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Livor Mortis:

El livor mortis o lividez postmortem (del latín livor, lividez y mortis, genitivo de muerte -"de la
muerte"-) es uno de los signos reconocibles de muerte y que se caracteriza por una coloración
rojiza-amoratada de las partes declives del cuerpo debida a una acumulación de la sangre en esas
zonas. No ocurre si estas partes están en contacto con una superficie rígida debido a la
compresión de los capilares contra la misma

La presencia o no del livor mortis se usa para estimar la hora de la muerte o si el cadáver ha sido
movido tras la misma (pues si presenta lividez en la espalda y el sujeto se encuentra en decúbito
prono -boca abajo- ha sido dado la vuelta). El livor mortis corresponde a un conjunto de cambios
en la coloración de la piel, que se producen en las horas posteriores a la muerte. Junto con el
enfriamiento, la deshidratación, la rigidez y el espasmo cadavérico conforma los fenómenos
cadavéricos tempranos.

Los fenómenos cadavéricos pueden ser de dos tipos: inmediatos o tardíos. Los primeros son los
que tienen lugar en las primeras horas después de ocurrido el deceso. Dentro de ellos está el livor
mortis, también llamado livideces cadavéricas.

El proceso del livor mortis

Al momento de la muerte se detiene la actividad cardíaca. Cuando esto ocurre, se produce una
contracción vascular. Esta avanza desde el ventrículo izquierdo hacia las zonas más alejadas del
corazón. Al detenerse la circulación de la sangre, esta queda sometida a la fuerza de gravedad.

Debido a este fenómeno, la sangre tiende a concentrarse en las zonas inclinadas o pendientes del
cuerpo. En esas zonas se produce una distensión de los capilares. Esto, a su vez, hace que en la piel
aparezcan unas manchas de color rojo violáceo. A estas se les llama livor mortis.

El livor mortis se presenta en todos los cadáveres. Algunas veces este fenómeno comienza a
vislumbrarse en el momento de la agonía. Sin embargo, lo usual es que aparezca unas tres horas
después de la muerte clínica del paciente

Características del livor mortis

Las livideces cadavéricas tienen un color que siempre está en la gama que va del rojo al azul. En
algunos cuerpos se ven como manchas de color rojo claro, mientras que en otros pueden llegar a
tener una tonalidad azul oscura. Esto depende del color de la sangre al momento de la muerte.

Casi siempre las manchas tienen la forma de placas. Esto es, de superficies continuas del mismo
color sin irregularidades. Sin embargo, también las livideces pueden tener un aspecto punteado,
similar al que aparece con la escarlatina.

Lo usual es que el livor mortis se aprecie inicialmente como un conjunto de pequeñas manchas
aisladas. Estas van confluyendo entre sí, hasta que abarcan un área mucho mayor y se vuelven
claramente visibles.

El proceso de aparición de las livideces


Lo usual es que los primeros signos del livor mortis aparezcan entre 25 a 30 minutos después de la
muerte, en el área del cuello, si la persona falleció estando acostada. De lo contrario podría tardar
un poco más.

Aproximadamente después de 1 hora y 45 minutos después del deceso, las manchas comienzan a
confluir, abarcando zonas más amplias del cuerpo.

Entre las 3 a 5 horas siguientes, las manchas seguirán apareciendo en otras partes del cadáver. A
las 12 horas, más o menos, dejarán de aparecer.

Una vez que han surgido las livideces cadavéricas, seguramente no van a cambiar de forma ni de
coloración, hasta que se inicien los procesos de descomposición. Por contraste, el resto del cuerpo
irá palideciendo y tomando el tono ceroso característico de los cadáveres (pallor mortis).

Distribución e importancia de las livideces

Las livideces no aparecen en las zonas en donde hay algún obstáculo a la circulación. Esto quiere
decir que no surgen en las áreas que están comprimidas, bien sea por razones anatómicas, o bien
por el ceñimiento de la ropa.

El livor mortis tiene una gran importancia médico-legal por tres razones fundamentales:

 Permite hacer el diagnóstico de muerte cierta. Las livideces son un signo importante de
muerte cierta cuando tienen un color intenso y están en las localizaciones típicas. Esto
ocurre de 12 a 15 horas después del deceso.
 Hacen posible determinar la hora de la muerte. El proceso que sigue la formación de las
livideces contribuye a determinar la hora en la que se produjo la muerte, de acuerdo con
el progreso en la formación de las manchas.
 Permiten establecer la posición del cadáver. La localización de las livideces permite inferir
en qué posición ha estado el cuerpo, tras su muerte. También hace posible determinar si
se produjeron cambios en dicha posición.

La muerte, como proceso, es un fenómeno interesante. Por ello mismo, su estudio no solo se
incluye en la carrera de medicina, sino también en la especialización en medicina forense y la
tanatología.

Factores modificadores y diagnóstico diferencial

En ciertas muertes, las livideces pueden tener un color no habitual, como en las intoxicaciones por
monóxido de carbono o cianuro, en cuyo caso la coloración será de un tono rojo cereza. La
refrigeración prolongada, da lugar al mismo fenómeno también

La Esquímosis se caracteriza por unas manchas del mismo aspecto; en caso de no estar seguros
habría que descartar el posible diagnóstico diferencial con el historial médico del cadáver. En
muertes por fallos cardíacos, las livideces pueden llegar a desarrollarse antes de la muerte.

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