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McGraw-Hill
Madrid
2004
ISBN: 84-481-42373
Sumario
INTRODUCCIÓN
Durante los meses de verano, los precios de los hoteles de playa, al estar en temporada alta y verse
presionados por la demanda, alcanzan los niveles más altos del año. Durante el invierno, sin embargo, que es
su temporada de menor actividad, presentan los niveles más bajos de precios y recurren a ofertas para tratar
de animar a la demanda y así ocupar sus instalaciones.
El conocimiento de los factores que determinan la demanda turística es un elemento clave para todos
los que desempeñan su actividad en este sector ya que al anticipar su evolución podrán programar sus
estrategias. Otro hecho relacionado con la demanda que preocupa a los empresarios turísticos es la
sensibilidad o elasticidad de la demanda ante variaciones del precio. Así, para el gerente de un hotel sería
muy interesante saber si se decidiese a reducir el precio medio que cobra por habitación, si la cantidad de
nuevas plazas que le van a demandar le compensará por los menores ingresos derivados de la reducción del
precio.
En este capítulo se estudian diversos temas relacionados con la demanda turística, dejando para el
Capítulo 3 el análisis de la oferta, así como una primera presentación del estudio conjunto de la oferta y la
demanda turísticas, esto es, del mercado turístico.
Objetivos
Las cantidades demandadas de un bien que los consumidores deseen y puedan comprar las
denominamos demanda de dicho bien.
Dentro de los bienes y servicios que consumen los individuos cabe centrarse en la demanda turística.
El bien denominado turismo es muy complejo, pues está formado por los bienes y servicios que consume el
turista durante el período de tiempo que está fuera de su hogar, esto es, estancia en hoteles, servicios de
restauración, viajes, servicios de ocio y cultura, etc. Los deseos que los individuos tienen de consumir
turismo conforman la demanda turística. La cantidad de servicios turísticos que los consumidores demandan
depende de varios factores, si bien el más significativo es el precio.
La cantidad demandada es la cantidad de un bien que los compradores quieren y pueden comprar.
La demanda turística, como la de cualquier otro bien o servicio, depende de una serie de factores
entre los que destacan el precio del bien, la disponibilidad de renta y las preferencias del consumidor. Sin
embargo, el consumo turístico reúne una serie de características que convierten la toma de decisión del
turista en un proceso complejo. Estas se pueden concretar en los puntos siguientes:
El turista se enfrenta a diferentes niveles de elección: duración del viaje, destino, forma de viaje,
tipo de alojamiento, actividades complementarias, canal de compra, etc.
El consumo turístico requiere el desplazamiento fuera del lugar de residencia habitual de quien
lo realiza, lo que exige disponer de mucho tiempo libre y contribuye a explicar la estacionalidad
de la demanda turística y su concentración en fines de semana.
El consumo turístico supone un desembolso importante de dinero dentro de la estructura de gasto
de los presupuestos familiares.
La compra de un producto turístico conlleva hacer frente a la incertidumbre de adquirir algo que
en parte se desconoce. El turista no sabe qué le deparará el viaje a un destino que no ha visitado
antes ni la calidad de los servicios que le prestarán.
En ocasiones transcurre un tiempo considerable entre la contratación del viaje y su realización.
Esto suele ser así en el caso de la compra de paquetes turísticos de “sol y playa” a los operadores
turísticos británicos (la compra generalmente se hace antes de Navidad y el viaje en verano).
Esta peculiaridad recientemente se está alterando a causa de la iniciativa de los operadores
turísticos y las compañías aéreas de rebajar los precios a última hora, retrasándose así la decisión
de compra por parte del turista.
La demanda turística es la cantidad de servicios turísticos que se desean adquirir a distintos precios y depende de
diversos factores, siendo el precio el más significativo.
Hay una serie de factores determinantes de las cantidades que los consumidores desean adquirir de
cada bien o servicio por unidad de tiempo, tales como las preferencias, la renta o ingreso en ese período, los
precios de los demás bienes y, sobre todo, el precio del propio bien en cuestión. Si consideramos constantes
todos los factores salvo el precio del bien, esto es, si aplicamos la condición ceteris paribus, podemos hablar,
por ejemplo, de la tabla de demanda de plazas hoteleras por un consumidor determinado cuando
consideramos la relación que existe entre el precio de las plazas hoteleras y la cantidad demandada (Cuadro
2.1).
La condición ceteris paribus consiste en suponer que, excepto las variables que se están estudiando, todas las demás
permanecen constantes.
