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No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático,
ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia,
por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los
derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y
siguientes del Código Penal).
Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún
fragmento de esta obra (www.conlicenca.com; teléfono 91 702 19 70 – 93 272 04 45).

© Juan Martínez de Salinas Murillo, 2019


© Profit Editorial I., S.L., 2019

Diseño de cubierta: XicArt


Maquetación: Martín Garcés

ISBN: 978-84-17209-77-3
Primera edición: Mayo, 2019
Impreso por: Gráficas Rey
Producción del ebook: booqlab.com

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Referencias

Sobre el autor

Juan Martínez de Salinas Murillo es consultor en gestión de personas, reclutamiento,


empleabilidad, competencias, nuevas tecnologías, empleo y marca personal. Creador de la app
gratuita de empleabilidad «Guide your Talent», lleva más de once años desarrollando el blog sobre
Recursos Humanos juanmartinezdesalinas.com y más de quince trabajando en proyectos
relacionados con el capital humano para organizaciones del sector público y privado. También tiene
una amplia experiencia impartiendo formación y conferencias especializadas en poner en valor a las
personas y a las empresas, para ayudarles a transformarse y evolucionar hacia su mejor versión.

Más información sobre Juan Martínez de Salinas Murillo

Sobre el libro

Los diez puntos clave para el éxito en la búsqueda de trabajo. ¿No te sientes realizado en tu
actual puesto de trabajo? ¿Estás en búsqueda activa de empleo y has perdido atractivo para los
reclutadores? En definitiva, si estás preocupado por tu futuro laboral este libro puede ayudarte. Tú
eres el único responsable de tu vida profesional y la buena noticia es que puedes cambiarla. ¡Pasa a
la acción! Esta guía práctica te mostrará qué perfil estás mostrando a tus potenciales empleadores,
tus puntos fuertes y débiles, y cómo puedes crear una nueva propuesta de valor para aumentar tus
probabilidades de éxito en el mercado laboral.

Más información sobre el libro y/o material complementario

Otros libros de interés

6
Web de Amat Editorial

7
A mi marido Chuso por
su ayuda incondicional.
Siempre presente para
sacar mi mejor versión.
Eres mi motor que me impulsa
a afrontar nuevos retos.
Me haces salir de mi zona
cómoda para evolucionar.
Hacemos un gran equipo.
Gracias por todo.

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Índice

Prólogo
Introducción
Instrucciones de uso
Aclaraciones sobre la empleabilidad

Capítulo 1. Hábitos de búsqueda


Capítulo 2. Formación (académica y complementaria)
Capítulo 3. Experiencia profesional
Capítulo 4. Competencias (idiomáticas y técnicas)
Capítulo 5. Inquietudes emprendedoras
Capítulo 6. Tu adecuación a las necesidades del sector profesional
Capítulo 7. Objetivo profesional
Capítulo 8. Expectativas profesionales y salariales
Capítulo 9. Actitud
Capítulo 10. Ámbito de búsqueda

Toma de decisiones
Epílogo

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Prólogo

Lo que no escribes se lo lleva el viento. Esos sueños, esos deseos, esa


necesidad, ese trabajo, ese puesto, esa posición, ese local, ese comercio, ese
ingreso, esa colaboración, esa empresa… el viento se lleva todo aquello que
centra nuestros pensamientos cada día, más aún cuando estamos en proceso de
búsqueda. Y es que hacer tangible el empleo pasa obligatoriamente por coger
bolígrafo y papel. Pararse a pensar. Si la empleabilidad es lo que nos hace girar
cada día y tiene el poder de hacernos sentir muy bien cuando la alcanzamos y
resulta tan dolorosa cuando carecemos de ella, ¡qué menos que tomarnos tiempo
para pensar (bien, en profundidad, con sinceridad), organizar (como nunca
antes, con estrategia) y, por supuesto, actuar (con inteligencia y confianza)!
Esto es justo lo que nos propone Juan en este libro, que, ya aviso, te hará
arder la cabeza porque no tiene ni un poquito de piedad para con las neuronas.
Me atrevería a decir que el libro es como el propio autor: franco, sencillo, directo,
práctico. Amable desde el deseo de que te vaya bien, pero que no te venderá
frases bonitas o edulcoradas. Útiles sí, y mucho.
Precisamente en ello reside su calidad: es un compendio de ejercicios
testados –el currículo de Juan avala su larga experiencia en este campo, así
como los resultados obtenidos en su aplicación, en la cual se basa el libro– que
te ayudarán, a través de un proceso lógico, a alcanzar el objetivo laboral que tú te
marques. Por supuesto, hay siempre más cosas que se pueden y deben hacer
no solo para obtener un trabajo, sino para mantener la empleabilidad activa,
como podría ser desarrollar una estrategia de Marca Personal Digital, pero
trabajando y desarrollando primero los diez apartados de este libro.
Como suelo recomendar a mis alumnos y a quienes asisten a mis
conferencias, no dejes en manos de otros tu futuro laboral. No esperes que nadie
venga a buscarte, porque no va a pasar. No delegues algo tan importante como
es el trabajo –y diría, si te es posible, la realización profesional– en alguien que
no seas tú mismo. ¡Es tu responsabilidad! Agarra las riendas de tu destino y lleva
tu barco al puerto que tú deseas. No nos queda otra que responsabilizarnos,
pues, como bien sabes, el entorno laboral ha cambiado y va a seguir cambiando
(llamémosle VUCA –por las siglas en inglés de volátil, incierto, cambiante y
ambiguo–, líquido, digital…), y, por tanto, las nuevas reglas del juego van ligadas

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a la autonomía. Esto no significa que debas trabajar por cuenta propia, pero,
como bien comenta Juan en el libro, tampoco lo descartes. Explora esa
posibilidad. Los años que vienen van a seguir trayendo muchos cambios y
tenemos que estar preparados para ello.
Los profesionales debemos convertirnos en aprendices de por vida. Debemos
activar la mentalidad knowmad (búscalo en Google si te llama la atención el
término) y de aprendizaje continuo para no quedarnos nunca obsoletos, y, por
tanto, aportar el valor que cada nuevo momento de nuestra vida laboral requiera.
Nunca debemos dejar de aprender, de ser colaborativos, de tener competencias
digitales (¡esto es importante!), de ser sociables y sociales.
Busca personas en las que inspirarte, que puedan ayudarte. Hoy por suerte
el mundo es más social que nunca, porque hemos entendido que solos (o desde
la competitividad insana) no llegamos a ninguna parte.
Pero para ello conviene saber hacia dónde ir creciendo.
Cada uno de nosotros debemos ser autogestores de nuestra empleabilidad.
Creo firmemente en que acabamos consiguiendo nuestros deseos y objetivos
laborales a través de la constancia y de poner ganas (y sí, sudor y horas en ello).
Empezaría, al igual que propone Juan, por algo a lo que no le hemos prestado
mucha atención, sobre todo las generaciones más sénior, que es analizarse
interiormente y preguntarse esas cosas que dan tanto miedo: ¿Estoy haciendo lo
que realmente quiero? ¿Me siento realizado con mi trabajo? ¿Conecta mi
propósito de vida laboral con el personal? ¿Me divierto con lo que hago? ¿Qué es
lo que se me da realmente bien?...
Si no nos conocemos a nosotros mismos y no sabemos en qué, cómo y
dónde podemos aportar valor de verdad, será difícil no estar en riesgo de
«atrofia» en algún momento dado. Seremos víctimas más fáciles del
estancamiento, de la rutina, de la frustración, de la invisibilidad y de la mala
empleabilidad. A veces la vida no nos permite conectar con lo que queremos.
Bien, veamos en ese caso cómo salir adelante pero sin dejar abandonado
nuestro «proyecto». Básicamente porque cuando nos gusta lo que hacemos, lo
hacemos bien y por lo tanto nos va mejor económicamente.
Además del autoconocimiento, es necesario acercarse a personas, eventos y
lugares que nos recarguen de energía positiva y de nuevos conocimientos.
También recomendaría trabajar con los conceptos de inestabilidad y de cambio
constante para aprender a sentirnos más cómodos en esos estadios que desde
ya nos van a acompañar. A la vez, creo que es el tipo de emoción que aplicamos
al proceso lo que acelera el «éxito»; por eso me atrevería a sugerirte que disfrutes
del camino de tu empleabilidad.
Busca los huecos «de intimidad» y reflexión para ti y para el libro, con tu
libreta de apuntes (o tu ordenador, si bien me parece más efectivo escribir y

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dibujar a mano; investiga cuando tengas un rato sobre pensamiento visual), y
cuando estés rellenando los ejercicios, sonríe. Aunque el exterior a veces
apremia, duele y aprieta, merece la pena intentar sentirse bien por estar dando
los pasos adecuados, por tu implicación real y directa en tu futuro (y en el de las
personas que pudieras tener a tu cargo).
Que disfrutes de este libro.
Feliz futuro,

Raquel Roca

Directora del máster Gestión del Talento en la Era Digital (LaSalle International
Graduate School & LIDlearning). Speaker, consultora y docente sobre futuro del
trabajo y transformación cultural, competencias digitales, marca personal, visual
thinking, liderazgo estratégico y storytelling (para empresas como Microsoft,
BBVA, L’Oreal, IKEA, Banco Santander, Volvo…). Autora de Knowmads. Los
trabajadores del futuro (LID).

@Raquelroca

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Introducción

La empleabilidad la debemos ver desde una perspectiva global para darle una
definición adecuada y poder llegar a conclusiones que nos aporten material
sobre el que trabajar.
Para mí, la empleabilidad es la capacidad de adaptar en cada momento
nuestras circunstancias profesionales y personales, capacidades, competencias y
conocimientos a las necesidades del mercado laboral para evitar quedarnos
descolgados. Es importante porque el mercado laboral es una realidad en
movimiento que requiere cada vez más que nos adaptemos con mayor rapidez.
Por ello, tendremos que aceptar otro tipo de condiciones, aunque también es
cierto que cada profesional debe tener claros sus mínimos antes de aceptar un
puesto.
La vida a nuestro alrededor se desarrolla a una velocidad cada vez más
rápida, y de la misma forma, los requerimientos a la hora de ofertar una vacante
van ajustándose rápidamente a la realidad del momento. Es por ello que los
conocimientos deben mutar con mayor rapidez. Ya no podemos sobrevivir en el
mercado laboral solamente con los conocimientos adquiridos en nuestros grados
universitarios, grados medios y/o grados superiores de Formación Profesional,
con nuestro título de Educación Secundaria Obligatoria o con la formación que
podamos tener. Y más, si los obtuvimos hace bastantes años.
El no adaptar nuestros conocimientos a las nuevas tendencias y herramientas de
nuestro sector o profesión supone quedarnos fuera del mercado laboral.
Este cuaderno de ejercicios del test “Guide Your Talent” seguirá los diez
bloques originales: hábitos de búsqueda, formación (académica y
complementaria), experiencia profesional, competencias (idiomáticas y técnicas),
inquietudes emprendedoras, adecuación a las necesidades del sector
profesional, objetivo profesional, expectativas profesionales y salariales, actitud, y
ámbito de búsqueda. De una forma práctica, iremos viendo cómo mejorar la
empleabilidad con ejercicios prácticos en cada uno de los diez bloques.
Este libro de ejercicios te permitirá trabajar en el análisis y mejora de tu
empleabilidad. Va dirigido a cualquier persona que esté en búsqueda activa de
empleo o quiera cambiar de trabajo. Da igual que estés recién graduado en tus
estudios, que tengas más de diez años de experiencia o que tu perfil laboral sea

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de administrativo, operario, técnico comercial o director de compras. Este libro
de ejercicios se adecúa a todas las personas.
He actualizado alguna pregunta, pues, como he dicho, los requerimientos
van cambiando y hay que mantenerse al día. De esta forma, este cuaderno de
ejercicios está lo más actualizado posible.
De todas formas, te animo a que te descargues de forma gratuita la
aplicación “Guide Your Talent” (http://guideyourtalent.com/es/) y dispongas de
un informe completo sobre tu empleabilidad para tener un punto de partida de
cara a realizar este cuaderno de ejercicios.

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Instrucciones de uso

Tienes en tus manos tu cuaderno de trabajo para mejorar tu proceso de


empleabilidad de cara a seguir teniendo oportunidades en el mercado laboral.
Este cuaderno está basado en la aplicación “Guide Your Talent” (si no la tienes
todavía, descárgatela en tu móvil o tableta). Concédete la posibilidad de poner a
prueba tu proceso de empleabilidad con ejercicios, consejos prácticos y
preguntas vitales. Debes salir de dudas y comprobar si tu empleabilidad va por
buen camino o no.
Este cuaderno de ejercicios pretende que, a través de la reflexión y de
plasmar por escrito tus ideas y pensamientos, puedas:
- mejorar tu proceso de empleabilidad,
- embarcarte en nuevos proyectos profesionales,
- tener perspectiva,
- clarificar tus dudas sobre diferentes aspectos de tu empleabilidad,
- tomar decisiones,
- cambiar tu estrategia de empleabilidad.
Utiliza este cuaderno a tu manera; puedes ir contestando a las preguntas de
forma diversa:
- a la manera habitual, comenzando por el primer bloque y terminando por
el ultimo;
- según tus intereses, es decir, comenzando por el bloque de tu
empleabilidad que más te interese;
- comenzando por el bloque que sea más complicado para ti con respecto
a tu empleabilidad;
- formulando preguntas de manera aleatoria o dejando que el azar haga su
labor.
Lo bueno es que todas las preguntas son independientes. De todas formas,
no olvides que lo importantes es que no dejes de responder a ninguna de las
cuarenta y cinco preguntas, porque así te asegurarás de haber evaluado y
analizado todos los elementos clave que necesita un proceso de empleabilidad
para mirarse con perspectiva global y habrás reflexionado sobre ello.

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No existen unas preguntas más fáciles o difíciles de contestar; dependerá del
momento en que se encuentren tu empleabilidad, tu ánimo y tu estrategia. La
mayoría de las preguntas exigirán reflexión y/o trabajo por tu parte, así que
necesitarás tiempo para responderlas adecuadamente.
Este cuaderno es tuyo, no sirve de adorno. Por lo tanto, te animo a que
escribas, dibujes, planifiques, hagas anotaciones, repitas ejercicios y hagas lo
que sea necesario para mejorar tu empleabilidad. Puedes utilizar los márgenes o
aprovechar cualquier hueco, y no olvides trabajar con las tablas y las hojas en
blanco. Cuanto más usado y escrito esté tu cuaderno, muy probablemente más
partido le habrás sacado. Todas las opciones son posibles para enfocar tu
empleabilidad. Tú tienes la última palabra de lo que quieres hacer con tu vida
profesional.
Debes permitirte parar y reflexionar antes de ponerte a buscar nuevas
oportunidades laborales de forma mecánica. Es un momento crucial para pensar
en si te gusta lo que haces o analizar qué te encantaría hacer a partir de ahora.
Este cuaderno puede convertirse en una herramienta única, pues los ejercicios te
van a ayudar a reflexionar sobre tu empleabilidad.
Para acabar, solo quiero recomendarte que dediques tiempo a saber cómo
está tu empleabilidad y a averiguar qué cosas está en tu mano cambiar. Llegados
hasta aquí, no me queda más que animarte a disfrutar del recorrido para
clarificar tu empleabilidad. Tómate tiempo y encuentra momentos en que estés
con energía.
Seguimos hablando en www.juanmartinezdesalinas.com/.

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Aclaraciones sobre la empleabilidad

Hace tiempo que la empleabilidad está de moda. Se habla mucho de ella,


aunque es fundamental aclarar algunos conceptos para evitar que pueda parecer
que se vende humo.
La empleabilidad la debemos ver desde una visión global. Esto supone dejar
a un lado viejas creencias, como, por ejemplo, que es algo que tiene que ver solo
con trabajar por cuenta ajena. La empleabilidad es mucho más que mandar un
currículum. Hoy en día, muchas veces nos jugamos nuestra estabilidad a una
única carta, es decir, si te falla tu empleador, estás metido en un gran problema.
Por lo tanto, quiero que pienses en los proyectos con los que puedes obtener
ingresos. Se trata de analizar qué eres capaz de hacer con tus conocimientos,
ideas, competencias y experiencia. Va bien que tengas una visión que vaya más
allá de lo que conoces.
Este es un libro de ejercicios y aquí te propongo uno para que vayas
calentando motores. Es un ejercicio que seguro que te servirá,
independientemente de que estés trabajando, que busques empleo o que te
plantees el autoempleo. Tampoco importa ahora cuál es tu perfil profesional, ni si
tienes experiencia o no. Piensa qué podrías hacer para obtener ingresos extras
con tus conocimientos, experiencias o competencias. Piensa, por ejemplo, sobre
qué temática podrías dar cursos de formación o conferencias. Escríbelo en este
cuadro. También me gustaría que analizaras e incluyeras qué ofrecen otras
personas que ya se dedican a eso, y que plasmes que podrías aportar tú.

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En el siguiente cuadro quiero que sigas pensando y te pongas en situación.
Has leído muchos libros, ¿no? Algunos te habrán gustado más y otros, menos.
¿Escribirías tú un libro? Piensa por un momento que tienes alma de escritor.
¿Sobre qué materias podrías escribir un libro con un enfoque diferente? ¿Qué
aportan otros autores sobre esas temáticas? ¿Qué aportarías tú? ¿Qué opciones
tienes de publicarlo (editoriales o autoedición)?

La diferencia entre tú y los que ya lo hacen está muy clara: que ellos un día
se atrevieron y lo hicieron.

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Piensa también qué productos podrías lanzar tú o con la colaboración de
otras personas sobre las materias que dominas. Tienes que pensar y pensar para
llegar a buenas ideas. Por productos me refiero a una web, aplicaciones
informáticas, cursos online, herramientas, servicios, etc. El hacer esto
inicialmente no supone invertir ni un euro. Primero trabaja en la idea y luego ya
decidirás si das el salto o no.
Quiero que continúes imaginando y que pienses qué productos o servicios
podrías crear con tus conocimientos, experiencia y competencias. Pensar es
gratis, no lo olvides, pero deberás reflexionar bastante antes de rellenar el
cuadro.

Todo esto está muy bien; pero puede que sigas pensando que no quieres
trabajar por cuenta propia. Y yo no lo he dado por hecho, sino que estoy
hablando de que busques otras fuentes de obtención de ingresos con lo que
sabes hacer. Escribir un libro, dar un curso o crear una herramienta no implica
que ya no tengas que seguir trabajando en ese trabajo que no te aporta nada.
Pero queda claro que te ha movido la curiosidad de hacer otras cosas,
aprovechar aquello que te gusta y disfrutar haciéndolo. Es cambiar el chip y
pensar en cómo obtener ingresos con lo que sabes hacer; es buscar tu
rentabilidad y tu autonomía económica para no depender de un único ingreso.
Ya he abordado en la introducción qué es la empleabilidad. No olvides que
no se colocan antes los que más saben, los que más estudios han cursado o los
que más coeficiente intelectual tienen. Tienes que ser consciente de lo que

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sabes hacer bien y tener claro cómo lo puedes visibilizar ante las personas, las
empresas o las entidades que precisan de profesionales con esas capacidades.
En más de una ocasión no les va mejor a los mejores en una materia; lo único es
que se atrevieron a hacer cosas que otros no se atrevieron a hacer.
Imagínate que tienes miedo de quedarte sin trabajo, estás ya sin trabajo o
estás empezando a buscarlo y no tienes experiencia. Decir lo mal que está todo
no va a mejorar tus opciones de empleabilidad; lo que sí puede hacerlo es que te
muevas y pases a la acción. Te planteo un ejercicio para que pienses sobre
nuevas profesiones que existen actualmente y que no existían hace diez años.
Luego reflexiona sobre nuevos sectores emergentes con oportunidades laborales
que hace no demasiado no tenían volumen de ofertas de empleo. Plasma en una
tabla esa labor de investigación, aunque antes quiero que escribas dónde
puedes obtener información sobre nuevas profesiones y nichos de mercado, es
decir, que apuntes las posibles fuentes de información.

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También te planteo un ejercicio similar con los nuevos nichos de mercado,
como por ejemplo, las nuevas tecnologías, la sanidad o la dependencia, solo por
mencionar algunos. Cuando hayas hecho la investigación y apuntado tus fuentes,
quiero que rellenes este cuadro tras reflexionar sobre ello.
Me gustaría que fueras consciente de que la tecnología lo está cambiando
todo. Al integrar las nuevas tecnologías, las profesiones mutan y se adaptan, o
mueren. No hace falta que vayas muy lejos: piensa en tus hijos, tus sobrinos, tus
hermanos, tus primos o los hijos de tus amigos que se encuentran en Educación
Infantil o Primaria… el 90 % de ellos trabajará en profesiones que no existen hoy
en día. Así pues, es algo que no te afecta a día de hoy, pero que te interesa
conocer.
Todos estos ejercicios te ayudan a mejorar tu empleabilidad o a ser

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consciente de lo que eso significa. Al menos, piénsalo.

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Ahora vamos a estudiar las competencias más requeridas a día de hoy por los
empleadores a la hora de contar con nuevas personas para sus proyectos.
Piensa qué nivel de desarrollo tienes de esas competencias que no tienen nada
que ver con tus conocimientos. Algunas de las competencias más requeridas son
iniciativa, creatividad, capacidad comunicativa (incluye la escucha activa),
trabajo en equipo, resolución de problemas y conocimiento y procesamiento de
información, entre otras muchas. No se trata de mencionarlas todas. Quiero que
plasmes en esta tabla el nivel de desarrollo que tienes de esas competencias
más requeridas en tu sector o en el mercado laboral actual. Puedes elegir alguno

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de los ejemplos que he mencionado.

