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El Poder de la Atención

De una charla dada por E.J. Gold

PARTE 1

Nadie puede entrenar nuestra atención por nosotros, esto es algo que no se
puede hacer. Nosotros somos los únicos que podemos hacerlo. Y si podemos
entrenar nuestra atención, podemos hacer cualquier cosa; literalmente:
podemos mover montañas. Si podemos enfocar nuestra atención, podemos
hacer cualquier cosa que hayamos escuchado que alguien ha hecho. Es
nuestra atención la que nos da ese poder.

La identificación es uno de nuestros principales obstáculos para acercarnos


más al Trabajo. Amando u odiando, siendo esclavo o amo - es lo mismo.
Estamos identificados con el mundo externo, con los objetos de deseo,
repulsión, apego o interés, constantemente envueltos en cosas sin
importancia real, perdiendo nuestro tiempo, dejando que la solución se
escape como arena entre nuestros dedos. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué
creemos que estas demandas en nuestra atención son legítimas? Cuán
fácilmente nos olvidamos de que estas cosas no tienen una demanda real en
nosotros.

De hecho, la atención legítima, las demandas legítimas de nuestra atención


es un aspecto al que tenemos que dirigirnos tarde o temprano en nuestra
vida de trabajo. En algún momento, tenemos que empezar haciendo juicios
de valor sobre las cosas que son o no dignas de nuestra atención, porque
nuestra atención es algo muy precioso. Nuestra atención es nuestra
herramienta de trabajo. Es nuestra única herramienta de trabajo. Y
necesitamos intensificarla, agudizarla en un grado muy fino.

Si omitimos hacerlo, no estaremos listos para trabajar. El Trabajo requiere


disciplina, demanda que hagamos la misma cosa día a día. No implica
variedad; no hay mucha variedad en nuestro entrenamiento. A muchos
individuos no les gusta la repetición. Su tendencia es querer algo fresco y
creativo a cada minuto. Y así es como toman rodeos innecesarios; viven en el
viejo formato, la era zigzag, se precipitan desesperadamente en busca de
algo nuevo y diferente.
En algún punto, tenemos que hacer juicios valorativos acerca de nuestra
atención, de minuto en minuto, de hora en hora. Eventualmente tendremos
que empezar mirándolo todo y preguntándonos a nosotros mismos si vale la
pena poner nuestra atención en las cosas en las que normalmente nos
ocupamos. Nos preguntaremos a nosotros mismos por qué estamos
haciendo lo que hacemos, y si pudiésemos estar haciendo alguna cosa mejor
con nuestro tiempo y atención. ¿Merece la pena sacrificar nuestra atención
dejando de hacer otros esfuerzos, para ponerla en lo que estamos haciendo
ahora?

Tenemos solo una vida de trabajo – muchas vidas, pero solo una vida en el
Trabajo, lo hagamos o no. Solo tenemos una vida en la cual hacerlo y
tenemos que conseguir hacerlo durante una vida. No tenemos una cantidad
indefinida de tiempo para saltar al vagón. Necesitamos estar libres en esta
vida, libres para trabajar o libres para ser esclavos del trabajo. Libertad y
esclavitud son totalmente irrelevantes actualmente. No son ninguna
culminación de nada, sólo son formas equivocadas de decir algo.
PARTE 2

Podemos empezar a entrenar nuestra atención en pequeñas formas. ¿Cuánto


tiempo podemos mirar a un objeto frente a nosotros sin intrusiones? ¿Qué
queremos decir con intrusiones? Cualquier cosa que tenga que ver con algo
diferente al objeto de nuestra atención es una intrusión, sea mental, física,
emocional, visual, perceptual o sensitiva. No importa lo que sea. Cualquier
cosa que no sea el objeto intencional de nuestra atención directa y que
pueda en potencia, distraernos de nuestro propósito, es técnicamente una
intrusión. ¿Entonces, cuánto tiempo podemos mirar a un objeto sin
intrusiones? No mucho tiempo-lo cual significa que nuestra atención es débil.

Hay muchos nombres para esta particularidad-señalada como consciencia y


atención los cuales han sido usados para expresar esta idea a través de una
variedad de tradiciones espirituales –desde los tempranos escritos
metafísicos egipcios, los filósofos y místicos griegos pre-Socráticos, el
budismo, hinduismo, sufismo, y los monasterios medievales incluyendo a
Santo Tomás de Aquino.