Bajo la condición ceteris paribus y para un precio determinado de las plazas hoteleras, la suma de las
demandas individuales nos dará la demanda global o del mercado de plazas hoteleras. En la Nota
complementaria 2.1 se recogen las tablas de demanda hotelera de dos individuos concretos (Miguel y Víctor)
y la tabla de demanda del mercado de plazas hoteleras, para el caso en que el mercado solo lo formen estos
dos individuos. La cantidad demandada por el mercado será la suma de las cantidades demandadas por los
dos turistas que lo integran. Asimismo, se recogen las curvas de demanda de Miguel y Víctor y la curva de
demanda del mercado, todo ello suponiendo que la única variable que incide en la demanda es el precio. La
curva de demanda tiene pendiente negativa, pues si se reduce el precio de los hoteles aumenta la cantidad
demandada.
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A la relación inversa existente entre el precio de un bien y la cantidad demandada, en el sentido de
que al aumentar el precio disminuye la cantidad demandada, se le suele denominar en Economía la ley de la
demanda.
La ley de la demanda se refiere a la relación inversa existente entre el precio de un bien y la cantidad demandada, en el
sentido de que al aumentar el precio disminuye la cantidad demandada, y lo conrario ocurre cuando se reduce el precio.
Precio por habitación Cantidad de plazas hoteleras Cantidad de plazas hoteleras Demanda del
de hotel (en euros) demandada por Miguel demandada por Víctor mercado hotelero
10 8 5 13
15 6 4 10
20 4 3 7
25 2 2 4
30 0 1 1
La demanda del mercado es la suma de todas las demandas individuales de un determinado bien o servicio.
Suponiendo que el mercado de plazas hoteleras está integrado únicamente por dos individuos (Miguel y Víctor), la tabla
adjunta muestra las tablas de demanda de plazas hoteleras de los integrantes del mercado. Las tablas de demanda de
Miguel y Víctor indican cuántas plazas hoteleras estarían dispuestos a demandar cada año a los distintos precios. La
demanda del mercado es la suma de las dos demandas individuales. Las Figuras (a), (b) y (c) muestran las curvas de
demanda que corresponden a estas tablas de demanda. La curva de demanda del mercado se obtiene sumando
horizontalmente las curvas de demanda individuales, esto es, para hallar la cantidad total demandada a un precio
cualquiera, sumamos las cantidades individuales que aparecen en el eje de abscisas de las curvas de demanda
individuales.
La razón por la que cuando el precio del bien aumenta la cantidad demandada por todos los
consumidores disminuye es doble. Por un lado, cuando aumenta el precio de un bien algunos consumidores
que previamente lo adquirían dejarán de hacerlo o lo comprarán en menor cuantía y buscarán otros bienes
que lo sustituirán. Por ejemplo, si aumenta el precio de los hoteles los turistas procurarán sustituir estos por
hostales, casas rurales o apartamentos. Esto se conoce como efecto sustitución, en el sentido de que el bien o
servicio que se encarece relativamente tiende a ser sustituido por otros que ahora resultan más baratos en
términos relativos, de manera que los demandantes puedan mantener su consumo turístico ajustado a una
nueva realidad del mercado, obteniendo el mismo nivel de satisfacción personal.
El efecto sustitución recoge la incidencia de un cambio en os precios relativos y nos dice que cuando aumenta el precio
de un bien o servicio, como el hotelero, la cantidad demandada de este bien se reduce, pues su cosumo se sustituye por
otros bienes.
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Por otro lado, los consumidores cuando un bien se encarece demandarán menos unidades del mismo
porque la elevación del precio ha reducido la capacidad adquisitiva de la renta, y esto hará que se pueda
comprar menos de todos los bienes y, en particular, del que estamos considerando.
Este hecho se conoce como el efecto renta, e indica que un incremento en los precios de un producto
turístico, como el hotelero, disminuye la capacidad adquisitiva de los consumidores para su nivel de renta
dado. Ante esta circunstancia los turistas se verán obligados o a reducir la estancia en el hotel y/o disminuir
la compra de otros bienes o servicios.
El efecto renta recoge la incidencia de un cambio en la renta real de los consumidores de forma que al aumentar, por
ejemplo, el precio de los hoteles, la renta real se reduce y el consumidor podrá comprar una menor cantidad de todos los
bienes, incluido el bien cuyo precio se ha incrementado.