La empleabilidad tiene mucho que ver con aquello que eres capaz de
solucionar de los problemas que tienen las personas o las empresas que quieres
que cuenten contigo. Lo iremos viendo en cada uno de los diez bloques de este
cuaderno de ejercicios.
Por último, la palabra empleabilidad suena muy fría y quiero aportar luz sobre
la misma. Para mí, la empleabilidad tiene que ver con lo que voy a comentar a
partir de aquí.
Educación. Es lo que conoces por diferentes medios; hoy en día uno puede
aprender sobre una temática de forma autodidacta o por las diferentes vías de
formación reglada.
Mérito. Son las acciones que llevas a cabo que te conducirán al éxito o al fracaso.
Perseverancia. Es la capacidad de saber esperar la oportunidad y de insistir a
pesar de las negativas que puedas obtener. A veces lo que uno quiere tarda en
llegar.
Libertad. Es la capacidad de poder elegir los proyectos y a tus empleadores
porque conoces las diferentes fuentes de obtener ingresos con lo que sabes
hacer.
Energía. Es fundamental y depende de ti. Se trata de tener las ganas de hacer
cosas, de aportar y enseñar tu mejor versión de ti mismo al mundo.

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Análisis. Consiste en saber obtener toda la información sobre tus opciones de
empleo y estudiarla al detalle para trazar una estrategia ganadora y flexible.
Batalla. Es la capacidad que tienes de luchar para encontrar tu lugar. No debes
rendirte ante una dificultad, sino que debes saber encararla y buscarle una
alternativa.
Imaginación. Debes saber buscar otras opciones que a veces no son tan obvias.
Existen muchos caminos y opciones; la clave es saber crearlos. Además, en más
de una ocasión, si algo no existe, lo puedes crear tú. Abre tu mente.
Labia. Tienes que trabajar tu capacidad de comunicar y de saber vender lo que
sabes hacer. Se trata de conseguir que te conozcan los que puedan necesitar a
alguien como tú. Debes saber comunicar lo que sabes hacer y conseguir captar
la atención de los demás.
Interés. Tus opciones laborales requieren que pongas todo tu empeño en ello. Te
tiene que importar a ti antes que a los demás.
Demostración. Tienes que ser capaz de mostrar a los demás de lo que eres
capaz. Tendrás que saber diferenciarte; esto tiene que ver con saber hacer las
cosas de otra forma.
Áreas. Debes tener identificadas tus áreas de especialización, es decir, dónde
puedes encajar mejor con lo que sabes hacer y tus competencias.
Despliegue. Avanza paso a paso, sin prisa pero sin pausa, desplegando tu
abanico de servicios, productos o competencias.
Estos son algunos puntos vitales para tener tu empleabilidad enfocada. ¿Estás
dispuesto a desarrollar tu empleabilidad? Es cuestión de que, a tu ritmo,
reflexiones sobre todas las cuestiones que te planteo en los diferentes bloques
para conocer tu empleabilidad. Creo que te doy las pautas adecuadas para que
puedas sacar mayor partido de ti a la hora de ser el seleccionado. Ahora solo te
toca a ti trabajarlo.

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1.- ¿Cuántas horas al día inviertes en buscar empleo?
Los hábitos de búsqueda son las acciones que acometes para ayudarte a
conseguir de nuevo un trabajo o el cambio profesional ansiado.
Hace tiempo que la búsqueda de empleo se ha convertido en un trabajo en sí
mismo; tienes que dedicar muchas horas para que al final dé resultado. Supone
tener claro a qué dedicas tu tiempo diario, es decir, en qué inviertes los segundos,
los minutos y las horas que conforman las veinticuatro horas que tiene cada día.
Siempre buscamos excusas y nos quejamos de no tener tiempo libre. Sin
embargo, decir que no tienes tiempo no significa que eso sea así. Cuando te
apetece hacer algo, sacas tiempo de donde sea.
El primer ejercicio va dirigido a poner nombre a cada cosa. Se trata de tener
claro a qué actividad dedicas tu tiempo; otra cosa es que siempre hagas lo que
marca ese horario o calendario. Así que, marca tus rutinas diarias habituales en
la siguiente tabla.
¿A qué hora te levantas cada día? ¿A qué hora te acuestas? ¿A qué hora
comes entre semana y los fines de semana? ¿A qué hora almuerzas? ¿A qué hora
meriendas? ¿A qué hora cenas? Además, especifica cuánto tiempo inviertes en
cada una de las comidas. Por supuesto, aquí no deberías marcar tus periodos de
vacaciones. No pretendo tenerte controlado, tan solo que seas consciente de a
qué dedicas tu tiempo. A partir de ahí, será labor tuya decidir.

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Vamos a intentar seguir clarificando nuestras actividades y el horario con otro
ejercicio.
En el siguiente cuadro, indica las horas del día que tienes ocupadas con
actividades fijas de lunes a domingo. Me refiero a actividades relacionadas con
clases, trabajo, cuidado de hijos y/o padres, actividades extraescolares,
aprendizaje de idiomas, horas de estudio y demás cuestiones. Va bien que
especifiques el horario concreto. Es necesario que especifiques al máximo, es
decir, que pongas los lunes, miércoles y viernes de 11:30 a 12:30 h «ir al
gimnasio», por poner un ejemplo. No vale que pongas los lunes por la tarde
«guitarra», es demasiado general. Tienes que visualizar a qué dedicas tu tiempo,
que marques hora por hora del día.

Ahora piensa y apunta qué haces las horas del día que no tienes ocupadas. Va
bien hacerlo detalladamente.
Por ejemplo, si tienes libres las tardes de los lunes y los jueves de 16:00 a
19:00 h, especifica qué haces en cada uno de esos horarios, aunque sea ver la
televisión o leer un libro. Deja en blanco aquellas horas en las que no sabes muy
bien qué haces, sino que vas decidiendo qué hacer sobre la marcha.

Ahora debes especificar qué haces en ese tiempo libre y cuántas horas reales
inviertes y dedicas a buscar empleo o a ese cambio profesional. Me refiero al
tiempo dedicado a elaborar tu currículum, redactar tu carta de presentación,

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buscar ofertas adecuadas a tu perfil profesional, inscribirte en esas ofertas,
practicar entrevistas de trabajo, buscar ofertas para realizar prácticas de tu grado
universitario o de tu grado medio o superior de Formación Profesional, y tareas
similares. No me refiero al tiempo que tienes previsto para buscar trabajo, sino al
que inviertes de verdad. No vale que tengas previsto que los lunes de 16:00 a
17:00 h buscarás empresas a las que mandar tu perfil profesional, si luego no lo
haces. Quiero que lo apuntes en el siguiente cuadro:

2.- ¿Sigues una planificación y una estrategia?


Voy a seguir preguntándote cosas y será cuando probablemente mires para otro
lado, porque son preguntas cuya formulación nos duele. Si te insisten, respondes
con la boca pequeña diciendo que llevas tu propia organización y planificación.
Vas sobre la marcha, improvisando y haciendo lo que crees conveniente en
función de los acontecimientos. Sin duda, te puede funcionar en más de una
ocasión, aunque es muy peligroso actuar sin previsión. Por el contrario, en otras
ocasiones todo sale peor de lo esperado. Improvisar no nos deja mucho margen
de maniobra si algo falla. Hay quien es inventivo en la creación de excusas y dice
llevar «su propia planificación y estrategia» cuando lo que realmente hace es
improvisar.
La mejor forma es verlo con varios ejercicios que te hagan reflexionar.
Imaginemos que quieres trabajar en la empresa X como técnico comercial o
que quieres conseguir de cliente a la empresa Y. Si toda tu planificación y
estrategia consiste en mandarles tu currículum o hacerles llegar tu catálogo de
servicios o productos al primer correo electrónico que encuentras, tienes un
problema. Esto no es planificar. Es hacer lo fácil y obvio. Gastas tu única
oportunidad o, mejor dicho, la desaprovechas.
Para empezar, escribe en el siguiente cuadro lo que conoces de esa empresa
o cliente o lo que has podido averiguar. Intenta aportar datos concretos. Puedes
usar diferentes fuentes de información.

30
A continuación, indica en el cuadro siguiente los puestos de trabajo que más
ha requerido esta empresa en el último año o los servicios que suele requerir
para ser prestados por profesionales:

Esto requiere una labor proactiva de búsqueda de información, y analizarla y


clasificarla.
Ahora me gustaría que anotases en el siguiente cuadro las personas que

31
conoces que han trabajado o que trabajan en esa empresa o con ese cliente.
También piensa en qué personas con las que te relacionas pueden conocer a
alguien en esa empresa. Se trata de detectar personas con las que te relacionas
que puedan ayudarte a contactar con esa empresa de tu interés.

Con toda la información recopilada por diferentes fuentes, quiero que


escribas en el siguiente cuadro las mejores tres formas de hacerle llegar a esa
empresa tu perfil profesional o tu catálogo de productos o servicios:

32
Esto está muy bien. Sin embargo, especifica en el siguiente cuadro los pasos
que tendrías que dar para poder seguir esas tres rutas que crees que te pueden
ayudar a conseguir tus objetivos. Divide ese objetivo en acciones o pasos que
tienes que dar.

Te recomiendo que establezcas un cronograma de las actividades que haces

33
a lo largo del día para mejorar tu proceso de empleabilidad, estableciendo el
horario concreto y la actividad a la que lo dedicas. No olvides que el tiempo
dedicado a aprender un idioma o a asistir a un curso para adquirir determinados
conocimientos es tiempo dedicado a tu proceso de búsqueda de empleo.
También es importante que reflejes los ratos libres dedicados al ocio y a la
familia.

Estoy seguro de que en esta planificación y estrategia también llevas un


control mental de las empresas con procesos de selección abiertos en los que
participas y de las empresas a las que les has hecho llegar tu perfil profesional o
tu cartera de servicios. Cuando tu búsqueda de empleo es activa, es imposible
acordarte de todo de memoria. No llevas este control por pereza. No hacer esto
conlleva que cometas errores evitables, como por ejemplo mandar dos o tres
veces tu currículum a una misma empresa en menos de quince días. Esto queda
muy mal. Debes volver a mandar tu perfil profesional cuando cambian aspectos
de tu trayectoria profesional relevantes. Debes evitar errores que puedes cometer
por no llevar un control de tus acciones.
Para ayudarte a evitar errores de este tipo, te invito a rellenar la siguiente
tabla para que consultes y recuerdes los procesos de selección en los que has
participado o participas actualmente. Va bien tener un cuadro que te permita
tener una visión concreta y real de tus candidaturas actuales, pasadas o futuras.
Esto ayuda a la hora de saber qué acciones debes realizar sin olvidarte de
evaluar aquellas que ya has hecho. Muchas veces la clave consiste en hacer
cosas diferentes a las que haces siempre y ver qué otro tipo de resultados te
aportan.

Control de empresas

34
Este cuadro permite controlar las acciones que llevas en relación con las
empresas en las que quieres trabajar o a las que has mandado tu perfil
profesional. Así sabrás cuándo mandaste tu perfil a una empresa. Te permite
apuntar o añadir a esa tabla lo que estimes de interés. Esto hará que puedas ir
cerrando temas y mandar recordatorios posteriores a esas empresas. Imaginemos
que una empresa te indica que en el plazo de quince días te dará una respuesta
afirmativa o negativa a tu candidatura. Si pasa ese plazo y no te han dado ninguna
respuesta, algo más habitual de lo deseable, puedes contactar con ellos.
Igualmente, dentro de esta planificación recomiendo que te plantees el tema
de tus relaciones, es decir, que pienses si alguna de las personas de tu entorno
puede ayudarte en tu proceso de búsqueda de empleo o cambio profesional.
Cuidado con considerar contactos a personas con las que no tienes ningún tipo de
relación. Un contacto no es una persona que no sabe quién eres. Aquellos con los
que te relacionas no solo están para pedirles cosas. Tienes que charlar,

35
preocuparte, dedicarles tiempo y disfrutar con ellos. Da igual a qué grupo de
interés pertenezca esa persona. Tu madre, tu prima, tu antiguo compañero del
grado de Derecho, tu compañero de pilates y tu panadero son, por mencionar
solo algunos ejemplos, personas con las que tienes cierto tipo de relación, así
que son contactos tuyos. Tus contactos son las personas con las que te
relacionas.
El siguiente ejercicio es sencillo, pero necesario. En este cuadro debes poner
el nombre de todas aquellas personas que conoces y que además también
saben quién eres tú. Da igual de qué las conozcas. Tómate tu tiempo. Es igual
que conozcas a más de cien personas. Esto ayuda a visibilizar las personas con
las que te relacionas.

Ahora te planteo el siguiente ejercicio. Anota en el cuadro siguiente datos de


esas relaciones concretas que has puesto en el cuadro anterior. Las columnas
«Grupo de interés al que pertenece» y «Etiquetas para clasificarlo» te ayudan a
agrupar tus contactos por alguna cosa en común que tengan: por ejemplo,
antiguos compañeros de trabajo de la empresa Z. Cuanto más concretas sean las
etiquetas, mejor.

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Imagínate que en el ejercicio anterior has considerado que con tu antiguo
compañero de trabajo actualmente no tienes ningún tipo de relación. Debes
plantearte si te gustaría recuperar el contacto con esta persona. En caso de que
marques que sí, tienes que establecer las acciones que tendrías que acometer
para recuperar dicho contacto. En el siguiente cuadro quiero que anotes cosas
que sabes de esas personas con las que quieres recuperar la relación:

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3.- ¿Qué herramientas utilizas más para buscar empleo?
Dentro del apartado de búsqueda, es interesante que sepas identificar las
herramientas que utilizas en tu proceso de búsqueda de empleo o de cambio
profesional. Aquí me refiero a las herramientas tradicionales, como periódicos,
portales de empleo, webs de empresas y consultoras de recursos humanos,
entre otras que puedas utilizar. No olvides las nuevas plataformas y herramientas:
redes sociales y profesionales, aplicaciones, metabuscadores,
directorios/buscadores de empresas y otras que uses.
Ahora te propongo otro ejercicio muy sencillo. Elije un tipo de herramienta
(por ejemplo, los portales de empleo) y usa la siguiente ficha para especificar el
tipo de herramienta, incluyendo el nombre concreto: si has indicado «redes
sociales», indica las redes sociales exactas, y lo mismo con las empresas de
trabajo temporal o las consultoras de recursos humanos y el resto de
herramientas que uses. Lo tienes que hacer para cada herramienta que utilices.
Esto lleva su trabajo y requiere que lo pienses con tranquilidad.

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Ahora te planteo otro ejercicio para afinar más en cada portal de empleo, red
social, consultora de recusos humanos o periódico que utilices. Analiza y evalúa
las dos herramientas que más utilices de una forma más exhaustiva, rellenando
cada una de las casillas.

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En el siguiente cuadro, marca las diez herramientas más efectivas para ti, es
decir, las que más oportunidades reales te proporcionan, y especifica el motivo.

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Da igual de qué tipo de herramienta se trate.

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4.- ¿Buscas empleo de forma individual o colectiva?
Esta es una pregunta que suele generar muchas dudas. Sin embargo, es muy
sencillo de aclarar. Me refiero a si compartes con otros las ofertas de empleo que
encuentras y ellos contigo. Si la respuesta es que no, haces una búsqueda de
empleo individual: no compartes con nadie las ofertas de empleo, las
herramientas y la información que encuentras. Me gustaría que reflexiones sobre
esta pregunta: ¿Por qué buscas empleo de forma individual? Detalla tu respuesta
en el siguiente cuadro:

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¿No crees que sería más efectivo el hacer esa búsqueda de forma
colaborativa con otras personas que estén buscando empleo igual que tú? Da
igual el perfil profesional que tengan esas personas. Es cuestión de que
establezcáis muy bien las tareas que tiene asignadas cada uno y que sean
efectivas para quienes conforméis el grupo. Siempre se ha dicho que cuatro ojos
ven más que dos. Seguro que podéis ayudaros mutuamente.
Recomiendo crear un grupo de búsqueda. Te animo a que en el siguiente
cuadro pongas el nombre de aquellas personas que conoces que están
buscando trabajo y con las que podrías juntarte para hacer una búsqueda
conjunta:

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Ahora, piensa en las tareas o acciones que podríais repartiros entre los que
conformáis ese grupo de búsqueda de empleo.

Es bueno que todas las personas que conformáis el grupo seáis sinceras y
comentéis todas las dudas que surjan. Recomiendo que fijéis fechas concretas
para reuniros. Estos grupos van bien para enseñaros cosas los unos a los otros.
Imagínate que María habla muy bien inglés y tú sabes mucho de Excel. ¿Por qué
motivo no puedes enseñar Excel a María y ella a cambio te ayuda con el inglés?
Es un cambio de perspectiva. Que nunca lo hayas probado no significa que no sea
efectivo.
No te preocupes por la homogeneidad de los integrantes. Da igual que el
grupo sea heterogéneo, es decir, de diferentes perfiles profesionales o de
sectores diferentes al tuyo. A veces es mejor la diversidad porque te permite
acceder a información de diversas fuentes y sectores. No olvides que a veces la
mejor información puede llegar de quien menos lo esperas. Eso sí, en tu grupo
de búsqueda de empleo debe haber organización, constancia y planificación, y
deben establecerse responsables de cada área, tipo de herramientas, recursos y
convocatorias; es decir, que aunque los demás se puedan enterar de cosas,
debe haber un encargado de aglutinar esa información y distribuirla.
Vas por el camino correcto al hacer tu búsqueda de empleo en mayor o
menor medida de forma grupal con otras personas. Recomiendo que el grupo no
sea excesivamente grande, para que os resulte fácil trabajar los unos con los
otros. Igualmente, debes valorar y comparar la información a la que accedías

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cuando hacías una búsqueda de empleo de manera individual y a la que
accedes ahora que haces una búsqueda grupal.
Te recomiendo que hagas todos estos ejercicios a tu ritmo, reflexionando, y
que posteriormente analices los resultados.

45
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5.- ¿Para qué te sirven tus titulaciones académicas?
En esta sección debes pensar en tu formación académica o reglada que hayas
obtenido a lo largo de tu vida profesional (la formación reglada es un conjunto de
enseñanzas que se encuentran dentro del Sistema Educativo Oficial Español,
cuyos contenidos, centros, competencias, profesorado, admisión de alumnos,
conexión con otros estudios, etc., están regulados y organizados desde la
Administración educativa, y con cuya superación se obtiene un título con plena
validez académica o título oficial). También puede ser la que estés cursando en
la actualidad y pienses finalizar en breve.
Ya ha surgido un movimiento, encabezado por los directores generales de las
grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley, que afirma que los títulos
académicos no valen para nada y que están sobrevalorados. En sus nuevas
incorporaciones no valoran tanto el tener titulaciones académicas como las
competencias que pueden ofrecer los candidatos.
Personalmente, tengo claro que hace tiempo que los títulos académicos por
sí solos no nos proporcionan un trabajo. No te van a contratar por tus títulos
académicos, sino por lo que seas capaz de hacer y conseguir con los
conocimientos y las competencias adquiridos con ellos. Hace veinte años tener
un grado universitario marcaba la diferencia; hoy en día, eres uno de los millones
de personas que los tienen. De hecho, tienen mejores salidas profesionales los
títulos de grado de Formación Profesional, por su practicidad y por estar
centrados en desempeñar un oficio o una profesión.
Todo parte de un enfoque erróneo: nuestro objetivo principal es conseguir
una titulación, y no tanto aprender, adquirir conocimientos con lógica, debatir
sobre ellos, saber aplicarlos de forma práctica en el mundo real y valorar que al
final los hayamos asimilado.
No te voy a pedir que saques aquí todas las titulaciones académicas que has
adquirido a lo largo de tu vida. Es indiferente que lo máximo que tengas sea el
Certificado de Escolaridad, el título de Educación Secundaria o un postgrado
universitario.
Vamos a empezar con los ejercicios y las tablas que tanto me gusta emplear.
En este primer cuadro, rellena los conocimientos que has adquirido con tus
diferentes títulos académicos, indicando cómo te han ayudado a desempeñar tu
profesión, qué competencias has desarrollado gracias a esos conocimientos e
incluso si eres consciente de que esos conocimientos han quedado obsoletos.
Debes reflexionar sobre ello, porque no son preguntas fáciles.

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Siguiendo con el tema de los títulos académicos conseguidos, especifica qué
aspectos fueron positivos y cuáles, negativos. Con esta información podrás
identificar aquellos temas que quizás estudiaste pero sobre los que no
profundizaste lo suficiente o no llegaste a poner en práctica para poder formarte
si fuera necesario en ese ámbito.

Pensando en tus estudios académicos, me gustaría que te centraras en saber


si te acercaron a tu profesión o no. Indica si los conocimientos adquiridos con tus

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estudios académicos eran los exigidos por aquellas empresas que buscaban
profesionales con esos estudios. Añade finalmente cómo adquiriste los
conocimientos exigidos por las empresas.

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6.- ¿Sabes qué estudios son necesarios para el puesto que quieres
ocupar?
Cada vez recomiendo más que estés informado sobre los estudios académicos y
de formación complementaria (cursos de enseñanzas no reguladas por ley que
culminan con la expedición de un diploma o de un certificado propios del centro
que los imparte) necesarios, exigidos o aconsejados para acceder a los puestos
de trabajo a los que quieres optar. Si quieres acceder al mercado laboral, tendrás
que estar activo y con todos tus sentidos puestos para tener la información
reciente y actualizada de los estudios genéricos y especializados que se
requieren para desempeñar las ocupaciones de tu interés. Muchas veces te fías
de lo que otros te dicen, pero debes buscar la información correcta por ti mismo.
Hoy en día, con internet en casa, si no estás actualizado sobre los estudios que
se piden para los puestos de trabajo de tu interés es porque no quieres. El
proceso de búsqueda en el que estás inmerso requiere que siempre estés al tanto
de los nuevos conocimientos académicos o técnicos que se solicitan para tu
profesión. La inestabilidad del mercado laboral actual te puede llevar de tener un
trabajo a tener que buscarlo en menos de lo que te puedes imaginar. Estar bien
informado puede marcar la diferencia para poder acceder de nuevo al mercado
laboral.

