Está en la página 1de 4

COMUNIÓN

(Se recibe de rodillas y en la boca)

Mientras comulga el Sacerdote o si no puede comulgar


sacramentalmente puede hacer el siguiente acto.
Si la Misa es Solemne, SOLAMENTE el Diácono
canta el Confiteor.

COMUNIÓN ESPIRITUAL

Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el


Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las
cosas y deseo vivamente recibiros dentro de mi alma.
Pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
venid a lo menos espiritualmente a mi corazón.

(Pausa en silencio e imagina


que recibes a Jesús en la comunión)

Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a


Vos. No permitáis, Señor, que jamás me separe de Vos.
Amén.

40
ALMA DE CRISTO

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame.


Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo malo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén

ORACIÓN PARA DESPUÉS


DE LA COMUNIÓN

Con vuestro Cuerpo santificadme, con vuestra Sangre preciosí-


sima fortalecedme, por los méritos de vuestra Pasión salvadme.
¡Oh Jesús! ¿Qué os daré yo por tantos bienes como he habéis
dispensado? Os amaré, ¡oh Jesús!, mi delicia y mi felicidad. Os
adoro, os bendigo, os alabo y todo me ofrezco a Vos, y a Vos
sacrifico todas mis pasiones, principalmente la que más me do-
mina; destruidla, Dios mío, con vuestra caridad. Hacedme partí-
cipe de vuestros méritos; comunicadme, Señor, vuestras virtu-
des; quitadme el deseo de las cosas del mundo; avivad en mí la
fe y la esperanza de los bienes eternos; inflamadme más y más
en vuestro amor, para que por él sea yo exacto en el cumpli-
miento de vuestros preceptos y de mis obligaciones, y nunca
vuelva a caer en la ignominia del pecado. Viva yo unido cons-
tantemente a Vos y sumiso a vuestra santísima voluntad, ¡oh
Jesús mío dulcísimo!, y a este fin hacedme digno de vuestra
bendición en el momento en que vuestro ministro sobre la tie-
rra me la concede.

41
Communio. Matt. 26,42. Comunión.— ¡Padre! Si no
Pater, si non potest hic calix puede pasar este cáliz sin que
transíre, nisi bibam illum: fiat Yo lo beba, hágase tu voluntad.
volúntas tua.

S. Dóminus vobíscum. V. El Señor sea con vosotros.


R. Et cum spíritu tuo. R. Y con tú espíritu.

DE RODILLAS
(En las misas en que los ornamentos son de color morado o negro,
la oración Poscomunión se escucha de rodillas)

Postcommunio.—Per hujus, Poscomunión.— ¡Oh Señor!


Dómine, operatiónem mysté- Por la virtud de este misterio,
rii: et vitia nostra purgéntur, seamos purificados de nuestros
et justa desidéria compleán- vicios, y cúmplanse nuestros
tur. Per Dominum nostrum justos deseos. Por nuestro Se-
Jesum Christum, Filium ñor Jesucristo.
tuum: qui tecum vivit et reg-
nat in unitate Spiritus Sancti
Deus, per omnia saecula
saeculorum.

R. Amen.

S. Dóminus vobíscum. V. El Señor sea con vosotros.


R. Et cum spíritu tuo. R. Y con tú espíritu.

V. Benedicamus Domino. V. Bendigamos al Señor.


R. Deo gratias. R. Gracias a Dios.

42
ACCIÓN DE GRACIAS
(DE RODILLAS)
El tiempo después de la Comunión es tiempo precioso para
ganar tesoros de gracias; pues los actos y súplicas que se
hacen entonces, por estar el alma unida a Jesucristo, tienen
mérito y valor más especial que en ningún otro tiempo.
¡Cuántos y que favores tan especiales reciben los que se de-
tienen en hablar amorosamente con Jesucristo después de la
Comunión! San Luis Gonzaga empleaba tres días en dar gracias a Jesu-
cristo. Haga por lo menos, el que ha comulgado, los siguientes actos, y procu-
re en lo restante del día seguir con afectos y súplicas para mantenerse unido
espiritualmente a Jesucristo, a quien ha recibido.

ORACIÓN A JESUS CRUCIFICADO


Heme aquí, ¡oh dulcísimo y buen Jesús!, que humildemente me
postro ante vuestra divina presencia, y con el más encendido
fervor, os ruego y suplico, que os dignéis imprimir en mi cora-
zón, vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero
dolor de mis pecados y eficaz propósito de enmienda, mientras
con gran afecto y dolor de mi alma voy considerando y medi-
tando vuestras cinco llagas, teniendo ante los ojos, lo que ya el
profeta David ponía en vuestros labios, oh buen Jesús, cuando
hablando de Vos decía: "Taladraron mis manos y mis pies, y pudie-
ron contar todos mis huesos".

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA


¡Oh María Santísima Virgen y Madre!, he aquí que he recibido a
vuestro amadísimo Hijo, al que concebiste en vuestro inmacula-
do seno, engendrastéis, alimentastéis y estrechastéis con suaví-
simos abrazos. Humilde y amorosamente, os presento y ofrezco
aquel mismo con cuya vista os alegrabais y te llenabais de deli-
cias, para que sea estrechado por vuestros brazos, amado con
vuestro corazón, y ofrecido a la Santísima Trinidad, en supre-
mo culto de adoración, para honor y gloria vuestra y por las
necesidades mías y de todo el mundo. Te suplico, perdón de to-
dos mis pecados, y copiosa gracia para servir a vuestro Hijo con
más fidelidad, y por último la gracia de la perseverancia final,
para que lo pueda alabar con vos por todos los siglos de los si-
glos. Amén.
43

También podría gustarte