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La curva de demanda es la representación gráfica de la relación entre el precio de un bien y la cantidad demandada. Al
trazar la curva de demanda suponemos que se mantienen constantes los demás factores, excepto el precio, que puedan
afectar a la cantidad demandada.
Al observar la Figura 2.1 y el Cuadro 2.1 se comprueba que a medida que el precio de los hoteles es
mayor la cantidad de plazas hoteleras que se desean demandar se reduce y, al contrario, los individuos
estarán más dispuestos a demandar plazas hoteleras cuando el precio sea más bajo. En otras palabras, si se
redujera el precio de los hoteles y los demás factores que inciden en la demanda hotelera no se alteraran, los
individuos estarían dispuestos a demandar más plazas hoteleras durante el período considerado.
Esta relación inversa entre la cantidad demandada de un bien o servicio y su precio es la antes
señalada ley de la demanda.
El sector turístico es un buen ejemplo para analizar la vigencia de la ley de la demanda. Lo que
podemos denominar como la demanda turística, esto es, la cantidad de turismo que las economías domésticas
desean adquirir para satisfacer su necesidad de hacer turismo ha aumentado a nivel mundial, y
particularmente en España, no solo porque el nivel de renta se ha incrementado, sino porque el precio de
diversos servicios incluidos en los paquetes turísticos ha disminuido, al menos en términos relativos. Este es
el caso del transporte aéreo y el de las propias estancias en los hoteles como fruto de la generalización de
ofertas globales realizadas por los operadores turísticos y las agencias de viajes.
El precio relativo muestra el valor de un bien en términos de otro. A los consumidores les interesa conocer no solo el
precio de los bienes en euros, sino también en términos relativos.
La función de demanda
La relación matemática existente entre la cantidad demandada y su precio, así como otras variables
explicativas, se conoce como función de demanda.
Cuando, por ejemplo, decimos que la cantidad demandada de un bien (QA) se ve influida por (o que
es una función de) el precio de ese bien (PA), la renta (Y), los precios relativos de los demás bienes (PB) y
los gustos de los consumidores (G), estamos refiriéndonos a la función de demanda, que podemos expresar
de la siguiente forma:
QA = D (PA, Y, PB, G)
_______________________________________________________________________________________
Para representar la curva de la Figura 2.1 lo que hemos hecho ha sido suponer que en la expresión
anterior, esto es, en la función de demanda, los valores de todas las variables, salvo la cantidad demandada
del bien A y su precio, permanecen constantes. Es decir, hemos aplicado la condición ceteris paribus.
Ya hemos analizado cómo varía la demanda de un bien cuando cambia su precio, pero ¿qué sucederá
cuando, aun permaneciendo invariable el precio del bien, se altera alguno de los factores que bajo la
condición ceteris paribus hemos considerado constantes?
Una alteración de cualquier factor diferente del precio del bien desplazará toda la curva a la derecha
o hacia la izquierda, según sea el sentido del cambio de dicho factor. A este tipo de desplazamientos los
denominaremos cambios en la demanda o desplazamientos en la curva de demanda, mientras que al
resultado de alteraciones en el precio lo denominamos cambios en la cantidad demandada. Esta distinción es
muy importante y se debe entender claramente qué factores producen uno y otro tipo de cambios y a ello le
dedicamos este subepígrafe.
La curva de demanda se desplaza cuando se altera cualquiera de los factores que inciden en la demanda distinto del
precio del bien en cuestión.
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Más concretamente puede afirmarse que cuando la curva de demanda se aleja en su desplazamiento
del origen de ordenadas, decimos que se ha producido un incremento en la demanda. Cuando se desplaza
hacia el origen de ordenadas decimos que se ha producido una disminución de la demanda (Figura 2.2).
Bien normal: cuando al aumentar la renta la cantidad demandada a cada uno de los precios se incrementa.
Bien inferior: cuando al aumentar la renta de los consumidores a cada uno de los precios la cantidad demandada
disminuye.
Dentro del complejo conjunto de bienes que integran el turismo podemos encontrar comportamientos
muy distintos; unos se corresponderían con el de bienes inferiores y otros con el de bienes normales. Así, el
turismo en casa de familiares o amigos y en coche propio podría considerarse como un bien inferior, pues su
demanda se reduce conforme aumenta la renta. Por el contrario, los paquetes turísticos al Caribe se
consideran como un bien normal, pues su demanda aumenta cuando se incrementa el nivel de renta.
