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Los almacenes centrales son aquellos que se localizan lo más cercanos posibles al
centro de fabricación. Están equipados para la manipulación de cargas de grandes
dimensiones.
Almacenes regionales
Los almacenes regionales se localizan cerca del punto de consumo. La elección entre
los almacenes regionales y los centrales dependerá del tipo de carga y de la estructura
de costes de transporte de la empresa en cuestión, por ejemplo, los productos de bajo
valor o cuyos costes de transporte sean elevados suelen pasar por almacenes
regionales. Si por el contrario el valor de los materiales almacenados es alto o los costes
de transporte bajos se hará uso de almacenes centrales para reducir los costes.
Almacenes de tránsito
Almacenes temporales
Son usados para almacenar stock de forma temporal durante picos en la demanda, por
ejemplo. Normalmente la mercancía almacenada en este tipo de almacenes suelen ser
productos con una estacionalidad o temporalidad definida.
Es el que se halla más cerca de los centros productivos. Aquí se gestionan unidades de
carga completas como, por ejemplo, las paletas. El objetivo principal de este tipo de
almacén es suministrar productos a los almacenes regionales. Estos se localizan en los
lugares donde estos productos van a venderse. Están capacitados para descargar
grandes cantidades con vehículos, que más tarde irán a una zona de expedición menor.
Además, estos productos no pueden tardar más de un día en transportarse al centro de
consumo.
A diferencia del anterior, en este almacén los productos están exentos de impuestos
ordinarios mientras estén situados en ese espacio en concreto. Por poner un ejemplo:
las zonas francas, depósitos aduaneros, etc.
Almacén cubierto
Es el almacén cuya área destinada al depósito de los productos está constituida por un
edificio o nave que los protege. En ocasiones hay productos que necesitan estar
protegidos de la luz, tener unas condiciones térmicas especiales, etc., por lo que debe
existir un edificio adecuado para estos casos.
Por otro lado, los almacenes de alta densidad. Dentro de los almacenes convencionales
se encuentran:
En este tipo de almacenes, la altura de las estanterías no puede superar los 4 metros de
altura y la anchura entre los pasillos debe ser de 5 metros aproximadamente para que la
mercancía pueda ser manipulada. En caso de necesidad por adhesión de algún
accesorio a la carretilla la anchura podría aumentar.
Los almacenes convencionales que hacen uso de carretillas de mástil retráctil tienen la
ventaja de poder llegar hasta tipos de almacenes carretillas con mastil retractil
los 10 metros de altura, ganando espacio de almacenaje. A diferencia de los almacenes
que hacen uso de carretillas contrapesadas convencionales, en los almacenes con
carretillas de mástil retráctil éste no tiene que ser inclinado, lo que también implica que
se reduce el espacio entre los pasillos pudiendo ser menor de 5 metros.
• Diseño de un almacén
El diseño de almacenes debe comprender la organización y distribución del espacio en
distintas áreas operativas. En general, un almacén central debe estar formado por seis
secciones: recepción, control de calidad, adaptación de unidades de carga,
almacenamiento, preparación de pedidos y despachos.
Zona de recepción
La zona de recepción debe quedar contigua a los muelles de descarga y debe tener las
dimensiones adecuadas para gestionar todas las mercancías que puedan llegar al
almacén en una jornada completa de trabajo normal. A ser posible, es conveniente
habilitar un área adicional que sea lo suficientemente amplia para poder asumir los
posibles incrementos en la recepción que no se hayan programado previamente.
En el caso de que sea necesario efectuar una adaptación de las unidades de carga
recibidas, es preciso aumentar la superficie y contar con los medios para poder ejecutar
esta tarea, lo que incluye tener en cuenta el personal necesario, contar con bancos de
trabajo y útiles apropiados, reservar una parte del espacio de almacenamiento para
envases vacíos y un sistema de eliminación de los envases originales.
Zona de almacenamiento
Para efectuar el diseño de un almacén de estas características, primero hay que elaborar
un estudio de los índices de rotación de los productos, clasificándolos en tres categorías:
baja, media y alta rotación. La determinación de estas tres categorías es muy subjetiva,
por supuesto, pero se puede y se debe determinar mediante la designación de un índice
medio de referencia. Los productos con un índice cercano a éste, se considerarán de
rotación media. Los que se alejen mucho por debajo se designarán como de baja rotación
y los que estén muy por encima serán de alta rotación.
Una vez definidos los productos, sus volúmenes y sus rotaciones correspondientes, se
procede a su ubicación dentro del almacén, para lo que se tienen en cuenta tres
consideraciones:
En primer lugar, las mercancías de baja rotación son, por regla general, las que se
consumen en pequeñas cantidades, por lo que suelen necesitar de un reducido volumen
de almacenamiento.
Por otra parte, si el número de productos con un índice de rotación alto es muy elevado,
es conveniente diseñar una zona de almacenamiento mixta. Ahora bien, dado que el
picking más rápido se suele efectuar a la altura más baja posible, mientras que el
almacenamiento más rentable se produce a la mayor altura posible, es conveniente
diseñar una configuración de racks con preparación de piezas pequeñas a media altura
(y almacenamiento en el resto) o instalar sistemas automáticos.
Zona de despachos
En esta área se agrupan tanto los departamentos de preparación de pedidos (ya se lleven
estos a cabo sobre el suelo o en racks), como los de despacho.