La pregunta tras todos estos nombres es si estamos o no en condiciones de


mantener nuestra atención en nada más que el objeto elegido, sin ninguna
interrupción. ¿Podemos mirar a algo, haciendo eso y nada más que eso?

Cuando lo podamos hacer, entonces podremos dirigirnos a realizar proyectos


más ambiciosos. Por ejemplo, cuando leemos un libro. La única forma en la
que normalmente mantenemos nuestra atención en el libro es a través de
nuestro interés. Pero, ¿podemos leer un libro en el cual no estemos
interesados, y mantener nuestra atención en él como si fuera de nuestro
interés?

Si el interés guía y atrae la atención; ésa no es una atención de trabajo. Si


solamente estamos atendiendo algo porque estamos interesados en ello,
entonces hemos perdido totalmente la dirección. Debemos estar preparados
para poner nuestra atención donde queramos ponerla, y mantenerla allí sin
intrusiones por tanto tiempo como deseemos-ya sea por horas o meses o
años-excluyendo todo lo demás.
Hay una distinción importante entre la atención específica que podemos
llamar simplemente atención y la atención general. Aun cuando nuestra
atención esté puesta exclusivamente en algo, podemos tener una atención
general de todo lo demás al mismo tiempo. Hay una atención específica y
una atención general. De modo que cuando ponemos nuestra atención en un
objeto, podemos tener también la atención general en el entorno. Si no lo
hacemos entonces o somos estúpidos, enfermos, ciegos, tontos, o todo lo
anterior.

Cuando estamos desatentos, hacemos cosas estúpidas. Cuando la máquina


está dormida, suceden cosas estúpidas. Parece como si la falta de atención y
el sueño tienen que ver el uno con el otro. La pista es que la atención
proviene del ser esencial. El ser esencial es la fuente de atención. La pérdida
de atención puede tener dos causas diferentes. La primera causa es que el
ser esencial ha cesado de ser una fuente de atención por el momento. Por
una u otra razón, no está invocando su propia presencia y ha perdido su
atención.

Presencia y atención caen en la categoría de aquello que está completamente


dentro del rango de lo voluntario. En otras palabras, no hay la atención
involuntaria ni la presencia involuntaria.

El ser esencial debe tomar acción para atención y presencia aparezcan


porque deben ser despertadas. Nosotros invocamos nuestra presencia o no
lo hacemos. Ella no será invocada por si misma. El ser esencial tiene que
decidir reunir atención y presencia, juntarlas, traerlas de vuelta, o
incrementar su alcance y rango. Sin embargo, la atención específica nunca
puede obtener la clase de rango que la atención general puede incluir,
aunque mucho se puede hacer con ello.

La atención general es una de las formas de atención de la máquina. La


máquina tiene varios tipos diferentes de atención. La palabra atención es
malentendida porque la usamos tanto al referirnos al ser esencial como a la
máquina. Deberíamos tener diferentes nombres para ambos, pero el
lenguaje es limitado y realmente no hay otra palabra que podamos usar.
Sería mejor decir atención de la máquina y atención del ser, aunque esto es
una distinción artificial. Hablando técnicamente, podríamos decir que la
atención solamente se refiere a una cualidad del ser.
PARTE 3

Si la atención decae, debe significar que el ser esencial no está produciendo


presencia y atención o que el ser esencial ha sido distraído, o que algo ha
ocurrido y se ha presentado alguna clase de obstáculo que ha tenido el
efecto de interrumpir la atención y presencia. Generalmente alguna clase de
distracción puede ocurrir.

La Auto-Invocación es la llave de la atención. Sin auto invocación no puede


haber atención. Es responsabilidad del ser esencial incrementar y mantener
su propia atención. El ser esencial siempre tiene la voluntad de atención y de
auto invocación. De manera que, si la auto invocación y la atención fallan,
simplemente significa que el ser esencial ha perdido interés.

¡Esto es todo lo que puede significar, no puede haber ninguna otra


explicación! De modo que deberíamos en este punto, comprometernos a
nosotros mismos a interesarnos en la pregunta: – por qué es que el ser
esencial pierde interés? La respuesta a esto es categórica: ¡el ser esencial no
pierde interés, nunca!

El impacto de esta afirmación debería tener repercusión. Si descubrimos -


probablemente para nuestro gran desánimo- que parecemos perder interés,
entonces tenemos razón para preocuparnos por lo que está sucediendo con
nosotros y que no podemos controlar. Verdaderamente no sabemos cómo
clasificar esto. ¿Dónde estamos cuando esto está teniendo lugar?

