencia de su participación en esta
gran obra de Dios.
i. Fe y amor no hacen que ganemos participación en esta gran obra de Dios. Estás
son evidencias de nuestra participación en el plan de Dios.
b. Amor para con todos los santos: Significativamente, Pablo no dio gracias por su amor a
Dios, sino por su amor para con todos los santos. La verdadera evidencia de la obra de
Dios en nosotros no es el amor que decimos tener por Él, pero el amor por Su pueblo los
cuales otros pueden ver (1 Juan 4:20, Juan 13:14 y Juan 13:34-35).
c. Haciendo memoria de vosotros en mis oraciones: Pablo no sólo dio gracias por la obra
de Dios entre los Efesios; él también oró para que continuara con una fuerza mayor, como la
oración en Efesios 1:17-23 lo pone en claro.
i. Pablo nos muestra aquí que los predicadores deben hacer más que predicar a su audiencia
– ellos también deben de orar por ellos. “Ya sea que un ministro haga más bien a otros
mediante sus oraciones o predicación, Yo no lo puedo determinar, pero él ciertamente por
sus oraciones segará más consuelo para él mismo.” (Trapp)
ii. Pablo a menudo oraba haciendo memoria de otros en las oraciones. Cuando él oraba él
mencionaba a los Cristianos en Roma (Romanos 1:9), los Cristianos en Tesalónica (1
Tesalonicenses 1:2), y Filemón (Filemón 1:4).
2. (Efesios 1:17) Pablo ora para que ellos puedan conocer a Dios.

para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de


sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
a. Os dé espíritu de sabiduría y de revelación: Pablo oraba para que el Padre concediera
a los Efesios un espíritu de sabiduría y para que Él les diera revelación. Pero esto no es
para que puedan ver hacia la vida de los demás, para que tengan la habilidad de predecir
eventos, o para que hagan lo que comúnmente crean que “hace un profeta”. Él quería que
tuvieran el espíritu de sabiduría y de revelación simplemente para que pudieran tener un
mejor conocimiento de él (Dios).
b. En el conocimiento de él: Nuestra vida Cristiana debe estar centrada alrededor de este
propósito – el conocer a Dios como Él lo es en verdad, como lo es revelado por Su Palabra; y
para corregir nuestras ideas falsas, idólatras de quien Dios es.
c. El conocimiento de él: Es importante para nosotros el tener un conocimiento acertado y
un entendimiento de quienes somos nosotros. Pero es aún más importante (y benéfico) para
nosotros el conocer y entender quien es Dios.
i. Un escritor famoso llamado Alexander Pope escribió, “Conócete a ti mismo, no pienses en
Dios para conocerte; el estudio apropiado de la humanidad es el hombre.” Charles Spurgeon
respondió a esta famosa declaración: “Alguien ha dicho que ‘el estudio apropiado de la
humanidad es el hombre.’ Yo no me opondré a tal idea, pero yo creo que es igualmente
cierto que el estudio apropiado de la elección de Dios es Dios; el estudio apropiado de un
Cristiano es la Divinidad. La ciencia máxima, la especulación más elevada, la filosofía más
poderosa la cual puede engranar la atención de un hijo de Dios, es el nombre, la naturaleza,
la persona, la obra, los hechos, y la existencia del gran Dios de quien él llama su Padre.”

ii. “La filosofía viene al hombre con el mensaje, Conócete a ti mismo; el Evangelio se


encuentra con él con un lema más gloriosos y fructífero, Conoce a tu Dios.” (Alford)
3. (Efesios 1:18-19a) Pablo ora para que ellos pueden entender todo lo que Dios les dio en
Jesucristo.

alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,

a. Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento: Si los Efesios conocieran todo lo que
Dios les dio en Jesús, esto tomaría un esfuerzo sobrenatural. Para esto se necesitaría
que los ojos de vuestro entendimiento fueran alumbrados por Dios.
i. Pablo utiliza una gran expresión cuando él habla de los ojos de vuestro
entendimiento (corazón es más literal que entendimiento). Muchos corazones de Cristianos
no tienen ojos (lugares por los cuales toman conocimiento y entendimiento), y muchos
Cristianos tienen ojos pero sin corazón – Dios quiere que las dos cosas estén combinados en
nosotros.
ii. “La palabra ‘corazón’ en la Escritura significa el propio núcleo y centro de la vida, en donde
la inteligencia tiene su puesto de observación, en donde los almacenes de la experiencia se
acumulan, y los pensamientos tienen su fuente.” (Alford)
b. Cuál es la esperanza a que él os ha llamado: Pablo quería que ellos supieran esto.
Pocas cosas nos dan una esperanza más segura y duradera en la vida que simplemente el
saber que Dios nos ha llamado y que tiene un llamado específico en nosotros para cumplir.
i. La esperanza a que él os ha llamado tiene la perspectiva puesta en el futuro. El creyente
tiene un futuro glorioso de resurrección, vida eterna, libertad del pecado, justificación
perfeccionada, elevación gloriosa por sobre los mismos ángeles.
c. Cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos: Pablo quería que ellos
supieran la grandeza de la herencia de Dios en Su pueblo. Usualmente pensamos sólo
en nuestro herencia en Dios, pero Pablo quería que los Efesios entendieran que ellos son tan
preciosos para Dios que Él les consideró Su propia herencia.
i. Varios comentaristas creen que Pablo también habló de la herencia de Dios en Su pueblo
en Efesios 1:11. Pero ciertamente esta es su idea aquí, de donde Pablo probablemente toma
la idea de Deuteronomio 32:8-9: Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando
hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos Según el número
de los hijos de Israel. Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le
tocó.
ii. Conociendo nuestra pobreza espiritual, nos preguntamos como puede Dios
encontrar alguna herencia en los santos. Pero aún así Dios puede sacar riquezas de los
hombres y mujeres pobres debido a que Él invierte mucho en ellos. Él ha invertido riquezas
de amor, riquezas de sabiduría, riquezas de gloria. Estas cosas se acumulan en una rica
herencia en los santos.
d. La supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos: Pablo
quería que ellos supieran que tan grande el poder de Dios es para con nosotros los que
creemos. Los Cristianos deberían de saber que ellos sirven y aman a un Dios de poder
viviente quien conoce Su fuerza a favor de Su pueblo.
i. Muchos Cristianos no conocen este poder – o solamente lo conocen desde la distancia.
Dios quiere que la vida de resurrección sea real en la vida del creyente. “El mismo poder el
cual levantó a Cristo esta esperando el levantar al borracho de su borrachera, el levantar al
ladrón de su deshonestidad, el levantar al Fariseo de su justicia propia, el levantar al
Saduceo de su incredulidad.” (Spurgeon)
ii. Esto pone fin a la porción de “petición” de la oración de Pablo. La siguiente sección explica
más de este poderoso poder y lo que hizo. Pablo pidió estas cosas porque eran importantes
pedirlas. Podemos decir que la oración de Efesios 1:17-19 es esencialmente una petición
que las promesas de Efesios 1:3-14 se hallan como verdaderas en las vidas de los Cristianos
de Éfeso.
iii. “Quizás la primera y mejor respuesta es el Amén y un silencio santo…Estas oraciones
fueron escritas primera y de una manera suprema para ser creídas, recibidas, y – en
adoración y una vida de servicio – vividas.” (Moule)

iv. De la misma manera, tus oraciones por el crecimiento espiritual y alumbramiento de otros
es importante. Si Pablo creía que era importante el orar por estas cosas para los Efesios
Cristianos, entonces es importante para nosotros el orar por lo mismo por otros – y para
nosotros mismos.

