GESTIÓN FORESTAL
La coordinación de
medios aéreos en Aragón
Javier Julve del Val
Ingeniero Técnico Forestal
Dirección General
de Gestión Forestal
Sodemasa
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ANTECEDENTES
L os medios aéreos se vienen utilizando en
labores de lucha contra incendios fores-
tales ya desde muchos años atrás. Dentro
de estos medios encontramos aeronaves de
ala fija y aeronaves de ala rotatoria. Entre
los de ala fija aparecen aviones anfibios,
aviones de carga en tierra, pequeñas avio-
netas de observación, de coordinación o de
transmisión de imágenes. Entre los de ala
rotatoria (helicópteros), cada vez más utiliza-
dos, observamos aeronaves de trasporte de
brigadas, de extinción, de reconocimiento o
de coordinación de medios aéreos.
Desde el año 1992 se vienen contratan-
do medios aéreos en Aragón para la lucha
contra los incendios forestales. Durante
estos primeros años, y hasta 1995, todos
eran helicópteros ligeros, como Bell 206 o
Alouette III.
El despliegue en dichos años era inferior
al actual, se disponía de entre dos y cuatro
aeronaves durante los meses estivales,
pasando en 2002 a seis helicópteros repar-
tidos entre las tres provincias.
El año 2004 supuso un punto de in-
flexión en la gestión de medios aéreos en
Aragón. Se amplió el despliegue consolidado
hasta la fecha y ese año se contaba con
ocho medios aéreos repartidos en las bases
de Santa Cilia de Jaca, Boltaña y Peñalba,
en Huesca; Ejea de los Caballeros, Brea
de Aragón y Aeropuerto de Zaragoza, en
Zaragoza; y Alcorisa y San Blas, en Teruel.
Además, se produjeron otros cambios
relevantes, sobre todo en el modelo de
aeronave ligera, optando por el modelo Bell
407, helicópteros de la primera década del
nuevo siglo, mucho más modernos, poten-
tes y rápidos.
A estos medios contratados por el
Gobierno de Aragón había que sumar los que
históricamente ha puesto a disposición el
actual Ministerio de Medio Ambiente y Medio
Rural y Marino, que durante la campaña
2004 fueron: dos aviones anfibios Canadair
CL 215 T, con base en el Aeropuerto de
Zaragoza, una Brigada de Refuerzo contra
Incendios Forestales (BRIF), con base en
Daroca (Zaragoza), y un avión de carga
en tierra, Air Tractor 802, con base en el
Aeródromo de Monflorite (Huesca).
En consecuencia, ese mismo año 2004
ya se disponía en Aragón de doce medios
aéreos, y tanto el número como la diversidad
de estos medios hacía de la aeronave de
coordinación una herramienta necesaria y
adecuada para garantizar la eficacia y seguri-
dad de las labores aéreas en la lucha contra
incendios forestales.
Cuando hablamos de la necesidad de la
aeronave de coordinación nos referimos a
incendios de cierta magnitud; en incendios
pequeños, las labores de coordinación se
realizan por los medios aéreos que se en-
cuentren en el incendio.
Podemos considerar incendios grandes
o de magnitud aquellos en los que por su
complejidad intervienen distintos tipos de
aeronaves: helicópteros, aviones anfibios,
aviones de carga en tierra, o en los que
intervienen varios medios aéreos aunque
sean de un solo tipo.
El indicativo de la aeronave es Charlie 1,
y desde el comienzo se ha creído en un mo-
delo de coordinación en equipo. El equipo de
coordinación lo forman, además del propio
helicóptero, piloto, técnico y mecánico.
n.o 43 Especial Aragón
 Charlie 1: Funciones
En la actualidad, la campaña de prevención y lucha
contra incendios forestales comprende los 365 días
del año, y el equipo de coordinación se enmarca dentro
del operativo de lucha contra incendios forestales de la
Comunidad de Aragón, llevando a cabo las siguientes
funciones:

• Actuar en incendios de gran magnitud, con un

número de medios aéreos elevado, como coor-
dinador aéreo, con la misión de garantizar la
operatividad y eficacia de los mismos.
• Ordenar el tráfico aéreo de las aeronaves inmer-
sas en las labores de extinción, marcando los
circuitos de entrada y salida de las mismas en
el incendio.
• Dirigir las operaciones aéreas de transporte de
personal y descargas de agua.
• Mantener informado al Director de Extinción de la
evolución del incendio.
• Ser interlocutor único entre los medios aéreos y
el Director de Extinción.
• Mantener en todo momento informado al
Coordinador Provincial o al Coordinador
Regional.