Si tratamos activamente de desarrollar presencia y atención, inevitablemente


notaremos las cosas que nos interrumpen o distraen. Notaremos con gran
ironía como ocurren cosas muy sutiles, cosas que nos impresionan y que
llaman la atención hacia ellas por su peculiaridad y el momento preciso en
que ocurren, cosas que damos por sentadas, cosas sin importancia.

Los incidentes más inofensivos, las cosas insignificantes que aparecen en


nosotros mismos o que aparentemente aparecen a nuestro alrededor y nos
arrancan de nuestros propósitos e intenciones, son aquellas contra las que
deberíamos estar más en guardia, porque ellas esconden un velo oculto; son
la cortina de humo arrojada en el aire, que oscurece nuestra visión.
Las cosas más triviales, las más comunes, y aparentemente más inofensivas,
son aquellas que tenemos que buscar. Las cosas que parecen ser nada. Ellas
indican el espacio donde inconscientemente nos engañamos a nosotros
mismos permitiendo, haciendo legítimos, los problemas de la máquina con el
entorno. Estas cosas actualmente no nos permiten establecer una escala de
relaciones con el mundo externo, basada en los valores del Trabajo. Sin
embargo, no nos parecerá nunca que algo equivocado está sucediendo.
PARTE 4

La atención es la llave para las dos cosas: nuestro trabajo y también para el
trabajo en sí mismo, porque la atención es un muy buen indicador del ser
esencial. El ser esencial puede hacer el trabajo que la máquina no puede
hacer. Y la máquina no puede producir atención. No puede ser una fuente de
atención, pero si puede poner atención.

Para notar, el poner nuestra atención en algo y no dejar que nada se imponga
en eso, solo el tener la atención en eso deja que la cosa sea. Solo será eso
mismo si nosotros no ponemos nada en eso, si no atribuimos nada a eso, si
no lo cubrimos con nuestras propias interpretaciones personales y subjetivas
de lo que debería ser, si no lo nublamos con significados que realmente
cambian su naturaleza. Nuestras percepciones están generalmente
equivocadas. Necesitamos aprender a que las cosas sean, para tener la
experiencia de ellas como son --no como creemos que deberían ser.

Cuando usemos nuestra atención de esta manera, perforaremos un agujero a


través de nuestro cerebro desde adentro hasta afuera que nos dejara dirigir
el rayo láser de nuestra atención.

Cuando tenemos intrusiones, generalmente esto es atribuido a un centro


mental aburrido. Es la misma operación que ocurre en el cerebro cuando
cambiamos mentalmente una palabra que se repite en una grabación
recurrente, y aun cuando la palabra grabada es exactamente la misma,
empezamos a escuchar palabras que no están en la cinta para nada. Este
efecto ha sido documentado extensivamente por B.F. Skinner y Dr. John Lilly
en el curso de sus investigaciones separadas.

Dr. Lilly produjo una cinta magnetofónica hace unos cuantos años atrás, en la
cual solo una palabra es repetida impecablemente por un período muy largo.
La palabra dada es dicha solo una vez, para que estemos seguros que
estamos oyendo la misma palabra dicha una y otra vez.

Los oyentes tendrán una variedad de reacciones a esta repetición, pero la


mayoría de las reacciones son iguales. Uno generalmente se da cuenta que
esta grabación recurrente, puesto que se repite, fuerza a la mente a crear
alucinaciones auditivas porque si la mente está necesitada de actividad
creara su propia actividad. Cuando el cerebro oye la misma palabra una y
otra vez, aunque sea por un ratito, la mente inevitablemente se vuelve muy
activa y empieza a llenar lo que considera que son los huecos.

Esta famosa cinta, conocida en inglés como "Cogitate" y en español como


"Medita" (El disco en español fue producido por Juan Carlos Mendizábal y
Ricardo Flores del grupo Umbral.), fue usada en Esalen en un ejercicio donde
el oyente trataría de ver cuantas palabras diferentes podría derivar de esto.
Esto hace uno de los ejercicios más maravillosos si uno lo utiliza de la manera
correcta. Primero, se puede usar para generar todas las palabras que
podemos escuchar en esto.

Hay unas cinco mil palabras que se pueden oír en esa grabación. Incluso
existe la difusión de las palabras y el nivel de distribución de cada palabra –
qué tan seguido una palabra particular será oída dentro de un segmento
dado.

