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Salvador Rodríguez Caña Historia del Ejército Español

Servicio de aerostación
A finales del siglo XIX la
guerra se extendió a la
dimensión vertical, en cotas
negativas con los submarinos
y en las positivas con la
aerostación y la aeronáutica
que dieron origen al Arma de
Aviación en 1923 y
posteriormente, en 1939, al
Ejército del Aire.
El Servicio de Aerostación fue una unidad militar de corto historial y de pequeños efectivos, pero
de reconocida utilidad táctica. Sabida la importancia de las aplicaciones militares de la aerostación,
por Real Decreto de 15 de diciembre de 1883 se dispuso que la 4ª Compañía del Batallón de
Telégrafos, además de la telegrafía óptica tuviera a su cargo el servicio de aerostación en los
siguientes términos:
“La 4ª Compañía del Batallón de Telégrafos (entre otros cometidos (y en tanto no se disponga de
recursos para crear una sección independiente con este objeto, se ejercitará en la construcción o
inflamación de los globos aerostáticos y en su manejo, libres y cautivos, emprendiendo en la medida
de los recursos de que pueda disponer los ensayos y las experiencias necesarios para las más útiles
aplicaciones de estos nuevos instrumentos de guerra así bajo el punto de vista de las comunicaciones
como bajo el de todas las demás aplicaciones militares que puedan tener, ya sancionadas por la
experiencia”.
Por la Ley de Presupuestos de 1896 se creó la Compañía de Aerostación y se organizó su parque
aerostático. En 1901 se ampliaron sus misiones y, en consecuencia, vino a llamarse Alumbrado en
Campaña. En 1910 se transformó en Aeronáutica Militar, se adquirió el globo España y es estableció
en el Aeródromo Militar de Cuatro Vientos.
La historia de este dirigible se remonta a 1908, cuando la necesidad de dotar a nuestro ejército de
este material llevó hasta el Senado una enmienda a los presupuestos del Estado para que se aprobase
un suplemento de 300.000 pesetas (¡de entonces!) para la adquisición de una de estas aeronaves.
Este dirigible, como cualquier otro de los de la época, aunque no era perfecto, se presentaba como
el más adecuado a los fines militares que se perseguía alcanzar. Se concertó que se adquiriría en una
fábrica francesa que ya había construido otros ocho más y que recibiría el nombre de España. De sus
características técnicas cabe destacar una capacidad de gas de 4000 m 3, 62 metros de longitud y un
motor de 110 caballos que le permitirían alcanzar una velocidad de 50 km/hora.
La barquilla estaba fabricada con tubos y planchas de acero, y tenía capacidad para ocho personas;
la hélice estaba emplazada en la proa y llevaba los timones en popa, mientras que los de profundidad
quedaban en los extremos de la barquilla. El dirigible tenía una autonomía de diez horas de vuelo.
No fue una buena compra, ya que los modelos alemanes resultaron mejores a la larga. Realizó
veinticuatro vuelos. En 1913 participó en unas maniobras en las que intervinieron aeroplanos, que
pusieron de relieve su superioridad, lo que añadido a los constantes problemas logísticos y de vuelo
que había ocasionado, propiciaron su inmediata baja y el declive de la aerostación.
Salvador Rodríguez Caña Historia del Ejército Español
Las tropas de aerostación se
dividían en unidades de
campaña, con personal, ganado
y material para el servicio de un
globo cautivo cada una y
unidades de fortaleza, con los
elementos necesarios para los
servicios de dirigibles, prácticas,
producción de gas, talleres y
dependencias. El material
también se dividía en tres
grupos: globos cautivos con sus
carruajes y cilindros de gas; material para ascensiones libres, dirigibles y globos esféricos, y material
de talleres.
El personal s e dividía en tres grupos: el que estaba en servicio, el disponible –destinado en otras
unidades, pero afecto al servicio aeronáutico- y el de reserva, que era el resto.

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