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hoteles tendrá, sin embargo, un efecto contrario sobre las cantidades demandadas de otros productos que se
utilizan de forma alternativa, tales como los hostales y apartamentos.
De nuevo el sentido del cambio permite introducir una nueva clasificación de los bienes: bienes
complementarios y bienes sustitutivos.
Bienes complementarios: cuando al aumentar el precio de uno de ellos se reduce la cantidad demandada del otro.
Bienes sustitutivos: cuando al aumentar el precio de uno de ellos la cantidad demandada del otro se incrementa,
cualquiera que sea el precio.
Nota complementaria 2.2. - La utilidad total y la utilidad marginal del consumo turístico
Los individuos demandan el bien turismo porque su consumo les reporta utilidad o satisfacción. La utilidad es la
cualidad de los bienes o servicios para satisfacer las necesidades del consumidor. Este es un concepto subjetivo y
difícilmente mensurable, pues el propio consumidor determina en qué medida el bien o servicio consumido satisface sus
necesidades. En el caso del turista la utilidad puede venir determinada por toda una serie de características que tendría
que cumplir el viaje turístico para satisfacer los deseos del consumidor. Estas características varían con cada turista si
bien existe una cierta homogeneidad según se encuadre en los diferentes segmentos.
La utilidad total derivada del consumo turístico es la satisfacción global que un turista obtiene del consumo de
diferentes bienes y servicios. Por otro lado, la utilidad marginal expresa la variación de la utilidad total causada
por el consumo de una unidad adicional de un bien o servido turístico.
La relación entre ambos conceptos es interesante analizarla, pues tiene implicaciones de cara al gestor turístico. Así, a
medida que aumenta la cantidad consumida de un bien turístico la satisfacción total que genera aumenta; sin embargo,
la satisfacción derivada del consumo de cada unidad adicional disminuye, al menos a partir de un cierto punto. En otras
palabras, la utilidad marginal, por lo menos a partir de un cierto nivel de consumo, es decreciente.
Las implicaciones de esta relación de cara a la actividad turística tienen cierto interés en un momento en el que se
observa una tendencia al incremento en el número de viajes de vacaciones y una consiguiente reducción de su duración,
especialmente en los segmentos de la demanda de rentas altas. Esta tendencia a fragmentar las vacaciones en cuatro o
cinco viajes al año puede deberse a disminuciones significativas en la utilidad marginal de las vacaciones o
alternativamente al desagrado creciente provocado por períodos prolongados de trabajo.
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español durante las décadas de los sesenta y los ochenta y es uno de los factores que contribuyen a explicar
el “boom” del turismo residencial en las costas.
La naturaleza de la demanda turística también se está alterando al incorporarse a los atributos
tradicionales exigidos al producto (generalmente de carácter cuantitativo; precio y disponibilidad de
capacidad) nuevos elementos, prioritariamente de carácter cualitativo, tales como la calidad del servicio, el
prestigio de una marca o la diversificación de los productos turísticos ofertados. La demanda turística se
decanta, pues, cada vez más en clave de personalización y no de masificación. La satisfacción de este tipo de
demanda requiere un conocimiento adecuado de los distintos segmentos del mercado.
La naturaleza de la demanda turística también se está alterando al incorporarse la calidad del servicio, el prestigio de
una marca o la diversificación de los productos turísticos ofertados.
Un segmento de mercado turístico es un subconjunto de consumidores que responden a características comunes entre sí.
Los principales criterios empleados para segmentar la demanda turística son los siguientes:
1. El motivo de la visita. La finalidad del viaje permite una agrupación de la demanda turística en
categorías relativamente homogéneas. Según la OMT cabe distinguir entre:
2. Las variables socioeconómicas y demográficas. Conocer variables tales como la edad, el nivel
de renta, el nivel de estudios, el sexo o categoría profesional, estado civil, tamaño de la familia, etc., es clave
para programar los servicios turísticos, pues la clientela se suele segmentar en función de un grupo de estas
variables. Así, por ejemplo, la pertenencia a una determinada clase social está asociada con el nivel de renta,
el status profesional y los estudios realizados, lo que conjuntamente determina un cierto comportamiento y
consumo turístico.
3. El lugar de procedencia. La información sobre los principales mercados emisores hacia un
destino determinado contribuye a conocer el comportamiento de la demanda turística. Estudios de este tipo
han detectado que se da una tasa de salida de vacaciones más elevada en las grandes áreas urbanas que en las
pequeñas y medianas. El hábitat de las grandes urbes despierta en sus habitantes el deseo de evadirse a través
del turismo.
