UNIDAD II: FUNCIONAMIENTO DE LOS TÍTULOS CAMBIARIOS
CIRCULACIÓN GARANTÍAS. PAGARÉ
Vencimiento y Extinción de las Obligaciones Cambiarias
El vencimiento de la obligación cambiaria es el momento a partir del cual se hace exigible el pago de la obligación cartular en función del acaecimiento del evento previsto a tales fines por la ley. El vencimiento cumple distintas funciones como fijar el momento en que debe cumplirse la prestación dineraria, establece la oportunidad en que hay que formalizar el protesto y determina el día inicial para el cómputo de la prescripción. El plazo de pago, que es el que determina el vencimiento, debe ser posible, único e incondicional, y debe surgir del título sin necesidad de recurrir a otros elementos extracartulares. No se computa el día en que empieza a correr el plazo y este se cuenta por días corridos, los feriados intermedios quedan comprendidos dentro del plazo. Si el día del vencimiento es feriado, el pago puede exigirse el primer día hábil siguiente. En el caso de que el incumplimiento de los plazos se hubiera hecho imposible por causa de un obstáculo insalvable, éstos se prorrogan de acuerdo con lo que dispone la ley. La ley indica cuatro formas de vencimiento respecto al plazo de pago. 1) A día fijo, que consiste en indicar un día determinado (el día, mes y año, con cifras y letras, o de otra forma indubitable). 2) A tiempo fecha, donde el vencimiento se produce por el transcurso del tiempo en él determinado, que se computa desde la fecha del documento. 3) A cierto tiempo vista, en el que el plazo de pago empieza a computarse a partir de la vista del documento por parte del obligado principal. A éste se le debe presentar el título a tales efectos y en él deben quedar asentadas la constancia de la vista y su fecha. 4) A la vista, que es pagadero a su presentación. Debe presentarse para el pago dentro del plazo de un año desde su fecha, pudiendo el librador abreviar o ampliar dicho plazo. El vencimiento se produce con la presentación al cobro. La ley no admite otras formas de vencimiento que las mencionadas y expresamente dispone que los títulos con vencimiento sucesivos son nulos. El pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de la obligación. En el derecho cartular, el pago se trata del cumplimiento de la promesa efectuada por el librador de pagar o de hacer pagar la suma de dinero indicada en el documento. En cuanto a los efectos de la legitimación, lo que se busca es favorecer la circulación de los títulos de crédito respetando, al mismo tiempo, la posición del adquirente de buena fe que la legitimación confiere. Esta circulación debe encararse desde los dos ángulos: desde el punto de vista del acreedor y desde aquel otro del deudor, dando nacimiento de esta manera, a los dos tipos de legitimación: la activa (puede exigir el pago del título de crédito quien aparece legitimado por la posesión del documento, si no es el beneficiario, debe resultar de una cadena regular de endosos), y la pasiva (los obligados al pago del título son el librador del pagaré, el aceptante de la letra de cambio y sus respectivos avalistas). El pago, para ser válido, debe ser efectuado por quien goza de capacidad para ello y hecho a quien sea capaz de percibirlo, con lo cual son aplicables las normas del derecho común. Los efectos del pago dependen de quien lo hace. Si lo realiza el librador del pagaré o el aceptante de la letra, se extinguen los derechos emergentes del título y quien pagó no tiene derecho a ir cambiariamente contra ninguno de los otros obligados. Distinto es el caso del pago realizado por alguno de los otros obligados (un endosante), éstos pueden ir cambiariamente contra los demás obligados anteriores. Es decir que, si un endosante cumple con la prestación emergente del título, puede ir contra los anteriores endosantes y contra el librador. La letra de cambio debe presentarse para el pago en el lugar y dirección indicados en el título, es decir en el documento. Cuando no se indique dirección, debe presentarse para el pago en el domicilio del girado o en el de la persona designada en la propia letra para efectuar el pago por el girado. Si se hubieran establecido varios lugares de pago, queda al arbitrio del portador elegir dónde exigirlo. El pago del título debe exigirse el día del vencimiento o uno de los dos días hábiles sucesivos. El portador del título no está obligado a recibir el pago antes del vencimiento. El obligado que paga antes de esa fecha lo hace por su cuenta y riesgo. Es decir que, si paga mal, corre el riesgo de tener que pagar de vuelta. El pago puede acreditarse con cualquier medio de prueba. No obstante, por la naturaleza de los títulos cambiarios, la forma más idónea de acreditar el pago es la constancia de pago insertada en el documento, su entrega y el pertinente recibo para no tener que pagarse dos veces. Si el portador del título no lo presenta al pago en la oportunidad debida, cualquier deudor tiene la facultad de depositar su importe en poder de la autoridad competente, a costa y riesgo del portador del título. El pago por depósito judicial constituye una facultad de los deudores cartulares para depositar judicialmente el importe de la prestación debida, permitiendo la liberación cartular del depositante que cumple con la prestación debida en el momento oportuno. El protesto es aquel acto que tiende a constatar una situación cambiaria insatisfecha. Se limita a la constatación de la falta de pago o de aceptación. Se trata de un acto formal realizado por un notario a requerimiento del portador del documento, que tiende a constatar un evento previsto por la ley. Las disposiciones vigentes prevén diversas clases de protesto:1) Por falta de pago, en la que el protesto debe formalizarse dentro de los dos días hábiles posteriores al vencimiento. 