4. (Efesios 1:19b-21) Una descripción del gran poder de Dios que Pablo quiere que los Efesios
conozcan.

según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de


los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado
y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero;

a. Según la operación del poder de su fuerza: El poder que obra en nosotros es el poder
de su fuerza la cual levantó a Jesús de los muertos. Con este poder de su
fuerza disponible para nosotros, nunca necesita haber una “falta de poder” en la vida del
Cristiano.
i. “Si la muerte de Cristo es la demostración suprema del amor de Dios…la resurrección de
Cristo es la demostración suprema de su poder.” (Bruce)

b. Sentándole a su diestra: Es el poder de su fuerza la cual levantó a Jesús al cielo


después de Su resurrección, levantándole sobre los enemigos demoniacos y cualquier
enemigo potencial de todos los tiempos – este mismo poder esta obrando en los Cristianos.
i. “La diestra es el lugar de amistad, honor, confianza, y autoridad.” (Clarke)
c. Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío: De otros pasajes en Efesios
(Efesios 3:10 y 6:12) sabemos que esto se refiere a seres angelicales, leales y desleales. No
entendemos completamente los rangos del reino angelical, pero sabemos que Jesús se
levanta sobre ellos. “Sabemos que el rey es sobre todo, aunque no podamos nombrar a
todos los oficiales de su corte. Así que sabemos que Cristo esta sobre todo, aunque no
somos capaces de nombrar a todos Sus súbditos.” (Alford)
i. “Piensa de la paradoja. El Apóstol esta hablando de un Personaje de la historia, de una
historia reciente, casi contemporánea…Él ha trabajado con Sus manos, Él ha caminado de
lugar en lugar como los otros hombres, y el hombre podría describir con precisión, sin duda,
su aspecto y la forma como Él hablaba…Él ahora esta sentado a la diestra del Dios
Todopoderoso, en Su mismo trono.” (Moule)

5. (Efesios 1:22-23) Donde a colocado esta gran poder a Jesús.

y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

a. Y sometió todas las cosas bajo sus pies: Este gran poder de resurrección colocó a
Jesús sobre todas las cosas. Ahora todas las cosas están bajo sus pies. Colocó a Jesús
como cabeza sobre todas las cosas, incluyendo a la iglesia.
i. “Él dice que Cristo en su exaltación sobre el universo, es el regalo de Dios para la iglesia.”
(Wood)

b. La iglesia, la cual es su cuerpo: Si Jesús es la cabeza, entonces la comunidad de


Cristianos hacen su cuerpo. La idea de la plenitud de Aquel aquí probablemente esta
conectado con el modo en el cual Jesús llena a Su iglesia con Su presencia y bendiciones.
i. “Si, esto aquí es dado como la gloria final del infinito exaltado Cristo. Ángeles y arcángeles
están sujetos a Él. Pero los hombres que creen están unidos a Él, con tal unión que Él y
ellos, por este mismo mensaje que Él da, son llamados en otra parte (1 Corintios 12:12) uno
en ‘Cristo.’” (Moule)
ii. “Esto es, de Cristo, quien se ha sujetado voluntariamente a si mismo para ser nuestra
Cabeza, no se cuenta a si mismo en plenitud sin sus miembros. En lo cual respecta que
tenemos el honor de hacer a Cristo perfecto como miembros de su cuerpo.” (Trapp)
Antes de la fundación del mundo

person Autor: K. QUARTELL 1
flag Tema: Conocidos de antemano, elegidos y predestinados

A) Juan 17:24
«Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para
que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del
mundo» Juan 17:24.

Tres veces se habla en las Escrituras sobre algo que existía antes de la fundación del mundo. La
primera vez, esa expresión se emplea en la oración del Señor Jesús en Juan 17. En esta oración, el Hijo
se dirige al Padre. Es antes de la cruz, pero el Hijo habla de los resultados de su obra como si ella ya se
hubiera cumplido. «Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese» (v.
4). Es en esta tierra –el lugar en sí, en todo el universo, donde Dios ha sido gravemente deshonrado–
que el Hijo lo ha glorificado. Sus palabras hacen alusión no solo a su vida perfecta, sino igualmente a
su muerte expiatoria.