Hay otro ejercicio mucho más poderoso que también esta grabación facilita;
en el que no hay estimulación y el cerebro provee su propia estimulación. En
otras palabras, si vemos al segundero de un reloj por un minuto, al principio
lo que trataremos de hacer es solamente mantener nuestra atención sin que
se salga de esta manecilla. ¡Estaremos sorprendidos de ver cuanta dificultad
existe para hacer esto! Sesenta segundos de presencia simple. Ni siquiera
estamos hablando de "presencia invocada." ¡Es difícil! No estamos hablando
siquiera sobre el estado consciente – solo de la conciencia simple.
PARTE 5

El siguiente paso es el ejercicio de "la caja de cristal", en el cual nos


mantendremos sentados frente a una caja compuesta de un espejo al frente
y un plástico atrás.

Nos sentaremos por toda una hora tratando de mirarlo como la cosa tan
simple que es: una caja de cristal- rechazando nuestro condicionamiento de
que es un televisor el cual nos provee entretenimiento, diversión e
información importantes.

Nos trataremos de sentar por toda una hora permitiéndonos a nosotros


mismos estar ahí sin ser atrapados por el drama, el conflicto, las distracciones
con las cuales estamos siendo tan astutamente bombardeados. "No es más
que una caja" nos repetiremos a nosotros mismos, "es tan solo una caja vieja
y simple, eso es todo. Nada significativo está pasando--tan solo unos cambios
de luces y algunos sonidos, pero yo no debo de olvidarme que es solo una
caja."

Por supuesto, para que esto sea del todo efectivo, nuestra atención en el
televisor como una simple caja plástica, no debe ser rota en todo lo que dure
la hora.

Si se repite una palabra cualquiera en un disco o cinta magnética, cualquier


palabra y tan solo esa palabra, se produce un efecto interesante. Al cabo de
un rato, parece que otras palabras se están diciendo también, como en el
disco "Medita". Esto sirve como un recordatorio. Es como tronar los dedos
para acordarnos que estamos aquí. Cada vez que oímos una palabra
diferente a la que la grabación dice, es porque algo nos ha distraído. El factor
de distracción proviene de la mente misma, de su habilidad y deseo de
distorsionar una simple palabra. En el ejercicio de la caja de cristal, ¿dónde
está la distracción? ¿Acaso está en el televisor? ¿Dónde? El proceso es el
mismo: la mente quiere asociarse con lo que está pasando en el televisor.

La mente produce el mismo factor de distracción, y en realidad veremos


siempre los mismos resultados. Vamos a estar atrapados en ellos, y vamos a
estar atrapados en el significado de estos. Esa es la evidencia de que hay una
entidad controlando la máquina; vamos a ser atrapados en las emociones de
ellos, esa es otra entidad; o nos vamos a frustrar con nosotros mismos por no
ser capaces de prevenirnos de ser atrapados por ellos, esa también es una
entidad.

Vamos a levantarnos y a caminar lejos de ellos, y miraremos a otro lado,


vamos a divertir nuestra atención de alguna otra manera, o apretar nuestros
dientes y forzarnos nosotros mismos, esa es otra entidad. Y otra entidad
también está dominándonos cuando simplemente nos sentamos allí, ojos
abiertos, nos vamos completamente, tontamente dormidos y despertarnos
de la manera que despertamos en la carretera cuando estamos manejando y
nos despertamos de repente y nos damos cuenta que hemos manejado 20
millas y no nos hemos dado cuenta.

Todo viene a resumirse en una sola cosa: el centro mental opera siempre por
asociación; esto me recuerda de aquello que me acuerda de aquello que me
acuerda de aquello y así sucesivamente. Cuando el centro mental está
aburrido, se activa y empieza a tronar. Toda intrusión significa que nunca
hemos entrenado nuestra atención.
PARTE 6

Nadie más va a entrenar nuestra atención por nosotros, porque eso no se


puede hacer. Nosotros somos los únicos que podemos. Y si nosotros
logramos entrenar nuestra atención, podríamos entonces hacer cualquier
cosa. Literalmente podríamos mover montañas. Si nosotros pudiéramos
enfocar nuestra atención, podríamos nosotros hacer cualquier cosa que
hayamos escuchado que alguien más haya hecho. Es nuestra atención la que
nos da el poder.

Una vez que somos capaces de mover montañas, es imperativo que no


hagamos eso. No debemos de comportarnos como niños con un nuevo
juguete. Ni tampoco debemos usar nuestra atención como arma, tiene otro
uso el cual tiene que ver con nuestra presencia, el despertar de la máquina y
la transformación del ser esencial. La atención es nuestra única herramienta.
Nuestra voluntad de atención no está muy bien desarrollada, pero es una
voluntad verdadera, y es la única voluntad que tenemos.