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Hay quienes se centran en una especie de mantra: «Quiero trabajar de lo
mío». Pero al preguntarles «¿Qué es lo tuyo?» no hablan de aquello de lo que
disponen gracias a su formación. Con el título de Bachillerato se puede trabajar
de muchas cosas. Con el grado universitario de Derecho, por ejemplo, ¿cuáles
son las salidas posibles? Aunque parezca extraño, son muy diversas. El tema es
que la mayoría de estudios nos permiten tener bastantes salidas profesionales.
Todo dependerá de la especialización posterior de cada persona.
Pasemos ahora al primer ejercicio. Piensa y escribe las salidas profesionales
(profesiones) que tuvieron, tienen o tendrán los estudios que cursaste, estás
cursando o piensas cursar en un futuro más o menos próximo.

Ahora me gustaría que apuntaras qué salidas profesionales creías que te iban
a proporcionar tus estudios y también qué profesión acabaste desempeñando.

Así pues, es indiferente aquello que estudiaste, estudias o estudiarás. No

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obstante, es importante entrar ya en datos objetivos reales. Imagínate que
quieres trabajar de dependienta, contable, técnico comercial, reclutador,
community manager, policía, enfermera, desarrollador de aplicaciones, coach,
domador de leones o astronauta... La profesión que sea. Elige la que quieras. El
siguiente ejercicio es para que busques diez ofertas de trabajo de esa profesión.
Solo quiero que analices qué estudios se piden para poder trabajar en ese
puesto; también debes indicar los estudios o conocimientos valorados en todas
esas ofertas. Fíjate únicamente en eso. Ahora quiero que en este cuadro
especifiques los estudios solicitados en ofertas reales de esa profesión concreta.
Esto va bien para tener datos objetivos, valorando ofertas de diferentes empresas.

Si no tienes los estudios mínimos requeridos para trabajar en esa profesión, la


lógica nos dice que tendrás que ponerte a cursar esos estudios o bien buscar
otro empleo. Para hacerte reflexionar, busca la información y especifica las
diferentes opciones que tienes para obtener esos estudios. Indica los centros
donde los puedes cursar, cuánto tiempo requiere obtener esa titulación y si
tienes que hacer el curso de forma presencial, a distancia o bien a través de
teleformación.

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7.- ¿Cada cuánto tiempo actualizas los conocimientos relacionados con tu
sector y profesión?
Cada vez resulta más necesario estar al día de los conocimientos requeridos para
ocupar los puestos de trabajo a los que quieres optar o para poder penetrar en el
sector profesional en el que te quieres desarrollar. Seguramente estás pensando
que ya estás al tanto. Lo que pasa es que te pones las pilas cuando te quedas sin
trabajo o cuando quieres cambiar de trabajo. Entonces es cuando te preocupas
de investigar sobre tus conocimientos. Hoy en día los conocimientos cambian,
evolucionan, se transforman y quedan obsoletos con rapidez. Los conocimientos
adquiridos hace un año no nos sirven para toda nuestra vida profesional. Va bien
que estés al día de cómo cambian y que los actualices.
En el siguiente ejercicio te voy a proponer que selecciones de nuevo las diez
ofertas de empleo que ya tenías localizadas de otro ejercicio anterior y escribas
en este cuadro los conocimientos técnicos (aplicaciones y herramientas), los
conocimientos idiomáticos y los conocimientos especializados de otras materias
que se piden en dichas ofertas de empleo.

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Sigue reflexionando sobre esto con otro ejercicio. Ahora piensa en el nivel
teórico y práctico de manejo real de esos conocimientos. Básicamente, necesitas
saber si estás habituado a utilizarlos y a ponerlos en práctica. Si una empresa te
contrata mañana y requiere conocimientos avanzados de SAP, ¿podrías
manejarlo con soltura desde el primer día?

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¿Cuánto tiempo te requeriría adquirir el nivel necesario de conocimientos de
esas materias para llegar al nivel solicitado por las empresas? En este punto
tienes que ser muy objetivo y sincero.

8.- Cuándo haces un curso de formación complementaria, ¿pones en


práctica lo aprendido para consolidarlo?

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Hay quienes son, oficialmente, «cursistas». Básicamente, se trata de personas
que se apuntan a todos los cursos que pueden, pensando que pueden adquirir
conocimientos de todo. Sin embargo, no podemos olvidar que una cosa es recibir
una formación que te da un título que supuestamente certifica que eres
conocedor de una materia, y otra muy diferente es saberla poner en práctica en
tu sector o en tu actividad. Tienes que asumir que recibir una formación es solo
un comienzo para poder llegar a ser especialista en esa herramienta, ese
conocimiento o esa actividad. Con esto quiero decir que no debes olvidar que los
conocimientos que acabas de recibir los debes consolidar de forma práctica para
incorporarlos a tus hábitos de trabajo. Cuanto más lo hagas, más controlarás lo
aprendido. Es más, la práctica te permitirá destacar en una profesión, un sector
o una actividad porque al estar especializado te desenvolverás de forma
diferente. Terminar un curso o una formación te da un título que determina que
superaste unos estudios que te han facilitado unos conocimientos que
supuestamente posees para poder poner en práctica esa determinada materia
(con mayor o menor profundidad en función de cada curso). Sin embargo, como
bien sabes, la teoría es una cosa y la realidad, otra muy distinta. También puedes
aprender algo sin necesidad de realizar un curso, porque lo haces de forma
autodidacta (por tu cuenta) a través de internet, leyendo libros o con ayuda de
un conocido, por ejemplo, y luego lo pones en práctica poco a poco. Si pasa un
tiempo sin que apliques estos conocimientos, te darás cuenta de que te cuesta,
por la falta de práctica. Por lo tanto, no te engañes a ti mismo y practica todo lo
que puedas para destacar en una materia, una actividad, un sector o una
profesión.
Tener un título no significa que seas un experto en el manejo de esa
herramienta o de ese conocimiento.
En el siguiente ejercicio te propongo que contestes con sinceridad y que
reflexiones sobre ello. Mantén un diálogo interno contigo mismo y no te engañes.

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Puedes adolecer de titulitis (básicamente quiere decir que tienes muchos
títulos). En cambio, saber utilizar los títulos ya es otra cosa.
En el siguiente ejercicio te daré medidas preventivas para evitar que te vuelva
a ocurrir la próxima vez que obtengas un título o un conocimiento. Voy a trazar
contigo un plan para consolidar esos conocimientos. Para ello, anota las tareas
que tendrías que llevar a cabo para poner en práctica esos conocimientos
adquiridos e integrarlos en tus conocimientos reales. No te limites simplemente a
nombrar las acciones concretas, sino que especifica la fecha y la hora en que las
acometerás. Es una tabla centrada en las próximas seis semanas; por supuesto,
puedes hacer otra tabla con otro periodo de tiempo, más largo o más corto.
Tienes que especificar las acciones que llevarás a cabo para desarrollar esos
conocimientos.

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9.- ¿Por qué razón realizas nuevas acciones formativas?
Las razones por las que tú decides aprender algo nuevo son importantes y las
debes tener claras para no tener unas expectativas demasiado altas que hagan
que quedes descontento con el resultado final obtenido.
Supongo que como casi todo el mundo, en alguna ocasión habrás cursado
algo con el fin de que te ayudase a encontrar empleo o simplemente por tener un
título más. Cuando solo quieres el título, una vez conseguido te despreocupas,
porque tu fin era ese: obtener la titulación. Te dices a ti mismo que lo has hecho
«por si acaso lo necesito». Debes asumir que debes formarte a lo largo de toda tu
vida y no solamente cuando lo necesites. Está bien que cuando curses algo
nuevo investigues las posibles salidas profesionales que tiene. No siempre
obtendrás un título cuando aprendas algo nuevo. No sé si has oído hablar de los
MOOC, siglas en inglés de Massive Online Open Courses, que se puede traducir
por «cursos online masivos y abiertos». Son charlas y cursos prácticos para
aprender algo. Muchos de ellos son gratuitos, aunque algunos también son de
pago; en los gratuitos, si quieres que te emitan un título te cobran por ello.
También existen plataformas de vídeo como YouTube, donde existen canales
temáticos de muchas materias y conocimientos.
En este ejercicio quiero que vayas a tu buscador, pongas en la barra de
búsqueda «plataformas MOOC» y las investigues. Después escribe en el
siguiente cuadro cuántas has encontrado que te parezcan interesantes para

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aprender cosas:

Continuando con los ejercicios prácticos, abre www.youtube.com y, en su


barra superior de búsquedas, escribe «vídeos o canales de [matemáticas, física,
contabilidad, historia, computación, electrónica o la materia sobre la quieras
encontrar información]». Una vez encuentres el material, investiga para ver
cuáles encajan dentro de tus expectativas. Anota en el siguiente cuadro esos
canales que te encajan y te pueden ser útiles.

Ahora me gustaría que pensaras en las motivaciones o las razones objetivas


por las que quieres aprender algo nuevo. Explica brevemente en este cuadro las
tres razones principales por las que quieres adquirir nuevos conocimientos sobre
las materias que sean.

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En el siguiente cuadro, quiero que anotes si estas razones te ayudan a
conseguir los conocimientos prácticos necesarios para obtener un empleo en el
que se piden dichos conocimientos. Si no te ayudan, debes especificar las
razones.

Por último, todos adquirimos hábitos que no siempre son los mejores, así que
ahora te va a tocar identificar qué hábitos tienes que cambiar para que
evolucione tu forma de adquirir conocimientos y ponerlos en práctica. Escribe en
este cuadro qué hábitos o rutinas de tu vida debes cambiar para consolidar los
conocimientos que adquieres y evitar que se oxiden. Piensa en los hábitos que
seguiste mientras cursabas unos estudios y no fuiste capaz de adquirir para
consolidar esos conocimientos.

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Tienes que reflexionar sobre todo esto y asumir que cada vez es más
necesario actualizar los conocimientos. Creo que esta selección de ejercicios te
puede ayudar perfectamente a guiarte para conseguirlo.

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10.- ¿Cuántos años de experiencia tienes en tu área profesional
prioritaria?
Es importante que tengas muy claros los años de experiencia reales que tienes
en los puestos de trabajo o perfiles profesionales a los que quieres optar, y sobre
todo, que los lleves bien aprendidos a las entrevistas.
Por supuesto, no pasa nada si no tienes experiencia profesional; todos hemos
comenzado en algún momento en el mercado laboral. Al acabar nuestros
estudios, es normal que no tengamos experiencia. Es importante que te focalices
en tus motivaciones y en saber explicar lo que eres capaz de hacer y de
conseguir con tus conocimientos. Es probable que puedas aportar cualidades de
las que no eres consciente.
No es mala idea que, sin mirar ningún papel y de memoria, especifiques el
año en que comenzaste y acabaste cada práctica y/o cada experiencia
profesional. Haz la prueba y anota en este cuadro el periodo exacto en el que
trabajaste en cada empresa.
Más adelante, tener experiencia es importante. De todos modos, eso no
significa que te puedas relajar. Tendrás que demostrar lo que puedes aportar en
esa nueva organización. La experiencia no puede ser sinónimo de ir relajado.
Debes estar seguro de ti mismo, pero sin prepotencia. Debes ser capaz de
demostrar lo que puedes conseguir y solucionar en esa nueva empresa.

También va bien que seas consciente de todo lo que haces en un puesto de


trabajo o en unas prácticas. Primero usa la memoria: piensa y especifica todo lo
que has llevado a cabo durante tus experiencias laborales o prácticas.

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También es buena idea que en el siguiente cuadro especifiques las funciones
y tareas que puedes desempeñar en el puesto de trabajo que quieres ocupar.
Aunque quiero que lo pienses y lo plantees de otra forma. Piensa y anota en este
cuadro las cosas que eres capaz de ayudar a solucionar a las empresas que
puedan requerir de un profesional como tú. Esto es muy fácil: se trata de pensar
primero en las funciones y tareas que sabes hacer y luego analizar qué puedes
aportar a esa empresa con eso que sabes hacer. Da igual que sea algo
insignificante: todo ayuda a conseguir que una empresa funcione.

Para continuar con los ejercicios, te planteo que en el siguiente cuadro


anotes tus motivaciones e inquietudes laborales. Deben ser objetivas y bien
argumentadas. Se trata de determinar por qué te gusta trabajar de eso y por qué

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quieres desempeñarlo en esa empresa en concreto. Lo debes saber transmitir
bien. Si no te lo has planteado, reflexiona sobre ello.

Seguimos con otro ejercicio. Es importante que especifiques qué sabes hacer
en el ámbito profesional y qué te gusta hacer o se te da bien. Está claro que en
alguna ocasión puede coincidir lo que sabes hacer con lo que te gusta hacer,
pero en otros casos no coincidirá. Se trata de pensarlo con tranquilidad.

Ahora tendrás que esforzarte un poco más. Reflexiona y busca en tu interior


si eso te llena profesionalmente hablando, e inclúyelo en este cuadro. Se trata de

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que pienses si disfrutas haciendo aquello a lo que te dedicas profesionalmente.
Dicho de otra forma, di si pesa más lo positivo sobre lo negativo de trabajar de
eso.

También necesitarás estudiar las ofertas laborales a las que te diriges y


prestar atención a cuántos años de experiencia están pidiendo para poder
acceder a ellas. Se trata de saber los mínimos. Si tú puedes trabajar de técnico
contable junior, analiza los años mínimos de experiencia que solicitan. Adáptalo
a tu caso concreto.

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Imagínate que puedes realizar todas las funciones que piden, pero sin
embargo no tienes toda la experiencia exigida. No se acaba el mundo. Busca
argumentos para defender tu candidatura a pesar de no cumplir los años de
experiencia. Qué podrías argumentar con objetividad. Se trata de buscar
soluciones a esa pega que puedes tener. Céntrate en todo lo que puedes aportar
para contrarrestar esa carencia.

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En el siguiente cuadro, quiero que escribas cuál es tu propuesta de valor.
Para ayudarte, céntrate básicamente en aquello que sabes hacer y solucionar
gracias a tus competencias, capacidades, conocimientos, motivaciones y
experiencias vitales. No te van a contratar por ser graduado en marketing, sino por
lo que eres capaz de hacer de forma práctica con esos conocimientos. Define bien
tu propuesta. Comienza a poner cosas, luego ya le darás forma.

Para seguir indagando en esto, ahora piensa en cuáles son tus grupos de
interés. A ellos pertenecen las personas que pueden necesitar a un profesional

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como tú o que pueden requerir tus productos o servicios. Antes de comenzar a
mandar tu perfil profesional o tu catálogo de productos o servicios, tienes que
tener claro quiénes te pueden contratar o comprar. Piensa realistamente quién
puede necesitarte. A veces, puede pasar que las personas que te necesitan o
necesitan tus productos aún no lo sepan. Esto requiere que investigues quiénes
contratan a personas como tú o compran lo que tú ofreces. Te toca pensar,
investigar y analizar. Observa a tu alrededor.

En el siguiente ejercicio tienes que pensar cómo puedes ayudar a las


empresas a las que te diriges a solucionar los diferentes problemas con que se
encuentran de tu área de conocimiento. Es decir, tienes que pensar cómo
puedes ayudar a los grupos de interés de los que hemos hablado antes. Las
empresas no te contratarán por tus títulos y tu experiencia, sino por lo que les
puedas ayudar a solucionar o lo que les puedas aportar. Es muy probable que no
te lo hubieras planteado antes. Piénsalo de la siguiente forma: convierte las
funciones que puedes desempeñar dentro de una empresa en preguntas sobre
qué puedes ayudar a solucionar. Igualmente, si trabajas por tu cuenta piensa en
qué necesidades cubren tus servicios o productos.

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Ahora piensa en las diferentes formas que conoces de desempeñar una
misma tarea. Además, es bueno que te plantees de cuántas de esas formas
sabes hacer las cosas. Anota en este cuadro los pasos que tienes que llevar a
cabo para acometer una tarea o para solucionar un problema:

Ahora, analiza en el siguiente cuadro cuántos de esos pasos puedes saltarte


para ser más efectivo. Se trata de pensar qué cosas puedes omitir para ser más
productivo; es decir, de conseguir hacer lo mismo en menos pasos y, por lo
tanto, en menos tiempo.

Por último, escribe en este cuadro cosas que sabes hacer y añade al lado las
diferentes formas en que podrías o sabrías hacerlas, siendo tan concreto como
puedas:

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11.- ¿Conoces en qué estado está tu ocupación dentro del mercado
laboral?
A veces, los puestos en los que tienes experiencia o el sector al que te has
dedicado se encuentran en un momento de dificultad, de cambio, de
reconversión o de escasez de empleo, y eso debes saberlo detectar para buscar
alternativas.
Si eres consciente de cómo están en estos momentos tu actividad, tu sector o
tu perfil profesional, lamentarte no solucionará nada. Así pues, si hay escasez de
empleo, debes buscar caminos alternativos donde se puedan necesitar
profesionales como tú. Si, por el contrario, tu sector va aguantando, es cuestión
de saber detectar dónde se encuentra la necesidad de personal con tu perfil
profesional. No olvides que nunca es tarde para reinventarte en el ámbito
profesional; la clave es querer hacerlo.
En primer lugar, explora en los diferentes canales de búsqueda las ofertas de
la ocupación de tu interés. Te ayudo con la siguiente tabla, donde podrás indicar
el puesto que buscas y el número de ofertas que encuentres. No olvides que un
mismo puesto puede tener diferentes nombres.

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Si no encuentras ninguna oferta de trabajo, debes recapacitar. Aunque
quieras seguir trabajando en el puesto en el que siempre has trabajado, si el
sector ahora no necesita personas con tu perfil profesional, debes reaccionar. No
puedes esperar a que remonte el sector al que te diriges; tienes que despertar y
resurgir. Estudia sectores afines, mira profesiones relacionadas con la tuya donde
puedas encajar, investiga lugares donde necesiten profesionales como tú.
Siempre existen alternativas.

12.- ¿Sabes en qué otros sectores afines podrías desempeñar tu


ocupación?
Debes tener una visión global de las actividades y de los sectores profesionales
que pueden requerir de un profesional con tus características. Tienes ciertas
habilidades que pueden ser interesantes en otro sector. Debes estar al día de
cómo se mueve el mercado laboral, asumiendo que debes conocer sectores
profesionales afines al tuyo hacia los que evolucionar llegado el momento. Esto
hará que estés preparado aprendiendo conocimientos o adquiriendo competencias
requeridos en dichos sectores. Es bueno especializarte de una manera global para
tener alternativas a las que recurrir.
Toma las riendas de tu destino profesional. El mundo no se va a adaptar a ti,
sino que debes ser tú quien se adapte al mundo. Debes buscar soluciones para
conseguir volver al mercado laboral. Para que se te abra una puerta, tienes que
llamar a muchas y encajar bastantes negativas. ¡Ánimo!
Comencemos con un ejercicio que requiere de tu reflexión.
Independientemente de tu profesión, seas abogado, médico, dependiente,
fontanero o peón agrícola, y tengas o no experiencia, indica en el siguiente
cuadro dónde pueden necesitar a un profesional como tú; es decir, indica qué
personas o empresas pueden requerir tus servicios. Para ello, necesitas

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investigar.

En el siguiente ejercicio, tienes que indicar en qué sectores profesionales


pueden requerir a una persona que se dedica a lo que tú sabes hacer. Por
ejemplo, en el caso de un enfermero, ¿en qué sectores empresariales lo pueden
necesitar?

Por último, con las características profesionales que tienes, ¿qué otro tipo de
trabajos diferentes al tuyo serías capaz de realizar? Escribe en este cuadro las
profesiones afines en las que podrías trabajar.

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13.- ¿Te planteas cambiar de profesión o de sector?
A veces es bueno saber detectar la necesidad de realizar un cambio profesional y
buscar un trabajo diferente. Los momentos de transición laboral son buenos para
plantearte este tipo de cambios. Debes ser consciente de que, con independencia
de que seas muy bueno en el desempeño de tu perfil y conozcas al detalle tu
sector, nunca va mal conocer otras alternativas a las que poder recurrir en caso
de ser necesario. Sabes que estar prevenido es bueno para poder volver al
mercado laboral cuanto antes. Tienes una perspectiva analítica global que te
permite anticiparte a los cambios a los que te toca enfrentarte. Lógicamente,
debes asumir que los cambios radicales de actividad los debes organizar a largo
plazo y por fases, para estar totalmente preparado. De todos modos, cuanto
antes te enfrentes a ello, antes conseguirás acercarte al cambio profesional
deseado.
En primer lugar, me gustaría que reflexionaras sobre si te planteas un cambio
profesional. En caso de que sí te lo plantees o de que no te lo estés
cuestionando, escribe en el siguiente cuadro las razones que te motivan a
realizar o no el cambio. Es importante tener detectados los miedos que nos
impiden acometer cambios necesarios. Esto ayuda a poder eliminarlos. Todo
comienza por asumirlos.

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Para llegar más lejos, es buena idea que especifiques en el cuadro siguiente
todas las cosas que sabes hacer o que puedes ayudar a solucionar a las
empresas. Eso sí, no hace falta que sean cosas que habitualmente haces en tu
trabajo e incluso pueden ser cosas por las que nunca hayas sido remunerado.
Imagínate que hablas bien inglés y francés, aunque en tu trabajo actual no lo
precisas. Me refiero sobre todo a este tipo de cosas.