El Señor puede mirar hacia delante, a través de los siglos, incluso hasta nuestros días, y orar por
aquellos que, en todos los tiempos, creerían en él a causa de la palabra de los apóstoles. Los que
creemos en la actualidad, ya estábamos en su corazón en esa noche que precedía a la cruz a la que él se
dirigía. Pero entonces, a medida que el Señor continúa a hablar de los resultados de su obra, diciendo
que ahora los suyos serán amados por el Padre como el Padre lo ama a él (¡maravilloso pensamiento!),
él dirige su mirada hacia la eternidad y habla del Padre que le ama a él, al Hijo, desde antes de la
fundación del mundo.

Aunque no tuviéramos ninguna otra Escritura, este versículo podría ser suficiente para confirmar la
verdad de que Jesús, nuestro muy amado Salvador y Señor, es el Hijo eterno del Padre. Antes de que el
universo viniera a la existencia, el amor estaba allí, y el Padre amaba al Hijo.
Ahora, como resultado de la obra de «su amado Hijo» (Colosenses 1:13), hemos sido allegados y ahora
somos, con el Hijo, objeto del amor del Padre: ¡extraordinaria maravilla!

En los tiempos eternos, ¡oh misterio insondable!


Nos elegiste en tu gracia inefable;
Y ahora, oh Dios, tu Espíritu, cada día,
Nos revela a tu Hijo – y tu corazón lleno de caridad.

Traducción del cántico No. 49, 4ª estrofa, de “Himnos y Cánticos” francés

B) Efesios 1:3, 4
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del
mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él» Efesios 1:3, 4.

Tres veces en la Palabra de Dios, se habla de algo que existía «antes de la fundación del mundo». En
nuestra primera meditación, hemos considerado el hecho maravilloso cuando hablando a su Padre, el
Señor Jesús, el Hijo, ha dicho: «Porque me has amado desde antes de la fundación del mundo» (Juan
17:24).

La segunda vez que esta expresión es empleada, se nos dice que Dios nos ha «elegido» en Cristo «antes
de la fundación del mundo». Él no nos eligió en Adán, el hombre que lo deshonró, sino en Cristo, el
hombre que lo glorificó. Si nos hubiera elegido en Adán, estaríamos perdidos para siempre, desde el
momento en que Adán pecó. Pero nos ha elegido en Cristo, «el postrer Adán» (1 Corintios 15:45); es él
quien, por su obra cumplida, ha puesto el fundamento de todo aquello que Dios quería hacer.

Estos versículos de la epístola a los Efesios nos muestran que no estaba en la mente de Dios que su
Hijo, habiéndose hecho Hombre, se quedara solo. El Señor Jesús, como Hombre haciendo las cosas que
agradaban a Dios y en relación con el Padre, habría permanecido solo si no hubiera muerto (Juan
12:24). Como Hombre resucitado, Jesús tiene ahora «compañeros» (Hebreos 9), que pueden tener parte
con él en todo lo que el Padre le ha dado.

¡Extraordinario pensamiento, que el Padre nos quiera tener ante él –nosotros que éramos pecadores
perdidos, arruinados– como hijos e hijas, que él bendice ya con toda bendición espiritual en Cristo!
Aquí, en la epístola a los Efesios, vemos que estábamos en los pensamientos y en el corazón de Dios
desde antes de la fundación del mundo.

Que esta maravillosa verdad nos conduzca a descansar en este amor sin límites de Dios, que nos ha
elegido y que nos lleva a adorar al Padre, como también al Hijo.

C) 1 Pedro 1:18-20


«Sabiendo que fuisteis rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo» 1 Pedro 1:18-20.

En nuestras precedentes meditaciones hemos considerado cuánto el Padre ha amado al Hijo, también
hemos visto que el Padre nos eligió en Cristo. En ambos casos fue «antes de la fundación del mundo».
Aquí, tenemos la tercera referencia a ese período.
El día que Adán y Eva escucharon la voz de la serpiente y comieron la fruta del árbol del conocimiento
del bien y del mal, introduciendo el pecado «en el mundo y por el pecado la muerte» (Romanos 5:12),
hubiéramos podido pensar que todos los planes de Dios para nuestra bendición habían sido anulados.
Efectivamente, ¿cómo un Dios santo y justo hubiera podido bendecir a los hombres que se habían
convertido en criaturas rebeldes, arruinadas por el pecado? El apóstol Pablo nos dice aquí que, incluso
antes que el pecado entrara en el mundo, Dios había previsto el remedio.