4. Según variables psicográficas. El enfoque psicológico complementa las carencias de los criterios
de segmentación tradicionales. En este sentido los diseñadores de un complejo hotelero para la práctica del
tenis y el golf deben tener en cuenta la conveniencia de realizar una oferta diferenciada para cada uno de los
segmentos de clientes: en los tenistas suele primar la competición y frecuentemente prefieren dietas
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equilibradas y no utilizan mucho la oferta de animación nocturna; por el contrario, los golfistas suelen desear
más vida social y muestran más interés en compaginar el deporte con otras actividades de ocio.
5. Por el canal de comercialización utilizado. El turista puede comprar directamente al proveedor
de determinados servicios (al hotel o a una central de reservas hoteleras) o puede acudir a una agencia de
viajes, o a través de Internet. Conocer el canal de compra puede ser útil para saber cuál debe ser el
procedimiento óptimo para colocar el producto que se desea vender al turista.
El motivo de la visita.
La variables socioeconómicas y demográficas.
El lugar de procedencia.
Variables psicográficas.
El canal de comercialización.
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Figura 2.3 Entrada de turistas extranjeros. Figura 2.4 Ingreso por turismo.
Millones de turistas y tasa de variación anual. Millones de euros y tasa de variación anual.
Fuente: Secretaría General de Turismo. Fuente: Secretaría General de Turismo.
Debe señalarse además, que el turismo interno también ha alcanzado un volumen notable.
La importancia del turismo en la economía española se sintetiza diciendo que representa el 12% del
PIB y el 11% del empleo (Cuadro 2.2).
El análisis de la situación competitiva de España por segmentos de mercado muestra que España es
líder mundial en turismo vacacional de “sol y playa”, y el segundo destino internacional en el turismo de
reuniones y congresos. De hecho, Madrid y Barcelona están entre las 19 ciudades del mundo que mayor
número de reuniones internacionales han acogido en los últimos cuatro años.
Estos datos contrastan con la débil posición de España como destino de turismo cultural. España es
el país con más conjuntos monumentales declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. A pesar
de ello, y de que según la OMT el 37% de los viajes mundiales tienen una motivación cultural, la cuota de
mercado de España en este tipo de turismo es de solo un 8,2%.
Todas las empresas saben que, dada una curva de demanda, la cantidad demandada será mayor si
baja el precio, mientras que, si este aumenta, la cantidad que los consumidores demanden se reducirá. Una
información que tiene más interés para la empresa se refiere, sin embargo, a cómo se verá afectado el
ingreso total, que la empresa obtiene como consecuencia del cambio en el precio.
Lo que el director de un hotel quiere saber es si el cambio en los precios elevará o reducirá el ingreso
total. Como se recoge en el Cuadro 2.3, cuando se reduce el precio de una habitación, al pasar de10
euros/unidad a 8 euros/unidad, la situación será muy distinta para la empresa según que estemos en el caso 1
o en el caso 2. En ambas situaciones la cantidad demandada se incrementa, pero en el caso 1 el ingreso total
disminuye, mientras que en el caso 2 el ingreso total aumenta respecto a la situación inicial, en la que la
empresa obtenía 3.000 euros. El sentido del cambio del ingreso total cuando varía el precio depende de la
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“sensibilidad” de la cantidad demandada, y esto precisamente se expresa mediante el concepto de elasticidad
de la demanda.
La elasticidad-precio de la demanda mide el grado en que la cantidad demandada responde a las variaciones del precio
de mercado.
Cuando varía el precio la cantidad demandada de los bienes no se altera en la misma cuantía. La elasticidad de la
demanda mide esta distinta sensibilidad.
El cálculo de la elasticidad
Para calcular numéricamente la elasticidad-precio de la demanda representemos el cambio
porcentual en la cantidad demandada (cambio en Q) por (∆Q/Q). Si hacemos lo mismo con el precio, el
cambio porcentual de este se escribirá como (∆P/P) y la expresión [2.1] representativa de la elasticidad se
convierte en:
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∆Q
Q
Ep = [2.2]
∆P
P
Aplicando esta fórmula al cambio que tiene lugar entre los puntos A y B de la Figura 2.5a obtenemos
la siguiente aproximación al valor de la elasticidad:
80 / 100
Ep = =2
2/5
De forma similar, se calculan los valores de la elasticidad de la demanda de las Figuras 2.5b y 2.5c.