Esta pregunta de la voluntad verdadera se relaciona con el ser esencial--la


verdadera voluntad del ser esencial. En algunas tradiciones, esta es llamada
El Santo Ángel Guardián. Algunas veces se le llama el Yo Superior, o la
Voluntad de Dios. Pero todo esto en realidad se refiere a la voluntad del ser
esencial, no importa que palabras enfloradas usemos para describirlo.

El ser esencial tiene solamente dos propiedades reales, características


propias: La voluntad de presencia y la voluntad de atención. Puede estar aquí
y mirar algo, pero puede mirar más que de una manera visual ordinaria.

Robert Heinlein se inventó la palabra "grok" que significa mirar a través de


algo, para ocupar sus moléculas, y entender completamente algo porque
estamos viéndolo con empatía, para convertirnos en la cosa que estamos
viendo, porque lo estamos viendo bien profundamente.

Toma una cuchara, o cualquier otro objeto. Míralo. Cada forma tiene una
forma correspondiente universal el cual es llamado "arquetipo." Cada objeto
tiene su propio arquetipo. El universo tiene que haber existido en esa forma
al menos por un momento para que esa forma pueda existir. Hay maneras de
conectarse con esa forma.
Nosotros podemos ver el universo de una forma rápida alterando su forma
en un infinito desfile de formas. ¿Y por qué es infinito? No hay tiempo. El
universo no está yendo a ningún lado. Una vez que el universo toma forma,
existe ahora y para siempre. No se destruye, no se aminora, es para siempre,
porque no hay tiempo. El universo existe dentro de la eternidad.

El mundo eterno es el mismo que el mundo relativo excepto que no hay flujo
de tiempo, solo eventos. En el mundo relativo, los eventos son medidos al
imponerles la sensación de tiempo. Técnicamente hablando, el tiempo es
medido por movimiento. Todo intento humano de medir el tiempo ha sido
siempre en términos del movimiento o cualquier otra cosa de actividad de
una clase o la otra.

Nosotros deberíamos de ser capaces de mirar cualquier objeto, digamos un


vaso; ese es el universo. Envuelto en sí mismo, fue a través de sí mismo, y se
auto explota en la existencia. Y ahora aquí está el universo entero.

Cuando nuestra atención toma una forma, es solo un vaso y no el universo.


Cuando nuestra atención está en diferente modo, entonces el vaso es de
echo el universo. Está adentro de sí mismo y parece más pequeño que sus
entrañas. ¿Cómo puede un zapato ser dos veces más pequeño de afuera que
de la parte de adentro? De eso es todo lo que se trata. En una manera real, el
macrocosmos y el microcosmos son uno. No hay diferencia.

La creación no es un espejo, es la cosa misma. En una forma es como un


termómetro de la atención. Es un mecanismo de retroalimentación el cual no
envuelve la biología.

En un modo de la atención cuando la atención está bien débil, es donde hay


muchas distracciones, y la atención esta dispersada, este es solo un vaso y
nada más. Cuando la atención está completamente dirigida sobre ella,
entonces se percibirá como el universo mismo, como si apareciera dentro de
sí misma.

Este es un mecanismo, una técnica, no un ejercicio en cosmología. Cuando


este es solo un vaso, a nuestra atención no le está yendo muy bien. Cuando
es el universo, entonces nuestra atención está completamente dirigida. En
ese punto y solo en ese punto somos capaces de identificarnos
completamente con el vaso. Nos convertimos en el vaso mirándose a sí
mismo, en una forma somos el vaso observándose a sí mismo. El objeto
viéndose a sí mismo.

Si alguna vez viéramos a Dios, y si alguna vez debería pasar, debemos de


acordarnos siempre que no hay nada más que Dios, que Dios es la única cosa
que hay. No hay nada más. No hay un Dios y luego un No-Dios.

¿Entonces quién está mirando a Dios? Sabemos que Dios no está mirando a
Dios, no puede ser. Si nosotros miramos ese vaso como el universo, por un
rato suficientemente largo, eventualmente estaremos mirando a Dios y no al
vaso, y tenemos que entender eso. ¿Pero desde que punto de vista? ¿Desde
qué punto de vista estamos viendo a Dios?