La desobediencia de Adán y Eva no sorprendió a Dios, y lejos de destruir sus planes, ella resaltó su
sabiduría, su amor y la abundancia de sus recursos en Cristo. Incluso antes de que un cordero fuera
criado en la tierra, Dios tenía ante su presencia su Cordero, su propio Hijo, que vendría a este mundo al
tiempo oportuno, para ser ese sacrificio plenamente suficiente y ofrecido una vez por todas, a fin de
resolver la cuestión del pecado y de nuestros pecados.

El cordero pascual cuya sangre protegió a los hijos de Israel en Egipto (Éxodo 12), los miles de
corderos ofrecidos sobre el altar, en el tabernáculo y luego en el templo –todos designaban por
adelantado al único Cordero, el Cordero de Dios «predestinado antes de la fundación del mundo», pero
manifestado cuando «vino el cumplimiento del tiempo» (Gálatas 4:4), «en los postreros tiempos» (1
Pedro 1:20).

¡Cuán preciosa es su sangre para Dios y para nosotros! Él satisfizo las santas exigencias de Dios y nos
ha purificado de la culpabilidad y de la condena consecuencia del pecado.
JUL

11

Nos escogió en él antes de la fundación del mundo: La elección de Dios

Canta a Cristo 2011- Adolescentes 15-17 años.


Listos para cantar a Cristo.

Efesios 1:4a según nos escogió en él antes de la fundación del mundo…

La alabanza de Pablo por las grandes bendiciones de Dios se ve en este versículo por el privilegio de tener la
bendición se haber sido escogido por Dios mismo, a través de Cristo, para ser muy especiales para él, para ser
santos, dignos hijos representantes de su padre Dios.

Esta alabanza de Pablo prosigue en su pensamiento y dice que Dios  nos escogió en él antes de la fundación del
mundo.    Dios tiene toda la potestad para elegir y  él tomó la iniciativa para salvar al ser humano. El autor de la
salvación es…el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (versículo 3a). Dios es soberano y él inicia toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo  (versículo 3b) decidiendo salvar al ser humano. 
Observando bien, toda bendición espiritual se hace realidad en Cristo.

Dios escoge en Cristo desde  antes de la fundación del mundo. Esto quiere decir que la salvación no fue
producto de una emergencia ante el pecado y rebelión del ser humano. No es que Dios se vio en apuros ante la
desobediencia humana. Dios tiene todas las cosas en control. El propósito de salvación es eterno, el amor de
Dios es eterno como él es eterno.

Dios quiere salvar a cada persona, pero no todos aceptan su gracia. Dios escoge en Cristo, únicamente
mediante la fe en él. Cuando cada persona en forma personal acepta la gracia de Dios que es en Cristo, pasa a
ser miembro de los elegidos de Dios. Esto habla de un acto soberano de Dios. Esto no es predestinación. Se
entiende la elección como la iniciativa soberana de Dios en traer a los seres humanos a la fe en Cristo, lo que
trae como resultado una relación especial con Él.

Gracias a la amorosa voluntad de Dios, manifestada en Cristo Jesús para toda la humanidad:  Porque de tal
manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se
pierda,  mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,   sino para
que el mundo sea salvo por él. El que en él cree,  no es condenado;  pero el que no cree,  ya ha sido
condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3:16-18.

Este acto divino no está basado en los escogidos, ni en los méritos que tuvieran. Este acto es una expresión de
la libre voluntad de Dios. Pues mirad,  hermanos,  vuestra vocación,  que no sois muchos sabios según la
carne,  ni muchos poderosos,  ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios,  para avergonzar a
los sabios;  y lo débil del mundo escogió Dios,  para avergonzar a lo fuerte;   y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios,  y lo que no es,  para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia. 1 Corintios 1:26-29. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo...  v.3a.

Dios te siga bendiciendo.

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