Dado que la curva de demanda tiene una inclinación negativa, las variaciones de P y Q son en
sentido contrario, por lo que el cociente de incrementos tendría signo negativo. Para poder trabajar con
números positivos, el valor de la elasticidad se multiplica por -1. Además, las variaciones están expresadas
en tanto por ciento, por lo que la unidad con la que midamos el bien no influye en la elasticidad.
La elasticidad de la demanda permite establecer tres categorías fundamentales y dos casos extremos:
(a) La demanda elástica cuando una reducción porcentual del precio genere un aumento porcentual de la
cantidad, mayor. [Ep = 2].
(b) Demanda unitaria cuando sean iguales la reducción porcentual del precio y el aumento porcentual de la
cantidad: [Ep =1].
(c) Demanda inelástica cuando una reducción porcentual de precio suponga un aumento porcentual menor de la
cantidad: [Ep = 0,5].
(d) Demanda perfectamente inelástica o rígida cuando una reducción porcentual del precio no suponga ninguna
variación en la cantidad: [Ep = 0].
(e) Perfectamente elástica o elasticidad infinita cuando la pendiente de la curva sea infinita: [Ep = ∞]. A
cualquier precio por encima de 2 u.m. la cantidad demandada es cero. Justo al precio de 2 u.m. los
consumidores comprarán en cualquier cantidad y por debajo de 2 u.m. la cantidad demandada será infinita.
(*) En las Figuras (a), (b) y (c) suponemos que se parte del punto A y se va al B.
Nota complementaria 2.4. - La elasticidad de demanda cuando esta es una línea recta: la elasticidad de la
demanda en un punto
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En el caso de que la función de demanda sea una línea recta, tendremos que ∆Q/∆P será constante, por lo que
los valores que tome la elasticidad dependerán del cociente P/Q. En la Figura adjunta se recogen los distintos valores de
la elasticidad precio de una curva de demanda lineal con pendiente -1 y se observa que estos oscilan desde ∞ hasta cero,
como consecuencia únicamente de los distintos valores del cociente P/Q, ya que la pendiente permanece constante.
En las cercanías del punto A una reducción en el precio del producto en una unidad monetaria representa un
cambio porcentual pequeño porque estamos comenzando desde un nivel del precio alto, mientras que el incremento
porcentual en las venta será grande, dado que partimos de un nivel muy bajo de demanda. Se comprueba, por tanto,
cómo la elasticidad de la demanda a lo largo de una curva de demanda lineal es elevada cuando los precios son altos, y
baja cuando los precios son bajos. Este hecho evidencia que lo correcto es definir la elasticidad de la demanda en un
punto.
Se observa además, que la actividad de la demanda es un concepto que toma un valor distinto en cada uno de
los puntos de la curva de la demanda.
Todos los puntos de la línea recta de demanda DD tienen la misma pendiente absoluta; sin embargo, por
encima del precio medio (Pm), la demanda es elástica, mientras que por debajo es inelástica. En el punto medio es
unitaria. En los puntos que cortan los ejes de abscisas y ordenadas es nula e infinita, respectivamente.
1. Naturaleza de las necesidades que satisface el bien. Si se trata de un bien de primera necesidad,
es de esperar que los valores de la elasticidad sean reducidos, pues difícilmente se puede dejar de consumir
y, por tanto, las variaciones de la cantidad demandada ante cambios en el precio serán pequeñas. Por el
contrario, los bienes de lujo suelen presentar una demanda bastante elástica, pues los compradores pueden
abstenerse de comprarlos cuando sus precios suben.
2. Disponibilidad de bienes que pueden sustituir al bien en cuestión. Los bienes que tienen fácil
sustitución tienden a tener una demanda más elástica que los que no la tienen, pues ante una subida del
precio los demandantes pueden sustituir la demanda del bien en cuestión por la de alguno de sus sustitutos.
Si el producto turístico demandado es exclusivo y personalizado la búsqueda de sustitutos será más
personalizada.
3. Proporción de renta gastada en el bien. Los bienes que tienen una importancia considerable en
el presupuesto de gastos tienden a tener una demanda más elástica que los bienes que cuentan con una
participación reducida. Para estos últimos bienes los consumidores suelen ser poco sensibles a los precios.