Otro ejercicio que te planteo es que pienses en qué sectores o profesiones


pueden necesitar a una persona que sepa hacer esas cosas que podrías aportar.

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Escríbelo en este cuadro. Esto requiere que investigues.

Por último, quiero que reflexiones sobre si te gustaría dedicarte


profesionalmente a todas esas otras cosas que sabes hacer. En este cuadro
tienes que poner los pros y los contras de dedicarte a eso.

14.- ¿Sabes relatar los retos, los logros y las dificultades con los que te
has encontrado a nivel profesional?

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Relatar tu experiencia profesional supone que sepas poner ejemplos reales y
concretos sobre lo que hacías, metas que se alcanzaron gracias a tu labor, y que
expliques cómo afrontabas y superabas los problemas que surgían en tu día a
día.
Es necesario saber contar tu experiencia laboral de diferentes for-mas,
mencionando ejemplos de lo qué hacías, cómo lo hacías y cómo buscabas
soluciones a los imprevistos que te surgían en el desempeño de tu empleo.
Tienes que centrarte en lo relevante para cada puesto al que optas, porque a lo
largo de tu trayectoria profesional has hecho muchas cosas y tienes que saber
diferenciar muy bien cuáles son las que debes relatar en cada momento.
Te propongo un ejercicio teórico-práctico para determinar si los dos nos
referimos al mismo concepto. Me gustaría que definieras con tus propias
palabras «competencia» y «logro». A continuación, escribe la definición de un
diccionario para asegurarte de que vas por el buen camino.

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Personalmente, te puedo dar mi definición sencilla: las competencias son el
conjunto de capacidades, habilidades y aptitudes que posees para la ejecución
eficiente de tu puesto de trabajo, mientras que los logros son todos aquellos
resultados concretos, puntuales y positivos que significan una ganancia o un éxito
para la empresa o la organización con la que colaborabas o en la que trabajabas.
Nunca es tarde para que puedas aprenderlo. Debes saber identificar hechos que
pongan de manifiesto tus habilidades y conocimientos, tu potencial para resolver
los problemas cotidianos en los puestos a los que aspiras. Para ello es importante
que reflexiones sobre tu historia laboral y personal, detectando las actuaciones y
los resultados obtenidos más significativos.
Tal y como hemos hecho con los términos «competencia» y «logro», me
gustaría repetir este tipo de ejercicio con tres competencias que tengas. Por
ejemplo, si dices que sabes trabajar en equipo, indica en la siguiente tabla qué
entiendes tú por esa competencia y después busca la definición «oficial». Esto te
ayudará a poder pensar ejemplos concretos que demuestren esa competencia.
Aunque para esto debemos tener claro su significado.

78
A continuación, te dejo un ejercicio para que puedas poner en práctica cómo
relatar tus logros, competencias y dificultades. Sobre todo, tienen que ser
cuestiones enfocadas en tu desarrollo profesional y en tus vivencias. Se pueden
poner de ejemplo unas prácticas profesionales o un voluntariado.

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El siguiente ejercicio está pensado para darle a la imaginación. Tienes que
saber explicar de diferentes formas todo aquello que sabes hacer. No es lo
mismo explicar una cosa con tecnicismos usados en tu profesión a gente experta
del sector, que hacerlo con palabras entendibles para cualquiera, aunque no
sepa nada de tu profesión.

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En este cuadro, explica qué sabes hacer pensando que te van a leer
personas de tu profesión:

Ahora, en este cuadro, explica lo mismo pero pensando que quienes te van a
leer son personas que no conocen nada de tu sector o de tu profesión:

En el siguiente ejercicio quiero que anotes ejemplos concretos que


demuestren que sabes hacer lo que especificas sobre tus experiencias
profesionales o vitales.

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En el último ejercicio de este módulo quiero que reflexiones y pienses
ejemplos concretos de tus competencias. Imagínate que tienes iniciativa, sabes
trabajar en equipo, eres creativo, sabes trabajar bajo presión, sabes escuchar
bien, sabes gestionar bien una reclamación, etc. Busca ejemplos que lo reflejen
bien. Imagínate que explicas que eres una persona con mucha iniciativa y el
reclutador te pide que le pongas un ejemplo. Tú respondes que en todos tus
trabajos, cuando tu jefe te mandaba hacer algo, lo hacías. Claramente, estarás
de acuerdo en que esa respuesta no es un ejemplo de tener iniciativa. Así pues,
asegúrate de responder con ejemplos que realmente demuestren que tienes esa
cualidad o esa competencia. Esto requerirá que lo pienses con tranquilidad:
encontrar los mejores ejemplos lleva su tiempo.

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84
15.- ¿Conoces las competencias técnicas e idiomáticas requeridas para
desempeñar la profesión que quieres ocupar?
Es importante que sepas los conocimientos y las herramientas de diversa índole
que se piden en las ofertas de empleo del sector que quieres ocupar. Tienes que
ser consciente de que cada vez serán más necesarias las competencias
concretas asociadas a tu perfil. Sabes que este mundo es cada vez más global
en lo que respecta al ámbito laboral. En muchas ocasiones, se te piden
determinadas competencias porque realmente son necesarias para desempeñar
el empleo al que optas. Has asumido que la adaptación es la clave para
evolucionar. Abandonaste hace tiempo la queja porque no te ayudaba en tu
proceso de mejora. Especializarte en las competencias técnicas e idiomáticas
asociadas a tu perfil es algo que no debes dejar de hacer: siempre evolucionan.
Debes dedicar tiempo de forma inmediata a investigar y conseguir saber qué
competencias son imprescindibles para trabajar en el sector elegido y en otros
sectores afines a él; de otro modo, seguirás dando vueltas para no llegar a
ninguna parte. No puedes seguir mandando tu perfil profesional a las ofertas de
interés sin saber si cumples los requerimientos competenciales que te exigen
tener, porque si sigues haciéndolo, no te seleccionarán. Y no te seleccionarán
porque no tengas talento, sino porque no cumples los mínimos exigidos en
algunos aspectos profesionales.
Para empezar, quiero que te plantees en qué nivel se encuentran tus
competencias idiomáticas y técnicas. Quiero que escribas en el cuadro siguiente
qué herramientas manejas y qué idiomas sabes hablar que vendrían bien para tu
empleabilidad. Por herramientas me refiero a un lenguaje de programación como
Java, un software de contabilidad, el carnet de carretillero y otras cosas de este
estilo. Además, me gustaría que aprovecharas este momento para evaluar tus
conocimientos de 0 a 3, siendo 0 el valor mínimo (desconocimiento), 1 el nivel
principiante, 2 el nivel medio y 3 el nivel avanzado. No quiero meterme en
convalidaciones con niveles oficiales, porque no es el caso. Simplemente quiero
que seas sincero, ya que el objetivo de este ejercicio es que te conozcas mejor y
puedas ver cómo mejorar.

85
Es probable que no te hayas planteado qué nivel de competencias has
desarrollado, y si te lo has planteado, quizá quieras abordarlas cuando acabes
tus estudios, cuando te quedes sin trabajo o cuando necesites buscar trabajo por
otro motivo. Sin embargo, el mundo va muy rápido y no puedes esperar. Debes
estar preparado antes de que lleguen las circunstancias.
Para saber qué es lo que se busca en tu sector, te sugiero que busques unas
diez o quince ofertas de empleo (independientemente del lugar del que
provengan) y analices qué es lo que buscan. Céntrate en las herramientas que
piden y en los idiomas que exigen para desempeñar esos puestos. Anota en el
cuadro las herramientas y los idiomas que se requieren en alguna de estas
ofertas.
Como ya has hecho antes, quiero que incluyas el nivel que exigen y, de
manera muy sincera, el que tú tienes.

86
En caso de que no sepas manejar alguna de esas herramientas o de que no
sepas hablar alguno de esos idiomas, quiero que reflexiones sobre qué medidas
vas a tomar al respecto. Si los puestos a los que quieres acceder exigen algo que
no tienes, tendrás que tomar cartas en el asunto. Se trata de que respondas a la
pregunta ¿Cómo vas a poner solución si quieres trabajar en ese puesto de
trabajo?

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16.- Además de tu lengua materna, ¿cuántos idiomas dominas?
Es importante saber varios idiomas, haciendo hincapié en los que más se utilizan
en este mundo cada vez más global. Debes mejorar. Llegar a dominar otro
idioma diferente al tuyo requiere mucho tiempo. Tienes que conseguir un nivel
adecuado en el idioma elegido para defenderte, conseguir que te entiendan y
poder desempeñar tu trabajo de forma profesional con ese idioma. La práctica
constante ayudará a que evoluciones. En especial, debes ponerte las pilas con
los idiomas si en el puesto de trabajo que quieres desempeñar y en los sectores
afines ya se da por hecho que debes saber otro idioma diferente al tuyo. Te
costará tiempo mejorar, pero tendrás que transmitir que ya estás en proceso de
mejora.
Empieza por identificar de forma objetiva cuántos idiomas, aparte del
castellano (si es tu lengua materna), sabes hablar. En la Unión Europea, los
niveles van desde A1 hasta C2, siendo A1 el nivel más bajo de conocimiento y
C2 el nivel más alto (este último significa que eres bilingüe para esa lengua). El
nivel A1 se refiere a conocimientos muy básicos de ese idioma, lo que implica
que no puedes defenderte con esa lengua extranjera. Pero vamos a ahondar un
poco más en el tema. Puntúa ahora las cuatro habilidades idiomáticas: oral,
escrita, comprensión y lectura. En este caso, 0 significa un nivel muy básico; 1
equivale a un A; 2, a un B, y 3, a un C.

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17.- ¿Estás mejorando actualmente tu nivel de idiomas?
Aunque no tengas el nivel del idiomas que se requiere para ocupar los puestos
de tu interés, es bueno que estés en proceso de mejora para conseguir llegar a
un nivel óptimo lo antes posible. Quizá seas una persona que lo ha intentado en
varias ocasiones y siempre lo acabas dejando, o simplemente no ves la
necesidad de hablar otro idioma. Pensar en mejorar tu nivel en el idioma que has
elegido no cuesta, lo complicado es ponerte manos a la obra. Debes adquirir el
hábito, además de procurar que el aprendizaje de ese idioma resulte divertido;
en la red hay muchas opciones que hacen llevadero practicar un idioma. Debes
comenzar y no abandonar ese idioma ante la primera dificultad que te surja en el
proceso. Hazlo a tu ritmo, sin perder el humor, porque aprender un idioma
supone equivocarse constantemente para evolucionar. Lo importante no es
equivocarse, sino asumir que te has equivocado y ponerle remedio lo antes
posible. Avanzar en el aprendizaje de un idioma es cuestión de ser constante.
Puede ser que en estos momentos no necesites aprender un idioma para
desempeñar tu puesto de trabajo, pero estoy seguro de que ya te has dado
cuenta de por dónde van los tiros en muchos otros sectores y perfiles.
Hay muchas personas que afirman que ahora mismo no pueden destinar
medios económicos a aprender un idioma. Pero en muchos casos no son más
que excusas.
Este primer ejercicio lo tienes que hacer a través de un buscador (yo uso
Google, www.google.com). Busca herramientas para aprender inglés (o cualquier
otro idioma que quieras o necesites aprender). Una vez que tengas localizadas
algunas de estas herramientas, anótalas en este cuadro e indica si son gratuitas

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o no, y para qué nivel son (me refiero a si son para gente que no sabe ese idioma
o bien para gente que ya tiene un conocimiento básico o avanzado):

Acude de nuevo a Google (o el buscador que uses) y busca bares u otros


sitios de tu ciudad donde organizan encuentros para hablar ese idioma con otras
personas. Anota en este cuadro todos los lugares que te aparecen, con la
información necesaria (es decir, lugar, hora y día exacto). Puede tratarse, por
ejemplo, de estudiantes de Erasmus que quieren hacer un intercambio de
idiomas, de un grupo de inglés que queda en un pub para practicar…

Piensa también en qué personas de tu entorno podrían ayudarte a practicar


ese idioma. Me refiero a amigos, familia o conocidos. Pero primero asegúrate de
que esa persona realmente estaría dispuesta a ayudarte.

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Por último, piensa de qué formas podrías aprender o practicar ese idioma en
tu entorno, aunque no todas estas formas sean gratuitas. Anota todas las que se
te ocurran.

91
Ahora haz un cronograma de tareas que vas a realizar durante el próximo
mes para mejorar tu nivel de idioma. Si no te pones en serio, no lo harás nunca.

92
18.- ¿Dominas las herramientas técnicas necesarias para trabajar dentro
de tu sector?
Es importante que sepas manejar las aplicaciones, las máquinas y las
herramientas informáticas, técnicas, industriales y de gestión asociadas al
desempeño de tu perfil profesional. Tienes que ponerte las pilas hoy mismo
porque si no sabes manejarlas, las empresas optarán por otro candidato que sí
las domine. Por ejemplo, si desde hace tres años en todas las ofertas del perfil al
que optas se pide el dominio de un determinado lenguaje de programación, has
tenido tiempo de sobra para buscar remedio y aprenderlo; de no hacerlo, estás
permitiendo que se acumulen los obstáculos en tu camino en el mercado laboral.
Nunca es tarde para cambiar, pero es algo que depende de ti.
Para empezar, como pasaba con los idiomas, decir que no tienes medios
económicos para aprender una herramienta no es más que una excusa fácil.
Para este primer ejercicio, vuelve a tu buscador y escribe «cursos gratuitos
para aprender [herramienta]». Una vez tengas localizados algunos cursos,
anótalos en este cuadro e identifica si realmente son gratuitos y si debes tener
algún conocimiento previo.

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Como ya he comentado anteriormente al tratar los idiomas, piensa qué
personas de tu entorno te podrían enseñar a utilizar esa herramienta. Nos valen
amigos, familia o conocidos. También analiza si estarían dispuestos a ayudarte.

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Te sugiero que analices sinceramente cuántas herramientas sabes manejar y
cuál es tu nivel de conocimiento teórico y práctico de las mismas. Tienes que ser
realista.

Y ahora, ponte manos a la obra. Rellena un cronograma de las tareas que vas
a llevar a cabo durante el próximo mes para mejorar tu nivel de conocimientos de

95
esa herramienta. Si no te pones a ello, no lo harás nunca.

Como te habrás dado cuenta, este último ejercicio es idéntico al que te


sugiero para aprender y mejorar idiomas. Ten en cuenta, sin embargo, que no
todas las actividades que vas a hacer tendrán la misma importancia; es por ello
que tendrás que aprender a priorizar, es decir, saber identificar la prioridad. Así
pues, es muy buena idea que, tanto en el cronograma de herramientas como en
el de idiomas, identifiques las prioridades de cada actividad con colores. Una
pequeña inversión de rotuladores será necesaria si eres una persona muy visual,
pero puedes usar cualquier otra técnica que te permita identificar la prioridad.
No puedes hacerlo todo a la vez, por lo que, aunque dediques mucho tiempo a
los cronogramas, tendrás que apostar por alguna cosa por delante de otras. Así,
por ejemplo, puedes utilizar un rotulador rojo para marcar lo que sea importante
y urgente, un rotulador amarillo para marcar algo importante pero no urgente, un
rotulador naranja para anotar lo no importante, aunque urgente, y, finalmente, un
rotulador verde para marcar aquello que no es ni importante ni urgente.
Piensa qué nivel de prioridad tiene para ti el aprendizaje de ese idioma o de
esa herramienta concreta. No es una elección personal, sino que debes saber
identificar qué necesitas para acceder al puesto de trabajo que buscas. Si has
visto que ciertas habilidades que no tienes suelen ser demandadas por las
empresas, personalmente creo que es una prioridad. Lo que está claro es que no
puedes decir que se te da muy mal el alemán si no dedicas ni un minuto del día
a mejorarlo; puede ser muy prioritario o nada prioritario, pero si no le dedicas
nada de tiempo, la prioridad será nula.

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De todas formas, como probablemente tienes dudas sobre lo que es urgente
e importante y lo que no lo es, aquí te dejo un sencillo cuadro para que puedas
identificar cuáles de tus tareas para mejorar tu empleabilidad son prioritarias y
cuáles lo son menos. Debes ser objetivo a la hora de rellenarlo.

Te dejo este mismo cuadro vacío para que anotes con los rotuladores de
colores indicados arriba cuáles de tus tareas se encuentran en cada parte del
cuadro. Tú debes decidir.

Lo visto en este apartado respecto a la prioridad de las tareas es trasladable a


los otros bloques de ejercicios de este libro.

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98
19.- ¿Te planteas como una de tus opciones profesionales emprender un
negocio por tu cuenta?
Montar un negocio es una opción más para poder acceder al mercado laboral.
Eso sí, desde la perspectiva de que eres tú mismo el que creas tu propio empleo.
Debes tener claro que en este mundo cada vez más global todas las opciones
pueden ser posibles de cara a buscarte la vida profesional. Cualquier camino
conlleva riesgos y trabajo de por medio. Ser emprendedor es uno de los caminos
posibles que va a requerir cierta inversión de tiempo, trabajo y esfuerzo, y
aparecerán dificultades en su proceso. Y antes que nada, deberás pensar si este
proyecto va a ser tu prioridad. Debes huir de aquellas personas que te lo pinten
como un camino de rosas. El espíritu emprendedor es algo que debe nacer tras un
periodo de reflexión, maduración, investigación, prospección, diálogo y valentía
por tu parte. Las cosas no serán fáciles de buenas a primeras. Tendrás que
invertir mucho tiempo en tu proyecto. ¿Estás dispuesto? Para poder trabajar tu
idea de negocio con ejercicios, te recomiendo el libro Tu test del algodón, de Ana
Hernández Serena.
Para empezar, te recomiendo que te centres en tu profesión y valores la
posibilidad de ofrecer tus servicios o tus productos a otras personas o empresas.
En este primer cuadro escribe qué productos o servicios podrías ofrecer por
cuenta propia:

Como todo en la vida, la competencia es imposible de evitar. Es por ello que


tendrás que saber qué ofrece la competencia para identificar aquello que te

99
puede diferenciar y que tu público objetivo puede valorar positivamente. Te
propongo que pienses e investigues que está ofreciendo la competencia, es
decir, otros profesionales, startups o pymes que se mueven en el mismo sector
que tú. También es importante que te centres en su valor diferenciador, es decir,
a qué las hace diferentes (precio, producto, atención al cliente, servicio, etc.).

El siguiente paso exige que pienses con tranquilidad cuál es el valor


diferencial de tu producto o de tu servicio. Escribe aquí las ideas que se te
ocurran al respecto:

100
Ahora piensa qué empresas o personas son tu público objetivo, es decir,
quiénes pueden tener interés en esos servicios o productos que ofreces y
estarían dispuestas a ponerse en contacto contigo. Anótalo en el cuadro
siguiente. Se trata de los grupos de interés que no tienen nada que ver con tu
familia y amigos. Es muy posible que haya más de uno.

Es probable que pienses que he empezado la casa por el tejado, porque no


he comentado nada de tus ideas de negocio. Seguramente no tienen nada que
ver con tu profesión o con el sector en el que ya estás trabajando. Si te parece, te
propongo hacer un par de ejercicios sobre este tema.
Para empezar, piensa en los problemas que tienen las personas que trabajan
en un sector determinado, en las necesidades no cubiertas, en las mejoras que
se pueden implementar en un producto o servicio que ya existe, o en sectores
emergentes que están creando nuevas necesidades. Anota en este cuadro todo
lo que se te ocurra con independencia del sector, del producto o del servicio del
que se trate. De momento, considera este ejercicio como una lluvia de ideas.

101
Ahora tienes que cribar todas estas ideas, buscar los pros y los contras de
cada una de ellas. Quédate con las tres que más viabilidad tengan, basándote en
el conocimiento del sector o del producto que tengas, en el grupo de interés
objetivo y en la necesidad que cubrirías.

102
En el cuadro siguiente ya nos quedamos con las ideas seleccionadas. Ahora
tienes que pensar qué conoces de ese sector, de esos grupos de interés (es
decir, quién lo necesita) y de esa necesidad que cubre.

103
Estaría bien que reflexionaras sobre qué pasos tendrías que dar para poner
en marcha tu idea –es decir, para materializarla– y poder vivir de ello.

Por último, debes pensar en las motivaciones que tienes para querer
implementar esta idea y en las razones que te hacen no ponerla en marcha. Es
decir, las razones que te llevan a querer emprender y las que te frenan a la hora
de dar el paso.

104
20.- ¿Cuántas cosas has emprendido o puesto en marcha a lo largo de tu
vida?
Emprender se asocia a montar un negocio. Sin embargo, no solo conlleva eso.
Muchas veces has tenido que comenzar algo de cero para darle forma y acabar
ejecutándolo. Aprobar un examen, cambiar de ciudad por trabajo, escribir un libro,
abrir un blog… todo ello supone que pongas en marcha tu maquinaria para
conseguirlo. Quizá seas una persona que no da valor a lo que haces tú mismo.
Asumes como creencia que emprender significa crear un negocio y vivir de ello.
Lo correcto sería asumir que el emprendimiento significa mucho más y que estás
emprendiendo cuando acometes cambios en tu vida, cuando buscas nuevas
formas de hacer las cosas, cuando decides dar un giro de ciento ochenta grados
a tu vida profesional, etc. Seguro que has emprendido muchas cosas a lo largo
de tu vida, porque empezar algo y acabarlo supone emprender cosas con la idea
de que te ayuden a evolucionar y progresar como persona y como profesional.
Para empezar, quiero que reflexiones sobre qué cosas has puesto en marcha
a lo largo de tu vida personal o profesional, y el resultado final de llevarlas a cabo,
es decir, si lo has logrado, si has abandonado o si no lo has logrado. Ahora
quiero que lo anotes en el cuadro siguiente. Ten en cuenta que no sería válido
incluir cosas del tipo «apuntarme al gimnasio o a una academia de inglés» si
solamente se trató de un pensamiento. Solo debes incluir aquellas que realmente
empezaste.