2) Por falta de aceptación, en la que la ley establece que el protesto debe efectuarse en cualquier momento antes el vencimiento. Permite que el portador ejerza anticipadamente las acciones de regreso. Al protesto en el acta notarial, al que le faltaren alguno de estos requisitos esenciales se considera nulo. Son la fecha y hora de realización. La transcripción literal y ordenada del título, endosos, avales y demás datos y actos cambiarios e indicaciones en él contenidos. La intimación hecha al obligado para aceptar o pagar el título, haciendo constar si aquél estuvo o no presente. Los motivos de la negativa para aceptarla o pagarla o la constancia de su ausencia. La firma de la persona requerida o la constancia de la imposibilidad o resistencia a firmar. Por último la firma del portador requirente o la constancia de la imposibilidad de hacerlo. El protesto debe hacerse en los lugares indicados en el título. En el domicilio del girado o en el designado a tales fines o en el del aceptante por intervención. La cláusula “sin protesto” es una cláusula facultativa que ha provocado la desaparición casi total de dicho acto notarial. Se materializa por una declaración en el documento que libera al portador de la necesidad de levantar el protesto por falta de aceptación o de pago y que pueden ponerla tanto el creador del título como cualquier otro obligado. Depende si fue puesta por el librador con efectos para todos los obligados cambiarios que intervengan. O si fue insertada por un avalista o un endosante. Respecto de los avisos el portador del título debe dar aviso de la falta de aceptación o de pago a su endosante y al librador dentro de los cuatro días sucesivos al día del protesto o de la presentación si existe la cláusula “sin protesto”. De esta forma, quedan notificados de la falta de pago únicamente el endosante y el librador, pero todos los demás endosantes avalistas ignoran ese hecho, por lo cual la ley impone asimismo a cada endosante, la obligación de transmitir este aviso en el plazo de dos días hábiles sucesivos desde su recepción, y así sucesivamente hasta que estén notificados todos los obligados cambiarios. La caducidad trata de la pérdida de un derecho por incumplimiento de formalidades exigidas por la ley. Impide el ejercicio de las acciones cambiarias de regreso al portador que omite, a causa de la omisión de una conducta determinada requerida en un momento. No afecta la situación de los obligados directos, es decir que no beneficia ni al librador del pagaré ni al aceptante de la letra ni a sus avalistas. La prescripción cambiaria es un modo de extinción de la acción que se opera por falta de ejercicio de su titular durante el tiempo establecido en la ley. La prescripción extingue la acción, pero no extingue la obligación, pues subsiste como obligación natural. La interrupción de la prescripción puede darse mediante la actividad del acreedor materializada en una demanda contra el deudor, o también puede ser por obra del deudor, como cuando reconoce la existencia de la obligación de pago. La interrupción de la prescripción sólo produce efectos contra aquel respecto del cual se cumplió el acto interruptivo. La prescripción debe oponerse al contestar la demanda o en la primera presentación en el juicio que haga quien intenta oponerla. Para el cómputo del plazo de la prescripción no se tiene en cuenta el día del vencimiento, ni el día desde el cual empieza a correr el plazo. La prescripción opera a partir de la medianoche del último día del lapso establecido. En cuanto a la prescripción de las acciones: la acción directa contra el aceptante prescribe a los tres años contados desde la fecha del vencimiento. La de acción regresiva del portador contra los obligados de regreso se prescribe al año desde la fecha del protesto formalizado o desde el día del vencimiento del título cuando éste contiene la cláusula “sin protesto”. En la acción de ulterior regreso del endosante o avalista que abonó el importe de la letra de cambio, contra quienes son sus obligados cartulares, se prescribe a los seis meses contados desde el día en que pagó o desde aquel en que se le notificó la demanda. Finalmente en la acción de reembolso la promueve un obligado de regreso, que reembolsó su importe al portador en un pleito, por lo que se lo reclama a su endosante dentro de los seis meses de haberlo abonado.