Nosotros llegaremos a la conclusión de que lo que estamos viendo es lo que


somos, no importa cómo nos sentimos, no importa qué es lo que pensamos
de nosotros mismos en ese momento, nosotros no podemos ser otra cosa si
no lo que estamos viendo. Miraremos que la imagen de nosotros mismos en
ese momento le es conveniente asumir ese punto de vista, pero en realidad
estamos mirando lo que somos. No estamos mirando a ninguna otra cosa
que no sea a nosotros mismos.

Entonces si estamos mirando a Dios directamente, nos podemos decir a


nosotros mismos: "Te veo. Yo estoy observando a Dios. Yo sé eso". No hay
nada más que Dios. Esta es la idea original de La il’la ha il al’la hu, no hay
nada sino Dios.

Entonces, si sucede que estamos mirando a Dios cara a cara, tenemos que
acordarnos que no hay nada más que Dios. Si no somos Dios parados frente a
Dios, entonces seremos demolidos, aniquilados en la presencia de Dios
porque no hay nada excepto Dios en la presencia de Dios.

Pero con solo que el vaso sea solo un vaso, estamos seguros. Cuando el vaso
no es más el vaso, entonces nos volvemos vulnerables en esa manera.
Manejando lo que es el trabajo de muchos años.
PARTE 7

Estamos solos, pero no solos. En otras palabras, debemos llegar a aceptar


nuestro destino como un solo ser que existe solo para siempre, sin importar
lo que parezca, sin importar cómo se vea. No tiene sentido nuestra existencia
o inexistencia. No hay nada que lograr. Todos los logros frente a la realidad,
al final, son inútiles, nulos y sin valor; no tienen ningún efecto cuando se ven
desde esa perspectiva.

Sin embargo, cuando es correcto, la acción se convierte en un factor. Acción


dirigida desde el yo esencial. Dentro de un año miraremos hacia atrás en
nuestras vidas, y nos preguntaremos qué hemos hecho realmente por
nuestro trabajo. Y lo más probable es que veamos que está lo más cerca
posible de cero, sin ser realmente cero. Los que están en la escuela
probablemente han hecho menos desde que estaban allí que antes de venir.
Eso sucede a menudo. Porque cuando llegamos a la escuela, la tendencia es
restablecer nuestras vidas, reequilibrarnos, reorientarnos porque estamos
desorientados.

Así que inmediatamente comenzamos a enviar zarcillos y ganchos a todas


partes, y creamos participaciones con todo tipo de cosas y personas.
Iniciamos todo un proceso de implicación para restablecer lo que es normal
para nosotros. Al hacer eso, estamos tan ocupados que no tenemos tiempo
para nuestro trabajo, y nuestra vida laboral sufre.
Si fuéramos inteligentes y supiéramos cómo hacerlo, podríamos trabajar todo
el año todos los días. Sabemos que ese es el camino correcto, que
deberíamos hacerlo, pero no sabemos cómo.

Hay dos cosas que tenemos que mirar. Una es que inevitablemente, no
importa lo que hagamos, habrá una cierta cantidad de participación y
distracción. No importa dónde estemos, no importa a dónde vayamos,
haremos esencialmente las mismas cosas de un momento a otro, de un día a
otro. No vamos a cambiar radicalmente sólo porque estamos en un lugar
diferente. El solo hecho de venir a una escuela no garantiza nada. No nos
gana nada. Incluso el hecho de que haya más factores de recordatorio en la
escuela no ayuda.
Eventualmente, todo se mezcla con el zumbido general del ruido de fondo.
Así que de vez en cuando, el maestro pondrá un tenedor en el lugar correcto,
solo porque se da cuenta de que no podemos recordar que estamos en una
escuela. No se espera de nosotros recordar eso todo el tiempo.

De vez en cuando se nos recuerda, pero no es lo mismo que trabajar


realmente en serio. Para trabajar seriamente debemos eliminar los
obstáculos al trabajo, y hay obstáculos. Sin obstáculos, no ganaríamos nada
por estar en la escuela, no habría ganancias. En realidad, hay más obstáculos
para trabajar en la escuela que en la vida ordinaria, lo que hace que el trabajo
allí sea más valioso. Cuantos más obstáculos, más duros debemos ser y más
capaces.

Nuestra habilidad aumenta según el número de obstáculos y el grado de


dificultad. No disminuye; nuestro ser aumenta en relación directa con el
número de obstáculos. Eso es lo que estamos tratando de hacer, fortalecer la
voluntad esencial del yo.

Queremos ejercicios para la atención, pero no queremos usar la atención en


nuestras vidas.

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