105
Piensa ahora en una de esas cosas que comenzaste en tu vida personal o
profesional y que no te diera el resultado esperado. Llega el momento difícil.
Formúlate las preguntas que aparecen en el cuadro, reflexiona sobre ellas y
respóndelas con tranquilidad. No hay respuestas correctas o incorrectas,
simplemente te ayudarán a analizar que ocurrió y a aprender de ello.

106
No puedes olvidar que todo lo que acometas conlleva riesgos. Si no intentas
nada, está claro que jamás te equivocarás. O no, porque yo soy de la opinión de
que en el caso de no emprender nada, tu equivocación radica en eso mismo: no
haber emprendido nada. Tienes que decirte con más fuerza que en esta vida
debes arrepentirte de lo que no has intentado, pero no de lo que has intentado

107
con motivación.
El siguiente ejercicio lo tienes que enfocar de otra forma: piensa en qué cosas
comenzaste y acabaron como esperabas. Te recuerdo que no me refiero
solamente a montar negocios. Puede ser cualquiera cosa de tu vida personal o
profesional; por ejemplo, aprobar una oposición, lograr el trabajo que deseabas,
conseguir un cliente muy valioso o conseguir sacar adelante tu negocio.

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Poner en marcha cosas nunca nos garantiza el triunfo. Es más, pocos
consiguen el éxito en el primer intento. Otra cosa muy diferente es que nos lo
expliquen así. Estamos hablando de éxitos o triunfos, y soy de aquellos que creen
que el triunfo es muy relativo. Cada persona tiene un concepto muy diferente del

109
éxito.
Piensa y escribe en el siguiente cuadro qué es para ti el éxito y qué
ingredientes crees que son esenciales para que algo sea un éxito o un fracaso;
para un estudiante, aprobar un examen con un 5 puede ser un fracaso, mientras
que para otro puede ser un éxito.

21.- ¿Estás dispuesto a asumir dificultades?


En mayor o menor medida, a lo largo de tu vida profesional debes asumir riesgos.
Siempre surgen complicaciones, y la clave está en cómo las afrontas y en las
alternativas que buscas.
Debes estar seguro de ti mismo y de tu potencial, y debes tener claras
aquellas cosas que debes seguir mejorando. No puedes pretender que los
demás sepan lo bueno que eres en algo si tú mismo no crees en ello. Tu
inseguridad y tus dudas se reflejan en la forma de comportarte y de actuar. La
seguridad en ti mismo te da fuerzas para asumir las dificultades que surgen en
los retos que te propones y para seguir avanzando a pesar de las dificultades.
Tienes claro que debes ser el protagonista de tus proyectos. No permitas que las
piedras en el camino trunquen tus razones para alcanzar lo que te has propuesto
en cada momento. Tienes claro que nadie ha dicho que fuese fácil, pero sabes
que puedes conseguirlo aunque te cueste más de lo que te gustaría.
En el siguiente ejercicio, piensa en algo que hayas puesto en marcha o que
hayas intentado poner en marcha. Añade qué dificultades o riesgos asumiste
para intentarlo.

110
También pienso que cuando alguien intenta algo, las cosas casi nunca salen
como esperaba. Cuando trazas un plan, el papel todo lo puede. Otra cosa
diferente es la realidad. A continuación, identifica ese proyecto que pusiste (o
intentaste poner) en marcha e incluye las dificultades y cómo buscaste una
solución o una alternativa a las mismas.

Antes que nada, tienes que tener claro qué quieres conseguir, hacia dónde
quieres ir y en qué condiciones. Puede parecerte imposible, pero no lo es, con
independencia de la dificultad que entrañe. Lo fácil no resulta ni retador ni
apasionante, por lo que debes buscar dentro de ti esa fuerza que te permita
afrontar las dificultades que te impiden avanzar en tu empleabilidad. No te

111
quedes quieto, porque tu vida profesional debe avanzar de nuevo cuanto antes.
Así pues, ahora te voy a preguntar qué cosas quieres conseguir y cuáles no.
Además, quiero que seas consciente de los riesgos que estarías dispuesto a
correr para lograrlas. Con ello me estoy refiriendo a qué cosas quieres conseguir
o evitar en cualquier faceta de tu vida personal o profesional.

22.- ¿Tienes miedo a fracasar?


Todos podemos tener miedo a algo, pero no por ello debemos quedarnos quietos
sin intentar combatirlo. Solo fracasa aquel que realmente intenta hacer cosas,
mejorar, cambiar y evolucionar. Así pues, no tengas miedo de intentar hacer
nuevas cosas. Es evidente que el miedo a fracasar lo hemos tenido todos en
algún momento. Incluso cuando uno se lanza a la aventura, ese miedo está ahí;
la clave está en que no nos domine.
Voy a ir complicando los ejercicios, no porque las preguntas sean
excesivamente difíciles de responder, sino porque te pueden surgir dilemas que
no quieras abordar. Piensa en algo que quieras conseguir o poner en marcha,
aunque no te lances a ello porque te da mucho miedo. A continuación, anota los
miedos que tienes y qué argumentos objetivos sustentan esos miedos.

112
Selecciona uno de estos miedos que te persiguen cuando pretendes hacer
algo nuevo. Por ejemplo, es muy habitual que nos digamos «no lo conseguiré»,
«no seré capaz», «no estoy capacitado» u otras cosas por el estilo. En el
siguiente cuadro anota este miedo y, al lado, que pasaría si realmente ocurriera.
Este ejercicio te ayudará a analizar si realmente se va a acabar el mundo si pasa.
Verás que no. Y lo más importante de todo es que asumas que te puedes
equivocar.

¿Piensas que solamente tú has suspendido algún examen? ¿Crees que eres el

113
único que ha sido rechazado en un proceso de selección? ¿Has dedicado mucho
tiempo a un proyecto que finalmente no ha prosperado? ¿Te has sentido
apartado alguna vez de un grupo de personas? Todo esto no significa en absoluto
que no valgas. En cambio, lo que sí demuestra es la imposibilidad de conseguirlo
todo siempre.
Para que sepas asumir el fracaso, debes preguntarte (y responderte) lo
siguiente. Reflexiona calmadamente. Eso sí, como en los ejercicios que ya has
hecho hasta ahora, conviene que seas objetivo. Y olvídate de las excusas. Los
demás no tienen la culpa de todo. Así pues, asume tu responsabilidad y tus
áreas de mejora. Nadie es perfecto.

114
115
Este tipo de preguntas son necesarias para que asumas y afrontes todos
aquellos errores que te tienen anclado en el pasado y que te impiden avanzar.
Debes asumir que fracasar te permite aprender y analizar en qué has podido
fallar, si es que dependía de ti, o bien asumir que hay factores incontrolables que
pueden jugar a favor o en contra. Es probable que alguna vez te haya pasado:
consigues llegar hasta el final en un proceso de selección pero en el último
momento la empresa se decanta por otro candidato igual de válido que tú por
pequeños detalles o simplemente por la intuición de quien selecciona.
Reconozco que da rabia. Sin embargo, aunque en algún momento te haya
podido pasar por la cabeza, esto no significa que no seas válido. Muchas veces

116
tu esfuerzo no se verá recompensado y te tocará empezar de cero. Esto es la vida
en sí misma.

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118
23.- ¿Conoces qué requisitos imprescindibles se solicitan para ocupar el
puesto de trabajo al que aspiras?
Tienes que dedicar cierto tiempo a saber qué se pide (competencias,
habilidades, etc.) para tener opciones en las ofertas de empleo de los perfiles
profesionales a los que quieres optar.
Debes asumir qué puedes hacer o en qué debes mejorar para poder optar al
empleo elegido, e intentar hacerlo, aunque esto suponga tener que centrarte e
invertir tiempo para lograrlo. Sabes que si en todas las ofertas a las que quieres
optar piden un nivel alto de inglés, es un requisito necesario para no quedarte
fuera, independientemente de tus múltiples y valiosas competencias. No puedes
pretender que el mercado y las empresas se adapten a tu perfil estático. Las
necesidades van cambiando y esto implica que tú, como profesional, debes
seguir aprendiendo y reciclándote para no quedarte descolgado del mercado
laboral. No te obceques en no cambiar ni te niegues en rotundo a aprender
cosas nuevas o a adaptar tu perfil a lo que necesitan las empresas en estos
momentos. Los tiempos cambian y con ellos las necesidades; si no estás
dispuesto a adaptarte, quedarás fuera de tu sector y de tu perfil. Tendrás que
buscarte otra ocupación en la que encaje ese perfil actual que no estás dispuesto
a desarrollar. Investigar qué se pide en los perfiles profesionales que quieres
ocupar es parte importante de tu proceso de búsqueda de empleo.
En el siguiente ejercicio quiero que seas muy riguroso. Selecciona veinte
ofertas diferentes del puesto de trabajo que quieres ocupar. Es buena idea que
estas ofertas las busques en plataformas diferentes, es decir, en portales de
empleo, en consultoras de recursos humanos, en redes profesionales y en
periódicos, entre otras. Quiero que te fijes en los requisitos necesarios que se
piden para tener en cuenta la candidatura. Una vez identificados, lista en este
cuadro qué requisitos son imprescindibles en todas las ofertas analizadas:

119
También es buena idea que analices ofertas de empleo que ya no están
vigentes. Te recomiendo que analices las ofertas de trabajo de los últimos seis
meses. Va bien para detectar requisitos que se pedían antes y que ahora ya no
se piden. También ayuda a identificar qué datos se tenían en cuenta hace unos
meses y ahora se consideran imprescindibles, o a la inversa; por ejemplo, puede
pasar que hace un tiempo se pidieran dos años de experiencia y ahora solo se
pidan seis meses, o que por el contrario ahora ya se pidan cinco años.
Selecciona otras veinte ofertas del puesto de trabajo que quieres desempeñar
que ya no estén vigentes, es decir, cuya vacante ya se haya cubierto. Una vez
analizadas, anota aquello que se pedía como imprescindible para desempeñar
ese puesto. Compara los resultados con las ofertas actuales: ¿qué se pide ahora
que no se pedía hace seis meses?

120
Volviendo al análisis de las ofertas vigentes para el puesto de trabajo que
quieres ocupar, piensa en los requisitos que se piden en todas ellas. Analízalos
uno por uno de forma objetiva y pregúntate si los cumples o no. Además, piensa
qué estás haciendo para poner remedio en caso de que no cumplas alguno de
los requisitos.

24.- En caso de no cumplir algún requisito, ¿estás solucionando esa


carencia para poder optar a ese puesto?
Cuando eres consciente de que no satisfaces algún requisito que se pide, ¿haces
algo por ponerle remedio o, por el contrario, sigues ignorando la realidad?

121
Si aún sigues pensando que el mundo laboral gira a tu alrededor y que
cuando las empresas necesiten un perfil profesional como el que tú quieres
desempeñar, se tienen que adaptar a ti y no tú a lo que ellas necesiten, te
convendría volver a poner los pies en el suelo. Imagínate que en todas las ofertas
de tu interés piden dominio de Photoshop pero apenas tienes nociones de este
programa y no estás dispuesto a ponerle remedio. Esto pasaría por establecerte
un periodo de tiempo para aprenderlo, por ejemplo, buscando un curso
completo y dedicando luego dos o tres horas al día para poner en práctica lo
aprendido en el curso. Si no asumes esto, lo mejor es que desistas de trabajar en
ese puesto de trabajo en el que se requiere ese conocimiento porque no quieres
invertir tiempo en algo que está en tus manos cambiar. Debes coger de una vez
por todas el toro por los cuernos y poner remedio a esa carencia que tienes en tu
perfil profesional para poder optar con garantías a los procesos de selección a los
que quieres optar.
En el ejercicio anterior ya has analizado qué cosas no cumples y si les estás
poniendo remedio. Imagínate que para el puesto de trabajo que quieres
desempeñar se pide el carnet de carretillero, el carnet de conducir,
conocimientos avanzados en Photoshop o cualquier otro requisito imprescindible
para tu profesión; puedes seguir en modo pataleta, pero esto no te ayudará a
cambiar nada.
Para empezar, investiga qué formas tienes de aprender a usar esa
herramienta, de sacarte ese carnet o de satisfacer cualquier otra carencia que
tengas. Una vez tengas toda la información, indica las posibles vías de obtención,
los precios, los plazos de tiempo (duración del curso, examen o evaluación
necesarios) y el tiempo que tienes que dedicar.

En este otro cuadro, marca las acciones que tendrías que llevar a cabo para

122
conseguir avanzar a la hora de cumplir ese requisito imprescindible que
actualmente no tienes. Lo importante es marcarte tareas todos los días.

Ahora ha llegado el momento de evaluarte. Imagínate que comenzaste hace


seis meses a mejorar tu nivel de francés. Analiza lo que has mejorado en esos
seis meses. Tienen que ser avances realistas desde que comenzaste con el
curso: por ejemplo, si antes no conseguías decir más de dos frases y ahora ya sí,
es un avance considerable.

25.- ¿Tienes claras otras alternativas de ocupación aparte de tu actividad


principal?
Es bueno que tengas otras opciones a las que recurrir en el ámbito profesional
en caso de que encuentres muy pocas ofertas en tu profesión actual por la razón
que sea.
El primer ejercicio de este apartado tiene que ver con los planes que tienes
previstos para desarrollarte profesionalmente. Imagínate que quieres trabajar
como economista en una empresa multinacional. Lo consigues, pero acaban
despidiéndote. ¿Qué planes alternativos tienes? ¿Seguir intentando trabajar como
economista en una multinacional o explorar otros campos como opositar para
economista de tu comunidad autónoma? ¿Trabajar como economista por cuenta
propia o trabajar como economista para una pyme? También pueden ser planes
muy rupturistas, es decir, trabajar de algo completamente diferente.
Indica en el siguiente cuadro cuáles serían tus planes alternativos en caso de
que tu plan principal falle:

123
Es más que probable que alguna vez te hayas tenido que reinventar a ti
mismo en el plano profesional porque tu profesión y sus sectores perdían
importancia. Esto te supuso tenerte que plantar, asumirlo y fijarte en otras
profesiones o sectores afines en los que poder enfocarte. Tus proyectos
profesionales ya no suelen tener una duración indefinida, sino que suelen tener
fecha «de caducidad» prevista.
Ya hemos previsto en el ejercicio anterior planes alternativos. Ahora quiero
que elijas uno de esos planes y pienses los pasos que tendrías que seguir para
acometerlo. Plásmalos en el cuadro siguiente:

No puedes seguir jugando con una sola carta, porque si falla, no tienes a qué
recurrir. Debes empezar a plantearte en qué sectores pueden necesitar a un
profesional como tú, en qué otras profesiones afines puede encajar tu perfil
profesional y qué harás en caso de que se dejen de demandar profesionales con
tu perfil. Si te fijas bien, tu mercado profesional va dando señales de la salud que
tiene y de hacia dónde se dirige. Es vital que sepas percibir qué recorrido tiene tu
profesión. No te puedes permitir ir por detrás y pensar que las cosas volverán a
ser como eran hace un tiempo. Debes evolucionar y asumir las nuevas
circunstancias.
Para seguir con otro ejercicio, quiero que te formules las siguientes preguntas
y luego escribas las respuestas en este cuadro:

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125
26.- ¿Has estudiado el perfil requerido en los puestos de trabajo que te
interesan?
Tienes que dedicar tiempo a analizar y tener claro qué se demanda en el tipo de
empleo que deseas ocupar. También debes asumir que, esencialmente, parte de
tu proceso de búsqueda de empleo supone analizar qué perfil se pide para
ocupar el puesto al que quieres aspirar. Has asumido que no tiene por qué
coincidir con lo que se pedía hace un tiempo. Sabes que algunas cosas pueden
coincidir, pero que otras, sin embargo, han variado y se han ido adaptando a lo
que requiere un sector y un mercado cambiantes. Lo primero que debes hacer
es rastrear las ofertas de tu interés y fijarte en los requisitos que coinciden en
todas ellas para centrarte en conseguirlos lo antes posible.
Te propongo que cojas tu ejemplo real y analices el perfil concreto del nuevo
puesto que quieres ocupar. Dedícate a estudiarlo minuciosamente. Esto supone
saber qué formación se requiere, qué experiencia previa, qué herramientas
concretas a manejar, qué conocimientos específicos y demás cuestiones.
Tendrás que analizar muchas ofertas de empleo para recopilar todos los
parámetros que se exigen. Una vez analizadas, describe el perfil exacto
requerido para ocupar ese puesto de trabajo.

126
Es necesario que comprendas que las necesidades van evolucionando y que
tú debes ir en esa misma dirección. Hace tiempo se pedía que cumplieras

127
determinados requisitos para poder optar a las ofertas de empleo de tu perfil,
pero no puedes pretender que eso siga igual. Asume que es tu responsabilidad
reciclarte permanentemente en el campo profesional y no solo cuando te quedes
sin empleo; así evitarás que siempre tengas que ir por detrás de las necesidades
del mercado. Preocúpate por saber qué se pide en cada momento; te puedo
asegurar que nadie lo hará por ti.

27.- ¿Adecúas tu perfil profesional a cada oferta de empleo a la que


optas?
Cada vez es más importante que personalices tu perfil profesional a la oferta
concreta a la que optas. No puedes pretender que tú único currículum valga
para cualquier tipo de oferta, porque cada una es diferente.
Definitivamente, tienes que tener claro que en el currículum que mandas
debes primar la calidad por encima de la cantidad. Por experiencia, te diré que
es preferible mandar tres currículums adaptados a los requerimientos y a las
funciones concretas de cada oferta que mandar infinidad de veces tu perfil
profesional genérico desenfocado. No pienses que los reclutadores son adivinos,
así que si quieres que sepan algo concreto, debes reflejarlo de forma clara. No
puedes especificar todo lo que has hecho en cada lugar de trabajo que has
ocupado, sino centrarte en lo que consideres fundamental para ese puesto
concreto al que optas. Sabes que investigar y buscar información en la red es
útil.
Este próximo ejercicio tiene que ver con el perfil profesional o con el
«querido» currículum. No quiero que pienses en ninguna oferta en concreto,
sino que te centres en tu perfil profesional, que pienses en todo lo que has
hecho. Vamos a ir analizándolo punto por punto.
Comienza por los estudios académicos. Pon en este cuadro todos tus
estudios de formación reglada, tanto los de mayor nivel como los de nivel inferior.

128
A la hora de optar a un puesto de trabajo específico, debes valorar qué
estudios se requieren para el mismo y cuáles debes poner. Imagínate que
quieres trabajar de dependiente y tienes un grado universitario; en este caso
quizá será más que suficiente que indiques que tienes el título de Bachillerato o
el equivalente. Dependerá de cada caso y de tus argumentos.
A continuación, especifica todos los cursos de formación complementaria
que has realizado. No importa en qué año los hiciste ni las horas exactas de los
mismos. También debes anotar cualquier curso que estés haciendo actualmente.

Reconócelo. Si necesitas más espacio, es que eres un cursista profesional:


tienes cursos de todo tipo y condición. Debes pensar en qué cursos ayudan a tu
candidatura a la hora de optar a una oferta de empleo y preparar tu currículum.
Debes mencionar los más concretos. También es bueno que los conocimientos
estén lo más actualizados posible. No olvides analizar si sabes aplicar lo que
aprendiste en un curso: imagínate que has hecho un curso de PowerPoint pero

129
no lo has utilizado nunca; deberás reconocer que no sabes utilizarlo. En este
caso deberías valorar si merece la pena incluir ese curso o no.
Ahora pasemos a la experiencia laboral. Especifica cada experiencia
concreta; si ocupaste dos o tres puestos en una misma empresa, analízalos de
forma diferente. Por ejemplo, me refiero a si comenzaste como administrativo,
más adelante trabajaste como técnico de marketing y ahora desempeñas el
puesto de director de marketing en la misma empresa. Si la única experiencia
que tienes es de prácticas o de becario, especifica el trabajo que llevabas a cabo.
En el siguiente cuadro, analiza cada experiencia concreta. Especifica la
empresa, el puesto desempeñado, el periodo trabajado y todas las funciones que
realizabas, aunque algunas fuesen muy residuales.