Cinco años de coordinación

D esde que se empezó con la coordinación de medios aé-

reos en Aragón, en junio del 2004, han pasado ya cinco
campañas, con una media de vuelo de 63 horas al año. El
primer y segundo año se volaron más de 90 horas durante los
4,5 meses que estuvo la aeronave operativa, siendo 2006 y
2007 años más benignos, para aumentar de nuevo la activi-
dad en 2008, con motivo del incendio de Zuera-Castejón de
Valdejasa.
De todos los incendios en los que participó Charlie 1, des-
tacaron algunos por el ingente número de aeronaves que actua-
ron. Dicho número, como se aprecia en el Cuadro 1, no siempre
está directamente relacionado con la superficie afectada o con
el potencial del incendio, contribuyendo otros factores, como la
posible afección a núcleos de población, proximidad con otras
Gráfico 1: Distribución de Comunidades Autónomas, valor natural, etc.
los medios aéreos Probablemente por su relevancia a nivel nacional, por ser
por bases en Aragón el incendio en el que han participado más aeronaves durante
la extinción de un incendio en Aragón y, por qué no, por ser el

Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales 117

 Cuadro 1.: Incendios más importantes
en cuanto al número de aeronaves que participaron, y superficie incendiada

último, podríamos hablar del incendio
de Zuera-Castejón de Valdejasa como
un buen ejemplo de la coordinación de
medios aéreos en Aragón.
El incendio de Zuera-Castejón de
Valdejasa se inició como consecuencia
de un accidente de tráfico, sobre las 3
de la tarde, en el paraje denominado
“Monte de Zuera”. No era el primer
siniestro que afectaba a esta zona,
caracterizada precisamente por su gran
recurrencia en las últimas décadas. De
hecho, parte de la vegetación afectada
correspondía al regenerado del gran
incendio que se produjo en 1995, en el
que ardieron más de 4.000 ha.
Durante el primer día del incendio
participaron en la extinción: una aero-
nave de coordinación (AS-355 N), tres
helicópteros ligeros (Bell 407), tres
helicópteros medios (Sokol W 3A), dos
aviones anfibios (Canadair CL-215T) y
un avión de coordinación y observación
(Cessna 337). Sin embargo, durante
el día 6 de agosto, desde primeras
horas de la mañana, el número de
aeronaves se vio incrementado consi-
derablemente. Participaron 21 medios
aéreos desde el orto hasta el ocaso:
una aeronave de coordinación (AS-355
N y Augusta 109P), cuatro helicópteros
ligeros (Bell 407), cuatro helicópteros
medios (Sokol W 3A), cinco aviones an-
fibios (Canadair CL-215T), dos aviones
de carga en tierra anfibios (AT 802 fb),
un avión de carga en tierra (AT 802) y
un avión de coordinación y observación
(Cessna 337).
Este número tan elevado de aerona-
ves sobrevolando un espacio aéreo no
controlado implica unas labores de or-
ganización y de seguridad importantes,
donde la coordinación es indispensa-
ble. Hay que tener en cuenta que tanto
los pasillos como los circuitos que se
crean en un principio en el espacio
aéreo pueden ir variando, al igual que
varía el incendio y los puntos de carga

118 n.o 43 Especial Aragón

 Gráfico 2.: Distribución de los medios aéreos en el Incendio de Zuera-Castejón de Valdejasa.

y descarga de agua. También hay que
considerar que todos los medios que
actúan en un incendio no son iguales,
pues tienen distintas características:
capacidad, autonomía, maniobrabili-
dad, velocidad, etc., y que hay que
contar con ello a la hora de organizar el
espacio aéreo en un incendio.
En el gráfico 2 aparece representa-
do, de manera aproximada, un momen-
to puntual del incendio con los medios
aéreos que se encontraban en las
labores de extinción.
A la vista del gráfico 2, se puede
extraer que el tipo y el número de ae-
ronaves que participa en un gran incen-
dio forestal es elevado, con lo que la
complejidad de control aumenta y hace
necesaria la coordinación de medios
aéreos, ya no sólo como medida de
seguridad y organización del espacio
aéreo, sino también como garantía de
eficacia en la labor de apoyo al Director
de Extinción y al resto del operativo que
participa en la extinción del incendio
forestal.

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