4. Período de tiempo considerado. En general, cuanto mayor es el período de tiempo, más elástica
será la demanda para la mayoría de los bienes. Esto se debe a que la adaptación de la conducta de los
compradores a los cambios en los precios requiere tiempo antes de que se ajuste a la nueva situación. Otra
razón por la que la demanda suele ser más sensible a largo que a corto plazo radica en la dificultad de
realizar cambios tecnológicos inmediatos, que permitan sustituir, en el consumo, unos bienes por otros.
La cantidad demandada de un bien no solo muestra sensibilidad ante los cambios en el precio del
propio bien, sino también ante alteraciones en los precios de ciertos productos que están estrechamente
relacionados con él. Recuérdese que al analizar los desplazamientos de la curva de demanda se señaló este
hecho y se habló de dos tipos de bienes: complementarios y sustitutivos.
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Dada la existencia de esta relación, se precisa una medida de la sensibilidad de la cantidad
demandada de un bien ante las variaciones de los precios de los bienes relacionados con él. Esta medida es la
elasticidad cruzada de la demanda, que se define de la forma siguiente:
∆Qi
Elasticidad cruzada del bieni Variación porcentual dela cantidad demandada del bieni Q
= = i
conrespectoal preciodel bien j Variación porcentual del preciodel bien j ∆Pj
Pj
Las expresiones “bien i”, que aparece en el numerador, y “bien j”, en el denominador, ponen de
relieve que la elasticidad precio cruzada de la demanda mide la influencia de una variación del precio de un
bien en la cantidad demandada de otro (véase Epígrafe 2.1.3).
La elasticidad cruzada de la demanda puede ser positiva o negativa. Será positiva si la cantidad
demandada del bien i aumenta cuando se incrementa el precio del bien j. Este sería el caso del aumento de la
demanda de apartamentos, ante una subida en el precio de los hoteles. Esto ocurrirá así cuando se trate de
bienes sustitutivos.
Dos bienes son sustitutivos cuando sus elasticidades cruzadas de la demanda son positivas; son complementarios
cuando las elasticidades cruzadas son negativas.
La elasticidad cruzada de la demanda será negativa cuando el aumento del precio del bien j provoque
una reducción en la cantidad demandada del bien i. Por ejemplo, un aumento del precio de las tarifas aéreas
reducirá la cantidad demandada de viajes al Caribe. Esto ocurrirá cuando se trata de bienes
complementarios, que tienden a utilizarse conjuntamente.
Por último, dos bienes son independientes cuando la variación del precio de uno no altera la
demanda del otro. Por ejemplo, el aumento del precio de un paquete turístico de una semana de esquí en
Sierra Nevada no incidirá en la demanda de otro paquete turístico consistente en una semana de caza en un
coto de Extremadura.
Cuando estudiamos la función de demanda, se señaló que otro factor que influye sobre la demanda es
la renta de los consumidores. Cuando varía esta, cambian las demandas de bienes de los consumidores.
La respuesta de la demanda a los cambios de la renta se mide por la elasticidad renta de la
demanda. Se define como el cambio porcentual de la cantidad demandada dividido entre el cambio
porcentual de la renta.
Como vimos en el Epígrafe 2.1.3, los bienes se pueden clasificar en normales e inferiores según
como se altere la cantidad demandada cuando cambie la renta. La demanda de un bien normal aumenta con
la renta y la de un bien inferior aumenta cuando disminuye la renta. Basándose en la definición de la
elasticidad renta, se puede formular la siguiente clasificación:
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• Un bien de lujo tiene una elasticidad renta de la demanda mayor que 1. Un bien necesario, o
no de lujo, tiene una elasticidad renta de la demanda positiva pero menor que 1.
La participación de los bienes de lujo en el gasto de los consumidores aumenta con la renta y ello
explica el nombre de bienes de lujo. Por el contrario, la participación de los bienes de primera necesidad
disminuye con la renta.
La elasticidad renta de la demanda mide el grado en que la cantidad demandada de un bien responde a una variación
de la renta de los consumidores: variación porcentual de la cantidad demandada entre la variación porcentual de la
renta.
Cuando se reduce el precio, el ingreso total, definido como el precio multiplicado por la cantidad
(IT = P x Q), aumentará o disminuirá dependiendo de que la cantidad demandada aumente lo suficiente o no
como para contrarrestar el efecto de la reducción del precio.
Para que el aumento de la cantidad demandada compense el efecto de la reducción del precio sobre
el ingreso total, la cantidad demandada debe ser suficientemente sensible al precio, es decir, la elasticidad de
la demanda debe ser mayor que la unidad. En caso contrario, cuando la elasticidad de la demanda es menor
que la unidad, el aumento de la cantidad demandada no compensa la reducción del precio y el ingreso total
se reducirá. Cuando la elasticidad de la demanda es unitaria, el ingreso total alcanza su valor máximo y no
varía si se reduce el precio.