130
A la hora de preparar tu perfil profesional para una oferta concreta, te
recomiendo que consideres qué funciones de todas las que has hecho en cada
puesto de trabajo son las adecuadas para especificar más detalladamente. Si por
el contrario preparas el currículum para una autocandidatura, es decir, si lo
quieres mandar a una empresa sin saber si precisan o no de un profesional
como tú, es bueno que investigues ofertas concretas de ese perfil en el pasado
para tener una referencia como punto de partida.
Pasemos ahora al apartado de idiomas y herramientas. Piensa qué idiomas y
qué herramientas conoces y manejas. Rellena los dos siguientes cuadros,
reflejando el nivel que tienes:

131
De estos idiomas y herramientas que has indicado, identifica cuáles debes
reflejar en las ofertas a las que optas en función de lo que se pide en cada una
de ellas. Así tendrás más claro qué debes poner y qué no.
¿Sigues pensando que adaptar tu perfil a cada oferta concreta de trabajo o a
cualquier autocandidatura que presentas supone invertir mucho tiempo y que no
merece la pena? Tienes que ser consciente de que debes dedicar a cada
candidatura el tiempo necesario para que muestre todo lo importante y consiga
llamar la atención de las empresas que te interesan. Quizá pienses que tu perfil
es el que es, y que solo existe una forma de reflejarlo. Craso error: cada empresa
precisará que lleves a cabo más unas funciones que otras, por lo que tienes que
centrarte en los puntos que son clave para esa empresa concreta. En el caso de
que no tengas experiencia, debes hacer hincapié en las prácticas que has
hecho, en por qué elegiste hacer unos determinados estudios y en qué
motivaciones te mueven para querer trabajar en esa empresa, y esto también se

132
puede reflejar de muchas formas. No te voy a engañar: adaptar tu perfil a cada
oferta de empleo no garantiza el éxito inmediato; sin embargo, hace que tu perfil
se adecúe a lo que se pide en cada oferta. Consiste en que hagas lo que debes
hacer en cada momento y al final los resultados llegarán.
Sigamos con apartados alternativos que debes valorar si incorporar al
currículum o no. Por ejemplo, es buena idea especificar los logros alcanzados en
cada posición, así como las dificultades superadas.
De todas formas, para hacer más hincapié en ello, me gustaría que pensases
en tu trabajo actual, en el último trabajo que hayas tenido o en unas prácticas
profesionales que hayas desarrollado. Piensa en los logros alcanzados en el
desempeño de tu puesto de trabajo y en las dificultades encontradas y
superadas. Un logro puede ser conseguir cuatro clientes nuevos en una zona
determinada, completar una campaña de marketing, mejorar la productividad…

133
Hoy en día es habitual indicar en el perfil profesional cuál es tu objetivo
profesional o un breve resumen profesional. Si eres una persona sin experiencia
profesional, en el objetivo profesional debes enfocarte en tus aspiraciones, en tus
motivaciones y en lo que puedes aportar de diferente; en cambio, si eres una
persona que ha trabajado dirigiendo un departamento y quiere seguir
haciéndolo, céntrate en lo que eres capaz de hacer y conseguir desempeñando
ese cargo. Debes adecuar tu objetivo a la oferta concreta a la que optes. Puede
darse el caso de que hayas trabajado como director comercial y ahora quieras
trabajar como comercial; en este caso, deberás ajustar el objetivo a la oferta
concreta o a la empresa.
Ahora piensa en cuál es tu objetivo profesional actual y explícalo en este
cuadro:

134
Por ultimo, piensa en un resumen profesional para incluir al principio de tu
currículum. ¡Y cuidado! No se trata de repetir tus experiencias y estudios, sino
que debes especificarlo de forma más general. Piensa en ello y escribe en siete
líneas un resumen profesional sobre ti. Incluso podrías pensar en diferentes
resúmenes profesionales que podrías presentar en función de los puestos de
trabajo a los que optes. Debe quedar claro qué buscas, qué eres capaz de hacer,
qué puedes conseguir y tus principales habilidades. Piensa qué le puede
interesar saber a la empresa o a la persona a la que te diriges.

Esto te ayudará a saber explicar tu perfil de forma diferente para centrarte en


aspectos más globales. Es cuestión de practicar diferentes resúmenes
profesionales. Ponlo en práctica con personas de tu entorno para ver si les queda
claro lo que les transmites.

135
136
28.- ¿Conoces cuál es tu objetivo profesional prioritario?
Tienes que tener claro qué es lo que quieres conseguir en el campo profesional,
es decir, a qué puesto de trabajo quieres optar, tanto desde el punto de vista
genérico como específico.
También tienes que ser consciente de que cada vez debes ser más flexible
con el objetivo profesional que te planteas. De todos modos, debes enfocarte en
aquel objetivo profesional que consideres prioritario. A continuación deberías
establecer otros objetivos menos relevantes para ti, pero a los que puedas optar.
Pueden ser objetivos profesionales más genéricos que el prioritario. Lógicamente,
debes plantearte los plazos y la priorización de acuerdo con tus intereses
profesionales y personales.
Para comenzar a trazar tu objetivo profesional, debes determinar qué tipo de
trabajo quieres y puedes desempeñar, en qué tipo de sector profesional te
gustaría trabajar y cuál debería ser el tamaño ideal de la organización y la
ubicación geográfica prioritaria para ti. Por otro lado, debes centrarte en qué tipo
de tareas, qué funciones y qué actividades se te dan bien y, por tanto, a cuáles
te quieres dedicar. Esto te permitirá establecer qué empleo quieres desempeñar
y si estás realmente preparado para desempeñarlo. A partir de aquí, lo puedes
hacer más genérico o más específico, pero ten claro que cuanto más concretes,
más lo acotarás.
Esto está muy bien, aunque debes comenzar con los ejercicios. Piensa cuáles
son tus objetivos profesionales, con independencia de que quieras montar tu
propio negocio, tengas trabajo y quieras encontrar otro mejor, o no tengas
empleo y estés buscando uno activamente.
Escribe en el siguiente cuadro cuáles son tus objetivos profesionales, o, dicho
de otra forma, qué quieres conseguir.

Imagínate que uno de tus objetivos sea encontrar trabajo; otro, encontrar
clientes, y el último, aprender un idioma. Estos son meros ejemplos. El siguiente

137
ejercicio consiste en que selecciones cada uno de tus objetivos y pienses si es
smart. A continuación te explico qué es un objetivo smart, poniendo varios
ejemplos para ello.
Todos los objetivos smart deben contar siempre con las características
siguientes:

1. Specific (específico). El objetivo debe estar bien definido. ¿Contactos o


clientes?
2. Measurable (medible). Se debe poder medir. ¿Diez nuevos contactos o
cien clientes?
3. Attainable (alcanzable). ¿Es realista? ¿Eres capaz de lograr diez nuevos
contactos o cien clientes?
4. Relevant (relevante). ¿Está alineado con los objetivos generales de la
empresa o con los tuyos profesionales? (Por ejemplo, aumentar la
facturación un 10 % o conseguir cinco entrevistas de trabajo el próximo
mes).
5. Timely (a tiempo). ¿Cuánto tiempo tienes para conseguir un nuevo empleo
o cien clientes? ¿Seis meses? ¿Un año?

Ejemplo 1. ¡Quiero más clientes!


- Objetivo sin definir: Conseguir más clientes.
• S:Clientes, facturación.
• M:Un 15 % más de clientes, de 69 clientes a conseguir 79 clientes.
• A:Es realista, se puede conseguir, ya que se va a contratar a más
personal.
• R:Se pretende expandir la cartera de clientes para abrir una nueva oficina
en Portugal.
• T:En doce meses.
- Objetivo SMART: Se pretende aumentar la cartera de clientes en un 15 %
(de 69 clientes a conseguir 79 clientes) durante los próximos doce meses,
con el objeto de aumentar la facturación para abrir una nueva sucursal.

Ejemplo 2. ¡Quiero tener más contactos!


- Objetivo sin definir: Conseguir más contactos.
• S: Tener cincuenta contactos eficaces en LinkedIn y establecer una

138
priorización con acciones de los contactos offline.
• M: Tener un 30 % más de contactos efectivos en LinkedIn.
• A:Es realista, se puede conseguir.
• R:Se pretende tener más contactos efectivos en LinkedIn a los que
dedicar tiempo, poder conocer y desarrollar proyectos con ellos.
• T:En cuatro meses.
- Objetivo SMART: En este caso se pretende potenciar el uso real de
LinkedIn, y para ello hay que buscar cincuenta contactos efectivos, ya
disponibles o de reciente creación. Esto supone intentar tener un 30 % de
contactos de calidad en LinkedIn. En cuatro meses habrá que marcar una
estrategia para lograrlo. Será necesario priorizar los contactos online y
offline para marcar acciones específicas con cada uno de ellos.

Ejemplo 3 ¡Quiero encontrar empleo!


- Objetivo sin definir: Encontrar un empleo.
• S:Conseguir empleo de fontanero a tiempo parcial en Zaragoza.
• M:Conseguir al menos diez entrevistas de trabajo. Esto se puede medir.
Se debe partir de no tener ninguna entrevista antes de replantearlo.
• A:Es realista, se puede conseguir.
• R:Es lo suficientemente importante, porque se pretende encontrar empleo
de la misma profesión en la ciudad de residencia.
• T:En diez meses.
- Objetivo SMART:Se pretende buscar empleo de fontanero en un plazo de
diez meses en Zaragoza. Para ello, hace falta apuntarse en los portales de
empleo específicos y sacar una relación de empresas de esa ciudad que
puedan requerir un fontanero. También hay que adaptar el perfil a cada
oferta y conseguir al menos diez entrevistas de trabajo de las ofertas a las
que se optan.

Tras haber explicado brevemente en qué consiste un objetivo, veamos si los


objetivos que has planteado en el ejercicio anterior son smart. Se trata de que
respondas «sí» o «no» en cada cuadro. En caso de que tu objetivo no sea smart,
reformúlalo de forma que sí lo sea siguiendo las instrucciones comentadas
anteriormente.

139
Obviamente, el ejercicio anterior tenía tres objetivos, pero puedes tener más.
En el caso de tener, por ejemplo, cinco objetivos profesionales, deberás
priorizarlos, es decir, decidir cuál tiene preferencia sobre los demás. Aunque te
creas un superhéroe, te recomiendo que priorices. Es prácticamente imposible
que puedas ir a por todos a la vez. Esto dependerá del tiempo que puedas
dedicar a conseguir ese objetivo profesional prioritario. Por lo tanto, para saber
cuál de todos tus objetivos es prioritario para ti, te animo a que busques los pros
y contras de cada uno de ellos. También es buena idea que pienses cuál de ellos
te motiva más.

También es importante que tengas claro cuánto tiempo puedes invertir para

140
conseguir ese objetivo. Mide bien las fuerzas. Si quieres conseguir un objetivo en
cuatro meses, deberás plantearte cuánto tiempo tendrás que dedicarle para
alcanzarlo.

29.- ¿Tienes claro qué tipo de trabajo no buscas?


Aunque parezca una pregunta retorcida, creo que es esencial que tengas claro
qué quieres y qué no. Debes saber explicar qué tipos de puesto de trabajo
buscas y cuáles no quieres desempeñar, por los motivos que tú consideres.
Es necesario que tengas claro el tipo de empleo que buscas en estos
momentos, te centres exclusivamente en conseguirlo y sigas preparándote para
encajar tanto como puedas con el perfil que se requiere. Asumo que eres una
persona que te has dicho a ti mismo en más de una ocasión «Busco trabajo de
cualquier cosa», algo muy respetable si tienes claro lo que esto significa. No se
puede negar que lo primero de todo es vivir y a veces para ello toca desempeñar
trabajos de supervivencia mientras sigues buscando otros trabajos más
adecuados al perfil que quieres desempeñar. Buscar trabajo «de cualquier cosa»
significa que te da igual la posición, el horario, los días de trabajo, las funciones y
las demás cuestiones, porque necesitas ganar dinero para sobrevivir. El
problema es que en realidad no se suele buscar trabajo de cualquier cosa. Así
pues, debes analizar si realmente estás dispuesto a desempeñar cualquier
empleo o no. Es importante que mantengas una profunda conversación contigo
mismo de cara a clarificar este punto.
Otro factor a tener en cuenta es que el mercado laboral ha cambiado mucho
y el trabajo actual es más temporal, es decir, tiene fecha de finalización.
Haz ahora otro ejercicio para que te cuestiones unas cuantas cosas. Tienes

141
que ser sincero, ya que todas las respuestas son posibles, pero te ayudará a
definir qué buscas y qué no buscas.

142
143
144
Si tienes claro que, por ejemplo, no te gusta vender, es evidente que no te
ves de comercial. Pues perfecto, busca trabajo de algo que te guste y te motive.
También dependerá de tus circunstancias, es decir, si tienes tres hijos a los que
alimentar, probablemente tu primer objetivo sea subsistir. Una vez que tengas un
trabajo, ya buscarás otro más adecuado a tu perfil y profesión. La cuestión es
que nada tiene que ser categórico o permanente en el tiempo; dependerá de
nuestras circunstancias actuales.
Te recomiendo que no busques empleo o clientes en momentos de bajón. Si
tienes un mal día en el que estás desanimado, es probable que entres en un
portal de empleo y te inscribas en todas las ofertas como si no hubiese un
mañana. ¡Ten cuidado con hacer esto!
Es necesario que te marques tus mínimos y tus límites para saber qué líneas
no estás dispuesto a cruzar. Pero cuidado con obcecarte con buscar trabajo «de
lo mío», porque, como ya he comentado antes en otro apartado, ¿qué es
exactamente «lo tuyo»? ¿Lo tienes claro? Tienes que concretar. Es igual que
tengas un grado medio de Formación Profesional de Administración, que seas
graduado en Periodismo, que tengas diez años de experiencia como directivo
comercial o que hayas trabajado de dependiente. Investiga las salidas
profesionales y dale nombre concreto a aquello que puedes o quieres hacer.

145
30.- ¿Te has marcado un plazo temporal para conseguirlo?
Debes marcarte un plazo temporal concreto para conseguir tu objetivo
profesional prioritario y dedicarte en cuerpo y alma a intentar conseguirlo durante
ese tiempo.
¿Aún sigues en plan idealista pensando que lo importante es tu objetivo
profesional prioritario sin importar los plazos? Debes aprender que el tiempo es
importante y que no existe un plazo mejor o peor. Dependerá de tus
circunstancias personales, familiares, económicas y profesionales. Eso sí, deben
ser plazos realistas y coherentes, porque está claro que marcar una semana o
dos de plazo para alcanzarlo carece de sentido. La inmediatez en los objetivos
profesionales no existe. Un buen objetivo profesional conlleva invertir tiempo y
esforzarte y concentrarte en poder conseguirlo. Durante ese plazo de tiempo
debes poner todos tus sentidos en trabajar al máximo todos los recursos,
herramientas, entidades, empresas y demás soportes que te permitan alcanzarlo.
Es decir, no debes despistarte en otros objetivos profesionales secundarios en
estos momentos para ti.
Debes ser una persona realista y aprender a marcarte un plazo concreto en el
que enfocar todos tus esfuerzos en conseguir tu objetivo profesional. Imagina
que han pasado los seis meses que te has marcado como plazo temporal para
alcanzar tu objetivo profesional y no lo has conseguido. En este caso te tendrás
que plantear si lo prorrogas, si lo alternas con otros objetivos alternativos o si te
olvidas de él y vas a por un segundo objetivo profesional que tenías en tu lista de
prioridades.
No me digas que incluso después de ver la explicación de los objetivos smart
sigues pensando que quieres trabajar de «lo tuyo». Vuelve atrás para tener claros
tus objetivos.
En el siguiente ejercicio te propongo que te plantees el objetivo y el plazo
previsible para alcanzarlo; una cosa es que te plantees buscar empleo en seis

146
meses y otra muy diferente que lo consigas. Piensa las acciones previstas para
conseguirlo.
Anota en este cuadro todo lo referente a los plazos de consecución de este
objetivo:

Márcate ahora el tiempo por meses y especifica tareas concretas que realizar
cada día para estar más cerca de cumplir ese objetivo. Va bien que seas
concreto para poderlo visualizar globalmente.

147
31.- En caso de no alcanzar tu objetivo profesional prioritario, ¿tienes
claros cuáles son tus objetivos alternativos?
Como ya he mencionado antes, no puedes tener exclusivamente un objetivo
profesional, sino que debes tener objetivos profesionales alternativos que puedan
ir en la misma línea o que, por el contrario, sean más genéricos o
complementarios.
Debes asumir que a veces cumplir un objetivo profesional no depende
exclusivamente de ti, porque existen otros factores externos que no puedes
controlar y que influyen en mayor o menor medida. Mientras intentas conseguirlo
tienes que hacer todo lo que esté en tus manos de la forma más productiva. Es
buena señal que vayas viendo una evolución positiva que te acerque al objetivo,
porque si llevas mucho tiempo estancado, quizás debas cambiar la estrategia
para ver avances. ¿Tienes una amplia lista de objetivos afines a los que enfocarte
en caso de que vaya pasando el tiempo y no logres tu prioridad principal?
Una única opción no es la mejor elección. Debes abrirla para tener otras
alternativas.

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Ejemplo
Imagina que tu objetivo prioritario de primer nivel es buscar trabajo como
contable en una multinacional farmacéutica en Murcia antes de cuatro meses.
Un objetivo alternativo de priorización de segundo nivel podría ser buscar empleo
como contable en una empresa farmacéutica de cualquier tamaño en esa misma
ciudad antes de cuatro meses. En caso de no alcanzar los dos primeros, te
deberías marcar un objetivo alternativo de priorización de tercer nivel, buscar
trabajo como contable en una empresa de cualquier sector y tamaño en la
provincia de Murcia en cinco meses. En caso de que este también te falle, debes
establecer un objetivo alternativo de priorización de cuarto nivel, que podría ser
buscar trabajo como contable en una empresa de cualquier sector y tamaño en
las provincias limítrofes a Murcia en cinco meses. Esto es algo que debes
determinar tú mismo para seguir avanzando. Como puedes ver, el mismo
objetivo principal se ha ampliado de nivel en función de los plazos. En total, la
duración es de dieciocho meses (año y medio). En caso de no conseguirlo en ese
plazo, probablemente haya que pasar a otro objetivo diferente, aunque antes
tocará evaluar.
En el siguiente ejercicio, piensa en cuál es tu objetivo prioritario y los
alternativos en caso de no cumplir el primero. Luego anótalos aquí:

Si te planteas como objetivo único y principal aprobar las oposiciones para


juez o fiscal, tendrás que tener solo un objetivo y marcarte un plazo máximo para
intentar conseguirlo. Como eres consciente de la dificultad del examen, te
puedes marcar seis años para lograrlo. Pasado ese tiempo sin resultados
positivos, evalúa qué ha podido fallar y valora si vale la pena continuar o es mejor
buscar otro objetivo. No te puedes pasar toda la vida intentando aprobar esas
oposiciones.
Los objetivos de diferente nivel pueden ser diferentes, ya que no tienen por

149
qué estar relacionados; dependerá de cada persona.
El siguiente ejercicio tiene que ver con la evaluación. Visualiza tu objetivo, sus
pasos, las acciones acometidas y el tiempo invertido, y trata de responder a las
preguntas siguientes:

150
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32.- ¿Conoces los pasos que seguir para alcanzar tu objetivo profesional?
Es importante que seas consciente de los pasos que debes recorrer para
conseguir tu objetivo profesional.
En tu estrategia de búsqueda de empleo, debes tener dividido tu objetivo
profesional en etapas, pasos o fases que debes alcanzar para conseguirlo.
Obviamente, debes asumir que tienes que ser flexible por las posibles
desviaciones que puedan surgir en alguna de esas etapas para buscar
alternativas que lo remedien. Una vez establecidos los pasos, tendrás una visión
global que evitará que te alejes demasiado del camino correcto.
A veces puede pasar que tengas idealizado tu objetivo profesional; sin
embargo, no has identificado las fases que debes recorrer para que te acerquen
a dicho objetivo.

Ejemplo
Imagina que quieres trabajar como dependiente en tres zapaterías concretas de
Albacete. Ese objetivo lo tienes que dividir en pequeñas fases. Primero, debes
priorizar el orden de las zapaterías de mayor a menor preferencia. A
continuación, debes descubrir si conoces a alguien que trabaje en esas tiendas,
ver cuál es la mejor forma de hacer llegar tu perfil profesional, visitarlas para ver
el tipo de servicio que prestan, investigar qué tipo de perfil profesional suelen
requerir y cuándo acostumbran a necesitar incorporar personal, buscar
información sobre esa zapatería, etc. Son pasos que puedes ordenar como tú
decidas, solo es cuestión de establecer una estrategia inteligente. Muchas veces
se suele dejar un currículum en las tres zapaterías y esperar que esa acción sea
la desencadenante del resto del proceso; sin embargo, es cuestión de ir mucho
más allá. Dedica tiempo a pensar en los pasos que seguir para obtener tu
objetivo. La planificación te permitirá seguir esos pasos e intentar lograrlo de una
forma más efectiva.
Con el siguiente ejercicio ejemplo lo podrás ver más claro. Imagínate que tu
objetivo es encontrar empleo como operario en una empresa del sector
agroalimentario en Huesca en un plazo máximo de un año. Tu objetivo también
puede ser trabajar por cuenta propia como consultor de recursos humanos en
Aragón en un plazo de ocho meses. Debes coger tu objetivo smart y dividirlo en
diferentes pasos o acciones.
Sigamos este ejemplo de encontrar empleo como operario en empresas del
sector agroalimentario en Huesca en un año.

152
Las acciones que desarrollar serían:
• Adaptar tu currículum al puesto de operario.
• Conseguir los listados de empresas agroalimentarias de Huesca.
• Planificar cómo les harás llegar tu currículum.
• Investigar cada una de esas empresas (analizar su situación, las ofertas
vigentes o caducadas y qué perfiles precisan, ver si conoces a alguien
que trabaja allí).
• Buscar ofertas de empleo en internet de operario en empresas del sector
agroalimentario.
• Hablar con las personas con las que te relacionas para ver si pueden
ayudarte de alguna forma a conseguir ese objetivo.
• Preparar las posibles entrevistas de trabajo que puedan surgir y estudiar
qué te podrían preguntar y cuáles son las mejores respuestas a esas
preguntas.

153
Esto te hará ser más consciente de las cosas que debes hacer para acercarte
más a ese objetivo. Estas acciones las puedes ir realizando de una en una o, por
el contrario, puedes hacer unas cuantas a la vez; dependerá del objetivo y de los
pasos.

154
155
33.- ¿Conoces las bandas salariales actuales de tu posición y de tu
sector?
Tienes que saber en cada momento qué salarios se están ofreciendo para el
empleo que quieres desempeñar en la zona geográfica en la que quieres
trabajar. Cuando hago referencia a banda salarial, me refiero a los salarios
máximo y mínimo que se pagan en tu sector para el perfil que quieres ocupar.
El primer ejercicio que te propongo tiene que ver con tus expectativas
salariales. Piensa qué te gustaría cobrar; está claro que nunca estarás contento,
pero debes ser realista. Fija una cifra que consideres adecuada para ocupar un
puesto de trabajo como el que buscas. Escribe en este cuadro tus expectativas
salariales:

Identificada la mensualidad que te gustaría cobrar, reflexiona, a través del


siguiente ejercicio, sobre qué ofreces a cambio de ese salario que te gustaría
cobrar. Y sé preciso. No me vale una respuesta genérica del tipo «a cambio daré
lo mejor de mí». Tienes que especificar qué cosas concretas ofrecerías a la
empresa. Se trata de saber qué darías a cambio que merezca que te paguen esa
cantidad que pretendes cobrar.

