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Biografía[editar]

Simón Iturri Patiño nació en Santiváñez, Cochabamba, en junio del año 1860, hijo de
Eugenio Iturri, inmigrante del País Vasco, y de su esposa María Patiño, nacida
en Cochabamba.
Trabajó como administrativo en la Compañía Minera Huanchaca antes de mudarse
a Oruro, donde fue empleado de la firma comercial Hermann Fricke y Cia. Se trasladó a
trabajar a la mina Huanchaca de Aniceto Arce, trabajando allí por algunos años, como
laborero.
Se casó con Albina Rodríguez Ocampo en Oruro en 1889 y tuvieron tres hijas, Graziella,
Elena y Luzmilla y dos varones, René y Antenor.2

Negocios[editar]

Detalle de un trabajador minero en una de las sucursales del Banco Mercantil

Su fortuna comenzó con el descubrimiento de una veta sumamente rica el año 1900, en
la mina La Salvadora, en el cerro Llallagua (Departamento de Potosí). En los años
siguientes fue adquiriendo otras minas y su fortuna creció vertiginosamente. Alrededor
de 1910 había formado un complejo minero poderoso con las minas
de Llallagua, Catavi, Uncía y Huanuni, entre otras. Además, para transportar minerales
desde sus minas construyó el Ferrocarril Machacamarca Uncía en 1911.
Patiño fue adquiriendo intereses de mineros chilenos en minas bolivianas mediante
compras secretas en la bolsa de valores de Santiago (Chile). Una vez que logró adquirir la
mayoría de las acciones de la Compañía Estañífera de Llallagua, hasta entonces en
manos de capitalistas chilenos, se sintió orgulloso de “nacionalizar” la minería boliviana.
En julio de 1924 consolidó sus intereses en la Patiño Mines and Enterprises Consolidated,
Inc. que registró en Delaware, Estados Unidos. En ella agrupó a la Compañía Estañífera
Llallagua, La Salvadora y el citado ferrocarril.

Williams Harvey[editar]
El hecho más importante de la historia de la minería de Bolivia antes de la revolución del
1952 fue la compra por parte de Patiño de la fundidora inglesa Williams Harvey & Co. con
sede en Liverpool, que controlaba un cuarto de los negocios de fundidoras y refinerías en
el mundo.
También adquirió minas en Malasia. El caso de Patiño es poco común, porque los
magnates sudamericanos raramente buscaron una integración vertical de sus intereses.
Esta integración le permitió desempeñar un papel clave en la conformación del Comité
Internacional del Estaño, que fue el primer cartel que intentó controlar el precio de una
materia prima. Con tal motivo, fue conocido como El Rey del Estaño. En los años 1940 se
encontraba entre los hombres más ricos del mundo.
Durante la Gran Depresión de 1929 jugó un papel importante en fundar el Comité
Internacional de Estaño para regular la oferta de estaño e intentar proteger su precio.
En 1906, Patiño fundó el Banco Mercantil en Bolivia, que sigue existiendo, si bien no está
relacionado con los intereses de sus herederos.
En 1942 Patiño ante los justos reclamos de sus trabajadores en las
minas Catavi- Llallagua- Siglo XX por mejores salarios, coordina, patrocina y ordena junto
al gobierno militar de Enrique Peñaranda la masacre de Catavi para acallar los reclamos
de sus trabajadores y mantener la extracción de mineral en condiciones de casi esclavitud.

Barón del estaño[editar]


Patiño, junto a Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo, fueron conocidos como
los barones del estaño y tuvieron una gran influencia política en Bolivia hasta la Revolución
Nacional de 1952, que nacionalizó las empresas mineras.

Legado[editar]
Los herederos de Patiño crearon la Fundación Patiño que se dedica a labores culturales y
beca a estudiantes bolivianos para seguir estudios universitarios en Suiza y Bolivia. La
fundación está a cargo del Palacio de Portales, una mansión que Patiño hizo construir
en Cochabamba que tardó en construir 15 años en la que pensaba descansar sus últimos
días, pero murió en el viaje. Ahora es utilizada para reuniones y está abierta al público. La
fundación también está a cargo de Villa Albina, una vivienda señorial en Pairumani,
también en Cochabamba, construida por Patiño para su esposa. Los esposos Patiño están
enterrados en Pairumani.

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