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Hora Santa 12 Sep 2019
Hora Santa 12 Sep 2019
HORA SANTA
MINISTROS DE LA EUCARISTÍA
ORACION DE ALABANZA
¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a bendecirte
y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina.
Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar
de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna.
Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto
con que mirabas a tu Madre: con aquella devoción con que te seguían tus discípulos, y muy
singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu
ardiente Corazón.
Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar todos los momentos de esta
Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia nos hace tan agradable. Concédenos, Oh
Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el
Huerto de los Olivos.
Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces habéis alimentado con tu mismo Cuerpo
y Sangre.
¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una
ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que
abrasa tu dulcísimo Corazón.
Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras del Real Profeta: "es
mejor una hora en tu Casa, que mil años en compañía de los pecadores".
Señor Jesús, aquí nos tienes para servirte y colocar a tus pies la labor en que nos hemos
empeñado. Tú nos has escogido para ser Acólitos, ministros de la Eucaristía, y así trasmitir tu
Mensaje a nuestros hermanos.
Señor Jesús, te pedimos tu ayuda, queremos ser creyentes de verdad, cristianos ansiosos de
escuchar y vivir tu Palabra, ser personas de oración y reflexión, celebrantes felices de tus
sacramentos y servidores humildes de todos nuestros hermanos.
Señor Jesús, queremos ser instrumento tuyo para despertar en muchos hermanos el cariño
hacia tu persona, la confianza en tus promesas y los deseos de seguirte como discípulos.
Señor Jesús, que por amor a nosotros permaneces noche y día en este Sacramento lleno de
bondad, esperando, llamando y recibiendo a todos los que vienen a visitarte; permítenos la
gracia de reconocer debidamente nuestros pecados y de arrepentirnos de ellos verdaderamente.
Perdona nuestras múltiples faltas, las distracciones en la oración, los pecados de omisión y los
que a conciencia hemos cometido.
También te pedimos la gracia de poder perdonar a los que nos han ofendido en nuestra vida… y
humildemente, pedir perdón cuando hayamos ofendido o procedido mal con nuestros hermanos.
Que el Espíritu Santo nos ayude a perdonar de corazón cuántas veces sean necesarias, para
que de la misma manera recibamos, … no solo el perdón de Dios, sino también el de nuestros
hermanos.
Señor Jesús, tú conoces nuestro corazón, la debilidad que nos rodea. Gracias por hacernos
sentir que siempre estás dispuesto a perdonar y que nos amas infinitamente.
Sabemos, Señor, que a través de nosotros, desde nuestras manos, hacemos posible la común
unión de nuestros hermanos contigo, en el Sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre.
Por eso Señor Te consagramos nuestros labios que te anuncian, nuestras manos que Te
entregan. Te consagramos nuestro ser, nuestro cuerpo y nuestro corazón, para ser tus testigos
fieles.
Que cuando digamos “El Cuerpo de Cristo” nosotros desaparezcamos y nuestros hermanos
vean Tu rostro. Amén.
Oh Dios, danos en esta hora la gracia de reconocer debidamente nuestros pecados ante ti, y de
arrepentirnos de ellos verdaderamente. Borra de tu libro, Señor de misericordia, nuestras
múltiples acciones cometidas contra ti. Perdónanos todas las distracciones en la oración,
nuestros pecados de omisión, y nuestros pecados deliberados contra la conciencia.
Danos luz para ver lo que hemos de hacer, valor para emprenderlo y firmeza para llevarlo a
cabo. Que en todas las cosas avancemos en la obra de santificación, de la realización de tu
voluntad; y que en definitiva, por tu misericordia, podamos alcanzar la gloria de tu Reino eterno,
por Jesucristo nuestro Señor. Amen
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para
que fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida
en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la
eucaristía...
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de
fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, nos unimos a Ti y te suplicamos nos hagas partícipe
de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.
Jesucristo, Señor nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra patria.
Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos la fortaleza como don precioso de tu Espíritu.
Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a la dignidad humana, la verdad, la libertad,
la justicia y el compromiso por el bien común.
Como hijos de Dios danos la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a todos sin
excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación y la paz.
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4
¡Venezuela!
¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia!
Amén.
Señor Jesús, está llegando el momento de tu reserva. Este tiempo que hemos pasado juntos,
ha sido valioso para nuestras almas, tu Amor infinito nos envuelve y ese mismo Amor nos inunda
de tu Paz. Permite Señor que este tiempo que hemos pasado tan cerca de Ti, perdure y nos
acompañe siempre.
Ayúdanos a trasmitir tu amor, a vivir con fidelidad nuestros compromisos cristianos. Te pido por
todos mis hermanos que no te conocen y viven alejados de ti. Dales la gracia de sentirse
verdaderamente hermanos tuyos.
Señor, tú sabes muchas cosas que quisiéramos pedirte y sabes las que convienen a la salvación
de nuestras almas. Las elevamos a Ti, las ponemos en tus manos. Te pedimos por Venezuela,
por nuestras familias donde quiera que estén, y que la Paz reine en nuestros corazones. Te
pedimos también por el Papa Francisco, por nuestros obispos, párrocos y sacerdotes.
Especialmente por nuestro párroco el Padre Franklin y por nuestra comunidad.
Día tras día te bendecimos, y alabamos tu nombre. Que tu misericordia Señor venga sobre
nosotros, como lo deseamos y esperamos de Ti.
Canto: Tú reinarás…