156
Debes dedicar tiempo a investigar diferentes estudios salariales anuales que
se publican cada año por sectores, perfiles y provincias. Igualmente, tendrás que
analizar las bandas salariales ofrecidas en las ofertas de empleo a las que optas
y, posiblemente, preguntar a contactos del sector que conozcan la realidad
actual de cara a orientar hacia arriba o hacia abajo tus pretensiones salariales.
Debes tener muy claros tu mínimo y tu máximo salariales, aunque tienes que ser
consciente de la realidad del mercado al que quieres optar. Así pues, te
recomiendo que te pongas manos a la obra a buscar estudios salariales y a
analizar ofertas concretas de empleo, que preguntes a personas de confianza
que trabajan de lo que tú quieres trabajar, y otras cosas por el estilo.
Para el siguiente ejercicio escribe en tu buscador de internet «estudios
salariales» y luego haz búsquedas concretas por puesto y por localidad de tu
interés. Una vez analizada la información, indica en este cuadro las cifras
mínimas y máximas que se pagan en el puesto que quieres desempeñar.
También es buena idea que te fijes en los años de experiencia que aportarías, ya
que estos estudios suelen matizar entre profesionales sin experiencia y con

157
experiencia.

En el siguiente ejercicio, debes analizar tantas ofertas de empleo como


puedas de tu zona geográfica y del puesto al que aspiras. Céntrate en el salario
que ofrecen, independientemente de cuál sea la banda salarial. Anota en este
cuadro el salario mínimo y el máximo ofrecido; en caso de que no se indique,
déjalo en blanco.

Hay gente que cree que las bandas salariales de su profesión y de su sector
son las últimas que tuvieron o las que tienen en la actualidad, si es que trabajan
y buscan un cambio. Sin embargo, los salarios suben o bajan en función de
diferentes parámetros económicos, técnicos, productivos y sociales, entre otros.
Por lo tanto, tienes que conocer qué se está pagando para no pasarte y pedir en
exceso… o por el contrario, perder oportunidades de cobrar más. ¿Todavía te

158
limitas a responder «según convenio» cuando te preguntan qué salario quieres
cobrar? Lo que estás aceptando es aquello que determine el convenio colectivo
aplicable a esa empresa o a ese sector para tu categoría laboral, que suele ser un
mínimo. Las empresas suelen pagar por encima, a través de complementos al
salario base. Tienes que ser flexible y jugar tus bazas de forma adecuada.
Ahora ya sabes con más seguridad cuánto pagan en tu localidad por el
puesto que quieres desempeñar. Pasa al siguiente ejercicio, en el que debes
pensar e indicar cuánto cobrabas en tu último trabajo, cuánto cobras
actualmente (aquí valen cantidades correspondientes a subvenciones,
prestaciones o subsidios), cuánto te gustaría cobrar y cuál es el salario medio
que se ofrece actualmente. Si nunca has trabajado, omite la primera columna y
si viene al caso, la segunda. Este cuadro te ayudará a determinar tus
expectativas y poder determinar si son realistas o no:

34.- ¿Tus expectativas salariales son adecuadas a las ofrecidas por las
empresas a las que quieres optar?
Es importante determinar si la previsión, la idea o la percepción económica que
quieres cobrar por desempeñar ese puesto de trabajo se ajusta a lo que están
ofreciendo las empresas para tu perfil concreto. ¿Eres realista?
¿Eres de los que tienes muy claro que los salarios deben ir en consonancia
con lo que se exige para el puesto? ¿Piensas que debes hacerte valer y no
aceptas cualquier remuneración económica alejada de unos parámetros
objetivos que las empresas no deben incumplir? Obviamente, eres consciente de
que tendrás que demostrar tu valía en cada nuevo puesto de trabajo que ocupes.
Esto supone ser flexible y rebajar un poco tus expectativas económicas hasta
demostrar de qué eres capaz.
La crisis conllevó que los salarios bajaran en picado. Si bien es cierto que

159
recientemente el empleo se ha comenzado a recuperar, los salarios no lo han
hecho al mismo ritmo, aún lejos de los niveles existentes antes de la crisis. Debes
asumir cuanto antes que, por muy buena que sea tu trayectoria profesional, no te
servirá de mucho si no la demuestras; no puedes pretender vivir de las rentas
anteriores. A veces, al quedarse sin trabajo, la gente pretende comenzar a
trabajar en su nuevo empleo cobrando como mínimo lo de su último trabajo.
Quizás en tu última experiencia laboral cobraras 20.000, 30.000, 35.000 o
65.000 euros, por decir algo. Sin embargo, eso es pasado y ahora partes de cero.
Con esto no estoy diciendo que debas aceptar cualquier tipo de salario, sino que
debes ser flexible y consciente de la situación actual de tu perfil profesional y de
tu sector o actividad. Una cosa es que quieras cobrar una cantidad y otra que
alguna empresa esté dispuesta a pagártela ahora mismo. Si no estás dispuesto a
rebajar tus exigencias económicas, quizás debas posponer tu proceso de
búsqueda de empleo. De todos modos, es evidente que son importantes la
experiencia, las competencias, los conocimientos y la motivación que tú aportes
de cara a exigir una cantidad más elevada o menos.
El siguiente ejercicio consiste en saber de dónde partes. Imagínate que no
tienes experiencia laboral y quieres comenzar a trabajar de enfermera. Investiga
cuánto cobra una enfermera sin experiencia laboral y busca las ofertas
disponibles. Si quieres cobrar como mínimo 24.000 euros y se pagan solo
20.000 euros, tienes un problema. Ya has estudiado antes los salarios reales.
Ahora apunta si existe equilibrio o no entre lo que quieres cobrar y lo que se
paga. En expectativas puedes poner: «realistas» (coincide lo que pagan y lo que
quieres cobrar), «por encima» (quieres cobrar más de lo que pagan) o «por
debajo» (quieres cobrar menos de lo que pagan).

35.- ¿Tienes claro cuál es tu mínimo salarial de cara a aceptar un puesto


de trabajo?

160
Piensa cuál es la cantidad económica mínima que quieres recibir para estar
dispuesto a trabajar en una empresa que te ofrezca un puesto de trabajo
adecuado a tu perfil.
Ya has visto en ejercicios anteriores las referencias a tu salario. De cara a
determinar la cantidad mínima aceptada, piensa lo siguiente: gastos fijos que
tienes todos los meses, gastos que puedes evitar, ingresos actuales (aquí puedes
incluir tus ingresos y los de tu unidad familiar, si la tienes) y dinero ahorrado del
que puedes disponer (dinero ahorrado de la unidad familiar). Ahora plásmalo en
este cuadro:

Esto te puede ayudar a determinar tu cantidad mínima que cobrar. Imagínate


que todos los meses tienes unos gastos fijos de 900 euros y ahora estás
cobrando 600 euros al mes. Además, te has quitado 500 euros en gastos
superfluos y tienes 15.000 euros ahorrados. Los gastos fijos menos los ingresos
actuales te dan una cantidad de 300 euros negativos, es decir, tienes más gastos
que ingresos y, por lo tanto, tendrás que tirar de ahorros. Con el dinero ahorrado
podrías cubrir ese descubierto durante unos cuarenta y cinco meses, que son
casi cuatro años. Eso sí, no puedes tener ningún gasto imprevisto, aunque todos
los tenemos a veces. Para poder mantener esta situación deberías cobrar 900
euros para no acumular más deuda, aunque esto no te permitirá ahorrar nada.
Así pues, para ir más cómodo estaría bien que pudieses cobrar más de 900
euros. Ahora compara tu situación actual con el cuadro anterior y te saldrá tu
cantidad mínima que cobrar. Si vives con tus padres y son ellos los que se hacen
cargo de todo, a priori no tienes gastos fijos, aunque sí los tendrías si sumas los
de la unidad familiar.
Siempre digo que debes tener claro un mínimo salarial para aceptar un
puesto de trabajo y haces bien en no aceptar cualquier tipo de oferta salarial. Tú
sabes lo que necesitas para poder vivir y también tienes identificados qué
salarios están por debajo del mercado laboral actual para tu perfil profesional

161
según la experiencia, los conocimientos, las habilidades y la especialización que
aportes. No olvides una cosa: Tú necesitas a la empresa, pero ella también te
necesita a ti.

36.- ¿Tienes alguna estrategia flexible para negociar opciones de mejora


en un futuro a medio o largo plazo?
¿Tienes claro qué plan puedes proponer a una compañía que quiera contratarte
para llegar a las condiciones económicas, funcionales y de desarrollo profesional
que desearías tener?
Tienes que intentar ir por delante de tus competidores y de la empresa que
ofrece el puesto de trabajo que quieres desempeñar en estos momentos. Esto
requiere tener muy definida tu estrategia. No puedes pretender exigir
determinadas condiciones sin estar dispuesto a demostrar nada, ni a dar nada a
cambio. Para que sea real, debes demostrar tu valor profesional en la arena.
Recuerda que nadie es imprescindible en ninguna posición ni organización; en
cambio, es cierto que algunas personas son más necesarias que otras. Una vez
demuestres aquello que te hace diferente y especial, estarás en condiciones de
negociar las mejoras que reclamas. Se trata de tener claro que puedes ayudar a
solucionar los problemas a las empresas o a los grupos de interés a los que te
diriges.
Gracias al siguiente ejercicio, podrás ver tu nivel de flexibilidad, es decir,
cuánto eres capaz de adaptarte. ¡Ojo! Con esto no estoy diciendo que aceptes
cualquier salario, ya que eso lo debes decidir tú en función de tus
circunstancias. Indica ahora en el cuadro siguente la cantidad mínima aceptada,
lo que quieres cobrar, lo que te ofrecen en esa empresa y en cuánto estás
dispuesto a bajar tus expectativas salariales:

162
Imagínate que tu salario mínimo aceptable es de 12.000 euros, quieres
cobrar 19.000 euros y la empresa solo te ofrece 16.000 euros. En este caso te
paga más de tu salario mínimo aceptado. ¿Estás dispuesto a cobrar menos de lo
que quieres? Si la respuesta es afirmativa, tendrás que determinar en cuánto
estás dispuesto a rebajar tus expectativas, es decir, si aceptas esos 3.000 euros
de menos. Si por el contrario la respuesta es negativa y no estás dispuesto a
cobrar menos de lo que quieres cobrar, evidentemente la cantidad que debes
poner en la casilla de bajar expectativas es de cero euros. Adapta el caso a tu
situación concreta.
Asume que, a veces, para llegar a donde estabas antes o a donde te gustaría
estar ahora, debes coger el camino menos corto. No olvides que, con
independencia de tu perfil, bagaje profesional, conocimientos y valía, debes
demostrar para poder exigir. Debes valorar qué plazos son lógicos para poder
alcanzar los objetivos que te marque tu nueva compañía.
Piensa en qué puedes aportar (estudios, idiomas, experiencia, competencias,
soluciones, etc.), qué te exigen para poder optar al puesto (estudios, funciones,
años de experiencia, conocimientos de idiomas y herramientas, etc.), el salario
real que ofrecen, las posibilidades de desarrollo profesional (oportunidades de
ascensos profesionales), el horario de trabajo y demás incentivos, y refléjalo en
esta tabla:

163
Esto te permite tener una visión global. Imagina que quieres trabajar como
director de exportación de una empresa. Tienes más de diez años de
experiencia, hablas cuatro idiomas y tienes gran capacidad de venta. En una de
las ofertas exigen saber tres idiomas, más de seis años de experiencia y estar
dispuesto a viajar más del 60 % del tiempo. Te ofrecen un salario de 24.000
euros, cuando el salario medio para ese puesto y la zona geográfica es de 45.000
euros. Las posibilidades de desarrollo profesional son inexistentes. Valora si el
horario te permite conciliar tu vida personal y analiza otros incentivos ofrecidos.
Estas condiciones no están acordes con lo que exigen, se paga menos de lo que
se debería pagar. Asume que si aceptas esas condiciones te van a exigir como a
un director de exportación. A veces es mejor decir que no a las primeras de
cambio que no asumir lo que eso conlleva. En este caso no compensa.
Por último, piensa una estrategia para llegar a cobrar lo que quieras.
Imagínate que quieres cobrar 30.000 euros y una empresa te ofrece solo 20.000
euros. Eso sí, necesitas flexibilidad laboral. Esta empresa te ofrece la posibilidad
de poder hacer teletrabajo (es decir, trabajar parte de la jornada desde tu casa).
Tienes que saber negociar; por ejemplo, puedes establecer unos objetivos que
alcanzar en los seis primeros meses y en caso de lograrlos, pactar una subida
salarial. Eso sí, debes pedirlo por escrito. Traza en el siguiente cuadro tu
estrategia flexible.

164
Todos estos ejercicios te van a ayudar a determinar si tus expectativas
profesionales y salariales son las adecuadas, o bien están por encima o por
debajo de las ofertas de mercado. Esto te ayudará a tomar decisiones con más
perspectiva.

165
166
37.- ¿Cuánto tiempo llevas en búsqueda activa de empleo?
Es importante que tengas contabilizado el tiempo que llevas buscando empleo de
forma activa, que no es lo mismo que el tiempo que llevas sin trabajo.
Antes de nada, me gustaría darte ánimo porque estar en búsqueda activa de
empleo es una carrera de fondo: sabes cuando la comienzas, pero no cuando la
finalizarás. Es importante que establezcas tu nueva rutina y asumas que tu nuevo
trabajo consiste en buscar empleo. Debes llenar tu tiempo una vez hayas
reflexionado sobre qué quieres hacer. Cuanto antes te pongas a ello, mejor.
Debes estar animado, tener fuerza, ser constante y no desistir con el paso del
tiempo. La clave es que debes buscar empleo todos los días. Debes hacer
acciones que sumen y te acerquen a tu objetivo profesional. Tendrás que hacer
una búsqueda global de empleo, que consistirá en dedicar tiempo a todos los
aspectos relacionados con tu perfil y sus opciones.
Hoy en día la búsqueda de empleo ya es un trabajo en sí mismo. Debes buscar
un equilibro y ser constante. De nada sirve que un día busques empleo durante
ocho horas y que luego estés dos meses sin dedicar ni un solo minuto.
El primer ejercicio consiste en que pienses cuánto tiempo hace que estás sin
trabajo y que asumas desde cuándo estás buscando empleo. Parece lo mismo,
aunque no lo es. Reflexiona sobre estas preguntas y respóndelas:

167
En el siguiente ejercicio, reflexionarás sobre ti mismo, y la mejor forma
consiste en hacer un DAFO. El DAFO es una herramienta de estudio de la
situación de una empresa, una institución, un proyecto o una persona; analiza
sus características internas (debilidades y fortalezas) y su situación externa

168
(amenazas y oportunidades). Primero reflexiona sobre ello y luego rellena el
siguiente cuadro. Una vez completado, podrás tener una visión global sobre ti y
sobre el entorno externo de cara a trazar estrategias y tomar decisiones.

169
Como resumen, tendrás que consolidar o mejorar tus fortalezas, potenciar tus
oportunidades externas, trabajar tus debilidades para que pasen a ser fortalezas
y estar preparado para sortear las amenazas si no puedes hacer algo para
mejorar tu posición ante ellas.

38.- ¿Haces una búsqueda de empleo activa o pasiva?


¿Eres una persona que busca sus oportunidades por todos los sitios o por el
contrario piensas que las oportunidades deben ir a buscarte a tu casa porque tú
vales mucho?
Hacer una búsqueda activa supone que tienes claro que por mucho talento
que tengas, debes moverte cada día más, no parar de hacer cosas útiles para tu
perfil, probar nuevas herramientas, contactar con personas y empresas, adecuar
tu proceso en función de los resultados obtenidos, etc. Asume que los resultados
pueden tardar en llegarte, pero si no paras de hacer cosas relacionadas con tu
proceso de búsqueda de empleo, al final llegará tu oportunidad.

170
Hacer una búsqueda pasiva supone que eres de los que piensa que las
ofertas te las deben facilitar y que el mercado y las empresas se deben adaptar a
tu perfil. Eres el mejor y no hay nadie como tú en el mundo. ¡Despierta
rápidamente para volver al mundo real! El protagonista de tu proceso de
búsqueda de empleo eres tú mismo. Esto supone que no puedes colgar tu
responsabilidad en otras personas o entidades, que te pueden dar cierto apoyo,
pero nada más. Tienes que invertir tiempo en tu búsqueda de empleo y del
DAFO te saldrán aquellos aspectos que debes mejorar o reforzar de ti.
En el siguiente ejercicio debes reflexionar sobre cómo distribuir e invertir tu
tiempo. Ahora mismo no tienes tantas obligaciones. Luego debes rellenar este
cuadro con las franjas horarias por día de la semana (por ejemplo, de 9 a 11 h
los viernes) y la actividad a la que dedicas tu tiempo para hacer una búsqueda
activa de empleo. Las actividades pueden ser de varios tipos. Una actividad
directa hace referencia al tiempo que dedicas a apuntarte a ofertas, adaptar tu
perfil, quedar con contactos, preparar una entrevista de trabajo, etc.; es decir,
actividades relacionadas directamente con tu búsqueda. Una actividad formativa
o competencial está relacionada con la ampliación de conocimientos, la
realización de algún curso, grado o titulación, el aprendizaje de un idioma o de
una herramienta, la mejora de competencias personales o profesionales, etc. Por
último, una actividad de planificación, estrategia o evaluación hace referencia al
tiempo dedicado a redefinir tu estrategia o a evaluar lo que haces.

Gracias a este cuadro, puedes tener una visión global del tiempo que dedicas
a la semana a las diferentes actividades en las que se divide la búsqueda de
empleo. Si tu tiempo no está ocupado por ninguna actividad relacionada con la
búsqueda de empleo, debes replantearte en qué lo inviertes.

39.- ¿Cada cuánto tiempo evalúas las acciones que acometes para
encontrar empleo?

171
Es importante que analices los resultados de tus acciones vinculadas a tu
proceso de búsqueda activa de empleo. Lo que no se evalúa, no se puede
mejorar.
¿Eres una persona que hace las cosas de forma mecánica, sin pararte a
pensar si lo que estás haciendo en tu proceso de búsqueda de empleo es
adecuado o no, o si debes ajustar o flexibilizar alguna de tus acciones? ¿Te
planteas qué cosas puedes hacer de otra manera? ¿Piensas que la mejora de tu
proceso de búsqueda no depende de ti, sino de factores externos? Tienes que
aprender a asumir tu responsabilidad sobre la parte del proceso que depende de
ti. Debes arriesgarte y cambiar cosas para alcanzar otro tipo de resultados.
Tienes que asumir que debes evaluar de forma habitual y con una planificación
adecuada las acciones que llevas a cabo en tu proceso de búsqueda de empleo. Al
final de cada semana, debes analizar todas las acciones acometidas, su forma,
sus resultados, su enfoque, etc., para ver aspectos positivos y acciones que
mejorar o de las cuales prescindir.
Lo que no se evalúa no se puede mejorar. Imagínate que una de tus acciones
es mandar tu currículum al máximo número de empresas posible. Eso está bien;
sin embargo, ¿qué resultado te reporta eso? Si es tu modus operandi y no te
llaman para ninguna entrevista, claramente algo estarás haciendo mal.
En el siguiente ejercicio, primero debes pensar cuáles de tus actividades
relacionadas con tu búsqueda de empleo evalúas, has evaluado o tienes la idea
de evaluar. Te recomiendo que pongas todas las actividades relacionadas directa
o indirectamente con tu proceso de búsqueda de empleo. Responde con
sinceridad si haces evaluación o no; los resultados son para ayudarte.

No hacer evaluación de tus acciones en tu proceso de búsqueda de empleo


puede suponer que actúes de forma mecánica sin pensar en para qué haces
eso.
El siguiente ejercicio consiste en analizar cada cuánto tiempo (cada quince

172
días, cada mes, cada tres meses, cada seis meses, cada año…) evalúas cada
acción relacionada con tu proceso de búsqueda de empleo, si esa acción te
ayuda en tus objetivos smart de búsqueda de empleo y los ajustes
correspondientes que haces de esa evaluación, es decir, qué mejoras o cambios
llevas a cabo.

40.- ¿Buscas empleo todos los días a pesar de las dificultades?


Tienes que ser constante en tu proceso de búsqueda de empleo a pesar de que
surjan inconvenientes que hagan que tengas ganas de abandonar.
Debes tener claro que buscar empleo es una carrera de fondo, por lo que
será importante que mantengas tu ritmo. Has aprendido que debes empezar de
forma progresiva, aumentando el número de horas dedicadas a buscar trabajo
conforme vayas adaptándote a tus nuevos hábitos. Sabías que este proceso no
sería fácil. Siempre te van a surgir pegas, inconvenientes e imprevistos en tu
proceso de búsqueda o de cambio. ¿Eres una persona a quien no le importa lo
que ocurra durante este proceso, sino que lo que marca la diferencia es cómo
reaccionas antes esas dificultades? Tu proceso de empleabilidad va por el buen
camino porque sabes que tu adaptación y tu constancia te harán volver al
mercado laboral.
¿Aún crees que un día puedes dedicar diez horas a buscar empleo y después
estar dos semanas o incluso un mes sin dedicar ni un solo minuto a ello? Esto no
es efectivo ni útil para tu proceso y solo demuestra que eres una persona
inconstante que te ha llevado a comenzar muchas cosas en tu vida profesional y
a finalizar muy pocas de ellas. Debes aprender que las cosas requieren esfuerzo,
tiempo, enfoque y mucha disciplina para poder alcanzar aquello que te propongas.