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El ingreso total es la cantidad pagada por los compradores y percibida por los vendedores de un bien: se calcula
multiplicando el precio por la cantidad vendida.
La relación entre elasticidad-precio de la demanda y el ingreso total queda recogida en el Cuadro 2.4.
La discriminación de precios consiste en la práctica de cargar precios distintos por un mismo bien o servicio a clintes
diferentes.
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La clave para que una discriminación de precios sea efectiva radica en poder evitar que los clientes
que estarían dispuestos a pagar un precio elevado accedan a las ofertas a precios bajos. En nuestro caso, las
compañías aéreas tratarán de evitar que los que viajan por negocios puedan acceder a los precios con
descuento de los turistas. Para ello, los descuentos se suelen condicionar a sacar los billetes con antelación o
a permanecer alguna noche del fin de semana en el lugar de destino, algo que los clientes del sector negocios
tienden a rechazar. Asimismo, las compañías aéreas se han dotado de unos sistemas informáticos muy
sofisticados que les permiten gestionar los asientos disponibles con mucha agilidad y ofrecer descuentos de
última hora y así minimizan el nde asientos vacíos en los vuelos.
RESUMEN
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CONCEPTOS BÁSICOS
CUESTIONES
2. ¿Qué efectos tendría en la demanda turística si la semana laboral se redujese a cuatro días a la
semana?
4. Si tiene lugar una reducción en los precios de los arrastres y demás medios mecánicos de una
estación de esquí, ¿qué ocurrirá con la demanda de plazas hoteleras en dicha estación invernal?
EJERCICIOS
19
C 30 50
D 20 70
E 10 100
1. El precio de los servicios turísticos, la renta de los turistas, los precios de otros bienes y servicios
relacionados, los gustos de los turistas, los factores demográficos y sociales, etc.
2. La curva de demanda turística, especialmente el turismo de fines de semana experimentaría un
desplazamiento hacia la derecha, pues al mismo nivel de precios, la cantidad demandada se
incrementaría.
3. Dado que la demanda es elástica, esto es, mayor que uno, una reducción del precio hará que el
ingreso total del hotel aumente.
4. Dado que se trata de bienes complementarios, la demanda de plazas hoteleras experimentará un
desplazamiento hacia la derecha, esto es, se verá incrementada.
5. El turismo de congresos tiene una elasticidad-renta más rígida, de forma que la demanda apenas
se incrementa si tiene lugar un aumento en la capacidad de gasto de los turistas. El turismo de
fines de semana sí es más sensible a la renta.
1. b) La gasolina y los coches de alquiler son bienes complementarios de forma que si aumenta
el precio de la gasolina se reducirá la demanda de coches de alquiler.
2. a) La curva de demanda de los bienes inferiores se desplaza hacia la izquierda al aumentar la
renta, de forma que su consumo se reduce al incrementarse la renta.
3. a) La elasticidad precio de la demanda entre los puntos A y B cuando se emplea el punto A
como inicial, viene dada por
Ep = (10/25)/(10/50) = 2
Cuando se toma como referencia el nuevo precio y la nueva cantidad, es decir, los que
corresponden al punto B, la elasticidad precio de la demanda es
Ep = (10/35)/(10/40) = 1,14
Cuando el cálculo de la elasticidad se realiza como un promedio entre los puntos A y B, la
elasticidad precio de la demanda es
Ep = (10/25+35)/(10/50+40) = 1,5
Este ejercicio ilustra numéricamente que la elasticidad precio de la demanda, dado que
siempre se define en un punto concreto de la curva de demanda, toma un valor distinto en
cada uno de los puntos de la curva. Si se calcula la elasticidad de la demanda entre los puntos
A y B el valor obtenido es distinto según qué punto se tome como base de partida para el
cálculo. Por ello, cuando la distancia entre los dos puntos A y B es apreciable lo correcto es
tomar un valor promedio.
4. Los valores del ingreso total correspondientes a los distintos puntos de la curva de demanda
son los siguientes: A 1.250€, B 1.400€, C 1.500€, D 1.400€ y E 1.000€.
5. Entre A y B, Ep = 2, entre B y C, Ep = 1,71, entre C y D, Ep = 1,20, entre D y E, Ep = 0,86.
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