173
Debes tener los pies en la tierra y asumir que sin constancia en tu proceso de
búsqueda de empleo solo conseguirás frustrarte.
En este ejercicio debes pensar qué haces cuando surgen dificultades en tu
proceso de búsqueda de empleo, es decir, si las afrontas o bien si, por el
contrario, tiras la toalla y abandonas.

41.- ¿Sabes cómo canalizar y asumir las negativas en tu proceso de


búsqueda?
Tienes que mentalizarte y prepararte para el rechazo y para recibir bastantes
respuestas negativas en tu proceso de búsqueda de empleo hasta conseguir una
respuesta afirmativa.
Debes asumir que te van a decir que no en diversos procesos durante tu
búsqueda de trabajo. No olvides que esto no significa que no valgas, ni mucho
menos, sino que, aparte de ti, muchas personas con talento compiten por los
mismos trabajos. Debes creer en ti mismo para no decaer en tu empeño a pesar
de los rechazos que recibirás. La cuestión clave es que asumas con entereza
esos rechazos y sigas con más fuerza si cabe. Sabes mejor que nadie que
abandonar tu proceso de búsqueda de empleo no soluciona nada, sino que lo
puede empeorar.
La verdad es que conseguir lo que te propongas te llevará tiempo, no porque
no valgas, sino porque conseguir tus objetivos profesionales precisa de estrategia
y enfoque. Siempre puedes esperar estar en el sitio adecuado en el momento
oportuno, pero eso solo suele ocurrir en las películas. Cuando recibes una
negativa, te derrumbas y comienza tu calvario. Toca asumir que debes valorarte
más y que no solo tú recibes rechazos durante el proceso de búsqueda de
empleo. Un «no» es una puerta cerrada; sin embargo, te quedan muchas

174
puertas a las que seguir llamando para lograr lo que deseas.
En este primer ejercicio tienes que pensar cuál es tu nivel de confianza para
afrontar tu proceso de búsqueda de empleo. Luego anótalo en este cuadro:

175
Debes asumir que, si no tienes confianza en ti mismo, lo transmitirás a los
demás, aunque no seas consciente de ello.
En el siguiente ejercicio debes pensar sobre cómo te ves a ti mismo y cómo te
ven los demás, y anotar en el cuadro las desviaciones, es decir, aquellas
cuestiones en las que no hay coincidencia.

176
Gracias a este ejercicio sabrás qué imagen tienes de ti mismo y cómo la
puedes mejorar.
Para el siguiente ejercicio tienes que preguntar a cinco personas de tu
entorno cómo te ven a nivel profesional y pedirles que te indiquen aspectos
positivos y negativos que debes mejorar. Anótalos en este cuadro:

Ahora tienes que comparar. Si tú te ves de una forma y los demás te ven de
una forma diferente, es que algo no funciona. Uno siempre se hace una idea
sobre cómo le ven los demás, aunque a veces no tiene nada que ver con la idea

177
que tiene de sí mismo. En este cuadro debes indicar las desviaciones entre cómo
te ves a ti mismo y cómo te ven los demás. Si por el contrario hay coincidencia
en cómo te ves tú y cómo te ven los demás, es que estáis alineados.

42.- ¿Aún sigues dando vueltas al porqué de tu despido?


No puedes seguir pensando en por qué te despidieron en tu antigua empresa,
debes vivir ya en el presente y olvidar el pasado.
Está claro que si no has trabajado nunca, no habrás sufrido un despido. Esta
pregunta va más orientada a aquellas personas que sí que lo han vivido. No
obstante, no es sobrante que asumas que el mercado laboral es cada vez más
volátil. Esto conlleva que las relaciones laborales tengan cada vez más una fecha
de finalización prevista. En el siglo XXI las personas trabajaremos para bastantes
empleadores a lo largo de nuestra vida laboral. Por ello, es factible que puedas
pasar de trabajar por cuenta ajena a cuenta propia o complementar trabajos en
ambos regímenes.
Por supuesto, un despido te puede dejar noqueado de primeras. Tienes que
reaccionar rápido y pensar en cómo te puedes reinventar, es decir, qué quieres
hacer ahora con tu vida profesional.
Este primer ejercicio tiene que ver con los sentimientos que te causó, te ha
causado o te causaría un despido. Piensa en cómo se produjo el despido, qué
pensaste, cómo reaccionaste, qué sentimientos te produjo y qué hiciste.
Escríbelo en este cuadro:

178
Aunque deberías vivir el presente, sigues anclado en el pasado y esto no te
permite avanzar. Ya no tienes remedio, así que asume cuanto antes tu nueva
situación. La autocompasión sirve de bien poco. Un despido no significa en
absoluto que no valgas y seguro que saldrás adelante, no te quepa la menor
duda. Pasa página y mira ya hacia tu futuro. Debes tomarte tu tiempo para
asumir esto; sin embargo, cuanto antes pases a la acción haciendo actividades
enfocadas hacia tu nuevo futuro laboral, antes olvidarás el pasado.
Tras asumir y aceptar tu nueva situación, no debes relajarte en exceso ni
holgazanear, acomodado por el colchón que supone la prestación o el subsidio
que te pueda corresponder. Lo primero a lo que te enfrentas es a encontrarte sin
rutinas ni reglas preestablecidas durante la gran mayor parte del día.
El siguiente ejercicio está directamente relacionado con reinventarte
profesionalmente o analizar tu continuidad en el mercado laboral. Piensa y
escribe si pretendes trabajar de lo mismo o por el contrario quieres trabajar de
otra cosa. No descartes ninguna opción.

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Una vez completado este ejercicio, es el momento de que valores todas las
opciones sobre tu futuro laboral y veas los pros y contras.

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Ahora debes valorar los pros y contras de cada opción laboral dentro de tu
proceso de reinvención profesional.

Una vez completados estos ejercicios, ha llegado el momento de que elijas


una opción de todas las posibles sobre hacia dónde redirigir tu carrera
profesional. No olvides que nunca es tarde para cambiar de profesión o de
sector. Querer es poder… aunque algunos cambios llevan más esfuerzo.
En este ejercicio quiero que pienses qué opción te motiva más a ti, qué te
recomienda tu entorno y cuál es la decisión que finalmente decides acometer.
Plásmalo con tranquilidad.

181
Pide consejo a tu familia, amigos y conocidos sobre qué harían ellos en tu
lugar. Esto conlleva que muchas veces no oigas lo que te gustaría oír. Puede ser
que te recomienden otra cosa diferente a tu opción preferida. Va bien escuchar
otras opiniones para tener más pistas a la hora de tomar la decisión final, pero la
clave está en que hagas lo que tú quieras hacer. Es tu decisión.

182
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43.- ¿Tienes claro cuál es tu ámbito geográfico de búsqueda?
La pregunta lo deja claro. ¿Tienes claro en qué país, comunidad autónoma,
provincia o municipio buscas trabajo de forma prioritaria, sin dejar de tener, a su
vez, opciones secundarias por si las necesitas?
¿Tienes que sentarte de una vez y tomar decisiones respecto a tu proceso de
búsqueda de empleo, porque vas dando tumbos sin rumbo y esto hace que
retrocedas? En función de tus circunstancias familiares, económicas, personales
y profesionales, tienes que sopesar si quieres cambiar por trabajo tu zona
geográfica de residencia. Todo tiene sus pros y contras. Cuanto antes lo decidas,
mejor. Porque no olvides que para buscar empleo en otra ciudad o incluso en
otro país, lo mejor es trasladarte allí para buscar de forma más productiva. Es
una decisión personal; lógicamente, cuanto más limites tu ámbito geográfico de
búsqueda, más reducirás tus opciones. Es clave que investigues cómo están las
opciones de tu perfil profesional y de tu sector en la zona geográfica de
búsqueda que has elegido.
Debes adaptarte a las peculiaridades del ámbito geográfico en el que estás
buscando. Aunque pudieses tener cierta amplitud en tu radio geográfico de
acción, debes dar prioridad a unas zonas y dedicar un periodo de tiempo
determinado a buscar empleo allí de forma exclusiva. ¡Porque no puedes buscar
empleo en todo el mundo a la vez!
El primer ejercicio tiene que ver con tu ámbito geográfico de búsqueda de
empleo. Te permitirá identificar si eres flexible respecto a la ciudad donde
trabajar o no.

184
Ahora te propongo que analices posibles opciones de movilidad geográfica
para buscar trabajo. En este ejercicio debes barajar si estás abierto a cambios de
trabajo en la misma provincia, en otras provincias de tu comunidad autónoma,
en cualquier localidad de tu país, en otro país de la Unión Europea o bien en
cualquier continente. Si contestas a todas de forma negativa, está claro que solo
buscas empleo en tu ciudad. Asume que cuanto más limites tu ámbito de
búsqueda geográfica, menos opciones laborales tendrás.

185
En caso de que decidas buscar empleo en otra localidad diferente a la que
resides, tienes que tener en cuenta bastantes cuestiones. En este ejercicio te
propongo que pienses sobre esto y busques información antes de marcharte a la
aventura. Rellena el cuadro con tranquilidad.

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44.- ¿Has invertido todo el tiempo y esfuerzo necesarios para encontrar
opciones en tu ámbito geográfico de búsqueda?
Al priorizar, ¿has puesto toda tu energía y tu tiempo en encontrar un empleo en
tu zona de búsqueda elegida? Evidentemente, al priorizar la zona geográfica de
búsqueda, tanto la estrategia como las acciones van encaminadas a usar todas
las herramientas, los contactos, las entidades y las empresas que puedan
facilitarte una oportunidad laboral en esa zona. Tienes muy claro que debes
invertir bien tu tiempo y centrarte en el objetivo que consideras prioritario. De
todos modos, si te esfuerzas al máximo y no consigues tu objetivo, deberás
replantearte en todos los sentidos tu proceso de búsqueda de empleo.
En este ejercicio debes pensar si has llamado a todas las puertas posibles en
tu zona geográfica de búsqueda. Reflexiona antes de contestar.

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188
Es recomendable que analices esto porque muchas veces uno dice que ya ha
buscado empleo en todos los sitios disponibles en su zona geográfica de
búsqueda, pero probablemente debería pensárselo dos veces antes de afirmarlo.
No vale que digas que has mandado tu perfil profesional a muchos sitios. Para
tener un control de ello, escribe en los cuadros siguientes las entidades, las
empresas o los lugares a los que has enviado tu currículum, así como las redes
sociales o los portales de empleo en los que estás dado de alta.

189
En este último cuadro, es buena idea que analices si en esos portales de
empleo o redes sociales en los que estás dado de alta hay ofertas laborales que
encajan con lo que buscas. En caso de que la respuesta sea negativa, quizás
debas replantearte si vale la pena seguir dado de alta en ese portal o red social.

45.- ¿Te planteas en un futuro buscar trabajo fuera de tu ciudad?


Si no encuentras opciones en tu ciudad, debes mirar más lejos a la hora de
establecer tu prioridad geográfica de búsqueda. Tienes claro tu futuro porque
has sopesado tu situación en todos los sentidos y has valorado positivamente

190
poder cambiar de localidad para trabajar porque tus cargas actuales no son
excesivas. Cada cosa tiene su momento, aunque también asumes que nunca es
tarde para nada con el enfoque, la reflexión y la flexibilidad adecuados. Los
cambios son costosos y pueden resultar duros, aunque en el fondo siempre
pueden venir bien. En el mercado laboral debes ser cada vez más flexible y no
puedes decir con rotundidad no a nada, porque las circunstancias pueden
cambiar a gran velocidad.
Estarás de acuerdo conmigo en que, si pasan los meses y no encuentras
empleo en tu localidad, quizás debas replantearte el tema de la movilidad
geográfica. Estarás mejor trabajando que sin hacer nada.
Este ejercicio consiste en que pienses bajo qué circunstancias buscarías
trabajo fuera de tu ciudad. Rellena el cuadro con tranquilidad.

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192
Las cosas se pueden ver desde muchas perspectivas y todo depende de tu
enfoque, porque nunca tienen que ser blancas o negras, sino que también hay
toda una gama de grises.
Ten en cuenta que los cambios de localidad por motivos de trabajo tienen sus
ventajas y sus inconvenientes por todo aquello que tendrás que sacrificar. Sin
embargo, piensa que la balanza se inclina del lado positivo viendo todo lo que
vas a ganar a pesar de los malos momentos que quizá tengas que pasar. Los
cambios siempre suponen una experiencia llena de aprendizajes. Has
conseguido superar tus miedos y romper tus barreras mentales porque has
decidido vivir cada momento según venga. Ahora tienes que enfocarte hacia
donde quieres ir.

193
Toma de decisiones

Ahora que ya tienes una visión global tu proceso de empleabilidad, ha llegado el


momento de dar un paso al frente y tomar ciertas decisiones.
Tu empleabilidad no se puede valorar con un número por hacer unos
cuantos ejercicios. De todas formas, si hace tiempo que estás buscando empleo
o nuevas oportunidades y no tienes demasiado éxito con los empleadores,
quizás, en vez de quejarte, tengas que asumir que tienes que hacer tu
acercamiento de otra forma para brillar por méritos propios. Con todos estos
ejercicios pretendo que saques partido a tus diferencias profesionales, que sepas
mostrarte de otra forma y que intentes pensar con la mentalidad de empresa o
de alguien que necesita que le solucionen problemas.
La búsqueda de empleo, de clientes o de partners no consiste en mandar tu
perfil profesional, tu portafolio de productos o servicios o tus propuestas y esperar
a que te llamen. Esto es lo que hacen la mayoría de personas que buscan
empleo, tengan experiencia o no. Pero no lo que hacen la mayoría de personas
es lo mejor, aunque quizá sí sea lo más cómodo y fácil, y lo que requiere menos
inversión de tiempo.
En el libro te he planteado ejercicios sobre estos diez bloques claves para
poder visualizar tu proceso de búsqueda o de cambio de empleo: hábitos de
búsqueda, formación (académica y complementaria), experiencia profesional,
competencias (idiomáticas y técnicas), inquietudes emprendedoras, adecuación
a las necesidades del sector, objetivo profesional, expectativas profesionales y
salariales, actitud, y ámbito de búsqueda. Los ejercicios están basados en las
cuarenta y ocho preguntas seleccionadas y formuladas por mí en la aplicación
“Guide Your Talent”.
En función de los apartados que hayas trabajado, habrás sacado unas
conclusiones sobre las cosas que puedes o debes mejorar en tu proceso de
cambio o mejora de la empleabilidad. Nadie ha dicho que resulte fácil, aunque
tampoco es imposible. Tienes que priorizar y asumir qué debes cambiar. La
pereza siempre nos acompaña cuando queremos cambiar algo. Además, cuanto
más nos quejamos, menos queremos hacer. Asume que la queja no soluciona
nada.
En este último ejercicio, recopila las diferentes conclusiones sobre los diez

194
apartados que trabaja este libro de ejercicios y plasma aquellas cosas que debes
cambiar y qué decisiones tienes que tomar. Ahora depende de ti cambiar
aquellas cosas de tu empleabilidad que son mejorables. Puedes ir practicando y
añadiendo todo aquello que consideres oportuno y que sume a tu empleabilidad.

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199
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En este libro de ejercicios he intentado plasmar esa mentalidad global que
debe ser tu empleabilidad. La especialización está bien; sin embargo, te
recomiendo que aprendas a hacer diferentes cosas de cara a ser lo más completo
posible en tu sector profesional. Debes poner los conocimientos en uso y
relacionarlos con otras cosas.
Ahora ya es labor tuya poder repasar todo lo visto y marcarte tus plazos.
Puede ser que ahora no te estés planteando buscar trabajo; sin embargo, te iría
bien que comenzaras a investigar sobre ello. Tu empleabilidad es
responsabilidad tuya, asume tu papel protagonista. Estos ejercicios pretenden
acompañarte en tu proceso de empleabilidad. Si, por el contrario, estás

201
buscando empleo o quieres un cambio profesional, estos ejercicios van bien para
poder analizar lo que estás haciendo en tu proceso de búsqueda de empleo o de
oportunidades.
La planificación y la previsión está muy bien; sin embargo, sin acción se
queda en un intento fallido. Debes aplicar la máxima de «piensa lo justo y
necesario para arrancar, sin olvidar que debes hacer mucho más».
Para mí ha sido un placer acompañarte en el análisis de tu empleabilidad.
Puedes hacerme llegar tus opiniones, valoraciones e ideas sobre el libro a
contacto@juanmartinezdesalinas.com

202
Epílogo

El libro Ejercita tu talento es de gran utilidad para personas al inicio de su carrera


profesional o en transición profesional, así como para orientadores profesionales
que ayudan a estas personas a encontrar empleo. Recopila útiles ejercicios de
autoevaluación para la empleabilidad que permiten a las personas evaluar,
conocer y mejorar sus opciones de empleabilidad analizando su proceso de
búsqueda o de cambio de empleo.
Encontrar empleo es una suma de idoneidad y oportunidad.
Idoneidad quiere decir contar con los conocimientos y habilidades que son
requeridos para un puesto; es decir, contar con una formación concreta, una
experiencia que avale sus conocimientos y unas competencias personales
específicas. Oportunidad es la necesidad de ese profesional de competencias
específicas.
En un mundo ideal, idoneidad y oportunidad irían cogidas de la mano. Los
centros formativos educarían exactamente en aquellas competencias que las
empresas e instituciones necesitan y a la finalización del periodo de educación o
de una posición en otra organización, el mercado estaría esperando a ese
profesional con los brazos abiertos para que, con gran facilidad, encontrara un
nuevo puesto. Pero lamentablemente eso no sucede así por dos motivos:

1. Los cambios empresariales se producen más rápido que el proceso de


formación de profesionales. Existen puestos que no se cubren porque no
hay personas con ese perfil y profesionales con competencias que ya no
son valoradas por las organizaciones porque han sido sustituidas por
otras.
2. Junto al desarrollo de experiencias y conocimiento de una función o de un
sector, los profesionales se forjan gracias a la cultura de la organización
donde han trabajado. La diversidad de principios y valores, gran ventaja
para dar cabida a la diferencia de personalidades y competencias de los
trabajadores, también supone una complejidad a la hora de reubicar a
unos empleados en empresas de culturas distintas.

En este contexto de «desalineación», es imprescindible la colaboración de

203
instituciones y especialistas público-privados que, trabajando codo con codo,
ayuden a reorientar a los profesionales y creen canales de encuentro entre estos
y las empresas, y materiales como el libro que tienes entre tus manos, Ejercita tu
talento.
Juan Martínez de Salinas Murillo lleva más de diez años ayudando a que se
produzca ese encuentro en Aragón. Con la proactividad y la pasión que lo
caracteriza, Juan se ha convertido con los años en una referencia en el campo
de la orientación profesional, los recursos humanos y la gestión del talento en esa
comunidad, trabajando codo con codo con diferentes entidades públicas y
privadas para contribuir a que empresas y profesionales se encuentren.
Con el estilo didáctico y directo que le caracteriza, Juan ayuda a los
profesionales a que puedan realizar un exhaustivo análisis de sus competencias
y de las oportunidades que tienen en su área. Ayuda a concretar, a poner negro
sobre blanco en las cuestiones más importantes, a evitar la dispersión y a
encontrar el camino para el empleo. También es muy motivador, Juan siempre lo
es. Su carácter optimista, vitalista, emprendedor y curioso está detrás de muchos
de los ejercicios que propone.
Estamos en un momento de gran incertidumbre profesional. Hay muchos
titulares catastrofistas que pueden inducir a las personas a tirar la toalla, llevadas
por el pánico o la falta de esperanza. Pero ante eventos más difíciles, las
personas siempre han salido adelante, y esta vez no será una excepción. Paso a
paso, persona a persona, conseguiremos adaptarnos al cambio. Gracias a
materiales como este libro, con claros y exhaustivos ejercicios para la
autoevaluación de la empleabilidad, cada día más profesionales podrán
adaptarse al cambio y sentirse realizados gracias a encontrar un sitio donde
desarrollar su talento. Y juntos, contribuir al progreso de la sociedad.

Arancha Ruiz

Arancha Ruiz, referente en marca personal, dirige su propia empresa de


consultoría, selección y tendencias de talento, Headhunter & Talentist. Es
profesora en la IE Business School y conferenciante en congresos y foros
nacionales e internacionales. Posee un Executive MBA del IE Business School,
un máster en Politics and Environment de la Universidad Carlos III de Madrid y
un máster en Asesoría Jurídica de Empresas (L.L.M.) de la IE Law School. Se
licenció en Derecho en la Universidad de Granada. Puedes seguirla en su blog
www.HistoriasdeCracks.com y en redes sociales como @alterarancha. Reside en
Barcelona con su marido y sus tres hijos. Es autora de Qué busca el headhunter
(Conecta) y de Ahora o nunca (Conecta).

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Índice
Título 4
Créditos 5
Referencias 6
Índice 9
Prólogo 10
Introducción 13
Instrucciones de uso 15
Aclaraciones sobre la empleabilidad 17
Capítulo 1. Hábitos de búsqueda 27
Capítulo 2. Formación (académica y complementaria) 46
Capítulo 3. Experiencia profesional 62
Capítulo 4. Competencias (idiomáticas y técnicas) 84
Capítulo 5. Inquietudes emprendedoras 98
Capítulo 6. Tu adecuación a las necesidades del sector
118
profesional
Capítulo 7. Objetivo profesional 136
Capítulo 8. Expectativas profesionales y salariales 155
Capítulo 9. Actitud 166
Capítulo 10. Ámbito de búsqueda 183
Toma de decisiones 194
Epílogo 203

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